Jñatrjo 8 Digital
Jñatrjo 8 Digital
Jñatrjo 8 Digital
DIRECTORIO ÍNDICE
Dirección y diseño
Francisco Antonio León Cuervo
EL LENGUAJE DE LOS HILOS
Ofelia Cruz de Jesús
Consejo Editorial 1
Susana Bautista Cruz
Germán Segundo Cárdenas RA MENE
Eleazar Valle Pineda Francisco Reyes
10
Flor Deyanira Jerónimo Estanislao
Francisco Antonio León Cuervo ORACIÓN DEL CUERPO
Flor Deyanira Jerónimo Estanislao
16
D.R. © Francisco Antonio León Cuervo
raicesmazahuas@gmail.com NU NRROPARÚ ÑEJE NU ÁJNÁ MI JIOBI
Se permite la reproducción total o parcial de la revista Juan Ancelmo Gónzalez
La revista contiene fotografías de varios murales en San Felipe del Progreso, desconocemos VIAJES, ANDARES Y POÉTICAS DEL ESPACIO
el nombre de los autores, pero reconocemos y agradecemos su talento. Eleazar Valle Pineda
62
2 3
Nu male kja juajma, fotografía de Alejandro, El venado mazahua
EL LENGUAJE DE LOS HILOS
El vestido ha sido fundamental en la vida civil y religiosa de los pueblos indígenas. Una característica de estas
prendas fue su valor ceremonial y de intercambio relacionado con los tintes usados para teñirlas.
En 2016 en la comunidad de Laguna Seca, El Oro, Estado de México, también conocida como Dyonzapjú
por su nombre en mazahua, se formó el grupo Teonocheztli. Se trata de un grupo de mujeres, hombres y niños
mazahuas, en su mayoría hablantes de la lengua mazahua variante de occidente, cuya edad se sitúa entre los
7 a los 75 años de edad. El grupo está representado por Ofelia Cruz de Jesús, artesana textil, nacida en seno
mazahua, hija y nieta de mujeres tejedoras. El objetivo principal del grupo fue revitalizar la técnica de telar de
cintura, por lo que primeramente se comenzó aprendiendo a tejer en telar de cintura como interés propio por
la preservación de esta técnica ancestral que con tanto amor las abuelas y madres de familia transmitían a sus
hijas, pues antes era requisito que la mujer mazahua supiese tejer en telar de cintura para poder casarse.
Son diversos los factores por los que la vestimenta mazahua se ha visto desplazada, una de ellas es
que las mujeres han dejado de tejer ya que el proceso es muy tardado. Otro factor de desplazamiento de la
vestimenta mazahua es la industrialización de las prendas; la población ahora adquiere la ropa que viste en
tiendas debido a que su costo es muy accesible, lo que ha provocado que la gente deje de usar su vestimenta
tradicional. Tejer en telar de cintura es una labor ardua, anteriormente las abuelas comenzaban esta labor
con la crianza de borregos, de los cuales se aprovechaba la lana, trasquilaban al borrego, preparaban la lana,
primero lavaban la lana para retirar cualquier impureza o excremento del borrego, luego se ponía a secar al sol,
mientras se secaba, tomaban una vara delgada y golpeaban la lana, varear, le llamaban, esto hacía que los nudos
que pudiese traer la lana se desprendieran; después, cepillaban la lana con cardalanas que eran cepillos en
forma de tablas cuadradas con púas, una vez cardada la lana procedían a hilar para formar hebras delgadas con
un malazate o tjech’é, cuando tenían hilada la lana procedían a juntar diferentes plantas para teñir buscaban
diversas plantas de la región tales como; heno, flores, tales como: flor de cempasúchil, jara, girasol, pericón,
hojas tales como: hojas de pericón, hojas de nuez, otros como: cascara de nuez, palo brasil, palo Campeche,
añil y grana cochinilla, en ocasiones utilizaban anilinas para lograr colores más vibrantes que no se lograban
con tintes naturales; después de teñir los hilos, se procedía a urdir los hilos acomodándolos en el suelo en
estacas clavadas para luego sacar la urdimbre y colocarla en los palos del telar para comenzar a tejer. Comentan
las abuelas que era un proceso muy demorado y que cuando las mujeres querían una lia mazahua tenían que
esperar 2 años para tener su prenda terminada.
4 5
Como podrán ver, tejer en telar de cintura implica varios procesos dependiendo de la prenda que se
desee, para ello las abuelas se especializaban en algunos procesos. Había mujeres que criaban borregos, los
trasquilaban y lavaban la lana, otras se dedicaban a cardar o hilar, otras se dedicaban a teñir mientras otras
se dedicaban a tejer; algunas se especializaban en tejer fajas mb’úntr’ú, otras en tejer quesquemetl b’átá, otras
tejían lias o enredos, otras tejían cobijas y chales mbayo Aunque se especializaran en diferentes procesos, cada
mujer conocía o sabía hacer todo el proceso completo que implica tejer en telar de cintura.
En tanto el proyecto de cultivo de grana se concluye, el grupo Teonocheztli realiza diversas actividades en
torno a la preservación de las tecnologías tradicionales, en especial de los diferentes procesos en torno al
telar de cintura. Para ello imparten talleres de telar de cintura, teñido con tintes naturales, hilado, cardado,
bordado, elaboración de randas de unión entre otros. También tejen prendas como: chales, rebozos, caminos
de mesa, quesquemetl, blusas, fajas, gabanes, etc. mismos que se difunden y comercializan mediante la página
de Facebook https://www.facebook.com/teonocheztli.tejidosentelardecintura.
Na kaxtú, fotografía de Ofelia Cruz
Ne mbúntr’ú, fotografía
de Ofelia Cruz
6 7
Nu mbaxkjua, fotografía de Alejandro, El venado mazahua
8 9
Hacer una lectura de cualquier obra pictórica implica un cierto grado de
conocimiento sobre el contexto desde el cual se genera dicha obra. Hablar
de las diferentes manifestaciones de la cultura mazahua desde la obra
gráfica o la plástica, nos muestran una particular manera de mirar el
mundo desde las subjetividades de quien la aprecia. Las siguientes son
solo algunas muestras de diversos artistas en donde expresan diversos
aspectos de la comunidad y como convergen con expresiones, técnicas e
inquietudes propias de la contemporaneidad.
RA MENE
Francisco Reyes
Ra mene se trata de un collage digital formado a partir de imágenes que han sido
intervenidas con diversas técnicas y que representan una reflexión antropológica
de las fiestas de las comunidades y el sujeto mazahua migrante. Y busca
entrelazar estas dos formas de comportamientos haciendo alusión a expresiones
prehispánicas y manifestaciones contemporáneas utilizando elementos e
iconografías que aluden a metáforas de un hombre en fiesta.
Francisco Reyes, San Isidro Boxipé, Ixtlahuaca. Es egresado de la Lic. en Arte y Diseño
de la Universidad Intercultural del Estado de México. Artista gráfico, trabaja con
medios de reproducción artesanales y contemporáneos. Es cofundador del espacio
taller de gráfica Corazón de conejo ubicado en San Felipe del Progreso. Actualmente es
integrante de Tizne Colaboratorio, proyecto que tiene como finalidad descentralizar y
generar nuevas propuestas de arte y de diseño en las periferias.
10 11
12 13
Nu kezhe jñatjo, fotografía de Ofelia Cruz
14 15
ORACIÓN DEL CUERPO
Imaginarios sobre lo sagrado mazahua
Aludiendo al sincretismo cultural que las expresiones mazahuas manifiestan a través de los usos y costumbres
propios del norte del estado de México, esta muestra pictórica retoma elementos de la danza de las pastoras
como un acto de reivindicación de lo sagrado para la comunidad mazahua y la manera en la que se manifiesta
desde de la propia danza.
A través del imaginario se mezclan elementos particulares de la danza de pastoras, y los mitos de
origen de la comunidad mazahua, se reúnen diferentes momentos que dan muestra de la importancia que los
mazahuas otorgan a la naturaleza y su entorno y, como el acto de danzar permite esa conexión con el mismo.
Así, los diferentes elementos que portan en su indumentaria, además de los cantos y movimientos, remiten a
una reconexión con el cuerpo y la naturaleza expresados a través del color y las formas.
Moverse, cantar y en suma, ofrendar a la tierra, el aire, el fuego y el agua, en sus diversas manifestaciones,
nos hablan de la cercanía que la cultura mazahua tiene con la naturaleza sagrada como vigente dentro de su
contexto, y como esto coexiste con la modernidad.
El mazahua del norte del estado de México se caracteriza por la manera ceremoniosa de dirigirse no solo
al otro, sino a su entorno. En su palabra y en su hacer podemos ver el respeto que aun porta y que se condensa
en la danza de pastoras a través de las oraciones que hace con su cuerpo. Es en ese momento en donde cabe
cuestionarse sobre la importancia de comprender por qué el hacer del mazahua desde estas danzas es relevante
en la comunidad y, si alguna vez la lluvia, el aire, la tierra, el fogón, han dejado de serlo para nosotros.
16 17
18 19
Yo male ri nemeji, fotografía de Alejandro, El venado mazahua
20 21
Ne xutr’i jñatrjo kja Chajñiñi
Nu nrroparú ñeje nu ájná ma joo mi kjuarmabi. Tenxe jo mbúrú ma d’aja ts’iki nrroparú jo zogúji kja in nguns’ú
b’extjo k’a d’aja ngungoñi, nañak’a yo nu tata jo mbotr’úji yo ntee ko mi s’úrú uii nudyanu. Ma jo ngejme jiojia,
d’aja ájná k’a mi nzhod’ú nujnu jo dyárá k’a mi uéé, ma jo un’ú nguenrra k’a ya ro nrrüü näñaka dya mi ñon’ú jo
juetse kjanu ma jyombú jñonú. Jo kjogú yo paa xigo te’e ñeje jo pjechi ro pjújuaja tseje, kjanu zonú k’a dyakja
xi ro tsapú dyaja nrrumú nu ájná, nrako kja nu dyotú pojo nudyako bi mbos’ú dya ro jiombeñe angezeko, me
mi juejme jo ñeche kjanu majma dya ro mezhe ro nzhogú.
D’aja pa’a k’a ma joo ma nrrótr’ú e jiarú nu zanto k’a mi nzháá, d’aja nrropar’ú mi pjújuaja a jens’e kja nu
ngungoñi nu jango mi b’úb’ú nu ájná, ma jo unú nguenra angeze gua chjürú in xii ñeje mi nzhod`ú ga ñejua
ga maba me ñetse k’a mi májá. Nañaka ma na nuji, jo mbeñe k’a bi xipji no nrroparú dya ro mezhe ro nzhogú.
Nu nzhádyak’a dya jo sóó go d’agú, jo un’ú nguenrra k’a mi táká yo b’édyi kja nu ngumú, jo zonú na joo kjanu
matrjo, jo nzhogpu k’a na yeje nu paa ma dya mi kara k’o ntee, jo nrreb’e ro mbedye nu ájná, ma jo jñanrra
d’abad’iji jo d’agú a jomú, jo zengua kjanu dyonú: –¿Gi mbenzegó? nu ájná jo nnrúrú jää, ñeje xi mi tepk’ego
k’a ri ëjë. Majo dyárá nudyak’o nu nrroparú mazi jo májá, kjanu majma k’a ma na nuu ñeje ro xipji k’a d’aja jñaa
k’a ma joo, jo dyotú k’a ro jiobi angeze.
Ro jietspi ro nrrunï k’o ts’ingoñi ma ra ne’e angeze. Nu ájná jo dyonú pjek’o ro nrrojo ma ro tsadyako.
Kjanu xipji k’a ro mbés’i na punkjú jñonú k’o ro zii ñeje dya mi ngeje in b’édyi. Jo majma k’a ma jotrjo.
Jo kjogú yo paa, nu nrroparú ma ëjë na punkjú nudyanu, d’aja d’aja yo ts’ingoñi ma otrjoji, kjanu k’o
b’édyi jo tsaji nu tr’ónú: – ¿Pjek’o tsadya? ¿Pjenga yo ts’ingoñi ga b’ézhiji?, kjanu nrrákáji nu nrroparú k’a dya
ma jens’e mi pjújuaja a jens’e ñeje jmancha ma d’agú b’extrjo nu jango mi b’úb’ú nu ájná, jo mezhe k’a bi zojui.
Ma jo jñanrra nu b’édyik’o jo zonúji kjanu mamaji nrrako mbotr’úji nu ájná.
Ga kjanu dyakja mi b’ézhi k’o ts’ingoñi. Kjanu mamaji nudyak’a nu nrroparú ñeje nu ájná mi kjuarmabi
ñeje mi jyobi.
22 23
LA TIERRA TIENE MEMORIA La casa la construyeron sobre la Loma de San Ramón, desde donde se ve la cañada de pastizales verdes
lleno bueyes; tiene dos cuartos, la cocina, el dormitorio, además un portal con dos pilastras de madera labradas
con la imagen del Divino Rostro que sostiene la viga. Renato era devoto del Divino Rostro de Jesús cuyo
Antolín Celote Preciado santuario se ubica en la encima del cerro de Santa Ana Ixtlahuaca.
Renato corrió con buena suerte, ya que le habían dado tierras en el ejido. Su padre, don Doroteo
Buenaventura que con todo el esfuerzo que hizo durante su vida nunca pudo tener un pedazo de tierra para
A Isabella Aldana Assad construir una casa y sembrar algo de maíz, por eso tuvo que morir en la casa de su hijo Renato.
La noche de su muerte, su nuera Constantina Santiago le había preparado el petate como todas las
noches en el portal de la casa donde durmió; pero al otro día lo encontraron muerto, murió de viejo sin nada
Es el dos de noviembre: en fila india, hombres y mujeres de todas las edades caminan en silencio, parece que
que lo aquejara, sin ningún otro pendiente en la vida, estaba satisfecho de haber vivido. Frecuentemente decía
van al encuentro con su destino, ellas llevan en sus manos un sahumador que emana humo de copal sobre su
por las tardes: “¡Vida, nada te debo, nada me debes, estamos en paz!” Solamente el recuerdo de su esposa
caminar y cargan en sus vistosos rebosos siemprevivas y cempasúchil para sus muertos.
Carlos Buenaventura y su esposa Epifanía Basilio han acudido al panteón de Dolores para saludar y
platicar con sus abuelos. De repente…Carlos escucha que alguien le grita.
—¡Carlos! ¡¡Carlos!! ¿Por dónde descansan tus abuelos? —Pregunta Augusto Buenrostro quien estudió
antropología en la Universidad de México, y anda buscando datos en el panteón para escribir la historia del
pueblo.
—Ellos descansan donde todos los mortales descansan —contestó Carlos, señalando con el dedo índice
de la mano derecha—. Mira Augusto, por allá por donde crecen las hierbas de burro, por ahí mismo están, por
si quieres ir a saludarlos. La Pifaña y yo acabamos de estar con ellos. Por cierto, nos contaron que escuchan
murmullos, voces y gritos que no los dejan en paz.
—Gracias, ojalá tenga la suerte para dar con ellos —dice Augusto.
—Si das con ellos, diles quién eres, quienquita te ganas su confianza, y te cuenten la historia del pueblo
—Comenta Carlos.
—Sí claro, eso haré.
El panteón de Dolores está cercado por los cuatro lados con piedras volcánicas, de esas piedras, duras,
grandes y redondas sembradas en los cerros de la comarca, y la gente las utiliza para construir los cimientos
de sus casas.
Renato Buenaventura y Constantina Santiago descansan juntos, así lo acordaron cuando decidieron
morirse. La lápida en donde los sepultaron consigna el siguiente mensaje: “El 11 septiembre de 1965 murió
Constantina Santiago y el 17 de septiembre del mismo año falleció Renato Buenaventura.”
Después que terminó de construir su casa, Renato le escurre el sudor en la frente, saca su pañuelo viejo,
rojo, ennegrecido por la mugre, se limpia el rostro, enseguida le dice a su mujer:
—Por fin, tenemos un lugar donde morir: muchos, ni siquiera tuvieron donde velarlos cuando se
murieron.
—Sí, en nuestra casa podemos echar a volar nuestras ilusiones.
Ellos se habían conocido en las milpas donde trabajaban. Al paso de los años decidieron casarse.
34 35
Nazario, Raymundo y sus respectivas esposas Constantina Santiago, Cecilia Espinosa, Enriqueta Villarreal y —¡Abuelo! No faltaba más, ahora le mato una gallina y le traeré su pulque —dijo Teresa del Rosal.
Agripina Zendejas para evaluar los alcances y los rumbos por donde debería tomar el nuevo pueblo. Renato pasaba de los setenta años, de lento caminar, se bañó, se vistió, luego se acercó al fogón para
En el patio de la casa de Renato, junto a la sombra de los capulines, los invitados se sientan en los bancos disfrutar el caldo de gallina, y conversar con su nuera.
de madera en círculo, cara, cara, sus esposas se sientan encimas de los petares que han sido tendidas en el suelo. —Tere, en este caminar por la vida nos topamos con piedras y montañas para llegar a un buen puerto y
En el centro de la reunión hay un cántaro de pulque que sigue echando espumas en su andar. Constantina labrar un mejor futuro, la vida es un movimiento de ida y venida, al final compartimos la tragedia de un mismo
hace llegar las ricas tortillas recién salidas del comal, acompañado de una cazuela de frijoles con nopal y un destino. Hasta ahora nadie sabe que hay más allá después de la muerte, porque nadie de los que se han ido han
molcajete de salsa. Hay como un tono entre ellos de festejo, se ven contentos en sus rostros. regresado para contarlo. Siento que he cumplido con el encargo de los abuelos: sí, las tierras sagradas, que dan
—Por fin nos dieron las tierras —dice Renato—, ahora nos toca trabajarlas y construir un nuevo pueblo, de comer. Creo que ha llegado mi tiempo Tere, quisiera vivir un poco más, pero se está agotando mi tiempo de
dejar un buen legado para nuestros hijos, tenemos futuro las tierras ahora son nuestras, hay muchos pendientes, seguir entre los mortales, que ha decir verdad, está llena de magias y de retos.
pero ahora les toca a los muchachos resolverlos. —¡Ay abuelo! no diga eso —dijo Teresa del Rosal—. Si se acaba de bañar, ahora que termine su caldo
—Está el pendiente nombrar al nuevo pueblo, nuestro pueblo —dijo Fermín como preocupado de ese de gallina debería irse a caminar por las milpas que ahora están llenas de elotes por las lluvias que han caído
pendiente. durante la canícula.
—En México hubo un gobierno de la Revolución que se llamaba Portes Gil que nos ayudó mucho para —No Tere, mejor sírvame un trago de pulque, luego me preparas mi petate que quiero descansar.
recuperar las tierras, propongo que nuestro nuevo pueblo se llame así dijo, Raymundo. Tere sirvió el pulque y preparó el petate como lo pidió Renato para que descansará, luego en su estado
—Pues entonces que se llame así, me parece que le hacemos un reconocimiento a ese gobierno — de soledad empezó a reflexionar de sus logros, fracasos y sus pendientes.
comentó Cecilia. ” Siento, que mi tiempo está llegando a su punto final. Cuando me parieron estuve a punto de dejar la
Todos convinieron que así se llamase el nuevo pueblo, luego brindaron por la hazaña hecha con un vida, mi madre dijo que se le complico el parto pero logre vivir; cuando me llevaron a la mazmorra creí que ahí
rico pulque. Los siguientes años los labradores siguieron sembrando sus milpas, construyendo sus casas, pero terminaba mi tiempo del que todos tenemos para vivir, lo mismo cuando estábamos repartiendo las tierras,
también construyendo un mejor futuro, mientras la vida por el pueblo continuaba con su marcha. ahí había unos hombres grotescos que me querían chingar a la mala, disque estaba haciendo mal las cosas,
El 11 de septiembre de 1965 fallece Constantina Santiago. Renato sintió que se quedaba solo, pero ellos nunca nos dieron su apoyo cuando más lo necesitábamos, ahora ellos, pueden tomar en sus manos los
continuó con su andar por el pueblo. Pero una cierta mañana del 17 de septiembre de 1965 le dijo a su nuera asuntos de las tierras y pueden volverse locos. Ojalá el pueblo despierte pronto de su letargo.”
Teresita del Rosal. En eso estaba Renato, pensando, de repente observo a su alrededor, a su espacio donde lo conocía de
—Buenos días, Tere, fíjate que me gustaría comer un caldo de gallina y tomar un rico pulque. memoria palmo a palmo: el patango con las fuertes vigas donde almacenaban el maíz. Estiro rítmicamente los
pies sobre el petate como queriendo estar cómodo para seguir cavilando, cruzo los brazos al pecho como para
darle algo de calor a los músculos pectorales, en ese instante de su tiempo todavía reflexionó la naturales del
aíre tratando descifrarlo para la humanidad; sin embargo, su tiempo se había agotado, dio un último bocado
de ese aire tan fresco de los campos agrícolas, enseguida por todo el pueblo se escuchó el estertor de su corazón
que dejaba de latir, dejaba así la vida en paz Renato Buenaventura.
Ahora las tierras siguen alimentando el pueblo, las nuevas generaciones no saben nada de Renato
Buenaventura y sus amigos Raymundo Cienfuegos, Fermín Villafuerte, Nazario Herculano y sus esposas que
lucharon juntos con sus compañeros acasillados de la hacienda de Tepetitlán para fundar un nuevo pueblo:
“Portes Gil”, que después de cien años, las tierras, han sido testigo del destierro de sus hijos, muertes y violencia
tal como lo reflexionó don Renato antes de morir.
42 43
ALFABECANTAR:
Reflexões sobre o papel da música em transformações epistemológicas e políticas em es-
colas indígenas no Brasil
Alexandre Herbetta
Coleção Alfabecantar (www.alfabecantar.com.br): Cuhtoj, o maracá na língua mhy jarka, instrumento musical
central para Os Krahô. Desenho de Edvaldo Krahô (Comitê Krahô, 2016)
Este texto trata de analisar o papel da música em algumas experiências de reformulação de matrizes
curriculares em escolas indígenas do Brasil central, especialmente em populações originárias Timbira, como
O símbolo do Núcleo Takinahaky é um maracá, instrumento musical central em cosmovisões indígenas no Brasil. os Krahô, Apinajé, Gavião e Krikati. Estas matrizes curriculares têm como eixo a elaboração de novas práticas
pedagógicas, as quais tomam como base a musicalidade de cada população. Estas experiências se dão em
Para os Apinajé, população originária brasileira, o território é vivo e musical. A terra possui mais do que o diálogo com o Núcleo Takinahaky de Formação Superior Indígena da Universidade Federal de Goiás do Brasil.
valor econômico próprio do capitalismo, ela está conectada intrinsecamente com outros domínios da vida, Parte do resultado destas investigações estão apresentados em aúdio, imagens e textos e em quatro idiomas,
como a organização social, os ritos, o acesso aos recursos naturais, à saúde e, por fim, à própria existência. português espanhol, mehi jarkwa e panhy kaper no sítio virtual www.alfabecantar.com.br.
Trata-se de uma questão epistemológica e política.
Deste modo, busca-se refletir em primeiro lugar acerca do potencial musical nos processos de ensino
Para os Panhĩ, como se autodenominam, o bioma Cerrado é a fonte dos conhecimentos que se expressam e aprendizagem das escolas em tela, evidenciando-se concepções interessantes sobre música, cultura e
na vida cotidiana das pessoas. Ele movimenta a cultura e contribui para que o indígena continue praticando pedagogia. Em seguida, busca-se questionar o modelo de matriz curricular típico da educação escolar brasileira
seus saberes milenares, os quais foram aprendidos com a natureza por meio da vida espiritual. O povo Panhĩ contemporânea, que diminui o valor da educação musical para a formação das pessoas e tem como base
conversa com a natureza por meio de cantos filosóficos. valores eurocêntricos. Propõe-se por fim políticas públicas de educação escolar indígena voltadas aos regimes
de conhecimento ameríndios, nos quais a musicalidade tem papel preponderante.
A pesquisa do intelectual Júlio Kamêr Apinajé tem como centro esta ideia. Segundo ele, para se
proteger o território, é preciso cantar as músicas tradicionais. Algumas músicas têm relação especial com Desta forma, aventa-se a possibilidade de se contribuir para a descolonização das escolas indígenas
lugares do território, os quais possuem recursos específicos, como o fruto do babaçu, que são constituintes brasileiras. Neste sentido, a possibilidade de haver uma matriz curricular mais musical rompe com pressupostos
de artesanatos, terapêuticas, da organização social, possuem história e música (para ouvir as músicas Apinajé: etnocêntricos em relação às artes e, mais especificamente, à música. Trata-se de uma educação decolonial e
www.alfabecantar.com.br). voltada à sustentabilidade.
O território Apinajé é bastante ameaçado na atualidade por caçadores ilegais, madeireiros e pelo avanço
de grandes projetos desenvolvimentistas, como represas e plantações de monocultura. Cantar determinadas
canções garante, assim, a sustentabilidade da população e do mundo. Em oposição, destruir parte do território
para gerar capital para poucos é evidente, implica destruir não só o território, mas todo esse conhecimento
espiritualizado e milenar, que é aprendido da/com a natureza e desarranjar uma série de relações estabelecidas
ancestralmente.
Seguindo a epistemologia Panhi, Julio Kamer propõe que as crianças aprendam cantos territoriais
para mitigar os efeitos da devastação ambiental. Para ele, tais cantos potencializam a sustentabilidade, já que
colaboram para que as crianças passem a conhecer o bioma vivo e, ao longo de suas vidas, cuidem do território.
Kamer criou para expressar tal situação, o conceito alfabecantar, apontando para a importância da
música Apinajé. Para o autor, alfabecantar “indica a importância de efetivarmos um letramento do mundo Coleção Alfabecantar (www.alfabecantar.com.br): Cuhtoj, o maracá na língua mhy jarka, instrumento musical
musical, no qual se aprende pelo e no canto sobre a natureza indígena. Por meio da musicalidade temos acesso central para Os Krahô. Desenho de Edvaldo Krahô (Comitê Krahô, 2016): Desenho de uma comunidade indígena
ao conhecimento da natureza” (2019, p.127). Nesta direção, propõe reflexões inovadoras e importantes sobre Krahô, circular, como o sol.
possibilidades de letramento e sobre a educação ambiental.
44 45
O Núcleo Takinahaky de Formação Superior Indígena (NTFSI) é um espaço de pesquisa e formação no As músicas que podem ser ensinados na sala de aula é de acordo com a idade dos alunos. A música
campo da educação escolar indígena e da educação intercultural no Brasil. Constitui também a possibilidade é livre, as crianças escolhem as músicas que eles querem aprender... nós professores dentro da sala de aula
de acesso e permanência de indígenas no ensino superior. Existe há quinze anos e é constituído por curso de trabalhamos com as músicas de acordo com o nível das crianças, nas séries atendidas, por exemplo: para
graduação e de pós-graduação no nível de especialização. as crianças do 1º ao 5º ano do ensino regular , trabalhamos somente com as músicas bem curtinhas igual
corinhos, onde eles aprendem a cantar com facilidade... são essas, da borboleta, macaco da mão gordo, guariba
Atualmente, conta com cerca de 300 professores e professoras indígenas dos estados de Goiás, Mato da orelha redondo, queixo inchado, peixe grande e sapinho.
Grosso, Tocantins e Maranhão, pertencentes à 30 distintas populações originárias, entre elas, os Krahô, Apinajé,
Javaé, Karajá, Guarani, Xambioá, Canela, Gavião, Guajajara, Kuikuro, Krikati, Tapirapé, Xerente, Kamaiurá, A atividade em referência teve como base a música abaixo, dentre outras do mesmo repertório, que
Juruna, Timbira, Waurá, Xavante, Xacriabá e Tapuia. Estes professores e professoras buscam construir novas foi apresentada por um ancião, copiada pelos alunos, praticada ao longo da semana e apresentada para a
matrizes curriculares para que seus alunos possam compreender e produzir um novo mundo, com base nos comunidade fora da sala de aula na sexta-feira, dia de conclusão do projeto (para ouvir mais músicas do
princípios da interculturalidade, da decolonialidade, da transdicisplinaridade e da contextualização. repertório mehi: www.alfabecantar.com.br). Note-se que as músicas Timbira são transmitidas por espécies,
como animais, frutos e árvores, do meio ambiente, que apresentam suas características e inter relações e se
Algumas escolas Timbira, do Brasil central, as quais se relacionam ao projeto do NTFSI, tratam da expressam em complexas sequências musicais.
educação musical de maneira especial e marcante. Elas apresentam propostas de uma educação musical
inovadora e interessante. Seus professores e professoras criam e aplicam uma série de práticas pedagógicas,
muitas vezes, tendo como centro a música. Muitas destas escolas passam, inclusive, atualmente por um Tepe ti japê
processo de reformulação de suas matrizes curriculares. tepe ti
tepe ti japê wa apu xà ne cô ca ampu
A música em muitos destes casos aparece enquanto o tema central da aula. Nestes casos o objetivo da mã ipar ri pê mã
prática pedagógica é o de transmitir determinado repertório musical. Como se verá, a ideia não se resume craw kra a re xà ne cô ca ampu.
a dominar o canto, mas sim compreender aspectos centrais da criação e (re) produção dos mesmos. Outras
tantas vezes, as práticas pedagógicas musicais buscam articular a música a outros aspectos culturais, como Procurando se um grande peixe
as histórias dos antigos, os cantos não indígenas, como o forró, a Festa da Batata, a complexa organização Estou a procura de um grande peixe
social e a política, a nomeação, a exploração capitalista, dentre outros. A música parece então promover a olhando para a água
compreensão das armações e relações entre domínios diversos da vida. Ela representa o belo e é ao mesmo ouvindo um filhote de soco
tempo codificadora dos saberes. Indica percepções, estilos, tendências e condutas. Constitui mesmo uma olhando para o cô
linguagem que produz e circula conhecimento, estabelecendo redes sociais. Ela gera alegria.
Entre os Krahô há outras tantas práticas pedagógicas relacionadas à música. A pesquisa de Gregório
O universo Timbira é bastante musical e os cantos marcam os momentos dos sujeitos tanto no território Huhte Krahô (2014) da aldeia Cachoeira também trata da musicalidade. Para ele, ao estudar a música nativa,
quanto a partir das temporalidades, determinando períodos do dia e do calendário anual. Há músicas que os alunos têm contato com outros domínios culturais e saberes, como a história, a geografia, o território e até
devem ser cantadas em lugares específicos e em momentos particulares. Assim há músicas do pátio, da caçada, mesmo a matemática, apontando para o caráter transdisciplinar da música Krahô. Para Huhte (2014), “desde
da roça assim como há músicas do amanhecer, do entardecer e da madrugada, do período seco e do chuvoso. sempre, o mundo Krahô tem a ver com a relação entre a esquematização de dominar músicas e o estudo de
Tal ordenamento deve ser observado com rigor – e exatidão (CUXY; HERBETTA, 2016). As músicas ao matemática local”. Sua pesquisa aponta para a importância da noção de exatidão – presente na música – para
mesmo tempo expressam informações e relações fundamentais sobre o bioma Cerrado. Trata-se de complexo o modo de ser Krahô.
conhecimento ambiental, entendido por uma perspectiva epsitemológica.
Huhte diz que “devem ser cantadas de maneira exata para a sustentabilidade [...] Aprendemos a cantar
Konnry, professor Krahô da escola 19 de Abril da aldeia Manoel Alves Pequeno, trabalha em suas aulas pelos pássaros, árvores, rio, céu e outras espécies, não tem música inventada. Sempre é o mesmo ritmo de
com práticas pedagógicas musicais. Para ele, a música, ou me increr, na língua originária, é muito importante cantar, dançar, pular”, apontando para uma noção de permanência, presente no fato de que as músicas que são
na comunidade porque com ela se faz festa. A música faz parte de todos os momentos Krahô: na caçada, cantadas hoje, são neste sentido, as mesmas apreendidas dos animais e da natureza. As músicas não podem ser
na roça, entre os partidos, de madrugada, ao amanhecer.... Por isso os Krahô ensinam as músicas para as mudadas. A prática rigorosa de tal musicalidade garante a existência do grupo.
gerações mais novas. A música serve para animar. A música fala sobre os saberes da natureza, dos pássaros,
dos animais. Mostra a forma de comportamento dos animais e da natureza. Mostra a marcação do tempo e do A música vem sendo foco igualmente de alguns outros projetos entre os Krahô. Professores da escola
espaço na aldeia – cada música tem uma hora certa. indígena 19 de Abril, da aldeia Manoel Alves Pequeno, criaram na matriz curricular da escola um tema baseado
na prática da música tradicional. Conforme Konnry, “expressar essa manifestação nos aproxima de nosso
Para Tupen, professor Krahô, da mesma escola, sentimento étnico e transforma tudo em alegria. Com a música a escola fica mais alegre. Através dos temas
contextuais os alunos da Escola 19 de Abril irão conhecer, valorizar, e pesquisar sua própria cultura”.
46 47
de madrugada), cânticos das festas, as pinturas usada nas festas, uso de matéria-prima que são usados nos
Entre os Apinajé, o processo é o mesmo, como se disse. O tema da música se tornou central, inclusive, adornos. Aprendendo a organização de subgrupos, que tipo de cântico (musica) aquele subgrupo canta, e se e
para a escola Tekator, onde leciona Kamer. Lá, há em andamento um projeto intitulado “Grernhõxwynh Nywjê para se pintar (p. 12).
- Fortalecimento da Cantoria entre os Jovens nos Rituais Apinajé” cujo objetivo é a formação de cantores e
cantoras. Segundo Kamer, a ideia é “junto e em parceria com a escola, incentivar e envolver os jovens no Como se pode perceber, para os Gavião, o aprendizado da musicalidade indígena tem a ver com o
aprendizado de nossos conhecimentos tradicionais e a cultura (Panhĩ) Apinajé.“ próprio conhecimento de mundo. Ela, música, tem a ver com as pinturas, festas, organização social e com
algumas categorias importantes para a formação do sujeito. Nesta direção há uma proposição de que a matriz
Para o professor, como se pode ver, a música é uma espécie de matriz de saberes, estando relacionada curricular da escola Gavião seja uma matriz bastante musical.
com os conhecimentos indígenas.
Estas musicalidades parecem registrar ou codificar um conjunto de saberes e informações que apontam
Kamer afirma ainda que a música pode transformar a escola indígena. Segundo ele, “essa iniciativa da para a relação de cada população com o mundo. Nestes cantos há personagens marcantes, histórias relevantes,
escola e da comunidade tem a finalidade de organizar e fortalecer nossa participação no sentido de construir lugares especiais, práticas e condutas adequadas, assim como percepções do universo. Desta forma, conhecer
e efetivar uma Educação Escolar Indígena própria segundo nossa concepção de cultura”. e praticar tais musicalidades é concomitantemente passar por um processo de formação que tem como base os
saberes particulares de cada população – estes baseados em noções como ordem, ritmo, beleza, entre outras.
A música aparece também em projetos de pesquisa e práticas pedagógicas Krikati. Jair Krikati conta que
sua avó, antigamente, já se preocupava com a diminuição da prática musical entre as crianças Krikati. Segundo
outro professor Krikati, há alguns objetos que não estão sendo mais produzidos, o que acaba comprometendo
a organização de alguns rituais. A pesquisa em referência busca mobilizar parte da população – através da
escola - para a produção destes objetos de modo a reativar alguns momentos importantes para a comunidade.
Cada um destes objetos especiais possuem também sua música, apontando para a relação já comentada
de associação entre música e outros domínios. Não sendo possível portanto produzir tais objetos sem o
conhecimento musical. Assim, lá, se se deixa de cantar a música o objeto perde seu sentido no rito.
Além dos projetos citados, muitos dos projetos políticos pedagógicos – PPPs - produzidos no curso de
especialização do NTFSI também têm a música como centro. O NTFSI iniciou em 2014 sua segunda turma
do curso de especialização "Educação Intercultural e Transdisciplinar: gestão pedagógica". A experiência
da primeira turma da especialização foi bastante rica e apontou desafios para professores indígenas e não
indígenas os quais são centrais para se pensar a questão da educação escolar indígena no Brasil. Note-se que Coleção Alfabecantar (www.alfabecantar.com.br): Ritual musical Krahô realizado no centro da aleia circular, no
o objetivo do referido curso é o de colaborar na produção do PPP de cada escola indígena participante. E que pátio central, denominado Cá, na língua originária (Comitê Krahô, 2016).
cada PPP deve preferencialmente possuir uma nova matriz curricular.
Pode-se dizer ademais que tais práticas pedagógicas musicais desvelam um aspecto central do pensamento
O PPP Gavião (2014) da Escola Indigena Crỹ’tohmre Cahohwpor da aldeia Governador, por exemplo,
indígena, qual seja seu caráter associativo e não fragmentário. Assim, nestas práticas a musicalidade em
traz em seu texto uma lista com músicas transcritas das festas tradicionais. Como o PPP postula, as festas
referência, como comentado, está conectada com uma série de outros domínios, estabelecendo armações
Gavião são musicais. Cada ritual desses é composto por um conjunto de músicas que pertencem somente
particulares e fundantes do socius de cada grupo, indicando um caráter transdisciplinar.
àquela festa. Mas, vale ressaltar que, em todos esses rituais, são cantadas as músicas de pátio, conhecidas entre
os Pyhcop Cati como me ẽhncre caprẽh (músicas lentas) e me ẽhncre pajpax (músicas animadas). No entanto,
A prática pedagógica elaborada pelo professor Julio Kamer Apinajé, por exemplo, desvela uma armação
existem algumas músicas muito animadas que são conhecidas entre os Pyhcop Cati como me hỳhcr.hn (p. 15).
na qual determinado repertório musical está conectado intrinsecamente a lugares do território, a determinados
recursos naturais e a práticas específicas, de modo que a prática musical em tela garante a sustentabilidade do
Diz-se ali que é a partir do estudo desta musicalidade que o aluno poderá conhecer de forma mais
grupo e combate a queimada, problema grave enfrentado pelos Apinajé.
adequada temas, percepções e categorias dos saberes Gavião. É através das músicas Gavião que, espera-
se, obter a formação adequada do sujeito. Conforme o PPP é preciso fortalecer a participação de jovens e
Esta característica associativa presente na música parece apontar ainda para a noção de esticar,
crianças na organização desses eventos, já que atualmente temos apenas nove (9) cantores nas aldeias da T.I
presente em muitas pesquisas realizadas pelos professores e professoras indígenas no NTFSI. Segundo estas
Governador. Assim, é importante envolver as crianças e jovens nas festas tradicionais, de forma que elas sejam
pesquisas, esticar tem a ver com o que chamamos contextualização, e nesta direção aponta para uma dinâmica
ensinadas pelos cantores no pátio e na escola. As crianças e os jovens participando fora da escola junto com
relacional que conecta temas e domínios específicos, evidenciando a importância da relação em detrimento à
os organizadores de festa, aprenderão sobre os cânticos (os que são cantados pela manhã, a tarde, a noite e
fragmentação e fundamentando um outro regime de conhecimento (HERBETTA, 2013).
48 49
Por fim, pode-se notar uma dinâmica interessante presente nestas práticas pedagógicas musicais
acerca da noção de transformação. Neste campo pode-se dizer que por um lado tais músicas, segundo os
interlocutores indígenas, são as mesmas criadas pelos animais e pela natureza e transmitidas para alguns
personagens fundadores de cada universo cultural, como já mencionado.
Por outro lado a retomada destas práticas musicais que se dá na escola parace indicar uma profunda
transformação na educação escolar destas populações, já que voltam a produzir subjetividades baseadas
em suas epistemologias particulares, em detrimento de uma escola colonizadora, baseada em uma matriz
epistêmica eurocêntrica como sempre tiveram acesso.
Uma matriz curricular mais musical, neste cenário, pode fazer com que tais comunidades passem a
revalorizar e praticar aspectos centrais de seus universos, indo de encontro a escola convencional.
A música, portanto, de uma perspectiva epistemológica e política, nas novas matrizes curriculares das
escolas Timbira – e em outras escolas indígenas - é mais do que recurso pedagógico, trata-se de uma forma de
ensino e aprendizagem. Uma pedagogia.
Neste sentido, pode-se refletir sobre a hipótese de que a música nas epistemologias originárias no Brasil é
o operador central da teoria pedagógica destes professores e professoras E que pedagogia para eles é formação
e trans-formação. Trata-se de alfabecantar.
Referências
COMITÊ KRAHÔ. Pahte Mẽ Amjĩ Ton Xà Itajê Cunẽa, Nẽ Rỳ Ipinkrên Nare, Kôt Cu Pahtyj Mẽ To Ihtỳj, Mẽ Pah Cunẽa Jakry Xà
Caxuw: Subvenciones a prácticas pedagógicas musicales, ambientales y anticoloniales. CEGRAF. Universidade Federal de Goiás,
2016.
CUXY, Joel; HERBETTA, Alexandre. A imagética Mehi: reflexões iniciais sobre ritmos e imagens cupe e Krahô. Revista Saberes
Indígenas. Goiânia: Editora da UFG, 2016.
HERBETTA, Alexandre Ferraz. Legislação e mito na educação escolar Timbira o verbo esticar e a pedagogia indígena no Brasil
Central. In: Maria do Socorro Pimentel da Silva; Mônica Veloso Borges. (Org.). Educação intercultural: experiências e desafios
políticos pedagógicos. 1ed.Goiânia: Editora da UFG, 2013.
HUHTE Krahô, Gregorio. Formas exatas de ser Krahô: a relação entre a música e a matemática. Palestra apresentada ao NTFSI/
UFG, 2014.
KAMER Apinajé, Julio. Sustentabilidade: entre cantos e queimadas no território Apinajé. Universidade Federal de Goiás. Núcleo
Takinahakỹ de Formação Superior Indígena. TCC apresentado ao Curso de Licenciatura Intercultural, 2013.
PPP Gavião da Escola Indigena Crỹ’tohmre Cahohwpor da aldeia Governador. Requisito para a conclusão do curso de Especialização
em Educação Intercultural e Transdisciplinar: gestão pedagógica. Núcleo Takinahaky de Formação Superior Indígena. UFG –
Universidade Federal de Goiás. 2014.
52 53
Ne male, fotografía de Carla Valdespino
LOS ROSTROS DE JESUSA GONZÁLEZ
Mazatcihuatl
0. Mi niñez
Gran parte de mi niñez la viví en La Presa de Villa Victoria. Mi abuelo tenía la única tienda y el único molino
de nixtamal en la comunidad, así que mucha gente venía todos los días. A veces me tocaba ayudar en la tienda
y a veces en el molino. Me gustaba más estar en el molino porque veía a todas las señoras, los colores de su
ropa me llamaban la atención, pero, sobre todo, me fascinaba escuchar cómo hablaban entre ellas, sabía que
hablaban mazahua, de hecho, en casa se utilizaban algunas palabras en mazahua y uno de mis tíos sabía un
poco para poder platicar con los peones y las mujeres en el molino.
En una ocasión me tocó estar presente en la Fiesta de la Cosecha, los peones de mi abuelo y sus familias
llegaron a la casa, traían muchas flores amarillas y collares de pan, con los que adornaron los colotes, la casa y
de paso a mí. Me pusieron uno de esos collares. En realidad, era una verdadera fiesta, hubo mucha comida y
pulque. Un año después, acompañé a uno de mis primos a la milpa a recoger la cosecha. Para el regreso a casa,
mi primo me dio permiso de venir trepada en los costales, junto a los peones. Yo estaba feliz, pero cuando mi
abuelo me vio, me regañó, no tenía que hacer nada con los peones, ellos eran mazahuas y yo, no.
Cuando comencé mi investigación sobre tradición oral mazahua, mi abuelo no comprendía por qué lo
hacía, me dijo en muchas ocasiones “no pierdas tu tiempo, eso no sirve, el mazahua ya ni se habla”. Efectivamente,
el panorama de mi niñez había cambiado de manera muy drástica, en pocos años, ya no veía a las mujeres
vestidas con sus enaguas de colores y ya casi nadie hablaba mazahua en el molino. Los jóvenes, hijos de los
peones, habían migrado a la Ciudad de México. Ya no pude hacer mi investigación en la comunidad donde
crecí, pero sí fui a San José de Rincón, donde conocí los rostros de Jesusa González.
54 55
Ne pale ri soya, fotografía de Carla Valdespino
1. Mis abuelas
No conocí a mi abuela, su nombre era Elvira García Munguía, murió cuando mi mamá tenía tres años. Una
foto en el cuarto de mi abuelo y algunas anécdotas contadas por mis tíos mayores me han ayudado a crearme
una imagen de ella, una mujer trabajadora y que reía mucho, aunque en las fotos, que después de recuperé,
siempre sale muy seria.
Inés Munguía González fue mi bisabuela y a ella sí la conocí. Era una mujer dulce y muy pequeña de
estatura. Me gustaba jugar con su bastón de madera, cuya empuñadura tenía la forma de la cabeza de un
ave. En realidad, la vi pocas veces en mi vida. Sobre su historia sé poco, tuvo un accidente desde muy joven
y por eso tenía que usar el bastón, pero su incapacidad en la pierna, no le impidió tener más de quince hijos,
mi abuela Elvira fue la mayor. Migró con toda su familia a la zona conurbada de la Ciudad de México. No
recuerdo cuándo murió la abuelita Inés, quizá yo tendría unos dieciséis años o menos.
De oídas, solo de oídas, conocí a mi tatarabuela, no hay fotografías de ella, solo a través de las palabras he
logrado construir parte de su ser. Su nombre era Jesusa González, así, sin apellido materno; solo tuvo una hija,
Inés. Mi tía Ethelvina, la hermana mayor de mi mamá, me contó que la recordaba un poco: la abuela Jesusa era
muy alta, morena, usaba enaguas y collares de colores, era mazahua. Con ella empieza mi historia.
2. La Investigación
Cursaba la carrera en Letras Latinoamericanas y llegó el momento de realizar mi servicio social dentro de un
proyecto de rescate de Tradición oral mazahua, proyecto que se convertiría en mi tesis de licenciatura. Recorrí
varios municipios y comunidades. A la par, fui platicando con mi tía Ethel, quien me fue delineando gran
parte de las piezas del rompecabezas llamado Jesusa. Las otras piezas, me las dio la mamá de mi mejor amiga,
Consuelo Castillo Munguía, sí Munguía, como abuelita, Inés Munguía González.
Jesusa González trabajaba en la Hacienda de San Diego Suchitepec, la hacienda más importante de la
región de Villa Victoria. Cuáles eran sus deberes, nadie lo sabe. Lo único seguro es que quedó embarazada del
hijo del capataz, quien reconoció a su hija, Inés Munguía González, mas nunca formó una familia con Jesusa.
Años más tarde, este joven tuvo su familia legítima, de la cual es parte mi mejor amiga. Curiosidades de la vida.
En mi andar por las historias mazahuas, saqué una serie de fotos, imágenes que, de alguna manera, le
fueron otorgando un rostro a mi tatarabuela, son como los huesos que junté para darle luz y permitirle correr
con libertad.
No, si me miro al espejo mis rasgos no son mazahuas; mi nombre no es mazahua; mis apellidos no son mazahuas
(incluso, perdí el apellido de mis abuelas); mi lengua no es mazahua; mi cultura no es mazahua, pero la historia
donde comienza mi línea de mujeres, sí es mazahua. Y estas imágenes son mi historia.
58 59
Ri neme, fotografía de Alejandro, El venado mazahua
60 61
VIAJES, ANDARES Y POÉTICAS DEL ESPACIO la naturaleza sigue viva, no domada. Cabría agregar que más que ser un paisaje “natural rural”, está mezclado
con elementos sumamente modernos, como la propia carretera, los autos y las arquitecturas.
Eleazar Valle Pineda
Voy a lo siguiente: el viaje de Ixtla a San Fe, inicia como una transición de lo urbano a lo rural, para llegar
otra vez a lo urbano. No obstante rural no es solo rural, lo rural es una categoría demográfica que sirve en
Preámbulo la construcción de políticas públicas. La carretera representa una frontera liminal y un carrusel que genera
deseos e incita emociones, a las que en ese momento no pude acceder.
Los edificios son muy importantes en la construcción de un proyecto ideológico. Para Runnels (2019: 147—
148) “los inmuebles son fundamentales en la construcción ideológica, estos constituyen un tipo de paisaje que Los lugares desatan una serie de procesos de memoria e imaginación que acuerpan los sujetos, como yo,
influye en las percepciones, crea subjetividades y materializa proyectos políticos”. La propuesta arquitectónica viajando en un autobús. Pasar por los pueblos que están en el intervalo Ixtla—San Fe, me recordaron la casa
de la universidad buscaba responder a “las necesidades educativas, científicas, democráticas y laicas de la de mis padres, mi infancia, los lugares de juego, pero estos pueblos no son la casa donde crecí porque a pesar
universidad, ateniendo al contexto de la identidad cultural, histórico, artístico y social de los pueblos originarios” de ser geografías similares en ese momento estaba pasando por lugares que yo no conocía. Estar sentado en el
(Garduño, 2004). No fue casual este tipo de diseños. No obstante, los símbolos más visibles no representaban autobús y no caminando en la calle es una buena metáfora que representa mi no—ser de ahí. Yo viajaba para
elementos simbólicos del pueblo jñatjo, sino nahuas. San Fe.
Estar ahí por primera vez en la universidad me evoco muchas cosas, nunca en mi vida había sentido Después de aproximadamente 1 hora y 15, vamos llagando al espacio urbano de San Felipe, uno siente en el
una sensación de modernidad e historia fusionadas. Para Larkin (2013: 336) las “infraestructuras producen en cuerpo esa categoría demográfica, yo la siento, principalmente a partir de la acumulación de arquitecturas:
la vida cotidiana sensaciones de temperatura, velocidad, florescencia”. Las materialidades crean una relación casas y negocios.
dialógica poética para quienes viven y experimentan cotidianamente estos espacios (Bachelard, 2020) los
espacios están dotados de poéticas que es una cualidad o un valor imaginario y/o visual que podemos nombrar Las arquitecturas representan en este caso una de las máxime de la creación humana; una forma de domar
y sentir; estar próximos, sentirnos ajenos o descolocados como me pasó a mí. la naturaleza o de manipularla. El poco espacio, la saturación de cosas y casas, unas ordenadas y otras no,
*** concretan esta idea de lo urbano. No obstante, lo urbano en San Fe es un contexto diferenciado (creado hace
poco como una política pública municipal) se materializa en marcos pictóricos plasmados en los muros de
Llegué por primera vez San Felipe del Progreso en diciembre de 2019. Mi visita tenía la intención de estas arquitecturas.
conocer la Universidad Intercultural del Estado de México.
Llegando a San Fe, en la ventanilla izquierda, nos recibe un mural de una pareja de viejos, la mujer con el
—Buenas tardes, me podría avisar cuando estemos en San Felipe. atuendo característico de las jñatjo y el hombre con atuendo de manta, donde sobresale un sombrero que
—¿Para dónde va o a dónde quiere ir joven? icónicamente dibuja una casa de adobe, a dos aguas; arquitectura que por cierto cada vez es menos visible y a
—Voy para la universidad intercultural, ¿pasa por ahí? la que típicamente se ubicaba en contextos rurales.
—No, pero yo le digo por donde, tiene que caminar como 10 minutos, se va derecho ya luego la va a ver.
Hay más murales, la mayoría resaltando iconos y símbolos de la cultura jñatjo. El registro visual, las imágenes,
Salí de Toluca como a las 9 de la mañana en dirección a Ixtlahuaca, al no conocer la región me bajé tienen la función de evocar el pasado. Digamos que los murales regados alrededor de las calles centrales del
poquito antes de que el autobús entrará a la central camionera. Descolocado comencé por preguntar a algún San Fe urbano funcionan como estas pinturas rupestres ubicadas en cuevas, es decir, nos narran como creen
transeúnte en dónde pasaba el transporte para ir a San Felipe del Progreso. De hecho, le pregunté a más de uno algunas personas (funcionarios de gobierno) que era aquí. Al mismo tiempo, la mayoría de estás imágenes
por soy desconfiado. Ya medio ubicado, caminé hacía en donde pasan los autobuses, recuerdo que esperé unos están contrastan con los diseños de las arquitecturas en las que están plasmadas. La fusión de los elementos es
20 minutos hasta que abordé el Ixtlahuaca/San Pedro/San Felipe. Ahí comenzó el viaje. el lienzo que hace inteligible la poética del espacio mazahua.
Ríos, terrenos de siembra, la milpa descansando, zacate cortado, ganado ovino y vacuno, algunos pollos Memoria e imaginación generan diferentes sentidos de estar, para mi como migrante, como turista y/o como
y guajolotes, y el rocío helado pintando el pasto. La geografía material de espacio va dando cuenta de un visitante, los murales regados en la ciudad de San Fe la dibujan como una ciudad—museo. La iniciativa de los
contexto rural. Al igual que el viaje en el pasaje francés descrito por Walter Benjamin. Mi paseo de Ixtla murales, dicho por el propio edil municipal es una política de patrimonialización que buscaba atraer turistas
a San Fe, me fue mostrando objetos (seres vivos) comerciables y comercializables, la cantidad de negocios y con ello mayor derrama económica. Los murales como recurso de patrimonialización y la idea de ciudad—
situados a la orilla de la carretera da cuenta de eso. La carretera en sí es un pasaje. Pero a diferencia de un museo en varios sentidos ufanan la herencia de la cultura y pueblo mazahua. Parafraseando a Bonfil (1987)
pasaje en un centro comercial algunas de estas materialidades, y el paisaje en sí, iconiza lo que algunos de los el Estado mexicano vanagloria al indio muerto y lo reconoce en los museos, pero niega al indio vivo. La
imaginarios colectivos sitúan como anti modernos. En términos generales podría decir que la modernidad se ciudad—museo de San Felipe del Progreso, desde mi ojo y olfato exalta al jñatjo foráneo, el jñatjo que viene de
construye alrededor del espacio urbano, en donde la naturaleza ha sido domada. En contraste, en estos paisajes los pueblos de los alrededores, folkloriza lo jñatjo, lo reduce solo a la materialidad (de los quexquemetls), pero
62 63
Ri nzhodúji, fotografía de Susana Bautista Cruz
niega lo jñatjo interno. Antolín Celote, decía en una entrevista que al mazahua que llega al tianguis dominical
a vender sus productos se le da lugar en la periferia, en donde casi no va la gente.
El autobús sigue su camino por la calle Bravo, pasamos por un par de restaurantes, luego el súper mercado,
damos vuelta a la derecha después de algunos negocios unos terrenos de siembra y luego un baldío de
estacionamiento, topamos otras cosas y casas, otros murales y luego…
Bajé de autobús, caminé aproximadamente unos 500 metros hasta que di con el boulevard, casi en enfrente
puede ver por primera vez la Universidad Intercultural del Estado de México, la primera, el sueño diría Antolín.
Caminó hasta encontrar la entrada
Avancé por un andador construido con adoquines rojos. El ambiente se “sentía” distinto, no se veía mucha gente.
Acaba el andador y paso un pequeño puente, desde ahí ya se mira el majestoso e icónico edificio Quetzalcóatl,
primer edificio de la universidad. En este símbolo se traslapan elementos de las culturas originarias, representa
una deidad del panteón mexica; simboliza una piedra de fogón mazahua; y su circularidad, a lo Paulo Freire,
intenta romper con la educación bancaria y crear un ambiente de aprendizaje colaborativo.
Referencias:
Bachelard, Gaston (1993). La poética del espacio. Fondo de Cultura Económica. Madrid.
Bonfil, Guillermo (1987). El México profundo. Una civilización negada. Fondo de Cultura Económica. México.
Larkin, B. (2013). The Politics and Poetics of Infrastructure. Annual Review of Anthropology, 42(1), 327–343. https://doi.
org/10.1146/annurev—anthro—092412—155522.
Runnels, D. (2019). Cholo aesthetics and mestizaje: architecture in El Alto, Bolivia. Latin American and Caribbean Ethnic Studies,
14(2), 138–150. https://doi.org/10.1080/17442222.2019.1630059.
64 65
Mintrjoji
66 a tr’eje 67
O pjeñe i male, fotografía de Carla Valdespino
68