ENSAYO #03 - Violencia Familiar y Social
ENSAYO #03 - Violencia Familiar y Social
ENSAYO #03 - Violencia Familiar y Social
CURSO
Psicología Médica
DOCENTE ENCARGADO
INTEGRANTES
Este fenómeno no solo tiene consecuencias inmediatas sobre la salud física y mental de las
personas afectadas, sino que también tiene un impacto de largo alcance en el desarrollo y
bienestar de los niños expuestos a estos entornos, perpetuando así el ciclo de violencia a
través de generaciones. (1)
En abril de 2023, la tasa de violencia familiar a nivel mundial seguía siendo un grave
problema de salud pública, aunque las estadísticas específicas pueden variar debido a la
heterogeneidad en la recopilación y reporte de datos entre distintos países y regiones. La
violencia familiar, que abarca el abuso físico, sexual, psicológico y económico dentro de las
relaciones íntimas y familiares, afecta a millones de personas en todo el mundo, siendo las
mujeres y los niños las víctimas más comunes. (1-2)
Incidencia
La incidencia de violencia intrafamiliar varía significativamente en todo el mundo debido a
factores culturales, sociales, económicos y legales. Es difícil proporcionar una cifra exacta
global, ya que muchas formas de violencia intrafamiliar pueden no ser reportadas o
documentadas adecuadamente. Sin embargo, la violencia intrafamiliar es un problema
grave y extendido en muchas sociedades.
Según las agencias de las Naciones Unidas, 736 millones de mujeres han sufrido violencia
a manos de una pareja o por otras personas y una de cada cuatro jóvenes de entre 15 y 24
años que ha tenido alguna relación íntima lo habrá padecido al llegar a los 25. Lo más
alarmante es que el fenómeno no ha retrocedido en los últimos diez años y, peor aún, que
se ha exacerbado durante los confinamientos ordenados por la pandemia de COVID-19.
Las mujeres de los países de renta baja y baja media padecen la violencia de género de
manera desproporcionada.
La OMS estima que el 37% de las mujeres de los países más pobres han sido objeto de
violencia física o sexual por parte de una pareja en algún momento de su vida, y en algunos
de estos países la incidencia alcanza a una de cada dos mujeres.
De acuerdo con el estudio, Oceanía, Asia meridional y África subsahariana son las regiones
con mayor prevalencia de este lastre entre las mujeres de 15 a 49 años, con índices entre
33% y 51%. Europa, Asia central y el sureste asiático registran las tasas más bajas, con
indicadores que van de 16% a 21%. América Latina y el Caribe registra un 25%. El grupo
etario con mayores tasas de violencia reciente comprende a las jóvenes entre 15 y 24 años.
Causas y factores
● Los niños que crecen en un ambiente de violencia intrafamiliar pueden sufrir graves
trastornos en su desarrollo emocional, cognitivo y social. Pueden presentar
problemas de conducta, dificultades en el aprendizaje, baja autoestima y un mayor
riesgo de involucrarse en comportamientos violentos en el futuro.
● Ciclo de la Violencia: Las personas que son víctimas de violencia intrafamiliar tienen
un mayor riesgo de perpetuar este ciclo de violencia en generaciones futuras, ya sea
como agresores o como víctimas, lo que perpetúa el problema y sus consecuencias
en la salud pública.
Cultura de la violencia
Machismo
Castañeda describe el machismo como creencias, actitudes y comportamientos que
están estrechamente ligados a la idea de la superioridad de los hombres en áreas
consideradas importantes para su masculinidad. (5)
El tema del machismo está profundamente arraigado en la sociedad peruana,
todavía considerada machista, existen creencias de que el hombre es el pilar del
hogar, al que se debe todo respeto y admiración, y cuyas conductas violentas se
aceptan con una justificación típica en nuestro país como ‘pegar o matar’. Los
hombres también desean libertad para una vida con compromisos emocionales
mínimos, buscando parejas casuales fuera del matrimonio, lo que provoca celos y
conflictos que pueden conducir a situaciones violentas. De manera similar, la figura
femenina es vista como la mujer genuina, una madre dedicada a sus hijos, que cuida
del hogar, atiende a su marido y que son incapaces de tomar decisiones, salir solas,
iniciar negocios, trabajar o manejar asuntos importantes dentro del hogar. (7)
Diferencias generacionales
Los niños, niñas y adolescentes tienen una comprensión amplia de sus derechos,
pues expresan explícitamente su derecho a la vida, la educación, la salud, la
recreación, la identidad y la nutrición. Conocen sus derechos en escuelas o colegios,
reconociendo que tienen derecho a beneficios brindados por la sociedad y el Estado.
Además, son conscientes de que pueden denunciar cualquier vulneración de sus
derechos. Sin embargo, la situación es diferente para las mujeres mayores, que no
conocen sus derechos. Muchos de ellas admiten que no han contemplado sus
derechos ni saben cómo hacerlos valer. Sin embargo, están familiarizadas con
organizaciones que pueden ayudarlas con problemas de violencia doméstica, como
la Demuna y el Centro de Emergencia para Mujeres. (8)
Contextos socioculturales
● Roles de género
Los estereotipos y roles expuestos para cada sexo influyen de manera directa
durante el crecimiento tanto de la mujer como del hombre, dependiendo del
ambiente en el que se desarrolla, los valores que le han sido inculcados desde la
infancia definirán su personalidad y actitud en su vida adulta.(10)
● Estrés socioeconómico
Las tensiones económicas y sociales, como el desempleo, la pobreza y la falta de
recursos, pueden aumentar la probabilidad de violencia intrafamiliar. El estrés
financiero y las dificultades para satisfacer las necesidades básicas pueden generar
conflictos en el hogar que pueden desembocar en violencia.
● Exposición a la violencia
La violencia se genera de manera desagregada, a partir de los contextos en
donde un adolescente se puede encontrar expuesto a situaciones de violencia, tales
como en la comunidad, en el hogar, en la televisión y/o en la escuela.(11)
Para las personas que han sido testigos de violencia o han sido las víctimas de la
violencia, sobre todo en la infancia, los hace más propensos a seguir con estos
patrones de conductas en sus relaciones familiares, volviéndose un ciclo, a menos
que alguien corte esa conducta y ya no la transmita. También hay que tener en
cuenta que no solo la violencia se puede observar directamente en nuestro entorno
como familia o escuela, sino en los diferentes medios de comunicación, que por
descuido dejamos que los niños observen televisión, redes sociales sin ningun
control y no le prestamos atención al contenido que ven los niños en donde puede
haber diferentes formas de violencia expuesta en esos medios.
Conclusión
Esta problemática está influenciada por múltiples factores de riesgo, que incluyen
desigualdades económicas, educativas, y de género, abuso de sustancias, antecedentes
familiares de violencia, y normas sociales y culturales que perpetúan la discriminación y la
violencia. Además, abordar la violencia intrafamiliar requiere intervenciones
multidisciplinarias que incluyen la prevención primaria (educación y cambio de normas
sociales), la protección y apoyo a las víctimas, y la persecución y rehabilitación de los
agresores, ya que la violencia intrafamiliar representa un desafío multifacético para la salud
pública que requiere un enfoque coordinado entre los sistemas de salud, justicia, educación
y apoyo social. La inversión en prevención, la protección efectiva de las víctimas, y la
promoción de una cultura de respeto y no violencia son esenciales para mitigar este grave
problema de salud. Las políticas y programas eficaces deben estar informados por
evidencia y adaptados culturalmente para ser efectivos en contextos locales específicos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS