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Interés Sobre El Estudio

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Interés sobre el Estudio

• ¿Que es el estudio?
Esfuerzo que pone el entendimiento aplicándose a conocer algo.

• ¿Que es la motivación?
La motivación es un estado de animo que hace que la conducta de una persona cambie y
se active para conseguir las metas concretas que haya marcado.
• Como fomentar la motivación por los estudios
Primer paso definir que pretendes con ellos
¿Que mejoras buscas? Por ejemplo, conocimientos relacionados con tu formación,
nociones sobre materias y habilidades que no manejas pero que son útiles para el
desempeño de tu profesión.
¿Donde quieres llegar? Definir claramente los beneficios que pretendes alcanzar con
unos estudios determinados. Por ejemplo, Un curriculum atractivo y adaptado a las
demandas empresariales del momento. El acceso a puestos de mayor responsabilidad,
un ascenso profesional o incluso un cambio de empleo.
Una vez que tengas claros tus objetivos es el momento de precisar qué es lo que vas a
estudiar. La motivación es mayor si encuentras que la formación es útil, práctica y
atractiva. De esta manera te sentirás plenamente motivado por lo que haces. Tu actitud
será proactiva, estarás más concentrado y tu nivel de implicación también será mayor.

Está demostrado que cuando la motivación para estudiar es fuerte, cursar unos estudios
no supone un gran esfuerzo. Al contrario, son un aliciente para seguir adelante y lograr
tus metas profesionales.

Otro de los factores que contribuye a fomentar la motivación es comprobar que el


programa es factible. Es decir, que el plan de estudios lo podemos asumir y realizar sin
que eso suponga que descuidemos el resto de nuestras actividades y responsabilidades.
Hay que tener en cuenta que el estrés generado por una carga de trabajo que no
podemos asumir, provocará una desmotivación por los estudios.
Recomendaciones para estar motivado

A pesar de todo, aplicarse en los estudios no es tarea fácil. Para lograrlo a veces es
recomendable seguir una serie de pautas para no perder esa motivación:
• Sé curioso. En cada tema que estudies busca la transferencia a la vida real.
Fomentando la curiosidad innata que hay en ti, la materia será más atractiva y
más fácil de aprender y asimilar.

• Confía en ti. Creer que puedes hacer aquello que te has propuesto, hará que
pongas en marcha más acciones para conseguirlo.

• Establece un plan de estudio. Es aconsejable fijar un horario de estudio


adecuado a tu agenda. Eso sí, cuando lo hayas establecido procura cumplirlo y
dale prioridad ante cualquier inconveniente que pueda surgir.

• Fija metas ambiciosas, pero asumibles. Es esencial ser consciente de nuestras


capacidades y plantearnos metas que podamos alcanzar. De lo contrario, la no
consecución de nuestros objetivos restará motivación.

• Elimina distracciones. Cuando te pongas a estudiar hazlo en un entorno


agradable, que favorezca tu concentración y aprovechamiento de las horas de
estudio.

• Date un premio. Cuando termines con la tarea programada, prémiate por el


trabajo bien hecho. No tiene que ser algo grande, un pequeño capricho actuará
de incentivo para seguir adelante.

Qué papel representan las emociones en el aprendizaje

Las investigaciones sobre los procesos de aprendizaje apuntan que la emoción y la


cognición son inseparables. Este vínculo se establece por múltiples razones, entre ellas,
porque las emociones influyen en la capacidad de razonamiento, la memoria, la toma de
decisiones y la actitud para aprender. Por ello, se considera que las emociones forman
parte del proceso de aprendizaje.

De acuerdo con Bisquerra, "aprendemos aquello que realmente queremos aprender.


Las personas quieren aprender aquello que es importante para ellas, para su vida y para
su supervivencia. Y como todo no cabe en el cerebro, aquello que consideramos no
importante, no nos interesa y lo olvidamos".
De todo ello se deriva la siguiente conclusión: "emoción y motivación son anverso y
reverso de la misma moneda". La motivación puede surgir principalmente del valor que
le atribuyas a aprender algo, ya sea por el placer de aprenderlo (intrínseco) o por la
utilidad que tiene para alcanzar otros objetivos (extrínseco).
Estar motivado implica dedicar más atención, tiempo y esfuerzo a algo y, en
consecuencia, aprenderlo mejor. Así pues, se podría decir que la emoción dirige nuestra
atención que, a su vez, permite una mejor focalización para adquirir y consolidar
los aprendizajes en la memoria.
Hay emociones que ayudan a aprender, como la curiosidad, pero otras limitan el
aprendizaje, como el miedo. En el primer caso, las emociones positivas te motivarán a
seguir aprendiendo. En el segundo, las emociones negativas harán que quieras dejar de
hacerlo.

Emociones que benefician o dificultan el aprendizaje

Se ha comprobado que existen emociones que potencian el aprendizaje y otras que lo


obstaculizan. Los principales estados emocionales que benefician o dificultan el
proceso de aprendizaje son los siguientes:

Favorecen el aprendizaje Dificultan el aprendizaje

• Seguridad • Miedo y ansiedad


• Entusiasmo • Tensión
• Alegría • Ira y enfado
• Expectación y asombro • Culpabilidad
• Sensación de triunfo • Aburrimiento
• Curiosidad • Envidia y celos

Construir climas emocionales positivos te permitirá estar motivado y aprender mejor. A


continuación, encontrarás algunas recomendaciones y buenas prácticas para alcanzar
tus objetivos de estudio, según el experto Rafael Bisquerra:
• Creer en tu capacidad para aprender. La percepción que uno tiene sobre sus
posibilidades de alcanzar un objetivo de aprendizaje es clave para la motivación.
Si crees que no lo conseguirás, la desmotivación estará presente. En cambio, si
tus expectativas de éxito son altas, estarás más animado. Por ello, es esencial que
te marques objetivos de aprendizaje realistas y asumibles.
• Conectar con la interioridad. Para estar motivado durante el estudio es
importante realizar conexiones con los intereses, necesidades personales,
actitudes y voluntades de cada uno. Puedes hacerte preguntas como "¿por qué me
interesa aprender esto?", "¿cómo me puede beneficiar?" o "¿qué sentido tiene
aprenderlo?".

• Partir de tus conocimientos previos. Para aprender es necesario ser consciente


de lo que ya sabes sobre un tema y realizar conexiones. Esto facilitará la
consolidación de aprendizajes en tu memoria.

• Llevar a cabo un aprendizaje activo. Implicarte activamente significa analizar


de manera crítica aquello que estás estudiando y convertirte en protagonista del
proceso de aprendizaje. Cuando surjan conceptos que desconozcas o no entiendas
conviene que busques información en internet u otras fuentes para dominarlos y
que intentes explicarlos con tus propias palabras.

• Entender el contenido. Uno de los problemas que provocan desmotivación es la


sensación de no entender nada. No comprender lo que se explica o lee produce
una sensación de aburrimiento, desmotivación y actitud negativa hacia el estudio.
Por eso, es esencial que preguntes y resuelvas todas las dudas que tengas.

• Tomar conciencia de los beneficios del aprendizaje. Las probabilidades de


aprender mejor también dependen de cuánto disfrutes aprendiendo. Por ello, antes
de abordar una sesión de estudio te puedes preguntar: "¿cómo puedo disfrutar en
este aprendizaje?". Una posible respuesta podría ser la razón por la cual estás
realizando esos estudios, es decir, tener presente los frutos que obtendrás al
adquirir esos conocimientos.

• Buscar las aplicaciones. Conocer las aplicaciones de aquello que queremos


estudiar hará que el aprendizaje sea más interesante. Puedes investigar su utilidad
en tu vida profesional, familiar, social, cultural, etc.

Por otro lado, emociones como el miedo y la ansiedad pueden surgir cuando te enfrentas
a un reto de aprendizaje. Si estas emociones son muy intensas, no ayudarán a que
consigas tus objetivos. Un nivel de ansiedad bajo puede hacer que mejores tu
rendimiento, y un exceso de mucha ansiedad puede producir que te bloquees. Esto
deriva en la siguiente clave para asegurar el éxito académico: el autocontrol y la correcta
gestión de las emociones.
Gestionar las emociones para aprender mejor

Las emociones intensas (buenas y malas) alteran la capacidad de atención. Un nivel


moderado de inquietud puede mantenerte alerta y mejorar tu rendimiento, pero si esta es
extrema puede entorpecer la concentración y la capacidad de retener en la mente la
información que estás intentando aprender.
Por ello, el dominio de las propias emociones es una habilidad clave para conseguir
un aprendizaje eficaz. El autocontrol o la autorregulación de las emociones tiene
múltiples beneficios en el ámbito personal, social, profesional y de la salud, pero
particularmente es una cualidad que contribuye al éxito académico.
Por ende, si quieres mejorar el desempeño académico y no perder la motivación es
importante desarrollar estrategias de autocontrol. Algunas estrategias que proponen
los expertos para gestionar las emociones durante el tiempo de estudio son:
• Realizar descansos y ofrecerte recompensas. Las pausas son esenciales durante
el estudio. Puedes organizar las sesiones de manera que puedas tomarte descansos
para hacer aquello que te apetece. De esta manera, recuperarás energías y evitarás
que te invada el estrés y el cansancio.
• Evitar procrastinar. Posponer las tareas pendientes producirá estados de estrés y
ansiedad. Para evitarlos es recomendable realizar primero aquellas tareas urgentes
e importantes.

• Organización y planificación. Establecer rutinas de estudio te permitirá


mantenerte focalizado. Recuerda que algunas técnicas de gestión del tiempo
pueden serte de utilidad.

• Relativizar los errores y los fracasos. Para mantener una actitud positiva es
fundamental saber sobreponerse a los fracasos y asumir los errores aprendiendo
de ellos.

• No atribuir éxitos y fracasos a causas que no puedas controlar. Pensar que tus
resultados dependen de la dificultad que el profesor o la profesora decida
establecer en el examen o de la facilidad con que te resulte estudiar un tema, no te
permitirá avanzar en tus metas.

• Vencer las tentaciones. Aunque el uso de recursos multimedia es inevitable y


pueden ser utilizados de forma apropiada como instrumento de aprendizaje, lo
cierto es que, en ocasiones, el teléfono móvil o la tablet pueden convertirse en una
distracción. Esconder o alejar de tu campo visual estos dispositivos te permitirá
reprimir el impulso de utilizarlos indebidamente.
• Adoptar una mentalidad de crecimiento. Comprender que los errores son parte
del proceso y que el fracaso indica que debes mejorar en algo ayudará a que te
esfuerces más, busques ayuda si lo necesitas y seas constante a pesar de los
obstáculos que te puedas encontrar.

Cuando te invadan los nervios, trata de controlar tu respiración, pensar en un lugar


agradable y escuchar música relajante durante unos minutos. No obstante, si tienes
problemas graves de ansiedad, es recomendable que visites a un profesional especializado
en este tipo de trastornos.

Conclusión
En conclusión, el estudio y el interés dedicado a él son fundamentales para el desarrollo
personal, profesional y social. El estudio no solo proporciona conocimiento y habilidades
prácticas, sino que también fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad
de resolver problemas. Además, el interés activo en el aprendizaje aumenta la motivación
y el compromiso, lo que conduce a un mayor éxito en todas las áreas de la vida. La
dedicación al estudio también es esencial para mantenerse actualizado en un mundo en
constante cambio, permitiendo adaptarse a nuevas tecnologías, descubrimientos y
desafíos. En resumen, el estudio y el interés en él son la clave para alcanzar el crecimiento
personal y contribuir de manera significativa a la sociedad.

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