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Nutrición de Lechuga en Hudroponia

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Parte 4.

Nutrición nitrogenada en lechuga


para condiciones de cultivo en campo
Carlos Blanco M.
Ingeniero Agrónomo Magíster.
cblanco@inia.cl

Juan Pablo Martínez C.


Ingeniero Agrónomo Dr.
INIA La Cruz

En general, el nitrógeno (N) es el nutriente con mayor impacto sobre el rendi-


miento y la calidad de los cultivos hortícolas. Es extremadamente dinámico en
el suelo y sufre cambios que incluyen procesos de ganancias, transformaciones
y pérdidas. El exceso de N en la fase de crecimiento de la lechuga origina un
crecimiento desordenado, con hojas excesivamente grandes y frágiles que difi-
culta el manejo del cultivo (Maroto, 2002).

Para tener un balance equilibrado en lechuga, se recomienda fertilizar el cultivo


entre 100 y 200 kg/ha de N disponible en la zona radical (Sorensen et al., 1994).
Por otra parte, se ha observado que el contenido de N disponible para la plan-
ta depende directamente del manejo del agua en distintos sistemas de riego
(Cantliffe et al., 1998). Cuando el contenido de N disponible es insuficiente para
la planta, la absorción del N por parte de ella se reduce, produciendo disminu-
ciones marcadas en los rendimientos y, por el contrario, si la aplicación de N es
excesiva se producen pérdidas principalmente por lixiviación (Karam et al., 2002).
En la zona central de Chile, se ha constatado que el sistema de riego utilizado
por los productores es 80% por surcos y, en algunos casos, el riego es excesivo
ya que no se ajusta a turnos de riego y a las necesidades de agua del cultivo.

La cantidad de N disponible en los suelos superficiales de la Zona Central de


Chile puede variar entre 5 a 20 mg/kg, disminuyendo sus contenidos con la
profundidad. El contenido de N depende también del tipo de textura suelo, con-
tenido de materia orgánica, presencia de micro flora del suelo, temperatura y
pluviometría. El clima juega un papel dominante en la determinación del estado
de N de los suelos.

22 BOLETÍN INIA N° 406


El N disponible en el suelo se encuentra principalmente como nitrato (NO3-) y
amonio (NH4+). La capa arable del suelo puede tener un contenido de N bajo la
forma de nitrato entre 2 a 60 ppm. Este contenido varía con la estación, ya que
es muy soluble en agua y las aguas de lluvia o riego lo pueden arrastrar hacia el
subsuelo, acumulándose muchas veces en las napas freáticas. Las plantas pueden
absorber el N también bajo la forma de ión amonio (NH4+). El N absorbido como
nitrato (NO3-) por la planta es rápidamente reducido a ión amonio (NH4+) a través
de un paso intermedio que es la generación del ión nitrito (NO2-) mediante la ac-
ción de la enzima nitrato reductasa, la cual contiene molibdeno (Mo). La principal
diferencia entre el NO3- y NH4+, es que primero en el suelo se encuentra disuelto
en solución; mientras que si el suelo contiene mucha arcilla y humus, gran parte
del ión NH4+ se encuentra retenido como catión intercambiable y no en solución.
Quizás por esta razón un fertilizante en forma de nitrato actúa mucho más rápido
que uno en forma de amonio. Se estima en suelos naturales una lixiviación de 5 a
20 kg/ha/año. La irrigación y la aplicación de fertilizantes aumentan las pérdidas
por lixiviación, llegando a alcanzar magnitudes de hasta 80 kg/ha/año.

En la dinámica del N en las plantas, se ha observado que se pueden almacenar y


traslocar elevados niveles de nitratos en las hojas sin sufrir efectos dañino para
la planta. Sin embargo, las personas y/o el ganado que consumen alimentos con
elevada cantidad de nitratos, pueden sufrir enfermedades tales como metahe-
moglobinemia, la cual se produce en el hígado donde se reduce el nitrato a nitrito,
que se combina con la hemoglobina y la deja inhibida para unirse al oxígeno. En
seres humanos y animales el nitrato se puede convertir en nitrosaminas, que
son potentes carcinógenos. En algunos países se limita el contenido de nitrato
en los alimentos de origen vegetal.

En contraste con el nitrato, elevados niveles de amonio son tóxicos tanto para
las plantas como para los animales, es por ello que los animales han desarrollado
una gran aversión a su olor, provocado por carbonato de amonio. Las plantas
asimilan el amonio cerca del sitio de producción y rápidamente almacenan el
exceso en las vacuolas, evitando el efecto tóxico en membranas y en citosol.

El cultivo de la lechuga en la tres principales regiones centrales de Chile (Región


Metropolitana, Región de Valparaíso y Región Libertador Bernardo O’Higgins) repre-
sentan en términos de superficie 3.341 ha (47%) de un total de 7.136 ha (100%)
a nivel nacional (ODEPA, 2018). La Región Metropolitana (1.801 ha) es la segunda
región con mayor superficie, antecedida por la Región de Coquimbo (2.619 ha).

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Entre los factores que favorece el desarrollo de esta especie destaca la presencia
durante todo el año como producto fresco en mercados, la oferta varietal de las
empresas de semillas, posibilidad de diferentes épocas para desarrollar el cultivo
durante todo el año, comunas como Colina y Lampa con presencia mayoritaria
de agua de pozos que favorece un resguardo sanitario del producto, etc., sin em-
bargo, el manejo productivo y la tecnificación en el cultivo no ha avanzado como
en otras especies o rubros. Los distintos tipos y variedades que encontramos
actualmente en el mercado, requieren de un manejo agronómico diferenciado
ya sea en épocas, densidades, manejo del riego y nutrición entre otras.

Por otra parte, al ser esta especie, una hortaliza que normalmente es incorpo-
rada en nuestra dieta durante gran parte del año y accesible a gran parte de la
población, es relevante establecer las bases para una adecuada nutrición. La
mejor estrategia para determinar con precisión las necesidades de nutrientes
de este cultivo es determinar las extracciones en sus órganos vegetativos, que
para el caso de las lechugas, son las hojas.

Cuando se realiza un plan de nutrición en el cultivo, ya sea por aportes de fer-


tilizantes sintéticos o a base de insumos ecológicos, se requiere focalizar una
programación óptima, conocer la extracción de nutrientes y cinética de absorción,
al efecto de ajustar las aportaciones a la demanda del cultivo.

Algunas referencias de literaturas indican dosis de referencia basadas en la


necesidades de nitrógeno para un rango de rendimiento definido, 2-3 Kg N/ton
con un rendimiento de lechugas de 20-60 ton/ha, cuidando de suplir las nece-
sidades de nitrógeno y de la totalidad o mayoría de los nutrientes, y de evitar
riesgos de contaminación ambiental asociadas a la generación de una sobre
dosis de nitrógeno disponible (nitrógeno que se hace disponible derivado de la
fertilización mineral o enmiendas en el ciclo de cultivo mayor a la necesidad de
nitrógeno de la lechuga)(Hirzel, 2016).

El valor de referencia de requerimiento de nitrógeno para la especie a cultivar, se


puede obtener a partir de un coeficiente constante, llamado coeficiente de extrac-
ción y definido como el total de kilogramos de nitrógeno para producir una tonelada
de cosecha (BNAE, 2013) y así establecer un programa de nutrición ajustado.

En este contexto, INIA La Platina, ha focalizado como un aspecto relevante a


investigar la nutrición en el cultivo de la lechuga debido a las brechas que ha
levantado la Unidad de Vinculación y Transferencia Tecnológica y al requerimiento
por parte de agricultores de la Región Metropolitana. Por otra parte, el conoci-

24 BOLETÍN INIA N° 406


miento y la responsabilidad que hoy significa producir alimento conlleva a una
seriedad en todas las etapas productivas, en donde el manejo de la nutrición,
especialmente la nitrogenada adquiere gran importancia. El manejo racional
de los aportes de N en el cultivo de la lechuga ayudará a la obtención de un
producto inocuo con una seguridad alimentaria para el consumidor y evitará la
contaminación difusa al medio ambiente.

Investigación

Este trabajo aborda las extracciones de N durante un ciclo de lechugas tipo


Iceberg variedad Mohawk (Lactuca sativa var crispa) adecuada para época de
otoño-invierno. La lechuga se caracteriza por ser un cultivo de rápido crecimiento
y de hábito más bien invernal (Marotto, 1995), aun cuando existen variedades
de primavera-verano.

El trasplante se realizó durante febrero del 2018 (22 de febrero) en mesas de un


metro en un suelo con textura franco arenosa.

El número de plantas teóricas por metro cuadrado fue de 14 unidades. La den-


sidad de plantas utilizadas en el ensayo determina una densidad por hectárea
cercana a las 100.000 unidades (Figura 5).

Figura 5.
Ensayo en cultivo de
lechuga tipo ­Iceberg
para determinar
el ­coeficiente de
­extracción de nitrógeno
bajo condiciones de
campo. INIA La Platina.

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Se utilizó riego por goteo por cintas con un caudal por emisor de 1L/h con una
distancia de emisores a 20 cm.

La fertilización se realizó por medio del riego. Antes del establecimiento del
cultivo se obtuvo un muestreo de suelo para realizar un análisis de fertilidad
completa en laboratorio.

El suelo utilizado para la investigación tenía un aporte residual bajo de nitrógeno


disponible, 13 mg/kg, equivalente a un suministro de 36 kg/ha, asumiendo una den-
sidad aparente (Da) de 1,4. Los niveles de fósforo y potasio residuales fueron altos,
mayores a 20 y 150 mg/kg respectivamente, por tanto, no fue necesario aplicar.

La cosecha fue realizada mediante parámetros cualitativos como son tamaño


y peso. Se realizó una cosecha a término de cultivo (26 de abril del 2018). Se
evaluó una superficie de 1 metro cuadrado para determinar rendimiento y ca-
lidad (Figura 6).

Para determinar los tratamientos a aplicar en el ensayo se consideró los antece-


dentes previos obtenidos en dos ensayos hidropónicos de lechugas que tuvieron
por objetivo determinar la extracción de los nutrientes.

Figura 6.
Momento de cosecha
en ensayo de ­lechuga
para determinar
­coeficiente de ­
extracción de ­
nitrógeno.
INIA La ­Platina.

26 BOLETÍN INIA N° 406


En el caso de la extracción del N (Tabla 5) permitió calcular un valor de extracción
teórico para las condiciones hidropónicas en base a peso por unidad de lechuga
(1,5 g N/lechuga), este se utilizó como parámetro para analizar el comportamiento
de la especie bajo condiciones de campo y definir los tratamientos.

Los tratamientos evaluados en el ensayo fueron el aporte de N residual del suelo


y 0,75; 1,5; 3,0 y 6,0 g N/lechuga. Estos tratamientos como dosis de nitrógeno por
hectárea fueron ajustados a la población real de plantas evaluadas en el ensayo
(99.999 plantas/ha), descontando el aporte de nitrógeno como suministro del
suelo, 36 kg/ha y considerando una eficiencia de riego del 90%.

La aplicación de los distintos tratamientos de nitrógeno fue realizada en dos


oportunidades (12 y 26 de marzo del 2018).

Los resultados obtenidos se detallan a continuación:

Biomasa

En la Tabla 7 se puede observar el peso fresco y seco en lechuga tipo Iceberg. El


mayor peso fresco y seco fue para el tratamiento con mayor aporte de nitrógeno
6 g N/lechuga con 619,4 g y 22,7 g. respectivamente, marcando diferencias con
el resto de los tratamientos. Es importante mencionar que este tratamiento
consideró un aporte de N excesivo para el cultivo, equivalente a 705 kg N/ha, lo
que en la práctica es extremadamente perjudicial para cultivo, medio ambiente
y elevados costos en fertilización nitrogenada, por tanto, se debe determinar una
aporte de N que logre un ba-
lance en términos de rendi- Tabla 7. Peso fresco y seco (g) obtenido en lechugas
miento, calidad, inocuidad y tipo Iceberg sometidas a diferentes tratamientos de
cuidado del medioambiente. nitrógeno bajo condiciones de campo. INIA La Platina.
El resto de los tratamientos
g N/lechuga Peso Fresco (g) Peso Seco (g)
no presentaron diferencias
entre ellos, ya sea para peso N residual 488,5 b 18,9 b
fresco y seco. En general, se 0,75 495,5 b 18,4 b
1,5 478,6 b 18,1 b
puede estimar que el peso
3 538,4 b 19,4 b
seco en lechugas es apro-
6 619,4 a 22,7 a
ximadamente un 4% inde-
CV 13,9 15,0
pendiente del tratamiento
(*) Letras diferentes indican diferencias estadísticas entre tratamien-
de nitrógeno aplicado. tos, según prueba de Tuckey (p ≤ 0,05)

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Contenido Mineral

Los valores de N extraído por la lechuga fluctuaron entre un 3,92 y 2,98% como
se puede apreciar en la Tabla 8.

Los valores de absorción de N determi- Tabla 8. Contenido promedio de N (%)


nados en este ensayo concuerdan con en lechuga tipo Iceberg sometidas a
diferentes tratamientos de nitrógeno
valores muy cercanos obtenidos en
cultivado en campo. INIA La Platina.
investigaciones previas realizadas en
INIA La Platina, en donde se determinó g N/lechuga N (%)
en condiciones de hidroponía valores
de absorción de 3,81 % N (Martínez, J N residual 3,02 ± 0,08 d
y Blanco, C; 2015) y 4,2% N (Corradini, 0,75 2,98 ± 0,18 cd
F y Blanco, C; 2016), ambos resultados 1,5 3,25 ± 0,18 c
en lechuga tipo Iceberg producción 3 3,56 ± 0,21 b
primavera-verano. 6 3,92 ± 0,12 a
CV 7,15
Se puede determinar que indepen-
(*) Letras diferentes indican diferencias estadísticas
dientemente del aporte de N al cultivo, entre tratamientos, según prueba de Tuckey (p ≤ 0,05)
la lechuga absorbe una cantidad de N
cercana al 4% según las investigacio-
nes realizadas. Esto demuestra que muchas veces prácticas agronómicas reali-
zadas por agricultores tendientes a sobre fertilizar el cultivo, significa afectar la
calidad del producto y medio ambiente, debido a que un porcentaje de N puede
concentrarse en la lechuga como nitrato, como también pérdidas económicas,
ya que parte importante se perderá por lavado en el perfil del suelo generando
contaminación de napas subterráneas.

Cálculo dosis de fertilización de N en lechuga


Para realizar el cálculo de la dosis de fertilización de N, se debe utilizar el coe-
ficiente de extracción para calcular la demanda por la planta. En la Tabla 9, se
muestra el coeficiente de extracción de N en lechuga estimado en base a peso
y expresado en proyección de toneladas de lechugas a obtener por hectárea. El
coeficiente de extracción de N presentó una respuesta lineal positiva al incre-
mento del nutriente en el cultivo, este responde con una mayor extracción en la
medida que el nutriente esté disponible en una mayor concentración.

El tratamiento de 6 g N/lechuga, demostró la mayor extracción con un coefi-


ciente estimado de 1,5 kg N/ton de lechuga producida, sin embargo, demuestra

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un comportamiento similar y/o igual Tabla 9. Coeficiente de extracción mineral
estadísticamente con los tratamien- por tonelada de lechuga tipo Iceberg
sometidas a diferentes tratamientos de
tos de 1,5 y 3 g N/lechuga a los que se
nitrógeno bajo condiciones de campo.
estimó un coeficiente de extracción de INIA La Platina.
1,3 y 1,4 kg N/ton de lechuga.
g N/lechuga N (kg/ton)
En este ensayo, el aporte residual era
insuficiente para el cultivo, con un su- N residual 1,3 ± 0,14 b
ministro de 36 kg N/ha, esto demostró 0,75 1,2 ± 0,21 b
una respuesta de extracción de N más 1,5 1,3 ± 0,16 ab
baja junto al tratamiento con 0,75 g N/ 3 1,4 ± 0,19 ab
lechuga equivalente a 48 kg N/ha. La 6 1,5 ± 0,18 a
extracción para ambos tratamientos CV 7,1
fue de 1,3 y 1,2 kg N/ton de lechuga
Letras diferentes indican diferencias estadísticas entre
producida. tratamientos, según prueba de Tuckey (p ≤ 0,05).

Determinación del balance nutricional en lechuga

Es conocido el método basado en el llamado “balance nutricional”, el cual es-


tima la diferencia entre la cantidad de nutrientes que requiere un cultivo para
alcanzar un rendimiento dado y la cantidad que le puede aportar el suelo, para
luego corregir esta diferencia por un factor de eficiencia, obteniendo la dosis a
aplicar. La eficiencia expresa que las plantas sólo pueden recuperar una fracción
del fertilizante aplicado y que, por lo tanto, la dosis será necesariamente mayor
que el déficit estimado.

El balance nutricional se expresa por la siguiente ecuación:

Demanda cultivo – aporte suelo


Dosis fertilización =
Eficiencia

La complejidad del método reside principalmente en cómo estimar el aporte del


suelo, el cual varía en función de muchos factores, siendo uno muy importante el
contenido de nutrientes en el suelo. En cambio, la demanda tiene una relación
directa con la biomasa producida y se puede expresar finalmente en función del
rendimiento esperado.

Para aplicar la formula debemos determinar:

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Demanda del cultivo: este requerimiento incluye el coeficiente de extracción de
nitrógeno obtenido y el rendimiento esperado. Como el coeficiente de extracción
se calculó en base peso (kg N/ton), es importante proyectar un peso unitario por
lechuga a obtener a la cosecha, normalmente en gramos y multiplicarlo por el
número de plantas por hec- Tabla 10. Distintos escenarios productivos en
tárea y llevarlos a toneladas lechuga relación a número de plantas por hectárea,
(dividir por 1000). peso unitario de lechuga y proyección de
rendimiento en toneladas por hectárea.
Consideremos como ejemplo
N° lechugas Peso lechuga Rendimiento
distintos rendimientos pro- por hectárea (g) (ton/ha)
ductivos basados en distin-
tos números de plantas por 80.000 700 56
hectárea y una proyección de 90.000 700 63
lechuga de 700 g (Tabla 10). 100.000 700 70

· Demanda del cultivo= 1,3 kg N/ton x 70 ton/ha= 91 kg N/ha.

Se ha considerado un coeficiente de 1,3 kg N/ton de manera de evitar exceso


de nitrógeno en la lechuga, expresado en la acumulación de nitratos en las
hojas y evitar la contaminación de napas subterráneas. Estadísticamente los
coeficientes de extracción obtenidos de 1,3; 1,4 y 1,5 kg N/ton de lechuga
son similares entre sí (Tabla 7).

· Aporte del suelo: este valor se obtiene del contenido mineral de nitrógeno
total presente en el suelo (amonio + nitratos) y que se obtiene mediante un
análisis de suelo.

Nitrógeno como aporte de suelo: 36 kg/ha disponible, esto corresponde al


resultado obtenidos mediante el análisis de suelo que determino 13 mg /kg,
asumiendo una densidad aparente (Da) de 1,4 y un peso aproximado de suelo
por hectárea de 2.000 ton.

Saldo a cubrir: Demanda cultivo – aporte de suelo = 91kg N/ha – 36 kg N/ha


= 55 kg N/ha.

· Eficiencia: se puede estimar en un 80% para el suelo donde se llevó a cabo


la investigación.

Dosis fertilización: 55/0,8= 68,7 kg N/ha.

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El requerimiento de N para un sistema productivo basado en 100.000 lechugas/
ha con una proyección de 700 g por lechuga equivalente a 70 ton/ha, requiere
de un aporte de 68,7 kg N/ha vía riego.

Muy importante es tener presente que son estimaciones referenciales que


pueden ser modificadas de acuerdo al tipo de suelo, antecedente del predio,
considerando rotaciones anteriores, nivel de fertilización aplicado al cultivo
anterior, utilización de enmiendas orgánicas (compost, residuos vegetales,
guanos), porcentaje de materia orgánica y sistemas de aporte del nitrógeno ya
sea por medio del riego o aplicación manual.

Calidad Agronómica
Algunos parámetros de calidad agronómica asociada al producto se pueden
apreciar en la Tabla 11, tales como; peso sucio al momento de la cosecha, peso
limpio (descarte de hojas sucias), diámetro ecuatorial y polar. En todos los pa-
rámetros evaluados se observó que a mayor aporte de N representado por los
tratamientos 3 y 6 g N/lechuga se obtienen diferencias con los tratamientos de
menor aporte de N, es decir, nitrógeno residual; 0,75 y 1,5 g N/lechuga.

Tabla 11. Parámetros de calidad agronómica en lechugas tipo Iceberg sometidas a


diferentes tratamientos de nitrógeno bajo condiciones de campo. INIA La Platina.

g N/lechuga Peso sucio Peso limpio Diámetro Diámetro


(g) (g) ecuatorial (cm) polar (cm)

N residual 670,8 b 602,1 c 11,5 b 11,5 b


0,75 762,9 b 694,1 bc 11,2 b 11,5 b
1,5 649,1 b 582,6 c 11,3 b 11,5 b
3 889,3 a 762,1 ab 13,0 a 13,4 a
6 913,4 a 838,1 a 13,7 a 13,5 a
CV 24,5 24,6 13,2 12,9
Letras diferentes indican diferencias estadísticas entre tratamientos, según prueba de Tuckey (p ≤ 0,05).

Los tratamientos de 3 y 6 g N/lechuga son bastante atractivos por el peso y


diámetros alcanzados. En relación al peso limpio alcanzan pesos sobre los 750
g y diámetros sobre los 13 cm como producto limpio. Cerca de un 15% de su
peso al momento de la cosecha puede perder una lechuga, producto del corte de
hojas sucias que normalmente están en contacto con el suelo y manchadas con
tierra, exigencia de algunos mercados más exigentes como los supermercados
al momento de la comercialización.

Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) / MINISTERIO DE AGRICULTURA 31


Rendimiento Tabla 12. Rendimiento en lechugas tipo Iceberg
sometidas a diferentes tratamientos de nitrógeno
bajo condiciones de campo. INIA La Platina.
El rendimiento en lechugas ex-
presado en plantas y kilogramos g N/lechuga N°Planta/m2 Kg/m2
por metro cuadrado se puede
N residual 13,0 ± 0,4 a 8,0 ± 1,0 b
observar en la Tabla 12.
0,75 12,5 ± 0,2 a 8,4 ± 0,4 b
Con respeto a las plantas por 1,5 12,8 ± 0,4 a 8,8 ± 0,6 b
metro cuadrado no se encontró 3 13,8 ± 0,2 a 10,7 ± 0,3 a
diferencias entre los tratamien- 6 13,5 ± 0,2 a 10,5 ± 0,1 a
tos, considerando que la densidad CV 5,61 (n.s) 10,6
de plantación al momento del es-
Letras diferentes indican diferencias estadísticas entre trata-
tablecimiento del cultivo fue de mientos, según prueba de Tuckey (p ≤ 0,05).
14 plantas por metro cuadrado.

Diferencias de rendimiento en kg/m2 de lechugas se puedo determinar siendo los


tratamientos con mayores aportes de nitrógeno, 3 y 6 g/N/lechuga alcanzaron
pesos sobre 10 kg/m2 de lechugas proyectando un peso total superior a las 100
ton por hectárea.

Conclusiones

El N es uno de los nutrientes más importantes para el cultivo de lechuga, siendo


un elemento que debe incluir en un programa de fertilización en este tipo de
hortaliza de hoja. El coeficiente de extracción para nitrógeno más adecuado
para el cálculo de la dosis de fertilización es de 1,3 kg N/ton. El incremento
de las aplicaciones de N en un cultivo de lechugas, tipo Iceberg de producción
otoño-invierno, produce aumentos significativos en el peso fresco y el seco de
la planta. El exceso de N en las lechugas tipo Iceberg afecta su calidad produ-
ciendo un menor arrepollamiento, una abertura y deshidratación de las hojas.
Dosis altas y tardías de nitrógeno reduce la calidad de la lechuga (cabezas más
pequeñas) con abertura y pérdida de hojas. El exceso de fertilización nitroge-
nada produciría pérdidas de calidad saludable y posibles impactos negativos
en el medio ambiente (contaminación difusa por escurrimiento superficial y
percolación) a niveles mayores a 3 g N/lechuga. En riego por goteo se sugiere
privilegiar aplicaciones tempranas de nutrientes que realizar parcializaciones
homogéneas durante todo el cultivo.

32 BOLETÍN INIA N° 406

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