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Nacionalización e Internacionalizacion de PDVSA

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Educación Universitaria


Universidad Nacional Experimental Marítima del Caribe
Asignatura: Comerc. de Polít. Petroleras y Mineras.
Ensayo - Grupo Nro. 5

Nacionalización e Internacionalizacion de PDVSA

PDVSA fue fundada en 1975 durante el primer período presidencial de Carlos Andrés Pérez como
consecuencia inmediata de la industria petrolera. Comenzó sus operaciones el 1 de enero de 1976,
donde el estado venezolano es el único accionista, aunque se fundó con el objetivo que desarrollara sus
actividades con la eficiencia de una empresa privada, algo que ha sido desvirtuado en la cuarta y la
quinta república.

Ahora bien, para lograr llegar a lo que actualmente conocemos como PDVSA, se tuvo que pasar por
procesos de nacionalización, por los cuales, nuestro país puedo evidenciar dos de ellos: Primer proceso
de nacionalización en 1974 y el Segundo proceso de nacionalización en el 2005. De los cuales,
analizaremos lo sucedido dentro de ellos.

En 1971 el gobierno de Rafael Caldera promulga la ley sobre Bienes Afectos a Reversión de las
Concesiones de Hidrocarburos, mediante la cual se consagraba el derecho del país a rescatar la
industria petrolera en perfectas condiciones de operatividad sin deber de indemnización por bienes
revertidos. Las compañías petroleras no recibieron con especial agrado esa decisión, repercutiendo las
consecuencias en los resultados electorales de 1973. Esto provocó la detención de la nacionalización
por el momento. No obstante, en 1974 el actual presidente Carlos Andrés Pérez quien retoma esta
propuesta, apaciguando a las compañías con jugosas propuestas, permitiendo que en esta ocasión se
llevara a cabo dicho plan.

El 18 de agosto de 1975 fue aprobada la ley. Se comenta que fue: un “round” ganado por la burguesía
emergente en medio de un fragor mediático que presentaba el hecho como el non-plus-ultra del
nacionalismo y de la “verdadera” independencia. Algunos de los beneficios obtenidos por la burguesía
fueron: el valor de las importaciones aumentó, las exportaciones se redujeron, los empresarios
obtuvieron una gran cantidad de créditos por distintas instituciones del Estado y más exoneraciones
aduaneras e industriales que pago de impuestos, millones de bolívares en subsidios económicos; todo
ello como incentivo al desarrollo que los beneficiarios nunca motorizaron, siendo estos desviados hacia
negocios especulativos. Las empresas internacionales, por su parte, recibieron indemnizaciones y
quedaron exentas de responder por el despilfarro de recursos debido a métodos irracionales de
explotación, por los daños causados al entorno como el Lago de Maracaibo, y también en relación a
los fraudes cometidos por esos consorcios mediante manipulaciones contables. El 30 de agosto del
mismo año, fue creada Petróleos de Venezuela, S.A., y fue nombrado presidente el general Rafael
Alfonso Ravard. También se destacan detalles que muestran como los consorcios multinacionales
perfeccionan el control sobre todas las operaciones de PDVSA, la atan de manos con el fetichismo
tecnológico, le limitan las posibilidades en investigación y desarrollo, le constriñen a comprar bienes,
materiales y equipos a las corporaciones a los precios impuestos por ellos mismo e introducen cláusulas
que las liberan de pagar aumentos impuestos por el Estado.

No es, si no en el 2004 cuando el mandatario actual de la Nación, el presidente Hugo Chávez, denuncia
por los medios de comunicación que en la década de los 70, nunca hubo tal nacionalización del
petróleo, “sino un acuerdo entre las elites nacionales e internacionales, para repartirse los dividendos
de esos recursos entre ellos.” Fueron tres décadas de sometimiento, desde 1974 hasta 2002, cuando
producto de las acciones revolucionarias, la aprobación de la nueva ley de Hidrocarburos y las
presiones del pueblo y los trabajadores, provocó que la vieja PDVSA colapsara por dentro. En ese
momento, los mecanismos de dominación instalados allí durante tanto tiempo comenzaron a
desmoronarse hasta llegar al punto de estallar, dando paso al golpe de Estado de abril de 2002, donde
se intentó derrocar al Gobierno, eliminar la constitución y apropiarse nuevamente de dicho recurso,
pero todo ello fue un intento fallido de su parte y el Estado continuo con aplicando sus nuevas
acciones.

El 1 de mayo de 2007, el presidente Hugo Chávez, en un acto de multitudinario que se llevó a cabo
desde el complejo industrial José Antonio Anzoátegui, ordenó la migración de empresas mixtas de los
convenios de exploración a riesgo y ganancias compartidas, que puso fin al proceso de privatización
petrolera nacional, iniciado durante la década de los 90, que provocó severas pérdidas a la Nación. Ese
fue el inicio de una nueva historia, descrita como “Una decisión soberana”, ya que no sólo aumentó la
productividad de las empresas, si no que reivindicó y dignificó a más de 6 mil trabajadores de la
industria. Podemos destacar que actualmente PDVSA tiene el control total de 11 filiales nacionales a
través de las cuales separa sus actividades de producción, transporte y comercialización de los
diferentes tipos de crudo y sus derivados, además de otras actividades sociales. Así como también
posee actualmente el 100% de las acciones de CITGO Petroleum (en los EE.UU) y tiene una
participación accionaria en otras empresas internacionales de actividad petrolera.

Si analizamos estos dos procesos, podemos concluir que el segundo procesos se pudo apreciar una
verdadera nacionalización, ya que se tomaron medidas que beneficiaron económicamente al país y que
la producción se convirtió en un procesos controlado totalmente por la industria venezolana, cuyos
ingresos fueron tangibles para el Estado, mientras que en el primer procesos se pudo considerar como
un convenio entre el la burguesía y las industrias extrajeras para realizar fraudes y aprovecharse de la
producción sin retribución al Estado.

Hablemos ahora de un tema no menos importante, que es la internacionalización del petróleo. La


internacionalización es un programa estratégico de inversiones de largo plazo, encaminadas a integrar
verticalmente a través de la propiedad directa de activos, las actividades de exploración y producción
del petróleo de PDVSA en Venezuela con las actividades de refinación, distribución, almacenamiento y
mercadeo al detal de productos petrolíferos en algunos países que se encuentran entre los países
consumidores de petróleo más importantes del mundo.

Gracias a diversos sucesos que ocurrieron en el mundo desde 1929, Venezuela comenzó a incursionar
en el ámbito internacional, muchos de esos acontecimientos fueron: Venezuela se convierte en el
segundo mayor productor de petróleo luego de Estados Unidos, el estallido de la segunda guerra
mundial genera que nuestro país adquiera una importancia geopolítica relevante, Los cambios en la
política petrolera, ocurre lo que se conoce como el “Primer Shock Petrolero”, la nacionalización de las
concesiones de Shell, Exxon y otros inversionistas los cuales se fusionaron con Petróleos Venezuela,
S.A, entre otros.

La estrategia de la internacionalización de PDVSA, obedece a las líneas de acción que la industria


petrolera definió con la intención de diversificar las fuentes de ingresos y también de mejorar las
posibilidades de colocación en los mercados foráneos de la mayor cantidad posible de crudos pesados
venezolanos. En otras palabras, es un intento de colocar la empresa petrolera nacional a la altura de las
nuevas exigencias de los mercados mundiales del petróleo y a su vez, crear un potencial económico
real a las grandes reservas de crudos pesados.
Pero para el fisco venezolano, la internacionalización ha resultado extraordinariamente costosa, ya que
ha reducido tanto los ingresos por concepto de exportación, gracias a los descuentos, como el ingreso
gravable de PDVSA. El objetivo estratégico de colocar grandes volúmenes de crudo en instalaciones
controladas por PDVSA se ha conseguido a costa de fuertes disminuciones en los ingresos fiscales de la
nación, que a fin de cuentas son los que reflejan los beneficios que la nación venezolana obtiene por
permitir la explotación de un recurso natural no renovable que es de su exclusiva propiedad y dominio.

Para el gobierno, la internacionalización no ha reportado beneficios tangibles, sobre todo porque


PDVSA no ha declarado las ganancias obtenidos de sus filiales en el exterior. Los activos de la empresa
han resultado costosos, además que el costo de los activos no son recuperables.

En cuanto a la compañía misma, el principal cambio derivado de la internacionalización es que PDVSA


se ha transformado en el cuarto o quinto refinador más grande del mundo, sin embargo, los contratos de
suministro con las filiales en el exterior reducen la flexibilidad de la empresa severamente, por la
necesidad de adquirir crudo para cumplir con compromisos previamente aceptados. Además la
compañía ha adquirido activos cuyo costo real es muy superior al precio por el cual se podrían vender.
Asimismo la compañía ha tenido que mantener ciertos contratos de suministros poco rentables donde la
única forma de limitar los daños derivados de dichos contratos es tener un 100% de participación
accionaria en activos que han tenido muy poca rentabilidad para la empresa.

Tanto las refinerías de PDVSA en el exterior como los socios extranjeros de la compañía han podido
integrarse de manera adecuada, con costos muy bajos y con beneficios tangibles muy grandes. Por otro
lado, el principal beneficiario de CITGO parece ser el consumidor estadounidense de combustibles
automotores, que adquiere los productos que CITGO vende a precios muy atractivos, tan solo para
asegurar un flujo continuo de crudo Venezolano a través de las refinerías de PDVSA.

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