Fallo
Fallo
Fallo
#30926114#343047234#20220923140706206
III. Motiva el inicio de las presentes actuaciones el
accidente ocurrido el día 3 de mayo de 2017, aproximadamente a las
15:50 hs, cuando la actora circulaba a bordo de su bicicleta por la
calle Valle de esta ciudad -por la ciclovía existente en el lugar-, con
dirección este-oeste, y al arribar a la intersección de dicha arteria con
la calle Viel, resultó embestida por la parte frontal del vehículo marca
Chevrolet Corsa dominio IWI 906, que circulaba por la calle Viel, con
sentido Norte-Sur, al mando de la codemandada Leticia Carella.
IV. Agravios
Se agravia la parte actora en torno a la ponderación de
los rubros incapacidad física y daño moral, que estima insuficientes a
tenor del porcentaje de incapacidad pericialmente comprobado y del
principio de reparación plena
Por su parte, la codemandada y la citada en garantía se
agravian de la responsabilidad endilgada en la instancia de grado,
insistiendo en esta instancia en la exclusiva responsabilidad de la
actora, quien provocó el accidente al no tener el pleno dominio de la
bicicleta que conducía.
Asimismo, cuestionan la procedencia y monto de los
rubros incapacidad física y daño moral y el importe fijado por gastos
de farmacia y traslado. Y finalmente se quejan de la tasa de interés
dispuesta por el magistrado de primera instancia, alegando que su
aplicación implica alterar el significado económico de la condena,
generando un enriquecimiento indebido para la actora.
V. Responsabilidad:
Adelanto que seguiré a los recurrentes en las alegaciones
que sean conducentes para decidir este conflicto (conf. CSJN
Fallos:258:304, entre otros), pues recuerdo que como todas las
pruebas no tienen el mismo peso, me apoyaré en las que resulten
apropiadas para resolver el caso (conf. CSJN, Fallos: 274:113), las
que produzcan mayor convicción en concordancia con los demás
#30926114#343047234#20220923140706206
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
#30926114#343047234#20220923140706206
Perjuicios”; Id id 22/9/2021 Expte N° 14016/2018 “Núñez Cecilia
Constancia y otro c/ Empresa Ciudad de San Fernando s/ daños y
Perjuicios”; entre muchos otros).
La bicicleta es un medio de transporte impulsado por el
esfuerzo humano, que puesto en circulación desarrolla una velocidad
limitada a las particularidades físicas del ciclista, con una gran
movilidad de maniobra y sin estructura defensiva para su conductor,
por ello la bicicleta más que constituir un riesgo de daño para terceros,
en la circulación del tránsito, lo es para la propia persona que en ella
se transporta, por la vulnerabilidad de su estructura.
Si bien pertenece a la categoría de vehículo menor,
corresponde que su conductor tome las precauciones, adecuando su
conducción a las circunstancias de tiempo y lugar, tratando en la
medida de lo posible de abstenerse de realizar maniobras que
impliquen un peligro para su vida o la de los demás obligando a su
conductor a extremar las medidas de seguridad cuando pretende
circular por las calles o rutas (Conf. CNCiv, Sala J, 6/5/2011, Expte
50516/2008, “Capria, Romina Paula c/ Azzigotti, Luciano s/ daños y
perjuicios” Ídem, 27/12/2011, Expte. Nº 9126/2004 “Kodelia Alberto
José c/Galván Julio Cesar y otro s/daños y perjuicios” y Expte. Nº
71599/2004 “Comi Cooperativa Limitada de Prov. en el Área de la
Salud c/ Galván Julio Cesar y otro”/ acción subrogatoria”), siendo a
su vez destinatario de las normas administrativas tendientes a su
regulación, tanto en lo relativo a sus condiciones de funcionamiento
como a las reglas de circulación.
El fallo en crisis concluye en atribuir la responsabilidad
del evento a la parte demandada, persistiendo en esta instancia las
quejosas en la imputación de la responsabilidad a la víctima, y ante
dicha discrepancia, no cabe más que proyectarse a las probanzas
arrimadas a la causa tendientes a acreditar las versiones brindadas por
las partes y, en su ausencia, a las reglas de la carga de la prueba, las
#30926114#343047234#20220923140706206
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
#30926114#343047234#20220923140706206
por tal motivo el vehículo de la parte demandada resulta ser el
embistente y el embestido el ser humano con su bicicleta” (227).
Afirmó que ante un cartel de “pare” –como el que se
hallaba sobre la arteria por la que circulaba la demandada antes del
cruce con la calle Valle- el vehículo que circula por la calle donde está
ubicado el cartel debe detener totalmente su marcha y verificar que no
existe peligro para iniciar el cruce de la arteria que va a atravesar (fs.
227).
Finalmente sostuvo el experto que puede suponer posible
que el accidente se haya producido de la manera relatada en la
demanda y que la mecánica del accidente detallada por la parte actora
puede resultar verosímil (fs. 227 vta.).
Al responder la impugnación formulada a fs.233, el
perito refirió: “El manejo del conductor del vehículo del demandado
no fue muy defensivo, atento que según fue demostrado en el informe
pericial, antes de la encrucijada donde se produjo el accidente había
señales que indicaban la existencia de una zona de circulación de
bicicletas” (fs. 237 vta.).
Los elementos de convicción obrantes en autos, permiten
inferir que la demandada no adoptó los recaudos pertinentes antes de
emprender el cruce en cuestión, como atender a las señales que
indicaban la presencia de una ciclovía –de doble mano de circulación-
y además el cartel de pare, que la obligaba a detenerse y verificar la
ausencia de otros vehículos circulando por la calle Valle.
En relación a la eximente de responsabilidad invocada por
los recurrentes, esto es el hecho de la propia víctima, quien, según
afirman circulaba sin tener el dominio pleno de su rodado, entiendo al
igual que el distinguido Sr. juez de grado, que los extremos alegados
no han quedado acabadamente acreditados en autos para configurar la
exoneración pretendida.
#30926114#343047234#20220923140706206
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
#30926114#343047234#20220923140706206
judicialmente para el juez, para las partes y el proceso, en razón de
que para el método judicial un hecho afirmado, no admitido y no
probado, es un hecho que no existe, pues para ello se requiere un
mínimo contenido objetivo en el material con el que se opera (conf.
Kielmanovich, Jorge L., Teoría de la prueba y medios probatorios,
pag. 37, Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2001).-
La razón de ser de la carga de la prueba es evitar que por
causa de hechos dudosos el juzgador se abstenga de sentenciar la
cuestión de derecho que rige la causa. Es por eso que frente a los
hechos inciertos, dudosos o simplemente no probados por las partes
resultan necesarias ciertas reglas que permitan al sentenciante llegar a
una certeza oficial.
El juez debe responsabilizar a la parte que, según su
posición en el caso, debió justificar sus afirmaciones pero sin embargo
no logró formar la convicción acerca de los hechos invocados como
fundamento de su pretensión.
En definitiva, las reglas sobre carga de la prueba no
tratan de fijar quien debe llevar la prueba, sino quien asume el riesgo
de que falte, por ello señala Devis Echandía que no es correcto decir
que la parte gravada con la carga debe suministrar la prueba o que a
ella le corresponde aportarla, es mejor decir que a esa parte le
corresponde el interés en que tal hecho resulte probado o en evitar que
se quede sin prueba y, por consiguiente, el riesgo de que falte –se
traduce en una decisión adversa- (Devis Echandía, Hernando, Teoría
General de la Prueba Judicial, Zavalía, Buenos Aires, 1988, T. I pág.
484).
Por lo hasta aquí expuesto, teniendo en cuenta que regía la
regla de inversión de la carga probatoria, los argumentos vertidos por
las apelantes no alcanzan a conmover los fundamentos brindados en la
sentencia recurrida, por lo que resulta indiscutible el acierto de la
misma en orden a la atribución de responsabilidad efectuada.
#30926114#343047234#20220923140706206
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
#30926114#343047234#20220923140706206
elaboradas y teniendo en mira, precisamente, la incorporación de las
normas de rango constitucional y convencional.
Así, el art. 1737 da una definición genérica y abarcativa
del concepto de daño: hay daño cuando se lesiona un derecho o un
interés no reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por
objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva.
En particular, el art. 1738 determina que la
indemnización comprende la pérdida o disminución del patrimonio de
la víctima, el lucro cesante en el beneficio económico esperado de
acuerdo a la probabilidad objetiva de su obtención y la pérdida de
chances. Incluye especialmente las consecuencias de la violación de
los derechos personalísimos de la víctima, de su integridad personal,
su salud psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas y las que
resultan de la interferencia en su proyecto de vida.
Específicamente en relación con el principio de
resarcimiento integral, el art. 1740 Cod. Civ. y Com. establece que la
reparación del daño debe ser plena, restituyendo la situación del
damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en
dinero o en especie.
La incapacidad sobreviniente está representada por las
secuelas o disminución física o psíquica que queda luego de
completado el período de recuperación o restablecimiento;
produciéndose entonces para la misma un quebranto patrimonial
indirecto, derivado de las limitaciones que presenta al reanudar sus
actividades habituales y al establecerse su imposibilidad -total o
parcial- de asumirlas y cumplirlas adecuadamente. La incapacidad
económica -o laborativa- sobreviniente se refiere a una merma de
aptitudes que sufre el individuo para obtener lucros futuros, sea en las
tareas que habitualmente suele desempeñar o en otras, es decir, una
chance frustrada de percepción de ganancias..." (Trigo Represas, Félix
#30926114#343047234#20220923140706206
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
#30926114#343047234#20220923140706206
diagnostique debe dañar de manera perdurable una o varias de las
siguientes funciones del sujeto: 1) incapacidad para desempeñar sus
tareas habituales; 2) incapacidad para acceder al trabajo; 3)
incapacidad para ganar dinero y 4) incapacidad para relacionarse”.
Atento que, en síntesis, la incapacidad indemnizable es
tributaria de la cronicidad, en tanto que el sufrimiento psíquico normal
(no incapacitante), que no ha ocasionado un desmedro de las aptitudes
mentales previas, si es detectado e informado por el perito, es uno de
los elementos que el juez podrá incluir en el ámbito del daño moral
(Conf. CNCiv., Sala “J”, 19/4/2021, Expte N° 58884/2014, “Sassi,
Noel Humberto c/ Club Atlético River Plate y otros s/ Daños y
Perjuicios”; Idem, 3/5/2021 Expte N° 89109/2013, “Cardozo Hilda
Nélida c/ Ferrovías S.A.C. s/ Daños y Perjuicios”; ídem id, 3/9/2021,
Expte N° 2215/2010 “González Sebastián Eduardo c/ Dodds Hernán
Darío s/ daños y Perjuicios”; entre muchos otros).
Cabe recordar que Nuestro Máximo Tribunal ha
señalado que, aunque los porcentajes de incapacidad estimados por
los peritos médicos constituyen un elemento importante a considerar,
no conforman una pauta estricta que el juzgador deba seguir
inevitablemente, ya que no sólo cabe justipreciar el aspecto laboral
sino también las demás consecuencias que afectan a la víctima.
(C.S.J.N., Fallos: 310:1826; Ídem., 11/06/2003, “Cebollero, Antonio
Rafael y otros c/ Córdoba, Provincia de”, Fallos: 326:1910).
Es decir que, para establecer el quantum de la
indemnización por incapacidad sobreviniente, debe considerarse la
incidencia del hecho dañoso, cualquiera sea su naturaleza, en relación
con todos los aspectos de la personalidad de la víctima, tanto en lo
laboral como en lo social, en lo psíquico como en lo físico.
A los fines de establecer el monto que debe resarcirse por
este concepto, deben tenerse en cuenta las condiciones personales de
la víctima, así como las familiares y socio-económicas, sin que el
#30926114#343047234#20220923140706206
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
#30926114#343047234#20220923140706206
pedido de auxilio médico para “Viel y Valle V.P. (vía pública),
solicitado a las 15:55 horas. El motivo de la solicitud se registró como
´Código A II (traumatismo grave-atropellado)´Categoría ´Código Rojo
(emergencia)´. ..Arribado el móvil al lugar a las 16:13 horas y
finalizando el auxilio médico a las 16:44 horas con traslado del
paciente al Hospital General de Agudos Carlos A. Durand”…”En el
campo Apellido y nombre (del paciente) se lee: ´Souza, Nancy´;
Diagnóstico Presuntivo: ´Código 4 (traumatismo leve) miembro
inferior derecho” (fs. 60).
A fs. 94 obra una copia de la hoja de guardia del Hospital
Carlos A. Durand, donde se observa que la actora fue llevada en
ambulancia por accidente en la vía pública (bicicleta –auto). Que se le
indicaron analgésicos, reposo y pautas de alarma.
De la historia clínica expedida por el Sanatorio
Finochietto surge que la reclamante concurrió el día del accidente al
servicio de traumatología, presentando “traumatismo de pierna
derecha (región distal) producto de un accidente en la vía pública” y
“excoriación en cara antero externa” y que refería “no poder
deambular”. Se le realizó una radiografía y se le indicaron
analgésicos, hielo y reposo durante una semana. El día 15 de mayo de
2017 se consignó una nueva consulta de la actora por el traumatismo
en la pierna derecha y se indicó “eco para empezar con fkt”. El día 22
de mayo de 2017 se consignó: traumatismo de tobillo derecho.
Hematoma pierna. Indico FKT. El 12 de junio de 2017 se dejó
constancia de que la actora presentaba un hematoma organizado en la
zona del trauma y el 4 de septiembre del mismo año se constató la
presencia de “fibrosis del celular”, que requirió cirugía, la cual se
llevó a cabo el día 31 de julio de 2018 (fs. 39/46).
El perito médico informó que la actora sufrió “una lesión
en su tobillo derecho, la cual fue intervenida quirúrgicamente;
#30926114#343047234#20220923140706206
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
#30926114#343047234#20220923140706206
Nuestro Máximo Tribunal ha señalado que, aunque los
porcentajes de incapacidad estimados por los peritos médicos
constituyen un elemento importante a considerar, no conforman una
pauta estricta que el juzgador deba seguir inevitablemente, ya que no
sólo cabe justipreciar el aspecto laboral sino también las demás
consecuencias que afectan a la víctima. (C.S.J.N., Fallos: 310:1826;
Ídem., 11/06/2003, “Cebollero, Antonio Rafael y otros c/ Córdoba,
Provincia de”, Fallos: 326:1910).
Es decir que, para establecer el quantum de la
indemnización por incapacidad sobreviniente, debe considerarse la
incidencia del hecho dañoso, cualquiera sea su naturaleza, en relación
con todos los aspectos de la personalidad de la víctima, tanto en lo
laboral como en lo social, en lo psíquico como en lo físico.
Sentado ello, he de advertir que no obran en autos
elementos que permitan vincular las secuelas en el tracto columnario
informadas por el perito con la lesión padecida en el accidente de
marras, pues las constancias médicas aportadas solo dan cuenta de que
la reclamante sufrió un traumatismo en la pierna derecha y no hacen
referencia a lesiones en su columna. Por ende, sólo será tomada en
cuenta la secuela presente en el tobillo derecho a valorar la
indemnización en estudio.
A los fines de establecer el monto que debe resarcirse por
este concepto, deben tenerse en cuenta las condiciones personales de
la víctima, así como las familiares y socio-económicas, sin que el
grado de incapacidad comprobado científicamente por el perito
médico, traduzca, matemáticamente, una cierta cuantía
indemnizatoria. Sólo constituye un parámetro de aproximación
económica que debe ser conjugado con las múltiples circunstancias
vitales que contribuyen a definir razonablemente el monto de la
reparación.
#30926114#343047234#20220923140706206
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
#30926114#343047234#20220923140706206
quepa en supuestos como los examinados recurrir a criterios
matemáticos ni aplicar las fórmulas utilizadas por la ley de accidentes
de trabajo, estos últimos pueden constituir una pauta genérica de
referencia que no debe ser desatendida por quienes tienen a su cargo la
tarea de cuantificar los daños (conf. arg. Fallos: 327:2722 y 331:570).
La consideración de criterios objetivos para determinar la
suma indemnizatoria en cada caso no importa desconocer la facultad
propia de los magistrados de adecuar el monto de la reparación a las
circunstancias y condiciones personales del damnificado habida
cuenta el margen de valoración de que aquellos gozan en la materia
(artículo 165 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación),
sino recurrir a pautas meramente orientadoras que permitan arribar a
una solución que concilie de la mejor manera posible los intereses en
juego y evite –o cuando menos minimice- valoraciones sumamente
dispares respecto de un mismo daño sin motivos razonables y/o de
entidad que lo justifiquen. Ello máxime cuando, como en el caso, la
ponderación cuestionada por insuficiente atañe al daño material.
En función de las consideraciones señaladas, ponderadas
a la luz del prisma del derecho a una reparación integral, el cimero
Tribunal entiende que resulta ineludible que, al tiempo de determinar
el monto indemnizatorio por incapacidad sobreviniente y valor vida,
los magistrados intervinientes tengan en cuenta como pauta
orientadora las sumas indemnizatorias que establece el régimen de
reparación de riesgos del trabajo para esos mismos rubros, lo que
coadyuvará a arribar a una decisión que -más allá de las
particularidades propias de cada régimen indemnizatorio- no
desatienda la necesaria armonía que debe regir en el ordenamiento
jurídico cuando no se evidencian razones de entidad para un proceder
diferente. Ello, pues no resulta razonable que -como se advierte en el
caso- a un trabajador en relación de dependencia se le otorgue
protección mayor que a cualquier otro habitante cuando lo que se
#30926114#343047234#20220923140706206
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
#30926114#343047234#20220923140706206
Con ese alcance, cabe utilizar como criterio para
cuantificar el daño causado el de reconocer un capital, de tal modo
que sus rentas cubran la disminución de la aptitud del damnificado
para realizar actividades productivas o económicamente valorables, y
que se agote al término del plazo en que razonablemente pudo
continuar realizando tales actividades (cfr. art. 1746 del Código Civil
y Comercial de la Nación; CNCiv. Sala B “Leguizamón, Elsa Isabel c/
Cima, Daniel s / daños y perjuicios” del 14-4-2016, entre muchos
otros).
Al ser ello así, tomando como pauta orientadora las
disposiciones establecidas para compensar las incapacidades
permanentes de los trabajadores de conformidad con lo informado por
el “Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social –
Superintendencia de Riesgos del Trabajo en
https://www.argentina.gob.ar/srt/art/pagos-art/incapacidad-
laboralpermanente-50; lo normado por la leyes 24.557 y 26.773,
ponderando la entidad de las lesiones padecidas, sus secuelas, el
porcentaje de incapacidad física estimados pericialmente , la edad (44
años) a la fecha del hecho, desempleada, y el salario mínimo vital y
móvil establecido conforme Resolución 11/2021 del “Ministerio de
Trabajo, Empleado y Seguridad Social” (B.O.27/9/2021), entiendo
prudente y razonado proponer al Acuerdo la suma de pesos seiscientos
mil ($600.000) en concepto de “incapacidad física sobreviniente”.
B) Gastos de farmacia y traslados:
La codemandada y la citada en garantía se agravian del
importe fijado por este rubro ($5.000) solicitando su reducción.
Para que proceda la reparación de este tipo de daños no
es necesaria la existencia de prueba fehaciente, sino que en atención a
la entidad de las lesiones se puede presumir su extensión, mas ante la
falta de prueba acabada, la estimación debe hacerse con suma cautela,
máxime cuando la víctima recurrió a los servicios de instituciones
#30926114#343047234#20220923140706206
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
#30926114#343047234#20220923140706206
La parte actora se agravia por considerar exiguo el
importe fijado por “daño moral”, actualmente denominado
consecuencias no patrimoniales -contempladas en el art. 1741 del
Código Civil y Comercial- las que se producen cuando existe una
consecuencia lesiva de naturaleza espiritual. Por su parte la
demandada y su aseguradora solicitan su rechazo y en subsidio su
reducción
Desde una concepción sistémica -en donde la
Constitución constituye el vértice o núcleo- el Derecho tutela intereses
trascendentes de la persona, además de los estrictamente
patrimoniales. (Tobías, José W, “Hacia un replanteo del concepto (o el
contenido) del daño moral” L. L. 1993-E, 1227 - Responsabilidad
Civil Doctrinas Esenciales Tomo III, 33).
Este instituto se aplica cuando se lesionan los
sentimientos o afecciones legítimas de una persona que se traducen en
un concreto perjuicio ocasionado por un evento dañoso. Dicho en
otros términos, cuando se perturba de una manera u otra la
tranquilidad y el ritmo normal de vida del damnificado, sea en el
ámbito privado, o en el desempeño de sus actividades comerciales.
Con atinado criterio se ha expresado que el daño
patrimonial afecta lo que el sujeto tiene, en cambio, el daño moral
lesiona lo que el sujeto “es” (Matilde Zavala de González,
“Resarcimiento de Daños”, Presupuestos y Funciones del Derecho de
Daños, t. 4, págs. 103, 1143 y “El concepto de daño moral”, JA del 6-
2-85; C. N. Civ., Sala “J”, 1/10/2020 Expte N° 15.489/2016 “Acosta,
Luis César c/ Alvarenga García, Jorge Antonio y otros s/ daños y
perjuicios”; Idem 3/2/2021 Expte. 21515/2014, “Benítez, Emanuel
Hernán c/ Consultores Asociados Ecotranns (Línea 136, interno 216) y
otro s/daños y perjuicios”; Ídem id 20/12/2021, Expte N° 11570/2017
“Duarte, Franco María Sandra c/ Línea 71 SA s/Daños y Perjuicios”;
entre muchos otros)
#30926114#343047234#20220923140706206
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
#30926114#343047234#20220923140706206
Señaló nuestro Máximo Tribunal que "Aun cuando el
dinero sea un factor muy inadecuado de reparación, puede procurar
algunas satisfacciones de orden moral, susceptibles, en cierto grado,
de reemplazar en el patrimonio moral el valor que del mismo ha
desaparecido. Se trata de compensar, en la medida posible, un daño
consumado (.). El dinero es un medio de obtener satisfacción goces y
distracciones para restablecer el equilibrio en los bienes
extrapatrimoniales. El dinero no cumple una función valorativa
exacta, el dolor no puede medirse o tasarse, sino que se trata
solamente de dar algunos medios de satisfacción, lo cual no es igual a
la equivalencia.
Empero, la dificultad en calcular los dolores no
impide apreciarlos en su intensidad y grado, por lo que cabe sostener
que es posible justipreciar la satisfacción que procede para resarcir
dentro de lo humanamente posible, las angustias, inquietudes, miedos,
padecimientos y tristeza propios de la situación vivida" (CSJN,
12/4/2011, "Baeza, Silvia Ofelia c/ Provincia de Buenos Aires y
otros", RCyS, noviembre de 2011, p. 261, con nota de Jorge Mario
Galdós; CNCiv, Sala A 17/7/2014 “. R. M. B. c/ Banco Supervielle
S.A. s/ daños y perjuicios” del voto del Dr. Sebastián Picasso; cita:
MJ-JU-M-88578-AR | MJJ88578 | MJJ88578).
El criterio fijado por la actual legislación de fondo,
impone que la cuantía indemnizatoria debe fijarse conforme dicha
pauta orientadora.
En virtud de ello, tomando en consideración la entidad
de las lesiones padecidas por la actora como consecuencia del
accidente de marras, los tratamientos médicos que requirió y demás
consideraciones personales antes referidas, es que propongo al
Acuerdo fijar la suma de pesos trescientos mil ($300.000) por el
presente ítem resarcitorio (art 165 del CPCC).
VI. Tasa de Interés
#30926114#343047234#20220923140706206
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
#30926114#343047234#20220923140706206
Ahora bien conforme la jurisprudencia y doctrina
mayoritaria imperante en el fuero la tasa que corresponde aplicar
desde el inicio de la mora y hasta el efectivo pago del capital de
condena, es la tasa activa cartera general (préstamos) nominal anual
vencida a treinta días del Banco de la Nación Argentina siguiendo la
doctrina del fallo plenario del fuero in re, “Samudio de Martínez, L. c/
Transportes Doscientos Setenta SA, salvo que su aplicación, en el
período transcurrido hasta el dictado de dicha sentencia, pueda
implicar como un efecto no querido, un resultado contrario y
objetivamente injusto, produciendo una alteración del significado
económico del capital de condena que configure un enriquecimiento
indebido (conf. CNCiv., Sala “J”, expte. Nº 69.941/2005 “Gutiérrez,
Luis Alfredo y otroc/ Luciani, Daniela Cyntia y otros s/ daños y
perjuicios”, del 10/8/2010, entre otros muchos).
En consecuencia, deberá aplicarse la referida tasa
activa en los casos en que la misma no genera o configura un
“enriquecimiento indebido” único supuesto fáctico que justificaría
apartarse del principio general (conf. C.N.Civ., Sala “J”, 15/04/2010,
Expte. 114.354/2003 “Rendon, Juan Carlos c/ Mazzoconi, Laura
Edith”; ídem 24/2/2017 Expte N° 51917/2009 “Suárez Adriana
Soledad y otro s/ Flecha Manuel Edmundo y otros s/ Daños y
Perjuicios”.
En el caso, a mi juicio, no obran en la causa constancias
que acrediten que, con la aplicación de la tasa activa desde el día del
hecho, se configuraría el mentado "enriquecimiento indebido"; como
tampoco existen elementos que siquiera lo hagan presumir, si así fuera
e importara una situación excepcional que se apartara de la regla
general referida la misma debe ser probada en forma clara por el
deudor en el ámbito del proceso (conf. art. 377 del CPCCN),
circunstancia que no se verifica en los presentes.
#30926114#343047234#20220923140706206
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
#30926114#343047234#20220923140706206
Sobreviniente” a pesos seiscientos mil ($600.000); y “consecuencias
no patrimoniales” a pesos trescientos mil ($300.000). Asimismo se
confirma la sentencia en todo lo demás que decide y fue motivo de
apelación y agravios, con imposición de costas de alzada a la parte
demandada y a la citada en garantía. Notifíquese y devuélvase.
#30926114#343047234#20220923140706206