Teatro
Teatro
Teatro
EL CONCEPTO de
Personaje Teatral
y sus variables
Máximo Gómez
LA CTRITICA TEATRAL 1
El concepto
de personaje teatral
y sus variables
MÁXIMO GÓMEZ
C E
1 p/ 6 Introducción
6 p/ 21 Público o privado
10 p/ 40 Bibliografía
Í
AUTORIDADES NACIONALES
Presidenta de la Nación
Dra. Cristina Fernández de Kirchner
Vicepresidente de la Nación
Lic. Amado Boudou
Secretario de Cultura
Sr. Jorge Coscia
ISBN 978-987-29553-2-8
¿Qué lugar ocupa hoy el personaje teatral en los procesos distancia, se realzan los aspectos emotivos y sensibles ya que
de producción escénica? ¿Estamos hablando de un concepto se prioriza la construcción interior. Ambos aspectos, más allá
devaluado en una época donde lo posdramático impone otros de presentarse como dicotómicos, presuponen metodologías de
códigos y modelos de construcción para el teatro? ¿La idea de abordajes diferentes que ponen de manifiesto el gran bagaje
no representación ligada a ciertos aspectos de la performance de procedimientos técnicos atesorados en la larga historia del
antepone la persona al personaje? Estos interrogantes marcan teatro y que permiten entender al personaje –pertenezca a la
el eje del presente trabajo con la idea de poner bajo la lupa a tradición que pertenezca– como un modelo al que se arriba
uno de los aspectos que considero nodales en la construcción mediante un proceso de formación y adquisición técnica por
de teatralidad. parte del actor: comprender al personaje separado de la persona
En este sentido la noción de personaje ya sea desde el punto del actor, o muy próximo a él, compromete al profesional del
de vista literario o entendido como construcción del actor, como teatro a la búsqueda de una composición vinculada a códigos
acción performativa, es indisociable del género dramático: si artísticos propios del lenguaje y a procedimientos técnicos
en la poesía el personaje no está presente, pues se manifiesta específicos; al margen que los recursos usados prioricen un
el yo del autor invisibilizado en el texto, en la narración y en ideograma físico –como el caso de las tradiciones orientales
el drama, en cambio, los personajes existen como entidades y las corrientes occidentales que beben de sus aguas– o se
contundentes, protagonistas de una fábula de las que son parte; trabaje de forma exhaustiva con los procesos de lógica interna
solo que en el drama, adquieren independencia absoluta, aun y coherencia de la acción, se necesita, para llevar a cabo ambos
frente a la existencia de un narrador, y comparten el presente modelos, un actor preparado y sistemáticamente entrenado en
de la acción, condición que les infunde ser representados por los diferentes principios técnicos de su profesión.
actores frente a la mirada del público. Como sostiene Robert Abirached, (Abirached: 1978: 23) perso-
Desde la Grecia Antigua hasta hoy, el personaje sobre la na es, en primer lugar, la máscara. El teatro que hizo uso de este
escena se manifestó de diferentes formas, expresando también recurso, fundamentalmente la comedia dell’ arte, desarrolló una
diferentes concepciones de teatralidad. Así, entre el personaje distancia considerable entre actor y personaje, que en algunas
realzado con máscara, túnica y coturno, y aquel vinculado con el épocas y bajo el marco de determinadas corrientes estéticas,
cuerpo sensible del actor, que compromete tanto su estructura se la quiso disminuir sin poder suprimirla nunca. La máscara,
física como sus procesos emocionales y psicológicos, podemos que en su origen puede haber partido de un molde real, se inde-
observar que el personaje teatral atravesó diferentes matices, pendiza gradualmente del ser humano –actor– fijando un gesto
concepciones estéticas y procedimientos constructivos. De elocuente, que la constituye. El actor, oculto tras ella, construirá
este modo, factores culturales y estéticos que modelan tanto una partitura de acciones, modelará sus energías para que gesto
la dramaturgia como la representación mostraron diferentes y acción transiten los mismos carriles; generará, en definitiva, la
rostros del personaje tales como: máscara, alegoría, prototipo dinámica que necesita la máscara para cobrar vida y credibilidad
y persona, tornando compleja su conceptualización si no se escénica. Así el personaje es sostenido por el trabajo del actor,
precisa el contexto sociocultural y el movimiento o género al que se adapta al marco que le impone la máscara y selecciona
que pertenecen sus autores. las tensiones, los ritmos y la voz apropiada, tornando verosímil
El personaje ¿es el actor? Esta pregunta tampoco tiene una y vivo al personaje, que dejó de ser el gesto inerte, la imagen
única respuesta. A lo largo de la historia del teatro la distancia inmóvil, para convertirse en un símbolo, en un engranaje de
entre ellos se fue alejando y acortando. Algunas proposiciones sentido que brilla en el juego de la representación; y este juego
del Realismo sostienen que el personaje es el actor en situación se lleva a cabo sin olvidar nunca la distancia con lo real, que
de representación. Existe, a primera vista, cierta relación entre por importante que sea, nunca se interrumpe.
el vínculo actor-personaje y el resultado de su construcción: a Durante los siglos XVII, XVIII y buena parte del XIX el perso-
mayor distancia entre ellos, el trabajo presenta características li- naje escénico –es decir la construcción del actor– no adquiere
gadas a las virtudes del físico y la construcción exterior; a menor el perfil que hoy le otorgamos en función de la alta gama de
6 CUADERNOS DE PICADERO
proceso de manufactura, acabado y venta. Cuando el énfasis
de la producción se trasladó a la cantidad como una de las
estrategias para aumentar el lucro, las funciones se dividieron
y en la fábrica, los operarios solo se encargaban de la parte.
En este sistema, era necesario que alguien supervisara el
proyecto general y surge la figura del gerente de producción
o del supervisor, que presenta paralelismos importantes con
el director de escena. Así el actor, en el modelo moderno de
puesta en escena (industrial), solo se encarga de su función:
encarnar el personaje. Atrás queda el viejo modelo del actor
divo, jefe de compañía, que articulaba la función dramatúrgica
(el dramaturgo escribía para él), organizaba la compañía, plani-
ficaba la escena (siempre priorizando su figura), la producción
y la venta. Como el viejo artesano, el actor jefe de compañía,
no solo actuaba sino que era dueño de un proyecto general que
en la siguiente etapa lo toma el director. En esas condiciones
el actor, no trabajaba sobre una complejidad psicofísica con
parámetros identitarios definidos, sino sobre el dibujo de una
fuerza o eje más vinculada con lo que entendemos por rol o
papel que le ofrecía un grado tal de generalidad que lo que
se ponía en evidencia era la figura del actor y la información
Rosita Ávila. que aportaba al funcionamiento y planteo de la historia. La
llegada de la división del trabajo al arte del teatro, es uno de
los factores para que el teatro adquiera su formato moderno,
posibilidades que puede desplegar sobre la escena y por lo y el actor, liberado de todas las funciones escénicas, solo
tanto de la riqueza que propone la modernidad al trabajo del asume la de dar vida al personaje, que al complejizarse desde
actor. El teatro pre moderno, poniendo el énfasis en el texto la dramaturgia, requerirá la profundización de técnicas para
dramático y la figura del autor, inclinó el trabajo del actor hacia poder adaptarse a las necesidades modernas del teatro.
lo que hoy entendemos por papel o rol y que se diferencian Durante la segunda mitad del siglo XIX, tal como lo sostiene
del personaje.1 En este sentido, el artículo del investigador y Marcos de Marinis,2 y con el surgimiento del director de escena,
crítico Pedro Espinosa, nos ayudará a comprender la diferencia, el personaje se perfila como unidad compleja, ligado a todos
cuando sostiene la hipótesis que el director, además de surgir los elementos de la dramaturgia, y a los recursos de la repre-
por los avances de la tecnología y los cambios sociales –como sentación. De esta manera se establecen relaciones concretas
sostiene Bernard Dort– es una consecuencia del capitalismo con todos los elementos de la puesta en escena y con aquellos 1 En la foto la actriz que sostiene
y responde al modelo industrial de producción seriada y de datos que completan la información existente en el texto, sobre la luminaria cumple la función
división del trabajo. los personajes. El actor, se acerca a través del yo soy a la iden- de iluminadora. El teatro Pos-
Esta postulación adquiere mayor contundencia cuando tificación con el personaje que como bien sostiene el teórico dramático retorna, en alguna
pensamos que en las formas de producción artesanal –pre- italiano no persigue el resultado final de la representación sino de sus producciones, al actor
vias a la industrialización– la relación del artista con su obra que constituye una herramienta psicológica de la que se sirve en ejecución de roles y no solo
era total. Es decir que las diferentes fases de la producción el actor para iniciar el viaje de acercamiento al personaje. Una de personajes.
recaían en una sola persona: elección y preparación del herramienta que lo coloca en situación, para comenzar el proce- 2 Marco de Marinis: En busca del
material, selección de herramientas, definición de la idea, so de reviviscencia como activación de la sensibilidad escénica actor y del espectador.
8 CUADERNOS DE PICADERO
academias de formación actoral. Solo un actor que maneje los intérprete, que ensuciará la fisonomía del personaje a través
tiempos, los ritmos, la armonía y el contrapunto con solvencia, de acciones ampulosas y gritos. El actor medido, que sabe y
tendrá los recursos suficientes para la construcción precisa y controla todo sobre la escena, será un modelo retomado sobre
minuciosa del personaje. Esta afirmación meyerholdiana no finales del siglo XIX y comienzos del XX y que dará una nueva
puede entenderse sin conocer la adhesión del director ruso visión sobre el personaje. La relación entre el actor y su doble,
al estructuralismo, estética a la que adhiere al menos en una el personaje, necesitará de un proceso de instrumentación
etapa de su vida y que traslada al escenario la idea de máquina técnica, que asemejará su trabajo al del músico, tanto en la
de producción de la cual, el actor, es un engranaje más. Un precisión de sus signos físicos como en la construcción de sus
actor que interpreta un personaje, no puede según Meyerhold, imágenes interiores o de su “línea interna de pensamientos” y
decir un texto en una función con una duración determinada y que colocan la construcción interna y externa del actor, en un
que en la siguiente este tiempo se modifique. La rigurosidad vínculo complementario y no en un par irreconciliable.
temporal de las acciones, como su precisión en el orden de Es esta la compleja intersección que exigirá el personaje
la ejecución, tienen que tener la rigurosidad de una ópera. moderno que se desplaza sobre la escena, pero también repre-
Grotowski describe con admirable consideración el trabajo de senta su condición paradójica: la materialidad del personaje
Cyeslak en El Príncipe Constante.5 El video existente del tra- está compuesta por capas de diferentes texturas que abarcan
bajo, nos dice el director polaco en una conferencia publicada aspectos subjetivos imaginarios, inmateriales, y aspectos ob-
en la revista Máscara, es el resultado de un montaje entre una jetivos como la estructura física del actor, sus gestos, su voz,
grabación pirata – estaba prohibido el registro – y el sonido sus acciones y que se amalgaman y estructuran a partir de las
grabado por la BBC radio. El resultado final muestra una co- leyes del lenguaje escénico.
rrespondencia tan precisa entre acción y texto, que no parecen La representatividad propia del género dramático, cuestiona
haber sido registradas en tiempos diferentes y yuxtapuestas siempre su condición literaria y viceversa. El personaje pensado
para la recuperación fílmica del trabajo. De ahí lo apropiado por el autor, descansa en el limbo de la idea, hasta que el actor,
del término “partitura de acciones”. El arte de la composición con la plenitud de su humanidad, se lanza a la demiúrgica tarea
llevado al teatro, acerca el rigor de una metodología en el de encarnarlo. Este proceso que en el teatro moderno se lleva
que la idea de totalidad es dividida, partida, hasta la mínima a cabo con la colaboración de diferentes sujetos –el rol del
unidad. El personaje, como idea global del dramaturgo, es director por ejemplo– se realiza con mayor o menor conflictivi-
construido-deconstruido por el actor en segmentos de acciones dad, pero determina la condición performativa por excelencia
repetibles, que se transforman en núcleos de sentido y que en del arte dramático, y permite a la condición literaria del teatro
su totalidad estructuran la condición formal del personaje, su asumir su veta ceremonial.
lado visible, que también es expresión de su lado no visible. Contrariamente, el dramaturgo italiano Luigi Pirandello,
Así el actor llena los espacios vacíos que tiene el personaje sostiene la hipótesis contraria:6 la humanidad del actor, su
literario, y trabaja sobre la composición a partir de un concepto materia imperfecta, la imposibilidad de un dominio absoluto
inicial, construyendo los recursos expresivos e introspectivos de sus recursos expresivos no pueden sino obstaculizar la
del personaje que defenderá frente al público. condición ideal del personaje literario, puro desde la literatura,
Denisse Diderot, como dijimos, instala una polémica teórica portador de una lógica férrea y que se ensucia al pasar al
entre el actor racional, calculador, frío y el actor pasional, escenario y ser encarnado por el actor. Toda la dramaturgia 5 Revista Máscara en el número
en relación al modo como estos abordan la construcción del pirandelliana que denominan teatro dentro del teatro y a la dedicado a Jerzy Grotowski.
personaje. Diderot, atravesado por el positivismo racionalista que corresponden textos como Seis personajes en busca Editorial Col-escenología.
producto de su época, sostiene la tesis del autocontrol y la de un autor, muestran esta dualidad casi irreconciliable. El México.
justeza de trabajo. El personaje ya comienza a ser –aunque teórico Marcos de Marinis sostiene lo expuesto y afirma que 6 Citado por Marco de Marinis
esto se profundizará recién con Stanislavski– una cuestión esta relación actor-personaje, mantiene en un principio para en el libro En busca del actor
científica para el actor. Es clara la nociva incidencia que tiene el dramaturgo esta condición de polos que se repelen. En un y del espectador. Comprender
para él la pasión, responsable principal del descontrol del principio hay una condena al actor que se funda en los mismos el teatro II.
10 CUADERNOS DE PICADERO
veces impuesta y contraria a la tendencia propia de los aconte- materia vehiculice a la perfección los mandatos de la idea. El
cimientos de la vida. Así como Freud desarrolla en El malestar actor, entendido como sujeto que realiza una acción perfor-
de la cultura el precio que los sujetos pagan por la vida en mativa en al ámbito de un espacio con otro sujeto receptivo,
sociedad y la represión de sus impulsos inconscientes, para trabaja sobre la coherencia y no sobre la perfección. Coheren-
Bauman la posmodernidad reconcilia al sujeto de la obsesión cia con el sistema complejo que implica toda representación
modernista de limpieza, asepsia y orden, al permitir la con- teatral y que le demanda un esfuerzo profesional que va
vivencia de elementos que en otras circunstancias culturales desde lo ético a lo técnico para dar vida al personaje. Un actor
serían imposibles de juntar. El personaje teatral, conjuga la liberado del peso de la pureza, podrá sumergirse en el juego
carnalidad del actor, su imagen, su persona, su aparato ex- de la construcción interpretativa y trabajar sobre sus propias
presivo, con aquello que está idealizado en algún plano: en la resistencias, como lo muestra toda la historia del teatro desde
cabeza del dramaturgo, en el dominio global de la cultura como fines del siglo XIX a la actualidad, para tender puentes que
en el caso de autores encumbrados o en el proyecto escénico acerquen el lado imaginario del personaje con su lado real. La
de un director. La separación tajante entre literatura dramática infranqueable contradicción del marco de puerta imaginario
y puesta en escena no es nueva. Ya Aristóteles en su poética recibiendo a la llave real (ejemplo arriba citado), solo puede
marca claramente que la puesta en escena constituye una sortearse a partir de un reconocimiento de construcción. Las
enorme atracción para la vista, pero tiene poca relación con sucesivas capas que el actor construye para la aparición
el arte de la poesía puesto que la tragedia alcanza su virtud de su máscara son las variantes vivas e imperfectas, y por
aun fuera del espectáculo y de los actores. Es interesante en imperfectas vivas, de las que se vale el teatro para surja el
el trabajo de Paul Zumthor, el análisis que este teórico hace personaje en escena. El arquetipo literario proyecta su imagen
sobre el avance de los modos de registro en la historia. En que materializa a través de un gesto en el sentido potente y
su libro Introducción a la poesía oral, se ve co≠n claridad que sintético del término. Gesto que se constituye en signo poé-
en el terreno de la literatura, instaurada la normativa de los tico, en recorte expresivo, portador de información y vivencia.
procesos de escritura y el fortísimo avance de los modos de El actor trabajará sobre su cuerpo como el escultor sobre el
registro de la palabra sobre la transmisión oral, se institu- mármol. Los golpes del martillo sobre el cincel irán arrancando
cionaliza el lenguaje de los signos lingüísticos, dejando de a la piedra la forma que oculta. Así el gesto, como expresión
lado, al menos en los círculos hegemónicos, la performance. condensada reúne lo material y lo inmaterial: el marco y la
Todo proceso performativo, y en este sentido el trabajo del llave. Ambos se nutren y generan la tensión necesaria para
intérprete en la composición del personaje lo es, se confronta que en el contexto de lo performativo, idea y forma, imagen
siempre con la incerteza del aquí y ahora. La pureza de la len- y materia, se constituyan en ese núcleo vivo del teatro que
gua, del ideal imaginado da paso en el teatro, necesariamente, es el personaje.
al contraste con la materia expresiva del actor. Interpretar el
personaje, acción que demanda un proceso de asociaciones
ligadas con la encarnación y la actuación (desarrollado más
adelante), implica un proceso de choque en el teatro. Pro-
ducto de este extrañísimo tránsito entre lo que no está, o se
encuentra en el plano de la idea y la materialidad del cuerpo
del actor deviene el personaje teatral tan impuro como impre-
decible. La tarea del actor, se centra así, en la enorme tarea de
encontrar equivalencias. No para juntar la brecha, sino para
crear camadas de gestos visibles, instalados en un cuerpo,
animados por una energía viva que sostendrá la ceremonia de
encuentro, en un mismo espacio y tiempo, con el espectador.
Es imposible, y lejano a los fenómenos naturales, que la
El personaje teatral, es un concepto que conjuga fundamental- nancias y relaciones que permiten una relectura de aquello que
mente dos componentes inseparables en su análisis, que a pesar entendemos por realidad. Es esto lo que lo ubica en el terreno
de sus diferencias específicas se articulan y juntos lo constituyen; de lo imaginario: el cuerpo que se desplaza en el escenario
estamos hablando por una parte de su lado visual, conformado generando direcciones, tensiones, sonidos, ritmos, discursos,
por una cantidad catalogable de elementos tales como: forma, emoción, etc. no transforma directamente lo real, no sigue un
gesto, rasgo, cuerpo, voz, palabra y todo aquello posible de ser ciclo biológico: no crece ni se reproduce ni muere realmente;
percibido desde lo visual y desde lo auditivo. El personaje teatral, no es parte del sistema productivo de un estado, no se deprime,
por otro lado, también está conformado por cualidades que no ni enloquece, ni se arranca los ojos verdaderamente. Una vez
solo son construidas para el ojo o el oído y que junto a lo formal, muerto Hamlet, el actor se levanta para recibir los aplausos del
posibilitan diversas lecturas e interpretaciones por parte del público y ya está listo para colocar al personaje en el punto de
espectador, que lo completan. El personaje transita un espacio largada de la próxima función. Es un eterno retorno, parecido
de ficción, atravesado por una carga semántica importante, a un sueño, donde las acciones que se realizan no modifican ni
que se constituye en referencia más o menos directa de otra generan ganancia o utilidad, sino que parecen que marchan en
realidad. De ese espacio de ficción el personaje recibe sentido y un micro-mundo con leyes temporales y espaciales diferentes
en un funcionamiento integrador también otorga sentido.7 Estos a los de la vida real. Su efecto es el mismo de una persona que
aspectos inmateriales lo constituyen, por un lado, las relaciones se desplaza encima de una cinta sinfin y que, aunque camine,
que establece con el referente real, del que es mímesis. Como permanece siempre en el mismo lugar.
no obran de la misma manera un rey que un esclavo, un obrero En este sentido, el personaje no pertenece a lo real, no es la
que un patrón, el actor desarrolla construcciones de sentido que persona que sí marcha hacia el futuro con el peso de su historia;
justifican un comportamiento coherente a la posición social o pero aun sin pertenecer al mundo real, su función simbólica
cultural del personaje o al lugar que este ocupa en el universo redefine la imagen de persona de la que es mímesis y la repo-
cultural de la humanidad. Esto no solo determina la conducta, siciona en un mundo cargado de intereses, ideologías, deseos,
sino los modos como se desarrolla la acción, que desplegará valores y sueños. La función simbólica de la que se reviste el
calidades de energías diferentes o matices específicos, según la personaje y por ende toda la experiencia teatral redefine lo real,
“historia” del personaje. Otros aspectos del personaje basados pues lo reviste de diferentes capas de ficción, que la maquillan
en lo no material lo constituyen las asociaciones simbólicas que y permiten su redefinición y relectura. Es esta una condición
7 El espacio de ficción no solo activan su posición en la historia (texto - fábula) y que pueden política del teatro, en la que el personaje también se encuentra
está constituido por el lugar vincularlo con vectores dinámicos portadores de moral tales inmerso. La relación entre lo ficcional y lo real es dialéctica, ya
físico en el que se desenvuelve como: el bien común, la ambición, la justicia, la muerte, el poder, que la ficción se nutre de lo real y lo vuelve extraño al interpre-
la acción dramática. En el caso las miserias humanas, etc. Por otro lado, el actor no desconoce tarlo. Así se enrarece lo cotidiano y por ese acto se distancia,
de las puestas no realistas, el carácter del personaje, que delinea su personalidad en el quiebra su alienación, para hacer aparecer nuevamente lo que
donde las escenografías no son conjunto de la estructura dramática y espectacular de la que la rutina mantenía oculto: el valor del sentido.
referenciales y los dispositivos es parte, que le confiere identidad en la medida que lo conduce El personaje, construido por el actor con todo lo que implica
escénicos no son representa- sobre el camino de su realización, y que también subyace en el la función mimética del hombre, simboliza lo real que adquiere
ciones de ambientes ni dan fundamento de sus acciones, estimulando a imprimir un modo un nuevo brillo y el espectador tiene la posibilidad de reposi-
pista de tiempos históricos, el de resolución determinado. cionarse frente al mundo y reencontrarse como sujeto. Hamlet,
espacio de ficción lo constituye La textura del personaje se compone de una sustancia mate- Laurencia, Rey Lear, Yerma y tantos otros, posibilitan, a través de
la relación física que entabla rial que lo expresa, con características que son captadas por la encarnación en el cuerpo de un actor, una redefinición de la
el actor con el microcosmos nuestros sentidos, y de un contenido inmaterial, que, dentro de condición humana. El personaje, es una construcción simbólica,
ficcional que lo rodea, cons- un espacio de ficción, lo presentan como una entidad que no que se ancla en un cuerpo real, y se perfila como tal a partir de
truyendo significados a través pertenece al mundo real. Es una construcción ficcional vinculada un largo proceso de construcción conjunta (ensayos), que se
de la acción. semánticamente con un modelo real, que desencadena reso- nutre de la tensa energía comunicacional que el actor ejerce con
12 CUADERNOS DE PICADERO
sus pares, con el director, y con su mundo interno (que también
expresa su relación con lo real). Esa construcción, es un recorte,
un campo de fuerzas producido por la polarización de algunos
elementos, una máscara que guarda el sello de un vacío: aquel
que se produce por el desecho del actor, que decide lo que no es,
para ajustar una forma. Pero el vacío dialoga permanentemente
con la forma y nutre la máscara con las voces calladas. Es el
lado de la luna que no se ve desde la tierra pero hace sentir
su presencia. El personaje teatral es portador de palabras fun-
dantes y acciones potentes. Si se vincula profundamente con
la acción, su palabra también es acción y se aleja del peligro
mortal de la descripción para cumplir su rol dramático.
14 CUADERNOS DE PICADERO
Ciertos personajes ya ocupan un lugar del patrimonio simbólico requieren una preparación especial. En el mundo del deporte esto
de la humanidad, por evocar las características formales y los no tiene otras posibilidades: el boxeo, el fútbol, la danza, el ritual,
componentes subjetivos, que confrontan o iluminan de manera un acto político, son eventos que requieren sujetos especialistas
brillante ciertas aristas de la condición humana y que sus autores que lleven la acción con un alto grado de manejo técnico. Es la
supieron imprimirles en su gestación. De este modo, Tartufo, Edi- técnica, como intermediaria en los procesos de creación y en el
po, Antígona, etc. pasan por la pasarela del tiempo con el sesgo acto de representación, la que estetizará el cuerpo del actor en
particular que cada actor le imprime, procesando creativamente busca del personaje. Es el espectador en cambio quien procesa
la información ya existente. Otros, con menos fama quizás, son la constelación de imágenes que le ofrece la representación, su
entidades imaginarias, depositarias de voluntad, intereses y propia información respecto del origen de ese personaje, de qué
pasiones, que, desde el juego de la mímesis, conforman las modo se inserta en la fábula y las condiciones específicas en las
historias dramáticas o narrativas que habitan en páginas de que el personaje se encuentra en función a la puesta en escena.
libros por años de tradición literaria. Pero ambos, los conocidos Es útil pensar lo antes dicho, comparándolo con algunos
y los anónimos, los que pueden ser encarnados y los que nunca aspectos que nos ofrece la antropología cultural como otro
conocerán un escenario, no logran despojarse de esta dualidad modo de entender el acto performativo, a través del estudio de
que los define, de estos dos mundos en los que se mueven y de la estructura del rito. La conducta del guerrero, del cazador o el
los que extraen su vida: el mundo real y el imaginario. chamán, observada desde la puesta en acto de sus funciones,
El investigador francés Robert Abirached, entiende que esta produce un despliegue de movimientos, de acciones físicas,
dualidad del personaje, este devaneo entre lo concreto y lo ina- sonoras y visuales que transforman los componentes físicos en
sible, más allá de fragilizarlo lo potencia como entidad, y define acciones simbólicas. En el caso mencionado la función social
su especificidad al ubicarlo en el terreno de las construcciones se manifiesta mediante la amplificación de sus energías y la
ficcionales. En este sentido, el personaje teatral se constituye verosimilitud de sus acciones, que solo se logra con un dominio
a partir de diferentes capas, o de un entramado de datos, exhaustivo de sus movimientos, el uso adecuado de su indu-
que, al entretejerse con la materia corpórea e imaginativa del mentaria y objetos y la convicción de sus fórmulas y conjuros.
actor, con sus afectos sensaciones y energías configurarán su Pero también por la presencia de la comunidad que legitima.
aspecto formal y su lado simbólico. Esta mezcla, compuesta Es mediante el pasaje por el rito, la danza y el despliegue de
de elementos palpables e inmateriales, contiene entre sus sus energías físicas y vocales que se produce el acuerdo entre
ingredientes, el cuerpo del actor, sus energías modeladas, su chamán y comunidad y la aceptación de su rol. Lo que otorga
gesto y su voz, en abierta interacción con sus componentes credibilidad y legitimidad a sus acciones es la manifestación de
ficcionales. Entre estos últimos, el ethos, que conforma las lo imaginario, que se construye con el tratamiento especializado
conductas esperables de acuerdo a su condición (rey, esclavo, que logra el chamán o el actor al desplegar acciones, discursos
etc.), la imposibilidad de habitar otro ámbito que no sea el y recursos plástico-visuales, en un espacio sagrado o en el
teatro (el personaje no es persona y no puede salir del espacio escenario, que también, de alguna forma está sacralizado. .
y del tiempo de ficción sin desvanecerse y perder credibilidad), Esta condición paradojal del personaje teatral le permite
y estar asociado a una cantidad de códigos y leyes propias cobrar cuerpo sin fijar forma. Es decir, no agotarse en la rigidez
del lenguaje teatral. De esta dualidad entre lo material y del molde, en la contundencia inamovible de la máscara, ya
lo inmaterial se constituye el aspecto formal, imaginario y que al instalarse en el terreno de lo imaginario se entrecruza
simbólico del personaje teatral. con una variedad infinita de asociaciones, que posibilitará a un
Tanto los aspectos formales, como los inmateriales, imaginarios determinado actor encarnarlo de manera diferente de la que lo
y simbólicos definen la condición abierta del personaje, que se hizo otro, sin que por ello se atente contra su identidad.
constituye en signo legible a partir de la percepción del público. El personaje, construido con todos los recursos de la imagi-
Solo a través del acto performativo, condición sin la cual no hay nación, interactúa en todo momento con el mundo del cuerpo
teatro, el personaje se materializa. Pero los actos performativos y la materia. El ensayo, palabra fuertemente vinculada a la
16 CUADERNOS DE PICADERO
La encarnación: ¿Un problema religioso?
18 CUADERNOS DE PICADERO
algunas ideas que definan con cierta precisión el terreno sobre ya que estaría en posibilidad de direccionarse sobre caminos
el que se encuadra el plan. inusitados tendiendo al caos y a la disolución de la comunica-
La comprensión es el primer nivel de explicitación, donde ción con los otros sujetos que comparten el juego. En el micro
algunos aspectos de la conciencia iluminan un pacto que pone universo del escenario, encuadrado por las reglas propias
en marca el viaje, que en el proceso de ensayos derivará en del arte escénico y en el continente de un espacio limitado,
las sucesivas descubiertas formales. Estos aspectos de lo el actor tiene la posibilidad de combinar recursos, jugando
formal solo se logran si se activa ese segundo elemento de la libremente con su condición creadora, dentro de los límites
encarnación: la actuación. territoriales que le permite su personaje. Sus posibilidades
No puede entenderse la actuación sin juego. El juego, compo- están marcadas por el sentido de verosimilitud que le dará
nente antropológico y como tal parte de la condición humana, al personaje su característica particular e inimitable, pero al
se activa en todo acto de producción artística –tanto como en mismo tiempo le impedirán que la construcción dispare hacia
la percepción del arte según Gadamer– y en especial en una cualquier dirección. Así, el proyecto escénico, las imágenes
disciplina representativa y lúdica como el teatro. Cuando este pactadas, la propuesta de dirección, los ensayos, la prueba y
pensador reflexiona sobre el impulso lúdico, perteneciente a el error serán las matrices con las que el actor construirá su
toda cultura, sostiene que se trata de una acción libre, de un espacio lúdico y desarrollará una función de privilegio en el
vaivén que se desarrolla en un espacio de juego. Ese vaivén arte escénico: dar vida, hacer creer, permitir que la percepción
no tiene fin, ninguno de los puntos donde se reconstituye el del espectador, juegue también, salte de un punto al otro como
movimiento representa su final. Como el movimiento de las los espectadores presentes en un partido de tenis, como en
olas, que no está vinculado con fin alguno. Ninguno de sus los bailes o cánticos de una hinchada de fútbol.
extremos representa la meta del movimiento. Es un movimien- No hay juego deportivo que no envuelva dinámicamente
to que se autodetermina y por lo tanto, sostiene Gadamer,13 a quien observa. Quien observa juega, sin intervenir, con el
un automovimiento. En nuestra cultura capitalista, donde jugador. La existencia de un espacio reglado se combina con
todo tiende a un fin, a una utilidad, a una meta, el juego se otros dos elementos fundamentales en toda contienda lúdica:
establece como función de la autodeterminación y libertad la acción y la preparación del jugador. La acción, vinculada
del hombre y por lo tanto es un exceso, una generación de con el movimiento rompe con la inercia del vacío. Es a través
energía liberada por y para el placer, y que apunta únicamen- de este componente que se genera la noción de autorrepre-
te a la acción encuadrada en los límites espaciales de ese sentación y por ende de representación. Todo jugador sabe
juego. Las reglas que se le pone al juego, son el componente sobre su performance, tiene cabal conciencia sobre su juego.
racional de la actividad, y por lo tanto para Gadamer un acto Percibe si lo que está realizando alcanza grados de corrección,
profundamente humano. Las reglas generan un fin dentro del de insuficiencia o de maestría. El juego, desde el momento
juego sin que este tienda a un fin. Es el componente por el que pone en movimiento al jugador, se representa a sí mismo,
cual se tiende a la autosuperación, a la codificación, al auto por lo que el paso al juego escénico que dispara el actor en
control y a la socialización de la actividad. su tarea de construcción del personaje, es casi inmediato.
Actuar es, fundamentalmente jugar aunque ese juego esté El juego escénico representa. Coloca la función mimética en
cargado de las reglas que la tradición teatral fue dejando primer plano y acerca mediante la acción la referencia de
a lo largo de su historia. El actor arriba de un escenario algún aspecto de la realidad. Es esta función de selección y
desarrolla en el proceso de construcción de su personaje, síntesis la que aproxima el teatro a la poesía. Es aquí, donde
un acto de libertad. Moverá su cuerpo de un punto al otro, el proceso de encarnación del personaje liga interpretación y
modelará sus energías con diferentes calidades, gesticulará, actuación. El juego libre del actor, se topa con las restricciones
vociferará, emitirá sonidos, cadencias, miradas y pausas. Es del personaje. La multiplicidad de combinaciones solo se da
cierto que todas estas acciones tienen un límite como también a partir de un limitado campo de información. Solo aquella
lo tienen los deportes y los juegos reglados. Sin esos límites que le dé coherencia e identidad, que haga resonar las signi- 13 “La Actualidad de lo Bello”.
el jugador no podría tender a la superación de sus acciones ficaciones que preceden a la encarnación serán combinadas Editorial Paidós
14 Diccionario Enciclopédico
Hispanoamericano
20 CUADERNOS DE PICADERO
Público o privado
22 CUADERNOS DE PICADERO
Una disgreción: la máscara
24 CUADERNOS DE PICADERO
personaje que al llegar encuentra al primero usando un espacio y los matices de su discurso en función de la coherencia del
u ocupando un elemento que él siente que le corresponde; personaje escrito. Esa coherencia no es arbitraria, sino abso-
d) aparición de un conflicto reforzado por elementos con- lutamente sustentada en la lógica de la historia. Por eso, el
textuales como mal olor, desolación, temor de uno sobre la personaje se empieza a definir en ese dibujo previo que lo ubica
peligrosidad del otro, acercamiento paulatino con incremento en el universo, lo ancla, a partir de una selección potenciadora.
justificado de tensión; e) transformación brusca de la situación El autor, o quien fuera, descarta lo accesorio para resaltar la
que pasa de la tensión a la afectividad desmedida del segundo información sobre la que pondrá su mira el actor. Sin perder
no correspondida por el primero; f) nuevo conflicto y resolución. su identidad, sus rasgos expresivos vinculados con su estilo
De esta forma los alumnos abordaron la transición o cambio como creador, el actor modela a partir de aquello que impactó
de situación y sus efectos sobre los comportamientos, matices como imagen movilizadora. ¿Es soberbio, lujurioso, caprichoso,
en la caracterización del personaje, acción y reacción, desarrollo avaro, frágil, curioso, asombrado? El carácter aprehendido
de diferentes energías y el manejo de lo sutil como una forma por el actor comenzará a gestar la gama de matices que
de desarrollar el detalle, lo mínimo, lo pequeño, tan importante constituyen la delicia de lo artístico. Porque la forma solo se
en el trabajo sobre la máscara y el personaje. Por otro lado se manifiesta con un fondo que contraste con ella y no la absorba
construyó la narrativa partiendo de los personajes con todos los y a partir de ahí los desplazamientos de plano entre figura y
elementos de teatralidad necesarios para potenciar lo poético, fondo van siendo manejados discrecionalmente por el actor. El
el juego y la fantasía desde la creación de una artificialidad lado angelical de la prostituta o el lado criminal de una cándida
comprometida y modelada. adolescente pueden conformar un despliegue de matices que
Con este trabajo sobre la máscara, la definición de gesto, profundice la construcción del actoral, pero siempre se anclan
sello, marca, posicionó el carácter del personaje. En este caso en la información inicial, sintetizada, definida y llevada al
sustentado desde un lugar estético puramente expresivo, ya contexto de la obra en la que cobra unidad.
que no se trabajó sobre la interioridad de las emociones, El proceso de construcción del personaje en los ensayos es
pero aun así, claro para entender en un plano profesional los lento, progresivo y artesanal. De acuerdo a la cultura de trabajo
procesos de selección, prueba y montaje que llevan a cabo de la que provienen, este proceso de encarnación será más o me-
los actores profesionales cuando trabajan sobre sus perso- nos lento, pero nunca inmediato. Los actores irán arriesgando,
najes. Es decir, que la selección del cuerpo, o mejor dicho la catando, seleccionando todos aquellos elementos con los que
construcción de un cuerpo a partir de la historia impresa en se enfrentarán y de esta cultura también dependen los modos
ese gesto, en ese punctum lumínico reviste relación con toda de abordaje. Pero en general el personaje se cocina a fuego
la información contenida en el texto. El actor deja de lado lento, en un proceso compartido, comunitario, salvo honrosas
su historia personal, la información contenida en su cuerpo excepciones, donde la interrelación el diálogo constante, y los
histórico o biográfico para comenzar a poetizarla, a guiarla puntos de vista, determinarán el marco (muchas veces definido
sobre el camino del punctum. Dicho de otra manera, el actor por un concepto) desde donde irá tomando cuerpo sin perder
no abandona sus trazos personales pero modela las energías su costado ficcional.
26 CUADERNOS DE PICADERO
La tercera situación sobre la que voy a reflexionar, es la escena formación. Voy a producir aquí un encuentro de opiniones
de los duendes, de la misma obra de Lorca. En el planteo inicial entre estas queridas profesionales del teatro y compañeras de
la propuesta de la dirección era salir de los modos convenciona- proyecto que ilustra, en la dinámica del teatro de grupo, cómo
les de presentar la escena, y propuse personajes que entraban cada una de ellas se posiciona frente a su personaje, y al abarcar
para injertarle los cuernos a Perlimplín, que está siendo engaña- rangos de edad diferenciados considero que se incluyen en estos
do en serie por su joven esposa, mientras duerme plácidamente conceptos una gran cantidad de actores.
en su noche de bodas. En la charla con los actores decidimos Rosita sostiene que solo en dos oportunidades tuvo fuertes
incluir elementos quirúrgicos como barbijos, delantales blancos, discusiones con sus personajes. Una de ellas cuando era dirigida
guantes de goma, serruchos, martillos, etc. Ambos traerían en por Orestes Caviglia, haciendo Vestir al desnudo de Pirandello;
la frente lámparas tipo linternas de mineros y la improvisación no entendía la ingenuidad del personaje de Ercilia Drei, que ella
tendía a potenciar el lado macabro de estos personajes, que interpretaba, que es atacada de forma abusiva por el resto de
en su acción, le colocaban a modo de implante, los cuernos. los personajes y empujada al suicidio. Cuando le preguntaba al
Rosita, que participaba en un segundo plano de la escena, ya director cómo era posible que el personaje no se diera cuenta
que los actores están en todo momento en el escenario, no de qué estaba sucediendo, este le respondía: “Vaya al escenario
pudo resistir la violencia que le ocasionaba la escena y solicitó y hágalo”. Cuenta también que con el director y dramaturgo
la revisión de la misma. tucumano Oscar Quiroga discutió muchísimo, hasta que a través
Estos tres momentos están inscriptos en la dinámica de de Brecht pudo entender mejor el comportamiento de su Madre
producción en la que trabajo, donde los procesos de creación Coraje. Ella no entendía cómo el personaje iba quedándose
son colaborativos, y todos, desde los diferentes roles que sin hijos –que morían a causa de la guerra– y ella continuaba
ocupamos, nos comprometemos con la totalidad de la puesta. allí, con su carreta totalmente destrozada, demostrando una
En este sentido, las ideas no se imponen, sino que se discuten frialdad absoluta y una gran cerrazón como madre. La actriz se
y acuerdan y los resultados manifiestan una construcción dia- preguntaba cómo la Coraje, que parió a sus hijos podía obrar
léctica e interactiva, puesto que ataca el objeto escénico desde así. “Olvidate de vos… –le decía el director–, estás actuando,
múltiples visiones: las que se producen mediante los diferentes metete en lo que es la Anna Fierling”.
puntos de vista de los sujetos que afrontamos el acto creativo. Es claro que para la actriz, el personaje representa una entidad
Así, y aunque resalto intencionalmente estos tres momentos, que la precede, dueña de una lógica propia, absolutamente
todas las escenas tienen o pueden tener desacuerdos y con- vinculada al contexto de la historia, que ni la interpretación del
sensos y tanto las diferencias conceptuales como formales son actor ni la puesta en escena deben quebrantar. No podemos
trabajadas hasta encontrar un equilibrio en el que todos sienten, hablar de identidad en el sentido humano, porque ya dejamos
se beneficia el espectáculo. en claro las diferencias de persona y personaje. Lo que sí
Los ejemplos arriba citados guardan correspondencia con una puede aseverarse es la absoluta vinculación del personaje al
línea de trabajo, propia de muchos actores, que tiene como contexto dramatúrgico, que le da coherencia a su carácter, a
concepto rector la firme conciencia de la preexistencia del sus acciones y a las decisiones que en la evolución del drama
personaje frente al proyecto que se encara. Y en este punto va adoptando. El modelo de actriz que tiene incorporado Rosita
hay que ser preciso y cuidadosos: no se trata de una devoción Ávila, establece un desacuerdo ideológico, una confrontación
al texto que obligue a priorizar los aspectos dramatúrgicos activa, porque el autor ya seleccionó las coordenadas sobre las
sobre los espectaculares, sino de la idea de una autonomía del que el personaje se mueve, y si no concuerdan con modelos
personaje a la que hay que proteger. racionalmente comprensibles del actor que lo interpreta, solo
Para poder reflexionar con mayores elementos estos aspectos resta “meterse en su piel” y sostenerlo, buscando la reconcilia-
que muestran la relación actor-personaje, entrevisté a Rosita ción en el contexto sociocultural del autor, en la estructura del
y a Evelin Brandan, también actriz del grupo y perteneciente texto, en la historia. El personaje guarda, desde este modelo
a otra generación de actores y por lo tanto portadora de otra de trabajo, equilibrio absoluto dentro del sistema en el cual
28 CUADERNOS DE PICADERO
actitud; ella saca una tercera moneda que estira hacia la mano desarrolla una estructura conformada por principio, desarrollo
del solicitante, lo mira hace un gesto negativo y se la guarda y conclusión, el relato poético la quiebra y construye una lógica
en la cartera: la misma acción que realizó treinta y cinco años distinta. Lo formal está manejado en la poesía, no por la lógica
atrás cuando interpretaba a Anna Fierling de Madre Coraje y de continuidad y coherencia, sino por la contundencia de la
sus hijos en la escena que los campesinos le piden dinero para imagen y el ritmo. El salto, la fragmentación se justifican en
enterrar a Catalina, su hija muda. ¿Cómo puede la actriz hacer función de la totalidad. El juego en la construcción de la poesía
una transferencia de acciones de un personaje que pertenecía lo coloca al autor frente a otras reglas de creación, que lejos de
a un contexto hacia otro totalmente diferente? Porque existe ser simple –ya que aparentemente se puede tomar cualquier
en la estructura interna del personaje de la Abuela, aspectos rumbo– imponen la complejidad de una nueva lógica.
que la emparentan directamente con la Coraje. El personaje La autonomía creativa para Evelin, le da licencia a transgredir,
para la actriz, cobra vida a través de acciones y formulaciones ya que la producción espectacular es otra obra diferente a la
que guardan correspondencia con la voluntad que lo guía en del autor. La relación interactiva con el director en los ensayos
su recorrido dramático, que no vulneran la lógica interna del es fundamental para un proceso de construcción modular. El
contexto dramatúrgico y que le permite accionar, si y solo si, personaje es modelado, construido en cada ensayo con la idea
logró comprender desde su condición de actriz, los fundamentos de obra abierta. Su preexistencia en este caso, no incide en la
que la llevarían a hacer o decir lo mismo si viviera la situación imposición de un modelo, sino como punto de partida para que el
del personaje. equipo de trabajo intervenga en cada sesión en su formulación.
Evelin Brandan, contrariamente a lo que se viene exponiendo, La idea de partitura escrita no para ser respetada, sino para
considera que los personajes de su preferencia son aquellos generar otras sucesivas que produzcan músicas diferentes,
que más distancia le brindan. Por eso, hacer el personaje de pero a la cual sería imposible arribar sin esa partitura base.
María Josefa, la abuela de La casa de Bernarda Alba, bajo Los procedimientos internos de construcción de personaje,
la dirección de Jorge Gutiérrez a los veintitrés años de edad, le para la actriz Rosita Ávila, parten de un precepto firme: el texto.
permitió como actriz una libertad que Adele, de la misma obra, Para ella, el actor no debería iniciar su trabajo si previamente
o Blanche de El jugador, no le brindó. La actriz siente mucha no se enamora del autor. Enamoramiento en el sentido pleno
más gratificación en la construcción de personajes distanciados del término, ya que no se trata de ser condescendiente y poco
a su persona, aunque ello pueda quebrar la lógica del texto crítico con él, sino de incorporar las palabras, las imágenes,
dramático. Ver a una actriz de veintitrés años componiendo las ideas, el universo que el autor dejó plasmado en su obra, al
un personaje de vieja, fuera de los estereotipos habituales, cuerpo sensible y vivo del actor. Al autor, dice Rosita, hay que
nos ubica en otros paradigmas del trabajo del actor. Para ella, conocerlo y de la única manera que para ella se accede a este
el proyecto de puesta en escena, puede justificar decisiones conocimiento, es a través de su producción. Para ella saber si
que no condigan con los parámetros clásicos de abordaje del Goldoni viajó por Italia y se inspiró en los frisos de la Comedia
personaje. Así, la construcción final, puede distanciarse mucho, del arte para armar sus personajes, es de vital importancia en
inclusive, de las imágenes e ideas que ella misma se formulaba la tarea del actor. El actor debe imponerse en su oficio, la inves-
sobre su personaje, al momento de empezar a abordarlo. El tigación profunda sobre los aspectos que llevaron al autor a la
concepto de actuación que maneja Evelin, la posiciona ligada construcción del texto. El texto, en ese sentido es incompleto, ya
a un ideal de libertad creativa que le permita construir sin los que no ofrece por sí mismo todos los datos que el actor necesita
condicionantes de su propia fisonomía. Cuanto más cercano para su trabajo. En este punto, las posiciones se juntan. Para una
el personaje a su persona, más incómoda se siente. Cuanto actriz como para la otra, la investigación es necesaria. Solo que
más lejano, las restricciones de la mímesis la presionan me- para Evelin no se necesita partir de un texto para afrontar esta
nos. Su construcción no es mimética, en el sentido de seguir búsqueda de datos. Aun en el trabajo autobiográfico que está
los impulsos lógicos, sino mucho más vinculada a lo formal. afrontando, es necesario profundizar sobre su propia historia
Compone una energía, una figura poética fuera de los patrones para entender por qué se decide poner en boca del personaje
gramaticales convencionales. Así, si el relato narrativo clásico un texto y comprender claramente su finalidad.
30 CUADERNOS DE PICADERO
relación a modelos de producción comerciales o del Estado. La Para Evelin es el momento en el que el actor necesita tocar
potencialidad del acto creativo solo se manifiesta en un grupo su “fibra interna”, su mundo personal e íntimo. Esa conexión
humano donde las relaciones interpersonales son sólidas, para es fundamental según su experiencia, para que el trabajo
permitir el riesgo y la apertura al compromiso y la entrega del funcione. En estos momentos, donde lo técnico muchas veces
otro. El actor necesita la contención de su compañero para se transciende, es necesario sentir la protección del director
construir socialmente su personaje. En este sentido, lo que ante un acto de gran exposición del actor. Si no existe respeto,
yo compongo como actor, no solo depende de mí, sino del si la relación no se alimenta, el actor producirá solo, sin retorno
grado de comunicación que a nivel humano produzca el grupo. y no contará con nadie para arrojarse al vacío.
Sentirse parte de un grupo, de una comunidad creativa, dice En la entrevista, ambas actrices recalcan el valor que tiene el
Evelin Brandan, es algo que ella necesita como actriz para juego para el trabajo de construcción del personaje. Sin el juego,
direccionar los procesos de construcción del personaje. Acá no se crean los matices necesarios para el desarrollo del gesto.
nuevamente, las dos actrices, pertenecientes a tradiciones Sin el juego el actor no disfruta del asombroso universo de com-
disímiles, concuerdan: es necesario trabajar en un clima de plicidades y estrategias que establece para llevar adelante sus
respeto y tener una óptima relación con los otros compañeros objetivos. El juego tiene sus reglas, y sobre ellas se construye
y el director. Aunque el actor trabaje colectivamente, hay un la puesta. Cada proyecto impone esos códigos. Con el teatro,
punto del proceso donde se experimenta una gran soledad. aseveran las actrices, se puede jugar trabajando seriamente.
PRIMERA REFLEXIóN:
MEMORIA y PERSONAJE
Otro de los aspectos que me parece necesario destacar en
esta reflexión sobre la construcción del personaje teatral, es la
función que en este proceso cumple la memoria; nuevamente
voy a centrarme en Rosita Ávila para mostrar de qué manera
la actriz trae al presente una enorme galería de personajes
realizados, que la visitan en la compleja tarea de construir su
nuevo personaje.
Mostraré entonces algunas estrategias usadas por ella en
el proceso de construcción de personajes, donde la memoria
funciona como un reservorio de imágenes y sensaciones. En
estos procesos la actriz toma elementos de sus viejas crea-
ciones para sus trabajos actuales. Hoy, en su rol de Genoveva,
personaje incrustado en Las González del autor argentino Hugo
Saccoccia, como en las dos producciones anteriores, realiza
viajes constantes a su pasado artístico para remover personajes Rosita Ávila en su personaje de Genoveva en “Las González”,
construidos de otras obras y traerlos al presente. De esta ma- de Hugo Saccoccia.
nera, es interesante observar los procesos lógicos y afectivos,
en el que el pasado corre su velo para incidir directamente en
la tarea del actor. Esto funciona no solo como un estímulo para actor. Nada se ha perdido, todo ha dejado su marca, su vestigio,
la memoria emotiva, sino también como un espacio compuesto o lo encuentro allí, acurrucado pero manteniendo intacta su
por modelos y patrones construidos. Los mismos se trasladan sin carga afectiva. (Tríbulo 2006: 37)
prejuicios a diferentes contextos escénicos como una palanca Esta cita del actor, docente e investigador Juan Tríbulo, refleja
que despierta los fantasmas de la actriz y que alinea el aquí y la actividad de la memoria en los procesos de evocación para la
ahora del personaje que está construyendo en el curso de su construcción del personaje. Claramente anclado en el sistema
trayectoria profesional. Stanislavski, para Tríbulo, como para muchos actores, apelar a
De este modo, lejos de reinventarse en cada producción se la memoria en la búsqueda de situaciones análogas es un paso
produce un reciclado de los viejos personajes, que se funden fundamental para la aparición de sensaciones similares a las
en un nuevo contexto, dejando aparecer elementos conserva- que vive el personaje en el contexto de la obra. La sensación,
dos en la memoria afectiva, racional y motriz. Nuestro pasado la imagen, el recuerdo, que imprimen al evocarse emociones
moderno y el prejuicio por el “antes” consideran un plagio –aun manejables y perceptibles, traerán a la escena factores internos
con uno mismo– la búsqueda de recursos y elementos usados que fueron vivenciados por el actor. El texto, siempre cargado de
en producciones anteriores. Sin embargo, la construcción de una emotividad enunciada, literaria y por tanto virtual, necesita
los procesos internos, el trazo de la historia y la experiencia de vivencias verdaderas, de experiencias, que traduzcan en
personal, generan en la tarea de construcción de personajes la signos claros y vivos la carga emotiva y vivencial que el actor
continua evocación y reutilización de recursos: aporta a la construcción del personaje.
En esta minuciosa búsqueda aprendida por recovecos tan anti- Para Rosita Ávila, el personaje es una entidad autónoma
guos de mi memoria voy constatando que las grandes emociones que se mueve en el entorno de una lógica impuesta por el
que nos proporciona la vida son el alimento y reservorio del dramaturgo en un contexto que guarda absoluta relación con
32 CUADERNOS DE PICADERO
las conductas y acciones dentro de la situación dramática de de signos producidos por una cultura no se restringen solo a
la que es parte. Por ello, la afinidad o su condición opuesta: el los lingüísticos sino que se expanden al universo de los gestos,
rechazo, son tomados por la actriz como escollos difíciles que se sentidos, ritmos, silencios, comportamientos, etc. De su cono-
deben sortear a partir de un trabajo de asimilación-aceptación cimiento y decodificación dependen nuestro sentimiento de
y no de transformación. inclusión, seguridad y placer en una comunidad determinada.
Por todo esto para ella es muy importante conocer al autor. De la misma forma como los dramaturgos griegos del siglo V
Estudiarlo, saber el desarrollo de su pensamiento tanto en la obra antes de nuestra era buscaban sus historias en el acervo mítico
que representa como en las anteriores escritas por él. La tradición de su cultura, Rosita Ávila recurre a su propio baúl, donde tiene
legaliza para ella los años de existencia de un texto que no puede guardados sus personajes más queridos, que generosos prestan
ser cuestionado sino tomado como el terreno fértil en el que se parte de sus trazos. La percepción para autores como Marvin
mueven los personajes. Es en esa misma tradición donde sus Carlson, también se circunscribe a ese terreno común que siem-
procesos de búsqueda creativa se asientan para la recolección pre debe existir entre una sociedad y sus artistas. El espectador
de datos que formarán parte de los signos del personaje. alienado, pasivo y sin posibilidades de transformación, es aquel
Rosita Ávila no trabaja haciendo lo que ella haría en la si- que no comparte ninguna información con el mundo ficcional
tuación del personaje. Trabaja sobre lo que el personaje hace, que se desarrollará ante su mirada. Esta desafectación con todo
comprendiendo profundamente las razones por las que el autor aquello que se muestra y que, contrariamente, es dominado
decidió que hiciera eso y presta, sin preocuparse, su material por los actores, produce un primer quiebre que en el universo
expresivo construido. A veces, un material ya elaborado, formas griego clásico o en el teatro oriental, no existían. Los mitos
de decir, pequeñas secuencias de acciones, etc. que ya fueron representaban para los autores el terreno social, común a todos,
de otros personajes interpretados por ella en espectáculos de donde debían extraer sus historias. Así los espectadores no
anteriores: lo que importa no es la originalidad sino la coheren- se confrontaban con lo nuevo. Participaban de la presentación
cia. Si el desarrollo de una acción construida por un personaje reorganizada de una historia que les pertenecía, conocían y que
interpretado anteriormente tiene correspondencia con lo que conformaba su universo cultural.
el personaje del presente realiza, puede ser usada aunque Cada vez que Rosita representa un nuevo personaje, se
pertenezca a otro contexto diferente. Así, la copia de sí misma reconstruye a sí misma. Su vasta experiencia condensada en
es permitida porque ello no altera la función que el personaje ya la memoria le permite reciclar personajes o sus acciones y, me-
tiene en el devenir de la historia que el dramaturgo construyó. diante este proceso, un pasado estético, ético y técnico renace
El modelo de códigos, tal cual funciona en el teatro oriental en cada espectáculo. El público que asiste no solo se encuentra
clásico, genera una reconciliación entre la tradición, el actor y con la Vieja de Las González, Marcolfa de Perlimplín... o
el público. Los recursos formales, que permanecen inalterados la Abuela de El jugador, sino con toda una trayectoria que
de generación en generación, constituyen la plataforma de se reconstruye con las partes de sus personajes del pasado,
un acuerdo necesario para que el goce estético se produzca. incrustados como patchwork en su última composición.
El reconocimiento de las secuencias de acciones, los gestos, Pero esa recomposición no es azarosa. El conocimiento pro-
las energías, los tonos, las destrezas, etc. produce un vínculo fundo del autor e de la obra le permite hacer un uso racional del
sólido entre platea y escenario. El placer del espectador no se reciclaje de su material creativo. Nuestra memoria funciona a
localiza en la búsqueda de lo nuevo, sino en la certificación través del olvido y resulta evidente que la selección de la actriz
de la precisión de una secuencia, que guarda una profunda no solo se direcciona en la construcción del material creativo
relación con la tradición del personaje que la ejecuta. La acción para el proyecto nuevo, sino también en la recuperación de
devenida en símbolo bajo el rigor de un código que garantiza un pasado artístico. Ese pasado le “grita” para recordarle una
su interpretación, genera el mismo efecto de satisfacción que ética que la posiciona delante de su profesión. Los jirones de
los gestos instituidos en las comunidades: seguridad en la personajes le recuerdan su decisión de vida, su historia y su
construcción y decodificación de signos. La inmensa cantidad militancia en el teatro independiente, sus conversaciones sobre
34 CUADERNOS DE PICADERO
simple placer de realizar aquello que no es lícito. Los instintos
de los personajes no tienen el freno de las normas sociales y en
muchas ocasiones ellos son víctimas de sus propios impulsos,
por más aberrantes que sean las consecuencias de sus actos.
En El jugador, la trama se construye en base a especula-
ciones económicas que solo tendrán éxito con la muerte de la
abuela anciana. Pero para sorpresa de todos, ella aparece en
el escenario de la acción y desbarajusta el plan macabro de la
familia. En Los demonios, el material escénico construido a
partir del exceso necesitó de un plus de la energía física de los
actores en la resolución de algunas relaciones. Así, se buscó
el riesgo físico, lo que demandó del actor el compromiso para
la producción de acciones intensas.
En El jugador, el exceso –signo de la sobreabundancia el
desequilibrio y la angustia– se hizo materia escénica a partir
de la investigación de los actores con diferentes objetos de
juegos de azar. Más allá de la ruleta, que actúa como una fuer-
za centrípeta en la novela de Dostoievski, objetos tales como
dados, naipes, fichas de dominó, bolas de billar, etc. generan
un espacio lúdico que apresa a los personajes en la adrenalina
frenética del juego de azar. Alejandro Gómez Madrid y Federico Armanini con sus
personajes Piotr y Nicolai en “Los demonios”, de Dostoievski
La incerteza
El azar o lo incerteza, en las dos novelas analizadas, cumplen
una importante función dentro de la lógica del relato. Aunque los actores en el transcurso de la escena. La luz, descendió al
este elemento se muestra con mayor evidencia en el jugador, nivel de los cuerpos y adquirió movilidad por la manipulación
ya que está presente en los aspectos denotativos del relato, del actor, rompiendo con varios preceptos: no era el actor el que
me interesa entender este concepto como estructurante en buscaba la luz, sino que la luz se movía con absoluta libertad
la conducta de los personajes. El lector que profundiza en el buscando la escena, en función de la lógica del personaje
universo de Dostoievski percibe que el desarrollo de las situa- que la iluminaba. De esta manera, la luz móvil multiplica sus
ciones no sigue una línea o dirección definida, que precipite posibilidades de incidencia sobre el cuerpo del actor, y nunca
los acontecimientos hacia un punto determinado. Muy por el fija un marco lumínico determinado ya que se modifica con los
contrario, lo que parece estar resuelto toma direcciones insos- constantes cambios de ángulo del personaje que ilumina. La
pechadas, giros imprevisibles, que sumergen los objetivos de función del actor-iluminador, tomó el concepto de ser un ojo
algunos personajes en un mar de incertidumbres. Los cálculos de cámara que se movía, mostrándole al ojo del espectador
que parecen perfectos, se deshacen por algún capricho del los diferentes encuadres o puntos de vista que podía tener la
destino y las probabilidades se multiplican, hasta que aparece escena. Esa función adquirió tanta importancia, por ser quien
el desenlace como elemento estabilizador. decidía los aspectos que el público debía ver de la escena, que
La resolución escénica de esta unidad semántica en Los de- se transformó en un personaje cuyo rol en el espectáculo es
monios, apareció en el trabajo con la luz. Se tomó la decisión narrativo. En Los demonios una posible composición rígida del
de no trabajar con los clásicos spots de teatro que inciden cuadro escénico se alteraba constantemente por la movilidad
con haces de luz desde arriba hacia abajo, sino con lámparas de la luz: el más pequeño cambio de dirección o posición de
portátiles de baja tensión que pudieran ser manipuladas por la fuente, generaba transformaciones radicales en el espacio
El contraste
La obra de Dostoievski exorciza de forma contundente la pure-
y en la imagen de los cuerpos sobre los que esa luz incidía. La za. La profusión de situaciones en las que conviven personajes
aparición del contraste figura fondo a través de la luz y la som- de diferentes condiciones, cosmovisiones, ideales y posiciones
bra le imponían a la escena y al espacio, alteraciones bruscas, sociales, refuerzan los ejes donde lo inestable toma cuerpo.
colocándolos fuera del rango de lo previsible. El otro como diferente y lo otro, como otredad, esa área desco-
En El jugador, el uso de ciertos elementos como las bolas de nocida que produce atracción y rechazo, construye la identidad
billar, hace imposible, por el tratamiento escénico que tienen, de la escena dostoievskiana. En la puesta de Los demonios la
que se pueda prefigurar una conformación estable de espacio. presencia de la luz y la sombra ayudó a significar el contraste
En ese sentido, la distribución aleatoria de las bolas de billar en y colocar simbólicamente el concepto de lo diferente. La luz
cada ensayo, imposibilitan un juego de trayectorias previamente operaba como escenografía, mostrando de manera restringida
marcadas, lo que le produce al actor juegos constantes de la materia escénica y sumiendo el resto del espacio en la
adaptación dentro de algunos acuerdos que sí están prefijados. oscuridad. La manipulación de la luz portátil abría zonas de
36 CUADERNOS DE PICADERO
Melina Hernández, Emilia Guerra y Rosita Ávila como Blanca, Porota y Genoveva en “Las González”, de Saccoccia.
brillo donde la sombra se disipaba para dar lugar a la acción. espacio semiotizado, equivalente y no mimético, que transformó
El límite entre las áreas de luz y de oscuridad evidenciaba la las condiciones escénicas, para generar una ostentación en la
contracara de la acción. En esta puesta, era el actor- personaje- energía de los actores y sus posibilidades lúdicas.
iluminador el que decidía la imagen a ser mostrada al público.
La significación de la sombra se potenciaba, puesto que no era TERCERA REFLEXIóN:
un espacio negado, sino una zona potencialmente activa y en LA IDEA DE PERSONAJE EN EL TEATRO DE GRUPO
constante interacción con el espacio permitido: podía borrarse lo Voy a referirme a la idea de personaje desde la perspectiva
que se estaba mostrando y enviar al área de sombras imágenes de construcción del actor, en las dinámicas grupales de pro-
que antes habían estado resaltadas por la luz. ducción. Entendemos el concepto de grupalidad en el teatro,
En El jugador, la abuela, irrumpe cortando la lógica que como un colectivo de trabajo superador de las estructuras
presenta la escena y llevando la historia a un rumbo diferente. verticalistas de creación. Sabiendo la condición colectiva de
El contraste del personaje de la anciana moribunda con el las artes escénicas, compartimos la estructura planteada por
resto, patentiza la diferencia y genera un curso distinto en Pedro Espinosa en relación a la existencia de tres modelos de
la acción, con su aparición. La readaptación repentina de los funcionamiento claramente marcados en el teatro: estatal,
otros personajes representa un desafío para los actores, que comercial e independiente. Estos modelos, estudiados como
frente a la presencia de lo otro, de lo que no se espera, de patrones rígidos no dejan ver la complejidad y variantes que
lo diferente, potencian sus miserias y develan de a poco las en sí mismos presentan: por ejemplo lo que entendemos por
miserias humanas. producción independiente puede contener agrupamiento de
En los dos montajes, las definiciones espaciales que se personas por períodos cortos de tiempo, o ligados a un proyecto
realizaron en función de las unidades semánticas analizadas, a largo plazo. Ya estas dos características constituyen en el
fueron construyendo la dinámica de las acciones. La iluminación orden de las propuestas estéticas y las metodologías de tra-
de Los demonios, que también fue trabajada a partir de las bajos, diferencias complejas que merecen subcategorías. Pero
pinturas de Rembrandnt, creó un marco que definió la búsqueda, la superación de los modelos es una marca de nuestra cultura
permitiendo tomar decisiones que ayudaron a las propuestas y no por eso la categorización de Espinosa deja de ser de gran
de improvisación. En el caso de El jugador, la construcción utilidad. Es así, como la idea de personaje, como proceso de
de un área de juego donde los personajes están presos y la encarnación, toma en el teatro independiente, que denominaré
proposición de objetos propios de los juegos de mesa usados teatro de grupo, condiciones diferenciadas a las de los otros
de un modo diferente al que establecen sus normas, produjeron modelos, por las circunstancias con las que cuenta el actor,
un efecto similar: los dos montajes tuvieron la marca de un para su construcción.
38 CUADERNOS DE PICADERO
visación, etc. determinan la manera como se entiende el oficio
y se arriba al acto de encarnación.
En este sentido y sin pretender un juicio valorativo, cada uno
de los modelos planteados por Espinosa, contiene una cultura de
trabajo que direcciona los procedimientos estratégicos del actor
en su camino hacia el personaje. Si bien cada trabajo creativo
está condicionado por el proyecto global, estado particular del
equipo de trabajo y las características de cada actor y del direc-
tor, no se pueden desconocer ciertos patrones estructurales que
conforman los diferentes modelos. Ellos inciden directamente
en los procesos de construcción de personajes. Así podemos
decir que el teatro oficial, al menos en mi provincia, marca una
pauta bien definida en los tiempos de trabajo. Cada proyecto
tiene una fecha de inicio de ensayos, y de estreno, lo que ciñe
la agenda a un período acotado que constituye un dato objetivo
para el actor. En este tipo de elencos, el recurso de reutilización
de materiales y técnicas que en cada actor pasa de personaje a
personaje forma parte de esa cultura. En el teatro comercial, no
desarrollado todavía en nuestra provincia, el empleo de recursos
Emilia Guerra en su personaje de Porota en “Las González”, de que garantizan efectividad directa con el público y que no se
H. Saccoccia. cuestionan precisamente porque son efectivos determina un
punto interesante de análisis en relación al personaje.
En el teatro de grupo, y por una situación que se viene
Si entendemos que un personaje no es, sino cuando un planteando en Tucumán hace tiempo como fenómeno de
actor lo encarna, depende de las condiciones en las que se hibridación, la interconexión entre actores de diferentes
construye esa “máscara”, la lógica de su funcionamiento y por escuelas y generaciones y la menor presión en los tiempos
lo tanto su abordaje. En los tres sistemas antes mencionados de producción, van marcando nociones importantes en lo
el contexto de trabajo varía y por tanto las condiciones o los que respecta al proceso de construcción o encarnación del
condicionantes del actor en su proceso creativo son diferentes. personaje. Entiendo que la socialización de los procesos que
En este sentido, la construcción del personaje y por lo tanto la se manifiesta a partir de la exteriorización de las dificultades,
idea de personaje dentro del teatro de grupo, se define por las va produciendo un cambio de paradigmas importante. Tanto las
relaciones existentes, su lógica de funcionamiento en el proceso dificultades como los avances se sienten y construyen desde
de creación, los pactos establecidos entre sus integrantes, la cada rol, pero es el colectivo el que las asume y desarrolla
cultura de trabajo, y los usos del cuerpo en un sentido amplio. estrategias para poder lidiar con ellas. En algunos grupos, es
Gustavo Geirola, teórico argentino, considera que en un el choque cultural el que lleva necesariamente a compartir-
espectáculo, lo que el púbico ve, es solo la punta del iceberg. exteriorizar, procedimientos y modos de relación que cada
Por tanto, el resto de la montaña de hielo, corresponde a los actor tiene con lo ficcional. Por ello, en el teatro de grupo, la
ensayos. El proceso de ensayo por tanto, se liga de manera construcción del personaje no solo tiene que activar los fantas-
indisociable a lo que finalmente constituye el aspecto formal de mas del texto, al decir de Marvin Carlson, sino los fantasmas
la representación, material ampliamente reciclado y minuciosa- de las culturas de grupo al que cada actor pertenece. Ellos
mente depurado. En todo esto, la construcción de personajes, la se reciclarán en producciones que mostrarán sus diferencias
relación con sus parteners, los procesos de búsqueda, prueba tanto en el resultado final, como en el personaje, donde creo,
y error, los recursos y metodologías empleados para la impro- se resumen múltiples aspectos de la teatralidad.
ANTOINE, André .Conversas sobre a encenacao. Editorial 7 letras. Rio de Janeiro. 2001
_____________ El teatro como máquina de la memoria. Editorial Artes del Sur. 2009. Argentina
DE MARINIS, Marco. El nuevo teatro 1947 -1970. Ed. Instrumentos Paidós. Barcelona 1987
_______________ Comprender el teatro. Lineamientos de una nueva teatralogía. Galerna. Buenos Aires.
_______________ En busca del actor y del espectador. Comprender el teatro II. Editorial Galerna. Buenos Aires. 2005
GADAMER, Hans- Georg. La actualidad de lo bello. Editorial Paidós. Barcelona – España. 1977
GROTOWSKI, Jerzy – FLASEN, Ludwik. O Teatro laboratorio de Jerzy Grotowski 1959 – 1969. Editorial Perspectiva. Sao Paolo. 2007
NAUGRETTE, Catherine. Estética del teatro. Una presentación de las principales teorías del teatro y una reflexión transversal sobre las pro-
PAVIS, Patrice. A análise dos espetaculos. Editora Perspectiva. Sao Paulo. 2003
RYNGAERT, Jean- Pierre. Introduao à análise teatral. Ed. Martin Fontes. Sao Paulo 1995
STANISLAVSI, Constantin, El trabajo del actor sobre sí mismo en el proceso creador de la encarnación.
TRÍBULO, Juan. Stanislavski- Strasberg. Mi experiencia como actor con la emoción en la escena. Editora Atuel UNT. 2006. Tucumán.
UBERSFELD, Anne. La escuela del espectador. Ed. Asociación de directores de escena de España. Madrid. 1997
VALENZUELA, José Luis. La risa de las piedras. Grupo y creación en el teatro de Paco Giménez.
ZUMTHOR, Paul. Introduçao à poesía oral. Editorial UFMG. Belo Horizonte. Brasil. 2010
40 CUADERNOS DE PICADERO
EL CONCEPTO DE PERSONAJE TEATRAL 41
Notas.
42 CUADERNOS DE PICADERO
ISBN 978-987-29553-2-8