1 BLOCH 1993.4.1 Apología para La Historia o El Oficio de Historiador CL BB
1 BLOCH 1993.4.1 Apología para La Historia o El Oficio de Historiador CL BB
1 BLOCH 1993.4.1 Apología para La Historia o El Oficio de Historiador CL BB
BLOCH 1993.IV.1 CL
ello un consejo de probidad; sin duda ése fue el sentido que Ranke le
1
científico registra, o mejor dicho provoca el experimento que, quizá,
trastocará sus más queridas teorías. Cualquiera que sea el secreto anhelo
que la de conocer los hechos tal como fueron. Esto es, para ambos, una
2
Ahora bien, durante mucho tiempo el historiador pasó por ser una
vigentes: “Al juzgar todo mundo hace de dios: eso es bueno o malo”.
3
donde los ideales comunes difieren profundamente de los nuestros, ya
o una generación, resulta una burla infligir sus normas a la manera como
Sila gobernó Roma o Richelieu los estados del muy cristiano monarca.
4
Es más, si el juicio sólo siguiera a la explicación, el lector se
uno termina, casi de manera fatal, por perder hasta el gusto por explicar.
Cuando las pasiones del pasado mezclan sus reflejos con los prejuicios
resulta casi necesario despojarse del propio yo. Para decirle sus
verdades, basta con ser uno mismo. Sin lugar a dudas el esfuerzo es
5
la civilización occidental! Véase también, fuera del plano individual, la
6
obstante, está clara: en la práctica, las ciencias siempre han resultado
gases malos de los buenos, el cloro del oxígeno. Pero si en sus inicios
normal de la historia. Porque la historia tiene que ver con seres, por
7
Podemos admitir que el jefe de un ejército que entabla una batalla
una noción del bien público del todo subjetiva. Pero supongamos que,
decimos sin hacer otra cosa que constatar una realidad. El acto fallido
toda psicología.
8
Hay más. ¿Por casualidad nuestro general llevó voluntariamente sus
directo del uso corriente. Quedará por averiguar lo que la moral común
cuenta de ello.
9
para conducir las inevitables luchas sería necesaria una poca más de
encuentro es fraternal.
FICHA BIBLIOGRÁFICA
10