Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Clisdesol

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 3

PÁG 5 CUADERNILLO SECU5 4TO B

Final
Solo, desolado, como si dejase en las sombras la mitad de si mismo, Orfeo vuelve a la superficie de la
tierra. Ya nada podrá hacerlo sonreír. Su canto se hace triste para siempre, de una tristeza infinita,
como si el poeta estuviera sólo esperando el momento de la muerte para volver a ver a su amada.

Dicen que mucho después, tras haber errado por toda ​Tracia ​para liberarse de su desesperación, y
después de haber fundado su religión, Orfeo perdió la vida de manera extraña. Las Bacantes
enamoradas del poeta intentaron seducirlo. Y él, negándose a ellas en nombre del recuerdo de
Eurídice, trató de escapar por el bosque. Pero las mujeres tracias lo siguieron y consiguieron
atraparlo. Furiosas, le despedazaron las ropas y le rasgaron la carne. Su cabeza, sin embargo, erró por
las aguas dejando todavía oír su voz, y donde se posó se erigió un santuario.

Hecho pedazos el cuerpo del poeta, su alma al fin libre pudo partir a los Infiernos. Y allí unido a
Eurídice, deambula por las melancólicas praderas y bosquecillos del reino de ​Plutón​, cantando al
amor, más y más grande que la muerte.

SEMANA 3
"Ajedrez I" y "Ajedrez II"

En sus textos "Ajedrez I" y "Ajedrez II" Jorge Luis Borges compara al mundo con uno ( o varios) tableros
de ajedrez. Compara a la humanidad con las piezas y al jugador lo convierte en una suerte de Dios. Te
invito a ver y oír ambos poemas utilizando este link:
https://m.youtube.com/watch?v=FFnDiTX7Ghk
Preguntas a responder:
1- ¿ Pertenecen estos textos a la cosmovisión mítica? ¿Por qué
2- Escribí aquellas palabras del texto que asociaste a la cosmovisión
3- ¿Qué características del tablero de ajedrez le transfiere Borges al mundo al compararlos 4 Explica
con tus palabras el significado de los últimos versos del poema.

SEMANA 4
"El clis de Sol"
Buen miércoles, chicos. Esta semana volvemos a pensar la cosmovisión mítica. El cuento que les dejo
explica un fenómeno natural de manera mítica. La actividad es simple:

1-​ ​Identificar el fenómeno natural al que se refiere el cuento.

2-​ ¿​ Cuál es el personaje que muestra con mayor claridad la mirada mítica

3- ​Buscar un texto que explique el mismo fenómeno natural (el clis), pero que no pertenezca a esta
cosmovisión.
PÁG 6 CUADERNILLO SECU5 4TO B

El clis de sol [Cuento - Texto completo.] Manuel González Zeledón

No es cuento, es una historia que sale de mi pluma como ha ido brotando de los labios de ñor Cornelio
Cacheda, que es un buen amigo de tantos como tengo por esos campos de Dios. Me la refirió hará
cinco meses, y tanto me sorprendió la maravilla que juzgo una acción criminal el no comunicarla para
que los sabios y los observadores estudien el caso con el detenimiento que se merece.

Podría tal vez entrar en un análisis serio del asunto, pero me reservo para cuando haya oído las
opiniones de mis lectores. Va, pues, monda y lironda, la consabida maravilla.

Nor Cornelio vino a verme y trajo consigo un par de niñas de dos años y medio de edad, como nacidas
de una sola “camada” como él dice, llamadas María de los Dolores y María del Pilar, ambas rubias como
una espiga, blancas y rosadas como durazno maduro y lindas como si fueran “imágenes”, según la
expresión de ñor Cornelio. Contrastaban la belleza infantil de las gemelas con la sincera incorrección de
los rasgos fisionómicos de ñor Cornelio, feo si los hay, moreno subido y tosco hasta lo sucio de las
uñas y lo rajado de los talones. Naturalmente se me ocurrió en el acto preguntarle por el progenitor feliz
de aquel par de boquirrubias. El viejo se chilló de orgullo, retorció la jetaza de pejibaye rayado, se limpió
las babas con el revés de la peluda mano y contestó:

—¡Pos yo soy el tata, más que sea feo el decilo! No se parecen a yo, pero es que la mama no es tan pior,
y pal gran poder de mi Dios no hay nada imposible.

—Pero dígame, ñor Cornelio, ¿su mujer es rubia, o alguno de los abuelos era así como las chiquitas?

—No, ñor; en toda la familia no ha habido ninguna gata ni canela; todos hemos sido acholaos.

—Y entonces, ¿cómo se explica usted que las niñas hayan nacido con ese pelo y esos colores?

El viejo soltó una estrepitosa carcajada, se enjarró y me lanzó una mirada de soberano desdén.

—¿De qué se ríe, ñor Cornelio?

—¿Pos no había de rirme, don Magón, cuando veo que un probe inorante como yo, un campiruso pión,
sabe más que un hombre como usté que todos dicen que es tan sabido, tan leído y que hasta hace
leyes onde el presidente con los menistros?

—A ver, explíqueme eso.

—Hora verá lo que jue.

Nor Cornelio sacó de las alforjas un buen pedazo de sobado, dio un trozo a cada chiquilla, arrimó un
taburete, en el que se dejó caer satisfecho de su próximo triunfo, se sonó estrepitosamente las narices,
tapando cada una de las ventanas con el índice respectivo, restregó con la planta de la pataza derecha
limpiando el piso, se enjugó con el revés de la chaqueta y principió su explicación en estos términos:

—Usté sabe que hora en marzo hizo tres años que hubo un clis de sol en que se oscureció el sol en todo
el medio; bueno, pues, como unos veinte días antes Lina, mi mujer, salió habelitada de esas chiquillas.
Dende ese entonces le cogió un desasosiego tan grande que aquello era cajeta: no había cómo atajala,
se salía de la casa de día y de noche, siempre ispiando pal cielo; se iba al solar, a la quebrada, al
charralillo del cerco, y siempre con aquel capricho y aquel mal que no había descanso ni
PÁG 7 CUADERNILLO SECU5 4TO B

más remedio que dejala a gusto. Ella había sido siempre muy antojada en todos los partos. Vea, cuando
nació el mayor jue lo mesmo; con que una noche me dispertó tarde de la noche y m’izo ir a buscarle
cojoyos de cirgüelo macho. Pior era que juera a nacer la criatura con la boca abierta. Le truje los
cojoyos; en después otros antojos, pero nunca la llegué a ver tan desasosegada como con estas
chiquitas. Pos hora verá, como le iba diciendo, le cogió por ver pal cielo día y noche y el día del clis de
sol, que estaba yo en el breñalillo del cerco dende bueno mañana.

“Pa no cansalo con el cuento, así siguió hasta que nacieron las muchachitas estas. No le niego que a yo
se me hizo cuesta arriba el velas tan canelas y tan gatas, pero dende entonces parece que hubieran
traído la bendición de Dios. La mestra me las quiere y les cuece la ropa, el político les da sus cincos, el
cura me las pide pa paralas con naguas de puros linoses y antejuelas en el altar pal Corpus, y pa los
días de la Semana Santa las sacan en la procesión arrimadas al Nazareno y al Santo Sepulcro, pa la
Nochebuena las mudan con muy bonitos vestidos y las ponen en el portal junto a las Tres Divinas. Y
todos los costos son de bolsa de los mantenedores, y siempre les dan su medio escudo, gu bien su
papel de a peso, gu otra buena regalía. ¡Bendito sea mi Dios que las jue a sacar pa su servicio de un tata
tan feo como yo…! Lina hasta que está culeca con sus chiquillas, y dionde que aguanta que no se las
alabanceen. Ya ha tenido sus buenos pleitos con curtidas del vecindario por las malvadas gatas.”

Interrumpí a ñor Cornelio temeroso de que el panegírico no tuviera fin, y lo hice volver al carril
abandonado.

—Bien, ¿pero idiái?

—¿Idiái qué? ¿Pos no ve que jue por ber ispiao la mama el clis de sol por lo que son canelas? ¿Usté no
sabía eso?

—No lo sabía, y me sorprende que usted lo hubiera adivinado sin tener ninguna instrucción.

—Pa qué engañalo, don Magón. Yo no juí el que adevinó el busiles. ¿Usté conoce a un mestro italiano
que hizo la torre de la iglesia de la villa? ¿Un hombre gato, pelo colorao, muy blanco y muy macizo que
come en casa dende hace cuatro años?

—No, ñor Cornelio.

—Pos él jue el que me explicó la cosa del clis de sol.

También podría gustarte