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Medidas Conservadoras

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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE EDUCACIÓN,

CIENCIA Y TECNOLOGÍA

MAESTRÍA EN DERECHO PROCESAL CIVIL

MEDIDAS CONSERVADORAS O DE PROTECCION

23 DE NOVIEMBRE DE 2021

LAS MEDIDAS CONSERVATORIAS

Concepto de Medidas Conservatorias

Lo impreciso y general del tema, nos hace analizar, el alcance del


concepto de “medidas conservatorias”. Desde un punto de vista
general, pueden ser definidas como el conjunto de medidas a las que
por ley está autorizado a recurrir el acreedor de un derecho ya sea
real, personal, material o intangible, para la protección del mismo, así
vemos como bajo la sombra de éste vocablo aparecen contenido en
un grupo heterogéneo de estas medidas tipos: a) en materia de
sucesiones y divorcio, la colocación de sellos, la designación de un
Secuestrario judicial, etc.; b) en materia tributaria, además del
embargo conservatorio, encontramos la retención de bienes,
nombramiento de uno o más interventores, fijación de sellos y
candados, constitución en prenda o hipoteca; c) en materia de
telecomunicaciones, la clausura de licencias, suspensión e
incautación,; d) en materia de derecho de autor, las medidas
restrictivas a la circulación. e) en materia de venta condicional de
mueble, la colocación del objeto litigioso en manos de un guardián; f)
las oposiciones hechas para el no pago de un cheque; g) en materia
personal, enteramente crediticia, tenemos lo embargos
conservatorios, los cuales son: embargo conservatorio de derecho
común, el embargo conservatorio comercial, el embargo retentivo,
según que sea trabado con autorización de un juez, por la ausencia
de un título ejecutivo, la hipoteca judicial provisional, el embargo de
efectos mobiliarios que guarnecen los lugares alquilados o
arrendados, el embargo contra el deudor transeúnte, y el embargo en
reivindicación.- De todas las medidas que hemos mencionado, por el
momento solo enfocamos las relacionadas con los embargos
conservatorios, haciendo a un lado las demás.

Importancia de las medidas Conservatorias


Su importancia de las medidas conservatorias, de las que se puede
disponer para evitar la insolvencia del deudor.
Cuando hablamos de medidas conservatorias, es importante dar a
conocer que nos referimos al embargo conservatorio, que según lo
expresado en nuestro código procesal civil, el mismo se encuentra
previsto en los artículos 48 y siguientes hasta el 58.
La importancia de esta medida radica en que el mismo es una medida
judicial por medio de la cual brinda protección al acreedor, a fin de
evitar que el deudor distraiga sus bienes muebles haciéndolos
desaparecer y de esta manera no cumplir con su acreedor.
Por tanto esta medida suele ser aplicada cuando mediante los
elementos de prueba logra comprobar la urgencia y peligrosidad del
cobro del crédito, ya que el mismo parezca estar en peligro, porque el
deudor este haciendo desaparecer los muebles que garantizan el
pago de dicho crédito, por lo que el juez de primera instancia del
domicilio del deudor o del lugar donde están situados los bienes a
embargar, podrá autorizar a cualquier acreedor que tenga un crédito
que parezca justificado en principio, a embargar las condiciones para
la autorización de dicho embargo.

Clasificación de las medidas conservatorias:


1. Embargo conservatorio general: Esta medida es un procedimiento
ejecutivo en materia civil, permitido a todo acreedor cuyo crédito
esté en peligro, aunque o tenga título ejecutorio, y demuestre la
urgencia para el cobro de sus acreencias en vista de la inminente
insolvencia del perseguido.

2. Embargo conservatorio comercial: Su propósito es de proteger el


crédito comercial. En un embargo mobiliario conservatorio, en
provecho del arrendador de un inmueble, acreedor del
arrendatario, en virtud del cual se embargan los bienes que
guarnecen los lugares alquilados para venderlos, por vencimiento
de los alquileres.

3. Embargo conservatorio contra el deudor transeúnte: En esta


medida el acreedor pone en mano de la justicia los muebles
corporales de su deudor que no habita en la común donde reside
el acreedor persiguiente.

Medidas Provisionales o de protección

Las medidas provisionales o cautelares, según lo dispuesto por el


Código Judicial y dichas gestiones se darán sin que exista un proceso
arbitral, pero el Tribunal ordinario que adopte la medida deberá
comunicar su resolución a los árbitros o a la institución de arbitraje
establecida, o a la autoridad de designación que corresponda en un
término no mayor de diez (10) días, contado a partir de la práctica de
la diligencia. Cuando el Decreto Ley, se refiere a medidas
provisionales entendemos que se refiere a todas aquellas medidas
cautelares que el Código Judicial contempla en los artículos 531 al
580 del Código Judicial. El artículo 531 enumera las reglas generales
de las medidas cautelares, mismas que deberá cumplir la parte que
solicite el secuestro aún para un futuro proceso arbitral.
Es importante mencionar cada una de estas medidas, según lo
permitido por la ley, así:
1. Secuestro.
2. Suspensión.
3. Medidas Conservatorias o de Protección.
4. Allanamiento.

El secuestro como modo de asegurar los resultados del proceso, es


uno de los mecanismos más comunes, y el Código Judicial lo regula
ampliamente. Si bien es cierto el Decreto Ley no le presta una
atención especial a este tema, en el artículo 11 se dispone que no se
entenderá como renuncia al arbitraje pactado, las solicitudes ante los
tribunales competentes por cualesquiera de las partes, de medidas
cautelares que aseguren los resultados del proceso y que el tribunal
acceda a tal petición.
En efecto, el numeral 2 del artículo 23, sobre medidas cautelares y
provisionales, dispone: Artículo 23.1 y 2. Las partes podrán, antes de
la entrega del expediente al tribunal Arbitral y en circunstancias
apropiadas aún después, solicitar a cualquier autoridad judicial,
competente la adopción de medidas provisionales o cautelares. La
solicitud que una autoridad haga a una autoridad judicial con el fin de
obtener tales medidas o la ejecución de medidas similares ordenadas
por un Tribunal Arbitral no contraviene el acuerdo de arbitraje ni
constituye una renuncia a éste y no afecta los poderes del Tribunal
Arbitral al respecto. Dicha solicitud, así como cualquier medida
adoptada por la autoridad judicial, deber ser notificada sin dilación a la
Secretaría. Esta última informará de ello al Tribunal Arbitral. De esa
misma forma el Reglamento del CESCON dispone en el artículo 35 y
de conformidad con lo dispuesto en el artículo 24 del Decreto Ley 5
de 1999, lo siguiente.
“Artículo 31. Medidas Cautelares. En desarrollo a lo dispuesto en el
artículo 24 del Decreto Ley No.5 de 1999, el Tribunal Arbitral, en
atención a solicitud de parte, podrá ordenar medidas provisionales y
cautelares, exigiendo para ellos las debidas garantías. En esta
materia se aplicará supletoriamente lo dispuesto en el Código Judicial
de la República de Panamá.” Finalmente debemos mencionar dos
puntos muy importantes que tienen que ver con la vigencia de la
medida cautelar: 1. En el artículo 11 se indica que el Tribunal
Ordinario que adopte la medida, debe comunicar su decisión a la
institución arbitral establecida, o a la autoridad de designación que
corresponda en un término no mayor de diez 10 días, contados a
partir de la práctica de la diligencia.
2. La parte que solicitó la medida cautelar, debe presentar la
demanda dentro de los seis (6) días siguientes después de práctica la
medida. Para estos casos, se debe solicitar una certificación de la
Secretaria del Centro, donde conste que la solicitud de arbitraje ha
sido presentada; de no ocurrir esto, el Juez estará en capacidad de
levantar el secuestro practicado. En este caso, se aplica el numeral
11 del artículo 531 del Código Judicial.

El Colegio Nacional de Abogados ha dirigido una nota a la


Asamblea Nacional oponiéndose a la derogatoria del
artículo 569 del Código Judicial propuesta por el ministro
de Gobierno, Jorge Ricardo Fábrega. Se sustenta el
proyecto de ley, aprobado en primer debate, en los abusos
surgidos por la discrecionalidad de jueces en las medidas
conservatorias o de protección más apropiadas para que el
demandante pueda suspender provisionalmente cualquier
transacción, negociación, innovación, transformación,
operación u obra que es objeto de la demanda, que pueda
perjudicar su derecho.

En sencillas palabras, se persigue impedir que la persona natural o jurídica venda, cambie
de nombre en forma simulada o real, el bien que debe garantizar el monto de la reparación
económica de la demanda civil. Estas medidas conservatorias o de protección general se
prestan a numerosas arbitrariedades de secuestros, allanamientos, congelamiento de cuentas
bancarias, inmovilización de bienes y propiedades de otro género que perjudican
gravemente al demandado, no obstante el supuesto lapso provisional dictado por el juez.

La exposición de motivos subraya que “la finalidad de la


medida cautelar conservatoria es la de garantizar la
efectividad de la pretensión, puesto que existe la
posibilidad de que el demandado, un tenedor o terceros,
realicen actos que puedan menoscabar o afectar los
intereses del demandante durante la administración del
proceso. Esta situación, sumada a la eminente amplitud y
naturaleza discrecional, en la práctica se ha convertido,
por el excesivo uso de la figura, en una puerta abierta para
la desprotección de los derechos de los demandados, que
conlleva al desequilibrio de la balanza y, por ende, se aleja
de mejorar el resguardo de los derechos de las partes en
un proceso, contrariando de forma directa el principio de la
igualdad procesal”.

El Código Judicial establece normas generales sobre


tramitación de demandas de medidas cautelares, que
debieran considerarse para solventar el principio de la
igualdad procesal. En la jurisprudencia de secuestros se
expresa que la medida cautelar puede instaurarse antes de
formularse la demanda y que el secuestrante no tiene que
demostrar su interés, pues la ley lo presume. Existen
sentencias variables de la Corte Suprema de Justicia sobre
demandas de medidas cautelares.
Los asesores de la Comisión de Gobierno deben hilar muy
fino para que los demandados no simulen o practiquen
transacciones para burlar los derechos de los
demandantes y para que éstos no se excedan en los
montos por resarcirse. En ese sentido, los jueces debieran
ceñirse a la jurisprudencia que exige que las medidas
cautelares deben aplicarse cuando se aporte la prueba
sumaria del derecho reclamado; consideración de
[B]periculum in mora[/B], es decir el peligro inmediato o
irreparable de menoscabar la demanda.

La Comisión de Gobierno debe analizar la nota del Colegio


de Abogados para definir un punto de equilibrio en los
derechos de las partes. El ordenamiento legal debe
garantizar la igualdad procesal de demandantes y
demandados. Para tal efecto, quizás debe revisarse las
medidas cautelares, no solo en el artículo 569, para
restablecerse el equilibrio de la balanza jurídica.

Las Medidas Conservatorias o de Protección General o Innominadas, las cuales


tienen entre sus características las de garantizar el fin procesal perseguido por las
partes, permitiendo prevenir el riesgo de ilusoriedad en la ejecución del fallo y evitar
que una de las partes pueda irrogar lesiones graves o irreparables al derecho de la
otra. Si bien la finalidad de la medida cautelar conservatoria es la de garantizar la
efectividad de la pretensión, puesto que existe la posibilidad que el demandado, un
tenedor o terceros, realicen actos que pueda menoscabar o afectar los intereses del
demandante durante la tramitación del proceso. Esta situación, sumada a la eminente
amplitud y naturaleza discrecional, en la práctica, se ha convertido, por el excesivo
uso de la figura, en una puerta abierta para la desprotección de los derechos de los
demandados, que conlleva al desequilibrio de la balanza y; por ende, se aleja de
mejorar el resguardo de los derechos de las partes en un determinado proceso,
contrariando de forma directa el principio de igualdad procesaL Desde esa óptica, la
existencia de las medidas conservatorias típicas, que le otorgan al administrador de
justicia la facultad denominada Potestad Cautelar General, para que éste dicte o
establezca cautelas preventivas que puedan exceder, en un momento dado, aquellas
predeterminadas en la propia ley procesal, es decir, una facultad discrecional, tanto
para, el análisis de las condiciones que le dan la existencia a dichas cautelas, así
como para que pueda decretadas; por un lado y, por el otro, el uso indiscriminado de
la figura procesal de medidas conservatorias consignadas de forma amplia y
discrecional en el artículo 569 del Código Judicial, pudieran dar lugar a constituirse
en una figura desorbitante en desmedro de una de las partes en litigio. Esta
propuesta consigna de manera clara, la eliminación de esta figura jurídico procesal y
de esta forma erradicar posibles prácticas, que auspician que los titulares de los
Despachos puedan verse influenciados por las partes demandantes para la aplicación
de este tipo cautelas

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