Evaluación Informatizada - Fernandez Ballesteros
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consenso amplio y poco habitual entre los investi- rasgo en particular. Uno de los constructos de
gadores de la personalidad de tradición analítico- personalidad sobre los que se ha construido ma-
factorial. Se trata de un intento por un patrón de yor número de escalas monorrasgo ha sido proba-
análisis jerárquico para resumir la enorme colec- blemente la ansiedad, de la cual también se han
ción de datos sobre el comportamiento efectivo de construido formatos estado-rasgo, pero hay otros
las personas. Según Anastasi (1997), los factores tales como la motivación, el locus de control, la
son más descriptivos que explicativos y no son más personalidad tipo A, etc.
«básicos» que los ítems de los que derivan. Para
Anastasi (1997), los factores no han sido «descu-
biertos», sino que proceden de un segundo nivel de 6. EVALUACIÓN INFORMATIZADA
análisis jerárquico de los resultados previos de aná-
lisis factoriales y datos de las escalas de valoración. Desde los años cincuenta, al principio muy
El cuestionario BFQ: «Big Five» (Caprara, lentamente, en los últimos veinte años del siglo
Barbanelli y Borgogni, 1997) ha sido elaborado a XX de forma acelerada y en la actualidad con una
partir de este modelo de los cinco factores de la rapidez vertiginosa, los ordenadores se han inte-
personalidad. En éste, los cinco factores pasan a grado en nuestra vida, tanto profesional como
llamarse: energía, afabilidad, tesón, estabilidad personal.
emocional y apertura mental. Al mismo tiempo En las revisiones sobre fuentes documentales,
persigue una identificación parsimoniosa de la los datos referidos al uso de ordenador bien en
relación de subdimensiones y la incorporación de CD-Rom bien vía Internet ocupan un lugar fun-
una escala de distorsión. Para cada una de las di- damental. La incorporación del ordenador al
mensiones se han identificado dos subdimensio- quehacer psicológico, no sólo como instrumento
nes, que hacen referencia a distintos aspectos de de apoyo a la investigación (en modelos de proce-
la dimensión. samiento de la información) o de análisis comple-
jos de datos —como en las aproximaciones psico-
métricas— sino también en la psicología aplicada,
5.3. Escalas y cuestionarios monorrasgo de las organizaciones, educativa y clínica, es algo
incuestionable. Es interesante ver cómo desde
Por último, debemos señalar que dentro del hace algunos años las revisiones sobre el tema
grupo de tests psicométricos de personalidad exis- abarcan incluso las psicoterapias conductual, cog-
te también un cierto número de instrumentos mo- nitiva y dinámica (Bloom, 1992).
norrasgo construidos para evaluar rasgos específi- Los manuales actuales de tests psicológicos in-
cos que se utilizan fundamentalmente con fines cluyen capítulos dedicados a la evaluación psico-
clínicos o de investigación. Muchos de estos ins- lógica asistida por ordenador (Cohen y Swerdlik,
trumentos están inspirados o extraídos de cuestio- 2001; Graham y Naglieri, 2003), y denominacio-
narios multirrasgo, por ejemplo del MMPI, y al- nes como «evaluación asistida por ordenador»,
gunos de ellos incluyen también la medida de «tests adaptativos informatizados» y «diagnóstico
estado con un planteamiento similar al de rasgo. informatizado» son cada vez de uso más frecuen-
Siguiendo a Eysenck (1985), un estado sería una te y hacen referencia a una estrategia alternativa
condición pasajera producida por la interacción a la evaluación tradicional de variables psicológi-
entre el rasgo y una situación particular. cas relevantes, determinada por: 1) el uso del or-
Los supuestos teóricos en los que se basan y denador como soporte, procedimiento de control
los modos de aplicación, corrección e interpreta- y/o guía, 2) que no se limita a la evaluación cuali-
ción son similares a los instrumentos multifacto- tativa y 3) que no sustituye totalmente al psicólo-
riales, sólo que en este caso se utilizan para fines go evaluador. Este esquema responde a cualquier
concretos en los que interesa la evaluación de un objetivo de evaluación informatizada, desde la
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tran un informe técnico de la prueba, o sea, nómico que supone mantener los equipos y
un informe detallado en lenguaje adecuado programas actualizados. Pero sobre todo es im-
para profesionales. En España la mayoría portante señalar la desconfianza y la falta de con-
de este tipo de informes se suministra para trol que sobre la toma de decisión percibe el psi-
tests de personalidad. cólogo evaluador.
— Informes integradores: tratan de combinar Por otra parte, aunque diversos trabajos seña-
datos de diferentes fuentes, algunos incluso lan la equivalencia entre tests informatizados y
de diferentes modelos teóricos para su in- tests de papel y lápiz (e incluso señalan que la fia-
terpretación. Dentro de este grupo pode- bilidad de los tests psicológicos y neuropsicológi-
mos incluir los sistemas expertos. cos más conocidos no se ve alterada por este tipo
de administración; Choca y Morris, 1992; Lewis,
1994; Merten y Ruch, 1999), otros autores seña-
6.3. Limitaciones actuales de la evaluación lan que existen factores específicos derivados de
informatizada la administración que pueden dar lugar a la no
equivalencia. Es más, algunos muestran variabili-
Actualmente en Estados Unidos existen gran dad intraindividual del efecto (Gantt y Green,
cantidad de tests informatizados en todos y cada 1986; Proyer y Häusler, 2007), en el sentido antes
uno de esos niveles antes examinados: entrevistas, apuntado de que el formato informatizado puede
cuestionarios, tests de aptitudes, de intereses, téc- dar lugar a puntuaciones más altas. También se
nicas proyectivas, observación y registros, pero constata que un ordenador convierte variables
curiosamente, como muchos autores señalan, el continuas en discretas, asignando un valor de in-
uso no aumenta y permanece constante desde el terpretación a cada una de las categorías, por lo
inicio de los noventa. En concreto, Farrell (1989) que, a veces, se produce una incongruencia entre
pone de manifiesto que los psicólogos de la APA interpretaciones (Zinder, 2000). Además, es bien
en los años ochenta utilizaban el ordenador para conocido que la evaluación informatizada deja
la administración de técnicas en un 26 por 100, fuera otros elementos no verbales que en una eva-
para la puntuación en un 41 por 100 y para la luación tradicional se recogen como señales: ges-
interpretación en un 29 por 100. McMinn et al. tos faciales, tono de voz, etc., y anulan la interac-
(1999) encuentran unos porcentajes similares. En ción evaluador-evaluado que puede tener cierta
este trabajo establecen que los tests más utilizados influencia en la ejecución (Butcher, Perry y Atlis,
en su versión informatizada son el Millon, el Wis- 2000; Honaker y Fowler, 1990).
consin, el Strong, el CPI y el Myer-Brigh. Otra cuestión a tener en cuenta es la de la va-
Realmente el uso del ordenador en tareas de lidez. En general podemos decir que se han hecho
aplicación no está muy difundido, y en tareas de diferentes tipos de estudios sobre validez de la
corrección e interpretación su utilización en bas- evaluación informatizada (Snyder, 2000); un pri-
tantes casos se debe más a la imposibilidad actual mer tipo; está centrado en el grado de satisfac-
de una corrección manual. Así, mientras que en ción del cliente. En este caso, aunque algunos
centros educativos y/o empresas los sistemas de trabajos han señalado una aceptación positiva
corrección e interpretación informatizada son re- por parte de los evaluados, bastantes ponen de
queridos por los psicólogos por una cuestión de manifiesto que las interpretaciones informatiza-
economía, en las consultas clínicas y/o educativas das pueden ser menos individualizadas y excesi-
no se acogen de forma positiva estos formatos. vamente generales (Knauss, 2001) y que en la
Para algunos autores, Olson (2001), por ejemplo, mayoría de ellas se abusa de los descriptores no
esto se debe a la falta de un adecuado entrena- diferenciales, hasta tal punto que se advierte que
miento, aprendizaje y experiencia con la tecnolo- el uso del ordenador aumenta el «efecto Barnun»
gía. También parece ser importante el coste eco- en los informes. Un segunto tipo de estudios, de
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validez criterial, hasta la fecha no arroja resulta- permiten su comparación. Esos requisitos,
dos contundentes. Las muestras de validación del como hemos revisado en la introducción
formato informatizado suelen ser pequeñas, y las de este capítulo, son los que guían la cons-
medidas externas de criterio suelen ser inadecua- trucción de tests psicométricos colectivos,
das (Knauss, 2001). Existen escasas investigacio- y, por tanto, en ese campo, siguen siendo
nes sobre la consistencia de los informes; es más, instrumentos de necesaria aplicación.
algunos trabajos detectan discrepancias entre in- 2. Otras veces el objetivo de la evaluación
formes, y además se suministra poca información psicológica es el diagnóstico. En este caso,
sobre los datos de construcción y validez de un como revisamos en el tema de proceso, en
instrumento a los usuarios. Por estos motivos, a muchas ocasiones se requiere contrastar
pesar de las ventajas señaladas (su precisión, con- correlacionalmente determinadas hipóte-
fiabilidad y eficiencia, la validez percibida, la eco- sis antes de pasar a una evaluación más
nomía, inmediatez, eliminación de errores huma- precisa del caso que nos ocupa. Los tests
nos, posibilidad de recopilación sistemática de psicológicos basan su interpretación en
datos y de aplicación a poblaciones especiales; criterios normativos y por ello pueden ser
véase Butcher et al., 2000; Kaplan y Saccuzzo, útiles para este tipo de comprobación.
2006), y debido a una serie de puntos débiles 3. También en procesos de orientación esco-
(como su coste, la falta de validez demostrada y lar y/o laboral se nos puede pedir una des-
la falta de control sobre una decisión de la que el cripción de un individuo, y ello implica
evaluador tiene la última palabra), el uso de la establecer perfiles de aptitudes y persona-
evaluación informatizada tiene una distribución lidad que ayuden a éste, o a otros implica-
desigual. dos en el caso, a tomar una decisión; como
hemos podido ver, muchos de los tests psi-
cológicos se han orientado a la realización
7. PRESENTE Y FUTURO DE LOS TESTS de perfiles comparativos.
PSICOMÉTRICOS
En definitiva, el uso de los tests psicológicos
En diversos momentos de la historia de la eva- está justificado cuando el objetivo de la evalua-
luación psicológica (véase capítulo 1) se ha pro- ción conlleva, en alguna de sus fases, la compara-
ducido un cuestionamiento o una crítica a los ción de un individuo con un grupo; esto, evidente-
tests que parecía podrían desembocar en su desu- mente, no quiere decir que todos los tests sean
so; sin embargo, los tests psicológicos siguen sien- iguales, pues, como hemos intentado señalar en
do hoy uno de los instrumentos más utilizados. las páginas anteriores, el que un test se haya cons-
Las razones que podríamos apuntar para explicar truido con diferente estrategia, o se aplique indivi-
este hecho pueden resumirse brevemente en las dual o colectivamente, o suministre un tipo de in-
siguientes afirmaciones: formación u otra, por ejemplo, ofrece diferentes
garantías de calidad para distintos usos, y ello ha
1. Los objetivos que puede perseguir la eva- de ser tenido en cuenta. Es necesario, y así se
luación psicológica de un individuo, como apunta en el capítulo 4, en este, como en los otros
ya hemos revisado en otros capítulos, son grupos de técnicas estudiados, revisar las caracte-
muy diversos. Uno de los objetivos es la rísticas del test, analizar que concuerda el objetivo
selección profesional y/o educativa. Para para el que fue creado con el que nos proponemos
este fin, es necesario utilizar instrumentos en su uso y, revisar las condiciones y apropiación
que posibilitan la evaluación de gran nú- de la adaptación y baremación disponible antes de
mero de sujetos al mismo tiempo en las seleccionarlo para determinado proceso de eva-
mismas condiciones para todos ellos y luación.
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Finalmente, los tests psicométricos, muy pro- jas, en cuanto a precisión de las estimaciones, que
bablemente, se seguirán utilizando en el futuro, se obtienen con la aplicación de la TRI en el dise-
pero, afortunadamente, el desarrollo de la ciencia ño; 3) la economía que suponen los tests adapta-
está permitiendo una mejora en su diseño, en sus tivos informatizados en cuanto a flexibilidad y
garantías y también ¿por qué no? en su coste. En posibilidad de evaluaciones masivas, y 4) el efecto
esta línea podemos apuntar: 1) los beneficios con- beneficioso que el uso del ordenador está produ-
siderables que están derivándose de la aplicación ciendo en esta metodología. Todo ello puede pro-
de modelos de procesamiento a los tests de inteli- ducir como decimos un mantenimiento, y un auge
gencia y aptitudes, suministrando, con ello, una incluso, en su utilización; hay, no obstante, que
base teórica explicativa de los resultados que un preocuparse ahora por guardar las necesarias ga-
individuo obtiene en la evaluación; 2) las venta- rantías en su uso.
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