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Dios No Cumple Lo Que Promete (Gn. 12.1-3)

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3 de marzo de 2024

Dios no cumple lo que promete (Gn. 12:1-3).

Introducción.

Los que estamos aquí, en ocasiones, solemos llamarnos o somos


conocidos como creyentes. Esto hace referencia a nuestra fe en Dios.
Creemos en Él y en lo que nos ha prometido; pero debemos reconocer que, en
ocasiones, lo que nos promete no encaja con nuestra realidad presente o
con nuestras expectativas. Esto, muchas veces nos lleva a la duda. Más de uno
podría decir, Dios no cumple lo que promete ¿Esto es normal? ¿Es bueno o
malo? ¿Qué debo hacer?

Abraham recibió una promesa de parte de Dios, y dice la Escritura que


Abraham le creyó a Dios, y esto le fue contado por justicia (Gn. 15:6). Debido a
esto, a Abraham se le conoce como el padre de la fe, pero esto no significa
que todo haya sido fácil.

Contenido.
1. Prosperidad (Grande nación, Gn. 12:2).
2. Protección (Yo soy tu escudo, Gn. 15:1).
3. Descendencia (Tu hijo te heredará Gn. 15:4).

Desarrollo.
Abraham recibió esta promesa de parte de Dios: Haré de ti una nación
grande, te bendeciré y engrandeceré tu nombre. También le dijo que su
heredero sería su propio hijo (Gn. 15:4); y también le dijo que Él era su escudo
y que su galardón sería grande (Gn. 15:1).

1. Prosperidad (Grande nación, Gn. 12:2).

Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu


nombre, y serás bendición. 12:2.

Ponte en sus zapatos, Dios le acaba de prometer a Abraham que haría de


él una nación grande; y aunque se refiere más a tamaño que a prosperidad, lo
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uno tenía que ver con lo otro. Es decir, los descendientes de Abraham serían
numerosos, pero también serían prósperos. Es en este último sentido que
quiero que nos enfoquemos.

10
Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto
para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. 12:10.

Dios prometió prosperidad, pero en poco tiempo estaban pasando


hambre ¿Por qué había hambre en aquella tierra? ¿Qué conclusiones podían
sacarse de todo esto? No se indica que Abraham haya consultado a Dios para
ir a Egipto, pero, allí, en Egipto, Abraham mintió sobre su esposa Sara.

Debemos cuidar el tema de la prosperidad, ya que Dios, como nuestro


buen Padre, quiere cosas buenas para sus hijos, pero ¿cuáles son las cosas
buenas? Si preguntáramos allá fuera qué relaciona la gente con prosperidad
¿Qué responderían? [Dinero, posesiones materiales, fama, éxito, etc.]

Dios puede dar prosperidad material a sus hijos, pero también es


posible que el deseo de Dios no incluya para nada la riqueza material, ya
que podría desviarnos o alejarnos de Él; e incluso podría convertirse en un
ídolo en nuestra vida. Por lo que la prosperidad material no debe ser la
búsqueda principal de un hijo de Dios:

8
Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con
esto. 9 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y
lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los
hombres en destrucción y perdición; 10 porque raíz de todos los
males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se
extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
1 Tim. 6:8-10.

La iglesia primitiva, Jesús mismo y sus discípulos, no sabían nada


prosperidad material. No eran prósperos en riquezas y tierras, pero
prosperaban en generosidad, en amor y en comunión. Así se les describe a
muchos de los seguidores de Dios: “Anduvieron de acá para allá cubiertos de
pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; errando por los
desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra" (Heb.
11:37-38).
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Sea la prosperidad que el Señor nos dé, ha de ser con un propósito: “…y
serás bendición…. y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. (vv. 2-3).

2. Protección (Yo soy tu escudo, Gn. 15:1).

Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión,


diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será
sobremanera grande.

Mantengamos en nuestra mente esta promesa de Dios, mientras leemos


los siguientes versículos:

5
También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y
tiendas. 6 Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues
sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo
lugar. 7 Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram
y los pastores del ganado de Lot…. 11 Y se apartaron el uno del
otro. Gn. 13:5-7, 11.

1
Aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, Arioc rey de Elasar,
Quedorlaomer rey de Elam, y Tidal rey de Goim, 2 que estos hicieron
guerra contra Bera rey de Sodoma, contra Birsa rey de Gomorra….
12
Tomaron [prisionero] también a Lot, hijo del hermano de Abram,
que moraba en Sodoma, y sus bienes, y se fueron.
14
Oyó Abram que su pariente estaba prisionero, y armó a sus
criados, los nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y los siguió
hasta Dan. 15 Y cayó sobre ellos de noche, él y sus siervos, y les
atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba al norte de Damasco. 16 Y
recobró todos los bienes, y también a Lot su pariente y sus bienes, y a
las mujeres y demás gente. Gn. 14:1, 12, 14-16.

Existe lo que conocemos como “los atributos de Dios”. Entre ellos


encontramos que Dios es Todopoderoso. Entonces, si el Todopoderoso es tu
escudo y te dice que no temas ¿Qué has de esperar?

Y, sin embargo, Abraham tuvo que ir a la guerra por rescatar a su


sobrino Lot; y también tuvo que enfrentar “problemas familiares”. Dios
promete paz y protección, pero tenemos conflictos y problemas ¿Cómo asimilar
esto?

Mucha gente toma esto como excusa para renegar de Dios. Si dices que
Dios es bueno, poderoso y justo ¿Por qué existe tanta desigualdad, hambre
4|

y guerra en la tierra? ¿Por qué si Dios era el escudo de su pueblo terminaron


cautivos en Babilonia? ¿Por qué en el tiempo de Jesús estaban bajo el dominio
romano? Recordemos otra promesa, en este caso de Jesús a sus discípulos:

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da.


No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Jn. 14:27.

Y luego vemos que Jesús es clavado en una cruz, los discípulos


dispersados; y la iglesia perseguida. Nuevamente, como en el caso anterior,
tenemos una idea equivocada de las promesas de Dios. Primero de todo, hemos
de entender que estamos en un mundo caído, y que entregamos el control del
mismo a Satanás (Jn. 12:31; 2 Co. 4:4).

La protección a la que Dios se refiere tiene que ver con la paz y consuelo
aún en medio de los problemas y desafíos; sin que esto no signifique que ya
nos protege y nos libra de muchas cosas hoy. En todo caso, podemos decir que
esto tendrá un cumplimiento más literal, cuando estemos todos en su presencia.

3. Descendencia (Tu hijo te heredará Gn. 15:2-5).

2
Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que
ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno
Eliezer? 3 Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he
aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. 4 Luego vino
a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará este, sino un hijo
tuyo será el que te heredará. 5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora
los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será
tu descendencia. Gn. 15:2-5.

Dios había hecho una promesa a Abraham difícil de creer. Le prometió


descendencia cuando tenía 75 años y su mujer era estéril; además, era de
edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres (Gn.
18:11) ¿Es que Dios tiene un raro sentido del humor? Bueno es que hasta Sara
se rio (Gn. 18:12) Abraham no entendía lo que Dios le prometía, no tenía
sentido para él, ni para Sara.

Pero Dios tenía una respuesta: “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?”
(18:14), y así fue, Sara, en su vejez y esterilidad dio a luz a Isaac (21:1-3).
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Espiritualizamos esto un poco. Dios ha prometido que su iglesia


permanecerá hasta que Él venga (Flp. 1:6), esto quiere decir que habrá nuevos
convertidos en cada generación…. Hasta que Él vuelva. Si vemos los tiempos
difíciles, la secularización, lo que se aprueba como ley, la verdad es que da
temor y viene la duda. Pero Dios ha prometido descendencia, no temamos ni
dudemos, sembremos y demos buen testimonio, en el tiempo del Señor
segaremos.

Conclusiones y aplicaciones.
I. Dios promete y cumple.
Dios le prometió prosperidad, y, salvo por su pecado, su descendencia
fue próspera; incluso tuvo a David y Salomón, poderosos y prósperos reyes
sobre la tierra.

Dios le prometió ser su escudo, y Dios siempre estuvo por él y por su


pueblo, Sigue estando y seguirá estando con la iglesia, la descendencia
espiritual de Abraham (Gá. 3:7).

Dios le prometió descendencia, y entre su descendencia nació el Cristo.


De entre las promesas de Dios a Abraham, la más maravillosa fue esta: “ Y serán
benditas en ti todas las familias de la tierra” (12:3). Dios cumplió esta
promesa en Jesucristo:
9
Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por
amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su
pobreza fueseis enriquecidos. 2 Co. 2:8-9.

Quedan promesas por cumplirse o por terminarse, pero podemos


estar completamente seguros que Dios siempre cumple.

Lo que Dios nos promete no siempre es lo que deseamos, pero


claramente es lo que realmente necesitamos.

II. Los creyentes dudamos.

11
Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su
mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso
aspecto; 12 y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me
matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. 12:11-12.
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18
Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que has
hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu
mujer? 19 ¿Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en ocasión
de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala,
y vete. 12:18-19 (Hizo algo similar con Abimelec, cf. 20:10-11)

1
Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia,
que se llamaba Agar. 2 Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que
Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva;
quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai. 4 Y él
se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido,
miraba con desprecio a su señora. 16:1-2, 4.

Abraham dudó, mintió y metió la pata con Agar. No busco incriminar


a Abraham, y tampoco busco justificar nuestra duda mentira o metida de pata.
Lo que busco es ese punto intermedio.

Podemos tener momentos de duda, incluso, cometemos metidas de pata;


pero no hemos de quedarnos allí. La duda no puede quedarse
permanentemente en nuestro corazón. Debemos creer a Aquél que es
suficientemente poderoso y fiel para cumplir lo que ha prometido ¿Hay algo
imposible para Dios?

Precisamente en el evangelio de Lucas se responde a esta pregunta (Lc.


1:37); y es maravilloso que esto se encuentra en el contexto del anuncio de
otro nacimiento, el de Jesús, “descendiente” de Abraham en quien se
cumpliría la promesa de bendición a todas las naciones.

III. Abraham, el padre de la fe.


Con todo, sabemos que Abraham es conocido como el padre de la fe,
porque creyó a Dios. A pesar de las circunstancias, a pesar de los reveses, a
pesar de las pocas o nulas probabilidades, que nosotros creamos a Dios.

Y si nos falta fe, hagamos lo que aquel padre del muchacho


endemoniado: “Creo; ayuda mi incredulidad” (Mr. 9:24).

Dios siempre cumple lo que promete. Pero muchas veces quiere que
respondamos de cierta manera; algunas veces habrá que esperar, en otras
habrá que luchar (Dios había prometido Canaán, pero debieron luchar por
ella).
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En resumen, necesitamos estar en comunión cercana con Dios, para


saber qué hacer y qué no hacer; o cuándo hacerlo y cuándo detenernos.
Abraham no vio del todo el cumplimiento de la promesa, Moisés vio de lejos
la tierra prometida. Pero todo lo que Dios promete lo cumple. Hagamos esa
pequeña parte que nos pide que hagamos. Aunque no veamos en vida,
creamos.

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