Aguilar-Relacionando El Trabajo - Encuentros y Desencuentros Con Trabajadoras en San Francisco Shaxni
Aguilar-Relacionando El Trabajo - Encuentros y Desencuentros Con Trabajadoras en San Francisco Shaxni
Aguilar-Relacionando El Trabajo - Encuentros y Desencuentros Con Trabajadoras en San Francisco Shaxni
TESIS
QUE PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE
LICENCIADO EN ETNOLOGÍA
PRESENTA
A doña Ana y a don Lupe, que en todo momento y de manera incondicional colaboran
enseñándome, recibiéndome en su casa y en especial haciéndome uno de los suyos. Que su
apoyo siempre presente, con mucho, rebasa este proyecto. Sin ellos, gran parte de lo escrito
en la presente tesis no hubiese sido posible. A Jaciel, por las enseñanzas y aventuras en el
campo. A Lupita, por su eterna apertura y su compartir sin límites, que, aunque no siempre
coincidimos en SFS, seguía enseñándome y abriéndome los ojos ante cuestiones
trascendentes. A Edith y a Gaby, por su recibimiento con una amabilidad incansable. A
Alfredo, por su alegre respeto. A Muñeca, Mía, Laica y Caporal, que por su eterna amistad
pude siempre ser aceptado por cualquier integrante de la banda perruna y entrar sin temor a
su territorio. A toda la familia Rodríguez Blas, que me consideran uno más de la familia y
que sepan que hay reciprocidad en ello.
A las mujeres que trabajan en la fábrica de maquila, que entre ellas son Fátima,
Ariana, Esperanza, Flavia, Guadalupe, Isabel, Iveth, Julia, Laura, Lucero, María del Carmen,
Maribel, Pilar, Lorena, Reina, Silvia, Verónica, Yaneth, Yadira, Rosa y Estrella quienes
directa o indirectamente me enseñaron al respecto de la fábrica. Entre aquellas personas que
conocí en la fábrica y a quienes también se le extiende la gratitud es a David y a Jorge.
A don Benjamín, que desde donde nos mire, sepa que su tiempo y conocimiento
compartido al trabajar con el maguey fue muy valioso. Así como a todas aquellas personas de
San Francisco Shaxni que no se mencionan, pero que contribuyeron a darle sentido al proyecto.
i
A todas las personas que me acompañaron en el proceso, dentro y fuera, de clases en
la ENAH y de quienes aprendí continua y afectivamente; muchas de éstas personas forman
la “Etnografía pulquera”, entre ellas reconozco el apoyo y acompañamiento de Nallely a lo
largo de ese proceso. A Cris, con quien compartí el aula de clases en diferentes posiciones y
quien siempre me inspira; por su ayuda incondicional en los momentos turbulentos y a quien
le guardo sumo respeto y admiración por su erudición inconmensurable y su alma siempre
revolucionaria. A Suelika, por su lectura y comentarios. A Sebas y Gaby, que juntos
incursionamos la exploración de un autor que aportó a la presente descripción.
A Alexandra Elbakyan, quien ha sido una persona fundamental para mis lecturas, pues
sin su aportación, mucha de mi recepción académica, simplemente no se hubiese logrado.
Hay muchas personas a quienes la gratitud se extiende, que fueron importantes para
finalizar el presente proyecto y que aportaron lo más valioso que aquí se intenta describir.
Pero en última instancia, cualquier error, incomprensión, incoherencia ya sea del lado
académico o con la vida y experiencia de las personas de San Francisco Shaxni, solo yo la
he de asumir. Gracias a todas las personas y especies compañeras.
ii
… estoy totalmente de acuerdo con que haya mejores oportunidades de trabajo
para todos y todas; no se me hace justo que sólo unas cuantas personas
recomendadas sean las que tengan oportunidades de trabajo, eso es lo que ha
pasado y sigue pasando: los hijos de los empresarios son los que tienen las
mejores oportunidades de trabajo. Es justo que todas las personas que tengan
la misma preparación tengan igualmente las mismas oportunidades y el mismo
sueldo.
Ahora, ¿qué pasa con las mujeres?, ¿qué papel tenemos? Somos nosotras
las más vulneradas, las que trabajamos invisiblemente; nosotras que también
trabajamos el campo pero, antes de ir al campo, trabajamos en la cocina para
el alimento de los hijos y los maridos. Después de esto, nos vamos a trabajar en
el cultivo de maíz, de frijol y al corte de café. Pero ahí no acaba el trabajo,
llegando a la casa hay que preparar la comida, limpiar la casa y preparar el
nixtamal para el día siguiente. A pesar de esto, hay personas que dicen que
las mujeres casi no hacemos nada, que es el hombre el que mantiene el hogar,
así nos lo han enseñado y, además de todo, muchas mujeres no tenemos
derecho a poseer tierras.
Guadalupe Vázquez Luna (2017)
If we want to know something about social life, our first step is to immerse
ourselves in its ways, to learn it. Across the divide between humans and other
species, we have work to do together.
I’ll call that work ‘critical description’: critical, because it asks urgent
questions; and description, because it extends and disciplines curiosity about
life. At the intersection of ethnography and natural history, we have a lot to
learn about how humans and other species come into ways of life through webs
of social relations […] we need to know what more-than-human socialities are
being made.
Anna Tsing (2013)
INDICE
Agradecimientos .................................................................................................................................. i
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 1
Formas diferentes de experimentar y conceptualizar el trabajo ...................................................... 1
Formas dadas al trabajo ............................................................................................................... 1
CAPÍTULO 1 .................................................................................................................................... 15
La fiesta: trabajo o pachanga ......................................................................................................... 15
La fiesta con el Santo Patrono: extendiendo el entendimiento.................................................. 17
CAPÍTULO 2 .................................................................................................................................... 37
Fabricando a los trabajadores o trabajando en la fábrica .............................................................. 37
Trabajo como entidad discreta .................................................................................................. 38
CAPÍTULO 3 .................................................................................................................................... 62
Trabajos situados ........................................................................................................................... 62
El hacer las tortillas: campos de trabajo .................................................................................... 63
CAPÍTULO 4 .................................................................................................................................... 91
Contratiempos ............................................................................................................................... 91
Ritmos de vida, trabajar con ...................................................................................................... 95
1
SFS es un lugar ubicado al noroeste del municipio de Acambay y su población oscila entre las 2300 personas.
2
Misma que fue suscrita por los 193 miembros de las Naciones Unidas –en donde se encuentra México– y que
“es la guía de referencia para el trabajo de la comunidad internacional hasta el año 2030” (Comisión Económica
para América Latina y el Caribe s/f).
1
económico más fuerte e inclusivo, y mayor crecimiento significa más recursos disponibles
para crear empleos decentes” (Ryder, s/f, 2, énfasis agregado).
Bajo este contexto, existen numerosas referencias tanto de artículos y noticias que
difunden el problema del desempleo haciendo énfasis en aspectos como: la urgencia de un
“cambio en las políticas económicas, de manera que se den más incentivos a la creación de
empleos formales” (Gómez 2017, énfasis agregado). El visibilizar la brecha existente de
desigualdad, que se incrementa cada vez más, “entre hombres y mujeres en cuanto a la
oportunidad de acceder a un empleo” (Morera 2014). O bien donde se da cuenta de que, en
el ambiente político-económico, existe la “idea de que la solución tiene que pasar por la
famosa flexibilización en la contratación de empleados”, y que de manera constante se
enuncia que “nuestro sistema laboral es demasiado rígido y que no resulta atractivo para los
empresarios lanzarse a la aventura de contratar trabajadores y con ello enfrentar una multitud
de responsabilidades directas e indirectas”(de Buen 2009).
3
En términos generales, en México se registra en total una población en edad de trabajar de 94,946,635 que de
acuerdo a “las modificaciones al Artículo 123 Constitucional relativas al cambio de la edad mínima para trabajar
[…] las cifras e indicadores de ocupación y empleo se difundirán de 15 años y más.” (Secretaría del Trabajo y
Previción Social 2019). Esto se divide en Población Económicamente Activa (PEA), “Personas […] que durante
el periodo de referencia tuvieron o realizaron una actividad económica [...] o buscaron activamente realizarla”
(Secretaría del Trabajo y Previsión Social s/f). Y la Población Económicamente Inactiva (PEI), con ello se
indica que está constituida por “personas […] que durante el periodo de referencia no tuvieron un empleo ni
realizaron una actividad económica, ni buscaron desempeñar una en el último mes previo al día de la entrevista”
(Secretaría del Trabajo y Previsión Social s/f). Un dato que vale la pena incluir, es que “la población
económicamente inactiva [que] de acuerdo a su condición de inactividad se clasifica en: estudiantes, personas
dedicadas a los quehaceres domésticos, pensionados y/o jubilados; personas de edad avanzada; incapacitados
para trabajar por el resto de su vida y otros inactivos” (Instituto Nacional de Estadística y Geografía e
Informática s/f, énfasis agregado).
2
Otro rubro, que permea en todos los ODS, plantea que “los pueblos indígenas [están]
en la mira”, debido a que “están expuestos a muchas amenazas por lo que respecta a su modo
de vida tradicional; suelen ser discriminados; y se ven obligados a afrontar dificultades para
lograr un trabajo decente” (Organización Internacional del Trabajo, s/f, 1,5, énfasis
agregado). Siguiendo la argumentación, se plantea que “muchas actividades tradicionales no
bastan para atender las necesidades de las mujeres y los hombres indígenas debido a su
escasa capacidad de generar ingresos, la falta de capacitación, la vinculación limitada con
el mercado, y los niveles más bajos de productividad” (Ibid., 5, énfasis agregado).
En México, en la década de 1970, el tema surgió con cuatro proyectos (en Ciudad
Sahagún, Hidalgo; en León, Guanajuato; en Azcapotzalco, Ciudad de México; y en Jalisco)
enfocados a la “antropología industrial o del trabajo”. El enfoque de los cuatro proyectos tuvo
por lo menos dos ejes: el primero, fue el abordaje de la “formación de la clase obrera
mexicana”; y el segundo, la simbiosis campo-fábrica abordando “el papel jugado por el Estado
como rector y promotor de políticas industriales […] dando cuenta de las repercusiones de la
industrialización en las economías campesinas” (Bueno y Gabayet 1993, 9–10).
3
Sandra Wallman en 1979 organizó una serie de conferencias de la Association of
Social Anthropologists titulada “The Anthropology of Work”. Fueron 14 conferencias que
involucraron dos temas primordiales: el trabajo de ganarse la vida y el trabajo de identidad
personal y grupal. Pero a pesar de que concedan que el trabajo, dentro de cada “sociedad”
[su término], tiene una variedad de significados diferentes, los postulados generales de las 14
conferencias tienen un punto en común, puesto que se afirma que “el trabajo es sobre el
control”. Es decir, que el “propósito primordial del trabajo es la necesidad humana de
controlar la naturaleza, de ganarse la vida y de imponerle la cultura” (Wallman 1979, 3)4. En
este sentido las dimensiones que manejan las 14 conferencias, en torno al trabajo, van desde
la energía, el incentivo, el valor, la persona, la identidad y alienación, la tecnología, los
recursos y el tiempo.
Es así que las articulaciones entre las dimensiones y el trabajo son tales como, para
definir “que el trabajo es un gasto de tiempo y energía en todo tipo de trabajo: instrumental,
social, simbólico [etc.]”. O bien que, “el trabajo es el desempeño de las tareas necesarias y la
producción de los valores necesarios, tanto morales como económicos”. Es decir que, el
“trabajo puede definirse como la gestión de la producción o la conversión de los recursos
necesarios para el sustento”, esto es, una suma plena tanto de las destrezas del capital como
de las reclamaciones sociales. Otra afirmación –respecto al trabajo, al tiempo y al dinero– es
que a menudo “cuando los valores monetarios pertenecen al tiempo y el dinero pertenece a
diferentes ecuaciones de trabajo: el trabajo estructura el tiempo [de vida de las personas]; el
dinero recompensa (algunos) trabajos” (Wallman 1979, 7–15 énfasis agregado).
Una aportación que resalta de estas 14 conferencias es la de Wadel (1979, 380, énfasis
original), quien al hablar de las sociedades —que él llama primitivas— referente a las
actividades que en occidente se dan a entender como trabajo, es que lo que “parece
característico de aquellas sociedades no es que las actividades que llamamos trabajo no se
conceptualicen, sino que aquellas actividades son conceptualizadas en asociación con las
relaciones sociales”.
4
Todas las traducciones de la presente tesis son responsabilidad de quien suscribe la misma.
4
Stony Brook y que tuvo continuación por lo menos hasta 1985. El formato de su curso se
dividió en tres secciones: la primera abordaba la “división laboral, del trabajo y de la vida
comunitaria entre […] una diversidad de sociedades no industriales”, además interesarse por
cambio económico y cultural que generó la introducción de dinero en efectivo y de mercados
en dichas sociedades. La segunda sección, consistía en dar cuenta de “un enfoque histórico
para trabajar en la sociedad moderna”, tomando en cuenta, el proceso inicial de
industrialización temprana y su desarrollo, donde se incluyen las fábricas textiles. Y la última
sección, se enfocaba en el “surgimiento de los sindicatos, la negociación colectiva, las
relaciones laborales y los procesos de solución de controversias” (Glick 1985, 6).
Gerd Splittler (2010) concluye –después de hacer un recuento sobre los científicos
sociales del siglo XIX y su influencia para lo que sería, hoy en día, la antropología del
trabajo– que si hemos de tomar con seriedad la antropología, “como la ‘ciencia del hombre’,
entonces deberíamos examinar el trabajo principalmente como una acción humana” (2010,
37, énfasis agregado).
5
El abordaje en lo que respecta al “trabajo” en antropología es muy amplio. Aquí se colocan algunas referencias
de algunas publicaciones, en y además de estas dos revistas, donde el tema del trabajo lo desarrollan en relación
al género (M. Rojas 2018; Oliver 2018; Becerra 2018; Cutuli 2018; Serna 2003; Goren 2017; Jurado 2017;
Tenorio 2018), a la etnicidad (Timo 2017; Pérez Sáinz 1990; Stephen 2004), a la migración (Magliano 2017;
Be 2019; Saldaña 2019; Parra 2019; Remírez-García 2019; Mena 2019; Castracani 2018), a lo político
empresarial (Falquet 2003; Ciolli 2016; Salazar 2016; Longo 2016), a los sindicatos (Wolanski 2017), a la
cuestión minera (Novelo 2019; Cioccari 2011; Ruiz 2018), al salario (Esponda 2017; Federici 2018, 2013b), a
la familia (Howell 2003), a las resistencias (Santos 2018; Aiziczon 2018; Pineyro 2018; G. Rojas y Contreras
2018; Alvarado 2018; Rodriguez 2019; Danser 2016), etc.
5
SUPUESTOS DEL TRABAJO DADO Y LA APERTURA DE LA NOCIÓN DE TRABAJO EN
SFS
En este sentido, si pensamos en los supuestos básicos del trabajo, podemos vislumbrar
una constante. Básicamente se trata de dos cosas: la primera es, una conexión primordial
entre el trabajo y el dinero; y la segunda se refiere a la idea de que son los seres humanos los
únicos que trabajan. En relación a lo anterior, lo que se pretende es, menos el refutar las
declaraciones hechas en los tres términos mencionados que reflexionar al respecto.
Lo que resulta interesante aquí, es menos el discutir —en parte— lo que constituye
dicho discurso, que el hacer un señalamiento hacia donde se dirige dicha perspectiva: lo que
es un trabajo (decente), que a la vez indica aquello que no lo es, como lo hacen saber los
ODS de la OIT. Esta manera de dirigir, no solo es proyectada para los pueblos indígenas
como a los no indígenas, sino también es en conexión con el procedimiento y la intervención
para crear trabajo (decente). Incluso para la prevención del desempleo, y con ello todos los
otros grandes problemas que acechan a México, en particular, y al mundo en general.
6
Desde un tipo de configuración, el “trabajo decente y el crecimiento económico” no
tendría que ser la causa de algún problema. Puesto que, superando la distinción de qué es (o
no es) un trabajo (decente) y con ello quiénes hacen o proporcionan un trabajo (decente o no
decente), el cumplimiento de los ODS beneficiarían a todos aquellos que conforman las
Naciones Unidas. Seguido de esto, que el procedimiento y la intervención sea una cuestión
generalizada, se debe a que esta perspectiva considera que el trabajo es algo creado antes de
que se les viva, que se lleva a cabo en localidades y sociedades de personas dadas. A pesar
de lo anterior, si nos aproximamos a los propósitos análogos a los de la OIT en los ODS, en
algunos lugares del país que albergan a pueblos indígenas y/o no indígenas, encontramos que
dicha ejecución y los resultados esperados de los ODS no marchan de la manera anunciada.
Tal es la situación de las personas que habitan en San Francisco Shaxni en el Estado
de México, pues dicha situación es de lo que trata esta tesis. Donde personas ajenas a dicho
lugar, con puestos a nivel Estatal —en colaboración con empresarios— plantean que las
personas, en una fábrica de maquila6, “cuando llega la fiesta del pueblo, están ocho días en
la fiesta y no van a trabajar, y para una empresa un minuto perdido es pérdida económica, es
mucho dinero”. Intuyen que “no son responsables” y que “es muy difícil quitarles sus
costumbres y tradiciones” (Osornio 2017, comunicación personal). Por otra parte, la
configuración de las personas de SFS es diferente, pues éstas —u otros seres— se ocupan
constantemente para cubrir cada una de sus responsabilidades, o bien existen relaciones que
posibilitan/potencian, en algunos casos, a cubrirlas; es decir, trabajan cada día.
6
Misma que se instaló en SFS con la idea de contrarrestar el alto grado de marginación, además de tener como
objetivo hacer de aquél, un lugar “sostenible”. Que de acuerdo a una entrevista con Leticia Osornio —quien en
el periodo del 2009-2012 fue directora de Desarrollo Social en Acambay y “madrina” de SFS— fue ella quien
inició la gestión y buscó a los empresarios para la instalación de la fábrica de maquila, además de hacer
reuniones con algunas personas de SFS para tal cometido. La marginación, acorde a la CONAPO, se calcula en
referencia a indicadores socioeconómicos que van desde el porcentaje de población de 15 años o más analfabeta
o sin primaria completa; el porcentaje de ocupantes en viviendas particulares habitadas sin drenaje ni servicio
sanitario y/o energía eléctrica, sin agua entubada, con piso de suelo; el porcentaje de viviendas particulares
habitadas con algún nivel de hacinamiento; el porcentaje de población ocupada con ingresos de hasta dos
salarios mínimo, entre otros (CONAPO 2010).
7
en que las personas de SFS lleven a cabo sus trabajos. Más bien, es que las personas de SFS
tienen una perspectiva otra respecto al trabajo; esta construcción de conocimiento se
encuentra en conexión con sus propios campos sobre lo innato y lo artificial (Wagner 2019
[1975], 206–18). Aquello que difiere entre Leticia Osornio-empresarios7 y las personas de
SFS, me atrevería a decir, se sitúa en un horizonte ontológico 8, de forma tal que ambas
perspectivas traducen y a la vez se relacionan con preceptos que son tajantemente diferentes.
Lo cual nos indica que la palabra trabajo responde, por lo menos, a dos significados en el
contexto de SFS9. Ello se devela cuando Anastasia Blas, una persona de SFS, en una ocasión
me hizo el comentario respecto a la compra de tortillas, por ende haciendo referencia a la
propia elaboración, o sea a todo el trabajo relacionado con el hacerlas. Pues al momento de
comer parecía que las tortillas no eran suficientes y mandó a su hija a comprar 2 kilos, cosa
que es inusual ya que Anastasia Blas siempre hace sus tortillas, entonces el comentario
emitido fue el de, “¡Ay, eso de comprar tortillas, que flojera!” (Comunicación personal 2017).
Por lo tanto, esta tesis abordará el tema de la noción de trabajo de las personas de
San Francisco Shaxni del municipio de Acambay de Ruiz Castañeda en el Estado de México.
Para abordar este tema, se parte del hecho de evitar el atribuir el concepto de trabajo –
establecido, convencionalizado o dado– a las personas de SFS. O en otras palabras, se busca
menos el “objetivar otras culturas a través de nuestra realidad” que “ofrecer un contraste con
nuestra cultura, un contra-ejemplo de ella, como un sistema total de conceptualización”
(Wagner 2019, 298,301). En términos más precisos, para abordar la noción de trabajo,
7
Aquí las resonancias de los tres términos mencionados líneas arriba también están presentes.
8
Siguiendo a Holbraad y Pedersen, lo que se quiere dar a entender es aquello “con lo que nos referimos a
compromisos básicos y suposiciones sobre qué son las cosas y qué podrían llegar a ser (incluyendo cosas como
sociedad, cultura, política y poder)” y donde colocamos al trabajo. Ya que “en última instancia lo que oscurece
las gafas del antropólogo no son presuposiciones sociales, culturales, políticas o de otro tipo, sino ontológicas”
y en este sentido “no es tanto una cuestión de, en otras palabras, ‘ver de otra manera’. Es sobre todo una cuestión
de ver cosas diferentes” (2017, 5–6, énfasis original).
9
Esto en otros lugares es un fenómeno llamado homonimia (Viveiros de Castro 2004), es decir el mismo
término pero con diferentes conceptos.
8
partiremos de evitar hacer de la vida de las personas de SFS uno u “<<otros modos>> de
tratar nuestra propia realidad” (Wagner 2019, 298).
De tal manera que a partir de los tres ámbitos mencionados —con su posición sobre
lo que es el trabajo— que se reflejan en la perspectiva de Leticia Osornio y puesto en relación
con las experiencias de las personas de SFS, emana la primera hipótesis. Esta es que, al
hablar, pensar y vivir el trabajo, las personas de SFS y Leticia Osornio no están refiriéndose
a lo mismo. Puesto que las conexiones, efectos e implicaciones que surgen del trabajo con
las personas de SFS, difieren tajantemente de la narrativa de Leticia Osornio.
En este sentido, y como segunda hipótesis, el trabajo —visto sobre la metáfora tiempo
como dinero, en voz de Leticia Osornio— no es lo único que difiere entre las dos
perspectivas, sino también el tiempo mismo. Pues el tiempo, como un concepto lineal —que
es el pensamiento occidental— ofrece definiciones como que el tiempo “es la oscilación
cognitiva continua entre un objeto y puntos situados a distancia” (Lasky 2002, 20). Y de ahí
se siguen aquellas definiciones donde el tiempo “es un hecho objetivo de la creación natural”;
o por otro lado, se le ve “como una manera [subjetiva] de contemplar los eventos”. Pero en
las dos formas “el tiempo se presenta como un dato natural”, y en última instancia lo que está
de fondo es “un individuo solitario que se enfrenta al mundo, sujeto ante objeto, y comienza
a conocer” (Elias 2013, 22). Estas definiciones han arrastrado consigo la visión aristotélica
del tiempo como “la medida del movimiento en la perspectiva del antes y después”, y esto es
expresado en que el tiempo se mide “con relojes que tienen un movimiento periódico”
(Prigogine 1998, 83–84).
Seguida de estas hipótesis —la que existen diferentes formas en que se experimenta
y se conceptualiza el trabajo y el tiempo en SFS— se emite una tercera. Misma que toma en
consideración que, las personas de SFS preponderan la vinculación del tiempo y el trabajo
hacia el sostenimiento de la vida y por lo tanto de las relaciones interpersonales y no al dinero.
Cabe resaltar, que eso no significa que el dinero esté ausente. Por otra parte, en la perspectiva
de Leticia Osornio se prioriza la vinculación del trabajo, el tiempo y el dinero en detrimento
de las relaciones interpersonales. Pero éstas —se resalta— no dejan de estar presentes. Por
9
lo tanto, la hipótesis es que en SFS existen, por lo menos, dos diferentes nociones de trabajo:
una que se despliega a —lo que llamaré— la lógica de la socialidad, mientras que la otra se
despliega en —lo que he de enunciar— una lógica de la perspectiva de la mercancía.
Es así que el conocer y describir las relaciones de las distintas cotidianidades, a partir
de la experiencia de las personas de SFS y su entorno, es con el fin de identificar las
conexiones primordiales que se conjugan entre el tiempo y el trabajo. Otro objetivo
específico, que ayudará para llegar al objetivo general, es el de indagar —en la perspectiva
personificada en Leticia Osornio— los aspectos que definen al trabajo, así como examinar la
correlación entre el tiempo y el dinero. Por lo tanto, la pregunta en la que esta investigación
se enfoca es ¿qué es la noción de trabajo de las personas de San Francisco Shaxni en el
municipio de Acambay de Ruiz Castañeda en el Estado de México y cómo se experimenta?
De ella se sigue indagar ¿cuáles y cómo son las relaciones entre el trabajo y el tiempo que se
despliegan en las cotidianidades de las personas de SFS, tanto como en la narrativa de Leticia
Osornio?
10
posibilidad de ganar dinero en la fiesta para incluir la responsabilidad de trabajar, el tiempo
y las ganancias monetarias únicamente en la fábrica de maquila.
10
En este punto se anticipa que “sitio” se usa única y exclusivamente para crear la conexión que posibilite el
surgimiento de las relaciones a abordar para ambas perspectivas, es así que no se usa para la caracterización de
una u otra perspectiva. Para ello en el capítulo 4 se recurre a la noción de “lugar” para hablar en lo que
corresponde a la perspectiva de las personas de SFS y de paso se menciona la noción de espacio para aquello
que concierne a la perspectiva de la mercancía. Por otra parte, el título del capítulo 3 “Trabajo situados” tiene
de fondo y hace referencia a la postura de “conocimientos situados” de Donna Haraway (1995a).
11
Así esta relación evidencia a la fábrica como sitio de trabajo y por participantes se toma en
cuenta solo la especie humana. Además nos ayuda a describir cómo lo que tiene más
importancia es la producción de mercancías que los derechos básicos de quienes trabajan e
incluso que las personas mismas, entre otros aspectos.
Algo importante —y que se encuentra implícito en todos los capítulos— es que las
personas de SFS al hacer operativa menos la cuestión de incluir–excluir y más la de expandir,
nos muestran que no se trata del lado opuesto, antagónico o dicotómico a la perspectiva que
se personifica en Leticia Osornio. Sino que siendo una lógica Otra, expanden su
12
relacionalidad y saben muy bien cómo moverse en y con los aspectos propios de la
perspectiva de la mercancía. Así mismo, se hace saber que la división Leticia
Osornio/personas de SFS es una división analítica y dinámica, ya que esto permite ver y
entender las relaciones que se pretenden en los objetivos. Es así que, si la noción de trabajo
de las personas de SFS bien pudiera verse como que se opone a la perspectiva de la
mercancía, es más bien porque es oportuna y no por considerarse opuesta.
Es pertinente indicar que la traducción aquí cobra relevancia. Porque se trata menos
de preguntar cómo se diría o qué sería la noción trabajo de las personas de SFS en nuestros
propios términos, que el preguntarse qué es el trabajo. En este sentido la traducción tiene
como objetivo, menos encontrar un sinónimo que el “evitar perder de vista la diferencia que
se oculta en los ‘homónimos’ equívocos”. En ese sentido, en la presente tesis usamos la
analogía–como–comparación para traducir y no para explicar (Viveiros de Castro 2004, 7).
13
para que la intentio del dispositivo original pueda expresarse en él y de este modo transformar
la lengua de llegada” (Viveiros de Castro 2010, 73, énfasis original).
14
CAPÍTULO 1
La fiesta: trabajo o pachanga
“Ellos están acostumbrados a que si es la fiesta del pueblo, les importa un bledo el
trabajo y se van a la fiesta 8 días, no van a trabajar; y para una empresa un minuto perdido,
es pérdida económica, es mucho dinero. Allí todo es medido por tiempo. […] Y hablamos
con ellos para que no dejen de trabajar, pero quitarles sus costumbres y tradiciones es muy
difícil”. Así fue como lo expresó Leticia Osornio al narrar parte de la historia sobre el
proyecto de instalación y sostenimiento de la fábrica de maquila en SFS. Esto lo relató en
una entrevista ocurrida en el 2017, y se refería a las personas de SFS que trabajaban como
empleadas en la fábrica de maquila. Lo que es más, en aquél fragmento de su relato se eclipsa
el pensamiento de los empresarios que han estado a cargo de tal proyecto11.
En algunos aspectos, estas declaraciones presentan temas que han sido de interés para
el abordaje antropológico, tal como la relación capital–trabajo para describir a las/os
trabajadoras/es y sus prácticas. Incluyendo con ello la disposición de que la ecuación entre
tiempo y trabajo hace que el tiempo se parezca al dinero14. Volviéndose así el dinero, un
suministro lógico como pago ante cualquier lapso de tiempo trabajado. Y cuando el tiempo
11
Llamamos la atención sobre la metáfora del eclipse, pues operará para destacar una característica especial.
Tomando en cuenta que apunta a algo que está oculto, o bien si es visible parece que no se le da el alcance y
las implicaciones sociales. En ese sentido, la característica especial a destacar es que —el eclipse— crea un
conjunto especial de efectos; pero no olvidemos que, tal como en un eclipse, para que los efectos puedan ser
registrados solo puede existir ocultamiento parcial, más no una especie de borrado. Y en lo que compete a la
relación, se hace saber que, solo puede ser eclipsada por otra relación (Strathern 1988, cap. 6).
12
Cuando los nombres son colocados sin apellido, es porque las mismas personas han deseado permanecer en
el anonimato y por lo cual el nombre es puesto de manera aleatoria.
13
Para otros abordajes en torno al trabajo en las fiestas véase Roger Magazine (2015, 2012).
14
En ese sentido también algunas investigaciones giran en torno a cómo se ha estado instaurando y ha estado
funcionando el capitalismo sobre el trabajo, para ello puede consultarse por ejemplo Marx (1990), Harvey
(2003), Federici (2015), Rodríguez (2014), Castaingts Teillery (2015) y Mina (1975).
15
“de” las personas de SFS se decanta por la fiesta, esto alimenta una incertidumbre
epistemológica en la perspectiva de Leticia Osornio, cuando el suministro lógico del trabajo
(el dinero) parece estar ausente o no ser el resultado obtenido por la fiesta. Puesto que, bajo
la perspectiva personificada en Leticia Osornio, la medida es que se trata a la fiesta como
costumbre y tradición, oponiéndose de manera natural al trabajo e igualándose al ocio y
diversión.
En lo que compete a la obtención del dinero para las personas de SFS, no sólo se
obtiene trabajando. Ya que una estrategia para la obtención de dinero son las apuestas, que
se acuerdan con las peleas de gallos, con las elecciones para delegado de SFS, para la
presidencia municipal, presidencia nacional y con los partidos de futbol, entre otras cosas.
Esta es una pretensión que podría ayudar a la investigación para forjar una distinción
entre trabajo/no–trabajo y ganar dinero en el material que emana de SFS. No obstante, las
inventivas para ganar dinero16 serán aventuradas en un corte competitivo y político-
administrativo más que productivo, y la distinción no es como Leticia Osornio podría esperar.
Pero a pesar de que en palabras de las personas de SFS se comente que “el dinero no es lo
más importante”, es evidente que no lo hacen a un lado, ni mucho menos lo evitan o lo
desconectan del trabajo. Lo que sí, es que existe algo más a lo que las personas de SFS —
referente al trabajo— le colocan la importancia, que en la perspectiva de Leticia Osornio se
le otorga al dinero.
15
David Harvey (2013, 55) comenta que, bajo la perspectiva de la mercancía, una vez habiendo reunido dinero
se debe poner a trabajar, a fin de producir más mercancías. Algo que hace ruido y resulta extraño en esa
perspectiva es que animales, santos, música etc. se les considere que trabajan, cosa que no parece causar el
mismo extrañamiento en la cuestión de que el dinero también lo haga.
16
Me refiero a aquellas cosas que se hacen con el fin único y exclusivo para ganar u obtener dinero como son
las apuestas no sólo en los días de fiestas.
16
Leticia Osornio. Si en esta última perspectiva, la oposición entre trabajo y fiesta no es muy
lejana, para la perspectiva de las personas de SFS la oposición no esta tan cercana en
existencia.
Una de las maneras que nos ayudará a proceder, es el uso de la relación como
herramienta, siempre vista como un dúplex. Lo que nos indica el dúplex es que la relación
tiende a combinarse y que, al mismo tiempo y en virtud de ello, tiende a dividirse. Ya que la
relación como herramienta nos remite, de modo preliminar, a una forma en que es “tanto
como una función del cerebro o, como una parte del cuerpo, como el artefacto que también
es” (Strathern 2005, 163). Es decir, aquello que tiende a combinarse y dividirse es lo relativo
a conceptos, a personas y artefactos.
En SFS la fiesta más importante es la del Santo Patrono que corresponde a San
Francisco de Asís, marcado el día 4 de octubre. A pesar de ello, lo que incumbe a la fiesta,
se extiende en tiempos y lugares; o sea que, es más que los pocos días antes y después del 4
de octubre. En este sentido podemos decir que es longitudinal a lo que hemos de mencionar
como un ciclo anual, pues de esta manera la fiesta es vivida como extendiéndose a lo largo
de y no solo atravesando aquello que podríamos llamar un ciclo. En lo que compete a los
lugares, es menos un caso aislado que una extensión de forma regional; o lo que es lo mismo,
la fiesta no delimita fronteras entendidas como interiores o exteriores. Sin olvidar mencionar
que como tal —para las personas de SFS— la fiesta se extiende más allá en participantes,
que solo a los seres humanos.
17
Entonces, ¿de qué manera se considera longitudinal y cómo es que se da el trabajo
con la fiesta? Podemos comenzar rescatando que el trabajo de la fiesta se extiende a la vida
de las personas en el transcurso de su cotidianidad temporal, de lugar e interpersonal. Para
llegar a ello y tomando en cuenta la característica dúplex de la relación, deseo hacer explicita
dos de sus figuras en las que me estaré apoyando para plasmar la siguiente descripción. La
primera figura es la relación como des/conexión. Que obliga a pensar a la relación haciendo
dos movimientos diferentes y de manera simultánea. O sea que, la invitación es pensar
necesariamente a las conexiones y desconexiones juntas (Strathern 2005).
Por consiguiente, esta relación interconceptual colabora para develar cómo es que se
da el poder de articulación adquirido, y que se impulsa a partir de un solo concepto con otros.
En otras palabras, podemos decir que las relaciones conceptuales nos permiten captar “una
pieza de información como conocimiento al ser consciente de su contexto o fundamento, es
decir, [que develan] cómo mantienen una relación con otras piezas de información”
(Strathern 2005, 7, 63).
En este sentido la relación que surge de la conexión entre los conceptos de fiesta y
trabajo, para las personas de SFS, me atrevería a decir es de extensión. Y una de las
18
características de esta relación de extensión es que se muestra como longitudinal (Cfr. Ingold
2017), a modo de lo plasmado líneas más arriba.
La cuestión longitudinal surge, en primer lugar, porque San Francisco de Asís —el
santo patrono de SFS— no está solo, sino que es acompañado por otras 7 imágenes en SFS.
Y la responsabilidad de atender a cada imagen, está en una cierta cantidad de personas. Esto
es lo que se muestra como el sistema de cargos17. Mismo que no sólo se limita a quienes
tienen a su responsabilidad el atender a una imagen, sino tener a su cargo las llaves de las
dos iglesias existentes en SFS, algo que indica cuidado y atención de aquellos lugares día a
día; cosa que le corresponde a los fiscales.
17
El sistema de cargos, denominado como la “típica institución de las comunidades indígenas” —de acuerdo a
Cancian (1990, 193, citado en Korsbaek 2009, 39)— ha sido objeto de múltiples investigaciones en el ámbito
antropológico. Un acercamiento inicial lo podemos encontrar en la antología y traducción que realizó Leif
Korsbaek (1995) en el libro titulado Introducción al sistema de cargos. Y para el caso específico del Estado de
México, existe una compilación de etnografías sobre el sistema de cargos (Korsbaek y Cámara Barbachano
2009). Para una breve descripción del sistema de cargos en SFS, con una mirada estructural–funcionalista, ver
Ronquillo (2014, 82–85). Más aún, un replanteamiento del sistema de cargos, y que se acerca con mucho a lo
que se enunciará como aquella matriz relacional que constituye la vida, vid. infra, p.p. 80, 88, lo podemos
encontrar en El pueblo es como una rueda de Roger Magazine (2015).
19
Y cuando la imagen a quién se le conmemora el día de sus santo está en la casa del/la
carguero/a, por lo regular se ofrece comida y bebida para quienes acompañan. La bebida
consiste en agua y/o refresco y lo ofrecido para comer puede ser carne de pollo o guajolote
en mole con arroz; en ocasiones son carnitas de cerdo con nopales y arroz; también un plato
ofrecido puede ser barbacoa de borrego.
El trabajo de preparar la comida siempre les compete a las personas que tienen el
cargo de atender a una imagen. A menudo cuando la carne que se ofrece es de cerdo, borrego
o guajolote, es criado por las mismas personas, lo cual lleva más de 6 meses de estar
atendiendo día a día a dichos animales. Cuando se ofrece carne de cerdo o de borrego, se
suele contratar a alguien que ha desarrollado las habilidades de saber–hacer la preparación
de la carne.
Algo que no puede faltar y que se torna muy importante son las tortillas. Mismas que
son hechas a mano con ayuda de una prensa y cuya cocción es a base de leña. Las tortillas,
junto con la comida, siempre son hechas por las mujeres. Y a quien le corresponde dar la
comida, es frecuente que reciba ayuda de otras mujeres para hacer la comida y las tortillas.
O incluso es un trabajo que ya está dado a ciertas personas. La comida, sin excepción alguna,
es compartida con todas aquellas personas que se encuentran presentes.
Para la ocasión que se dio el festejo de la imagen de las Benditas Ánimas, por lo del
día de su santo, era Carolina quien tenía el cargo principal de atender a dicha imagen. En este
punto abro una viñeta para colocar parte de la información que suele repetirse y por lo tanto
se torna relevante y que concierne a los cargos. Llevar consigo el cargo de una imagen es sí
20
y sólo sí es en pareja (mujer y hombre); es decir, que el cargo lo tiene que llevar la esposa
junto con su esposo. Y en caso de que la persona a quien se le asignó o que tomó la
responsabilidad de llevar el cargo de una imagen sea soltera, se recurre a la figura de un
familiar; ya sea el hijo o la hija, el hermano o hermana para que el cargo se lleve una con el
otro y viceversa.
Se puede decir que tanto una como el otro, posibilitan el trabajo que requiere hacer la
fiesta con la imagen de las Benditas Ánimas. Y este es el caso de Carolina y de otras
cargueras. Y en esta situación quien de manera física a menudo personifica la presencia del
esposo que trabaja en EE. UU. es alguno de los hijos, sin importar la edad. Es evidente que
en el trabajo de hacer la fiesta no existen fronteras; para decirlo en otras palabras, esta es una
forma en que la fiesta–como–trabajo en SFS se extiende a otros lugares.
Cerrando la viñeta y recuperando lo emitido líneas arriba, es de interés saber que para
recurrir al trabajo de quien va a llevar la palabra con las imágenes —y que la oración llegue
a Dios— el pago puede ser monetario o bien el dinero sin problema puede estar ausente. Ya
sea que se establezca un acuerdo entre las dos partes de cuánto será el dinero que se transfiere
de una mano a otra; o bien que la cuota sea de corte voluntario. O en su defecto que no exista
dinero de por medio, y que dicho trabajo se realice en correspondencia al ayudarse a generar
las posibilidades de hacer la fiesta, que en otro momento esta correspondencia se devolverá
con otro tipo de ayuda.
21
Mientras se hace oración y al desplegarse el rezo, la música se torna indispensable
tanto como el copal, pues los mensajes emitidos solo llegan a su destino gracias a la música.
Misma que se refleja como un artefacto que trabaja permitiendo aquella comunicación
irreductible, a la par con el copal que eleva las plegarias. Una vez concluida la oración y el
rezo, se disponen a volver a la iglesia, el retorno es también con música y en compañía de las
otras imágenes con sus cargueras/os.
Al llegar a la iglesia, cada carguera que porta un sahumerio, cubre con incienso de
copal tanto a las imágenes como a sus cargueros y dedican plegarias apoyándose con el copal
para hacerlas llegar a los Santos y a la Virgen antes de entrar (ver Foto 2). Lo mismo hacen
con las canastas en las que portan flores y las canastas con comida (que por lo regular es pan,
fruta y sobre todo tortillas) que son para la imagen a quien se le está festejando.
Estando ya acomodadas todas las imágenes frente al altar, se les dedican oraciones y
rezos acompañados con música e incienso de copal (ver Foto 3 y 4). Quienes participan con
las oraciones y los rezos son especialmente quienes tienen la responsabilidad de un cargo. Y
así es, más menos, como se lleva a cabo la dinámica con cada una de las imágenes, que por
ejemplo van desde el 2 de noviembre, con las Benditas Ánimas; el 12 de diciembre, con la
Virgen de Guadalupe; el 2 de febrero, el día de la Candelaria; el 19 de marzo, el día de San
José; el tres de mayo, el día de la Santa Cruz; el 14 de agosto, el día de la Virgen María; y el
4 de octubre, el día de San Francisco de Asís, el Santo Patrono de SFS (ver Fotos 5-6).
Entonces, se entiende que el trabajo de la fiesta no sólo son pocos días previos y
posteriores al día del Santo (o el día de la fiesta), de por ejemplo las Benditas Ánimas, sino
que es a lo largo de los días de vida que corresponde cubrir un cargo, ya sean dos, cuatro o
seis años. También, la fiesta–como–trabajo, va a lo largo de los días criando y nutriendo a un
animal para que llegue a estar en condiciones de poder ofrecerlo como alimento. Estas son
22
unas de las maneras en que la cuestión longitudinal sale a flote en lo que podemos enunciar
como un asunto temporal. Lo anterior se hace más evidente en las celebraciones de las
imágenes que las personas de SFS le otorgan suma importancia, tal como lo es la fiesta de
San Francisco de Asís.
23
ha sido capitalizar las relaciones [...] y hablar de continuos de especies, tipos intermedios y
fenómenos emergentes”, encontrando repuestas a las cuestiones y perplejidades que han sido
planteadas por una actitud anterior de la disciplina —relativas a unidades, totalidades y sus
comparaciones— solo que en esta alternativa se “logra precisión relacional a expensas de la
precisión taxonómica” (1977, 386–87). La analogía–como–comparación busca menos
resaltar las similitudes que las diferencias; he aquí el meollo del asunto.
A quien me presentaron fue a una habitante del Barrio del Cargadero de nombre
María Félix. Ella me contó que la fábrica había llegado por la iniciativa de una funcionaria
del municipio de Acambay, de nombre Leticia Osornio Sánchez. Pues ésta última fue quien
hizo todos los trámites para que se instalara. Es decir, que estuvo a cargo de conversar con
las personas en SFS, tanto de reunirse con empresarios que estuvieran interesados, así como
hacer todo lo correspondiente por parte de las autoridades municipales.
24
estadísticas que SEDESOL e INEGI reportaban de SFS —con alto grado de marginación—
se enfocó en dicho lugar.
18
El transporte de personal recoge y va a dejar a las personas, no solo a quienes viven en SFS sino que cubre
toda una ruta. Ya sea desde San Juan del Río, en Querétaro o desde Michoacán llegando hasta El Ejido de San
Francisco, un lugar —ubicado en la ruta— después de SFS.
25
Es así que parte de la maquinaria la iba a poner el municipio, por medio de un
proyecto productivo. La otra parte de la maquinaria la pondría el empresario. Y los habitantes
de SFS tenían que ceder el lugar del Auditorio para instalar la fábrica.
En las reuniones que los habitantes de SFS sostuvieron con Leticia Osornio, comenta
ésta última que,
por ahí Juan González preguntó, ‘¿Qué nos va a dar la fábrica, cuánto va a pagar de renta?’
Y entonces yo le digo […] ¡Cómo les va a pagar! Al contrario, ¿cuánto le van a pagar, ustedes
a la empresa, para que quiera venirse hasta acá? Pues no es un lugar cerca, es un lugar muy
alejado. ¿Qué es lo que van a obtener ustedes de la fábrica? Fuentes de empleo y tú [Juan]
vas a poder vender, porque la primera tienda que está allí es tuya, cuando tengan su descanso
tú vas a poder vender… eso es lo que van a ganar. ¿Qué es lo que van a ganar? Que la gente
ya no salga, que tengan una fuente de empleo, aquí en su casa… que su tiempo les rinda y a
lo mejor, cuando sea la fiesta del pueblo ustedes van a poder pedirle a la empresa una
cooperación, pero que les estén pagando una renta, no; eso no va a poder ser.
Lo que tenía en mente en aquel entonces —continúa Leticia Osornio— es que “necesitamos
que la comunidad sea sostenible, para que pueda ser sustentable, pues una fábrica es una
fuente de empleo y ellos tienen una característica, que saben trabajar muy rápido y es por eso
que vienen por ellos otras fábricas” (2017, comunicación personal, énfasis agregado).
Pero la fábrica, a cargo del empresario de Aculco no duró más de un año. El motivo,
que el empresario le comentó a Leticia Osornio, fue que “‘cuando llega la fiesta del pueblo,
ellos están 8 días en la fiesta, no van a trabajar’”. Que en palabras de Leticia Osornio y en
concordancia con su amigo “para una empresa un minuto perdido, es pérdida económica, es
mucho dinero” (Osornio 2017, comunicación personal, énfasis agregado). Por consiguiente
la fábrica a cargo del empresario de Aculco se fue.
26
una fábrica en la cabecera municipal de Acambay, misma que aceptó. Y la estancia de Lulú
en SFS —a cargo de la fábrica de maquila— fue menos que un año. Pues por motivos de
embarazo, problemas con su esposo, y en palabras de esta empresaria, —como lo relató
Leticia Osornio— es que “‘la gente es buena, pero tienen ese detallito, que al momento que
hay una fiesta les vale, lo dejan todo y se van a la fiesta’, es muy difícil quitarles sus
costumbres y tradiciones, [comenta Leticia Osornio], no son responsables. Son muy buenos
para trabajar, pero no son responsables, les vale” (2017, comunicación personal).
Por otra, este tipo de relación tiene que excluir para incluir. Esto toma formas
diferentes, y que se aprecia cuando Leticia Osornio nos cuenta que las personas de SFS son
muy buenas para trabajar, pero en cuanto aparece una fiesta les vale y no son responsables,
lo dejan todo. Deja claro que la fiesta no es una responsabilidad, o dicho de otra manera
excluye la responsabilidad de la fiesta para incluirla únicamente en la fábrica de maquila. O
bien, bajo esta perspectiva es necesario excluir el tiempo que se dedica a la fiesta, para incluir
aquel “tiempo perdido” al trabajo de la fábrica de maquila.
27
Y como se ha hecho axiomático, el tiempo perdido es igual a dinero perdido. En este
caso se excluye la posibilidad de que la fiesta no cuente con los mecanismos necesarios para
ganar dinero. O en todo caso en la comparación que Leticia Osornio realiza entre la fiesta y
la fábrica de maquila, solo concede que ésta última contenga dicha posibilidad. Aunque no
es el objetivo de la fiesta para las personas de SFS, ésta se condensa como todo un artefacto
que permite bien la obtención de dinero. Esta posibilidad es una que figura en aquello que
las mismas personas de SFS llaman la feria. Y no es casual que la palabra feria, en muchos
lugares como en SFS, se use como sinónimo de dinero.
Lo que se entiende por feria son los juegos mecánicos, la venta de comida y bebidas,
las peleas de gallos y las rifas. Con excepción de los juegos mecánicos, lo demás son cosas
que las mismas personas de SFS hacen. Y con el cual se obtiene dinero. Delineando
brevemente las dos últimas (las peleas de gallos y las rifas), podemos ver la diferencia de
ganar dinero entre éstas y el trabajo en la fábrica de maquila.
Con las peleas de gallos bien se puede apostar siendo o no dueño de algún gallo
peleador. Lo que quiere decir que, bien se puede tener el cuidado y responsabilidad de criar
y colocar todos los elementos necesarios para que el animal esté en condiciones de pelear
hasta su muerte. O bien se puede no tener dicho cuidado y responsabilidad con el animal para
apostar. La entrada a aquel lugar, donde se realizan las peleas, tiene una cuota aproximada
de 50 pesos y en este caso tanto los organizadores como quien pone el lugar tienen ganancias
en ello. Quien me comentó de las peleas de gallos, mencionó que como mínimo llegan a
entrar 100 personas a lo largo de todo el día, siendo dos días los que se realizan cuando es la
fiesta del Santo Patrono. Toda aquella persona que desee entrar, sea que vaya o no a apostar,
sea que ponga o no ponga gallos a pelear, tiene que pagar su entrada. Y las apuestas adentro
van desde cientos hasta miles de pesos. Y la misma persona que me comentó sobre ello,
también me dijo que cada año es seguro que como mínimo gane 5000 pesos en apuestas.
Con las rifas sucede algo similar, solo que existen menos posibilidades de ganar, pero
siempre son muy interesantes. Por ejemplo, se pueden rifar animales, como borregos y toros,
28
por lo que pude presenciar. Con la rifa de un borrego cada boleto tenía un costo de 50 pesos
y hubo 100 boletos. Casualmente quien salió ganador fue el chofer de un taxi, que es el único
transporte colectivo de SFS a la cabecera municipal. Y cuando salió el boleto ganador el
chofer no se encontraba presente, pero sus compañeros de trabajo ya le guardaban la noticia.
Y en cuanto llegó, le notificaron. Cosa que no podía creer, pues pensó que le estaban jugando
una broma. Cuando notó que sí era verdad, sin dudarlo dijo que de su parte había cocas para
todos. Y aunque yo no conocía a aquel chofer, también fui acreedor de una coca y pude
compartir aquel momento de festejo conviviendo con ellos, escuchando las experiencias y
emociones de algunos que años atrás también habían ganado.
Para la rifa de un toro se vendieron 250 boletos numerados del 1 al 250, y el valor de
cada boleto correspondía al número que tenía. Por ejemplo, si el número del boleto era el 1,
su valor era de 1 peso y así sucesivamente. Ante esta rifa varias personas hicieron
comentarios sobre “¿a quién no le gustaría ganarse un toro con un valor mayor a los 15000
pesos, por un pesos o hasta por 250?”.
Un último ejemplo de la rifa se dio con Alicia Caballero. Pues su hermano que ha
estado desde hace 15 años en EE. UU. regresó exclusivamente para la fiesta del Santo Patrono
de SFS. Y él compró un boleto, en el que se rifaban varios dispositivos electrónicos, como
teléfonos celulares y el mayor premio fue una laptop. Esta rifa se dio justo en la noche del
baile y para la suerte de Alicia Caballero ella tuvo el boleto ganador de la laptop, misma que
casi un año después utilizó, cuando inició sus estudios de nivel superior.
29
intrínsecamente conectado a las apuestas, como algo que las personas de SFS enuncian como
no–trabajo.
Por lo tanto, si la cuestión está en que el tiempo es para producir playeras (en la
fábrica de maquila), se encuentra que solo los seres humanos se incluyen como capaces de
hacerlo (capaces de trabajar). Es decir, que en esta perspectiva la idea de que el copal y la
música trabajen queda excluida.
30
En todo caso, para acercarnos a lo anterior podemos resaltar la idea de que la intención
de trabajar, para las personas de SFS, es acompañada por la intención del convivir, que es como
le llamaron diferentes personas en diferentes momentos. Y del convivir se despliega mucho de
lo que emitió Leticia Jiménez, quien tuvo un cargo ante San Francisco de Asís, cuando dijo
que la fiesta, además de mucho trabajo “es algo que es indispensable para la vida”.
Siguiendo con la idea de que la fiesta es indispensable para la vida, abordemos sus
implicaciones por medio de las albas. Consideremos a éstas como artefactos. Es decir, que el
cumplimiento desempeñado, ejecutado o realizado son artefactos de personas, siendo o no
humanas: así se ponen en práctica artilugios, muestras de artificios, incluso trucos (Strathern
2013). Tomando en cuenta lo anterior, podemos comenzar diciendo que las albas consisten en
ir a la iglesia entre las 3 y 4 a.m., reuniéndose —en un primer momento— afuera de la iglesia
todas las personas que tienen un cargo; algunas con canastas con flores, otras con sahumerios.
También los fiscales, así como los miembros del Comité de Fiestas se hacen presentes.
Después de haber cantado y haber mencionado algunas oraciones, todas las personas
entran de rodillas. El fiscal da el paso a cada persona con un sahumerio principal, como
cobijándoles de incienso de copal, haciendo reverencias a los puntos cardinales como arriba,
abajo y en el centro. Una vez adentro, continuando de rodillas, saludan y ofrecen flores a
todas las imágenes que están en la iglesia chica y siguiendo de rodillas le dan una vuelta
completa al interior de la iglesia. Una vez dentro, todas las personas y frente al altar, los cantos
y los rezos siguen junto con las plegarias (ver Foto 8), esto acompañado todo el tiempo con
música19.
19
Como se verá en el capítulo 4, la música se describe como una relación técnica, una analogía-como-comparación
a la tecnología. Ésta última desde una visión moderna, instituye el contexto epistemológico para el control de la
sociedad (o el hombre/sujeto) sobre la naturaleza (o el objeto). Y al crearlo, la distancia entre sociedad/naturaleza
es maximizada. Sin embargo, para las personas de SFS junto con sus habilidades de hacer música, a lo largo del
artificio del alba como en otros trabajos/lugares, aquello que se conceptualiza —desde la visión moderna— como
sociedad y naturaleza y lo que Good (2011) llama sobrenatural, más que ser maximizada o minimizada la distancia
(si es que existe tal distancia) se deja de lado. Las albas, como toda una imagen, transgreden fronteras que pudieran
existir entre humanos, Santos, Dios y otras especies. Así las personas de SFS no hablan en términos de sociedad,
naturaleza y sobrenatural, a pesar de ello podemos decir que llevan a los Santos, a los perros (vid. infra, cap. 3), al
copal, a la música, las flores, a Dios y a otras personas y/o especies compañeras al nexo de relaciones sociales, que
bien podríamos decir: humanizan. Pero el sentido, de humanidad, es muy diferente a aquel abuso que la
modernidad ha hecho del término vid. infra, nota 60.
31
Sin la música, cabe resaltar no se puede hacer nada de lo anterior. Pues aunque no
lleguen algunas personas que tienen algún cargo, se puede hacer el alba, pero no sucede sin
la música y los músicos. Hubo una ocasión que, de los dos músicos que siempre tocan, ni
uno de ellos llegaba. Esto porque en los barrios donde viven, no paraba de llover y no podían
salir de su casa para llegar a tocar a la iglesia para el alba. Pero finalmente llegó uno de ellos
y solo así se inició con el alba. Es trascendente evidenciar que, el trabajo de hacer música es
uno y el trabajo propio de la música es otro20 (ver Foto 9).
Si a partir del 8 de agosto cada semana se hace un alba para San Francisco de Asís,
es desde el 25 de septiembre que el alba se hace cada día, hasta el 3 de octubre. En cada alba
se utilizan flores y ceras nuevas. Y al finalizar el alba, se convive con té, café y pan. Todo
esto acurre antes de que salga el sol. También a partir del 25 de septiembre, por el día, llevan
a la imagen de San Francisco de Asís a cada barrio, o sea un día por cada barrio. En el lugar
donde cada barrio recibe a la imagen, se realizan rosarios y se comparte comida para todos
los asistentes. La comida es ofrecida, por todos los habitantes de los barrios correspondientes,
a partir de una cooperación que, vale la pena recordar, no solo es en dinero.
En todas estas visitas de San Francisco de Asís a los barrios, éste es acompañado por
las otras seis imágenes y cada imagen es llevada por sus cargueros. Además de ir
acompañados por las danzas de arcos, sonajas y pastoras. Dichas danzas, vale decir, trabajan
a lo largo del año, para aprender sus respectivos pasos.
20
Como ya se ha apuntado, pensamos en la música como una relación técnica (vid. supra, nota 19), con el fin
de marcar la distinción descriptiva de ambas perspectivas, en el capítulo 4 hacemos uso de tecnología para
explorar al reloj mecánico en la perspectiva personificada en Leticia Osornio. Lo pertinente a resaltar es que la
música posibilita y potencia un tipo de comunicación irreductible entre humanos, Santos y Dios.
32
los Santos y de Dios. Entonces en las plegarias, emitidas en las albas, se pide por el sol, por
la luna y por la tierra —entre otras especies— a quienes se le consideran como el hermano
sol, la hermana luna y la hermana tierra (ver Foto 14), ya que son indispensables para la
vida, puesto que la alimentan y la sostienen (a la vida).
Por otro lado, el 3 de octubre, después del alba, lo primero en hacer es el sahumar a
la danza de moros, colocarles collares de flores tanto a las personas como a los caballos.
Éstos tienen el cumplimiento de ir a Santiago Mexquititlán, en Querétaro, por el invitado
especial de San Francisco de Asís, quien es Santiago Apóstol, mismo que viene acompañado
de San Isidro Labrador. Estos dos son recibidos con atención especial y se les va a encontrar
en el camino antes de llegar a SFS.
Así también son llevados a una casa donde, a las personas que acompañan a estas dos
imágenes, se les ofrece de comer y de beber. Mientras esto sucede, otras/os cargueras/os se
dirigen a la cancha de futbol, donde son recibidos el resto de los invitados de San Francisco
de Asís. Tales como son las imágenes de San Miguel, San Idelfonso, San Martin, San Felipe,
el Divino Niño, San Pedro, la Virgen de Guadalupe, el Niño de la Suerte, la Santa Cruz, el
Niño de la Piedad, el Señor de la Misericordia, la Virgen María entre otras imágenes que
vienen de distintos lugares, ya sea de Acambay en el Estado de México o de Querétaro (ver
Fotos 15-18).
21
Dicha noción, “es menos una categoría que un indicador de un ‘devenir con’ en curso, es una red mucho más
rica para habitar que cualquiera de los posthumanismos expuestos después (o en referencia a) la desaparición
siempre diferida”. Es algo como una nueva interrelación de "ser espectador de", una interrelación indeterminada
de "devenir con". Una forma de aprender a verse afectado. Aprender a encontrar/se y a abordar/se con las
“criaturas con las que se están estudiando no es el resultado de la comprensión teórica científica, es la condición
de esta comprensión” (Haraway 2008, 16–17, 308).
33
tanto el Sol, la Tierra, el Fuego, el Agua y Santos (entre otros) trabajan. Así Pérez Téllez
(2015) nos habla de como a la luna —además de considerársele persona— entre los nahua
de Cuacuila cerca de Huauchinango en Puebla cumple con un trabajo en la vida. Chamoux,
23 años antes, registró también como los nahua —de ese mismo lugar— experimentan el
concepto de trabajo a partir de una diversidad de circunstancias con la palabra tequitl. Así
nos presenta el tequitl sexual, el político y el sobrenatural. Y con este último nos cuenta como
el sol y la luna trabajan para la humanidad. Pero lo que hace ruido son los conceptos tanto de
“sobrenatural” en donde encapsula estos trabajos, como el de “creencia” para referirse a las
actividades especializadas del tequitl sobrenatural22. Con esto no tratamos de perseguir o
delinear universales, sino de aquello que se trataría es, para decirlo junto con Goldman
(2016a), de actualizaciones parciales específicamente moduladas.
Así lo que aquí enunciamos como especies compañeras (Haraway 2008, 15–19 vid.
supra, nota 21.), en aras de un intento descriptivo acorde al contexto de SFS, entre otras
cosas, es para evitar los términos como sobrenatural/natural y con ello sus connotaciones. En
este sentido, Sahlins llama la atención con respecto al término “sobrenatural” y su uso con
fines descriptivos, ya que puede resultar inadecuado en algunas descripciones. Lo que
subyace al término es que “supone conceptos etnocéntricos de ‘naturaleza’ y ‘natural’ —un
mundo autónomo de cosas materiales sin alma, de res extensa cartesiana— que no son
pertinentes para pueblos que están comprometidos en una” socialidad de especies que se
interrelacionan, “incluyendo una variedad de seres no–humanos con conciencia, alma,
intencionalidad y otras cualidades de personas no–humanas” (2012, 139).
22
En lo relativo al ruido que causa el concepto de “sobrenatural” vid. infra, p 34. En lo correspondiente al ruido
causado por el concepto de creencia vid. infra, p. 122. Con esto no demeritamos los abordajes en torno a lo
sobrenatural o a la creencia, sino que reconocemos el esfuerzo y con ello todo lo que ha posibilitado en torno
al abordaje del trabajo sin la dependencia del capital. Por otra parte, Catharine Good Eshelman también ha
estado haciendo grandes contribuciones para que el abordaje sobre la noción de trabajo, gire menos en torno a
y dependa del capital que a una noción vernácula del trabajo en un contexto nahua, en Guerrero, lo cual
admitimos ha sido inspirador. Pero en la presente descripción intentamos tomar distancia de algunos conceptos
que a menudo utiliza, como son los de naturaleza, sobrenaturaleza y/o la cuestión de economías de subsistencia
[para una crítica sobre este último ver Clastres (1978)], y su perspectiva emic (relativo a esto, vid. infra, nota
68) que le sirve para abarcar esferas masculinas y femeninas como una totalidad con las cuales diferencia
nociones de trabajo, amor, fuerza, respeto entre el contexto nahua y de la sociedad dominante en México (Good
Eshelman 2013a). Para otros abordajes pertinentes de la misma autora sobre la noción de trabajo, desconectada
de la dependencia del capital, en un contexto nahua en Guerrero véase Good Eshelman (1994, 2004, 2005,
2007, 2011, 2013b).
34
Así estos artilugios —y volviendo a la música, que tiene el cargo y la responsabilidad de
los mensajes, como el copal siendo el vehículo que eleva las plegarias— son una forma en que
la comunicación irreductiblemente se hace manifiesta e indispensable (ver Foto 20).
Por otra parte, la música con la que se recibe a las personas, es para reconocer la
presencia, corresponder a ese tiempo compartido entre personas, es decir entre imágenes-
imágenes, humanos-humanos e imágenes-humanos23. Aunque lo significativo de la música
en ambos —en términos del entorno del oyente— es su figura afectiva (Favret-Saada 1980).
En el sentido de que es el resultado de un proceso de afectar (eludiendo a la representación).
Por lo tanto, es menos un sentido de emoción como escapando de la razón; es decir, no se
trata justamente de una creencia. Por consiguiente, al dejarse afectar por las mismas fuerzas
musicales (pero al mismo tiempo distintas de las del alba) que afectan a los demás, es hacer
que se pueda establecer cierta relación que anuda un tipo de comunicación mucho más
compleja que el intercambio verbal. Pues las personas de SFS reciben a sus invitados
(humanos e imágenes) bailando e invitándoles a bailar, por lo tanto se trata de conceder
estatus epistemológico a esas situaciones comunicativas (Goldman 2016b).
De alguna manera, trabajar con perros, con la tierra, como se verá en los capítulos 3
y 4, es como tocar el tambor o el violín en el alba. Es decir, permite el flujo y movimiento de
relaciones con otras personas, cosas, animales, humanos, no–humanos y artificios para el
sostenimiento de la vida.
23
En términos del trabajo como una homonimia, se aprecian distinciones cruciales. Por ejemplo, en la perspectiva
personificada en Leticia Osornio, la distinción crucial está entre las identidades de animales humanos y no-
humanos. O sea que la identidad humana (el individuo) es la única a la que se le reconoce el poder de trabajar.
Pero en la perspectiva de las personas de SFS, la distinción crucial esta en las relaciones entre humanos–humanos
(mujer–mujer, hombre–hombre y mujer–hombre, etc.); entre humanos y no-humanos (mujer/hombre–animales,
Santos, tiempo, música, flores, cosas…); y entre no–humanos y no–humanos (animales-animales, música-Santos,
Santos-Dios, Sol-Luna-Tierra etc.). O sea que, no está en duda que otras especies también trabajan, como tampoco
está en duda que se les reconozca y se les corresponda, pero además su interrelación se manifiesta necesaria. De
esta manera, lo generativo de las relaciones en las personas de SFS (el trabajo, las cosas, las personas, las
especies compañeras) es aquello en que las “relaciones emergen como resultado de otras relaciones” (Strathern
1988, 344). Puesto que muchas relaciones entre seres humanos, se generan por las relaciones ya existentes entre
las imágenes de Santos y de las Vírgenes, ya sea de SFS y/o de otros lugares. Otro ejemplo es, cuando
Guadalupe Rodríguez se hizo compadre con unas las personas de la Florida, por las relaciones de los hijos que
migraron en busca de trabajo a EE.UU. Lo que tenemos aquí es un proceso histórico único, donde se encuentra
una implicación de unas con otras personas, más no a personas individuales.
35
los diferentes barrios en SFS. Puesto que cada barrio se hace cargo de atender, con comida,
bebida y hospedaje, a la gente que viene con las imágenes de otros lugares. La comida, el 4
de octubre por ejemplo, consiste en carnitas de cerdo, arroz y nopales. En el que muchos de
los cerdos cocinados son criados a lo largo del tiempo por las propias personas de SFS. Esta
comida se reparte en el patio de la iglesia a todas las personas presentes; y —cabe señalar—
en ningún día de todo el año se observa tanta cantidad de personas.
Cuando ya salieron todas la personas, les toca entrar a quienes van a tomar un cargo,
entrando éstas también de rodillas. Este acto provoca dolor y mucha nostalgia. Dolor para las
personas que tendrán el trabajo de atender a las imágenes, por el hecho de ir de rodillas, y
nostalgia para quien deja dicho trabajo. Dejar este trabajo provoca mucho sentimiento,
manifestado en lágrimas, abrazos y muchas palabras de reconocimiento y correspondencia
entre quien deja y quien acepta el cargo de atender a la imagen y ello se extiende a otras
personas. Es así que lo que se activa con el trabajo y que a la vez permanece entre las personas
de SFS es el convivir24, por una parte y por otra el reconocimiento como una connotación de
la correspondencia.
24
La importancia de dejarlo en infinitivo es, precisamente, que aunque se termine con el trabajo de atender a
una imagen, aquello que se ha estado activando con el cargo continúa, que es —en palabras de César Feliciano
Serapio— “una de las cosas más valiosas […] y después, cuando nos encontramos en la calle, por lo menos ya
nos saludamos”.
36
CAPÍTULO 2
Fabricando a los trabajadores o trabajando en la fábrica
Existe, se me comentó, un “alto grado de marginación¸ marcado por la CONAPO, en
SFS, por lo mismo cuando yo era directora de Desarrollo Social, me encargaron toda la zona
poniente de Acambay, pero especialmente SFS, donde se me ocurrió poner una fábrica”, por
lo tanto —continúa el comentario— “necesitamos que la comunidad sea sostenible para que
pueda ser sustentable, pues una fábrica es una fuente de empleo […] necesitamos que ellos
solos se mantengan, que no piensen en los gobiernos”. Antes de instalar la fábrica se pensó
que, “no va a ser nada fácil, porque ningún empresario va a querer ir a invertir a un lugar que
no es de ellos, a un lugar muy alejado y que es de alta peligrosidad, toda esa zona, no nada
más SFS”. Entonces — prosiguió con su relato— “fui a tocar puertas con un empresario que
tiene una fábrica en Aculco. Lo traje, lo senté con el presidente municipal y, efectivamente,
dijo que sí. Y me dijo: ‘ya es de nosotros’” (Osornio 2017, Comunicación personal).
Es mediante ese contexto que Leticia Osornio se dispuso a tomar en cuenta las
cuestiones del desarrollo con su epíteto social en SFS. Mismas que han sido marcadas por
medio de estadísticas que reflejan la “desigual distribución del progreso” acorde a ciertos
institutos (CONAPO, INEGI y SEDESOL)25. Tal pareciera que exigen aumentar las opciones
productivas. Siendo la fábrica de maquila en SFS una de aquellas opciones que apuntan
primordialmente a la economía y/o a las ganancias monetarias como finalidad principal.
Aunque las dimensiones de la marginación vayan desde la educación, la distribución de
población, pasando por los ingresos económicos y tomando en cuenta a la vivienda, así como
asociando dicha marginación a la “carencia de oportunidades sociales como a la ausencia de
25
El Consejo Nacional de Población, es una institución gubernamental que se enfoca en la demografía del país
con miras a su planeación para incluir a la población en los programas de desarrollo económico y social
(CONAPO). El Instituto Nacional de Estadística y Geografía se manifiesta como un organismo público y
autónomo; se hace responsable de normar y coordinar la captura y difusión de información del país relativo a
la economía, a la población, a los recursos y al territorio para ayudar a conocer las características de México,
así como a su toma de decisiones (INEGI). Y lo que corresponde a la Secretaría de Desarrollo Social, nombrada
así hasta el 1 de diciembre del 2018, pasó a ser la Secretaría de Bienestar, que está dedicada a intervenir para
establecer el estado de bienestar. Enfocándose particularmente con “los grupos históricamente vulnerables,
[para que] mejoren sus niveles de bienestar, inclusión y equidad durante su curso de vida considerando la
diversidad cultural, social y territorial, a través de la consolidación de políticas públicas integrales, con
desarrollo sustentable e inclusión productiva” (Secretaría de Bienestar). Para ver los índices socioeconómicos
con los que se mide la marginación, vid. supra, nota 6.
37
capacidades para adquirirlas o generarlas” (CONAPO 2010), la solución “parece” ser
unitaria: una cuestión que tiene que ver con el dinero ganado.
Al sugerir que este nuevo trabajo de la fábrica en SFS permitirá influir para la
disminución de la marginación, Leticia Osornio desenvuelve y personifica todo un aparato
ontológico-epistemológico-político26 correspondiente al trabajo. De hecho, esta fábrica así
como su funcionamiento ha estado en duda, cuando dos de sus primeros dueños decidieron
irse, al encontrarse que las personas se decantaban por la fiesta (cuando llega) que por la fábrica
vid. supra. pp. 26-27. Esto hizo que se colocara bajo observación necesaria, en la fábrica, a
quienes la mantienen produciendo; es decir, a sus trabajadoras/es. Pues la misma Leticia
Osornio relató que, ella habló con los “líderes” para que ellos hablaran con “su” gente y así no
faltaran al trabajo de la fábrica en los días de la fiesta. Lo que se deja apreciar es que, bajo la
perspectiva de Leticia Osornio y a través de la inventiva de la fábrica de maquila, se puede
tomar el control respecto a la marginación y en particular el control del propio proceso
productivo.
26
Evidenciando con ello formas diferenciantes entre ambas perspectivas con respecto al trabajo, pues la diferencia
va desde quién o que compone a un/a trabajador/a —y con ello al trabajo—; pasando por las diferencias de
construir o generar conocimiento; hasta llegar a las formas en que el poder de manifiesta, imponiéndose,
suprimiendo, ayudando y con ello asombrando, por el hecho de quién o qué y para qué se ejerza el poder.
38
preguntar ¿quién quiere qué? Si recordamos que líneas arriba se colocaba un deseo de Leticia
Osornio, manifestado como una necesidad, dirigida a que la “localidad” se vuelva
sustentable, a la necesidad de que ellos solos se mantengan. Y si lo colocamos con su propia
negativa ante la petición expresada en las personas de SFS de pedir una renta por el Auditorio
(lugar donde se colocó la fábrica), la pregunta de quién quiere qué, puede eclipsarse en quién
está haciendo el intento de crear estrategias para reunir dinero, si es que el erradicar la
marginación se trata de dinero27.
27
Con esto no se niega y tampoco el fin es afirmar que la solución esté en el dinero, sino que la intención es
colocar algunas brechas que emergieron en la misma interrelación con las personas en SFS.
39
Parte de esto hace eco cuando —en la entrevista del 2017— Leticia Osornio habla de
SFS como la localidad, del municipio de Acambay, “con la mayor representación indígena e
incluso más que la localidad de Pueblo Nuevo”28, y pareciera que como consecuencia natural
SFS tiene una “muy alta marginación que es reflejada en la CONAPO”. Lo que abarca el eco
es —y que también se incluyen en sus palabras— la voz y pensamiento de los dos primeros
empresarios de la fábrica de maquila, al referir que la gente es buena para trabajar, pero
cuando la fiesta llega prefieren a ésta que el trabajo de la fábrica de maquila, y en donde
Leticia Osornio agregó que, “es muy difícil quitarles sus costumbres y tradiciones”.
28
Distinguiéndose Pueblo Nuevo, en términos de su población demográfica, por registrarse el mayor número
de habitantes en el municipio de Acambay. Otra comparación que realiza en términos de municipios es que,
hablando de “la lengua madre [el otomí] Acambay tenía una gran representación de la lengua, más que San
Felipe del progreso” (Osornio 2017, Comunicación personal).
29
Para referencias puntuales sobre el mundo del trabajo véase Grassi y Danani (2009), Hobsbawm (1987),
Falcón (1986), Gorban, Sarabia, y Trujillo Salazar (2010), Pulido Martínez y Sato (2014), Antunes (2001) y
Soto Roy (2009). Para otras referencias sobre asuntos relativos al mundo del trabajo y los trabajadores ver
Capogrossi y Palermo (2020b), Belmont Cortés y Rosas Raya (2020), Perelman (2020), Mauro (2020),
Vogelmann (2020), Veloz Contreras y León Salazar (2020), Capogrossi (2020), Magliano (2020), Palermo
(2020), Stecher (2020), Izquierdo Quintana (2020), Velandia Díaz (2020) y Capogrossi y Palermo (2020a).
40
Aquella intermitencia podemos verla como un tipo de repetición discontinua, que se
hace ver en aquellas ráfagas de información —para el caso anterior, aquellas conjunciones
que muestran la relación entre la totalidad y las partes— que aparecen como dispuestas en
forma secuencial al estilo de un patrón de brechas para diversas escalas. Esta intermitencia
tiene el efecto de ser remanente; es decir, que existe la posibilidad de repetirlos. O sea que
“además de cada patrón que se acaba de crear (y que por tanto, está contenido en ese patrón)
es el conocimiento adicional que podría tener el patrón”. La repetición se encuentra en la
intensidad de esta percepción. Pues aquello que parece que se va adhiriendo (marginación/SFS-
marginalidad/costumbres y tradiciones, localidades-personas, sociedad-integrantes, totalidad-
partes y (mundo del) trabajo-trabajadores/as, por ejemplo) en el fondo aparecen sin ser
aumentados o disminuidos en cantidad, ya que los patrones en sí pueden ser regulares sin ser
similares o viceversa. Entonces el conocimiento introduce la sensación de que hay algo más
que explicar, si es que de explicar se tratara. “La certeza en sí misma aparece parcial, la
información intermitente. Una respuesta es otra pregunta, una conexión una brecha, una
similitud una diferencia y viceversa. Donde quiera que miremos nos queda el conocimiento
adicional de que la comprensión superficial oculta brechas y protuberancias” (Strathern 2004a,
xxiv).
30
La Soledad y San Pedro de los Metates son lugares pertenecientes al municipio de Acambay y que también
están catalogados con alto grado de marginación (Cfr. García García 2018, 114–15; Rodíguez 2021, 256).
41
en otro”. Cuando se examina detalladamente los indicadores que la CONAPO establece para
marcar la marginación y las acciones de Leticia Osornio para contrarrestarlo en SFS y la
reflexión que las mismas personas hacen entrono a la marginación y la marginalización vid.
infra, p. 51, todo parece ser muy diferente. “El orden de diferenciación se mantiene así en
proporción por el observador en cada nivel” (Strathern 2004a, xxi; Cfr. Gleick 2012).
Resultará obvio que muchas de las relaciones colocadas en esta descripción apuntan
a esas co-implicaciones recuperadas del material que brota de SFS, como lo emitido por
Fátima. Así como aquellas relaciones que se inventan a lo largo de la presente descripción
están encaminadas a plasmar, por su pertinencia, la ruta a la noción de trabajo de las personas
de SFS. Entonces podemos destacar que las tres figuras (dúplex) expresadas hasta aquí
“(conexión/desconexión, categórico/interpersonal, dado/construido) no pertenecen a un
único orden lógico, y parecen convocar a materiales tan diversos, son todas herramientas para
42
captar aspectos de un mundo. Ese mundo es conocido no solo desde diferentes puntos de
vista sino también desde puntos específicamente divergentes, es decir, relacionados”
(Strathern 2005, 13), tal como la homonimia que estamos tratando en la presente tesis.
La segunda acotación tiene que ver con una de las imágenes de la relación. Ya que
las imágenes de la relación posibilitan la analogía–como–comparación, porque como
imágenes “tienen el poder de síntesis […] permiten que las relaciones complejas se perciban
y se capten en un instante” (Wagner 2012, 535). Así para diferenciar esa “totalidad”, que se
identifica en la perspectiva personificada en Leticia Osornio y en la de las personas de SFS
(verbalizada por Fátima) el retomar algunos aspectos de la imagen de la persona fractal —
que actúa como una conexión significativa— resultará de gran ayuda para hacer el intento de
caracterizar aquél “todo” de Fátima. Más adelante retomaremos lo relativo a que “el trabajo
es todo” para Fátima y con ello algunas puntualizaciones de la imagen mencionada. Por el
momento basta con decir que si en la perspectiva de Leticia Osornio ese todo o la totalidad
tiene que ver con una cuestión de estadística, algunas caracterizaciones de la persona fractal
nos ayudarían a decir que aquél todo o, para volverlo más provocativo, la totalidad a la que
refiere Fátima es “más conceptual que estadística” (Wagner 2013, 97).
Colocarlo de esta manera es para hacer el intento de llamar la atención sobre ciertos
elementos ubicados en las formas que la relación toma cuando se da la conexión entre trabajo
de la fábrica y trabajadores/as. Que si para la perspectiva personificada en Leticia Osornio
dicha forma la hemos enunciado como cuantificable, para las personas de SFS la forma de
relación toma una ruta que hemos de expresar como de compañía, que tiene por
implicaciones el acompañar y el convivir. Y para tomar distancia de la idea de que el trabajo
de la fábrica de maquila solo incumbe a los/as trabajadores/as (es decir, la fábrica como un
hecho aislado) vayamos a lo que concierne Confecciones San Francisco para hacer el intento
de plasmar las implicaciones, tanto concretas como abstractas, de la forma cuantificable que
ya hemos resaltado.
Para abordar la relación cuantificable, parto de las propias palabras de Leticia Osornio
al mencionar que “allí [en la fábrica de maquila] todo es medido”. Por lo tanto la pregunta
obvia sería ¿qué y cómo es medido, en relación a qué y para qué? No está de más mencionar
que el intento a tratar es menos explicar que explorar sus consecuencias.
43
Si recordamos la disyunción, de preferir ir a la fiesta que a la maquila, que dio por
resultado la aseveración de que “allí todo es medido”, lo que sobresalía con ello era que “un
minuto perdido es pérdida económica, es mucho dinero”. En este sentido se hace evidente
que el tiempo puede cuantificarse, tanto en pérdidas como en ganancias. Más notorio aún es
que para la perspectiva personificada en Leticia Osornio la fiesta se percibe como pérdida de
tiempo. De manera más directa, el hecho de que las personas dedicaran tiempo a la fiesta en
detrimento del tiempo en la maquila, acorde a los días y horarios establecidos, significa una
pérdida donde el epíteto tiempo queda rebasado por (o convertido en) algo más. Ese algo más
pasa a ser el dinero, que adquiere las mismas cualidades cuantificables vid. infra, cap. 4; o
sea que también tiende a perderse como a ganarse y por lo tanto a invertirse. Por consiguiente,
no sobra recordar las palabras que expresaban que nadie querría ir a invertir a un lugar que
no es suyo.
En esto se encuentra un movimiento que parece ser poco evidente, o sea que la
relación cuantificable de la conexión entre trabajo de la fábrica y trabajadores/as es que
estos/as últimos/as se eclipsan, se ocultan y lo que más relevancia tiene es el trabajo en tiempo
de la persona y no la persona. Tal pareciera que se da una escisión entre trabajo de la fábrica
y trabajador/a, que en términos simples lo que queda es el trabajo cuantificable en tiempo y
este último se manifiesta en dinero. Aunque éste sea ganado o perdido, no importa pues
permite el movimiento de las palabras de, para una empresa un minuto (perdido es pérdida
económica,) es mucho dinero.
31
Agostadero es un poblado vecino, donde en algún momento hubo dos fábricas de maquila funcionando, pero
en todo el tiempo que estuve en SFS, me percaté solo del funcionamiento de una.
44
palabras son dos cosas y esto es (sin olvidar la atención del dinero con los/as trabajadores/as)
resaltado con una cuestión de mejoría; notándose al hacer la comparación del sueldo que
ofrecía la fábrica ubicada en el pueblo vecino con la que se instaló en SFS, por una parte. Y
por otra parte, está la cuestión misma de la paga; es decir, manifestada de diversas formas en
el que el sueldo, con el destajo y —donde podemos agregar— el tiempo extra, puede ser
mejorado.
Pero, ¿algo mejor en relación a qué? En lo que corresponde a los ODS de la OIT
mencionaré dos cosas. La primera que el Trabajo decente se compara con los conceptos de
“trabajo y empleo”. Donde el concepto de “trabajo” es direccionado a las actividades
humanas33, con o sin una remuneración. A la vez que tiene la capacidad de producir bienes
o servicios en una economía, que bien puede cubrir las necesidades de cualquier sociedad o,
por el contrario, a los individuos les puede proporcionar los medios de sustento que necesiten.
El “empleo” es definido como aquellas actividades humanas que se realizan a cambio de un
pago, y donde es indistinto si el recibir un pago tiene que ver con una dependencia de quienes
32
La OIT ha desplegado un plan llamado “Agenda 2030”, mismo que se compone por 17 Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS). Dicho plan, podría decirse, es parte de un proceso continuo desde la fundación
de la OIT en 1919. Ya a finales del siglo XX, quien fue director general de la OIT —Juan Somavia— presentó
su primera memoria en la Conferencia Internacional del Trabajo en Ginebra, en la que dispersa el concepto que,
15 años después, sería clave para los ODS el cual corresponde al de “Trabajo Decente”. Los 17 ODS son los
siguientes: 1. Fin de la pobreza, 2. Hambre cero, 3. Salud y bienestar, 4. Educación de calidad, 5. Igualdad de
género, 6. Agua limpia y saneamiento, 7. Energía asequible y no contaminante, 8. Trabajo decente y crecimiento
económico, 9. Industria, innovación y tecnología, 10. Reducción de las desigualdades, 11. Ciudades y
comunidades sostenibles, 12. Producción y consumo responsable, 13. Acción por el clima, 14. Vida submarina,
15. Vida de ecosistemas terrestres, 16. Paz, justicia e instituciones sólidas y 17. Alianza para lograr los objetivos.
33
Hacer la conexión entre actividades (únicamente) humanas con el trabajo, es algo practicado también en la
propia disciplina, véase por ejemplo Torres Urbina (2014, 2018), Reygadas (2002a, 2002b), Rieznik (2001),
Splittler (2010), Wallman (1979), Belmont Cortés y Rosas Raya, y consultar nota 4. Al hacer evidente aquello
que se dice, también resulta importante aquello que no se dice, por ejemplo la posibilidad, que no se incluye en
esta perspectiva, de que seres no-humanos también puedan trabajar, tal como se ha relatado ya en el capítulo 1.
45
lo otorgan, es decir si son asalariados, o si se refiere a quienes realizan actividades de manera
independiente o se auto–emplean.
Con los ODS, existe una preocupación de establecer al “trabajo decente” como una
categoría más amplia. Así se busca expresar en ambos términos, dentro del trabajo decente,
lo que sería su transformación/mejoría. O sea que, es la idea de lo que “debería ser, en el
mundo globalizado, un buen trabajo o un empleo digno. El trabajo que dignifica y permite el
desarrollo de las capacidades” (Levaggi 2004), es aquel que está encaminado por el respeto
a los derechos y principios en el trabajo es decir, aquel que sigue las reglas básicas y el marco
para el desarrollo.34 En donde se incluye la “exigencia de la igualdad entre los sexos” y que
en materia de política se busca que “sea más numerosa la representación femenina”. Otra
característica que me gustaría destacar del primer pilar es sobre las “normas de salud y
seguridad”, pues se resalta que éstas “no solo salvan vidas, sino que aumentan además la
productividad”; en este sentido las normas son un instrumento que “aportan mucho al
mercado de trabajo […] como complemento natural de las medidas económicas”35 y, que
además, en el crecimiento y en el empleo —dentro de la economía— la clave son las
empresas, por ello en “la OIT se da más importancia que nunca a los intereses de las empresas
y de los empleadores” (Somavia 1999). Con esto vemos que la relación de lo cuantificable
incluye otros parámetros, en el que los empleados, no solo no están como primer término,
sino que son eclipsados por el dinero.
34
Este es el primero de los 4 pilares que componen al trabajo decente. El segundo corresponde a “el empleo y
los ingresos” que de forma concreta se refiere a la cuestión de “traducir la producción en una demanda real y
en un nivel de vida decoroso”. El tercero es el “fomento de la protección social y la seguridad social”, que es
un llamado a garantizar la seguridad de los seres humanos, la inserción cívica y facilitar la reforma social; es
decir, es la “vinculación de políticas de mercado de trabajo con la protección social”. Y el cuarto se enfoca en
el “fortalecimiento del diálogo social”, que conecta a la producción con la distribución y garantiza la equidad y
la participación en el desarrollo (Somavia 1999).
35
“Decir que algo es natural es en sí mismo una categoría de pensamiento” (Strathern y Hernández 2019). Y
en esta categoría de pensamiento, las normas en relación a la “salud y seguridad”, como la de “igualdad” ¿hacia
dónde están encaminadas?, ¿en procurar la vida en sí o en un mecanismo para el (trabajo productivo)
crecimiento económico (empresarial)?
46
tiempo determinado y el pago es conocido con el término comisión, siendo dependiente del
rendimiento y cumplimiento de metas. El parámetro de servicios, apunta a que el pago puede
ser prestablecido o de remuneración libre y se le conoce como propina. Una forma de pago
que llama la atención (abordada en el cap.4) es la que tiene como parámetro la producción
ideal, en el que la relación del tiempo es como un regulador de esta y se le conoce como pago
a destajo. Por último esta la paga en especie, con productos básicos, como las mismas
mercancías que se producen en una empresa, o alimentos y bebidas, hasta transporte,
vivienda, electricidad, etc.
De esta manera se hace evidente que la relación cuantificable vista como el dinero,
ya sea con el trabajo en la fábrica o con las/os trabajadoras/es, es algo que resulta primordial
y que en última instancia resalta como la medida, entre otras cosas, para establecer que algo
es mejor que otro. Por ejemplo, la comparación de Leticia Osornio de la paga entre las
fábricas de SFS y de Agostadero, la comparación conceptual de la OIT entre Trabajo decente
y trabajo/empleo. O bien, Ronquillo en su tesina de maestría habla de la maquiladora en SFS
como un logro, y que en promedio emplea a 60 mujeres, lo que “significa una remuneración
económica muy relevante”. Y lo compara con “una actividad económica de menor
intensidad, que es la cría de ganado ovino, guajolotes, puercos, pollos” (2014, 76, énfasis
agregado).
47
Aunque podríamos preguntar, ¿para quién es una remuneración económica relevante,
para las personas empleadas o para el empleador?36 Y ¿por qué podría considerarse de menor
intensidad la cría de animales, si —podría afirmar que— de cada 20 casas en SFS en 19 crían
por lo menos una especie de las mencionadas? O no será que la comparación es un tanto
deliberada, puesto que por un lado, resulta obvio que de lo que se trata es de producir. Y por
el otro, como a menudo lo mencionan las personas de SFS, de lo que se trata es de generar
(producir y generar son dos formas de relación que se abordarán en el capítulo 3). Lo que
está en el centro de su comparación también lo está con Leticia Osornio, es decir: el dinero.
Lo que intento describir con lo anterior son las intermitencias, que hasta ahora la
forma de relación cuantificable —de la conexión entre el trabajo de la fábrica y los/as
trabajadores/as— nos ha ayudado a explorar. Esta intermitencia se dirige a la cuestión de la
mejora (recalcada en ocasiones con el incremento), donde el dinero se encuentra como
parámetro ya sea de manera explícita o implícita para caracterizar el trabajo de la fábrica
de maquila en SFS. Se podría decir que, lo que sobresale en la perspectiva de Leticia
Osornio es un tipo de conocimiento que toma al trabajo (en complicidad con el tiempo)
como dinero.
Con esto no queremos decir que la fábrica de maquila ensambla dinero, lo que
ensambla son playeras, que son distribuidas tanto en el interior de la república como en el
exterior. Así el trabajo en la fábrica opera contabilizando el tiempo en horarios
preestablecidos. Que como lo mencionó Jorge Rodríguez, “llueva, truene o relampaguee,
nosotros tenemos que cumplir con el horario” (2017, Comunicación personal). Que a la
semana son 5 días los que se laboran, de lunes a viernes. Trabajando cada día 10 horas, en
donde hay un intermedio de media hora para consumir los alimentos. Esto es en lo acordado,
pues en la práctica suele ser muy diferente. La razón es porque la fábrica de maquila debe
cumplir con una producción semanal.
De esta manera, todos los viernes llega una camioneta a SFS con los cortes de las
playeras a ensamblar y para llevarse la producción semanal. La cantidad de playeras a
36
En este punto sería interesante recordar el conflicto surgido al momento de querer incrustar la fábrica, con lo
que involucró el pedir una renta y su respuesta negativa. O la queja de los dos primeros empleadores sobre los
empleados cuando la fiesta llega y las pérdidas que ocasiona; es decir, ¿hacia quien están pensadas las ganancias
(aquello que se califica como muy relevante) y por lo tanto las pérdidas?
48
ensamblar puede ir desde las 4000 hasta las 7000 piezas, y se tienen que producir sí o sí
semanalmente; parecería que no hay otra opción. La cantidad de playeras a producir es
independiente del número de empleadas/os contratadas/os en la maquila. Pues lo que
determina el número de producción es la exigencia de los clientes de Confecciones San
Francisco, es decir las corporaciones que hacen los pedidos para las cuales se producen las
playeras. Y por lo que mencionó Leticia Osornio, la fábrica de maquila en SFS tiene la
capacidad de emplear a 120 personas, que se refería en los inicios de la fábrica en SFS en el
año 2011. Por otra parte, Ronquillo (2014, 76) comenta la cantidad de 60 empleados/as. Y
desde el año 2016 que he pasado temporadas de trabajo de campo en SFS, la cantidad del
personal más numeroso que he visto laborando ha sido de 29 y 18 la cantidad más baja.
49
trabajadoras/es37. Es decir, que dicho funcionamiento cuantificable, es no sólo con la
producción en sí, sino con la producción de mercancías. Que en este caso son playeras,
mismas que al desplegarse en el mundo del trabajo en el que se tienen que producir,
distribuir/vender y consumir/comprar a la par de otras mercancías, pierden sus diferencias.
Y aquí entra el asunto del dinero, que al diferenciar toda mercancía en valor monetario, se
convierte en la única fuente de diferenciación.
Lo que sucede con las playeras una vez vueltas mercancías, parece suceder también
con aquellas personas que se encargan de producirlas. Pues para el trabajo de la fábrica, lo
único que diferencia a las personas es que unas son manuales y otras son operarias. O sea
que la diferencia que resalta, el trabajo de la fábrica de maquila, no es tanto por el nombre
del puesto a desempeñar, sino por lo que reciben como paga monetaria.
Con esto vemos que la relación cuantificable del trabajo de la fábrica de maquila de
SFS, no sólo apunta a lo que se gana o se pierde, sino a todo un sistema de emparejamiento.
Donde tanto a los productos como mercancías y a las personas como trabajadores/as no se
les toman en cuenta sus diferencias, y lo único que representan son números monetarios.
La llegada de la fábrica de maquila, para las personas de SFS, no fue una inventiva
que les sorprendiera. Puesto que, por un lado, en el pueblo vecino ha existido por lo menos
una fábrica de maquila de prendas de vestir, desde muchos años antes. Además de que, como
se ha mencionado, existen camiones privados de por lo menos tres fábricas (dos de Querétaro
37
Acorde al segundo pilar del concepto de trabajo decente de la OIT y relativo al tiempo de trabajo, el
surgimiento de nuevos horarios se considera “un modo de promover el empleo […] aunque en muchos casos
han aumentado las horas de trabajo” (Somavia 1999). Dicho en otras palabras, es una manera de aumentar el
trabajo.
50
y una de Michoacán), que van por personal, a través de toda una ruta que pasa por SFS, para
llevarlos y traerlos día a día. Y por otra parte, el hecho de que la fábrica de maquila en SFS
haya sido instalada por medio de un programa gubernamental, es una forma en que las
personas de SFS entienden por bajar recursos. Recursos que, acorde a David Luciano (un
trabajador de la fábrica en SFS) “es mejor que se bajen al pueblo, a que los políticos se coman
lo que nos toca” (2017, Comunicación personal)38.
En este sentido vale mencionar que es menos un logro, como lo menciona Ronquillo
vid. supra, p. 47, y también es menos una respuesta a la marginación —que desde la
perspectiva de Leticia Osornio parece ser la marginación algo natural— que algo considerado
como que les corresponde recibir, pues (continúa David Luciano) “los recursos salen del
pueblo, no de los bolsillos de los políticos […] pues otra cosa es que nos los quiten” (2017)39.
No sería deliberado imaginar que en lo relativo a la marginación pensada como algo dado —
por la perspectiva personificada en Leticia Osornio— ésta (la marginación), para las personas
de SFS, es un proceso de marginización. En otras palabras, la exploración del evento con la
perspectiva de las personas de SFS nos indica que, SFS no es una localidad con alto grado
de marginación, sino que SFS es un lugar que ha sido marginado. En ese sentido, lo que es
válido con la marginación también lo es con la marginalidad.
38
Esto fue parte de una conversación espontánea, al momento de compartir la comida en el comedor
comunitario durante la media hora de descanso que tienen en el día de trabajo, donde además de David había
otras 9 trabajadoras que también hablaban en torno a ello.
39
La referencia a los recursos es, en las palabras de David, a las más de 10 máquinas que Leticia Osornio pudo
obtener a través del Instituto de la Mujer como parte de un proyecto productivo del Estado. Ya que al momento
de instalar la fábrica, recordemos, el Estado puso una parte de la maquinaria, la otra parte la puso el empresario
de Aculco y las personas de SFS accedieron a la idea de ocupar el Auditorio. La reflexión que surge con David
y las trabajadoras presentes en la mesa, no es única. Pues al convivir con los señores Guadalupe Rodríguez,
Jorge Rodríguez, Ángel y Valente, hablaban en los mismos términos, relativo a las ayudas de PROCAMPO,
como aquellas relacionadas con la tercera edad; es decir, que los recursos salen del pueblo.
51
entró a trabajar a la fábrica. Su respuesta, breve en voz pero profunda en reflexión, fue que
entró a la fábrica “por hacerle compañía a Laura”. El motivo es que, como habitan en el
barrio de los Ocotes, es necesario anticipar el camino a recorrer hasta la fábrica, y el anticipar
el recorrido es prácticamente emprender la camita antes de que salga el sol. Cosa que Laura
no quería hacerlo sola, por las pocas casas que hay y por sentirse insegura en ese trayecto.
Lo que agregó Daniela fue que, ella no ocupaba trabajar, no porque le sobrara el
dinero, sino porque viviendo aún con papá y mamá (quienes trabajaban junto con 3 de sus
hermanos) ella se encargaba (junto con dos de sus hermanas) del trabajo requerido en el hogar
como en el campo, además de cuidar los animales de la familia. Y al enterarse de las ganas
de Laura, así como de aquello que le frenaba, decidió también entrar a la fábrica, con la razón
principal de hacerle compañía a su vecina y amiga en el trayecto matutino. Que en las
ocasiones en que tenían que trabajar tiempo extra, el acompañarse en su trayectoria de regreso
a casa se llevaba a cabo como por las mañanas40.
40
En lo personal, yo no comprendí las magnitudes de este caso en particular hasta que, como parte de mi servicio
social, acudí a una “Búsqueda Nacional en vida de personas desaparecidas” en el Estado de Jalisco en marzo
del 2020. Pues platicando con varios familiares, relativo a la situación de sus hermanas/os, hijas/os, esposos/as
desaparecidas/os, había la constante en sus relatos que constaba en el “si tan solo no hubiese ido sola”, “si tan
solo hubiera estado con alguien más” la vida sería diferente. Aunque no estoy sugiriendo que las desapariciones
forzadas en SFS sea una constante, lo importante es como ese detalle de acompañar cobra mucha importancia.
52
un par de calzado a dos de sus hijos, y posteriormente le compraría unos para ella misma.
Mientras otra compañera le animó, diciéndole que le podía ayudar a mover el catálogo con
su familia que es numerosa.
Pues lo que es de mencionar, respecto a la idea de iniciar con la venta de calzado por
catálogo, es que se dio cuando Esperanza, quien le invitó a trabajar a la fábrica, le pidió a
53
Fátima que se esperara con ella para acompañar a doña María, (quien tenía que pagar un par
de horas por haber entrado después de las 7 a.m.). Esto es una práctica constante, cuando
alguna compañera es la única que se queda a laborar en la fábrica, hay quienes deciden
quedarse para acompañarle. Y este permanecer en la fábrica después de las 5 p.m. no es con
miras a obtener dinero en tiempo extra, pues cuando deciden acompañarle lo hacen sin
trabajar. O en ocasiones si deciden acompañarle, le ayudan a quien está pagando tiempo, sin
que esa ayuda pretendan se les pague como tiempo extra. Es en esa situación que Esperanza
le pidió a Fátima Álvarez a quedarse con ella y otras trabajadoras a acompañar a doña María.
Pues esta última, en otras ocasiones, se ha quedado a acompañar a Esperanza cuando le toca
pagar tiempo de trabajo a la fábrica de maquila41. Fue justo en ese momento de compañía
dentro de la fábrica, que se dio la conversación sobre las ganas en Fátima Álvarez de vender
calzado por catálogo, y que las demás le animaron y le ayudaron anticipando unas compras
e implicándose en hacer llegar el catálogo a más personas.
Una relación que Fátima Álvarez destaca es la existencia de su hija; que en sus
palabras, su hija es todo, tal como lo es el trabajo. Respecto a ello la conexión con su hija y
el trabajo como un todo, es hacer evidente que ser madre es tomar a la vida como un trabajo.
De tal suerte que si pensamos en la conexión entre el trabajo de la fábrica con la de las/os
trabajadoras/es y si lo conjuntamos con la pregunta dirigida a Fátima Álvarez junto con su
41
Se aprecia aquí un tipo de reciprocidad, en el que se puede hacer referencia a la bien conocida teoría del don
apuntada por Marcel Mauss (1979). El tema de la donación del tiempo, se dibuja con mayor profundidad en el
capítulo 4.
54
respuesta, podemos destacar que algunos aspectos de la imagen de la persona fractal nos
ayudan a caracterizar aquel “todo”. Por ejemplo —hablando y viviéndolo con las personas
de SFS— el trabajo se dirige a “algo que es al mismo tiempo menos (una de muchas
relaciones potenciales) y más (una clase, un rango de objetos y seres)” (Wagner 2013, 91)
que algún trabajo designado; como el de la fábrica de maquila, la venta de comida con su
mamá, la venta de calzado por catálogo, el trabajo del hogar o el trabajo de ser mamá.
55
que, el trabajo es experimentado no como una unidad discreta (que puede ser cuantificada).
Sino lo que se experimenta, es el trabajo y sus relaciones con los demás y eso es lo que
envuelve a las personas. Podríamos decir que, si existe una sensación en la que una persona
habita en un trabajo y que el trabajo habita en la persona, entonces debemos extender a
aquellas relaciones, más allá del trabajo, que el tareaje [taskscape] (Ingold 2000b) también
ofrece. Un ejemplo de ello se explora con la cuestión de las tortillas en el siguiente capítulo.
En este sentido podemos pensar —en la perspectiva de las personas de SFS— que
aunque el trabajo puede registrar los efectos de las acciones de las personas, el trabajo no es
solo un vehículo que produce solo dinero, ni mucho menos únicamente dinero en capital.
Siendo esto último el material de vinculación de la perspectiva personificada en Leticia
Osornio. Al respecto, lo que nos muestran las trabajadoras de la fábrica de maquila es que, si
en todo caso hemos de tomar al trabajo como un vehículo, es menos para producir que para
generar lazos de posibilidades. Pues podríamos decir que en estos términos, la imagen de un
trabajo, es la imagen de una relación significativa para las personas de SFS a lo largo de sus
co-implicaciones.
MAQUILANDO LA TOTALIDAD
Si el trabajo y sus relaciones con los demás, es lo que envuelve a las personas en la
perspectiva de SFS, para la perspectiva personificada en Leticia Osornio parecería que es la
mercancía —con su capacidad de convertirse en dinero— lo que envuelve todo. Ya que si
recordamos los postulados de la OIT y sus ODS en lo que concierne al “trabajo decente y el
crecimiento económico”, presentado como algo mejor en términos monetarios, en contraste
con el “trabajo y el empleo”, donde se le da prioridad a los empresarios/empleadores. O si
recordamos lo que se sugiere en instituciones como la CONAPO/Secretaria de
Bienestar/INEGI de aumentar las opciones productivas. O lo llevado a cabo por la directora
de Desarrollo Social de Acambay (teniendo a su cargo el Instituto de la Mujer en
colaboración con los tres empresarios) que no es más que la instalación de una opción
productiva. O en lo que concierne a las relaciones mostradas en la fábrica de maquila en SFS
entre el encargado y las/os trabajadoras/es, podemos percatarnos que lo que importa y lo que
envuelve todo, es la producción de mercancías. Que en dicha producción se resalta la cuestión
económica, donde el efecto del “más, del avance y del aumentar” es el crear, para las
56
empresas y empleadores, el efecto de (la cultura de) la mejora42, vista como el crecimiento
económico. Con ello, lo que en la mercancía también puede desempacarse, es un modelo de
sociedad que contiene a la mercancía misma como perspectiva, y hace del trabajo un
homólogo de la totalización social y humana.
42
Referente a la cultura de la mejora véase Strathern (1995b, 24–25, 1992, 38–39).
57
de Ronquillo (2014) al relacionar el trabajo de la fábrica de maquila en SFS con el trabajo de
la cría de animales en el hogar, a través de la remuneración económica relevante.
58
Manteniendo la idea de la individualidad como anterior, el hecho de que Juan
González —al momento de participar en las reuniones para instalar la fábrica vid. supra, p.
26 — preguntara “¿Qué nos va a dar la fábrica, cuánto va a pagar de renta?”, es decir una
petición —de derecho— por el lugar que se construyó con la ayuda de todos, no es evocar la
dicotomía colectivo/individuo que sustituiría lo plasmado líneas arriba. Ya que por otra parte,
Leticia Osornio hace operativa la idea de la individualidad, como previa, al contestar a Juan
González que, “tú [Juan] vas a poder vender, porque la primera tienda que está allí es tuya,
cuando tengan su descanso tú vas a poder vender […] y a lo mejor, cuando sea la fiesta del
pueblo ustedes van a poder pedirle a la empresa una cooperación, pero que les estén pagando
una renta, no; eso no va a poder ser” (2017, comunicación personal).
Es así que podemos continuar llamando la atención a la metáfora del tiempo como
dinero, que le da sentido a la perspectiva de la mercancía, y es válido decir que es ahí donde
se desprende toda una cadena conceptual dicotómica. La característica de esta cadena
conceptual es que pareciera que cada concepto tiene su opuesto. O sea que, cada concepto
tiene una especie de contraparte, misma que figura como la “escapatoria”, pero que no es
más que el reforzamiento de toda la perspectiva de la mercancía. Por ejemplo, podemos
comenzar con la distinción enunciada ya entre trabajar/vivir. A lo que le seguiría el tiempo
del reloj/tiempo libre. Que por ende le daría sentido al trabajo/ocio. Que por un lado está la
producción y por el otro el consumo-reproducción. A la vez hace operativa la cuestión de
tecnología (como producción en masa) y el arte (como creatividad individual). Conectándose
con la restricción mecánica/libertad individual. A lo que debemos incluir el mecanismo de
mercado/don puro43 (cfr. Mumford 1967; Thompson 1984; Marx 1989, 129–51; Ingold 1995;
Lakoff y Johnson 2003b).
43
En términos del mundo del trabajo Magliano (2020, 1129) habla sobre la multiplicidad de fronteras que lo
estructuran, donde incluye a aquellas que están “entre el trabajo productivo, “improductivo”, reproductivo; el
trabajo libre y “no libre”; el formal y el informal” (Cfr. Mezzadra y Neilson 2017).
60
cuál es su fundamento, nos ha ayudado a develar como es que mantiene vinculación con otras
piezas de información, mostrando el poder de articulación adquirido a partir de la relación
cuantificable. Descubriendo a su vez, cómo el evento de la llegada y el funcionamiento de la
fábrica, que se percibe con las personas de SFS, tiene una forma diferente de ordenar la
experiencia. Revelada, ésta última, con la relación de compañía, que emerge también de la
conexión entre trabajo de la fábrica con las/os trabajadoras/es.
61
CAPÍTULO 3
Trabajos situados44
Hubo una ocasión —a finales del 2017— en que regresando de cuidar de las borregas,
en casa de Anastasia Blas y su esposo Guadalupe Rodríguez, nos disponíamos a cenar. Para
ello Anastasia Blas colocó la comida en la estufa para calentarla, y a la par —como a menudo
lo hace— se disponía a calentar las tortillas. Pero parecía que éstas no eran suficientes y
mandó a su hija a comprar 2 kilos, cosa que es inusual ya que Anastasia Blas siempre hace
sus tortillas. En el lapso en que su hija fue y regresó con las tortillas, la plática giró en torno
a éstas, y en dicha conversación surgió un comentario sobresaliente. Lo emitido por Anastasia
Blas fue lo siguiente, “¡Ay, eso de comprar tortillas, que flojera!”
Lo que está en juego en la perspectiva de la mercancía tiene que ver con lo emitido
en voz de Leticia Osornio. O sea que, al comprar las tortillas en un establecimiento que se
dedica a su producción en serie —es decir una tortillería y su maquinaria por detrás para
acelerar su proceso de producción— uno estaría ahorrando tiempo. En este caso, se supone,
44
Recordemos que en la nota 10 se anticipaba la aclaración sobre el uso de “sitio” en el presente capítulo. Es
decir, que es utilizado sólo para establecer una conexión y hacer surgir las relaciones que se abordarán para
cada perspectiva. O sea que “sitio” de trabajo es como un punto de partida para la bifurcación; en el capítulo
siguiente los términos de “lugar y espacio” son los que ayudan a la caracterización de cada perspectiva. Por otra
parte, el título de éste capítulo tiene como referencia las ideas expresadas en “Conocimientos situados. La
cuestión científica en el feminismo y el privilegio de la perspectiva parcial” (Haraway 1995a). Así “Trabajos
situados” alude a formas de la experiencia y del conocimiento que surgen en situaciones históricas y sociales
concretas, pues por mucho que se quiera hacer aparecer un conocimiento del trabajo científico, universal,
neutral y por lo tanto desconectado de las relaciones directas con cierto factores políticos, el conocimiento de
las personas de SFS nos enseña que la condición parcial es capaz de otorgar un cierto privilegio a la hora de dar
cuenta de sus realidades. Así con Haraway de fondo, se intenta romper con la dicotomía construccionismo vs
verdad y buscar experiencias e historias capaces de negociar o extender conocimientos diferentes y no seguir
en el conocimiento operado por el ocular-centrismo (Cfr. Oyêwùmí 2017) y pasar a un conocimiento encarnado.
El intento es escapar de la universalidad, del conocimiento absoluto como de las verdades incontestables y
dejarnos afectar por nuevas formas y posibilidades de personas y especies compañeras que entran en
interrelación.
62
la tortillería estaría haciendo “que [como dice Leticia Osornio] su tiempo les rinda”; y por
ende se estaría ahorrando todo el trabajo implicado con ello.
Para explorar las connotaciones sobre la negativa de comprar y por lo tanto el preferir
hacer las tortillas, procederemos con la descripción de lo que consta el hacerlas. Algo obvio
63
en este proceso, es que el hacerlas no solo se reduce al modelado y la cocción. Que si se
quiere ver desde la perspectiva de la mercancía, dicho proceso se encasilla en este lapso de
tiempo, de menos de un día, y por lo tanto la pregunta más cercana sería la de ¿cuánto tiempo
lleva el (proceso de) hacer las tortillas? Pero la cuestión es muy diferente y las preguntas
pertinentes, en lugar de cuánto hay de ello, podrían ser el, ¿cómo es el proceso y qué es lo
que está implicado en hacer las tortillas? En otras palabras, hacer las tortillas es una habilidad
que no está separada de otros asuntos prácticos, o lo que es lo mismo de la vida en sí.
Podemos decir que en SFS, el proceso de hacer las tortillas es una práctica que se
acostumbra con mayor frecuencia que el comprarlas en la tortillería. Parte de este proceso es
cuando en una tarde se enciende el fuego con madera que es recolectada previamente, y sobre
él se coloca un bote metálico con agua, maíz y un poco de cal y se deja hasta casi hervir.
Después de ello se retira del fuego y es a lo que Anastasia Blas le llama poner el nixcomel.
Pareciera que poner el nixcomel es un asunto que cualquiera lo pudiese hacer. Sin
embargo, quien siempre lo pone es Anastasia Blas y ella insiste a sus hijas a que lo intenten,
quienes suelen negarse por la tentativa de que les falte cal o por el contrario se pase de cal.
La respuesta de Anastasia Blas ante sus hijas es que no importa, pues con el intento —atento
y continuo— van a aprender a hacerlo y a calcular cuanta cal debe ponerse por porción de
maíz. Incluso les anima a que se decidan a hacerlo, diciéndoles que es preferible a que se
pasen de cal a que les falte, ya que al momento de enjuagar el nixcomel se puede solucionar
el exceso de cal. He ahí donde la habilidad práctica y especializada les permite identificar la
porción de cal.
La situación de poner nixcomel, con Alicia Caballero otra habitante de SFS, es que
siempre le deja ese asunto a su mamá. Pero hubo una ocasión en que su mamá estuvo ausente
por unos días y las tortillas se le estaban acabando, y para resolverlo no recurrió a comprarlas
sino que se dispuso a hacerlas. Así preguntó a una vecina, si al día siguiente iba a moler
nixcomel, quien le respondió que sí. Alicia Caballero le dijo que también ocupaba ir al
molino, preguntando si podían ir juntas e incluso pondría su auto para no ir caminando. Su
vecina aceptó y Alicia Caballero le hizo saber que ella no se atrevía a poner el nixcomel, por
la tentativa de que no le quedara. Ante esto, su vecina le ofreció ayuda para poner el nixcomel.
Y con la inspiración y orientación, que su vecina le proveyó, en esa búsqueda ejemplar de
64
atender el olor del nixcomel, es que descubrió cómo desarrollar aquella habilidad práctica de
ponerlo. Ya que Alicia Caballero presenció como su vecina —después de sacarlo del fuego
y una vez enfriado y antes de escurrirlo— introdujo su mano en el bote del nixcomel para
sacar un poco de agua, y al oler el agua de inmediato dijo: “se pasó de cal”. Cosa que
solucionaron enjuagándolo, y al día siguiente a las 3:30 a.m. salieron para el molino.
Así el nixcomel que hace Anastasia Blas se lleva a cabo en una cocina de leña. Una
vez alejado el nixcomel del fuego y a la par de este proceso, en la cocina de gas, Anastasia
Blas junto con dos de sus hijas se encuentran en la preparación o el (re)calentado de la comida
y tortillas para la cena. El momento de comer es uno en el que hay un flujo constante, tanto
de personas como de conversaciones, ya sea que se lleve a cabo en la casa como en el campo.
En otras palabras, es más que una de las formas del estar junto con o bien —como dirían las
mismas personas de SFS— de convivir45. Pues a menudo es por la tarde-noche, cuando llegan
45
El estar junto con o convivir se dirige a una de las maneras de expresar que no solo consiste en un vivir juntos,
sino que apunta a un tipo de relación en donde todos tienen algo que dar. Aquí debemos de tener presente que
el “dar” puede tener múltiples formas, como pueden ser acciones, palabras, deseos, cosas, etc. Por lo tanto,
65
visitas y la comida que es compartida se sirve en abundancia a cada una de las personas
presentes. Lo que concierne a las tortillas que se calientan, es que también son abundantes.
Después de que todos hayan concluido su alimento servido, si sobran tortillas, éstas
se le dan a los perros de la casa, a quienes se le ha dado su alimento previo a la cena, al igual
que a los demás animales, tales como caballos, gallinas, gallos, cerdos, conejos y borregas
entre otras especies. Los perros son una parte integral de la casa, pues son ellos quienes día
con día también van a “cuidar” sin falta. Ir a cuidar, es como le llaman cuando sacan las
borregas —que pueden ser desde 25 hasta 120— y las llevan a pastorear. Y en varias
ocasiones, son solo los perros quienes cuidan a las borregas mientras las demás personas
realizan otros trabajos. Cuestión a la que más adelante volveremos.
Es así que, poner el nixcomel por la tarde–noche es con la finalidad de tenerlo listo
para llevarlo al molino al día siguiente. Y por lo tanto, este periodo largo de enfriamiento y
remojo es relevante, acorde a Colín-Chávez et al. (2020), para una mayor característica
nutricional46.
Por lo regular, Anastasia Blas se levanta entre las 3:30 y las 4:30 a.m. para escurrir y
enjuagar el nixcomel, para después colocarlo en cubetas de plástico. Las tortillas, a menudo,
solo se hacen una vez por semana, a menudo los días sábados. Debido a ello la cantidad de
nixcomel es entre dos cubetas de una capacidad de 10 litros cada una, o bien una cubeta de
éstas y un bote de 19 litros, mismos que se llevan al molino inmediatamente después de haber
colocado el nixcomel en dichos recipientes.
Esta cantidad de nixcomel es pensada en relación a las personas a quienes se les brida
el alimento, mismas que son, además de quienes habitan en casa47, las personas que trabajan
implica tanto relaciones re/generativas como degenerativas, dicho de otra manera, las fricciones no están
ausentes.
46
Estos autores, partiendo de otras disciplinas, hacen la comparación nutricional entre las tortillas hechas a
mano y las producidas industrialmente, pero me gustaría tomar distancia de su descripción. Pues se refieren al
acto de hacer tortillas a mano como una “producción tradicional”, y a su “producto” como “tortillas artesanales”,
y comentan que su preferencia para el consumo es por el hecho de ser “naturales”. En la presente descripción
pensamos, junto con Haraway (2019, 34–35; Cfr. Strathern 1992, 10), que es importante qué descripciones
describen descripciones, como también qué pensamientos piensan pensamientos, por ello usamos la forma de
relación de generar para marcar la distinción de la forma de relación de producir.
47
De facto son Anastasia Blas y Guadalupe Rodríguez, su hijo menor y dos de sus hijas. Una vez al mes, otra
de sus hijas que habita en Querétaro les visita, ya sea, los fines de semana o bien en fechas que les son
importantes como cumpleaños y días festivos. O en momentos de realizar tareas relacionadas con el trabajo que
66
con el señor Guadalupe Rodríguez, que cuando sucede van de 2 a 4 y que por lo regular son
primos, cuñados o sobrinos. Quienes también están contempladas son las visitas esporádicas,
ya sea de la familia o compadres; e incluyéndome al permitirme habitar por temporadas en
su casa. Cuando no es suficiente la preparación de tortillas una vez a la semana, se lleva a
cabo dos veces por semana. Con esto resalta la relación integralmente aplicada, vid. supra,
p. 52, pensando en la porción de nixcomel en conexión con las tortilla para tales personas.
La mayoría de los molinos que hay —que son entre 3 y 4— se encuentran en la zona
del Barrio Centro. Para llegar es necesario subir una pendiente, que caminando el tiempo
aproximado es de 20 minutos (ver Foto 22). En algunas ocasiones una de las hijas acompaña
a Anastasia Blas, y cada una carga en sus espaldas una cubeta con ayuda de un ayate.
Mientras encarga a otra de sus hijas a que encienda el fuego en la cocina de leña, para que al
regresar esté listo y poder empezar a hacer las tortillas. O algunas veces Anastasia Blas solía
ir sola, utilizando una carretilla para llevar el nixcomel y regresar con la masa. Actualmente
utilizan una de las yeguas para cargar los recipientes con nixcomel.
En esta situación podemos decir que el trabajo de conservar la memoria, que hace
Anastasia Blas y otras personas de SFS debido a la migración constante de familiares a EE.
UU., es una forma de decir que la figura del trabajo —de hacer las tortillas, pero no
únicamente— está creada de tal manera que posibilita y potencia el reunir en un solo lugar
referencias simultáneas, a lo que es nombrado como pasado, presente y futuro. Pues las
vivencias con su hija que ahora está en EE. UU., que se evocan desde el pasado hacen que
ese sentir se convierta en un deseo que espera algún día llegue, que en sus palabras se expresa
como, “¡qué no daría por volver a ver a mi hija de cerca y abrazarla!”
lleva a cabo la familia, como la cosecha de maíz (ver Foto 21), por decir un ejemplo. Y en otras ocasiones
también el hijo mayor pasa temporadas con ellos y a quien le acompaña su esposa e hijo.
67
El regreso a casa por lo regular es antes de las 7 a.m. Si ya está listo el fuego
inmediatamente se pone a hacer las tortillas. Y si no, lo primero es prender el fuego y después
iniciar el modelado y la cocción de las tortillas (ver Foto 23). Una vez que se empieza a
menudo no detienen esta parte del proceso hasta terminar la masa. En esta parte del proceso,
es frecuente que Anastasia Blas escuche música y es solo en este momento cuando observé
que lo hace. Además de ello también aprovecha para hablar, ya sea, con su hija o hijo que
viven en EE.UU. por llamada o video-llamada. O bien si llega alguna visita, no para de hacer
tortillas y la plática se desarrolla en la cocina de leña. Así ofrece café, o prepara una salsa y/o
asa huevos en el mismo comal donde se están cociendo las tortillas y comen con todo recién
hecho.
El hacer las tortillas, desde una visión superficial sería para consumir, pero lo que se
eclipsa desde la perspectiva de la mercancía con el consumo es —entre otras cosas— un
compartir. Es oportuno decir que, aquello que se comparte no es en sí un producto para las
personas. Pues incluso, hay quienes afirman que es posible ver a las personas en las tortillas
(una exégesis de SFS), aunque las personas aparecen en múltiples y diferentes formas
(exégesis mía). Por el momento exploremos la exegesis de SFS, y más adelante regresaremos
con la otra.
68
observar, palpar, sentir, y conocer a las tortillas–como–trabajo por los cuales se posibilita el
ver a personas concretas con nombre y apellido en las tortillas. Aunque éstas no son todas las
personas que están en las tortillas48.
Así cada mujer hace tortillas de manera diferente, y suele ser común que las personas
identifiquen quien está en las tortillas. Por ejemplo, para Anastasia Blas es muy fácil
identificar quien de sus dos hijas está implicada —por medio del trabajo del modelado y
cocción— en tal o cual tortilla. Lo mismo sucede con Alicia Caballero, para ella está dado el
saber reconocer quien de sus vecinas está en las tortillas que suelen compartirle, justo por las
diferencias irreductibles en su habilidad práctica de hacer tortillas que cada una ha
desarrollado.
48
Lo que se hace presente aquí es un reconocimiento de la integridad del trabajo que no solo pertenece a la
especie humana, pues otras especies también posibilitan el hacer las tortillas. Pero aunque lo referido como un
reclamo a la integridad del trabajo, vid. infra, p. 76, podría acercarse a esta idea, en SFS es menos a un reclamo
que a un conocimiento y reconocimiento de la integridad del trabajo, tanto para la cuestión de las tortillas como
en otros trabajos.
69
si le pusieran enfrente las tortillas hechas por su hermana, entre otras, sabría reconocer cuáles
fueron hechas por su hermana y por lo tanto reconocer cuales personifican a su hermana. La
seguridad en las palabras de Anastasia Blas fue, porque ella creció junto con su hermana
haciendo tortillas, una habilidad práctica, especializada y socialmente situada.
Si bien una de las implicaciones en el hacer tortillas —que surge de lo que hemos
enunciado como el desarrollo de la habilidad práctica, especializada y socialmente situada—
es aquella educación que hace posible que alguien llegue a saber–hacer las tortillas, y ésta
educación no es algo que sea dado, o transmitido. En el sentido de que la transmisión —como
un tipo de enseñanza— se refiere a una entrega de contenido aprendiendo su asimilación en
mentes que podrían figurar como cajas desprovistas de y esperando el contenido49. Sino que,
el desarrollo de la habilidad práctica, se refiere a un tipo de educación que se entiende como
un sendero de la continuidad relacional de la vida. En ésta, la educación se manifiesta como
lo que hizo la mamá de Anastasia Blas con ella; es decir, como el dote de inspiración y
orientación en la búsqueda ejemplar de la “práctica de prestar atención a las cosas” (Ingold
2018a) y al mundo, así también como sucedió con Alicia Caballero y su vecina.
49
Para una distinción entre la enseñanza como aprendizaje y la educación véase Tim Ingold (2018a). Para un
abordaje temprano sobre el trabajo y el aprendizaje y que contrasta con lo que se describe aquí véase Chamoux
(1992).
50
Que es a lo que Colín et al. (2020) apuntan al referirse a las tortillas hechas a mano como “producción
tradicional”.
70
en las tortillas, con lo que deseamos resaltar que las relaciones preceden, y ello posibilita que
se sepa quien está en las tortillas.
71
extrae información para analizar, sino— como el lugar donde encontramos, por medio de las
relaciones interpersonales, y generamos sabiduría (Cfr. Ingold 2012b; Bensa 2015, 56–57).
Para que una persona humana pueda entrar a la fábrica de maquila como empleada,
es suficiente con ir a preguntar si hay vacantes o no. Y si hay vacantes, se presenta al día
siguiente a laborar. La fábrica de maquila emplea desde menores de edad hasta quienes ya
51
En este sentido los ejemplos son abundantes que van desde Marx (2008, 215–16, énfasis omitido) que nos
dice que el “trabajo es […] un proceso entre el hombre y la naturaleza, […] que el hombre media, regula y
controla” y por lo tanto, concibe “el trabajo bajo una forma en la cual pertenece exclusivamente al hombre”.
Véase la aseveración de Splittler (2010) de “el trabajo principalmente como una acción humana”. La de
Magliano de el “trabajo como todas las actividades humanas que sostienen la vida” (2020, 1131). O bien a
Guerra (2011, 54) que establece que “podríamos considerar como trabajo, a aquella actividad propiamente
humana que hace uso de nuestras facultades tanto físicas como morales e intelectuales”. Por otra parte,
Reygadas (2002a, cap. 2) nos habla de la actividad laboral compartida por los miembros de una nación, donde
la cuestión humana está implícita. El mismo autor (2002b, 103) nos dice también que podemos entender al
trabajo, por un lado como “la transformación física de la materia prima mediante un esfuerzo que la convierte
en un producto y, por el otro, las ideas, percepciones, sentimientos y valores encerrados en la mente de los
trabajadores, empleados o patronos”, aquí la cuestión humana sigue estando implícita. En otros términos se
habla de que el “trabajo humanizó a nuestra especie” como lo refiere Novelo O (2020, 56), algo parecido al
argumento de Engels en El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre (2000). Con ello
Belmont Cortés y Rosas Raya (2020, 178) hacen ver que el “trabajo aparece entonces como la única actividad
humana con la cual el homme faber se distingue del animal”. Además puede confrontarse las referencias
incluidas en las notas 12 y 29 que muestran el supuesto de que los únicos que trabajan son los seres humanos.
72
están cerca de la tercera edad. La mayoría de estas personas son mujeres. Y como hemos
apuntado el horario de entrada es a las 7 a.m. y la hora de salida a las 5 p.m. Así el interés se
dirige al énfasis existente, en este sitio de trabajo, que tiende a resaltar una clara demarcación
de un (producir) adentro —de la fábrica de maquila— con un (consumir) afuera. Es como un
contenedor con una forma de interior y exterior; y que es propia de la perspectiva de la
mercancía.
El proceso para producir las playeras ya está dado de antemano, marcado con poco
más que una docena de pasos a seguir, mismos que también son obligatorios cumplirlos al
pie de la letra. Quien da las instrucciones es siempre la persona encargada, que en ausencia
del dueño, es la figura de autoridad. Y por lo tanto, es quien tiene el poder de mover y colocar
a las personas en donde le sea más funcionalmente productivo. Es así que la persona
encargada de la fábrica de maquila, asigna una responsabilidad a cada una de las personas
empleadas, ya sea operando una máquina o bien haciendo actividades manuales. En dado
caso que alguien no haga una costura, por ejemplo, tal como está establecido hacerlo, la
misma persona tiene que deshacer la costura y volver a coser para que la playera avance en
los pasos de ensamblaje hasta entregar el producto y que llegue a su fin lo mejor posible.
Una vez que ya está armada la playera, los tres últimos pasos se encargan de
corroborar que el producto sea de mayor calidad y darle presentación. De los trece pasos, el
onceavo es el auditado que consiste en revisar exhaustivamente la playera. Se verifica que la
73
tela esté en condiciones perfectas, como el haber cortado de manera óptima los hilos
sobrantes. Las playeras que cumplen con la calidad establecida, continúan al siguiente paso
que es el planchado, para al final ser empaquetadas. Y aquellas que no cumplen con la calidad
esperada, se marcan como de segunda o de tercera; es decir, no es un producto perdido.
74
se quedaran tiempo extra y/o colocarle llave a la puerta para que nadie saliera y continuaran
produciendo.
Por ejemplo, cuando una persona en SFS entra a Confecciones San Francisco como
trabajadora, no se firma algún contrato de trabajo. Por ende, las personas empleadas no
cuentan con las prestaciones laborales de ley tan básicas como lo es aguinaldo, vacaciones y
prima vacacional, licencia de maternidad y lactancia —tomando en cuenta que la gran
mayoría son mujeres y muchas son mamás— prima por antigüedad, utilidades o el seguro
social —una cuestión de suma importancia— que corresponden a los artículos 87, 80, 81,
170, 162 y 117 de la Ley Federal del Trabajo (2021). En este sentido podemos hablar de los
derechos que, en teoría, las/os trabajadoras/es de la fábrica de maquila de SFS deberían tener.
No solo acorde a la LFT (un estatuto nacional), sino a los ODS como parte fundamental del
proyecto del Trabajo decente de la OIT (una agenda de trabajo internacional), entre otros.
75
Porque si recordamos que el instalar la fábrica de maquila en SFS fue para erradicar
el alto grado de marginación. Donde la fábrica fue un proyecto implementado por Leticia
Osornio, siendo esta directora del Instituto de Desarrollo Social del municipio de Acambay
y a la vez teniendo a su cargo el Instituto de la Mujer. Y que el combate contra la marginación
y el impulso del desarrollo es un punto fundamental de la CONAPO, tanto como de la
Secretaría de Bienestar. Al igual que con la OIT, a través de sus ODS, el punto es impulsar
el desarrollo y el crecimiento económico. Es entonces que podemos pensar en la magnitud e
importancia de las separaciones desplegadas, en torno a la perspectiva de la mercancía, pues
apuntan a una producción masiva que suele traducirse como crecimiento económico y
desarrollo. Pero en especial, en la separación que se hace entre la persona como trabajadora
y su fuerza de trabajo como un producto que se puede comprar (y por lo tanto apropiar).
76
El producir, como la forma de relación entre la fábrica de maquila y las/os
trabajadoras/os, nos señala por lo menos dos cuestiones relevantes. Mismas que se derivan
de un procedimiento que tiene que ver con el hecho de que, mucho de lo que corresponde al
trabajo en la perspectiva de la mercancía, primero se inventa o se construye. Tales como son
las leyes, los procedimientos a realizar en la fábrica de maquila, los derechos, las formas de
pago, los horarios etc. Y después se habita lo que a menudo le llaman “mundo”, que
habitualmente se le agrega el epíteto “del trabajo”. Es decir que se habita/trabaja dentro de
un mundo construido.
52
Es así que, como lo sugiere Federici (2015), las actividades catalogadas como de “reproducción” han estado
siendo catalogadas como no–trabajo (productivo) con el fin de legitimar su apropiación. A propósito de esto,
Federici nos enseña como la “’apropiación originaria’ masculina del trabajo femenino, […] construyó un nuevo
orden patriarcal, reduciendo a las mujeres a una doble dependencia: la de sus empleadores y la de los hombres”,
y con ello “las mujeres mismas se convirtieron en bienes comunes, su trabajo […] que quedaba fuera de las
relaciones de mercado […] fue definido como un recurso natural” (Federici 2015, 179, énfasis original). En lo
concerniente a esta categorización natural, Paula Tabet nos advierte que al evidenciar como la “reproducción
no es una manifestación espontánea del cuerpo de la mujer”, nos invita a pensar que “la procreación y la
fertilidad [no deben ser] presentadas como asuntos que conciernen únicamente a las mujeres”. Es decir que, las
relaciones entre los sexos están entre la capacidad de procreación y el hecho de dar a luz; o sea que, la historia
como organización social de las relaciones de reproducción, es “en gran parte de la reproducción como
explotación”. En toda esta historia, tanto la biología como la naturaleza, “están llamadas a explicar las diferencias
sociales entre los sexos y así perpetuarlas, dándoles una base aparentemente indiscutible. La misma cosa es, o se
ha estado haciendo, con los pobres, los negros, los indios” (1987, 3–4). En esto, la voz de Leticia Osornio hace
eco cuando afirma que al haber una fiesta, las personas de SFS, lo dejan todo, les vale y que es muy difícil quitarles
sus costumbres y tradiciones. Tanto como la OIT a través de los ODS, respecto a que pueblos indígenas están
expuestos a muchas amenazas por su modo de vida tradicional porque “muchas actividades tradicionales no bastan
para atender las necesidades de los indígenas debido a su escasa capacidad de generar ingresos, poca vinculación
con el mercado, y por sus niveles más bajos de productividad”, vid. supra, p. 3.
77
que se hace notar, es todo un aparato conceptual de creación de personas y con ello un tipo de
organización muy integral de la vida, de tal suerte que, en términos del trabajo, se pueda
maximizar la extracción, donde la violencia a veces se simplifica y en otras se desenmascara
por completo (Franklin 2017). Por ejemplo, con hechos que van desde omitir los derechos de
las/os trabajadoras/es que establece la ley, hasta cuestiones como el obligar a quedarse tiempo
extra colocando llave para que nadie salga, aunado a que en ocasiones no les paguen dicho
tiempo extra, como ha sucedido en Confecciones San Francisco.
78
o indirectamente en la siembra del maíz. Recordemos que atender un asunto práctico, no se
dirige a desconectarse de otros asuntos prácticos, sino que es parte de la continuidad relacional
de la vida. De tal suerte que, para poder atender el proceso de la siembra del maíz, es necesario
seguir atendiendo las tareas que tienen que ver con los animales. Para la familia de Anastasia
Blas y Guadalupe Rodríguez, entre los animales que atienden están las gallinas, gallos, yeguas,
una vaca, en ocasiones cerdos y conejos, pero en especial están sus borregas (ver Fotos 24-25).
La forma de atender a las borregas es llevarlas a comer pasto en el campo, por las
mañanas y regresar hasta el atardecer, a esto le llaman “ir a cuidar”. Es un asunto que lleva
la mayor parte del día y quienes están implicados en el ir a cuidar son, por un lado, Anastasia
Blas y/o Guadalupe Rodríguez y otras ocasiones es su hijo o hijas. Y por el otro, quienes van
a cuidar sin falta día con día, y que forman parte fundamental de este trabajo son los perros
que habitan en casa de Anastasia Blas. Pues son los perros quienes en ocasiones cuidan solos,
mientras Guadalupe Rodríguez o Anastasia Blas se dedican a otros trabajos, como puede ser
el proceso de la siembra del maíz, por decir un ejemplo (ver Foto 26).
79
palabras de él, es el que su hijo y sus hijas podrían quedarse sin comer, pero a sus perros no
les va a faltar la comida en su ausencia. En primera, porque sus hijos pueden prepararse de
comer por sí solos y los perros no. En segundo lugar, lo que resalta es el reconocimiento del
trabajo perruno, siendo el reconocimiento un aspecto que se resalta también entre humanos.
Ante esto se vislumbra en los perros una forma de persona53. Y la atención se dirige
a aquella matriz relacional que genera y sostiene la vida y el trabajo. Plantear la idea de un
perro como persona podría parecer extraña, pero resulta que para mucha gente que no vive
bajo preposiciones occidentalizadas es una manifestación de lo obvio considerar personas a
especies que no se reducen a lo humano. Por ejemplo, para uno de los pueblos nativos más
grandes de América del Norte, llamados Ojibwa, la noción de persona se extiende a distintos
seres y no solo a humanos (Hallowell 1976, 20–21, cfr. 1992). O bien, para los Ashuar del
alto Amazonas, “la mayor parte de las plantas, de los animales, de los astros y de los truenos
son personas”; también para los Yanesha, del Perú Oriental, a “algunos objetos se les concibe
como personas” (Vigliani 2016, 8). Por otra parte, vale decir que hay por lo menos tres
momentos, en la historia de la antropología, que han debatido la noción de persona, mismas
que son marcadas por Virginia Fons (2009). Desde Marcel Mauss en su escrito titulado
“Sobre una categoría del espíritu humano: la noción de persona y la noción del ‘yo’”,
publicado por primera vez en 1938. Un segundo momento está marcado por Lienhardt en
1947 con la publicación de Do Kamo: La persona y el mito en el mundo melanesio. Y en
1973, se publicó La notion de personne en Afrique noire, a cargo de Roger Bastide y
Germaine Dieterlen, misma que compila algunas aportaciones sobre el tema discutidas en un
Coloquio 2 años atrás54.
Por mi parte desearía agregar una aportación más, que se dio en américa del sur, y
que lleva por nombre “A construção da Pessoa nas Sociedades Indígenas” (Seeger, Da Matta,
y Viveiros de Castro 1979). Que además de vincular la noción de persona con el cuerpo, nos
invitan a pensar a la noción de persona “como un instrumento de experiencia social”. Y en
53
Resulta obvio que en el contexto antropológico “´persona´ es un constructo analítico” (Strathern 1992, 119).
54
De este último es de destacar la aportación de Saghy (1993 [1973]: 574, referida en Fons Renaudon 2009,
23) que nos comenta que la categoría de persona “está relacionada con una multiplicidad de dimensiones;
porque […] la persona es un lugar de participación [que] rompe con el pensamiento dicotómico occidental, que
intenta ver las diferentes partes por separado, y nos aproximamos un poco más a un sistema de pensamiento
que intenta ver[lo] cómo […] interrelaciona[do]”.
80
ese caso focalizarse en la ‘persona’ es el resultado de diferentes opciones, como puede ser el
“criticar los preconceptos ligados a la noción de individuo” (1979, 6). Por consiguiente, la
noción de persona se vuelve “útil para describir las categorías nativas más centrales”, que en
la presente tesis tienen que ver con el trabajo y la vida con las personas en SFS. Por lo tanto,
la declaración de Clark de que “otras criaturas distintas de lo biológicamente humano podrían
ser personas” (1994, 33) nos obliga a “reconocer que otras especies encarnan atributos de
personalidad que en Occidente se identifican popularmente con la condición de
‘humanidad’”. Por ello la invitación aquí es que “aceptemos que otros animales distintos a
los seres humanos pueden ser agentes conscientes e intencionales” y que por ende “tenemos
que atribuirles poder” (Ingold 1994a, 9; cfr. Sahlins 2018, 102–11).
Entonces, en SFS la forma de persona con los perros es generada por su interrelación
con los humanos, con las borregas y por su reconocimiento en el cuidado de estas últimas.
Más aún, por la relación que Guadalupe Rodríguez hace, al usar la figura de los perros junto
con la figura de sus hijos; que en nada se asemeja a un sentido de igualdad en términos de
comparación. En lugar de ello, para iniciar a explorar la conjunción que hace Guadalupe
Rodríguez, podemos evocar un aspecto de los que genera la imagen del cyborg (Cfr. Haraway
1995b; Strathern 2004a, 36–39). Ello apunta a lo que podría ser el crear conexiones sin
supuestos de comparabilidad. Es decir, que nos permite tomar la conexión hecha por
Guadalupe Rodríguez entre humanos y perros como un asunto de compatibilidad sin
comparabilidad. O sea que, son compatibles como personas que trabajan cuidando a las
borregas, pero sin que se igualen los perros con humanos o viceversa. Es decir que cada quien
conserva su diferencia.
Para proseguir, podemos decir que el trabajo canino se extiende a otros asuntos que
van más allá de lo superficial. Pues, además de reunir al rebaño y no permitir que se coman
lo ajeno, el cuidado/vigilancia de las mismas borregas se anuda al evitar que desaparezcan.
Ya que es común el robo desde una borrega hasta el rebaño completo.
El robo de una borrega es, en su mayoría, con aquellas que se alejan constantemente
y con las borregas de menor edad, pues son más fáciles de transportar; esto sucede en los
momentos que están pastoreando. El robo del rebaño completo, por lo regular, es cuando
están encerradas en los corrales de las casas y suele ser por las noches o en ausencia de las
81
personas de la casa. Con referencia al robo, también es frecuente que se lleven la yunta, que
regularmente (aunque no siempre) son un par de animales, que pueden ser bueyes, mulas,
yeguas o caballos. Y estos últimos, son quienes integran una parte fundamental al momento
de trabajar con la tierra en la siembra de diferentes especies o en otras tareas (ver Foto 28).
Una cuestión que no se debe obviar para el cuidado de las borregas, es aquel al que
podemos referirnos como la “educación” de los perros adultos hacia los cachorros. Esto es
posible debido a la correspondencia entre perros y humanos en relación a los cachorros. Es
decir, aquel proceso en el que literalmente se responden entre sí a lo largo del tiempo y es lo
que les permite desarrollar el saber–hacer el cuidado de las borregas.
La correspondencia tiene que ver con atender las trayectorias de vidas de diversas
especies, sean humanas, animales o de otro tipo. Y la forma en el atender dichas trayectorias
de vidas, es menos de lo denominado como “entre”, que de lo que podemos llamar, junto con
Ingold (2018b, cap. XXIX), “entre-medio”. Pues el entre nos muestra un mundo ya dividido
y por lo tanto construido. El entre es como un puente que tiene dos terminales que apuntan
—por ejemplo— a un inicio o a un final; como el ensamblaje de las playeras en la fábrica de
maquila en SFS o el horario de entrada y el de salida, y por lo tanto las cosas o las personas
solo atraviesan una parte. El entre connota una cuestión de intermedio, apuntando hacia
ambos lados, hacía sujetos y objetos. Que en la fábrica de maquila de SFS, las trabajadoras
están de un lado y las playeras del otro y, esa perspectiva, coloca al trabajo en el intermedio.
55
Por ejemplo, al pensar en una tortillería y su forma de trabajar, lo dado se identifica con una máquina que
produce tortillas. Pero en SFS resulta que los habitantes no compraban tortillas de la tortillería, porque no les
gustaba como quedaban con la máquina. Debido a ello, decidieron cambiar la máquina por las respectivas prensas,
aquellas que se usan en todas las casas donde hacen tortillas. Y es con las prensas que ahora están dos mujeres,
cada una con una prensa, haciendo tortillas logrando vender lo que antes no era posible. (ver Foto 29).
82
la capacidad de responder y ser respondidos, es en esto en lo que estriba la correspondencia.
Por lo cual, la educación perruna —y muchas otras cosas— no está ni en el lado de los
humanos ni en el lado de los perros, sino que es una correspondencia de sometimiento
perruno y humano, por ejemplo. En otras palabras, este sometimiento es un proceso en el que
diversos seres crecen y al mismo tiempo son hechos crecer. De tal suerte que unos y otros se
someten a historias en el que su desarrollo y la maduración se sitúan en lugares relacionales
establecidos con la presencia y las actividades con otros. Este tipo de crecimiento no es sólo
en tamaño y resistencia sino que es también en el conocimiento para saber–hacer el cuidado
de las borregas, por ejemplo (cfr. Ingold 2017, 2018b).
Es así que, Guadalupe Rodríguez indica cuando es la edad del cachorro en que es
posible que vayan a cuidar, esperando y dejando fluir el ritmo de crecimiento sin pretender
adelantarlo (ver Foto 30). Cuando es la edad para que los cachorros vayan a cuidar, estos
deben ser capaces de moverse en el entorno. Lo que requiere de cruzar zanjas y ríos, andar
en las veredas y senderos, no quedarse dormidos al momento de seguir el movimiento de las
borregas, no resbalar en los bordos, brincar cercas y más (ver Foto 31). Es así que los
cachorros comienzan a acompañar a los más experimentados y desarrollan “algunas de las
habilidades necesarias para la vida adulta” (Morey 2010, 77).
Esta educación es receptiva porque apunta a atender a las situaciones que fluyen con
el proceder en el campo y con las borregas. A saber, tanto Guadalupe Rodríguez como
Muñeca y Mía, las perras más experimentadas, proveen a los cachorros —diríamos— de
inspiración y orientación de cuándo y cómo es el momento de actuar y no molestarlas cuando
están pastando. Y esta educación es emergente, porque su actuar surge en correspondencia
de las señales que los humanos indican y el actuar de estos también responde a las señales
emitidas por los perros en correlación con el flujo de las borregas. Por consiguiente, estas
habilidades prácticas desarrolladas por la educación nos indican formas finalmente ajustadas
a las singularidades56 que día con día se van dando entre personas, especies y el entorno. Y
lo que aparece con el entre-medio de las habilidades prácticas de los caninos y las formas
56
Entendiéndolas como una manera de comprometerse “en una variación continua de variables en lugar de
extraer de ellas constantes” (Deleuze y Guattari 2002b, 377). Extraer constantes apunta a trabajar como sería el
re/producir un conjunto de instrucciones o ir de una etapa a la siguiente, en lugar de hacerlo emergente y
receptivamente.
83
ajustadas a las singularidades, es esa creatividad de conciencia, actuación y respuesta de los
mismos caninos57 (Patchett y Mann 2018).
Alicia Caballero también cuenta con borregas e igualmente es ayudada por un par de
perros a cuidar de ellas. Una de las características de algunos perros, como es el de Boby —
uno de sus perros— es que también cuida de ella. Ya que se han dado casos que hombres
intentan hacer daño a las mujeres que andan cuidando solas. Pues Boby, por lo regular, nunca
57
Me permito colocar “conciencia”, en el lugar del “pensar”. Ya que este último evoca la división
complementaria de los estados mentales y actos corporales (una separación atribuida a Descartes), donde se
cree que para “actuar intencionalmente lo primero es considerar las alternativas y después ejecutar el plan
elegido” (Ingold 1994a, 8). La opción de colocar “conciencia” es, en primer lugar, para rechazar la cuestión de que
la condición para la intencionalidad de la acción radica en la planificación. De tal modo que la “cuestión de la
conciencia animal, de hacer y sentir, debe, por tanto, separarse de la del pensamiento animal” (Ingold 1994b,
96, énfasis original). En segundo lugar, al colocar que un animal no premedita o planifica no es lo mismo que
decir que el animal es un tanto máquina o maniquí. Por el contrario, es “un agente consciente y perseverante
quien actúa, siente y sufre, como nosotros. Como nosotros, es responsable de sus acciones, habiendo provocado
que sucedan” (Ingold 1994a, 8–9), ya sea que cuiden a las borregas o que las maten, como también sucede. Por
lo cual, esta descripción pretende adoptar una posición diferente de aquello que envuelve el racionalismo
cartesiano en relación a la conciencia y la creatividad. Es decir, que la conciencia (específicamente en relación
a los perros) “ya no debe verse como una capacidad de generar pensamientos” y planificaciones de los cuales
surge el actuar intencional, “sino como un proceso o movimiento” (Ingold 1994a, 9, énfasis original). Es decir
que la intencionalidad reside en este movimiento mismo de la conciencia y por el cual “los ‘pensamientos’ son
una consecuencia no esencial” (Ingold 1991, 250).
84
deja que alguien se acerque a Alicia Caballero cuando andan cuidando. Por esto y por otras
razones ella comenta que “Boby es más que un perro” (ver Foto 32); es decir, es una persona.
El cuidado de Boby con Alicia Caballero se extiende a aquello que se relaciona con
el sentir. Ya que cuando hay tristeza, nostalgia o algún sentimiento, es cuando Boby presta
atención a, y sabe llevar la vida con ella procurando otro tipo de cuidados, que no son nada
similares a aquellos que los humanos puedan prestar. En este sentido, podemos decir que se
encuentra necesariamente una comunicación, donde lo que menos importa es la forma sino
que “la ‘comunicación’ a través de la diferencia irreductible es lo que importa”; como con
el copal, la música, los Santos y Dios. “La conexión parcial situada es lo que importa; los
perros y humanos resultantes emergen juntos”, trabajando junto con. O bien de manera
puntual, la comunicación “es una práctica […] de especies compañeras relacionadas bajo el
signo de una otredad significativa” (Haraway 2016, 140, énfasis agregado).
Con esto, se da a entender que es importante tomar en cuenta las prácticas emergentes.
Por lo que, otredad significativa apunta a “un trabajo vulnerable en el terreno que combina
agencias no armoniosas y formas de vida que son responsables tanto de sus historias heredadas
dispares como de sus futuros conjuntos apenas posibles pero absolutamente necesarios”. Y esta
forma de vincularse, como cuando Alicia Caballero y Boby lo hacen (aunque no únicamente),
“son patrones dentro de los cuales lo jugadores no son ni enteros ni partes. Yo llamo a esto
relaciones de otredad significativa”. Debido a ello, es esta “implosión de la naturaleza y la
cultura en las vidas conjuntas”, de perro y humano “históricamente especificas e implacables
que están unidas” (Haraway 2016, 100, 101, 108). En vinculación con las relaciones de
otredad significativa, es de importancia resaltar que las “relaciones son los patrones de
análisis más pequeños posibles […] no escribí ‘unidades de análisis más pequeñas posibles’
porque la palabra unidad nos induce a un error al pensar que hay un átomo último formado
por relaciones diferenciales internas”. Es por ello que las/os compañeras/os y actores son lo
generado de la relación aún en curso (Haraway 2008, 25–26, 313 énfasis original). Por ende,
para la cuestión de especies compañeras, es necesario que existan al menos dos (por ejemplo
85
humano y perro) para hacer una relación. No hay posibilidad que solo exista una especie
compañera58.
Si continuamos con los riesgos, podemos decir que de los más frecuentes, es que las
borregas no solo sean robadas por los seres humanos, sino también por los coyotes. Éstos se
las roban a pesar de que los seres humanos estén cuidando cerca, pues siendo un animal
tramposo es posible que “el coyote les gane”. Pero ante la vigilancia de los sentidos caninos,
siempre existe la seguridad de que “casi” ningún coyote pasará desapercibido. Pues los
caninos ladran con seguridad en dirección de la ubicación del coyote y con un trabajo
conjunto es posible ahuyentarles. En este sentido cada uno es una extensión de la capacidad
del otro. Estas son algunas de las formas finalmente ajustadas a las singularidades del trabajo
perruno, que permiten llevar al vida con caninos o humanos; y relativo al trabajo, lo que se
aprecia es una forma protestica (otro aspecto de la imagen del ciborg). Con esta forma, se
explora cómo una persona es capaz de unirse con otra, de trabajar juntas sin que una pretenda
ser la otra. La forma protestica es multidimensional, donde las multiplicidades heterogéneas,
como lo humano y no-humano, son reunidos de formas inesperadas (Haraway 2016; Olson
1996).
Dicha forma es capaz de mantener cosas juntas que se piensan incompatibles, una
conjunción entre humanos y perros con otras especies y el trabajo. Como lo es, bajo la
perspectiva generada en SFS, pensar a los animales trabajando junto con humanos. Así en
SFS se aprecia que si Alicia Caballero tiene a un perro, ese perro también tiene a una humana,
es decir no se trata ni de tutela ni de propiedad. Lo que se genera es algo nuevo, posibilitado
por las relaciones persona a persona. Y esta cosa nueva es algo que, junto con Haraway,
podemos llamar posesión. Donde la relación además de ser comprometida es también de
correspondencia. Y de lo que “se trata es de reciprocidad y de derechos de acceso [donde]
los perros obtienen ‘derechos’ en humanos específicos” y viceversa. En este tipo de posesión
tanto unos como otros “construyen ‘derechos’ entre sí, como el derecho a exigir respeto,
58
Referente a la conexión entre perros y humanos, por lo apuntado como especies compañeras, se evidencia
que esta relación ha sido tan diversa en tiempos y lugares. Por ejemplo, aquellas que van desde la conquista
europea de las Américas, sirviendo como armas letales (Bueno Jiménez 2011); el rastreo de víctimas de
terremotos con humanos–perros rescatistas (Rodríguez Acosta 2013); como trabajadores médicos y
psicosociológicos (Haraway et al. 2007); hasta el hecho de que “algunos perros de caza nativo–americanos
pasaron por rituales de preparación similares a los de sus humanos, incluso entre los Achuar de América del
Sur pasaron por la ingestión de un alucinógeno” (Haraway 2016, 105).
86
atención y respuesta”, es lo que se quiere decir con posesión recíproca. El contraste con la
relación de derechos de propiedad es que, en ésta última, el “aprender a obedecer [al perro]
es la tarea desalentadora del propietario”. Y aprovechando la brecha generada en torno a los
derechos y los perros, para el contexto de SFS la pregunta no es, ¿cuáles son los derechos de
los perros?, como si preexistieran para ser descubiertos. Sino, ¿“cómo puede un ser humano
entrar en una relación de derechos con un animal?” (Haraway 2016, 144–45).
En consecuencia, los perros no están siendo equiparados con humanos, ni éstos últimos
se están equiparando con los primeros. Más bien, perseguimos —en términos descriptivos—
las implicaciones de la aseveración de Guadalupe Rodríguez —relativo a sus hijos y sus perros
vid. supra, p. 79. Es decir, volvemos operativo el desplazamiento de la comparación
convencional (donde la equiparación permanece), por el uso de uno de tantos “coloquialismos
reutilizados para la redescripción”, esto es la analogía–como–comparación (donde la
equiparación se desplaza) vid. supra, p.p. 23-24. Vale la pena aclarar que lo “anterior sugiere
que con la analogía, se parte de un conjunto diferente de ‘constructos’, [y con ello] el
significado de [persona] no solo se extenderá sino que también lo hará la” (Lebner 2017, 10–
11) noción de trabajo. O sea que, “percibir las relaciones análogas no es lo mismo que percibir
semejanzas” (Strathern 2011, 102). Acorde a esto, se intenta dar cuenta del “hecho de que los
perros no somos nosotros […] No son justo lindas proyecciones. Los perros no figuran como
un espejo de mí.” Sino que podemos decir que los “perros figuran como una otra especie, pero
otra especie que vive en una relación muy estrecha; otra especie en relación con la cual la
87
división naturaleza/cultura es más un problema que una ayuda, cuando tratamos de entenderle.
Porque los perros no son ni naturaleza ni cultura, […] ni ninguno/ni otro, sino algo más”
(Haraway 2004, 331).
Entonces, uno de los sentidos de hablar de un perro como persona, es hacer fluir la
cuestión de la socialidad59. Entendiéndola tanto como “la creación y el mantenimiento de la
relaciones” (Strathern 1988, 13), como “la matriz relacional que constituye la vida”, misma
que es “vista como intrínseca a la definición de persona”. Por lo tanto, socialidad se refiere
“al significado de las relaciones dentro de las cuales existen las personas” (Strathern et al.
1996, 52), tales como la de extensión, la de compañía y el convivir o la que atañe al presente
capítulo la de generar. De esto se sigue que “un enfoque en la socialidad no solo nos permite
tratar al [perro] en desarrollo como un sujeto activo en el centro de su propio mundo social
(más que como un ser pasivo al margen de la sociedad), sino que también disuelve el límite
[…] convencional entre” (Strathern et al. 1996, 48) cultura y naturaleza, entendida como una
de las grandes divisiones (Latour 2007). Lo anterior es posibilitado por el reconocimiento del
trabajo perruno de Guadalupe Rodríguez al responder a la pregunta: ¿quiénes trabajan
cuidando las borregas? Diciendo que: son los perros los que más trabajan (ver Foto 33).
Por consiguiente, podemos decir que personas de SFS honran la diferencia, en lugar
de suprimirla. Pues se enaltecen las distintas habilidades que lo perros tienen en relación con
los humanos. Existe un compromiso por parte de las personas de SFS, aunque no
exclusivamente, en relación a los perros de tomar la diferencia entre especies en serio. La
definición de la diferencia es al menos, una de los cuatro componentes que la noción de
especie permite explorar. Por lo cual, rescatamos la noción de especie, pues se nos muestra
como herramienta descriptiva que expande el significado en lugar de abrazarlo.
59
Me permito enfatizar que socialidad no es lo mismo que sociabilidad. Puesto que, mientras ésta última apunta
a “la sentimentalización de la noción de relacionalidad”, la primera tiene un sentido “formalista en lo que
respecta a las relaciones”. Es decir que, sociabilidad con su sentimentalización es el supuesto —cuando se habla
sobre relaciones— para que la gente naturalice y asuma inmediatamente que “‘ella es mujer, está obligada a
valorar las relaciones’ […] existe este valor moral […] las mujeres son estereotipadas y relegadas al polo
sentimental de la vida social”. Entonces, se da una reducción en la sentimentalización de las relaciones, tal
como cuando la reciprocidad se reduce al altruismo. Y al no enfatizar la diferencia, la reducción puede operar
de igual forma “de la socialidad a la sociabilidad”. Por lo tanto, socialidad es menos aquella solidaridad o
empatía surgida de la sentimentalización que, aquello que se refiere a una posición formal de conexión de las
relaciones (Strathern 1999).
88
Si el término “especie es acerca de la definición de la diferencia”, esta se encuentra
“enraizada en fugaz polívocas” a partir de las conexiones, y nos invita a mantenernos “alerta
a la especie como tipo y categoría filosófica genérica”. En segunda instancia, la especie es
de tipo biológico. Pero aquello que “cuenta como de tipo biológico preocupa a las categorías
anteriores de organismos”, es entonces que lo “maquínico y lo textual son internos a lo
orgánico y viceversa de manera irreversible”; es decir, que la música, el copal, los Santos,
entre otros viven como las otras especies de tipo biológico. El tercer distintivo de la especie,
es acerca de la “unión corpórea de lo material con lo semiótico de formas inaceptables para
las sensibilidades de algunas academias [como lo son] la mayoría de las versiones de la
ciencia humana de la semiótica”. Y por último, la composición de especies, abarca aquella
unión de “mierda y oro”, aquel “lucro sucio”, esa combinación de oro-mierda-inmundicia-
riqueza encontrada en la “cultura moderna” de pensamiento occidental, plasmado en “la de
la mercancía” (Haraway 2016, 107–8).
Esto nos permite retomar la vez en que, hablando con Guadalupe Rodríguez, noté que
a dos de sus perras se les da una porción más de comida (misma que comparten con los
cachorros) que a los otros caninos no se les otorga. Y es porque, esas dos, nunca se despegan
de las borregas al ir a cuidar, ni porque sea la hora de comer. Entonces la conversación giró
en torno a la comida en relación con los animales. Y esta vez hablado de la yunta (dos de sus
yeguas) dijo, “ellas tienen más derecho a la comida que nosotros, por el simple hecho de que
si nosotros solos hiciéramos todo el trabajo que ellas hacen, nunca acabaríamos” (G.
Rodríguez 2020). El trabajo referido era el de la siembra del maíz y de otras especies, que
como el ir a cuidar, él lo hace junto con sus animales. El trabajo hecho con la yunta, es lo
correspondiente al barbecho, a revolver, escardar o rayar la tierra. Y el proceso de estas
tareas, podemos decir que es posibilitado por el trabajo perruno de cuidar las borregas. De
tal modo, que en el generar el maíz para las tortillas, están implicados los humanos, perros,
yeguas, tanto los Santos (San francisco de Asís y la virgen de Guadalupe) y Dios mismo.
La manera en que los Santos y Dios están implicados es por medio de un tipo de
comunicación al momento de sembrar, vid. infra p. 96, pidiéndoles de su ayuda para que las
heladas lleguen después de la cosecha, y generar un buen maíz con el cual poder hacer
tortillas. Y esto es solo una parte de aquel proceso por el cual Anastasia Blas vive y toma la
decisión de preferir hacer las tortillas.
89
Generar el maíz y otras especies no es con el fin de lucro, y aunque las borregas sean
para vender tampoco puede considerarse —el criar borregas— una extracción con fines de
lucro. Pues el crecimiento de las borregas tiene su propio ritmo y no se trata de ventas masivas
de borregas. Y mejor aún, se trata de la organización de los poderes de la vida y la muerte
para florecer: un tipo de generatividad. Pues esas borregas también son comidas por la familia
de Anastasia Blas y Guadalupe Rodríguez. Y en todo esto no hay nada inocente, pues el
trabajo de hacer comida es algo bueno y que implica matar y comer y en el entremedio está
el compartir (Franklin 2017). Y el compartir las tortillas es una forma específica que se
acostumbra en SFS. A la vez que en las tortillas, es bien sabido, hay toda una serie de tareas
y relaciones entre las personas, que se extienden con seres humanos, seres no–humanos tales
como los animales y seres espirituales, como ya hemos apuntado.
90
CAPÍTULO 4
Contratiempos
Con lo que hasta ahora se ha descrito, no resultaría aventurado decir que si hemos de
emitir un postulado de la crítica de las personas de SFS, es que sería un error imaginar que
sabemos qué es el trabajo —para las personas de SFS— al hablar sobre ello o en el mejor de
los casos al experimentarlo. Ya sea que se hable de la práctica de hacer tortillas, como lo
comentan Colín et al. (2000), una producción tradicional versus producción industrial. O bien
que se hable de la cría de animales como un trabajo de menor intensidad, donde
supuestamente —acorde a Ronquillo (2014) al hacer la comparación con la fábrica de
maquila de SFS— se deduce que la mayor intensidad tendría que figurar como una fábrica
de animales. Pero en aquello que nos enseñan las personas de SFS, se revela un gran esfuerzo
por desnaturalizar la conexión única entre trabajo y dinero, un vínculo propio de la
perspectiva de la mercancía.
De tal suerte que las pericias en Leticia Osornio y Ronquillo (2014), quienes se
ocupan de SFS, parecen estar en explicitar el tiempo del reloj o colocarlo de manera implícita
cuando se trata del trabajo. En todo caso sus resultados parecen estar implicados por aquella
naturalización de la perspectiva de la mercancía, que ubica al tiempo del reloj como medida
principal del trabajo y su único resultado es visto como dinero. Así el índice temporal tiende
a interpretarse tanto en ganancias (una remuneración muy relevante) como en pérdidas (baja
intensidad), antes de ser interpretado como cualquier otra cosa. El asunto no es que Osornio
o Ronquillo no puedan idear cualquier trabajo como obviando al reloj, sino que es solo el
91
dinero lo que tiende a eclipsar al tiempo de trabajo. Por otra parte, las personas de SFS
despliegan el tiempo a través de reconfiguraciones de las cuales el dinero es solo una de
tantas formas, aunque ésta no necesariamente se dirija a pérdidas-ganancias.
Esto me lleva a un aspecto final de la presente tesis, y es a aquello que se vertió desde
un inicio, vid. supra p. 6, y tiene que ver específicamente con el tiempo. Para continuar con
el ejercicio descriptivo y delinear la analogía–como–comparación, con fines de marcar la
diferenciación de perspectivas, hemos de abordar una conexión. La cual está presente en lo
que sigue del capítulo y es aquella entre tiempo y artefacto con el trabajo y sus participantes.
92
reloj). De tal suerte que la tecnología ha estado figurando como la medida para establecer
jerarquías, marcando desarrollos tecnológicos desde lo simple a lo complejo entre sociedades
(la idea en términos de grados de complejidad). Es decir, se le ve a la tecnología como la
fuerza impulsora del desarrollo social, anclada a aquello que tiene que ver con la construcción
y aplicación de maquinaria (Ingold 2000d). Que lo vemos en el cometido de la CONAPO, al
contrarrestar la distribución desigual del progreso incluyendo a la población en los programas
de desarrollo. Mismo que se hizo operativo con la idea de Leticia Osornio y las máquinas de
coser como un proyecto productivo.
Es por ello que, para la perspectiva de las personas de SFS, se señala la idea de
relaciones técnicas, para diferenciarla de la tecnología anclada al pensamiento moderno. Con
ello no se desea dar a entender que las personas carezcan o no hagan uso de la tecnología,
sino hacer operativa la distinción en términos descriptivos. Es así que el hacer uso de las
relaciones técnicas, es para subrayar que éstas están anudadas en las relaciones sociales como
un aspecto de la socialidad, ya abordada en el capítulo anterior. Parte de esta distinción es en
aquello que el concepto de tecnología —en su uso moderno— despliega. Esto es, el
establecimiento epistemológico del control sobre la naturaleza por parte de la sociedad y en
dicho movimiento maximiza las distancias entre estas dos. Por parte de las personas de SFS,
en la presente descripción, no es que se dé a entender que minimizan la distancia, pues eso
supondría que los conceptos de naturaleza y sociedad del pensamiento moderno operan con
las personas de SFS, sino que —en cierto sentido— no hay distancia.
La distinción que hace operativa la idea de relaciones técnicas, entre otras cosas, es
apuntar a que no existe tal distancia, en lo que en el pensamiento moderno se entiende por
naturaleza (animales, tierra, lluvia, sol, etc.), sobrenaturaleza (espíritus, Santos, Dios, etc.) y
sociedad (como modelo). Lo que hace la idea de relaciones técnicas es subrayar que tanto
animales, tierra, lluvia, sol, Santos, Dios, humanos, etc., forman parte del nexo de relaciones
sociales, con lo cual se hace posible aquello que apuntamos como humanidad60, que también
60
Humanidad para las personas de SFS, podríamos decir que “no se refiere ni a sujetos ciudadanos ni a seres
no-animales, sino a la amalgama de voluntad, capacidad, artefacto y encarnación mediante el cual viven las
personas”. Es así que la “idea de ella, no puede ser producida ni por generalización ni por purificación de otras
ideas: sino que [se genera] como una conciencia de lo que [podemos llamar] co-presencia de personas”
(Strathern 1995a, 169) y otras especies compañeras (Tsing 2012; Haraway 2008). Lo que fluye son seres que
viven y trabajan en entornos que se extienden a otra variedad de seres.
93
se distingue de la humanidad moderna. Éste “traer al nexo de relaciones sociales”, es con la
intención de considerar las condiciones —menos de control que— de una especie de
mutualismo entre las/os participantes (Ingold 2000a). Es por ello que, en la cuestión del
tiempo con las personas de SFS, el poder temporal es más rítmico que mecánico. Así las
relaciones técnicas son una propiedad de las personas expertas situadas socialmente, y no
inventarios de instrumentos a la par de sus requisitos operativos.
Hacer la siembra del maíz es un proceso que se lleva a cabo en conexión con un
período “consecuente”. Esto es un cálculo determinado por cada una de las personas con su
conocimiento de la llegada de las lluvias, como por la posesión de un bordo para regar, por
si las lluvias se atrasan. Por ejemplo, en la casa donde habita Alicia Caballero a menudo lo
llevan a cabo en las primeras semanas del mes de marzo. Y Alicia Caballero tiene que recurrir
a la ayuda de otras personas para hacer el cultivo del maíz.
Antes de sembrar se tiene que preparar la tierra, y para esto Alicia Cabalero es
ayudada de Guadalupe Rodríguez, a quien “contrata” para hacer dicho trabajo, en donde algo
que no está a discusión es la comida de los trabajadores. Aunque sea el caso de que se
llevarían medio día en hacer lo correspondiente ya sea al barbecho, riego, revolver, escardar
o rayar la tierra. Pues no todo se hace el mismo día, ya que lleva un ritmo acorde a como es
que la tierra va quedando. Ya sea que hubiese mucho sol o mucha lluvia, que en ocasiones
son esporádicas —como sea— dejan pasar los días necesarios. O bien aprovechan cuando
hay lloviznas por una tarde para al otro día comenzar el trabajo con la tierra.
Para sembrar la semilla del maíz, Alicia Caballero suele contratar a tres o cuatro
personas, quienes comenzarán en donde Guadalupe Rodríguez ha terminado de rayar la
tierra. Son estas mismas tres o cuatro personas, las que ciclo tras ciclo, siembran para Alicia
61
Para una puntualización sobre el entorno vid. infra, p. 109.
95
Caballero62. Además de la cuota correspondiente, se les prepara una comida para compartir,
ya sea al medio día o al finalizar, puesto que el sembrar —para el caso de Alicia Caballero—
es necesario hacerlo en un sólo día. La preparación de la comida es desde las 4 a.m., con la
cocción de las tortillas y un guiso distintivo. De bebida se les da refresco, cerveza o pulque.
Una cuestión que nunca falta al momento de sembrar —cuando llegan justo a la mitad
del terreno— es el establecer una comunicación con Dios. Para ello recurren a algunos rezos
(como el Padre nuestro y/o el Ave María), que acompañan con peticiones de ayuda para que
el cultivo del maíz no tenga complicaciones63. Es decir, que las lluvias no sean escasas, ni en
exceso. Además piden su intervención para que las “heladas” no se adelanten y pueda
obtenerse una buena cosecha (ver Fotos 36-38). Esta ayuda, solicitada a Dios, es a través de
los Santos. En especial con el Santo Patrono, que es San Francisco de Asís, tanto como a
través de la Virgen de Guadalupe. Es así porque —como ellos comentan— no es posible
establecer una comunicación directa con Dios, solo mediante el trabajo de los Santos y la
Virgen es como los mensajes se le hacen llegar.
62
En este asunto, las relaciones del trabajo son algo dado por sentado. Así como “contratar” a unas personas para
preparar la tierra y a otras para sembrar, es algo que a menudo se acostumbra (ver Foto 35). Por ejemplo, con otra
familia de SFS sucedió que la persona que siempre les prepara la tierra, le dejó una parte de este trabajo a un
familiar. Y cuando llegaron los que siembran, sin saber lo anterior, reconocieron que una parte de la tierra no había
sido rayada por quien siempre lo hace. Se infiere que de alguna manera vieron la ausencia del señor y la presencia
de otra persona. Podemos decir que es la misma forma vista dos veces, acorde a lo relatado con las personas vistas
en las tortillas.
63
Roger Magazine (2015, 127–28) coloca la distinción —que es válida para esta descripción— sobre el sentido
de ayudar, en el contexto de Tepetlaoxtoc. Por un lado, el significado convencional que es auxiliar, socorrer o
cooperar, donde se involucra la ayuda a través de intercambios materiales. Por otro lado, la ayuda, no es solo lo
anterior, sino que “remite a la experiencia de necesitar a otros individuos [su término] para hacernos capaces de
actuar”. O en concreto, a la cuestión de “crear sujetos activos, [donde] el esfuerzo que implica la ayuda no es
secundario sino central a la producción: la producción de sujetos”; que es como se vive en Tepetlaoxtoc y
parcialmente en SFS. Aunque en lugar de crear o producir, yo anotaría que la noción de “ayudar” en SFS implica
a una cuestión de generar la intervención de otras personas —o generatividad— para evitar las connotaciones de
producción de la perspectiva de la mercancía. Pues con la producción también se apunta a la extracción, solo que
“se trata de la extracción con fines de lucro y no de vida”. Es de esta manera que el ayudar, en SFS, se dirige a
generar personas para involucrarse/nos en el trabajar con, habiendo o no dinero de por medio.
96
El involucrar a Dios y a los Santos con el trabajo de la siembra, para que “se dé el
cultivo del maíz”, es con la finalidad de que el alimento llegue a todas las personas. Dicho
en sus propias palabras, “para que la comida no falte en ninguna mesa y que llegue a los más
necesitados”64. Y como es bien sabido, “el cultivo en casi todas partes requiere más trabajo”
(Tsing 2012, 145), pero también de más especies compañeras involucradas en el mismo.
64
Parecería que esto se queda en solo palabras, pero de cierta forma algunas personas de SFS lo vuelven
práctico. Ya que en ocasiones hacen una cooperación, que no solo es en dinero, para hacer tamales, café y atole.
Esto con la intención de repartirlos, sin costo, a las afueras de algún hospital, a los familiares de personas
internadas que están a la espera de su enfermo. Esta dinámica ha surgido, por el hecho, de que algunos se han
encontrado en esa situación de necesidad de alimento a la espera en el hospital y en otros lugares. Es así que
algunas personas otorgan maíz, dinero, y/o trabajan para hacer la comida y otras van a repartir. Todo este trabajo
a menudo se hace el 25 de diciembre, aunque no únicamente.
97
lo cual dicha apertura es que el mundo se convierte en un entorno vid. infra, p. 109. Por
consiguiente, la percepción para diferentes personas y especies es “acerca de estar vivo para
el mundo, moverse en él, atenderlo y descubrir, a lo largo del camino, lo que tiene para
ofrecer, ya sea para bien o para mal”. En este sentido, la percepción se trata menos de cómo
las personas organizan los datos sensoriales en términos de conceptos adquiridos, que de
cómo atienden al mundo mismo en las relaciones y prácticas de la vida. Es decir, que la
percepción se lleva a cabo menos en las mentes aisladas, que en el nudo de relaciones de las
diferentes especies en el entorno. “Requiere que participemos con los demás, que
sintonicemos nuestros movimientos con los de ellos, que prestemos atención y nos
preocupemos. Ésta concordancia se encuentra, […] en el lado acá de los conceptos: precede
y facilita, en lugar de depender de, la representación y la interpretación” (Ingold 2018d, 41).
Es así que al posibilitar/potenciar, a la semilla o a otras especies, el poder se hace presente.
Y esto por la sintonía temporal de unas —personas y/o especies— con otras, en el
movimiento de la vida de atenderse y corresponderse.
En su mayoría, las personas que siembran no utilizan las semillas “mejoradas” (su
término) —es decir, las transgénicas— que suelen otorgarse por medio de programas
gubernamentales. Aunque las semillas mejoradas sean —a través de dichos programas— un
poco más baratas, las experiencias de quienes las han usado son suficientes como para no
utilizarlas. Además de que las semillas futuras, se van generando de las anteriores y en
muchos casos no hay necesidad de comprarlas. Si se niegan a comprar las semillas
“mejoradas”, también existe una negativa a vender toda o la mayoría de la cosecha de su
maíz. Esto en parte es porque el dinero a cambio se considera insuficiente. Y más importante
aún, porque el maíz es parte fundamental de sus vidas, de cualquier forma no pueden
quedarse sin él.
Alicia Caballero comenta que en varias décadas atrás, su mamá no tenía nada para
comer; pero un señor pasó a comprarles pulque, mismo que se tomó varios jarros de esta
bebida. Después surgió el efecto correspondiente y ya no pudo ni quiso seguir con su destino,
que era alimentar a sus puercos con medio costal de maíz. Éste maíz, que ya no es utilizado
para el consumo humano por la “gente rica” —como dicen— se considera un desperdicio. Y
como al señor le ganó el poder del pulque, el maíz se lo dejó a la mamá de Alicia Caballero
para que se lo dieran a los pollos. Al retirarse el señor, escogieron el maíz para hacer tortillas
98
al otro día, pues ya no tenían que comer. Lo más importante —como me lo hicieron saber—
es que en la casa no falte el maíz, porque con él se hacen las tortillas y aunque sea con una
salsa ya se come. Y si no hay tortillas, aunque haya comida el alimento no es suficiente, no
sabe.
A partir de ese momento, en la casa de Alicia Caballero, podrá faltar todo pero nunca
falta el maíz, que bien podrían compartir un poco pero no vender todo. En concordancia con
lo anterior, Guadalupe Rodríguez comenta que: todas las mazorcas, al momento de
cosecharlas, son igual de importantes. Desde las más grandes y ornamentales, hasta las más
pequeñas y con poca forma (ver Foto 40). Algo que contrasta con la exigencia de calidad en
las playeras y clasificarlas como de primera, de segunda o de tercera. Lo que vale resaltar en
el trabajar con la tierra, es ilustrar el punto de partida de que más que tenerlo, el tiempo se
vive y con ello se atiende el ritmo de la tierra, de la lluvia, del sol, de los Santos, de Dios,
etc., así como las posibilidades/potencialidades generadas y descubiertas.
Abro aquí una viñeta para la cuestión del tiempo: una conexión entre lentitud y
simplicidad con velocidad y complejidad. Parecería, en términos de la perspectiva de la
mercancía, un asunto dicotómico. Donde la lentitud y la simplicidad parecen intrínsecos entre
sí y contrapuestos con los otros dos. Pero en términos del tiempo, en relación con el trabajo
y la implicación de las relaciones técnicas de las personas de SFS, se manifiesta un rechazo
a conceptualizarlos como extremos de una escala. Por una parte, no hay nada simple en las
relaciones técnicas —donde podríamos agregar a las habilidades— de las personas, ya que
99
éstas, para desarrollarlas, puede que pasen muchos años. Por otra parte, las relaciones
técnicas y sus habilidades estriban “de una atención muy en sintonía con las múltiples
dimensiones de la covariación ambiental” (Ingold 2018c, 162). Como el hecho de saber
quebrar un maguey (en relación al tiempo climático), además de rasparlo y cuidar del pulque;
en otras palabras, saber trabajar con, saber convivir en relaciones generativas.
El respeto por el ritmo del maguey, entonces, es un “rechazo de la idea misma de que
la única forma de progresar en la vida es revolotear de un punto a otro, [lo que] no deja
espacio para el movimiento y el crecimiento. Porque lo que pasa con la vida es que no
comienza aquí y termina allí” (Ingold 2018c, 162), en la vida con el maguey, con el maíz y
con otras especies compañeras no hay puntos de inicio o puntos finales. De lo que se trata es
de horizontes que se desvanecen al tiempo que uno se acerca, como cuando se quiebra y raspa
el maguey o se cosecha el maíz, y así otros horizontes se vislumbran más adelante (Cfr.
Ingold 2013b), ya sean retoños o semillas para la continuidad del movimiento, crecimiento y
generatividad (o degeneratividad) de la vida65.
65
Hasta cierto punto hay una distinción entre lo no-vivo con lo muerto, donde lo muerto tiene una co-
implicación con la vida. O sea que no es su opuesto o contrario, sino que son co-constitutivas. En conexión con
el trabajo, está bien documentado como los muertos siguen trabajando y de esta manera mantienen una
participación en la vida social, incluso su continuidad también está en el habitar haciéndolo en o cercano al
lugar de su origen. Las consecuencias de ello son tanto generativas como degenerativas ya que pueden afectar
tanto la salud de las personas o incluso la fertilidad de la tierra, como también pueden contribuir al beneficio
relativo al cultivo del maíz como es descrito en “El trabajo de los muertos en la sierra de Guerrero” (Good
Eshelman 1996). Para otras referencias entorno al trabajo de los muertos y sus consecuencias véase (Signorini
y Lupo 1989; Amorini Burguete 1990; Pury-Toumi 1997; Good Eshelman 2001, 2013b; Báez Cubero 2004,
2005; Romero López 2006; Chamoux 2011; Lorente Fernández 2006; Questa 2020).
100
desplazamiento “consiste en estar de acuerdo con las cosas, en responder a las cosas y ser
respondido. En una palabra, es una práctica de correspondencia” (Ingold 2018c, 162); es un
tipo de pensamiento que no está orientado a las cosas, sino a las relaciones. Entonces la vida
y con ello el trabajo, es menos una articulación de puntos o pasos a seguir que se suman, que
el responderse unos con otros. No se trata de una cuestión transversal, o sea que atraviesa la
vida social, sino longitudinal, que acompaña la continuación rítmica de la vida social (cfr.
Ingold 2017). Y en este sentido, no es que la vida esté en el trabajo, en las personas, en el
maguey, en la música, en el maíz, etc., sino que son el trabajo, las personas, el maíz, la tierra,
el maguey, etc. quienes están en la vida. En otras palabras, es menos sustancia que proceso,
lo cual equivale “al despliegue de un campo continuo y en constante [transformación] de
relaciones” (Ingold 2008, 80) mismas en las que seres de todo tipo son re/de/generados y
sostenidos en sus lugares.
66
Es pertinente mencionar que como metáfora no solo es un asunto de palabras, sino que lo trasciende. Pues
los sistemas conceptuales cotidianos mediante los que pensamos y actuamos es básicamente metafórico. Por lo
cual, podemos decir que los “conceptos que gobiernan nuestro pensamiento no son solo asuntos del intelecto”.
Sino que también delinean nuestro proceder del día a día, “hasta los detalles más mundanos. Nuestros conceptos
estructuran lo que percibimos, cómo nos movemos en el mundo y cómo nos relacionamos con otras personas”
(Lakoff y Johnson 2003a, 4, énfasis agregado)
101
intento ni el único, pues lo que Lewis Mumford (1967) nos enseña, es que el reloj mecánico
—junto con otros tres inventos— fue la máquina de la que dependieron todos los avances
tecnológicos posteriores al silgo XIV. Y con ello el reloj fue aquél invento que mecanizó el
tiempo. Aunque su grandeza suele apreciarse en la regulación de las actividades del día, su
incidencia fue más allá. Dejando a un lado la salida y puesta del sol, sincronizó no solo las
relaciones humanas sino las de producción con las manecillas del reloj. Como consecuencia
de ello, trajo medición y control exactos en las actividades, así como en la organización y
subdivisión de todo el día. Esta mecanización y medición del tiempo pasó a ser una de las
partes más importantes del sistema de control, hoy en día muy extendido. Y que es claro en
la fábrica de maquila de SFS al pensar en horarios de entrada, salida y comida; en el tiempo
trabajado en relación con la paga; además del tiempo extra y el sistema de destajo.
Por otra parte, Marx al revisar sus notas sobre la historia de la tecnología concluye
que las “dos bases materiales sobre las cuales, en el marco de la manufactura, se funda el
trabajo preparatorio a la industria mecánica, son el reloj y el molino”. Considerando la forma
elemental de la máquina, comprueba que la “revolución industrial no parte de la fuerza
motriz, sino […] en la transformación del proceso inmediato […] de trabajo que afecta
inmediatamente la materia a transformar”. Es evidente que se trata de la evolución histórica
de la máquina, pero si subrayamos la máquina del reloj “como base del modo de producción
actual”, esta máquina se vuelve parte decisiva e ideal y estos asuntos “adquieren mucha
importancia cuando se trata de demostrar la conexión de las relaciones sociales humanas y la
evolución de estos modos de producción materiales” (1983, 137–38, énfasis omitido).
102
operatividad de la triada trabajo–tiempo–dinero y con ello cómo la metáfora de “el tiempo
es dinero” actúa en la fábrica de maquila de SFS.
La cuestión del tiempo extra que se les pide —delineada en el capítulo 2— es con la
finalidad de cubrir la producción que exige el dueño. Este tiempo extra llega a ser desde una,
dos o máximo tres horas con la encargada que llegó desde mediados del 2017. Y en cuanto
al dinero recibido, Lorena Carbajal comenta que, “para los manuales se les paga a $23 por
hora extra, y para los operarios a $25 cada hora extra” (2018, comunicación personal).
Así como el tiempo extra es una forma de pago, el destajo también lo es, y que se
presenta como una motivación para ganar más dinero. Pero como vimos, para Fátima
Álvarez, la motivación se encuentra en otras direcciones. Así al observar más a detalle la
cuestión del destajo, a la gran mayoría no se le explica cómo funciona este tipo de pago con
exactitud, por lo que solo tienen una vaga idea de ello. Para poder describir como se hace
operativo el pago a destajo es necesario hablar del proceso que hay dentro de la fábrica, en
lo correspondiente a la manufactura de playeras.
Ya hemos mencionado que cada semana llegan bultos con los cortes de las playeras
a ensamblar. El ensamblaje máximo por semana es de 7000 piezas. Y para el armado de
playeras son necesarios 13 pasos a realizar, que son los siguientes: 1, acomodar los cuerpos
con manga; 2, cerrado de cuello; 3, unir hombros; 4, pegado de cuello; 5, tapa costura; 6,
pegado de manga; 7, cerrar costados; 8, dobladillo de manga; 9, dobladillo bajo; 10,
deshebrado; 11, auditado; 12, planchado; y 13, doblado y empaquetado.
103
Podemos decir que es la empresa, y no la práctica de quien trabaja, quien asigna el
tiempo para realizar cada uno de los pasos. Además es relevante destacar que existen “dos”
esquemas para el pago a destajo. Para describir éstos esquemas hablaré del paso 2 que
concierne al cerrado de cuello. El cerrado de cuello consiste en unir una tira de trapo y
convertirla en un círculo, que será el cuello. Para ello, la empresa asigna 3 segundos para
producir un cerrado de cuello. Después se tabulan cuántos de éstos se producen en un minuto,
que de ellos resultarían 20 piezas. Lo siguiente es calcular cuántos se producen en una hora,
que serían 1200; éstos multiplicados por el total de 10 horas de un día trabajado, da un total
de 12000 piezas producidas. Al final se multiplican por 5 días, lo que daría un resultado de
60000 piezas producidas en total, vistas como el 100% de la producción semanal.
El segundo esquema surge del primero, es decir que los 3 segundos para producir
cada pieza sigue como medida. Con la diferencia que se toman en cuenta las 7000 piezas
producidas por semana, que daría un pago por destajo de $343 en caso de producir las 7000
piezas67. En este sentido el pago por pieza sería de 0.049 centavos. Pero en la práctica, las
trabajadoras a menudo logran producir un 35% (2450) de las 7000 piezas de la producción
máxima semanal; esto es porque no siempre se dedican al cerrado de cuello pues también
cubren otros pasos, a excepción de la persona que produce el dobladillo bajo. Además de que
no es solo una persona quien se dedica al cerrado de cuello, o a los otros pasos, sino varias.
De esta forma, por lo regular producen 2450 piezas del cerrado de cuello, por lo que están
cobrando $55 semanales de destajo. Y en este sentido, el pago por unidad producida es de
0.022 centavos, para las personas que hicieron, entre otras cosas, el cerrado de cuello.
67
Aunque el rango de piezas producidas es diferente, para la tabulación, el tiempo de 3 segundos indica que
está implícito que el 100% de referencia principal es de 60000 piezas.
104
O sea que, entre menor porcentaje de piezas producidas, el pago es cada vez menor.
Esto se debe a que el tiempo promedio sigue siendo de 3 segundos para realizar un cerrado
de cuello. En otras palabras, para la empresa, el producir un total de por ejemplo 2450
unidades a la semana, es un indicador de que el tiempo de 3 segundos, para producir cada
unidad, no se cumple por parte de las trabajadoras. El incentivo, en términos de la empresa,
es producir más en menos tiempo, para que “se pueda ganar más dinero”. Producir más en
menos tiempo es parte de la lógica del uso de tecnología manifestada en maquinaria, pues 9
—de los 13 pasos a realizar— ocupan un tipo diferente de máquinas de coser. Lo que queda
oculto es la máquina del reloj, una base para la organización de la producción y la paga.
Pero como ya se relató, es imposible cubrir el 100% del primer esquema (60000
piezas producidas) ya que la producción máxima es de 7000 piezas a la semana, en primer
lugar. En segundo lugar, en ambos esquemas es irrealizable porque la media hora de
descanso, de las 10 horas trabajas al día, no se toma en cuenta para tal tabulación. Otras
razones son porque no siempre están realizando el mismo paso, porque no se toma en cuenta
que se tiene que estar colocando carretes de hilo para seguir cosiendo, lo cual lleva tiempo;
que en ocasiones se va la luz o se descomponen las máquinas; que hay necesidades
biológicas, por lo cual es indispensable detenerse, para beber agua e ir al sanitario; y además
porque se tiene que recortar el hilo sobrante de todos los cuellos producidos y eso se no
contempla en el esquema.
Con la descripción anterior se aprecia una posible ruta para visualizar las conexiones
interconceptuales e interpersonales dadas en el contexto de la fábrica. Y tomando en cuenta
que, tanto tiempo trabajado equivale a tanto dinero producido, la correlación del tiempo y el
dinero surge como una construcción previa a la práctica. Dicho de otra manera el “mundo
del trabajo” se construye antes de que se le viva. Pero, ¿cuáles son las implicaciones de la
construcción como concepto?
105
resalta más en la transformación de una materia prima a un producto terminado. Lo que nos
lleva, desde otro punto, a que la materia prima pertenece a “un mundo” dado y el producto
terminado a “un mundo” que está construido. Esta idea de la construcción, en términos del
pensamiento, es crucial y a menudo un tanto oculta68. De manera específica, una de las
implicaciones es que la forma se programa por adelantado del proceso creativo; para
remarcarlo, se habita dentro de un mundo construido (James et al. 1996).
Con lo anterior no se quiere dar a entender que las personas de SFS, al no seguir esta
lógica de construcción, no construyan. Claro que lo hacen, la diferencia está en que primero
se vive en el mundo y después se construye. Otra es que lo dado y lo construido difieren de
los de la perspectiva de la mercancía, pues mientras para esta última lo que está de fondo es
una cuestión multicultural (una naturaleza, muchas culturas), para las personas de SFS la
cuestión es algo otro que se distancia de lo multicultural.
68
Dicha idea, entre otras cuestiones, refuerza la dicotomía universal-particular. Lo implicado está en que el acto
de habitar es precedido por el acto de construcción. En términos de pensamiento, es que solo los humanos
construyen y lo hacen por medio de la cultura, tal como se construye el “mundo del trabajo”. Lo implícito e
importante (para la lógica de la construcción), que no se dice, es que los mundos no–humanos no están
construidos culturalmente, sino dados sobre/naturalmente. Esto, en términos del pensamiento moderno, es
distintivo para la condición de la humanidad, ya que mientras las diferencias entre seres no-humanos son
diferencias dentro de la sobre/naturaleza, los humanos se diferencian en estar “mitad en la naturaleza como
organismos con cuerpos que dependen de […] su mantenimiento y reproducción y mitad fuera, […] siendo
personas con mentes con la que se puede reflexionar y representar”. Así, la construcción como concepto, supone
que hay un mundo real ahí afuera, y es en él que se “imponen nuestros significados culturales”. Como
consecuencia la “‘verdadera’ realidad es aquella que existe independientemente del sujeto que actúa y percibe”.
Siguiendo con esta lógica, se piensa que así como existen comunidades diferentes, éstas compartirán distintos
esquemas, a la vez que los miembros de cada una percibirán cosas diferentes, “aunque la realidad física con la
que se encuentran pueda ser la misma”. De aquí surge que las particularidades de la cultura, como pluralidad
de mundos, se superponen a la naturaleza, el único mundo universal. Y si se sigue, en términos antropológicos,
la relación interconceptual nos lleva a las dicotomías real/percibido, operativo/conocido y etic/emic. En
consecuencia, esta lógica “divide a cada ser humano en dos partes, de la cual una es objeto de la otra como
sujeto, lo que divide a mundos imaginados subjetivamente de una realidad dada objetivamente, a la forma de la
sustancia, a la cultura de la naturaleza” (James et al. 1996, 93–95). Y todo esto es conocido como “relativismo
(multi)cultural [que] supone una diversidad de representaciones subjetivas y parciales sobre una naturaleza
externa, una y entera, indiferente a la representación” (Viveiros de Castro 2002, 186). Es así que la idea de la
construcción se manifiesta crucial y con cuestiones ocultas.
106
en el tiempo perdido o malgastado que, como ya hemos visto, se basa en la metáfora de que
el tiempo es dinero.
Ésta y otras dicotomías tienen sus conexiones con la construcción misma, pues si lo
que le sigue al trabajo es lo público, para el ocio es lo privado. Por consiguiente lo privado
suele relacionarse con el hogar, que se considera limitado (acorde al parentesco o al espacio
como tal). Por lo tanto el dominio de la actividad, en conexión con el hogar, a menudo se le
denomina economía doméstica; pero por sus limitaciones con el mercado y su escasa
capacidad de producción, vid. supra, p. 3, no alcanza para entrar en la construcción del
mundo del trabajo69.
69
En torno a las actividades agrícolas —o las actividades tradicionales, como lo refiere la OIT, que “no bastan
para atender las necesidades de [los] indígenas debido a su escasa capacidad de generar ingresos, la falta de
capacitación, la vinculación limitada con el mercado, y los niveles más bajos de productividad”— en
antropología económica (clásica) se ha planteado la idea de “economía de subsistencia”. El cual hace referencia
a un sistema económico que permite, a costa de un trabajo incesante, no morir de hambre y de frío, debido a
que cuentan con un subdesarrollo tecnológico que les impide producir excedentes, (lo que recuerda a los
conceptos de marginación y marginalidad en conexión con el papel de la CONAPO y la Secretaría de Bienestar,
vid. supra, pp. 39-42). Para un abordaje tenaz en torno a la economía de subsistencia véase Clastres (2007).
70
Para una puntualización acertada sobre el trabajo doméstico y su falta de paga (en el contexto de la perspectiva
de la mercancía), ver: “Salarios contra el trabajo doméstico” y “Contraatacando desde la cocina” de Silvia Federici
(2013b, 2013a), en el que más que exigir una paga económica, la intención es visibilizar que existe mucho trabajo
de por medio que no se toma en cuenta, del cual el sistema capitalista se aprovecha (Cfr. Weeks 2020).
107
Ante esto, pensemos en la des/conexión con el maguey y su crecimiento siguiendo su
propio ritmo para destacar que, en el tiempo–velocidad (en la perspectiva de la mercancía) no
se permite que las cosas se “reproduzcan” a su propio ritmo. Visto con el maíz, como semilla
“mejorada” (transgénica), además de practicar un tipo de mercantilización de la vida (cfr. Luna
Mena y Altamirano Cárdenas 2015; Ortega Villegas et al. 2018) —incitado su uso en SFS con
proyectos gubernamentales— también surge como un tipo de planta ideal de la agricultura
científica71 con su propio ritmo frenético de la genética comercial (Tsing 2012, 151).
TIEMPO EXTENDIDO
Es pertinente abrir un corchete para enfatizar que la noción de lugar es como una
ligazón de vidas, donde las personas se juntan. O sea que, las personas en el lugar pueden
moverse, juntarse tanto como encontrarse con otras, arribando y dejando el lugar. Describirlo
de esta manera es pensarlo como la imagen de un nudo, ya que ésta imagen alude a una
manera en la que “podemos pensar en cosas, personas, vidas, convergiendo y siendo ligadas
unas con otras, sin necesidad de suponer que están encerradas dentro de un límite”; es decir,
no se puede “pensar el lugar como conteniendo personas” (Ingold 2012a, 76, énfasis
71
Para un desarrollo valioso sobre la idea de “la planta ideal” de la agricultura científica, en el contexto de la
siembra de papas en Perú, promovida con programas controlados por el Estado, así como el cambio que
conlleva, tanto en el conocimiento de agricultores como en la propia relación con el tiempo, ver Jan Douwe van
der Ploeg (1993).
108
original). En este sentido la tipología del nudo es que jamás se pude determinar lo que está
adentro y afuera (como lo hace el mundo del trabajo o la dicotomía público/privado). Es así
que los “nudos no tienen ni interiores ni exteriores, tienen intersticios”, y al moverse, juntarse
y encontrarse con otras personas, cada una, “deja su propio rastro desde […] los intersticios
de su unión con otras. Así, la unión de vidas es también su continua diferenciación” (Ingold
2017, 10–11).
Si hay algo que delinea a los lugares, esto es el movimiento, más no los límites
externos al movimiento. Acorde a esto, la noción de habitantes es pertinente antes que locales
o local/idad, puesto que estas últimas suponen que las personas están “confinada[s] dentro
de un lugar particular o que su existencia está circunscrita por horizontes restringidos, o una
vida vivida solo allí dentro”. Mientras que la primera apunta a un entretejido de relaciones
de nacimiento, crecimiento y movimiento, así el habitante no ocupa “un mundo ya
construido, sino [es] el proceso de habitar la tierra” (Ingold 2015a, 10–11, 14–15).
Al pensar el lugar como un nudo, es relevante decir que éste último no se ensambla
como un bloque de construcción —o bien podemos decir, componente de pensamiento—
más bien se amarra o se sujeta en nodos, por lo cual su orden es implicado. De tal manera
que “cada nudo, al extenderse, se anuda con otras” vidas. Un nudo se distingue de una cadena,
pues ésta “se articula [y] no tiene ninguna memoria de su formación”, como las playeras en
la maquila. Mientras que el nudo no se articula, no tiene eslabones, pero “retiene en su misma
constitución una memoria del proceso de su formación” (Ingold 2018b, 37), como las tortillas.
No siendo un contenedor, el nudo en detrimento de interior y exterior tiene intersticios; es decir,
sus superficies no encierran, más bien yacen entre–medio de las líneas de vidas.
Llegando a la cuestión relativa al entorno habitado por las personas de SFS, podemos
describir al entorno como un tapiz de líneas de vidas entrelazadas. Entonces, podemos dejar
de pensarlo menos como aquello que nos rodea y más como una zona con aperturas y vías
donde distintos caminos, líneas de vidas se enmarañan por completo (Cfr. Ingold 2015b).
Considerar el campo (donde también puede ser el hogar, la fiesta o la propia fábrica)
como lugar, donde se trabaja con la tierra preparándola, sembrándola a la par de establecer y
sostener comunicación, conexión y relación con seres más allá de los humanos; donde se
lleva a los animales a pastorear; donde se come y se convive; donde se lleva a cabo la
109
recolección de alimentos como hongos y miel, etc., es llamar la atención a que, lo que
“realmente está en juego, es un [otro] tipo de ontología de la superficie, misma que reemplaza
la oposición de adentro y afuera, invisible y visible, inmaterial y material con una relación
complementaria que prospera [más] en la transformación que en la distinción” (Küchler
2008, 116). Entonces las vidas no se comprenden como dirigidas dentro de un lugar, más
bien son incitadas a ser cultivadas con el movimiento a lo largo de caminos que conducen
“alrededor, hacia o lejos de lugares, desde o hacia lugares en otras partes”. Y con ello la
noción de región, “concebida como el conjunto de tales movimientos de lugar a lugar, lejos
de denotar un nivel de generalización intermedio entre particulares locales y universales
globales, ofrece una salida a este tipo de pensamiento dicotómico y jerárquico” (Ingold
2000c, 229).
Ronquillo (2014, 54, énfasis agregado), en su tesina de maestría, opta por describir el
reconocimiento, en SFS, en términos de función y en relación a lo público/privado,
moderno/tradicional, sociedad/individuo, es así que el reconocimiento lo equipara a la
representación. Y “como concepto”, nos dice "desde una relación de procesos de socialización
de forma recíproca, del hombre con el mundo social, en una dimensión comunicativa donde se
expanden las razones para actuar ciertas situaciones públicas que refieren a prácticas e
instituciones sociales que requieren de reconocimiento previo del contexto”, y prosigue “donde
los sujetos ponen en juego sus vivencias y el modo en que se relacionan con sus intenciones
particulares e intereses colectivos” (sic). Además agrega (y fusiona) que el reconocimiento
de cada quien “debe ser […] por su identidad única, tiene mayor peso la opinión [de] las
personas a partir de su prestigio”.
110
Sin embargo, lo que Magazine (2015, 112–18) nos enseña, ha sido la distinción entre
prestigio y reconocimiento. Donde el primero consta en la acumulación, mediante una
conversión, de lo material a lo simbólico y que puede transformarse en un tipo de poder.
Mientras que el segundo apunta a “ser conocido” por sus trabajos en el pasado. Así, por estas
acciones es posible depositarles confianza. Y lo que implica el reconocimiento es la
participación, y esto —como lo dijo su interlocutor— es lo que importa. En esto último hay
algo muy cercano con lo experimentado en SFS respecto al reconocimiento, puesto que el
trabajo es algo muy importante, pero en última instancia el reconocimiento es una de las
connotaciones de lo que se ha apuntado como correspondencia. Aquí el poder es posterior al
efecto, como cuando se generan personas para ayudar. En términos del tiempo rítmico el
reconocimiento hace que el ritmo, de lo que implica ese trabajo, no se pierda y se haga lo
posible por corresponder a los peones contratados por Guadalupe Rodríguez, Valente y
Ángel. O sea que, el “contrato” por medio de la palabra, por estos últimos con sus peones,
implica que el pago sea entregado sin falta. Así como no se hace adelantar el crecimiento del
maguey, de la misma manera el pago de los peones, contratados por personas de SFS, no se
retrasa. Se respeta el ritmo, se corresponden.
La rutina era que, todos por la mañana llegaban a la casa de Guadalupe Rodríguez,
aproximadamente a las 8 a.m. Siempre se les ofreció de comer, aunque no siempre aceptaban,
también se les ofrecía café y pan. Así esperaban a que todos llegaran para irse juntos. Cuando
fue tiempo de lluvias, si lloviznaba o si había llovido por el amanecer, esperaban a que el sol
calentara un poco para ir a trabajar, con la intención de que las piedras no estuviesen tan
resbalosas y evitar algún accidente.
111
Esta falta de cuidado con los árboles, también sucede con los animales que viven en
el campo. En tiempos pasados, se cuenta, existió un señor que se dedicaba a capturar aves,
pues también se dice que las aves eran más que abundantes. Se les recuerda por el canto que
emitían, pues siendo la población muy numerosa de aves, sus cantos se apreciaban en todos
lados. Pero el señor que capturaba aves, lo hizo desmesuradamente para comercializarlos y
como consecuencia la población de aves disminuyó drásticamente en SFS. Aunque no dejan
de estar presentes, las personas de SFS enfatizan que, lo existente en la actualidad no es nada
en comparación con años atrás. Lo curioso es que estas actividades no son mencionadas como
trabajo, sino como tala y captura.
Tanto como un trabajo genera a otro, se puede decir que estos generan convivencia.
Esto es más visible cuando es el tiempo de comer, pues cuando presencié el levantamiento
de la cerca, cada uno de los que estaban presentes llevó siempre su comida desde casa. Como
si fuera una comida individual, pero ésta siempre fue compartida y todos comían de la comida
de todos (ver Foto 45). Así como lo anterior, la siesta es parte del trabajo y el retorno a las
actividades después de comer, de tomar la siesta y conversar era cuando ellos mismos lo
consideraban. Cuando es tiempo de lluvia, ésta indica el fin de la jornada o una pausa.
112
de la Virgen sería a las 5 p.m., y debido a ello se detuvo el trabajo en la cerca, por ese día,
una hora antes de las 5 p.m. Esto con la intención de que el señor pudiera llegar a su casa y
realizar el trabajo correspondiente de recibir a la Virgen y a la gente, así como atenderles.
Es posible decir que de cierta forma se “suprime” un trabajo para hacer aparecer a los
demás. Por ejemplo, con César, cuando fueron los días de la fiesta del Santo Patrono de SFS,
faltó al trabajo de la cerca por ir a trabajar a la fiesta. Esto nos recuerda a lo relato por los
empresarios en voz de Leticia Osornio. Aunque la diferencia en este sentido es que, para las
personas que trabajaban en la cerca, resultaba obvio que ir a la fiesta consistía otro trabajo y
en términos temporales otro ritmo que atender y vivir.
113
personas, por medio del dar, recibir y devolver, también hace involucrar a, creando efectos
en las personas para hacerlas trabajar; es decir, hacer que ayuden. Lo que es válido para las
personas, también lo es para otras especies compañeras, y con ello el intercambio va más allá
de las cuestiones materiales, como puede ser el mismo trabajo. Así, también, podemos decir
que el tiempo se intercambia, aunque vale la pena recordar que el tiempo con las personas de
SFS, no se tiene sino que se vive, lo que hace del intercambio algo muy diferente.
Este tipo de intercambio, los que no son únicamente materiales y no solo entre
humanos vid. supra, cap. 1 y 3, no es propio de las personas de SFS, sino que es una constante
en otros contextos. Un ejemplo de ello lo vemos en la descripción de González y Medellín,
cuando nos cuentan como los nahuas de la Huasteca practican una compleja y generosa forma
de trabajo, tal como lo hacen otros pueblos, pues “a través de una invitación se es ‘convidado’
[…] a trabajar […] enlazando a los convidados en un circuito de reciprocidad que se
devolverá con trabajo en algún otro momento” y este artificio tiene sus “réplicas en diferentes
ámbitos de la vida […] lo cual se constata en el trabajo que se desempeña en los rituales, […]
trabajo comunitario, el trabajo que desempeñan los animales y hasta las potencias del mundo
Otro” (González y Medellín 2008, 108, énfasis original).
En lo que corresponde al trabajo/ocio, por lo que aprendí con las personas de SFS es
menos la negación de su existencia y más el experimentar el trabajo como vida. Pues al no
estar de fondo la metáfora del tiempo como dinero, el trabajo adquiere otras connotaciones,
como el generar efectos —como ya se ha marcado— para ayudar/nos a trabajar72. De esto se
sigue que al no estar reinando la oposición del trabajo/ocio, así como la dicotomía
público/privado el hablar del hogar se vuelve algo distinto del límite que establece la
arquitectura de una casa. Por lo que incumbe al hogar, con las personas de SFS, se vive como
ese lugar de familiaridad que las personas conocen y a la vez son conocidos entrañablemente.
Esto atañe “a todos los escenarios de la vida cotidiana: ya sea la casa, la calle, el vecindario
o el lugar de trabajo” (Ingold 1995, 16–17, cfr. 2018b, cap. 3, 2012a, 76, 2011, cap. 12), la
fiesta, la fábrica o el campo, etc.
72
Aunque la metáfora del tiempo como dinero no es operativa, en lo que respecta a las personas de SFS, de
alguna manera conectan el dinero con el tiempo (climático). Por ejemplo, en el proceso que va de la siembra a
la cosecha, comentan que si el “tiempo no se compone” —es decir, si no llueve— todo va a volverse más caro,
no solo las frutas y los vegetales, sino desde el azúcar hasta el combustible.
114
Además, lo concerniente al tiempo del reloj/tiempo libre no alcanza a desplazar la
multiplicidad que las personas de SFS viven con el tiempo, un tiempo evidentemente social,
heterogéneo, relacional y rítmico, en lugar de ser mecánico, homogéneo, lineal y veloz.
Por el contrario, el tiempo rítmico con las personas de SFS connota el seguir las
singularidades con la vida, puesto que implica una “organización distinta del trabajo, y del
campo social a [lo largo] del trabajo”. O sea que “ya no se trata […] de extraer constantes a
partir de variables” —como el quedarse tiempo de más a trabajar para cumplir con la
producción exigida— “sino de poner las variables en estado de variación continua. Si todavía
hay ecuaciones, son adecuaciones, inecuaciones, ecuaciones diferenciales irreductibles a la
forma algebraica” (Ibid., 2002b, 375), ésta última propia de la fábrica de maquila. Y estas
adecuaciones, inecuaciones son por ejemplo el quedarse más tiempo haciendo compañía sin
trabajar; el todo para Fátima; el trabajo de las flores, de la música, del copal, de los Santos
en las albas; el trabajo de Dios; el trabajo perruno o el pulque trabajando; las personas en las
tortillas, en los surcos de tierra; o con mayor precisión: el preferir hacer tortillas y no
comprarlas, entre otras cuestiones.
Esto último se dirige a presentar al material como “una materia molecularizada, y que
como tal debe ‘captar’ fuerzas […] de otro orden: el material visual debe captar fuerzas no
visibles. Hacer visible […] y no hacer o reproducir lo visible” (Deleuze y Guattari 2002a,
346). Es así que, aquello que nos enseña Anastasia Blas al decir “eso de comprar tortillas que
flojera” y preferir hacerlas —con referente a la noción de trabajo de las personas de SFS en
vinculación con el tiempo y la vida— es la de invitarnos a ver aquello que a simple vista no
se deja ver. Es decir aquella multiplicidad del tiempo, de la vida y convivencia, aquellas
115
generaciones de relaciones que permiten el sostenimiento de la vida. Algo muy diferente a
un objetivo de desarrollo sostenible o a la fábrica, como el paso de lo sostenible a lo
sustentable.
ENTENDIMIENTO EXTENDIDO
116
Para remarcar la distinción con el extender, en esta última, la relación es como un
andar compartido, un caminar juntos en interrelación, entonces “es juntos más que el otro.
[…] Así como construir viene después del habitar, […] el otro-ismo viene luego de juntar-
ismo” (Ingold 2012b, 65, énfasis agregado). La interacción implica un punto de partida y un
final, mientras que en la interrelación simplemente se continúa. Al caminar juntos —en
interrelación— en todo momento se comparten las ideas con y de los demás. Al caminar,
mientras se conversa, los participantes escasa vez entablan contacto visual inmediato
mientras coordinan su manera de andar y su ritmo de paso. Y a lo largo de la visión periférica
los participantes “comparten prácticamente el mismo campo visual”. Por el contrario, en la
“interacción cara a cara, cada uno puede ver lo que hay detrás de la espalda del otro, lo que
abre posibilidades para el engaño y subterfugio”, donde uno podría bloquear el camino del
otro, pues la visión ya no se comparte, sino que se disputan de un lado a otro. Entonces la
interacción, en el ejemplo del contacto visual, es como “una línea recta trazada entre dos
puntos [lo que] deja cada punto inmóvil e insensible. […] La implicación […] es que las
partes que interactúan están cerradas entre sí [y] cualquier operación de este tipo es
intrínsecamente destemporalizante, cortando los caminos del movimiento”. Mientras que el
caminar juntos, en interrelación, en correspondencia alude a que “ni aquí ni allí, sino en el
[entre-]medio”73 (Ingold 2013a, 105–7).
De tal suerte que una hora es una hora sin importar lo que se realice, pero este tiempo
cronológico no marca la pauta para la noción del trabajo. En su lugar, la cuestión de percibir
el tiempo en relación al trabajo es participando en el cometido mismo del trabajo, a lo largo
73
En cierto sentido, la interacción se conecta con la lógica de la explicación, que consiste en sujetar las cosas
en coordenadas fijas referenciales por medio de la especificación, es decir que rompe el movimiento en puntos
predeterminados. Y, éstos, se conectan por medio de la articulación, que desplaza el sentir improvisado de
seguir adelante por su conexión lineal (cfr. Ingold 2018c). Si la interacción es para el incluir-excluir, recordemos
que la interrelación es para el extender. En ese sentido Viveiros de Castro y Marilyn Strathern, nos enseñan otra
forma de distinguir la cuestión de incluir–excluir con el extender, al hablarnos del perspectivismo moderno y
pluralista, como de la perspectiva amazónica y melanesia. Empezando con la primera señalan que, la existencia
de cada individuo es con su visión del mundo y nunca es completa, después se encuentra la perspectiva de la
sociedad, misma que es inconmensurable con las perspectivas de las partes individuales. Es así que en esa lógica,
cada perspectiva cuando incluye otro punto de vista, lo hace como parte de sí misma; es decir, “tiene que excluirla
como perspectiva. En otras palabras, hay una jerarquía. […] No hay intercambios [interrelaciones] de perspectivas;
simplemente hay acumulaciones [interacciones] de perspectivas diferentes e individualizadas sobre el mundo. […]
En el caso de la Amazonía y Melanesia, una perspectiva asume [se extiende a] la perspectiva de otra” (Viveiros
de Castro y Goldman 2008, 29–30; cfr. Strathern 2014; Para otras referencias entorno a la distinción entre
interacción e interrelación ver: Ingold 2018a, cap. 2; Haraway et al. 2007).
117
de lugares, es así que más que estar ante el trabajo (enfrentándolo), se está para/con el trabajo
(Merleau-Ponty 1994, 424).
En este estar para/con el trabajo, parece que el paso del presente a otro presente se
efectúa, más no se piensa, no se es su espectador. Esto puede entenderse mediante la metáfora
de que hay un chorro de agua, como el que hay un tiempo (no en el sentido de que es solo 1,
sino de unir). Por ejemplo, “el agua cambia y el chorro de agua permanece porque la forma
se conserva […] porque cada onda sucesiva recoge las funciones de la anterior: onda
impulsora respecto de la que impulsaba, se vuelve, a su vez, onda impulsada respecto de otra;
y esto proviene de que, desde la fuente hasta el chorro, las ondas no están separadas”
(Merleau-Ponty 1994, 429), sino conectadas parcialmente.
Por consiguiente, se infiere que no hay una separación entre el pasado, futuro y
presente. Lo que hay, es que el presente se extiende al pasado como al futuro. Con el tiempo,
sucede lo que con el lugar; al moverse de un lugar a otro, se hace sin cruzar un límite. Y de
la misma manera se puede “pasar de un presente a otro sin tener que atravesar ninguna barrera
cronológica que se supone debe separar cada presente del siguiente” (Ingold 2000b, 196).
Esto no es lo mismo que decir que no hacen uso del tiempo metronímico, puesto que tanto el
calendario como el reloj no se descartan en su cotidianidad. Más bien, como la música, el
tiempo se extiende tanto al metrónomo como a los ciclos y repeticiones rítmicos.
118
más tiempo se sostiene74. Así como la vida social, el tiempo nunca termina, por lo que no
hay rupturas/divisiones de un pasado del presente, sino que aquel pasado es parte integral del
presente. De ello se sigue que no hay una sola hebra de tiempo única, unidimensional y
unidireccional, sino un complejo entretejido de muchos ciclos rítmicos concurrentes75 (cfr.
Ingold 2000b, 197).
74
Esto surge de procesos como el 6 de octubre, cuando es el cambio de cargos. Ya que es un movimiento de
alta tensión y sentimiento de evocar los momentos vividos y por vivir —como hilos largos de reciprocidad y
efecto— que fluyen entre lágrimas y dolor, por un lado. Y por otro, el ser correspondido por un trabajo cedido
a otras personas; es en ésta generación mutua y atenta, lo que puede decirse que el tiempo evocado reposa en
atender y unir más que en el separar (ver Fotos 46-48). También es lo que nos muestra cuando, al resolver el
trabajo de la fiesta se superpone, se eclipsa o se cortan otras relaciones, como el faltar a la fábrica o a la cerca
para ir a trabajar a la fiesta.
75
Carlos Mondragón (2018) nos muestra que el tiempo unidireccional y unidimensional de la perspectiva
occidental es solo uno entre muchos existentes. Pues nos describe cómo, en algunas partes del mundo
austronesio (especialmente con los habitantes del archipiélago Vanuatu), como en otras regiones del mundo,
hay un entendimiento múltiple de las formas que el tiempo toma.
119
Trabajo que no concluye: relaciones que se sostienen
Lo descrito a lo largo de esta tesis fue, la manera en cómo dos perspectivas
conceptualizan y hacen operativo aquello que se da a entender como trabajo, dándose éste
en un mismo lugar. Y una vez planteada la cuestión como una homonimia, el abordaje se
basó en seguir las consecuencias que cada una de las perspectivas produce o genera. Más
importante aún, cabe resaltar, es que, aquello que se da a entender por abordaje consistió en
tomar a las personas, es decir sus conceptualizaciones y sus interrelaciones, en serio. Esto es,
de facto, dejar a un lado la relación conocida como sujeto–objeto a lo largo de la
investigación. Tomar en serio a las personas de SFS es hacer operativa su participación en
esta investigación, esa es la de reconocer que para el tema abordado las personas de SFS son
expertas y nada pasivas.
120
elementos de su vida con otros elementos? Desde mi entender, allí tienen mucho que
enseñarnos.
Por estética me refiero a “la idea de que las cosas que viven en la cultura —o en la
vida— viven porque tienen una forma particular y persuaden porque toman una forma
particular” (Strathern 1999, 167). Por lo cual, parte de este cometido fue evidenciar cómo se
da la diferencia en las formas de pensar que subyace en el trabajo como una homonimia. Y
esto, evidentemente, ha afectado a la forma de descripción. Entonces, para llegar a saber cuál
es la noción de trabajo de las personas de SFS, fue necesario evidenciar/describir que cosas
han sucedido respecto al trabajo. Es decir, encontrar cómo aparece el trabajo en dicho lugar,
o lo que es lo mismo, saber cómo —para las personas de SFS— el trabajo toma una forma
relacional.
El sentido fue entender el trabajo y las cosas. Y este fue menos en un sentido
sustancial que en un sentido estético. Ya que el trabajo, junto con las cosas, es reconocido
por “la forma; su apariencia, sus cualidades y atributos que [deben hacerse] visibles” (Ibíd.).
“La evidencia [de esto] viene en la forma de los propios efectos sobre otras personas”
(Strathern 2014, 379), como lo relatado con respecto al ayudar y/o al reconocimiento con las
76
Vale decir que ésta investigación, no es la primera ni la única que ha hecho el intento de plasmarlo, aunque
cada una desde diferentes rutas y herramientas.
121
propias personas de SFS. Así también, con los efectos generados —relativo al
conocimiento— en la misma disciplina antropológica respecto a que podría ser el trabajo.
Esto se conecta con la cuestión de tomar en serio, que equivaldría a aprender con las
personas de SFS. Y es lo que se mostró a lo largo de esta tesis. Es decir, que aquello que nos
enseñan las personas de SFS es, por un lado, a replantear mucho de lo que damos por sentado.
Por otro, nos traza preguntas como el ¿qué pasa con nuestro pensamiento, que nos plantea
que solo la especie humana puede trabajar, que sólo hay un tiempo lineal y mecanizado?
¿Qué pasa con nuestro pensamiento que hace de la idea, de que tanto la música trabaja como
que el copal, los santos, el maguey también trabajen nos parezca mera fantasía; o que la
cuestión de que el tiempo sea múltiple y no lineal ni fragmentado también parezca fantástica?
Junto con este llamado de atención que Wagner nos hace, la noción de trabajo caminó
con las consecuencias relacionales de las personas de SFS, como son las cuestiones del
convivir, del saber–hacer, la noción del entorno, de la generatividad, por decir unos ejemplos.
Por lo tanto, tomó distancia de los postulados que subyacen a la perspectiva de la mercancía,
pero ello no implica que las personas de SFS no se relacionen con estos postulados. Sí se
relacionan, pero la forma de hacerlo, como se ha descrito es con el extender, más no con el
incluir–excluir.
122
lugares precisos, a lo largo de tiempos múltiples. Es así que el trabajo apunta a formas
relacionales.
Con esto las personas de SFS marcan una diferenciación importante, ante lo que
algunos estudios —que dependen del capital para decir que es el trabajo— marcan como
opciones que a menudo se tienen que elegir. Éstas son, aquello dicho como que “se trabaja
para vivir” o por el contrario “se vive para trabajar”. Pero las personas de SFS, nos enseñan
otra alternativa que no se incrusta en ninguna de las dos anteriores; esta es, la cuestión de que
“la vida, es como un trabajo”, tal como se ha estado describiendo. Por otro lado, en la presente
descripción no se cuestiona el hecho de que haya personas que quieran crear trabajo y con
ello hacer ganar dinero; sino que, aquello que se cuestiona son lo modos de pensamiento que
encapsulan lo que es el trabajo y con ello cómo afecta en las relaciones interpersonales.
Así, abordar el trabajo como una homonimia, más que ser un punto de llegada fue el
punto de partida con el cual se des/encontraron un sinfín de des/conexiones. Es por ello que
la propuesta de pensar en, no perder de vista la diferencia que se oculta entre la perspectiva
de las personas de SFS y la de Leticia Osornio, referente al término trabajo, fue para
“capitalizar la crítica al binarismo” (Strathern 1989, 56). La cuestión en este sentido se dirigió
a cómo conceptualizar la diferencia de forma diferente; es decir, “otra forma de transmitir
similitudes y diferencias que no requieran de la ontología de la economía de la oposición”
(Ídem, 56-57). Parte de lo descrito en la presente tesis —en lo que concierne a la relación
entre ambas perspectivas— fueron ejemplificaciones, menos de formas binarias o
dicotómicas que de formas relacionales y analógicas de imágenes del trabajo, del tiempo y
de la vida. Dichas ejemplificaciones fueron posibilitadas por la enseñanza recibida de las
personas de SFS, al mostrarme la multiplicidad de procedimientos que viven en lo relativo a
su noción del trabajo.
Lo que sobresale entre ambas perspectivas es, que son formas diferentes y no
opuestas, lo que no quita que en la perspectiva de Leticia Osornio no opere bajo el binarismo
y la oposición. Pues como hemos visto, el trabajo se conceptualiza como opuesto al ocio bajo
la perspectiva de la mercancía, pero en la forma de las personas de SFS que he intentado
describir, se conceptualizan como extendidas a nudos del convivir o, del ir caminando junto
con otras especies. Parte de las consecuencias son que —en la perspectiva de las personas de
123
SFS— no hay un entre, no existe —podríamos decir— distancia entre las dos formas, ya sea
entre el trabajo y el ocio o entre ambas perspectivas, pues lo que existe es un entre–medio.
Allí radica la importancia de hacer saber que, la división hecha en lo que concierne a la
presente tesis, entre Leticia Osornio y las personas de SFS, es analítica, ya que permite ver y
entender las relaciones.
Por lo que atañe a las personas de SFS, fue posible notar que el trabajo se extiende al
ocio y viceversa, y en esta relación lo difuso y lo ambiguo no tiene cabida. Por mi parte, el
intento fue hacer funcionar la analogía–como–comparación, entre las dos perspectivas
abordadas, con ayuda de la relación, aquella herramienta que no respeta escalas. También, el
intento estuvo en hacer funcionar lo emitido como conexiones parciales (Strathern 2004). En
las cuales, sus manifestaciones se dirigen —por ejemplo— en que el ayudar, sea lo que sea
“ayudar” (tal vez) está en las peticiones en el alba, pero el “ayudar” no puede ser reducido a
las peticiones en el alba. Ya que también se hace presente en el trabajo con la tierra, ya sea
con humanos, con animales o con Dios cuando se siembra el maíz y se detienen en el centro
del terreno para hacer las peticiones de ayuda (Law 2004, 64).
124
contexto de producción de conocimiento que ha abrazado al debate relativo al tema del
trabajo. El interés con las conexiones parciales, en la presente descripción (al colocar
deferentes contextos en evidencia), no es la construcción de verdades convincentes, sino lo
que importa es esa posibilidad de intercambiar e interrelacionar diferentes experiencias y
saberes de diferentes personas en SFS con aquellos otros contextos y con ello experimentar
los efectos que estas conexiones pueden otorgar. Resulta evidente que esta permutación de
contextos no llega a ser completa sino parcial, se enfatiza que esta descripción etnográfica ha
sido un medio para subrayar los contrastes y mediaciones que brotan del choque entre los
contextos (Mendes Gonçalves da Rocha y Cardoso de Oliveira 2013).
Por otra parte, para dar cuenta de que —para las personas de SFS— los conceptos del
“tiempo del reloj” y “tiempo libre” no son prácticos en su cotidianidad —y que por medio de
ellos, para la perspectiva de Leticia Osornio, se construye una oposición que permite saber
qué es el trabajo, qué es el tiempo, o la vida— lo que resalta es algo más. Esto es aquella
multiplicidad del tiempo. Que en el fondo lo que hay —con las personas de SFS en esta
multiplicidad— es que el tiempo más que tenerlo, se vive con esta multiplicidad de tiempos
junto con. Por tanto, no solo he estado apuntando a una diferenciación (una oposición no
posible) entre la perspectiva de las personas de SFS y la de Leticia Osornio, sino también lo
que he estado apuntando es a aquella imposibilidad de la oposición tiempo del reloj/tiempo
libre para operar en la noción de trabajo de las personas de SFS, tal como si es posible en la
perspectiva de la mercancía.
Es así que el intento de la descripción ha girado, por un lado, en la forma —un tanto
“escandalosa”— de los perros, las flores, la música, los Santos, Dios, el maguey entre otras
especies. Y por otro lado, la descripción exploró cómo estas formas, además de llegar a ser
personas o más que personas, al vivir junto con, hacen socialidad. Posibilitando, con ello,
que se esté en el trabajo con sus mutuas interrelaciones, haciendo difícil evidenciar donde
termina un trabajo [relación] y dónde comienza otro[a]. Por ejemplo, en el cometido de la
siembra, cuando a mitad de terreno establecen una comunicación con Dios, se puede ver
como intrínseco al trabajo del alba y al trabajo de sus participantes humanos y de otras
especies compañeras. O sea que, el punto importante está en la creación y el mantenimiento
de las relaciones que sostienen la vida en estos cometidos.
125
Ante esto, una de las implicaciones en torno a la noción de trabajo de las personas de
SFS, es que la realización misma del trabajo da como resultado formas que densifican toda
una historia de interrelaciones. Por medio de esta densificación es posible orientar los poderes
de diversas personas y especies compañeras. Como aquello relatado con la bendición de
semillas o la cuestión de generar la participación, donde cualquier especie compañera y sus
relaciones con los demás generan o aprovechan las posibilidades/potencialidades. Es decir,
la intención y la conexión esta en describir lo político y no despolitizar sus prácticas en torno
al trabajo.
De tal suerte que, aquello enunciado como las habilidades —y por qué no, las
relaciones técnicas— que las personas despliegan, pueden traducirse en la forma o la potencia
de la generatividad, descubierta y/o inventada (es decir, con co-implicaciones ya dadas y/o
relaciones significativas creadas) en el saber–hacer, a través del cual el poder como
correspondencia también está orientado en el trabajo. Y esto solo es un ejemplo de las
consecuencias generadas por lo emitido, en voz de Anastasia Blas, de “eso de comprar
tortillas, ¡que flojera!”. Es decir, la imagen a la que —en el transcurso de la tesis— se ha
planteado como el preferir hacer las tortillas y la negativa a comprarlas, es lo que posibilitó
la invención de esta tesis. Puesto que “hasta que nuestra invención de otras culturas no sea
capaz de [generar], al menos en principio, el modo en que esas culturas se inventan así
mismas, la antropología no podrá adecuarse a su papel mediador”. Esto es, a aquel “modo de
describir a otros tal como nos describiríamos a nosotros, y a la inversa”. Pues al fin y al cabo,
en la presente investigación se dio la necesidad de ser capaces de experimentar la noción de
trabajo de las personas de SFS como “significado alternativo, en vez de hacerlo a través de
su literalización o de su reducción a nuestras premisas” (Wagner 2019, 113).
126
Recordemos como en las primeras páginas, se citaba a distintas fuentes que al hablar
del desempleo, lo abordaban como uno de los grandes problemas de los que enfrenta la
humanidad. Es decir un problema general, que se contrarresta con una noción de trabajo
general; y cómo en este cometido la OIT, o bien Leticia Osornio, pretenden abordar las
desigualdades sociales, económicas y de sexo. En este sentido, lo que nos enseña la noción
de trabajo de las personas de SFS, entre otras cosas, es que las primeras desigualdades a
abordar son aquellas incrustadas en el equipamiento conceptual utilizado en los medios de
comunicación, en las instituciones político-económicas, así como los que han sido utilizados
en la disciplina antropológica referente a qué es el trabajo.
En definitiva, entre otras cosas que hemos aprendido con las personas de SFS y su
noción de trabajo es, que el trabajo no es una actividad únicamente humana, económica y
universal, sino una cuestión de multiespecies, intricada en la socialidad, con una
multiplicidad de expresiones encontradas en los diferentes lugares, al mismo tiempo
resaltando el convivir en formas relacionales que se comprometen con el reconocimiento y
la correspondencia. Entonces si existen proyectos para crear trabajos, pueden aprender que
el reconocimiento —y por lo tanto sus implicaciones— es una forma digna de relación a
tomar en cuenta, entre muchas otras, en el trabajo con las personas de SFS.
Por último, cabe resaltar que tanto el conocer las experiencias e historias de la vida
con las personas de SFS como el plasmarlo a lo largo de la presente tesis fue posibilitado por
el dispositivo relacional. Porque al fin y al cabo, un abordaje “relacional sigue siendo una de
las fortalezas clave de la antropología […], y lo hace entre otras cosas debido a su voluntad
[…] de moverse entre las relaciones conceptuales e interpersonales en sus descripciones de
la vida social” (Strathern 2005, 8–9).
127
Dones fotográficos, convivencia visual77
77
Todas las fotografías que no han sido tomadas por el autor de la presente tesis, cuentan con la autorización
para su publicación. En su mayoría las fotos me las enviaron, sin requerirlas, conforme se experimentaba la
vida en SFS. Es por ello que con el título “convivencia visual”, se pretende hacer referencia a la conexión
mantenida, a pesar de la distancia. Dicha convivencia fue posibilitada por sus dones fotográficos, y por dones
deseo expresar dos cosas; la primera, a aquella dádiva o regalo, en términos de Marcel Mauss, que recibí con
constancia. La segunda, hace referencia a su habilidad que poseen para captar la vida social. Pues en estas
fotografías, a las que podemos referirnos como una organización de materiales antropológicos, nos muestran
como la forma en que los actores presentas sus vidas, la recopilación y la sistematización ya aparecen logradas.
128
Foto 5. Virgen de Guadalupe. Foto 6. San Francisco de Asís.
Fotografía por Leticia Jiménez, 2019. << Fotografía por Leticia Jiménez, 2019. <<
Foto 7. Lo que antes fue el “Auditorio” y paso a ser “Confecciones San Francisco”.
Fotografía por Luis Alberto Aguilar, 2018. <<
129
Foto 8. Rezos y plegarias en el alba, con música y copal.
Fotografía por Leticia Jiménez, 2018. <<
Foto 9. Los Músicos y la Música en el alba, días previos al 4 de
octubre, el día de San Francisco de Asís.
Fotografía por Leticia Jiménez, 2018. <<
Foto 10. Personas trabajando en los adornos para la celebración de Foto 11. Adorno listo para ser colocado. Hecho para la celebración
San Francisco de Asís. de San Francisco de Asís.
Fotografía por Leticia Jiménez, 2020. << Fotografía por Leticia Jiménez, 2020. <<
130
Foto 12. Adornos listos para ser colocados. Hechos para la Foto 13. Adorno floral, hecho y colocado en la iglesia grande el 3
celebración de San Francisco de Asís. de octubre para la celebración de San Francisco de Asís.
Fotografía por Leticia Jiménez. 2020. << Fotografía por Leticia Jiménez, 2020. <<
Foto 14. Leyenda de “Hermano Sol y Hermana Luna” en el adorno Foto 15. Caminando y bailando con toritos rumbo a la cancha para
floral para la iglesia chica. recibir a los invitados de San Francisco de Asís.
Fotografía por Leticia Jiménez. 2020. << Fotografía por Luis Alberto Aguilar, 2019 <<.
131
Foto 16. Esperando a los invitados de San Francisco de Asís.
Fotografía por Luis Alberto Aguilar, 2019. <<
Foto 19. Uno (de dos) de los grupos musicales para recibir a los
invitados de San Francisco de Asís.
Fotografía por Luis Alberto Aguilar, 2019. <<
132
Foto 20. Rezo y plegarias en el alba, elevándose con la música y el copal ante las dos imágenes de San Francisco de Asís en las primeras
horas del 4 de octubre.
Fotografía por Leticia Jiménez, 2020. <<
133
Foto 24. Guadalupe Rodríguez con su yegua.
Foto 23. Iniciando con la cocción de las tortillas. Fotografía cedida por Guadalupe Rodríguez, 2016. <<
Fotografía por Lupita Rodríguez 2020. <<
Foto 25. Guadalupe Rodríguez con su vaca. Foto 26. La especie perruna trabajando con las borregas.
Fotografía por Luipita Rodríguez, 2020. << Fotografía por Luis Alberto Aguilar, 2021. <<
134
Foto 28. Guadalupe Rodríguez y su yunta, trabajando con la tierra..
Foto 27. Muñeca, trabajando con quien se separa del grupo. Fotografía por Lupita Rodríguez, 2019. <<
Fotografía por Luis Alberto Aguilar, 2021. <<
135
Foto 32. Con el maguey atrás Alicia Caballero con Boby cuidando
Foto 31. Negrita al fondo cruzando el río mientras Boby se refresca a las borregas (especies compañeras).
en el agua en camino a la cosecha. Fotografía por Alicia Caballero, 2020. <<
Fotografía por Alicia Caballero, 2021. <<
136
Foto 35. El día de la siembra. Cuatro peones a la izquierda, Guadalupe Rodríguez y la yunta a la derecha: juntos trabajando con la tierra.
Fotografía por Alicia Caballero, 2020. <<
137
Foto 38. Las heladas que, con la ayuda de Dios, llegaron después de la cosecha.
Fotografía por Alicia Caballero, 2020. <<
138
Foto 41. Una especie compañera, previo a ser raspado por Alicia Foto 42. En la cerca con las borregas.
Caballero. Fotografía por Guadalupe Rodríguez, 2020. <<
Fotografía por Alicia Caballero. <<
Foto 43. Rafia y bolsas tejidas por Anastasia Blas. Foto 44. Bolsa de mano tejido por Anastasia Blas mientras cuida.
Fotografía por Lupita Rodríguez, 2020. << Fotografía por Lupita Rodríguez, 2020. <<
139
Foto 46. El 6 de octubre regenerando los horizontes, flujo de dolor
y lágrimas.
Fotografía por Leticia Jiménez, 2020. <<
140
Mapas
141
Mapa 3:San Francisco Shaxni y los lugares vecinos
Fuente: OSM <<
142
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