Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Polo Barrenechea Alessandra

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 36

Universidad de Lima

Escuela de Posgrado

Maestría en Derecho Empresarial

EL IMPACTO DE LA LEY DE PROTECCIÓN


DE DATOS PERSONALES EN EL
CONTRATO DE HOSTING
Trabajo de investigación para optar el Grado Académico de Maestro en

Derecho Empresarial

Alessandra Polo Barrenechea

Código 20101797

Asesor

Carmen Velarde Koechlin

Lima - Perú

2020

i
“La vida no se trata de hacer cosas por uno
mismo. Existe una manera de vivir en la que la felicidad
de otros también pueda hacerte feliz”
Reki Kawahara

ii
EL IMPACTO DE LA LEY DE PROTECCIÓN
DE DATOS PERSONALES EN EL
CONTRATO DE HOSTING

iii
RESUMEN

El presente trabajo de investigación tiene como finalidad dar a conocer la importancia de


contar con una nueva regulación en Ley de Datos Personales y su Reglamento para que
se adapte a las nuevas tendencias del comercio electrónico, y en especial al contrato de
hosting.

En la investigación se determina que la legislación peruana actual es muy genérica


y carece de suficientes herramientas que se adapten al nuevo tipo de contrato, lo cual
conlleva a posibles irrupciones que vulneran la seguridad de la información, como
principio rector de la normativa nacional en materia de protección de datos personales.
Para ello, se proponen supuestos nuevos de cambios en la norma, lo cual conllevará a
seguir permitiendo la libertad contractual de las partes al momento de celebrar el contrato
de hosting, y a su vez hará regulaciones específicas que permitan resguardar los datos
personales.

Palabras claves: Hosting, proveedor, usuario, contrato, seguridad de la información,


datos personales, responsabilidad.

iv
ABSTRACT

The purpose of this research work is to publicize the importance of having a new
regulation in our Personal Data Law and its Regulations, so that it adapts to the new
trends in Electronic Commerce and especially in the Hosting Contract.

The Investigation determines that our current legislation is very generic and lacks
sufficient tools to adapt to this new type of Contract, which leads to possible breaches
that violate the principle of information security, as the guiding principle of our
legislation in personal data matter. To do this, we propose new assumptions of changes
in our rule which will lead to continue allowing the contractual freedom of the patties at
the time of concluding de Hosting Contract, but in turn will give specific regulations that
will allow safeguarding personal data.

Key words: Hosting, supplier, user, contract, information security, personal data,
responsibility.

v
TABLA DE CONTENIDO

ÍNDICE DE FIGURAS……………………………………………………………..VII

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………VIII

CAPÍTULO I: SOBRE EL CONTRATO DE HOSTING ...................................... 1

1.1. Definición ....................................................................................................... 1

1.2. Elementos esenciales....................................................................................... 4

1.3. Legislación aplicable al Perú ........................................................................... 6

CAPÍTULO II: SOBRE LA LEY DE PROTECCIÓN DE DATOS


PERSONALES Y SU REGLAMENTO .................................................................. 8

2.1. Antecedentes de la Ley de Datos Personales.................................................... 8

2.2. Sobre el deber de seguridad de la información ................................................. 10

CAPÍTULO III: NOCIONES BÁSICAS DE LA LEY DE DATOS


PERSONALES Y CÓMO SE COMPLEMENTA CON EL CONTRATO DE
HOSTING ................................................................................................................. 14

3.1. Aplicación práctica: análisis de modelo de cláusulas ....................................... 14

3.2. Seguridad de la información y obligaciones de las partes ................................ 16

3.3. Responsabilidad de las partes por vulneración al deber de seguridad de la


información..................................................................................................... 20

3.4. Legislación comparada y su tratamiento .......................................................... 21

CONCLUSIONES .................................................................................................... 23

RECOMENDACIONES .......................................................................................... 24

REFERENCIAS ....................................................................................................... 26

vi
ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1.1. Objeto y función del contrato de hosting ..................................................... 3

Figura 2.1. Medidas de seguridad de la información bajo criterios de riesgo.............. 12

Figura 3.1. Obligaciones del proveedor del sitio web .................................................. 18

Figura 3.2. Obligaciones del usuario solicitante ......................................................... 19

vii
INTRODUCCIÓN

En la actualidad, con los avances tecnológicos y sus infinitas posibilidades que permiten
a las personas cruzar barreras para acceder a cualquier tipo de información que antes
tomaba días, meses e incluso años, el derecho al acceso a la información ha cobrado más
importancia. Con el transcurrir del tiempo, la información de personas se ha convertido
en un activo, que cualquiera quisiera poseer con fines comerciales, a través de la web a
nivel global, de modo irrestricto e ilimitado.

Es así como las nuevas tecnologías y su evolución, han impuesto –en contraparte–
la obligación de resguardar la información y limitar su acceso a los agentes económicos,
razón por la cual el Derecho viene adquiriendo cada vez mayor importancia, ya que busca
resguardar los datos e información sensible de las personas, a través de mecanismos de
seguridad de la información que tutelen sus derechos.

En ese sentido, el comercio electrónico ha creado nuevas figuras contractuales


como el contrato de hosting, el cual implica un traspaso de información del titular del
banco de datos personales a un servidor web, que es proporcionado por un
prestador/proveedor para la utilización del primero. Esta figura contractual permite
agilizar procesos, debido a que delega en un tercero la seguridad, custodia y creación de
una página web, sin –podría suponerse así– responsabilidad del titular del banco de datos
personales por cualquier transgresión al deber de seguridad de la información.

El contrato de hosting cada vez tiene mayor acogida en el Perú, por lo que merece
una revisión de la legislación nacional actual, entre ellas la Ley de protección de datos
personales y su Reglamento, para analizar si dicha norma se encuentra acorde con las
necesidades del comercio electrónico, sin vulnerar el principio del deber de seguridad de
la información; o delega libremente, sin ninguna limitación, a las partes de la relación
contractual, la potestad de regular sus derechos, obligaciones y responsabilidades.

En atención a lo expuesto, la hipótesis de este trabajo es la siguiente:

• Si la Ley de Protección de Datos Personales y su Reglamento son herramientas legales


que pueden ser aplicadas o no al ‘contrato de hosting’; y si protegen la finalidad del
contrato, esto es, el traspaso de información que el titular del banco de datos personales
le brinda al proveedor para la colocación de dicha información en la web.

viii
• Si en el supuesto de incumplimiento en el deber de seguridad de la información la
responsabilidad recaerá únicamente en el proveedor del servicio que guarda el banco
de datos; o si este es un riesgo propio del negocio, que deberá ser asumido por el titular
del banco de datos personales.

Para indagar sobre las referidas cuestiones, se desarrolla el presente trabajo, que
se divide en tres capítulos. En el primero, se analiza de modo exclusivo el contrato de
hosting y su implicancia a través del servidor web, sus elementos y su regulación vigente;
para luego abordar, en el segundo capítulo, los antecedentes legislativos sobre la Ley de
Protección de Datos Personales y la importancia del principio de seguridad de la
información. Mientras que, en el tercer capítulo, se examinan modelos de cláusulas
contractuales sobre la referida figura atípica, con el fin de determinar las obligaciones y
responsabilidades que las partes acuerdan ante un eventual supuesto de vulneración al
deber de seguridad de la información. Todo ello para verificar si la actual legislación
nacional aborda con suficiencia los retos que plantea esta nueva y recurrente figura
contractual, para luego compararla con otras normativas más avanzadas sobre dicho tema.

Por último, en recomendaciones, se propone un mecanismo legal más eficiente


que garantice, sin limitar el derecho de libertad contractual de las partes, el resguardo de
los datos del titular de la información. Asimismo, se presentan supuestos de
responsabilidad de las partes que forman parte de la relación jurídica del contrato de
hosting, brindando además posibilidades de solución frente a una posible falta y/o
infracción que ponga en riesgo o vulnere el deber de seguridad de la información, y quién
debe responder por aquello ante la autoridad administrativa y/o el titular de los datos
personales.

ix
CAPÍTULO I: SOBRE EL CONTRATO DE HOSTING

El presente capítulo tiene como fin brindar al lector una noción básica y general del
contrato de hosting, que día a día adquiere mayor protagonismo con el avance de la
tecnología, ya que esta ha permitido ofrecer, a través de la web, un nuevo canal de ventas
de bienes y servicios que los usuarios requieran. Es así que, por su relevancia y utilidad,
esta figura contractual ha generado que las partes deban adaptar a través de la práctica
comercial las cláusulas, elementos y sus obligaciones, a la finalidad que buscan obtener
del mencionado contrato, sin un respaldo o regulación legislativa que se aplique en el
ordenamiento jurídico peruano.

1.1. Definición

A pesar de lo que se puede considerar de los usos y costumbres, el contrato de hosting


no es un contrato de arrendamiento otorgado en un servidor de la red; por el contrario,
está más relacionado con la prestación de un servicio, por medio del cual una persona
natural o jurídica pone al servicio de otra persona (natural o jurídica) un espacio de un
servidor conectado a internet, para que este sirva de almacén de datos y traspaso de
información, y a la vez posibilite su acceso continuo en línea por parte del cliente,
contándose siempre con el respaldo del proveedor que brinda el espacio en el sistema
digital.

Una definición que completa el detalle y características de este tipo de acuerdos


es el ofreció Aguilar (2009):

El hosting es un servicio remunerado o gratuito, mediante el cual una


persona o una empresa pone al servicio de otra un espacio dentro de un
servidor conectado a internet. De tal manera que los datos e información
alojados en este espacio, las páginas web, pueden ser accedidos en línea.
(p. 110)

Otra definición encontrada sobre el referido acuerdo es:

El contrato de hosting regula el alojamiento de información y la conexión


con redes de telecomunicaciones. Una de las partes demanda el espacio
lógico para el almacenamiento de datos y software en equipos

1
informáticos, y el acceso a esta información por medio de redes de
telecomunicaciones abiertas o cerradas. A través de este contrato, se pone
a disposición de la parte que no posee equipos informáticos para
determinados servicios, la contratación de un espacio lógico en un disco
duro de un equipo informático de la otra parte, que a su vez hace de
servidor (dedicado o compartido), al tener acceso remoto a dicho espacio
lógico, para alojar tanto datos como software. (Gómez-Juárez, 2007, p.
22)

De modo general, debe señalarse que este contrato responde a una contratación
informática más relacionada con la prestación de un servicio que con un simple espacio
cedido en la red para uso del usuario. Asimismo, que su aplicación depende única y
exclusivamente del uso de la internet y de otras redes de comunicación electrónica para
su suscripción y ejecución de la prestación, en razón de que el mencionado acuerdo tiene
una aplicación relaciona solo a través de una plataforma virtual, de la manera cómo se
detallará más adelante.

De la misma manera, complementando la definición descrita, es necesario


precisar que el contrato de hosting puede alcanzar un objeto más amplio que la simple
prestación de un servicio de almacenamiento de datos, pues al ser un contrato atípico
permite que las partes puedan acordar servicios accesorios o complementarios que
generen diferentes obligaciones y responsabilidades entre ellas, conforme expuso
Romero (2009):

El contrato de hosting tiene como objeto básico o característico la


prestación de servicio de alojamiento o almacenamiento de datos, pero es
usual en el tráfico que la relación contractual que se establece entre el
operador de servicios de la sociedad de la información y su cliente tenga
un carácter más amplio, alcanzando también una serie de servicios de
carácter accesorio o complementario de la prestación de servicios de
almacenamiento de datos. Entre otros servicios de este carácter, pueden
enunciarse: la conexión a Internet [sic], la creación y desarrollo de un sitio
web, el servicio de recuperación de datos, el asesoramiento y la asistencia
técnica, o cualesquiera otros servicios de intermediación de la sociedad de
la información. (p. 33)

2
A continuación, se presenta la Figura 1.1., que detalla el objeto y función del
contrato de hosting.

Figura 1.1
Objeto y función del contrato de hosting
Contrato de Hosting en servidor web

Proveedor del servicio web Usuario del servicio web


Es el propietario del Sitio web que Contratación Es el titular del banco de datos
otorga una plataforma web a un usuario Electrónica personales que coloca información
por un tiempo determinada y cambio de en el sitio web para su uso,
una contraprestación de acuerdo con las alcance, manejo y otorgamiento de
especificaciones y características que acceso a terceros autorizados.
este solicita para su uso.

Sitio web

En ese sentido, se puede comprobar que el contrato de hosting sirve como un


mecanismo para que las empresas usuarias contraten a un proveedor/operador de
servicios de la información a efectos de liberar recursos propios, y de esa manera
externalizar el desarrollo de actividades y funciones de comercio electrónico en un
operador cuya obligación principal estará relacionada en garantizar la continuidad,
calidad y seguridad de la información que se aloje en dicho sitio web.

Por último, en internet se encontró diversos ejemplos de servidores de hosting que


cumplen con el objeto anteriormente señalado, entre ellos:

• GoDaddy: Es una plataforma digital por medio del cual, a cambio de una
contraprestación, los usuarios pueden usar un espacio web, el mismo que pueden
configurar para publicitar algún bien o servicio.
• HostGator: Es una plataforma digital que provee una variedad de herramientas
para que los usuarios puedan desplegar sus negocios en línea.
• NetworkSolutions: Es una plataforma digital que ofrece diferentes servicios desde
optimizaciones, publicidad online y redes sociales para generar publicidad y
marketing a la empresa contratante.

3
• DreamHost: Es una plataforma digital que crea páginas web para empresas de
acuerdo con las necesidades que estos requieran: diseños, publicidad, manejo y
más.

1.2. Elementos esenciales

Sobre este punto, debe señalarse que el contrato de hosting abarca, como todos los
contratos, un elemento subjetivo y un elemento objetivo. El primero está vinculado con
los sujetos que celebran el acuerdo, los mismos que independientemente de si son los
proveedores o clientes, dichos sujetos podrán ser personas naturales o jurídicas, no
requiriendo de ningún requisito o cualidad especial para la suscripción del contrato.

Por otro lado, el elemento objetivo está relacionado con el contenido mínimo
esencial, que debe regular el contrato de hosting, que abarca, según Aguilar (2009), los
siguientes contenidos:

• Título oneroso o gratuito: El contrato de hosting no necesariamente se


suscribe a cambio de una retribución. Si bien existe un número
importante de contratos de hosting suscritos a título oneroso, estos
contratos podrían ser suscritos también a título gratuito. Es este último
caso, es común que el proveedor del servicio de hosting proporcione una
cantidad muy limitada de transferencia y de espacio en el servidor, y que
se establezcan cláusulas que le permitan al proveedor contar con la
facultad de incorporar avisos publicitarios en las páginas web del usuario
1
[…].

• Obligación de brindar alojamiento: La obligación principal del


proveedor del servicio de hosting es facilitar al usuario un espacio dentro
de un servidor conectado a internet. Este servicio de alojamiento implica,
por parte del proveedor, obligaciones de otorgar facilidades técnicas
necesarias para el sitio web alojado pueda ser accesible a través de
Internet […].

1
Un ejemplo de ello es la página Wix.com.

4
• Finalidad: El acceso a los datos e información (página web) alojados en
línea por parte del cliente desde cualquier computador remoto. (p. 110)

De esa manera, a pesar de que el contrato de hosting es un contrato atípico, toda


vez que carece de regulación expresa en la normativa vigente2, tiene una figura utilizada
de modo recurrente en el Perú, lo cual ha conllevado a descifrar y regular, tácitamente,
los elementos esenciales que las partes deben considerar al momento de suscribir un
acuerdo.

Y es que la práctica ha conllevado que las partes regulen por los usos y costumbres
los elementos y aspectos necesarios que este acuerdo debe tener, lo cual podría descifrar
que este contrato, a pesar de ser atípico legalmente, cuente con tipicidad social. O sea,
que sus reglas vengan a ser dadas por los usos y costumbres comerciales impuestas por
las partes.

Por otro lado, también debe señalarse que sobre la base de los elementos
anteriormente descritos podría suponerse que el contrato de hosting y el servidor Cloud
Computing sean lo mismo. No obstante, dicha suposición no es exacta, ya que el Cloud
Computing funciona como un almacenamiento masivo de datos en varios servidores de
internet encargados de responder peticiones en todo momento, siendo que ahí radica la
diferencia con el contrato de hosting, toda vez que la información almacenada en este no
es compartida y se encuentra alojada en una sola unidad; mientras que en el servidor
Cloud Computing la información sí se encuentra almacenada en varios servidores, por lo
que la pérdida de información es casi nula (Latam, 2018).

Asimismo, otra diferencia característica entre el Hosting y el Cloud


Computing es que en el primero el proveedor ofrece recursos exclusivos
en un ambiente que puede hospedar aplicaciones, soluciones de tecnología
e información o activos, donde la responsabilidad de administrar tareas de
manutención y conservar todo funcionando es papel del proveedor. Por
ello, el proveedor que ofrece estos servicios cuenta con la infraestructura
tecnología necesaria. En ese sentido, en contraparte, el Cloud Computing
es un mero almacenamiento de datos y aplicaciones en la nube, que no

2
De modo específico, el contrato de hosting solo se menciona en la norma tributaria en el Art. 4°A del
Reglamento de la Ley de Impuesto a la Renta, aprobado mediante el D.S. 122-94-EF.

5
exige servidores locales para lidiar con los datos, siendo que su demanda
de espacio crece en base a las necesidades del cliente. (Latam, 2020)

Por último, otra diferencia resaltante es que en el «Cloud Computing el usuario


paga por la cantidad que usa, siendo que en base a la demanda de almacenamiento existen
escalas, mientras que en el contrato de hosting la contraprestación es un monto fijo
conforme el modelo web creado» (Latam, 2020).

En ese orden de ideas, debe señalarse que el futuro y las nuevas tecnologías están
permitiendo la creación de nuevas figuras contractuales que suponen una mezcla de los
negocios jurídicos que a la fecha se tienen, como el Hosting Cloud, que es una
combinación de ambos contratos, razón por la cual es importante que la legislación se
adapte a estas necesidades del mercado que cada día van desarrollándose. Y esto por la
exigencia de la globalización de una normativa que regule y delimite los aspectos
fundamentales del resguardo y protección de la información personal y sensible que se
coloca y traspasa a dichos servidores.

1.3. Legislación aplicable al Perú

Conforme se expresó en los párrafos anteriores, el contrato de hosting es un contrato


atípico. Sobre el particular, Aguilar (2009) señaló que:

Si bien es cierto la norma tributaria, en específico el artículo 4-A del


Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta, define el almacenamiento
de páginas de Internet o website hosting, esto no convierte al contrato de
hosting en una figura típica en nuestro país. En efecto, para considerar a
una figura como contrato típico, no basta una simple referencia a la figura
contractual o una simple definición contenida en un glosario de términos,
sino que resulta necesario que el contrato cuenta con una regulación
particular propia, dada por la ley. (p. 112)

El contrato de hosting no tiene tipicidad legal, pues no está regulado en la


legislación peruana, y no se enmarca dentro de las figuras típicas legales existentes en la
actualidad. Por tales consideraciones, es a través de la práctica comercial y la voluntad
de las partes que el contrato de hosting establece sus condiciones, prevaleciendo la
voluntad de las partes conforme lo dispone el Art. 1354° del Código Civil Peruano.

6
Así, la práctica comercial ha establecido ciertos aspectos relevantes que deben
considerarse al momento de suscribir un contrato de hosting, como sugirió Aguilar
(2009):

1. Ancho de banda digital: La garantía de un mínimo de capacidad de


tráfico para la transferencia de datos en un determinado periodo
(generalmente mensual). El ancho de banda digital es muy relevante,
pues determinará, por ejemplo, el número de usuarios que pueden
acceder al mismo tiempo a la página web del cliente […].

2. Sistema operativo y lenguaje de programación por utilizar: La


modificación por parte del proveedor del sistema operativo o del
lenguaje de programación puede implicar para el cliente costos
técnicos de adaptación muy importantes. Por ello, debería
especificarse en el Contrato de Hosting tanto el sistema operativo
como el lenguaje de programación que se utilizará.

3. Soporte técnico: El Contrato de Hosting debería contener la


disponibilidad, los medios y las acciones de soporte técnico que
incluye. Las acciones de soporte técnico permitirán al cliente
solucionar los inconvenientes que se pudieran presentar durante la
vigencia de su contrato de hosting.

4. Seguridad: El sistema operativo debe cumplir con el «Libro Naranja»


del Departamento Nacional de Seguridad Informática de los Estados
Unidos, que es considerado el estándar para la evaluación de la
seguridad informática. Asimismo, será muy importante que se detalle
el sistema de seguridad del proveedor, tanto a nivel físico
(instalaciones, vigilancia) como lógico (contrafuegos, routers), el
mecanismo para la gestión de incidencias (ataques contra el sistema)
y la realización de los chequeos. (p. 115)

7
CAPÍTULO II: SOBRE LA LEY DE PROTECCIÓN DE
DATOS PERSONALES Y SU REGLAMENTO

El presente capítulo tiene como fin brindar al lector las nociones básicas de la Ley de
Protección de Datos Personales, la misma que al ser publicada tardíamente en
comparación a otras legislaciones –como la aprobada por el Parlamento del Land alemán
de Hessen en 1970, y de países como Suecia, Estados Unidos, Nueza Zelanda, Canadá y
gran parte de los países europeos–, buscó crear una regulación que estableciera las reglas
de recopilación, utilización y transmisión de datos personales solo por medio del
consentimiento expreso de su titular, el cual debe ser libre, inequívoco e informado.

En ese sentido, la norma desarrolla un derecho fundamental nuevo que


anteriormente la legislación peruana no contemplaba y de modo vago la doctrina local
explicaba como el derecho a la «autodeterminación informativa», el mismo que, de
acuerdo con Safria (2013):

[…] es un derecho más amplio que el derecho a la privacidad, a partir del


cual se origina (y que protege básicamente frente a intromisiones
indebidas), pero que ha ganado autonomía, y hoy otorga a los individuos
el control sobre el flujo de su información personal, sujeto únicamente a
ciertas excepciones de orden público. (p. 13)

De esa manera, se analizará el respaldo normativo que establece la Ley de Datos


Personales y sus alcances, haciendo énfasis es un principio fundamental que contempla
la mencionada norma, como es el principio de seguridad de la información; derecho y
garantía que resulta fundamental cuando se comparte e intercambia información personal
entre las partes de una relación contractual.

2.1. Antecedentes de la Ley de Datos Personales

El antecedente más remoto de la Ley de Protección de Datos Personales se halla en el


inciso 6 del Art. 2° de la Constitución Política, el cual reconoce que toda persona tiene
derecho a «que los servicios informáticos, computarizados o no públicos o privados no
suministren informaciones que afecten la intimidad personal y familiar». Es así que,
desde la Carta Magna, se ha regulado la protección de los datos personales; agregándose

8
el Art. 200° que crea el Habeas Data, garantía que «procede contra el hecho u omisión,
por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los
derechos a que se refiere el Art. 2°, incisos 5 y 6, de la Constitución.»

Al respecto, puede señalarse que la protección de los datos personales ha existido


en el país desde hace más de 20 años. Sin embargo, recién el 3 de abril del 2011 salió
publicado en el Diario Oficial «El Peruano» la Ley 297330, Ley de Protección de Datos
Personales, la cual estableció los términos y condiciones sobre el tratamiento de los datos
personales, asegurando un marco de respeto conforme a los demás derechos
fundamentales regulados y garantizados en la Constitución Política del Perú.

Es en aras de garantizar los datos personales de los titulares, la norma contempló


los famosos derechos ‘ARCO’»:

• Derecho de acceso: Por medio del cual el titular puede solicitar y acceder a la
información que sobre sí mismo sea objeto de tratamiento en bancos de datos.
• Derecho de rectificación: Por medio del cual el titular puede actualizar o
completar sus datos personales faltantes o modificados.
• Derecho de cancelación: Por medio del cual el titular puede solicitar la
eliminación de sus datos personales.
• Derecho de oposición: Por medio del cual el titular puede oponerse al tratamiento
de sus datos, cuando existan motivos fundados y legítimos de que aquellos están
siendo usados para fines distintos a los otorgados.

Asimismo, la mencionada norma dispuso la creación de la Autoridad Nacional de


Protección de Datos Personales, adscrita al Ministerio de Justicia, siendo que la función
principal de dicha entidad es realizar todas las acciones necesarias con el fin de velar por
el cumplimiento de la normativa sobre protección de datos personales.

Luego, el 20 de abril del 2012, se publicó en el Diario Oficial «El Peruano» el


D.S. 011-2012-JUS, Reglamento de Organización y Funciones del Ministerio de Justicia
y Derechos Humanos, por medio del cual se creó un órgano denominado Dirección
General de Protección de Datos Personales, adscrito al Despacho Viceministerial de

9
Derechos Humanos y Acceso a la Justicia, llamado también Autoridad Nacional de
Protección de Datos Personales, que cuenta con cuatro unidades orgánicas 3.

A su vez, el 22 de marzo de 2013 también se publicó el D.S. 003-2013-JUS, que


aprobó el Reglamento de la Ley 29733, Ley de Protección de Datos Personales, que entró
en vigencia el 8 de mayo de 2013. Con esa norma, el mencionado reglamento permitió
regular los alcances de la ley estableciendo definiciones, procedimientos, infracciones y
sanciones para quienes vulneren los alcances contenidos en la normativa mencionada.

Por último, están los últimos cambios legislativos a la Ley de Protección de Datos
Personales y su Reglamento, regulados por el D. Leg. 1353, del 7 de enero del 2017, que
busca fortalecer el ejercicio de dos derechos constitucionalmente reconocidos: el derecho
al acceso a la información pública y el derecho a la protección de datos personales, que
pueden entrar en conflicto en ciertas situaciones, por lo que se dispuso la creación de un
Tribunal de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

Por tales consideraciones, puede observarse que la protección de datos personales


y, sobre todo, de la información digital, siempre ha sido resguardada por la normativa
nacional. Empero, la falta de definiciones, procedimientos, condiciones, sanciones, entre
otros, ha obligado la implementación de una normativa especial en los últimos diez años.
En contraste con los países de primer mundo, al Perú le ha tomado más de 30 años crear
y aplicar una regulación específica adaptada al avance digital de esta era4.

2.2. Sobre el deber de seguridad de la información

El Art. 9° de la Ley de Protección de Datos Personales y el Art. 10° de su


Reglamento han regulado el principio de seguridad, el mismo que se define como una
obligación del titular de banco de datos personales, así como del encargado de su
tratamiento de adoptar todas las medidas técnicas, organizativas y legales que garanticen
la seguridad de los datos personales.

3
Dirección de Registro Nacional de Protección de Datos Personales, Dirección de Sanciones; Dirección
de Supervisión y Control, y Dirección de Normatividad y Asistencia Legal.
4
Las primeras leyes de protección de datos personales fueron aprobadas en la década de los años 70 en
países como Alemanda, Suecia, Estados Unidos, Nueza Zelanda, Canadá y en gran parte de los países
europeos.

10
En efecto, el dictamen del proyecto de la Ley de Protección de Datos Personales
describe que los principios contenidos en dicha norma «tienen la estructura de mandatos
de optimización [que] no determinan exactamente lo que debe hacerse, sino que ordenan
que algo sea realizado en la mayor medida posible, dentro de las posibilidades jurídicas
y reales existentes […]. Orientan y determinan el comportamiento de todos los que van a
participar en el tratamiento de datos personales, señalando las reglas de conducta que
ellos deben observar.»

No obstante, a pesar de que el proyecto de la norma regula que los principios


parecieran más guías de acción, en la práctica las cataloga como normas imperativas cuyo
incumplimiento acarrea sanciones para sus infractores. En ese sentido, es ahí donde
radica la importancia en el desarrollo de este principio rector, el mismo que es de
obligatorio cumplimiento y conlleva un desarrollo en el presente capítulo.

Al respecto, debe señalarse que conforme lo dispone la Dirección de Datos


Personales respecto a este principio, esta entidad busca que el actor que brinda
tratamiento a los datos personales tenga una actividad más activa sobre los mismos; es
decir, que el titular del banco de datos realice y tenga medidas técnicas, organizativas y
legales necesarias e indispensables para garantizar la confidencialidad, integridad y
disponibilidad de los datos, para evitar su adulteración, pérdida, extracción, desviación,
entre otras situaciones que pudieran generar un perjuicio y por ende una responsabilidad
por el daño causado con el propietario de los datos personales.

Siguiendo esta línea, en noviembre de 2013, la Autoridad Nacional de Protección


de Datos Personales emitió la Primera Edición de la Directiva de Seguridad, la misma
que señaló que el Titular del Banco de Datos Personales es responsable de lo siguiente:

a. De otorgar y mantener el nivel suficiente de protección a los datos personales


contenidos en el banco de datos personales que tenga bajo su titularidad.
b. De la determinación y cumplimiento de la finalidad y del contenido del banco de datos
personales bajo su titularidad.
c. Del tratamiento de los datos personales contenidos en el banco de datos personales
bajo su titularidad.
d. Garantizar el cumplimiento de los derechos del titular de los datos personales
conferidos en la Ley 29733, Ley de Protección de Datos Personales.

11
De esa manera, en virtud de la responsabilidad directa que la directiva y la norma
le otorgan al titular del banco de datos personales, se han establecidos medidas de
seguridad bajo criterios de riesgo que buscan prevalecer y mantener el respeto del
principio de seguridad de la información (Minjus, 2013), como la que se muestra en la
Figura 1.2.

Figura 2.1
Medidas de seguridad de la información bajo criterios de riesgo

Nota. De «Directiva de seguridad. Autoridad Nacional de Protección de Datos Personales-APDP» (p. 8),
por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del Perú (Minjus), 2013.
(https://www.minjus.gob.pe/wp-content/uploads/2014/02/Cartilla-de-Directiva-de-Seguridad.pdf)

Sobre lo anterior, la autora de esta investigación también coincide con Alvarado


(2016), acerca de la importancia que recae en el principio de seguridad de la información,
el mismo que busca lo siguiente:

• Facilitar la implementación de una gestión en continua evaluación que, mediante


la categorización de los bancos de datos personales en razón a los riesgos que
conlleva su sensibilidad y el tratamiento dado, complemente las medidas técnicas.
• Informar a los usuarios para que tomen conciencia de la protección requerida.
• Exigir un nivel de seguridad equilibrado entre los riesgos, las técnicas de seguridad
y el costo de las medidas.

En ese orden de ideas, debe señalarse que, conforme lo dispone el numeral 19 del
Art. 2°5 de la Ley de Protección de Datos Personales, es responsable del tratamiento quien

5
Tratamiento de datos personales. Cualquier operación o procedimiento técnico, automatizado o no, que
permite la recopilación, registro, organización, almacenamiento, conservación, elaboración, modificación,
extracción, consulta, utilización, bloqueo, supresión, comunicación por transferencia o por difusión o
cualquier otra forma de procesamiento que facilite el acceso, correlación o interconexión de los datos
personales.

12
decide sobre el mismo, aun cuando los datos no formen parte de un banco, y es el
encargado del tratamiento quien lo realiza, pudiendo ser el propio titular del banco de
datos personales u otra persona (tercero) designada por el titular, en virtud de una relación
jurídica que los vincule y delimite el ámbito de su actuación; incluyendo a quien lo realice
por orden del responsable del tratamiento.

He ahí la importancia en el cumplimiento de la toma de medidas para brindar una


adecuado deber de seguridad de la información, toda vez que la falta de toma de medidas
preventivas y correctivas constituye no solo una vulneración a la normativa de la Ley de
Protección de Datos Personales, sino un riesgo y una vulneración a los derechos
constitucionales del titular de la información, el mismo que no necesariamente es quien
almacena, trata o controla sus datos, pues esta responsabilidad puede recaer en terceros
designados por el titular del banco de datos.

Por tales consideraciones, existe coincidencia y reiteración en que la información


es uno de los activos más valiosos del presente siglo, y su respeto debe ser fundamental,
por lo que la norma y sus directivas deben estar reinventándose conforme los avances
tecnológicos. Así, la única forma de prevalecer y mantener la seguridad de la información
es a través de la implementación de un conjunto adecuado de controles, que pueden ser
políticas, normas, procedimientos, estructuras organizativas, equipos, prácticas y
funciones de software, entre otros, cuya responsabilidad no solo debe recaer en el titular
del banco de datos personales, sino en la autoridad que los fiscaliza y los proveedores o
terceros que tienen acceso, control, estructuración, disposición y supervisión en el manejo
y control de los datos.

13
CAPÍTULO III: NOCIONES BÁSICAS DE LA LEY DE
DATOS PERSONALES Y CÓMO SE COMPLEMENTA
CON EL CONTRATO DE HOSTING

El presente capítulo tiene como objeto brindar al lector el detalle de la aplicación práctica
de cómo en el Perú la Ley de Protección de Datos Personales y su Reglamento se
complementan con el contrato de hosting. Asimismo, si los acuerdos que celebran las
partes y la legislación son fuentes de derecho de suficiente relevancia para proteger los
derechos de las partes de la relación jurídica y terceros, así como para delimitar la
responsabilidad entre los mismos.

De la misma manera, se evaluará cómo viene siendo tratada la regulación del


contrato de hosting en otros países para brindar al lector fuentes de derecho alternativas
que permitan afrontar la realidad de un contrato que, sobre la base de los avances
tecnológicos, viene adquiriendo más relevancia y por ende requiere de una regulación
más adecuada que satisfaga los intereses de la sociedad.

3.1. Aplicación práctica: análisis de modelo de cláusulas

La práctica en la revisión de cláusulas sobre protección de datos personales permite de


manera genérica llegar a las siguientes conclusiones:

a. La prohibición genérica de ambas partes de ir en contra de lo dispuesto en la Ley


29733 y su Reglamento.

b. Permitir la divulgación de datos en los siguientes casos: (i) Cuando la información sea
de conocimiento público; (ii) cuando la información haya sido solicitada por un
tercero, contando para ello con el consentimiento previo y por escrito de la otra parte;
(iii) cuando la información haya sido solicitada por las autoridades judiciales.

c. Indicar que la parte que incumpla lo dispuesto en la cláusula de protección de datos


personales, será requerido por la parte afectada, la cual le podrá solicitar una
indemnización por daños y perjuicios.

De esa manera, dichos tres preceptos se encuentran siempre en la cláusula


genérica de protección de datos personales que las partes consignan en sus contratos

14
genéricos, y en específico en los contratos de hosting, pero… ¿qué quiere decir esta
cláusula? ¿Quién tiene la obligación de resguardar la información y mantener su
seguridad frente a cualquier intromisión de terceros? ¿Existe la responsabilidad solidaria,
o solo el proveedor del servicio es responsable? ¿Es posible delimitar la responsabilidad?
¿Es posible mitigar la responsabilidad y/o que las partes se eximan de ella?

Estas son todas las interrogantes que, ante la falta de detalle y acuerdo de las
partes, la ley debe brindar una solución que permita al titular de los datos personales
resguardar sus derechos.

Sobre el particular, conforme se indicó en los párrafos anteriores, el contrato de


hosting es un contrato con tipicidad social; esto porque su regulación está sujeta a los
usos y costumbres de las partes. Sin embargo, como se indicó en el punto anterior, las
partes no siempre regulan todas las connotaciones que puede implicar un tema tan
novedoso como es el contrato de hosting.

Es así que, en aplicación del Art. 1353° del Código Civil, si en el marco de un
contrato de hosting lo pactado por las partes no otorgara solución a un supuesto
determinado y tampoco se encontrara respuesta en los usos y costumbres, entonces recién
quedaría habilitada la aplicación de las reglas generales de los contratos y además las
normas relativas a las obligaciones según la naturaleza de las prestaciones involucradas
(dar, hacer o no hacer).

Al respecto, conforme lo señala el Art. 139° inciso 8 de la Constitución Política


del Perú, los jueces no pueden dejar de administrar justicia por defecto o deficiencia de
la Ley. En ese sentido, de presentarse un caso como el mencionado, el juez debe apelar a
los criterios doctrinarios. En dicho caso, Aguilar (2009) señaló que el juez puede acudir
a las ‘normas de los contratos afines’, que son: (i) Teoría de la absorción, (ii) teoría de la
combinación y (iii) teoría de la aplicación analógica.

La primera –la teoría de la absorción– implica una división de las prestaciones del
contrato atípico para determinar el elemento preponderante en él y, sobre la base de ello,
aplicar las normas que correspondan a dicho elemento. Es decir, que al contrato de
hosting se le pueden aplicar las normas del contrato de cesión en uso; o si es gratuito u
oneroso podría ser de arrendamiento o comodato. Sin embargo, esto no quiere decir que
el contrato de hosting sea un contrato de arrendamiento o comodato, sino que implica
utilizar las normas de estos para llenar un vacío normativo o de las partes.

15
La teoría de la combinación implica segmentar todas las prestaciones del contrato
atípico, y a cada una de ellas aplicar supletoriamente las normas del contrato a la cual
pertenecen. En efecto, si el contrato de hosting es a título oneroso, se le podrían aplicar
las reglas del contrato de arrendamiento, siendo que para las prestaciones vinculadas con
el almacenamiento dentro del espacio del servidor web se le aplicarán las normas de
prestación de servicios (podrían ser las normas del contrato de obra o de locación de
servicios según corresponda).

Por último, la teoría de la aplicación analógica analiza todas las prestaciones como
un conjunto del contrato, para aplicar el contrato típico que más se le asemeje. En ese
sentido, aplicando esta teoría, podría decirse que el contrato de hosting se asemeja en su
mayoría a un contrato de arrendamiento o de prestación de servicios. Sin embargo, se
precisa que esto no significa que sea un contrato igual a dichas figuras típicas.

De esa manera, dependiendo de la situación acontecida, es decir, de la omisión o


interpretación que se debe dar a la cláusula o contrato en general para definir la voluntad
o la prestación que deba ser cumplida, será responsabilidad del órgano jurisdiccional
determinar la teoría que corresponde aplicar al caso para poder dilucidar la omisión o la
interpretación correcta que no vulnere la voluntad de las partes ni a la regulación vigente
materia de resguardo sobre los datos personales.

3.2. Seguridad de la información y obligaciones de las partes

El Art. 9° de la Ley 29733, Principio de Seguridad, establece que el titular del


banco de datos personales y el encargado de su tratamiento deben adoptar las medidas
técnicas, organizativas y legales necesarias para garantizar la seguridad de los datos
personales. Luego, el Art. 16° de la mencionada norma señala que, para los fines del
tratamiento de datos personales, el titular del banco de datos personales debe adoptar
medidas técnicas, organizativas y legales que garanticen su seguridad y eviten su
alteración, pérdida, tratamiento o acceso no autorizado .

En ese sentido, puede concluirse que, para la norma, en principio, el principal


responsable de adoptar las medidas de seguridad y las políticas a seguir para su seguridad
es el titular del banco de datos personales, siendo que el tercero encargado de su
tratamiento sería responsable siempre que no cumpla con las medidas de seguridad
encargadas por el titular del banco de datos personales. Pero la cuestión es si esta

16
interpretación de la norma es suficiente para afirmar que si el titular de banco le informa
al tercero las medidas de seguridad que deberá emplear para realizar el tratamiento de sus
datos, lo cual implicaría una exención de responsabilidad.

Ahora bien, el Reglamento de la Ley 29733 es un poco más específico en las


medidas, políticas y métodos que las partes deben emplear para realizar un correcto
tratamiento de los datos personales, pero respondiendo a la cuestión anterior se puede
concluir que no existe una exención de responsabilidad por parte del titular del banco de
datos personales como del tercero que realiza el tratamiento. Es decir, ante la Autoridad
Nacional de Protección de Datos Personales ambos responderán por cualquier infracción
a las medidas adoptadas por la ley, siendo que la norma pone mayor énfasis en el titular
del banco de datos personales como el principal encargado de cumplir con la legislación
sobre la materia. No obstante lo anterior, debe señalarse que la norma peruana es genérica
y tuvo como principal objetivo adecuarse a un contexto de constante cambio desde hace
más de 20 años, desde la promulgación de la actual Constitución, y no tenía
ordenamiento.

Conforme se indicó en párrafos anteriores, el contrato de hosting es un contrato


con tipicidad social por lo que cabe preguntarse ¿cómo regulan las partes la
responsabilidad por incumplimiento al deber de seguridad de la información? ¿Acaso
aplican lo dispuesto en la norma; esto es que ambos, tanto el proveedor del servicio del
hosting, como el usuario que utiliza el espacio, son responsables frente a la Autoridad
Nacional de Protección de Datos Personales por infracciones a la normativa, o solo el
usuario que utiliza el espacio, a pesar de estar sujeto a las disposiciones de uso del sitio
web del proveedor? Son estas cuestiones sobre las obligaciones y la regulación que
establecen las partes, las que deben esclarecerse para entender mejor el panorama.

Con ese fin, en las figuras 1.3 y 1.4, se presenta el caso del contrato de una
empresa dedicada al servicio de hosting a nivel internacional, cuya figura contractual se
ha aplicado en diversos casos para comprobar si resuelve las interrogantes planteadas.

Debido al detalle de las obligaciones reguladas por las partes, pareciera que el
único que podría encargarse del tratamiento de los datos personales es el titular del banco
de datos personales, lo cual recae en la misma persona: el titular, conforme se pudo
observar en los párrafos adjuntos de este modelo de contrato. Asimismo, se observa que
la única obligación del proveedor del sitio web es la de brindar el servicio de alojamiento

17
y darle la accesibilidad al titular, pero acaso no tiene ningún tipo de responsabilidad, si
existiera una falla en el sistema que ponga en riesgo los datos almacenados en él; sería
solo responsabilidad del usuario que adquirió el servicio o el proveedor sí podría
encontrarse en un supuesto de responsabilidad que permita equilibrar mejor el balance en
beneficio de las partes. En ese sentido, se considera que, en determinadas situaciones –
que se explicarán más adelante–, el proveedor del servicio sí debe responder por
infracciones al deber de asegurar la información.

Figura 0.1
Obligaciones del proveedor del sitio web

Lamentablemente, la Ley de Protección de Datos Personales y su Reglamento no


ofrecen una solución inmediata en ese escenario, y es muy posible que ante una eventual
fiscalización el único responsable sea el titular del banco de datos personales que adquirió
el servicio de hosting, por lo que debe recurrirse a la doctrina y a elementos adicionales
que permitan dilucidar este inconveniente.

Ahora bien, con aquello no se pretende quitar importancia a la libertad contractual


de las partes recogida en el Art. 1354° del Código Civil, la falta y/o limitada regulación
en dicho punto no ha analizado todos los posibles escenarios que podrían recaer en el
contrato de hosting.

18
Figura 0.2
Obligaciones del usuario solicitante

19
3.3. Responsabilidad de las partes por vulneración al deber de seguridad de la
información

Al respecto, conforme ya se abordó en puntos anteriores, en la legislación peruana


es responsable de la seguridad de la información el titular del banco de datos personales
y quien se encarga de su tratamiento; y quien genera una vulneración a las medidas de
seguridad de la información adoptadas por la Ley 29733 y su Reglamento podría incurrir
en diferentes tipos de responsabilidad, de manera simultánea, tal como se explica a
continuación:

a. Responsabilidad administrativa: Frente a la Autoridad Nacional de Protección de


Datos Personales, conforme se encuentra contemplado en los artículos 38° y 39° de la
Ley 29733, en los cuales se han tipificado diversas infracciones que acarrean sanciones
leves, graves y muy graves, con hasta el pago de un máximo de 50 UIT.

b. Responsabilidad civil: Frente al titular de datos personales, el cual puede solicitar


una indemnización por los daños causados. En ese caso, se estaría ante una
responsabilidad objetiva, regulada en el Art. 1970° del Código Civil, lo cual significa
que no importa si la culpabilidad recae en el titular del banco de datos personales y/o
en el encargado de su tratamiento. Esto, ya que solo bastaría con acreditar el daño
ocasionado, a efectos de solicitar una indemnización por la vulneración de la seguridad
de la información, cuyas únicas eximentes de responsabilidad están recogidos en el
Art. 1972° del Código Civil. De esa manera, el sujeto solo se liberará de
responsabilidad si acredita que el daño fue ocasionado por un hecho de fuerza mayor,
un hecho determinante de tercero, o por la imprudencia de la víctima.

c. Responsabilidad penal: Frente al Estado Peruano, sobre todo cuando los datos
personales son de seguridad del mismo, en el cual este es el titular de los datos. O
cuando se realiza un tráfico ilegal de los datos personales pertenecientes al Estado
Peruano, conforme se encuentra recogido en el Código Penal.

En suma, puede concluirse que, independientemente de quién sería el ente


responsable por una infracción al deber de seguridad de la información, en determinadas
situaciones, la posibilidad de incurrir en tres tipos de responsabilidad se encuentra
recogida en la legislación peruana; y que dicha potestad sancionadora obliga a enfatizar
la importancia de resguardar y respetar el deber de seguridad de la información.

20
3.4. Legislación comparada y su tratamiento

En la actualidad, en países como Perú, Chile, México y en general en


Latinoamérica, no existe una normativa especial que regule el comercio electrónico y
menos el Contrato de Hosting, toda vez que parten del principio de libertad contractual.
Esto es, que las partes puedan determinar libremente el contenido del contrato, siendo
que la legislación genérica (Ley de Protección de Datos Personales, Código o Ley de
Protección al Consumidor, entre otras) regularán la parte fundamental de la relación
jurídica.

Sin embargo, existen otras legislaciones con más desarrollo del tema, como la
española, que tiene una normativa especial denominada Ley 34/2002, Servicios de la
Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (en adelante LSSICE), la cual
regula el contrato de hosting o de alojamiento, como lo llama la norma mencionada. En
ese sentido, conforme lo indicó Solana (2005), el Art. 16° de la LSSICE formula y define
los límites de la exención de responsabilidad para las actividades de hosting o alojamiento
de datos; es decir, del servicio de la sociedad de información, consistente en almacenar
datos facilitados por el destinatario de este servicio.

Según la norma citada, el prestador de servicios que aloja a un usuario en un sitio


web sí tiene responsabilidad por la información que se almacena en sus servidores, siendo
que para quedar exentos de toda responsabilidad deben incurrir en dos supuestos:

a. Que no tenga conocimiento efectivo de que la actividad o la información almacenada


es ilícita o de que lesiona bienes o derechos de un tercero susceptibles de
indemnización.
b. O, si lo tienen, actúen con diligencia para retirar los datos o hacer imposible el acceso
a ellos.

Al respecto, Solana (2005) precisó que el primer requisito es de carácter negativo,


y consiste en la falta de conocimiento efectivo de que la actividad o la información
hospedada es ilícita o de que lesiona bienes o derechos de un tercero susceptibles de
indemnización; en tanto que el segundo requisito es de carácter positivo, consistente en
que si el prestador tiene conocimiento efectivo actúe con diligencia para retirar los datos
o para imposibilitar el acceso a los mismos.

De la misma manera, el artículo referido, en su segundo párrafo, indica que se


entenderá que el prestador de servicios tiene conocimiento efectivo de lo referido en el

21
primer supuesto, cuando un órgano competente haya declarado la ilicitud de los datos,
ordenando su retirada o que se imposibilite el acceso a los mismos, o se hubiera declarado
la existencia de la lesión, y el prestador conociera la correspondiente resolución, sin
perjuicio de los procedimientos de detección y retirada de contenidos que los prestadores
apliquen en virtud de acuerdos voluntarios y de otros medios de conocimiento efectivo
que puedan establecerse.

La autora de esta investigación coincide con la opinión de Solana (2005), para


quien el primer supuesto no tiene la intención de limitar las vías por las cuales el prestador
podría obtener un conocimiento jurídicamente relevante, es decir, un conocimiento que
lo obligue a tomar las medidas de pronta retirada o bloqueo para perder la exención de
responsabilidad, ya que el artículo no impide reconocer el conocimiento efectivo
adquirido por otras vías; por ejemplo, que no solo basta las vías de conocimiento
tradicionales como son las resoluciones dictadas por el órgano competente que ordene el
bloqueo o retirada de datos o haya declarado la existencia de lesión. También existen las
vías no convencionales que implican acuerdos voluntarios-consensuados entre el usuario
y el prestador, por medio de los cuales el segundo se obliga a retirar la información o
bloquearla cuando se incurran en ciertos supuestos pactados por las partes, lo cual haría
suponer que el prestador de servicios sí tenía conocimiento previo, por acuerdo, como
debía proceder.

En definitiva, no existen vías cerradas de conocimiento efectivo, razón por la cual,


dependiendo de cada caso, el juez tendría que evaluar si resultaba inminentemente
evidente el conocimiento efectivo del prestador de servicios de hosting.

22
CONCLUSIONES

a. Luego de analizar las normas, se llegó a la conclusión que no existe una regulación
específica sobre el contrato de hosting en la legislación peruana, y que la normativa
de datos personales tampoco tiene una disposición que regule los escenarios del
comercio electrónico según la esencia del contrato de hosting.

b. Así, independientemente de la voluntad de las partes para limitar la responsabilidad


de estas en cuanto a sus obligaciones, la legislación nacional de datos personales
supone que los responsables de una eventual vulneración a los deberes de seguridad
de la información serían el titular del banco de datos personales y el encargado de su
tratamiento, que, según se pudo dilucidar de la definición del contrato de hosting,
recaería en la misma persona –el ‘usuario’–, razón por la cual no existirá ningún tipo
de responsabilidad del proveedor del servicio del sitio web, el cual solo tiene la
obligación de proveer al usuario del espacio digital para su uso.

c. La Ley de Protección de Datos Personales asume que el único responsable de velar y


resguardar el cumplimiento de los métodos de seguridad de la información es el titular
del banco de datos personales y del que trate los mismos, siendo que dicha figura en
el contrato de hosting recaería en la misma persona, sin analizar si en todos los
escenarios es el titular del banco de datos personales quien se encuentra en mejor
posición para velar por dicho cumplimiento, sobre todo cuando el proveedor del
servidor web sí podría conocer a primera mano si se está ante una información que
vulnere los datos personales o cuando un tercero ingrese al servidor a realizar una
acción que vulnere las medidas de seguridad de la información.

d. La falta de regulación sobre la materia en la normativa peruana ha buscado que sean


las partes que conforman el contrato de hosting las encargadas de delimitar su
responsabilidad, las mismas que buscan deslindar en todos los escenarios la
responsabilidad y obligaciones del prestador del servicio web, quien solo tiene la
obligación de brindar el servicio de alojamiento o almacenaje al titular del banco de
datos personales, a pesar de que él mismo es titular de un servidor web de acceso libre
a nivel nacional e internacional.

23
RECOMENDACIONES

a. Se considera que la libertad contractual, conforme lo dispone el Art. 1354° del Código
Civil, establece que las partes tienen la libertad de definir el contenido del contrato de
hosting. No obstante, conforme lo dispone la segunda parte de dicho artículo, esta
libertad está condicionada a que no sea contraria a una norma legal con carácter
imperativo. En ese sentido, es pertinente que la Ley de Protección de Datos Personales
y su Reglamento tengan una modificación normativa que regule los extremos del
comercio electrónico, conforme lo realizó la legislación española; y no permita que
las obligaciones y responsabilidades de las partes queden sujetas al libre albedrio de
estas, sobre todo cuando el principio rector de esta legislación recae en velar por la
seguridad de la información.

b. Al respecto, se considera que existen ciertos escenarios en los cuales el proveedor del
servicio web no puede evitar eludir algún tipo de responsabilidad civil, administrativa
y penal. Estos escenarios son abordados en el Art. 16° de la LSSICE y se dan:

• Cuando el proveedor del servicio web tenga conocimiento efectivo de que la


actividad o la información almacenada es ilícita o de que lesiona bienes o derechos
de un tercero susceptibles de indemnización.
• O cuando el proveedor del servicio actúa con diligencia para retirar los datos o hace
imposible el acceso a ellos.

c. En los dos escenarios descritos, queda evidente que la responsabilidad es compartida


por el titular del banco de datos personales, quien a su vez se encarga de su tratamiento;
y por el proveedor del servicio web, quien sí tendría responsabilidad conjunta por no
tener la falta de diligencia ordinaria en verificar y validar el tipo de información que
se está colocando en el sitio web del cual este es titular.

d. De la misma manera, se considera que debería incluirse un tercer escenario en el cual


el proveedor del servicio web también sería responsable frente a la Autoridad Nacional
de Protección de Datos Personales y el titular de los datos personales, así como otras
autoridades nacionales, siempre y cuando no tome las medidas de corrección y/o
resguardo de la seguridad de la información, ante el ingreso e/o intromisión de un

24
tercero que busque obtener, sustraer y/o apoderarse de los datos personales subidos en
el sistema web.
e. En efecto, a pesar de que el encargado del tratamiento y preparación de las políticas y
medidas de seguridad de la información es, en el contrato de hosting, el titular del
banco de datos personales ‘el usuario’, de acuerdo a lo dispuesto en los artículos 4° y
13° del Código de Protección y Defensa del Consumidor, que regula la figura de la
asimetría de la información, es el proveedor que otorga el servicio de hosting al
usuario, quien se encuentra en mejor posición de corregir y mejorar el sistema de
seguridad de la información ante las intromisiones de terceros y no necesariamente el
titular del banco de datos personales.
f. Sobre la asimetría de la información, Morales Acosta (s.f.) definió este principio de la
siguiente manera:

[…] es una característica intrínseca a cualquier transacción económica (e


incluso a otros aspectos sociales), en tanto que siempre en un intercambio
de bienes y servicios habrá un actor mejor informado que otro. En efecto,
dicho actor suele tener mayor y mejor información sobre los productos y
servicios que ofrece en el mercado, lo que genera que ciertas prácticas
puedan distorsionar excepcionalmente el buen funcionamiento del mismo.
En términos económicos, la asimetría informativa genera costos de
transacción en el mercado, los cuales deben entenderse como aquéllos en
los que las partes deben incurrir para llegar a celebrar un contrato que
satisfaga de la mejor manera posible sus intereses, tendiendo así a
maximizar la utilidad social. (p. 5)

g. Por consiguiente, es el proveedor del servicio de hosting quien se encuentra en mejor


posición y cuenta con mayor información sobre las medidas de seguridad que deben
adoptarse a efectos de resguardar la seguridad de la información que el usuario coloca
en la plataforma web, por lo que su responsabilidad es intrínseca a la idoneidad del
servicio que ofrece, el cual no solo es el otorgamiento de un servidor web, sino de
recomendar y modificar aquella plataforma en aras de que realice todas las diligencias
posibles de resguardo y custodia de los datos que se encuentran contenidos en el
servidor y que manipula el usuario.

25
REFERENCIAS

Aguilar, A. F. (2009). El contrato de hosting. Apuntes acerca del contrato de


alojamiento de un sitio. En El impacto de las innovaciones tecnológicas en el
Derecho Privado (pp. 96-115). Lima: Universidad Peruana de Ciencias
Aplicadas (UPC).

Alvarado, F. J. (2016). La gestión de la seguridad de la información en el régimen. Foro


Jurídico, 26.

Gómez-Juárez, I. (2007, enero). Los contratos informáticos de hosting y housing en


relación con la normativa española de protección de datos de carácter personal.
Revista de Contratación Electrónica, 78, pp. 3-39. Recuperado de https://libros-
revistas-derecho.vlex.es/vid/informaticos-hosting-housing-caracter-351827

Hidalgo, R. (2009, junio). Contrato de hosting o almacenamiento electrónico de datos:


Consideraciones contractuales prácticas. Revista de Contratación Electrónica,
105. Recuperado de https://libros-revistas-derecho.vlex.es/vid/hosting-
almacenamiento-contractuales-65190961?_ga=2.151805177.1312556390.
1574781742-523475224.1547242270

Latam, T. (2020, 27 de febrero). Entienda la diferencia entre cloud y hosting. Recu-


perado de https://blog.tivit.com/latam/entienda-la-diferencia-entre-cloud-y-
hosting

Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del Perú [Minjus]. (2013). Directiva de


seguridad. Autoridad Nacional de Protección de Datos Personales-APDP.
Recuperado de https://www.minjus.gob.pe/wp-content/uploads/2014/02/
Cartilla-de-Directiva-de-Seguridad.pdf

Morales Acosta, A. (s.f.). Asimetría informativa. Recuperado de http://www.teleley.


com/articulos/art_290507.pdf

Safria, E. C. (2013). ¿Datos protegidos? Implicancias inmediatas y retos que plantea la


entrada en vigor de la ley de protección de los datos personales. Semana
Económica, 1.

26
Solana, M. V. (2005). Derecho de intimidad y protección de datos personales. En M. P.
Poch, Derecho y Nuevas Tecnologías, pp. 165-169. Madrid: UOC.

27

También podría gustarte