An. 3 - 240078 - ESP
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SYNODI
Pistas de trabajo
1. De acuerdo con la tarea que le fue encomendada, la Primera Sesión de la XVI Asamblea
General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (octubre de 2023) abordó las cuestiones que emergieron
del Pueblo de Dios durante la fase de consulta y de escucha del Sínodo 2021-2024, con el objetivo
de seguir centrándose en los pasos que “el Espíritu nos invita a dar para crecer como Iglesia sinodal”1.
Los frutos del trabajo de la Primera Sesión se recogen en el Informe de Síntesis (IdS), que los articula
en torno a veinte núcleos, a cada uno de los cuales dedica un capítulo. En cada capítulo, el IdS pone
en evidencia las convergencias, las cuestiones que deben abordarse y las propuestas.
2. Entre los frutos de la Primera Sesión se destaca la aparición de una serie de cuestiones
relevantes concernientes a la vida y a la misión de la Iglesia en una perspectiva sinodal, sobre las que
la Asamblea alcanzó un consenso consistente, casi siempre superior al 90%. Se trata de asuntos que
“requieren ser tratados a nivel de toda la Iglesia y en colaboración con los Dicasterios de la Curia
Romana”2, con plazos adecuados. Estos mantienen una doble conexión con el proceso del Sínodo
2021-2024: por una parte, de hecho, inciden en la fisonomía y el estilo de una Iglesia sinodal; por
otra, su profundización requiere ser llevada a cabo de manera auténticamente sinodal, involucrando
a Expertos de todos los continentes, reforzando la colaboración interdicasterial y configurando así un
laboratorio práctico de sinodalidad. No sólo los temas son importantes, sino cómo se reflexiona,
escuchando juntos la voz del Espíritu Santo. Él es, en efecto, el verdadero maestro de armonía y
comunión, quien descoloca nuestras previsiones y expectativas para crear algo nuevo; es Él quien nos
guía en la misión y sabe lo que en cada época y en cada momento se necesita.
3. En la Carta enviada al Secretario General del Sínodo el 22 de febrero de 2024, el Santo Padre
reunió estas cuestiones en diez puntos, indicándolas como cuestiones que, “por su naturaleza,
requieren ser afrontadas con un estudio en profundidad” por Grupos de Estudio especialmente
constituidos. Los reproducimos a continuación:
1. Algunos aspectos referentes a las relaciones entre las Iglesias orientales católicas y la
Iglesia latina (IdS 6).
1
SECRETARÍA GENERAL DEL SÍNODO, Por una Iglesia sinodal. Comunión, participación, misión. Documento
preparatorio (2021), nº 2.
2
SECRETARÍA GENERAL DEL SINODO, octubre de 2024, 11 de diciembre de 2023.
1
2. La escucha del grito de los pobres (IdS 4 y16).
3. La misión en el espacio digital (IdS 17).
4. La revisión de la Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis en perspectiva sinodal
misionera (IdS 11)
5. Algunas cuestiones teológicas y canónicas en torno a formas ministeriales específicas
(IdS 8 y 9).
6. La revisión, en perspectiva sinodal y misionera, de los documentos sobre las relaciones
entre Obispos, Vida Consagrada, Agregaciones eclesiales (IdS 10).
7. Algunos aspectos de la figura y del ministerio del Obispo (en particular: los criterios de
selección de los candidatos al episcopado, la función judicial del Obispo, la naturaleza y
el desarrollo de las visitas ad limina Apostolorum) en una perspectiva sinodal misionera
(IdS 12 y 13).
8. El rol de los Representantes Pontificios desde una perspectiva sinodal misionera (IdS 13).
9. Criterios teológicos y metodologías sinodales para un discernimiento compartido de
cuestiones doctrinales, pastorales y éticas controvertidas (IdS 15).
10. La recepción de los frutos del camino ecuménico en la praxis eclesial (IdS7).
El Santo Padre ha confiado asimismo a la Secretaría General del Sínodo la tarea de “preparar
el esquema de trabajo que precise el mandato para los Grupos”. En cumplimiento de este mandato, la
Secretaría General presenta a continuación, para cada uno de estos temas, un esquema que indica
brevemente el alcance específico de los temas que se examinarán y los temas prioritarios que se
tratarán.
4. Quedan excluidos de la lista indicada por el Santo Padre, los temas del IdS que serán objeto
de discernimiento en la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los
Obispos (octubre 2024). Según las indicaciones del Documento Hacia octubre de 2024 de la
Secretaría General del Sínodo del 11 de diciembre de 2023, ésta se centrará en “¿Cómo ser una Iglesia
sinodal en misión?” para identificar “formas concretas del compromiso misionero al que estamos
llamados, en el dinamismo entre unidad y diversidad propio de una Iglesia sinodal”. Se abordará así
el tema de la participación, que valoriza “la originalidad de cada bautizado y de cada Iglesia en la
misión única de anunciar al Señor resucitado y su Evangelio al mundo de hoy”, en relación con el
ejercicio de la autoridad, como expresión de comunión al servicio de la misión. En particular, esta
dinámica específica de la Iglesia sinodal se profundizará en su significado teológico, en sus
configuraciones canónicas concretas y en sus modos prácticos de aplicación, en tres niveles: el de
cada Iglesia local, el de las agrupaciones de Iglesias (nacional, regional, continental), el de toda la
Iglesia en la relación entre el primado del Obispo de Roma, la colegialidad episcopal y la sinodalidad.
Respecto a estas temáticas ya se ha puesto en marcha un proceso de consulta a las Iglesias
locales de todo el mundo, cuyas aportaciones servirán de base para la redacción del Instrumentum
laboris de la Segunda Sesión. El documento Hacia octubre de 2024 detalla los pasos y el calendario
de este importante trabajo. No es posible trazar una línea clara de demarcación entre los temas que
abarcan los trabajos de la Segunda Sesión y los incluidos en la lista del punto n° 3; son numerosos
los puntos de contacto, las interconexiones y las superposiciones. La subdivisión responde sobre todo
a criterios de practicidad operativa. Por lo tanto, será esencial que los trabajos en torno a los distintos
ejes se desarrollen de forma coordinada y en la escucha de los resultados obtenidos progresivamente
en los distintos ámbitos.
5. Por esta razón, así como por la doble conexión de los temas de la lista del punto nº 3 con el
proceso del Sínodo 2021-2024, se encomienda a la Secretaría General del Sínodo la tarea de coordinar
2
y animar su profundización, velando en particular por la calidad sinodal del método de trabajo, así
como por el calendario y el modo de composición de los grupos. Para llevar a cabo esta tarea, contará
con la asistencia de la Comisión Teológica Internacional, la Pontificia Comisión Bíblica y de una
Comisión de Derecho Canónico establecida al servicio del Sínodo de acuerdo con el Dicasterio para
los Textos Legislativos, como ya se estableció en la Audiencia del 18 de diciembre de 2023. Los
Dicasterios de la Curia Romana, convocados sobre cada uno de los temas en base a sus competencias
específicas, participarán en la coordinación de los trabajos u ofrecerán su colaboración, dando así
aplicación concreta al artículo 33 de la Constitución Apostólica “Praedicate Evangelium” sobre la
Curia Romana y su servicio a la Iglesia y al Mundo.
6. Los Grupos de Estudio que se constituirán para tratar los diversos temas, procurarán implicar
Obispos y Expertos de las distintas partes del mundo, identificados en función de su competencia y
teniendo cuidado de respetar la variedad de procedencias geográficas, áreas disciplinares, género y
condición eclesial necesaria para un enfoque auténticamente sinodal; recogerán y enriquecerán las
contribuciones existentes sobre los temas que se les asignen; las ideas que aporten deberán basarse
no sólo en el estudio y la investigación, sino también en la consideración de los frutos de la escucha
activa en una diversidad de situaciones pastorales y a partir de las consideraciones de las Iglesias
locales.
Los responsables de la coordinación de cada Grupo de Estudio definirán con mayor precisión
los participantes, la metodología y el calendario de los trabajos de manera adecuada a los temas
tratados y garantizando la adopción de modalidades auténticamente sinodales. Cada Grupo deberá
elaborar un plan de trabajo al inicio y entregar un breve informe con una instrucción sobre el tema
antes del 5 de septiembre de 2024, para que pueda ser presentado en la Segunda Sesión de la
Asamblea sinodal, siguiendo las indicaciones que proporcionará la Secretaría General del Sínodo.
Los Grupos deberán concluir sus trabajos, si es posible, antes de finales de junio de 2025.
7. Además, al servicio del proceso sinodal en un sentido más amplio, la Secretaría General del
Sínodo activará un “Forum permanente” para profundizar los aspectos teológicos, jurídicos,
pastorales, espirituales y comunicativos de la sinodalidad de la Iglesia, también para responder a la
petición de “promover, en lugar oportuno, el trabajo teológico de profundización terminológica y
conceptual de la noción y de la práctica de la sinodalidad” (IdS, 1p). En su trabajo, el “Forum
permanente” también prestará atención a: “clarificar la relación entre sinodalidad y comunión, así
como entre sinodalidad y colegialidad” (IdS 1j); poner de relieve “las múltiples expresiones de la
vida sinodal en contextos culturales en los que la gente está acostumbrada a caminar junta como
comunidad” (1l); estudiar “la contribución que la experiencia de las Iglesias orientales católicas puede
ofrecer a la comprensión y a la práctica de la sinodalidad” (IdS 6d; cf. también 1k); “profundizar en
las diferentes concepciones y prácticas de la sinodalidad en las diversas tradiciones eclesiales de
Oriente y Occidente, en un espíritu de intercambio de dones” (IdS 7g). Se informará sobre la marcha
de los trabajos de este “foro” durante la Segunda Sesión de la Asamblea sinodal.
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1. Algunos aspectos referentes a las relaciones entre las Iglesias orientales
católicas y la Iglesia latina
4
2. La escucha del grito de los pobres
El capítulo 16 del IdS expresa la conciencia de que “es la palabra que mejor expresa la
experiencia más intensa que ha caracterizado los primeros dos años del itinerario sinodal y también
los trabajos de la Asamblea” (IdS 16a), y afirma que “Una Iglesia sinodal no puede renunciar a ser
una Iglesia que escucha, y este compromiso debe traducirse en acciones concretas” (IdS 16n).
La escucha permite a la comunidad cristiana “asumir la actitud de Jesús hacia las personas que
encontraba” (IdS 16d). “A lo largo del proceso sinodal, la Iglesia se ha encontrado con muchas
personas y grupos que quieren ser escuchados y acompañados” (IdS 16e). Cada uno tiene su propia
historia; lo que todos tienen en común es la experiencia de ser víctimas de formas de marginación,
exclusión, abuso u opresión, en situaciones muy diversas y también en la comunidad cristiana. Para
estas personas, recibir una escucha es una experiencia profundamente transformadora de afirmación
y reconocimiento de su dignidad (cf. IdS 4a y 16b). Para la Iglesia, escucharles permite “caer en la
cuenta de su punto de vista y, en concreto, de ponerse a su lado” (IdS 16i). Además, “estar al lado de
los pobres significa empeñarse con ellos también en el cuidado de la Casa común: el grito de la tierra
y el grito de los pobres son el mismo grito” (IdS 4e).
Precisamente por el valor teológico de la escucha, “la Iglesia se pone a la escucha” (IdS 16d).
En concreto, esto sucede gracias a la acción de quienes, a menudo dentro de proyectos, organizaciones
o instituciones, tratan de acompañar a las personas en situación de pobreza. Es fundamental promover
la conciencia de que la escucha y el acompañamiento son una acción eclesial y no una tarea delegada
a unos pocos (cf. IdS 16n).
Se va a crear un Grupo de Estudio para examinar cómo fortalecer la capacidad de la Iglesia para
escuchar, a diferentes niveles y especialmente a nivel local, las diferentes formas de pobreza y
marginalidad. El Grupo de Estudio abordará cuestiones como:
¿De qué instrumentos dispone ya la Iglesia para salir al encuentro de quienes piden ser
escuchados? ¿Qué nuevos instrumentos sería útil introducir?
¿Cómo reforzar el vínculo entre la comunidad cristiana que escucha y quienes trabajan
concretamente al servicio de la caridad, la justicia y el desarrollo integral, para evitar formas de
deslegitimación y de desresponsabilización? ¿Sería útil pensar en la creación de un ministerio de
la escucha y del acompañamiento (cf. IdS 16p)?
¿Cómo conectar mejor en red las iniciativas de acogida y de promoción humana? ¿Cómo
acompañar mejor la escucha con acciones de protección de los “derechos de los pobres y
excluidos, y [...] la denuncia pública de las injusticias” (IdS 4f)?
¿Cómo puede la investigación teológica aprender lo que los pobres tienen que enseñarnos, ya que
“a través de sus propios dolores tienen conciencia directa del Cristo sufriente (cf. Evangelii
gaudium, n. 198)” (IdS 4h)?
¿Con qué medios podemos responder a las necesidades formativas de quienes están directamente
comprometidos en el servicio de la caridad y la promoción de la justicia y el desarrollo humano
integral? ¿Cómo podemos desarrollar una espiritualidad que les apoye?
El Grupo de Estudio estará coordinado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano
Integral junto con la Secretaría General del Sínodo; también participará el Dicasterio para el
Servicio de la Caridad, y se implicarán personas, proyectos, organizaciones y redes relevantes para
las áreas abordadas.
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3. La misión en el entorno digital
El capítulo 17 del IdS constituye el horizonte dentro del cual captar la importancia que tiene
para la Iglesia llevar a cabo la misión de anunciar el Evangelio también en el entorno digital, que
implica todos los aspectos de la vida humana y, por tanto, debe ser reconocido como una cultura y no
sólo como un ámbito de actividad. Sin embargo, a la Iglesia le cuesta reconocer la acción en el entorno
digital como una dimensión crucial de su testimonio en la cultura contemporánea (cf. IdS 17b).
Aunque concierne a todos, la acción en el mundo digital está marcada por una especial atención
al mundo juvenil: muchos jóvenes “han abandonado los espacios físicos de la Iglesia a los que
intentamos invitarlos, y se han quedado en los espacios online” (IdS 17k); al mismo tiempo, “Los
jóvenes, entre ellos los seminaristas, los sacerdotes jóvenes y los jóvenes consagrados y consagradas,
que con frecuencia tienen de ella una experiencia profunda, son los más adecuados para llevar
adelante la misión de la Iglesia en el ambiente digital” (IdS 17d).
Además de animar a las Iglesias locales a estar más atentas al entorno digital (cf. Hacia octubre
de 2024, n. 2), es oportuno crear un Grupo de Estudio para investigar las implicaciones a nivel
teológico, pastoral, espiritual, canónico e identificar los requisitos a nivel estructural, organizativo e
institucional para llevar a cabo la misión digital. Para ello, también será necesario abordar la “cuestión
de los lenguajes que utilizamos para hablar a las mentes y corazones de las personas en una gran
diversidad de contextos, para hacerlo de un modo que resulte accesible y bello” (IdS 5l). El Grupo
trabajará abordando cuestiones como:
¿Qué puede aprender una iglesia sinodal misionera de una mayor inmersión en el entorno digital?
¿Con qué criterios podemos evaluar las numerosas experiencias que han tenido lugar durante la
pandemia, a fin de identificar cuáles pueden ser “los beneficios permanentes para la misión de la
Iglesia en el ambiente digital” (IdS 17j)?
¿Cómo puede integrarse la misión digital de forma más rutinaria en la vida de la Iglesia y en las
estructuras eclesiales, profundizando las implicaciones de la nueva frontera digital misionera para
la renovación de las estructuras parroquiales y diocesanas existentes (cf. IdS 17j)?
¿Qué adaptaciones al entorno digital requiere la noción de jurisdicción? En efecto, “Las
iniciativas apostólicas online tienen un alcance y un radio de acción que se extiende más allá de
los tradicionales confines territoriales. Esto conlleva importantes cuestiones sobre la manera en
que pueden ser reguladas y a qué autoridad eclesiástica competa la vigilancia” (IdS 17h).
El Grupo de Estudio estará coordinado por el Dicasterio para la Comunicación y la Secretaría
General del Sínodo, serán implicados también el Dicasterio para la Cultura y la Educación y el
Dicasterio para la Evangelización. Las personas implicadas en la iniciativa “La Iglesia te escucha”
están disponibles para ofrecer su contribución.
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4. La revisión de la Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis en perspectiva
sinodal misionera
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5. Algunas cuestiones teológicas y canónicas en torno a formas ministeriales
específicas.
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6. La revisión, en una perspectiva sinodal y misionera, de los documentos sobre las
relaciones entre Obispos, Vida Consagrada, Agregaciones eclesiales.
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7. Algunos aspectos de la figura y del ministerio del Obispo (en particular: los
criterios de selección de los candidatos al episcopado, la función judicial del
Obispo, la naturaleza y el desarrollo de las visitas ad limina Apostolorum) en una
perspectiva sinodal misionera
La figura y el rol del Obispo fue uno de los temas centrales de los trabajos de la Primera Sesión
de la Asamblea Sinodal, dada la abundancia de referencias que se encuentran en el Instrumentum
laboris. Esta centralidad emerge también en el IdS, tanto en los capítulos 12 y 13, explícitamente
dedicados al episcopado, como en los demás capítulos cuya temática involucra el rol del Obispo,
como por ejemplo los capítulos 8, 10, 11, 18, 19, 20. La profundización y el examen de muchos
aspectos del ministerio episcopal serán el objeto de los trabajos de la Segunda Sesión.
Estos trabajos se beneficiarán ciertamente de un esfuerzo de preparación y, por otra parte,
probablemente no será posible agotar en la Asamblea todos los aspectos de la figura y del ministerio
del Obispo. De ahí la conveniencia de encomendar el estudio en profundidad de algunos de esos
aspectos a Grupos de Estudio específicos.
Un primer Grupo, coordinado por el Dicasterio para los Obispos y la Secretaría General del
Sínodo, con la participación del Dicasterio para la Evangelización y para las Iglesias Orientales,
abordará temas como:
En una Iglesia sinodal, ¿cuáles son los criterios de selección de los Obispos? (cf. IdS 12l). ¿Cómo
puede o debe entrar la Iglesia local en el proceso de selección: el Pueblo de Dios en todos sus
componentes, los Presbiterios, los órganos de participación y las Conferencias Episcopales?
En esta actividad de selección que implica a diferentes sujetos institucionales, el Nuncio
desempeña un papel delicado, representando la proximidad local de la solicitud universal: ¿cómo
puede crecer su servicio en la implicación de todos los miembros del Pueblo de Dios de las
diócesis interesadas, en una perspectiva auténticamente sinodal y prestando atención para evitar
presiones inadecuadas? (cf. IdS 12l).
¿Cómo pueden las visitas ad limina convertirse en momento e instrumento para el ejercicio de la
colegialidad y la sinodalidad, en la lógica del intercambio de dones al servicio de la comunión?
(cf. IdS 13g).
Un segundo Grupo de Estudio, coordinado por el Dicasterio para los Textos Legislativos y la
Secretaría General del Sínodo, con la participación de los Dicasterios para los Obispos y para la
Evangelización, profundizará en el tema de la función judicial del Obispo, ya planteado por el Motu
proprio Vos estis lux mundi (25 marzo 2023):
¿Cómo promover su ejercicio en una lógica sinodal (cf. IdS 12c), también para abordar la
dificultad, manifestada durante la Primera Sesión, de conciliar en algunos casos el papel de padre
y aquel de juez? (cf. IdS 12i).
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8. El rol de los Representantes Pontificios en una perspectiva sinodal misionera
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9. Criterios teológicos y metodologías sinodales para un discernimiento compartido
sobre las cuestiones doctrinales, pastorales y éticas controvertidas
Sobre la base del debate de la asamblea, la IdS afirma que “Entre las cuestiones sobre las que
es importante continuar reflexionando, está la de la relación entre amor y verdad y las repercusiones
que tiene en otras muchas cuestiones controvertidas” (IdS 15d), reconociendo que “A veces, las
categorías antropológicas que hemos elaborado no son suficientes para acoger la complejidad de los
elementos que emergen de la experiencia y del saber de las ciencias y requieren maduración y un
estudio ulterior” (IdS 15g). Por lo tanto, “Reconocemos la necesidad de proseguir la reflexión eclesial
sobre la mezcla originaria de amor y verdad realizada por Jesús, en vistas a una praxis eclesial que
haga honor a esta inspiración” (IdS 15h), invirtiendo “el tiempo necesario [y] las mejores energías,
sin ceder a juicios simplistas que hieren a las personas y al cuerpo de la Iglesia” (IdS 15g).
En esta perspectiva, la Asamblea formuló la propuesta de “promover iniciativas que permitan
un discernimiento compartido sobre cuestiones doctrinales, pastorales y éticas controvertidas, a la luz
de la Palabra de Dios, de la enseñanza de la Iglesia, de la reflexión teológica y valorando la
experiencia sinodal” (IdS 15k). Asimismo, indica el posible método: “Esto puede realizarse a través
de la profundización entre Expertos de diversas materias, en un contexto institucional que tutele lo
reservado del debate y promueva la exquisitez de la confrontación, dando lugar también, cuando se
vea apropiado, a la voz de las personas directamente afectadas por las controversias mencionadas”
(ibid.) y pide explícitamente que tal itinerario sea “puesto en marcha en vistas a la próxima Sesión
sinodal” (ibid.).
Se puede dar seguimiento a esta petición mediante la formación de un Grupo de Estudio que, a
partir de un enfoque amplio compartido, relea las categorías tradicionales de la antropología,
soteriología y ética teológica con vistas a clarificar mejor la relación entre caridad y verdad, en la
fidelidad a la vida y a la enseñanza de Jesús y, por consiguiente, también entre pastoral y doctrina
(moral). En este trabajo, convendrá articular mejor la relación circular entre doctrina y pastoral: la
primera suele asociarse a la verdad y la segunda a la misericordia, como si las prácticas que parecen
pastoralmente sensatas no tuvieran repercusiones en la sistematización doctrinal. Además, habrá que
preguntarse cómo prestar, en los distintos discernimientos, “una mayor atención a la diversidad de
situaciones y una escucha más atenta de la voz de las Iglesias locales” (IdS 13h).
Teniendo en cuenta la autoridad necesaria para afrontar esta tarea, la dirección de este Grupo
está confiada al Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y al Secretario de la Comisión
Teológica Internacional, con el apoyo de la Secretaría General del Sínodo. La Pontificia Academia
para la Vida está invitada a aportar su contribución.
En este ámbito, quizá más que en otros, urge avanzar hacia una mayor colaboración entre los
Entes que, aunque a título diverso, hablan en nombre de la Santa Sede, con vistas a una mayor
coralidad en sus posiciones. De hecho, las disonancias, y más aún las contraposiciones, corren el
riesgo de fomentar la división y la desorientación en lugar de la confrontación y la reflexión. Un
enfoque sinodal no aspira a la homogeneidad, sino a la armonía.
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10. La recepción de los frutos del camino ecuménico en la praxis eclesial
Que “el camino de la sinodalidad, que la Iglesia católica está recorriendo, es y debe ser
ecuménico, así como el camino ecuménico es sinodal”3 no es sólo un anhelo: el proceso sinodal de la
Iglesia católica está revistiendo un gran significado ecuménico y varias Iglesias y Comunidades
eclesiales han expresado su sincero aprecio por lo que ha tenido lugar. La Primera Sesión estuvo
marcada por dos importantes novedades: fue introducida, y no de manera decorativa, por la vigilia
ecuménica de oración “Together”, a la que asistieron jefes y líderes de las diferentes Iglesias; y los
Delegados Fraternos participaron activamente, con derecho a voz, en el diálogo y el discernimiento
llevados a cabo en los círculos más pequeños y en la plenaria.
Debemos aprovechar las oportunidades que se abren a partir de la riqueza de las convergencias
alcanzadas, en la puntualidad de los temas a tratar indicados en el Capítulo 7 del IdS y en la concreción
de las propuestas allí presentadas. A tal fin, es oportuno constituir un Grupo de Estudio, para abordar
las siguientes cuestiones:
A la luz de los diálogos teológicos y prestando atención a las repercusiones eclesiales concretas,
profundizar en la mutua interdependencia entre sinodalidad y primado en los distintos niveles
eclesiales, con particular referencia al “modo de entender el ministerio petrino al servicio de la
unidad” (IdS 7h) como pedía San Juan Pablo II en la Encíclica Ut unum sint.
Un estudio en profundidad, desde el punto de vista teológico, canónico y pastoral, de la cuestión
de la hospitalidad eucarística (communicatio in sacris), a la luz del vínculo entre comunión
sacramental y eclesial, con particular referencia a la experiencia y al significado ecuménico de las
parejas y familias interconfesionales (cf. IdS 7i).
Una reflexión profunda y abierta “sobre el fenómeno de las comunidades ‘no denominacionales’
o de los movimientos de ‘despertar’ de inspiración cristiana” carismática/pentecostal (IdS 7j).
El Grupo de Estudio estará coordinado conjuntamente por la Secretaría General del Sínodo y
el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
3
PAPA FRANCISCO, Discurso a Su Santidad Mar Awa III Catholicos-Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente, 19 de
noviembre de 2022, citado en XVI ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA DE LA SYNODOX DE LOS OBISPOS,
Instrumentum laboris para la Primera Sesión (octubre de 2023), B 1.4.
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