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Contenidos: 1 Prótesis Sobre Implantes 23.24

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U.T. 1 DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS DE LOS IMPLANTES DENTALES.

OSTEOINTEGRACIÓN Y MATERIALES.

Contenidos

1. Evolución histórica.
2. Características de la anatomía implantológica.
1. 3. Factores condicionantes de la osteointegración.
4. Factores que actúan sobre los implantes:
Cargas estáticas.
Cargas dinámicas.
5. Mecánica y biología de la osteointegración:
Biología del hueso.
Remodelación ósea.
Reacción a cuerpos extraños.
6. Biomateriales para implantes dentales:
Requisitos físicos.
Requisitos mecánicos.
Requisitos químicos.
7. Superficies de los implantes dentales: recubrimiento superficial.
8. Aleaciones empleadas en prótesis sobre implantes:
Características.
Propiedades.

1. Evolución histórica de los implantes dentales

A lo largo de la historia se ha intentado sustituir los dientes perdidos mediante el empleo


de diversos elementos. Así, se han utilizado trasplantes de dientes que procedían de otros
individuos, falanges colocadas en los alveolos e incluso conchas introducidas en dichos
espacios.
La historia de los implantes con forma de raíz data de varios millones de años e incluye
civilizaciones como la china donde, hace 4000 años, tallaban palos de bambú de forma cónica
y los introducían al hueso para sustituciones dentales fijas. Hace 200 años, los egipcios
emplearon metales preciosos con un diseño cónico similar. En Europa se encontró un cráneo
con un diente de metal ferroso insertado al hueso con forma de cono que daba de los tiempos
de Cristo. Los incas de América Central emplearon trozos de concha marina y al igual que los
antiguos chinos, los impactaron dentro del hueso para reemplazar dientes perdidos.
La historia nos muestra que reemplazar un diente por un implante con la forma
aproximada de la raíz ha tenido siempre sentido. En la realidad se ha dado a elegir entre
sustituir un diente perdido por un implante o limar varios dientes adyacentes y conectarlos
con una prótesis para sustituir al diente perdido e intentar dar a esos dientes adyacentes un
aspecto similar previo a su preparación, la elección obvio será el implante.

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No fue hasta el siglo XIX cuando empezaron a emplearse metales colocados en los
alvéolos, empezando por los implantes de oro, platino o plata, pero con pobres resultados,
siendo el problema fundamental encontrar el material más adecuado.
En los años 40 del siglo XX se emplearon implantes subperiósticos de cobalto-cromo-
molibdeno: en los 60 por primera vez se empleó titanio en forma de láminas y en el año 1965
se colocaron por primera vez implantes dentales de titanio con éxito en un paciente.
Branemark, inicio estudios experimentales en 1952 sobre la circulación microscópica
durante la cicatrización de la medula ósea estos estudios llevaron a una aplicación
implantológica dental a principios de la década 1960, en una integración implantológica de
10 años se estableció en pernos sin reacciones adversas significativas en tejidos blandos o
duros los estudios implantológicos en humanos con la filosófica de Branemark empezaron en
1965 con un seguimiento de 10 años y se publicó en 1977. El termino oseointegración,
definido como “la conexión directa estructural y funcional entre el hueso ordenado, vivo y la
superficial del implante cargado”.
Pero no fue hasta el año 1982 cuando se aceptó como primera elección el empleo de
implantes de titanio, ya que este material es totalmente biocompatible con el organismo y el
único capaz de desarrollar respuesta osteointegradora.
Desde entonces los implantes de titanio han sufrido diversas modificaciones respecto a sus
formas (desde en lámina hasta los autorroscables pasando por los impactados), longitudinales,
recubrimientos superficiales o tipos de conexiones; todo ello, junto a los avances
experimentales en el campo de la implantología, ha permitido perfeccionar las técnicas
diagnósticas y quirúrgicas con el objetivo de mejorar la osteointegración.
La odontología ha evolucionado de manera formidable durante 25 años en casi todos los
campos pero, es en el desarrollo de los implantes dentales donde más se ha destacado. Desde
mediados del siglo XX que se ensayan todo tipo de implantes dentales, algunos con más
entusiasmo y esperanza que resultados favorables.
Los últimos avances en implantología dental se han producido en 3 campos:
• El campo de la estética dental: Los nuevos materiales y técnicas nos permiten ubicar los
implantes en los lugares idóneos, para que la prótesis que construyamos sobre ellos tenga el
aspecto más natural y estético posible.
• Los biomateriales dentales en implantología oral: La aparición de nuevos materiales
biológicos nos ayuda a la colocación de implantes en áreas que antes eran impensables.
• Cirugía guiada mínimamente invasiva.

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2. Características de la anatomía implantológica

La Implantología dental contribuye al reemplazo del soporte dental a través de la


colocación de sistemas implantológicos que se integran al hueso (maxilar y/o mandíbula),
permitiendo así la ulterior rehabilitación protésica del paciente. En otras palabras, el uso
de implantes sustituye a los dientes ausentes y es la forma de rehabilitación que más se
asemeja a los dientes naturales, ya que es prácticamente permanente.

2.1. Definición de implante dental

• Se puede definir un implante como la introducción de un elemento no vital en un


sistema biológico vivo (a diferencia del trasplante que introduce o injerta un tejido
vital).
• Es el sustituto artificial de la raíz de un diente perdido, se introduce dentro de los
huesos maxilares, con el objetivo de que pueda servir de soporte para una prótesis
dental.
• Tiene forma generalmente roscada y está fabricado en material biocompatible que no
produce reacción de rechazo permitiendo la unión al hueso.
• El implante es un tornillo realizado en titanio puro y que ha sido sometido a un
tratamiento específico en su superficie para garantizar la osteointegración al hueso. Se
trata de una prótesis biocompatible, para ser implantada en el maxilar.

CLASIFICACIÓN DE LOS IMPLANTES


Macroscópicamente, según el diseño, podemos clasificar los implantes en dos grandes
grupos. Tanto uno como otro cumplen dos propiedades, por un lado, anclan mecánicamente el
implante al hueso y por otro, transfieren las cargas sin provocar reabsorción ósea.
Los dos tipos son:
A. Endoóseos
Cilíndricos: son los más empleados actualmente, presentando una morfología externa
que recuerda a las raíces de los dientes. De este tipo existen dos tipos:
Lisos: presentan una superficie cilíndrica homogénea y se colocan mediante un
mecanismo de presión axial o percusión.
Roscados: (los más utilizados) con espiras propias de tornillo de manera que su
superficie aumenta el área de la superficie de contacto con el hueso. Su colocación se
realiza labrando un lecho mediante unas terrajas o fresas progresivas, según el
diámetro del implante, permitiendo el posterior roscado del mismo.
En lámina: son láminas de titanio con perforaciones que buscan el crecimiento del
hueso de estas. Poseen pilares soldados en los que se anclarán las prótesis. Su principal
aplicación es en pacientes en los que el hueso alveolar es muy escaso para poder colocar un
implante cilíndrico, aunque esta indicación actualmente ha sido sustituida por el empleo de
técnicas de reconstrucción ósea que nos permite colocar implantes cilíndricos con unas tasas
de éxito muy altas.

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B. Subperióstico o yuxtaóseos
Son implantes que se colocan en el periostio (membrana que recubre el hueso) y el
hueso alveolar, y presentan unos pilares a los que se anclan las prótesis.
Un implante subperióstico, tiene una estructura en forma de silla diseñada para encajar
en el hueso alveolar residual (maxilar o mandibular) y aguantar la prótesis. No son anclados
dentro del hueso, sino que se sitúan encima de él, por debajo de la membrana conjuntiva que
envuelve al tejido óseo: el periostio.
Se utilizaron sobre todo en reabsorciones óseas muy severas de hueso maxilar. La
posibilidad de infección y su bajo éxito han hecho que hoy en día se hayan desechado).
PARTES DE UN IMPLANTE
Se componen de:
El cuerpo del implante dental: Se trata del dispositivo del implante en sí mismo el cual
se inserta en el hueso maxilar. Hará la función de raíz y anclará los componentes de la
prótesis. Generalmente tiene aspecto de tornillo.
El pilar: Es la pieza que conecta el cuerpo del implante con la corona. Su función es la
de prolongar el cuerpo del implante sobre los tejidos blandos.
La corona: Es la imitación del diente natural. Se trata de la parte visible del implante y
la que nos otorgará su funcionalidad y la estética.

2.2. Anatomía relacionada con la implantología. Planificación

Antes de hablar de prótesis sobre implantes es importante conocer la anatomía de la


zona donde estos van a estar situados . Porque, aunque el profesional que coloca los
implantes es el odontólogo o cirujano maxilofacial, el protésico muchas veces colabora
indicando u orientando su colocación.
Estructuralmente, el esqueleto consta de unos 206 huesos formados por tejido óseo,
cartílagos, médula ósea y periostio.
Los huesos se clasifican según su forma en largos, cortos, planos e irregulares. También
se pueden clasificar según el tipo de tejido que los componga: el tejido compacto tiene un
aspecto macizo, mientras que el trabecular tiene espacios abiertos parcialmente rellenos.

La unidad básica y funcional del tejido óseo se denomina osteona, compuesta por el
canal de Havers, por donde transcurren los vasos sanguíneos, y, a su alrededor, unos anillos
concéntricos de sustancia fundamental, sales minerales, carbonato cálcico y fosfato cálcico,
que le confieren su característica rigidez, además de fibras colágenas que le proporcionan
fuerza y cierta estabilidad.
Entre los anillos hay unos pequeños huecos que contienen células maduras de hueso,
son los osteocitos, que tienen aspecto estrellado. Las células que generan hueso son los
osteoblastos, los cuales se encuentran en las zonas de crecimiento o de reconstrucción del
hueso. Las células que destruyen hueso son los osteoclastos, células grandes que destruyen la
sustancia intercelular ósea.

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La sustancia intercelular forma la mayor parte del tejido y comprende:
- Una porción orgánica: la osteína con muchas fibras colágenas que proporcionan
estabilidad al hueso.
- Una porción orgánica: fosfato, carbonato y fluoruro de calcio, que aportan rigidez
de hueso.
A la hora de estudiar la anatomía aplicada a implantes es necesario conocer los huesos
con los que se va a trabajar: el maxilar y la mandíbula. Ambos están formados por tejido óseo
compacto y por tejido esponjoso.
A la hora de colocar implantes tenemos que tener en cuenta unas estructuras
anatómicas tanto en el maxilar como en la mandíbula.
La zona implantológica maxilar o zona maxilar superior, si bien hablar de maxilar
superior exclusivamente es erróneo porque, aunque el maxilar es el receptáculo principal de
los implantes osteointegrados, otros huesos tales como el palatino y el esfenoides forman
parte de esa zona implantológica superior.

ZONAS ANATÓMICAS IMPLANTOLÓGICAS SUPERIORES


✓ MAXILAR SUPERIOR
El maxilar superior está situado en craneal a la cavidad bucal, caudal a la cavidad
orbitaria y distal a las fosas nasales. Participa en la formación de las paredes de estas tres
cavidades, detalle que deberá ser tenido en cuenta la hora de realizar la perforación para
colocar los implantes.
El maxilar superior es voluminoso y, sin embargo, ligero debido a la existencia de una
cavidad, el seno maxilar, que ocupa dos tercios del espesor del hueso. La configuración
externa del maxilar superior es muy irregular. No obstante, se puede reconocer en él una
forma cuadrilátera y distinguir dos caras, una externa y otra interna, así como cuatro bordes.
El hueso maxilar es par. Se fusiona en la línea media por la sutura intermaxilar y
constituye el centro del macizo facial superior. Este hueso forma parte de la cavidad bucal, del
paladar óseo, de las fosas orbitarias, de las nasales pterigo-palatinas y de la fosa cigomática.

Se delimitan las tres áreas implantológicas del maxilar superior: anterior, media y posterior.

- Zona anterior : Es la zona comprendida por el grupo anterior, los incisivos y los
caninos. El límite anterior está formado por la sutura intermaxilar; en la cavidad
vestibular de esta zona existe una cortical fina y una estructura anatómica, la
escotadura nasal.
Tras la escotadura y justo por delante de la eminencia canina existe una
depresión, la fosita mirtiforme, que presenta diferentes grados de concavidad, que
se corresponde con las raíces de los incisivos superiores y que sirven de origen
para el músculo de igual nombre.
La cara nasal del maxilar, al articularse, forma la cresta nasal, la cual, en su tercio
anterior, se eleva en forma de cresta incisiva, que se prolonga por la espina nasal
anterior. Es su cara palatina, por detrás de los alvéolos de los centrales superiores,
se encuentra una fosita ovalada (de forma variable), la fosita incisiva. Donde está la
salida de los vasos palatinos anteriores y de los nervios nasopalatinos.
Esta es una buena zona de colocación de implantes.

- Zona media. Es la zona limitada anteriormente por la eminencia del canino y


posteriormente por la cresta cigomático-alveolar. Sería la zona que alberga
premolares y molares.

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La eminencia canina sería una zona noble de hueso para colocar implantes, y
hay que tener en cuenta que justo distal se encuentra una depresión muy marcada,
la fosa canina, que se correspondería con las raíces de los premolares.
Su cara palatina está formada por gran parte de la apófisis palatina del maxilar,
donde existen multitud de pequeños orificios vasculares que facilitan la
vascularización. Es frecuente encontrar en esta zona un accidente, el torus palatino
medio. En la zona palatina también se encuentran dos surcos; el surco palatino
lateral, que alberga el ramo principal de la arteria palatina mayor y se encuentra
más profundo; y el surco palatino interno, por donde discurre el nervio palatino
mayor. Para la colocación de implantes no se puede invadir esos espacios.
En esta zona existe uno de los accidentes anatómicos más limitantes en la
colocación de implantes en la zona del maxilar superior: el seno maxilar o antro de
Highmoro. Está limitado por tres pilares que lo ayudan a soportar las fuerzas de
masticación: el pilar canino (en la parte anterior de la eminencia canina), el pilar
cigomático (en la parte externa de la cresta infratemporal) y el pilar pterigoideo
(entre la apófisis pterigoides y la tuberosidad del maxilar). Dependiendo de su
extensión, el seno puede estar relacionado con la zona posterior.
- Zona posterior: es la zona distal a la cresta cigomática-alveolar, correspondería a la
zona del segundo y tercer molar. Es una zona conflictiva a la hora de colocar los
implantes, pues es convexa y rugosa hacia el palatino y presenta un saliente: la
tuberosidad del maxilar, que se continua con el triángulo retromolar del maxilar que
comienza a reabsorberse en la quinta década de la vida. El tipo de hueso será
esponjoso.

✓ HUESO PALATINO Y ESFENOIDES


Otros dos huesos que participan en esta zona son el palatino, mediante su apófisis piramidal y
el esfenoides, son su apófisis pterigoides.

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ZONAS IMPLANTOLÓGICAS INFERIORES
En estas zonas solo está implicado un hueso, la mandíbula.
La mandíbula es un hueso central, impar, simétrico, situado en la parte anterior e
inferior de la cara. Se articula por arriba con los dos temporales. La mandíbula se divide en:
- Cuerpo: tiene forma de herradura.
- Dos externos laterales: ramas o láminas cuadriláteras.
Existen dos zonas óseas mandibulares:
1. El hueso alveolar: que sustenta los dientes. Su presencia o ausencia depende de
la existencia o no de dientes.
2. El hueso basal: relacionándolo con las inserciones musculares, que, en caso de
grandes reabsorciones, será el hueso remanente.
La mandíbula tiene un trabeculado o hueso esponjoso rodeado por un tejido compacto
grueso. El tejido compacto mandibular es más grueso en la cara lingual de la zona incisiva y
en la vestibular de la zona molar, esta característica marcará la inclinación de los implantes.
Se pueden diferenciar dos zonas implantológicas determinadas por el orificio
mentoniano:
- Zona anterior: delante del orificio mentoniano.
- Zona posterior: detrás del orificio mentoniano.

Zona anterior
Es la zona más noble que quizás exista en implantología, tanto como lecho receptor de
los implantes osteointegrados como zona donante de hueso para la realización de injertos
óseos. Anatómicamente, el mejor hueso donante se encuentra a unos 10 mm de la base
mandibular, ya que es la zona que más tejido esponjoso posee.
En la zona anteroinferior, en su zona media, destaca la sínfisis mentoniana. Sobre la
línea media se encuentra la protuberancia y cerca del borde inferior del hueso, así como en su
parte lateral, el tubérculo. Paralelas a la sínfisis se encuentran las fositas mentonianas. De cada
lado de las fositas parte de la línea oblicua externa que acaba situándose en la rama de la
mandíbula; por encima de ella se encuentran las depresiones y los salientes de los alvéolos
dentarios.
Esta zona anteroinferior es la zona que más tratamientos implantológicos va a recibir.
En la zona lingual aparecen los cuatro salientes (apófisis geni) y una depresión: la fosita
sublingual. Es importante observar tanto la concavidad vestibular como la depresión lingual,
evitando invadir el espacio blando en la zona lingual; también se ha de evitar dejar zonas
expuestas en la cara vestibular.
En el límite posterior existe una estructura limitante, el agujero mentoniano, se suele
decir que está en la zona del segundo premolar, a unos 25 mm de la sínfisis mandibular. En el
niño está más cerca del borde inferior que del borde alveolar; en el adulto se podría decir que
está equidistante, y, en el caso de los edéntulos, podría llegar a estar a nivel oclusal de la
encía. También hay que tener en cuenta que el nervio forma un bucle a este nivel que emerge
por un orificio orientado hacia arriba y hacia atrás de un borde cortante.

Una vez analizada esta zona se puede ver que, aunque se coloquen los implantes en la zona
anterior, si no se tiene cuidado de localizar la salida del mentoniano este se podría lesionar.

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Zona posterior
Parte del orificio mentoniano, lugar de salida del conducto dentario inferior. En esta
zona, lo más representativo a la hora de colocar implantes será la prominencia ósea marcada
en la zona lingual.

En ambas estructuras se produce la reabsorción del hueso cuando se pierden los


dientes o cuando se lleva una prótesis durante largo tiempo, lo que provoca modificaciones de
anatomía que pueden dificultar la colocación de los implantes de manera idónea.
Para determinar la disponibilidad de hueso que presenta un paciente al que se le van a
colocar implantes es necesario:
- Realizar una exploración física exhaustiva, mediante inspección y palpación.
- Estudiar pruebas de imagen: estas pruebas nos permiten conocer con precisión el
estado de las zonas anatómicamente comprometidas, así como conocer el estado de la
osteointegración una vez colocados los implantes. La prueba de imagen elegida
dependerá fundamentalmente de la historia clínica y de la exploración física del
paciente. Destacamos:
Radiografía oral
Ortopantomografía
Tomografía computarizada
PROCESO DE COLOCAR UN IMPLANTE

Tras la exploración física y el estudio de las pruebas de imagen se pueden realizar la


colocación de un implante, cuyo procedimiento está dividido frecuentemente en dos fases.
La mayor parte de las veces se realiza bajo anestesia local, aunque también se puede
realizar bajo anestesia general en casos complejos; en ambos lugares el ambiente es estéril.

- 1ª Fase quirúrgica
Consiste en colocar los implantes en el interior del hueso tras una incisión en la encía.
Los implantes se mantendrán enterrados en el hueso, así como recubiertos por la encía
durante el tiempo de la osteointegración (3-4 meses).
El postoperatorio suele mostrar cierto grado de dolor e inflamación que se trata
mediante la colocación de frío y el empleo de analgésicos-antiinflamatorios.
El periodo postoperatorio suele durar de media 3-4 días, durante los cuales el paciente
deberá seguir una higiene estricta de la boca.
- 2ª Fase quirúrgica. Se inicia tras el proceso de osteointegración.
Consiste en realizar un pequeño ojal en la encía para exponer el cabezal de los
implantes retirando el tornillo de cierre y colocando el tornillo de cicatrización , cuyo
objetivo es alargar el cuerpo del implante sobre los tejidos blandos y favorecer la unión
de la mucosa gingival. Existen implantes con una fase quirúrgica única, al pertenecer el
pilar de cicatrización expuesto en la boca desde la colocación del implante.

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De esta manera se prepara para la siguiente fase de toma de impresiones, con la
obtenemos unos modelos que serán una copia exacta de la situación bucal. Se están
introduciendo en clínica y laboratorio las técnicas asistidas por ordenador (CAD-CAM),
para los cuales en lugar de impresiones puede realizarse un escaneo de la cavidad oral,
así como realizar la impresión tridimensional a partir de la información digital. Una vez
colocadas las prótesis definitivas, el paciente deberá realizar el mantenimiento correcto
de los implantes mediante el seguimiento clínico y radiológico, así como una buena
higiene diaria.
3. Factores condicionantes de la osteointegración

CONCEPTO DE OSTEOINTEGRACIÓN
Los implantes dentales se introducen en el hueso para poder servir del soporte en una
prótesis dental. Para garantizar la estabilidad de la prótesis tiene que producirse la
osteointegración del implante.

La osteointegración se define como la unión directa, estructural y funcional, sin tejido


periodontal alrededor, entre el implante y el hueso alveolar.

La osteointegración es la unión directa, funcional y estructural, sin tejido periodontal


alrededor, entre el implante, es decir se produce crecimiento del hueso y este vive de una
forma íntima con el implante. Se ha observado que al dejar los implantes dentro de los huesos
y no realizar ninguna fuerza durante un tiempo, se consigue la mejor unión del hueso al
implante.
La osteointegración se produce al cabo de 4 u 8 meses. Es más rápida en la mandíbula
y más lenta en el maxilar superior.
La academia Americana de Odontología de implantes definió como “contacto que se
establece sin interface de tejido no óseo entre el hueso remodelado normal y un implante que
ocasiona una transferencia sostenida y la distribución de la carga desde implante hacia dentro
del tejido óseo”.
Cuando esta se ha producido, las células óseas del hueso que rodea al implante dental
insertado, se unen estructural y funcionalmente a este.
El periodo durante el cual los implantes se “integran” al hueso en el que se implantaron
tiene una duración en el maxilar superior de 4 a 6 meses y el maxilar inferior de 3 a 4 meses .
Cuando se colocan implantes hay que dejar pasar unos meses antes de la colocación de
la prótesis definitiva, para no cargar los implantes y prevenir la no osteointegración. Durante
este tiempo, el paciente puede llevar, de forma provisional, una prótesis parcial removible.
Esta prótesis provisional será colocada a los pocos días de haber intervenido al paciente para
colocarle los implantes siempre teniendo en cuenta que no debe hacer presión sobre estos,
para no interferir en el proceso de osteointegración.

Los factores fundamentales para el éxito de la osteointegración son los siguientes:


o Implante de material biocompatible.
o Morfología de implante adecuada.
o Técnica quirúrgica adecuada.
o Tipo y calidad del hueso receptor.

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La osteointegración se divide en tres fases:
o Primera fase: formación del hueso reticular, que ocurre desde el primer día hasta
el mes o mes y medio.
o Segunda fase: adaptación de la masa ósea a la carga (presión que provoca la
prótesis provisional si se coloca), en el segundo mes.
o Tercera fase: adaptación de la estructura ósea a la carga, desde el tercer mes y
durante toda la vida.

OSTEOINTEGRACIÓN Y ESTABILIDAD PRIMARIA DE LOS IMPLANTES DENTALES

La movilidad entre el implante el hueso supone un alto riesgo de fracaso y aspecto


importante del proceso de la osteointegración es el fenómeno de transmisión desde la
estabilidad primaria (física) a la estabilidad secundaria (biológica).
La estabilidad primaria es un prerrequisito para la osteointegración de los implantes
dentales. Se consigue, principalmente, por impactación, es decir colocando un implante dental
ligeramente sobredimensionado en un lecho algo más pequeño. Esto causa una deformación
elástica, microfracturas y, sobre todo, compresión rotura de los vasos, que resulta en necrosis
avascular. El hueso desvitalizado activa el remodelado y, con el tiempo se reemplaza por
hueso vital esponjoso.
La estabilidad secundaria se obtiene cuando los espacios han sido rellenados, el hueso
primario ha madurado y las zonas de contacto entre el hueso cortical y las espiras del
implante se han remodelado.
El remodelado lleva tiempo y va a depender de la diferencia entre la tasa de
reabsorción osteoclástica y la aposición de matriz ósea, por lo que completar una nueva
osteointegración lleva meses. Si la perforación de inserción es más grande que el diámetro del
núcleo, los pequeños espacios persisten. Si los vasos tienen acceso a este espacio, se rellena
con hueso nuevo y el contacto hueso-implante se estable en una o dos semanas.

OSTEOINTEGRACIÓN DINÁMICA
La osteointegración dinámica consiste en que la integración del implante se realiza con
la prótesis ya colocada, en lo que se llama implante de carga inmediata. La idea es que la
osteointegración se va realizando a la vez que el paciente hace su vida normal con la prótesis
definitiva. Tiene la gran ventaja de que todo se puede realizar en una sola sesión, es decir, no
hay que aguardar a colocar la prótesis.
Gracias al proceso de osteointegración dinámica se consigue que las prótesis queden
fijadas perfectamente y que no amenacen con caerse con el paso del tiempo debido a una
mala fijación, ya que es casi como si la prótesis tuviera propia raíz.
El problema es que la osteointegración dinámica, de momento no es tan exitosa como la
tradicional y todavía ocasiona un gran número de rechazos por parte del organismo del
paciente, especialmente en los casos de pacientes fumadores o de personas en avanzada edad
con una estructura ósea debilitada.

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FACTORES DE ÉXITO DE LA OSTEOINTEGRACIÓN

➢ Materiales biocompatibles
Como ya hemos mencionado, el titanio ha demostrado ser un elemento biocompatible,
estable y con una tolerancia por los tejidos blandos muy buena.
Las dos formas en las que se emplea el titanio es el titanio puro y la aleación de titanio.
El puro se puede presentar en diferentes formas, diferenciándose por su composición de
oxígeno.
El titanio presenta unas propiedades físico-químicas-mecánicas adecuadas para el uso
en implantología:
- Fuerza tensional equivalente a la del acero inoxidable
- Su dureza permite soportar cargas elevadas
- Su módulo elástico es muy cercano al del hueso, así tiene menor probabilidad de
movilidad en la interfase oseoimplantaria. De este modo, su deformación será también
parecida ante las cargas oclusales.
- Superficie de alta energía que estimula la osteointegración.

➢ Diseño de implante
Ha habido muchos, pero actualmente se imponen los implantes macizos roscados como
los más adecuados para conseguir una buena estabilidad primaria. De esta manera se
aumenta la superficie de contacto implante-hueso.

➢ Superficie de implante
Podemos clasificar en tres grupos las superficies de implantes:
1. Superficies lisas, son implantes de titanio puro (en desuso) con muy baja unión
hueso-implante.
2. Superficies rugosas que aumentan la superficie de contacto entre implante y el
hueso. Existe osteointegración más rápida, mayor contacto hueso implante y una
unión más resistente.
3. Superficies modificadas: en fase experimental, son de implantación iónica, el
tratamiento con láser y la corriente electro térmica.

➢ Características del hueso


Para conseguir una osteointegración a lo largo es necesario tener una buena altura y
anchura, así como una adecuada densidad y vascularización ósea.

➢ Técnica quirúrgica atraumática


Al crear el lecho implantario se genera una necrosis ósea y para que esta sea mínima y
la osteointegración tenga éxito la temperatura de frenado no debe sobre pasar los 47 C, ya
que, si no se formará una fibrointegración con interposición de tejido fibroso, lo que no es una
auténtica integración, con el consiguiente fracaso del implante.

➢ Existencia de una encía queratinizada


Asegura una buena salud preimplantaria, ya que permite mayor higiene de la zona y
reduce fenómenos inflamatorios.

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PRÓTESIS SOBRE IMPLANTES 23.24
➢ Estado general del paciente

Existen algunas circunstancias en la salud del paciente que no son óptimas para
conseguir una buena osteointegración, entre las que destacan:
- Uso prolongado de corticoides
- Administración reciente de quimioterapia
- Tabaquismo

CIRCUNSTANCIAS QUE PROVOCAN UN FRACASO DE LA OSTEOINTEGRACIÓN


Hay que tener en cuenta que hay cierto porcentaje de implante que no se osteointegran
en los que difícilmente conoceremos la causa, pero si podemos definir los posibles motivos:
- Calentamiento excesivo del hueso durante la preparación de lecho en el hueso.
- Ausencia de estabilidad primaria de implante por mala calidad ósea o carga precoz del
implante
- Sobrecarga del implante
- Existencia de placa bacteriana que da lugar a reacciones inflamatorias que provocan la
pérdida del hueso alrededor del implante.
El fracaso de los implantes puede ser:
Tempano: en los primeros meses, tras la colocación hasta su carga. Y se produce por la
posibilidad de establecer un contacto íntimo entre hueso e implante.
Tardío: se produce tras cargar el implante y se asocia a periimplantitis.

4. Factores que actúan sobre los implantes


Las fuerzas oclusales y las cargas pueden dañar considerablemente los
implantes osteointegrados y las prótesis si no se sigue un tratamiento bien planificado,
que tenga en cuenta las características individuales del paciente.
El estrés es un elemento muy importante que contribuye a aumentar la acción
negativa de las fuerzas oclusales sobre los implantes dentales, ya que la cantidad de
estrés está directamente relacionado con la deformación del implante y del hueso.
Asimismo, las cargas excesivas sobre un implante osteointegrado pueden provocar la
movilidad del soporte e incluso la pérdida del hueso. No obstante, el factor que marca los
perjuicios de las fuerzas oclusales sobre los implantes es su propio tamaño. Las cargas
pueden ser:
▪ Cargas estáticas: son las presiones o tensiones que puede ejercer la prótesis al ser
colocada sobre los implantes, sin intervenir fuerzas oclusales o masticatorias.
▪ Cargas dinámicas: son las fuerzas que generan durante la masticación , en las que
existan los contactos oclusales funcionales y no funcionales.
Las fuerzas aplicadas a los implantes dentales tienen 5 factores que varían el
riesgo y la afectación. Estos factores son la magnitud, la duración, el tipo, la
dirección y el aumento.
a) Magnitud: relativa a la función de la región anatómica donde esté instalado
el implante, así como del estado de la dentición. Por ejemplo, un implante en
el área de los molares tiene más riesgo de ser dañado porque la magnitud
de la fuerza en esa zona es más elevada que el área de los caninos.

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b) Duración de las cargas oclusales : marca también el desgaste de los
implantes. Se calcula que un individuo somete sus dientes a cargas
aproximadamente treinta minutos al día, durante los episodios de deglución
y masticación. Sin embargo, si el paciente padece bruxismo, la cifra se eleva
a varias horas diarias de impactos y, en consecuencia, el riesgo es mayor.
c) Tipos de fuerza: tanto el tipo de fuerza como la resistencia del hueso,
relacionada directamente con su densidad marcan el ritmo de desgaste del
implante. Estos tipos son la compresión, la tensión y el cizallamiento, por
orden de menor a mayor riesgo.
d) Dirección de las cargas: desgasta en diferentes medidas el implante, ya que
el efecto que produce la fuerza depende de en qué ángulo presione.
e) Aumento del estrés: posición y número de los implantes: marcan también la
mayor o menor aplicación de la fuerza.
5. Mecánica de la biología y la osteointegración

Biología del hueso


El hueso es un órgano firme, duro y resistente que forma parte del endoesqueleto de
los vertebrados. Se caracteriza por su rigidez y su gran resistencia tanto a la tracción como a
la compresión.
El tejido óseo está formado por varios componentes:
• Células
Osteoblastos: células que forman el tejido óseo.
Osteocitos: son osteoblastos maduros y con menor actividad
Osteoclastos: destruyen el tejido óseo
• Matriz ósea
Matriz orgánica de fibras de colágeno que proporcionan flexibilidad y resistencia al
tejido.
Componentes minerales inorgánicos, se encuentran sobre y dentro de la matriz
orgánica, fundamentalmente en el fosfato cálcico.
Macroscópicamente podemos diferenciar dos tipos de tejido óseo:
- Esponjoso: reticular que forma cavidades donde se encuentra la médula ósea y está
recubierto por tejido compacto.
- Compacto: sus componentes están muy fusionados y da el aspecto duro y uniforme del
hueso
Respecto a la osteointegración, el hueso esponjoso no es una base estable para la
fijación primaria del implante dental, ya que es de menor densidad y dureza. Únicamente el
hueso compacto proporciona base estable para la osteointegración.

Remodelación ósea
Es un proceso continuo de renovación del hueso mediante la formación y resorción
ósea de manera coordinada; es decir, consiste en la destrucción del hueso por los osteoclastos
y posteriormente los osteoblastos (células productoras de hueso) forman nuevo hueso. Este
proceso, en condiciones normales, está en equilibrio.

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La remodelación ósea está regulada por una serie de factores que se conocen de forma
parcial:
- Factores mecánicos; la inactividad física produce pérdida de masa ósea y las fuerzas de
masticación actúan sobre las células óseas estimuladoras.
- Factores hormonales: calcitonina, PHT, hormonas sexuales, hormonas tiroideas.
- Factores locales: prostaglandinas, factores de necrosis tumoral, interleucinas.

Reacción de cuerpos extraños


Cuando colocamos en el hueso un implante dental, este actúa como un cuerpo extraño
en nuestro organismo.
Dependiendo del material del implante, se produce reacción antígeno-anticuerpo, un
proceso a través del cual el organismo trata de aislar este cuerpo extraño rodeándolo de
tejido de granulación y después de tejido conectivo, es decir, lo intenta aislar del resto del
organismo.
Esta reacción es un mecanismo de defensa y se produce ante la presencia de proteínas
y por ello los implantes que se emplean son de titanio, ya que por sus características físico -
químicas este mecanismo de defensa no se produce, debido a la no existencia de proteínas
por la oxidación de la superficie del implante.
6. Biomateriales para implantes dentales

Los biomateriales son materiales diseñados para ser implantados o incorporados


dentro del organismo con el fin de sustituir los tejidos y sus funciones.
Los biomateriales se implantan con el objeto de reemplazar o restaurar tejidos vivientes
y sus funciones, lo que implica que están expuestos de modo temporal o permanente a fluidos
del cuerpo (aunque en realidad pueden estar localizados fuera del propio cuerpo).
El éxito del biomaterial o de un implante depende de tres factores principales:
propiedades del implante, condiciones de salud el receptor y habilidad del cirujano que realiza
el implante.
Los requisitos de un biomaterial son:
- Biocompatible, debe ser aceptado por el receptor y no provocar que desarrolle
sistemas de rechazo ante la presencia del biomaterial.
- No ser tóxico ni carcinógeno.
- Ser químicamente estable (no presentar degradación en el tiempo) e inerte.
- Ofrecer resistencia mecánica adecuada.
- Tener tiempo de fatiga adecuado.
- Densidad y peso adecuados.
- Tener un diseño de ingeniería perfecto: tamaño y forma de implante adecuados.
- Ser barato, reproducible y fácil de fabricar y procesar, para su reproducción a gran
escala.

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Clásicamente los biomateriales se dividen en cuatro grupos: polímeros, metales,
cerámicos y naturales.

Se han utilizado infinidad de materiales para buscar la unión con el hueso a lo largo de
todo el siglo XX. Se han empleado el carbono, la mezcla de carbono y silicio , las cerámicas
(albúmina, hidroxiapatita, fosfato tricálcico), los polímeros y los metales.
Los metales son los materiales históricamente más utilizados para conseguir implantes
dentales, se han empleado aleaciones de oro, acero inoxidable, cromo-cobalto y tantalio.
Durante la década de los 60 el DR Branemark descubrió casi por casualidad que el
titanio se adhería firmemente y sus investigaciones dieron como resultado el concepto de
osteointegración, la cual se define como la conexión íntima, directa, funcional y mantenida en
el tiempo entre hueso y un implante sometido o no a carga.
Solo el titanio es capaz de desarrollar la respuesta osteointegradora. Esto se debe a
dos propiedades fundamentales que hacen que el titanio sea un elemento único: presenta alta
energía superficial y ser muy resistente a la corrosión gracias a la estabilidad de óxido .
Se han empezado a utilizar implantes de zirconio, pero todavía no existen estudios a
largo plazo que garanticen el uso ilimitado de dichos implantes.

MATERIALES METÁLICOS
Los materiales metálicos comprenden la mayor parte de la tabla periódica de los
elementos y se separan de los no metálicos por una línea diagonal entre el boro y el polonio.
Poseen alta densidad y son sólidos en temperaturas normales (excepto mercurio); sus sales
forman iones electropositivos (cationes) en disolución.
Los metales poseen ciertas propiedades físicas características, entre las cuales está la
de ser conductores de calor y de la electricidad. La mayoría de ellos son de color grisáceo,
pero algunos presentan colores distintos; por ejemplo, el bismuto (Bi) es rosáceo; el cobre
(Cu), rojizo y el oro (Au), amarillo. En otros metales aparece más de un color; este fenómeno se
denomina policromismo.
Los metales son maleables, dúctiles y tenaces; además, presentan resistencia mecánica
o capacidad para resistir el esfuerzo de tracción, compresión, torsión y flexión sin deformarse
o romperse.
Los metales más usados son: oro, níquel, cobalto, cromo, aluminio, titanio, hierro,
paladio, platino, plata, osmio, cobre, cinc, indio, berilio y estaño.

A la hora de seleccionar el metal para un implante, es importante evitar situaciones de


toxicidad y rechazo por parte del paciente.

El titanio es el metal más empleado para implantes por su alta estabilidad química y
buenas propiedades de biocompatibilidad. Mecánicamente, su dureza le permite soportar
elevadas cargas oclusales producidas durante la masticación, y su módulo elástico es muy
parecido al del hueso.
Los implantes pueden ser fabricados con titanio puro, titanio en aleación de aluminio o
vanadio. Este material permite la osteointegración del implante. El titanio se usa en gran
variedad de campos debido a sus excelentes propiedades físicas (resistente a la corrosión y
biocompatible).

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El titanio cumple con todos los requisitos de un material dental y se pueden emplear en
fabricación de coronas, prótesis parciales fijas y prótesis parciales removibles.
Desafortunadamente, y por muchas razones, el titanio no puede ser revestido por porcelana
feldespática convencional.

MATERIAL CERÁMICO
Las bio-cerámicas son un subtipo importante de material biocompatible. Son materiales
cerámicos biocompatibles que están específicamente diseñados para ser utilizados en la
fabricación de implante quirúrgicos, prótesis y órganos artificiales.
Se clasifican en dos tipos:
1. Bioactivas: poseen reactividad con el tejido vivo.
2. Bio-inertes: no se unen química o biológicamente con el tejido, por tanto, el organismo
no las puede absorber y, por consiguiente, no producen ninguna alergia ni reacción
secundaria. Son totalmente biocompatibles y resistentes a la corrosión, y no son
tóxicas. Son:
- Alúmina
- Circonio

MATERIALES POLIMÉRICOS
Materiales con gran resistencia que se emplean principalmente en cirugía plástica e
implantes ortopédicos, se usan poco en implantes dentales. Destacan polietileno, polivinilo y
el metacrilato.
El metacrilato presenta un monómero residual que ejerce un efecto destructor sobre los
tejidos que lo rodean y provoca una degradación tisular. El polietileno se utiliza en
restauraciones cráneo faciales.
MATERIALES COMPUESTOS
Pueden ser
1. Aleaciones: son la mezcla de dos o más metales o de un metal y ciertos no
metales. En odontología, las aleaciones contienen, por lo menos, cuatro metales
y, muchas veces, seis o más.
2. Composites: materiales de obturación del color de los dientes, elaborados a
base de resina reforzada con partículas de sílice o de porcelana.

7. Superficies de los implantes dentales: recubrimiento superficial

Las modificaciones en las superficies de los implantes tienen como fin aumentar el área
de contacto e integración entre el implante y el hueso, generando el anclaje biomecánico. Se
han desarrollado diferentes tipos de superficies mediante diversas tecnologías, que se
exponen a continuación.
7.1. Mecanizadas o maquinadas
Superficie lisa, con una rugosidad de 0,53-0,96 micras dependiendo de los
protocolos de fabricación, el grado de material y la forma y afiliado de las herramientas
de corte.

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7.2. Texturizadas
POR ADICIÓN
Implantes con recubrimiento de plasma de titanio
El rociado con gotas de titanio fundido, obtenidas al introducir hidróxido de
titanio en un chorro de gas argón a elevada temperatura sobre un núcleo metálico para
formar una capa de recubrimiento, es otro de los métodos comunes para la
modificación superficial de los implantes. Este gas inerte se descompone de iones y
electrones en un estado que se conoce como plasma y se proyecta sobre la superficie
del implante con una alta energía cinética y térmica, soltándose íntimamente a la
misma.
Implantes con recubrimiento de hidroxiapatita
Los recubrimientos con HA de los implantes dentales son aplicados mediante
proceso modificado de rociado y deposición de partículas de polvo de HA derretidas,
que salpican rápidamente sobre el sustrato metálico de menor temperatura. Se trata de
superficie rugosa.

POR SUSTRACCIÓN : Se consigue un incremento en la adhesión celular con una mayor y


más rápida unión hueso-implante y una mejor eficacia clínica.
Arenado y chorreado
El arenado con partículas de diferentes diámetros es un método utilizado para
alterar y modificar la superficie del implante, que es bombardeada con partículas de
óxido de aluminio (AL2O3), óxido de sílice, óxido de titanio o fosfato cálcico y por
abrasión se produce una superficie rugosa de fisuras y depresiones irregulares.
Grabado ácido
Consiste en sumergir el implante metálico en una solución ácida mixta de ácido
clorhídrico y ácido sulfúrico, la cual erosiona su superficie creando fisuras de
dimensiones y formas específicas. Se ha demostrado una elevada tasa de éxito y el
mayor grado de contacto implante hueso.
Técnicas combinadas
Implantes con chorreado y grabado ácido.
Tecnología láser
Mejoran el sellado en el cuello del implante
Las superficies actuales de los implantes presentan una topografía rugosa de
escala micrométrica; las de nivel nanométrico presentarían un incremento en la
superficie del implante y un índice de rugosidad más pequeño que podría mejorar la
respuesta biológica.
8. Aleaciones empleadas en prótesis sobre implantes

Una aleación es la fusión de dos o más ramas de metales en fase líquida que al
solidificar resulta de un metal macroscópicamente homogéneo y mejora las propiedades de
los metales puros que, combinados, originan dicha aleación.
Las propiedades y características de las aleaciones vienen establecidas por las
diferentes normas internacionales:
- Ser resistentes a la corrosión
- Tener propiedades mecánicas adecuadas para la aplicación específica.
- Ser resistentes a la fatiga para las aplicaciones de cargas.

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Las aleaciones contienen dos o más elementos base a los que se incorporan otros metales
para mejorar sus propiedades, además de optimizar el tamaño del grano durante el
enfriamiento y aumentar el poder anticorrosivo de la aleación en estado sólido.
Los metales considerados nobles son oro, platino, paladio, rodio, osmio y rutenio.
8.1. Aleaciones nobles altas
Tienen un % en peso de metales nobles igual o superior al 60% y de oro igual o superior
al 40%. Comprenden aleaciones de oro puro: oro-platino-paladio, oro-platino, oro-paladio-
plata y oro-paladio.
- Ventajas: potencial de unirse a la porcelana.
- Desventajas: alto coste económico y el color del oro inaceptable en el sector anterior.
8.2. Aleaciones nobles
Tienen un % metal noble igual o superior al 25 %. Son aleaciones base de paladio: plata -
paladio, paladio-cobre, paladio-cobalto, paladio-galio-plata, paladio-plata-galio-oro y oro-
cobre-paladio-indio.
- Ventajas: relativa economía y menores propiedades mecánicas. Se usan para prótesis
de mucha estética y las subestructuras metálicas más delicadas.
- Desventajas: la plata se oxida fácilmente.
8.3. Aleaciones de predominio de metal base
Su contenido en metal noble es inferior al 25%. Se incluyen las de titanio, níquel -cromo y
cobalto-cromo.
- Ventajas: económicas, resistentes a la corrosión, mayor densidad, alto módulo
elasticidad, gran dureza, resistencia a la pigmentación en comparación con las
aleaciones de oro.
- Desventajas: difíciles de ajustar intraoral mente. Existe posible toxicidad del Berilio y
potencial alérgeno del níquel.
Las aleaciones más frecuentes son:
Aleaciones cobalto cromo
La primera empleada en odontología, compuestas principalmente de cobalto (35-65%)
y cromo (20%-30%), con cantidades variables de otros elementos como molibdeno, carbono,
tungsteno, berilio, silicio, hierro y manganeso.
Aleaciones de titanio
El titanio es un metal reactivo que aparece en la naturaleza como rutilo de titanio (óxido de
titanio) o de ilmenita (FeTiO3). El titanio comercialmente puro es el empleado con mayor
frecuencia para la confección de prótesis, incorpora además cantidades mínimas de
nitrógeno, hidrógeno, oxígeno, hierro y carbono durante los procedimientos de purificación
que modifican las propiedades físico-químicas del titanio. Estas modificaciones según la
proporción de oxígeno hacen que diferenciemos cuatro tipos o grados de titanio según la
ASTM:
- Titanio puro grado I para barras obre implantes
- Titanio puro II para restauraciones fijas sometidas a pequeña carga, cofias de coronas
individuales y puentes de pequeña extensión mecanizados.
- Titanio puro grado IV para parciales removibles sometidas a cargas mayor.

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