Definicion de Liderzgo
Definicion de Liderzgo
Definicion de Liderzgo
Según Sérgio Oxer (2002)3 consultor de la Hay, en una entrevista publicada en la revista Amanhã,
(2002) “el jefe ideal es aquel que alcanza las metas y mantiene un buen clima empresarial” y lo
considera como una resultante de la combinación de tres perfiles de líderes:
Dirigente: oye a las personas, pero deja claro que la decisión final es de él.
Democrático: invita a todas las personas a participar del proceso de decisión. Orientador: se
preocupa por el desarrollo de las personas. Crea la oportunidad para que ellas expresen enfoques
diferentes y encuentren solas la mejor forma de realizar las tareas
LIDERAZGO
Knootz, Harold y Heinz, Weinhrich (2007) afirman que “el liderazgo se define como influencia, es
decir, el arte o proceso de influir sobre las personas de tal modo que se esfuercen de manera
voluntaria y entusiasta por alcanzar las metas de sus grupos”
En definitiva, de todas estas definiciones se desprende que el o la líder es aquella persona que
ejerce influencia sobre un grupo de personas, que denominamos seguidores, esta influencia, que
es lo que entendemos como liderazgo, tiene por objetivo alcanzar unas metas, que en principio,
han de ser comunes. El líder es el que se encarga de motivar a sus seguidores para llegar a dichas
metas.
Cuando se trata del o la líder de una organización, este individuo es el creador de la cultura
organizacional y es quién marca las metas, valores y normas de dicha organización. Un líder, 7
tiene que intentar que el grupo se mantenga unido, y que los integrantes se encuentren
mínimamente satisfechos. Hemos de tener en cuenta, como afirman algunos de los autores ya
citados que las definiciones de líder y liderazgo son algo controvertidas, siendo el liderazgo un
concepto dinámico, la definición del cual puede ser matizada según los elementos que se integran,
pero siempre tiene como base el ejercicio de influencia y la finalidad de lograr unos objetivos
como grupo o colectividad.
Los antecedentes a éste concepto o fenómeno como algunos autores lo describen: Nietzsche,
White, Lippit, Fiedler, Blake, Mouton, Bales o Burke radican en varios puntos de arranque. Según
estos de entre tantos, fueron “Las teorías de los grandes hombres” posiciones filosóficas del siglo
XIX, las cuáles, fueron bases inspiradoras del inicio de las teorías de los rasgos.
Existen personas que de alguna manera nacen dotadas de cierto carisma que las hacen líderes en
diferentes circunstancias, son aquellas a las que usualmente se les llama “líderes innatos”. Cuando
se habla de carisma, se piensa en los líderes de masa, líderes que cautivan, que son grandes
comunicadores. El carisma está más asociado a un rasgo de la personalidad. La persona tiene una
atracción, ejerce un cierto magnetismo. Otro tipo de líder es el que se forma como resultado de
una sumatoria de experiencias concretas de vida y del desarrollo de algunas habilidades que lo van
ayudando cada vez más a alcanzar y perfeccionar la función de líder. Los líderes empresariales no
necesariamente están dotados de carisma natural, pero a lo largo de su experiencia, de su auto-
desarrollo, son capaces de transformar ciertas características en una gran dosis de carisma. Para
Ademir Rossi (2002)15 esta es la visión empresarial del liderazgo.
1. Habilidad comunicativa
Esta competencia es la más importante para un líder, pues debe ser capaz de comunicarse con su
equipo de forma exitosa. En la comunicación es tan importante saber hablar, como la escucha
activa.
2. Empatía
Esta habilidad es sumamente valiosa para un líder, pues es la capacidad de conocer las emociones
de los demás. De esta forma siempre se podrá gestionar la comunicación con cada integrante del
equipo de forma personalizada y que además conducirá directamente a la consecución de
objetivos.
3. Inteligencia emocional
Dicha competencia es clave para un líder, pues es la capacidad de reconocer los sentimientos
propios, así como los de los demás, motivar y manejar adecuadamente las relaciones.
4. Pensamiento crítico
Esta habilidad es la de analizar, entender y evaluar cada proceso de las organizaciones. De esta
forma estará preparado para tomar buenas decisiones encaminadas a lograr los objetivos.
5. Capacidad de coordinación y gestión
Es clave para manejar los tiempos de trabajo de forma eficiente, así como alinear en la misma
dirección los esfuerzos de cada empleado. Al tener una buena coordinación y gestión de las
acciones y los proyectos, habrá disposición en la organización para innovar.
6. Motivación e inspiración
Un buen líder debe saber motivar e inspirar a sus empleados, de forma que la organización consiga
trabajar con un rendimiento alto a la vez que los trabajadores se sienten cómodos.
7. Resolución de problemas
Saber resolver problemas de forma eficiente permitirá al equipo de trabajo progresar con
ritmo sobre los objetivos marcados por la organización.
Estilos de dirección
según el estilo de dirección del líder podemos hablar de tres tipos de liderazgo:
Un punto de partida de esta orientación podemos encontrarlo en la teoría del Campo Social de
Lewin con R.Lippit y R.K.White, (1938,1939) citados en: Sánchez, Vázquez, J.F “Liderazgo: Teorías y
aplicaciones” (2010) sobre climas de grupo en relación con estilos de liderazgo como los
propuestos de autoritario, democrático y laissez-faire. Varios grupos de niños jugaban bajo los
diversos tipos de liderazgo adulto y se realizaron minuciosos registros observacionales de los
resultados y las consecuencias que tenía cada tipo de líder en los grupos. Estos investigadores
llegan a las conclusiones de que el liderazgo democrático o centrado en el grupo, produce una
atmósfera de mayor satisfacción y amistad, mayor interés y motivación para el trabajo (incluso en
ausencia del líder) y al menos la misma producción real, aunque con más calidad y originalidad. En
la primera dirección de investigación inicialmente se describieron los tipos de liderazgo autoritario,
democrático y laissez-faire.
AUTORITARIO: El líder determina todas las normas. Las fases de actividad aisladas, así como las
técnicas a utilizar se determinan por el líder a corto plazo: los procedimientos ulteriores no se
aclaran en absoluto. El líder determina las tareas de los miembros aislados del grupo y forma los
grupos de trabajo propiamente dichos. El líder está “personalmente” para la alabanza o crítica del
trabajo de los miembros del grupo, no toma parte en su trabajo, aunque sea para aclarar cosas. Se
muestra más bien amistoso o impersonal que enemigo. Aparecen reacciones de frustración y
agresión, conductas restrictivas de desinterés, apatía y tendencia a huir. Las relaciones son difíciles
y no se desarrolla una conciencia grupal. Se manifiesta una notoria sumisión ante el líder. El
rendimiento, aunque es alto al principio va disminuyendo como consecuencia de la frustración
creciente y las reacciones defensivas que se generan.
LAISSEZ-FAIRE O LIBERAL: Los miembros del grupo toman decisiones libres sin la participación del
líder. El líder reúne todas las informaciones necesarias y las mantiene disponibles por si se
necesitan, sin embargo, no influye en absoluto en la discusión propiamente dicha. El líder no
interviene en la formación de grupos ni en la división de tareas. Si no se solicita, raramente hace
comentarios sobre los resultados de los miembros del grupo, ni intenta formar parte en el trabajo
del grupo o participar en su actividad. Aparecen camarillas y rivalidad. El grupo está
desorganizado. Los resultados son muy bajos. Aunque inicialmente todo avalaba la hipótesis de
que el estilo democrático era más eficaz, posiblemente basada en lo que era deseable
socialmente, pronto distintos estudios demostraron que no era así (Smith y Peterson, (1990)
mencionados en: Sánchez, Vázquez, J.F “Liderazgo: Teorías y aplicaciones” (2010). No era mejor lo
democrático cuando el tiempo era un factor determinante, pues el requerido para llegar a
consensos restaba eficacia. También se demostraba menos eficaz si la tarea era difícil y en algún
estudio se determinó que el estilo autoritario era superior en todos los sentidos. Todo dependía
de los criterios de la efectividad considerados. Además, en los experimentos iniciales se
manipularon las variables para configurar los estilos de líder y se realizaron en un club de jóvenes.
En este sentido podrían medirse mejor los estilos de líder si se consideraba a éstos en situaciones
reales y cotidianas y se proveían instrumentos de medida objetivos y válidos. Este fue el siguiente
avance de la investigación la situación en la que se encontraban estos, he aquí las teorías
funcionalistas o situacionales.
GRID GERENCIAL
Este tipo de líder, no tiene preocupación alguna en conseguir que se alcancen los
objetivos de la organización. Como es lógico, tampoco le preocupan los
problemas, o expectativas, de su personal.
Sigue la ley del mínimo esfuerzo, haciendo sólo lo justo e indispensable para que
todo se mantenga, más o menos, en su sitio. Su filosofía es la de protegerse ellos
mismos, evitando cualquier cosa que les pueda dar problemas.
Para este tipo de líder, lo más importante es crear un buen ambiente de trabajo,
donde todos estén a gusto, en la esperanza de que esto llevara aparejado, un
mayor rendimiento del equipo.
Las necesidades de las personas que forman su equipo se encuentran, muy por
debajo, de la necesidad de terminar la tarea en tiempo, y bien.
Al igual que en el anterior tipo, la preocupación por la tarea y por las personas está
equilibrada. La diferencia radica en su nivel de implicación. Esto hace que su
equipo se involucre también, y sean conscientes de que, la consecución del
objetivo se debe a su trabajo.
Este líder entiende que, además de llevar a cabo tareas directivas, debe alinear
los objetivos de las personas que forman su equipo, con los objetivos de la
organización, y conseguir que sientan que forman parte de ésta.
DELEGAR
La delegación es una de las competencias más complejas en la gestión de un equipo y la
que diferencia a un jefe con poder de ordeno y mando de un verdadero líder. Aprender a
delegar es todo un arte, que se basa en la humildad del jefe o directivo para reconocer
que no debe hacerlo todo solo.
Delegar no es 'ordeno y mando', significa confiar en los colaboradores y darles las
herramientas necesarias para hacer aflorar y brillar las máximas capacidades de todos los
miembros y dirigirlas hacia la construcción de un objetivo común.
Sin embargo, hay jefes y directivos que siguen sin diferenciar entre asignar tareas y
responsabilidades. Por ello, continúan dándose casos indeseables como el del directivo
indeciso que cede su responsabilidad a otros y se cuelga méritos ajenos o el autócrata
insaciable que ejerce su control absoluto sobre todas las tareas del equipo. Estas
situaciones forman parte del día a día de muchas empresas.
Dos comportamientos que son especialmente dañinos para el compromiso, la motivación
y el desarrollo del potencial:
a.- El síndrome de la oveja Dolly: El directivo considera que todos sus colaboradores
deben ser clones suyos, razonar y hacer las cosas igual que él.
b.- Los jefes que piensan que están para ser servidos: Esta práctica es un error ya que
liderar en realidad significar dar. La función del líder es inyectar en el grupo la energía y
motivación necesarias para que logren los objetivos.
El líder no debe olvidar que dirige a personas, no a sirvientes, y que debe aportarles los
estímulos adecuados y personalizados.
Aprender a delegar
Un verdadero líder no es un solitario ni un visionario, alguien que va por libre, sino que
hace partícipe a su equipo, comparte, escucha y colabora. Es capaz de crear un grupo y
ofrecerle el entorno adecuado para que puedan desempeñar sus funciones y alcanzar el
éxito. Es importante que cada miembro perciba que está contribuyendo, mediante su
esfuerzo, dedicación y sacrificio, en el desarrollo del proyecto.
DEFINICION
Lussier señala que delegar es el proceso que consiste en asignar la responsabilidad y la
autoridad para cumplir los objetivos. En su opinión, decir a los empleados que realicen las
tareas que forman parte del diseño de su trabajo es una asignación, no una delegación.
La delegación se configura cuando se les dan tareas nuevas, la que se puede convertir en
una parte de un trabajo rediseñado o simplemente ser una tarea de una sola vez.
¿Qué delegar?
En opinión de Lussier, un líder debiera delegar las siguientes tareas: trabajo administrativo
(Informes, memorándums, cartas, etc.), tareas rutinarias (revisión de inventario,
programación, preparación de ordenes de trabajo), asuntos técnicos.
¿Qué no delegar?