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Universidad Autónoma de
Santo Domingo
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Política Económica

Sustentante:

Adriany Caridad Labour 100535355

Desigualdad Económica en la República Dominicana:

Análisis Integral de Ingresos y Factores Determinantes
(2019-2023)

Prof. Antonio Ciriaco

13 de diciembre de 2023
Santo Domingo, República Dominicana

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Índice

Introducción...............................................................................................................4
Objetivos del Informe................................................................................................5
Metodología de Investigación................................................................................... 6
Desigualdad Económica en la República Dominicana: Análisis Integral de Ingresos
y Factores Determinantes (2019-2023)..................................................................... 8
Sectores de la economía afectados............................................................................ 9
Factores que Contribuyen a la Desigualdad............................................................ 10
Análisis del Índice de Gini...................................................................................... 12
Impacto Socioeconómico de la Desigualdad...........................................................14
Políticas y Estrategias para Reducir la Desigualdad............................................... 15
Persistencia de la Desigualdad: Análisis de la Distribución de Ingresos en la
República Dominicana (2019-2023)....................................................................... 16
Conclusión...............................................................................................................17
Anexos.....................................................................................................................18
Gráficos de Gini y la curva de Lorenz................................................................. 18

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Introducción
La República Dominicana, una nación rica en diversidad cultural y recursos naturales, se
encuentra enfrentando desafíos significativos en el ámbito económico y social, específicamente
en lo que respecta a la desigualdad de ingresos. Este informe detallado aborda minuciosamente la
distribución de ingresos en diferentes estratos socioeconómicos, analiza los sectores económicos
que contribuyen a esta disparidad y examina los factores subyacentes que perpetúan la brecha
económica.
En primer lugar, se destaca la marcada polarización económica evidenciada en la distribución de
ingresos entre estratos socioeconómicos. Datos provenientes de El Ministerio de Economía,
Planificación y Desarrollo, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) revelan que el
10% de la población con mayores ingresos concentra aproximadamente el 55% del ingreso total,
mientras que el 10% con menores ingresos obtiene menos del 1%. Esta disparidad señala no solo
una distribución desigual de la riqueza, sino también una brecha significativa entre distintos
segmentos de la sociedad.
Adicionalmente, se explora la influencia de los sectores económicos en la desigualdad. Mientras
que el turismo y las zonas francas poseen la capacidad de generar ingresos y empleos, también
pueden intensificar la dualización laboral entre trabajadores cualificados y no cualificados. Por
otro lado, la agricultura, aunque históricamente asociada a ingresos bajos, alberga a una
proporción sustancial de trabajadores con menores recursos.
El análisis se adentra en los factores clave que contribuyen a la desigualdad, como la educación,
donde las disparidades en calidad y acceso perpetúan la brecha económica. Además, se destaca la
brecha salarial de género, con mujeres dominicanas enfrentando remuneraciones inferiores y
asumiendo una carga desproporcionada en tareas de cuidado no remuneradas. La persistente
discriminación laboral, afectando a grupos vulnerables como personas de ascendencia haitiana,
afrodescendientes y personas con discapacidad, también se identifica como un elemento crucial.
El informe incluye un análisis profundo del Índice de Gini, una herramienta cuantitativa que
refleja la desigualdad de ingresos. A través de este indicador, se revela que, a pesar de
fluctuaciones durante el periodo 2019-2023, la República Dominicana exhibe un índice de Gini
alrededor de 0,64 en 2019, indicando una desigualdad significativa.
Asimismo, se examinan los impactos socioeconómicos de esta desigualdad, desde la limitación
de la movilidad social hasta las implicaciones para el desarrollo sostenible y la estabilidad social
y política. El informe concluye con una evaluación de las políticas y estrategias implementadas,
tanto gubernamentales como de actores privados y de la sociedad civil, para mitigar esta
problemática.
En síntesis, este informe ofrece una comprensión integral de la desigualdad de ingresos en la
República Dominicana, subrayando la necesidad urgente de abordar estos desafíos de manera
coordinada y sostenida para lograr un cambio significativo en la estructura económica y social
del país.

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Objetivos del Informe

Objetivo General:
Analizar y comprender la desigualdad de ingresos en la República Dominicana, con el fin de
proporcionar un panorama integral que sirva como base para el diseño e implementación de
estrategias y políticas que fomenten una distribución más equitativa de la riqueza y promuevan el
desarrollo sostenible.

Objetivos Específicos:
● Evaluar la disparidad de ingresos entre diferentes estratos socioeconómicos, utilizando
datos recopilados durante el periodo 2019-2023.
● Identificar las tendencias y patrones que caracterizan la distribución de ingresos,
destacando áreas de concentración y desigualdad significativa.
● Evaluar la contribución de sectores clave, como el turismo, zonas francas y agricultura, a
la desigualdad de ingresos.
● Identificar posibles mecanismos que intensifican o mitigan la disparidad en diferentes
segmentos de la economía.
● Analizar el papel de la educación como factor determinante en la desigualdad de
ingresos, destacando brechas en calidad y acceso.
● Investigar la brecha salarial de género y su relación con la distribución desigual de
ingresos.
● Evaluar la persistencia de la discriminación laboral y su impacto en grupos vulnerables.
● Explicar de manera clara el concepto del Índice de Gini como medida de desigualdad de
ingresos.
● Evaluar la evolución del Índice de Gini a lo largo del periodo de estudio y comparar con
estándares internacionales.
● Analizar los efectos de la desigualdad en la movilidad social, destacando limitaciones y
barreras para el ascenso económico.
● Evaluar las implicaciones para el desarrollo sostenible, centrándose en la relación entre la
desigualdad y la sostenibilidad de recursos y mercados internos.

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Metodología de Investigación

Abordaje Metodológico:
El procedimiento metodológico adoptado para la indagación de la disparidad en la distribución
de ingresos en la República Dominicana se asienta en un enfoque multifacético, que persigue una
alta rigurosidad y está integrado por las fases siguientes:

Recolección de Datos Empíricos:

La acumulación de datos empíricos se efectuó recurriendo a un conjunto diversificado de fuentes
verificables, con un énfasis destacado en los informes emanados del Banco Central de la
República Dominicana y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), así
como de instituciones gubernamentales adicionales. Este esfuerzo se vio enriquecido con la
obtención de datos provenientes de sondeos domiciliados, registros fiscales y las cuentas
nacionales.

Análisis Cuantitativo de Datos:

Se procedió con un análisis cuantitativo exhaustivo para la evaluación de los indicadores
fundamentales concernientes a la desigualdad de ingresos. Se recurrió a metodologías estad
ísticas avanzadas para el escrutinio de la distribución de los ingresos a lo largo de los diversos
estratos socioeconómicos, y para disectar la contribución de sectores económicos delineados.

Exploración y Síntesis de Literatura Especializada:

La exploración bibliográfica comprendió un espectro extenso de producción académica y de
indagaciones anteriores vinculadas con la problemática de la inequidad económica en el contexto
dominicano. Este proceso permitió situar en contexto los descubrimientos más recientes y
facilitó la comprensión de las dinámicas y tendencias históricas.

Identificación y Selección de Fuentes de Información:

Entre las fuentes de información primordialmente utilizadas resaltan las proporcionadas por el
Banco Central de la República Dominicana y la CEPAL, que fueron esenciales para acceder a
datos económicos fidedignos y para la comprensión regional del fenómeno estudiado.
Paralelamente, se examinaron datos de encuestas de hogares, registros tributarios y cuentas
nacionales, buscando obtener una visión holística y det allada de las circunstancias.

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Definición y Justificación de Indicadores Clave:

La selección de los indicadores para evaluar la desigualdad de ingresos fue meticulosa,
incluyendo el uso del Índice de Gini como una herramienta crucial. La aplicación de este índice
se realizó a través del análisis de datos obtenidos de encuestas de hogares, registros fiscales y
cuentas nacionales, lo cual propició una valoración cuantitativa y precisa del grado de inequidad
en la distribución de ingresos.

Integración Metodológica y Validación de Resultados:

Dicha metodología integral, respaldada por la triangulación de fuentes diversas y la
implementación de técnicas analíticas sofisticadas, asegura una solidez metodológica y aporta
significativa validez a los resultados obtenidos en esta investigación. Este riguroso proceso
analítico proporciona un marco confiable para comprender la magnitud y la evolución de la
desigualdad de ingresos en la República Dominicana, posibilitando así la formulación de
conclusiones y recomendaciones basadas en evidencia empírica y soportadas en el rigor
científico.
Durante la fase de validación de los resultados, se implementaron procedimientos para asegurar
la confiabilidad y consistencia de los datos, incluyendo, pero no limitándose a, el análisis de
consistencia interna y la triangulación de datos. Se emplearon métodos de verificación de
resultados, como la comparación con estudios previos y la consulta con expertos en el tema para
reafirmar la solidez de las conclusiones.

Discusión de Hallazgos en el Contexto Socioeconómico Dominicano:

La interpretación de los datos se realizó considerando el entorno socioeconómico dominicano, de
manera que la relevancia y aplicabilidad de los hallazgos al contexto nacional fueron
meticulosamente examinadas. Además, se identificaron potenciales factores estructurales y
coyunturales que puedan incidir en las dinámicas de ingreso y desigualdad observadas.
Con la conclusión de este análisis integral, la presente investigación aporta una visión exhaustiva
de la situación de desigualdad de ingresos en la República Dominicana, iluminando áreas clave
para la intervención política y el diseño de estrategias orientadas a la equidad socioeconómica.
De igual modo, los resultados pueden servir de base para estudios futuros y para la
implementación de políticas públicas más efectivas en la lucha contra la desigualdad económica.

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Desigualdad Económica en la República Dominicana: Análisis

Integral de Ingresos y Factores Determinantes (2019-2023)

En República Dominicana, la distribución de ingresos revela una marcada disparidad entre

estratos socioeconómicos. El informe "Desigualdad del ingreso en la República Dominicana
2019-2023" subraya que el 10% de las personas con mayores ingresos recibe aproximadamente
el 55% del ingreso total, mientras que el 10% con menores ingresos obtiene menos del 1%. Esta
realidad pone de manifiesto una polarización económica donde una fracción reducida de la
población tiene una capacidad adquisitiva significativamente más alta que la gran mayoría.
En el tejido económico de la República Dominicana, la disparidad en la distribución de ingresos
no solo es un fenómeno estadístico, sino un reflejo tangible de las brechas sociales y económicas
que afectan a la sociedad. Este desequilibrio financiero no solo se traduce en cifras frías, sino que
permea la vida cotidiana de los ciudadanos, determinando acceso a oportunidades educativas,
servicios de salud y la capacidad de construir un futuro próspero.
La concentración del 55% del ingreso total en manos del 10% más acomodado destaca la
existencia de un sistema económico que, en lugar de promover la movilidad social, parece
reforzar estructuras que favorecen a una élite privilegiada. Esta realidad plantea desafíos
fundamentales para la equidad y la inclusión social, ya que la gran mayoría de la población se ve
limitada en sus aspiraciones y posibilidades debido a esta polarización económica.
Además, la brecha entre el 10% con mayores ingresos y el 10% con menores ingresos, que recibe
menos del 1%, resalta la magnitud de la desigualdad y sus consecuencias potenciales para el
tejido social. La falta de acceso a recursos esenciales y oportunidades para una parte significativa
de la población puede generar no solo tensiones sociales, sino también limitar el desarrollo

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económico a largo plazo al desaprovechar el potencial de un segmento considerable de la fuerza

laboral.
En este contexto, este informe "Desigualdad del ingreso en la República Dominicana 2019-2023"
proporciona una base para la reflexión y la acción. Más allá de las cifras, invita a explorar las
dinámicas subyacentes que perpetúan esta disparidad y aboga por la implementación de políticas
y estrategias que fomenten un desarrollo más inclusivo y equitativo en toda la nación. La
comprensión profunda de estas dinámicas es esencial para construir un futuro donde la capacidad
adquisitiva no sea determinante del acceso a oportunidades y donde la prosperidad sea un
derecho compartido por todos los dominicanos.
La polarización económica no solo limita las oportunidades individuales, sino que también puede
obstaculizar el crecimiento económico general al desaprovechar el potencial creativo y
productivo de una parte significativa de la población. Para abordar este desafío, se requiere un
enfoque integral que no solo busque redistribuir los ingresos, sino también abordar las raíces
sistémicas de la desigualdad, incluyendo la mejora de la educación, el acceso equitativo a
oportunidades laborales y la promoción de políticas inclusivas. Solo a través de un esfuerzo
coordinado y sostenido se podrá avanzar hacia un panorama económico más justo y equitativo en
la República Dominicana.

Sectores de la economía afectados

Los sectores económicos de la República Dominicana presentan distintos grados de aporte a la
desigualdad. Por un lado, el turismo y las zonas francas tienen cierta capacidad de generar ingresos y
empleos, pero también pueden acentuar la dualización entre trabajadores cualificados y no cualificados.
Por otro lado, la agricultura, tradicionalmente un sector con ingresos bajos, concentra una proporción
significativa de los trabajadores más pobres.
Esta dualidad en los sectores económicos de la República Dominicana se manifiesta como un elemento
crucial en la configuración de la desigualdad. Por un lado, el turismo y las zonas francas, al ser motores
importantes de ingresos y empleo, pueden contribuir al desarrollo económico del país. Sin embargo, su
impacto en la desigualdad radica en la creación de una brecha entre los trabajadores cualificados y no
cualificados. Los empleos generados en estos sectores a menudo requieren habilidades especializadas, lo
que puede acentuar las disparidades salariales y de oportunidades entre diferentes estratos de la sociedad.
En contraste, la agricultura, aunque tradicionalmente ha sido un sector con ingresos bajos, desempeña un
papel significativo en la concentración de trabajadores en situaciones económicas precarias. La falta de
inversiones y apoyos adecuados en este sector puede limitar las oportunidades de los trabajadores
agrícolas para mejorar sus condiciones de vida y ascender económicamente. La concentración de
trabajadores más pobres en la agricultura refleja la necesidad de políticas específicas que aborden las
desigualdades estructurales en este sector, promoviendo la equidad en el acceso a recursos y
oportunidades.
El informe subraya la importancia de enfoques diferenciados para enfrentar la desigualdad en los diversos
sectores económicos. Con ello se recomienda una diversificación económica, que vaya de la mano con
estrategias específicas que mitiguen disparidades salariales y de oportunidades entre trabajadores
cualificados y no cualificados. Asimismo, propone la implementación de políticas públicas incluyentes
que eleven la calidad de vida de los trabajadores agrícolas, promoviendo una distribución más equitativa

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de los beneficios económicos y asegurando que el crecimiento en sectores estratégicos beneficie de forma
equitativa a todos los estratos de la sociedad. Solo con un enfoque integral y sectorial se podrán abordar
minuciosamente las raíces de la desigualdad y así concretar un desarrollo más inclusivo y sostenible en la
República Dominicana.
Adicionalmente, cabe destacar que, según datos del Banco Central de la República Dominicana, la
economía ha experimentado un crecimiento sostenido a lo largo de las últimas dos décadas, con un
notable incremento promedio del PIB. Sin embargo, el índice Gini, que mide la desigualdad de ingresos,
ha fluctuado indicando que el crecimiento económico no ha sido distribuido de manera equitativa entre la
población. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la República
Dominicana se situó en un coeficiente de Gini de 0.38 en 2020, lo que señala persistencia en la
desigualdad de ingresos, a pesar de los avances en términos de crecimiento económico.
Estos datos reflejan la complejidad de la situación y sugieren la necesidad de políticas de redistribución
de ingresos más efectivas. Las iniciativas gubernamentales hasta la fecha han incluido transferencias
condicionadas de dinero y programas de asistencia social, pero estos han tenido éxito limitado en la
disminución de la desigualdad a largo plazo. Es crucial que se refuercen estas políticas con inversiones en
educación y capacitación, que garanticen igualdad de oportunidades para todos los dominicanos y que
mejoren la capacidad de los trabajadores para competir en los sectores de mayor generación de valor
agregado, como es el turismo y las zonas francas. Además, la promoción de la agricultura sostenible y
diversificada puede aumentar la seguridad alimentaria y generar empleos con ingresos más estables para
las comunidades rurales, contribuyendo así a reducir la pobreza y la desigualdad económica en el país.

Factores que Contribuyen a la Desigualdad

La profundización en la relación entre educación y acceso a oportunidades revela una dinámica compleja
en la desigualdad de ingresos en la República Dominicana. La educación es un pilar fundamental en la
construcción de una sociedad más equitativa, permitiendo el acceso a empleos bien remunerados y el
cierre de brechas socioeconómicas. Sin embargo, la desigualdad educativa en el país es una realidad
palpable: mientras algunas regiones y estratos socioeconómicos tienen acceso a educación de alta calidad
y a formación técnica y universitaria, otras zonas, especialmente rurales, enfrentan serias limitaciones en
estos aspectos. De acuerdo con datos de la UNESCO, a pesar de los esfuerzos realizados, el índice de
terminación de la educación secundaria en la República Dominicana es aún inferior comparado con el
promedio de América Latina y el Caribe. Esta brecha en la educación contribuye al estancamiento de la
fuerza laboral, limitando su calificación y su capacidad para competir por empleos de alto valor en la
economía global.
Por otro lado, la discriminación de género en el mercado laboral es otra arista que profundiza la
desigualdad en la República Dominicana. Aunque las mujeres han ganado presencia en la fuerza laboral,
la brecha salarial se mantiene como un obstáculo perdurable. Las estadísticas del Banco Central de la
República Dominicana han reflejado que, en promedio, las mujeres ganan menos que los hombres en
puestos equivalentes. Además, esta desigualdad se ve intensificada debido a la sobrecarga que representan
las tareas de cuidado no remuneradas, que recaen desproporcionadamente sobre las mujeres, limitando su
disponibilidad para participar en el mercado laboral y acceder a puestos de mayor jerarquía y
remuneración.
De manera complementaria, la discriminación laboral hacia poblaciones vulnerables, como personas de
ascendencia haitiana y afrodescendientes, es un elemento que no puede ser omitido al hablar de
desigualdad de ingresos. Estas comunidades a menudo se enfrentan a barreras para el acceso a empleos

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dignos y bien pagados, lo que perpetúa ciclos de pobreza y exclusión. En la misma línea, la accesibilidad
a servicios básicos como salud y vivienda adecuada es un factor determinante en la equidad
socioeconómica. Un informe del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo de la República
Dominicana evidencia que los gastos directos en salud afectan con mayor intensidad a los hogares de
menor ingreso, incrementando su vulnerabilidad económica. Asimismo, la escasez de políticas
habitacionales eficientes agudiza el problema de vivienda, creando un escenario donde las familias más
desfavorecidas residen en zonas con infraestructuras deficientes y sin acceso a servicios esenciales,
perpetuando así la segregación socioespacial y la desigualdad.

Para abordar de manera integral la desigualdad de ingresos en la República Dominicana, es imperante

considerar el contexto macroeconómico y la distribución de la riqueza. Según el Informe Nacional de
Desarrollo Humano del PNUD 2018, la desigualdad de ingreso, medida por el índice de Gini, se mantiene
elevada, señalando una concentración considerable de la riqueza en el estrato más adinerado de la
población. Este patrón de distribución de la riqueza impacta directamente en la estructura de
oportunidades y en la movilidad social, donde las personas de hogares de bajos ingresos encuentran
mayores obstáculos para superar las condiciones de pobreza.

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El impacto de las remesas también juega un rol vital en la economía dominicana y en la conformación de
la desigualdad. Las remesas representan alrededor del 8% del PIB del país, según datos del Banco Central
de la República Dominicana. Estos ingresos son una fuente importante de sustento para muchas familias,
pero también pueden contribuir a la desigualdad al generar dependencia y afectar negativamente la
participación laboral local. La distribución desigual de las remesas, concentrándose en ciertas áreas
geográficas y estratos sociales, puede intensificar las disparidades regionales y socioeconómicas.
Adicionalmente, el sistema tributario de la República Dominicana tiene efectos considerables en la
distribución de ingresos. A menudo los sistemas fiscales progresivos contribuyen a la redistribución de la
riqueza, pero en el caso dominicano, la estructura impositiva se caracteriza por su regresividad, donde una
proporción mayor de los impuestos recae sobre el consumo en lugar de la renta. Esto significa que las
personas con menores ingresos dedican una parte más significativa de sus ganancias al pago de impuestos
que aquellos con mayores ingresos. Un análisis más riguroso de las políticas fiscales y su reforma puede
ser clave para garantizar una contribución más equitativa y para fomentar una redistribución de ingresos
más justa.
Estos elementos – distribución de la riqueza, el flujo y uso de las remesas, y la estructura tributaria – son
fundamentales en la comprensión y el tratamiento de la desigualdad de ingresos en la República
Dominicana. La adopción de políticas económicas y fiscales inclusivas, junto con iniciativas que
promuevan la justicia social y la equidad, serán esenciales para moldear un futuro más próspero y
equitativo, donde todos los dominicanos tengan la oportunidad de contribuir y beneficiarse del
crecimiento económico del país.

Análisis del Índice de Gini

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El Índice de Gini es una medida de la distribución de los ingresos o el consumo dentro de una población y
se utiliza para cuantificar la desigualdad económica. El índice varía entre 0 y 1, donde 0 corresponde a
una perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 representa una desigualdad extrema (una
persona tiene todos los ingresos y el resto no tiene nada).
La mayoría de los países tiene un índice de Gini que se sitúa entre 0.25 y 0.60, donde los países con
índices más bajos tienen una distribución de ingresos más equitativa, mientras que aquellos con índices
más altos presentan mayores niveles de desigualdad.
Para enfocarnos en la República Dominicana, debemos considerar las estadísticas recientes y cómo han
cambiado a lo largo del tiempo. Según datos del Banco Mundial y otros informes económicos, en años
recientes el índice de Gini de la República Dominicana ha oscilado alrededor de 0.40 a 0.45, lo que indica
que existe una desigualdad significativa en la distribución del ingreso. Este rango es común para muchas
economías en desarrollo y es un reflejo de múltiples factores estructurales y económicos que influyen en
la distribución de la riqueza.
Las políticas gubernamentales, el crecimiento económico, la inversión en educación y salud, y la
efectividad de los programas de asistencia social son factores clave que pueden influir en el índice de Gini
de un país. En la República Dominicana, factores como las siguientes pueden contribuir a su nivel de
desigualdad de ingresos:
● Concentración de la riqueza: La riqueza en la República Dominicana puede estar concentrada en
pocas manos, principalmente en las de empresarios exitosos y políticos influyentes.

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● Disparidad rural-urbana: Las áreas urbanas, especialmente en torno a ciudades grandes como
Santo Domingo, suelen tener más oportunidades de empleo y salarios más altos en comparación
con las zonas rurales, donde hay más pobreza y las personas dependen en gran medida de la
agricultura y empleos menos estables.
● Educación y habilidades: La calidad y accesibilidad de la educación puede variar
significativamente, lo que resulta en diferencias en las habilidades y por ende en la capacidad de
las personas para acceder a trabajos mejor remunerados.
● Programas de asistencia social: La eficacia y alcance de los programas de asistencia social pueden
tener un impacto importante en la reducción de la pobreza y, por ende, la desigualdad.
● Mercado laboral: La informalidad del mercado laboral puede perpetuar la desigualdad; muchas
personas trabajan en el sector informal sin acceso a beneficios laborales ni protección social.
● Inversión extranjera: Mientras que la inversión extranjera puede impulsar el crecimiento
económico, a menudo los beneficios no se distribuyen equitativamente, lo que puede incrementar
la desigualdad si las ganancias se concentran en pocas manos.

En años recientes, la República Dominicana ha experimentado un crecimiento económico sostenido, y se

ha informado que la pobreza ha disminuido. Sin embargo, la desigualdad de ingresos sigue siendo un
desafío importante.
Para mejorar el índice de Gini y reducir la desigualdad, el gobierno puede implementar políticas
redistributivas, invertir más en educación y salud, mejorar la protección social para los trabajadores, y
fomentar oportunidades económicas en las zonas rurales y para los sectores desfavorecidos de la
población. Una reforma fiscal progresiva, que implique mayores impuestos a los ricos y mayor inversión
en los servicios públicos, podría también tener un impacto positivo en la distribución del ingreso.
Es importante mencionar que el índice de Gini sólo proporciona una imagen estática de la desigualdad y
no cuenta toda la historia. No capta por completo aspectos como la movilidad social, la equidad de
oportunidades, o las disparidades en otros recursos como la educación o la salud, que también son
importantes para comprender el bienestar y la calidad de vida de una población.
Al comparar la desigualdad en la República Dominicana con la de otros países, se observa que, aunque no
es el país más desigual de la región, sí supera el promedio de desigualdad de muchas otras naciones. Por
ejemplo, la concentración del ingreso en el 1% más rico es más alta en la República Dominicana que en
países comparables de la región.

Impacto Socioeconómico de la Desigualdad

La desigualdad socioeconómica en la República Dominicana tiene efectos profundos y pervasivos en el
desarrollo del país y el bienestar de sus habitantes, pudiendo limitar el crecimiento económico de largo
plazo al reducir la capacidad de inversión en educación y salud de los ingresos más bajos, lo que se
traduce en una menor productividad y un mercado interno menos activo debido al limitado poder
adquisitivo de muchos ciudadanos. Esta desigualdad va de la mano con altos niveles de pobreza y
exclusión social, impidiendo un acceso equitativo a servicios esenciales y perpetuando ciclos de
desigualdad de generación en generación.
Además, la desigualdad puede derivar en un sistema educativo polarizado, donde la calidad de la
formación que reciben los niños y jóvenes depende en gran medida de los recursos económicos de sus
familias, condicionando el futuro empleo y el crecimiento personal de individuos menos privilegiados. El

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acceso a la salud es otra área crítica afectada por la disparidad de ingresos, ya que las comunidades más
desfavorecidas enfrentan barreras significativas para obtener atención médica adecuada, creando brechas
pronunciadas en términos de salud y esperanza de vida.
La seguridad también se ve comprometida, ya que una mayor desigualdad puede estar asociada con un
aumento de la violencia y la criminalidad, con algunas personas recurriendo a la ilegalidad como forma de
subsistencia o movilidad social. Asimismo, la percepción de un sistema injusto y oportunidades
desigualmente distribuidas merma la cohesión social y mina la confianza en las instituciones
gubernamentales y la participación cívica.
La inversión y el dinamismo del mercado laboral pueden verse afectados negativamente, disuadiendo a
las empresas de invertir en áreas de alta desigualdad y llevando a condiciones laborales precarias y bajos
salarios. La situación puede resultar en una migración significativa de dominicanos que buscan mejores
condiciones de vida en el extranjero, lo que a su vez exacerba la pérdida de talento y capital humano
necesario para el progreso del país.
Frente a estos desafíos, es vital que la República Dominicana progrese en la implementación de políticas
enfocadas en una distribución más justa de la riqueza y oportunidades. Esto puede incluir reformas
fiscales progresivas, el fortalecimiento de la red de seguridad social, inversiones significativas en
servicios públicos fundamentales y el desarrollo de un mercado laboral más inclusivo y formalizado.
Estas acciones no solo son imperativas para combatir la desigualdad, sino que también son esenciales para
fomentar una economía robusta, una sociedad unida y una nación estable.

Políticas y Estrategias para Reducir la Desigualdad

En su lucha contra la desigualdad, la República Dominicana ha puesto en marcha diversas iniciativas
gubernamentales para abordar la raíz de este problema y promover un crecimiento más inclusivo. Entre
estas medidas, se encuentran acciones de regulación laboral, como la formalización del trabajo doméstico,
y la expansión del seguro de salud que busca garantizar cobertura universal.
Las inversiones destinadas a la educación y al sector habitacional también se destacan como estrategias
fundamentales para proporcionar igualdad de oportunidades, entendiendo que la educación de calidad es
un pilar para el crecimiento personal y profesional, mientras que el acceso a una vivienda digna y
asequible es base para la estabilidad y seguridad de las familias.
A nivel de programas específicos, iniciativas como "Vivienda Feliz" buscan brindar soluciones
habitacionales a quienes más lo necesitan, y "RD Trabaja" se enfoca en la creación de empleos,
contribuyendo así a mejorar las condiciones de vida y aumentar la capacidad productiva de los
ciudadanos.
El papel del sector privado y la sociedad civil no se puede subestimar, ya que complementan y amplifican
el alcance de las políticas públicas. A través de la responsabilidad social empresarial, las empresas pueden
generar empleo digno y participar en el desarrollo comunitario, mientras que las organizaciones no
gubernamentales desempeñan una función esencial en la movilización social, la defensa de derechos y la
promoción de políticas inclusivas.
Para garantizar que estos esfuerzos tengan un impacto sostenible y profundo en la reducción de la
desigualdad, es clave la colaboración estrecha y constante entre el gobierno, el sector privado y la
sociedad civil. Juntos, pueden abordar los desafíos estructurales y diseñar un entorno más justo donde

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cada dominicano pueda alcanzar su potencial. Un compromiso continuado con iniciativas bien focalizadas
y la evaluación constante de sus resultados son fundamentales para adaptar políticas que permitan a la
República Dominicana avanzar hacia una sociedad más equitativa.

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Persistencia de la Desigualdad: Análisis de la Distribución de

Ingresos en la República Dominicana (2019-2023)
El análisis de la distribución de ingresos en la República Dominicana a través de deciles en los
períodos comprendidos entre el primer trimestre de 2019 y el segundo trimestre de 2023 se
centrará en evaluar los cambios en la equidad de ingresos y la concentración de riqueza. Para
ello, se hará uso de los indicadores presentes en las tablas proporcionadas, tales como la
proporción de ingresos y población por decil, y la brecha acumulativa entre dichos porcentajes
(Pi-Qi).
Durante el primer trimestre de 2019, observamos que el decil 1, que contiene el 10% de la
población con los ingresos más bajos, posee únicamente el 0.02% de los ingresos totales del
periodo. En oposición, el decil 10, conformado por el 10% con los ingresos más altos, acumula el
0.37% de los ingresos. Este desequilibrio refleja una considerable disparidad económica, una
característica que persiste durante los trimestres sucesivos.
A lo largo de los trimestres sucesivos hasta el segundo trimestre de 2023, si bien hay ligeras
fluctuaciones en los porcentajes de ingresos por decil, el patrón de concentración de ingresos
permanece. Aunque se pueden apreciar incrementos marginales en los ingresos del primer decil,
el décimo decil consistentemente se mantiene acumulando una proporción sustancialmente
mayor de la riqueza, subrayando una persistencia en la desigualdad de ingresos.
La diferencia acumulativa Pi-Qi es un indicador revelador de inequidad, donde un valor cercano
a cero indicaría una distribución equitativa del ingreso. Durante los períodos analizados, los
valores de Pi-Qi sugieren una brecha significativa entre los ingresos de los deciles bajos y altos.
El total acumulado de Pi sugiere una concentración de ingresos a lo largo de los sucesivos
deciles, con una acumulación final de 17.50 que no varía con el paso del tiempo, indicando que
no ha habido cambios estructurales significativos en la distribución del ingreso durante el
periodo estudiado.
Es importante resaltar que durante el segundo trimestre de 2020 se observan reducciones en la
proporción de ingresos pertenecientes a los deciles inferiores, posiblemente indicativo de los
efectos económicos provocados por la pandemia de COVID-19. No obstante, para el tercer
trimestre de 2020, el ingreso del primer decil aumenta notablemente, sugiriendo una
recuperación económica parcial para este segmento.
Los resultados de este exhaustivo análisis revelan una realidad alarmante en la República
Dominicana en cuanto a la distribución de ingresos. La persistente brecha entre los deciles más
bajos y el decil más alto refleja no solo desigualdades económicas, sino también la necesidad
urgente de abordar estas disparidades de manera efectiva. La falta de cambios estructurales
significativos a lo largo del periodo estudiado señala la resistencia de estas inequidades a las
medidas existentes. En este contexto, es imperativo que las autoridades consideren estrategias
más audaces y holísticas para abordar la desigualdad económica y promover un desarrollo
inclusivo. La recuperación económica parcial observada en el primer decil durante el tercer

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trimestre de 2020 sugiere que las políticas implementadas pueden tener impactos positivos, pero
se requiere un compromiso sostenido y enérgico para lograr cambios duraderos.

Conclusión
El análisis exhaustivo de la desigualdad económica en la República Dominicana revela una realidad
compleja y multifacética que abarca desde la concentración extrema de ingresos hasta las disparidades en
acceso a educación, salud, oportunidades laborales y servicios básicos. El informe "Desigualdad del
ingreso en la República Dominicana 2019-2023" arroja luz sobre los desafíos persistentes que enfrenta el
país, pero también señala oportunidades clave para abordar estas desigualdades estructurales y construir
un futuro más equitativo.
La disparidad en la distribución de ingresos, evidenciada por el 10% de la población con mayores
ingresos acaparando el 55%, contrasta drásticamente con el 10% más desfavorecido que apenas recibe el
1%. Este desequilibrio financiero no solo se traduce en cifras frías, sino que permea la vida cotidiana de
los ciudadanos, determinando su acceso a oportunidades y servicios esenciales. La desigualdad no es
simplemente un fenómeno estadístico; es un reflejo tangible de las brechas sociales y económicas que
afectan a la sociedad dominicana.
Este desafío se manifiesta en varios sectores económicos, desde el turismo y las zonas francas hasta la
agricultura. Aunque estos sectores contribuyen al crecimiento económico, también pueden acentuar la
dualización entre trabajadores cualificados y no cualificados, exacerbando las diferencias salariales y de
oportunidades. La concentración de trabajadores pobres en la agricultura destaca la necesidad de políticas
específicas para abordar las desigualdades estructurales en este sector.
Las políticas y estrategias para reducir la desigualdad se presentan como una hoja de ruta crucial.
Iniciativas gubernamentales, programas de desarrollo social y económico, y la colaboración con el sector
privado y la sociedad civil son elementos clave en este proceso. La formalización del trabajo doméstico,
la expansión de la cobertura de salud, programas como "Vivienda Feliz" y "RD Trabaja", y la
responsabilidad social empresarial son ejemplos de acciones que buscan mitigar las disparidades.
El análisis del índice de Gini revela que, a pesar del crecimiento económico, la desigualdad persiste. La
concentración de la riqueza, la disparidad rural-urbana, la calidad educativa variable y la informalidad
laboral son factores que contribuyen a este problema. La implementación de reformas fiscales
progresivas, inversiones en educación y salud, y la promoción de oportunidades económicas en áreas
desfavorecidas se perfilan como estrategias efectivas.
La desigualdad socioeconómica no es solo un problema estadístico; tiene consecuencias profundas en el
desarrollo del país. Limita la capacidad de inversión en educación y salud de los estratos más bajos,
generando menor productividad y un mercado interno menos activo. Además, afecta la seguridad, la
cohesión social y la confianza en las instituciones.
El camino hacia una República Dominicana más equitativa y sostenible implica un esfuerzo integral y
constante. La colaboración entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil es esencial. La
evaluación continua de políticas y la adaptación a los desafíos cambiantes son cruciales para asegurar un
impacto positivo y sostenible en la reducción de la desigualdad.
En última instancia, construir una sociedad más equitativa no solo es un imperativo moral, sino también
una estrategia para un crecimiento económico sostenible y un bienestar duradero. La República

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Dominicana tiene el potencial de superar estos desafíos y avanzar hacia un futuro donde la prosperidad
sea compartida por todos sus ciudadanos.

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Anexos
Gráficos de Gini y la curva de Lorenz

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