Los Toltecas
Los Toltecas
Los Toltecas
La cultura tolteca fue una civilización mesoamericana precolombina que dominaron gran parte del centro de
México entre los siglos X y XII d.c. La antigua capital de la cultura tolteca revela pistas sobre las creencias y el
comportamiento de sus habitantes. Con la aparición de los chichimecas, pueblo bárbaro que dio origen
posteriormente al Imperio Azteca, provocó la caída del imperio tolteca. Ellos Invadieron la ciudad de Tula
(conocida también como Tollan-Xicocotitlan), en el siglo XII, dominando por completo ese territorio.
Los signos de las guerras y los conflictos se pueden ver en las ruinas de los monumentos y edificios. Los toltecas
que sobrevivieron a la ira de los enemigos huyeron a otras partes de la regiones de México. Dejaron atrás un
imperio notable que introdujo en América el calendario, la escritura y la metalurgia.
La ciudad de Tula tenía un estimado de 30 000 habitantes que vivían en una complejo básicamente sólo de
tierra y adobe. Excluyendo el área ceremonial, el diseño de las zonas residenciales de Tula reflejan un mapa de
la red que define claramente los diferentes barrios.
El elemento arquitectónico más importante es la pirámide B donde se encuentran los "Atlantes de Tula", con
medidas de 4,60 m de altura y que una vez fueron el apoyo del techo de un templo. Internamente poseía tres
diferentes tipos de vivienda: residencias, unidades residenciales y las casas palaciegas. De acuerdo con la
investigación estos atlantes estaban decorados con plumas y mosaicos de joyas. Trazos de tinta indican que
probablemente estaban pintados para representar al guerrero tolteca-chichimeca Mixcóatl (padre de
Quetzalcóatl) o la estrella de la mañana "Dios Tlahuixcalpantecuhtli",
No hay duda de que los toltecas trajeron grandes cambios en los patrones arquitectónicos que
existían en América Central en el siglo IX, una de ellas es el uso de esculturas antropomorfas que sostenían la
cabeza contra el techo de una habitación, logrando así un gran espacio interior, como puede ser visto en
Tlahuixcalpantecuhtli Alba.
El imperio tolteca creó una mística inigualable en la mente de la gente de América Central. Los líderes toltecas
eran considerados de origen divino. Más tarde, otras culturas mesoamericanas, a menudo reverenciaron y
tomaron sus leyendas, arte, arquitectura y religión. Muchos futuros gobernantes de otras culturas, entre ellos
los mayas y los aztecas , afirmaban ser descendientes de los toltecas.
Juego de la pelota: Los toltecas practicaron la ceremonia ritual del juego de pelota como muchas culturas
familiares de Centroamérica, donde se sacrificaba a los perdedores.
Los Toltecas son conocidos por su estilo arquitectónico, una que más tarde inspiraría a los constructores
aztecas. El Arte tolteca se caracteriza por paredes cubiertas de serpientes y calaveras, y las monumentos
monolíticos conocidos como Atlantes de Tula (hombres co
Calendario, astronomía, medicina: La cultura tolteca estaba muy avanzada y, además de incorporar
elementos de la civilización de Teotihuacán, como el calendario, tuvo notable conocimiento de la astronomía y
la medicina. La metalurgia y la joyería también se desarrolló. Para administrar sus extensas posesiones, los
toltecas crearon una burocracia eficiente y el primer sistema de correos en la región, empleando mensajeros.
Las ruinas de Tula dan testimonio de la magnificencia de la metrópoli, con tumbas notables. Serpientes
emplumadas (simbolizando al dios Quetzalcóatl), animales totémicos y singulares figuras escultóricas
recostadas del dios Chac Mool.
Se cree que las pirámides de Teotihuacan fueron estudiadas por los toltecas, pero que estuvieron
abandonadas, hasta que fueron descubiertos 500 años después, alrededor del año 1000 d.c., por los aztecas,
guerreros que en su tiempo conquistaron gran parte de México. Los aztecas fueron atraídos a la pirámide y la
adoptaron como propia. A diferencia de los toltecas, los aztecas abusaron de su poder, sin entender los
registros de las enseñanzas toltecas encontradas en las pirámides. Los toltecas enseñaron el acto de dar un
corazón abierto al Sol, mientras que los aztecas siguieron el camino sistemático de los sacrificios humanos.
La religión en la cultura tolteca estaba dominada por dos grandes deidades. El primero, Quetzalcóatl, se
muestra como una serpiente emplumada. Esta deidad del aprendizaje, la cultura, la filosofía, la fertilidad, la
santidad y la bondad fue absorbida de culturas anteriores en la zona. Su rival era Tezcatlipoca, espejo
ahumado, conocido por su naturaleza guerrera y su tiranía.
El gobernador más grande de los toltecas fue Ce Acatl Topiltzin, líder y sumo sacerdote de Quetzalcóatl en el
momento en que Tula y el imperio fueron establecidos. Según la leyenda tolteca, los seguidores del dios
Tezatlipoca tomaron al rey Topiltzin y los seguidores del dios Quetzalcóatl fueron echados de la ciudad
alrededor del año 1000. Ellos huyeron hacia el sur, donde fueron capaces de apoderarse de la ciudad maya de
Chichén Itzá. SegúnTopiltzin prometió volver a Tula para tener su venganza. Esta leyenda vivió hasta
los últimos momentos de la cultura azteca, que atribuyó la llegada de los españoles como el retorno de
Topiltzin, un evento muy temido.
la leyenda,
Orígenes[editar]
Coatlicue, la madre de los dioses mexicas. (Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México).
El origen de los mexicas se sitúa entre los grupos hablantes de náhuatl del norte del actual
México y antecesores de los asentados durante la llamada etapa chichimeca.
Tradicionalmente se pensó que hubo una división de raza entre Aridoamérica —con grupos
cazadores-recolectores principalmente— y Mesoamérica, con
pueblos sedentarios y agricultores. Por los estudios más recientes se sabe que no fue así y
que la diversidad étnica permitió a muchos grupos de origen chichimeco poseer diversos
grados de estratificación y sedentarismo, según las variantes regionales y las condiciones
ambientales donde se asentaron. Por ello al tener un contacto mayor con
grupos mesoamericanos adoptan modos y usos civiles que tenían ya de alguna forma en el
norte del actual México.
Los mexicas se consideran la última gran migración chichimeca al Altiplano Central, lo cual se
dice ocurrió entre los siglos XII y XIII. El mito mexica oficial enuncia su origen mítico en Aztlán,
una isla originaria de donde partieron por designios divinos. La evidencia histórica muestra —a
excepción de las hipótesis de Wigberto Jiménez Moreno y Paul Kirchhoff que las sitúan en la
isla de Mexcaltitlán Nayarit o en el sur de Guanajuato, respectivamente— que la idea de
Aztlán responde como muchos otros simbolismos y difrasismos mexicas, a una concepción
mítica y arquetípica del islote de México-Tenochtitlan, en el que el mito se fraguó ya con el
esplendor de dicha urbe, además de que las fuentes documentales mencionan una
asimilación de lo mesoamericano desde las primeras etapas de la migración. Según la visión
mítica mexica, la salida de la isla se hizo en cuatro o siete grupos calpulli del que era el más
fuerte los huitznahuaque, que tenían como dios tutelar a Huitzilopochtli, acompañados de los
teomamaques o sacerdotes que portaban los diversos tlaquimilolli (bultos sagrados), que
contenían reliquias de los antepasados o diversos objetos muy sagrados para los grupos.
El Códice Boturini enuncia la ruta oficial hecha por los mexicas, que incluyó sitios
de Hidalgo y México; hay más de 30 fuentes que aparentemente señalan particulares
itinerarios, estos a través del análisis se reducen a tres principales rutas, por lo que es
necesario tomar en cuenta además del Boturini esas otras dos grandes tradiciones. La
segunda deriva del Códice Mexicanus y la tercera del Códice Telleriano-remensis.
La tradición mítica oficial debe verse a través de la manera en que los antiguos mexicanos
creaban y escribían su historia, a la cual intentaban de insertar elementos religiosos y
políticos, por lo que hay que separar sus componentes y discernir buscando los hechos
históricos más plausibles.
Territorio
La Cuenca de México en el Posclásico tardío.
Localización
México-Tenochtitlan estaba ubicado sobre un islote al occidente del Lago de Texcoco, en la
zona lacustre de la Cuenca de México. La cultura mexica ocupó la mayor parte del centro y
sur de la actual República mexicana, se extendía, desde el poniente del valle de Toluca,
abarcando casi todos los estados de Veracruz, Puebla, en el
centro, Hidalgo, México, Morelos y en Michoacán solo lo que hoy es el Municipio de
Zitácuaro ya que ahí hubo una importante frontera entre los Tarascos y los Mexicas, en el sur;
gran parte de los estados de Guerrero y Oaxaca, así como la Costa de Chiapas hasta la
frontera con Guatemala. Sin embargo, quedaban fuera de su dominio los señoríos de
Meztitlán (en Hidalgo), Teotitlán y Tututepec (en Oaxaca), purépechas (en Michoacán),
Yopitzingo (en Guerrero) y Tlaxcala.
La Cuenca de México es una entidad geográfica de más de 7800 kilómetros cuadrados de
superficie que se localiza en la parte meridional del Altiplano Central en la República
Mexicana. Se trata de una cuenca limitada por cadenas de altas montañas en forma de
anfiteatro, que tenía en medio un sistema lacustre integrado por los lagos Zumpango,
Xaltocan, Texcoco, Xochimilco y Chalco. Donde el nivel era bajo y las aguas dulces, como en
los lagos de Xochimilco y Chalco, era posible el cultivo chinampero. Entre los 2270 y los 2750
metros sobre el nivel del mar está comprendida la zona de somonte, cuyas tierras fértiles son
propicias para el desarrollo de bosques así como para la práctica agrícola extensiva. A partir
de los 2750 metros sobre el nivel del mar las laderas están dominadas por bosques de
coníferas y pobladas por fauna mayor. Pese a estar situada al sur del Trópico de Cáncer, la
cuenca de México contaba en la época prehispánica con un clima templado con
precipitaciones medias de 700 milímetros anuales.
Estado
Sus armas eran: Lanza de madera con punta de obsidiana, el arco y la flecha con punta de obsidiana, y
la macana llamada macuahuitl que era un barrote o garrote de menos de un metro de largo con afiladas
hojas de obsidiana incrustadas (capaces de matar o herir gravemente) y el átlatl, palanca para
arrojar jabalinas tan efectiva que incluso podía atravesar mallas de acero (como lo experimentaron los
españoles). Para defenderse tenían un escudo llamado chimalli hecho de madera y reforzado con tela o
pieles ricamente pintadas y decorados con plumas; yelmos de madera zoomorfos cubiertos con cuero
también decorados y como armaduras cotas de algodón acolchado, de un tejido tan apretado que las
flechas no lo atravesaban.
Los altépetl sometidos por el pueblo mexica no formaban un sistema político unificado sino,
mejor dicho, un sistema de tributo a Tenochtitlan. Entre los pueblos nahuas, el dirigente más
importante era llamado huey tlatoque ('gran jefe'), también conocido como huey tlatoani ('el
que habla').
Después de la formación de la Triple Alianza, el modelo político mexica se asentó
definitivamente como una monarquía electiva. Un consejo se encargaba de elegir al huey
tlatoani, el cual, ya elegido, le daban facultades absolutas y sin restricción. Sin embargo, se
sospecha que un huey tlatoani, Tízoc, fue envenenado por el consejo, por ser considerado
inepto y débil. Es destacable que factores religiosos y cosmogónicos incidan en la formación
de un gobierno tripartita como el de la Triple Alianza (donde México-Tenochtitlan llevaba el
mayor poder y la mayor parte proporcional de tributos) luego de la derrota del
poderío tepaneca y el sometimiento del altepetl de Azcapotzalco, ya que no fue la primera vez
en formarse gobiernos de ese tipo.
Al momento de gobernar Moctezuma Xocoyotzin tributaban otros 38 altépetl (según el Códice
Mendoza), en donde el tributo era el elemento central de sometimiento así como la cesión de
tierras donde trabajaban labriegos de paga (mayeques) y el producto obtenido iba
directamente al tlatoani; la aceptación de la deidad principal mexica, el suministro de hombres
a los contingentes militares, el avituallamiento de los mismos al paso hacia una campaña de
conquista y dirimir asuntos políticos y jurídicos en Tenochtitlan. Por ello es impreciso hablar de
un imperio, dado que Tenochtitlan no buscaba una extensión geográfica per se o una unidad
estatal o nacional sino un mayor allegamiento de recursos y obediencia al huey tlatoani.
Fueron los más los altepetl que prefirieron tributar en lugar de recibir una expedición militar
que quemara su templo principal y arrojara su deidad por las escalinatas (símbolo incluso
representado iconográficamente en los códices de sometimiento de un altepetl).
En los altepetl más importantes residía además un calpixque o recaudador que centraba su
actividad en la tributación. Los altepetl que aceptaban de forma expresa el dominio mexica les
era permitido mantener sus formas y organizaciones administrativas y políticas así como
deidades siempre y cuando fueran debajo de Huitzilopochtli. Solo en regiones importantes, de
contención a otras etnias o donde había una rebelión abierta residían funcionarios mexicas
con atribuciones de tlatoanis. Por más de 50 años y hasta la tasación hecha por el oidor
Valderrama esta estructura se mantendrá con pocos cambios en los pueblos indígenas del
centro de la Nueva España.
Escultura que rememora el momento en que los mexicas encontraron la señal para la fundación de su
ciudad (Tenochtitlán) dada por Huitzilopochtli. La escultura se encuentra en la Ciudad de México.
Orígenes[editar]
Coatlicue, la madre de los dioses mexicas. (Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México).
El origen de los mexicas se sitúa entre los grupos hablantes de náhuatl del norte del actual
México y antecesores de los asentados durante la llamada etapa chichimeca.
Tradicionalmente se pensó que hubo una división de raza entre Aridoamérica —con grupos
cazadores-recolectores principalmente— y Mesoamérica, con
pueblos sedentarios y agricultores. Por los estudios más recientes se sabe que no fue así y
que la diversidad étnica permitió a muchos grupos de origen chichimeco poseer diversos
grados de estratificación y sedentarismo, según las variantes regionales y las condiciones
ambientales donde se asentaron. Por ello al tener un contacto mayor con
grupos mesoamericanos adoptan modos y usos civiles que tenían ya de alguna forma en el
norte del actual México.
Los mexicas se consideran la última gran migración chichimeca al Altiplano Central, lo cual se
dice ocurrió entre los siglos XII y XIII. El mito mexica oficial enuncia su origen mítico en Aztlán,
una isla originaria de donde partieron por designios divinos. La evidencia histórica muestra —a
excepción de las hipótesis de Wigberto Jiménez Moreno y Paul Kirchhoff que las sitúan en la
isla de Mexcaltitlán Nayarit o en el sur de Guanajuato, respectivamente— que la idea de
Aztlán responde como muchos otros simbolismos y difrasismos mexicas, a una concepción
mítica y arquetípica del islote de México-Tenochtitlan, en el que el mito se fraguó ya con el
esplendor de dicha urbe, además de que las fuentes documentales mencionan una
asimilación de lo mesoamericano desde las primeras etapas de la migración. Según la visión
mítica mexica, la salida de la isla se hizo en cuatro o siete grupos calpulli del que era el más
fuerte los huitznahuaque, que tenían como dios tutelar a Huitzilopochtli, acompañados de los
teomamaques o sacerdotes que portaban los diversos tlaquimilolli (bultos sagrados), que
contenían reliquias de los antepasados o diversos objetos muy sagrados para los grupos.
El Códice Boturini enuncia la ruta oficial hecha por los mexicas, que incluyó sitios
de Hidalgo y México; hay más de 30 fuentes que aparentemente señalan particulares
itinerarios, estos a través del análisis se reducen a tres principales rutas, por lo que es
necesario tomar en cuenta además del Boturini esas otras dos grandes tradiciones. La
segunda deriva del Códice Mexicanus y la tercera del Códice Telleriano-remensis.
La tradición mítica oficial debe verse a través de la manera en que los antiguos mexicanos
creaban y escribían su historia, a la cual intentaban de insertar elementos religiosos y
políticos, por lo que hay que separar sus componentes y discernir buscando los hechos
históricos más plausibles.
Localización
México-Tenochtitlan estaba ubicado sobre un islote al occidente del Lago de Texcoco, en la
zona lacustre de la Cuenca de México. La cultura mexica ocupó la mayor parte del centro y
sur de la actual República mexicana, se extendía, desde el poniente del valle de Toluca,
abarcando casi todos los estados de Veracruz, Puebla, en el
centro, Hidalgo, México, Morelos y en Michoacán solo lo que hoy es el Municipio de
Zitácuaro ya que ahí hubo una importante frontera entre los Tarascos y los Mexicas, en el sur;
gran parte de los estados de Guerrero y Oaxaca, así como la Costa de Chiapas hasta la
frontera con Guatemala. Sin embargo, quedaban fuera de su dominio los señoríos de
Meztitlán (en Hidalgo), Teotitlán y Tututepec (en Oaxaca), purépechas (en Michoacán),
Yopitzingo (en Guerrero) y Tlaxcala.
La Cuenca de México es una entidad geográfica de más de 7800 kilómetros cuadrados de
superficie que se localiza en la parte meridional del Altiplano Central en la República
Mexicana. Se trata de una cuenca limitada por cadenas de altas montañas en forma de
anfiteatro, que tenía en medio un sistema lacustre integrado por los lagos Zumpango,
Xaltocan, Texcoco, Xochimilco y Chalco. Donde el nivel era bajo y las aguas dulces, como en
los lagos de Xochimilco y Chalco, era posible el cultivo chinampero. Entre los 2270 y los 2750
metros sobre el nivel del mar está comprendida la zona de somonte, cuyas tierras fértiles son
propicias para el desarrollo de bosques así como para la práctica agrícola extensiva. A partir
de los 2750 metros sobre el nivel del mar las laderas están dominadas por bosques de
coníferas y pobladas por fauna mayor. Pese a estar situada al sur del Trópico de Cáncer, la
cuenca de México contaba en la época prehispánica con un clima templado con
precipitaciones medias de 700 milímetros anuales.
Estado mexica
Sus armas eran: Lanza de madera con punta de obsidiana, el arco y la flecha con punta de obsidiana, y
la macana llamada macuahuitl que era un barrote o garrote de menos de un metro de largo con afiladas
hojas de obsidiana incrustadas (capaces de matar o herir gravemente) y el átlatl, palanca para
arrojar jabalinas tan efectiva que incluso podía atravesar mallas de acero (como lo experimentaron los
españoles). Para defenderse tenían un escudo llamado chimalli hecho de madera y reforzado con tela o
pieles ricamente pintadas y decorados con plumas; yelmos de madera zoomorfos cubiertos con cuero
también decorados y como armaduras cotas de algodón acolchado, de un tejido tan apretado que las
flechas no lo atravesaban.
Los altépetl sometidos por el pueblo mexica no formaban un sistema político unificado sino,
mejor dicho, un sistema de tributo a Tenochtitlan. Entre los pueblos nahuas, el dirigente más
importante era llamado huey tlatoque ('gran jefe'), también conocido como huey tlatoani ('el
que habla').
Después de la formación de la Triple Alianza, el modelo político mexica se asentó
definitivamente como una monarquía electiva. Un consejo se encargaba de elegir al huey
tlatoani, el cual, ya elegido, le daban facultades absolutas y sin restricción. Sin embargo, se
sospecha que un huey tlatoani, Tízoc, fue envenenado por el consejo, por ser considerado
inepto y débil. Es destacable que factores religiosos y cosmogónicos incidan en la formación
de un gobierno tripartita como el de la Triple Alianza (donde México-Tenochtitlan llevaba el
mayor poder y la mayor parte proporcional de tributos) luego de la derrota del
poderío tepaneca y el sometimiento del altepetl de Azcapotzalco, ya que no fue la primera vez
en formarse gobiernos de ese tipo.
Al momento de gobernar Moctezuma Xocoyotzin tributaban otros 38 altépetl (según el Códice
Mendoza), en donde el tributo era el elemento central de sometimiento así como la cesión de
tierras donde trabajaban labriegos de paga (mayeques) y el producto obtenido iba
directamente al tlatoani; la aceptación de la deidad principal mexica, el suministro de hombres
a los contingentes militares, el avituallamiento de los mismos al paso hacia una campaña de
conquista y dirimir asuntos políticos y jurídicos en Tenochtitlan. Por ello es impreciso hablar de
un imperio, dado que Tenochtitlan no buscaba una extensión geográfica per se o una unidad
estatal o nacional sino un mayor allegamiento de recursos y obediencia al huey tlatoani.
Fueron los más los altepetl que prefirieron tributar en lugar de recibir una expedición militar
que quemara su templo principal y arrojara su deidad por las escalinatas (símbolo incluso
representado iconográficamente en los códices de sometimiento de un altepetl).
En los altepetl más importantes residía además un calpixque o recaudador que centraba su
actividad en la tributación. Los altepetl que aceptaban de forma expresa el dominio mexica les
era permitido mantener sus formas y organizaciones administrativas y políticas así como
deidades siempre y cuando fueran debajo de Huitzilopochtli. Solo en regiones importantes, de
contención a otras etnias o donde había una rebelión abierta residían funcionarios mexicas
con atribuciones de tlatoanis. Por más de 50 años y hasta la tasación hecha por el oidor
Valderrama esta estructura se mantendrá con pocos cambios en los pueblos indígenas del
centro de la Nueva España.
México-Tenochtitlan
Escultura que rememora el momento en que los mexicas encontraron la señal para la fundación de su
ciudad (Tenochtitlán) dada por Huitzilopochtli. La escultura se encuentra en la Ciudad de México.