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Sucesión ab intestato o legítima

Introducción

En el derecho romano existen Instituciones que tenían contemplada la herencia sin


testamento, no obstante, cabe mencionar que no era lo más indicado acudir a ellas,
solamente en algunos casos fortuitos o de fuerza mayor, lo correcto era realizar un
testamento mediante las formas pre escritas por la ley Romana.

Debemos observar que en la actualidad, el no realizar un testamento, sigue siendo una


falta de cultura, ya que al no dejar testamento el testador hereda problemas a sus
herederos.

En Roma se desarrollaron diferentes figuras para resolver el conflicto de una sucesión


legítima o ab intestato, que permitieron proteger los derechos de los herederos y dirimir
cualquier conflicto entre estos.

(1) Testamento

Objetivo particular

El alumnado identificará los aspectos más importantes de la vía sucesoria legítima (ab
intestato), destacando su evolución respecto de los herederos legítimos reconociendo los
casos en que opera la vía inoficiosa y los efectos jurídicos que genera.

Temario

Unidad 10. Sucesión ab intestato o legítima

 10.1. Sucesión legítima


o 10.1.1. Concepto
o 10.1.2. Caracteres y apertura
o 10.1.3. Criterio inspirador de llamamiento
o 10.1.4. Sucesión legítima del ius civile
 10.1.4.1. Orden de llamamiento
 10.1.4.2. División de la herencia
 10.1.4.3. Adquisición de la herencia
o 10.1.5. La vía legítima en el ius honorarium
 10.1.5.1. Orden de llamamiento
 10.1.5.2. División y adquisición de la herencia
o 10.1.6. Correcciones a la vía legítima en la época imperial
o 10.1.7. La vía legítima en el Derecho justinianeo: Novelas 118 y 127
 10.2. Testamento inoficioso y vía legítima
o 10.2.1. Ideas generales
 10.2.1.1. Desheredación
 10.2.1.2. Preterición
o 10.2.2. Testamento inoficioso y legítima
 10.2.2.1. Querela inofficiosi testamenti
 10.2.2.2. a Actio ad supplendam legitimam
o 10.2.3. La Novela 115
 10.3. Resolución de casos en materia de sucesión legítima y de la vía inoficiosa
según la jurisprudencia romana
 Sucesión legítima
 La sucesión por vía legítima se actualizaba cuando no había testamento; cuando,
habiéndolo, no fuera válido, o el heredero testamentario no quisiera o no pudiera
aceptar la herencia, como en el caso de que hubiera muerto antes que el testador.
 De lo anterior debemos comprender la importancia de realizar un testamento en
los tiempos y formas que la ley contemplaba, ya que de esta forma, se podían
evitar procesos legales desgastantes en aras de una justa repartición de la masa
hereditaria.
 Concepto
 La sucesión intestamentaria o sucessio ab intestato o legítima es aquella en la que
el heredero es designado por la ley a falta de testamento válido y eficaz.
 La sucesión legítima tiene su fundamento en el parentesco, siguiendo la regla
general: los parientes más cercanos excluyen a los más lejanos.
 Caracteres y apertura
 La apertura de la sucesión legitima o ab intestato se rige por los siguientes
principios:
 Mientras pueda haber sucesión testamentaria no se abre la sucesión legitima, es
decir, no hay heredero testamentario cuando:
 El difunto no hizo testamento.
 Cuando el testamento no es hecho conforme a derecho iniustium, ruptum;
válido en un momento, pero invalido posteriormente, irritum; afectado de validez
posteriormente por descendentes legítimos o adoptivos bajo la patria potestad del
difunto, las mujeres in manu o los póstumos suyos.
 Aquí vemos la importancia del parentesco y los supuestos que la ley romana tenía
previstos antes de abrir una sucesión legítima.
 Criterio inspirador de llamamiento
 Recordemos que la sucesión legítima tenía lugar cuando no había testamento;
cuando habiéndolo, no fuera válido, o el heredero testamentario no quisiera o no
pudiera aceptar la herencia.
 La sucesión legítima quedó consagrada en el derecho romano antiguo en
la legislación de las XII Tablas; después fue corregida por el pretor y también por
el derecho imperial, hasta terminar con la reglamentación que de ella hizo
Justiniano.
 Sucesión legítima del ius civile
 Esta vía sucesoria, regulada desde la Ley de las XII Tablas, tenía lugar cuando una
persona moría sin testamento o, si lo había hecho, era invalidado, roto, inútil o no
había contemplado todos sus bienes en éste. En el derecho romano, una sucesión
intestada se abría en los siguientes casos:

 1. Cuando el fallecido carecía de la testamenti factio activa.
 2. Cuando tenía todos sus derechos a salvo y sin embargo no los utilizaba.
 3. Cuando el testamento ya era nulo desde su confección o por causas posteriores a su
elaboración.
 4. Cuando, por causa motivada por el heredero, se volvía imposible cumplir con el
testamento.
 5. Por último, cuando el heredero renunciaba a la sucesión testamentaria.

 Por lo mismo, la sucesión legítima se abría hasta que se verificara que no existiera
una herencia testamentaria y no sólo cuando se diera el deceso del de cuius.
 La vía legítima en las XII Tablas
 Recordemos brevemente que la Ley de las XII Tablas es el código más antiguo del
derecho romano, escrito entre los años 451 y 450 a. C. (época de la Monarquía) y
que tomó como fuente al derecho oral o consuetudinario existente de aquel
momento. Es la fuente primigenia de todo el posterior derecho romano.
 Orden de llamamiento
 Desde las XII Tablas, el ius civile preveía que, por vía legitima, la sucesión se
ofreciera a los siguientes herederos:
 Primero a los heredes sui, o sea los descendientes del de cuius, que estuviera bajo
su potestad al momento de su muerte, incluyendo aquí a los póstumos; es decir, a
los sui nacidos después de muerto el causante; la mujer del difunto, que hubiera
entrado a su familia por una conventio in manum, ocupaba el lugar de una hija
(loco filiae), la nuera in manu, el de nieta (loco neptis) por lo que a la herencia se
refiere.
 División de la herencia
 Conforme a la Ley de las XII Tablas, en la vía legítima debían ser llamados a la
sucesión en el orden siguiente:
 Heredes sui o herederos de sí mismo
 Ellos heredaban sin distinción de grado y por heredes sui entendemos a los
descendientes legítimos o adoptivos bajo la potestad directa del difunto: hijos,
mujeres sometidas a la manus y los hijos póstumos. La partición, tratándose de
herederos en primer grado, se realizaba por cuotas igualitarias (partición por
cabezas o in capita). Por ejemplo: si eran cuatro hijos, a cada uno le correspondía
el 25% de la herencia. Si el de cuius hubiese dejado tres hijos y dos nietos de un
descendiente premuerto, los nietos no eran excluidos, pues heredan por troncos
o in stirpe: siguiendo el ejemplo anterior, esos nietos reciben la cuarta parte de la
masa hereditaria.

Agnados
A falta de los heredes sui se llamaba a los agnados más próximos, que eran los
hermanos y hermanas. Lla partición se hacía también por cabezas. Aunque en este
caso, los colaterales en tercer grado (sobrinos) no heredaban por troncos.

Gentiles

A falta de los dos anteriores, todos los gentiles (personas civiles) concurrían con
iguales derechos. El pretor intervenía en favor de los parientes agnados, que eran
excluidos de la sucesión legítima y tomaban el lugar de los gentiles.

Adquisición de la herencia

Es importante resaltar que ya existían criterios igualitarios para heredar, es decir, ya no


prevalece la supremacía del hombre frente a la mujer, además de que hay inclusión de la
esposa bajo potestad marital y ya no se da preferencia a los descendientes de línea directa
por parte masculina.

La vía legítima en el ius honorarium

A su vez, el derecho honorario amparaba los derechos de los herederos que no eran
llamados, como los hijos emancipados, los parientes de las mujeres por ser cognados, a la
mujer casada libre de manus y a todos aquellos que hubieren salido de la familia sin estar
bajo la potestad de otro.

A continuación, enumeraremos por orden de preferencia a las personas a quienes el


pretor concedía la bonorum possessio:
Bonorum possessio unde liberi. Se concedía a los descendientes inmediatos que estaban bajo la
potestad del difunto e hijos emancipados..
Bonorum possessio unde legitimi. A falta de los anteriores, se llamaba a todos aquellos que
pudieran heredar conforme al derecho civil: herederos suyos, agnados y gentiles.
Bonorum possessio unde cognati. Era una de las más importantes, ya que incluía a los parientes
de sangre o cognados excluidos por la Ley de las XII Tablas. El límite autorizado era del sexto
grado.
Bonorum possessio unde vir et uxor. El cónyuge supérstite heredaba a falta de los anteriores.

Orden de llamamiento

La sucesión legítima ordenada por el pretor llamaba como herederos:

Primero llamaba a los liberi (descendientes del difunto); tanto a los sui como los que lo
hubieran sido de no haber salido de la familia; y siempre que no estuvieran bajo la
potestad de otro; de esta manera quedaban también incluidos los emancipados.

El derecho honorario creó la figura de la collatio bonorum o colación de bienes, por lo que
el emancipado que concurriera a la herencia del pater, debía aportar a la sucesión una
parte de su patrimonio para compensar al suus (heredes sui).

En segundo lugar el pretor llamaba a los legitimi que eran los agnados (parentesco
fundado sobre la autoridad paternal o marital mismo que se actualizaba únicamente por
el lado masculino) del segundo orden de las XII Tablas. Y en tercer lugar a los cognados
(parentesco que une a las personas descendientes una de otra en línea recta o
descendientes de un autor común en línea colateral sin distinción de sexos mismos que se
daba por el lado masculino y por el lado femenino).

Y en cuarto lugar, el cónyuge superviviente.

División y adquisición de la herencia

El orden para heredar es:

Liberi, descendientes del de cuius, incluso para los emancipados, es decir, se consideraban
a todos los descendientes del de cuius aun cuando no están en potestad de éste.

Por ello, se heredaba por estirpe:

1. Legitimi: Agnados y los señalados por el ius civile.


2. Cognati (cognados).
3. Mujer que se encuentra bajo la domus de su cónyuge cum manu entonces se
consideraba bajo su potestad y se le consideraba como hija.
4. Cónyuge supérstite.
Correcciones a la vía legítima en la época imperial

Ya en el derecho imperial, la sucesión legítima continuaba la tendencia iniciada por


el pretor. Así, el senado consulto tertuliano otorgaba los mismos derechos a la madre en
la sucesión de los hijos y el senado consulto orficiano daba la misma facultad a los hijos en
relación con la madre, sin importar la existencia del vínculo civil.

Con posterioridad, la ley Anastasiana llamaba a la sucesión a los parientes emancipados,


otorgándoles el derecho de heredar, de acuerdo con el orden que les corresponda, la
mitad de los no emancipados. De esta manera, los hijos, hermanos y hermanas
emancipadas recibían una parte de la herencia (y a ésta se le llamaba porción legítima).

De esta forma, durante el Imperio el orden sucesorio quedó establecido de la siguiente


manera:

Los heredes sui incluyendo a los emancipados (que recibían la mitad de los no emancipados) y a
los hijos que reciben como herederos suyos el patrimonio materno.
El padre del de cuius (el agnado más próximo).
Los hermanos (agnados en segundo grado).
La madre y las hermanas.

De esta explicación podemos desprender el concepto de inoficiosidad, el cual se refiere a


la figura jurídica que afectaba los bienes de la herencia debido a que no podía disponerse
libremente de ellos porque estaban destinados sólo para los sujetos legitimados en la
sucesión.

La vía legítima en el Derecho justinianeo: Novelas 118 y 127

Justiniano reglamentó casi todo lo relativo a esta materia en sus Novelas 118 y 127, en
que sustituyó de forma definitiva a la agnación por la cognación, equiparando en este
aspecto a hombres y mujeres, al tomar en cuenta el parentesco por ambas líneas.

Estableció cuatro órdenes de herederos:

En primer lugar, los descendientes; en su defecto, llamaba su segundo lugar al padre, a la


madre, a los demás ascendientes o a los hermanos carnales.
En tercer lugar, sucederían los medios hermanos y, por último, los demás colaterales (tíos,
primos).

La viuda o el viudo quedaron incluidos en la Novela 53, siempre que no hubiera habido
divorcio y a falta de los demás familiares. En la Novela 89 se incluyeron a los hijos
naturales y a la concubina, se les concedía una sexta parte de la herencia siempre que no
hubiera viuda ni descendientes legítimos, en cuyo caso sólo tendrían derecho a una
pensión alimenticia.

Respecto al liberto, se evolucionó su regulación hereditaria, para que en la época de


Justiniano quedara en el siguiente orden.

Testamento inoficioso y vía legítima

En el derecho romano la libertad de testar era ilimitada, el testador podía desheredar a los
hijos sui y emancipati.

Ideas generales

En Roma existía el principio liberal en materia testamentaria, pero también existían


limitaciones al principio de libertad del testador, lo anterior, para proteger los intereses de
los parientes más cercanos y cuya violación podía dar origen a la sucesión contra el
testamento, o sucesión forzosa, que provocaba la modificación del testamento y a veces
su anulación con la subsecuente aplicación de la vía legítima o intestada.

Desheredación

Es cierto que en el antiguo Derecho Romano había libertad de testar por parte del pater
familias; pero, si él deseaba desheredar a un suus (sui iuris), la desheredación
(exheredatio) debía hacerla conforme a ciertas reglas.

Por otra parte, las desheredaciones en esa época debían hacerse de forma expresa, debía
hacerse individualmente; en relación con los demás sui, hijas, mujer in manu, nietos,
etcétera; la desheredación podía hacerse de forma global, es decir, que todos sean
desheredados.

Pulse en cada uno de los conceptos que aparecen del lado izquierdo para desplegar
la información correspondiente.

Derecho
honorario
 El pretor ensanchó el círculo de aquellas personas a quienes se debía desheredar
de forma expresa, incluyendo a los sui y a los emancipados; es decir, los liberi, el
grupo que integraba el primer orden de herederos de la sucesión intestada
pretoria.
 También se dio la sucesión forzosa, ya que si un liberto no tenía liberi o los hubiera
desheredado, debía dejarle al patrono o a sus hijos, cuando menos la mitad de su
herencia y, si no lo hacía, el patrono o sus hijos podían pedir la bonorum
possessio contra tabulas.

Derecho
imperial

 Se tuvo la idea de que el testamento que no contemplara cuando menos una


porción a los parientes más próximos era impugnable por inoficioso, ya que no
cumplía con el officium pietatis, o sea el deber familiar.

Derecho
Justiniano

 La desheredación se convirtió en un castigo para el heredero que hubiera incurrido


en una falta como el atentado en contra de la vida del autor de la herencia, la
herejía, el adulterio con la mujer del testador, no pagar el rescate del cautiverio
para liberarlo, poner impedimento artificioso al otorgamiento del testamento
(estas causas se aplicaban a los ascendientes en relación con los descendientes y
viceversa).
 Se previeron las acciones como la querela y la actio ad supplendam legitimam.
 Preterición
 Era cuando se pasaba por alto a los sui iuris en la época Romana, ya que la misma
podía ocasionar la anulación o la modificación del testamento. Si esto ocurría en el
caso de un hijo traía como consecuencia la anulación de todo el testamento y que
se diera la sucesión legítima.
 La preterición de los demás sui no anulaba el testamento, pero los preteridos
podían concurrir con los herederos testamentarios obteniendo una parte igual si
éstos eran también sui, o todos juntos la mitad de la herencia si concurrían con
extraños.
 La preterición de un postumi sui, hombre o mujer, de cualquier grado, acarreaba la
nulidad del testamento.
 En el derecho honorario las desheredaciones de los liberi varones deberían
hacerse de forma individual (nominatim), las de las mujeres podían hacerse
globalmente.
 Le preterición de un heres sus provocaba la anulación del testamento; la de los
demás liberi sólo la participación de los preteridos, manteniéndose en los demás
las disposiciones testamentarias.
 Testamento inoficioso y legítima
 En un principio la libertad para testar era ilimitada, el testador podía instituir o
desheredar, sin hacer expresión de causa, a quien deseara, cuestión que se fue
limitando con el tiempo.
 El testamento que no contemplara cuando menos una porción a los parientes más
próximos era impugnable por inoficioso, ya que no cumplía con el officium pietatis,
o sea el deber familiar; lo anterior podía acarrear la sucesión legítima.
 Pero, no olvidar que si el testamento era declarado inoficioso también quedaba al
arbitrio judicial declararlo nulo o anular solamente la institución de heredero.
 Querella inofficiosi testamenti
 La limitación por parte del pater familias para desheredar a los sui iuris, fue
definida por la acción querela inofficiosi testamenti, ya que el Tribunal de los
Centumviri estableció que todos aquellos descendientes que recibieran por
testamento menos de la cuarta parte (portio legitima) de lo que les correspondía
por vía legítima podían pedir la nulidad de dicha disposición testamentaria; pero, si
resultaba infundada esta acción se le debía privar de todas las liberalidades que le
fueron asignadas en el testamento.
 a Actio ad supplendam legitimam
 Se dio en la época de Justiniano, ya que cada heredes sui y los hijos emancipados
tenían derecho cuando menos a la portio legitima (que se elevó a un tercio
respecto a lo que se pudo obtener por la vía legítima), y en caso de que estos
descendientes no recibieran cuando menos tal cantidad de bienes, contaban con
la actio ad supplendam legitimam que servía para completar la portio
legitima reduciendo las cuotas que tenían los otros herederos para que el afectado
obtuviese lo que por derecho le correspondía.

La Novela 115

Una reforma importante surge de la Novela 115 (año 542 Justiniano) ya que cierra la
evolución del sistema sucesorio contra el testamento estableciendo que la desheredación
de cualquier heredes suus debía hacerse nominativamente, so pena de que el testamento
se declarara nulo; además de que, para desheredar a alguien debía señalarse la causa
(estar previsto en el Derecho).

Resolución de casos en materia de sucesión legítima y de la vía inoficiosa según la


jurisprudencia romana

Una vez observados y comprendidos los temas anteriores es importante identificar su


debida aplicación para la resolución de los casos según la jurisprudencia romana en
materia de sucesión legitima y vía inoficiosa para lo cual les servirán de referencia los
siguientes ejemplos:
Caso 1:
Marco era un acaudalado comerciante de Nápoles. Estaba casado con Lucila, matrimonio
del cual habían nacido Ticio y Cayo. Mientras que Ticio se había casado con Agripina, era
padre de una numerosa prole y se encontraba todavía bajo la dependencia de Marco,
Cayo era soltero, no tenía descendencia y se hallaba emancipado.

Preguntas:

1. ¿Quiénes serían herederos si Marco muriera sin haber testado?


2. ¿Influiría en su sucesión que Cayo estuviera emancipado?
3. Si fuera Cayo el que falleciera sin testamento, ¿cómo habría de procederse para la
distribución de su patrimonio?

Respuesta
La posesión de los bienes del padre que falleció intestado se les da a los hijos, no
solamente a los que estuvieron bajo la potestad de su ascendiente hasta el tiempo de la
muerte, sino también a los emancipados.

Caso 2:
En su testamento, Cornelio deshereda a su hijo Cayo e instituye a Marco, su mejor amigo.
Ocurre, sin embargo, que, al momento de fallecer Cornelio, la esposa de Cayo se
encuentra embarazada, siendo que, antes de la aceptación de la herencia por parte de
Marco, Cayo muere y nace su hijo.

Preguntas:

1. ¿El nieto que nace tras la muerte de su padre y abuelo tiene la condición de
póstumo?
2. ¿Es válido el testamento hecho por Cornelio?
3. ¿Quién habría de heredar?

Respuesta
Si alguno hubiere fallecido habiendo desheredado a su hijo quedando embarazada la
nuera, y hubiere instituido a un extraño bajo condición, y pendiente la condición después
de la muerte del padre, o deliberando el heredero instituido sobre adir la herencia,
hubiere fallecido el hijo desheredado, y hubiere nacido el nieto, ¿romperá acaso el
testamento? Y diremos, que no se rompe el testamento, pues ni debería ser desheredado
por el abuelo este nieto, a quien precedía el padre. Mas si acaso el instituido hubiere
dejado de adir la herencia, no se duda que este habrá de ser ab intestato heredero del
abuelo. Una y otra cosa por sus propias razones, porque al nacer rompe ciertamente el
testamento aquel a quien nadie le precedía al tiempo de la muerte, pero sucede ab
intestato aquel a quien antes que a él no le fue deferida a otro la herencia; pero aparece
que la herencia no le fue deferida al hijo, cuando hubiere fallecido estando deliberando el
instituido.
¿Qué otros caminos puedo explorar?
Para consolidar su aprendizaje respecto de los contenidos de esta unidad le sugerimos
que procure vincular lo aprendido con las temáticas de otras asignaturas, en especial con
Derecho Familiar y Derecho Sucesorio, la primera porque ya pudimos identificar el grado
de importancia del parentesco a la hora de una sucesión testamentaria o intestamentaria
y la segunda para que puedan identificar las figuras legales que prevalecen desde Roma
hasta nuestros días, teniendo conocimiento del vínculo histórico que une nuestra
legislación con la que se aplicaba en Roma. También puede ligar lo aprendido con
Obligaciones.

Bibliografía

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 Cisneros Farías, Germán, Diccionario jurídico, México, Trillas/ UNAM, 2013.
 D’Ors, Álvaro, Derecho privado romano, Pamplona, EUNSA, 2004.
 Hernández Cabrera, Luisa, Enciclopedia Jurídica de la Facultad de Derecho UNAM. Derecho
Romano II, México, UNAM Facultad de Derecho-Porrúa, 2017.
 Huber Olea, Francisco José, Diccionario de Derecho Romano, 2.ª ed., México, Porrúa, 2007.
 Juan, I., Derecho Romano, Instituciones de Derecho Privado, 6.ª ed., 1979.
 Morineau Iduarte, Marta e Iglesias González, Román, Derecho romano, México, Oxford,
2010.
 Padilla Sahagún, Gumesindo, Derecho Romano, Ed. McGraw Hill, 4ª ed., México, 2008.
 Ventura Silva, Sabino, Derecho romano, México, Porrúa, 2002.

Documentos publicados en Internet

 Adame Goddard, Jorge, Cuatrocientos casos y respuestas de los juristas romanos, México,
UNAM/ Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2013, disponible en https://bit.ly/2QjQkQf,
consulta: 15/05/2019.
 Bialosttosky, Sara, “Algunos comentarios a la controvertida Querella inofficiosi
testamenti”, en González Martín, Nuria (coord.), Estudios jurídicos en homenaje a Marta
Morineau, México, UNAM/ Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2006, t.I, disponible
en https://bit.ly/2Ehlt2g consulta: 19/05/2019.

Imagen

1. Free-Photos, Signature [testamento], [fotografía], 2016, tomada


de https://pixabay.com/images/id-1149962/, consulta: 27/11/2017.

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