Vampiro
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Este artículo trata sobre la criatura mítica. Para otros usos de este término,
véase Vampiro (desambiguación).
Portada de un libro alemán de 1733 sobre
vampiros.
Un vampiro es, según el folclore de varios países, una criatura que se alimenta de
la esencia vital de otros seres vivos (usualmente bajo la forma de sangre) para así
mantenerse activo. En algunas culturas orientales y americanas aborígenes,
esta superstición es una deidad demoníaca o un dios menor que forma parte
del panteón siniestro en sus mitologías.
En la cultura europea y occidental, así como en la cultura global contemporánea,
el prototipo de vampiro más popular es el de origen eslavo, es decir, el de un ser
humano convertido después de morir en un cadáver activo o
retornado depredador chupador de sangre.1
Orígenes del mito[editar]
Artículo principal: Creencias sobre vampiros
Es probable que el mito del vampiro en el folclore de muchas culturas desde
tiempos inmemoriales, provenga inicialmente de la necesidad de personificar la
"sombra", uno de los arquetipos primordiales en el inconsciente colectivo, según la
conceptualización de Carl Gustav Jung, y que representa los instintos o impulsos
humanos reprimidos más primitivos. Así, sería la encarnación del mal como
entidad y una representación del lado salvaje del hombre o de la mujer de
su atavismo bestial, latente en su sistema límbico y en conflicto permanente con
las normas sociales y religiosas.23
Aun así, el mito tal como es conocido en nuestros días proviene, además del
citado temor a los bajos instintos, de una compleja combinación de varias
supersticiones, entre las que se incluyen las creencias sobre la sangre (a la que se
atribuye el ser fuente de poder o vehículo del alma); el temor a la depredación, a la
enfermedad y a la muerte (de la cual la expresión más palpable es el cadáver), así
como fascinación temerosa por la inmortalidad y el instinto de supervivencia.4
Algunos estudiosos sugieren que el mito del vampiro, sobre todo el que se
popularizó en Europa después del siglo XVII, se debe en parte a la necesidad de
explicar, en un contexto de pánico colectivo, las epidemias causadas por
enfermedades reales que asolaron Europa, antes de que la ciencia lograra
explicarlas racionalmente (Ver:Vampiro y Medicina).
Etimología[editar]
"Vampiro" es una palabra que comenzó a ser usada en Europa en el siglo XVIII. En
el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, fue incluida
por primera vez en la novena edición, de 1843.5 Tiene origen en el término
"vampire" del inglés y francés, proveniente a su vez del término vampir en
lenguas eslavas y del alemán, derivado del polaco wampir y este a su vez del
eslavo arcaico oper, del cual existen raíces indoeuropeas paralelas en el turco y
el persa. Significa a la vez: "ser volador", "beber o chupar" y "lobo". Por otra parte,
hace también referencia a cierto tipo de murciélago hematófago.
Según el Diccionario Oxford de Inglés, la primera aparición de la palabra "vampire"
(vampiro, en inglés) fue en 1734, en un diario de viaje titulado Travels of three
English gentlemen (Viajes de tres caballeros ingleses), publicado posteriormente
en el "Harleian miscellany" en 1745.67
El término inglés deriva (posiblemente a través del "vampyre" francés) del "vampir"
alemán, que aparece a principios del siglo XVIII proveniente del
término serbio "вампир/vampir.89101112 El origen de la palabra moderna Vampiro
(Upiór significa Hortdan, Vampiro o Bruja en los mitos turcos y eslavos) proviene
del término Ubir-Upiór, el origen de la palabra Ubir o Upiór se basa en las regiones
alrededor del río Volga (İtil) y las estepas Pónticas. Se afirma que la leyenda de
Upiór se extendió con la migración del pueblo Kipchak-Cuman a las estepas
euroasiáticas. La palabra moderna "vampiro" se deriva de la forma eslava antigua
y turca "онпыр (onpyr)", con la adición del sonido "v" delante de la vocal
nasal búlgara antigua (on). El formato búlgaro es впир (vpir). (otros nombres:
onpyr, vopir, vpir, upir, upierz.)1314
La voz serbia wampira (wam = sangre, pir = monstruo) designa al muerto que,
según leyendas de la Europa Central, regresa a alimentarse con la sangre —y,
según ciertas variantes, con la carne— de los seres que en vida estuvieron más
próximos a él. De tal raíz surgen las siguientes denominaciones: vampyr en
neerlandés; wampior o upior en polaco; upir en eslovaco; upeer en ucraniano. Este
término ingresó "oficialmente" a la lengua alemana en (1732) cuando fue
reportado el caso de Arnold Paole (Ver: El vampiro en la edad moderna). Sin
embargo, los vampiros no eran un tema nuevo para las publicaciones en alemán.
Después de que Austria obtuvo el control del norte de Serbia y Oltenia con
el Tratado de Passarowitz en 1718, los funcionarios reportaron las prácticas
locales de exhumar cuerpos y "matar vampiros". Estos informes, elaborados entre
1725 y 1732, recibieron amplia difusión.15
En el año 1613, la palabra Vampire fue también empleada en idioma francesa
para describir las murciélagos vampiro (Desmodontinae) que viven únicamente en
Latinoamérica.16
Aunque la etimología exacta no es clara,17 entre las formas proto-
eslavas propuestas están *ǫpyrь y *ǫpirь.18 Otra teoría menos extendida es que
las lenguas eslavas han tomado la palabra de un término turco para "bruja" (por
ejemplo, del tártaro "ubyr").1819
El primer uso registrado de la forma antigua rusa "Упирь (Upir')" comúnmente se
cree que está en un documento del año 655 (del calendario bizantino o
1047 d. C.)20 Se trata de un colofón en un manuscrito del Libro de los
Salmos escrito por un sacerdote que transcribió el libro del
alfabeto glagolítico al cirílico para el príncipe de Nóvgorod Vladímir Yaroslávich.21
El sacerdote afirma que su nombre es "Upir' Lijyi " (Оупирь Лихыи), lo que
significa algo así como "Vampiro perverso" o "Vampiro hiriente".22 Este nombre
aparentemente tan extraño ha sido citado como un ejemplo de supervivencia
del paganismo y el uso de apodos como nombres de personas.23
Otro uso temprano de la antigua palabra rusa se encuentra en la traducción rusa
de la homilía "Palabra de San Gregorio", fechada muchas veces entre los siglos XI
al XIII, donde se menciona el culto pagano de los "upyri".2425
Sinónimos[editar]
Existen diferentes nombres o variantes locales para referirse al vampiro, tales
como:
Vlad Tepes
También conocido como Vlad III o Vlad Tepes, es un noble héroe nacional rumano
que en el siglo XV luchó contra la invasión de los otomanos y es famoso por la
crueldad de sus métodos. Inspiró la novela "Drácula" de Bram Stoker por lo cual
es relacionado con el tema aunque no existe evidencia histórica que bebiera
sangre de sus víctimas ni las leyendas locales lo señalan de ser vampiro.26
Vlad III, que realmente era valaco y no transilvano según Bram Stoker, es
apodado Tepes que significa "Empalador" en rumano, por su método más famoso
para escarmentar a sus enemigos. Draculea significa hijo de Dracul que a su vez
significa el dragón, y que era el título de su padre, Vlad II, un voivoda (príncipe)
caballero de la Orden del Dragón. Debido a su éxito en expulsar a los turcos
de Valaquia, por lo cual vivió en constante estado de guerra durante 1431 y 1476,
y liberar la comarca de la delincuencia, se le considera un héroe nacional
en Rumania y el salvador de Europa pues Valaquia junto con la
vecina Transilvania, constituyen la puerta meridional de Europa que todo invasor
procedente de Asia, tenía que pasar obligatoriamente si intentaba conquistar por
el sur las fértiles llanuras europeas. Su historia es relatada en la canción
titulada Von ainem wutrich der hies Trakle waida von der Walachei escrita
por Michael Beheim, juglar germánico súbdito del rey húngaro Matías Corvino, en
cuya corte conoció a Vlad cuando este se refugió allí huyendo de sus enemigos.69
La leyenda siniestra de Draculea surge como mínimo desde su época, cuando sus
enemigos solo podían explicar sus victorias militares atribuyéndole
poderes necrománticos. En el siglo XX su figura ha tratado de ser reivindicada.
Condesa Elizabeth Báthory[editar]
Artículo principal: Erzsébet Báthory
Este aristócrata francés del siglo XV, que luchó en los años finales de la Guerra de
los Cien Años junto a Juana de Arco, torturó y dio muerte a unos 300 niños
durante 8 años hasta que en el año 1440 fue capturado, procesado y ejecutado.
Henry Fitzroy[editar]
Artículo principal: Henry Fitzroy
El personaje real, hijo bastardo de Enrique VIII y conde de Nottingham y duque de
Richmond y Somerset, murió a los 17 años, posiblemente de tuberculosis. Aunque
su muerte no está esclarecida ni hay referencias históricas a actividades
criminales o vampirismo, inspiró a la escritora Tanya Huff un personaje del mismo
nombre, un vampiro "bueno" novelista y detective, que protagoniza La saga de la
sangre (Blood Ties), convertida en serie de televisión.
El vampiro en la ciencia[editar]
En el siglo XVIII y en el contexto de la Ilustración surgieron escritos críticos
buscando desvirtuar el mito del vampiro. Voltaire dedica al tema, con su ironía
característica, un aparte en su Diccionario Filosófico71 y Fray Benito Jerónimo
Feijoo dedica igualmente con tono crítico al tema de "Vampiros y brucolacos" una
de sus "Cartas eruditas y curiosas" (1774) a propósito del tratado escrito por un
contemporáneo suyo, el monje Augustin Calmet llegando a la conclusión que los
sucesos son el resultado de una imaginación supersticiosa y del embuste.38 Con el
tiempo, otros eruditos y científicos han tratado de explicar los orígenes del mito y
los fenómenos que lo componen a la luz de las ciencias exactas y sociales.
Vampiro y zoología[editar]
Artículo principal: Desmodontinae
La ciencia llama "vampiro" (nombre que le dio el naturalista Conde de Buffon en
1761) al murciélago hematófago conocido como Desmodus rotundus que habita
en una amplia región de América del Sur, de hábitos nocturnos y se alimenta
habitualmente de sangre de ganado bovino, equino o porcino a los que ataca
mientras duermen, gracias a sus agudizados sentidos para localizarlas,
acercándose a ellas volando, arrastrándose por el suelo o saltando, para
morderles en los hombros, espalda, región perianal, en las patas, pezuñas, así
como en la base de los cuernos o en las orejas.
Son animales de pequeño tamaño, entre los 6 y los 9 centímetros y un peso de
25-40 gramos, pelaje denso color café grisáceo, cara aplanada, orejas pequeñas y
puntiagudas, hocico corto y labio inferior en forma de V, con incisivos superiores
anchos y filosos e inferiores pequeños, siendo los caninos largos, de punta aguda
y borde posterior afilado. Este aspecto inspira a los maquilladores y encargados
de los efectos especiales en las películas, las imágenes más aterradoras para
presentar en aspecto más bestial a un personaje vampiro.
Vampiro y medicina[editar]
De las ciencias, la medicina es la que más ha intentado explicar y esclarecer los
orígenes del mito del vampiro folclórico.
En el siglo XVIII la ola de superstición desatada hizo que surgieran obras como Los
vampiros a la luz de la medicina (1749)72 de Próspero Lambertini que llegaría al
papado con el nombre de Benedicto XIV desde donde siguió luchando contra las
falsas creencias, o el Informe médico sobre los vampiros (1755) de Gerard van
Swieten, médico y archidiácono de María Teresa I de Austria, donde tras criticar el
vampirismo y considerar poco frecuente aunque dentro de la normalidad los casos
de incorruptibilidad de los muertos, desacreditaba a médicos y comisarios pues en
muchas ocasiones y siguiendo sus indicaciones se realizaban sacrilegios,
poniendo en entredicho el buen nombre del finado, violando tumbas y ultrajando
cadáveres.73
¿Enfermedades vampíricas?[editar]
El neurólogo español, Juan Gómez Alonso, propone una razonable explicación del
mito a partir de ciertas enfermedades que por sus síntomas y signos, así como por
su impacto social, sirven para dar algún sustento científico a la leyenda del
vampiro en el folclore europeo.74
La peste[editar]
La peste, enfermedad infecciosa producida por la Yersinia pestis y transmitida por
las pulgas de las ratas y otros roedores, es la más factible para explicar en forma
simple pero verosímil las epidemias de vampiros en la Edad Media. Precisamente
este fenómeno también es descrito como trasfondo de la historia principal de un
vampiro en obras cinematográficas como el Nosferatu de Murnau o de Herzog.
Durante el siglo XIV, especialmente en Prusia oriental, Silesia y Bohemia, para
evitar el contagio las víctimas de la enfermedad eran enterradas prematuramente
sin constatar la muerte clínica. Muchos de estas víctimas de enterramiento
vivo sufrieron por ello una larga y atroz agonía, infligiéndose heridas en su intento
de escapar de sus tumbas. No es de extrañar, por tanto, que en la exhumación se
encontraran al cadáver conservado y con manchas de sangre, lo que a falta de
una mejor explicación estimularía la imaginación supersticiosa de la gente
atribuyéndoles una condición de vampiros.
El carbunco[editar]
Esta enfermedad muy contagiosa, capaz de crear gravísimas epidemias,
producida por el Bacillus anthracis que puede transmitirse de los animales al
hombre, podría semejar la sintomatología de una víctima de un vampiro. Los
afectados presentan fiebre alta, sed intensa, convulsiones, dificultad respiratoria y
alucinaciones que se atribuyen a la falta de oxígeno, con una sensación de asfixia
que podía ser expresada por parte de la víctima como el estrangulamiento a
manos de un vampiro. Los cadáveres presentan ausencia de coagulación de la
sangre, frialdad y rigidez; y de igual forma se descompone más lentamente. En
una época donde no se tenían conocimiento de muchas enfermedades se podía
pensar que en estos cadáveres aún se presentaba vida. El ántrax o carbunco es la
mejor explicación para casos tradicionalmente considerados de vampirismo, esto
es: muertes de personas después de dificultades respiratoria, convulsiones y
septicemia, al igual que de animales herbívoros, y cadáveres con sangre no
coagulada, con miembros flexibles y con lenta descomposición. El carbunco
generalmente se presenta en zonas pastoriles en brotes indeterminados atacando
a vacas, ovejas, cabras y seres humanos principalmente.
La anemia[editar]
Esta enfermedad clásica, frecuentemente asociada a las anteriores, consistente
en un déficit en la cantidad o calidad de los glóbulos rojos de la sangre
encargados de transportar el oxígeno a todo el cuerpo, también puede explicar la
creencia en la afectación de los vecinos y familiares allegados al presunto
vampiro. Las supuestas víctimas presentaban una severa palidez acompañada de
intensa fatiga, cansancio y respiración entrecortada, síntomas y signos clínicos
que se pueden explicar con este trastorno que no siempre se debe a la pérdida de
sangre, sino que hace parte también del cuadro de una desnutrición, ya sea por
falta de adecuada alimentación por las propias enfermedades, o las carestías
debidas a las guerras, cuando no por ayunos con motivaciones religiosas que
tenían el objetivo de purgar los pecados y verse libre del peligro de la peste.
La rabia[editar]
La rabia, infección viral del Sistema Nervioso, es la enfermedad transmisible que
científicamente explicaría adecuadamente el mito del vampiro, especialmente
cuando su auge en Europa coincide con epidemias de esta afección durante los
siglos XVI y XVII, en particular la ocurrida en Hungría entre 1721 y 1728.
Si bien en el siglo XVIII Goethe en su obra La novia de Corinto (Die Braut von
Korinth) (1797) le da la protagonista el carácter de una vampiresa, los relatos
literarios sobre vampiros proliferan prácticamente a partir del siglo XIX en medio de
la corriente literaria del momento, es decir el romanticismo. En 1816, el poeta
inglés Lord Byron pasaba unos días en las orillas del Lago Leman (Suiza) junto a
un amigo, el médico John William Polidori. Mientras se hallaban en medio de una
fiesta con el reconocido poeta Percy Shelley y su última mujer, Mary, se desató
una tormenta alpina, que los obligó a permanecer en el interior de la casa,
contando historias de miedo para entretenerse, hasta que en un determinado
momento algunos de los presentes se retaron a escribir la mejor historia de terror
y misterio de todos los tiempos. Como resultado Mary Shelley empezó a escribir
su famosa novela Frankenstein, un mito mefistofélico de nuestro tiempo; Byron
escribe el poema épico The Giaour, en el cual ya está presente la combinación del
horror y de la lujuria que el vampiro siente y el concepto de los no-muertos que
pueden pasar su maldición a los vivos, pero no llegó a completar la obra. Su
amigo Polidori lo incluye en su obra titulada El Vampiro, un Cuento, novela
publicada en 1819 cuyo protagonista, el «señor Ruthven», está inspirado en el
propio Byron. Una secuela no autorizada de esta novela es llamada Lord Ruthwen
ou les Vampires (1820) del autor francés Cyprien Bérard, seudónimo de Charles
Nodier, que la adaptó en el primer melodrama de vampiros teatral.
En 1841 en Rusia se publicaron dos relatos del género gótico fantástico sobre
vampiros, escritos por Alekséi Konstantínovich Tolstói (1817-1875): El
vampiro centrado en la figura del “upyr” ruso, y La familia del Vurdalak ambientado
en Serbia y basado igualmente en el mito eslavo.79
Entre 1845 y 1847 aparece en Londres Varney the Vampire or The Feast of
Blood, folletín victoriano de horror gótico, cuyo autor no está plenamente
identificado pero se atribuye sea James Malcolm Rymer o Thomas Preskett,
ambos muy prolíficos y conocidos en el campo de los llamados "Penny Dreadful"
(folletín escabroso).80
En 1872, se publica Carmilla, novela corta escrita por Joseph Sheridan Le
Fanu que muestra muchas características del terror gótico, e incluye una leve
influencia de contenido erótico particular propio de los vampiros.
La novela gótica más famosa sobre vampiros sin duda es Drácula, del escritor
irlandés Bram Stoker, publicada en 1897, cuyo protagonista personifica la
fascinación de lo prohibido y es una figura simbólica clásica de la sexualidad
reprimida, característica de la sociedad victoriana en la que el autor vivió.
Inspirándose en la medieval Saga de Grettir, el escritor estadounidense
del naturalismo Frank Norris escribió Grettir en la granja de Thorhall / Grettir at
Thorhall-Stead (1903).
En 1954 el escritor Richard Matheson publica la novela de ciencia ficción Soy
leyenda que narra un futuro mundo postapocalíptico regido por vampiros, y el
protagonista es el último humano. Matheson desarrolla la quizás sea la primera
explicación racional del vampirismo, descubriendo en la trama que es provocado
por una bacteria. La novela cuenta con varias adaptaciones fílmicas.
En 1975, Stephen King, que posteriormente se convertiría en un maestro de
literatura de horror, publica una novela de vampiros llamada "Salem's Lot", que
narra el regreso de un escritor famoso a su pueblo natal justo en el momento en
que este se ve conmocionado por sucesos extraordinarios y aterradores que
posteriormente se revelan como ocasionados por la llegada de un vampiro. La
novela fue llevada a la televisión como miniserie en 1979 y se hizo un versión de
la misma en 2004.
La más importante revisión literaria del mito del vampiro después de Drácula, se
produjo a finales del siglo XX (1976), cuando la escritora norteamericana Anne
Rice publicó las Crónicas Vampíricas, una trilogía compuesta por las
novelas Entrevista con el Vampiro, Lestat el Vampiro y la Reina de los
Condenados, que después, dado su enorme éxito comercial y cinematográfico, ha
continuado con secuelas como Memnoch el Demonio y Armand el Vampiro. Los
vampiros concebidos por Rice son personajes adaptados al gusto de las
sociedades contemporáneas, aptos para todos los públicos, carentes de la
maligna crueldad sin remordimientos de sus antecesores literarios y de los
personajes reales que los inspiraron; mostrándose como unos entes elitistas,
posmodernos y confusos, solo un poco pervertidos, con sentimientos de
culpabilidad y humanizados, sumergidos en el pensamiento filosófico de la Nueva
Era sin representar la maldad y bestialidad en estado puro que caracterizan al
vampiro mítico tradicional o folclórico.
A partir de 1986, el escritor británico Brian Lumley, aportó al género literario de
vampiros su serie Necroscopio (las Crónicas Necrománticas) que narra los
enfrentamientos de su protagonista contra diversos seres de naturaleza vampírica
a los que, desmarcándose completamente de las convenciones y tradiciones del
mito, presenta como parásitos que se sirven de los humanos y animales para
sobrevivir, mejorando biológicamente a sus hospedadores otorgándole poderes
sobrehumanos, mientras sustituyen progresivamente su personalidad.
A principios de los 90 aparece The Vampire Diaries, una serie de novelas escritas
por L. J. Smith, quien también explota el mito en su saga Night World.
En 2004 se publicó Déjame entrar (Låt den rätte komma in), novela del
escritor sueco John Ajvide Lindqvist, destacada por tener como protagonistas a
Oskar, un solitario niño acosado por sus compañeros de colegio, y a Eli una
vampiresa que aparenta 12 años, mostrando otra visión no menos siniestra del
mito y para la cual el autor confiesa haberse inspirado en su propia niñez,
en Carmilla y en la película The crying game (Juego de lágrimas).81
En 2005 aparece la saga de gran éxito sobre vampiros modernos, compuesta por
las novelas Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse y Amanecer, escritas por Stephenie
Meyer, sobre el romance entre Edward Cullen, un vampiro de 100 años con
apariencia de tener 17 y Bella Swan, una adolescente normal. Para saber más,
consúltense los estudios académicos "De Dràcula a Crepuscle. El mite del vampir
en la literatura juvenil" de Carme Agustí Aparisi y "Serenum mortis o la literatura
que viene: Del vampiro como germen literario a la postmodernidad vampirizante
del siglo XXI" de Rafael Negrete-Portillo.
En 2008 se empieza a publicar otra saga sobre vampiros y adolescentes, escrita
por Claudia Gray y compuesta
por: Medianoche (2008), Adicción (2009), Despedida (2010) y Renacer (2011)
protagonizada por Bianca, hija de vampiros, que se enamora de Lucas, un joven
caza-vampiros.
En 2012 se publicó El umbral del bosque, novela gótica escrita por Patricio
Sturlese ambientada en el siglo XVII, que incorpora mitos sobre vampiros
del folclore escandinavo.
El vampiro en las artes escénicas[editar]
Ópera: la opera en dos actos Der Vampyr (El vampiro), con música
compuesta por Heinrich Marschner y libreto de Wilhelm August
Wohlbrück basado en la obra de John William Polidori, se estrenó en
Leipzig. en 1828 con gran éxito. En el 2000 se presentó en Madrid una
versión en castellano.
Teatro: En 1820 en Londres y Dublín se representó una versión teatral
basada en la obra del doctor Polidori. Drácula apareció en el teatro por
primera vez en 1897, con la obra Drácula, o el No-Muerto escrita por el
propio Bram Stoker y la première tuvo lugar en el Royal Lyceum Theatre
de Londres. Más popular resultó la versión de Hamilton Deane,
estrenada en 1923, que para simbolizar al murciélago introduce en la
caracterización del personaje la capa de terciopelo o cuero negro en el
exterior y seda roja en el interior, quizás el más característico de
los leitmotivs vampíricos. Bela Lugosi, el actor que más brillantemente
ha representado ese papel en el cine y en el teatro, fue enterrado
envuelto en su capa en cumplimiento de sus deseos.82
El musical Tanz der Vampir (El baile de los vampiros), con música de
Jim Steinman y basado en la película homónima de Roman
Polanski quien también dirigió la producción original, fue estrenado 1997
en Viena y ha sido representado en todos los continentes.