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LIMITES

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LÍMITES.

Los límites son líneas reales o imaginarias que marcan el fin de una superficie o cuerpo o la
separación. Suelen indicar un punto que no debe o no puede sobrepasarse.

Los límites físicos suelen estar claros. Los límites emocionales son más confusos y hay que
aprender a establecerlos.

¿Qué es poner límites?

Se trata de establecer un territorio psicológico sano, en el cual tus derechos no se vean


afectados por los derechos de otra persona ¿Has llegado a sentir que solo tienes deberes o
responsabilidades con los demás y tus ideas y deseos se encuentran en segundo o último
plano? ¡A esto hay que ponerle un alto! Y es entonces cuando establecer límites será la mejor
manera de mantener tu bienestar.

Poner límites no se trata de entregar un listado con pautas a seguir a todas las personas a tu
alrededor. Pero, si es muy importante que dejes claro lo que deseas o no deseas soportar. Tus
metas, tus valores. tu tiempo y tus actividades no deben ser alterados por los requerimientos
de otros, a menos que tú lo decidas.

¿Por qué es tan importante poner límites?

Los límites con los demás nos estructuran como personas, conforman nuestra identidad,
definen nuestra forma de ser ante el otro… a mi YO le doy forma con los límites.

Relación entre límites emocionales y límites físicos.

Nuestro mundo interno se proyecta en las cosas cotidianas que nos rodean: la comida, la casa,
la economía, la ropa, la gestión del tiempo…

Por eso poner límites físicos a las cosas (poner un tope a la comida, a las drogas en caso de
adicciones, cerrar la puerta y que no entre nadie si no quiero, gestionar mis horarios y mi
tiempo, obtener mi propio dinero; nos ayuda a poner límites emocionales con las personas.

Con los límites se descubre la existencia del otro y, por tanto, se descubre la propia existencia.
Se distingue hasta dónde tú y hasta dónde yo, como eres y como soy.

Los límites físicos y los límites emocionales están muy relacionados: ambos generan
autorregulación y autonomía, que es una base para la autoestima y el bienestar.

Poner límites es:

 Tomar las riendas.


 Es DECIR NO cuando no quiero algo y SÍ cuando lo deseo o necesito.
 Es decir HASTA AQUÍ.
 Es NO dejarme llevar haciendo lo que los demás quieren por no crear conflicto.
 Es NO terminar haciendo las sugerencias de los demás.
 Es NO dejar que invadan mi intimidad.
 NO dar por hecho que cualquiera puede opinar, manipular y exigir sobre mi espacio
personal.

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 Distinguir lo que quiero hacer y lo que no quiero hacer.
 Cuando alguien me falta al respeto, aunque sea alguien a quien otorgue cierto
“poder”: jefes, profesores, tutores, padres,… no consentirlo.
 Decir NO QUIERO aunque esto represente cierto dolor al otro (dolor que muchas veces
“sobredimensionamos”, no es tan catastrófico).
 Hacerlo con las personas que más queremos (son las que más nos cuestan).
 No dejarme liar con los chantajes emocionales, por miedo a ser “egoísta” o
“egocéntrico”, este es un error frecuente.
 No confundirme con frases como “lo hago por tu bien”, el cariño nos descoloca.
 Es tener un ESPACIO PROPIO, una parcela privada sana que yo autogestiono (para que
no explote en una parcela patológica).

¿Por qué no ponemos límites?

1. Porque no nos damos cuenta pensando “no me importa, no me cuesta nada” y se va


acumulando. Después sientes un malestar general que no sabes de dónde viene…

2. Por temor a ser egoístas y malas personas.

3. Por omnipotencia, y creer que podemos con todo.

4. Por miedo a las soledad.

5. Por automatismo, funcionar sin pensar, dejándonos llevar.

6. Porque en el fondo nos cuesta ponernos límites a nosotros mismos, o que otros nos
los pongan.

¿Cómo poner límites sin tener problemas?

Por desgracia, no todo el mundo está preparado para estar cerca a personas que dan a
respetar sus necesidades y tiempo. Por eso, es importante encontrar una manera adecuada de
establecer tus límites o aprender a cómo poner límites. Te compartimos algunas formas de
cómo puedes marcar límites:

Explica claramente tus razones y recibe opiniones al respecto.

Olvida el egoísmo, poner límites no significa solo exigir.

Establece consecuencias para quienes sobrepasen tus límites.

No dejes el asunto solo en palabras, las acciones tendrán mayor efecto.

Ten en cuenta que muchos no entenderán tu cambio y su relación podría verse afectada.

Conocer aquellos que no respetan tus límites será muy beneficioso para tu bienestar.

En caso de ser necesario, es válido alejarse de quienes no están dispuestos a respetar tus
límites.

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¿Cuándo debería poner límites?

Si aún no identificas en qué momento es necesario poner límites, te compartimos algunas


situaciones comunes que podrían presentarse:

 En relaciones de pareja o matrimonios: es importante establecer límites tanto de


tareas del hogar, espacios que pasaran juntos, e incluso económicamente.

 En situaciones laborales: es importante poner límites en cuanto a tareas, tiempo


laboral, con colegas, carga de trabajo, etc.

 En lo familiar: es importante establecer límites en la ayuda financiera, en el cuidado de


los demás familiares y en la privacidad.

 En las amistades: es importante marcar límites en cuestiones financieras, de tiempo


de convivencia, expectativas frente a la relación de amistad.

 En lo social: establecer límites cuando existe una falta de respeto o burla hacía tu
persona o con lo que realizas es importante accionar en esos momentos.

¿Cómo poner límites?


Detectar las situaciones problemáticas:
En primer lugar es importante reflexionar y detectar aquellas situaciones en las que
hemos dicho que “si” cuando hubiéramos preferido decir que “no”, o situaciones en
las que consideramos que deberíamos haber puesto límites.
¿En qué contexto nos pasa? ¿Con quiénes? ¿Hay personas con las que no nos pase?
¿personas con las que nos pase más a menudo? Toma nota de situaciones que hayas
vivido en las que te haya costado decir que no, examinando con quién y en qué
contexto.
Analizar los pensamientos y emociones que hacen que digamos que si cuando
queremos decir no: ¿Qué pensamientos vienen a nuestra mente en esos momentos?
¿Cómo nos sentimos? ¿qué nos decimos a nosotros mismos? En este punto es
importante detectar ideas irracionales y racionalizarlas. Puedes ampliar información
sobre las ideas irracionales de Albert Ellis y evaluar tus pensamientos en función a
esto.
Analizar la intencionalidad del otro y expectativas que presuponemos: Se trata de
reflexionar sobre las situaciones en las que nos cuesta decir que no, y analizar las
intenciones que presuponemos en la otra persona ¿qué tipo de relación tengo con
ella? ¿creo que intenta manipularme o siento confianza? ¿Por qué quiere esta persona
que diga que si, qué beneficio le reporta? ¿y a mi? ¿qué expectativa estoy intentando
cumplir hacia esa persona? ¿que creo que espera de mi? Como en el apartado anterior
es importante detectar si mi preconcepto es realista y racional.

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Estrategias de comunicación para decir que NO:

Hay diversas formas de aprender a decir que no técnicas estrategias de comunicación que
podemos aplicar en estos casos. Es importante acompañar nuestra conducta verbal con una
buena comunicación no verbal: un tono de voz claro, firme, postura erguida, mirar a los ojos,
una expresión amable (prueba a ensayar frente a un espejo )

Estrategias:

 La Asertividad Elemental: Se trata de explicar nuestra postura de forma sencilla, directa,


dando una breve explicación del porqué de nuestro NO ( pero sin extendernos demasiado)
 La Asertividad Empática: se trata de ponernos primero en el punto de vista del otro,
validar sus argumentos y el cómo se siente, para luego exponer nuestro punto de vista.
Podemos finalizar con un mensaje positivo o una sugerencia (técnica “sandwich”).

Por ejemplo:

– Entiendo que vas mal de tiempo y veo que estás muy agobiado, pero no puedo ayudarte a
terminar el informe, lo siento, tengo trabajo acumulado yo también y tampoco tengo tiempo,
a lo mejor puedes pedir a otra persona que te eche una mano.

-Siento mucho que te duela la muela ,imagino que debe de dolerte mucho por lo que me
cuentas, pero justo ahora no puedo salir del trabajo y acompañarte al dentista ¿Qué tal si
llamas a un taxi para que te lleve y me avisas cuando estés allí esperando para ser atendido?

 El Banco de Niebla: Esta estrategia puede ser útil ante insistencias, cuando ya hemos
probado otra estrategia, o cuando la persona nos presiona de forma muy explícita. Se trata
de dar una parte de razón al argumento de la otra persona pero manteniéndonos en
nuestra postura.

Ejemplo:

– Sería de tontos rechazar esta oferta, si firma con nuestra compañía telefónica hoy se
ahorrará mucho dinero y además le regalamos un móvil nuevo ¿se lo tramito ahora?

– Es verdad, puede que sea una muy buena oferta, pero no quiero tomar esa decisión ahora,
no es un buen momento.

 El aplazamiento asertivo: Esta técnica es útil cuando nos sentimos sobrepasados o muy
ansiosos por la situación y no podemos decidir con claridad. En este caso es mejor
postergar nuestra respuesta hasta que nos sintamos más tranquilos y podamos decidir con
claridad. Decir que debemos reflexionar sobre el tema, o consultar nuestra agenda, y dar
respuesta más tarde.
 Ejemplo: – Me ha surgido un problema en casa y no puedo venir el sábado a trabajar ¿Me
cambias el turno? ¿No te importa verdad? Luego yo hago otro día por ti.

– Pues no puedo confirmarte ahora, déjame que mire si tengo compromisos y te digo algo en
unas horas.

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