Unidad 05
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Alfonso Teja Zabre, Breve Historia de Méxíco, pág. 252.
continuó la tarea de dar forma jurídica a las conquistas sociales de la Revolución,
especialmente en los proyectos de leves obreras y agrarias y reformas legislativas
civiles y penales.
Ocupó después la Presidencia el ingeniero don Pascual Ortiz Rubio, quien
obligado a renunciar en septiembre de 1933, fue sustituido provisionalmente por el
general Abelardo L. Rodríguez. Éste mantuvo la línea de la política revolucionaria y
procuró especialmente el mejoramiento de la clase obrera por medio de leves, como la
del salario mínimo. El 31 de diciembre de 1934, fue electo Presidente de la República el
general Lázaro Cárdenas.
7. Lázaro Cárdenas y la orientación radical en la política mexicana. -Lázaro
Cárdenas acentuó mucho más las tendencias socialistas del régimen revolucionario. En
este sentido es un continuador y un importante exponente de la Revolución Mexicana.
El gobierno del presidente Cárdenas obedeció a un plan definido de acción
política y administrativa, formulado de antemano en su campaña electoral. “Era un
amplio programa para realizarse en los seis años de su gobierno (Plan Sexenal). En él
incluyó todas las tendencias ya iniciadas por los anteriores gobiernos revolucionarios,
en una marcha progresiva y avanzada, con orientación radical. Puede decirse que la
Revolución sigue su ciclo de evolución, avanzando con diferente velocidad en las
diversas etapas, según lo permiten las energías en acción y las fuerzas de reacción, de
resistencia o de inercia”.
Factor de toda reforma política por realizar son los cambios en la técnica social y
en los procedimientos industriales, agrícolas y comerciales. “Automóviles, camiones,
tractores, aviones, sistemas de riego, carreteras, nuevos materiales y técnica de
construcción, progresos de la medicina social y de la higiene, están realizando también
la revolución en métodos de cultivo, vestidos, tráfico, alimentación, enseñanza,
organización familiar, arte y religión”.2
Innegable. La obra del general Cárdenas como Presidente fue, toda ella, en favor
de las clases trabajadoras. El reparto de tierras y la restitución de los ejidos alcanzaron
en este sexenio los más altos índices de realización. Muchos latifundios se parcelaron:
La Laguna, región algodonera; los henequenales de Yucatán: el Yaqui... Tuvo,
asimismo, singular importancia el incremento del crédito ejidal y de los sistemas de
riego, de obvia secuencia para mantener viva aquella reforma.
Dentro: de estas reformas replanteó el nuevo Presidente el problema de la
independencia económica de México tratando de nacionalizar las grandes riquezas del
país. Ante la expectación del mundo entero llevó al cabo la expropiación petrolera, en
cuya riqueza nada menos que Estados Unidos e Inglaterra, tenían invertidos grandes
capitales (18 de marzo de 1938). Nueve meses antes había decretado ((en junio de
1937), también promovida por conflictos obrero patronales.. la expropiación de todas las
líneas férreas de la República.
PROBLEMAS Y CORRELACIONES
1. Biografía de Francisco I. Madero.
2
Alfonso Tesa Zabre. Op. Cit., pág. 155.
2. Paralelo entre la obra de los presidentes Calles y Cárdenas.
3. Breve estudio sobre la historia del sufragio electoral en México.
LA ENSEÑANZA RURAL
1. Las escuelas rudimentarias; 2. La discusión en torno de las escuelas de instrucción
rudimentaria; 3. Los maestros misioneros. Las Casas del Pueblo; 4. Las escuelas
rurales; 5. Las Misiones culturales; 6. Los comités de educación; 7. Escuelas
comunales de circuito; 8. La Casa del Estudiante Indígena; 9. Los internados indígenas
regionales; 10. El Departamento de Asuntos Indígenas; 11. La enseñanza agrícola. La
escuela regional campesina; 12. Las escuelas normales rurales.
1. Las escuelas rudimentarias. -La primera obra educativa importante del
movimiento revolucionario la constituye la creación de las escuelas rurales. El
antecedente inmediato de ellas fueron las escuelas rudimentarias, establecidas por el
presidente Francisco León de la Barra, siendo secretario del Despacho de Instrucción
Pública y Bellas Artes el doctor Francisco Vázquez Gómez. Con dichas escuelas,
independientes administrativamente de las escuelas primarias, se propendía a
popularizar la instrucción elemental.
La Ley que las creaba fue expedida el 1° de junio de 1911. De conformidad con
este ordenamiento, tendrían por objeto dichas escuelas enseñar, principalmente a los
individuos de raza indígena, a hablar, leer y escribir en castellano; y a ejecutar las
operaciones elementales de cálculo más usuales. La instrucción impartida en ellas
había de desarrollarse, cuando más, en dos cursos anuales; y no sería obligatoria, toda
vez que la Ley que venía a establecerlas no afectaba la observancia de los preceptos
que en materia de instrucción obligatoria estaban en vigor.
La propia Ley prevenía que las escuelas de instrucción rudimentaria acogieran
en su seno a cuantos analfabetos acudiesen a ellas, sin distinción de sexos ni edades.
Hubo más: el ejecutivo debería estimular la asistencia a ellas, distribuyendo en las
mismas alimentos y vestidos a los educandos.
El establecimiento de las escuelas de instrucción rudimentaria debería hacerse
en todas aquellas partes de la República en que el porcentaje de analfabetos fuera
mayor. Con esta Ley. la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes adquiría un
papel de alta importancia, extendiendo su acción más allá del Distrito Federal y de los
Territorios, en materia de educación elemental, pues hasta ahora sólo había establecido
en los Estados, escuelas mineras agrícolas y navales. Como se decía entonces, se
daba así un fuerte impulso a la federalización de la enseñanza.
Contra tal amplitud de miras, algunos Estados de la República opusieron ciertos
reparos. El Estado de Coahuila, por ejemplo, tachó de anticonstitucional la citada Ley ;
lo que era por demás improcedente, pues no necesitaba el Ejecutivo Federal que lo
autorizara una ley para establecer escuelas de instrucción rudimentaria en toda la
República, ya que sin dicha autorización, no existiendo ley prohibitiva, podía
establecerlas con el mismo derecho para abrir planteles educativos que cualquier
particular o asociación, en virtud de la libertad de enseñanza prescrita por la
Constitución Política de 1357, en su artículo 3°.
2. La discusión en torno de las escuelas de instrucción rudimentaria. -En 1912,
Alberto J. Pani inició una encuesta sobre la educación popular, para ver de mejorar o,
en su caso, de transformar las escuelas de instrucción rudimentaria en la República. Su
propósito era el de introducir en éstas un programa económico de instrucción popular,
pues le parecía la enseñanza impartida hasta entonces en ellas abstracta y verbalista.
-Hay que reformar por una parte, decía Alberto J. Pani, la Ley de 1° de junio de 1911 -
inspirada, según parece, sólo por una especie de fetichismo del alfabeto-, procurando
que el programa de instrucción rudimentaria sea también capaz de proporcionar a los
escolares los medios de mejoramiento económico, desenvolviendo en ellos las
aptitudes más relacionadas con la vida ambiente artística, industrial, agrícola, y hacer,
por otra parte, que se cumpla dicha ley bajo la forma más racional y económica, en
relación con nuestro medio y con nuestros recursos”.3
La encuesta produjo sus frutos, no obstante que de inmediato era imposible, por
la pobreza del país, satisfacer todas las exigencias pedagógicas reclamadas. A la
sazón.. era Jorge Vera Estañol Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes (1913).
El problema, explicaba este eminente jurisconsulto, de la instrucción pública en México
debe resolverse, por ahora, en el sentido de la mayor extensión del sistema escolar.
Muchas escuelas, en el mayor número posible de lugares en donde el analfabetismo ha
sido hasta hoy normal, es lo primero que debe intentarse establecer, organizándolas
con programas de estudios reducidos, únicamente en la medida necesaria para
despertar a la luz del alfabeto y del número de esos millones de almas que duermen
aún en la sombra de la más completa ignorancia.
La escuela prepara a los niños para sus funciones futuras. En los pueblos que
aspiran a la democracia, como el nuestro, la escuela debe preparar también al
ciudadano. Y como tenemos más de 7,000,000 de individuos mayores de edad escolar,
parte de ellos menores de 21 años y otros mayores de esta edad, que no saben leer y
escribir, es indispensable procurar la redención del mayor número posible para ponerlos
en aptitud de dar en los comicios un voto concienzudo e ilustrado.
Hasta ahora nuestros Estados no han podido atender las poblaciones rurales.
Sus esfuerzos se han concentrado en las poblaciones de importancia; allí donde se ve,
donde todos miran, descuidando lo lejano y escondido. En este concepto, los
campesinos han permanecido como parias en este país de libérrimas instituciones.
Pero estas instituciones no pueden ser realmente libérrimas, si los ciudadanos no se
han libertado antes de las cadenas de la ignorancia. El analfabetismo y la ciudadanía
son términos excluyentes.
Urge, pues, extender el sistema escolar por los campos y montañas, dejando
para una nueva etapa la enseñanza intensiva, especialmente en aquellos lugares que
por sus condiciones económicas y sociales la requieran. El sistema escolar no puede
ser uniforme en ningún país.
Siendo las escuelas de instrucción rudimentaria las llamadas a extender la luz de
la enseñanza en la República y a combatir nuestro enorme analfabetismo, precisa
establecerlas en número apreciable para que su impulso sea realmente eficaz.
Por ahora se considera el establecimiento de veinte Inspecciones Generales,
agrega Vera Estaño!, limitadas unas a un solo Estado y otras a dos o tres, dentro de las
propias circunscripciones políticas de los mismos. Esta Secretaría se propone estudiar
3
Alberto J. Pani. Una Encuesta sobre Educación Populas. pág. 3O.
una división territorial para el establecimiento de las Inspecciones Generales que no
esté subordinada a dichos límites, sino en vista de las necesidades más apremiantes y
de acuerdo con las facilidades de las vías de comunicación.4
Hacia fines de 1913 y durante el año de 1914 la instrucción rudimentaria llegó a
contar con el mayor número de escuelas: doscientas, con una asistencia aproximada de
diez mil alumnos. Durante los años de 1915 y 1916 alcanzó su grado más intenso el
movimiento revolucionario, impidiendo no ya incrementar, ni aun siquiera conservar las
instituciones crearlas.
3. Los maestros misioneros. -Las Casas del Pueblo.-Las escuelas rudimentarias
convivieron con los tiempos más agitados de la Revolución. Pronto estuvieron al
servicio de la causa política y social, bien que transformándose bajo el empuje de las
circunstancias. Se les llegó a llamar “fábricas de zapatistas”, delatando este hecho su
destino y orientación rural. Y puntualmente, poco a poco, sin ordenamiento legal que
así lo estableciera.. vinieron a ser llamadas escuelas rurales.
El gobierno de don Venustiano Carranza, poca importancia, por desgracia,
concedió a este tipo de instituciones. Es hasta la época de la Presidencia del general
Obregón cuando se toma clara conciencia del problema. El general Álvaro Obregón,
como veremos más adelante, había restablecido, el 20 de julio de 1921, la Secretaría
de Educación Pública, que don Venustiano Carranza había resuelto suprimir el 13 de
abril de 1917.
El nuevo ministro de la restaurada Secretaría, fue el licenciado don José
Vasconcelos, quien en agosto del mismo año ordenó que los asuntos de las escuelas
rurales y primarias foráneas fueran tratados y resueltos por un departamento con el
nombre de Departamento de Cultura Indígena, y con la libertad de acción suficiente y
necesaria para poner en práctica las mejores iniciativas y proyectos.
Entonces se concibió y realizó la idea de enviar maestros misioneros en calidad
de maestros ambulantes a recorrer el país, para localizar núcleos indígenas y estudiar
las condiciones económicas de la región.
Poco después de iniciada tan meritoria y difícil tarea, los maestros misioneros
comprendieron las ventajas de instruir a jóvenes; lo que hicieron logrando dejar
maestros rurales fijos, que se les denominó monitores. Las instituciones que fueron
estableciéndose bajo la dirección de estos nuevos maestros llevaron el nombre de
Casas del Pueblo. Eran, como es de suponerse, escuelas unitarias, en virtud de que un
solo maestro había de impartir la enseñanza a todos los alumnos.
La institución se multiplicó en forma apetecible. Al terminar el período
presidencial del general Obregón (30 de noviembre de 1921), funcionaban 1,039
planteles atendidos por 1,116 maestros y monitores y 48 maestros misioneros, con una
población escolar de 65,000 alumnos. Además, hay que hacer notar la circunstancia de
que la mayoría de estas escuelas pudieron funcionar en lugares donde jamás había
4
Jorge Vera Estañol. Iniciativa para el establecimiento de 5,000 Escuelas de narración Rudimentaria en
la República. Mayo, 1913.
existido plantel educativo alguno, ni llegado siquiera la acción de las autoridades
escolares.5
1. Las escuelas rurales. -En 1925, el Departamento de Cultura Indígena fue
designado Departamento de Escuelas Rurales, Primarias Foráneas e Incorporación
Cultural Indígena. También las llamadas casas del pueblo mudaron de nombre: se les
llamó escuelas rurales. Los maestros misioneros se convirtieron en inspectores e
instructores.
Durante el primer año de gobierno del general Calles, la organización de las
escuelas rurales era todas la muy deficiente: carecían de tina doctrina especial y de los
elementos materiales más indispensables para poder desenvolverse y desarrollarse, a
tenor de las exigencias sociales. Con todo, el gobierno seguía pensando seriamente en
una mejoría radical de ellas. Así fue como, a mediados del año de 1926, en memorable
junta reglamentaria de Directores de Educación Federal, se planteó con acierto el
importante problema en orden a estos tópicos educativos. “Nuestro indio, dijo en el
discurso inaugural el Secretario de Educación Pública, José Manuel Puig Casauranc, es
un oprimido por siglos desde antes de la conquista española, con excepción de las
castas superiores en aquella sociedad indígena, precortesiana, eminentemente
teocrática y de organización casi feudal; nuestras grandes masas de indios tienen, hay
que decirlo, el peso de una opresión quizás milenaria. La historia de nuestro México nos
dice que ningún movimiento que indique generosidad o elevación puede ser sin contar
con los indios”.
La junta de Directores de Educación Federal aprobó las siguientes conclusiones,
que vinieron a determinar la estructura pedagógica de las escuelas rurales. Como podrá
advertirse, su plan de enseñanza (producción rural e higiene y vida comunal; castellano,
cálculo, ciencias naturales, historia y civismo; culto a la Patria y prácticas agrícolas)
debe entenderse en función inseparable con los principios de la escuela activa y del
trabajo:
1. La escuela rural es una institución educativa que tiene por objeto capacitar a los
campesinos (niños y adultos) para mejorar sus condiciones de vida mediante la
explotación racional del suelo y de las pequeñas industrias conexas, a la vez que
desanalfabetizarlos.
2. Enseñar menos dentro de las aulas y cada vez más fuera de los salones de
clase, al través de la experiencia.
3. Seguir su programa práctico de estudios, en el que las asignaturas y actividades
que comprenda sean la expresión fiel de las necesidades y aspiraciones de la
comunidad rural y de las diversas fases de la vida del campo. Las escuelas de
cada región deben tener su programa particular.
4. La escuela rural es la institución educativa por excelencia señalada para los
pueblos como el nuestro, cuyo programa económico radica, fundamentalmente,
5
General Alvaro Obregon. Mensaje Presidencial. Septiembre 1° de 1924. 1er. año del 31° Congreso de
la Unión.
en el cultivo inteligente (le la tierra y en la explotación racional de las industrias
que con la vida rural tienen conexión.
5. La escuela rural es la más indicada para un país que como México aspira a
llegar a un estado social de mayor equidad y de mayor justicia. Es la institución
educativa más democrática: primero, porque se dirige al mayor número, y
segundo, porque está llamada a corregir el error en que hemos incurrido durante
más de un siglo, de formar, mediante la educación, unos cuantos sabios en
medio de millones de analfabetos.
6. Desde el punto de vista ético, ha de combatir, por todos los medios que estén a
su alcance, los siguientes factores de degeneración de la raza: fanatismo,
alcoholismo y uniones sexuales prematuras.
7. Tiene como fin el uso del idioma castellano como base de la incorporación del
indio y del vínculo de solidaridad entre indios y mestizos, piedra angular del ideal
nacionalista.
8. La escuela rural debe comprender todos los grados de la enseñanza, desde el
más modesto hasta el más elevado, no debe ser sinónimo de escuela
rudimentaria.
9. La escuela rural es mixta, con el fin de lograr, simultáneamente, la cultura de
hombres y mujeres, y hacer que desaparezcan las desigualdades que han
perdurado al través de los tiempos, convirtiendo a la mujer en una esclava del
hombre.
10. Los programas que formulamos para las escuelas rurales, tienden,
fundamentalmente, a levantar el nivel social, moral y económico de los conglo-
merados indígenas, así como de los grupos de desheredados que formaban la
peonada de las haciendas y que en la actualidad constituyen para el país serio
problema social y económico.6
La propia administración del general Calles, como era de esperarse, aumentó
considerablemente el presupuesto en este capítulo de la educación: se inició la
construcción de edificios apropiados, se les dotó de mobiliario, de campos de deportes
y juegos, de parcelas para cultivar plantas usuales de la región, de gallineros,
conejeras, palomares, colmenares, etc.. conforme a las condiciones geográficas del
lugar en que se hallaban establecidos dichos planteles educativos.
A fines del año 1926, existían en el país 2,000 escuelas rurales, con una
asistencia de 183,861 alumnos, 2,968 maestros y 85 inspectores. En 1934 ascendía el
número de ellas a 8,000.
5. Las misiones culturales. -La enseñanza rural primaria recibió también muy
pronto otro vigoroso impulso, mediante la fundación de las llamadas misiones culturales
una de las instituciones más originales de la pedagogía revolucionaria mexicana.
6
La ponencia aprobada fue redactada en su casi totalidad por el profesor José María Bonilla. subjefe a la
sazón. del Departamento de Escuelas Rurales.
Las misiones culturales se crearon con el fin de mejorar la preparación de los
maestros de campo. En un principio era un equipo de maestros y profesionales que se
trasladaban a determinados centros de población, donde existían va escuelas rurales,
con el propósito de instruir en la técnica de la educación y en la práctica de pequeñas
industrias y de la agricultura a los maestros en ejercicio de estos centros. El profesor
Roberto Medellín.. Oficial Mayor de la Secretaría de Educación Pública, en 1923, fue
quien concibió la idea de estas agencias pedagógicas para la capacitación de loé
maestros. El primer ensayo se llevó al cabo en octubre de 1923, en Zacualtipán, Hgo.
Allí se reunieron los maestros de la región para recibir un curso de mejoramiento;
enseñanzas que se hicieron extensivas a los habitantes del pueblo, adquiriendo así la
institución un nuevo aspecto que no se había tenido en cuenta al crearla.
El señor Oficial Mayor encabezó el grupo formado por los profesores: Rafael
Ramírez, Isaías Bárcenas, Rafael Rangel. Fernando Galbiati. Alfredo Tamayo y doctor
Ranulfo Bravo.
El éxito obtenido fue satisfactorio Se repitió el ensayo en la ciudad de
Cuernavaca, Mor., a principios de 1924. A fines del propio año, dado el apreciable
rendimiento de ellas, operaban seis misiones en las ciudades de Puebla. Colima,
Mazatlán, Hermosillo, Monterrey, Pachuca y San Luis Potosí. Al año siguiente estas
misiones recorrieron otros Estados de la República, aprovechando el período de
vacaciones de los maestros rurales. Las enseñanzas que impartían estos cuerpos
docentes de emergencia vinieron a elevar la cultura profesional de los maestros. Por
ello, en 1926 se organizaron como parte del sistema de educación federal. En la
Secretaría de Educación Pública se creó la Dirección de Misioneros Culturales. La
permanencia de las misiones en cada uno de los sitios que tocaban fue siempre cada
vez más duradera. Normalmente daban seis semanas de cursos intensivos, al término
de las cuales practicaban exámenes y extendían certificados de estudios.
He aquí cómo describe un maestro las faenas de la misión cultural: “Orientaba
los trabajos docentes del magisterio rural hacia un plano de armonía entre las funciones
netamente pedagógicas de los mentores y su actuación social. Mejoraba la cultura
profesional y académica de los maestros. Los organizaba en ligas o uniones, con
sentido sindicalista, como medio para crearles espíritu de grupo y guiarlos hacia el
colectivismo. La Misión era la agencia más eficaz de propaganda que se hacía por
entonces a la política educativa del gobierno de la Revolución.
“Provocaba el mejoramiento de las comunidades en los aspectos material,
económico, social y espiritual. Se organizaba a los campesinos para los efectos del
reparto ejidal. Se organizaba a los obreros y campesinos en sindicatos, como medio de
defensa ante las injusticias de los patrones. Se organizaban sociedades cooperativas
para la explotación industrial de las materias primas. Se daban a conocer a las masas
trabajadoras los postulados básicos de la Revolución, despertándoles la simpatía
necesaria para que el proletario luchara por la cristalización de sus conquistas.
“La Misión propagaba principios de higiene, prácticamente, para mejorar la
salubridad de los poblados, enseñaba medicina casera, vacunación, primeros auxilios;
instruía a las madres de familia acerca de los cuidados de los niños en las diferentes
etapas de su vida; organizaba los hogares como entidades sociales y les despertaba
aspiraciones superiores, enmarcando los deberes que corresponden a los esposos y a
los hijos en un nivel de cooperación y de sincero afecto; propagaba conocimientos de
economía doméstica- con el propósito de mejorar la alimentación, el vestido, la
habitación y los entretenimientos de las familias; despertaba en las mujeres ideales
elevados, para inducirlas a actuar en el campo social, tal como corresponde al aumento
evolutivo que está viviendo el país.
“Se enseñaban deportes, gimnasia, atletismo, bailes y danzas; pequeñas
industrias caseras y regionales, agricultura en general, horticultura, zootecnia y
construcciones rurales; música y canciones regionales de carácter nacional; decoración
mural y de artefactos.
“Se construían locales para escuelas, teatros al aire libre, jardines públicos,
salones de lectura, casas modelo para campesinos, monumentos y anexos de las
escuelas. Se instalaban bibliotecas públicas, botiquines, campos deportivos, parques
infantiles, museos, etc.
“Se organizaban brigadas de servicio social, clubes deportivos, conjuntos
musicales, conjuntos teatrales y varias sociedades infantiles.
“La Misión dejaba en cada lugar los siguientes equipos: uno de cocina, otro de
carpintería, otro de agricultura y jardinería, una biblioteca y un botiquín—.
En virtud de que las escuelas normales rurales, hacia 1937, habían graduado a
un buen número de maestros, se consideró que debía desaparecer la Dirección de
Misiones Culturales. Empero, al cabo de poco tiempo se sintió un vacío en la vida
educativa mexicana. En 1942 se restablecieron, y desde entonces vienen laborando
conforme a un nuevo plan: permanecen cuando menos tres años en una zona y ya no
constituyen los maestros rurales el centro de su actividad. Ahora su trabajo está
encaminado al mejoramiento integral de la vida rural de los pobladores de cada región.
Su tarea docente comprende los siguientes aspectos: salud, higiene, alimentación y
vestido, economía, recreación, obras materiales, técnica productiva, organización
social, etc.
Las misiones son ahora 119581 de dos tipos: para centros rurales y para centros
urbanos, El número de ellas pasa de 70. Algunas son motorizadas y fluviales.
6. Los Comités de Educación. -El admirable desarrollo de la enseñanza rural
elemental vino a demostrar la necesidad orgánica de ella en el país. Se confirmó el
hecho, debido a que dicha enseñanza recibió una ayuda eficaz y entusiasta por parte
de la iniciativa comunal de las regiones en que se fueron fundando escuelas rurales.
A tal punto congeniaron los propósitos de la Secretaria de Educación con las
fuerzas sociales de la comunidad, que el Departamento de Escuelas Rurales expidió, a
fines de 1926, una circular, creando los Comités de Educación, cuya medular tarea
sería la de coadyuvar material y moralmente a la obra de la enseñanza rural.
En cada poblado, congregación o ranchería, decía la mencionada circular, habrá
un Comité de Educación integrado por un miembro electo por los vecinos, quien será el
presidente; otro, nombrado por las autoridades; una señora designada por las madres
de familia, que tendrá el carácter de tesorera; un alumno adulto electo por sus
compañeros, que representará también a los niños de la diurna, y el maestro (o alguno
de los maestros que represente a los demás), quien desempeñará funciones de
secretario. El objeto primordial de estos Comités consistirá en fomentar y apoyar la obra
de la educación popular, a fin de que tenga los resultados más satisfactorios.
A los Comités de Educación les compete: procurar que cada escuela cumpla
debidamente su cometido y que los alumnos concurrentes obtengan el mayor provecho
posible, adquiriendo la cultura y aptitudes manuales necesarias; conseguir para los
establecimientos educativos: útiles, mobiliario, terreno, lugares para juego, etc.; mejorar
los edificios escolares para que reúnan las condiciones de higiene y comodidad
necesarias; y, si es posible, llevar adelante la construcción de otros más adecuados;
facilitar a los niños menesterosos, en la medida de las posibilidades del Comité, útiles
prendas de vestir, servicio médico, alimentos.. .
Hacer efectiva la asistencia de los niños y adultos a la escuela: relacionar los
planes educativos con las demás actividades comunales, a efecto de que aquellos
desempeñen un papel social verdadero; ayudar al inspector escolar de una manera
prudente y leal para adquirir un personal docente idóneo y para que las escuelas
progresen material y moralmente: vigilar el manejo de los fondos de las cooperativas
escolares; intervenir en los festivales que organicen las escuelas para arbitrarse fondos
destinados a su mejoramiento, y ayudar a que se cultiven los terrenos cedidos a las
escuelas y que los alumnos no puedan atender. Los productos de estos cultivos serán a
beneficio de las propias escuelas.
Los Comités obtendrán los fondos para los gastos que deban hacer, de do-
nativos, suscripciones periódicas, producto de funciones, cosechas de terrenos que
puedan sembrarse para el objeto, y cuantos medios debidos estén a su alcance,
evitando imponer cuotas obligatorias o cualquier forma tic colecta que pudiera ser
gravosa para los vecinos.
7. Escuelas Comunales de Circuito. -La iniciativa privada campesina respondió
en alentadora medida a la obra de la enseñanza rural, colaborando activamente en los
Comités de Educación. Apoyada en esta experiencia y convencida la Secretaría del
Ramo de que las escuelas rurales fundadas hasta el año de 1928, no eran suficientes,
habida cuenta del número de analfabetos en la República y la imposibilidad de
aumentar el presupuesto en la cifra imprescindible para afrontar el problema, el Ministro
del susodicho Ramo, secundado por el maestro don Rafael Ramírez, jefe del
Departamento de Escuelas Rurales. Primarias Foráneas e Incorporación Indígena que
fue por muchos años, “ideó. planeó y puso en práctica” un proyecto llamado de circuitos
rurales, tendiente a que los ejidatarios ayudaran al sostenimiento de planteles docentes.
El procedimiento ideado consistía en fundar escuelas con el auxilio pecuniario de comu-
nidades rurales, dirigidas y supervisadas por la Federación. Una escuela rural sostenida
por la Federación, servía como centro de circuito.-A inmediaciones de ésta se fundaban
otras escuelas circundantes, casi todas unitarias ¡de un solo maestro), que pagaba la
comunidad.-Un maestro experimentado fungía como director de circuito, que a su vez
recibía instrucciones del inspector escolar de la región y de las misiones culturales.
Al cabo de un año los circuitos rurales se multiplicaron grandemente:
funcionaban 703, compuestos de 2,438 escuelas, en toda la República. Andando el
tiempo, la creciente capacidad económica del Gobierno determinó la sustitución
paulatina de estas escuelas comunales por escuelas sostenidas en su integridad por la
Secretaría de Educación Pública. El Gobierno, decía el ministro Bassols en 1933; ha
quedado satisfecho con aquella experiencia que vino a demostrar el espíritu de
solidaridad de los grupos campesinos.
En 1932, sólo quedaban 64; en 1933, 30. En 1934. la Secretaría del Ramo se
hizo cargo de todas ellas, y no sólo: se había aumentado muy considerablemente el
número de planteles primarios rurales.
8. La Casa del Estudiante Indígena. -Dentro del sistema de enseñanza rural, las
razas indígenas han merecido la debida atención de parte de los Gobiernos
revolucionarios. Muy pronto se pensó en crear escuelas rurales destinadas a la
incorporación cultural del indio. las cuales habrían de tener una específica función: la
enseñanza y uso del idioma castellano como base de la tarea emprendida. y la creación
de fuertes vínculos de solidaridad entre indios y mestizos.
A fines de 1928, ya funcionaban 789 escuelas concurridas por indígenas de raza
pura; 836 maestros las atendían; pero sólo tuvieron una asistencia total de 95,464
alumnos (incluyendo 20,500 adultos). El censo de aquel entonces registró una
población de más de tres millones de indios.
Con la mira de ayudar a resolver tan delicada cuestión, se fundó en 1925 la Casa
del Estudiante Indígena. La idea originaria consistía en suministrar a jóvenes indios, no
incorporados, la preparación adecuada para que, en pocos años, se constituyeran en
líderes y consejeros de sus hermanos de raza. “Esta Institución, se dijo entonces,
pretende anular la distancia evolutiva que separa a los indios de la vida civilizada
moderna e incorporarlos íntegramente a la comunidad mexicana”.
La Casa del Estudiante Indígena tuvo un carácter vocacional. Los jóvenes indios
podían elegir entre diversas enseñanzas, de las cuales la más concurrida fue el curso
normal para preparar maestros regionales indígenas. De hecho, la Casa se convirtió en
1928 en escuela normal.
Alrededor de 200 alumnos tuvo la Institución. Todos ellos eran de raza pura.
representativos de los grupos étnicos más importantes que hay en el país. Se
procuraba por eficaces y prácticos medios que los indios no olvidaran sus idiomas
nativos, durante su estancia en la ciudad de México, donde se hallaba establecida en
un adecuado edificio.
Las esperanzas fundadas en la Casa del Estudiante Indígena fueron, empero,
ilusorias. En 1932 dejó de funcionar esta institución. El proyecto de su creación no
había tenido en cuenta fundamentales circunstancias pedagógicas. Cuando el primer
grupo de indios terminó su preparación, muchos de éstos trataron de no volver a los
lugares de donde eran oriundos. La vida citadina los atraía y ya no les importaba la
existencia de sus congéneres.
9. Los Internados Indígenas Regionales. -En nueve razones se fundó el acuerdo
que vino a clausurar la Casa del Estudiante Indígena:
“1° La casa desconectaba al joven indio de su grupo racial y de su medio. 2° Le
formaba hábitos de vida citadina que hacían nacer en el joven la repugnancia por volver
al lugar de su origen. 3° La Casa ofrecía al estudiante un ambiente muy distinto del
rural; por lo que no era adecuada la preparación que en sus aulas recibía. 4° Carecía
de terrenos para la enseñanza agrícola que el indígena debía recibir. Aun en el
supuesto de que los hubiera tenido a su disposición, el cultivo o cultivos no habrían
ofrecido suficiente variedad para responder a las necesidades de las diversas regiones
de donde los alumnos procedían. 5° Las industrias y los oficios de la Casa no eran
propiamente los de las comunidades rurales. 6° La Casa allanaba toda suerte de
dificultades al alumno: no le enseñaba a luchar para llegar al triunfo. 7° La Casa
incorporaba individuos y no podía actuar sobre masas o conjuntos étnicos y sociales. 8°
Por su limita. da capacidad para 200 alumno, resultaba el procedimiento de
incorporación muy lento. 9° Era, además. una institución muy onerosa”.
Se pensó entonces en buscar métodos más idóneos en la tarea de incorporar a
los tres millones de indígenas a la vida nacional. Había que proceder por grupos de
indios. Así surgió la idea de crear internados indígenas regionales, llamados más tarde
Centros de Educación para Indígenas. Esta nueva institución había sido experimentada
en pequeños internados de Indios en Yoquivox y Cieneguita (de la Sierra Tarahumara),
en Chamula (Edo. de Chiapas) y en Iguala (Edo. de Guerrero).
En enero de 1938, fecha en que dichos internados pasaron a depender del
Departamento Autónomo de Asuntos Indígenas, existían treinta de ellos, distribuidos en
diversas partes de la República. Comprendían los siguientes grupos étnicos: azteca (5
internados), tarahumara, (4), mixteca (3), zotzil (3), otomí (2). zapoteca (1). mije (1),
totonaca (1), tarasca (1), yaqui (1), huichol (1), cora (1). maya (1), tlapaneca (1).
chichimeca (1), huasteca (1), mazahua (1).
10. El Departamento de Asuntos Indígenas. -La organización de la educación
indígena era aún muy deficiente. Tal como estaba concebida no podía resolver el
problema indígena de México. que junto al aspecto educativo tiene otras facetas no
menos importantes (económicas. jurídicas, higiénicas...). Al finalizar el año de 1938
existían en el país 3,076,234 habitantes que hablaban idiomas indígenas, de los cuales
se calculó en 1,538,117 el número de los monolingües y en otro tanto el de los
bilingües.
Ante la magnitud de la cuestión india de México, y tratando de resolverla de
manera satisfactoria, se fundó en enero de 1946 el Departamento de Asuntos
Indígenas, destinado a estudiar de inmediato los fundamentales problemas de la
incorporación de las razas autóctonas, a fin de proponer al Ejecutivo las medidas y
disposiciones que deberían tomarse por las diversas Dependencias de la
Administración para aquel objeto.
Al finalizar 1947 el estudio encargado al Departamento de Asuntos Indígenas
quedó concluido. En él se propuso un comprensivo plan de defensa, educación, higiene
y elevación económica de las razas indígenas, que hubo de llevar a efecto el propio
Departamento.
Para lo primero, se crearon las Oficinas de Procuradores, a las cuales se
asignaron estas funciones específicas: a) Defender a los pueblos, a las comunidades, a
los ejidatarios y a los ciudadanos indígenas y mestizos, de las persecuciones y de los
abusos que cualquier clase de autoridad pudiera cometer con ellos; b) Defender a los
comisariados ejidales y a las sociedades cooperativas agrícolas; c) Asesorarlos en
todas las quejas que pudieran motivar deficiencias en el desempeño de las labores
encomendadas a las autoridades.
El Departamento de Asuntos Indígenas desarrolló su acción educativa por medio
de las Escuelas Vocacionales de Agricultura. En 1940 existían 40 de estos planteles,
con una asistencia de cerca de 3,000 alumnos. Eran escuelas mixtas y su plan de
enseñanza tomaba en cuenta la geografía y organización económica del lugar en que
se encontraban establecidas. Alrededor de 300 jóvenes indios frecuentaban escuelas
de segunda enseñanza y enseñanza superior, como alumnos becados por el
Departamento de la capital de la República. En este año se habían editado ya 10
alfabetos, 5 diccionarios y 2 libros en lenguas nativas (45,000 ejemplares).
En favor de los indígenas, se emprendieron estudios de carácter económico en
diversas regiones del país. Muchos de éstos dieron pie para construir vías de
comunicación, introducir energía eléctrica, llevar a efecto obras de irrigación y, en
general, fomentar la producción agrícola y pecuaria. Las cooperativas indígenas (de
producción. consumo, mixtas) tuvieron ostensible éxito.
Para llevar al cabo obras sanitarias y de higiene, se fundaron 35 secciones
médicas y enfermerías en diversas regiones del país frecuentadas por razas indígenas.
Por medio de la celebración de congresos indígenas ¡uno en 1936, otro en 1937,
dos en 1938, dos en 1939 y dos en 1940) se hacía el examen de las condiciones en
que viven los núcleos autóctonos, de las necesidades que los afligen y de las medidas
que eran aconsejables para remediarlas.
11. La enseñanza agrícola. La Escuela Regional Campesina. -La transformación
que trajo consigo la Revolución, con respecto al sistema de propiedad de la tierra
(transformación que tomó forma jurídica en la Ley de 6 de enero), promovió
activamente la necesidad de organizar en plano nacional la enseñanza agrícola.
Antecedentes revolucionarios en este sentido los constituyen la fundación de una
escuela agrícola en la región de Córdoba (1916) : la de una escuela de agricultura en el
Estado de Yucatán (1917), y el proyecto de Rómulo Escobar, en 1920, encaminado a
establecer escuelas granjas para jóvenes que hubieran de consagrarse al cultivo de la
tierra. Todavía en 1923 se fundó la Escuela de Agricultura “Antonio Narro”, en la capital
del Estado de Coahuila, gracias a la intervención de la beneficiencia privada.
Pero es hasta el año de 1925 cuando se realiza un esfuerzo de gran
envergadura en el importante y delicado capítulo de la enseñanza agrícola en México. A
iniciativa del general Plutarco Elías Calles, entonces Presidente de la República, se
crearon las primeras escuelas agrícolas de tipo medio con el nombre de Escuelas
Centrales Agrícolas. A tan importantes planteles que, para el efectodependerían de la
Secretaría de Agricultura y Fomento, se les impuso la tarea de realizar y propagar la
práctica de la agricultura y de las industrias conexas. así como la de instruir a los
alumnos en los nuevos planes de organización rural y crédito agrícola.
De 1926 a 1929 acudió a estas escuelas un gran número de jóvenes
campesinos. En ella se realizaron las enseñanzas que señalaban sus planes y
programas de trabajo. En el período comprendido de 1930 a 1932, por desgracia. sus
propósitos fueron desvirtuados. Se dio cabida en ellas a gran número de personas
provenientes de la ciudad (lo que en sí no era malo), pero sí el hecho de desplazar a la
juventud campesina de tales planteles.7 De esta suerte se precipitó el fracaso de dichas
instituciones; lo que orilló a que, por Decreto presidencial de fecha 1° de octubre de
1932, los susodichos planteles pasaran a depender de la Secretaría de Educación
Pública.
Entonces surgió una nueva Institución llamada Escuela Regional Campesina, en
la que se fusionaron la Escuela Central Agrícola, la Escuela Normal Rural y las
Misiones Culturales.
Las Escuelas Regionales Campesinas fueron instituciones de enseñanza
múltiple, para jóvenes de ambos sexos, de preferencia campesinos. La duración de los
estudios fue de cuatro años; el primero de ellos tenía por objeto completar los estudios,
primarios (ya que la mayor parte de los alumnos procedían del 4° año de la escuela
elemental rural). Los dos siguientes años estuvieron destinados a la enseñanza agrícola
e industrial, y el último, a la enseñanza normal.
La Misión Cultural adscrita a cada Escuela Regional Campesina completaba el
cuadro de ésta, proyectando a la comunidad sus esfuerzos e ideales. Por último, se
planteó dicha Escuela con dos institutos anexos: uno de Investigación y otro de Acción
Social, que coordinaron un plan general de acción y de cooperación para la educación
campesina y el fomento rural: el primero destinado a estudiar el medio geográfico,
económico y social en que actuaba la Escuela, para llevar a ésta las orientaciones que
habían de normar sus actividades educativas, y el segundo, consagrado a difundir la
acción de la Escuela en el medio en donde se encontraba establecida, con el propósito
de promover en la población adulta y en las condiciones generales de su vida, el
mejoramiento que se ejercía sobre los alumnos.
Este plan de enseñanza múltiple no fue fecundo; conculcaba el principio de la
división del trabajo social y docente. Por ello, en 1941 fue ordenada la su presión de
estas Escuelas Regionales Campesinas, restableciendo en su lugar y por separado las
Escuelas Normales Rurales, las Misiones Culturales y las Escuelas Prácticas de
Agricultura.
Se dio el dicho nombre a la Escuela Regional Campesina, por cuanto se
pretendía que así la enseñanza agrícola. ganadera o industrial, como la enseñanza
normal rural, tuvieran siempre en cuenta las condiciones regionales don de había de
funcionar la Escuela, muy distintas y variables en las diferentes zonas del país. Si la
enseñanza agrícola elemental ha de ser práctica y de utilidad inmediata para los
campesinos, si el maestro rural ha de impartir inteligentemente la educación que se le
confiere, ha de ser a condición, se decía, de que los alumno de la escuela reciban las
enseñanzas útiles y de aplicación en el medio que han de vivir. o donde han de ejercer
su profesión.
7
Escuelas Prácticas de Agriultura. Secretaria de Educación Pública. México. 1946.
Actualmente, en las Escuelas Prácticas de Agricultura ¡las Antiguas Centrales
Agrícolas). e insertas en la Secretaría de Educación Pública, se reciben niños que han
concluido el cuarto año de la escuela primaria, como se hacía anteriormente; pero en
vez (le incorporarlos de inmediato a las actividades específicas, empiezan por hacer un
curso complementario de dos años, que tiene por fin impartirles los conocimientos y
experiencias que corresponden a la escuela primaria, así como formarles las
habilidades y destrezas necesarias para iniciar satisfactoriamente su carrera de
prácticos de agricultura. Este. curso es transitorio y su función terminará cuando las
escuelas primarias rurales cuenten con los elementos necesarios para impartir los tres
ciclos a la niñez campesina. El curso complementario es seguido por el de enseñanza
agrícola con duración de dos años. cuya finalidad es la de preparar trabajadores
calificados en agricultura, ganadería e industrias derivadas.
Es encomiástico el éxito de estos planteles. La Secretaría de Educación Pública,
en 1945. autorizó 2,130 becas y hubo una asistencia media de 1,972 alumnos. Estas
cifras han aumentado, aunque no por manera suficiente. En 1956, sólo funcionaban 12
escuelas con 2,200 alumnos aproximadamente.
La educación agrícola superior se imparte en tres instituciones importantes: la
Escuela Nacional de Agricultura, dependiente de la Secretaría de Agricultura y
Fomento; la Escuela “Antonio Narro”, de Saltillo, y la Escuela Práctica de Agricultura de
Ciudad Juárez.
Estas dos últimas han sido creadas por la iniciativa privada.
12. Las escuelas normales rurales. -Aparejada a la creciente integración de las
escuelas rurales, se pensó muy pronto en organizar tina institución especializada para
la Formación de maestros rurales. En octubre de 1922, se aprobaron, para este efecto,
unas bases que pueden considerarse como el primer intento serio que determinó la
estructura y fines de este tipo de planteles. Conforme a dichas bases, las Escuelas
Normales Regionales, como se les llamó entonces, tendrían las siguientes finalidades:
preparar maestros para las escuelas de las comunidades rurales y de los centros
indígenas; mejorar a los maestros en servicio, e incorporar al progreso general del país
los núcleos de población rural de las zonas donde habrían de establecerse las normas
rurales.
Para cumplir tan difíciles objetivos, la escuelas habrían de instalarse en lugares
próximos en donde se hallase establecida ya alguna escuela rural primaria: serían
internados con edificio. baño, dormitorios, cocinas y anexos para las oficinas e
industrias. Además, tendrían tierras de cultivo de buena calidad, para trabajos de
hortaliza, jardinería, huertos de frutales y cultivos en general.
El plan de enseñanza, en la época de su fundación, era de dos años, distribuidos
en cursos semestrales. Junto a las materias de carácter pedagógico y de cultura
general, los alumnos dedicaban tres horas diarias, por lo menos, al aprendizaje de las
prácticas agrícolas y de las industrias rurales.
Conforme a estas bases, funcionaron las primeras escuelas normales rurales en
el país: Molango, Hgo.; Acámbaro. Gto.; Tacámbaro, Mich.; Izúcar de Matamoros, Pue..
y algunas otras.
Organizadas así funcionaron las escuelas normales rurales hasta 1933, en que,
como se ha dicho, se creó la llamada Escuela Regional Campesina, que tomó a su
cargo los estudios normales rurales.
La carrera de maestro rural en la Escuela Regional Campesina, tenía una
duración de cuatro años: pero empobrecida y conculcada en sus principios, como
quiera que solamente en un año, el último, se estudiaban específicamente la ciencia y
la técnica de la enseñanza.
Suprimida la Escuela Regional Campesina en 1940, tuvieron autonomía
nuevamente las escuelas normales rurales. Se mejoró su plan de enseñanzas.
arreglado en cuatro períodos lectivos anuales A partir de 1942 se estableció un plan de
estudios de seis años. Dicho plan es equivalente al que se halla en vigor en las
Escuelas Normales de la ciudad de México; pero se distingue de éste en que la
enseñanza normal rural obliga la enseñanza agrícola y el aprendizaje de industrias
rurales.
En 1950, existían 19 escuelas normales rurales, con una población de 3,700
alumnos de ambos sexos y con un presupuesto de cerca de 4 millones de pesos.
Nombres y lugares de estos planteles eran
Ayotzinapa, Gro.
Cañada Honda, Ags.
Colonia Matías Ramos, Zac.
Comitancillo, Oax.
El Mexe, Hgo.
Galeana, N. L.
Hecelchakán, Camp.
Huamantla, Tlax.
Jalisquillo, Nay.
La Encarnación, Mich.
Palmira, Mor.
R. Flores Magón, Mich.
Salaices, Chich.
San Diego Tekax, Yuc.
Tamatán, Tamps.
Tamazulapan, Oax.
Tenería, Méx.
Tuxcueca, Jal.
Xochiapulso, Pue.
En 1955, ascendían a 21 estos planteles con cerca de 6,000 alumnos, y en 1958,
a 22.
El sostenimiento económico de estos planteles está a cargo íntegramente de la
Secretaría de Educación Pública. Además del servicio de internado se suministra a
todos los alumnos raciones para alimentación diaria y una cantidad de dinero
semanaria llamada pre, a cada uno de ellos. Actualmente la Secretaría de Educación
Pública confronta el problema de dotar a las escuelas normales rurales de los recursos
imprescindibles para su vida doméstica y para la enseñanza. Al promediar el año de
1947, hizo la Secretaría de Educación Pública un notorio esfuerzo para atender estas
necesidades: derramó entre ellas un millón de pesos, fuera de las partidas asignadas
en el presupuesto de egresos y subió la cuota para alimentación de cada alumno.
Por lo que hace a planes pedagógicos, se reorganizan estas escuelas conforme
a los principios de la escuela productiva, es decir, aquella forma de encauzar la
enseñanza con vistas y en !unción de un rendimiento económico por parte de los
alumnos. Asimismo se socializan todas las actividades docentes, creando sobre nuevas
y fecundas bases la cooperativa escolar y otras instituciones socio-pedagógicas.
PROBLEMAS Y CORRELACIONES
1. Paralelo entre la educación rural en la época de la Colonia y la del período
revolucionario.
2. Importancia de la enseñanza rural en México.
3. Los problemas fundamentales de la educación rural.
LA ENSEÑANZA TÉCNICA
1. Concepto de técnica y de enseñanza técnica; 2. Antecedentes de la enseñanza
técnica en México; 3. La revolución proletaria y los orígenes de la enseñanza técnica
superior; 4. La escuela politécnica. La Preparatoria Técnica; 5. El Instituto Politécnico
Nacional.
1. Concepto de técnica y de enseñanza técnica. -La técnica (del griego teknikós,
arte, manera de hacer) es un conjunto de recursos, fundados en la ciencia, que inventa
el hombre con la mira de satisfacer sus necesidades.
La técnica ha sido un factor determinante en la historia moderna, sobre todo
desde el siglo XIX. Ha transformado por modo radical las condiciones económicas de la
vida humana, ora en el proceso de la producción y del cambio, ora en el de la
distribución y consumo de los satisfactores. Al propio tiempo, ha incrementado de
manera inusitada el ritmo de la vida cultural, introduciendo modificaciones
sorprendentes en las formas de las relaciones humanas. En fin, ha ensanchado el
horizonte de la vida colectiva, haciéndolo internacional y cosmopolita.
La ciencia y la técnica aluden a dos hechos en inseparable relación. Aquélla
busca leyes, ello es, relaciones de hechos y objetos, que ésta, la técnica, aprovecha
para obtener de tales leyes aplicaciones congruentes y útiles; pero las necesidades
mediatas e inmediatas que se propone resolver la técnica, impulsan a su vez a la
conquista de nuevas relaciones desconocidas, de inéditos principios científicos. Con
todo, es posible una doble orientación en el trabajo científico: la de la ciencia teorética y
la de la aplicación técnica.
Partiendo de esta fundamental concepción, el vocablo “técnica” viene a significar
todo procedimiento metódico ajustado a reglas precisas y al servicio de la producción
de satisfactores económicos, entendiendo bajo este último término todo cuanto colma
las necesidades humanas. Por ello, puede concebirse la enseñanza técnica como una
rama del aprendizaje encaminada a cultivar las destrezas productivas del educando.
Dicha producción. además. debe estar orientada hacia la enseñanza de las
cosas útiles y de los modos de producción más eficaces. La enseñanza técnica ha de
corresponder a formas económicas de la vida industrial que te sirvan, digámoslo así,
como de molde. Estas formas están en continuo proceso de cambio, hecho que ha de
tener en cuenta la enseñanza técnica, para que se ajuste, previsoramente, tanto a las
necesidades futuras como a las actuales.
La enseñanza técnica, por otra parte, supone grados y especialidades que se
diversifican cada vez con mayor celeridad. En nuestro' tiempo, la máquina condiciona
en gran medida la enseñanza técnica. Pero el ideal de esta enseñanza no debe residir
en sólo adiestrar en el cómo hacer las cosas; también debe aleccionar acerca del por
qué hacerlas así.
Dentro de este amplio concepto, de la enseñanza técnica, claro está, queda
incluida la enseñanza agrícola. Pero en el desarrollo histórico que se presenta a
continuación, no aparece esta última, que ha sido tratada ya en el capítulo precedente.
2. Antecedentes de la enseñanza técnica en México. -La enseñanza técnica en la
época colonial tuvo un carácter ocasional, sobre el haberse impartido de manera muy
limitada. Es cierto que en muchos claustros y seminarios se enseñaban algunos oficios
manuales y que Vasco de Quiroga hizo que los pueblos ribereños del lago de Pátzcuaro
aprendieran ocupaciones artesanas de acuerdo con las condiciones geográficas de la
región; pero, en general, la educación estuvo orientada hacia la enseñanza de las
humanidades, así como fue insuficiente la instrucción elemental, sostenida y organizada
por las órdenes religiosas.
En la época de México Independiente, el propósito de impartir una enseñanza
técnica elemental tiene lugar hasta el año de 1843: el entonces presidente Antonio
López de Santa Anna. fundó una escuela de artes y oficios y otra de agricultura. Por
desgracia, la primera de ésta: hubo de desaparecer a los dos años de haberse
establecido.
Bajo el gobierno de Ignacio Comonfort se renovó el propósito. volviéndose a
fundar la clausurada Escuela de Artes y Oficios. Se construyó un edificio. para alojar allí
talleres de carpintería, alfarería, tornería y forja de metales. La escuela no tuvo el éxito
esperado. Los alumnos. todos pensionados, pronto desertaban a otros centros
educativos.
Hacia 1867, fecha importante por más de un concepto, el Gobierno del
presidente Juárez organizó la enseñanza, fijando su atención no sólo en los estudios de
carácter científico y literario: también creó planteles de artes y oficios, cuyos planes
incluían ya enseñanzas técnico-prácticas relacionadas con la ciencias físico-
matemáticas, así como la enseñanza en talleres. El nuevo ensayo no corrió la suerte
del anterior, al grado que en 1871 fue inaugurada la primera Escuela Nacional de Artes
y Oficios para Señoritas.
El ministro de Justicia e Instrucción Pública Protasio Tagle continuó esta inicial y
modesta campaña en favor de la enseñanza técnica. En 1877, estableció dos nuevos
talleres en la Escuela de Artes y Oficios para hombres: el de imprenta y el de
fotolitografía.
Importante, por mucho, fue en 1890, el establecimiento en el Distrito Federal de
una Escuela Práctica para Maquinistas. Dicha institución, para la que se redactó un
plan (le estudios bien concebido, estuvo a cargo de la Secretaría de Fomento. De esta
suerte, la política educativa venía a colmar así las necesidades económicas de esta
etapa del porfirismo.
Dentro de los propios lineamientos de esta política general del Gobierno, el
Congreso de la Unión fundó, en 1901, la Escuela Miguel Lerdo de Tejada, para
mujeres. Dicho plantel contaba con un Departamento de Enseñanza Primaria
Comercial, un Departamento de Prácticas Comerciales y un Departamento de Cursos
libros nocturnos.
En favor de la enseñanza técnica se organizó en 1902, como se ha dicho. el ciclo
de la enseñanza primaria superior, que debería hacerse en cuatro años después de la
enseñanza primaria elemental. La susodicha enseñanza primaria superior había de
impartir al educando una enseñanza técnica rudimentaria, en torno de la industria. el
comercio, la agricultura, la minería y las artes mecánicas. El plan no tuvo fortuna.
Tampoco logró todos los propósitos deseados, la reorganización (le la Escuela Nacional
de Artes y Oficios en 1907. Todo ello dependía de que la enseñanza técnica en esta
época estaba desconectada de la industria, debido a que los alumnos, una vez que
terminaban sus estudios, difícilmente podían obtener empleos en talleres, fábricas u
oficinas.
En suma, antes de 1910, la enseñanza técnica se limitó al aprendizaje de
algunos artesanados u oficios de algunas materias de práctica administrativa y
comercial (taquigrafía, contabilidad, etc.), así como de labores hogareñas.
Además, el aprendizaje de tales artesanados y prácticas de oficina, no estuvieron
fructíferamente vinculados a la vida industrial y comercial de la República.
3. La revolución proletaria y los orígenes de la enseñanza técnica superior.
-Hacia 1915, las clases laborantes comenzaron en México a tener conciencia de su
poder. Como se ha indicado ya, esto dio origen, con el tiempo, a que el proletariado
participara como grupo en la Revolución Mexicana. Tan importantes hechos tuvieron
repercusiones muy notorias en la política educativa de la época. Bajo el Gobierno (le
Venustiano Carranza. y siendo secretario de Instrucción el ingeniero don Félix F.
Palavicini, se siente y comprende la necesidad de formar obreros especializados y
técnicos un grado profesional. “Se reorganiza la Escuela Nacional de Artes y Oficios
para hombres, sostenida desde 1867 por el Gobierno de la República, creando la
Escuela Práctica de Ingenieros Mecánicos y Electricistas, destinada a formar ingenieros
mecánicos e ingenieros electricistas, así como técnicos en menor grado de preparación,
mediante la impartición de aquellos conocimientos de utilidad y aplicación inmediatos,
acordes con la capacitación técnica requerida para estas profesiones. cultivando la
inteligencia a la vez que las habilidades manuales. La importancia de la reorganización
que con este motivo sufrieron los aprendizajes un tanto profesionales creados en 1907,
se significa por la separación de ese primer grado de la preparación profesional técnica
y por la creación, por primera vez en la República, de una escuela profesional de
características peculiares y precisas, que propiamente inaugura la enseñanza técnica
superior en nuestro país”.8
Nuevo e importante jalón histórico en este dominio de la enseñanza se produce
en 1922, al establecerse la Escuela Técnica de Constructores. Un año más tarde-
“empezó a funcionar el Instituto Técnico Industrial, destinado a enseñanzas técnicas
ligadas con las industrias, en distintos grados de preparación. Además, con el objeto de
responder a las necesidades educativas regionales, se establecen escuelas en
diferentes poblaciones del país, destinadas particularmente a enseñanzas de tipo
industrial, pretendiendo ligar la enseñanza técnica con las peculiaridades regionales; y
así aparecen las escuelas industriales: para señoritas, en Guadalajara. y para varones,
en Orizaba. Esta modalidad representa, dentro de la historia de la enseñanza técnica
del país. una reforma de importancia capital, supuesto que la atención de los gobiernos
anteriores exclusivamente se dirigió hacia la satisfacción de las necesidades educativas
8
La Educación Pública en México. 1934-1940. Tomo 11. pág. 419.
capitalinas, descuidando absolutamente la enseñanza técnica en otras ciudades.9
El restablecimiento de la Secretaría de Educación Pública (1921) coadyuvó en
esta tarea. En 1923 se había llegado ya a unificar este ramo de la educación. La
Dirección de Enseñanza Técnica. Industrial y Comercial, que se encargaba de
orientarla, comprendía las siguientes instituciones: Facultad de Ciencias Químicas.
Escuelas de Ingenieros Mecánicos y Electricistas, de Arte y Oficios para Señoritas
“Miguel Lerdo de Tejada”, “Corregidora de Querétaro”, de Enseñanza Doméstica
“Doctor Mora” y la Superior de Comercio y Administración, “Hogar para señoritas,
Gabriela Mistral”, Técnica de Taquimecanógrafos y la de Maestros Constructores; la de
Ferrocarriles y la de Artes y Oficios para hombres, que se estaban construyendo en la
Colonia de Santo Tomás. Además, se acordó fundar las que siguen: Escuela Técnica
para Maestros Constructores, de Industrias Textiles y de Artes Gráficas.
Importante también fue la fundación en marzo de 1925 de la Escuela Técnica
Industrial y Comercial de Tacubaya (E.T.I.C), en el Parque Lira (Tacubaya), que desde
entonces tuvo una influencia modélica en este orden de realizaciones pedagógicas. En
la E.T.I.C. se impartieron enseñanzas prácticas de juguetería, maniquíes, horticultura,
avicultura y sericultura. Hacia el término del período del Gobierno del general Plutarco
Elías Calles (1927-1928), el Departamento de Enseñanza Técnica Industrial y
Comercial fue organizado. Quedaron clasificadas las escuelas que de él dependían en
tres grandes grupos: escuelas destinadas a las enseñanzas de pequeñas industrias,
incluyendo las de tipo hogareño: escuelas al servicio de la formación de obreros
calificados, y escuelas de enseñanza técnica superior,. que incluían a las de comercio y
administración.
La enseñanza impartida por estas escuelas no descuidó ya la cultura general de
los alumnos y las prácticas de tipo económico encaminadas a informar a éstos, acerca
de los procesos de la venta y mercado de los productores que elaboraban en las
escuelas o la forma de contratatar sus servicios como expertos.
Para la comercialización de los artículos manufacturados por las escuelas se
organizaron exposiciones permanentes de estos productos. un almacén de ventas que
se convirtió en una escuela práctica que vino a enseñar no sólo a los alumnos, sino
también a los maestros, a calcular los costos de los productos, las utilidades, los
gastos. en una palabra, a conocer el mercado; era, por decirlo así, el complemento de
la enseñanza industrial y comercial, y puede decirse que abrió los ojos a la gran
mayoría de maestros y maestras acerca de la importancia que tiene producir efectos
con demanda y no dedicarse años enteros a la elaboración de artículos que nadie
necesita o que sólo algunos cuantos puedan darse el lujo de pagar.
Desgraciadamente no se contó con recursos para sostener de modo permanente
este almacén, que sólo vivió dos años.10
4. La escuela politécnica. La Preparatoria Técnica. -Con el retorno del doctor
José Manuel Puig Casaurane, como Ministro, a la Secretaría de Educación Pública, en
1930 (había ocupado tal cargo casi todo el período en el Gabinete presidencial del
9
Ibid.. pág. 420.
10
El Esfuerzo Educativo en México (1924-1925). Tomo l, pág. 4±0 y s.
General Calles), recibió nuevo y eficaz impulso la enseñanza técnica en la República,
que supo entender y llevar adelante el licenciado Narciso Bassols durante los dos
períodos que tuvo, asimismo, el cargo de Ministro de Educación.
En efecto, en 1932 se pensó seriamente en reorganizar la enseñanza técnica.
dándole la estructura de una institución politécnica. Ello significaba un nuevo modo de
entender esta clase de enseñanzas, como quiera que, por una parte, se ordenaban los
estudios a base de ciclos que, aunque diferenciados, obedecían a una idea de conjunto,
y por otra, se venía a intensificar y multiplicar los planteles superiores de enseñanza
técnica.
La piedra angular de la nueva organización fue llamada Escuela Preparatoria
Técnica. En ella los estudios de humanidades prácticamente desaparecieron: constaba
de cuatro años y recibía alumnos con el certificado de estudios de la escuela primaria.
De los cuatro años mencionados de escolaridad, sólo se destinó un curso al
estudio de la Historia, otro al de Geografía, y, simultáneamente, conferencias sobre
Economía y Legislación del Trabajo. Las Matemáticas, en cambio, ocuparon un lugar de
preferencia.
Constituyen, dentro de la Preparatoria Técnica, las Matemáticas, la Mecánica, la
Física, la Química, el Dibujo y los trabajos de laboratorio o talleres, las ocupaciones
capitales del estudiante
La Preparatoria Técnica se propuso los siguientes objetivos prácticos:
a) Una preparación rápida, profunda, sólida, para los estudios técnicos.
b) Un adiestramiento de la mentalidad en el campo de las disciplinas científicas
exactas.
c) Familiarización del educando con el laboratorio y el taller.
d) Educación dentro de los sistemas experimentales prácticos y de investigación.
e) Uso económico del tiempo.
f) Carácter vocacional de la enseñanza, pues los diversos grados de
especialización para estudios posteriores, se presentan al alumno después de
haberle dado oportunidad de comprobar su capacidad y afición.
g) Posibilidad, mediante concretos reajustes, de que un alumno equivocado rehaga
a tiempo su camino.
h) Aplicabilidad lucrativa inmediata de los conocimientos adquiridos. pues la
naturaleza de los estudios de la Preparatoria Técnica es tal, que en ella. un
estudiante destripado es un obrero, no un inútil.
i) Relación estrecha entre la Preparatoria Técnica v las escuelas para maestros
técnicos que hace posible para los alumnos de dichas escuelas, mediante
pequeños reajustes de estudios, pasar de una institución a otra.11
11
Memoria Relativa al Estado que guarda el Ramo de Educación Pública, tomo I, 31 de agosto de 1934.
De la Preparatoria Técnica debían pasar los alumnos seleccionados a las
escuelas de altos estudios técnicos. De éstas quedaron establecidas. desde 1932. las
dos siguientes: la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica. va de honrosa
tradición, y la Escuela Superior de Construcción.
La Escuela de Maestros Constructores forma al ejecutante capaz. especializado,
no empírico, sino técnico. La Escuela de Altos Estudios Técnicos forma a su vez, tres
tipos superiores, que son: el constructor, capacitado a fondo para construir; el
proyectista técnico y el ingeniero constructor, capacitado para construir y para proyectar
de tal manera que todos los recursos técnicos disponibles puedan ser aprovechados
por él en beneficio de la satisfacción de las necesidades humanas.12
En fin, dentro de la Politécnica, y bajo su acción ordenadora y orientadora.
quedan las escuelas de maestros técnicos, las escuelas de artes y oficios para varones,
las escuelas nocturnas de adiestramiento para trabajadores. formando un conjunto
coordinado, trabado sólidamente, ajustado a las necesidades reales y susceptibles de
un amplio desarrollo, según vaya siendo posible y necesaria la implantación de nuevas
enseñanzas.
La Politécnica, se decía, representa para nuestro país un grupo de instituciones
docentes de utilidad inmediata y clara. Para los estudiantes, la posibilidad de hacer
carreras útiles, sólidas v lucrativas, en lapsos de tiempo no mayores de ocho años,
después de la primaria.
Para los trabajadores, un conjunto de posibilidades de mejoramiento.
Dentro de nuestro medio escolar, la Politécnica, así concebida y así iniciada-
representa un punto de claridad y una unidad de medida para todas las facultades
profesionales.
Creada con los elementos dispersos de esfuerzos anteriores, inconexos e in-
completos, la Institución politécnica queda delineada en sus más generales aspectos y
aparece como un programa de acción trascendente que, debidamente conducido y
realizado, habría de formar con el tiempo un grupo docente de importancia capital.13
La creación de la Politécnica constituyó un acierto. Durante los años de 1933 y
1934, las instituciones de ella dependientes no sólo se afirmaron como planteles
educativos de significación nacional, sino que se fueron creando otros nuevos. a tenor
de las nuevas necesidades económicas de la industria y de la agricultura.
Con la fundación de la Politécnica también fueron aumentadas las escuelas
“Hijos del Ejército”, hoy Internados de Primera Enseñanza. Dichas escudas, que
comenzaron a establecerse desde 1926, imparten una educación elemental asociada a
prácticas industriales. Acogen en su seno a los hijos de los miembros en servicio activo
del ejército nacional, a fin de que éstos puedan eficazmente desempeñar sus labores
en uno u otro lugar de la República sin tener las preocupaciones que trae consigo la
transportación de sus hijos.
pág. 176.
12
Memoria citada- pág. 178.
13
Memoria citada. pág. 179.
5. El Instituto Politécnico Nacional. -Todavía la enseñanza técnica en México ha
recorrido otra etapa importante. En 1937 quedó oficialmente establecido el Instituto
Politécnico Nacional (I.P.N.).
En esta Institución se anudan. por decirlo así, todos los ensayos que hasta
entonces habían tenido buen éxito en materia de educación técnica. El nuevo
organismo docente y de investigación, que tiene por tarea conducir los estudios
encaminados a la formación de técnicos, comprende, dividido en ciclos, la enseñanza
completa de carreras profesionales y subprofesionales. Bajo este último término se
entienden aquellas carreras cortas de especialización cuyas funciones están al servicio
de las carreras completas de profesionales.
La creación del Instituto Politécnico Nacional ha hecho posible discriminar
certeramente la mezcla variada de enseñanzas técnicas, cuyo control, como se ha
hecho ver, estuvo primero en el Departamento de Enseñanzas Técnicas v después en
la Politécnica Nacional.
Esta depuración y clasificación de la enseñanza técnica se ha venido operando
poco a poco. Hacia 1940. ya no aparece dentro del Instituto Politécnico Nacional la
sección de enseñanzas especiales (corte y confección, taquigrafía y mecanografía,
etc.), ni las escuelas elementales “Hijos del Ejército”.
La estructura del Instituto Politécnico ofrece tres ciclos de estudios en sucesión
progresiva:
a) Enseñanza prevocacional, que tiene por objeto determinar las aptitudes de los
alumnos para guiarlos hacia el oficio o profesión que más convenga a sus propios
intereses y a los de la comunidad.
Colocado el alumno frente a una serie de estudios y prácticas de taller que lo
obligan a producirse, se conoce el comportamiento ante ellos, se determinan las
actividades ante las cuales responde con mayor entusiasmo y eficacia, y es posible
deducir por esta vía la carrera u oficio a que más le convenga dedicarse.
Hasta el año de 1940. el ciclo prevocacional constó de dos años. actualmente
consta de tres, y los planteles que imparten estas enseñanzas se llaman escuelas
tecnológicas.
b) Enseñanza vocacional, que sirve de enlace entre las escuelas
prevocacionales y las profesionales. Por tanto, profundiza la información obtenida en
los cursos prevocacionales, con la tendencia a precisar ya la inclinación del alumno, y
de prepararlo para los estudios profesionales de la carrera elegida.
De la enseñanza vocacional se derivan estudios para carreras cortas, sub-
profesionales, para el caso de que los estudiantes no puedan terminar las carreras
profesionales. propiamente dichas. Se dividen éstas en tres grandes rubros: de
Ciencias Físico-Matemáticas y Biológicas. Ciencias Económicas y Ciencias
Administrativas e Industriales.
Los jóvenes que se inclinan hacia la carrera de Ingenieros Mecánicos,
Electricistas. Arquitectos u otra similar, están obligados a realizar la parte teórico-
práctica en los laboratorios de química y de física, en los talleres mecánicos, de
fundición, de electricidad, de vidriería artística, de plomería de obras sanitarias y
albañilería.
c) Enseñanzas profesionales, encaminadas a la preparación de especialistas en
las distintas ramas de la técnica, mediante un estudio de la explotación racional y
metódica de nuestra riqueza potencial.
Las escuelas profesionales son las siguientes: Escuela Superior de Ciencias
Económicas, Políticas y Sociales; Escuela Superior de Industrias Textiles.. Escuela
Nacional de Medicina Homeopática; Escuela Nacional de Ciencias Biológicas; Escuela
Superior de Ingeniería y Arquitectura; Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y
Eléctrica.
En cada escuela puede hacerse un buen número de carreras profesionales, a
diferencia de lo que ocurre en la organización de las Facultades Universitarias. A guisa
de ejemplo. pueden consignarse las variadas carreras que integran las Escuelas de
Ingeniería y Arquitectura: Constructor técnico, Ingeniero Topógrafo e Hidrógrafo,
Ingeniero Arquitecto, Ingeniero Civil Sanitario, Ingeniero Civil de Caminos, Ingeniero
Civil Hidráulico, Ingeniero Civil de Construcciones Petroleras, Químico Petrolero,
Químico Metalurgista, Ingeniero Petrolero, Técnico de Lubricantes, Técnico de Gases.
Técnico Petrolero. Ingeniero Minero, Técnico en Flotación. Técnico en Cianuración.
Técnico Minero, Maestro de Perforación y Explosivos, Técnico Geólogo (Minero).
Técnico Geólogo (Petrolero) y Técnico en Combustibles Ligeros.
Las carreras profesionales impartidas en el Instituto Politécnico Nacional, se
diferencian de las del tipo clásico liberal. Al crearlas se pensó en las nuevas
necesidades sociales v en la nueva orientación Política del Estado Mexicano. Se tuvo la
idea, en suma, de formar profesionistas de Estado. Ejemplares en este sentido son las
carreras de bacteriólogo y de médico rural.14
Otra proyección nacional, de suyo importante. tiene el I.P.N. A fin de atender al
desarrollo de la industrialización del país. le incumbe la tarea de fundar centros
tecnológicos regionales que impartan educación técnica en sus diversos grados. Hasta
ahora (1958) existen dichos centros en Tamaulipas, Coahuila, Chihuahua, Durango,
Jalisco, Veracruz, Guanajuato, Michoacán y Edo. de México.
PROBLEMAS Y CORRELACIONES
1. Esencia y problema de la enseñanza técnica.
2. Cuadro comparativo entre el Instituto Politécnico Nacional e instituciones
similares en Europa y Norteamérica.
14
Comp. Ignacio Millán. Enseñanza de la Medicina Rural en México. México, 1941.
LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA
1. Ezequiel A. Chávez y el incremento pedagógico en la Escuela de Altos
Estudios; 2. La supresión de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas
Artes. El Departamento Universitario; 3. Vastas atribuciones del Departa
mento Universitario; 4. Antonio Caso rector; 5. La autonomía universitaria
restringida; 6. La época de la plena autonomía; 7.El problema de la Escuela
Nacional Preparatoria; 8. La Universidad Popular; 9. La Universidad Obrera
de México; 10. Las Universidades en los Estados de la República.
1. Ezequiel A. Chávez y el incremento pedagógico en la Escuela de Altos
Estudios. -La vida universitaria, durante los primeros años de la Revolución (1911-
1914), fue azarosa, como la de todas las instituciones docentes de la República en este
período. Con todo, los gobiernos revolucionarios se preocuparon por la enseñanza
universitaria, no obstante la inestabilidad de ellos y de la penuria económica que se fue
dejando sentir en el país a medida que se prolongaba la lucha armada.
Incluso, de acuerdo con el certero pensamiento del maestro Sierra, se
comprendió en sus resonancias sociales el tema universitario. Siendo indispensable, se
decía, una cultura que, a la vez que ampliamente difundida, sea lo suficientemente
profunda y sólida para que todos los ciudadanos estén en aptitud de desarrollar una
labor benéfica en pro de la colectividad, no basta con multiplicar indefinidamente las
escuelas primarias, es preciso formar hombres que sean capaces de enfrentarse no
sólo con los problemas personales que les presente la vida individual, sino también con
aquellos que puedan suscitarse en la existencia colectiva del pueblo.
Sin embargo, durante esta época, sólo la Escuela de Altos Estudios recibió algún
impulso benéfico. Fue aumentando, a tenor de las necesidades, su plan de estudios
con la mira inmediata de formar profesores para las escuelas preparatorias,
secundarias y normales de la República. Como la formación de estos maestros.
supone. por una parte. el conocimiento de las ciencias o artes que deben impartir, y, por
otea, la habilidad necesaria en la práctica docente, la Escuela de Altos Estudios hubo
de aumentar las materias pedagógicas relativas a este grado de la enseñanza.
Dicha mejora en la Escuela de Altos Estudios fue debida principalmente a don
Ezequiel A. Chávez. entonces rector de la Universidad Nacional de México.
2. La supresión de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes. El
Departamento Universitario. -El período que se extiende de 1911 a 1914 es un período
revolucionario por excelencia. Después de él aparece en la historia de México, la
vigorosa figura de don Venustiano Carranza, a cuyo gobierno suele dársele el epíteto
de constitucionalista, merced a su reiterado empeño de gobernar dentro de los límites
de normas constitucionales.
En esta época, experimenta la Universidad notorias mudanzas en su
organización interna, al propio tiempo que se transforma primero (1915) y desaparece
después (1917) la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes.
El Ordenamiento relativo a la reorganización de la Secretaría de Instrucción
Pública y Bellas Artes, establece que algunas de las instituciones que habían de,
pendido hasta ahora de esta Secretaría, por la índole nueva de la reciente organización
que se le ha dado, están más bien dentro de la esfera de acción de otras Secretarías; y
que, por el contrario, el Archivo General de la Nación, que había venido formando parte
de la Secretaría de Relaciones sin razón alguna y con perjuicio grave de no conceder a
esa institución fundamental para la historia de nuestro país toda la importancia y
cuidado que requiere, debe quedar incluida dentro de la propia Secretaría de
Instrucción.
Teniendo, además, en cuenta que la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas
Artes habría de desaparecer en un futuro próximo, y con objeto (le dar unidad de criterio
y de acción a los diferentes ramos dependientes de ella. preparándolos a la nueva
existencia administrativa que tendrán en breve, se dispuso que pasaran a ser
dependencias de la Secretaría de Fomento, Colonización e Industria, el Museo de
Historia -Natural e Instituto Médico Nacional. Por otra parte, el Instituto Bacteriológico
Nacional dependería de la Secretaría de Gobernación, adscrito al Consejo Superior de
Salubridad.
La Secretaría de Instrucción Pública sólo tuvo a su cargo:
1. La Universidad Nacional.
2. La Dirección General de Educación Primaria. Normal y Preparatoria.
3. La Dirección General de Bellas Artes, y
4. La Dirección General de Enseñanza Técnica.
Como se ve, desde luego la Escuela Preparatoria dejaba de pertenecer a la
Universidad Nacional, rompiéndose así la tradición establecida en México de constituir
dicha escuela el primer plantel educativo en la escala de los estudios universitarios.
Para completar esta inicial reforma, se restableció un año después el Internado
Nacional (que había sido creado por vez primera en 1909). En dicho Internado se
recibirían alumnos para hacer estudios correspondientes al primero y segundo años del
ciclo preparatorio, así como jóvenes dedicados a la enseñanza comercial.
Más importante fue, empero, la fundación de otra escuela de tipo universitario
dedicada especialmente a la enseñanza de la química. En 1916, el Director de
Enseñanza Técnica, profesor don Juan León, encargó al profesor don Roberto Medellín
la formulación de un proyecto para crear tan importante plantel. A pesar de la penuria
económica por la que atravesaba el Gobierno, la Escuela Nacional de Química
Industrial se inauguró en septiembre del propio año, siendo secretario de Instrucción
Pública y Bellas Artes el ingeniero Félix F. Palavicini y rector de la Universidad Nacional
el abogado den José Natividad Macías.
Un año más tarde, como se había venido anunciando, se suprimió la Secretaría
de Instrucción Pública y Bellas Artes, creándose un Departamento autónomo encargado
de los asuntos Universitarios y de las instituciones encomendadas hasta entonces a la
Dirección General de Bellas Artes.15
15
Ley que suprime la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes. 13 de abril de 1917.
La Ley que suprimió la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes señalaba
que, para el despacho de los negocios de orden administrativo y federal, habría seis
Ministerios (Gobernación. Hacienda y Crédito Pública. Guerra y Marina.
Comunicaciones. Fomento, Industria y Comercio) y tres Departamentos Autónomos (el
universitario y de Bellas Artes, el Judicial y el de Salubridad Pública).
Al Departamento Universitario y de Bellas Artes, que habría de llamarse
“Universidad Nacional”, corresponderían: todas las escuelas que dependían entonces
de la Universidad Nacional y todos los demás establecimientos docentes o de
investigación científica que se crearan en lo sucesivo; las escuelas de Bellas Artes,
Música y Declamación, de Artes Gráficas, de Archiveros y Bibliotecarios: las bibliotecas,
museos y antigüedades nacionales: el fomento de las artes y las ciencias; la
exposiciones de obras de arte: los congresos científicos y artísticos la extensión
universitaria, y los asuntos concernientes a la propiedad literaria.
En fin, en el mismo Ordenamiento se indicaba que las escuelas de instrucción
primaria dependerían de los Ayuntamientos del lugar de la ubicación de ellas, al paso
que el Gobierno del Distrito Federal se encargaría de la Dirección General de
Enseñanza Técnica, así como de la Escuela Preparatoria. del Internado Nacional y de
las Escuelas Normales.
3. Vastas atribuciones del Departamento Universitario. -Bajo la gestión pro
visional de Adolfo de la Huerta, la Universidad Nacional fue reorganizada, ampliándose
sus funciones: se hizo depender de ella todas las escuelas de que se encargaba el
Gobierno del Distrito. A semejanza de la Universidad Napoleónica,16 se trató de hacer
de la Universidad Nacional una institución que orientara y vigilara toda la vida educativa
de la República.
Estimando, indicaba el Decreto respectivo (septiembre 1920), que para que la
educación nacional sea verdaderamente eficiente es indispensable que la enseñanza
de todos los ramos tenga una orientación bien definida y única, y que esta orientación
quien mejor puede darla es el Departamento Universitario, se ordena que la Dirección
de Educación Pública, la Escuela Nacional Preparatoria, el Internado Nacional, las
Escuelas Normales y las de Enseñanza Técnica que actualmente dependen del
Gobierno del Distrito, queden adscritas al Departamento Universitario.
Inclusive las escuelas de instrucción primaria existentes en los establecimientos
penales y correccionales, que económica y administrativamente se encontraban a cargo
del Gobierno del Distrito, dependerían, tocante a su dirección técnica, del Departamento
Universitario.
De esta suerte, se vino a conculcar la tarea peculiar de la Universidad, y
consecuentemente, los funcionarios de ella no pudieron atender en debida forma tan
vastas y heterogéneas funciones. Así se comprende que en septiembre de 1921,
siendo rector de la Universidad José Vasconcelos, se redujeron nuevamente las
atribuciones de la Universidad, al restablecerse la Secretaría de Educación Pública. La
Universidad, en efecto, volvió a tener, fundamentalmente, la estructura que le había
16
Comp. mi libro Historia General de la Pedagogía, pág.. 397.
sido dada en 1910, salvo las nuevas instituciones creadas, como la Facultad de
Ciencias Químicas.
En 1925, la Universidad estaba constituida por las siguientes Instituciones:
Escuela Nacional Preparatoria (cursos diurnos y nocturnos). Facultad de
Jurisprudencia. Facultad de Medicina. Facultad de Química y Farmacia y Escuela
Práctica de Industrias Química antigua Facultad (le Ciencias Químicas). Facultad de
Odontología, Facultad de Ingeniería, Facultad de Artes y Letras.
Facultad de Graduados y Escuela Normal Superior (instituciones que formaban
antes la extinta Facultad de Altos Estudios). Escuela Nacional de Bellas Artes,
Conservatorio Nacional de Música. Escuela de Verano y Escuela Superior de
Administración Pública.
4. Antonio Caso rector. -De 1910 a 1929, ocuparon la rectoría: Joaquín Eguía
Lis, Ezequiel A. Chávez. Valentín Gama, José Natividad Nacías, Balbino Dávalos, José
Vasconcelos. Antonio Caso, Ezequiel A. Chávez ¡por segunda vez). Alfonso Pruneda y
Antonio Castro Leal. Entre ellos destaca. como rector, la personalidad de Antonio Caso.
filósofo de prestigio continental, renovador de los estudios de filosofía y de
humanidades en México, en su lucha ideológica contra el positivismo, y uno de los
espíritus de mayor sensibilidad histórica que ha sentado cátedra en los institutos de
cultura superior de América.
El legado más valioso del Maestro Caso para la Universidad ha sido una honda y
certera doctrina de los principios de la libertad de docencia y de investigación y un
ejemplo vivo de la realización de ellos. “Cultura sin libertad no se concibe. Sólo en un
ambiente de libertad puede madurar la obra de la civilización. Si se suprime la
espontaneidad del centro espiritual del hombre, se marchitan concomitantemente sus
relaciones culturales, se agosta la lozanía de la invención creadora, se mutila la propia
naturaleza del esfuerzo productor. Pero. si por ser la libertad don precioso. condición
ineludible del perfeccionamiento humano, se pretende poner el medio sobre el fin
subordinado la cultura a la democracia y la libertad, engendrase el monstruoso efecto
de hacer que carezca de sentido la trinidad: deseo, medio y fin. Lo que se desea es la
libertad y la democracia para el bien y para la verdad; para la justicia, la belleza y la
santidad; pero no tiene sentido (porque no es lo que se desea) la constricción de los
supremos valores dentro de una democracia erigida en fin último. La democracia por la
democracia carece de sentido. La libertad por la libertad carece, también, de sentido.
En cambio, el deseo y el medio concuerdan con el fin final: la cultura integrada con el
esplendor de los supremos valores”.
Estando a cargo de la Universidad Nacional, conforme a nuestra tradición
académica. tanto la educación preparatoria como la enseñanza profesional. pudo
Antonio Caso llevar al cabo una obra de conjunto por demás meritoria. Su principal
preocupación fue la de elevar la enseñanza en el ciclo preparatorio. Para ello, implantó
el sistema de nombrar los profesores por oposición; logró impulsar la labor docente en
los gabinetes y laboratorios, e hizo oportunas gestiones para imprimir libros de texto,
que respondieran ampliamente a los programas de estudios.
Por lo que toca a la enseñanza terciaria, creó en la Facultad de Altos Estudios y
Jurisprudencia los estudios para obtener los grados de Doctor en Derecho y Doctor en
Filosofía (por desgracia, el Doctorado en Derecho no pudo organizarse). Incrementó
asimismo las carreras técnicas por manera muy considerable, en particular las de la
Facultad de Ingeniería y las de Ciencias Químicas.
Las actividades peculiares de la extensión universitaria, fueron atendidas. bajo su
gestión. satisfactoriamente. La Escuela de Verano tuvo más de medio centenar de
alumnos extranjeros v se multiplicaron las clases para trabajadores a horas compatibles
con sus labores.
En la época del rectorado del maestro Antonio Caso, estuvo en vigor el “Código
Universitario”, que contenía todas las disposiciones legales y planes vigentes de las
diversas Facultades y Escuelas de la Universidad, y se resolvió lo pertinente respecto a
los títulos y grados expedidos en los Estados de la República y en el extranjero.
5. La autonomía universitaria restringida. -Durante el período 1924-1928, se
inició, por grupos interesados, una crítica dirigida a la Universidad. En ella se insistía en
que la Universidad se alejaba cada vez más, del pueblo, convirtiéndose en una
institución aristocrática y conservadora. A tal grado se dio importancia al hecho, que en
acto inaugural de cursos en 1925, el secretario de Educación. José Manuel Puig
Casauranc, delineó el programa que debía seguir la Universidad para realizar los
postulados de la Revolución, insistiendo particularmente en el acercamiento que debe
existir entre las clases laborantes y los elementos universitarios, y puntualizando que
éstos deben, a todo trance, empeñarse en prestar sus servicios sociales a la comunidad
y especialmente al proletariado
La campaña en contra de la Universidad, empero, no pudo ser contenida. Llegó
un momento en que, so pretexto de un problema doméstico iniciado en la Facultad de
Derecho, se produjo un violento conflicto de graves consecuencias. Entonces consideró
el presidente Emilio Portes Gil que, para liquidar, o, por lo menos, reducir las constantes
agitaciones políticas en torno de la Universidad. con sus consecuentes perjuicios en el
ejercicio de la alta docencia e investigación, el remedio no podría ser otro que la
autonomía universitaria. Justificóse tal decisión diciendo en la exposición de motivos de
la Ley creadora de la autonomía, que: “es un principio de los gobiernos revolucionarios
la creación de instituciones democráticas funcionales que, debidamente solidarizadas
con los principios y los ideales nacionales y asumiendo responsabilidad ante el pueblo,
queden investidas de atribuciones suficientes para el descargo de la función social que
les corresponde: qué el postulado democrático demanda en grado siempre creciente la
delegación de funciones, la división de atribuciones y responsabilidades, la
socialización de las instituciones y la participación efectiva de los miembros integrantes
de la colectividad en la dirección de la misma; que ha sido un ideal de los mismos
gobiernos revolucionarios y de las clases universitarias mexicanas la autonomía de la
Universidad Nacional; que es necesario capacitar a la Universidad Nacional de \léxico,
dentro del ideal democrático revolucionario, para cumplir los fines de impartir una
educación superior, de contribuir al progreso de México en la conservación y desarrollo
de la cultura mexicana participando en el estudio de los problemas que afectan a
nuestro país, así como el de acercarse al pueblo por el cumplimiento eficaz de sus fun-
ciones generales y mediante la obra de extensión educativa; que el gobierno de la
Universidad debe encomendarse a organismos de la Universidad misma,
representativos de los diferentes elementos que la constituyen; que la autonomía
universitaria debe significar una más amplia facilidad de trabajo, al mismo tiempo que
una disciplina y equilibrada libertad; que es necesario dar a alumnos y profesores una
más directa y real ingerencia en el manejo de la Universidad; que es indispensable que.
aunque autónoma, la Universidad siga siendo una Universidad Nacional y, por ende,
una institución (le Estado, en el sentido de que ha de responder a los ideales del Estado
y contribuir dentro de su propia naturaleza al perfeccionamiento y logro de los mismos;
que, para cumplir los propósitos de elaboración científica, la Universidad Nacional debe
ser dotada de aquellas oficinas o institutos que dentro del Gobierno puedan tener
funciones de investigación científica, y que, por otra parte, el Gobierno debe poder
contar siempre, de una manera fácil y eficaz, con la colaboración de la Universidad para
los servicios de investigación y de otra índole que pudiera necesitar; en fin, que. aunque
lo deseable es que la Universidad Nacional llegue a contar en lo futuro con fondos
enteramente suyos que la halan del todo independiente desde el punto de vista
económico, por lo pronto, y todavía por un período cuya duración no puede fijarse,
tendrá que recibir un subsidio del Gobierno Federal, suficiente, cuando menos, para
seguir desarrollando las actividades que ahora la animan”.17
La misma Ley indicaba que el gobierno de la Universidad estaría a cargo del
Consejo Universitario, del Rector y de los Directores de las Facultades, y que el Rector
sería electo por el propio Consejo, de la terna que en cada caso habría de proponer a
éste el Presidente de la República.
Como se ve, la autonomía universitaria tenía restricciones. Por ello se le calificó
de autonomía limitada. Fue nombrado rector, después de haber sido rechazada, sin el
éxito deseado. por el H. Consejo Universitario, la primera terna que envió el presidente
Portes Gil. el abogado don Ignacio García Téllez.
Hacia esta época, la Universidad contaba con las siguientes instituciones:
Facultad de Filosofía y Letras; Facultad de Derecho y Ciencias Sociales; Facultad de
Medicina; Facultad de Ingeniería; Facultad de Odontología: Facultad de Ciencias e
Industrias Químicas; Facultad de Comercio y Administración; Facultad de Arquitectura:
Facultad de ¡Música: Facultad de Medicina Veterinaria; Escuela Normal Superior;
Escuela Preparatoria; Escuela de Educación Física: Escuela Central de Artes Plásticas:
Escuela de Verano; Biblioteca Nacional, Instituto de Investigaciones Sociales: Instituto
de Biología; Instituto de Geología; Observatorio Astronómico.
Concedida la autonomía, por algunos años pudieron amainar las repetidas
agitaciones; pero iniciada la campaña pública en pro de que se implantara en ¡léxico la
educación socialista, se vio envuelta otra vez la Universidad en un enojoso problema.
Organizado y convocado el Primer Congreso de Universitaríos, por el abogado
Lombardo Toledano, factotum en aquel entonces en la Universidad, trató éste de
imponer en la Casa de Estudios. como posición ideológica, la orientación socialista.
Como tales pretensiones significaban una violación a los principios de la libre docencia
el maestro Antonio Caso, partidario él mismo en más de un concepto de la doctrina
socialista, se opuso de manera resuelta a semejante imposición. La lucha en torno de
los principios universitarios fue breve. Pocos días después se derrumbaba la
administración desafecta al postulado de la libre cátedra. A la sazón, era ministro de
17
Ley Constitutiva de la Universidad Nacional. México, 1929.
Educación Publica el abogado Narciso Bassols. y rector de la Universidad, el ingeniero
químico Roberto Medellín. Se pensó entonces en otorgarle a esta Casa de Estudios la
plena autonomía, bien que dotándola de un fondo pecuniario a todas luces insuficiente.
Se sugirió y se llevó a la práctica el proyecto de que la Universidad viviera con los
réditos que produjeran diez millones de pesos. Tal vez con callada y malévola intención
se pensaba que, con situación económica tan aflictiva, la Universidad abdicaría de su
autonomía.
6. La época de la plena autonomía. -Pero la vida de la Universidad en los
subsiguientes años vino a demostrar lo contrario. Pobre y con las naturales flaquezas
de toda institución. continuó laborando con renovada vitalidad.
Declarada la plena autonomía en 1933. ocupó el rectorado el abogado don
Manuel Gómez Morín. La suya había sido, años atrás, como Director de la Facultad de
Derecho. una brillante labor. Ahora habría de enfrentarse, como jefe de la Institución, no
sólo a los problemas académicos, siempre arduos y complejos; sino también a una
tolvanera de pasiones políticas.
Gómez Morín supo defender con energía y acierto la Institución que le había
encomendado la juventud universitaria. En un histórico folleto intitulado “La Universidad
de México. -La razón de ser y su autonomía”, dio respuesta oportuna y lapidaria a todos
los enemigos de la Universidad, “La existencia de la Universidad, decía, no es un lujo,
sino una necesidad primordial para la República.
“El trabajo de los universitarios no es sólo un derecho, sino una responsabilidad
social bien grave.
“Ni la Universidad puede vivir ni los universitarios pueden trabajar con cl fruto
que la comunidad tiene derecho de exigirles, si las condiciones de apoyo y de
comprensión no se cumplen.
“El trabajo universitario no puede ser concebido como coro mecánico del
pensamiento político dominante en cada momento. No tendría siquiera valor político, si
así fuera planteado.
“Ha de ser objetivo. autónomo. como todo trabajo científico; ha de ser racional,
libre. como todo pensamiento filosófico.
“Y en cuanto debe incluir la preparación ética de los jóvenes, ha de ser levantado
y responsable, no apegado servilmente a los hechos del momento ni a la voluntad
política triunfante.
“La Universidad ennoblecida por la libertad y responsable, por ella, de su misión;
no atada y sumisa a una tesis o a un partido, sino manteniendo siempre abiertos los
caminos del descubrimiento y viva la actitud de auténtico trabajo y de crítica veraz: no
sujeta al elogio del presente, sino empeñada en formar el porvenir, dará a la República,
cualquiera que sea el estado de la organización social y política, la seguridad
permanente de mejoramiento y renovación”.
Durante el tiempo (1933-1934) que permaneció en el rectorado. Gómez Morín
concibió y puso en práctica uno de los mejores estatutos que han normado el ejercicio
de la docencia y la investigación en la Universidad. No obstante la manifiesta pobreza
por la que atravesó la Institución, se atendieron los servicios de los planteles educativos
y de los institutos de investigación.
Para corregir la dispersión de funciones que había existido en la Universidad,
haciendo de ella más que una comunidad unificada la simple suma de Escuelas.
Facultades e Institutos de Investigación, que generalmente no tenían otro nexo que el
de estar sujetos a una misma centralización administrativa. creó el rector Gómez florín
un cuerpo de Directores de Instituto encargados de coordinar las labores docentes y las
de investigación. Dichos Directores, nombrados por especialidades (de Filosofía, de
Ciencias Sociales, de Ciencias Exactas, de Lingüística, etc.), como eminentes
universitarios y consagrados expertos en las diferentes ramas del saber y de la técnica,
orientaron las investigaciones al propio tiempo que vigilaron y encauzaron las
enseñanzas en todos los planteles universitarios donde habrían de impartirse cátedras
de su dominio. De esta suerte, la organización de los profesores y de las asignaturas,
más que responder a la idea de Facultades y Escuelas. respondió a la idea de formar
grupos de profesores e investigadores, reunidos según razones de especialidad
académica.
Los rectores subsecuentes (Fernando Ocaranza, Luis Chico Goerne, Gustavo
Baz...) trataron y lograron, cada cual a su manera, hacer ver a los funcionarios del
Gobierno que la Universidad es por excelencia, una institución de insubstituible
importancia. Durante los años que van de 1935 a 1942, el estudiantado empero, logró
obtener ciertas reformas en el Estatuto universitario, gracias a las cuales se vino a dar
cada vez mayor intervención a los alumnos en el gobierno de la Universidad; lo que
trajo consigo palpable desorden y desasosiego y. consecuentemente, perjuicio v daño
en la marcha normal de los planteles universitarios.
Frente a esta situación, el rector Brito Foucher (1942-1944) emprendió una serie
de reformas: 19, para contener este desbordamiento democrático estudiantil (iniciado
en 1929), y 29, para dignificar el magisterio y elevar el nivel académico de la institución.
Mantuvo el principio democrático del gobierno, pero en función de las aptitudes
académicas de maestros y alumnos; creó el profesorado de carrera; planeó, a tenor de
un juicioso proyecto en el que intervino el maestro Antonio Caso, la fundación de una
moderna escuela de bachilleres; logró expropiar los terrenos para erigir la Ciudad
Universitaria, y se lanzó a la empresa de editar clásicos grecolatinos.
Los rectores que sucedieron a Gómez Morín habían descuidado completamente
la coordinación de las tareas académicas de la Universidad. En la época del rectorado
de Brito Foucher. se buscó nuevamente la forma de dar unidad, por lo menos a los
Institutos de Investigación. Para ello se crearon los Departamentos de Investigación
Científica y de Humanidades, que se encargarían de orientar y coordinar los trabajos de
los diferentes Institutos de Investigación. Fueron nombrados jefes de dichos
Departamentos el doctor en ciencias Manuel Sandoval Vallarta y el doctor en filosofía
Francisco Larroyo. Asimismo se fundó en este período, a propuesta del coordinador de
los Institutos de Humanidades, el Instituto de Historia, colmando una laguna en las
faenas de la Universidad.
En parecida línea de conducta, el Dr. Alfonso Caso, en su breve permanencia al
frente de la Casa de Estudios (1944-1945), formuló una nueva Ley orgánica,
encaminada a preservar de la política las funciones académicas.
Dicha Ley crea al lado del Consejo Universitario una Junta de Gobierno, entre
cuyas atribuciones está la de designar rector. La Junta de Gobierno consta de quince
miembros y para formar parte de ella se exigen relevantes cualidades académicas. Los
problemas financieros de la Universidad quedan a cargo de otro cuerpo colegiado: el
Patronato Universitario.
Alfonso Caso fundó también un nuevo Instituto Universitario: el Instituto de
Orientación y Selección Profesional de la Universidad. comprendiendo de esta manera
la ingente necesidad de poner la psicotécnica más reciente al servicio de los problemas
de la orientación y selección de los alumnos. Por desgracia. el siguiente rector,
licenciado Genaro Fernández Mac-Gregor, dio al traste con tan moderno y provechoso
Instituto (En general, la gestión administrativa del licenciado Fernández Mac-Gregor fue
infecunda). Muy pronto, diez meses después de haberse hecho careo de la rectoría, se
hizo notoria la conveniencia de que nuevos hombres rigieran los destinos de la Casa de
Estudios.)
7. El problema de la Escuela Nacional Preparatoria. -Desde 1935, la Universidad
de México confronta el grave. complejo y ya desesperante problema de la Escuela
Nacional Preparatoria. La decadencia de este plantel de segunda enseñanza, iniciada
desde hace más de una veintena de años, no ha podido ser detenida. No sólo ha
permanecido la institución al margen de toda mejora en sus planes de estudios,
métodos de enseñanza y procedimientos para estimar el aprovechamiento de los
alumnos; también ha carecido, con no pocas y honrosas excepciones. del profesorado
que exige y requiere tan importante establecimiento.
Es la Escuela Nacional Preparatoria, a decir verdad, el corazón mismo de la vida
académica universitaria. En ella el adolescente recibe la impronta de su futuro destino
como hombre de letras o de ciencias. Allí adquiere el joven, para bien o para mal, el
hábito del trabajo o el de la negligencia; el espíritu de pundonor o de la indiferencia
moral; la forma creadora de vida intelectual o la del estéril uso del talento.
Los mejores hombres de profesión académica con que ha contado México en los
últimos cincuenta años, han salido de las aulas de la Escuela Nacional Preparatoria.
Pero ya se observa un hecho aflictivo y desconsolador. A pesar de haber progresado
por manera tan significativa los métodos didácticos, la formación de los alumnos
egresados de la Escuela Nacional Preparatoria, desmerece cada vez más, y con
mucho, de la que recibían los estudiantes de generaciones pasadas. Alguien ha
hablado de la plusvalía de la vieja Preparatoria, queriendo decir con ello que los
hombres que en ella se educaron, o la influencia de ellos, aún constituye, en su mayor
parte, lo mejor de nuestra vida académica.
Hasta 1952, los rectores de la Universidad Nacional Autónoma dieron el aparente
efecto de ocuparse de tan delicado problema. Pero, o no tuvieron la resuelta intención
de afrontarlo, o no comprendieron los términos complejos en que es preciso plantear
tan crítica y delicada cuestión.
Es urgente de toda urgencia dar a la Escuela Nacional Preparatoria la estructura
de una moderna escuela de bachilleres, reformando, conforme a los nuevos postulados
de la didáctica, planes. programas, métodos y medios para estimar el aprovechamiento,
así corno formular un eficaz reglamento para la selección de sus maestros. Precisa:
descongestionar el único edificio en que se encuentran alojados millares de alumnos,
para distribuirlos en tres o cuatro locales situados en diferentes rumbos de la ciudad
(problema de espacio); simplificar el plan de estudios y correlacionar los programas de
las asignaturas, para lograr que las diferentes enseñanzas se apoyen mutuamente;
introducir los métodos activos en el aprendizaje; psicologizar y encauzar la técnica del
estudio de los alumnos: y establecer un adecuado sistema de pruebas y exámenes de
efectos pedagógicos. Sólo así será posible velle et nolle elevar la enseñanza en la
Escuela Nacional Preparatoria, haciéndose eco de un clamor cuasi nacional.
8. La Universidad Popular. -Nunca ha sido justiciero el aserto de que las nuevas
generaciones de universitarios de México hayan sido fuerzas encontradas con el
movimiento de la Revolución. El restablecimiento tic la Universidad en 1910, fue, como
puede exhibirse por manera congruente y obligada, la oculta pero eficaz rebeldía en
contra de un régimen carcomido y en trance de periclitar. Hay más: los grandes
agitadores sociales en México han salido, en buena proporción, de las aulas de la
Universidad.
El revolucionarismo de las nuevas generaciones de universitarios se manifestó
vigoroso y constructor, apenas iniciada la Revolución. Desde 1912, la generación de
jóvenes universitarios que fundaron el Ateneo de la Juventud, laboró también en la
tarea de llevar la cultura al pueblo. Estableció la Universidad Popular. con el objeto de
ilustrar a los gremios obreros. Su primer rector fue Alberto J. Pan¡, y sus colaboradores
más relevantes: Antonio Caso, Alfonso Reyes, Martín Luis Guzmán, Vicente Lombardo
Toledano. Pedro Enríquez Ureña. Jesús Acevedo, Alfonso Caso, Salvador Ordóñez,
Everardo Landa, José Terrés, Manuel Gómez Morín, Guillermo Zárraga. Pedro
González Blanco. Guillermo Novoa. José Vasconcelos, Fernando González Roa...
El Ateneo, como se proclamó entonces, no creía en las torres de marfil. “Le
interesaban el dolor que grita por la calle y la alegría que canta por la calle. Todos
debían ir a todos. La democracia de que tanto se habla, no viene, efectivamente, de la
elava de Hércules, sino de la cabeza de Atenea. La democracia se realiza en grado
siempre creciente enseñando y aprendiendo, porque la libertad política, como todas las
libertades, proviene de la humana inteligencia”.
Los maestros de la Universidad Popular acudían a agrupaciones obreras,
centros de empleados y sitios donde se congregaban personas deseosas de saber.
Allí dictaban conferencias, organizaban visitas a museos y planeaban
excursiones a los, lugares históricos. La Universidad disponía de un orfeón.
Los conferenciantes de la Universidad Popular se ocuparon de temas sociales y
económicos, contribuyendo así a difundir muchas e importantes ideas de mejoramiento
social. La mayor parte de los auditorios estaba formada por trabajadores.
La Universidad Popular fue una institución privada. Nunca tuvo subvenciones del
Gobierno. Dejó de existir en 1922. cuando los donativos particulares fueron
insuficientes para mantenerla, siendo rector de ella el doctor Alfonso Pruneda. Su obra
sirvió para despertar en las clases obreras aspiraciones de cultura y de reivindicación
social.18
9. La Universidad Obrera de México. -Algunos profesionales, en su mayor parte
también egresados de la Universidad Nacional de México, fundaron en 1936 la
Universidad Obrera de México. Dicha creación, debida ante todo al abogado don
Vicente Lombardo Toledano, vino a revelar la necesidad de que existiera una institución
docente y de investigación, de tan alta categoría, al servicio de la ideología socialista.
La Universidad Obrera de México tuvo parecida estructura a la de la Universidad
Nacional: la formaron centros docentes (Escuela “Carlos Marx”, de Derecho Obrero, de
Cooperativismo, de Ciencias Económicas, etc.), y de investigación (problemas sociales,
problemas indígenas, de riesgos profesionales, de enfermedades tropicales, de cultura
estética y periodismo, y otras).
Los fines de ella propugnan la ilustración del proletariado. “No basta ser
explotado para constituirse en un factor revolucionario; es menester tener conciencia de
que se es explotado, y esta conciencia sólo surge como producto de un análisis del
momento histórico en que vive, el cual requiere, a su vez, un juicio sobre todo el
proceso de la historia, que a su turno exige el conocimiento de la evolución general de
la naturaleza. Sin teoría revolucionaria, como dijo Lenin, no hay acción revolucionaria;
pero es preciso hacer ver que no puede existir una teoría revolucionaria de la lucha
social, si no se tiene una noción científica del universo. Por ello, la Universidad Obrera
de México viene a llenar un papel de gran significación para el futuro del proletariado:
los trabajadores aprenderán en sus aulas, de un modo sistemático, la génesis del
mundo, el origen de la vida, la aparición del hombre, el principio de la sociedad humana
y su desenvolvimiento, el carácter material de todos los fenómenos de la naturaleza y la
ley dialéctica que los rige. En posesión de estos conocimientos fundamentales de la
cultura verdadera, los explotados podrán ya caminar con firmeza en su lucha diaria
contra la clase capitalista y tener una visión clara del porvenir, sabiendo actuar
eficazmente ante todos los obstáculos para, acelerar el advenimiento de una sociedad
más justa que la de hoy, sin ademanes demagógicos ni actitudes románticas, sin
talismanes políticos y sin jactancia de teorizantes divorciados de la vida y del
pensamiento creador”
De acuerdo también con los postulados del marxismo, entre los fines (le la
Universidad Obrera de México está la liberación internacional de los trabajadores “Todo
militante de la causa del proletariado, de la abolición del régimen capitalista, no ha de
ser en el drama de la lucha de clases que tiene como escenario la mayor parte de los
pueblos de la tierra, un actor desproporcionado de la acción del conjunto; para que su
conducta sea eficaz deberá concretarla: sólo se es buen internacionalista cuando se es
buen militante en el país en que se vive. La Universidad Obrera de México presentará y
hará estudios de los problemas que más interesan a los trabajadores mexicanos y a los
de la América Latina y a los de los países coloniales y semicoloniales de todos los
continentes, unidos en virtud de las leyes históricas de la concentración y de la
expansión del capital, de un modo indisoluble ante sus opresores domésticos y frente a
18
La Universidad Popular Mexicana y sus Primeras Labores. México. Imprenta I. Escalante. 1913.
sus explotadores del exterior. La Universidad Obrera será, en suma, una institución
dedicada al estudio de la doctrina socialista de los problemas sociales en general, de
las características del régimen burgués, de los aspectos contemporáneos del
capitalismo, de la estructura de los países sin autonomía económica y de la realidad
social mexicana...”
10. Las Universidades en los Estados de la República. -La tradición universitaria
en los Estados de la República se ha ido afirmando en el decurso de los últimos años.
Concluida (hacia 1921) la etapa del movimiento armado de la Revolución, volvió la
provincia por sus tradicionales fueros académicos.
Entre las Universidades de provincia más importantes, es obligada la mención de
la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. La historia de este importante
centro de cultura se remonta hasta el siglo XVI. Fue establecido por el oidor Vasco de
Quiroga, con el nombre de Colegio de San Nicolás (15k1). Ha sobrevivido a todas las
vicisitudes políticas y sociales, y contado, en su prolongada existencia, entre sus
alumnos y maestros, a muchos prohombres y personajes de la historia patria.
Actualmente existen las siguientes Universidades de provincia: Universidad de
Guadalajara, Universidad de Michoacán. Universidad de Sonora, Universidad de
Sinaloa, Universidad de Puebla, Universidad de San Luis Potosí, Universidad de
Guanajuato. Universidad de Nuevo León. Universidad dc Yucatán, Universidad de
Veracruz, Universidad de Oaxaca, Universidad de Morelos, Universidad del Estado de
México y Universidad de Querétaro.
Junto a estas instituciones, que en más o menos tienen como modelo a la
Universidad Nacional de México para orientar y organizar su vida académica, existen,
en los demás Estados de la República, establecimientos consagrados, sin las
pretensiones de constituir verdaderas universidades, a la cultura superior. Importante
en este aspecto es el Ateneo Fuente, de Saltillo.
PROBLEMAS Y CORRELACIONES
1. Biografía de la Universidad Nacional de México.
2. Esencia y problemas de la autonomía universitaria.
3. Estudio monográfico sobre las Universidades en los Estados de la República.
LA RECEPCIÓN DE LA PEDAGOGÍA CONTEMPORÁNEA Y SUS
RESONANCIAS EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS
1. La tradición pedagógica en México y los Congresos Nacionales de Educación
Primaria de 1911. 1912, 1913 y 1914; 2. Concepto de la pedagogía activista y las
primeras noticias de ella en México; 3. David G. Berlanga; -4. Bases para la
Organización de la Escuela Primaria conforme a les Principios de la Acción (1923); 5.
La resistencia a la reformas; 6. Lauro Aguirre y la reforma de la Escuela Nacional de
Maestros; 7. Los Jardines de Niños; 8. La enseñanza secundaria; 9. Moisés Sáenz,
teórico y político de la educación; 10. El grupo de pedagogos; 11, El Instituto Nacional
de Pedagogía; 12. La Escuela Normal de Especializaciones Pedagógicas; 13. La Casa
de Cuna, la Casa del Niño, la Escuela Industrial Vocacional, el Centro Industrial Rafael
Dondé. la Escuela Nacional de Sordomudos, la Escuela Nacional de Ciegos y otras
instituciones benéficas de carácter docente; 14. La educación militar; 15. La Escuela
Normal de Educación Física; 16. Otras instituciones.
1. La tradición pedagógica en México y los Congresos Nacionales de Educación
Primaria de 1911, 1912, 1913 y 1914. -La teoría pedagógica en México, al iniciarse la
Revolución, había evolucionado lo suficiente para poder entender y asimilarse las
nuevas corrientes pedagógicas que circulaban por Europa hacia esta época. El estado
de inquietud y de inseguridad que prevalecía en el país, empero, impidió por lo pronto,
establecer el benéfico contacto de la pedagogía mexicana con las nuevas doctrinas de
la pedagogía mundial. Sobre todo en los primeros años de la Revolución, con sus
consecuentes vicisitudes de orden político y militar, el intercambio de ideas con el
extranjero fue en extremo reducido.
Sin embargo, el señalado vigor que llegó a tener la teoría y práctica de la
educación en México, entre la generación de pedagogos de la primera década del siglo
XX, hizo posible algunos avances dignos de mención. Los Congresos Nacionales de
Educación Primaria celebrados en 1911, 12 y 14, en diferentes Estados de la República
exhiben a las claras las preocupaciones pedagógicas de los maestros destacados de
este período. El último de estos Congresos llegó a plantear cuestiones de vital
importancia: 1° ¿Conviene dar unidad a los planes de estudios de las escuelas
normales primarias en toda la República? Puntos esenciales en que debe consistir esa
unidad. ¿Cuál Sería el mejor plan de educación normal primaria y cada cuándo debe
procederse a su revisión? 2° El trabajo manual en la escuela primaria. Carácter general
que debe dársele en las escuelas de la República Mexicana. Organización de dicha
asignatura. Programas, 3° ¿Es conveniente el empleo de textos en la escuela primaria?
En caso afirmativo, ¿de qué manera?
En este congreso no participó el maestro Torres Quintero, pero sí discípulos
suyos y partidarios de su doctrina pedagógica. Fue designada como Delegación Oficial,
la siguiente: señor profesor Elíseo García. representante de la Secretaría, como
presidente de la Delegación de este Ministerio: señor profesor don Juan León;
representante de la Dirección General de Educación Primaria y encargado de la
Secretaría de la Delegación de este Ministerio; señorita profesora María Arias Bernal,
representante de las Escuelas Normales de esta capital; señor profesor don Armando
Padilla, representante de las Escuelas Primarias Especiales del Distrito Federal v
encargado de recoger el Archivo y documentos relativos a dicho Congreso; señor
profesor don Lucio Tapia, representante de las Escuelas Primarias de los Territorios
Federales: señor profesor don Julio S. Hernández, representante de las Escuelas
Primarias Superiores del Distrito Federal; señor profesor don Leopoldo Camarena,
representante de las Escuelas Primarias Elementales: señorita profesora Eulalia
Guzmán, representante de los Jardines de Niños del Distrito Federal.
En 1916, continuando la discusión en torno de los planes de estudio, se produjo
un debate interesante entre los profesores de las escuelas normales. Se pedía por un
grupo la modernización de las asignaturas pedagógicas, tratando de incorporar al
elenco de materias la denominada Ciencia de la Educación. El grupo opositor a dicha
reforma, calificó de extranjerista la doctrina contraria. Por vez primera se mencionaban
orientaciones pedagógicas, que indicaban ya la superación de la doctrina de la
enseñanza objetiva de base positivista y spenceriana.
Otro hecho que reveló un sano y constructivo criterio pedagógico, fue la censura
que entonces se hizo del decreto presidencial, por el cual, en la época de don
Venustiano Carranza, se suprimía la Secretaría de Educación Pública y se entregaba la
enseñanza primaria a los Ayuntamientos. “Lo lógico hubiera sido, dijo Julio S.
Hernández,19 no suprimirla. sino federalizar su acción técnica, ampliándola en toda la
República, para emprender revolucionariamente la obra inmensa, y no intentada hasta
hoy, de crear el alma nacional.
“Entregar la primera enseñanza, que debe ser el fuerte asiento en donde se ha
de cimentar posteriormente el gigantesco edificio de la educación, a infinidad de
corporaciones ni acomodadas ni docentes, equivale a exigir a un arquitecto que levante
el primer edificio de la República sobre unos cimientos desconocidos e inciertos,
hechos torpemente por simples peones inspirados en su ignorancia”
2. Concepto de la pedagogía activista y las primeras noticias de ella en México.
-Mientras ocurría todo esto, comenzaba a llegar a México la corriente pedagógica que
ha tenido mayor influencia en el campo de la educación contemporánea, apenas
iniciado el siglo XX: la llamada pedagogía de la acción. Esencia y nombre de este
movimiento no proviene de que hasta ahora se venga a comprender quc el hecho
educativo sea actividad. Incluso la doctrina tradicional acepta que el aprender es
posible por un acto mental del discípulo, pues el aprender intelectual y memorista es
una suerte de actividad.
La pedagogía de la acción da un nuevo sentido a la conducta activa del
educando y saca de ahí importantes consecuencias. Funda su doctrina no en la mera
idea de acto y esfuerzo. Advierte que lo fecundo del proceso educativo reside en una
específica acción, en cierta actividad que no se exige al niño desde afuera, a título de
una imposición externa, sino de una actividad que surge por modo espontáneo o sólo
es sugerida por el maestro tomando en cuenta los vivos intereses y las naturales
necesidades, del niño: una actividad que va de dentro a fuera, vale decir autoactividad.
La pedagogía de la acción se ha elevado poco a poco a este concepto de la
autoactividad, Desde fines del siglo XX aparece el movimiento de las “escuelas
19
Julio S. Hernández. La Sociología Mexicana y la Educación Nacional. México, 1917, pág. 559.
nuevas”. que, superando la escuela menorista y libresca con su concepto intelectualista
de la educación, extiende la actividad escolar a otras manifestaciones de la vida infantil,
mediante trabajos manuales, técnicos y agrícolas: mediante juegos y excursiones;
mediante la introducción de la moral y el arte como principio de acción en la escuela.
Así, frente al concepto de la actividad intelectual de la escuela memorista, la pedagogía
toca la meta de un tipo de actividad variada o múltiple. De este concepto de actividad
fue fácil ya, gracias a los grandes teóricos de educación actual, remontarse a la idea de
la actividad espontánea, venciendo, de paso, el aparente antagonismo entre esfuerzo e
interés.20
La pedagogía de la acción supera la doctrina de la enseñanza objetiva. Para
conocer una cosa no es suficiente con observarla; precisa, de manera muy particular,
manipularla: ejercitar con ella, por igual, la mente y las manos del niño. El lema de la
educación integral, bajo cuyo signo había laborado hasta entonces la pedagogía en
México, reducía de hecho tan comprensivo propósito a la transmisión de un limitado
grupo de conocimientos, descuidando y, a veces contrariando, la naturaleza, los
derechos, los intereses y las necesidades del niño.
Los primeros pedagogos extranjeros, cuyas doctrinas y publicaciones influyeron
de algún modo en la educación en México, fueron: John Dewey, José Ingenieros,
Preaston W. Search, Kerschensteiner, Ad. Ferriére. Claparéde, Wetekamp, Stanley
Hall, A. M. Aguayo y Lorenzo Luzuriaga. Todos ellos combatían con mayor o menor
éxito la vieja escuela, “La escuela, decía Ingenieros, es un puente entre el hogar y la
sociedad. Siendo su finalidad inmediata convertir al niño en ciudadano, deberá estar en
contacto con la vida social misma, con la familia. con la calle, con el pueblo; vinculada a
sus sentimientos, a sus esfuerzos, a sus ideales. La escuela de leer, escribir y las
cuatro operaciones es un residuo fósil de las sociedades medioevales, como los
castigos y los exámenes”.
De Dewey, se repetía el pensamiento de que en la pedagogía se ha producido
una revolución análoga a la de Copérnico, desde el punto y hora en que se considera al
niño como el sol alrededor del cual han de moverse todos los factores de la educación,
como el centro con referencia al cual todo ha de organizarse.21
Lorenzo Luzuriaga ha sido el más eficaz propagador en lengua española de
cuantos movimientos pedagógicos importantes han existido en Europa y Norteamérica.
España e Hispanoamérica tienen en deuda con este eminente pedagogo un público
testimonio de gratitud. Los primeros libros de Lorenzo Luzuriaga que tuvieron
resonancias en los círculos profesionales de México. fueron:
“Direcciones Actuales de la Pedagogía en Alemania” (1913) ; “La Enseñanza Primaria
en el Extranjero': I. “Países de Lengua Inglesa”. II. “Países de Lengua Alemana”. III.
“Países de Lenguas Románicas” (Publicaciones del Museo Pedagógico Nacional)
(1915.1917); “Ensayos de Pedagogía e Instrucción Pública” (1920).
20
F. Larroyo, Historia General de le Pedagogia. México. ed., 1960.
21
J. Dewey, La Escuela y la Sociedad. 1912.
3. Ducid G. Berlanga. -Uno de los primeros propagadores en México,
suficientemente informado, de la psicología y pedagogía de principios del siglo XX en
Europa, fue el maestro coahuilense David G. Berlanga (1884-1918) .
Durante los últimos años de la época porfiriana hizo estudios en Europa este
maestro, disfrutando de una beca concedida por la Secretaría de Instrucción Pública y
Bellas Artes. Fue alumno en las Universidades de Berlín, Leipzig y Estrasburgo. En la
segunda de estas Universidades fue un asiduo discípulo de Guillermo Wundt. Más tarde
se trasladó a París. Aquí frecuentó, en la Sorbona, la cátedra de los psicólogos George
Dumas y Alfred Binet.
Al estallar en México la Revolución de 1910. “le devora la impaciencia por
regresar a la patria a hacer causa común con los que luchaban y se inmolaban por la
redención del pueblo”. En 1911 inicia su obra educativa. Nombrado Director General de
Educación en el Estado de San Luis Potosí, orienta v realiza un movimiento pedagógico
tendiente a modernizar la enseñanza en todos los órdenes (construcción de nuevos
planteles docentes, reforma de la enseñanza normal, coeducación, fundación de
campos deportivos, envío de misiones culturales para la incorporación civil de los
indígenas. etc.) : todo un plan de innovaciones de que tomaron debida nota eminentes
maestros mexicanos en otras partes de la República.
Más tarde, en 1914, emprende también con buen éxito la reforma educativa en el
Estado de Aguascalientes. ahora como Secretario de Gobierno. En esta misma época
redacta y edita un importante folleto, intitulado Pro Patria, en donde hace un
concienzudo estudio de los problemas nacionales.
Su acrisolada honradez y su serena e inteligente comprensión de los problemas
sociales y económicos lo llevaron después a actuar como político de renombre
nacional. En esta etapa de su vida encontró la muerte. Fue fusilado por orden del
general Villa. Un esbirro cumplió el acuerdo. Martín Luis Guzmán refiere el hecho en su
novela El Aguila y la Serpiente, cuyo argumento es la antítesis entre Berlanga y Rodolfo
Fierro.
En 1933, la Secretaría de Educación Pública consagró oficialmente la figura y la
obra de David G. Berlanga, al designar con su nombre una de las escuelas del Distrito
Federal. “Revolucionario de verdad, decía el Dictamen rendido por la Comisión de
Maestros encargada de justificar el evento, convencido y pasional, llevaba dentro un
perenne rebelde. Era la rebeldía hecha carne, la independencia hecha hombre, la
energía encarnada en la figura alta, fina, elegante, flexible, de un muchacho rubio de
veinticuatro años. Desde la adolescencia probó su hombría. Y todo dentro de una
honradez acrisolada Pulcro en su traje, en su postura. en su ademán. Pero mucho más
pulcro en su conciencia. Manejó miles y no se enredó en sus manos un centavo. Tuvo
trato con todas las pasiones de la política y no lo ganó ninguna hipocresía, no lo con-
quistó ninguna adulación, no lo envileció ninguna mentira. Cruzó impecable e impoluto
por la fronda en que se enroscaban la traición y el crimen”.
4. Bases para la Organización de la Escuela Primaria conforme a los Principios
de la Acción (1923). -Como lo habían anunciado los pedagogos mexicanos, la
educación primaria en manos de los Ayuntamientos trajo consigo tal decaimiento de
ésta, que. en buena parte, determinó una reforma de la Ley de Secretarías de Estado,
en 1921. por la que se restableció la Secretaría de Educación Pública.
El restablecimiento de la Secretaría de Educación vino a impulsar, en más de un
aspecto, la pedagogía mexicana. Las ideas que de España, Estados Unidos, Alemania
y Bélgica. conforme se han indicado, llegaban a México, encontraron, al finalizar el año
de 1923, grata acogida en no pocos funcionarios de la Secretaría del Ramo. El Consejo
Técnico del Departamento Escolar del Distrito Federal, integrado por los Inspectores de
Zona, propuso un importante documento para reformar la enseñanza, de conformidad
con el principio didáctico encaminado a promover la educación del niño por medio de la
actividad. El documento tuyo carácter oficial el 20 de diciembre de 1923 y llevó el
nombre de Bases para la Organización de la Escuela Primaria, conforme al Principio de
la Acción.
Dichas Bases, después de señalar la función social de la Escuela primaria,
formulan concienzudamente los principios de la acción. “La acción, dice el memorable
documento, debe constituir la base y fundamento de la vida del niño en la escuela
primaria.
“El trabajo escolar, y muy especialmente el que se traduce en actividades
corporales, presentará oportunamente motivos para formar en el niño hábitos sociales.
“Las actividades manuales que se realicen en la escuela primaria no tendrán por
objeto transformar a ésta en taller o centro de industria, sino que servirán de
fundamento para la investigación, información y coordinación científicas para el
desarrollo de la cultura estética y para dar una educación prevocacional.
“Los trabajos del niño no deben perseguir un fin preferentemente utilitario desde
el punto de vista económico. Las ocupaciones a que el niño se entregue en la escuela
deben tener un íntimo contacto con la vida, de manera que sean la continuación de las
que practica en el hogar o en el medio social en que vive.
“La escuela debe enseñar al niño lo que necesita como niño.
“El niño debe ser tratado lo más individualmente que sea posible”.
Respecto al programa, las Bases se inspiran en la doctrina de Decroly de los
Centros de Interés. Los temas del programa deben agruparse alrededor de cuatro
centros generales de acción: la nutrición, la defensa, la vida comunal y la correlación
mental. “Al plantear estos centros se apreciará qué innúmeras cantidades de
experiencia y actividad de todo género se encuentran a ellos ligadas; cuántos procesos
de trabajo y motivos de información se desprenden de ellos: cómo puede iniciarse al
niño en la lucha tenaz y en los esfuerzos titánicos mediante los cuales el hombre, al
través del tiempo y del espacio, pudo proveer a su nutrición, mejorar sus medios de
defensa (habitación, vestidos, armas, herramientas). formar agrupaciones sociales y
establecer el intercambio de ideas y de servicios; se apreciará también de qué manera
se han de relacionar todas estas enseñanzas con la actividad mental, para llevar al
alumno al terreno propio de la ciencia, abreviación del esfuerzo, fuente de bienestar y
de indefinible progreso”.22
Las bases transforman, por tanto, los viejos programas, que eran interminables
listas de temas concatenados lógicamente. En su lugar proponen una serie de
actividades, en relación con las cuales el niño habría de aprender activamente. “Estas
actividades y las correlaciones mentales que de ellas derivan, medios de aprendizaje,
de adquisición de habilidades y capacidades y de información científica, no se imponen
aislada y caprichosamente, sino que deben estar coordinadas y definidas para alcanzar
un fin propuesto, girando alrededor de lo que se ha llamado proyecto de trabajo, o sea
la realización de una obra manual, industrial, agrícola, social o recreativa, que,
fundándose en los intereses de los niños, reclame la cooperación de todos ellos y sea
fuente natural de conocimientos. El proyecto de trabajo, por la participación directa y
activa de quienes lo realizan, ofrece a los niños la oportunidad de proveer por sí mismo
a su educación, recurso mejor que el de recibir pasivamente la enseñanza, y les coloca
en situaciones de realidad social que les acostumbra a resolver problemas semejantes
a los que verán en la vida que les espera. Estas breves razones fundan la importancia
capital que en la pedagogía contemporánea tienen los proyectos de trabajo”.23
En fin, se recomiendan los horarios flexibles, la reforma cabal de los métodos
para la promoción de los alumnos y un conveniente y democrático sistema de disciplina
escolar.
5. La resistencia a la reforma. -Las Bases, que venían a organizar la enseñanza
primaria conforme a la pedagogía activista, hubieron de ponerse en práctica en 1924.
Los Inspectores de Zona se encargaron en enero de este mismo año de explicar la
doctrina pedagógica que las inspiraba y las técnicas apropiadas al efecto. La reforma
fue súbita y, sobre todo, los funcionarios de la Secretaría de Educación olvidaron un
postulado pedagógico en estos menesteres, a saber: que toda “innovación pedagógica
debe asentarse en las capacidades de trabajo de los maestros”.
Los propios funcionarios reconocieron más tarde su error de táctica educativa.
“El paso fue brusco, y es natural que por ello los maestros, agentes de los
procedimientos rutinarios de esa época. muy arraigados por el largo tiempo en que
privaron, sintieron por lo pronto alguna desorientación, puesto que las nuevas
prevenciones los orillaron a una rápida rectificación en el ejercicio de su cometido. De
aquí que las Bases no fueron, por lo general. bien recibidas, y que se expusieran dudas
acerca de su eficacia. Una vez más se observó la resistencia como fenómeno que sigue
a una novedad traída por el progreso y que lesiona intereses creados. Agréguese a lo
dicho que el eriterio de quienes debían realizar la reforma (profesores de grupo,
directores, inspectores y autoridades superiores) no estaba ni podría estar unificado,
porque no había ni hay hasta la fecha una pedagogía concreta y definitiva de la Escuela
de la Acción, y, por lo tanto, la asimilación-de ideas y el modo de adoptarlas en nuestro
medio, variaban según las fuentes ilustrativas de los intelectos y según los
temperamentos de quienes aceptan estas manifestaciones de progreso. La resistencia
fue muy vigorosa al principio del período presidencial que está por terminar y hasta
hubo peticiones para que se derogara la reforma. La prensa misma la desaprobó.
22
Bases para la Organización de la Escuela Primaria, conforme al Principio de la Acción, pág. 12 y s.
23
El Esfuerzo Educativo en México (19241928). Tomo I, pág. 158.
haciéndose eco de las protestas de padres y maestros. Pero la Secretaría de
Educación desoyó estas insinuaciones y siguió firme en su propósito de llevar adelante
la reforma, por conceptuar, y no se equivocó, que las nuevas prácticas de enseñanza,
brillantes en el campo especulativo y experimentadas en el terreno de la práctica dc
otros países de alta mentalidad, eran las más eficaces para que las escuelas dieran el
rendimiento de coeficiente máximo que de ellas esperaba la patria”.24
En efecto, la Secretaría de Educación no desmayó en esta tarea de reformar la
enseñanza; aunque en los ulteriores ensayos de reforma trató ya de tomar en cuenta
todos los factores que deben concurrir en la realización de semejantes objetivos.
En los dominios de la enseñanza primaria tuvo lugar en 1928 otra modificación
importante: fueron substituidos los viejos procedimientos para estimar el
aprovechamiento por las llamadas “pruebas objetivas”. Estas pruebas de diagnóstico,
cuya finalidad es hacer una exploración del estado que guardan los alumnos por lo que
hace a sus avances en el aprendizaje, mediante una serie de cucstiones metódica y
pedagógicamente dispuestas, se caracterizan por tener en cada una de sus partes
respuestas inequívocas controladas por una clave. El profesor Salvador Lima,
asesorado por un equipo de maestros diligentes, se encargó de aplicar este nuevo tipo
de pruebas, dadas a conocer en México por el doctor Rafael Santamarina.
6. Lauro Aguirre y la reforma de la Escuela Nacional de Maestros. -La
transformación de la enseñanza normal fue confiada al profesor don Lauro Aguirre, uno
de los funcionarios más influyentes y de más perspicacia en esta época.
La enseñanza normal no había recibido un incremento digno de consideración
por lo que toca a su organización técnica, durante la segunda década del siglo. La lucha
armada y la consecuente inestabilidad de los Gobiernos, como se ha referido, habían
sido circunstancias determinantes de este hecho.
El plan de reformas en la enseñanza elemental iniciado en 1924 exigía con
urgencia. como lo hizo notar Laura Aguirre, transformar de inmediato las escuelas
normales, pues, de otra suerte, no podrían prepararse los maestros adecuados para
liquidar la vieja enseñanza rutinaria y libresca y echar los cimientos de la escuela activa
y funcional.
Un proyecto presentado por este ameritado maestro para transformar las
escuelas normales interesó vivamente a los funcionarios de Educación en 1924. Al
cabo de unos meses, en 1925. se ponía en manos de tan resuelto reformador la
enseñanza normal en el Distrito Federal.
Lauro Aguirre era un hombre de señalado talento y de recia voluntad. Se propuso
y realizó una reforma importante. Desde luego consideró que era preciso aumentar a
seis los años de estudio del magisterio (incluyendo los tres años de la enseñanza
secundaria). Considerando, además, que la enseñanza normal debía ser coeducativa,
llevó al cabo la fundación de una sola normal primaria en el Distrito Federal, bajo el
significativo nombre de Escuela Nacional de Maestros.
24
El Esfuerzo Educativo en México (1924.1928). Tomo 1, págs. 159 y 160.
Dicha Escuela, conforme al proyecto de reforma, debería ser un inmenso centro
profesional que graduara maestros rurales, maestros misioneros, educadoras de
jardines de niños, maestros primarios y maestros técnicos. A ella pudieren concurrir,
tanto los jóvenes que habían terminado su educación primaria, como aquellos maestros
que no siendo titulados trabajaban en las escuelas. Con estos últimos se formó la
Escuela Normal Nocturna.
El plantel educativo se estableció fuera de la ciudad, en vastos terrenos donde se
pudieran tener campos de deportes, instalaciones de juegos para niños, baños.
labrantíos. hortalizas, jardines, cría de animales (museos, zoológicos vivos, acuarios);
departamentos suficientes y adecuados para cocina, lavado, planchado; talleres,
pequeñas industrias; gabinetes, laboratorios (de química, de pedagogía, de psicología),
museos, bibliotecas, salones para actos, exposiciones permanentes, etc.
Como verdadero centro escolar, contó la Escuela Nacional de Maestros con un
Jardín de Niños. una Escuela Primaria anexa, tina Escuela Secundaria y la Escuela
propiamente profesional que comprendía cursos diurnos y cursos nocturnos. Además,
con el fin de hacer extensiva la labor escolar a los hogares pobres, se establecieron en
ella Cursos de Visitadores de Hogar, y tuvo una Sala de Costura a la que concurrieron
mujeres de la clase humilde de los contornos para adquirir conocimientos domésticos
que en alguna forma pudieran influir en el mejoramiento económico de su familia. Por
otra parte, tuvo anexa una Escuela Primaria Vespertina y contó también con cursos
nocturnos elementales para adultos analfabetos.
Importantes reformas se produjeron en los planes y métodos de enseñanza. Se
postuló la obligación de impartir cursos modernos de pedagogía a base dc un
conocimiento real del niño mexicano; se proseribieron las metodologías especiales en
beneficio de las técnicas globales de la enseñanza. “Ahora se emplean. decía el
maestro Aguirre, muchos años y muchas horas del día en aprender metodologías
especiales: Metodología de la Lengua nacional, Metodología de la Aritmética.
Metodología de la Geografía, Metodología de la Historia, Metodología del Civismo, etc.,
y quién sabe cuántas más, pudiendo utilizar este tiempo en el conocimiento serio y
profundo de la naturaleza física y mental del niño, de donde será fácil desprender el
método que debe seguirse en cada asignatura, método que será más aceptable, mil
veces, que el que ya se da hecho y que resulta, en la mayoría de los casos, un conjunto
de minucias artificiales y ridículas que esclavizan al estudiante y lo nulifican. Lo que no
pudieron darle las verdaderas ciencias pedagógicas lo obtendría el alumno de la
práctica constante que pedimos durante la mayor parte de su carrera”.25
Incluso se transformó el método para estimar el aprovechamiento. En 1925, el
sistema de calificaciones de 0 a 10 fue substituido en ambos ciclos por el sistema de
0.8 a 1.2.
El que se utilizó en el ciclo secundario y en el profesional, en efecto, comprendió
las siguientes calificaciones:
1. Calificación media del grupo, que corresponde al aprovechamiento medio
normal de la clase.
25
Educación. Revista Mensual, México, vol. II, pág. 325.
1.1 y 1.2. Calificaciones para los alumnos que sobresalen de promedio.
0.9. Calificación inferior al aprovechamiento medio.
0.8. Calificación mínima de pase.
C. (Condiciones) nota que puede cambiarse por la de 0.8, a condición de que los
alumnos desarrollen los trabajos extraordinarios que les señalen sus maestros.
T. I. (Trabajo incompleto,), que puede cambiarse por cualquiera calificación
numérica, cuando el alumno haya cumplido con los trabajos que no había terminado en
el momento de la prueba.
R. (Reprobado).
En fin, se pensó seriamente en que la dirección técnica y administrativa quedara
en manos del personal docente y de los alumnos y que la disciplina fuera el resultado
de un íntimo convencimiento de éstos.
En suma: en tan vasto centro escolar se intentó dar una educación para la vida,
mediante la vida misma.
Muerto en 1928, inesperadamente, el profesor Lauro Aguirre, la Escuela perdió
su impulso creador y reformista. Poco a poco fue retornando a los tradicionales
procedimientos de enseñanza. Los años que van de 1937 a 1941, marcan una época
de decadencia, acaso de postración. Después, inclusive, pierde su unidad la Escuela
Nacional de Maestros. Se establecen, como antaño, dos planteles: uno femenino y otro
masculino. La perdida unidad y el significativo nombre de Escuela Nacional de
Maestros, se restablece hasta 1947, siendo Ministro de Educación Pública el abogado
don Manuel Gual Vidal, y Director General de Enseñanza Normal, el autor de este libro.
7. Los Jardines de Niños. -Como las otras instituciones docentes, los Jardines de
Niños no tuvieron en la primera década de la época revolucionaria ambiente propicio
para su desarrollo. En 1917, funcionaban sólo 17 de ellos en la capital. Pero ya en
1921, su número fue de 25. Los adelantos en la teoría y práctica educativas del Jardín
de Niños, en esta época. fueron obra, también, de la influencia reformista de Lauro
Aguirre. Para transformar este importante anexo de la Escuela Normal para Maestras,
trajo a colaborar en aquella dependencia a entusiastas e inteligentes educadoras.
Hasta entonces (1925) los procedimientos en todos los centros de educación
preescolar eran, fundamentalmente, froebelianos, y aunque es cierto que las verdades
educativas fundamentales formuladas por Froebel son de un valor permanente, también
es cierto que pierden su valor cuando prevalece la rutina en los dones, en los juegos y
en las ocupaciones. Destruir esa rutina y colocar a los alumnos en aptitud de recibir una
educación más en consonancia con su capacidad mental, fue el primer pensamiento de
las directoras de esta institución, y a costa de grandes esfuerzos al fin se obtuvo el éxito
que se ha palpado. En este Jardín de Niños la naturaleza es totalmente aprovechada
para iniciar la educación del pequeño. y ya no se ve la mesa de arena en donde todo
tenía que hacerse a escala, sino un amplio lote de 40 metros cuadrados, en donde
ilustran los niños, mediante trabajos constructivos, los cuentos y leyendas que las
educadoras les relatan. El ejercicio físico constituye una revelación en este
departamento, pues los niños juegan sobre la hierba, se mecen en hamacas y en
columpios y trepan a los árboles. De todos ellos se lleva un minucioso registro de salud,
el cual revela resultados de notable significación educativa, Las maestras no tienen
programa inflexible de labores al cual sujetarse: esas labores se desarrollan teniendo
en cuenta los intereses que despierta el contacto íntimo de la naturaleza, que es la que
proporciona la ocupación que de ella, misma se deriva de una manera lógica, facilitando
la adquisición y el desenvolvimiento de hábitos sociales en los niños. Las educadoras
no tienen otra misión que la de guiar la disposición espontánea del niño, a fin de iniciar
y fijar buenos hábitos físicos, morales, intelectuales y sociales. En los cuentos reina una
absoluta libertad, y un encantador regocijo en las diversas actitudes de los niños, y
acude diariamente un buen número de madres a observar cómo son educados.
El Jardín de Niños se encuentra en absoluto contacto con la naturaleza y hay
una verdadera democratización en sus actividades para contrarrestar la tendencia
unilateral que había privado antaño en ellos, y se continúa defendiendo el criterio de
que tengan cabida, sin distingos, los niños de todas las clases sociales. Se utilizan
inteligentemente los dones de Froebel y las ocupaciones derivadas de los mismos, y
quedan suprimidos los ejercicios especiales para la llamada educación de los sentidos,
dejando, en cambio, que la naturaleza v la constante actividad formen las percepciones
sin artificios.
Se han desechado los programas detallados de estudios, substituyéndose por el
encauzamiento de la libre manifestación anímica y motora del educando, para
enriquecerla y afirmarla; se suprimieron los horarios de clase, porque si es in-
conveniente someter a ellos a los niños de la primaria, resulta hasta cruel aplicarlos con
niños de cuatro a seis años que tienen alma inquieta, solicitada constantemente por la
balumba de los fenómenos que les rodean. La enseñanza es preferentemente
ocasional, como ya se dijo. en virtud de que las actividades a que los niños deben
dedicarse no caben en los cartabones especiales de las clases comunes; se respeta al
niño en su naciente iniciativa, su espontaneidad, su libertad y su alegría, entidades
todas que son algo sagrado y que sólo deben ser tocadas con el exclusivo fin de
embellecerlas.
Todo el ambiente en que el niño actúa en este jardín es grato, lo que da lugar a
que sus constantes percepciones se transformen. Los peculiares y nobles intereses de
los niños dan la pauta para todo. Se van distribuyendo y acomodando los ejercicios
educativos, según las sorpresas que a diario nos reserva el espíritu infantil en esa edad.
En suma: el Jardín de Niños anexo a la Escuela Nacional de Maestros abandonó el
carácter artificial para convertirse en un jardín de niños natural. en donde la libertad
espiritual fue respetada y embellecida.26
Por lo que hace a su incremento, es digno de mención el hecho, ocurrido en 1930, de
establecer Jardines de Niños anexos a las escuelas rurales. Así se fundaron los de
Actopan, Hgo.; Xocoyucan. Puebla; Erongarícuaro, Mich.; Tuxtla, Gro. y Ecatepec, Mor.
En 1942 se llegó a contar con 480 Jardines de Niños en toda la República. con una
asistencia de 29,000 niños,
26
El Esfuerzo Educativo en México (19241928). Tomo 1, pág. 226 y ss.
8. La enseñanza secundaria. - También la enseñanza secundaria experimentó
importantes mudanzas en este período. Hasta 1925, los jóvenes capacitados para
estudios superiores no tenían ante sí otra posibilidad que el ingreso en la Escuela
Nacional Preparatoria. De allí pasaban a las Facultades Universitarias.
Nuevas necesidades sociales, de un lado, y un crecido aumento de la población,
de otro, determinaron a la Secretaría de Educación Pública, de la que entonces
dependía la Universidad Nacional de México y, por ello mismo, la Escuela Nacional
Preparatoria, a dividir los estudios de ésta en dos ciclos; uno de tres años que, desde
entonces fue llamado ciclo secundario, y otro de dos años que se designó ciclo
preparatorio por antonomasia. Tal fraccionamiento de los estudios obedecía, de primera
intención, al propósito de aumentar el número de planteles que impartieran el ciclo
secundario, debido a la demanda de alumnos para ingresar en dichos establecimientos.
Cuatro meses después, empero, se tuvo el propósito de fraccionar, de esta suerte, los
estudios preparatorios, por razones de índole pedagógica. Bajo el lema de establecer
en la República la segunda enseñanza para todos, al propio tiempo que con la mira de
desviar a muchos jóvenes de las carreras liberales, estimulándolos para que ingresaran
en institutos de enseñanza técnica, se creó definitivamente la escuela secundaria- con
tres años de escolaridad.
En efecto, los decretos presidenciales. el uno de fecha 29 de agosto de 1925 y el
otro de fecha 22 de diciembre del mismo año, iniciaron la organización del sistema de
escuelas secundarias federales, al crear, el primero, dos planteles educativos de esta
índole, y al dar vida independiente y personalidad propia, el segundo, al llamado ciclo
secundario, o sean los tres primeros años de estudios de la antigua Escuela Nacional
Preparatoria
Con estas autorizaciones, la Dirección de Enseñanza Secundaria contó, desde
luego. con cuatro escuelas secundarias: dos de nueva creación y las dos ya existentes,
constituidas estas últimas por los ciclos secundarios de la antigua Escuela Nacional
Preparatoria y de la Escuela Nacional de Maestros. En las dos primeras sólo se
inscribieron alumnos de primer curso, en tanto que las otras admitieron en sus aulas
alumnos de los tres grados.
El Decreto de 22 de diciembre de 1927, que autorizó la creación de la Dirección de
Educación Secundaria, da facultades a ésta para encargarse de la dirección técnica y
administrativa de las escuelas secundarias federales, de la inspección y control de la;
escuelas secundarias particulares o de los ciclos o cursos secundarios que formen
parte de las escuelas preparatorias particulares y de la acción educativa en los Estados,
dentro de las leyes y criterios establecidos en lo concerniente a las escuelas
secundarias. Con este motivo pasaron a depender también de la Dirección de
Educación Secundaria, el ciclo secundario nocturno de la antigua Escuela Nacional
Preparatoria Nocturna y el ciclo secundario, también nocturno, de la Escuela Nacional
de Maestros. El primero de estos ciclos se organizó desde el mes de marzo de 1923, en
el local de la Escuela Preparatoria, por iniciativa particular de un grupo de jóvenes
estudiosos, auxiliados por profesores de la Escuela Nacional Preparatoria, cuyos ser-
vicios, en su mayor parte, fueron gratuitos. En el año de 1927 todo el personal de la
Escuela Secundaria Nocturna quedó incorporado al presupuesto de la Dirección de
Enseñanza Secundaria. A principios de 1928 se creó una escuela especial para
señoritas, con cargo al presupuesto del ciclo secundario de la Es cuela Nacional de
Maestros. Para la creación de este establecimiento se tuvo en cuenta lo insuficiente del
local de la Escuela Nacional de Maestros para contener a toda la población escolar que
pretendía ingresar a sus aulas; la necesidad de mejorar la disciplina en aquella
Institución; la oposición de muchos padres de familia para enviar a sus hijas a una
escuela de carácter mixto; la reiterada solicitud de los mencionados padres de familia
para que se estableciese una escuela secundaria especial para señoritas; la falta de
esta clase de escuelas, lo que ponía a la mujer en condiciones inferiores de oportunidad
educativa a la de los varones, y finalmente, la necesidad de tener una escuela para
señoritas en otro rumbo de la ciudad.27
En 1928 existían ya 6 escuelas secundarias. Año con año, desde entonces se
han ido multiplicando estos planteles educativos. Al promediar el año de 1947, existían
treinta escuelas secundarias oficiales: 22 diurnas y 8 nocturnas. además de las
foráneas y federal izadas.
El incremento de la vida económica y el creciente anhelo de mejoramiento
cultural han traído consigo la creación de una diferenciación de la segunda enseñanza.
Actualmente las escuelas de este grado de la enseñanza están distribuidas en dos
grupos: el de la segunda enseñanza general (secundario) y el de segunda enseñanza
especial i lndustriales, Comerciales, de Corte y Confección, de Enseñanza Doméstica.
de Artes y Oficios. de Trabajo Social. etc.).
Ambos grupos persiguen las siguientes finalidades generales:
I. Ampliar y elevar la cultura general impartida por la escuela primaria.
II. Velar por el desenvolvimiento integral del educando. atendiendo simultá-
neamente a los aspectos físico. intelectual. moral y estético.
III. Preparar para el cumplimiento de los deberes cívico-sociales dentro del régimen
democrático de nuestro país.
Entre las sucesivas reformas de que ha sido objeto la escuela secundaria, tal vez
la más importante es la que tuvo efecto en 1944. Dicha reforma previene un aumento
considerable de horas de clase en las asignaturas fundamentales (Español y
Matemáticas), así como en las formativas del ciudadano (Civismo e Historia); el
impulso, muy reforzado, de las prácticas de taller; la práctica del estudio dirigido y la
supresión de tareas a domicilio; la introducción de programas semiabiertos y de
actividades que puedan ser libremente elegidas por el alumno, materias optativas); la
formación de grupos móviles; el establecimiento de horarios flexibles y el trabajo por
equipos escolares.
9. Moisés Sáenz, teórico y político de la educación. -Promotor de las mudanzas
que experimentaba la educación en México en la tercera década del siglo, era un grupo
de pedagogos laboriosos e inteligentes, e influidos poderosamente por la doctrina
norteamericana de John Dewey. Fue jefe de este grupo el maestro Moisés Sáenz
(1892-1941).
27
El Esfuerzo Educativo en México (1924-1928). Tomo I, pág. 385 y ss.
Las ideas pedagógicas del profesor Moisés Sáenz se documentan en la doctrina
vitalista y social de la educación. La educación, dice, está íntimamente ligada con la
vida humana; es de hecho el proceso de modificaciones y reconstrucciones de la
experiencia humana, siguiendo directivas válidas, posibles y deseables. Hablar de
valores educativos, es hablar de valores humanos; hablar de finalidades de la
educación, es hablar de finalidades de la vida. No es, pues, el tópico de los propósitos
de la educación problema falso y ocioso.
Tampoco es problema que pueda resolverse una vez por todas. En el transcurso
de su desarrollo evolutivo, la vida va cambiando sus finalidades. Analógicamente, la
educación va modificando sus orientaciones a medida que las miras de la vida van
modificándose. El problema de finalidades educativas es un problema que se reitera
diariamente; su resolución no puede ser absoluta. Resuelto hoy para un pueblo o un
individuo, se presenta mañana cuando las condiciones de este pueblo o de este
individuo hayan variado.28
La educación tipifica socialmente a los miembros de una sociedad. En el
transcurso de su vida, la humanidad ha aprendido ciertas fórmulas de reacción a
determinadas situaciones, ciertas técnicas de acción, ciertos puntos de vista necesarios
para vivir. Ha adquirido, en suma, un lenguaje, una aritmética, un manual de acción y
una filosofía. Estos son los conocimientos fundamentales, productos de un tedioso
proceso de aprendizaje al través de tanteos y aproximaciones.
La herencia social tiene que ver también con la capacidad para la vida social. En
su desarrollo evolutivo, los hombres han llegado a comprender que la vida dentro de un
grupo de sus semejantes es la mejor. Comenzando por el grupo inicial del hombre y la
mujer, fundado en instintos naturales, origen de la familia, siguiendo luego por el grupo
patriarcal. por la tribu, el pueblo, la nación y las democracias, el hombre ha ido
aprendiendo la técnica de la socialización, con sus deberes y derechos, con sus
restricciones mutuas, con sus ventajas, con sus deficiencias. Hemos llegado, hasta hoy,
al concepto de la ciudadanía, y de la organización democrática por medio de
cooperación, de solidaridad, de delegación de funciones, de división del trabajo.
Mas la vida contemporánea se halla dominada por ingentes factores econó-
micos. De allí que la educación debe tener un innegable carácter unitario. “La contienda
entre la educación vocacional o la desinteresada o avocacional ha sido larga y se ha
resuelto parcialmente de modos diversos: escuelas especiales: sistemas educativos
diferentes para una u otra clase social, más o menos utilitarias, más o menos
avocacionales; mayor o menor importancia a lo `práctico' en uno u otro nivel escolar,
etc. Mucho se ha hablado y mucho se ha errado en nombre del utilitarismo en la
educación; pero. independientemente del mayor o menor acierto con que se haya
resuelto el problema. su mera persistencia es señal inequívoca de que representa un
elemento esencial en la educación. Puesto en sus términos más generales, el principio
vocacional quiere decir que todo hombre debe ser un agente de producción dentro del
28
Educación. Revista Mensual. vol. II. México, pág. 335 y s.
grupo en que vive y que la educación debe capacitarlo definidamente para llenar esta
función”.29
Todos estos objetivos, por otra parte, deben suponer la formación del carácter
ético de la juventud, pues de otra suerte la vitalización de la existencia y la tipificación
social de los hombres carecería de un sustentáculo firme y progresivo.
En suma, las finalidades y orientaciones concretas de la educación son: la buena
salud, el dominio de las técnicas fundamentales, la ciudadanía, la producción utilitaria,
el empleo adecuado del tiempo libre, la participación digna en la vida doméstica y la
formación del carácter ético. Realizar estos propósitos es la tarea de los educadores.
mas no solamente de los maestros.
Como político de la educación (el profesor Moisés Sáenz fue Subsecretario de
Educación Pública durante casi todo el período presidencial del general Plutarco Elías
Calles, y encargado del Despacho del propio Ramo del 23 de agosto al 30 de
noviembre de 1928, en este mismo período presidencial). Su obra fue de constante y de
eficaz renovación. Intervino en la creación o fomento de todas estas instituciones:
Primarias Rurales y Urbanas, Misiones Culturales.
Escuelas al Aire Libre. Escuela Libre de Pintura y Escultura. Casa del Estudiante
Indígena, Escuelas Secundarias, Estabilidad y Mejoría del profesorado, Congresos y
Asambleas de Estudios Pedagógicos, Escuela Normal Superior. Unificación del Sistema
Federal en los Estados. Enseñanza Técnica Industrial y Comercial, Enseñanza Normal
Urbana, Bibliotecas...
10. El grupo de pedagogos. -En compañía de Moisés Sáenz, don Lauro Aguirre
fue uno de los más devotos animadores de la pléyade de maestros que, en grupo,
influyeron en la tarea y práctica docente de esta década. Casi todos éstos eran
funcionarios u ocupaban algún cargo docente de significación. De inmediato se
agruparon alrededor de la revista pedagógica “Educación”, dirigida por el profesor
Aguirre, y que comenzó a publicarse en septiembre de 1922.
John Dewey, Paul Monroe y A. Boehm encabezaban el grupo de colaboradores.
Honraron las páginas de la Revista, además de los maestros Aguirre y Sáenz: Manuel
Barranco, Gregorio Torres Quintero, José Arteaga, Galación Gómez, Alfredo E.
Uruchurtu, Emilio Bustamante, José Manuel Ramos, Ezequiel A. Chávez, Rafael
Santamarina. José Ma. Bonilla, Elpidio López. Estefanía Castañeda, Rafael Ramírez,
Escudero Cruz, Carmen Ramos, Ernesto Alconedo. Lucio Tapia, Guillermo Gándara,
Ismael Cabrera. Federico Alvarez, César A. Ruiz, Eugenio Latapí, Fernando Gamboa
Berzunsa. Salvador M. Lima, Marcelino Rentería y Leonardo Ramos.
Como puede apreciarse. entre este grupo figuraban algunos maestros cuyos
nombres fueron ya mencionados, por su prestigio y dedicación, en la primera década
del siglo. Su presencia aquí vino a revelar su notoria capacidad de trabajo y de
asimilación de las nuevas ideas.
Dentro de este lato y nutrido grupo de maestros, existía otro más compacto y
restringido. Este último, que tuvo a veces un carácter esotérico, organizó, congregado
29
Educación, Revista Mensual, vol. 11. México. pág. 338.
en torno de Moisés Sáenz y Lauro Aguirre, una Sociedad de Estudios de Educación
que se propuso desde luego la investigación del desarrollo físico y mental del niño
mexicano, toda vez que, sobre los resultados de esta investigación, se decía, podrían
establecerse las más firmes bases para introducir modificaciones trascendentales en la
organización de la escuela y en la manera de enseñar. La sociedad quedó integrada
por las siguientes personas: Lauro Aguirre, Moisés Sáenz, Alfredo Uruchurtu, Galación
Gómez, Ponciano Rodríguez, José Ma. Bonilla, Emilio Bustamante, Daniel Huacuja,
Manuel Barranco, José Arteaga, Gregorio Torres Quintero. Roberto Medellín y Ana Ma.
Berlanga de Martínez, como integrantes del Consejo de redacción de la Revista antes
mencionada, y por los socios fundadores: Rafael Santamarina, Juana Palacios,
Francisco César Morales. Joaquín Roca Zenil. Ismael Cabrera, Teodomiro Gutiérrez,
Ernesto Alconedo. José Arturo Pichardo y César Ruiz.
La influencia determinante de este grupo de pedagogos se inició al hacerse
cargo el doctor José Manuel Puig Casauranc del Ministerio de Educación Pública. Dicha
influencia se prolongó por más de un decenio, abarcando las gestiones del licenciado
Ezequiel Padilla, licenciado Aarón Sáenz, licenciado Carlos Trejo y Lerdo de Tejada y
doctor Alejandro Cerisola.30 Al grupo de pedagogos tantas veces citado, unió sus
esfuerzos, poco tiempo después de haberse constituido, el culto e inteligente maestro
Leopoldo Kiel. otro de los pedagogos mexicanos de reconocida supervivencia
intelectual.
11. El Instituto Nacional de Pedagogía. -La aplicación en México, desde 1923, de
las nuevas corrientes de la pedagogía contemporánea ha continuado desde entonces.
La psicotecnia, la pedagogía experimental, la moderna higiene escolar tienen
cultivadores idóneos.
Importante en este orden de realizaciones fue, en 1925, la creación del
Departamento de Psicopedagogía e Higiene. El origen de este Departamento tiene
honrosos antecedentes. El Congreso Higiénico Pedagógico de 1882, del que ya se ha
hablado. constituye el punto de partida de la implantación de las ideas de higiene
escolar, pues en él se tomaron resoluciones referentes a las condiciones del medio
escolar, a la importancia de los métodos y programas con relación a la salud del niño y
a las precauciones que deberían tomarse para evitar la propagación de enfermedades
contagiosas.31
Más tarde, en 1886, se estableció, por iniciativa del doctor Luis E. Ruiz. la
inspección médica e higiénica de las escudas, expidiéndose la ley y reglamentos
relativos. Se nombraron dos médicos inspectores para las escuelas de la capital; dos
para los Territorios y dos para las Prefecturas del Distrito Federal. Hacia 1902 se
instituyó en la Escuela Normal para Varones, la inspección médica completa.
confiándose dicho servicio al doctor Eugenio Latapí. El año de 1906. a propuesta del
doctor Máximo Silva, se estableció la Sección de Antropometría y de Higiene Escolares,
habiéndose confiado a dicho médico la jefatura del servicio. En 1908 se reorganizó el
30
La nómina de las personas que han acupado la cartera de Educación. desde el Go bierno de León de
la Barra hasta la actualidad. puede verse. más adelante, en el capítulo VI: La Política Educativa
Revolucionaria.
31
Véase la Cuarta Parte, capítulo VI.
Servicio Higiénico Escolar, encomendando la dirección de él al doctor M. Uribe y
Troncoso. Entonces se aumentó el número de médicos hasta 11.
A partir de esta época el Servicio Médico Escolar fue progresando y aumentando
su esfera de acción, hasta alcanzar, en el año de 1910, importancia de primer orden y
lograr un aumento de su personal que alcanzó a 21 médicos escolares y 8 adjuntos. El
Servicio Médico dependía entonces, como ahora, directamente de la Secretaría de
Instrucción Pública y Bellas Artes. El progreso alcanzado en esta época puede
apreciarse por la reseña del III Congreso de Higiene Escolar, reunido en París en 1910.
en donde, se dice, hablando del Comité Mexicano: “No se puede sino alabar al Comité
Mexicano, que nos ha puesto de manifiesto que el Nuevo Mundo no tiene nada que
envidiar al antiguo y que la higiene de los niños es una de las grandes preocupaciones
de su Gobierno”. Durante esa época se establecieron los servicios de dispensarios para
atender a los niños enfermos de la piel, fundándose con este objeto la escuela “Doctor
Balmis”, y se aprovecharon también los consultorios de la Beneficencia y el de
Enseñanza Dental. También en esta época se estableció la Sociedad de Médicos
Inspectores de Escuelas. 32
Los años de 1914, 1918, 1920 y 1921 registran hechos muy dignos de con-
sideración con respecto a los servicios de higiene escolar. Pero es hasta este último
año, y con ocasión del Primer Congreso Mexicano del Niño, cuando se siente la
necesidad de orientar la educación mexicana sobre los principios de la pedagogía
experimental, ello es, sobre el conocimiento objetivo del desarrollo biopsicológico de la
niñez.
Desde entonces, la psicotecnia pedagógica ha sido objeto de creciente atención
por parte de médicos y maestros. Con la fundación del Departamento de
Psicopedagogía e Higiene se plantearon y resolvieron ya de una manera sistemática,
todos estos problemas.
En 1936, comprendiendo con más hondura y amplitud los problemas educativos,
se transforma el Departamento de Psicopedagogía e Higiene en el Instituto Nacional de
Pedagogía. Este Instituto está encargado. como su nombre lo indica, de hacer las
investigaciones científicas en materia de educación, y suministrar, de esta suerte, a la
Secretaría de Educación Pública las bases técnicas para que ésta oriente y resuelva los
complejos y graves problemas que se le tienen encomendados.
El Instituto Nacional de Pedagogía, que reclama, por cierto, una competa
reorganización en su estructura y una renovación de sus investigadores (ambas
motivadas por muchas circunstancias l, consta de las siguientes secciones: Pedagogía
experimental. Psicología, Orientación profesional. Antropometría y Fisiología, Higiene
mental, Sociología Pedagógica, Estadística, Actividades foráneas, Divulgación e
Intercambio, Consultorio Técnico pedagógico y Biblioteca.
También ha logrado un plausible desarrollo el Museo Pedagógico Nacional. cuya
medular tarea es la del archivo y exposición de la Historia de la Educación en México.
Desde su fundación, la Profa. Dolores Uribe ha sido su directora.
32
El Esfuerzo Educativo en México (1924.1928). Tomo 11. pág, 7 y s.
Significado promotor de la psicotecnia en México es el doctor Rafael Santa.
marina. Incansable investigador en este tipo de estudios. ha sido el doctor José Gómez
Robleda. Han laborado también en estas faenas: el doctor Lauro Ortega, el doctor
Ignacio Millán. el profesor Matías López Chaparro. el profesor Luis Herrera y Montes y
otros.
12. La Escuela Normal de Especializaciones Pedagógicas. -Las
especializaciones pedagógicas en la enseñanza normal tienen su origen en aquellos
ensayos para formar maestros expertos en la educación de los ciegos y sordomudos,
de los que ya se ha hablado en los capítulos precedentes. Pero el impulso inicial y
vigoroso en este dominio de la enseñanza normal. data de los primeros ensayos
encaminados a plantear y resolver los temas relativos a la educación de los niños
anormales mentales.33
El problema desde el punto de vista pedagógico y social era prácticamente
desconocido en México, hasta que el doctor José de Jesús González, notable
oftalmólogo y neurólogo, que ejercía en León de los Aldamas, Gto., se interesó por él y
creó, de su peculio, una pequeña escuela para esta clase de niños, al propio tiempo
que redactó un importante libro sobre estos problemas, intitulado “Los Niños Anormales
Psíquicos”. Esto ocurría por los años de 1914 a 1917.
En los años de 1917 a 1921, el señor profesor Salvador Lima, director de la
Escuela Normal de Guadalajara, Jal., implantó, por primera vez en la República, la
cátedra de Educación de Niños Anormales en dicha escuela. Posteriormente, en los
años de 1921 y 1925 y bajo la inspiración del mismo señor profesor Salvador Lima, se
creó, en la Dirección de Establecimientos Penales y Correccionales dependientes del
Gobierno del Distrito, un servicio de anormales mentales que estuvo a cargo del doctor
Roberto Solís Quiroga, y que entre otras labores hizo la formación de grupos especiales
para niños anormales mentales en las escuelas correccionales, grupos que funcionaron
algunos años con éxito. y que permitieron señalar el importante hecho de que la gran
masa de los menores delincuentes son anormales mentales superficiales, cuyas
condiciones psíquicas les impiden adaptarse a la vida social; lo que reclama un
tratamiento médico y con una terapia pedagógica adecuados.
En la Escuela de Demostración y Experimentación Pedagógica de la Universidad
Nacional, ubicada primero en la calle de la Academia y después en San Angel, se
crearon grupos diferenciales para niños anormales, que estuvieron servidos por
maestros que habían hecho sus cursos especiales en la Universidad Nacional.
La necesidad de estudiar a los delincuentes hizo que en el año de 1926 el
médico cirujano doctor Roberto Solís Quiroga, propusiera al Director General de
Establecimientos Penales, señor profesor Salvador Lima, la creación de un Tribunal
para Menores, proposición que fue aceptada ampliamente, y llevada al ánimo del
Secretario General de Gobierno, señor licenciado Primo Villa Michel, quien tomó el
asunto con calor y logró la creación del primer Tribunal Administrativo para Menores,
que después tuvo un carácter legal. En ese Tribunal se encontró perfectamente
33
Según la documentada reconstrucción obtenida del doctor Solís Quiroga, director actual de este plantel
educativo.
confirmado que el 67%% de los menores delincuentes son anormales mentales,
particularmente de tipo oligofrénico, y de entre ellos, la mayor parte débiles mentales.
Se encontró que el 70% de ellos debe su estado patológico al inveterado alcoholismo
de los padres, y por tanto, la necesidad de que la terapia pedagógica de ellos fuese de
acuerdo con las características de su personalidad patológica
En los años de 1933 y 1934, el Departamento de Psicopedagogía de la Secre-
taría de Educación Pública hizo tres grupos bajo cobertizos provisionales en una
escuela ubicada en Peralvillo. en donde se daba una educación especial a niños
anormales. En el año de 19.35, el doctor Roberto Solís Quiroga propuso al señor
licenciado Ignacio García Téllez, entonces Secretario de Educación Pública, la creación
del Instituto Médico-Pedagógico para Niños Anormales Mentales Educables, el cual fue
dotado con los elementos fundamentales, pero no con todos los que se necesitaban, y
que se caracterizó desde el principio por la especificidad de la terapia pedagógica y por
haberse hecho un centro de estudio de procedimientos de selección, diagnóstico y
tratamiento médico y pedagógico de niños anormales mentales. Un grupo de maestros
entusiastas y de médicos interesados, ninguno de ellos especializado, formó este
núcleo inicial en el Parque Lira. Tuvo este Instituto gran acogida social. su
establecimiento fue aplaudido, dentro y fuera de la capital. y visitado por numerosos
maestros y médicos extranjeros, particularmente por norteamericanos.
Todos estos antecedentes culminaron en 1943. En este año, en efecto, se creó
la Escuela Normal de Especialización, siendo Secretario de Educación Pública el
abogado don Octavio Véjar Vázquez. Esta flamante institución está destinada a la
formación de maestros especialistas en la educación de niños anormales mentales y
menores infractores, así como a la preparación de maestros especialistas en la
educación de sordomudos y en la educación de ciegos. Estas dos últimas carreras se
iniciaron en el año de 1944.
La Escuela Normal de Especialización es la única de este tipo que existe en la
América Latina, y por ello el Gobierno Mexicano ha invitado a los Gobiernos de las
Repúblicas Latinoamericanas para que envíen maestros a hacer sus estudios de
especialización. El Gobierno de la República del Perú, el de Venezuela, el de Panamá y
el de Guatemala y Cuba han respondido a esta invitación enviando alumnos.
13. La Casa de Cuna, la Casa del Niño, la Escuela Industrial Vocacional, el
Centro Industrial Rafael Dondé, la Escuela Nacional de Sordomudos, la Escuela
Nacional de Ciegos y otras instituciones benéficas de carácter docente. -La
beneficencia pública tuvo una existencia de grande penuria e injusto abandono. durante
la primera etapa de la Revolución Mexicana. Pero una vez consolidada ésta, los
Gobiernos han concedido creciente y debida atención a las clases sociales desvalidas.
En 1930, los establecimientos de carácter educativo de la beneficencia pública
experimentan mejoras muy considerables. Fue autor de ellas el eminente pedagogo
Moisés Sáenz, al encargarse de la dirección general de esta dependencia del Ejecutivo.
El maestro Sáenz concibe la tarea de la beneficencia pública a manera de un
servicio social impartido por el Estado a los individuos que, por circunstancias diversas,
necesitan de ayuda económica; pero a cambio de que éstos, los hospicianos, se vayan
incorporando a la sociedad, como factores de producción, por medio de una adecuada
obra educativa.
El Hospicio de Niños cambia de nombre y de orientación pedagógica. Desde
1930, se llama Casa del Niño, y las enseñanzas impartidas allí se llevan al cabo
conforme a las doctrinas pedagógicas contemporáneas (pedagogía de la acción. vida
sana y alegre, cultivo de los deportes, etc.).
Cosa parecida tiene lugar en la Escuela Industrial de Huérfanos. A partir del
propio año, se le designa Escuela Industrial Vocacional, ya que se le fijó como objetivo
fundamental el descubrir, al través de las actividades de taller de los educandos, la
aptitud de éstos, a fin de llevarlos más tarde a otro establecimiento de educación
técnico-profesional: el Centro Industrial Rafael Dondé.
En México, la pedagogía y educación de los sordomudos ha seguido el mismo
desarrollo que en Europa. Fundada, como se ha dicho, en 1866, la Escuela Nacional de
Sordomudos, por iniciativa conjunta de Eduardo Huet, sordomudo de nacimiento, y don
Ignacio Trigueros, alcalde municipal de la Ciudad. adoptó el método dactilológico
(pantomímico y de señales) del abate Carlos Miguel L'Epée. Desde 1882. gracias al
profesor José María Márquez, se va introduciendo el método oral, o articulado, pues
sólo así, se decía a tenor de la doctrina y técnica de J. K. Amman. Samuel Heinicke y F.
H. Hill (muerto en 1784), es posible que los sordomudos puedan incorporarse a la vida
social. Desde 1937, la enseñanza en la Escuela Nacional de Sordomudos consta de
tres ciclos. En el primero se trata de desmutizar a los niños; en el segundo, se imparte a
éstos la instrucción primaria, y en el tercero, se les alecciona en el aprendizaje de
labores productivas.
La Escuela Nacional de Ciegos ha seguido parecida evolución pedagógica. En
1877, el Gobierno del señor general Díaz nacionalizó la institución, que, como ya se
sabe, había sido creada por el señor Ignacio Trigueros. quien más tarde llegó a ser uno
de sus mejores directores. Desde 1933 atenta esta institución con un Jardín de Niños,
que ha sido, en general, bien atendido. En las enseñanzas domina aún el método de
Luis Braille, reformado.
La Casa de Cuna ha mejorado en las dos últimas décadas (1930-1950), tanto en
el aspecto médico cuanto en el orden pedagógico. A dos de sus eminentes directores:
el doctor Cárdenas de la Vega y el doctor Federico Gómez M., se debe la
modernización de sus servicios de asistencia médica. Por lo que mira al Jardín de
Niños de esta institución. a partir de 1932, constantes adelantos se advierten en su
funcionamiento.
En términos generales, durante este año y el siguiente- los establecimientos de
carácter educativo dependientes de la Beneficencia Pública recibieron una certera
orientación, debida al distinguido maestro don Aureliano Esquivel Casas. jefe del
Departamento de Acción Educativa, en aquel entonces. Inclusive las Casas Amiga de la
Obrera y el Pabellón destinado a niños dementes (en el Manicomio) fueron objeto de
reconsideración pedagógica.
14. La educación militar. -La enseñanza de las profesiones militares cobró en
México grande importancia en esta época. Consolidado el movimiento de la Revolución
bajo el régimen del general Álvaro Obregón y de la constructiva gestión administrativa
del general Plutarco Elías Calles, este tipo de enseñanzas fue objeto de atinada y
merecida atención, tanto por las necesidades intrínsecas de los progresos alcanzados
en estos menesteres, cuanto por el anhelo de organizar del mejor modo un ejército
nacional al servicio de las instituciones democráticas mediante una educación cívica de
la tropa y una preparación cada vez más eficaz y congruente de los candidatos a la
milicia.
La célula germinativa de la educación militar en México ha sido el Colegio Militar.
Dicho plantel educativo, planeado v organizado en las primeras décadas de nuestra
vida independiente, tuvo va una estructura definida en la época porfiriana. Incluso en la
etapa revolucionaria conservó su bien conquistado abolengo y sus propósitos de
permanente renovación. En los regímenes de los presidentes antes mencionados
(1920-1923). se sintió la necesidad de crear nuevas instituciones de enseñanza militar,
que, como es natural que ocurriera, de inmediato no se estructuraron dentro de un plan
de conjunto.
En 1932 se produjo un avance definitivo: se creó la Escuela Superior de Guerra,
a manera de coronamiento de las enseñanzas militares, al propio tiempo que fue
creada la Dirección General de Educación Militar, que vino a encargarse, como su
nombre lo indica, de coordinar y orientar todas las variadas enseñanzas en este
dominio de la educación. Fue nombrado Director General de Educación Militar el
general Joaquín Amaro, quien presentó un plan para la reorganización total de la
Educación Militar en la República.34 El referido plan fue aprobado por el general
Plutarco Elías Calles, secretario de Guerra y Marina, y por el Presidente de la
República, Pascual Ortiz Rubio.
El flamante plan se avocó a los dos aspectos fundamentales del problema: la
capacitación de los militares ya en ejercicio y la formación de nuevos elementos de la
armada. En esencia, decía el plan, la formación de oficiales superiores y subalternos
del ejército, exige que ésta se encuentre respaldada por una cultura general muy
amplia, gradual y constantemente perfeccionada y especialmente apoyada en bases
científicas en lo que respecta al mando, desde el punto de vista de la categoría de
dichos oficiales y de la unidad que a su grado corresponda, y en lo que atañe a las
diversas comisiones que deban desempeñar, de acuerdo con los conocimientos
especiales, tácticos o técnicos que aquéllas exijan; asegurando, a la vez, una formación
de carácter superior para los oficiales que estén avocados a colaborar con el Alto
Mando, impartiéndoles los conocimientos necesarios que requieran sus funciones.
Ahora bien, la satisfacción de estas necesidades de orden científico y
educacional sólo podrá realizarse estableciendo diferentes escuelas donde se impartan
los conocimientos necesarios a la profesión del militar, perfeccionando constantemente
su instrucción.. de acuerdo con las diversas categorías v funciones que son inherentes
a todos los grados del Ejército Nacional.
La formación de un oficial comprende varias fases en el curso de la carrera, que
pueden resumirse, por razón de la instrucción que en cada una de ellas recibe, en
34
Plan General para la Reorganización de la Educación Militar en la República, 1932.
preparación, formación, aplicación, especialización y estudios su periores.
De ello depende que se hagan necesarias tantas escuelas o centros educativos
como sean indispensables para las diferentes fases en que aparece dividida la
educación militar. Tales instituciones son.
Escuelas de Preparación.-Tienen por objeto preparar a los futuros alumnos de
las Escuelas de Formación, pudiendo estar fuera del dominio militar, aunque su
organización interior esté dentro de él, puesto que su finalidad es preparar candidatos
para las escuelas genuinamente militares.
Escuelas de Formación.-Son las encargadas de formar oficiales para el Ejército,
cualquiera que sea el Arma o Servicio a que se dediquen, recibiendo en su seno
alumnos de procedencia civil o militar.
Escuelas de Aplicación.-Son aquellas que tienen por objeto recibir oficiales de
todas las Armas y Servicios, para unificar la correcta interpretación de los reglamentos
respectivos, y ponerlos al tanto de los principios científicos en vigor, homogeneizando
así la enseñanza del ejército y aumentando el bagaje intelectual que tales oficiales
recibieron durante su estancia en la Escuela de Formación.
Escuelas de Especialización.-Están encargadas de dar a los oficiales los co-
nocimientos necesarios en aquellas ramas o especialidades técnicas indispensables
para la vida de un ejército.
Escuelas de Estudios Superiores-Son los centros de altos estudios militares, que
constituyen el coronamiento del saber militar en cualquiera de sus ramas.
De acuerdo con la organización aprobada, las escuelas quedaron clasificadas
como sigue.
De Formación: Colegio Militar, Escuela Militar de Aeronáutica, Escuela Naval,
Escuela Médico Militar y Médico Veterinaria.
De Especialización: Liga y Transmisión.
De Carácter Superior: La Escuela Superior de Guerra.
Además, se estableció en el referido plan una serie de cursos de capacita. ción y
perfeccionamiento, divididos en dos grupos: para Cabos y Sargentos en las tres armas
(infantería, caballería y artillería), y para Jefes y Oficiales también en las tres armas
mencionadas.
15. La Escuela Normal de Educación Física. -La teoría y práctica de la educación
física en México fue ya objeto de atención por pedagogos y funcionarios desde fines del
siglo XIX. Pero hasta la época de la Revolución se pensó con la seriedad debida en la
creación de instituciones específicas encargadas de preparar a los maestros de
educación física.
Los primeros instructores que impartieron este tipo de educación fueron re-
clutados entre gimnastas destacados, deportistas, cirqueros, etc. La primera institución
destinada específicamente a esta clase de enseñanzas fue la Escuela Magistral de
Esgrima y Gimnasia, organizada conforme al programa de la Escuela dc Joinville le
Pont, de Francia, y cuyos designios eran los de capacitar a oficiales del Ejército
Nacional. La escuela fue creada en 1908 y desapareció en 1915. Más tarde, en 1922,
con parecidos propósitos se fundó la Escuela Militar de Esgrima y Gimnasia. de la
Secretaría de Guerra y Marina.
Por la misma época se creó en el Colegio Militar, como una dependencia del
mismo, una Escuela de Educación Física para formar profesores que, al salir del
mencionado plantel, pudieran impartir la educación física a los miembros del Ejército
Nacional: pero también esta organización tuvo una vida efímera ya que sólo funcionó un
año y medio.
Para colmar la laguna que dejaron las desaparecidas escuelas, la Secretaría de
Educación Pública instituyó, en el año de 1923, la Elemental de Educación Física.
destinada, exclusivamente, a capacitar a los profesores en ejercicio, que carecían de la
preparación pedagógica adecuada. Su plan de estudios fue más amplio que el de las
escuelas antes mencionadas y comprendía, aparte de la en señanza de la técnica
especial, el estudio de materias complementarias de cultura general.
Esta misma Escuela fue acogida en el seno de la Universidad Nacional a fines
del año de 1927, bajo un nuevo plan de estudios inspirado en el que desarrollaba el
Colegio de Springfield de los Estados Unidos de Norteamérica, reputado entonces
como el más adelantado de aquel país. Desgraciadamente, la Universidad Nacional en
1933 consideró pertinente no continuar sosteniendo la Escuela, por la falta de recursos
económicos.
Después de esta otra interrupción en la historia de las escuelas de educación
física, el desaparecido Departamento Autónomo de Educación Física fundó, el 8 de
febrero de 1936. la actual Escuela Normal de Educación Física, que, desde esa época,
ha venido desarrollando sus labores sin interrupción, dependiendo administrativamente
de diversas Oficinas gubernamentales. Quedó adscrita a la Dirección General de
Enseñanza Normal de la Secretaría de Educación Pública, en 1947. Desde 1950,
depende de la Dirección General de Educación Física.
16. Otras instituciones. -La fundación de la Escuela Normal de Educación Física
ha venido a satisfacer, asimismo, evidentes necesidades en el sistema de la educación
nacional. Con el tiempo, el cultivo de la salud y la energía vital de los niños y jóvenes,
combinadas debidamente con los estéticos aspectos de este problema, tendrá un
carácter científico y metódico.
La pedagogía del cuidado social llevó al cabo en este período la creación de
tribunales para menores, ya señalada. Además se mejoraron los Hogares Infantiles,
Casas de Regeneración y otras instituciones similares.
La educación estética continuóse incrementando desde le importante campaña
emprendida por José Vasconcelos, en 1921. Hasta 1916. la Dirección General de
Educación Estética, a cuyo cargo se encuentran estas actividades, se hallaba
organizada en los Departamentos de Artes Plásticas, de Teatro y de Música. Los
referidos Departamentos se encargan de labores docentes (dentro de los planteles
educativos) y de campañas de permanente difusión, fuera de las aulas. Además, la
susodicha Dirección cuenta con específicas escuelas de cultura estética: escuelas de
pintura y escultura, escuela de las artes del libro. escuelas de teatro, escuelas de
música, etc.
El ahorro y el cooperativismo escolares alcanzaron innegable desarrollo, sobre
todo desde 19:36. Se trató, y en parte se logró, ejercitar a maestros y alumnos en la
práctica de la previsión económica y de la técnica del sistema cooperativo.
Dentro del servicio de bibliotecas, sobre intensificarlo se crearon las bibliotecas
ambulantes. en 1935. las cuales a bordo de camiones y carros de ferrocarril, dan
oportunidad de lectura a comunidades mal comunicadas con centros urbanos.
Entre las instituciones circumescolares, es importante mencionar la fundación de
los “Grupos Infantiles José Martí”, con nombres de héroes mexicanos, debida al doctor
Juan Pérez Abren. La institución reside en acciones colectivas en las que, en un
ambiente democrático y tomando como modelo héroes nacionales, se espolea
vívidamente la formación omnilateral de los niños. Constituyen un punto de articulación
entre la educación sistemática de la escuela y la cultura espontánea de la comunidad.
En fin, las orientaciones técnicas de la educación extraescolar han variado a
tenor de los nuevos avances. La Secretaría de Educación y, en general, todas las
dependencia de la administración pública comprendieran ya el efecto pedagógico del
cine, la radio y la prensa.35
PROBLEMAS Y CORRELACIONES
1. Desarrollo de la teoría pedagógica en esta época.
2. Esencia y formas de la educación circumescolar.
3. Moisés Sáenz como teórico y político de la educación.
4. La obra pedagógica de Lauro Aguirre como Director de la Escuela Nacional de
Maestros.
35
Compárese el libro de séis años de gobierno al Servicio de México, 1934-1940. México.
LA POLÍTICA EDUCATIVA REVOLUCIONARIA
1. La Constitución de 1917; 2. Las escuelas federales y las escuelas “Artículo 123”; 3.
La lucha en torno del laicismo; 4. José Vasconcelos y el restablecimiento de la
Secretaría de Educación; 5. Progresos de la pedagogía social; 6. Narciso Bassols y la
administración educativa revolucionaria; 7. El movimiento obrero organizado y la
educación socialista; 8. El concepto de la educación socialista y la reforma del artículo
39 de la Constitución de 1917; 9. La política educativa radical.
1. La Constitución de 1917. -Derrotado el Gobierno del presidente Díaz. ocupó la
Cartera de Instrucción Pública y Bellas Artes el doctor Francisco Vázquez Gómez
(hasta octubre de 1911). Tras él. ya en el Gabinete presidencial de Francisco I. Madero,
fueron Secretarios del propio ramo el licenciado Miguel Díáz Lombardo (hasta febrero
de 1912) y el licenciado José María Pino Suárez (hasta febrero de 1913).
Durante el gobierno ilegal de Victoriano Huerta (1913-1914), se encargaron del
despacho de la Secretaría de Instrucción las siguientes personas: licenciado Jorge Vera
Estaño), ingeniero Manuel Garza Aldape, licenciado José María Lozano, licenciado
Eduardo Tamariz y licenciado Nemesio García Naranjo.
Después de la caída de Victoriano Huerta, tuvieron a su cargo el Despacho de la
Secretaría de Educación Pública el licenciado Rubén Valenti (como subsecretario), el
ingeniero Félix F. Palavicini ¡como oficial mayor), el licenciado Alfonso Cravioto (como
oficial mayor), el profesor Juan León (como director de enseñanza técnica), el
licenciado Joaquín Ramos Roa (como oficial mayas), y en calidad de ministros de
Estado, el profesor y general Otilio E. Montaño y el licenciado José Vasconcelos.
Madero y Pino Suárez pugnaron de preferencia por una transformación de los
medios de la política electoral, con la mira de asegurar en México el régimen
institucional de la democracia. La política que inaugura don Venustiano Carranza va
más adelante. Toma muy en cuenta las reivindicaciones de carácter social y, de manera
resuelta, se preocupa por los problemas y necesidades de las clases populares. Entre
tales reivindicaciones, pronto ocupó merecido sitio el tema de la educación.
La Revolución, en efecto, había traído consigo nuevos ideales educativos.
Precisaba ya codificarlos en la Carta Magna. Ello sucedió en la Constitución del 17,
que, además de reafirmar los postulados (de las Constituciones del 57 y 33,
respectivamente) de la enseñanza gratuita, laica y obligatoria, y de la intervención del
Estado en la enseñanza privada. recogió la idea contenida en la Constitución del 2d., de
respetar la autonomía de los Estados de la Federación en el arreglo interno de la
educación pública. El texto del artículo 3 ° de la Constitución de 17 fue redactado
en los siguientes términos:
“La enseñanza es libre; pero será laica la que se dé en los establecimientos
oficiales de educación, lo mismo que la enseñanza primaria, elemental y superior que
se imparta en los establecimientos particulares.
“Ninguna corporación religiosa ni ministro de ningún culto podrá establecer o
dirigir escuelas de instrucción primaria”.
“Las escuelas primarias particulares sólo podrán establecerse sujetándose a la
vigilancia oficial”.
“En los establecimientos oficiales se impartirá gratuitamente la enseñanza
primaria”.
La norma aprobada fue la fórmula de conciliación de dos grupos en pugna. lo
que venía a exhibir un claro afán de ir hacia adelante. Basta recordar las prolijas
discusiones que, a la sazón, se tuvieron en torno dé carácter laico de la enseñanza.
“Excusado es insistir, después de lo expuesto -dijo la Comisión dictaminadora-, en que
la enseñanza en las escuelas oficiales debe ser laica. Dando a este vocablo la
significación de neutral se ha entendido que el laicismo cierra los labios del maestro
ante todo error revestido de alguna apariencia religiosa. La Comisión entiende por
enseñanza laica la enseñanza ajena a toda creencia religiosa, la enseñanza que
transmite la verdad y desengaña del error inspirándose en un criterio rigurosamente
científico: no encuentra la Comisión otro vocablo que exprese su idea más que el de
laico, y de éste se ha servido.. haciendo constar que no es su propósito darle la
acepción de neutral indicada al principio”.
El grupo moderado (licenciado José “Natividad Macías, licenciado Luis Manuel
Rojas, ingeniero Félix F. Palavicini y Alfonso Cravioto) captóse las simpatías del Primer
Jefe, quien influido por ellos, llegó a ser partidario de una concepción mucho menos
avanzada que la aprobada.
En honor a la justicia, el grupo de izquierda, encabezado por el general
Francisco J. Múgica y Juan de Dios Bojórquez. obtuvo las mayores ganancias en la
contienda, Logró que se asegurara el carácter laico de toda educación impartida por el
Estado (y no sólo la primaria, como pretendiera el grupo moderado), así como de la
enseñanza elemental privada; puso la educación a salvo de la influencia de
corporaciones religiosas; consagró el principio de inspección oficial para garantizar el
cumplimiento de estas prescripciones, y refrendó los postulados de la obligatoriedad y
gratituidad de la enseñanza primaria oficial.36
2. Las escuelas federales y las escuelas “Artículo 123”. -Otras muy importantes
disposiciones legislativas en materia de educación contiene la Constitución de 17 (arts,
31, fracción I; 73, fracciones X y XXV, y 123, fracción XII).
La obligatoriedad de la enseñanza queda consagrada en estos términos: Artículo
31. -Son obligaciones de los mexicanos:
1.-Hacer que sus hijos o pupilos, menores de quince años, concurran a las
escuelas públicas o privadas para obtener la educación primaria elemental y militar,
durante el tiempo que marque la ley de Instrucción Pública de rada Estado”.
En las fracciones X y XXV del artículo 73 se crean constitucionalmente las
escuelas federales.
“Artículo 73.-El Congreso tiene facultad:...
36
Diario de los Debates. Años : 1916, 1917.
“X.-Para Legislar en toda la República sobre minería, Industrial Cinematográfica,
Comercio, Instituciones de Crédito y Energía Eléctrica, para establecer el Banco de
Emisión Único, en los términos del artículo 28 de esta Constitución, y para expedir las
leyes de trabajo reglamentarias del artículo 123 de la propia Constitución. La aplicación
de las leyes del trabajo corresponde a las autoridades de los Estados en sus
respectivas jurisdicciones. excepto cuando se trate (le asuntos relativos a las industrias
textil y eléctrica. ferrocarriles y demás empresas de transporte amparadas por
concesión federal, minería e hidrocarburos, los trabajos ejecutados en el mar y las
zona: marítimas y. por último, las obligaciones que en materia educativa corresponden
a los patrones. en la forma y términos que fijen las disposiciones reglamentarias. En el
rendimiento de los impuestos que el Congreso Federal establezca sobre energía
eléctrica, en uso de las facultades que en materia de legislación le concede esta -
fracción, participarán los Estados y Municipios en la proporción que las autoridades
federales y locales respectivas acuerden.
“XXV-Para establecer, organizar y sostener en toda la República escuelas
rurales, elementales superiores, secundarias y profesionales; de investigación científica,
de Bellas Artes y de enseñanza técnica; escuelas prácticas de agricultura y de minería,
de artes y oficios, museos, bibliotecas. observatorios y demás institutos concernientes a
la cultura general de los habitantes de la Nación y legislar en todo lo que sc refiere a
dichas instituciones; así como para dictar las leves encaminadas a distribuir
convenientemente entre la Federación, los Estados y los municipios el ejercicio de la
función educativa y las aportaciones económicas correspondientes a ese servicio
público. buscando unificar y coordinar la educación en toda la Rcpública. Los títulos que
se expidan por los establecimientos de que se trata surtirán sus efectos en toda la
República.
El reglamento de la Ley Orgánica de Instrucción de 1869 sugirió la necesidad de
que los patrones fundaran escuelas a sus expensas. La Constitución de 17 hace
obligatorio este precepto, dando lugar al nacimiento de un tipo de escuelas
característico de nuestro sistema educativo: las escuelas “Artículo 123”.
Artículo 123.-El Congreso de la Unión, sin contravenir a las bases siguientes,
deberá expedir leyes sobre el trabajo, las cuales regirán entre los obreros, jornaleros,
empleados, domésticos y artesanos y, de una manera general. sobre todo contrato de
trabajo...
XII.-En toda negociación agrícola, industrial, minera o cualquiera otra clase de
trabajo, los patrones estarán obligados a proporcionar a los trabajadores habitaciones
cómodas e higiénicas, por las que podrán cobrar rentas que no excederán del medio
por ciento mensual del valor catastral de las fincas. Igualmente, deberán establecer
escuelas, enfermerías y demás servicios necesarios a la comunidad. Si las
negociaciones estuviesen situadas dentro de las poblaciones y ocuparen un número de
trabajadores mayor de cien, tendrán la primera de las obligaciones mencionadas”.
3. La lucha en torno del laicismo. -Los diputados constitucionalistas de avanzada
proclamaron un laicismo combativo. Ello. empero, contribuyó más a fomentar una
corriente de oposición en contra de la escuela laica. Como era comprensible de suyo, el
clero mexicano capitaneó dicho movimiento de oposición “Por una parte. decía el
obispo de México, se restringe la libertad de enseñanza, toda vez que se prohíbe la
instrucción religiosa aun en las escuelas privadas, y por otra se coarta en los
sacerdotes la que todo hombre tiene de enseñar; y por último, se ataca el derecho de
los padres de familia a educar a sus hijos según su conciencia y religión”.
Y agregaba: “Que conforme a las doctrinas de los Pontífices romanos, espe-
cialmente la contenida en la encíclica “Quod Apostolici numeris”, y movidos también por
patriotismo, nos hallamos muy lejos de aprobar la rebelión armada contra la autoridad
constituida, sin que esta sumisión pasiva a cualquier gobierno signifique aprobación
intelectual o voluntaria a las leves antirreligiosas y de otro modo injustas que de él
emanaren...”
Todavía en 1926, el Jefe del Catolicismo en México hacía ver que: “La doctrina
de la Iglesia es invariable, porque es la verdad, divinamente revelable. La protesta que
los prelados mexicanos formulamos contra la Constitución de 1917, en los artículos que
se oponen a la libertad y dogmas religiosos, se mantiene firme. No ha sido modificada,
sino robustecida, porque deriva de la doctrina de la Iglesia. La información que publicó
“El Universal”, de fecha 27 de enero, en el sentido de que se emprenderá una campaña
contra las leyes injustas y contrarias al Derecho Natural, es perfectamente cierta. El
episcopado, clero y católicos no reconocemos y combatiremos los artículos 3°; 31. frac.
1; 5°; 27, y 130 de la Constitución vigente. Este criterio no podemos, por ningún motivo,
variarlo sin hacer traición a nuestra fe y a nuestra Religión”.
La propaganda religiosa no era sino la defensa pública de lo que ocurría en la
mayor parte de las escuelas privadas. A decir verdad, en estos establecimientos se
violaban los mandatos legales respecto a lo preceptuado acerca de la escuela laica y
abstencionista en materia de religión. Los tres funcionarios que se ocuparon de atender
el ramo de educación en el Gabinete del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista:
Félix F. Palavicini, Alfonso Cravioto y Juan León, se despreocuparon, a sabiendas o no,
de tan importante cuestión.
Esta diferencia se vino a acentuar cuando se decretó, con equívoco manifiesto,
la supresión, en 1917 de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, so pretexto
de que ésta carecía de sentido político y de que significaba para el Erario nacional una
fuerte e inútil erogación.
Hubo más: en 1918, don Venustiano Carranza pretendió de nuevo, sin lograrlo,
modificar el aprobado artículo 39 constitucional. Estando en trámite en la Cámara de
Diputados esta iniciativa, ocurrió el levantamiento de armas de Álvaro Obregón y la
caída del Primer Jefe.
4. José Vasconcelos y el restablecimiento de la Secretaría de Educación. -Por lo
que concierne al problema del laicismo, José Vasconcelos tampoco asumió una
posición progresista. Consideraba que la escuela laica en México había evolucionado
desde la neutralidad fingida de los orígenes hasta el protestamiento contemporáneo.
Para él, la mejor concepción del laicismo era ésta: tolerancia de los alumnos de
diferente religión; y, lo que es aún más extraño. consideró que la evolución y progreso
se desenvuelven desde la neutralidad hasta el cristianismo contemporáneo.
Con todo, la obra de Vasconcelos fue constructiva. Asesorado por don Ezequiel
A. Chávez, propuso al presidente Obregón el restablecimiento de la Secretaría de
Educación Pública: lo que fue aceptado por éste con clara visión de estadista.
La creación de dicha Secretaría, de conformidad con la Ley respectiva de 29 de
septiembre de 1921, reposaba sobre las siguientes bases:
1°. El nuevo Ministerio no limitaría su radio de acción al Distrito Federal y
Territorios; llevaría su benéfica influencia a todas las entidades de la República. Por vez
primera se hacía viable la federalización de la enseñanza, planeada y pedida por don
Ezequiel A. Chávez, en 1903; por don Justo Sierra, en 1908. y por otros Gobiernos
revolucionarios, en 1910, en 1915. en 1918 y en 1920.
2°. Quedaría integrado el nuevo Ministerio con todos los establecimientos de
educación, entonces dispersos en la Universidad Nacional, en el Gobierno del Distrito
Federal y en los Ayuntamientos municipales y Territorios Federales.
He aquí cómo justificó Vasconcelos en su libro retrospectivo “De Robinson a
Odiseo”, la restauración de la Secretaría de Educación: “Precisa en cada nación un
organismo central y provisto de fondos para que exista la posibilidad de una acción
educativa, extensa e intensa, capaz de influir en la vida pública. Y toca a este
organismo, generalmente llamado Ministerio de Educación, señalar las orientaciones
generales técnicas y políticas de la enseñanza. Le corresponde asimismo asegurar la
cohesión de lo enseñado en las distintas facultades o escuelas. No se trata ya de saber
si la actuación de un Ministerio de Educación es o no deseable; no existe, hoy por hoy,
posibilidad de sustituirlo. Independientemente de que el Estado esté o no capacitado
para educar, debe reconocerse la realidad de que sólo el Estado dispone o podría
disponer de los fondos necesarios para un esfuerzo educacional de importancia”.
José Vasconcelos ocupó la Cartera de Educación de octubre de 1921 a julio de
1924. Su gestión educativa tuvo un resuelto sentido social. Combatió el analfabetismo,
multiplicó las escuelas elementales, creó escuelas técnicas destinadas a la capacitación
de obreros calificados, promovió el establecimiento de las escuelas agrícolas y, en
general. fomentó la educación rural (normales rurales, misiones culturales, etc.).
Peculiar importancia tuvo para José Vasconcelos la educación estética del
pueblo. La música, el canto, la plástica, debían penetrar en la escuela. Pero “movido -
dice- por el afán de otorgar a la escuela el ideal que le falta, hice yo otro esfuerzo
desesperado. Consistió en ampliar el plan patriótico, asentándolo en la lengua y en la
sangre”. José Vasconcelos llegó a comprender la importancia de los adelantos
pedagógicos. En diciembre de 1923, se aprobó un instructivo donde se proponían las
Bases para la Organización de la Escuela primaria conforme al Principio de la Acción. A
principios de 1924 se pusieron en práctica dichas bases, con los tropiezos
consiguientes que supone toda innovación
Vasconcelos destacó con acierto el problema social de la cultura del pueblo; vino
a renovar el interés nacional en torno de la vida educativa del país, y señaló nuevos
derroteros en la forma de plantear importantes cuestiones de educación popular.
Los presupuestos destinados al ramo de educación aumentaron considerable-
mente durante la época que estuvo José Vasconcelos encargado del Ministerio De
quince millones de pesos anuales en 1921, aumentó el presupuesto a treinta y cinco
millones en 1923, sin contar las aportaciones de los Estados federales, .que
ascendieron a catorce millones.
5. Progresos de la pedagogía social. -El programa educativo de José
Vasconcelos, orientado en los postulados políticos de una pedagogía social, no pudo
cumplirse en todas sus partes. Poco, muy poco hizo en el Ministerio el doctor Bernardo
J. Gastelum. nombrado Secretario del Ramo, del 28 de julio al 30 de noviembre de
1924. La obra realizada por el Ministro José Manuel Puig Casauranc (1921.1928), bajo
la presidencia de Plutarco Elías Calles, trató de realizar y superar los planes del
maestro Vasconcelos. Con la eficaz colaboración de Moisés Sáenz, que ocupó el cargo
de subsecretario y que era un partidario resuelto de la pedagogía pragmática de John
Dewey, como se ha referido ya37 realizó su obra educativa. Desde luego incrementó los
servicios de psicotecnia pedagógica. Se llevaron adelante, también, los postulados de
la pedagogía activista, intentando poner en práctica el método de proyectos. Atendió
con predilección la enseñanza rural y agrícola y la educación elemental. Fraccionó los
estudios preparatorios en dos ciclos, creando así las escuelas secundarias con tres
años de escolaridad y bajo la dependencia de la Secretaría de Educación.
La política educativa en este cuatrienio se caracteriza de preferencia por la
manifiesta preocupación en torno de la ilustración de los grandes núcleos de población.
Se llega a establecer una red de 5,000 escuelas rurales, distribuidas por todo el país, y
se funda la Dirección de Misiones Culturales (1926), fomentando de esta suerte el
número y funciones de éstas; se construyeron las primeras escuelas al aire libre, y se
fundó la Casa del Estudiante Indígena.
Por lo que toca a la educación urbana, hay que consignar que, en 1928, existían
en la capital de la República 206 escuelas urbanas, 68 semiurbanas y 38 Jardines de
Niños, incluyendo escuelas tipo, o escuelas modelo.
En este mismo período de Gobierno la enseñanza normal recibió significativo
impulso. Se inauguró en la Colonia de Santo Tomás, del Distrito Federal, la Escuela
Nacional de Maestros, en un flamante edificio bajo la dirección del eminente pedagogo
Lauro Aguirre.
Es la época, también, en la que aparecen los Hogares Infantiles, modalidad del
Jardín de Niños, donde las educadoras atienden la educación, la salud y la alimentación
de los párvulos.
Respecto a nuevos beneficios económicos en favor del profesorado, se
expidieron los Reglamentos de Estabilidad del Magisterio y la Ley del Seguro del
maestro.
En fin, en materia de orientación política de la enseñanza, se trató de cumplir las
normas constitucionales relativas a la laicitud de la enseñanza, no obstante hallarse el
país en pleno conflicto religioso. “La Constitución de 1857, y ahora la vigente de 1917,
expresó el Gobierno del general Calles, establecen el laicismo de la enseñanza
primaria, sentando un principio de libertad de conciencia y destruyendo los
37
Capítulo V, parágrafo 8.
exclusivismos que necesariamente tendrían que aparecer como consecuencia de las
creencias de los maestros o directores de colegios a donde concurren niños de todos
los credos. Además de que, verdades fundamentales de la ciencia son continuamente
negadas por creyentes de estrecho criterio, que privarían de ellas a los educandos.
Otras muchas consideraciones consignadas en el “Diario de los Debates” de los
Congresos Constituyentes justifican plenamente el laicismo de la enseñanza,
consideraciones que no viene al caso citar ahora, porque, como en otras ocasiones lo
he expresado, no se trata de discutir la ley, sino de hacer que se cumpla y se respete”.
6. Narciso Bassols y la administración educativa revolucionaria. -Durante los tres
últimos meses del gobierno del presidente Calles, el profesor Moisés Sáenz,
subsecretario de Educación Pública, estuvo encargado del despacho de este ramo de
la administración. Como colaborador que había sido del ministro Puig Casauranc,
estuvo en aptitud de llevar adelante los planes iniciados por éste.
En el Gabinete presidencial del licenciado Portes Gil, ocupó el cargo de Se-
cretarlo de Educación Pública el licenciado Ezequiel Padilla. Encauzada la educación
por los ministros anteriores, el Gobierno del licenciado Portes Gil tuvo el acierto de
seguir dando a este ramo la orientación encaminada a socializar y popularizar la
cultura. Notorio y magnífico esfuerzo tuvo efecto en favor de la enseñanza rural en esta
época, siendo Jefe del Departamento de estas escuelas el profesor Rafael Ramírez.
Digno de referirse es, asimismo, la fundación del Servicio de Higiene Infantil y la
Escuela de Puericultura, dependientes del Departamento de Salubridad Pública. Por su
parte. los maestros fueron doblemente beneficiados con la “Ley de Inamovilidad” (16 de
enero. 1930) y con la del “Escalafón del Magisterio” (30 de enero), leyes, a decir
verdad, ya planeadas por la administración precedente. Como se ha dicho con
antelación, en este período de Gobierno logró la Universidad su parcial autonomía.
No experimenta la educación pública acontecimientos importantes durante la
primera etapa (de una duración de diecinueve meses) de Gobierno del presidente Ortiz
Rubio, quien tuvo cuatro ministros de Educación (licenciado Aarón Sáenz, licenciado
Carlos Trejo y Lerdo de Tejada, doctor José Manuel Puig Casauranc y doctor Alejandro
Cerisola). Salvo la creación (1930) de las escuelas fronterizas, llamadas así por estar
situadas en la frontera con los Estados Unidos de América, a fin de contrarrestar la
influencia extranjera, y la fundación de cinco escuelas normales rurales, la obra
educativa dejó mucho que desear.
Con la presencia de Narciso Bassols en el Ministerio de Educación en el propio
gabinete del presidente Ortiz Rubio, la orientación que el Gobierno dio a la política
cambió de rumbo. En el ramo de educación tomó de inmediato un cariz legalista. El
licenciado Bassols exigió a las escuelas particulares el estricto cumplimiento del artículo
39 constitucional. Para ello, expidió el Reglamento de 19 de abril de 1932, refrendado
por la firma del presidente Ortiz Rubio. Dicho Reglamento exhibió la necesidad de
intensificar la inspección oficial en las escuelas particulares para hacer respetar el
carácter laico de la enseñanza, así como las condiciones higiénicas y la organización
pedagógica adecuada en estos planteles, y subrayó en más de un lugar que tanto el-
clero como los miembros de las corporaciones religiosas no deberían tener ingerencia
alguna en la educación.
Asimismo se interpretó el artículo 39 de la Constitución, por parte de la
Secretaría, en el sentido de que inclusive los certificados que acreditaban estudios en
las escuelas de segunda enseñanza sólo podrían revalidarse oficialmente en el caso de
que se hubieran hecho en instituciones laicas.
Como era de esperarse, el clero reaccionó con violencia ante tales orientaciones
políticas. El arzobispo de México, don Pascual Díaz, había dado a la publicidad una
amplia Instrucción Pastoral en enero del propio año, con la mira de preparar el
ambiente en contra de la política legalista de Bassols. En ella decía, entre otras cosas:
“Los padres de familia tienen como eficaces auxiliares a los maestros, sus verdaderos
representantes, a quienes confían la misión de educar cristianamente a sus hijos.
Deben, por tanto, los maestros dignos de este nombre, ser los cooperadores de los
padres de familia en esta misión de educar cristianamente a los niños, y no pueden ni
deben de manera alguna, apartarse de las normas que ha trazado la Iglesia para
obtener la verdadera educación cristiana de los niños”. Por tanto, se ordena:
“I. Los padres de familia del arzobispado de México deberán abstenerse de
enviar a sus hijos á las escuelas laicas secundarias.
“II. Los padres de familia tienen la obligación de preferir las escuelas católicas
para lograr la educación cristiana de sus hijos”.
La agitación en torno de la laicitud de la enseñanza, tuvo caracteres alarmantes.
Los bloques de la Cámara del Congreso de la Unión interpelaron al ministro Bassols.
En esa memorable interpelación. el Secretario de Estado señaló un nuevo camino en
tan debatido problema, anunciando ya una orientación más radical: “La muerte del
prejuicio religioso es, por fortuna, una consecuencia de la educación de las masas.
Basta mostrarles con los rudimentos de la cultura el absurdo del prejuicio religioso para
que vuelvan sus espaldas a sus antiguos explotadores... Convencida la Secretaría de
que el opio religioso es un instrumento de sometimiento de las masas trabajadoras,
cree también que la liberación económica de campesinos y trabajadores es el otro
factor decisivo para limpiar la conciencia de los hombres... En cuanto a la escuela
secundaria, su incorporación al régimen oficial habrá -de ser laica, como lo es este
régimen”.
En septiembre de 1932 hubo de abandonar, por renuncia. el ingeniero Pascual
Ortiz Rubio, la Presidencia de la República. En su lugar, fue designado Presidente
Constitucional substituto el general Abelardo L. Rodríguez. El licenciado Narciso
Bassols continuó al frente de la Secretaría de Educación Pública. Este, ahora, pudo ya
iniciar la etapa definitiva de la administración educativa revolucionaria. Político honesto
y de gran capacidad de trabajo. Bassols reglamentó las actividades de la Secretaría.
Además, trató de hacer viables los preceptos constitucionales en otros aspectos de la
educación. Logró que se cumpliera el artículo 123 (fracción XII), que ordena el
establecimiento de escuelas a costa de las negociaciones agrícolas (,Escuelas Artículo
123). Fomentó las escuelas fronterizas, para evitar que los mexicanos recibieran su
educación elemental en países extranjeros. Para subsistir la Escuela del Estudiante
Indígena, estableció once internados indígenas; logró que se aumentara
considerablemente el sueldo de los maestros rurales, que hasta entonces ganaban
$150; se preocupó grandemente de los centros de educación rural, lográndose elevar el
número de estos establecimientos a 7,504; hizo nobles esfuerzos, coronados con
lisonjero éxito. encaminados a educar a los delincuentes recluidos. (Incluso fundó una
escuela en la colonia penitenciaria de las Islas Marías.) En cambio, no tuvo la requerida
atingencia para plantear y resolver el problema de la Universidad Nacional de México,
oponiéndose erróneamente al principio de la alta y libre docencia e investigación.38
Por este error, y por un conflicto surgido dentro del Ministerio entre él y la
representación sindical del profesorado, hubo de abandonar el cargo de Secretario de
Estado. Le sustituyó el licenciado Eduardo Vasconcelos. quien estuvo al frente del
Ministerio de mayo a noviembre de 1934.
7. El movimiento obrero organizado y la educación socialista. -La lucha alrededor
de la escuela laica vino a excitar todavía más a los grupos revolucionarios,
impulsándolos a tomar una más precisa y radical posición con respecto a este
problema. Para ella contaron ahora con un movimiento obrero organizado, que apoyó
por manera resuelta las nuevas orientaciones.
Durante la época del porfirismo no existieron asociaciones de trabajadores con
objetivos de resistencia revolucionaria. El primer grupo organizado de obreros
mexicanos tuvo un carácter mutualista; se constituyó en 1906, en el Estado de
Veracruz, y llevó el nombre de “Gran Círculo de Obreros Libres”. “La defensa de los
intereses proletarios y el despertar de la conciencia de clase se inició a partir de la
memorable huelga de 7 de enero de 1907, en Orizaba. Ver., y la efectuada en Atlixco,
Puebla; reprimidas sangrientamente por el general Díaz”.39
Derrumbado el gobierno porfirista, aparecen los primeros grupos de obreros
organizados: “La Casa del Obrero Mundial”, “La Unión di Mineros”, “La Confederación
del Trabajo”, etc.
Desde entonces se han ido fundando nuevas organizaciones. animadas siempre
por el espíritu de clase. Notables han sido la “Confederación Regional Obrera
Mexicana” (C.R.0.M.), la “Confederación General de Trabajadores” (C.G.T.), la
“Confederación de Trabajadores de México” (C.T.M.), la “Confederación Nacional
Campesina” (C.N.C.).
Coincidiendo con la propaganda electoral para la renovación de Presidente de la
República, desde fines de 1932, fue cobrando creciente energía el pensamiento de
modificar el artículo 39 constitucional, que consagraba la enseñanza libre, en obsequio
de una orientación más avanzada.
De inmediato se trató, por los grupos más radicales, de implantar la llamada
educación racionalista, conforme a la cual la escuela ha de asumir una actitud militante
en contra de toda creencia religiosa. Ejemplo vivo de esta dirección se hallaba en la
“Ley de Institución de las Escuelas Racionalistas”, expedida por Carrillo Puerto in el
Estado de Yucatán, en febrero de 1922. “Nuestra cultura cívica, decía la exposición de
motivos de este Ordenamiento, a partir de la Carta de Querétaro, ha tenido que ser
extensa, toda vez que en su artículo 123 establece derechos desconocidos por la Carta
38
Véase el capítulo IV: La Enseñanza Universitaria.
39
A. Bremauntz. La Educación Socialista en México. pág. 123.
de 1857. La Cartilla del Ciudadano era antes netamente individualista, calcada en el
liberalismo que generó la Revolución Francesa. La de ahora tiene que enseñar
derechos nuevos en que la individualidad se sacrifica a la utilidad colectiva y en que se
labra el bienestar del poderoso elemento de la producción de los trabajadores”.
Otros núcleos revolucionarios, en cambio, sólo aspiraban a dar al principio de la
laicitud una orientación más precisa y progresista. El Poder Ejecutivo tuvo esta idea,
que hizo suya la Comisión dictaminadora del proyecto del Plan Sexenal. “La escuela
primaria será laica no en el sentido puramente negativo. abstencionista en que se ha
querido entender el laicismo por los elementos conservadores y ritardatarios, sino que
en la escuela laica, además de excluir toda enseñanza religiosa, se proporcionará
respuesta verdadera, científica y racional a todas y cada una de las cuestiones que
deber ser resueltas en el espíritu de los educandos para formarles un concepto exacto y
positivo del mundo que les rodea y de la sociedad en que viven. ya que de otra suerte
la escuela dejaría incumplida su misión social”.
Por otra parte. un buen número de diputados, con el licenciado Alberto
Bremauntz a la vanguardia, propugnaban la reforma del artículo 39, piro transformando
radicalmente el precepto. Pedían la franca orientación socialista de la enseñanza. A la
larga, la Convención votó en favor de tan radical reforma. Y se mantuvo en ella, a pesar
de la opinión en contrario del propio Presidente de la República, general Abelardo L.
Rodríguez.40
El hecho era fácilmente explicable. El general Calles (que conservaba aún una
influencia preponderante en la vida política de México), por una parte, y el general
Cárdenas, candidato para ocupar la Presidencia de la República. por la otra, promovían
y alimentaban parecidos objetivos. Este último expresó. ya en septiembre de 1932: “El
laicismo, que deja en libertad a los padres para inculcar a sus hijos las modalidades
espirituales que mayor arraigo tienen en su hogar, prácticamente produce resultados
negativos en la escuela, porque quita a ésta la posibilidad de unificar las conciencias
hacia el fin por el cual viene luchando la Revolución, consistente en impartir a los
hombres y pueblos nociones claras de los conceptos racionales en que se mueve la
vida, en todos los órdenes y planos de la existencia, y muy particularmente, en cuanto
atañe a los deberes de solidaridad humana y de solidaridad de clase, que se imponen
en la etapa actual de nuestra vida de relación”. Y más tarde, en junio de 1934: “La
enseñanza laica preconizada por el artículo 3° constitucional se explica como un triunfo
de los Constituyentes del 57 al desaparecer de los Códigos la imposición de la Religión
católica como Religión Oficial, como consecuencia de la separación de la Iglesia y del
Estado y del imperio de la Ley sobre aquélla; mas la subsistencia del texto y la
supervivencia anacrónica de su interpretación liberalista, mantienen al Estado como
neutral en contra de la función activa que le señala el moderno Derecho Público y
obligan al Gobierno de la Revolución a reformarlo para continuar inquebrantable su
compromiso de emancipación espiritual y material de la población mexicana... Es
necesario estimular la enseñanza utilitaria y colectivista que prepare a los alumnos para
la producción, que les fomente el amor al trabajo como un deber social; que les
inculque la conciencia gremial para que no olviden que el patrimonio espiritual que
40
Comp. Fancisco Gaxiola. Abelardo Rodríguez. México.
reciben está destinado al servicio de su clase, pues deben recordar constantemente,
que su educación es sólo la aptitud para luchar por el éxito firme de la organización”.
En el mismo mes de junio de 1934, el general Calles pronunció un discurso en
jalisco (“El Grito de Guadalajara”) en parecidos términos: “La Revolución. dijo, no ha
terminado. Sus eternos enemigos la acechan y tratan de hacer nugatorios sus triunfos.
Es necesario que entremos al nuevo período de la Revolución. al que yo llamaría el
período de la revolución psicológica o de conquista espiritual; debemos entrar en ese
período y apoderarnos de las conciencias de la niñez y de la juventud, porque la
juventud y la niñez son y deben pertenecer a la
Revolución. Es absolutamente necesario desalojar al enemigo de esa trinchera y
debemos asaltarla con decisión, porque allí está la clerecía, me refiero a la educación,
me refiero a la escuela. Sería una torpeza muy grave, sería delictuoso para los hombres
de la Revolución que no supiéramos arrancar a la juventud de las garras de la clerecía,
de las garras de los conservadores; y, desgraciadamente. numerosas escuelas, en
muchos Estados de la República y en la misma capital. están dirigidas por elementos
clericales y reaccionarios”.
8. El concepto de la educación socialista y la reforma del articulo 3° de la
Constitución de 1917. -El debate acerca de la escuela laica y la propaganda en favor de
una orientación precisa y definida de la tarea educativa del Estado. terminaron por
cristalizar en un cuerpo de doctrina y en un proyecto de reforma del artículo tercero
constitucional.
De inmediato dichos proyectos no admitieron otra doctrina que la del socialismo
científico, con sus postulados de la progresiva socialización de los medios de
producción, de la lucha de clases, de la interpretación materialista del mundo y de la
teoría del establecimiento de una dictadura proletaria, etc., y, a decir verdad, en un
plano internacionalista. Por educación socialista se entendía un conjunto de
conocimientos y técnicas pedagógicas encaminados a promover en el niño y en el joven
esta concepción del mundo y de la vida, a fin de despertar en ellos la conciencia
clasista y laborar así por un régimen económico y político en poder y al servicio del
proletariado mundial.
Pero después de reiterados debates y no pocos ajustes, se acentuó el carácter
nacionalista de la reforma. Además se excluyó del Ordenamiento a las Universidades y,
en general, a los centros de alta docencia.
Al fin, se redactó y aprobó la nueva reforma en estos términos:
“Artículo 3°-La educación que imparta el Estado será socialista, y, además de
excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la
escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la
juventud un concepto racional y exacto del Universo y de la vida social.
Sólo el Estado -Federación, Estados, Municipios -impartirá educación Primaria,
Secundaria y Normal. Podrán concederse autorizaciones a los particulares que deseen
impartir educación en cualquiera de los tres grados anteriores, de acuerdo, en todo
caso, con las siguientes normas:
I. Las actividades y enseñanzas de los planteles particulares deberán ajustarse,
sin excepción alguna. a lo preceptuado en el párrafo inicial de este artículo, y estarán a
cargo de personas que en concepto del Estado tengan suficiente preparación
profesional, conveniente moralidad e ideología acorde con este precepto. En tal virtud,
las corporaciones religiosas, los ministros de los cultos, las sociedades por acciones
que exclusiva o preferentemente realicen actividades educativas, y las asociaciones o
sociedades ligadas directa o indirectamente con la propaganda de un credo religioso,
no intervendrán en forma alguna en escuelas Primarias. Secundarias o Normales, ni
podrán apoyarlas económicamente.
II. La formación de planes, programas y métodos de enseñanza corresponderá
en todo caso al Estado.
III. No podrán funcionar los planteles particulares sin haber obtenido pre-
viamente, en cada caso, la autorización expresa del Poder Público,
IV. El Estado podrá revocar, en cualquier tiempo, las autorizaciones concedidas.
Contra la revocación no procederá recurso o juicio alguno.
Estas mismas normas regirán la educación de cualquier tipo o grado que se
imparta a obreros y campesinos.
La Educación Primaria será obligatoria y el Estado la impartirá gratuitamente.
El Estado podrá retirar, discrecionalmente, en cualquier tiempo, el
reconocimiento de validez oficial a los estudios hechos en planteles particulares.
El Congreso de la Unión, con el fin de unificar y coordinar la educación en toda la
República, expedirá las leves necesarias destinadas a distribuir la función social
educativa entre la Federación, los Estados y los Municipios, a fijar las aportaciones
económicas correspondientes a ese servicio público, y a señalar las sanciones
aplicables a los funcionarios que no cumplan o no hagan cumplir las disposiciones
relativas, lo mismo que a todos aquellos que las infrinjan”.
Dicha reforma constitucional fue aprobada el 10 de octubre de 1934. Entró en
vigor el 19 de diciembre del propio año, fecha en que ocupó la Presidencia de la
República el general Lázaro Cárdenas.
9. La política educativa radical. -En el Gabinete presidencial del general Lázaro
Cárdenas hubo dos Secretarios de Educación: el licenciado Ignacio García Téllez y el
licenciado Gonzalo Vázquez Vela. El primero desempeñó dicho cargo seis meses; el
segundo. cinco años y medio.
La política educativa del general Lázaro Cárdenas, hubo de poner en práctica la
nueva orientación pedagógica prescrita en el artículo 3° constitucional. Partiendo de las
disposiciones expresas en la propia norma constitucional, se planteó y realizó en forma
eficaz y congruente la federalización de la enseñanza, a tenor de los convenios
celebrados entre el Gobierno Federal y los Estados. La base fundamental de dichos
convenios fue la fusión de dos sistemas supervisados por la Secretaría de Educación
Pública, pero cuya aportación económica para el sostenimiento de la enseñanza
correspondería a ambas partes.
Como queda indicado en el capítulo respectivo, la educación técnica recibió
señalado y eficaz impulso, creándose el Instituto Politécnico Nacional. La enseñanza
rural experimentó, asimismo. deseadas y convenientes mejoras, modificándose algunas
instituciones e incrementándose los planteles educativos encarrilados de impartirla.
En el año de 1937 se fundó la escuela “España-México”, en la ciudad de Morelia,
Mich., para albergar y educar a los niños refugiados españoles que México acogió
como un acto de protección a los niños víctimas de la guerra española. Tal escuela se
inauguró el 19 de junio de 1937. con el tipo característico de primaria e industrial.
En 1939 se transformó el Departamento de Monumentos Artísticos,
Arqueológicos e Históricos, en el Instituto de Antropología e Historia, con la mira no sólo
de la defensa de nuestra herencia cultural y artística, sino como un medio de esclarecer
los caracteres dignos de fomentarse en la vida del indio, los rasgos que deben ser
eliminados y los atributos positivos del aborigen, del mestizo y del blanco que reclaman
una fusión armónica en el proceso de integración.
En 1937 se convocó a un Congreso Nacional de Educación Popular. Como
resultado de él, se instituyó la Comisión Nacional de Educación Popular, con un plan
conforme al cual quedó dividida la República en nueve zonas generales. atendidas por
promotores especiales. Los “ejércitos de la cultura popular”, integrados por adultos,
jóvenes y niños. aumentaron desde la creación de la Comisión Nacional; y el
movimiento general de los organismos alfabetizantes llegó a ser de 33 Comités
Estatales, 161 de Zona, 1,153 de Sector, 580 Subcomités municipales y 2,042
elegaciones.
Como se ha referido ya41 en otro lugar, el Gobierno del general Cárdenas se
impuso la tarea de estudiar a fondo el problema de la incorporación de las razas
indígenas. Para ello. creó el Departamento Autónomo de Asuntos Indígenas.
La enseñanza normal fue también incrementada. Se fundó la Escuela Normal de
Educación Física, en el Centro Deportivo Venustiano Carranza (1936), y se restableció
la Escuela normal para Maestros no Titulados, en 1938.
Los Institutos de Educación Estética fueron mejorados. anexando al
Conservatorio Nacional la Escuela de Danza. y creando en 1936 la Escuela Superior
Nocturna de Música para Obreros. La Escuela de Escultura y Talla fue convertida, en
1938, en Escuela de Artes Plásticas.
De plausible significación fue la transformación que se hizo del Departamento de
Psicopedagogía en Instituto Nacional de Pedagogía, en el curso del año de 1936.
Se bosquejó un plan para crear diversos consejos técnicos de educación en las
diversas depéndencias de la Secretía del Ramo, entre los cuales destacaron el Consejo
nAcional de Educación y el Consejo Nacional de Educación Superior e Investigación
Científica. Con excepción de este último, dichos consejos colmaron los objetivos
fundamentales para los que fueron creados.
41
Véase el capítulo que se ocupa de la educación rural desde 1910, en este libro. Ser. ción primera.
Parte Sexta.
En general, aprovechando el considerable aumento presupuestal que recibió el
ramo de Educación (en el sexenio de 1934-1940 ascendieron las erogaciones totales
de este Ministerio a cerca de 400 millones de pesos, y el propio presupuesto de 1940, a
cerca de 75 millones, en contraste con el presupuesto anual de 1910, que era de cerca
de 8 millones de pesos), se multiplicaron las escuelas primarias, las secundarias
federales, los internados indígenas, las normales rurales, así como las publicaciones
oficiales de la Secretaría.42
PROBLEMAS Y CORRELACIONES
1. Breve monografía sobre el origen y desarrollo del laicismo en México.
2. Las grandes orientaciones de la política educativa en México, durante esta
época.
3. La legislación educativa mexicana desde 1917.
42
Compárese el libro Seis Años de Gobierno al Servicio de México, 1934-1940. México, 1941.