Clase 1
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Clase Nº 1
Les damos la bienvenida a la primera clase del curso. En esta clase exploraremos el caso de la
Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, entendiendo a esta organización como un caso
ejemplar de movilización de la sociedad civil para la defensa de derechos.
Como ustedes saben, el 24 de marzo de 1976 las fuerzas armadas llevaron adelante
un golpe de Estado e instauraron un gobierno de facto que, al decir de Emilio Fermín
Mignone1, se caracterizó por tener dos niveles (o tipos) de normas. Veamos como lo presenta:
En este módulo abordaremos el análisis de un aspecto de este segundo nivel, aquel vinculado
con la apropiación y sustracción de niños y niñas de la dictadura militar argentina. La
agrupación que conocemos como Abuelas de Plaza de Mayo es un organización de la sociedad
civil que surgió en el año 1977:
Hacía ya seis meses que las Madres de Plaza de Mayo habían convertido la orden
policial de “circular” en “la ronda de los jueves”, verdadero símbolo de coraje cívico.
También habían golpeado muchas puertas: ministerios, cuarteles, comisarías,
iglesias, hospitales. La respuesta en todos los casos era un silencio cómplice. Aquel
jueves de 1977 una madre se apartó de la ronda y preguntó: “¿Quién está buscando
a su nieto, o tiene a su hija o nuera embarazada?”. Una a una fueron saliendo.
1Mignone E. (1981). El caso argentino: desapariciones forzadas como instrumento básico y generalizado de una
política. la doctrina del paralelismo global. Ponencia en el Coloquio de París “La política de desapariciones
forzadas de personas”.
1
En ese momento, doce madres comprendieron que debían organizarse para
buscar a los hijos de sus hijos secuestrados por la dictadura. Ese mismo sábado, 22
de octubre, se juntaron por primera vez para esbozar los lineamientos de su búsqueda
e iniciar una lucha colectiva que sigue hasta hoy. Las mujeres se bautizaron como
Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos, más tarde adoptaron el nombre con
que el periodismo internacional las llamaba: Abuelas de Plaza de Mayo. 2
Este grupo de mujeres se unió para buscar a los/as bebés de sus hijos e hijas
desaparecidos o muertos. Algunos de esos bebés habrían nacido en cautiverio, mientras que
otros/as fueron secuestrados junto a sus familias. La conciencia respecto de la forma que
adoptaba el accionar de las fuerzas armadas (y de policiales bajo mando militar) es algo que
fue desarrollándose con el correr del tiempo. Al decir de una de las protagonistas de este
primer grupo:
El día que conocí a Alicia ella estaba con un salto de cama rosado y ordenaba su
casa. Empezamos a charlar y perdimos la noción del tiempo. Ese día empecé a
descubrir lo que realmente estaba pasando y a entender que la búsqueda debía
hacerse de otra manera, que no había un solo niño desaparecido sino por lo menos
dos. Y si había dos, ¿cuántos más podrían ser? Por primera vez tuve la horrorosa
sensación de que no encontrábamos a los niños porque no nos los querían
entregar.3
En aquel período este grupo de mujeres desarrolló un sistema propio para contar con
una nómina de los niños y niñas que buscaban, tratando conseguir algún tipo de información
y de mantenerla organizarla. Entre las muchas acciones que llevaron adelante están el
recorrido de juzgados de menores, orfelinatos y casas cuna, tomando fotos de los niños en
jardines de infantes y escuelas, etc. También presentaron escritos y cartas a personas de
relevancia política nacional e internacional: a lideres políticos argentinos, al Secretario de
Estado de Estados Unidos, al Papa Pablo VI, Corte Suprema de Justicia de la Nación, la
Conferencia Episcopal Argentina, UNICEF y la Cruz Roja.
2 Abuelas de Plaza de Mayo (2007). La Historia de Abuelas. 30 años de búsqueda (1977- 2007). Buenos Aires:
APDM, pág. 19.
3 Dillon, M. (2002). Historia de los organismos de derechos humanos - 25 años de resistencia Abuelas de Plaza
2
El 5 de agosto de 1978 (en la víspera del Día del Niño) el diario La Prensa publicó la
primera solicitada en la que se reclamaba por los niños desaparecidos. Esta publicación fue
un factor decisivo para comenzar a movilizar a la opinión pública internacional:
3
¿Cómo demostrar la identidad de sus nietos y evitar que se transformaran en
“siluetas de humo y lágrimas”? Éste era el problema que tenían que resolver. Si bien
ya se habían recorrido algunos caminos en materia de identificación como el de las
huellas plantales, los dientes o mechones de pelo que algunas Abuelas conservaban
de sus nietos, nada de esto era posible para identificar a los chicos nacidos en
cautiverio. Cierto día leyeron en el diario El Día de La Plata acerca de un
descubrimiento que permitía conocer la filiación de una persona a través de un análisis
sanguíneo.
A partir de esto quisieron saber si existía algún elemento de la sangre que
permitiera probar la pertenencia familiar de un individuo. Con este objetivo lograron
contactarse con Eric Stover, quien dirigía la Asociación Americana para el Avance de
la Ciencia (AAAS, según sus siglas en inglés). “Lo que piden es posible, pero nunca
se hizo. Vamos a investigar”7, dijeron los científicos. Un año más tarde, con la
“primavera democrática”, las Abuelas recibían buenas noticias desde Washington.4
4Abuelas de Plaza de Mayo (2007). La Historia de Abuelas…, op. cit., pp. 46-47.
5Penchazadeh V. (2016). "El Índice de Abuelidad usa la genética a un objetivo de derechos humano". En Boletín
electrónico Spondylus, 18/10/2016.
4
(Ley de Punto Final Nº 23.4926 y Ley de Obediencia Debida Nº 23.5217) dejaron expresamente
el delito de sustracción de menores por fuera de la extinción de acciones (es decir que esos
delitos podían seguir investigándose y juzgándose) y de la presunción de haber actuado
siguiendo órdenes.
Así fue que algunos años más tarde, en octubre de 1996, la Asociación Abuelas de
Plaza de Mayo impulsó la denuncia que dio inicio a la causa por el “Plan sistemático de
apropiación de niños”. Aun con muchas dilaciones y demoras, el avance de esta causa fue el
único espacio para continuar avanzando en el juzgamiento de los delitos de la dictadura.
Recién en 2007 la causa fue elevada a juicio oral y público (once años después de su
comienzo).
Como señala Iud “esta causa pasó a tener otra relevancia: dejar establecido para la
historia, con la fuerza simbólica y social de una sentencia judicial, que aquellas apropiaciones
de niños no fueron ‘ocasionales’ ni decisiones individuales de algunos oficiales o suboficiales,
sino que respondieron a una definición orgánica de las máximas autoridades de las Fuerzas
Armadas”8. En el año 2014 la causa obtuvo sentencia favorable de la Cámara Federal de
Casación Penal, ratificando la sentencia del Tribunal Oral Nº 6 e, incluso, aumentando las
penas. La sentencia da por comprobada la existencia de una "práctica generalizada y
sistemática de sustracción, retención y ocultamiento de menores", a la vez que confirma que
"la apropiación de niños constituye una forma de desaparición forzada y un crimen de lesa
humanidad" y que este delito "se sigue cometiendo hasta que los niños apropiados recuperan
su identidad".
6 Ley de Punto Final Nº 23.492, artículo 5: “La presente ley no extingue las acciones penales en los casos de
delitos de sustitución de estado civil y de sustracción y ocultación de menores”. Véase el texto completo en:
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/20000-24999/21864/norma.htm
7 Ley de Obediencia Debida Nº 23.521, artículo 2: “La presunción establecida en el artículo anterior no será
aplicable respecto de los delitos de violación, sustracción y ocultación de menores o sustitución de su estado
civil y apropiación extensiva de inmuebles”. Véase el texto completo en:
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/20000-24999/21746/norma.htm
8 Iud A. ( ). El juicio por el "Plan sistemático de apropiación de niños", un hito en la lucha contra la impunidad.
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situarnos en la perspectiva que adoptó la última dictadura militar respecto del rol de la familia
como célula básica de la sociedad. Este tipo de mirada respecto de lo social permitió construir
a las mujeres militantes de organizaciones político–militares como “malas madres” en tanto
se alejaron de los estereotipos socialmente vigentes respecto del rol y espacio social que
supuestamente les correspondia a las mujeres. Según la autora las nociones de “abandono”
y “peligro” resultaron centrales para poder sostener y justificar la decisión de apropiarse y
sustituir la identidad de al menos 500 niños y niñas. A su vez, sobre estos preconceptos se
fundó la idea de que si estos niños/as eran devueltos a sus familias biológicas, estarían
destinados/as a ser criados/as como “subversivos”, reproduciendo estructuras familiares
“disfuncionales” y ajenas a los principios ético-morales que la dictadura pretendía sostener.
Por su parte, Urosevich nos propone interpretar este plan sistemático a la luz de la
Convención sobre el Genocidio de 1951. Este instrumento internacional tipifica entre las
modalidades que adopta el genocidio al “traslado por fuerza de niños del grupo a otro
grupo”9. La autora sostiene que, para el caso que estamos aquí analizando, “el traslado por la
fuerza de niños, lejos de constituir un acto aislado producido por seres demoníacos, es un
proceso racional que requiere una cuidadosa planificación y organización por parte del grupo
agresor”10.
A su vez, Urosevich agrega que “como parte de las condiciones necesarias para el
desarrollo de apropiaciones de niños sistemáticas y planificadas, el Estado Argentino creó
maternidades y salas de partos clandestinas dentro de diferentes centros clandestinos de
detención, tortura y exterminio. Entre ellos: El Campito, El Vesubio, La Cacha, Comisaría 5ta
de La Plata, Pozo de Banfield, la Escuela Mecánica de la Armada. Sin embargo, para desarrollar
estas prácticas sociales genocidas, el Estado perpetrador no sólo construyó estos dispositivos
de poder novedosos -las salas de parto y maternidades clandestinas- sino que, al mismo
6
tiempo, utilizó instituciones, técnicas, saberes, usos burocráticos y costumbres previamente
existentes”11.
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Lecturas obligatorias del Módulo
- Abuelas de Plaza de Mayo (2007). La Historia de Abuelas. 30 años de búsqueda (1977- 2007).
Buenos Aires: APDM.
- Regueiro, S. (2015). “Subversivas”: “Malas madres” y familias “desnaturalizadas”. En: Cadernos
Pagu, No 44, pp. 423-452.
- Urosevich, F. (2015). La apropiación sistemática y planificada de niños como práctica social
genocida. El caso de la ESMA. En: Feierstein D. (dir.), Tela de Juicio. Debates en torno a las prácticas
sociales genocidas. Buenos Aires: Equipo de Asistencia Sociológica a las Querellas-EASQ.
Lecturas de profundización
- Abuelas de Plaza de Mayo (2015). Niños desaparecidos. Jóvenes localizados 1975-2015. Buenos
Aires: APDM.
- Nosiglia J. (2007). Botín de guerra. Buenos Aires: APDM.
- Villalta C. (2012). Entregas y secuestros: el rol del Estado en la apropiación de niños. Ciudad
Autónoma de Buenos Aires: Del Puerto-CELS.