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Anexo 7 Campos Baeza - PRINCIPIA-ARCHITECTONICA - Pag1-29

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PRINCIPIA ARCHITECTONICA
4ª edición en castellano

Alberto Campo Baeza


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN .............................................................................. 7

NOTA A LA CUARTA EDICIÓN EN CASTELLANO ....................... 11

PRINCIPIA ARCHITECTONICA ..................................................... 15

LA ARQUITECTURA COMO POESÍA


Sobre la precisión. Por una arquitectura esencial ................................ 21

PERFORANDO LAS NUBES


Sobre la luz. De cuando la luz sólida atraviesa la luz translúcida .......... 33

PLANO HORIZONTAL PLANO


Del plano horizontal como límite entre lo estereotómico y lo tectónico .. 43

MNEMOSINE VS MIMESIS
De la memoria en la arquitectura ........................................................ 53

LA PIEDRA ANGULAR
Sobre la esquina. Cuando la arquitectura se encuentra con la tierra ..... 63

DE ELEFANTES Y PÁJAROS
Sobre la estructura. De cómo la arquitectura se aligera ....................... 71

LA ARQUITECTURA COMO ARTEFACTO


De la relación de la arquitectura con la naturaleza ............................... 83

LA SUSPENSIÓN DEL TIEMPO


Sobre el tiempo. De la inefable detención del tiempo ........................... 93

INTENSIDAD
Diálogo con Kenneth Frampton ........................................................ 107

LAS NOTAS ESCRITAS EN EL AIRE ........................................... 113

ÍNDICE DE NOTAS ....................................................................... 115

BIBLIOGRAFÍA ............................................................................. 129


NOTA A LA 4ª EDICIÓN EN CASTELLANO

Tras las dos primeras ediciones de estos textos en castellano, y tras la


tercera edición revisada y aumentada, sale a la luz esta cuarta edición
en la que las notas se hacen, una vez más, en forma de QR codes,
como ya se hizo en la edición en inglés.

Me gustaría que en un futuro próximo estos textos, que ya sirvieron de


base para un curso de Master en la ETSAM en 2011, se editaran como
clases en vídeo, y que las ideas aquí contenidas lleguen aún más lejos.

Alberto Campo Baeza

ETSAM UPM

Madrid, enero 2014.

11
INTRODUCCIÓN

Ojalá pudiera como Cervantes decir aquello de “Desocupado lector,


sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo
del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más dis-
creto que pudiera imaginarse.” Ni puedo pretender ni lo pretendo. Pero
sí me gustaría que estos textos sirvieran al lector para su reflexión y
su disfrute.

Los escritos que aquí se recogen son fruto de un tiempo de madura-


ción a lo largo de estos últimos años. Algunas de las ideas que aquí
aparecen se han plasmado parcialmente en otros textos ya publicados,
y han tenido su última redacción y se “afinaron” en el Curso Académico
2010-2011 en Avery Library de Columbia University en Nueva York. La
Universidad Politécnica de Madrid, y más en concreto su Rector Javier
Uceda y su Vicerrector Emilio Mínguez, me concedió un año sabático
para desarrollar este trabajo en Columbia University con el apoyo de
Mark Wigley como Dean y Kenneth Frampton como Ware Professor.
Debo agradecer expresamente a Kenneth Frampton su muy especial
ayuda. También quiero agradecer a Jesús Aparicio, Catedrático de la
ETSAM, sus generosas y acertadas sugerencias. Y las precisas co-
rrecciones de Felipe Samarán y de Ignacio Aguirre. Y estos escritos
se han seguido afinando después con la naturalidad con que sólo es
posible hacerlo con el Word Perfect, que, aunque solo fuera por esto,
se debe calificar como perfect.

Aunque los temas tratados son diversos he querido poner más énfa-
sis en los que hacen relación directa a las obras que he proyectado y
construido. De hecho todos estos temas, lógicamente, tienen relación
con mis obras, lo que se traduce en lo que como adenda aparece al
final de cada texto. Estoy convencido de que no es posible una Arqui-
tectura que no tenga su origen en las ideas, en el pensamiento, en la
razón. Pero tampoco creo en una Arquitectura que no tenga la voluntad
de ser construida, que no tenga como fin la obra construida.

Y así, en LA ARQUITECTURA COMO POESÍA, que trata sobre la


precisión, intento mostrar mi posición general ante la Arquitectura,
defendiendo una Arquitectura esencial, como esencial es la poesía.

7
En PERFORANDO LAS NUBES hablo de la luz y de la nove-
dad de atravesar el espacio traslúcido con la luz sólida. En PLANO
HORIZONTAL PLANO escribo sobre la importancia fundamental del
plano horizontal, entendido como límite entre lo tectónico y lo estereo-
tómico. En LA PIEDRA ANGULAR trato de la esquina y de la impor-
tancia de los materiales y su construcción; de la piedra, y de la piedra
angular. En DE ELEFANTES Y PÁJAROS analizo cómo las estruc-
turas en la actualidad, tienden a ser más ligeras. El uso de la memo-
ria en la Arquitectura se desarrolla en MNEMOSINE VS MIMESIS. En
ARQUITECTURA COMO ARTEFACTO doy razones para entender
adecuadamente la relación de la Arquitectura con la naturaleza. Y en
LA SUSPENSIÓN DEL TIEMPO intento dar las claves para entender la
inefable suspensión del tiempo que se produce en la creación arquitec-
tónica. Se cierran estos escritos con un diálogo con Kenneth Frampton
donde se habla de la intensidad en la Arquitectura.

Escribe Ortega con su proverbial claridad al comienzo de su confe-


rencia en Darmstadt : “Sólo se puede hablar del hombre y de la vida si
se habla desde dentro. Si queremos hablar en serio del hombre, sólo
puede hacerse desde dentro, desde dentro propio, y por tanto, sólo se
puede hablar de sí mismo.” Pues así el tono, muchas veces personal,
de estos escritos míos de Columbia. Si estos pensamientos son la ra-
zón de mi arquitectura, no puedo “esconderme” a la hora de desplegar-
los. Aunque algunos amigos me reclamen una mayor asepsia. Nunca
la creación artística fue aséptica.

Y Cervantes en el antes citado prólogo del Quijote nos dice: “Acontece


tener un padre un hijo feo y sin gracia alguna, y el amor que le tiene le
pone una venda en los ojos para que no vea sus faltas, antes las juzga
por discreciones y lindezas y las cuenta a sus amigos por agudezas y
donaires.”

Casi todos son temas que han nacido al hilo de mi obra construida. Y
de algunos proyectos que nunca llegaron a ver la luz. Y también de las
clases impartidas a lo largo de estos años en mi Escuela de Arquitec-
tura de Madrid, la ETSAM, y en tantas otras Escuelas a lo largo del
mundo. Mis obras, mis proyectos y mis clases se han desarrollado al
calor de estas ideas.

8
1
La decisión de poner las notas con sólo referencias a la red mediante
QR codes 1 quiere ser respuesta adecuada a los medios tecnológicos
al alcance de todos en estos nuevos tiempos.

Alberto Campo Baeza

Universidad de Columbia

Nueva York, 2011

9
NOTA A LA 3ª EDICIÓN EN CASTELLANO

Tras las dos primeras ediciones de estos textos en castellano, sale a


la luz esta tercera edición revisada y aumentada en la que las notas se
hacen en forma de QR codes, como ya se hizo en la edición en inglés.

Me gustaría que en un futuro próximo estos textos, que ya sirvieron de


base para un curso de Master en la ETSAM en 2011, se editaran como
clases en vídeo, y que las ideas aquí contenidas lleguen aún más lejos.

Alberto Campo Baeza

ETSAM UPM

Madrid, mayo 2013.

11
PRINCIPIA ARCHITECTONICA

“Será conveniente distinguir allí entre lo absoluto y lo relativo, lo ver-


dadero y lo aparente, lo matemático y lo vulgar”. Isaac Newton, 1687. 1

Esta cita pertenece a los Principia Mathematica 1 de Isaac Newton, de


donde tomamos prestado el nombre. Newton reclama la capacidad de
discernimiento para la labor matemática. El mismo discernimiento que
nosotros exigimos para la creación arquitectónica.

Cuando se ven las cosas con la calma y la serenidad que provee el


tiempo cumplido, los arquitectos que también somos profesores senti-
mos la obligación de transmitir a nuestros alumnos lo más esencial de
nuestras ideas. Como si de destilar lo más importante de nuestra vida
se tratara.

Muchas de las ideas aquí resumidas están expuestas en los textos que
he publicado a lo largo de estos años. Una primera colección de estos
escritos en castellano, bajo el título La Idea Construida, ha superado
ya más de 20 ediciones. Y una segunda recopilación de textos, titulada
Pensar con las manos, ya va por la quinta. Y ambas han sido traducidas
y editadas en inglés, francés, portugués y japonés, y ahora en italiano
y en chino. Quisiera ahora, aquí, con esta nueva colección de textos,
intentar destilar todo aquello para poder comunicarlo todavía mejor.

Cuando en el caudaloso río de la Arquitectura se decide estar en la


orilla del silencio y de la reflexión, lejos de la avalancha mediática
del star system, del ruido y de la superficialidad, y más cerca de la
búsqueda de la verdad de los filósofos, y también de los arquitectos,
sentimos la necesidad de plasmar por escrito los principios en los que
nos apoyamos, nuestros Principia. Aquello que hiciera Newton en sus
Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, y de quien nos hemos
atrevido a tomar prestado el término latino.

El intento de estos Principia es elaborar un texto básico, resumen y


síntesis de los temas clave con los que seguimos trabajando y que en-
tendemos, cada día con más claridad, como centrales de la Arquitec-
tura. Que no son tanto sólo descubrimientos personales, como temas
esenciales de la propia Arquitectura.

15
Este texto tiene desde el primer momento voluntad de ser abierto, per-
manentemente completado, matizado, precisado y afilado. Como afila-
do tiene que estar el bisturí del cirujano. Pues cada vez que volvemos a
releer estos textos, a estudiarlos, introducimos variaciones que quieren
ser aclaraciones más y más precisas sobre lo antes escrito.

Querría usar de la mayor claridad tanto en las ideas como en las pa-
labras capaces de traducirlas. Dando razón de lo que proyectamos y
construimos los arquitectos. Porque la Arquitectura debe basarse en
2
la razón. Aquella adecuatio rei et intellectus que para definir la Verdad
proponían los filósofos, es en nuestro caso, los arquitectos, adecuación
entre lo pensado y lo construido. Aquello que con tanta universalidad
mostró Goya en su grabado El sueño de la razón produce monstruos ,2
es más que adecuado cuando de Arquitectura se trata. La razón en
Arquitectura debe estar siempre despierta, bien despierta. Pues esto,
las razones más básicas con las que la Arquitectura trabaja, es lo que
querríamos que quedara recogido en estos Principia.

Algunos principios podrían parecer obvios, como el de que la luz


necesita de la sombra para poder ser reconocida, o que la estructura
además de transmitir las cargas a la tierra sirve para establecer el or-
den del espacio, lo que hemos llamado la estructura de la estructura.
Y que la gravedad construye el espacio y la luz construye el tiempo.

Pasa con la Arquitectura como con la poesía. Cuando se descubre que


es posible el hacer materiales, palpables, tangibles, conceptos que pa-
recen abstractos, entonces es cuando realmente se es poeta, se es ar-
quitecto. Con la misteriosa capacidad que tenemos los arquitectos de
3
materializar las ideas, de construirlas. Aquello que tan bien expresaba
Michael Bockemühl al hablar de Rembrandt y su pintura: “Convierte la
comprensión intelectual del cuadro en su percepción visual”. O todavía
más claro Stefan Zweig en El misterio de la creación artística: 3 “Pues la
máxima virtud del espíritu humano consiste en procurar hacerse com-
prensible a sí mismo lo que en un principio le parece incomprensible.”

16
LA ARQUITECTURA COMO IDEA CONSTRUIDA.

En estos Principia Architectonica sigo defendiendo la necesidad de


una idea clara para poner en pie cualquier arquitectura. Hace tiempo
escribí que Arquitectura sine idea vana Arquitectura est, tratando de
aclarar cuánto una Arquitectura hecha sin una idea que la sustente es
una banalidad. Como cualquier creación humana. Y también el cómo
esas ideas tienen que tener la capacidad de ser construidas.

No podemos construir nada si antes no lo hemos pensado. Y no debe-


ríamos pensar nada que no podamos construir. Hay que soñar, pero
a la vez ser capaces de hacer realidad esos sueños. La Arquitectura
tiene la misteriosa capacidad de materializar ideas. Por eso hemos
4
repetido tantas veces que la Arquitectura es idea construida. Lo que
Louis Sullivan expresaba muy bien cuando en 1901 escribía: “No po-
déis crear sin pensar, y no podéis pensar de verdad sin crear en vuestro
pensamiento. Juzgad nuestra Arquitectura actual con estos criterios y
os sorprenderá su pobreza de pensamiento, su falsedad de expresión,
su falta de humanidad”.4

Y así como las formas pasan, se destruyen, las Ideas permanecen, son
imperecederas. La Historia de la Arquitectura es una Historia de Ideas,
de ideas construidas, de formas que materializan y ponen en pie esas
Ideas. Pues sin Idea las formas son vacías. Sin Ideas, la Arquitectura
es vana, vacía. Pura forma vacía.

LA GRAVEDAD CONSTRUYE EL ESPACIO.

También estos Principia van a partir de la gravedad como elemento


constitutivo específico de la arquitectura. Los materiales con los que
se construye la poesía o la música no pesan. Pero la Arquitectura se
construye con materiales que pesan. Está inexorablemente sometida a
las leyes de la gravedad.

Hablar de que la gravedad construye el espacio arquitectónico es in-


tentar subrayar su importancia no sólo como mera transmisora de car-
gas sino como algo más importante: establecer el orden del espacio.
Lo repetiremos hasta la saciedad: la estructura no sólo transmite las
cargas sino, sobre todo, establece el orden del espacio.

17
LA LUZ CONSTRUYE EL TIEMPO.

De igual manera, en estos Principia, la luz aparecerá siempre como


elemento principal de la arquitectura. La luz que construye el tiempo.
Sin la luz la Arquitectura no es nada. Usando términos latinos, Arqui-
tectura sine luce, nulla Arquitectura est.

La luz natural ilumina el espacio haciendo posibles las funciones que


allí se desarrollan. Pero podemos además, controlándola, tensar ese
espacio convocando allí a la Belleza.

La luz, como el aire en la Música, atraviesa el espacio creado por el


arquitecto para que suene. Y como si de un milagro se tratara, cuando
la luz llega, suena y parece que allí se detuviera el tiempo. Algo que
pareciendo inasible está a nuestro alcance y nos conmueve. Que la luz
construye el tiempo es algo más que una frase acertada para un texto
pedagógico. El milagro espacial de hacer tangible el tiempo detenido
es una realidad a nuestro alcance.

LA CONSECUCIÓN DE LA BELLEZA

A través de estos Principia Architectonica intentaremos acercarnos al


5
concepto de Belleza en arquitectura. Porque partiendo de las ideas de
la mano de la razón, materializándolas, y construyendo el espacio con
la gravedad, y el tiempo con la luz, es como podremos llegar a alcanzar
la Belleza. Como bien decía Platón y recogía San Agustín la Belleza es
el resplandor de la Verdad.5

18
LA ARQUITECTURA COMO POESIA

Sobre la precisión. Por una arquitectura esencial

Quiero proponer una arquitectura esencial levantada con sólo el indis-


pensable número de elementos. Una arquitectura precisa y certera.
Una arquitectura lógica y sencilla.

Y porque quiero subrayar aquí la importancia de la precisión en la Ar-


quitectura, me atrevo a compararla con la Poesía. ¿Podría atreverse
alguien a proponer la Arquitectura como Poesía? La Poesía necesita,
además de una idea generadora, unas palabras concretas, precisas,
colocadas de tal manera que no sólo traduzcan bien aquella idea sino
que, además, sean capaces de convocar allí a la Belleza. Pues igual
la Arquitectura.

Propongo una Arquitectura que vaya al centro de las cuestiones que


la propia disciplina plantea. Una Arquitectura sin adjetivos. Una Ar-
quitectura esencial, tan esencial como la Poesía lo es a la Literatura.
Poética, en el sentido más hondo del término, como debería ser toda
Arquitectura.

La Poesía, no nace de un repente ni es producto de un arrebato. La


Poesía es de una precisión implacable y no sólo necesita de una idea
de lo que se quiere decir. Esa idea debe además ser expresada, tradu-
cida, con palabras muy exactas y colocadas de tal manera que sean
capaces, una vez construido el poema, no sólo de parecer que todo allí
se ha hecho con la mayor naturalidad, sino además, de remover nues-
tro corazón, de detener el tiempo. Eso es la poesía. Pues así debe ser
la Arquitectura.
1
John Ruskin escribió un texto titulado The Poetry of Architecture 1 que,
a decir verdad, poco tiene que ver, salvo el título, con lo que aquí se
propone. El escrito del autor de Las 7 lámparas de la Arquitectura es
un excurso sobre algunas de las obras de su tiempo que él creía que
merecían la pena. Muy influyente en su época victoriana, el libro es una
colección de artículos publicados en el London’s Architectural Maga-
zine sobre villas de arquitectos como Wordsworth. Pero no ahonda en
la relación entre Poesía y Arquitectura. Aunque en Las 7 lámparas de

21
2
la Arquitectura,2 Ruskin nos propone que “la Arquitectura y la Poesía
son los grandes enemigos del olvido”, defendiendo la Memoria como
terreno común de ambas.

A veces, cuando de arquitecturas más esenciales se trata, se habla


de minimalismo. Y entiendo que se hace de manera equivocada. A
nadie se le ocurriría tachar a la Poesía de minimalismo literario. Por el
3
contrario, todos entienden que la Poesía es como una destilación de
la Literatura misma. Los mejores escritores han escrito Poesía cuando
han querido destilar sus ideas y afinar sus palabras. Así lo hicieron
Shakespeare 3 y Cervantes, que son escritores bien prolíficos, pero que
también, o antes, son poetas de primerísimo orden.

Cuando Shakespeare escribe sus sonetos no rebaja un ápice la calidad


de los versos declamados en Hamlet por el príncipe de Dinamarca. Ni
es minimalista. Ni tampoco Cervantes practica el minimalismo cuando
además de escribir el Quijote nos regala con los hermosísimos sonetos
de la Galatea. Ambos son escritores universales que cuando quieren ir
al centro de la creación literaria se manifiestan como sublimes poetas.

La mayoría de las veces la Poesía aparece en poemas sueltos de di-


mensiones reducidas. Se podrían citar aquí tantos. Pues en Arquitec-
tura sucede lo mismo. Es bueno que los arquitectos se midan también
ante obras pequeñas, ante pequeños poemas arquitectónicos. No hay
ningún arquitecto que merezca la pena que no haya hecho alguna obra
pequeña de gran calidad. Bernini en el Baldaquino de San Pedro, Pa-
lladio en la Villa Rotonda o Mies Van der Rohe en la casa Tugendhat,
son tan geniales como cuando hacen obras de mayor dimensión.

Pero también otras veces los escritores utilizan el verso para poner en
pie obras de mayores dimensiones, tan hermosas como la Odisea, la
Eneida o la Divina Comedia. Pero, insisto, ni Homero ni Virgilio ni Dan-
te son mejores poetas por mor de la mayor dimensión de esas obras.
Son maestros por la capacidad de convocar a la Belleza en todos y
cada uno de sus versos.

Pues lo mismo en Arquitectura. No se mide la calidad de la Arquitec-


tura por la mayor dimensión de las obras. Se mide por la capacidad
de detener el tiempo en ellas, de suspenderlo, de convocar en ellas la
Belleza.

22
PRECISIÓN

Cuando establecemos este paralelismo entre Arquitectura y Poesía lo


hacemos con razones que nos llevan a defender esa Arquitectura que
llamamos y es esencial. Intentamos, tanto en las ideas que la sustentan
como en las formas que la traducen, ir al centro de la cuestión. Arqui-
tectura y Poesía tienen en común el logro de la Belleza a través de
sólo el indispensable número de elementos con los que se construyen.

Bien apuntaba Octavio Paz, “la poesía debe ser un poco seca para que
arda bien, y de este modo iluminarnos y calentarnos”. Pues lo mismo
sucede con la Arquitectura.

He citado numerosas veces las palabras de María Zambrano cuando


decía que la Poesía es “la palabra acordada con el número”. Qué mejor
definición para la Arquitectura, que es precisamente eso: los materia-
les acordados con el número. Porque ambos creadores, arquitectos y
poetas, deben ser precisos y certeros.

O como tan bien lo expresa Osip Mandelstam: “En Poesía todo es me-
dida, todo proviene de la medida y gira alrededor de ella y por ella”.
Pues también en Arquitectura las medidas, el número, son centrales.
4
Edgar Allan Poe, en el texto Método de Composición 4 en el que in-
tenta desplegar los mecanismos usados para elaborar eficazmente la
creación poética, nos describe cómo creó El Cuervo, el más famoso
de sus poemas: “Ningún punto de la composición puede atribuirse a la
intuición ni al azar, que avanzó hacia su terminación paso a paso con
la misma exactitud y lógica rigurosa propias de un problema matemá-
tico”. No es mala manera de expresar este valor de la precisión en la
creación artística.

Un arquitecto debe ser preciso. Para ello debe saber qué quiere hacer
y cómo debe hacerlo. Qué quiere hacer, qué idea es capaz de respon-
der a todos los requerimientos que la Arquitectura le plantea en cada
caso y que bien resumía Vitrubio en su Utilitas, Firmitas y Venustas. Y
cómo hacerlo, cómo materializar esa idea. Lo que requiere un conoci-
miento preciso de los materiales y de las técnicas capaces de ponerla
en pie.

Porque la idea no es en Arquitectura, ni tampoco en Poesía, algo difuso.

23
Tanto la idea como los medios para construirla son enormemente pre-
cisos. Una idea no es una ocurrencia. En Arquitectura no será válida
una Idea que no pueda ser construida materialmente. Por la misma
razón por la que no sería válida una idea en Poesía si no pudiera ser
traducida con palabras. Al igual que no será válido utilizar una tecno-
logía inadecuada para construir aquello con lo que se ha soñado. Y
así el conocimiento de nuevas técnicas hará que el arquitecto pueda
concebir mejor nuevas ideas. Precisión en las ideas y precisión en su
materialización.

MÉTRICA

La precisión en Poesía tiene su punto de partida en la métrica. Para


que un poeta se salte las normas de la métrica es preciso que antes las
conozca bien. Un poeta que conozca bien la métrica tiene gran parte
del terreno ganado.

Un arquitecto tiene también su métrica capaz de hacerle saber cuán-


do un mecanismo arquitectónico funciona con unas medidas y unas
proporciones, y no lo hace con otras. Ése fue el intento de los anti-
guos tratadistas, desde Vitrubio en sus diez libros De Architectura has-
ta Alberti con su De Re Aedificatoria. Desde Vignola con sus Regola
delle Cinque Ordini d´Architettura, hasta Palladio y sus Quattro Libri
dell´Architettura.

Cuando nos preguntamos qué hay de fascinante en la Casa Farnsworth


de Mies Van der Rohe que la Glass House de Philip Johnson no tenga,
debemos recurrir a este tipo de consideraciones relativas a la precisión
de las medidas. Mies, con gran sabiduría, levanta el plano principal del
suelo de la casa hasta la altura de los ojos (1,60 m) para que flote, para
que el plano se convierta en una línea y casi desaparezca. Y mide bien
la distancia entre los planos de suelo y techo para lograr esa horizon-
talidad exacta. Por el contrario, Philip Johnson deja el plano del suelo
más bajo, casi a ras de tierra, y suceden menos cosas. Quizás el suelo
de la Glass House debería estar completamente a ras del terreno para
lograr la continuidad total de ese espacio.

El quid de la cuestión es un tema de medidas. O mejor todavía, del cono-


cimiento del efecto de las medidas. Porque con unas medidas sucede

24
una cosa, y con otras medidas, otra. En definitiva es una cuestión de
métrica, de precisión en el sentido más poético del término.
5
Así, cuando San Juan de la Cruz en su Cántico Espiritual 5 escribe:
“y déjame muriendo un no sé qué que quedan balbuciendo” no sólo
hace que el poema llegue a la cima y nos conmueva. Cuando repite,
en una aliteración sublime, ese “qué que quedan”, que es un balbucir
real que precede al mismo verbo en gerundio, lo hace dominando las
palabras con una sabiduría y precisión absolutas. La misma sabiduría
y precisión de Mies Van der Rohe en la Casa Farnsworth. La misma
sabiduría y precisión que se debe exigir a toda Arquitectura que me-
rezca la pena.

VERDAD
6
Platón definió la Belleza como el esplendor de la Verdad. Y San Agus-
tín volvería a repetirlo muchos años después. Y esa relación indisolu-
ble entre Verdad y Belleza quedaría recogida en el escudo de la AA,6
Architectural Association de Londres, la más prestigiosa Escuela de
Arquitectura de Inglaterra, con el lema “Design with Beauty, Build in
Truth”.

Si esa arquitectura esencial de la que estamos hablando utiliza pocos


elementos es porque todos ellos son necesarios y son verdaderos. No
sobra ni falta ninguno de ellos, y cada uno actúa con la máxima intensi-
dad. De esa verdad procederá la belleza de esa Arquitectura.

La deseada belleza de las mejores obras de arquitectura debe ser re-


flejo de la empeñada verdad con la que los arquitectos deben trabajar.
Tratando de que la verdad de la idea concebida y la verdad con que
se materializa sean capaces de florecer en la belleza de esas obras.

Y esa belleza y esa verdad en la arquitectura vendrán siempre de la


mano de la razón. Qué bien conviene a la arquitectura aquella defini-
ción aristotélico tomista de la verdad como “Adecuatio rei et intellec-
7
tus”, la adecuación entre lo pensado y la realidad.

Recuerda Josef Pieper 7 que el concepto de “la verdad de las cosas”


fue desterrado por Kant cuando identificó verdad con realidad. Y esto
que en Filosofía es discutible y motivo de innumerables debates, en

25
arquitectura es muy claro. Claro que toda arquitectura construida es
real, tiene una presencia real evidente. Pero no significa necesaria-
mente que sea verdadera.

Sólo cuando la arquitectura es verdadera, en su concepción, en su


idea y en su materialización, puede alcanzar la Belleza. Accederá a
ella una arquitectura que sea el desarrollo de una idea certera, que
establezca una estructura coherente, y que esté acordada con los ma-
teriales colocados de la mano de la lógica. En definitiva, que cumpla
los principios vitrubianos de la Utilitas, la Firmitas y la Venustas. Sólo
cuando la idea, el desarrollo, la estructura y la construcción son verda-
deros, se puede llegar a la Belleza. Para llegar a la Venustas Vitrubio
exigía, con razón, el cumplimiento puntual de la Utilitas y de la Firmitas.

Gran parte de la Arquitectura que hoy vemos levantada tiene poco inte-
rés. La ocurrencia, el capricho y la superficialidad han sustituido a los
principios vitrubianos y están generando una Arquitectura contempo-
ránea que se desmorona, que se nos deshace entre las manos. Úni-
camente la vuelta al punto de partida, al origen, podrá seguir abriendo
8
nuevas vías al futuro de la Arquitectura.

¡Qué bien lo expresaba Berthold Lubetkin 8 al final de su discurso en el


RIBA cuando le concedieron la Royal Gold Medal en 1982!

“Goethe rechazó siempre la fácil opción de la retórica neurótica, y rehu-


só el compartir el entusiasmo tan de moda por lo inexplicable. Cercado
por todos sus costados por la angustia, la turbulencia y las sombras
espantosas, él desafió la locura de los acontecimientos y escribió una
colección razonable de poemas llenos de clásica serenidad, de lógica
ordenada y de clara lucidez. Y aconsejó a los pintores que empaparan
sus pinceles en la razón, y a los arquitectos que siguieran las indica-
ciones de Winckelmann para alcanzar la grandeza de la serenidad y la
nobleza de la sencillez. No me cabe la menor duda de que esta actitud
humanista llena de confianza, por su calma y su racional coherencia,
era por lo que Goethe deseaba que le recordaran. Y, mutatis mutandis,
a mí también.”

26
PESO

Las palabras no pesan, no están sujetas a las leyes de la gravedad a


las que los materiales de la Arquitectura están sometidos inexorable-
mente.

Y aunque al escribir sea bueno usar sólo las palabras precisas, no


cuesta nada emplear un mayor número de palabras, como tienden a
hacer los escritores que llamamos barrocos. Aunque lo deseable se-
ría, como bien prescriben W. Strunk y E. B. White en The Elements of
Style: “omit needless words”, omitir las palabras innecesarias.

Pero, además en Arquitectura, utilizar mayor número de elementos de


9
los necesarios, resulta siempre caro, costoso desde el punto de vista
económico. Y un aumento de peso propio que, por mor de la gravedad,
necesita transmitir mayores esfuerzos a la estructura. Con razón y sa-
biduría le preguntaba Fuller, ya mayor, a Foster, todavía joven “¿Cuánto
pesan sus edificios Mr. Foster?”. 9 Un modo muy pedagógico de hablar
de la precisión.

TRASCENDER

“No tengo yo noticias de deleite y satisfacción más grandes que reco-


nocer que también le es dado al hombre crear valores imperecederos,
y que eternamente quedamos unidos al Eterno mediante nuestro es-
fuerzo supremo en la tierra: mediante el arte.”
10

Estas palabras de Stefan Zweig en la conferencia que con el título El


misterio de la creación artística 10 pronunció en el año 1940 en Buenos
Aires, pueden servir de colofón a este escrito. Si en él cambiáramos
las palabras creación artística por Arquitectura, seguirían siendo per-
fectamente válidas.

Algo de lo que en El concepto del tiempo proponía Heidegger: com-


prender la historicidad. Porque eso es lo que deberían querer hacer los
arquitectos: una obra esencial, poética, capaz de trascenderles, capaz
de insertarse en la historia, capaz de permanecer en el tiempo.

27
ADENDA

En mis conferencias explico cómo para acordar el edificio del Museo


11
de la Memoria de Granada con el edificio construido anteriormente de
la Sede Central de Caja Granada, “el cubo”, no he hecho más que acor-
dar los dos podios de dichos edificios.11 El que sus fachadas a la vía
principal estén alineadas y el que la altura de cornisa de esos podios
sea la misma hace que ambas resuenen. Y suelo explicar que, como
ocurre en la poesía, no hago más que utilizar los mismos mecanismos
de un poema cuando las palabras resuenan, cuando se acuerdan con
precisión.
12

Y el que el edificio pantalla del Museo de la Memoria de Granada sea


como una “loncha del cubo”, porque tiene la misma anchura y la misma
altura, hace que inmediatamente ambos edificios estén acordados .12
Como las palabras en un poema.

Y luego sigo explicando que al hacer el segundo edificio he intentado,


junto con el primero, construir la nueva ciudad. La ciudad que, como
un gran poema épico, se compone de versos sueltos, de muchas edi-
ficaciones que tienen que estar acordadas. La trama romana de Man-
hattan es una buena estructura para encajar con libertad pero con or-
den los versos de ese gran poema épico.

Cuando decido materializar el proyecto de Lanzarote en hormigón visto


13 negro, hecho con la lava volcánica como árido, intento que el edificio
desaparezca fundido con el terreno de lava volcánica en el que la gran
plataforma se empotra.13 No hago más con este acuerdo que producir
un buen acorde. Que, como en el verso libre en la poesía, la gran pieza
aparezca como si hubiera estado siempre ahí, con el mismo artificio
que se utiliza en cualquier poema, y que se nos aparezca como si
siempre aquellas palabras hubieran estado así de bien acordadas.

Y utilizando el mismo tipo de artimañas poéticas, que los arquitectos


14 llamamos mecanismos arquitectónicos, he planteado en la Casa en
Zahara una gran plataforma, un gran cajón, hecho en travertino roma-
no.14 Por una parte el dorado travertino Flaminio se acuerda bien con la
arena dorada de la playa. Como lo hacía el color negro del picón en el
edificio de Lanzarote. Por otra, el travertino trae a colación la presencia
romana en aquel lugar, hace tantos siglos, de la que dan fe los restos
de Bolonia que están a la vuelta de la esquina.

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¿No es esto, el concierto de los volúmenes en Granada, el hormigón
con picón en Lanzarote y el travertino romano en Zahara, un intento
de establecer un acuerdo poético capaz de convocar allí a la Belleza?

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