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TP3 - Enunciado de La Actividad

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Enunciado de la actividad

Para comenzar a desarrollar la integración de contenidos del módulo 3, vamos a iniciar


realizando una lectura del caso propuesto.
En esta oportunidad trabajaremos sobre una problemática muy habitual: un usuario
decide migrar de un sistema operativo a otro. En este caso, de Windows a Linux.

Migración individual de un usuario de escritorio Windows a un sistema GNU/Linux.

Un usuario de ​Windows ​se plantea la migración a GNU/Linux. Normalmente, primero


se pasará por un periodo de convivencia, de modo que el usuario dispondrá de los dos
sistemas, y dedicará cada uno de ellos a una serie de tareas: continuará desarrollando
tareas en ​Windows ​mientras aprende el nuevo sistema y encuentra software
equivalente, o software nuevo que le permita hacer otras tareas para las que antes no
disponía de software.
La migración para un usuario personal es quizás uno de los procesos más complejos;
hay que ofrecerle alternativas a lo que ya utiliza comúnmente, de manera que la
adaptación no entrañe muchas complejidades extra y pueda adaptarse
progresivamente con facilidad al nuevo sistema.
Una primera posibilidad será hacer una instalación dual del sistema original (un
Windows XP, 7 o superior por ejemplo), junto con el sistema GNU/Linux.
Un primer paso en una determinada configuración de máquina consistirá en verificar
que nuestro ​hardware ​sea compatible con Linux, ya sea por medio de alguna lista de
​ verificando con el fabricante, por si fuera necesario
compatibilidad de ​hardware o
adquirir nuevos componentes o configurar de alguna forma particular el existente. Si
desconocemos nuestro ​hardware,​ podemos verificarlo o bien en ​Windows ​con el
“administrador de dispositivos” (en el panel de control), o algún ​software ​de
reconocimiento de ​hardware.​ Por otra parte, un método recomendable es la
utilización de distribuciones GNU/ Linux de tipo LiveCD, que nos permitirán sin
instalación física comprobar el funcionamiento de GNU/Linux en nuestro ​hardware​, ya
que el único requisito es la posibilidad de arranque del sistema desde CD/DVD (en
algunos casos se necesitará modificar la configuración BIOS para permitir este
arranque).
Existen LiveCD como Knoppix con gran soporte hardware para las comprobaciones, así
como los de la mayoría de las distribuciones GNU/Linux que suelen ofrecer LiveCD para
la comprobación inicial de funcionamiento (en algunos casos, por ejemplo, Ubuntu la
instalación completa puede realizarse desde el mismo LiveCD).
En todo caso cabe señalar que la prueba con un LiveCD concreto no nos impide que
puedan surgir dificultades en la instalación final, debido o bien a que el LiveCD no es de
la misma distribución GNU/Linux que la que finalmente instalaremos, o las versiones
del sistema y/o aplicaciones no serán las mismas.
En cuanto a la instalación física en disco, necesitaremos disponer o bien de espacio
libre en disco no particionado, o bien, si estamos en particiones de tipo FAT/32,
podemos liberar espacio con programas que permitan el reajuste del tamaño de las
particiones, que permiten recortar la partición existente (un backup previo de los
datos es evidentemente recomendable). En la actualidad la mayor parte de las
distribuciones soportan diversos esquemas de particionado del disco y el recorte de
particiones, aunque dependiendo de
la distribución, pueden surgir problemas.
En caso de no disponer del espacio suficiente, o de tener particiones con sistemas de
ficheros que presenten problemas (por ejemplo, NTFS en algunas distribuciones),
habrá que plantearse comprar un nuevo disco duro complementario, que dedicaremos
totalmente o en parte a GNU/ Linux.
Una vez completada la revisión del ​hardware,​ tendremos que decidir la distribución del
sistema GNU/Linux que usaremos (una posibilidad apuntada antes, es escoger un
LiveCD que nos haya satisfecho, y pasar a la instalación de la distribución).
Si el usuario es poco experimentado en GNU/Linux, o tiene conocimientos básicos de
informática, mejor decidirse por alguna de las distribuciones más “amigables” de cara
al usuario, como Fedora, Mandriva, SuSe, o similares (cabe destacar las facilidades de
Ubuntu en este punto). Si tenemos más conocimientos o estamos tentados a
experimentar, podemos probar una distribución Debian. En el caso de las comerciales,
la distribución, la mayoría de veces, con un ​hardware ​compatible (en algunos casos
como Red Hat y SuSe, versiones empresariales, las distribuidoras certifican el hardware
que soportan), se instala perfectamente sin problemas, y se realizan configuraciones
básicas que permiten utilizar ya el operativo. En el proceso tendremos que instalar el
software​, que normalmente vendrá definido por unos conjuntos de ​software
orientados: a servidores, a aplicaciones concretas, o a aplicaciones de escritorio como
las ofimáticas, aplicaciones de desarrollo (si nos interesa la programación), etc.
Una vez instalado el sistema, se plantea el tema de la compartición de datos, ¿cómo
compartimos datos entre los dos sistemas? o ¿hay posibilidad de compartir algunas
aplicaciones?. Para esto hay varias soluciones:
a) Método por “intermediario”: Consiste en compartir los datos. Para ello, lo mejor son
las utilidades denominadas mtools, son utilidades que permiten acceder a discos con
formato MS-DOS de forma transparente, y existen múltiples comandos de línea que
funcionan de forma muy parecida a MS-DOS o ​Windows​.
Estos comandos se llaman exactamente como los comandos MS-DOS originales, sólo
que con una “m” delante, por ejemplo: mcd, mcopy, mdir, mdel, mformat, mtype, etc.
b) Método directo: Consiste en usar directamente los sistemas de ficheros de
Windows​. Como veremos en la unidad de administración local, GNU/Linux puede leer y
escribir una gran cantidad de sistemas de ficheros, entre ellos el FAT, FAT32, y NTFS
(sólo lectura en algunos casos, aunque la mayoría de distribuciones ya incorporan el
driver ntfs-3g que permite la escritura).
Se tiene que pasar por un proceso denominado “de montaje”, que permite incorporar
el sistema de ficheros de ​Windows ​a un punto del árbol de archivos de Linux; por
ejemplo, podríamos montar nuestro disco ​Windows ​en /mnt/Windows y acceder
desde este punto a sus carpetas y archivos, permitiendo escrituras y lecturas. Con los
ficheros de texto ASCII, hay que tener en cuenta las conversiones, ya que UNIX y
Windows los tratan de modo diferente: en UNIX, el final de línea tiene un sólo
carácter, el avance de línea, ASCII 10, mientras que en ​Windows ​hay dos, un retorno y
un avance de línea, caracteres ASCII 13 y 10 (como detalle curioso en MAC es el ASCII
13) con lo cual, suele ser habitual que, al leer un fichero ASCII dos/​windows​, éste
contenga caracteres “raros” al final de línea. Hay editores como Emacs que los tratan
de forma transparente y, en todo caso, hay utilidades GNU/Linux que permiten
convertirlos de uno a otro formato (con utilidades como duconv, recode, dos2UNIX,
UNIX2dos).
c) Uso de aplicaciones: Existen algunas alternativas para poder ejecutar las
aplicaciones (no todas) de MS-DOS y ​Windows​. Para GNU/Linux hay emuladores de
MS-DOS como Dosemu o DOsBox, y para ​Windows ​existe el software de ejecución
Wine. Éste puede ejecutar diversas aplicaciones de Windows (por ejemplo, permite
ejecutar algunas versiones de Office e Internet Explorer), pero se continúa mejorando
constantemente.
Si la ejecución de aplicaciones ​Windows ​es imprescindible, nos puede ayudar algún
software c​ omercial: los cuales dan soporte extra a Wine, existen por ejemplo, Win4Lin,
CrossOver y en algún caso con soporte especial para juegos como Cedega. Otra posible
solución es el uso de las máquinas virtuales; un ejemplo de ​software ​de amplio uso es
VMware, que crea como máquina virtual un PC completo, simulado por ​software​, en el
cual se le puede instalar un gran número diferente de sistemas operativos.
VMware está disponible en versiones para ​Windows ​y para GNU/Linux, lo que permite
tener un GNU/Linux Instalado con un ​Windows ​corriendo virtualmente sobre él, o un
Windows ​con GNU/Linux en virtual. Existen también otras soluciones de máquina
virtual libres como QEmu, Bochs. En otro segmento, las máquinas virtuales, o
genéricamente la virtualización se usa orientada a la creación de servidores virtuales,
con soluciones como Vmware server, o los proyectos abiertos Xen, OpenVZ, Vserver;
donde es posible hacer coexistir varias máquinas virtuales corriendo sobre un
operativo (normalmente a través de modificaciones en el Kernel que soporten esta
​ irectamente, con pequeñas capas de
virtualización), o incluso sobre el ​hardware d
software​.
Aparte de compartir la información (aplicaciones y/o datos), pueden buscarse
aplicaciones GNU/Linux que sustituyan a las originales ​Windows ​a medida que el
usuario vaya aprendiendo a utilizarlas, y observe que cumplen las funcionalidades
esperadas.

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