Artículo Alba María Mostolac Juliá
Artículo Alba María Mostolac Juliá
Artículo Alba María Mostolac Juliá
Este articulo pretende ser un apoyo para dar visibilidad y apoyar a las mujeres con
lesión medular, un colectivo que según las estadísticas permanece prácticamente
invisible, en concreto, clarificando la idea del autoconcepto y la importancia de realizar
un buen trabajo sobre una mujer que acaba de adquirir una lesión medular.
Tras la adquisición de una lesión medular son muchos los aspectos que deben
reaprenderse tanto a nivel social, físico y emocional.
La imagen corporal que una persona tiene de sí misma influye en la confianza, las
relaciones sociales y múltiples aspectos de la vida de esa persona. Cuando una mujer
adquiere una lesión medular, esa imagen se emborrona, debido a factores como la
percepción que tiene la sociedad de ella y la etiqueta de “persona con discapacidad”. La
adaptación a esta nueva etapa en muchos casos produce ansiedad, ideas suicidas y
depresión. Esta situación hace necesario un reaprendizaje de su nueva imagen corporal
reelaborándola desde sus virtudes y puntos fuertes.
Existen múltiples investigaciones que recogen testimonios de personas con lesión
medular. En algunas de ellas, se hace hincapié en una variable que en muchas ocasiones
pasa desapercibida: la sensación de estar atrapado en un cuerpo que no responde a la
mente. Desde esta posición se observa cómo la dicotomía cuerpo-mente que se produce
tras una lesión medular, puede llegar a causar en la mayoría de los casos sensaciones de
ansiedad o claustrofobia. Este sentimiento de emparedamiento provoca, en ocasiones,
un odio hacia el componente físico, que no responde a las órdenes mentales que le envía
la persona. Esta situación si no se controla y no se trabaja puede provocar el aislamiento
social y laboral.
Tras abandonar la etapa de hospitalización se produce una etapa de crisis. Esta etapa es
debida a la retroalimentación negativa de las relaciones sociales, los cambios a realizar
en el entorno, y la observación por parte de la persona de avances más lentos que en la
etapa hospitalaria. Esto produce una retroalimentación negativa en el autoconcepto de la
persona, provocando frustración y en algunos casos depresión. Por lo tanto, en esta
etapa, al trabajar con personas que presenten lesión medular, es vital centrarse tanto en
la autonomía personal como en el trabajo con el autoconcepto.
La persona con lesión medular pasa por distintas fases con respecto a su silla de ruedas.
Lo que en un primer momento se observa con rechazo y temor en la fase hospitalaria,
tras la recuperación y aceptación total se convierte en un elemento más de la persona y
su principal vínculo con la autonomía personal. Es importante que esta integración
persona-silla de ruedas se produzca lo antes posible, puesto que la autonomía y el
autoconcepto presentan una relación positiva.
Los estereotipos y las muestras de compasión sociales, que muchas veces se producen
sin ánimo de ofender, afectan con más intensidad a las mujeres con lesión medular. En
el mundo laboral les hace sentirse menos capacitadas y tener que esforzarse el doble
para demostrar lo mismo que otras personas sin ningún tipo de discapacidad. Esta
situación genera frustración y ansiedad, afectando seriamente al autoconcepto.
De todos los casos de lesión medular en los países industrializados, el 20% son mujeres.
Este porcentaje significativo no se ve reflejado en los estudios dedicados a las personas
con lesión medular. Las mujeres con lesión medular permanecen muchas veces en la
sombra con pocos recursos y poca información necesaria para incorporarse de nuevo a
su vida o reelaborar una nueva.
Mientras que el autoconcepto en una mujer joven está muy ligado al componente físico,
debido a la importancia social de este aspecto en la mujer, en la edad madura es donde
se encuentran las puntuaciones más altas de este constructo. Esta y otras muchas
variables, como la motivación y la autoestima, se deben reaprender tras una lesión
medular debido a los cambios sufridos. Las mujeres jóvenes tras adquirir una lesión
medular presentan una serie de necesidades; en especial información sobre posibles
cambios en su cuerpo, posibles dolores y estrategias de afrontamiento. En muchos
casos, las ayudas son prácticamente inexistentes.
Cuando una mujer adquiere una lesión medular, sigue siendo valorada por los mismos
cánones, sufriendo en muchas ocasiones frustración por no poder cumplirlos, o tener
que realizar un doble esfuerzo para adaptarse a ellos debido a los cambios sufridos en el
cuerpo. La mujer con lesión medular vive estos cambios, como cicatrices, incontinencia
o úlceras por presión, con temor y vergüenza, dejándole poco margen y preparación
para adaptarse a estos cánones y vivirlos dentro de su feminidad y de su nueva
condición.
2. Aguado Díaz, A.L., Alcedo Rodríguez, M.A., García Carenas, L., y Arias
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