LIMITES
LIMITES
LIMITES
Los límites son líneas reales o imaginarias que marcan el fin de una superficie o cuerpo o la
separación. Suelen indicar un punto que no debe o no puede sobrepasarse.
Los límites físicos suelen estar claros. Los límites emocionales son más confusos y hay que
aprender a establecerlos.
Poner límites no se trata de entregar un listado con pautas a seguir a todas las personas a tu
alrededor. Pero, si es muy importante que dejes claro lo que deseas o no deseas soportar. Tus
metas, tus valores. tu tiempo y tus actividades no deben ser alterados por los requerimientos
de otros, a menos que tú lo decidas.
Los límites con los demás nos estructuran como personas, conforman nuestra identidad,
definen nuestra forma de ser ante el otro… a mi YO le doy forma con los límites.
Nuestro mundo interno se proyecta en las cosas cotidianas que nos rodean: la comida, la casa,
la economía, la ropa, la gestión del tiempo…
Por eso poner límites físicos a las cosas (poner un tope a la comida, a las drogas en caso de
adicciones, cerrar la puerta y que no entre nadie si no quiero, gestionar mis horarios y mi
tiempo, obtener mi propio dinero; nos ayuda a poner límites emocionales con las personas.
Con los límites se descubre la existencia del otro y, por tanto, se descubre la propia existencia.
Se distingue hasta dónde tú y hasta dónde yo, como eres y como soy.
Los límites físicos y los límites emocionales están muy relacionados: ambos generan
autorregulación y autonomía, que es una base para la autoestima y el bienestar.
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Distinguir lo que quiero hacer y lo que no quiero hacer.
Cuando alguien me falta al respeto, aunque sea alguien a quien otorgue cierto
“poder”: jefes, profesores, tutores, padres,… no consentirlo.
Decir NO QUIERO aunque esto represente cierto dolor al otro (dolor que muchas veces
“sobredimensionamos”, no es tan catastrófico).
Hacerlo con las personas que más queremos (son las que más nos cuestan).
No dejarme liar con los chantajes emocionales, por miedo a ser “egoísta” o
“egocéntrico”, este es un error frecuente.
No confundirme con frases como “lo hago por tu bien”, el cariño nos descoloca.
Es tener un ESPACIO PROPIO, una parcela privada sana que yo autogestiono (para que
no explote en una parcela patológica).
6. Porque en el fondo nos cuesta ponernos límites a nosotros mismos, o que otros nos
los pongan.
Por desgracia, no todo el mundo está preparado para estar cerca a personas que dan a
respetar sus necesidades y tiempo. Por eso, es importante encontrar una manera adecuada de
establecer tus límites o aprender a cómo poner límites. Te compartimos algunas formas de
cómo puedes marcar límites:
Ten en cuenta que muchos no entenderán tu cambio y su relación podría verse afectada.
Conocer aquellos que no respetan tus límites será muy beneficioso para tu bienestar.
En caso de ser necesario, es válido alejarse de quienes no están dispuestos a respetar tus
límites.
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¿Cuándo debería poner límites?
En lo social: establecer límites cuando existe una falta de respeto o burla hacía tu
persona o con lo que realizas es importante accionar en esos momentos.
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Estrategias de comunicación para decir que NO:
Hay diversas formas de aprender a decir que no técnicas estrategias de comunicación que
podemos aplicar en estos casos. Es importante acompañar nuestra conducta verbal con una
buena comunicación no verbal: un tono de voz claro, firme, postura erguida, mirar a los ojos,
una expresión amable (prueba a ensayar frente a un espejo )
Estrategias:
Por ejemplo:
– Entiendo que vas mal de tiempo y veo que estás muy agobiado, pero no puedo ayudarte a
terminar el informe, lo siento, tengo trabajo acumulado yo también y tampoco tengo tiempo,
a lo mejor puedes pedir a otra persona que te eche una mano.
-Siento mucho que te duela la muela ,imagino que debe de dolerte mucho por lo que me
cuentas, pero justo ahora no puedo salir del trabajo y acompañarte al dentista ¿Qué tal si
llamas a un taxi para que te lleve y me avisas cuando estés allí esperando para ser atendido?
El Banco de Niebla: Esta estrategia puede ser útil ante insistencias, cuando ya hemos
probado otra estrategia, o cuando la persona nos presiona de forma muy explícita. Se trata
de dar una parte de razón al argumento de la otra persona pero manteniéndonos en
nuestra postura.
Ejemplo:
– Sería de tontos rechazar esta oferta, si firma con nuestra compañía telefónica hoy se
ahorrará mucho dinero y además le regalamos un móvil nuevo ¿se lo tramito ahora?
– Es verdad, puede que sea una muy buena oferta, pero no quiero tomar esa decisión ahora,
no es un buen momento.
El aplazamiento asertivo: Esta técnica es útil cuando nos sentimos sobrepasados o muy
ansiosos por la situación y no podemos decidir con claridad. En este caso es mejor
postergar nuestra respuesta hasta que nos sintamos más tranquilos y podamos decidir con
claridad. Decir que debemos reflexionar sobre el tema, o consultar nuestra agenda, y dar
respuesta más tarde.
Ejemplo: – Me ha surgido un problema en casa y no puedo venir el sábado a trabajar ¿Me
cambias el turno? ¿No te importa verdad? Luego yo hago otro día por ti.
– Pues no puedo confirmarte ahora, déjame que mire si tengo compromisos y te digo algo en
unas horas.