Alcachofa
Alcachofa
Alcachofa
Enfermedades que
atacan a la alcachofa
Cada enfermedad produce síntomas que por lo general, son característicos, sin
embargo, hay casos en que un mismo síntoma puede corresponder a más de un
problema y, por lo tanto, es necesario que un técnico con experiencia ayude a
identificarlos correctamente, recurriendo a análisis de laboratorio que permitan
una identificación inequívoca. Sólo contando con un buen diagnóstico se puede
elegir el método de control más adecuado.
especialmente las dejadas por insectos, heladas u otra causa. El hongo sobrevive
mediante estructuras de resistencia, formada por la compactación del micelio
llamados esclerocios, los que son de color negro y pueden permanecer en el
suelo por mucho tiempo. El hongo también puede permanecer saprofíticamente
en restos de cultivo, hojas senescentes, en el suelo o malezas (Latorre, 2004).
Oídio
Dos agentes causales han sido asociados con esta enfermedad en alcachofas,
estos son Leveillula taurica anamorfo Oidiopsis taurica y Golovinomyces cicho-
racearum (previamente llamada Erysiphe cichoracearum) anamorfo Oidium sp. El
oídio se caracteriza por la presencia de micelio blanquecino y pulverulento, sobre
las brácteas y/o tallos; lesiones pequeñas y café en hojas basales (Figura 9.5).
Posteriormente se observa necrosis foliar y presencia de cuerpos frutales de color
naranja a café llamados cleistotecios en el envés de las hojas (Fernández, 1990).
Verticilosis
Figura 9.7. Marchitez del follaje y necrosis vascular, características de plantas con
verticilosis.
· Arado profundo.
Recomendaciones Generales
· Control Químico: Se debe recurrir al control químico sólo como última al-
ternativa. Los controles químicos deben usarse sólo cuando sea necesario y
con frecuencia, sólo en momentos específicos del ciclo de una determinada
enfermedad. Debe privilegiarse el uso de los agroquímicos específicos, por
sobre los de amplio espectro de acción y éstos deben utilizarse en las dosis
mínimas recomendadas por el fabricante, siempre respetando las precau-
ciones que se indican en la etiqueta en cuanto a los períodos de carencia, al
efecto residual del producto, a la disposición de los envases y a la protección
de las personas que aplican los agroquímicos.
Junto con la utilización del MIPE, siempre es recomendable el uso de las llama-
das “Buenas Prácticas Agrícolas” (BPA), que son las acciones involucradas en la
producción, almacenamiento, procesamiento y transporte de productos de origen
agropecuario, orientadas a asegurar la inocuidad del producto, la protección al
medio ambiente y el bienestar laboral. Ellas incluyen el manejo de suelo, del
agua, de los fertilizantes y de los productos fitosanitarios, durante el cultivo,
la cosecha, el empaque, el transporte y el almacenado del producto. Las BPA
también norman la higiene en el predio, los servicios básicos para el personal,
Virus
Por otra parte, los análisis arrojaron ausencia en todas las nuestras y tejidos
analizados de otros virus examinados, como el virus del mosaico del pepino
(CMV), Virus del mosaico amarillo del poroto (BYMV) y virus de la marchitez
manchada del tomate (TSWV).
· Virus del mosaico de la alfalfa (AMV): Este virus afecta muchos otros
hospederos y es también del tipo no-persistente transmitido por áfidos, y
posiblemente por semillas y polen.
Koike, S., Gladders, P. and Paulus, A. 2007. Vegetable diseases. A colour han-
dbook. Academic Press. 448 p.
Latorre, B. 1990. (ed.) Plagas de las hortalizas. Manual de manejo integrado. FAO.
Oficina Regional para América Latina y el Caribe Santiago FAO 1990. 520 p.