Este documento describe los pasos para que un usuario migre de Windows a Linux. Primero se recomienda probar Linux mediante un Live CD para verificar la compatibilidad del hardware. Luego se debe decidir qué distribución de Linux instalar, reservar espacio en disco, e instalar el sistema operativo y software. Finalmente, existen varias formas de compartir archivos y aplicaciones entre Linux y Windows, como usar utilidades como mtools o montar particiones, o emuladores como Wine.
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Este documento describe los pasos para que un usuario migre de Windows a Linux. Primero se recomienda probar Linux mediante un Live CD para verificar la compatibilidad del hardware. Luego se debe decidir qué distribución de Linux instalar, reservar espacio en disco, e instalar el sistema operativo y software. Finalmente, existen varias formas de compartir archivos y aplicaciones entre Linux y Windows, como usar utilidades como mtools o montar particiones, o emuladores como Wine.
Este documento describe los pasos para que un usuario migre de Windows a Linux. Primero se recomienda probar Linux mediante un Live CD para verificar la compatibilidad del hardware. Luego se debe decidir qué distribución de Linux instalar, reservar espacio en disco, e instalar el sistema operativo y software. Finalmente, existen varias formas de compartir archivos y aplicaciones entre Linux y Windows, como usar utilidades como mtools o montar particiones, o emuladores como Wine.
Este documento describe los pasos para que un usuario migre de Windows a Linux. Primero se recomienda probar Linux mediante un Live CD para verificar la compatibilidad del hardware. Luego se debe decidir qué distribución de Linux instalar, reservar espacio en disco, e instalar el sistema operativo y software. Finalmente, existen varias formas de compartir archivos y aplicaciones entre Linux y Windows, como usar utilidades como mtools o montar particiones, o emuladores como Wine.
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Enunciado de la actividad
Para comenzar a desarrollar la integración de contenidos del módulo 3, vamos a iniciar
realizando una lectura del caso propuesto. En esta oportunidad trabajaremos sobre una problemática muy habitual: un usuario decide migrar de un sistema operativo a otro. En este caso, de Windows a Linux.
Migración individual de un usuario de escritorio Windows a un sistema GNU/Linux.
Un usuario de Windows se plantea la migración a GNU/Linux. Normalmente, primero
se pasará por un periodo de convivencia, de modo que el usuario dispondrá de los dos sistemas, y dedicará cada uno de ellos a una serie de tareas: continuará desarrollando tareas en Windows mientras aprende el nuevo sistema y encuentra software equivalente, o software nuevo que le permita hacer otras tareas para las que antes no disponía de software. La migración para un usuario personal es quizás uno de los procesos más complejos; hay que ofrecerle alternativas a lo que ya utiliza comúnmente, de manera que la adaptación no entrañe muchas complejidades extra y pueda adaptarse progresivamente con facilidad al nuevo sistema. Una primera posibilidad será hacer una instalación dual del sistema original (un Windows XP, 7 o superior por ejemplo), junto con el sistema GNU/Linux. Un primer paso en una determinada configuración de máquina consistirá en verificar que nuestro hardware sea compatible con Linux, ya sea por medio de alguna lista de verificando con el fabricante, por si fuera necesario compatibilidad de hardware o adquirir nuevos componentes o configurar de alguna forma particular el existente. Si desconocemos nuestro hardware, podemos verificarlo o bien en Windows con el “administrador de dispositivos” (en el panel de control), o algún software de reconocimiento de hardware. Por otra parte, un método recomendable es la utilización de distribuciones GNU/ Linux de tipo LiveCD, que nos permitirán sin instalación física comprobar el funcionamiento de GNU/Linux en nuestro hardware, ya que el único requisito es la posibilidad de arranque del sistema desde CD/DVD (en algunos casos se necesitará modificar la configuración BIOS para permitir este arranque). Existen LiveCD como Knoppix con gran soporte hardware para las comprobaciones, así como los de la mayoría de las distribuciones GNU/Linux que suelen ofrecer LiveCD para la comprobación inicial de funcionamiento (en algunos casos, por ejemplo, Ubuntu la instalación completa puede realizarse desde el mismo LiveCD). En todo caso cabe señalar que la prueba con un LiveCD concreto no nos impide que puedan surgir dificultades en la instalación final, debido o bien a que el LiveCD no es de la misma distribución GNU/Linux que la que finalmente instalaremos, o las versiones del sistema y/o aplicaciones no serán las mismas. En cuanto a la instalación física en disco, necesitaremos disponer o bien de espacio libre en disco no particionado, o bien, si estamos en particiones de tipo FAT/32, podemos liberar espacio con programas que permitan el reajuste del tamaño de las particiones, que permiten recortar la partición existente (un backup previo de los datos es evidentemente recomendable). En la actualidad la mayor parte de las distribuciones soportan diversos esquemas de particionado del disco y el recorte de particiones, aunque dependiendo de la distribución, pueden surgir problemas. En caso de no disponer del espacio suficiente, o de tener particiones con sistemas de ficheros que presenten problemas (por ejemplo, NTFS en algunas distribuciones), habrá que plantearse comprar un nuevo disco duro complementario, que dedicaremos totalmente o en parte a GNU/ Linux. Una vez completada la revisión del hardware, tendremos que decidir la distribución del sistema GNU/Linux que usaremos (una posibilidad apuntada antes, es escoger un LiveCD que nos haya satisfecho, y pasar a la instalación de la distribución). Si el usuario es poco experimentado en GNU/Linux, o tiene conocimientos básicos de informática, mejor decidirse por alguna de las distribuciones más “amigables” de cara al usuario, como Fedora, Mandriva, SuSe, o similares (cabe destacar las facilidades de Ubuntu en este punto). Si tenemos más conocimientos o estamos tentados a experimentar, podemos probar una distribución Debian. En el caso de las comerciales, la distribución, la mayoría de veces, con un hardware compatible (en algunos casos como Red Hat y SuSe, versiones empresariales, las distribuidoras certifican el hardware que soportan), se instala perfectamente sin problemas, y se realizan configuraciones básicas que permiten utilizar ya el operativo. En el proceso tendremos que instalar el software, que normalmente vendrá definido por unos conjuntos de software orientados: a servidores, a aplicaciones concretas, o a aplicaciones de escritorio como las ofimáticas, aplicaciones de desarrollo (si nos interesa la programación), etc. Una vez instalado el sistema, se plantea el tema de la compartición de datos, ¿cómo compartimos datos entre los dos sistemas? o ¿hay posibilidad de compartir algunas aplicaciones?. Para esto hay varias soluciones: a) Método por “intermediario”: Consiste en compartir los datos. Para ello, lo mejor son las utilidades denominadas mtools, son utilidades que permiten acceder a discos con formato MS-DOS de forma transparente, y existen múltiples comandos de línea que funcionan de forma muy parecida a MS-DOS o Windows. Estos comandos se llaman exactamente como los comandos MS-DOS originales, sólo que con una “m” delante, por ejemplo: mcd, mcopy, mdir, mdel, mformat, mtype, etc. b) Método directo: Consiste en usar directamente los sistemas de ficheros de Windows. Como veremos en la unidad de administración local, GNU/Linux puede leer y escribir una gran cantidad de sistemas de ficheros, entre ellos el FAT, FAT32, y NTFS (sólo lectura en algunos casos, aunque la mayoría de distribuciones ya incorporan el driver ntfs-3g que permite la escritura). Se tiene que pasar por un proceso denominado “de montaje”, que permite incorporar el sistema de ficheros de Windows a un punto del árbol de archivos de Linux; por ejemplo, podríamos montar nuestro disco Windows en /mnt/Windows y acceder desde este punto a sus carpetas y archivos, permitiendo escrituras y lecturas. Con los ficheros de texto ASCII, hay que tener en cuenta las conversiones, ya que UNIX y Windows los tratan de modo diferente: en UNIX, el final de línea tiene un sólo carácter, el avance de línea, ASCII 10, mientras que en Windows hay dos, un retorno y un avance de línea, caracteres ASCII 13 y 10 (como detalle curioso en MAC es el ASCII 13) con lo cual, suele ser habitual que, al leer un fichero ASCII dos/windows, éste contenga caracteres “raros” al final de línea. Hay editores como Emacs que los tratan de forma transparente y, en todo caso, hay utilidades GNU/Linux que permiten convertirlos de uno a otro formato (con utilidades como duconv, recode, dos2UNIX, UNIX2dos). c) Uso de aplicaciones: Existen algunas alternativas para poder ejecutar las aplicaciones (no todas) de MS-DOS y Windows. Para GNU/Linux hay emuladores de MS-DOS como Dosemu o DOsBox, y para Windows existe el software de ejecución Wine. Éste puede ejecutar diversas aplicaciones de Windows (por ejemplo, permite ejecutar algunas versiones de Office e Internet Explorer), pero se continúa mejorando constantemente. Si la ejecución de aplicaciones Windows es imprescindible, nos puede ayudar algún software c omercial: los cuales dan soporte extra a Wine, existen por ejemplo, Win4Lin, CrossOver y en algún caso con soporte especial para juegos como Cedega. Otra posible solución es el uso de las máquinas virtuales; un ejemplo de software de amplio uso es VMware, que crea como máquina virtual un PC completo, simulado por software, en el cual se le puede instalar un gran número diferente de sistemas operativos. VMware está disponible en versiones para Windows y para GNU/Linux, lo que permite tener un GNU/Linux Instalado con un Windows corriendo virtualmente sobre él, o un Windows con GNU/Linux en virtual. Existen también otras soluciones de máquina virtual libres como QEmu, Bochs. En otro segmento, las máquinas virtuales, o genéricamente la virtualización se usa orientada a la creación de servidores virtuales, con soluciones como Vmware server, o los proyectos abiertos Xen, OpenVZ, Vserver; donde es posible hacer coexistir varias máquinas virtuales corriendo sobre un operativo (normalmente a través de modificaciones en el Kernel que soporten esta irectamente, con pequeñas capas de virtualización), o incluso sobre el hardware d software. Aparte de compartir la información (aplicaciones y/o datos), pueden buscarse aplicaciones GNU/Linux que sustituyan a las originales Windows a medida que el usuario vaya aprendiendo a utilizarlas, y observe que cumplen las funcionalidades esperadas.