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República de Colombia Rama Judicial Tribunal Superior de Bogotá Sala Penal de Extinción de Dominio

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República de Colombia

Rama Judicial

Tribunal Superior de Bogotá


Sala Penal de Extinción de Dominio

MAGISTRADO: WILLIAM SALAMANCA DAZA

Bogotá, D.C., veintiocho (28) de mayo de dos mil veintiuno (2021)

Radicado: 050003120002202000010 01
Procedencia: Juzgado 2° Penal del Circuito Especializado de Extinción de
Dominio de Antioquia
Afectado: Andrés Felipe Cadavid Cardona y otros
Bienes cautelados: Vehículos de placas MVV 901 y ELQ 686; 100% de las acciones
de la Sociedad el Viejo Oeste SAS.
Decisión: Confirma con aclaración.
Acta: 0060C-2021

1. ASUNTO

Pronunciarse sobre la impugnación formulada por la apoderada de ANDRÉS FELIPE


CADAVID, contra el auto de 10 de marzo de 2020, que rechazó de plano la solicitud de
control de legalidad de las medidas cautelares de suspensión del poder dispositivo de
embargo y secuestro impuestas por la Fiscalía 65 Especializada DEEDD, en resolución
de 21 de octubre de 2019.

2. HECHOS

Dentro del radicado SPOA 050016000248201101535, la Fiscalía 24 de la Dirección


Especializada contra el Crimen Organizado compulsó copias para que se iniciara el
trámite de extinción de dominio en contra del patrimonio de los integrantes de la banda
La Terraza, entre ellos Juan Camilo Rendón Castro, Astrid Andrea Maldonado Vélez;
Juan David Vélez Perea; Lina Marcela Restrepo Castro; Pedro Antonio Rojas Mazo,
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Rama Judicial Afectados: ANDRÉS FELIPE CADAVID y otros

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Víctor Alfonso Blandón Guzmán; Jairo Albeiro Cano Cardona y Olga de Jesús Vélez
Suárez, entre otros.

Dicha organización fue relacionada con varios homicidios selectivos, tráfico de


estupefacientes; cobro de extorsiones y desplazamientos urbanos, particularmente en
Medellín en los sectores de los barrios Manrique, Campo Valdés, Aranjuez; en el sector
conocido como Bayadera; esto es, las comunas 3, 4 y 10 de esa ciudad; las actividades
irregulares se extienden fuera de Antioquia, por ejemplo a Bogotá, donde la facción
aludida fue señalada del homicidio de los investigadores del CINEP Mario Calderón y
Elsa Alvarado, así como el del periodista Jaime Garzón Forero.

Además de los referidos presuntos delincuentes, fueron igualmente identificados por la


policía otros miembros de La Terraza, como por ejemplo Mauricio Alberto Zapata
Orozco –Chicho-, quien era un enlace con otros delincuentes como Robinson Carlos
Villada, Edinson Rodolfo Rojas; Marías Álvarez Tabares, William Moscoso Monsalve y
Carlos Brayan Marino Ospina.

Chicho habría comenzado operaciones desde el 2004, como miembro de la segunda


generación de personas de dicho grupúsculo e incluso fue sentenciado por el reato de
concierto para delinquir agravado por un Juzgado Especializado de Medellín.

La Policía develó que esa La Terraza tendría una estructura jerarquizada para cada uno
de sus integrantes, quienes cumplirían ilegalmente un rol específico en la organización,
como por ejemplo las de “Conciliadores y Notarios” para “liquidación, partición y
adjudicación de herencia”, prevalidos de la intimidación a las personas que se ven
obligadas a la firma de documentos y aceptar las condiciones exigidas, incluso creando
deudas ficticias; la facción cuenta con personas encargadas de prestar su nombre,
pasando por ser comerciantes, para engañar a las autoridades y darle visos de
legalidad, tratando de perder el rastro de su obtención ilegal, formalizando con otros
bienes conseguidos de forma regular a partir de su mezcla; las autoridades identificaron
la creación de sociedades para dichos efectos, las cuales figuran como compradoras y
vendedoras de bienes entre ellas y personas naturales que son miembro de algunas de
las personas jurídicas, carias de ellas liquidadas pero aun con propiedades a su
nombre.

3. TRAMITE PROCESAL RELEVANTE

El 21 de octubre de 2019, la Fiscalía 65 de Extinción de Dominio, procedió a decretar


las medidas cautelares de suspensión del poder dispositivo, embargo y secuestro,
respecto los vehículos i.) Ford Mustang, color gris psicodélico, modelo 2018, coupé de
servicio particular, número de serie y chasís 1FA6P8JZ2J5500799, con motor No.
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J5500789-CM, con número de placas ELQ 6861; ii.) campero FORD Edje Limited color
morado, modelo 2013, carrocería Wagon Camioneta, de servicio particular, número de
serie y chasís 2FMDK4KCXDBB97236, numero de motor 1GRB457706 de placas MVV
9012; así mismo, iii.) del establecimiento de comercio El Viejo Oeste3, sociedad
identificada con el NIT 900908488-3.

Sobre este último bien, se indicó en el pronunciamiento impositivo que la Fiscalía


contaría con el informe FPJ-11 de 16 de agosto de 2019, a través del cual se obtuvo
copia de su semejante de 25 de marzo del mismo año, elaborado por los investigadores
de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol -CICOR 6- que aporta información
de Mauricio Alberto Zapata Orozco, uno de los máximos líderes de La Terraza, y su
compañera sentimental Catalina María Balvin González, persona de confianza de Juan
Bernardo Palacio Múnera. En el parte se menciona el establecimiento con razón social
El Viejo Oeste de la carrera 77B No. 49B-19 de Medellín, destinado a la práctica de
polígono deportivo y venta de prendas militares, el cual es referido por un informante en
entrevista de 16 de enero de 2019, como de propiedad de alias “Chicho”, sitio donde
además se encontraba este cuando el 22 de mayo de 2018, fue víctima de un atentado
contra su vida, momentos en los que se encontraba en compañía de Yoana Smit
Giraldo.

El liderato de Zapara Orozco sobre la banda, fue fruto de la separación de la “oficina” lo


que estuvo precedido por pugnacidades entre los tíos de “Chicho”, conocidos con los
alias de “Pájaro” y “Gomero” contra “Sebastián” y “Valenciano”, resultando los dos
primeros muertos.

La instructora agrega, según los dichos de la fuente que:

“…últimamente entre esos grupos es preocupante el tema de extinción de dominio, por


eso nunca van a encontrar algo a nombre de cabecillas y ni de las líneas más bajas,
incluso a veces ni de los mismos familiares porque eso afecta papás, hijos, esposas y
ellos eso lo saben… por ejemplo en el caso de CHICHO, él ya fue capturado varias
veces y creo que para el tema de bienes es como el mas inteligente porque él mismo
ha dicho que el día que le caigan los de extinción no van a encontrar a nombre de él ni
la escoba de la casa, los carros en los que él anda, la esposa doña CATALINA y las
hijas, andan en carros de ellos pero que tienen a nombre de empresas de alquileres de
carros o empresas de amigos de CHICHO… ni dentro de la misma organización se sabe
a nombre de quien tiene las cosas, aunque si ha dado mucho visaje con ese negocio
que se llama Viejo Oeste eso es cerca al estadio, allá es como un polígono, eso es de
él, no podría decir a nombre de quien, pero eso es de él, allá hace reuniones, incluso
allá casi lo matan…”.

Se evoca en semejante sentido la versión de Luis David Abadía Murillo, ejecutó el


atentado en contra de Mauricio Alberto Zapata Orozco acotando: “…ahí fue cuando
1 Folio 87 del cuaderno “principal medidas cautelares” (consecutivo 18)
2 Folios 87 vuelto y 88 del cuaderno “principal medidas cautelares”
3 Folio 94 del cuaderno “principal medidas cautelares”
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CHICHO pidió apoyo a DUGLAS y dijo que ni mierda que no entregaba que así le tocara
frentiar (sic) una guerra, lo que él no sabía era que el veneno lo estaba metiendo
TRELLEZ, ese señor CHICHO empezó a hacer reuniones en los QTH que logramos
identificar pero ahí la vuelta era muy dura llegarle (sic) por la seguridad que tenía, él
tiene el control total de la comuna Manrique, en la inteligencia que hicimos nos pillamos
una reunión que iban a hacer un negocio (sic) ‘EL VIEJO OESTE’ que fue donde nos
caímos eso es de ellos de ese señor CHICHO o yo no sé como (sic) es la vuelta pero
ahí es uno de los lugares donde hacen las reuniones para coordinar las vueltas…”.

Relieva la persecutora contar con: i.) certificado de existencia y representación de la


sociedad “El Viejo Oeste SAS” con NIT 900908488 y matrícula mercantil 21-549113-12
de 12 de noviembre de 20015 y ii.) acto de constitución cd dicha sociedad4

Según la Fiscalía, través del oficio 132277 de 9 de septiembre de 20195, la Policía


informó los resultados atinentes a las búsquedas selectivas en bases de datos,
atinentes a Andrés Felipe Cadavid Cardona, quien figura como titular de los vehículos
de placas ELQ 686 y MVV 901; así mismo, dentro de la instrucción se habrían obtenido
los certificados de tradición de las matrículas inmobiliarias 01N-5447279 y 02N-5357283
de propiedad de la misma persona, de quien el ente instructor dice tener el historial civil
inscrito6.

A partir de los elementos de juicio identificados la persecutora individualizó dichos


bienes como susceptibles de extinción del derecho de dominio, por encontrarse
asociados a la actuación penal que cursa contra los integrantes de la organización
delincuencial La Terraza, luego de que diferentes testigos señalaran a la Sociedad El
Viejo Oeste, que en papeles figura bajo la titularidad de Andrés Felipe Cadavid, junto
con los rodantes, pero que en realidad es reputada como de propiedad de Mauricio
Alberto Zapata Orozco, tanto que fuente no formal habría referido “…eso es de él
[CHICHO] y lo maneja CADAVID el que juega en el Medellín…Cadavid por ser futbolista
es el que tiene los contactos y les ayuda pata esas vueltas de esos papeles, incluso
puede revisar porque ese brinco salió en las noticias porque los pillaron con los de la
cuarta brigada y pues ahí puede ver el poder que tienen que ese man quedó sano, el
por ser jugador le ayuda a tapar la plata y allá hasta se practica lo de la puntería para
las vueltas porque allá uno entra normal, vea es que ese negocio ha tenido más
problemas, porque eso lo manejaba otro señor que le tocó irse porque lo iban a matar
y le dejo eso solo CHICHO o bueno a CADAVID que es el que aparece con eso…7”.

En suma, para Fiscalía

“…no se descarta que ANDRÉS FELIPE CADAVID CARDONA a través de su


Establecimiento de razón social ‘EL VIEJO OESTE’, haya tenido una relación comercial
con ZAPATA OROZCO, respecto a la capacitación o entrenamiento de personas

4 Folio 196 del cuaderno “principal medidas cautelares”


5 Folio 124 del cuaderno “principal medidas cautelares”
6 Folio 197 vuelto, cuaderno “principal medidas cautelares”
7 Folio 182 y 182 vuelto, cuaderno “principal medidas cautelares”
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relacionadas con la organización en el manejo de armas, y por supuesto, para obtener


el permiso para el porte de estas.

De acuerdo con las pruebas recaudadas, hasta este momento procesal se logra
establecer que la Sociedad El viejo Oeste, es de propiedad de ANDRÉS FELIPE
CADAVID CARDONA, quien actualmente es el único socio de esa sociedad (sic), la
cual en su momento, contituyó (sic) con ALEXANDER GIRALDO SANTA, el 30 de
octubre de 2015, quien a raíz del homicidio de sus dos (dos) escoltas, JERSON
ADRIÁN GONZÁLEZ CABRERA y JOSÉ DANIEL ÁLVAREZ, ocurrida el 12 de agosto
de 2018, dejó de ser socio de esa razón social, quedando CADAVID CARDONA como
único socio y dueño.”8

Lo anterior aún a pesar de que, varios exintegrantes de La Terraza, señalan a “Chicho”,


como su propietario; en ese orden, aunque CADAVID ejerce una actividad lícita, como
futbolista, para la directora de la investigación, no podrían pasarse por alto los
cuestionamientos que sobre su firma recaen, los cuales incluyen la expedición de salvo
conductos para portar armas a manidos delincuentes de Medellín, lo que le hace pensar
que ANDRÉS FELIPE CADAVID habría prestado su nombre para adquirir el bien y
aunado a ello, facilitarles el uso a integrantes de la organización, pasando
desapercibidos para las autoridades y por ello el mencionado tendría que mostrar el
origen de los dineros empleados para constituir la sociedad y comprar la parte que no
le pertenecía quedando como socio único; aún cuando esta persona no habría sido
vinculado a ningún proceso penal se persigan sus bienes por encontrarse enmarcados
por las causales 1 y 5 del artículo 16 del Código de Extinción de Dominio con las
modificaciones contenidas en la Ley 1849 de 2017.

No contento con esa resolución, ANDRÉS FELIPE CADAVID CARDONA a través de


su apoderada elevó solicitud de control de legalidad en escrito radicado ante la
persecutora el 17 de enero de 2020.

El afectado se opuso a la aflicción de su patrimonio evocando que el CED prevé que la


Fiscalía puede imponer medidas cautelares con la presentación de la demanda de
extinción del dominio -art. 87- o, excepcionalmente, puede gravar los bienes con
antelación a ello, sin que la vigencia de las medidas pueda superar el término de seis
meses -art. 89-. A continuación, invocó literalmente los artículos atinentes a la
suspensión del poder dispositivo, embargo y secuestro de bienes, así como la toma de
posesión de bienes, haberes y negocios de sociedades, establecimientos de comercio
unidades de explotación económica.

Precisó que, el Legislador estableció la suspensión del poder dispositivo, sin imponer
mayor carga probatoria para su adopción, empero para las restantes medidas fijó un
estándar más alto, lo cual obedece a los fines señalados en el articulo 87, ibídem; acotó
que para el efecto, la Fiscalía debía realizar ponderaciones de cara a los derechos de
los ciudadanos, como se resalta en el numeral 3.9 de la exposición de motivos de la
codificación aludida.
8 Folio 183 del cuaderno “principal medidas cautelares”
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Evocó que, el afectado puede concurrir al control de legalidad de las restricciones para
controvertirlas en los términos del artículo 112 del CED, tal y como lo analizó la Corte
Constitucional en la sentencia C-516 de 2015, así como la doctrina especializada en el
texto “Extinción del Derecho de Dominio en Colombia” publicado por la Oficina de las
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, con la participación de la Fiscalía General
de la Nación. Aludió que esas entidades en la publicación referida, al referirse al artículo
87 confluyen en señalar que para que las catelas puedan recaer sobre un bien, torna
necesario que este se encuentre inmerso en una causal extintiva del dominio; así, los
artículos 87,88 y 89 de la obra en cita, definen los presupuestos para su procedencia.

Resaltó que el apartado 88 sólo considera que en la mayoría de los casos es suficiente
con la suspensión del poder dispositivo sin que, en principio sea inminente la imposición
de una afectación más intensa, dado el carácter provisional de las medidas cautelares.
Concluye que aún en los casos previstos en el artículo 89, la Fiscalía no puede
sustraerse de una rigurosa motivación que debe incluir un juicio de legalidad con su
respectivo soporte probatorio, que satisfaga los criterios de necesidad, razonabilidad y
proporcionalidad de las medidas para fijar la invasión a los derechos fundamentales de
los ciudadanos, lo que a su juicio no ocurrió en esa oportunidad y a continuación entró
a referir por qué lo estima de ese modo.

En el acápite titulado circunstancias de ilegalidad de las medidas cautelares adujo que


el control es la oportunidad para que el afectado se oponga a las imposiciones y las
causales para ello son las contenidas en el artículo 112 del CED; de contera, para
declarar la ilegalidad, la restricción debe ajustarse a alguno de los numerales de dicho
canon.

Postuló que en esta oportunidad las medidas adoptadas en contra de los bienes de
ANDRÉS FELIPE CADAVID CARDONA son ilegales, como quiera que la resolución
que así lo dispuso no ha sido conocida por esa bancada. Rememoró que en varias
oportunidades concurrió ante la Fiscalía en procura de obtener copia de la resolución
de imposición de medidas cautelares sin éxito, por causas imputables a la Fiscalía, por
lo que no es posible efectuar un reproche ante la necesidad, razonabilidad y
proporcionalidad de las medidas cautelares, al desconocer la razón por la cual se
vinculó el patrimonio de CADAVID al proceso; aún más, porfía en que desconoce cuáles
medidas cautelares fueron decretadas en su caso.

Agregó que si la Fiscalía pretende que la resolución de medidas restrictivas sea


conocida cuando se admita la demanda, ello equivale a que se desconocería la
posibilidad de su cliente ejerza la defensa con desconocimiento del artículo 13 del CED
y si, en gracia de discusión se aceptara que las restricciones fueron adoptadas en los
términos del artículo 89 del Código del ramo, las imposiciones deberían desecharse,
porque su materialización le permite a que CADAVID tenga acceso a todo lo relacionado
con las medidas cautelares desde el 21 de octubre de 2019, cuando fueron
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materializadas; amén de ello, la Fiscalía habría presentado demanda de extinción de


dominio.

En ese orden, iteró que no es posible observar ninguna carga argumentativa y


probatoria por parte de la Fiscalía, sin que se pueda establecer el cumplimiento del
juicio de legalidad en torno a su necesidad, razonabilidad y proporcionalidad, todo lo
cual hace que operen las causales 1 y 2, para la declaratoria de la ilegalidad porque: i.)
no existen elementos de juicio suficientes para considerar que es posible que los bienes
de su representado tengan vínculo con alguna causal extintiva del dominio; ii.) porque
las restricciones no son necesarias, razonables ni proporcionales, en tanto que no existe
ningún posible cuestionamiento en torno al ocultamiento de los bienes; iii.)la
determinación sometida a control carece de motivación, lo cual infirió porque no tuvo
acceso a la resolución que cuestiona y iv.) infirió igualmente que la resolución puede
estar fundada en prueba ilícita en tanto no se le permitió conocerla.

Afirmó que su petitum se aviene a las consideraciones de la sentencia C-357de 2019,


que invocó extensamente.

Con fundamento en ello deprecó que se decrete la ilegalidad de las medidas cautelares
impuestas en contra de los bienes reseñados adoptadas el 21 de octubre 2019 por la
Fiscalía 65 de Extinción de Dominio y que como consecuencia de ello se ordene su
cancelación en las oficinas de registro correspondientes, lo cual deberá ser comunicado
a la SAE.

Las diligencias fueron repartidas el 25 de febrero de 2020 al Juzgado 2º de Extinción


de Dominio de Antioquia, quien por auto de un día después ordenó su devolución a la
directora de la investigación para que se remitieran en debida forma los cuadernos. La
instructora hizo lo propio el 5 de marzo del corriente.

El día 10 de ese mes, la judicatura resolvió desechar de plano la solicitud, ordenando


la devolución del expediente a la Fiscalía para lo de su cargo. No contenta con ello, la
memorialista interpuso la apelación en contra del auto que así se emitió, recurso que
se concedió en el efecto devolutivo a través de pronunciamiento del 7 de septiembre.

El asunto se adjudicó por conocimiento previo al Magistrado ponente según acta de 19


de noviembre y recibidas físicamente el 4 de diciembre en el Despacho.

4. EL AUTO CONFUTADO

El juzgador a quien se le asigno el concimiento del control de legalidad rechazó el


trámite rogado bajo la consideracion que no se reunen las exigencias legales, a saber:
que quien invoque el control i.) señale claramente los hechos en que se funda su clamor
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y ii.) demuestre que concurre objetivamente alguna de las circunstancias previstas en


el artículo 112 del CED. Seguidamente trajo a colación en su contenido literal los hechos
evocados por la petente, que no son otra cosa que el marco jurídico previsto en la
norma; evocó el acápite “Circunstancias de ilegalidad de las medidas cautelares”,
precisando que de las notas traídas a colación por la apoderada de CADAVID
CARDONA no hacen referencia a las circunstancias de tiempo modo y lugar,
antecedentes y consecuentes para el decreto y práctica de las restricciones, iteró, lo
que se hizo fue traer a colación el marco normativo que regula las medidas cautelares,
su finalidad y vigencia.

Para la Judicatura, es incuestionable que lo que importa en torno a la petición de control,


inicialmente son los hechos, haciendo hincapié en que la relevancia jurídica del suceso
está en íntima relación con su correspondencia con la norma y su análisis al cariz de la
causal que se propone para el ejercicio del control.

Se refiere en el auto, que la incidentante no se refirió a acontecimiento trascendente en


el ámbito del derecho que debe “…calzar con en los hechos definidos en abstracto por
el legislador, como presupuesto de una determinada consecuencia jurídica, que está
supeditada a la adecuada interpretación de la norma, para este caso la extintiva del
dominio, teniendo el analista o invocante como auxiliar a la presentación de los hechos,
la utilización de herramientas como los criterios de interpretación normativa, la doctrina,
la jurisprudencia, etcétera.”; recalcó que la memorialista carece del marco fáctico
reclamado por la norma; el hecho jurídico al que se le atribuye una consecuencia
determinada.

Destacó que la petición de control entraña varias falencias, particularmente en el factum


que no le es dable al funcionario judicial deducir, interpretar o inferir, porque es carga
exclusiva del afectado presentarlos a efectos de sustentar la causa petitoria del control
de legalidad.

Un segundo aspecto que exige la norma, es la demostración de que concurre


objetivamente alguna de las previsiones del canon 112 del CED; sin embargo, en esta
oportunidad “En nada de compadece lo pedido por la solicitante en estas causales o
presupuestos, dicho de otra manera, lo pedido, que es la vigencia de las medidas
cautelares y su expiración o caducidad, o cesación por el transcurso del tiempo no se
encasilla en ninguna de las eventualidades reseñadas anteriormente t consagradas
expresamente en el artículo 112 id.”; es que, dijo el A Quo, no se trata de invocar
literalmente la norma en el apartado Circunstancias de Ilegalidad de las Medidas
Cautelares, precisando de manera retórica que las medidas cautelares son ilegales bajo
el supuesto del desconocimiento de la resolución que las impuso, lo que se enuncia
como violatorio del debido proceso, pues habría intentado en varias oportunidades
obtener copia del proveído por medio de sendos escritos de petición, y en todo caso,
relievando que su desconocimiento deviene de causas imputables a la Fiscalía,
reconociendo en su escrito que no es posible efectuar un reproche sobre la necesidad,
razonabilidad y proporcionalidad de las medidas cautelares, porque la instructora no le
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habría dado a conocer los motivos por los cuales se vincularon los bienes con alguna
causal extintiva del dominio, desconociendo igualmente cuales de las restricciones
fueron ordenadas.

Para el Juez, las anteriores no son razones para acudir al control de legalidad y por el
contrario, lo que procede es su desestimación de plano, pues la legalidad de las
medidas no pende de supuestos fácticos desconocidos por la parte, en razón a que no
es posible observar la carga argumentativa y probatoria de la persecutora, ni mucho
menos, según esta, se cumplirían los requisitos en torno a su necesidad, razonabilidad
y proporcionalidad, al desconocer las sumarias, siendo inviable del plano la petición.
Es que, el control de legalidad no es el mecanismo para enfrentar los vacíos que
enfrenta la parte, como tampoco el medio para solicitar copias de piezas procesales.

Se indicó que si la temática propuesta en esta ocasión es el vencimiento de términos


de las medidas, “…la solicitud no puede encausarse como control de medida cautelar,
pues la norma regenta esta figura, y no lo expresa de manera concreta.”; a continuación
el Juez se ocupa de precisar las características de las medidas cautelares adoptadas
con fundamento en el artículo 89 del CED, con antelación al requerimiento de extinción
de dominio, las cuales no podrían superar el término de seis meses, sin embargo, esto
aplica para aquéllas que de forma urgente se imponen con ese marco.

Según el Funcionario judicial “No se trata pues que por vía del control de legalidad se
despache su inconformidad con las medidas a través de afirmaciones indefinidadas
como las expuestas, y por ello concluye que carecen de sustento fáctico.”.

Se indica que el Despacho a su cargo es respetuoso de las garantías de los afectados


y en tal sentido ha permitido el acceso al expediente a las partes, lo que no es la
excepción en esta ocasión a efectos de que se tuviera acceso a la resolución de
medidas cautelares, amén de la totalidad de las diligencias que fueron allegadas por la
Fiscalía; aún así recalcó que conforme al artículo 13 del CED es un derecho de la parte,
tener acceso al proceso desde la comunicación de la resolución de fijación provisional
de la pretensión o desde la materialización de las medidas cautelares en lo que a ellas
se refiere; en ese entendido, si el afectado requiere de una pieza procesal deberá
indicarlo por escrito precisando cuál es la que se requiere, en la medida en que el legajo
se encuentre en esa sede, pues una vez en firme la determinación que concita su
estudio, el expediente retornará a la Fiscalía hasta que aquélla decida presentar el
requerimiento o demanda de extinción de dominio.

Concluye la determinación indicando que no es posible dar trámite a la solicitud de


control, ni despacharla favorablemente y consecuentemente no será ordenada la
cancelación de las medidas restrictivas porque la solicitante no cumplió con la carga de
acreditar la causal de control de legalidad invocada, desde lo fáctico, y lo jurídico; y de
la presentación técnica procesal para ello, razón por la cual la desestimó disponiendo
su rechazo de plano; en consecuencia, ordenó devolver el expediente a la fiscalía para
lo de su cargo.
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5. LA APELACIÓN

Dentro de los motivos de inconformidad se expuso:

1. No es cierto que su solicitud carezca de la exposición de los hechos; alude que,


si bien estos no se encuentran enumerados, ello no significa que no se hayan
resaltado las circunstancias de tiempo modo y lugar. No es de recibo una
interpretación restrictiva de los derechos en el sentido de que los hechos deban
tener el tratamiento propuesto, por cuanto el artículo 113 del CED no lo exige
así, pudiéndose extractar del escrito las razones que dan origen a su
inconformidad; de ser así todas las demandas de extinción de dominio deberían
ser rechazadas por fallas técnicas de la Fiscalía.

Alude que su caso no es como el de la mayoría de las solicitudes de control,


como quiera que este se funda en que la Fiscalía impidió el acceso a la
resolución de medidas cautelares y todo lo a ellas concerniente desde el 21 de
octubre de 2019 al 21 de febrero del corriente; en ese orden, su representado se
vio obligado a soportar la materialización de las medidas, pero no pudo conocer
sus razones y sólo mediante la interposición de una tutela, la Fiscalía la dio a
conocer.

Las circunstancias de tiempo modo y lugar que rodean el caso son: i.) CADAVID
ni su defensa han conocido el proveído que impuso las restricciones, aún cuando
desde el 21 de octubre de 2019, habrían sido decretadas; ii.) con fundamento en
ello, se interpusieron sendos derechos de petición y el 15 de noviembre de 2019
se recibió respuesta en el sentido de que la persecutora habría adoptado
medidas de suspensión del poder dispositivo, embargo y secuestro, aunado a
que para ese momento ya se habría ejecutado su materialización; iii.) en
diciembre de 2019, su bancada se intentó comunicar en dos oportunidades con
la instructora, para conocer ese pronunciamiento, pero se le respondió que se
necesitaba tiempo para organizar el expediente por ser voluminoso, antes de
entregarlo a los abogados.

La defensa no conoce la resolución a pesar de que tres abogados así lo


requirieron.

No es posible reprochar la necesidad, razonabilidad y proporcionalidad de las


medidas cautelares porque la Fiscalía no ha permitido conocer su motivación y
los vínculos de los bienes con la causal de extinción de dominio. Ni siquiera
cuáles son las cautelas impuestas y por ello no es posible reconocer ninguna
carga probatoria o argumentativa por parte de la Fiscalía.
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En tal virtud la decisión de rechazar de plano la solicitud de control de legalidad,


por no desarrollar los hechos, no es atinada porque estos sí fueron
determinados, incluso con fechas, sin lugar a interpretaciones o deducciones por
parte de la autoridad judicial.

2. Porfía en que el a quo indicó que la petición de control versa sobre la expiración
o caducidad de las medidas cautelares por el paso del tiempo, lo que en su sentir
descontextualiza sus pretensiones; aunado a ello se dijo que esa caducidad no
se ajustaba a las causales de ilegalidad de las medidas; empero, no es cierto
que se pretenda un control de las medidas dada su vigencia temporal; acusa que
la Judicatura desconoció apartes del escrito, por ejemplo, en el acápite “petición”
en el cual se solicita el decreto de la ilegalidad de las medidas cautelares y en
consecuencia se ordene su cancelación, en tanto la concurrencia de los
numerales 1, 2, 3 y 4 del artículo 112 del CED; invocó el acápite pertinente de
su disertación en el escrito petitorio para concluir que de ello se extracta que su
petición nunca fue por vencimiento de términos, sino que pretendía una revisión
formal y material de las medidas cautelares tal y como la Corte Constitucional lo
ha precisado en sentencias como la C-357 de 2019, porque al impedirle conocer
la decisión, su contraparte ha incurrido en una vulneración al debido proceso,
amén de los derechos a la contradicción y defensa y por ello las medidas son
ilegales.

En ese sentido su impetración versa sobre los aspectos formales y no sobre el


transcurso del tiempo como erróneamente lo habría considerado el Juez.

3. No es cierto que, la ilegalidad de las medidas las predique a partir de supuestos


desconocidos; el control de legalidad no versa sobre los criterios que tuvo la
Fiscalía para restringir los bienes, en tanto que no se conocen la resolución,
medidas y todo lo relacionado con ellas; lo que se expuso es que por ese
desconocimiento se violan las garantías fundamentales y por ello las medidas
cautelares se encuentran viciadas de ilegalidad.

4. Aunque el a quo indicara cómo el memorial contendría afirmaciones indefinidas,


y sin sustento, esa conclusión es equivocada en tanto que los hechos se
encuentran claramente establecidos en el escrito original, como lo reitera en el
presente y fueron señalados en la línea de tiempo correspondiente, sin que
pueda afirmarse que no existe un soporte factico.

Clasificó sus reparos del siguiente modo: a.) error del Juez sobre el concepto
afirmaciones indefinidas, las cuales serían afirmaciones que no se pueden
probar por medio alguno. En su sentir las conclusiones esgrimidas en el control
dan cuenta de la ocurrencia de las causales de ilegalidad de las medidas porque
no existen elementos de juicio sobre el vínculo espurio; las cautelas no son
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necesarias, razonables ni proporcionales; la determinación que las impone


carece de motivación finalmente, se infiere que las pruebas en las que se funda
la resolución serían ilícitas porque se le negó el expediente. Alude que, es sobre
esos hechos sobre los cuales debe pronunciarse el Despacho al decidir de
fondo. b.) alegó que la judicatura elaboró una copia irrespetuosa de la sentencia
C-086 de 2016 de la Corte Constitucional, como si de criterios propios se tratase
y no sólo la copio, sino que la interpretó erradamente porque cuando el a quo
indica que las conclusiones de su bancada sobre las causales de ilegalidad son
afirmaciones sin definición, sugiere la inversión de la carga de la prueba para
que sea la Fiscalía quien demuestre los hechos contrarios, no obstante,
seguidamente reprocha a la defensa por no haber evidenciado sus dichos.

5. El funcionario de primer nivel recabó en que el control de legalidad no es el


mecanismo para obtener copias del proveído cuestionado, con lo cual
concuerda, empero, opone que lo pedido fue la declaratoria de ilegalidad de las
medidas cautelares por la innegable vulneración al debido proceso a partir de la
confluencia de las cuatro causales previstas en el artículo 112 del CED.

Se aparta de la afirmación según la cual la defensa de los derechos


fundamentales es propia de escenarios diferentes al control de legalidad, lo cual,
en su sentir, es parcialmente cierto, en tanto que si el Juzgado aludía a la acción
de tutela, ese proceso es residual, lo que contrasta con que el debido proceso y
al acceso al expediente son garantías fundamentales que deben recibir atención
por el Juez de Extinción de Dominio por mandato del artículo 19 y el parágrafo 2
del artículo 33 del CED, y no por cualquier Juez constitucional por tratarse de
asuntos relacionados con las medidas cautelares, el mecanismo de defensa es
el control de legalidad; aún así, trajo a colación que el incidente estuvo precedido
de una acción de tutela para procurar que se le diera trámite al control y se
avocara su conocimiento, así: el 17 de enero del corriente se radicó solicitud de
control ante la Fiscalía; ese día se hizo lo propio ante los jueces de extinción de
dominio; el 24 de enero, el Juzgado le informó que la solicitud de control había
sido remitida a la Fiscalía 65, donde se encontraba el proceso; el 12 de febrero,
se impetró acción de tutela contra la Fiscalía por la vulneración de los derechos
fundamentales de CADAVID CARDONA, fecha en la cual el Tribunal avocó
conocimiento y solo en virtud de la acción constitucional la Fiscalía le dio curso
a la solicitud de control de legalidad, esto es, un mes después de que se hubiera
elevado el ruego y el 26 de febrero se declaró superado el hecho generador de
la tutela.

Afirma que su cuerda agotó incluso la acción de amparo para obtener acceso a
la información que durante 4 meses había sido negada, así como para el acceso
a la administración de justicia, en cambio, obtener la ilegalidad de las
restricciones es un asunto de la competencia del funcionario de control, aún
cuando los argumentos desplegados en esa sede se desarrollen alrededor de
las violaciones a normar rectoras y garantías ante las arbitrariedades de la
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Fiscalía, así se decanta de la exposición de motivos del Código de Extinción del


Dominio, proyecto que fue presentado por el propio Fiscal General de la Nación,
quien previendo que podría incurrirse en arbitrariedades, estableció la sede de
control.

Concluyó el a quo el auto que recurre refiriendo que no se cumplió con la carga
de acreditar la causal, lo que no comparte pues al no existir las garantías
fundamentales, violando el debido proceso, prohibiendo el acceso al expediente
de medidas cautelares, se tiene por demostrado que estas están sumergidas en
las cuatro causales de ilegalidad como fue destacado en la solicitud de control.

En cuanto al auto recurrido señaló como inapropiado que el funcionario


jurisdiccional utilizara un tono desconsiderado en su contra, en el sentido de que
desconocía el régimen de extinción de dominio cuando fue el Despacho quien
decidió no darle curso a la petición de control, descartándola de plano.

Por lo anotado solicita que se revoque el auto proferido por el Juzgado Segundo
Penal del Circuito Especializado de Extinción de Dominio de Antioquia y en su
lugar se decrete la ilegalidad de las medidas cautelares materializadas por la
Fiscalía 65 del ramo mediante orden del 21 de octubre de 2019 sobre los
vehículos identificados con placas MVV 901, ELQ 686 y el 100% de las acciones
de la sociedad El Viejo Oeste, identificada con el NIT 900.908.488-3, con
domicilio en la ciudad de Medellín; como consecuencia de ello que se ordene la
cancelación de las medidas en las oficinas de registro correspondientes .

Aporta como prueba el fallo de tutela 2020-0029 que declaró superado el hecho
generador del amparo.

6. Consideraciones

6.1. De la competencia.

Por el mandato contenido el artículo 29 de la Constitución Política, así como en los


apartados 11, 38-2, 51, 59, 65, 71 y 72, acompasados con los preceptos 111 a 113 de
la Ley 1708 de 2014 la Sala de Extinción de Dominio tiene la facultad para adelantar el
trámite propuesto.

La asignación de la competencia sobre asuntos como el presente, ha sido desarrollada


por los Acuerdos PSAA10-6852, 6853, 6854, 6866, 7335, 7336 de 2010, 7718 de 2011
y 9165 de 2012, de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura.
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6.2. Naturaleza de la acción y destinatarios de la Ley


1708 de 2014.

De cara a algunos de los elementos tocados por la apelante en su escrito, se hace


necesario traer a colación precisiones acerca del cariz del trámite de extinción de
dominio. Sobre el punto se dirá, si con el juicio penal se pone en marcha la facultad del
Estado para que, a través de la Rama Judicial del Poder Público, declare o no la
responsabilidad de una persona, luego de surtir un proceso reglado, de tal forma que
en el evento de ser encontrado responsable del cargo, sufrirá la imposición de una
aflicción, ya sea privativa la libertad o de carácter pecuniario, lo que se conoce
genéricamente como el ius puniendi; tal derecho de penar difiere de la acción orientada
a perseguir la riqueza deshonesta o utilizada en actividades que deterioran la moral
social, o que se mezcle con ella; de ahí que en el expediente de la especie, que se
encuentra apenas en sus albores, no se persiga el comportamiento criminal de algún
ciudadano; por el contrario, se encuentra en tela de juicio el origen, uso o destinación
de un bien que contraríe a la Constitución, y por ello se persigue esté en cabeza de
quien esté9.

La acción también difiere de los cometidos del derecho civil, porque lo que se disputa
en el proceso de extinción es la titularidad de las prerrogativas reales de una persona
sobre una cosa, con un valor cuantificable, como consecuencia de la probada existencia
de una causal contemplada en el CED, por ejemplo, por la presunta utilización espuria;
entre tanto, la acción real en el proceso civil, dota a una parte de la reipersecutoriedad
por medio del cual el particular busca la restitución de su derecho real, como ocurre en
la acciones hipotecarias, reivindicatorias o posesorias.

Lo anterior es suficiente para aclarar que el elemento a dilucidar, difiere en los ámbitos
penal, civil y de extinción de dominio, y de allí que este último cuente con un estatuto
especialísimo, y aunque su apertura puede tener o no su fuente en investigaciones de
orden punitivo, no busca una declaración de responsabilidad, como tampoco enfrenta
a dos particulares en pro del resarcimiento de una obligación o derecho de orden civil,
por eso se dice que el efecto sobre patrimonio difiere el ramo de esta especialidad de
la jurisdicción.

Acatando, entonces, las previsiones contenidas en los artículos 34, 58, 250 y siguientes
de la Carta, amén de los artículos 29, 34, 158, 159 de la Ley 1708 de 2014, con las
modificaciones de la Ley 1849 de 2017, la Fiscalía General de la Nación tiene la facultad
para dar inicio a las exploraciones en contra de los bienes respecto de los cuales esté
por determinarse si se encuentran inmersos en alguna de los eventos del CED; de cara
9 Sobre el punto vale recordar que el artículo 17 del Código de extinción de Dominio, prevé:
“NATURALEZA DE LA ACCIÓN. La acción de extinción de dominio de que trata la presente ley es
de naturaleza constitucional, pública, jurisdiccional, directa, de carácter real y de contenido
patrimonial, y procederá sobre cualquier bien, independientemente de quien lo tenga en su
poder o lo haya adquirido.” (Subraya la Sala)
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a ellos, al ente en cuestión le compete “dirigir y coordinar técnica, operativa y


jurídicamente las funciones de policía judicial que en forma permanente cumplen el
Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía General de la Nación, la Policía
Nacional y los demás organismos que señale la ley”.

Con ese preámbulo, se dirá que la autoridad judicial puede, como dice el art. 87 del
CED10, adoptar, si no se ha hecho: “…medidas cautelares en fase inicial, el Fiscal,
mediante providencia independiente y motivada, ordenará las mismas con el fin de
evitar que los bienes que se cuestionan puedan ser ocultados, negociados, gravados,
distraídos, transferidos o puedan sufrir deterioro, extravío o destrucción; o con el
propósito de cesar su uso o destinación ilícita. En todo caso se deberán salvaguardar
los derechos de terceros de buena fe exenta de culpa.”; sin embargo, de cara a esos
cargos, el afectado puede solicitar la verificación formal y material de la decisión de la
instructora en los términos del canon 112, ibídem. De eso se ocupa el instituto aquí
formulado.

La acción de extinción es el control jurisdiccional ejercido por el Estado como


consecuencia jurídica, entre otras cosas, de la obtención de la propiedad con el
producto de actividades en contra de la Constitución y la ley, o mezclada con la riqueza
obtenida con el delito, o destinada al ilícito. De allí, que los destinatarios del CED, no
sean otros, que las personas que figuran como dueños titulares del dominio, herencia,
nuda propiedad, propiedad fiduciaria, usufructo, habitación, servidumbre activa y
comunidad, la hipoteca, prenda, censo y el derecho de retención, o sea que, al proceso
afectación de los derechos reales sólo pueden concurrir quienes ostenten tal calidad.

En el trámite de extinción de dominio, lo que pretende la Fiscalía General de la Nación,


a través de sus postulaciones, es la declaración de la perdida de los derechos reales
del titular de la propiedad privada, a favor del Estado, luego de que se demuestre en un
proceso reglado por el CED, el incumplimiento de los paradigmas constitucionales 34 y
58.

6.3. El control de legalidad

Este fue diseñado por el legislador como un dispositivo de protección para la propiedad
privada, con el fin de conjurar actos que atenten contra ella desde una perspectiva
formal y material; el instituto tiene fuente en el artículo 392 de la Ley 600 de 2000, que
en su momento le dio el siguiente tratamiento:

“Del control de la medida de aseguramiento y de decisiones relativas a la propiedad, tenencia o


custodia de bienes. La medida de aseguramiento y las decisiones que afecten a la propiedad,
posesión, tenencia o custodia de bienes muebles o inmuebles, proferidas por el Fiscal General de
la Nación o su delegado podrán ser revisadas en su legalidad formal y material por el

10 modificado por el artículo 1 de la Ley 1849 de 2017


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correspondiente juez de conocimiento, previa petición motivada del interesado, de su defensor o


del Ministerio Público.

Cuando se cuestione la legalidad material de la prueba mínima para asegurar procederá el amparo
en los siguientes eventos:

1. Cuando se supone o se deja de valorar una o más pruebas.

2. Cuando aparezca clara y ostensiblemente demostrado que se distorsionó su contenido o la


inferencia lógica en la construcción del indicio, o se desconocieron las reglas de la sana crítica.

3. Cuando es practicada o aportada al proceso con desconocimiento de algún requisito


condicionante de su validez.

Quien solicite el control de legalidad, con fundamento en las anteriores causales, debe señalar
claramente los hechos en que se funda y demostrar que objetivamente se incurrió en ella.

Reconocido el error sólo procederá el control cuando desaparezca la prueba mínima para
asegurar.

La presentación de la solicitud y su trámite, no suspenden el cumplimiento de la providencia


ni el curso de la actuación procesal.

Si se trata de una decisión sobre bienes que no se origina en una providencia motivada, el
control de legalidad podrá ejercerse de inmediato. Se exceptúan de la anterior disposición
aquellos bienes que se encuentren fuera del comercio o que por su naturaleza deban ser
destruidos.”

De ese modo, dentro de las novedades contenidas en la Ley 1708 de 2014, se


encuentra la creación de dos clases de verificaciones judiciales formales a las
actividades desplegadas en el estanco de indagación, así: i.) a los actos investigativos
realizados por la Fiscalía General de la Nación, y ii.) el examen a la imposición de
medidas cautelares con las que se restrinja el libre tráfico de bienes respecto de los
cuales se infiere la posible concurrencia de una causas de extinción de dominio, para
garantizar la efectividad de la acción; las cautelas previstas se encuentran orientadas a
asegurar que la decisiones judiciales que pongan fin a los procesos sean materialmente
ejecutadas, pero además, garantizan que el público en general conozca de la existencia
del trámite y se abstenga de realizar la tradición de los bienes afectados. Tal estudio
tiene por características las de ser posterior, rogado, reglado y escrito –Art. 111 del
CED-.

Ahora bien, en tratándose del fenómeno extintivo, en el artículo 16 CED, se contemplan


catalizadores que van desde el origen y el uso contrarios a la Constitución, hasta la
mezcla y la equivalencia de bienes; como sea, valga aclarar, que el debate en sede de
control de legalidad a las medidas cautelares se circunscribe al cuidado normativo con
el que la Fiscalía dispuso la suspensión del poder dispositivo, el embargo y el secuestro.
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Como un paréntesis en este punto, debe recordarse que el trámite de la afectación de


los derechos reales, regulado por el CED se cumple en dos fases, una inicial a cargo
de la Fiscalía, quien durante esta se encarga de hacer las verificaciones que
correspondan y eventualmente, podrá imponer medidas cautelares con antelación a la
interposición de la demanda, esto, al abrigo del artículo 89 ibídem. Durante el periplo a
su cargo, la Fiscalía no se encuentra obligada a notificar las decisiones que allí se
adopten, las cuales además son inimpugnables, porque el estanco inicial tiene el
carácter de reservado –Art. 10°-; no obstante, si se impusieron restricciones a los
bienes, la parte afectada puede acudir ante el Juez de conocimiento para impetrar la
revisión formal y material de los gravámenes, como se regula en los artículos 111 y
siguientes de la norma en cita, por medio del control de legalidad. El segundo estanco
comienza con el auto admisorio de la demanda y se encuentra a cargo del Juez
Especializado de Extinción de Dominio, a partir de allí, con el inicio del juicio, las
diligencias tornan públicas.

Esta Sala, en postura mayoritaria, ha considerado que el control sólo puede ser
invocado por quien es titular del derecho fundamental restringido, aunque dicha lectura
coexiste con una interpretación ampliada del artículo 30 del CED, expresada, por
ejemplo, en decisión de 11 de febrero de 2020 dentro del radicado
050003120001201800048 01 según la cual, con el suficiente soporte podría abrirse la
posibilidad para intervenir en la actuación a personas con otro tipo de pretensiones
patrimoniales, teniendo por límite que su participación sería únicamente para oponerse
a la extinción del dominio; en segundo lugar, su conjuro es reglado, porque tiene
requisitos para ser resuelto y causales para su concesión, que son las contempladas
en el artículo 112, ibidem, a saber:

“1. Cuando no existan los elementos mínimos de juicio suficientes para considerar que
probablemente los bienes afectados con la medida tengan vínculo con alguna causal de
extinción de dominio.
2. Cuando la materialización de la medida cautelar no se muestre como necesaria, razonable y
proporcional para el cumplimiento de sus fines.
3. Cuando la decisión de imponer la medida cautelar no haya sido motivada.
4. Cuando la decisión de imponer la medida cautelar esté fundamentada en pruebas ilícitamente
obtenidas.”

Así mismo, debe aclararse que, pese a lo aseverado por el Juez 2º de Extinción de
Dominio de Antioquia, el Tribunal ha decantado por vía jurisprudencial en sentencias de
tutela como la del 26 de noviembre de 2019, radicado 110012220000201900216 00,
que: i.) las cuatro causales previstas en el artículo 112 del CED, no son las únicas
situaciones por las cuales se puede concurrir a la sede de control de legalidad, sino
que, existe una quinta y es la relacionada con el vencimiento de términos, cuando se
adoptan las medidas cautelares excepcionales al compás del artículo 89 del Código de
Extinción de Dominio, léase:

“En este punto del estudio huelga recordar que el Código de Extinción de Dominio en
los artículos 111 y siguientes, contempla la posibilidad de cuestionar los gravámenes
por medio de un control rogado; sin embargo, la operancia de esa revisión se
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circunscribe a cuatro elementos taxativos, a saber: “1. Cuando no existan los


elementos mínimos de juicio suficientes para considerar que probablemente los bienes
afectados con la medida tengan vínculo con alguna causal de extinción de dominio. 2.
Cuando la materialización de la medida cautelar no se muestre como necesaria,
razonable y proporcional para el cumplimiento de sus fines. 3. Cuando la decisión de
imponer la medida cautelar no haya sido motivada. 4. Cuando la decisión de imponer
la medida cautelar esté fundamentada en pruebas ilícitamente obtenidas.”; en caso de
no presentarse alguna de esas causales, la exploración de su legalidad no es
procedente.

Ello no quiere decir que esas sean las únicas razones por las que el afectado pueda
reparar en las cargas que soporta, como quiera que el artículo 89 del CED contempla
una quinta razón a merced de la cual el interesado puede solicitar que se revalúe su
vigencia; según la norma en comento, “Excepcionalmente, el Fiscal podrá decretar
medidas cautelares antes de la demanda de extinción de dominio, en casos de
evidente urgencia o cuando existan serios motivos fundados que permitan considerar
la medida como indispensable y necesaria para cumplir con alguno de los fines
descritos en el artículo 87 de la presente ley. Estas medidas cautelares no podrán
extenderse por más de seis (6) meses, término dentro del cual el Fiscal deberá
definir si la acción debe archivarse o si por el contrario resulta procedente
presentar demanda de extinción de dominio ante el juez de conocimiento.”
(subraya la Sala); en otras palabras, cuando la Fiscalía ha ordenado
extraordinariamente la imposición de las restricciones, cuenta con un término
perentorio para tomar la decisión de fondo que corresponda con la que cierra el ciclo a
su cargo, esto es, formulando demanda o archivando las diligencias.

Hasta aquí se tiene que los motivos por los cuales la parte dentro del proceso de
afectación de los derechos reales se acude al canon 112, son diferentes y excluyentes
de la reclamación que pueda hacerse en aplicación del cuestionamiento de
prolongación a las medidas cautelares impuestas extraordinariamente por ministerio
del artículo 89; en ese sentido, contrario a lo expuesto por la instructora es indiferente
para la tutela que el accionante no hubiera relatado que acudió previamente al control
de legalidad con resultados adversos, pues lo que se pretende hoy es enervar las
medidas previas a la sazón de un elemento objetivo, esto es, el paso del tiempo.

Le asiste razón a la instructora cuando afirma que “…la extensión de la vigencia


temporal no fue prevista por el legislador como una causal de archivo de la actuación
ni mucho menos está prevista como una causal para la procedencia del control de
legalidad a las medidas cautelares…”, de ese modo, el reclamo del tutelante no es que
se archiven las diligencias sino que “De conformidad con el ordenamiento jurídico,
resulta claro que tales medidas no pueden extenderse más allá del término
legalmente previsto y en caso de vencimiento del término legal éstas deben
levantarse pues su prolongación o extensión se encuentra legalmente prohibida.”
(resaltos de origen); de ese modo la oposición de la accionada de cara a lo que se le
pidió en la sede ordinaria, torna impertinente, pues el ruego fue de levantamiento no
de archivo, tanto, que la Fiscalía entiende que “…el propósito del legislador al fijar un
término para la vigencia de las medidas adoptadas en forma excepcional fue
precisamente evitar que los bienes estuvieran gravados, previo a la presentación de la
demanda, por un tiempo indeterminado…”; en tal virtud, no hay duda de que cuando
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la suspensión del poder dispositivo, embargo, secuestro y toma de posesión de bienes,


haberes y negocios de sociedades, establecimientos de comercio o unidades de
explotación económica se adopta con fundamento en el canon 89 de la obra citada,
ello quiere decir que existe un motivo de control a esa rara restricción y tiene que ver
con el paso del tiempo, de lo contrario el legislador no habría fijado esa regla.”

Y ii.) en autos como el de 2 de abril de 2018, radicado 110013120002201700064 01,


esta Corporación ha denotado que el momento oportuno para formular el incidente se
extiende hasta el vencimiento del término del traslado del artículo 141, oportunidad en
la cual puede sanearse el pleito de las anomalías que lo viciaran en estancos anteriores,
léase:

“Dentro de los diez (10) días siguientes a la notificación del auto admisorio de la
demanda, los sujetos e intervinientes podrán:
1. Solicitar la declaratoria de incompetencia y presentar impedimentos, recusaciones o
nulidades.
2. Aportar pruebas.
3. Solicitar la práctica de pruebas.
4. Formular observaciones sobre la demanda de extinción del derecho de dominio
presentada por la Fiscalía si no reúne los requisitos.
El juez resolverá sobre las cuestiones planteadas dentro de los cinco (5) días siguientes,
mediante auto interlocutorio.
En caso de encontrar que la demanda de extinción de dominio no cumple los requisitos,
el juez lo devolverá a la Fiscalía para que lo subsane en un plazo de cinco (5) días. En
caso contrario lo admitirá a trámite.

Cuando el Legislador ha dispuesto dentro de el canon evocado que, en ese momento


es posible impetrar nulidades procesales, ni más ni menos que allí se establece es que
se verifique a la luz de los artículos 82 y 83 del Código Extintivo del Dominio, se decante
si existe vulneración dentro del trámite que comprometa los derechos a un debido
proceso o al derecho de contradicción de tal envergadura, que sea necesario retrotraer
la actuación a un momento previo, bien sea dentro de la actividad en jurisdiccional o
con antelación a ello, es decir, durante la fase de instrucción.

Visto lo anterior, haciendo revisión a uno de los requisitos de procedibilidad de la


aplicación de control, se sabe que aquí la eleva quien es apoderada del titular inscrito
de los vehículos identificados con placas MVV 901, ELQ 686 y el 100% de las acciones
de la sociedad El Viejo Oeste, identificada con el NIT 900.908.488-3, con domicilio en
la ciudad de Medellín, lo que le eventualmente le daría legitimidad en la causa; en
adelante se revisará si cumple con los restantes.

6.4. Problema Jurídico

La opugnante predica la concurrencia de las cuatro causales previstas en el artículo


112 del CED, bajo la única postulación: la Fiscalía 65 de Extinción de Dominio no le
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permitió conocer de la resolución de imposición de medidas cautelares adiada 21 de


octubre de 2019, por ello, en su totalidad está impregnada de ilegalidad por violaciones
al debido proceso y al derecho de contradicción.

Ante el cuestionamiento a dicha orden, el a quo estimó, en auto de 10 de marzo de


2020, que la incidentante no cumplió con las cargas argumentativas del caso y por ello
rechazó de plano la solicitud.

El tema a resolver en este trámite es si las presuntas vulneraciones que habría


enfrentado la representación de ANDRÉS FELIPE CADAVID CARDONA, desde una
perspectiva del acceso al pronunciamiento de la Fiscalía que gravó su fortuna, tiene
asidero como una clausula general de invalidación de las restricciones, o si por el
contrario, en el incidente de control, las peticiones de anulación no cuentan con ninguna
posibilidad.

6.5. Asunto concreto

Para desatar el planteamiento central contenido en la apelación, valga recordar cómo


las causales de operación del control de legalidad son taxativas y se encuentran
previstas en la ley; otro tanto se puede predicar de la regulación de los eventos que
pueden generar la invalidación de la actuación.

En su sentido natural y obvio, la palabra taxativo se refiere a:

“1. adj. Der. Que limita, circunscribe y reduce un caso a determinadas circunstancias.
2. adj. Que no admite discusión.”11

Sobre el principio de taxatividad ha dicho la Corte Constitucional en sentencias como la


C-491 de 1995:

“Es el legislador quien tiene la facultad para determinar los casos en los cuales un acto
procesal es nulo por carencia de los requisitos formales y sustanciales requeridos para
su formación o constitución. Por consiguiente, es válido, siempre que se respete la
Constitución, el señalamiento taxativo de las nulidades por el legislador. De este modo,
se evita la proliferación de incidentes de nulidad, sin fundamento alguno, y se contribuye
a la tramitación regular y a la celeridad de las actuaciones judiciales, lo cual realiza el
postulado del debido proceso, sin dilaciones injustificadas. Al mantener la Corte la
expresión "solamente" dentro de la referida regulación normativa, respeta la voluntad
política del legislador, en cuanto reguló de manera taxativa o específicamente las
causales legales de nulidad en los procesos civiles.”

También la Alta Corporación también ha dicho en sentencia C-537 de 2016:

11 En https://dle.rae.es/taxativo
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“Así, en ejercicio de esta competencia normativa, tanto el CPC (artículo 140),


derogado, como el CGP (artículo 133), vigente, determinan las causales de nulidad
procesal, cuyo carácter taxativo fue declarado constitucional por esta Corte 12. En este
mismo sentido, también hace parte del margen de configuración normativa del
legislador en la materia, la determinación de las hipótesis en las que el vicio puede ser
subsanado o convalidado y las que no13, así como la precisión de las consecuencias
que la nulidad procesal acarrea. Esto quiere decir que el legislador establece, por esta
vía, una gradación de la importancia concreta de las formas procesales para determinar
(i) los defectos procesales que generan nulidad y los que no; (ii) el carácter saneable
o insaneable de determinado vicio procesal 14; y (iii) las consecuencias de la
declaratoria de nulidad procesal. Se trata de decisiones que hacen parte de la
competencia del Congreso de la República para diseñar los procesos judiciales15 y, de
esta manera, establecer el proceso como uno de los instrumentos esenciales para la
eficacia del derecho fundamental de acceso a la justicia 16 y para la realización de la
justicia17 y la igualdad materiales18.”

De lo anterior se extrae que, cuando el Legislador confecciona causales que permiten


la ocurrencia de un determinado fenómeno jurídico, como lo pueden ser las previstas
para el control de legalidad a las medidas cautelares o la configuración de las nulidades
procesales, las circunstancias por las que se pueden postular unas y otras no devienen
del capricho alrededor de un supuesto vacío normativo como la libelista pretende, sino
a un ejercicio de argumentación preciso que da cuenta de la ocurrencia indiscutible de
un evento, como la sobreviniencia de la ilegalidad de la aflicción a los bienes CADAVID
CARDONA.

La actividad procesal da cuenta de que por auto de 26 de febrero de 2020, la Judicatura


estimó que no se le remitieron la totalidad de las diligencias para desatar la petición de
control de legalidad, pues inicialmente sólo recibió el cuaderno de control de legalidad,
lo que le llevó a estimar que su depósito era fragmentario e incompleto; en esa ocasión

12 “Es el legislador, como se advirtió antes, quien tiene la facultad para determinar los casos en los cuales un
acto procesal es nulo por carencia de los requisitos formales y sustanciales requeridos para su formación o
constitución. Por consiguiente, es válido, siempre que se respete la Constitución, el señalamiento taxativo de
las nulidades por el legislador”: Corte Constitucional, sentencia C-491/95.
13 “(…) es precisamente el legislador el llamado a definir los hechos y circunstancias que dan lugar a las

nulidades y también el encargado de estatuir lo relativo a las posibilidades de saneamiento o convalidación de


actos o etapas procesales, la manera y términos en que pueden obtenerse”: Corte Constitucional, sentencia C-
217/96.
14 “El Código de Procedimiento Civil que nos rige con un criterio que consulta la moderna técnica del derecho

procesal, señala la taxatividad de las causales de nulidad, es decir, de los motivos que dan lugar a invalidar un
acto procesal, y el principio de que no toda irregularidad constituye nulidad, pues éstas se entienden
subsanadas si oportunamente no se corrigen a través de los recursos”: Corte Constitucional, sentencia C-
491/95.
15 Entre otras sentencias puede consultarse las sentencias C-227/09 y C-144/10.
16 El acceso al a justicia implica, entre otros, la previsión de elementos orgánicos tales como la existencia de

cobertura del aparato judicial y procesales que faciliten y no limiten de manera desproporcionada el derecho
fundamental. C-426 de 2002 C-227/09
17 Corte Constitucional, sentencia C-086 de 2016.
18 “(…) la Constitución confió en el legislador la competencia para diseñar, de manera discrecional, las

estructuras procesales en las distintas materias, siempre y cuando respetara, con dichos procedimientos,
garantías fundamentales del debido proceso (artículo 29 de la Constitución), el acceso a la justicia (artículo 229
de la Constitución) y el principio de igualdad (artículo 13 de la Constitución) y velara porque dicho proceso
propenda por la realización de los fines esenciales del Estado, en concreto la justicia y la igualdad material de
todos (artículo 2 de la Constitución), a través de formas procesales razonables y proporcionadas que garanticen
la prevalencia del derecho sustancial, sobre el procesal (artículo 228 de la Constitución)”: Corte Constitucional,
sentencia C-205/16.
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se indicó que en virtud del artículo 113 del CED “El Fiscal General de la Nación o su
delegado en cada causa, remitirá copia de la carpeta al juez”, a partir de ese mandato
consideró necesario oficiar a la instructora para que informara si las enviadas “…son
todas las piezas procesales que conforman el expediente de extinción de dominio con
radicado 2017-01074, y en caso negativo se le ruega el favor que remita la integridad
del expediente para su estudio en este despacho y así desatar lo rogado en el control
de legalidad.”.

Posteriormente, en el auto de 10 de marzo siguiente, una vez le fueron entregados la


totalidad de los cuadernos, el A Quo decantó que la solicitud no cumplía con las
condiciones establecidas por el artículo 112 del CED, consistentes en señalar los
hechos en los que se funda y la concurrencia de alguna de las causales previstas en el
artículo en comento; a continuación evocó que el acaecer señalado por la incidentante
había sido desarrollado en el acápite “fundamentos fácticos y jurídicos” del escrito,
donde se invocan literalmente los artículos 87, 88 y 89 ibídem, aunado a la postulación
según la cual, siguiendo las enseñanzas de la exposición de motivo surtida durante las
discusiones en el Congreso de la República, previas a la emisión del Código de
Extinción de Dominio, aunadas a las consideraciones de la sentencia C-516 de 2015 de
la Corte Constitucional, al Juez le asiste la facultad de declarar la ilegalidad cuando las
cautelaciones se han adoptado desatendiendo a las razones contenidas en la norma
citada -art. 112-.

De ello se relieva: i.) el funcionario de control, tiene la competencia para revisar la


resolución de imposición de medidas cautelares, resultando extraño, como aquí se
observa, devolver el ruego a la sede de instrucción, bajo el entendido de que no se
remitieron las diligencias completas, en tanto que, itérese, no están en tela de juicio los
elementos suasorios con los que cuente la Fiscalía, entre otras cosas porque, para ello
se encuentra la sede de juicio y el debate que le es propio, aunado a que merced del
artículo 10 del CED, mientras no se formule la demanda de extinción de dominio, la
actuación es reservada; ii.) en los casos en que se impetre el control de legalidad bien
sea por las razones del artículo 112 o bajo el supuesto objetivo del vencimiento de
términos del artículo 89, lo que corresponde es la verificación de la presencia del motivo
preciso, sin que haya lugar a elucubraciones en torno a si se narraron en debida forma
los hechos o no, estando vedado al Juez el estudio de la prueba propiamente, a menos
que lo que se revise sea la ilegalidad en su obtención, caso en el cual la carga
argumentativa de la parte debe señalarlo, destacando el incumplimiento de los
protocolos específicos y que se regulan en la norma adjetiva penal, por el principio de
remisión previsto en el artículo 26 del Código de Extinción de Dominio, para determinar
si excepcionalmente procede el estudio de la evidencia, pero más que por su valor
suasorio, por la forma en que se concibió.

Se observa en el auto opugnado que el a quo dedicó una buena parte de su análisis a
enrostrar que el escrito de control carece de una narración de los hechos acorde con
las circunstancias por las que se predica la ilegalidad de las medidas, consagrando
varias páginas del proveído a dicha particularidad; así mismo coligió que no se
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evidencia el cumplimiento de los estándares relacionados con las cuatro causales del
artículo 112, resolviendo además lo que no se le solicitó, esto es, la verificación del
término dentro del cual los bienes se habrían afectado según las voces del artículo 89.

Ha de recordarse que los hechos descritos por la Fiscalía en el proveído de 21 de


octubre de 2019, apelan a la presunta relación de ANDRÉS FELIPE CADAVID
CARDONA, con un líder de la organización La Terraza, siéndole increpado o que bien
prestó su nombre para figurar como dueño de la razón social El Viejo Oeste, o en su
defecto, usarla para expedir irregularmente salvoconductos para el porte de armas a
personas que en condiciones normales no los podrían obtener; dentro del menú de
tejidos respecto de las cuales la instructora encuentra vacíos, estaría la forma en que
se lograron los recursos para la compra de unas acciones; aunado a ello, se dijo que el
modus operandi de alias “Chicho” sería el de que sus bienes, entre ellos, sus
automóviles, figuraran a nombre de terceros a efectos de darles visos de legalidad, sin
embargo, es claro que de ello, entre otras cosas, versará el juicio extintivo del dominio.

Por su parte, la apelante opone que si trajo una descripción de los hechos, solo que
esta se atiene a que no tenía conocimiento del contenido de la resolución de imposición
de medidas cautelares, porque la Fiscalía 65 no le permitió conocerla y por ello deduce
que no existen elementos de juicio suficientes que permitan considerar el probable
vínculo con ninguna causal extintiva del dominio; que la desconocer la resolución es
imposible hacer la ponderación propia de los criterios de necesidad, razonabilidad y
proporcionalidad de las medidas restrictivas ignorando además de cuáles se trata; que
la orden de la Fiscalía carece de motivación y así mismo, es deducible que se fundan
en pruebas ilegalmente obtenidas.

En sentir de la litigante, desde octubre de 2019 a febrero de 2020, se le impidió conocer


las razones de la fijación de las cautelas, pese a haberlo deprecado en varias
oportunidades incluso por medio de derechos de petición; aún así, CADAVID ha debido
afrontar los efectos de unas privaciones que desconoce, lo mismo que los motivos
fundados de los cuales se deduce su vínculo con las causales extintivas; predica que
las razones para invocar la ilegalidad son definidas en la ausencia de soporte fáctico
para considerar su viabilidad.

Como sea, estima la Sala que, en esta oportunidad la representación de ANDRÉS


FELIPE CARDONA CADAVID carece de los requisitos mínimos para que pueda tener
curso su pretensión de declaratoria de la ilegalidad de las medidas restrictivas de
suspensión del poder dispositivo, embargo y secuestro en contra de la fortuna de su
interés, pues a la sazón de la excusa de que no conoce su contenido, no argumentó de
ningún modo la inexistencia de elementos de juicio, desproporción, carencia de
motivación o irregularidades en la prueba, que permitan hacer el estudio que
corresponde en estos casos; en tal virtud no hay nada sobre lo cual proveer, siendo
acertado el rechazo de plano. Es por ello que se confirmará, pero por las razones aquí
esbozadas, el auto de 10 de marzo de 2020, emitido por el Juzgado Segundo Penal del
Circuito Especializado de Extinción de Dominio de Antioquia, sin que pueda
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desprenderse del presunto desconocimiento, una vulneración al debido proceso o a la


garantía de contradicción del afectado, como quiera que esas variables son de aquéllas
que pueden ventilarse, si a ello hubiera lugar, dentro del traslado del artículo 141 del
Código de Extinción de Dominio, escenario propicio para la formulación de nulidades
procesales, lo cual dista del estanco de control, cuyo propósito es la verificación formal
y material de la intervención del patrimonio ordenada en cumplimiento de sus funciones
por la Fiscalía General de la Nación.

Lo anterior no impide, pues no se asumió el conocimiento de fondo por ninguna de las


causales para la declaratoria de la ilegalidad, siempre y cuando que no se haya
superado la oportunidad jurisprudencialmente fijada, para que el afectado acuda, si es
su deseo, ante la jurisdicción con fundamento en el artículo 112 del CED, pero
cumpliendo con las cargas que a la parte le corresponden.

En mérito de lo expuesto, el Tribunal Superior de Bogotá, Sala de Decisión de


Extinción de Dominio,

7. RESUELVE:

PRIMERO: CONFIRMAR con las aclaraciones realizadas, el auto por medio del cual,
el Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de Extinción de Dominio de
Antioquia desechó de plano la solicitud de control de legalidad impetrada por la
apoderada de ANDRES FELIPE CARADID CARDONA en contra de la resolución de 21
de octubre de 2015, emitida por la Fiscalía 65 del ramo.

SEGUNDO: Contra esta decisión no proceden recursos.

TERCERO: Notifíquese y devuélvanse las diligencias al Juzgado de origen, para lo de


su cargo.

Notifíquese, Cúmplase y Devuélvase al Juzgado de origen.

Los Magistrados

WILLIAM SALAMANCA DAZA

PEDRO ORIOL AVELLA FRANCO MARÍA IDALÍ MOLINA GUERRERO


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