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La Chica de La Ventana

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Please note that this story may be copyrighted.

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Sinopsis

Lauren Jauregui
es un imán atraer las enfermedades. Al nacer debió someterse a un trasplante de
corazón, pues el suyo tenía grandes problemas. Antes de cumplir un año ya había
sufrido de varicela, sarampión, meningitis y otitis, esta última al menos dos
veces. Al año y medio una fiebre la dejo en cama durante semanas. Los doctores les
dijeron a sus padres que no viviría, pero Lauren lo hizo. A los cuatro años los
doctores determinaron que su trasplante de corazón estaba siendo rechazado por su
organismo. A los cinco se sometió a otro trasplante. A los siete le extirparon una
parte del páncreas, lo cual la obligó a recibir dosis diarias de insulina. A los
once su corazón fue rechazado nuevamente, y esto indicó otro trasplante. A los doce
Lauren estaba deprimida, así que sus padres la llevaron al psicólogo; no es extraño
que este le diagnosticara algo también: Asperger. A los quince Lauren dejo de
asistir a la escuela y comenzó a recibir educación en casa, pues su madre llegó a
la conclusión de que era lo mejor para ella. A los dieciséis Lauren estaba más
deprimida que nunca, sin amigos y escuchando música a alto volumen mientras miraba
por la ventana de su habitación, saludando a la anciana señora Marta durante las
mañanas. Y, como siempre, vino otro problema: los riñones de Lauren comenzaron a
fallar. Recibió varias donaciones, pero todas fueron rechazadas al instante. Es así
como Lauren terminó viviendo de diálisis tres veces a la semana. Pero eso no era
todo... Su corazón, de nuevo, estaba siendo rechazado.

Luego tenemos a
Camila Cabello
, una niña que solo había sufrido un par de resfriados en su infancia. Cuando su
abuela, Marta Estrabao, murió y su madre heredó la casa por ser su única hija,
Camila debió decir adiós a su vida en el hermoso México y decir hola a la ciudad de
Miami. Los primeros días fueron difíciles; siempre lo son. La escuela fue difícil
también. Allí no tenía amigos, y el ya tener diecisiete años, estar en el último
curso y ser una chica no muy dada a hacer amistades fácilmente la hizo sentirse
como una persona solitaria y deprimida durante los primeros meses. Luego, sin saber
cómo, conoció a Dinah y Normani, y su vida dio un giro drástico. Podría decirse que
Camila era feliz... Lo era hasta que un chico, Austin, comenzó a acosarla y ella
terminó confesándole su más grande secreto solo para que la dejara en paz. Sí,
Camila era lesbiana. Dinah y Normani no se alejaron de ella, pero eso no evitó el
montón de burlas que comenzó a recibir diariamente, y así fue como Camila se
convirtió en una joven deprimida que, al llegar a casa, se encerraba y lloraba en
su habitación... Hasta que vio a la chica de ojos verdes que la miraba desde la
casa vecina.

Capítulo 1
XX:
Veamos... ¿Qué tenemos acá?

YY:
¡Es Camila Cabello! ¡Nuestra lesbiana favorita!

Dinah:
¡Luis! ¡Austin! ¡Déjenla en paz! -Amenazó- Se los advierto.

Camila:
Déjalos, Dinah. No me importa.

Normani:
Pero a nosotros si nos importa, Mila, y hasta que estos idiotas no te dejen en
paz...

Luis:
¡Cállate de una vez! ¡Nosotros haremos con ella lo que queramos!

Camila dejo escapar un leve gemido. Sabía lo que aquellas palabras significaban: La
golpearían... De nuevo.

Normani:
¡No van a tocarla!

Austin:
¿Y qué pasará si lo hago? ¿Qué me harán? –Preguntó con una sonrisa típica de
villano de película.

Dinah:
No querrás saberlo, Austin Mahone.

Luis miró a Austin mientras ambos reían con locura y asintió aun con una sonrisa
perversa en el rostro.
Fue entonces cuando Austin sujetó el cabello de Camila con una mano, la hizo
retroceder hasta los casilleros y luego enterró su rodilla en su estomago. Un grito
de dolor escapó de sus labios. Cuando el chico la soltó cayó al suelo jadeando,
intentado recuperarse del golpe.

Lágrimas ya resbalaban por sus mejillas.

Austin:
Maldita les...

Pero Austin no pudo culminar su frase, pues Dinah ya se había lanzado sobre él y
estaba golpeándolo con todas las fuerzas que tenía mientras Normani intentaba
detener a Luis.

Dinah:
¡Corre Mila! -Gritó.

Camila no dudó ni un segundo en hacerlo.

Con el estómago aun doliéndole corrió hasta llegar al estacionamiento. Una vez allí
busco las llaves de su auto desenfrenadamente hasta dar con ellas. Un minuto
después Camila surcaba las calles en dirección a casa a máxima velocidad con
lágrimas en los ojos y un terrible dolor en el vientre.

Al llegar, como siempre, la casa estaba vacía. Su madre y su padrastro solían


trabajar hasta muy tarde, y Sofi, su pequeña hermana, era cuidada por su tía
durante las tardes. Camila suspiró. A veces deseaba poder llegar, abrazar a su
madre y contarle lo que había sucedido... Pero no podía.

Y cuándo tenía la oportunidad no lo hacía, pues tenía miedo de que la llamaran


cobarde.

Ya tenía bastante con que todos en la escuela (Exceptuando Dinah, Normani y un par
de gays) la llamaran estúpida lesbiana. No quería ser la estúpida lesbiana cobarde.

Triste y adolorida Camila subió a su habitación y comenzó a llorar.

Camila:
¡ERES TAN ESTUPIDA! ¡¿POR QUE NO DEJASTE QUE TE BESARA ESA VEZ?! ¡¿POR QUÉ,
IDIOTA?! -Se gritaba a sí misma mientras lloraba sobre su cama.

***
Austin:
Vamos, Camila, sé que quieres hacerlo -Había dicho Austin mientras la mantenía
presa entre los casilleros y sus brazos.

Capítulo 2

Lauren se definía a sí misma como una chica rara, solitaria y llena de problemas.
Lo sabía porque mientras los demás en la sala de diálisis veían televisión,
hablaban, leían un libro o se perdían en Twitter, ella terminaba el crucigrama que
había estado haciendo antes de que la chica de la ventana la interrumpiera.

Lauren tenía una rutina simple, y le gustaba seguirla al pie de la letra.

Se levantaba a las cinco, siempre sorprendida de que su corazón rechazado hubiese


sobrevivido una noche más. Tomaba sus medicinas para intentar que su estúpido
cuerpo dejara de atacar al órgano que la mantenía con vida, comía un desayuno
ligero, hacía un crucigrama y luego volvía a dormir hasta que su madre la
despertaba para almorzar. Luego de esto subía a su habitación y miraba a través la
ventana a la chica que lloraba queriendo consolarla, pero su Asperger no se lo
permitía. Luego de mirar suficiente tiempo su madre iba a buscarla a su habitación
e iban a sus citas diarias. Cuando no era la diálisis era el psicólogo, cuando no
era el psicólogo era el cardiólogo, cuando no era el cardiólogo eran clases de
piano con la señora Hansen, a las cuales asistía junto con Ally, su única amiga.

Lo único que le gustaba de todas sus actividades era ésta última: la música...

Tiempo atrás el psicólogo les había dicho a sus padres que ella estaba deprimida.
Primero intentaron con grupos de apoyo, pero solo la deprimieron más. Luego
intentaron otras cosas, pero no funcionaron. Las clases de piano eran las únicas
que parecían hacerle sentir un poquito no tan deprimida. Finalmente llegaba a casa
y, luego de cenar, recibir su dosis diaria de insulina y tomar más medicinas -entre
ellas una pastilla para dormir- Lauren se quedaba profundamente dormida hasta el
día siguiente. A veces, cuándo Lauren no podía dormir ni con ayuda de las
medicinas, pintaba durante la noche, pero esto se salía de su rutina, lo cual lo
hacía abandonarlo casi de inmediato.

Pero ese día, por primera vez, Lauren no se sintió mal al dejar su rutina.

Se suponía que Lauren debía ver a la chica, no hablar con ella


–"En realidad, nos hemos escrito"
Se interrumpió–, pero cuándo lo hizo se sintió tan bien que podría haberse salido
de la rutina durante todo el día todos los días.
Esto jamás había sucedido con la señora Marta, su antigua vecina. La anciana señora
solo la saludaba de vez en cuando, pero jamás hablaban. Y eso estaba bien.

Una voz interrumpió los pensamientos de Lauren.

XX:
¡Buenas tardes, Jauregui! –La saludó una voz que conocía bastante bien.

Lauren:
Ally Brooke Hernández, acabas de interrumpir mi crucigrama.

Ally:
Lo siento. Solo quería hacerte compañía. Puedo irme si quieres...

Lauren sacudió la cabeza casi de inmediato. Le encantaban los crucigramas, pero su


madre sobreprotectora solo le permitía ver a Ally durante las diálisis y cuándo
asistían a clases de piano, y en estas últimas hablar era imposible con la estricta
señora Hansen como profesora.

Lauren:
Quédate... Por favor.

Ally:
Sabía que me necesitarías, Jauregui.

Lauren sonrió y luego hizo espacio para que Ally se sentara a su lado. En cuanto lo
hizo, ambas se quedaron en silencio, escuchando el sonido de la máquina de
diálisis. Entonces Lauren rodeo a Ally por la cintura con su brazo libre y apoyo su
cabeza en su hombro.

Era un abrazo.

Algo torpe, pero lo era.

Ally respondió al abrazo de inmediato.

Capítulo 3

Cuando Lauren llegó a casa estaba tan débil que su padre, Mike, debió subirla hasta
su habitación. Se durmió casi de inmediato.
"
Estúpidos efectos secundarios"
Pensaba Lauren cada vez que la debilidad luego de una diálisis la atacaba.
"Estúpida enfermedad"
Agregaba con tristeza.

Cuando su cuerpo le indicó que ya había dormido más de lo que necesitaba Lauren se
sintió lo suficientemente bien como para bajar las escaleras y cenar junto a su
familia lo cual transcurrió casi con normalidad.

Casi...

Taylor:
Lauren –La llamó su hermana. Lauren volteó a mirarla, demostrándole de esta forma
que la estaba escuchando- ¿Quieres salir a dar una vuelta conmigo y Chris?

Clara:
Hija, sabes que su corazón está débil y no puede hacer ese tipo de esfuerzos...

Taylor:
Entonces... podríamos... solo salir al jardín y mirar las estrellas.

Clara:
Taylor, ella está cansada después de la diálisis... Solo... Déjala descansar.

Chris:
¡Deja que Lauren hable, mamá! –Pidió exasperado.

Mike:
¡No le hables así a tu madre, Chris!

Chris:
¡Entonces dile que le permita a Lauren hablar! ¡Ella no es muda!

Lauren:
Yo... yo solo... -
"Idiota, la voz no debería fallarte"
Se reprendió a sí misma.

Clara:
Ella hará lo que sea mejor para su salud, y lo mejor para su salud es quedarse acá
en casa.

De repente Lauren comenzó a chasquear los dedos. Era algo que hacía cuando estaba
estresada, indecisa o confundida. Mientras su familia discutía en la mesa ella los
miraba sin saber que decir, chasqueando los dedos sin ser consciente de este acto.

"
¡Haz algo! ¡No dejes que peleen por tu culpa!"

Taylor:
¡Tiene dieciocho años, mama! ¡Ya no es una bebe!

Claro:
¡Pero ella está enferma!

Esto fue lo que hizo a Lauren reaccionar.

En un ataque de ira la chica de ojos verdes lanzó su plato al suelo y se levantó de


la silla increiblemente frustrada, chasqueando los dedos inconscientemente.

Mike:
Lauren, mi amor... Tranquila. Te puedes hacer daño.

Lauren:
¡NO SOY UNA ESTÚPIDA ENFERMA, MAMÁ!

Y con toda la velocidad que le permitían sus débiles piernas, Lauren subió a su
habitación y cerró con llave aunque sabía que su madre tenía varias de emergencia,
lo cual convertía éste acto en algo inútil.

Enojada con su madre, con su familia y consigo misma, Lauren se lanzó sobre la cama
y comenzó a llorar.

¿Por qué no podía ser normal? ¿Por qué no podía simplemente tener una ligera gripe
de vez en cuando? ¿Por qué no podía simplemente tener malas notas en la escuela?
¿Por qué no podía ser solo una niña estudiosa encerrada en una biblioteca? ¿Por qué
tenía que ser la puta niña enferma que siempre parecía estar a punto de morir?

Clara:
Lauren –La llamó su madre delicadamente a través de la puerta- Lauren, por favor,
abre la puerta. Quiero... Quiero hablar contigo.

Lauren:
¡YO NO QUIERO HABLAR CONTIGO!

Clara:
Lauren, por favor, tranquilízate, no hagas ninguna locura.

Capítulo 4

Camila vio películas con Sofi, su hermana menor, hasta que ésta se quedó dormida,
lo cual sucedió muy tarde para desgracia de Camila, quien deseaba con urgencia
hablar con la chica de la ventana.

Luego de llevar a Sofi a su cama Camila volvió a su habitación, esperando que la


misteriosa chica que vivía frente a su casa estuviera aun despierta.

Para su mala suerte la chica de la ventana ya estaba dormida.

Camila gruñó. Estaba frustrada. Quería conocer su nombre, pero cada vez que lo
intentaba alguien las interrumpía. Primero la madre de la chica de la ventana,
luego Sofi...

"
¿Ahora qué? ¿Un cerdo volador en tanga?"

Entonces sonrió al ver que había un papel pegado torpemente en aquella ventana
vecina, esa donde aquella chica apoyaba su mano derecha y la miraba con esos ojos
que Camila nunca lograba ver más de un par de milisegundos.

"
Buenas noches, chica de la ventana"

Camila jamás había sonreído como lo hizo aquella vez.


***

Como siempre, las cosas buenas en la vida de Camila venían acompañadas de algo
mucho peor.

Se levantó temprano y se alistó para ir a la escuela. Intentó hablar con la chica


de la ventana antes de irse, pero ésta estaba recostada sobre su cama, dormida, lo
cual era raro pues al despertar Camila habría jurado que la chica de la ventana ya
no estaba en su cama... Además, habían quitado el papel de su ventana.

Frustrada por no poder hablar con la misteriosa chica de ojos escurridizos, Camila
tomó una hoja, escribió en ella
"Buen día, chica de la ventana"
, la colocó sobre el vidrio y se fue.

Al llegar Dinah y Normani la recibieron como siempre.

Dinah:
¿Cómo estás, Mila? –Preguntó mientras sacaba algunos libros de su casillero.

Camila:
Bastante bien, en realidad –Contestó sonriendo.

Camila no podía recordar lo sucedido con Austin y Luis el día anterior. Lo único
que ocupaba su mente era la chica de la ventana.

Normani:
Mila, estás... extraña. Jamás te había visto sonreír tanto. ¡Ni siquiera cuándo
Dinah te regaló una pizza tamaño extra familiar por tu cumpleaños!

Camila:
¡ESTOY FELIZ, NEGRA! ¡ESTOY FELIZ!

Dinah:
¡Fiesta en casa de Mila! –Dijo no muy alto, burlándose de la felicidad de su
amiga.

Normani:
¡Yo llevo las bebidas!
Camila:
¡NORMANI!

Normani:
Vale, entonces llevo al Stripper... Será guapo, lo prometo -Respondió entornando
los ojos.

Camila:
¡NORMANI!

Normani:
¡Oh! Había olvidado que a ti no te gustan los chicos... tenemos que solucionar
esto, Mila.

Dinah:
Yo era Stripper en una de mis vidas pasadas, Mila –Sonrió tentadoramente a Camila,
y luego la abrazo y le beso la mejilla- Tu dime lo que quieras y yo lo hare, bebe –
Y seductoramente le guiño el ojo.

Camila se sonrojo de inmediato y se cubrió la cara con ambas manos, riendo. Dinah
siempre hacían bromas como aquella, y Camila siempre se sonrojaba.

Sonrojarse formaba parte de la vida diaria de Camila Cabello.

Camila:
Ustedes son insoportables...

Capítulo 5

La señora Hansen llamó a la madre de Lauren en la mañana. Las clases de piano iban
a adelantarse una hora, pues uno de sus hijos tenía cita con el dentista.

Lauren estuvo estresada durante toda la mañana. Su rutina estaba siendo modificada
y realmente odiaba eso. Chasqueó los dedos durante todo el día, no durmió luego de
desayunar y no pudo disfrutar de su almuerzo.

Cambió su ropa tres veces, algo no muy típico en Lauren, hasta que se decidió por
unos shorts negros y una camiseta con el logo de The Script. También eligió unos
tenis blancos. Colocarlos era fácil para Lauren, pero atarlos... Podía hacerlo, en
verdad podía, pero sus manos no eran muy útiles para atar agujetas y solía tardar
al menos cinco minutos con cada zapato. Su psicólogo decía que era a causa del
Asperger, pero Lauren debía de admitir que podría atarse los zapatos mucho mejor si
su madre no lo hiciera por ella todo el tiempo.

Cansada de depender de aquella mujer, Lauren comenzó a atar sus zapatos. El proceso
fue lento, pero finalmente logró hacerlo. La chica sonrió cuando notó haberlo
logrado.

Entonces, dándose cuenta de que aun faltaban varios minutos para que Ally llegara a
buscarla, Lauren caminó hasta la ventana, apoyó su mano derecha sobre ella y miró
hacia la habitación de la chica de la ventana.

Aun estaba allí el papel que había visto en la mañana, ese en elque le deseaba unos
buenos días. Lauren sonrío de nuevo al verlo, y por primera vez desde que habían
adelantado sus horas de piano dejó de chasquear los dedos.

Desgraciadamente la chica de la ventana aun no estaba en su habitación.

"
Por supuesto que no lo está, idiota. Ella aun debe estar en

la escuela

"
Llamarse idiota era típico para Lauren Jauregui.

Fue entonces cuando recordó que no podría hablar con la chica de la ventana hasta
la noche, por lo cual decidió tomar de nuevo la cinta, una hoja y un rotulador.

"
Hablamos en la noche, chica de la ventana"
Escribió, y con torpeza colocó el papel sobre el vidrio.

Pero Lauren no se sentía aun conforme, así que tomó otra hoja y escribió algo más.

"Estaré pensando en ti"

Sonrío al imaginar a la chica reír al leer lo que había escrito. Sin razón, la
chica de la ventana ya era importante en la rutina de Lauren...

"
Por favor, idiota. Solo has hablado con ella un día. No pudo haberse vuelto
importante tan rápido"

Fue entonces cuando su madre entró a su habitación sin golpear, como siempre,
interrumpiendo así sus pensamientos. Lauren se alejó lo más posible de la ventana,
sabiendo que si su madre descubría sus conversaciones secretas no le permitiría
volver a hablar con aquell chica. Digamos que su madre era muy controladora con
respecto a sus amistades, y las chicas que se conocen a través de ventanas y hojas
de papel no estaban en el mejor puesto de la lista
"Amigas que quiero para mi hija"

Clara:
¿Estás lista, Lauren?

Lauren:
Sí.

Clara:
¿Y tus agujetas?

Lauren:
Yo... bueno... yo las até.

Clara solo negó con la cabeza y miró los zapatos de Lauren. Frunció el entrecejo al
verlas, se inclinó y comenzó a desatarlas.

Lauren:
¡¿Qué haces?! -Pregunto alterada. Había estado más de diez minutos intentando
atarlas y ella... ella había destrido todo su esfuerzo en menos de uno.

Capítulo 6

Camila llegó a su casa bastante adolorida. Conducir un auto definitivamente no es


buena idea cuándo has recibido tantos golpes en el abdomen, los brazos, la espalda,
las piernas, la cara... En fin: Todo el cuerpo.

Cada minúscula parte de su anatomía le dolía como mil infiernos. Cada vez que
intentaba mover un solo musculo un sentimiento de quemazón la invadía y le hacía
soltar gritos de dolor seguido de unas cuántas lágrimas y un montón de insultos
hacia sí misma dentro de su cabeza.
Subió a su habitación gritando con cada paso que daba y llorando, no a casusa del
dolor, sino del odio que sentía hacía sí misma. Un baño de agua fría fue lo primero
que necesito para relajar su cuerpo adolorido.

Cuando sintió que la sangre se había despegado de su piel y se sentía solo un poco
mejor, salió de allí y comenzó a mirarse en el espejo.

Se espanto al ver su reflejo. Definitivamente, jamás había estado peor. Una lágrima
amenazo con salirse de sus ojos mientras escuchaba a su mente decirle
"Estúpida, lesbiana. Esto es lo que te mereces"
...

Se estremeció. La voz de su mente sonaba exactamente como la voz de Austin.

Lentamente y con dolor comenzó a detallarse.

... Su labio estaba roto.

***

En cuánto Camila se volteó a mirar a Austin y Luis su corazón se paralizó al igual


que su cuerpo. No había nada que hacer. No tenía donde huir.

Austin:

¡No te quedes allí sentada! -Le ordenó mientras le sujetaba el cabello y la


lanzaba contra el suelo, haciéndola gemir de dolor.

Luis:

Jamás olvidarás este día, Camila Cabello, lo prometo.

Austin volvió a sujetarla del cabello y la levantó. Ella se mordía el labio


intentando reprimir sus gritos de dolor.
Tenía que ser fuerte.

Tenía que resistir.

Dinah:

¡Suéltala, estúpido!

Luis:

No, preciosa, él no la perderá de nuevo.

Y así fue como Luis comenzó a golpear a Dinah, no sin que esta se defendiera lo
suficientemente bien como para que éste recibiera unos cuantos golpes de vez en
cuando.

Normani intento ayudar, pero un solo puñetazo de Luis la hizo caer al suelo,
inconsciente.

Austin, sonriendo como siempre, obligó a Camila a arrodillarse frente a él y grito


a todos los chicos en la cafetería:

Austin:

¡SEÑORAS Y SEÑORES, CON USTEDES: CAMILA GAYBELLO!


Todos los de la cafetería rieron y gritaron mientras las mejillas de Camila se
llenaban de lágrimas silenciosas y su cabeza de insultos.

No todos en la cafetería eran malos. En realidad, muchos no aprobaban la conducta


de Austin y Luis, pero tenían miedo de enfrentárseles, pues sabían cómo terminaría
todo.

Camila:

Puedes golpearme, Austin Mahone, pero eso no te hará más hombre –Susurro. Si él
iba a herirla, ella lo golpearía donde más le dolía: su ego.

Fue entonces cuando el puño de Austin aterrizó sobre su rostro, haciéndola probar
su propia sangre.

***

Capítulo 7

Lauren se sentía realmente valiente luego de haber dicho aquellas palabras a la


chica de la ventana.

Su constante estrés, luego la pelea con su madre y finalmente su ataque de pánico


en la casa de la señora Hansen -lo cual vino después del vomito-, habían hecho de
su día un terrible día, y es por esto que el hecho de estar hablando con una
completa desconocida sin tartamudear, aunque parecía algo muy simple para otros,
logró que su día dejara de parecer una mierda.

Pero fue la voz de la chica al escucharla por primera vez la que hizo que su día
realmente dejara de ser tan malo.

Camila:
Tu voz acaba de alegrarme el día, chica de la ventana.

Lauren no pudo evitar sonreír. Su voz era tan... No sabía cómo describirla. Solo
podía decir que la hacía sentir de una increíble forma, como en su heladería
favorita o en un concierto de Lana del Rey.

Camila:
Oye, sé que ya te lo había dicho, pero tu sonrisa es en serio muy hermosa –Le dijo
con los ojos brillando de emoción. A cambio, Lauren, inconscientemente, sonrió aun
más.

Lauren:
Técnicamente lo escribiste.

Camila:
Escrito o no, sigue siendo hermosa. Como tú.

Fue entonces cuando Lauren levanto la mirada, y sus ojos se encontraron con los de
la chica de la ventana. Por primera vez en su vida el hecho de estar mirando
fijamente a alguien a los ojos no le molestó. Al menos no de inmediato.

Por unos pequeños segundos se fijó en los ojos de la otra chica, notando lo
marrones que estos se veían, convirtiéndose así éste color en su favorito... Pero
luego de unos diez segundos se sintió incomoda, como siempre, así que desvió la
mirada y borro la sonrisa de su rostro, comenzando a chasquear los dedos.

Camila:
Tus ojos son realmente hermosos. Siempre he amado los ojos claros, pero los tuyos
son tan hermosos -Halagó sonriendo-... ¿Crees que puedas prestármelos algún día? -
Se burló.

Lauren frunció el ceño, confundida. Aquella chica debía de ser estúpida o algo así.
Una persona jamás podría prestarle sus ojos a otra. Era imposible. Y mucho menos
solo por un día... y si lo hacía ¿qué ojos usaría ella? ¿Tendría que quedarse ciega
durante un día o ella le prestaría los suyos?

Camila:
¿En qué estás pensando? ¿Te he ofendido? Sí es así lo siento. Yo no...

Lauren:
No... no me has ofendido... es solo que no puedo prestarte mis ojos. Es...
imposible.
Camila:
Tranquila, solo estaba jugando, chica de la ventana. Deberías dejar de tomártelo
todo tan a lo literal.

Fue entonces cuando Lauren comenzó a reír como una loca. Rió y rió sujetándose el
estomago, hasta que por fin logro recuperar el control y volver a mirar a la chica
de la ventana aun con una sonrisa en los labios.

Camila:
Chica de la ventana, sé que soy un payaso y que mis chistes no pueden igualarse,
pero no he dicho nada gracioso esta vez.

Lauren:
Claro que si –Contestó con los ojos iluminados.

Camila:
En serio, no he dicho...

Lauren:
Dijiste que dejara de tomarmelo todo tan a lo literal –Reveló, una carcajada
amenazando con salirse de sus labios.

Camila:
¡¿Y eso te causa gracia?!

Lauren:
Es que no puedo dejar de tomarme las cosas a lo literal, chica de la ventana.

Capítulo 8

Estuvieron hablando por lo que parecieron ser horas sobre sus colores, lugares,
artistas y deportes favoritos.

La chica de la ventana amaba el softball, andar en patineta (Aunque no lo hacía muy


seguido debido a su sobreprotectora madre), coleccionar monedas, la nutella, Lana
del rey y el color azul. Ella le contó, a cambio, sus obsesiones con Ed Sheeran,
One Direction, Demi Lovato, las bananas, la pizza, los lazos y la poca habilidad
que tenía para el deporte.

Ese día rieron como solo ríen amigas que se conocen desde hace diez años. De vez en
cuando, Camila dejaba salir de su boca comentarios sarcásticos, y de inmediato se
daba el tiempo de explicar todo, pues sabía que Lauren no podría entenderlos.

Fue entonces cuando la madre de Camila tocó la puerta.

Sinuhe:
¿Puedo pasar?

Camila:
Mamá... tú –La chica de la ventana estaba asustada-... Estoy vistiéndome, mamá.
¿Podrías quedarte afuera?

Sinuhe:
Claro. Solo vine a decirte que la cena está lista.

La chica de la ventana comenzó a asustarse. Tenía que inventar una excusa.

Camila:
Mamá, no tengo hambre y me estoy sintiendo un poco mal. Creo que prefiero dormir.

Sinuhe:
¿Segura?

Camila:
Si, y prometo cocinar algo si me da hambre.

Sinuhe:
Está bien -Aceptó.

Y en cuanto dijo esto, se fue. Camila respiró hondo. Sinuhe no era una madre de las
que suelen enojarse por todo, pero encontrar a tu hija hablando con una desconocida
a través de la ventana no debe de ser algo muy lindo... Además no quería que viera
sus golpes.

Cuando Camila se volteó a mirar a la chica de la ventana, ésta estaba chasqueando


los dedos y mirando el suelo de la habitación.
Camila:
¿Qué sucede?

Lauren:
Necesitas comer.

Camila:
Comería si pudiera moverme...

Lauren:
Puedes moverte. Acabas de mover tu cabeza.

Camila:
Me refiero a que iría si pudiera caminar sin gritar.

Lauren:
Oh –Su boca se abrió, sorprendida, como si hubiese olvidado el hecho de que Camila
estaba lastimada- ¿Te duele mucho?

Camila:
Lo normal. Tal vez no vaya mañana a la escuela.

Lauren:
Eso sería genial -Dijo con una sonrisa.

Camila:
¿Perdón?

Lauren:
Me refiero a que así podríamos hablar durante toda la mañana... No hablo con
muchas personas, chica de la ventana, y cuándo lo hago no es divertido.

Camila:
¿Estás diciendo que es divertido hablar conmigo? –Preguntó elevando una de sus
cejas.

La chica de la ventana solo se encogió de hombros, sonrió y la miro a los ojos por
unos pequeños segundos. Durante sus conversaciones lo había hecho de vez en cuando,
a veces por error y otras con miedo, como si quisiera detallar más sus ojos, como
si estos fuesen casi tan hermosos como los de ella.

Lauren:
Sí, supongo que sí.

Camila sonrió. Jamás se había sentido así. Jamás había sentido tantas mariposas
revoloteando en su interior. Jamás había sentido tantos deseos de estar junto
alguien. Jamás se había sentido tan feliz. Aquella chica lograba convertir su mundo
en algo más positivo, más hermoso. Ella era tan inocente, tan dulce y tan divertida
detrás de aquella coraza de chica ruda vestida de negro con un rostro aparentemente
infeliz. Era, simplemente... perfecta.

Capítulo 9

Lauren despertó temprano, como siempre. No recordaba haberse dormido. Tampoco


recordaba haberse recostado en su cama, pero como solían sucederle cosas de este
tipo no se preocupó.

Se levantó con mucho cuidado, sabiendo que si hacía un movimiento brusco podría
terminar bastante mareada, todo a causa de sus riñones y su corazón. Se restregó
los ojos con ambas manos y estiró ambos brazos hasta que estuvo lo suficientemente
despierta. Tomó sus medicinas en cuanto las vio.

Finalmente caminó hacia la ventana.

Recordó el día anterior y lo increíble que se la había pasado mientras hablaba con
la chica de la ventana. También recordó haberla esperado sentada en el borde de la
ventana luego de comer. pero el cansancio la había vencido y...

"
¡Tienes que recordar más que eso, idiota!"
Pero no podía hacerlo.
"No puedes hacerlo porque eres una idiota"

Ignorando sus pensamientos,Lauren dirigió su mirada a la ventana de su vecina, y se


sorprendió al ver un papel en el cristal.

"
Un gusto conocerte, Lauren Jauregui. Soy Camila Cabello y posiblemente soñaré
contigo"
Leyó.
Una sonrisa se dibujó en sus labios e hizo escapar un suspiro. ¿En realidad estaba
aquella hermosa joven soñando con ella? ¿En realidad había sido un gusto conocerla?

Y más importante que todos estos detalles... La chica de la ventana ya tenía


nombre.

Lauren:
Camila -Susurró no pudiendo creer que era el nombre de la chica lo que sus labios
estaban pronunciando. Aquello, realmente, debía de ser un sueño.

"
Si éste es un sueño no despiertes. No lo hagas jamás, idiota"

Fue entonces cuando decidió mirar a su vecina. A la chica de la ventana. A Camila.

Sí iba a despertar de algún sueño lo iba a hacer sabiendo que la había visto una
última vez.

La chica de ojos marrones aun estaba durmiendo, y se veía como un verdadero ángel.

El ángel más perfecto de todos.

Fue entonces cuando su madre entró a la habitación. Lauren se separo lo más que
pudo de la ventana y comenzó a fingir que estaba reorganizando su escritorio. Su
madre no se extrañaría. Siempre lo hacía.

Clara:
No lo reorganices de nuevo, Lauren. Ya lo hiciste tres veces ayer antes de las
clases con la señorita Hansen.

Lauren:
Y antes de mi ataque de pánico.

Clar

:
No estuvo tan mal, Lauren. En este solo lloraste... ¿Recuerdas aquel en el centro
comercial? ¡Estabas gritando!
Lauren:
No me lo recuerdes –Pidió con los ojos humedecidos. Recordaba ese ataque. Había
sido el primero de sus muchos ataques de pánico. La psicóloga decía que eran
provocados por las muchas medicinas de Lauren y sus muchas experiencias
traumáticas. No había ninguna medicina que detuviese los ataques sin hacerle daño,
así que Lauren solo podía intentar mantener la calma y contar hasta diez.

Clara:
... Lauren... Lauren... ¡Lauren!

Asustada Lauren soltó lo que tenía entre manos y se alejó unos pasos de su
escritorio. Se había perdido en sus pensamientos, como siempre.

Lauren:
Perdona, yo... estaba pensado... ¿Qué decías?

Clara:
Te decía que deberías bajar a desayunar.

Capítulo 10

Camila no pudo resistirse. Al levantarse esa mañana solo había querido abrazar a la
chica de ojos verdes. Olvido el dolor que estaba sintiendo a causa de los golpes
recibidos el día anterior y el hecho de que conocía a la chica desde hacía tan solo
dos días. Bajo corriendo sabiendo que ya no había nadie en casa, desayuno y con
rapidez saco la vieja escalera de mano que Alejandro guardaba en el cobertizo.
Procurando que nadie la viera, coloco la escalera bajo la ventana de Lauren
Jauregui y subió.

La ventana estaba abierta, así que le fue sencillo entrar. La chica no estaba allí.

De repente escuchó la voz de un chico gritar

algo sobre Lauren junto a unas tostadas


..
Debía de ser su hermano. Lauren había mencionado tener dos hermanos.

"
Lauren"
Pensó, y un suspiro escapó por sus labios. El solo hecho de pensar en ella la hacía
sentir cosquillas en su estomago y unas inmensas ganas de reir.

Mientras esperaba a Lauren se tomó un tiempo para examinar el ambiente. Paredes


blancas y vacías solo cubiertas por un calendario y un par de fotos de paisajes. Un
escritorio bien organizado, una cama excelentemente tendida con sabanas negras, un
piso completamente limpio y una mesa de noche con un montón de frascos de medicinas
allí. Comparada con su habitación de paredes rosadas y repletas de fotografías, su
cama desordenada y su escritorio con libros hasta el techo, el lugar era bastante
aburrido. Pero Camila no se había imaginado la habitación de Lauren de otra forma.

Lentamente Camila se acercó al calendario.

"
Lunes: Diálisis

Martes: Clases de piano.

Miércoles: Cardiólogo.

Jueves: Diálisis.

Viernes: Psicólogo.

Sábado: Diálisis.

Domingo: Clases de piano (Opcionales)"

Camila:
Tienes una vida difícil, Lauren Jauregui -Suspiro. El solo hecho de leer el montón
de actividades en el calendario de Lauren la había agotado.

Cuándo finalmente pudo apartar su vista del calendario Camila decidió espiar el
armario de Lauren. La ropa, tal y como la habitación, estaba perfectamente
organizada. Solo había ropa negra, gris, blanca, azul o marrón. Ni rosa. Ni
amarillo. Ni naranja. Solo esos simples colores. Tenía solo tres pares de zapados
dentro. Dos pares eran tenis blancos, y los últimos eran zapatos de tacón alto,
también negros. Parecían casi nuevos. La chica tenía también montones de sombreros,
gorros y beanies, todos de los colores antes mencionados. Excepto uno.

Era un beanie morado oculto entre los otros. Lo tomó entre sus manos y lo sacó del
armario procurando no desordenar los demás.

Camila sonrió y lo colocó sobre su mano examinándolo fijamente, y fue entonces


cuando lo vio.

En la parte delantera del beanie se encontraban unas palabras escritas con los
diferentes colores del arcoíris. Camila solo pudo sonreir al leerlo.

"
Soy un unicornio"

Camila:
¿Tú también?

Jamás se había sentido mejor. Sus ojos estaban iluminados y una gran sonrisa
ocupaba su rostro. Lo cierto era que Camila ya había intuido que Lauren podía ser
lesbiana por lo que le había dicho el día anterior sobre sus pechos, pero ese
beanie, morado y distinto a los demás, lo confirmaba.

Se pregunóo por que Lauren no se lo habría dicho antes. La respuesta llego


claramente en su cabeza: tenía miedo.

No podía culparla. Ella también había sentido miedo al descubrirlo.

Capítulo 11

Durante los siguientes dos días Camila no fue a la escuela, alegando que sus
heridas eran muy graves y no sanarían correctamente si volvían a golpearla, aunque
la verdadera razón por la cual se quedaba en casa era para poder pasar su tiempo
con la chica de la ventana. El contacto entre ellas era mínimo. Algunas veces,
Lauren entrelazaba sus meñiques. Otras solo sus hombros se tocaban. Algunas veces
Camila jugaba con su cabello, y otros Lauren lo hacían con el de ella. Pero sus
encuentros casi siempre se limitaban a Camila haciendo tareas atrasadas mientras
Lauren hacía crucigramas sobre su cama o daba vueltas en su patineta alrededor de
la estrecha habitación. Casi fueron descubiertas un par de veces, pero no resulto
ser nada serio. A veces Lauren ayudaba a Camila con alguna tarea que no entendía,
pues era bastante lista. Otras Camila ayudaba a Lauren a reorganizar su habitación.
A veces, Lauren le pedía a Camila posar para dibujarla y ella accedía con mucho
gusto. Los resultados eran increíbles. Camila pensaba que Lauren era la mejor
artista del mundo.

Los peores momentos eran cuando debían separarse para que Lauren asistiera a unas
de sus citas, y el mejor era cuando regresaba y simplemente se asomaba a la
ventana. En esos momentos Camila veía a Lauren apoyando su mano derecha sobre el
vidrio y mirándola hasta que algunas de las dos se atrevía a tomar un rotulador y
escribir como el primer día en el que se conocieron.

El sábado estuvieron todo el día en la habitación de Lauren riendo y hablando sobre


cosas sin importancia.

El domingo sucedió casi lo mismo, pero a la hora del almuerzo Lauren le preguntó a
Camila si quería almorzar con ella y ésta no se negó. Le preguntó a Camila cual era
su comida favorita, y ellano tardo en decir pizza. Fue entonces cuando la chica de
la ventana le dijo a su madre que quería almorzar pizza, y a ésta no pareció
importarle.

Media hora después llegó el repartidor y Lauren entró a su habitación con la caja
de la pizza entre manos.

Camila le había dicho a su madre que estaría estudiando en la biblioteca y que


comería algo en el camino. Su mamá solo le deseo un feliz día. ¿Qué madre puede
esperar que su hija en realidad este comiendo pizza con la vecina?... Camila le
demostró a Lauren que podía comer más de lo que parecía poder, y le mostró sus
mejores eructos, aunque los de Lauren eran inigualables. Cuándo terminaron de
almorzar, Camila recibió una llamada de Normani.

Camila:
¿Hola?

Normani:
¡Mila! ¿Estás bien?

Camila:
Mejor que nunca -Contestó sonriendo mientras miraba a la chica de ojos verdes, la
cual estaba jugando un aburrido juego de preguntas con su celular.

Normani:
Mila, Dinah quiere saber si te gustaría salir con nosotras dentro de una hora.
Iremos al cine. Bajo la Misma Estrella, por si te interesa.

Camila se mordió el labio inferior. Bajo la Misma Estrella era la película que
tenía meses esperando por ver... Y el libro era su favorito. Debía de haberlo leído
unas diez veces, y cada vez que lo releía lloraba y reía mucho más que la vez
anterior.

Quería ir. En serio quería ir...

Pero entonces vio a la chica de ojos verdes, la cual estaba concentrada en sus
juegos respondiendo preguntas sin dudar ni un solo segundo en cual era la correcta.
Fijándose bien Camila vio en la mejilla de la chica de la ventana un rastro de
salsa que la pizza había dejado. Con su pulgar lo limpió dulcemente, y cuando la
chica la miró Camila se llevó el dedo a la boca, sonriendo, sintiendo que su
corazón salía de su pechp cuando Lauren también lo hizo

Camila:
Me encantaría ir, Mani, pero tal vez otro día. Ahora mismo estoy justo donde
quiero estar.

Los ojos de Lauren se iluminaron, y Camila sintió a todo su ser derretirse con esta
acción.

Capítulo 12

Pasó un mes. Un largo y hermoso mes.

Lauren recibía la visita de la chica de la ventana todos los días, y verla se había
convertido en parte de su rutina. Curarle las heridas también.

Lauren le había aconsejado hablar con sus padres, con el director o con la policía,
pero...

Camila:
No tiene sentido. Ellos seguirán haciéndolo -Decía, y Lauren prefería quedarse
callada mientras, dulcemente, la ayudaba a desinfectar y cubrir sus heridas.

Camila había intentado devolverle su ropa colorida y su chaqueta negra durante


mucho tiempo, pero Lauren le pidió que las conservara, pues ella les daría un mejor
uso. Camila al principio se negó, pero finalmente fue cediendo e incluso termino
usando más ropa de Lauren, como una camisa de "The 1975" y unos shorts blancos.
Definitivamente se habían convertido en las mejores amigas.

Nada parecía poder arruinar lo que estaban viviendo.

Excepto una cosa...


Lauren despertó tarde aquel día, y pensó de inmediato que era por culpa de sus
medicinas.

Corrió hacia la ventana esperando verla, pero ella ya se había ido a la escuela.

"
Estúpida escuela"
Pensó, pero suy desagrado no se mantuvo durante mucho tiempo, pues poco después
logró ver a los lejos un papel en el crital de Camila que decía:

"Buenos días, chica de la ventana. Espero verte más tarde"


.

Eso no paso...

Una hora después cuando Lauren hubo desayunado y estaba en su habitación intentando
resolver un crucigrama, no lográndolo gracias a que sus pensamientos siempre eran
desviados hacia Camila, recibió una llamada de Ally que no dudo en responder.
Necesitaba alejar su mente de Camila si quería seguir con su rutina.

Ally:
¡Jauregui!

Lauren:
¡Brooke!

Ally:
Lauren, acabo de hablar con tu cardiólogo. Me dijo que tu corazón no parece estar
respondiendo al tratamiento -Se escuchaba realmente preocupada-. ¿Cuándo planeabas
decírmelo?

Lauren:
No planeaba decírtelo -Susurró dejando escapar una lágrima por sus ojos.

Decirlo era como admitir que estaba mal. Y estar mal era estar enferma... Lauren
Jauregui siempre estaba enferma. Y estaba cansada de esto.

Ally:
Lauren, yo -Lauren no pudo identificar el hecho de que Ally estaba enojada hasta
que finalmente explotó-... ¡Soy tu amiga, Lauren! ¡¿En serio no planeabas
contarmelo?! ¡¿Querías que lo supiera cuándo fueses de nuevo al hospital?!

Lauren:
Ally...

Ally:
¡Soy tu amiga, por todos los cielos! ¡Tú mejor amiga, Jauregui! ¡Decirme cosas
como estas es importante, Lauren! –Lauren se sintió culpable. Ally tenía razón.

Lauren:
Ally, yo no...

Ally:
Yo solo... yo... yo te quiero, Lauren... y no... no soportaría perderte –Dijo
entre suspiros.

Lauren:
¡Ally, estoy bien! –Exclamó exasperada. No estaba enferma. No lo estaba.

"
Sí lo estás, idiota"

Capítulo 13

Camila estuvo preocupada durante cinco días, pues la chica de la ventana no había
estado en su habitación durante todos ese tiempo. No la había visto ni una vez, y
Camila dudaba que la estuviese ignorando, aunque conociendo a Lauren Jauregui y su
extraña personalidad, no sabía muy bien que esperar.

Fue entonces cuando lo supo.

Estaba desayunando con su familia ya preparada para ir a su escuela cuando Sinuhe y


Alejandro comenzaron a entablar conversación.

Sinuhe:
¿Sabías que la hija de los Jauregui está en el hospital?

Camila abrió los ojos como platos. No podían estar refiriéndose a ella...
Alejandro:
¿Los Jauregui?

Sinuhe:
Sí, nuestro vecinos. Los padres no son muy sociables, pero hablé con sus hijos
ayer mientras estaba en el supermercado.

Alejandro:
Creo haberlos visto un par de veces, pero nada importante... ¿Cuál de sus hijos
está en el hospital?

Sinuhe:
La mayor, creo. La de los ojos verdes...

"
No, por favor, no"
Suplicaba mentalmente a quien fuera que la estuviese escuchando.

Alejandro:
¿Qué le sucedió?

Sinuhe:
Su corazón. Al parecer tuvo una falla cardiaca o algo así...

Alejandro:
Pobre chica...

A Camila le ardían los ojos, los cuales estaban repletos de lágrimas que deseaban
salir.

"
No es Lauren, Camila. Tranquila"
Intentaba convencerse, pero sabía que solo se estaba mintiendo.

Sofi:
Yo la conozco -Susurró Sofi, sonriendo, no entendiendo bien que era lo que
realmente sucedía con Lauren-. Cuando mi tía me trae a casa por las tardes ella
siempre está saliendo del auto de sus padres. A veces tienen que llevarla en brazos
hasta la casa -Comentó-... Una vez se le cayó un libro repleto de... creo que eran
crucigramas... y fui a devolvérselo. Solo dijo gracias y entro a su casa -Contó
moviendo sus manos exageradamente, como si estos movimientos permitiera salir las
palabras de su boca más fácilmente-. Creo que es algo gruñona -Murmuró riendo.

"
¡No lo es! ¡Solo debes conocerla!"
Gritó mentalmente, enojada. Pero Sofi no tenía la culpa... ella era solo una niña.
Ella no podía comprender todos los problemas con los que Lauren tenía que vivir.

Sinuhe:
Al parecer los doctores piensan que lo mejor es un trasplante de corazón, pero no
pudieron hacerlo a causa de sus problemas renales...

Alejandro:
¿Problemas renales?

Sinuhe:
Es una chica problematica...

Camila:
No lo es -Susurró mirando su plato medio lleno sintiendose asqueada. Lo único que
quería hacer era llorar y gritar. La comida ya no le interesaba, y esto era extraño
siendo ella Camila Cabello-. Podría estar drogándose, fumando y bebiendo, mamá, y
entonces si que sería problematica, pues ella lo habría elegido. Pero ella no
eligió tener todo esto... Es como cuando te da un resfrió. Tu no elegiste el
resfrio, él te eligió a ti.

Alejandro:
Tu mamá no quiso decir eso, Camila...

Camila:
Lo sé, papá... Alejandro, quise decir -Aun después de tantos años viviendo con él
no se sentía cómoda llamándolo de aquella forma-. Pero se refirieron a ella como
una chica problematica, tal y como si fuese delincuente o algo parecido...

Capítulo 14

Lauren inició sus preparativos para la diálisis mientras Camila esperaba fuera.
Ally aun no había conseguido su permiso así que debió hacer todo aquello sola, lo
cual era lo mejor, pues los preparativos eran aburridos: Debía pesarse, tomar su
presión arterial, su temperatura, limpiar la zona y aplicar la anestesia tópica y
la heparina, un anticoagulante.
Camila obtuvo el permiso para entrar justo antes de que la enfermera le colocara
las vías en el brazo.

Camila:
Lern Jergi –Susurro apareciendo a su lado. Lauren estaba recostada en su silla,
demasiado concentrada jugando a un juego de preguntas en su celular, así que se
sorprendió al verla.

Lauren:
Parece que Ally hizo su trabajo...

Camila:
Es muy amable, Lauren. Ahora entiendo por qué es tu mejor amiga... Dijo que
estaría acá dentro de una hora. Su novio tenía una cita médica o algo así.

Lauren asintió. Probablemente estaba con el neurólogo. Lágrimas amenazaron con


salir de sus ojos cuándo recordó el tumor cerebral de su amigo.

Camila:
¿Qué sucede, Lolo?

Lauren:
Recuerdos, solo eso –Respondió mientras limpiaba sus lágrimas, no queriendo
preocupar a su amiga por cosas innecesarias- ¿Quieres sentarte?

Camila:
¿Puedo?

Lauren sonrió y se hizo a un lado, dejando el espacio suficiente para que Camila
pudiese sentarse a su lado. La chica se coloco de inmediato a su lado.

Camila:
Bien. ¿Ahora qué?

Lauren:
Ahora esperamos a que la enferma coloque las vías en mi brazo y me conecte a la
máquina para que...

Camila:
No me refiero a eso, Lauren. Ignora la máquina unos instantes. ¿Qué vamos a hacer
tú y yo mientras estamos acá?
Lauren sonrió ampliamente. Le encantaba la forma en la que Camila la hacía sentir
un poquito no tan enferma.

Lauren:
Podríamos hablar sobre del idiota que intentó golpearte... -Susurroócon odio y la
cabeza gacha, jugando con sus propios dedos, los cuales había comenzado a chasquear
inconscientemente.

Camila:
O podríamos hacernos preguntas mutuamente –Sugirió sonriendo. Lauren la miro a los
ojos unos segundos y luego asintió apartando la vista.

Lauren:
Eso me parece bien.

Luego de esto llegó la enfermera.

Enfermera:
Buenos días, Lauren. ¿Estás preparada?

Lauren solamente asintió sin dignarse a mirarla. Conocía a aquella enfermera desde
que había comenzado su diálisis, y no había logrado dirigirle más de dos o tres
palabras en un día.

"
Es todo culpa del Asperger"
Pensaba
"Eres una idiota, Jauregui"

Enfermera:
Veo que tienes nueva compañera... ¿Es tu novia?

Lauren sonrió ante esta idea, pues le gustaba. Pero no... Camila no necesitaba
estar con una enferma como ella. Había mejores.

Camila:
Solo una amiga –Por el rabillo del ojo la vio sonreír y luego tenderle una mano a
la enfermera, la cual estrechó amablemente.

Enfermera:
Vendré en unos minutos a colocarte las vías.
Lauren volvió a asentir.

Capítulo 15

Luego de terminada la diálisis Lauren estaba tan débil que no podía levantarse sin
ayuda. Su madre estaba fuera, esperándola en el auto, así que Camila no pudo
llevarla de la mano para cerciorarse de que estaba bien. Lauren fue acompañada por
enfermeras hasta la salida, no sin que antes Camila le prometiera una charla esa
noche.

Cuando Camila llegó a su casa Lauren ya estaba durmiendo sobre su cama con un
rostro tan adorable que no pudo evitar suspirar. Corriendo fue a buscar su celular
y tomó una foto de Lauren en el mejor ángulo que encontró. Sin dudarlo, esta imagen
tomo lugar en el fondo de escritorio de su celular.

Comenzó a hacer sus tareas esperando el momento de que Lauren despertase cuándo
recibió la llamada de Dinah.

Dinah:
¡KARLA CAMILA CABELLO ESTRABAO! -Parecía realmente molesta.

Camila:
Dinah, si vienes a reclamarme por no salir contigo te diré que puedes irte con
Normani y ser feliz, porque en serio estoy muy ocupada con...

Dinah:
¡Cállate, Mila! -Camila suspiró. La había llamado por su apodo, así que no estaba
verdaderamente molesta, pero aun así su tono había sonado autoritario.

Camila:
Dinah...

Dinah:
Vero me contó que Austin te golpeo, Mila...

Camila:
Siempre lo hace -Contesto, encogiéndose de hombros-... Por cierto ¿Quién es Vero?
Dinah:
Oh, cierto... Tú no la conoces. Es miembro del coro escolar.

Camila intentó recordar su rostro, pero no lo logró. Era una completa desconocida
para ella.

En realidad, la mayoría de los chicos en su escuela eran unos desconocidos para


ella. Camila era la rara. La excluida. La lesbiana.

Dinah:
También me contó que alguien llegó a salvarte...

Las mejillas de Camila se sonrojaron de inmediato y dio gracias a Dios por estar
sola en ese momento. No habría sido capaz de soportar las burlas de sus amigas en
ese instante.

Dinah:
¡No puedo creer que Vero sepa quién es Lauren antes que yo! ¡Soy tu mejor amiga,
Cabello!

Camila:
Dinah, por favor...

Dinah:
¡Y lo peor es que nadie se atrevió a grabar! ¡Nadie! ¡Pero si pudieron grabar
aquel vídeo donde me picaba la nariz! ¡Todos los estudiantes de esa escuela son
unos idiotas!

Camila se echó a reír cuanto recordó el vídeo de Dinah picandose la nariz


recorriendo toda la red. Fue divertido, y como Dinah era una chica de esas con las
que nadie se metería, las bromas en el colegio cesaron casi de inmediato. Fue solo
un momento divertido... Si hubiese sido Camila en vez de Dinah las burlas aun
seguirían.

Camila:
¿Quieres una foto, Dinah?

Dinah:
¿Perdón?

Camila:
Tengo una foto de Lauren en mi celular justo ahora. No podrás detallarla bien,
pero al menos así podrás dejarme en paz para que termine mi tarea. ¿Lo tomas o lo
dejas?

Dinah:
¡Quiero esa foto ya, Cabello!

Dinah no tuvo que esperar más de dos minutos para tener la foto en su celular.

Dinah:
Va a sonar loco, pero creo haberla visto antes...

Camila:
Es imposible, Dinah... –Soltó de inmediato, aunque no estaba completamente segura.

Capítulo 16

Clara no había logrado calmar naturalmente el ataque de pánico que Lauren había
sufrido. La chica había gritado, llorado y sollozado. Había insultado sin parar.
Había roto cosas. Había enterrado sus uñas en su piel y había golpeado el suelo
hasta que sus nudillos sangraron.

Se había sentido tan herida. Tan estúpida. Incluso Camila lo sabía. Sabía que ella
era una estúpida y se había alejado como todos siempre terminaban haciéndolo.

Finalmente debieron llamar a los paramédicos, que se encargaron de administrarle un


sedante. Era la primera vez que tenían que hacerlo.

Se despertó bastante tarde a la mañana siguiente a causa del sedante. En cuánto


abrió los ojos se encontró con Chris y Taylor, que estaban sentados sobre el suelo
mirando absortos el portátil que estaba frente a ellos.

Chris:
Buenos días, Lauren -Dijo al mirarla. Le sonrió, y luego Taylor alzó la mirada y le
imitó.

Taylor:
Queríamos despertarte, pero teníamos miedo de que estuvieses de mal humor y...
Lauren:
¿No deberían estar en la escuela? -Preguntó con su ronca voz matutina.

Chris:
Mamá nos dijo que podíamos quedarnos contigo si queríamos. No dormimos bien
anoche... Aun con el sedante gritaste varias veces.

Lauren solamente pudo asentir y mirar a su hermano pidiéndole disculpas por algo
que no podía manejar. Intentó sentarse en la cama, pero de inmediato un gran dolor
de cabeza la invadió y cayó de nuevo sobre su espalda.

Lauren:
¿Por qué me duele la cabeza?

Chris:
Posiblemente fue el sedante. Te dieron una dosis bastante alta.

Lauren solamente asintió, sintiendo que su cabeza dolía aun haciendo esta simple
acción.

Taylor:
Mamá dijo que podías tomar unos analgésicos en cuánto desayunaras...

Lauren:
¿Dónde está ella?

Taylor:
Fue a hablar con tus médicos. Quieres saber cómo pudo haber afectado el sedante a
tu sistema -Informó- Estamos a cargo ahora, Lauren -Se burló intentando mantenerse
seria.

Lauren:
¿Ustedes? -Por supuesto, Lauren no podía comprender que se trataba solo de una
broma.

Chris:
Si... Por cierto, lamento de tu celular. Taylor no quería incendiarlo.

De inmediato Lauren se sintió alarmada y se levantó. Se apoyó contra la pared en


cuanto el dolor de cabeza se hizo presente, y un leve mareo llegoóa su cuerpo. Las
manos de Chris la llevaron de nuevo a la cama antes de que pudiera caer.

Lauren:
¡¿Por qué tocaron mi celular?! -Exclamó enojada, aun demasiado adolorida y mareada
como para gritar.

Chris:
Lauren, tranquila -Susurró acariciando su brazo. Lauren de inmediato se sintió
incomoda con el contacto y se alejó lo más que pudo-. Era solo una broma. Tu
celular esta bien. Todo está bien.

Lauren:
... Eres un idiota -Dijo finalmente.

Chris:
El peor de todos -Sonrió. Finalmente dirigió su mirada al reloj y luego le dijo a
Taylor con suavidad:- ¿Podrías acompañarla al baño mientras voy a preparar su
desayuno? Procura que no se caiga -La menor solo asintió.

En cuanto Chris se fue Taylor se acerco a Lauren y rodeo sus caderas con uno de sus
brazos.

Taylor:
Vas a levantarte lentamente, Lauren ¿Está bien? -Lauren asintió ligeramente-. Si te
mareas solo dilo -La chica de ojos verdes volvió a asentir- Muy bien, hagamos esto.

Capítulo 17

Camila se quedo paralizada al ver la silueta de la chica de ojos verdes sentada en


el sofá de la sala, vestida completamente de negro, mirándola fijamente, revelando
miedo en sus ojos.

Camila estaba consciente de el corte en su labio inferior y de su nariz sangrante,


pero aun así sonrío al verla. Los golpes de Austin y Luis se volvieron invisibles
en cuánto ella apareció en su vista.

... Así que de allí conocía Dinah a Lauren...

Camila:
Lauren Jauregui -Susurro, pensando que ella no la escucharía. Pero lo hizo, y la
chica de ojos verdes hizo algo que Camila jamás habría esperado de ella.
Corrió hacia ella y le sujeto los brazos, mirando cada parte de su rostro con
nerviosismo.

Lauren:
Camz... ¿Qué te...? ¿Qué les...? ¿Fue Austin? Por favor dime que... Mierda, mira
tu labio... Tienes que limpiar eso y... -Susurraba angustiada.

Dinah:
Mi nombre es Dinah...

Lauren:
¿Te duele mucho?... Sera mejor que... ¿Por qué estas sudando...? ¡¿Dónde esta tu
auto?!

Dinah:
Soy amiga de Mila...

Camila:
Lauren, tranquila -Susurró mientras sujetaba sus manos, pues había comenzado a
chasquear sus dedos.

Dinah:
Y es un placer conocerte...

Lauren:
Está bien -Suspiró asintiendo lentamente- Estoy bien -Murmuró como intentando
convencerse de esto.

Dinah:
Perdón, pero... -Interrumpió- Estoy acá. Dinah Jane Hansen. Diecisiete años. Amiga
de Mila. ¡¿A alguien le interesa esto?!

Camila vio a Lauren mirar confundida el rostro de Dinah mientras fruncía su


entrecejo, jamás encontrándose sus ojos verdes con los de su amiga. Finalmente una
de las comisuras de sus labios se elevó ligeramente. Camila conocía aquel gesto.
Era una sonrisa, pero no completamente real.

Lauren:
Me llamo Lauren -Susurró tímidamente, ofreciéndole su mano.

Dinah:
Ya lo sé -Comentó estrechando la mano de la chica con su característica rudeza-.
Vienes a mi casa desde hace casi un año, obviamente sé tu nombre. Yo soy Dinah,
pero tú ya lo sabías.

Lauren solamente asintió, Camila detectando confusión en ella. Sí, la personalidad


de Dinah podía llegar a ser todo un enigma para la chica del Asperger.

Dinah:
Mila, voy a saludar a mis hermanos y buscar algunos libros para hacer nuestra tarea
¿Te parece? Serán solo cinco minutos, lo prometo.

Dinah sabía que ayudarla a limpiar sus heridas no era una opción. Camila jamás lo
permitía. La pobre Dinah ya tenía bastante con tener que soportar algunos golpes
que no merecía de vez en cuando.

Camila simplemente la miró, beso su mejilla y asintió.

En cuánto Dinah se fue los ojos de Camila volvieron a Lauren, que ahora miraba en
la dirección por la cual Dinah se había marchado con el ceño fruncido y los puños
apretados.

Camila:
¿Qué sucede, Lauren?

Lauren:
... ¿Es tú novia? -Pregunto, aun sin mirarla.

Camila:
¡No! ¡Dinah no...! ¡Qué asco! ¡Es como mi hermana!

Lauren:
Pero la besaste...

Camila sonrió. Lauren estaba celosa, y eso de alguna forma le parecía divertido.

Lentamente y sin preocuparse por la sangre que corría por su rostro Camila acercó
sus labios a la mejilla de la chica de ojos verdes y la besó tiernamente para luego
sonreír. La reacción de Lauren fue tensarse al instante, pero luego de unos
segundos sonrió y relajo sus músculos. Camila se sintió sonrojar.

Capítulo 18

Lauren no pudo concentrarse lo suficiente durante sus clases de piano. Solo podía
pensar en Camila, en su casi beso, en la forma en la que ella estaba dispuesta a
entregarselo...

Lauren recordó su primer beso, el cual había sido con Paul. Un asco total, por
cierto. El chico era un completo idiota, pero Lauren estaba ciega de amor. Había
hecho locuras por él... Pero eso ya quedaba en el pasado.

Milika:
No, Lauren, no... Volviste a equivocarte -Dijo mientras la ayudaba a colocar sus
dedos en la posición correspondiente- Así. Concéntrate, por favor -Lauren
simplemente asintió. Estaba enojada consigo misma por no lograr tocar aquella pieza
que llevaba semanas practicando.

Finalmente terminaron las torturantes clases de piano, y Lauren estaba dispuesta a


salir corriendo del lugar cuando la voz de Camila la detuvo.

Camila:
¿Quieres que te acompañe? -Pregunto tímidamente. De inmediato Lauren sintió los
ojos de Milika y Dinah, quien estaba sentada en el sofá junto a Camila usando su
celular, fijos en ella- No tenemos auto, así que podríamos acompañarnos. Además,
vivimos cerca.

Milika:
¿Viven cerca?

Lauren simplemente asintió, no consiguiendo que las palabras salieran de sus


labios.

Camila:
Somos vecinas, en realidad.

Milika:
¿Solo vecinas?

Camila:
Amigas -Se corrigió-... La verdad es que somos muy buenas amigas. A veces pasamos
las tardes juntas, ya sabe: Lauren es divertida.

Dinah:
¡¿Por qué no me lo habías contado eso, Mila?! -Le reprochó con cierto enojo.

Milika:
Hija, por favor... No es como si te hubiese ocultado una novia o algo así.

La chica alta simplemente se quedó callada, y Lauren recordó apenada la situación


tan comprometedora en la cual habían sido descubiertas.

Camila:
¿Qué dices, Lauren?

Ella simplemente pudo asentir con una tonta sonrisa en el rostro. Tomó su patineta
y abrió la puerta, esperando a Camila. La chica de la ventana se acerco rápidamente
y, luego de despedirse de Dinah y la señora Hansen, salió por la puerta seguida de
Lauren.

Comenzaron a caminar en silencio, solo mirándose de vez en cuando, Lauren sonriendo


y suspirando cada vez que pensaba en ella.

"
Háblale, idiota"

Lauren:
¿Dónde está tu auto?

"
¡Idiota! ¡¿No pudiste encontrar nada mejor de que hablarle?!"

Camila:
Mi auto esta en el taller ahora mismo. Se le pincharon los dos neumáticos
delanteros...

Lauren:
¿Ambos? -Lauren la vio asentir- Eso es extraño.
Camila:
No cuando Austin lo hace -Confesó bajando la mirada. La chica pretendía que esto
se escuchara como una broma, pero no lo logró.

Lauren:
¿Es la primera vez que lo hace?

Camila:
Lauren, no quiero hablar de eso -Fue lo único que dijo. La chica de ojos verdes
simplemente asintió, sabiendo que la respuesta a su pregunta sería no.

El silencio apareció entre ambas. De vez en cuando Lauren deseaba hablar, pero sus
palabras parecían demasiado estúpidas en su mente y cerraba su boca.

Finalmente, una pregunta poco importante escapó por sus labios.

Lauren:
¿Te molesta si uso mi patineta? Prometo no ir muy rápido...

Capítulo 19

Camila fue a la escuela con una sonrisa en el rostro. Llevaba la chaqueta negra de
Lauren y la gorra morada. Con ilusión contaba cada minuto que faltaba para volver a
verla. La idea de ver una película junto a la chica de ojos verdes la emocionaba
como a una niña pequeña, pero su primer beso era lo que en realidad estaba ocupando
cada parte de sus pensamientos.

Dinah:
... ¡MILA! -La llamó a la hora del almuerzo. Era la segunda vez que se había visto
obligada a gritarle para sacarla de sus pensamientos.

Camila:
¿Qué sucede? -Preguntó asustada.

Dinah:
Le estaba contando a Mani sobre tu beso con Lauren y...
Camila:
¡No nos besamos! -Aseguró sonrojada, y ésta era la muy cruel verdad.

Dinah:
¡Por favor! ¡Casi tenía sus labios sobre los tuyos!

Camila:
Tú misma lo has dicho, Dinah. Casi -Sonrió mientras ocultaba sus mejillas
sonrojadas entre sus manos.

De repente la chica notó como su otra amiga parecía estar algo pensativa mientras
miraba fijamente su comida a medio probar.

Camila:
¿Qué sucede, Mani? -Preguntó con una leve sonrisa en su rostro mientras sujetaba la
mano de su amiga.

La chica suspiró.

Normani:
Mila, lamento decirlo pero -Hizo una pausa dramática y volvió a suspirar frunciendo
su entrecejo, como si lo que estaba por decir le doliese profundamente-... creo que
deberías alejarte de ella.

Camila rió alto, como si aquello se tratase de un chiste... Y pensaba que lo era
hasta que se fijó en el rostro de su amiga.

Aquella mueca jamás sería una sonrisa.

Camila:
¿Lo dices en serio? -Aun tenía la esperanza de que aquella fuese una broma muy
pesada.

Normani:
Esa chica tiene un montón de problemas, Mila. Dinah me contó todo lo que sabe de
ella mientras tú estabas en Laurenlandia... Si no te alejas ahora vas a sufrir
Mila. Esa chica te va a destrozar lentamente hasta que solo queden un millón de
pedacitos de ti para que la gente los pisotee y rompa aun más
Camila:
¿Cómo lo sabes, Normani? Tú no la conoces. No sabes nada de ella...

Normani:
¡Desde que la conoces todo lo que haces es sufrir por ella!

Camila:
No es cierto, Mani... Dinah, dile que no es cierto -Suplicó a su amiga más alta.

Pero la chica solo lo pensó todo unos instantes para finalmente fruncir el
entrecejo, asentir y decir:

Dinah:
Mila, lo siento, pero Mani tiene razón. Has hablado con ella durante un poco más de
un mes y ya has llorado unas ¿Tres veces?... ¡Ayer lo hiciste antes de ir a mi
casa, Mila! -Suspiró-... Ya comenzó a destruirte.

Camila:
Ella no me está destruyendo -Afirmó sintiéndose confundida y enfadada por el
repentino cambio de opinión de su amiga.

Dinah:
Lo está haciendo, pero tú estás demasiado ocupada encantándote con ella como para
darte cuenta de eso.

Camila:
¡Ella no de esas que te encantan y luego te destruyen, Dinah!

Normani:
¡Ella está enferma, Camila! -Exclamó no lo suficientemente alto como para que los
demás en la cafetería escuchasen. El corazón de Camila se encogió dolorosamente
ante aquella afirmación- ¡No puedes borrar eso! ¡Ella ya te encanto, Camila! ¡Ella
va a destruirte! ¡Aunque ella no lo deseé va a herirte!

Capítulo 20

Ally y Troy las estaban esperando fuera del hospital dentro del auto de la pequeña,
Troy dormido en el asiento del copiloto. La pequeña mientras tanto sujetaba su mano
y cantaba algo que Lauren no fue capaz de escuchar.

Lauren golpeó ligeramente la ventana del conductor, obligando de ésta forma a que
Ally la bajara.

Ally:
Buenos días, Jauregui...

Lauren:
Ally, espero que no te moleste... es que... sus amigas... Dinah y Normani... las
invité a venir.

Ally solo sonrió a Lauren y luego miró a las tres chicas que estaban detrás de
ella. Saludó a Camila con una sonrisa, y a las otras dos de igual forma.

Ally:
Estarán algo apretadas, pero no hay problema alguno.

Lauren simplemente asintió y abrió la puerta trasera del auto. Dinah fue la primera
en pasar y presentarse a Ally. Normani fue la siguiente.

Dinah:
Si los culos monumentales de Mila y Lauren ocupan mucho espacio, entonces puedes
sentarte en mis piernas Mani.

Normani:
¡Dinah! ¡No voy a sentarme en tus piernas!

Dinah:
¡¿Por qué?!

Normani:
¡Porque aun tienes esa estúpida idea de que somos novias y seguramente tocaras mi
trasero!... ¡Y a Siope no le va a gustar eso!

Dinah:
Bah Siopicia.
Normani:
¡Cállate, Dinah "Nombre Largo" "Piernas Largas" "Dedos Largos" "Todo Largo"
Hansen!

Dinah:
Eso quiere decir que te has fijado en mis dedos...

Normani:
¡Dinah! ¡Eso fue asqueroso!

Ally:
Señor, ayúdalas -Suplico, apoyando su cabeza en el respaldo del asiento del
conductor mirando al cielo a través del vidrio del parabrisas.

Mientras tanto Camila y Lauren observaban la discusión mientras intentaban contener


su risa y se tomaban las manos dulcemente, el dedo pulgar de Lauren acariciando
ligeramente los nudillos de Camila

Camila:
Niñas, dejen de pelear -Les pidió con una sonrisa en el rostro. Lauren recordó que
su maestra de preescolar solía decir cosas como aquella todo el tiempo, así que una
gran carcajada escapó de sus labios, haciendo que Troy se removiera en su asiento.

Ally:
Duerme -Susurro al odio de su novio, acariciando su mejilla dulcemente, dejando un
ligero beso allí.

Lauren:
Lo siento –Se disculpó avergonzada. Odiaba perder el control.

Camila:
Es mejor que nos vayamos antes de que despertemos a Troy -Dijo sujetando
fuertemente la mano de Lauren-... Y para que ustedes dos -Señaló a Dinah y Normani-
dejen de pelear como un par de estúpidas, Lauren va a ir sobre mis piernas.

Casi de inmediato la sonrisa en el rostro de Lauren se borró y su cabeza comenzó a


sacudirse, negándose rotundamente ante la idea.

Camila:
¿Por qué no? -Pregunto mirándola fijamente a los ojos, Lauren apartando su mirada
de inmediato, sintiéndose incomoda.

Lauren:
Mi trasero es grande –Susurro avergonzada- No como el tuyo, pero es... es...

Ally:
Lauren cree que está algo... no algo. Muy... pasada de peso -Explicó a través de
la ventanilla del auto, una mueca que Lauren no supo distinguir apareciendo en el
rostro de su mejor amiga. Lauren simplemente se encogió de hombros, afirmando que
lo que había dicho su amiga era cierto.

Capítulo 21

Camila simplemente la había seguido. Lo único en lo que podía pensar era en el gran
deseo que tenía de que los suaves labios de Lauren presionaran los suyos por
primera vez.

Se sentía emocionada, como una niña pequeña a punto de probar su helado favorito, o
como un niño que acaba de recibir sus primeros autos de juguete, o como una
adolescente que conoce a su artista favorito...

Había corrido en cuánto la vio marchar, asegurándoles a los demás que solo quería
comprobar que Lauren estaba bien... Y creyó haberlos convencido hasta que Dinah
grito:

Dinah:
¡Suerte con el beso!

Sus mejillas, como siempre, se sonrojaron.

La encontró mirando su celular en medio un jardín repleto de flores tan hermoso que
no pudo evitar suspirar al verlo. Quería su primer beso justo allí. Realmente
quería que aquel lugar mágico guardara el recuerdo de aquel esperado momento.

Se acercó lentamente a ella, sonriendo, sabiendo que si procuraba no hacer mucho


ruido no notaría que estaba allí. En realidad, aunque no hubiera sido tan precavida
Lauren no se habría dado cuenta. Estaba demasiado metida en sus pensamientos, como
la mayoría de las veces.

Se colocó detrás de la chica de ojos verdes y Camila pudo apreciar el hecho de que
Lauren era apenas un par de centímetros más alta. No era como si no lo hubiese
notado antes, pero el punto es que la chica estaba nerviosa, y cuando se está
nerviosa se presta atención a cosas estúpidas.
Sin pensarlo rodeó la cintura de Lauren. Recordó que ella no solía estar
acostumbrada al contacto físico, y menos al de las personas que no podía ver, así
que se preparó para ser rechazada.

Pero eso no sucedió.

Lauren:
¿Camila? –Preguntó, y una tonta sonrisa apareció en sus labios- ¿Qué sucede?

Luego la chica de la ventana comenzó a darse la vuelta, su rostro quedando


considerablemente cerca. Camila se sonrojó. Se estaban mirando fijamente, y Camila
se sentía en el cielo. Soltó la cintura de Lauren y dirigió sus manos a las de
ella, sintiendo de inmediato las reconfortantes caricias de sus pulgares en sus
nudillos. Sonrió. Le gustaban aquellas caricias. Era como si, de esa forma, la
chica le dijera que todo estaba bien...

Entonces lo dijo.

Camila:
Quiero mi beso ahora...

De inmediato sintió un par de manos sujetar dulcemente sus mejillas y acariciarlas,


así que elevó su mirada. Lauren la miraba fijamente a los ojos, y parecía que jamás
iba a apartarse.

Lauren estaba enamorada de ella.

Lauren estaba tan enamorada como ella.

Iba a recibir su primer beso de alguien que estaba completamente enamorada de ella,
y a la cual amaba de igual forma.

Lauren Jauregui era la chica perfecta para ella, Camila Cabello, la adolescente que
comenzó a ser maltratada en cuanto los demás supieron que sus gustos eran
distintos, aquella que no tuvo verdaderos amigos hasta que comenzó su vida en un
nuevo país, aquella que jamás se sintió lo suficientemente hermosa como para que
una chica considerablemente buena se enamorara de ella, aquella que era golpeada
todos los días por los estúpidos de Austin y Luis, aquella que jamás había conocido
lo que era estar enamorada de alguien...

Jamás pudo pedir algo mejor.

Camila:
Me gustan tus ojos, Lauren Jauregui...

Lauren:
¿Qué...? –Parecía desconcertada.

Capítulo 22

El domingo después de la hora del almuerzo Camila subió a su habitación, esperando


lograr hablar con su novia a través de la ventana antes de que esta tuviese que
irse a clases de piano y ella recibiera la visita de Dinah y Normani para ver
películas y hablar sobre cualquier estupidez en la sala de estar.

Lauren y ella habían hablado sobre esto días antes: no por estar ahora en una
relación debían olvidar a las otras personas en su vida.

Al llegar a su habitación Camila decidió darse un baño rápido y al terminar se


colocó un corto short negro y una camiseta rosa junto a un lazo del mismo color.
Sonrió. Ahora que lo recordaba, Lauren jamás la había visto con lazos en el
cabello, y esto era verdaderamente extraño, pues Camila los amaba. Pensó que tal
vez se había encariñado demasiado con la gorra morada de la chica de la ventana, y
lo confirmo cuando deseo colocársela al pensar en ella. Pero no. Era el momento de
descansar para esa gorra.

Salió del baño preparada para ir a la habitación de Lauren, y no imagino que se


llevaría una gran sorpresa en ese preciso instante.

Lauren estaba en su ventana usando una camiseta negra que dejaba al descubierto sus
hermosos y pálidos hombros y un beanie del mismo color en su cabeza, golpeando el
vidrio con su mano izquierda ligeramente. Sonrió al verla.

Camila de inmediato corrió a abrir la ventana para dejar pasar a su novia, y en


cuanto la chica de ojos verdes estuvo dentro se abrazó a Camila y colocó su cabeza
sobre su hombro, Camila de inmediato acariciando su espalda y agradecida por su
cercanía.

A pesar de ser novias,el contacto físico era algo a lo que aun Lauren no estaba
acostumbrada, así que la chica de ojos color chocolate disfrutaba cuando cosas como
esas sucedían. Pero no esa vez.
Lauren estaba respirando pesadamente y sus manos parecían temblar ligeramente.

Camila:
Lolo... Lauren... ¿Estás bien?

Difícilmente la chica negó con su cabeza. Camila, sabiendo que Lauren no tendría
fuerzas para rechazarla, coloco su mano sobre el pecho de la otra y descubrió un
latido irregular.

Camila:
Será mejor que te sientes...

No tardaron mucho en llegar hasta la cama, en la cual Camila se sentó al lado de


Lauren entrelazando sus meñiques, viéndola intentar recuperar su respiración. Se
veía cansada.

La vio colocar su cabeza entre sus propias piernas y sus propias manos sobre su
rostro. En algún libro Camila había leído que hacer eso era bueno para la
oxigenación. Y hablando de piernas, Lauren estaba usando unos cortos shorts
blancos, lo cual dejaba ver a Camila sus pálidos muslos y...

"
¡Concéntrate, Camila! ¡¿Acaso no ves que tu novia se ahoga!"
La voz de Austin en su mente siempre la hacía centrarse y dejar de pensar en cosas
irrelevantes como las sexys piernas de Lauren "
¡CAMILA!"

Sacudió su cabeza varias veces. Debía concentrarse en el echo de que Lauren parecía
estar a punto de desmayarse por falta de oxigeno.

Delicadamente Camila comenzó a acariciar la espalda de su novia. Estaba realmente


preocupada.

Camila:
¿Ya estas mejor? -Preguntó luego de unos minutos.

Lauren asintió levantando ligeramente el rostro para luego volver a colocarlo sobre
sus piernas.
Lauren:
Es solo... subir las escaleras... yo... corazón... rechazo -A pesar de que no
había logrado completar ni una sola frase, Camila comprendió claramente lo que
Lauren estaba diciéndole.

Capítulo 23

La semana fue perfecta para Lauren y Camila. Nada parecía poder acabar con la
felicidad que las rodeaba.

Lauren sonreía más. Taylor y Chris conocían la razón, e incluso le habían escrito a
Camila a través de la ventana unas noches atrás junto a Lauren. El encuentro no
duró más de cinco minutos, pues Chris debía hablar con su novia vía Skype y Taylor
tenía la obligación de lavar los trastes, pero al menos lograron conocer un poco a
la chica que conseguía hacer sonreír a su hermana como nunca lo había hecho.

El jueves Lauren le pidió a Camila acompañarla a su cita con el psicólogo al día


siguiente, a lo cual la chica de la ventana no se negó. Lauren sabía que el podría
explicarle muchas cosas que ella, aun siendo la del problema, no podía.

Se encontró con ella al final de las clases de Camila. Esta llevaba zapatillas,
pantalones altos, un suéter rojo y un lazo del mismo color. Lauren debía admitir
que le encantaba verla llevar gorras y sus chaquetas de cuero, pero también le
encantaba verla de aquella forma tan femenina y tierna. Lauren estaba segura de que
Camila podría usar el atuendo más estúpido del mundo y a ella aun seguiría
encantándole.

Normani finalmente había terminado su servicio comunitario, y Dinah y ella debían


hacer un trabajo juntas, así que acompañaban a Camila y Lauren, pues el trayecto
del psicólogo las obligaba a pasar frente a la casa de la polinesia. A quienes no
esperaban encontrarse eran a Troy y Ally, que estaban jugando baloncesto en un
parque cercano .Ally lo intentaba) y casi de inmediato se ofrecieron a
acompañarlas, nadie pudiendo negarse. Lo cierto era que Camila, Dinah y Ally ya
veían a la pequeña y a su novio como buenos amigos aunque se conocían desde hacía
realmente muy poco tiempo.

Camila iba sobre la patineta de Lauren, la chica de la chaqueta y el beanie negro


sujetando su cintura para guiarla y mantenerla completamente segura. Dinah, como
siempre, hablaba con Normani sobre su no-relación y las muchas cosas sucias que
podrían hacer en su casa, y Troy simplemente caminaba junto a Ally, dándole la
mano, besando su mejilla cuándo podía y susurrando su nombre prácticamente cada
segundo.

Troy:
Ally... -Susurró.
Ally:
¿Sí?

Troy:
Ally... -Dijo, esta vez un poco más alto que antes.

Ally:
¿Si?

Troy:
Ally.

Lauren se detuvo de inmediato, preocupada. Sabía que el tumor de Troy estaba


creciendo, así que todo era motivo de alerta, sobretodo aquella excesiva repetición
del nombre de su novia. Las otras chicas, que se habían encariñado con Troy en tan
poco tiempo, también se detuvieron y miraron a la pareja con algo que el
diccionario mental de Lauren reconoció como temor. Temor de que algo estuviese
pasándole al chico y ellas no pudiesen hacer nada.

Ally:
¿Qué sucede, amor? ¿Te sientes mal? -Preguntó, una mueca que el diccionario de
Lauren no pudo reconocer pero que podía acercarse mucho a la del dolor, la lástima
y la preocupación juntas formandose en su rostro- Podemos detenernos unos minutos
si quieres... -Sugirió mientras le acariciaba los antebrazos dulcemente.

Troy negó bruscamente con su cabeza y luego miró a su novia fijamente a los ojos,
sonriendo. Ally lo imitó. Lauren lo hizo también, pues sabía que sonreía de la
misma forma cuando sus ojos y los de Camila se encontraban de aquella forma en la
que los demás a su alrededor parecían desaparecer.

Troy:
El doctor... dijo que... -Cerró los ojos y se frotó la frente, intentando recordar
lo que tenía planeado decir-... dijo que voy a... olvidar... olvidar cosas y yo...
no... -Se frotó la frente de nuevo-... yo no quiero... -Gruñó frustrado. Lauren
sabía por lo que Troy estaba pasando, el hecho de sentirse un idiota que no puede
hacer cosas como los demás, así que se aferró fuertemente a la cintura de Camila,
sabiendo que si no lo hacía comenzaría a llorar. Las manos de la chica de inmediato
se posaron sobre las suyas, tranquilizándola.

Capítulo 24
En la noche Camila no había hablado con Lauren, pues se sentía bastante enojada con
ella y, aunque había prometido llamarla, no lo hizo. Necesitaba pensar.

A la mañana siguiente tampoco dejó un mensaje en la ventana, y sucedió lo mismo el


domingo...

Las clases del lunes transcurrieron normalmente, Dinah y Normani evitando hablar
sobre Lauren durante todo el día. Camila sabía que aun desconfiaban del hecho de
que la chica de ojos verdes no terminaría por destrozarla. Incluso Camila había
comenzado a pensar esto, pero de inmediato descartaba esas ideas cuando llegaban a
su mente.

Fue durante la clase de español cuándo un problema que Camila no pudo detectar al
instante se acercó a su lado.

Se presento ante ella, entre susurros, como Ariana Grande.

Era nueva en la escuela. Había estado todo un año en Italia hasta que decidió que
volver a su país de origen era lo único que deseaba.

Habló de su orientación sexual sin que Camila se lo preguntara. Era bisexual. No le


importaban sexos si podían mantenerla satisfecha en la cama. Camila simplemente se
encogió en hombros ante esta aclaración. La chica, realmente, no le interesaba.

Ariana: ¿Y tu eres...?

Camila: Camila Cabello...

Ariana: Eso ya lo se. El señor Martínez me dijo tu nombre cuándo entré ¿lo
recuerdas?... Me dijo que tenía que sentarme a tu lado. Hablaba de tu orientación
sexual.

Camila simplemente sonrió, sonrojándose y mirando fijamente el suelo. Era incomodo


hablar de estos temas con personas desconocidas.

Camila: Soy lesbiana, y no quiero seguir hablando del tema...

Ariana: Bien -Susurró, Camila viéndola sonreír por el rabillo del ojo-... Si algún
día quieres una revolcada o algo así, solo...

La chica de ojos color chocolate de inmediato negó la cabeza con fuerzas. ¡No
quería una revolcada! ¡Y mucho menos con una desconocida! Además ¡Era virgen!
¡Había dado su primer beso hacia menos de un par de semanas!... Sabía que el
sonrojo en sus mejillas había aumentado, así que se cubrió con ambas manos.

"
¡No, no, no, no, no y no!"

Camila: Tengo novia...

Ariana: Eso no es problema. Ella no tiene por qué saberlo... -Una mano salvaje
viajo directamente hacía la pierna de Camila, acariciándola. No. No se sentía bien.
No viniendo de ella, una completa desconocida. Se sintió invadida. Ni siquiera
Lauren la había tocado de esa forma.

Apartó la pierna bruscamente y miró a la chica con cara de pocos amigos, dejándole
en claro que la próxima vez que lo hiciera sufriría las consecuencias.

Camila: No vuelvas a tocarme...

Ariana: Te lo prometo, Camila. Uno de estos días vas a suplicarme que lo haga... -
Susurro mirándola fijamente a los ojos, Camila sintiendo un gran miedo ante su
mirada.

No volvieron a hablar hasta el final de la clase, cuándo el señor Martínez comenzó


a formar las parejas para realizar los trabajos que debían de ser entregados en un
plazo de dos semanas. Dinah y Normani fueron colocadas juntas, Camila riendo de
inmediato, sabiendo que sus amigas suplicarían por su ayuda, pues el español de
Normani estaba compuesto por un simple "
Mi amor"
con las erres demasiado marcadas y el de Dinah consistía en un gracioso "
Biri biri bam bam"
...

Fue entonces cuándo el señor Martínez dijo su nombre junto al de Ariana, y aunque
deseo golpear a su profesor con todas las fuerzas que tenía, simplemente asintió y
escondió su cabeza entre sus manos, soltando un suspiro de frustración.

Capítulo 25

Lauren se sorprendió bastante al abrir los ojos y descubrir que estaba en una sala
de hospital en la que nunca antes había estado. También se sorprendió al darse
cuenta de que tenía nauseas y mareos, muy típicos en ella después de que se le
aplicase anestesia general...

"
¿Anestesia general?"
Aquello tenía que ser una broma...

Sintió un agudo dolor en el vientre cuando intentó sentarse, un leve jadeo


escapando por sus labios, así que desistió y se tumbó de nuevo sobre la cama.
Cuándo inspeccionó su cuerpo con sus manos se detuvo en el vendaje que abarcaba
toda su zona abdominal.

¿Acaso era posible...?

No pudo terminar sus pensamientos, pues una enfermera había entrado a la habitación
y había comenzado a llamar al doctor Hernandez, a los médicos y a sus compañeras de
trabajo a través de su intercomunicador, contándoles que Lauren había despertado.

***

Su corazón estaba cediendo. Se hacía débil cada día, pero los médicos aun creían en
una especie de milagro. Pero, en caso de que ese milagro no sucediera, los médicos
y padres de Lauren determinaron que hacerla apta para un trasplante de corazón era
una prioridad, así que el primer paso era un trasplante de riñón que tenía la gran
probabilidad de ser rechazado de nuevo.

Había estado inconsciente tres días antes de la cirugía, y dos días más después de
ésta. Al día siguiente de que Lauren abriera los ojos, los doctores -Entre ellos el
padre de Ally, quien no había participado abiertamente de la cirugía pero se había
asegurado de que todo fuese bien- se dignaron a explicarle lo sucedido, de como se
había desmayado en medio de la sala de espera de su psicólogo y en como la habían
trasladado días antes a un hospital con mejor tecnología que el del doctor
Hernandez para que se realizara su trasplante.

En la primera persona en la que pensó fue en Camila, y el echo de que su novia


podía... No, no podía. Camila seguramente estaba preocupada por ella. Su corazón
era tan hermoso que podía preocuparse en una pequeña hormiga aplastada por una
aplanadora al otro lado del mundo.

Habló con sus padres, su hermanos y Ally ese día. Nada importante, solo cosas
estúpidas que habían sucedido esos días como divertidas cenas en familia o los
divertidos dibujos de Ally con los cuales Troy había llenado las paredes de su
habitación.

No le devolvieron su teléfono hasta la tarde del día siguiente. En cuanto lo tuvo


entre manos suplicó a sus padres y amiga salir de la habitación, alegando que
necesitaba algo de privacidad después de haber estado con ellos más de un día
entero.

Lo primero que pensó fue en llamar a Camila, pero sabiendo que su madre
probablemente estaba escuchando a través de la puerta decidió solo enviarle un
mensaje para que dejara de preocuparse como, seguramente, lo estaba haciendo. Lo
sabía porque en sus ojos color chocolate veía cariño cada vez que juntaban sus
miradas, porque se lo había demostrado y porque simplemente quería creerlo.

Estuvo mordiendo su labio durante cinco minutos, pensando en cual sería el mensaje
perfecto, hasta que lo decidió. No podía ser solo perdón, porque eso no explicaría
su ausencia y, aunque planeaba que ella le respondiera y tuviesen una larga
conversación, Lauren deseaba que un solo mensaje reflejara todo lo que había
sucedido, y así fue como vino la gran idea...

"
Adivina quien tiene riñones nuevos..."

Gruñó cuándo vio su mensaje ya enviado. Tal vez había sido una mala opción colocar
solo eso.

"
¿No pudiste enviarle algo un poco mas lindo, idiota? ¡No lo se! Un: Te extrañe...
¿Quien sabe? Hubiese sido lindo. Estoy segura de que ella hubiese sonreído. Te
gusta cuándo sonríe, idiota. Nos gusta"

Capítulo 26

Lauren regresaría esa tarde. Era miércoles, y las horas pasaban tan lentamente que
parecían siglos. No prestaba atención a la mayoría de sus clases, y estuvo a punto
de ser castigada. Camila tenía suerte de ser una buena alumna y haberse ganado el
cariño de sus profesores.

Dinah y Normani también deseaban saludar a Lauren, y usaron la excusa del trabajo
de Francés que debían hacer juntas para ir a casa de Camila ese día.

Fue durante el almuerzo cuando recibió un mensaje de la chica de ojos verdes, el


cual la hizo sonreír.

"
Estoy en casa. Espero verte pronto. Te quiero"

Camila suspiró. Ella estaba bien. Ella estaba en casa. Ella quería verla.

"
No debiste haberme dicho eso. Ahora mismo lo único que quiero hacer es salir
corriendo hasta allí, Lo"

"
Pero vas a quedarte allí, porque sino Dinah comenzara a acosar a Normani y no habrá
quien la detenga"

Camila miro a sus amigas de reojo, no sorprendiéndose al darse cuenta de que Dinah
estaba rodeando con sus brazos a una incomoda Normani y la estaba acosando con su
supuesta relación falsa, como siempre. Sí seguían así, Camila pensaba que realmente
Dinah terminaría enamorándose de Normani.

"
Vale. Lo haré"

"
Necesito decirte algo, Camz"
Camila se sintió confundida ante el repentino cambio de tema. Miles de suposiciones
sobre las cosas malas que podrían haber pasado abarrotaron la cabeza de la chica.
¿Sería su corazón, sus riñones de nuevo o algo más?

Respiró hondo, intentando de esta forma no entrar en pánico.

"
¿Qué sucede?"

"
Vero y Lucy, unas chicas del coro, vendrán a mi casa esta tarde"
Un suspiro de alivio escapó por sus labios. Por suerte, no era nada de lo que
preocuparse
"Eran mi amigas cuando yo estudiaba allí, y mi madre quiere que recuperemos
nuestra amistad. Por supuesto ella no sabe que Vero y Lucy son pareja y, así que
posiblemente mi madre estará furiosa cuándo lo sepa. Vero no es buena para guardar
secretos... Luego tendrá paranoia e irá a mi habitación cada cinco minutos para
comprobar que las chicas no esten haciendo cosas "raras", así que me temo que no
podrás venir. Lo siento, Camz. No te molestes"

"
No me molestaré si hablamos a través de la ventana. Sería sencillo fingir que
Dinah, Normani y yo solo estamos mirando las nubes"

"
¿Dinah y Normani?"

"
Tenemos que hacer un trabajo de francés... Y te extrañaron casi tanto como yo"
"
¿Hablas en serio, Camz?"

"
Sí, el señor Grey es un pesado y siempre manda trabajos interminables"

"
No hablo de eso"
Camila sonrió ante el mensaje de su novia
"¿Dinah y Normani me extrañaron? ¿Por qué?"

"
Te extrañaron, tal vez porque te quieren"

"
¿Cómo pueden quererme?"

"
¿Acaso hay alguien que no lo haga, Lauren Jauregui?" Escribió
, sabiendo que cualquiera que conociera a Lauren en su totalidad la querría casi
tanto como ella lo hacía. La chica era verdaderamente increíble.

Estaba dispuesta a seguir hablando con Lauren durante mil años cuando una fuerza
hizo que su celular cayera directamente al suelo, la pantalla haciéndose trizas al
instante.

No necesitó elevar su mirada para saber de quien se trataba.

Había regresado.

Unas grandes y sudorosas manos la halaron del cabello y la hicieron levantarse de


donde estaba bruscamente, un gemido de dolor escapando involuntariamente de los
labios de la chica. El repugnante aliento de Austin golpeó su mejilla cuando
hablo.Capítulo 27

Lauren no se había preocupado más de lo necesario cuándo Camila había dejado de


contestar a sus mensajes. Pensó que probablemente se había quedado sin bateria, o
que las clases habían comenzado, o que Dinah había comenzado a acosar a Normani más
de la cuenta y había tenido que inerponerse para evitar que la chica polineasia
cometiera una locura. Jamás imagino que Austin podría haberla golpeada, pues según
le había contado Camila a través de mensajes, el chico y su amigo no habían vuelto
a molestarla.

Toda la paz en sus pensamientos fue interrumpida por los gritos de su madre, Clara
Jauregui, provenientes del piso inferior.

Clara:
¡LAUREN MICHELLE JAUREGUI MORGADO! ¡BAJA AHORA MISMO!

Bajó lentamente las escaleras, procurando no apresurarse, sintiendo dolor en sus


costados y a su corazón agitarse con el simple esfuerzo que conllevaba descender
los escalones.

Cuando llegó a la base de la escalera estaba completamente agotada, pero a Clara no


pareció importarle, pues de inmediato llegó hasta ella con Lucy y Vero más atrás
tomadas de las manos, sonriendo como si aquello fuese un chiste. La mujer estaba
furiosa.

Clara:
¡¿POR QUE NO ME LO DIJISTE?!

Lauren intentó responder, pero tenía la boca seca, el corazón acelerado y los
pulmones le dolían en un esfuerzo de conseguir oxigeno, así que lentamente se sentó
sobre el ultimo escalón de la escalera y colocó su cabeza entre sus piernas,
tomando aire de esta forma.

Clara:
¡¿POR QUE NO ME DIJISTE QUE VERO Y LUCY AHORA ERAN UNAS ESTUPIDAS LESBIANAS?!

Vero:
Más respeto, señora Jauregui. Mi novia no es estúpida. Tiene uno de los mejores
promedios, en realidad... -La escucóo decir, el diccionario mental de Lauren
identificándola como enojada.

Clara:
¡Cállate estúpida!

Lucy:
¡NO LE DIGA ASÍ A MI NOVIA!
Clara:
¡No me grites! ¡Y no la llames novia! ¡Solo estas confundida, Lucy!

Vero:
La única confundida acá es usted, señora Jauregui. Ella es mi novia y la amo, y se
que ella me ama a mi. No estamos para nada confundidas con eso...

Clara:
¡Callate de una maldita v...!

Lucy:
¿Estás bien, Lauren? -Preguntó ignorando a la mujer mayor luego de haber visto el
estado de su vieja amiga, quien intentaba recobrar el aire con todas sus fuerzas.
Sin saber como, las manos de Lucy tomaron las suyas y Lauren de inmediato las
apartó. No se sentía bien con el contacto de los demás.

Lauren:
No me... toques... solo... necesito... aire -Susurró, las palabras saliendo con
dolor de su garganta.

Esta vez Clara si pareció preocuparse, pues se sentó a su lado y la rodeó con su
brazo, acariciándole los costados débilmente.

Sus dedos comenzaron a chasquear de inmediato. No quería que su madre la tocara. No


quería que nadie allí la tocara.

Clara:
¿Puedes dejar de hacer eso, Lauren? Me pone nerviosa...

Lauren lo intentó, realmente lo hizo, pero entre intentar convencer a sus dedos
para que no se movieran y respirar, el sonido se hizo más fuerte y constante, su
cerebro tomando la decisión inmediata de que respirar era lo más importante en esos
momentos.

Clara:
¡TE DIJE QUE BASTA, LAUREN! -Grito, apartándose de ella, cubriendose los oidos.

Lauren:
¡No... puedo! -Intentó gritar.

Capítulo 28

Sentadas frente a la ventana Camila, Dinah y Normani hablaban con Lauren, Vero y
Lucy sobre tonterías, Camila sintiendo que podía confiar en las nuevas chicas
aunque poco las conocía. La estaban pasando muy bien. Tal vez la diversión hubiese
aumentado un poco si Ally hubiese estado allí, pero Troy y el hecho de que faltaba
solo una semana para su operación lo justificaban todo.

Lucy:
Y esa fue la primera vez que le dije a mi padre que estaba saliendo con Vero...

Dinah:
Aun no puedo creer que se lo dijeras en medio de un aeropuerto repleto de gente.

Lucy:
Es la única forma que encontré para que no comenzara a gritar como loco.

Vero:
Pero lo tomo bastante bien, amor...

Lucy:
En mi defensa, yo no sabía que eso iba a pasar.

Vero:
Lo positivo es que Carlos y yo ahora somos grandes amigos...

Lucy:
¡No lo llames Carlos!

Vero:
¿Por qué? El me lo pidió...

Lucy:
Cuando un padre te dice eso no debes hacerlo. Te está poniendo a prueba.
Vero:
Oh, entonces creo que ya reprobé –Dijo riéndose, Lauren frunciendo el entrecejo al
no comprender la broma-... ¿Cómo se lo dijiste tu a tus padres, Camila?

Ella suspiró.

Camila:
La primera vez que le dije a mis padres que me gustaban las chicas fue en una cena
familiar. Simplemente se me salió... Y así fue como mi abuela, mis tíos y mis
primos lo supieron también. Fue horrible.

Lauren:
Recuérdame no pedirte consejos cuándo yo quiera decirle a mi madre que estoy
saliendo contigo -Dijo con una sonrisa mientras miraba a Camila atentamente. Esta
última se sintió desvanecer. Los ojos de su novia, definitivamente, debían de ser
parte de otro mundo.

Lucy:
Hablando de eso... ¿Planeas salir del armario pronto?

Lauren:
Lucy, no estoy en el armario. ¿Acaso no me ves? Estoy acá, a tu lado y...

Camila:
Lolo, Lucy no te habla en forma literal –Le explico pacientemente, una mirada
dulce en sus ojos color chocolate-. Lo que está intentando preguntarte es si
planeas decirle a tus padres que eres... bueno... lesbiana.

Lauren:
Oh... Bueno, yo... no lo se... Es decir, si quiero contarles pero eso no va a
gustarles y...

Dinah:
Y tienes miedo a lo que dirán -Dijo, y Camila volteó a mirar a su amiga fijamente,
encontrando un extraño entendimiento en sus ojos. Sacudió su cabeza. Debía estar
alucinando.

Vero
: ¿A ti también te gustan las...? -Los ojos de Camila se abrieron como platos.
Jamás había pensado algo como aquello. Si bien Dinah tenía a Siope, su novio, eso
no influía en el hecho de que podían gustarle las chicas también

Dinah:
No, no, claro que no -Se esforzó en negar, pero Camila supo que estaba mintiendo.
Tal vez lo sabía porque era su mejor amiga-. Tengo novio.

Lucy:
Sí, novio -Dijo, Lauren mirándolas de forma asesina al instante. Normani, Dinah y
Camila no comprendieron absolutamente nada.

Vero:
Lauren intentaba convencerse a sí misma de que era hetero solo por salir con
chicos idiotas y feos, y cada vez que hablaba de ellos era como "Mi novio, sí,
novio, me llevo al cine ayer y tuve que pagar las palomitas de maíz" "Mi novio, sí,
novio, estaba besándose con Paquita la del Barrio porque es un idiota pero
igualmente lo quiero"...Capítulo 29

Luego de media hora Vero y Lucy se habían marchado. Lauren estaba un poco más
tranquila, pero aun así preocupada por Normani y Dinah. No comprendía por qué la
chica alta había reaccionado de aquella forma. No es como si hubiese hecho algo
malo. Solo había besado a Normani durante cinco segundos. No era tan grave.

Tal vez estaba molesta consigo misma porque pensaba que el beso podía significar
que había engañado a su novio, del cual solo había escuchado un par de veces. La
verdad es que Dinah no hablaba mucho de él.

Una hora después Lauren aun seguía observando a través de la habitación con su mano
derecha apoyada en el vidrio y esperando que Camila apareciera allí para decirle
que todo estaba bien.

Normani ya no estaba allí, pues se había marchado luego de comprobar que Lauren
estaba bien. Dijo que necesitaba pensar. Tal vez también se sentía culpable por
haber besado a su amiga. Es decir, ella también tenía novio y no era nadie más que
el primo de Dinah, la chica con la que se había besado. Seguramente estaría
pidiéndole disculpas al pobre Thomas en aquellos minutos.

Finalmente la chica se cansó de esperar. No podía soportarlo más. Tomó una de sus
muchas chaquetas de cuero y se dispuso a salir, no pensando en que aun traía la
ropa con la cual había llegado a casa luego de salir del hospital, las cuales eran
solo unos pantalones de pijama grises, una camiseta blanca demasiado grande y
pantuflas de gato.

Bajó las escaleras, sentándose en el último escalón para tomar aire durante diez
minutos. El estado de su corazón no era el mejor para salir, pero aun así
necesitaba saber que era lo que había sucedido con su novia y su amiga y por qué
aun no regresaban.

XX:
¿Qué estás haciendo acá, Lauren? Deberías estar descansando... -Preguntó colocando
una mano sobre el hombro de su hermana, de inmediato apartándola cuándo la chica de
ojos verdes comenzó a chasquear sus dedos.

Lauren:
Chris... yo... yo quería... -Intentó mentir, pero realmente no era buena para eso
y la falta de oxigeno tampoco la ayudaba.

Chris:
No me mientas, Jauregui.

Lauren:
Quiero ver a... Camila -Susurró débilmente, el aire volviendo lentamente a sus
pulmones y su corazón regularizando sus latidos.

Chris:
Mamá no te va a dejar salir... -Le dijo.
Lauren suspiró decepcionada.

"
Idiota. Idiota. Idiota. Debiste haberlo sabido. Eres una idiota, Jauregui. Quieres
verla y no se te ocurre un mejor plan. ¡Yo también quiero verla, idiota! ¡Yo soy
tu! ¡Debiste haberlo planeado mejor!"

Chris:
Tal vez podría ayudarte...

Lauren:
¿Es en serio? -Pregunto rápidamente elevando la mirada, jamás mirando a su hermano
a los ojos.

Chris:
Puedo distraer a mamá para que logres salir sin que ella lo sepa... Pero necesito
un favor.

Lauren:
Eres el mejor hermano del mundo Chris... Bien, tal vez no del mundo, pero eres
bueno.
Chris:
Lo sé -Rió- Ahora ve por tu chica.

***

Encontró a Camila y a Dinah sentadas en la acera frente a la casa de ambas, la


chica más alta recostando su cabeza sobre el hombro de su amiga mientras Camila
hablaba con ella y le secaba las lagrimas dulcemente.

Suspiró.

No era tiempo de pensarlo, pero aun así se cruzó por la mente de Lauren que aquella
era la primera vez que estaban cerca después de la pelea, del ataque, del hospital.

Capítulo 30

Camila abrió los ojos ampliamente y se separo de su novia al instante, volteando a


mirar hacia la enojada voz. Se trataba nada más y nada menos que del padre de
Lauren.

La chica de inmediato supo que su novia se apartaría y le diría a su padre que todo
había sido una confusión. Sabía que le diría al hombre que Camila solo la había
tomado desprevenida. Sabía que negaría conocerla. Sabía que ella lloraría esa
noche, y que luego Lauren haría algo extremadamente tierno y la perdonaría porque
ambas eran idiotas.

De nuevo, Lauren la sorprendió.

Lauren:
Papá... yo... -Respiro hondo, sus dedos chasqueando levemente, Camila negándose a
tomar su mano para tranquilizarla, las mejillas de ambas completamente rojas-...
Ella es mi novia, Camila Cabello.

Camila casi sintió que podría morir en ese momento. El padre de Lauren estaba
mirándolas con la peor expresión de furia en su rostro, pero Lauren solo sonrió y
le dio su mano a Camila, de inmediato los chasquidos siendo reemplazados por
caricias a sus nudillos. La chica de ojos marrones solo podía temblar, pero aun
así, muy en su interior, se sentía completamente feliz. Tal vez debía empezar a
creen en el hecho de que Lauren jamás haría lo que ella creía.
Mike:
¿Puedes explicarme esto, Lauren?

Camila:
Señor Jauregui, sé que no esperaba esto, pero nosotras solo... -Quiso explicar
nerviosa y completamente avergonzada.

Lauren:
Nos estábamos... besando, papá –Explico nerviosa, como si no hubiese sido obvio
aquel hecho-. Y antes de que digas nada, sí, Camila es una... una mujer... por si
no lo no... notaste –Camila sentía a su novia temblar ligeramente, sus manos
sudaban y había nerviosismo en su voz, además del tartamudeo y el hecho de que solo
estaba mirando hacía el suelo-. Y yo también lo soy... por si tampoco te habías
dado... cuenta –Agrego- Y sí, amo a Camila –Esto último lo dijo completamente
segura, sin tartamudeos. El corazón de Camila palpito rápidamente, queriendo
escapar de su pecho-... y tal vez a ti no te guste que lo haga, pero... voy a...
seguir haciéndolo porque... puedo –Prosiguió-... Además, mírale el lado positivo.
Nada de embarazos...

Camila:
¡Lauren! -Se quejó, sabiendo que no podría mirar al señor Jauregui a los ojos
nunca más sin sentirse completamente avergonzada por lo que su hija acaba de decir.

Mike:
¡No me importa si te besas con un perro! ¡Pero que lo hagas de esta forma, frente
a MI casa, es intolerable!

Camila lo comprendía. Ahora se sentía mucho peor. Ella era la que había insistido
con que Lauren la tocara de esa forma, aun sabiendo dónde estaban.

Lauren:
Papá, por favor... No hicimos nada malo.

Mike:
Besarse de esa forma en medio de la calle si es algo malo, Lauren -Le recriminó, y
luego se acercó su hija lentamente, sujetándole los hombros-. Sobretodo si tu madre
te ve –Susurró dulcemente. Camila se sintió confundida por el repentino cambio en
el tono de la voz del hombre. -. No quiero hablar mal de ella, pero tú sabes que
Clara es algo cerrada con estos temas y seguramente todo el planeta sabría de su
relación en cuanto...

Lauren:
Papá, es imposible que todo el...

Mike:
Es solo una expresión, Lauren.

Camila:
Creo que yo... me iré -Susurró soltando rápidamente la mano de su novia. Aunque
deseaba estar junto a ella, lo cierto era que Lauren necesitaba hablar con su
padre, y ella necesitaba tomar un respiro.

Mike:
No tan rápido, señorita -Dijo de inmediato sujetándole el brazo, no con rudeza,
pero de una forma que a Camila no le permitió marcharse-. Necesito hablar contigo.
Con las dos, en realidad.

Capítulo 31

Camila:
Oh, Becky, hola... -Saludo ómablemente, Lauren deseando golpearla por interrumpir
el momento.

Becky:
Perdón por interrumpir, pero quería saber si podías llevarme a un lugar...

Camila:
¿Por qué yo? ¿Ariana no puede...? -Antes de terminar Camila se paralizó mientras
veía algo tras la chica sonriente. Lauren intentó descubrir que era, sin suerte.
Allí solo habían un par de chicos hablando animadamente, unas porristas haciendo
piruetas y una joven pelirroja que se besaba con un rubio antes de subirlo al que
supuso era su auto-... ¿No te molesta que sea tu hermana? -Quiso saber.

Becky:
Hermanastra -La corrigió ofendida, como si no le gustara que la gente las
emparentara de esa forma-. Y no. Es bastante buena cuándo quiere -Explicó con una
sonrisa-... Y hola -Saludó mirándola fijamente. Le tomó un par de segundos darse
cuenta de que Becky estaba hablando con ella.

Lauren:
Hola -Saludó tímidamente sin mirarla ni tomar su mano, de inmediato sintiendo unos
cálidos brazos envolver su cintura.
Becky:
¿Cuál es tu nombre? -Pregunto, sus ojos encontrándose con los de Lauren unos
segundos antes de que ésta los retirara rápidamente, incomoda-... Lindos ojos.

Lauren:
La... Lauren -Contestó tartamudeando, demasiado nerviosa por la presencia de la
extraña.

Becky:
Oh, un gusto conocerte chica ruda de ojos lindos.

Camila:
Oye, Becky, ya se está haciendo algo tarde y desearía ir al parque a caminar con
mi novia –Dijo. El diccionario mental de Lauren le dadvirtió que su novia estaba
algo celosa- así que te llevaré donde quieras con una condición...

Becky:
La que quieras, Camila.

Camila:
Deja de halagar a mi sexy novia. Solo yo puedo hacer eso -Dijo con una sonrisa en
sus labios, Lauren sintiendo como una de las manos de su novia apretaba uno de sus
gluteos fuertemente antes de subir a su cintura, como si nada hubiese sucedo.

Becky:
Esta bien, está bien. Tú ganas. Y tienes suerte...

Camila:
¿Por tener una novia tan sexy?

Becky:
Además de eso... Tienes suerte porque yo también voy al parque.

***

Mientras iban en el auto Camila conducía, Lauren estaba sentada en el asiento del
copiloto sujetando fuertemente la mano libre de su novia y Becky iba atrás sin
parar se sonreír.
Becky:
¿Tienes algo de música, Camila? Me aburro -Se quejó jugando con las ruedas de su
rosada patineta.

Camila:
¿Puedes poner algo de música, Lo? -Preguntó sonriendo, Lauren sintiéndose admirada
al ver que la chica podía conducir y hablar al mismo tiempo. Sonrió. Realmente era
afortunada.

Lauren:
Claro... ¿Thug Harmony, te parece?

Camila:
¿De nuevo?

Lauren:
Por favor -Suplico-. Es el nuevo álbum, "Me & My Turras", tenemos que
escucharlas...

Becky:
¡Espera! ¡¿Dijiste Thug Harmony?!

Lauren:
Si -Respondió confundida.

Becky:
¡YO LAS AMO! ¡LOREN JAMBALAYA ES LA MUJER MÁS SEXY DE ESTE PLANETA!

Lauren:
Tienes razón, es sexy, pero no como Karla Pelo. Ella es increible –Aunque era toda
una fangirl, a Lauren no se le daba eso de perder la compostura.

Capítulo 32

Camila: No tenÃas que hacerlo -Susurró a su novia a través de la ventana.


Lauren: Yo querÃa hacerlo -Contestó, mirándola como si fuese la más hermosa
mujer que la chica de ojos verdes habÃa visto en el mundo. Y asà se sentÃa Camila
Cabello siempre que estaba a su lado.

La chica de la ventana era capaz de convertir simples gestos en proezas que ninguna
persona jamás podrÃa igualar.

Camila: Pero debió de costarte mucho dinero, Lauren... Solo esta rosa hubiese sido
suficiente.

Lauren: ¿No te gustó mi regalo? -Una mueca de tristeza pareció en su rostro, y


de inmediato la chica de ojos color chocolate se arrepintió por no haberse
explicado mejor ante su novia.

Después de tantos malentendidos ocasionados por el Asperger de la chica de la


ventana algo debÃa de haber aprendido.

Camila: ¡Me encantó! -Se apresuró a aclarar, una inmensa sonrisa apareciendo en
el rostro de su novia, mariposas en su estómago agitándose ante la acción.
¿Cómo era posible que Lauren la hiciera sentir asà con solo un gesto? El universo
nunca lo sabrÃa-... Pero el dinero que usaste para comprar esto...

Lauren: No te preocupes por eso. Era parte de mi fondo universitario, y


sinceramente tu lo valÃas -Informó dulcemente, una luz iluminando sus ojos.

Camila frunció el entrecejo casi al instante.

Camila: ¡Lauren! ¡¿Gastaste dinero de tu fondo universitario en mi?!

Lauren: Si -Afirmó encongiendose en hombros, como si realmente no importase


demasiado este hecho.

Camila: ¡Lauren! ¡Tu educación es más importante que yo!

Lauren: No voy a ir a la universidad, Camz... Mamá dice que no me dejara ir hasta


que mi corazón no esté mejor, y dudo que eso suceda. Y, aunque pudiese ir, no lo
harÃa. Quiero ser fotógrafa, Camz... Solo necesito un par de buenas cámaras,
materiales y unos cuantos meses en un buen curso. Nada demasiado costoso... Y si
necesito dinero trabajaré. Es sencillo.

Camila: Aun asà creo que gastar todo ese dinero...

Lauren: No permitiré que sigas hablando, Camz. QuerÃa regalarte flores, y eso fue
lo que hice. Ahora solo mÃrame a los ojos y sonrÃe, porque amo verte sonreÃr.
***

HabÃa llegado el dÃa.

Faltaba poco para la operación de Troy. La boda era en treinta minutos.

El sacerdote ya habÃa llegado el hospital, al igual que el Juez. También los


invitados, quienes eran solo los padres de Troy, los padres de Ally, su mejor
amigo, Camila, Lauren, Dinah y Normani.

Ally estaba en el baño de la habitación de aquel hospital, preparándose. Dado


que se trataba de Troy, novio de la hija del dueño del lugar, tenÃa la mejor
habitación y los mejores cuidados.

Lauren, Camila, Dinah, Normani y Ally estaban dentro del lugar, demasiado amplio y
hermoso como para ser realmente un baño de hospital dónde una desconsolada novia
lloraba sobre su sencillo vestido blanco, sabiendo que posiblemente, en menos de un
dÃa, ya serÃa viuda.

Camila observaba a su novia rodear torpemente con sus brazos a su pequeña amiga,
sabiendo que la chica no estaba cómoda con la idea de hacerlo. Camila sabÃa que lo
hacÃa porque su corazón no le permitÃa dejar a su amiga sola en un momento asÃ. La
conocÃa bien.

Dinah y Normani apenas se miraban. O, mejor dicho, Dinah apenas miraba a Normani.
La morena habÃa intentado hablar con su amiga un par de veces al llegar, pero la
chica polinesia simplemente se alejaba, como si le doliese estar cerca de ella.
Finalmente, Normani parecÃa haberse rendido.

Capítulo 33

El funeral de Troy fue un par de días después de su muerte. Lauren sujetó la mano
de su novia fuertemente durante toda la ceremonia, y ella jamás la soltó.

Asistió a la ceremonia un montón de gente que se consideraba amiga de Troy pero la


cual no le había visto en bastante tiempo. Todos intentaban darle consuelo a los
padres de Troy con palabras vacías y copiadas de viejos libros, las cuales Lauren
sabía no iban a funcionar. Ally, sin embargo, no era consolada por nadie. Ella
parecía alejarlos en cuanto se acercaban. Tal vez era lo mejor en aquellos
momentos.

Cuando todo término Lauren vio a su amiga acercarse a Camila y ella con sus ojos
cristalizados y sus mejillas humedecidas. No era el mejor de sus días, y Lauren
tampoco había esperado que lo fuese.
Era extraño observar como la hermosa y sonriente novia que había visto un par de
días atrás se había convertido en un ser tan triste y desolado, sobre todo para
Lauren.

Ally:
¿Puedes quedarte conmigo hoy en mi departamento, Jauregui? No creo poder soportar
otra noche durmiendo sola -Suplicó con voz quebrada, una lágrima escapando de uno
de sus ojos.

La chica de ojos verdes no lo pensó más de dos segundos.

Lauren:
Está bien... Yo solo le preguntaré a mi mamá -Contestó-. ¿Puedes quedarte con Ally
mientras la llamo, Camz? -Pidió mirando a su novia, que también parecía conmovida.

La chica de ojos cafés asintió lentamente. Lauren la abrazó fuertemente y depositó


un tierno beso en sus labios antes de irse.

Tal vez no era el momento adecuado para sonreir, pero si algo había aprendido de la
muerte de Troy era que la vida era muy corta, así que lo hizo de todas formas.

***

Su madre lo permitió, pero aun así debía ir a su casa para buscar sus múltiples
medicinas y algo de ropa para dormir, pues la de Ally era demasiado pequeña para
ella.

Cuando regresó donde estaban su mejor amiga y su novia sintió un profundo dolor en
su corazón trasplantado y rechazado.

Ally estaba abrazando a Camila, llorando sobre su hombro, como si en cualquier


momento fuese a derrumbarse.

***

En cuanto entró al departamente de Ally no pudo evitar sentirse atrapada y


ligeramente ahogada. El lugar era realmente estrecho, y el saber que debería dormir
en un pequeño sofá en medio de una aun más pequeña sala no la reconfortaba. Habría
corrido tanto como sus pies lo permitieran si no hubiese sabido que su mejor amiga
la necesitaba.

Se colocó un short de pijama con unicornios multicolores estampados, una camiseta


de Bob Esponja y calcetines hasta las rodillas rotos y agujereados, las tres
tematicas no encajando. Ally solo se había colocado su ropa interior rosa, Lauren
no discutiendo sobre esto.

Lauren:
¿Te molesta si hago algunos crucigramas? No estoy acostumbrada a no dormir en mi
cama y los crucigramas mantienen mi cerebro ocupado.

Ally:
Está bien, Jauregui... Yo voy a -Miró a todos lados del pequeño departamento, sus
ojos quedándose fijos en la cocina-... Cocinaré algo -Susurró. Si Lauren no hubiese
estado tan concentrada en las primeras preguntas de su crucigrama se habría dado
cuenta de que la chica tenía la voz quebrada y lágrimas habían comenzado a resbalar
por sus mejillas.

Capítulo 34

Alejandro:
Linda ropa -Halagó al verla esa mañana en cuanto bajó a desaynar. Lo cierto es que
llevaba pantalones ajustados y una camiseta holgada, y no creia verse para nada
bien, pero sus padres eran sus padres y siempre le dirian que se veía fabulosa.

Sinuhe:
Tu padre tiene razón. Te queda bien -Afirmó mientras intentaba arreglar el rebelde
cabello de una adormilada Sofi en una coleta.

Sofi:
Te pareces a las chica de la televisión -Susurró entre bostezos frotado sus ojos.

Camila:
¿Chica de la televisión?

Sofi:
Si -Asintió-. El otro día, cuándo fui a casa de Peter por su fiesta de cumpleaños
empezamos a ver la televisión hasta que llegó suhermana mayor...-Bostezó- ella se
llama Brenda... Dijo que necesitaba ver la televisión, así que Peter le dio el
mando porque no le gusta pelear con ella. Comenzó a ver un vídeo musical llamado "I
helped put them together" de una banda que se llama... Thug Kar... no, no... Thug
Harmony... Creo que conoces la canción porque cantan junto a Demi -Camila abrió los
ojos. Lo cierto era que había estado tan ocupada con su vida personal que había
pasado por alto el hecho de que Demi había colaborado junto a Thug Harmony. Esa
canción debía de ser la gloria-. Una estaba vistiendo como tu... Y su amiga bajita
estaba usando camisa y chanclas. Fue extraño.

Camila rió ante de la explicación de su hermana y besó su frente.

Camila:
¿Era un buen video?

Sofi:
No lo sé. No lo pude ver bien porque la voz de una de las presentadoras solo decía
que vendrían pronto y esas cosas.

Camila:
¿Estás segura de que hablaban de Thug Harmony, Sofi?

Sofi:
Sí, estoy segura. Muy segura. ¿Qué otra banda tiene a una chica bajita rapeando
con camisa y chanclas, una con dientes de aluminio y otra alta con calcetines hasta
la rodilla? -Sofi tenía razón. Thug Harmony era una banda única-... ¿Por qué lo
preguntas?

Camila no respondió de inmediato. Solo tomó algo más de jugo mientras analizaba la
situación, y finalmente dejó a las palabras salir de su boca.

Camila:
Mi novia es una... gran fan de ellas y... -Explicó con una sonrisa entre sus
labios, sonrojándose al ver la misma sonrisa en el rostro de sus padres y de su
pequeña hermana. Cubrió su rostro con sus manos por unos segundos para esconder su
nerviosismo. Miró a su madre cuando sentía que no iba a salir corriendo de la
habitación a causa de la vergüenza- ¿Qué necesito hacer para que compres dos
entradas para el concierto junto con los pases al M&G?

***

Austin:
¡Tienes que alejarte de Jimmy! -Gritó alterado dentro del auto de la chica. Apenas
había escuchado la noticia de que la chica saldría con el chico cuando estalló.

Becky:
No -Se negó.
Austin:
Entonces le diré a tu padre...

Becky:
Me canse de tus payasadas, Austin... -Sentenció golpeando el volante.

Austin:
¿Perdón?

Becky detuvo el auto en una acera antes de mirarlo a los ojos, completamente
enfadada.

Becky:
No podrás controlarme más.

Austin:
Yo no quiero controlarte -Suspiró-. Quiero protegerte.

Capítulo 35

Camila:
¿Estás segura de que no hay nadie en tu casa? -Preguntó su novia por quinta vez
mientras se aferraba fuertemente a sus hombros. Lo cierto era que parecía estar
realmente adolorida.

Lauren:
Si. Mamá está compras y papá aun debe estar trabajando. Taylor fue a clases de
teatro y Chris iba a acompañar a su novia a algún lado. Estoy sola, lo prometo...

Lauren determinó que la chica por fin había creído en lo que le estaba diciendo
cuando hizo silencio y caminó junto a ella hacía el interior de la casa. Subir las
escaleras fue difícil para ambas, pero finalmente llegaron a la habitación de
Lauren, ambas cayendo en la cama de ésta con brusquedad para intentar recuperar el
aliento perdido.

Camila fue la primera en recuperarse. Lauren, sin embargo, seguía sintiendo que el
aire le faltaba, así que cerró sus ojos fuertemente y se concentró en recuperar lo
que había perdido.

Mientras lo hacía sintió la mano de Camila acariciar su brazo sutilmente y no pudo


evitar sonreír y pensar que había hecho para merecerla. No era más que Lauren
Jauregui, la chica enferma que se pasaba los días encerrada en su habitación.

Poco a poco, en medio de todos sus pensamientos, su respiración logró volver a la


normalidad.

Se sentó lentamente, respirando profundamente mientras lo hacía, sintiendo una de


las manos de su novia sobre su espalda, ayudándola en el acto.

Camila:
¿Estás mejor? -Preguntó preocupada, aun acariciando su espalda.

Lauren:
Si... -Aseguró débilmente.

Camila:
¿No existe alguna forma de que esto no suceda?

Lauren:
Las medicinas deberían ayudar -Susurró mirando a su novia fijamente a los ojos.
Por unos segundos sintió que estaba perdiendo el aliento de nuevo-... Pero no lo
hacen.

Camila:
¡Qué estúpidas médicinas! -Exclamó exageradamente.

Lauren dejó escapar una risita por sus labios ante las palabras de su novia.

Camila:
Estoy segura de que cada vez que ríes nace un bebe...

Lauren:
¿Lo dices en serio? -
"¡Estúpido cerebro! ¡¿Por qué no puedes entenderla como los demás?!"

Pero la chica jamás le respondió. Solo colocó su mano sobre la mejilla de Lauren y
besó su nariz, alejándose con una sonrisa en los labios.

Fue entonces cuando la chica de la ventana recordó por que estaban allí.
Lauren:
Quítate la camisa.

Camila abrió los ojos como platos y se sonrojó casi de inmediato, Lauren soltando
una leve risita ante esto.

Camila:
¿Perdón?

Lauren:
Quítate la camisa. Voy a traer algo para curar tu labio y hielo para tu estomago.
Seguramente tienes un gran moretón allí.

Camila:
¿Bajarás las escaleras de nuevo?... Si lo haces perderás el aire y...

Lauren:
No. Chris tiene un refrigerador en su habitación. Buscare allí.

Camila:
No tardes -Suplicó besando ligeramente sus labios.

Lauren:
Está bien...

Si su corazón no hubiese sido una mierda habría corrido.

***

Cuando llegó con la bolsa de hielo y con los desinfectantes necesarios a su


habitación se encontró a Camila vestida solo con su sujetador rosa, observando
atentamente su colección de discos perfectamente organizados por orden alfabético.

Capítulo 36

Camila se sentÃa profundamente nerviosa al ver a la mujer sentada frente a ellas en


aquel sillón y con una mirada tan llena de odio que sus pupilas podrÃan haber sido
serpientes. Lauren la rodeaba con sus brazos y sujetaba su manos, Camila sabiendo
que solo buscaba tranquilizarla un poco ante la amenaza silenciosa de su madre,
pero no lo lograba.

Se sentÃa completamente nerviosa, más que cuándo habÃa confesado abiertamente su


orientación sexual.

Clara:
Bien -Comenzó cruzándose de brazos, su esposo sentándose a su lado, sonriendo
amistosamente a la pareja ya conocida, intentando darle a Camila un poco de
confianza-. Creo que es tiempo de que comiencen a hablar.

Camila asintió nerviosamente, sujetando fuertemente la mano de su novia, como si


de ella dependiera su vida.

Clara:
¿Hace cuánto tiempo se conocen?

Sorpresivamente la chica de la ventana fue la primera en responder. No es que


Camila dudara de ella, pero conocÃa bien a su novia y habÃa pensado que tal vez
estarÃa paralizada.

"
DeberÃas estar acostumbrada al hecho de que Lauren te sorprenda"

Lauren:
Nos conocemos desde hace algunos meses, mamá. Un dÃa yo estaba mirando a través
de la ventana y Camz también lo hizo y... comenzamos a hablar.

Clara:
¡¿La ventana?! ¡¿Te enamoraste de una chica que conociste por una ventana?!
¡Pudo haber sido una asesina en serie con pánico a las vacas, Lauren!

Camila solo vio a su novia encogerse en hombros despreocupadamente.

Cuando un tenso silencio se apoderó de la habitación la chica de ojos color


chocolate supo que era tiempo de hablar.

Camila:
Señora Jauregui -Susurró aclarando su garganta- yo amo a Lauren y...

Clara:
¡¿Amor?! ¡No llames amor a esta estúpida confusión de adolescentes!
Mike:
Clara, por favor tranquilÃzate -Pidió a su esposa mientras acariciaba sus brazos.

Lauren:
Yo no estoy confundida, mamá...

Clara:
¡Claro que lo estas! ¡Esa banda llena de lesbianas que escuchas te lavo el
cerebro!

Lauren:
¡Nadie me lavó el cerebro, mamá! -Exclamó enojada mientras comenzaba a
chasquear sus dedos. Camila acarició sus brazos lentamente, haciendo que el sonido
se detuviera. No querÃa que Lauren tuviera un ataque en esos momentos, y sabÃa que,
sin razón, sus caricias siempre lograban relajarla.

Camila:
Respira, Lauren -Susurró dulcemente, mirando su perfil mientras volvÃa a unir sus
manos y acariciaba sus dedos.

Clara:
¡No le digas a mi hija que hacer!

Mike:
¡Está impidiendo un ataque, Clara! ¡Déjala en paz!¡Tu no lograrÃas hacer lo
que Camila esta haciendo a menos que tuvieses sedantes a mano!

Clara:
¡No quiero que esta estúpida lesbiana toque a mi hija!

Lauren:
¡Basta! -Gritó, y con un rápido movimiento se deshizo de los brazos de su
novia, de inmediato enfrentándose a su madre completamente enfadada. Camila solo
habÃa visto esa furia en sus ojos cuándo habÃa golpeado a Austin horas antes-
¡Deja de llamarla asÃ!

Clara:
¿Por qué ella, Lauren? -Preguntó. ParecÃa dolida. Su hija, mientras tanto,
seguÃa mirándola con furia, Camila acercándose de inmediato y acariciando los
brazos de la chica de ojos verdes, intentando calmarla- ¿Por qué no Luis o algún
chico...?

Capítulo 37

Lauren:
Les hice el desayuno -Dijo a Sinu y Alejandro al verlos bajar por las escaleras.
Camila aun dormía y ella se había levantado temprano solo para hacer aquello,
encontrando de esta forma una manera de "pagarles".

Sinuhe:
No tenías que hacerlo, Lauren -Susurró, Lauren entregándoles sus respectivos
alimentos y guiándolos al comedor tímidamente.

Lauren:
Yo quería.

Sinu y Alejandro aceptaron aquello. Lauren no cambiaría de parecer.

Alejandro:
Me encanta el desayuno, pero eso no va a hacer que me olvide de que dormiste con mi
hija cuando teniamos un trato.

Lauren:
Señor Cabello, yo...

Alejandro:
Solo cuentame por qué mi hija estaba allí y no tendrás que irte -Había una arruga
en su frente, y un ligero toque de enojo en su voz que el diccionario mental de
Lauren detectó fácilmente.

Lauren:
Ella volvió a su habitación, pero yo no podía dormir... Yo no fui a su habitación,
lo juro, ella solo volvió y yo no pude pedirle que se marchara... Temía que el
regresara -Contó con cierto dolor en sus palabras.
Sinuhe:

¿Estás bien? -Preguntó preocupada.

Lauren se encogió en hombros.

Alejandro
:... No te pediré que no vuelvan a hacerlo, pero por favor duerman con la puerta
abierta y no hagan nada indebido.

Lauren:
Esta bien -Aceptó.

El silencio los invadió hasta que Sinuhe interrumpió.

Sinuhe:
Necesito saber si te sientes bien, Lauren. Por favor.

Lauren:
Estoy algo bien. Hablaré con mi psicólogo mañana. Él me ayudará con todo eso, lo
prometo... Además, Camz me ayudó un poco anoche -Aclaró-. Ella siempre me ayuda -
Una sonrisa se dibujo en sus labios inconscientemente.

Alejandro:
¿Cuándo te refieres a esa "ayuda" debo deducir que hicieron algo más que dormir?

Lauren tragó saliva. Realmente tendría que andar con cuidado en esa casa.

***

Lauren estaba sola. Camila y Sofi estaban en la escuela y Sinu y Alejandro en el


trabajo. Saldría en la tarde con Ally, pero aun faltaba mucho para eso.

Estaba aburrida.
Limpió el lugar, miró algo de televisión, volvió a limpiar.

No sabía que hacer.

Fue durante el almuerzo cuando recibió su llamada.

Camila:
Adivina quien soy -Escucóo con un tono de voz juguetón en cuanto se llevo el
celular a la oreja.

Lauren:
Amor, vi tu nombre en la pantalla y no podría confundir tu voz. Estás loca si crees
que no se quien e...

Camila:
Es un juego, Lauren -Explico pacientemente-. Se supone que tu finges no saber quien
soy, coloco mi mejor voz sexy, te doy datos acerca de lo muy atractiva que luzco y
terminamos teniendo una rápida sesión de sexo telefónico...

Lauren:
Lo... lo siento. No lo sabía -Se disculpó nerviosa. No podía creer que su novia
realmente deseara tener sexo telefónico con ella en esos momentos, pero tampoco
tenía intereses en replicar.

Capítulo 38

Pasó un mes. Lauren seguía viviendo junto a la familia Cabello, y su madre no la


había mirado ni una vez en todo ese tiempo. Era como si se hubiese olvidado de
ella. Camila y Lauren seguían durmiendo juntas,y realmente amaban hacerlo.

Camila seguía siendo golpeada por Austin y Luis quien había sido liberado gracias
al padre de Austin, aunque con menos regularidad e intensidad. Lauren, por otra
parte, ya podía subir las escaleras sin cansarse.

Becky había comenzado a salir oficialmente con Jimmy y Ariana ya no era tan
insistente como antes, lo cual era increiblemente bueno para Camila.

Dinah y Normani iban bien. Eran de ese tipo de parejas que el mundo cree que no va
a funcionar pero terminan estando juntos para siempre.
Ally estaba mejor. Asistir a la iglesia la había ayudado bastante para reconfortar
su dolido corazón. No es como si ya no extrañara a Troy. Lo hacía. Aun lloraba por
él... Pero se había dado cuenta de que ya no podía hacer nada, y de que, tarde o
temprano, él se habría marchado.

En resumen, había sido un buen mes.

... Es realmente triste que lo bueno siempre tenga que terminar...

***

Lauren:
¿Cual de las dos me quedaría mejor? -Preguntó a Camila mientras le mostraba dos
camisetas. La chica suspiró aun recostada sobre la poco usada cama del cuarto de
huéspedes, deseando que su novia terminara de alistarse de una vez- Camila, por
favor, responde. Es importante -Suplicó. Lo cierto era que lo único que la chica
podía mirar era el torso de su sexy novia, apenas cubierto por un sujetador azul.

Camila:
Ninguna. En realidad, ese sujetador te queda fatal. Quítatelo también -Contesto con
una perversa sonrisa.

Lanzó un gritito cuando la chica de la ventana realmente estuvo por hacerlo.

Camila:
¡No lo hagas! -Se apresuró a advertir, Lauren mirándola confundida. No era como si
Camila no quisiera mirar un poco, pero debido al poco tiempo que tenían la
distracción no sería buena para ninguna de las dos-. Cualquiera de las dos te
quedará fantástica. En realidad no se por qué lo piensas tanto. Solo vas a conocer
a Thug Harmony...

Lauren la miró como si la hubiese ofendido.

Lauren:
¡Es Thug Harmony! ¡Por eso debo verme bien!

Camila:
Tu siempre te ves bien -Susurro mirándola a los ojos. Lo cierto era que su novia no
solía preocuparse por lo que planeaba usar, pero ese día estaba como loca. Algo de
seguridad le vendría bien.
Lauren:
¡Para ti! ¡Tu eres mi novia! ¡Podría usar un disfraz de banana y eso seria
extremadamente sexy para ti! ¡Pero ellas...! ¡Ellas son Thug Harmony!

Camila suspiró y sonrió a su novia, quien se veía increiblemente frustrada.

Camila:
La de cuadros te quedará bien.

Lauren le sonrió de vuelta.

Lauren:
Bien. Entonces usaré la gris.

Camila se golpeó la frente. ¿Por qué tener novia debía ser tan complicado?

***

Sorpresivamente, Becky también estaba allí. No había conseguido un lugar en la


primera fila como ellas, pero al menos había tenido la oportunidad de comprar los
pases al M&G. Mientras esperaban a que los chicos de seguridad comenzaran a
llamarlas Lauren se entretuvo hablando con Becky sobre cosas que Camila no
entendía.

La chica de la ventana suspiró. Era extraño ser la única allí que desconocía
cuántas veces Finah comía diariamente. ...

***

El M&G fue completamente perfecto.

Boyfriend Ally había azotado el trasero de Lauren cuando se lo pidió, Mom Mani
había improvisado un rap en honor a los pechos de Lauren, Finah había actuado
sorprendida al ver lo mucho que la pareja se parecía a Loren y Karla, y estas
últimas se habían dedicado a intercambiar frases de amor sin importar cuantas
personas las estuviesen viendo.

Lauren lloró, rió, abrazo a las chicas, se tomó un par de fotos... Fue feliz.
Fue feliz con esas chicas que solo conocía gracias a unas cuantas entrevistas. Fue
feliz gracias a esas chicas imperfectas que hacían todo tipo de locuras. Fue feliz
gracias a esas chicas que, sin hacer nada, hacian que todo en su vida fuese mejor.

Para Camila ese día, a pesar de que Thug Harmony no era su banda favorita, fue el
mejor de toda su vida, pues pudo ver a Lauren sonreir de verdad.

***

El concierto fue verdaderamente increíble, más de lo que Camila había esperado.

El ruido que hacían las fans gritando y rapeando era espectacular, al igual que el
BeatBox de Loren Jambalaya (¡Vamos! ¡Si su novia tenía un crush con Karla ella
mínimo debía tener un crush con la esposa de ésta!). Los raps improvisados de Mom
Mani y Finah bendecían sus oidos, Boyfriend Ally cada diez segundos diciendo
improperios la hacía reir y Loren y Karla perdidas en su mundo le daba una ternura
increible.

Lauren y Camila tomaron sus manos cuando una canción de amor se escuchó, gritaron a
todo pulmón cuando Boyfriend Ally comenzó a quitarse la ropa y abuchearon cuando
Loren la detuvo.

Fue un gran concierto, y no solo porque Thug Harmony estaba allí.

Fue un gran concierto porque Lauren estaba con Camila y Camila estaba con Lauren.
Fue un gran concierto porque se amaban.

***

Esa noche, recostadas en la cama de Camila y fuertemente abrazadas, con dolor de


oídos y dolor de garganta, Camila colocó su mentón sobre el pecho de Lauren y lo
sintió palpitar ritmicamente.

Suspiró.

¡Aquel sonido le daba tanta paz! Podrían estar en medio de la tercera guerra
mundial y ella se habría sentido increiblemente bien con eso solo porque Lauren
estaba a su lado.

Lauren:
Gracias -Susurró su novia besando la parte superior de su cabeza dulcemente. Algo
le dijo a la chica de la ventana que estaba sonriendo.
Camila supo de inmediato que no le estaba agradeciendo solo por el concierto.

Le estaba dando las gracias por estar en su vida. Por hacerla sonreír. Por hacerla
feliz. Por ser su novia. Por amarla. Por aceptarla. Por ser ella.

El corazón de Camila comenzó a palpitar rápidamente, lleno de felicidad, y sin


poder evitarlo se levantó y la beso dulcemente, diciéndole con este gesto que haría
todo lo que había hecho hasta ese momento y más solo para ver una sonrisa en su
rostro.

Fue la última vez que se besaron antes de que todo lo malo comenzara...

Capítulo 39

A la mañana siguiente, Lunes, Camila despertó bastante tarde. Lauren aun estaba
profundamente dormida entre sus brazos, evidentemente cansada por todo lo sucedido
en el concierto el día anterior.

Cuando Camila miró su reloj se sorprendió al descubrir que era ya bastante tarde.
Por alguna razón no había escuchado a alarma y solo tenía quince minutos para
llegar al colegio a tiempo. Hizo todo tan rápido que ni siquiera recordó besar
castamente los entreabiertos labios de su novia antes de salir de la habitación.

Se dirigió al auto sin siquiera desayunar.

Gruñó mientras conducía en dirección a su escuela. Por como había comenzado, aquel
sería un mal día...

No se equivocaba.

***

Las clases de ese día no fueron las mejores. Camila casi réprobo un examen, se
queóo dormida en una de sus clases y obtuvo un siete en un trabajo de diez solo
porque le gritó a Ariana cuando ésta intentó besarla cuando estaba escribiendo el
nombre de Lauren en la parte trasera de uno de sus cuadernos.

En resumen, fue una muy mala jornada de clases.

Para colmo su celular se quedó sin batería la hora del almuerzo, lo cual no le
permitió llamar a su Lauren, a quien vería en la noche ya que su novia había
acordado en salir con Becky para observar los vídeos de los inicios de Thug Harmony
en "The Thug Factor" hasta la hora de la cena. No estaba celosa, los celos habían
desaparecido el día anterior. Estaba furiosa porque su novia no era capaz de negar
una propuesta tan estúpida por una sola vez en su vida. Sí, era cierto, Lauren y
Camila estaban juntas todos los días, pero ese día... Ese día necesitaba estar
junto a ella.

Ese día era un asco y ella era la única que podía ser capaz de mejorarlo.

¡Y como si fuese poco los del "coro" habían sido castigados por no cantar en la
iglesia el domingo solo porque tenían una reunión programada para ese día!... Ahora
estaba indefensa. Austin podía atacarla en cualquier momento.

"
Vaya día de mierda"
Pensó. Ni siquiera su almuerzo parecía almuerzo y su jugo estaba pasado de fecha.

¿Ahora que? ¿Un elefante aparecía de la nada y la aplastaba? No, por supuesto que
no. Morir aplastada por un elefante caído del cielo podría llegar a ser gracioso y
ese día no era gracioso. Era un día de mierda.

Dinah:
Pasar tanto tiempo con Lauren te esta afectando, Mila. Podría tomarte una foto
ahora y saldrías con su cara de orto...

Camila:
Cierra la boca, Dinah -Exigió.

Normani:
¡Cálmate un poco, Karla!

Camila:
No... me... llames... Karla -Dijo entre dientes, irritada.

Normani:
¿Mal día, Mila?

La chica simplemente pudo asentir, colocando su rostro entre sus manos, suspirando
sonoramente.

Camila:
Solo quiero llegar a casa y dormir durante mil años.
Normani:
¿Solo dormir? -Preguntó elevando una de sus cejas, Camila no comprendiendo
exactamente lo que la chica estaba intentando decirle.

Camila:
... En realidad creo que estoy pasando mucho tiempo con Lauren. No comprendo lo que
quieres decir, Mani.

Normani:
Es solo que Lauren y tu tienen la casa para ustedes solas casi todas las tardes.
Fácilmente podrían... ya saben...

Camila se sonrojó casi de inmediato, comprendiendo claramente a lo que su amiga se


refería.

Dinah:
¡El día que eso suceda dejaré a Normani tener el mando durante veinticuatro horas!

Capítulo 40

Ese día Camila llego bastante tarde a casa.

Luego de besar a Austin y verlo correr encolerizado hacia el interior del colegio
junto a un sorprendido Luis entró a su auto lo más rápido que pudo y se dirigió a
casa, deteniéndose cada treinta segundos para quejarse debido al gran dolor que le
estaban ocasionando las maniobras al conducir.

Entró a casa como pudo, cayendo sobre el suelo con un agudo grito de dolor que
taladró las paredes del lugar.

El dolor no era soportable como las otras veces en las que había sido golpeada por
esos despreciables chicos. Aquella había sido la golpiza de las golpizas.

Ese día, con cada movimiento, Camila sentía que estaba a punto de perder el
conocimiento de forma poco agradable.

Se levantó con ayuda de las paredes, manchándolas con la sangre en sus manos, y
caminó lentamente hasta llegar y tomar el teléfono de la casa. Tenía ganas de
vomitar. Veía estrellitas por todas partes. Eso no estaba bien.
Otras veces habría curado sus heridas ella misma con algo de ayuda de su novia,
pero ese día... Ese día realmente necesitaba un médico.

Marcó el número de Lauren. Se lo sabía de memoria, y, como siempre, ella era su


primera opción.

Siempre lo sería.

La llamó una... dos... tres veces.

Ella no contestó.

Tal vez se había marchado a casa de Becky y volvería cuándo se diera cuenta de que
la chica no estaba allí; cuándo supiera que la chica sonriente que decía ser su
amiga era una traidora que solo había fingido ser una buena persona para obtener
información. Tal vez estaba comprándole rosas... O tal vez estaba visitando a
Ally... O intentando arreglar las cosas con su madre.

Las posibilidades eran infinitas. Tan infinitas que jamás habría podido imaginar el
verdadero motivo...

Fue entonces, al escuchar el tercer tono de la tercera llamada, cuando vomito.

Lo hizo repentinamente, sin poder contenerse. Y dolió como mil infiernos juntos
atravesando su garganta.

El dolor la estaba mareando. No podría soportarlo más.

Miró el suelo, sintiendo que se desvanecía. Éste estaba manchado con su asquerosa
bilis, y Camila sabía que a su novia no le gustaría eso.

Pero no limpiaría.

No porque no quisiera. No lo haría porque el dolor la estaba matando.

Tomó el teléfono de nuevo,sabiendo que no podría soportar más el la sensación de


desvanecimiento, y llamó a su madre. Sí, la mujer aun debía estar en el trabajo,
pero realmente creía que estaba a punto de morir con cada respiración que daba. Y
no estaba exagerando.

Sinuhe:
¿Hola?
Camila:
Mamá, soy yo... -Susurró, un chillido escapando de sus labios debido a la
articulación de las palabras y el esfuerzo que debió hacer para pronunciarlas.

Cayó al suelo sin importarle el vomito bajo sus pies. No estaba bien. Se estaba
desvaneciendo. Y no podía luchar contra esto.

Sinuhe:
¿Camila? ¿Qué sucede? -Se la notaba preocupada.

Camila:
Necesito que vengas a casa -Susurró, el aire faltandole en los pulmones. Así debía
de sentirse de Lauren cuándo perdía el oxigeno. Ahora comprendía lo horrible que
era-. Necesito que me lleves a un hospital... yo...

Sinuhe:
¿Camila?

Pero la chica se desmayo.

***

Capítulo 41

Camila había aprendido que el dolor de una perdida no se supera.

Se paraliza.

Durante esos ocho meses la chica había memorizado bien esto. Se había visto
obligada a hacerlo para no acabar con su vida de una buena vez.

... El primer mes veía el rostro de Lauren hasta en la más mínima gota de agua. El
segundo pensó que sería mejor olvidarla de una buena vez, solo para darse cuenta,
al tercer mes, que sería completamente imposible. Fue entonces cuando decidió
encontrar un trabajo para mantener ocupada su mente. Al cuarto mes trabajaba en una
biblioteca. Al quinto Camila llegaba tan cansada a casa que apenas podía soñar. En
el sexto, luego de adaptarse a su horario, volvió la depresión de Camila al
encontrar una rosa roja marchita dentro de las páginas de uno de sus libros
favoritos. El séptimo mes casi pudo haber seguido adelante...

El octavo mes la volvió a ver...


***

Me gustaría decir que volvieron a reencontrarse el día que habría sido su


aniversario de haber seguido juntas, o en el cumpleaños de alguna de las dos.

Pero no fue así.

Se reencontraron en un día normal, en un lugar normal, en una situación normal.

***

Ese día estaba siendo completamente normal para Camila Cabello.

Llego a la biblioteca a las nueve junto a Demetria, su jefa, Austin, a quien su


padre había echado de casa una semana después de la gran golpiza de Camila (A la
cual, por cierto, no había vuelto a tocar ni por error) y Ariana, que seguía en su
plan "Acosemos a Camila Cabello" después de todos esos meses, aunque Austin parecía
suplicarle que se detuviera día a día para evitarse problemas.

Es completamente extraño como la gente que no debe estar junta, de alguna forma,
siempre termina estandolo.

Como aquel fue un día normal, estuvo las primeras tres horas poniendo orden en la
biblioteca y guiando a los visitantes hacia sus búsquedas. Como los visitantes eran
pocos a esas horas incluso le dio algo de tiempo para leer algunas páginas de un
nuevo libro antes de que Ariana se acercara.

Ariana:
Buenos días, Cabello...

Camila:
No de nuevo, por favor. Kate esta a punto de confesarle su amor a Patrick.

Ariana:
Solo quería decirte que te ves muy sexy leyendo -Dijo sensualmente, arrebatándole
el libro de las manos y acercándose a ella, tal vez demasiado.

Camila:
Ariana, ya te dije que no estoy interesada en ti -Susurró enojada, alejándose de
la chica pelirroja y acercándose a una estantería al azar, como si los libros
construyeran una barrera a su alrededor.
Ariana:
¡Vamos! ¡Dame una oportunidad! ¡Estás soltera desde hace ocho meses!

Camila:
¡Has silencio! -Reclamó a la pelirroja. Realmente no le interesaba no haber salido
con nadie en todos esos meses. No era como si le interesara salir con alguien más
que no fuese Lauren Jauregui- ¡Demetria va a descontarnos dinero de la paga si te
escucha!

Demetria:
En realidad, ya las escuchée -Dijo apareciendo como fantasma de la parte trasera
de las librerías, con las gafas sobre su cabeza y un lápiz bailando entre su mano y
la libreta en estas-. Pero tranquila, Mila. Esto solo afectara a Ariana, quien me
terminará debiendo dinero a finales de mes si todo sigue así ...

Ariana:
Pagaría millones de dolares solo por tener a Camila una noche -Susurró antes de
alejarse con una sonrisa perversa en su rostro junto a Austin, que la había estado
llamado desesperadamente desde el otro lado de la biblioteca, suplicándole
silenciosamente que le alejara de la chica.

Capítulo 42

Lauren Jauregui sabía que todo lo que estaba haciendo estaba mal.

Desde la primera vez que había besado a Peter, el dueño del departamento donde se
habían hospedado en Nueva York antes, durante y después de su nuevo trasplante de
corazón, lo supo.

Resumiré todo los sucedido para no aburrirlos con todo esto.

Digamos que a Clara el hombre le parecía un buen partido para su hija mayor. Tenía
dinero, era guapo, estaba disponible y por último, pero no menos importante para la
mujer, era hombre. ¡Ni en un millón de años tendría una oportunidad como esa de
nuevo!

Luego del trasplante de corazón exitoso y la recuperación de su hija, la mujer


decidió que era tiempo de jugar sus cartas.

La alejó de Vero y Lucy, de Brad y Tristan. Incluso de Becky -Qué aun consideraba
su amiga, pues no se había quedado el suficiente tiempo como para escuchar la
verdadera razón por la cual se había acercado a Camila y ella meses atrás-. Cambió
su número de teléfono e incluso le prohibió hablar con Ally luego de recibir una
llamada del padre de ésta. Quemó sus discos de Thug Harmony, incluso el que Troy le
había regalado en su cumpleaños, y también cualquier cosa relacionada con ellas.
Desechó sus gorras y beanies, sus chaquetas y sus calcetas largas, sus camisas a
cuadros y su patineta. Tiró todo lo que podría hacerla parecer "rara".

Finalmente,la mujer comenzó a hablar con su hija y, después de varias charlas


llenas de mentiras y amenazas disfrazadas, Clara termino convenciendo a Lauren de
que olvidar su "experimento"con Camila y comenzar una relación seria con el hombre
de dinero sería la mejor opción.

Besarlo fue asqueroso para la chica de ojos verdes la primera vez. Luego terminó
adaptándose. Sus labios eran demasiado toscos, poco suaves, y sus besos estaban
llenos de rudeza. No le gustaba. Pero era lo que tenía que hacer para mantener a su
madre feliz.

Luego de "formalizar" su relación con Peter, el chico comenzó a exigir cosas a los
padres de la chica como si de un producto se tratase. Ropa ajustada. Maquillaje.
Predisposición.

Mike no estaba de acuerdo con todo esto, y sus hermanos tampoco, pero Clara
Jauregui si, y los demás temían por la salud física de Lauren, así que se abstenían
de hacer o decir cualquier cosa.

Durante esos ocho meses Lauren tuvo que acostumbrarse a ser tratada y vista como un
vulgar pedazo de carne, su madre jamás haciendo nada para detenerlo.

Fue por eso que, al saber que volverían a Miami luego de tantos meses, su nuevo
corazón casi se le salió del pecho. Volver a Miami suponía alejarse de esa vida. De
su tortura. Volver a ser parcialmente libre.

Como puede apreciarse, la inocencia característica en la mente de Lauren seguía


allí, completamente intacta.

Librarse de aquel hombre no iba a ser tan fácil como ella pensaba.

Clara Jauregui, manipuladora como siempre, había logrado que Peter accediera a
acompañarlos.

***

Durante el camino Lauren se mantuvo pensativa, sus piernas apenas cubiertas hasta
los muslos por un corto vestido siendo acariciadas toscamente por las rasposas
manos de Peter sin control alguno.

Aun así, aunque esto era asqueroso y degradante, la chica podía ignorarlo, pues
cosas más importantes que un toqueteo al que ya estaba acostumbrada ocupaban su
mente.
Estaba pensando en Camila Cabello...

Tal vez la chica era feliz con Austin, al menos un poco, hasta que el chico se
descontrolaba y volvía a golpearla sin control alguno.

Capítulo 43

Camila había evitado hablar de Lauren con Normani, Dinah o sus padres, aunque estos
últimos ya sabían de su regreso. Sabía que hablar significaría volver a su
depresión. Sabía que hablar realmente no la ayudaría.

No había vuelto a verla debido a sus horarios en la biblioteca, y estaba realmente


agradecida por esto. Debía admitir que temía encontrársela como en el primer día,
sentada en las escaleras. Esa situación había sido completamente incomoda, y
prefería no pasar por lo mismo dos veces.

Estaba cargando libros de un lado a otro de las estanterías cuándo tropezó con
alguien que hizo caer todo lo que tenía entre manos con gran escándalo, un gruñido
involuntario escapando por sus labios.

XX:
Lo... lo siento. Yo te ayudare a ordenar, lo prometo. Lo siento. Lo siento. Lo
siento -Susurro Austin, tomando los libros rápidamente y organizándolos en su
respectiva estantería a una velocidad impresionante. Estaba temblando. Parecía
tener miedo... ¿De ella?

Camila:
Esta bien -Lo tranquilizó. Si bien el chico no le caía bien, y todo el mal que le
había hecho durante meses no había sido borrado de su mente, sus exagerados
lamentos era algo que deseaba dejar de escuchar-. No es como si me hubieses vuelto
a golpear o algo así. Solo son libros.

Austin:
También lo siento por eso -Susurro antes de alejarse silenciosamente, cabizbajo,
aun con algunos libros en manos, su cuerpo temblando ligeramente con cada paso.
Camila miró al chico con el entrecejo fruncido.

Aquel chico no era el mismo que había sido su amigo, y tampoco el que la había
golpeado sin parar.

Ese Austin era un nuevo Austin.

***
También se topó con Ariana, pero su encuentro fue completamente distinto a lo que
habían sido sus otros encuentros durante esos meses.

Realmente muy distinto.

Ariana:
¿Sabes si Demetria nos aumentara la paga pronto? -Preguntó arreglando los libros
como se le daba la gana, sin respetar orden alguno-. Necesito nuevos vestidos...

Camila:
Estoy segura de que no vas tener ningún aumento en mucho tiempo, Ariana.

Ariana:
¿Por qué lo dices? ¡Soy una excelente trabajadora!

Camila:
Primero, has intentado seducirme unas mil veces desde que trabajo acá, por lo cual
ni tu ni yo podemos terminar nuestros trabajos a tiempo. Segundo, siempre te llevas
a más de un visitante a la cama, y eso no da una buena impresión de la biblioteca.
Tercero,no sabes modular tu tono de voz y siempre terminas gritando. Y cuarto, pero
no menos importante, siempre te llevas la literatura erótica a casa sin permiso.
La chica pelirroja simplemente se encogió en hombros, como si realmente no fuese
importante o significativo lo que hacía.

Ariana:
Tal vez tengas razón -Susurro-. Pero en serio necesito un vestido -Chillo,
demasiado alto-. Ayer me encontré con un hombre bastante guapo y tuvimos lo que
debió ser el mejor sexo de mi vida -Camila pensó que, o el tipo era realmente muy
bueno en la cama, o la chica solo exageraba-. Me invito un famoso restaurante de la
zona dentro de un par de días, pero realmente dudo que realmente lleguemos si vamos
en su auto... O en cualquier auto... ¿Sabes? Realmente debo vestirme bien, porque
el tiene dinero y todo eso...

Camila:
Oh, bien... Supongo que eso es... bueno para ti -Susurró para nada interesada en
la conversación, pero agradecida de que la chica pelirroja estuviese manteniendo su
distancia.

Capítulo 44

Lauren salió a correr con apenas una manzana y un litro de agua en el estomago.
Llevaba ropa deportiva rosa, lo cual no era de su agrado, pero su madre le decía
que debía vestirse femenina para Peter, así que simplemente lo hacía.

Llevaba al menos quince minutos de camino cuándo escucho una voz que le llamo la
atención.

XX:
¡Lauren! ¡Espera!
Era Becky.

Se sintió feliz de volver a verla y escucharla. Era bueno no tener que correr sola
ni con un desconocido o desconocida. Además,también era bueno que quien corriera a
su lado le cayera bien.

Becky:
Pensé que no te vería más -Dijo sonriente, uniéndose a su trote, su cola de caballo
yendo de un lado a otro junto con su ropa demasiado colorida- ¿Dónde fuiste?

Lauren:
Tuve un trasplante de corazón -Informo sonriente, mirándola. Realmente estaba muy
feliz de reencontrarse con la chica-. Al parecer es el último.

Becky:
¡Bien, Lauren! ¡Te felicito! -Sonrío, abrazándola de inmediato con todas sus
fuerzas, Lauren apartándola con brusquedad-. Lo siento, olvide que los odias…
Aunque cuándo abrazaste a Finah… -Lauren dejo escapar una risita, recordando el
glorioso momento entre los pechos de la famosa- ¿Supiste lo de su nueva novia?
Lauren negó de inmediato. Su madre le había prohibido hablar, escuchar o leer algo
relacionado con las chicas.

Becky:
Se llama Ramiro. ¡Ramiro! Es como… No puedes ser NOVIA de Finah y llamarte Ramiro.
Es decir, Finah es tan Finah y Ramiro es… ¡UNA CHICA! ¡Y NO ES MOM MANI!

Lauren:
Creo que deberías respirar un poco, Becky.

Becky:
Tienes razón -Coincidió, respirando hondo-. ¡PERO ES QUE NO ES MOM MANI! -Grito
desesperada.

Lauren:
Becky, creo que deberías calmarte…

Becky:
¡NO ME CALMO NADA, JAUREGUI! ¡LA SEPARACIÓN DE KOREN ME TIENE MAL!

Lauren:
¿Entonces en verdad se separaron?

Becky:
¡¿Qué?! ¡¿No lo sabes?! ¡¿Quién eres y que hiciste con Lauren Jauregui?! -Se
sorprendió, exagerando todo con su voz chillona y aun una sonrisa en el rostro-.
¡¿Cómo es que no sabes que Loren se enojo porque Karla se compro una gallinita
llamada Anacleta que no dejaba ni para ir al baño?!

Lauren:
¡¿Qué?!

Becky:
Lo que escuchas…

Lauren:
¡LA UNICA GALLINITA DE KARLA ES LOREN! ¡ELLA ES LA ÚNICA QUE PUEDE ACOMPAÑARLA AL
BAÑO!… Estoy odiando a Anacleta.

Becky:
¿Todavía quieres que me calme? -Pregunto, elevando una de sus cejas.

Lauren:
Definitivamente no. Cuéntame más…

…………

Lauren debió de haber hablado con Becky al menos durante diez minutos más, sin
concentrarse en su trote, informándose de todo lo sucedido con su vieja banda
favorita, cuándo escucho a una voz llamarla.

Una voz que conocía.

Una voz que hacía que su corazón se comportara como un corazón de mierda.

Una voz que la hacía sonreír.

La voz de Camila Cabello.

Camila:
¡Lauren! ¡Lauren! ¡LERN JERGI!Capítulo 45
Camila llego a casa de bastante buen humor. Su charla con Lauren, su reencuentro
con Ally, el haber conocido al pequeño Troy y haber disfrutado de una reunión sin
tener que soportar los constantes besos, toqueteos y otras cosas de Dinah y Normani
habían convertido su día en un muy buen día.

Luego de cambiarse el uniforme por ropa mucho más cómoda se sentó frente a su
ventana, completamente agotada, esperando la llegada de Lauren al lugar.

Quería hablar con ella.

Lo necesitaba.

No tardo mucho tiempo en darse cuenta de que la chica ya estaba en casa.

XX:
¡¿QUÉ HACES VESTIDA ASI?! -La voz de Clara era tan alta que traspasaba las paredes
y llegaba a sus oídos. Tal vez estaba en el corredor de la parte superior, o en
medio de las escaleras, armando el escandalo del siglo- ¡¿DÓNDE ESTA TU ROPA?!
¡ESTA NO ES LA ROPA QUE UTILIZA UNA MUJER, LAUREN!

Las respuestas de Lauren eran imperceptibles. Tal vez porque estaba susurrando. Tal
vez porque no las daba.

¿Quien sabe? Solo Lauren…

Clara:
¡¿CUANTAS VECES MÁS TENGO QUE HABLAR CONTIGO SOBRE ESTO?!… ¡RESPONDEME, LAUREN!

Silencio.

Clara:
¡VE A TU HABITACIÓN! ¡TE QUIERO ABAJO A LAS SEIS! ¡Y BIEN VESTIDA!

Y así fue como la discusión finalizo.


La chica de la ventana entro a su habitación diez minutos después, limpiándose las
lágrimas con el dorso de su muñeca, tomando ropa de su armario antes de ir al baño
a una velocidad imprsionante y salir minutos después con unos shorts que debían de
ser dos veces menos su talla y una camiseta tan ajustada que Camila podría haber
detallado sus costillas.

Lauren:
Hola -Saludo caminando hacia la ventana, cabizbaja, lágrimas aun cayendo por sus
mejillas. Camila no sabía cuándo Lauren había notado su presencia allí, pero estaba
feliz de que lo hubiese hecho.

Camila:
¿Qué sucedió? -Pregunto completamente preocupada, queriendo saltar la distancia
entre ambas ventanas y correr a abrazar a la chica de ojos verdes hasta que sus
brazos cayeran.

Lauren:
Lo de siempre -Respondió encogiéndose de hombros, mirando un punto en el cielo,
como si verdaderamente estuviese hablando con una nube y no con Camila-. Ya lo
sabes, si no uso ropa femenina soy menos mujer para ella… Y si soy menos mujer,
Peter no me quiere.

Camila:
¿Y tu le crees? - “
¡MIRAME, JAUREGUI!”

Lauren:
Supongo que tengo que hacerlo -Contesto encogiéndose en hombros-. Es mi madre.

Camila:
Es tu madre, y una estúpida en mi opinión… Lo siento, pero es lo que pienso… Es
decir -Respiro hondo, intentando poner sus pensamientos en orden y olvidar por un
par de segundos su odio hacía Clara-. Existen muchas mujeres en el mundo, Lauren.
Unas son rubias, y otras tienen ojos alargados. Unas tienen uñas tan grandes como
garras y otras tan cortas que a penas podría decirse que hay algo más que piel en
sus dedos. Unas perdieron un seno luchando contra el cáncer, y otras jamás han
sufrido absolutamente nada en su vida. Algunas se casan con hombres millonarios en
busca de fortuna, otras se casan con el hombre perfecto y algunas, como yo, Dinah,
Normani, Loren, Karla y un montón de chicas más en este mundo, prefieren buscar el
amor en una estructura física más delicada y suave, y en un corazón más tierno
junto a facciones más delicadas… Pero todas seguimos siendo mujeres igualmente. No
eres ni más ni menos mujer que tu madre, que yo, que la presentadora de farándula
en la televisión, que aquella chica que esta intentando perder peso o que aquella
soldado que ahora mismo está peleando en una guerra. Todas somos iguales, Lauren… Y
vestir algo cómodo no va a cambiar esto, por mucho que tu madre lo crea…
Capítulo 46

Lauren observo las facciones de la chica de la ventana deformarse de inmediato, una


risa desesperada y algo maniática brotando de sus labios.

Camila:
Estás jugando ¿Verdad? -Pregunto, la risa continuando.

Lauren frunció el entrecejo. Claro que no estaba.

Se levanto lentamente, colocándose frente a Camila, sujetando sus manos antes de


mirarle a los ojos, intentando pedirle perdón por no ser ni poder hacer lo que
realmente quería.

Ella quería ser libre.

Ella quería besarla.

Lauren:
Lo siento -Susurro con tristeza.

Y Camila simplemente se lanzo sobre sus brazos, envolviéndola fuertemente,


escondiendo su cabeza en su cuello, sus lágrimas frías chocando contra su piel.

Esto le rompió el corazón.

No en el sentido literal, porque los corazones no pueden romperse así como así,
pero el dolor que sintió fue como ese. Como el dolor que debe sentirse cuándo
verdaderamente te rompen el corazón.

Camila:
¿Por qué? -Sollozo contra su hombro.

Escuchar sus palabras ahogadas acrecentó su dolor. Si antes su corazón se había


roto, ahora estaba triturado.
De nuevo, no literalmente.

Lauren:
No lo se…

Camila:
Pero tienes diecinueve -Chillo.

Lauren:
A mi madre no le interesa esto.

Camila:
Pero… tu… tu… ¿Por qué aceptaste?

Lauren:
El solo me lo pidió, Camz… No tuve tiempo de responder. Mi madre acepto por mi.

Camila:
Pudiste haberte negado -Susurro, aferrándose a la parte trasera de la ajustada
camiseta de Lauren con fuerzas, como si no quisiera dejarla marchar.

No es que quisiera irse a alguna parte.

Lauren:
No habría valido de nada. Ellos no me escuchan, Camz… Ellos me ignoran. Es como si
no estuviese con ellos.

Camila:
Podrías intentarlo…

Lauren:
No lo creo. Mi madre es tan controladora que me detendría incluso antes de
pensarlo.
Camila:
No te rindas -Casi suplico, aun contra su cuello.

Lauren:
Realmente lo siento, Camz…

Camila:
No me llames Camz si vas a rendirte -Le reprocho, apartándola bruscamente. Lauren
sintió el impulso inmediato de correr a abrazarla cuándo vio sus ojos hinchados y
sus mejillas húmedas, pero se detuvo cuándo su diccionario mental detecto enojo en
sus facciones.

Lauren:
Por favor, no me odies…


Por favor. Por favor. Por favor. Si nos odia sera tu culpa, idiota”

Capítulo 47

Debieron estar allí por más o menos dos horas, acariciándose y besándose,
diciéndose las cosas que no habían podido decirse en ocho meses durante los cuales
habían estado separadas.

Camila estaba ahora recostada boca abajo, sintiéndose como si hubiese hecho
ejercicio durante miles y miles horas. Pero el dolor valía la pena después de todo.

Lauren dibujaba formas en su espalda desnuda, y la besaba de vez en cuándo, a lo


que Camila simplemente sonreía, sintiendo las agradables cosquillas que le
provocaban los labios de Lauren.

Ese debía de ser el mejor día de su vida.

Lauren:
Te amo -Dijo por décima vez en un minuto. Y no exageraba.

Camila:
Yo también te amo -Respondió con una sonrisa, dándose vuelta en la cama para quedar
frente a la chica, que se quedo mirando fijamente sus pechos desnudos antes de que
Camila los cubriera con la sábana. Lauren, en cambio, no hizo lo mismo y Camila no
pudo dejar de mirarlos fijamente, como si fuesen la octava maravilla del mundo.

Lauren era la octava maravilla del mundo.

La octava y todas las demás.

Lauren:
¿Puedes no mirarme así? Me hace querer volver a hacerte el amor, y mi madre debe
estar a punto de llegar…

Camila:
Lo siento -Susurro sonrojada, sacudiendo su cabeza y fijándose en los cambiantes y
hermosos ojos de la chica de la ventana. En ese momento estaban azules.

Lauren:
No puedo separarme de ti… -Murmuro de repente.

Camila:
¿Qué?

Lauren:
No puedo casarme con Peter. No puedo seguir a su lado… Soy tuya, Camila. No puedo
permitirle a los demás creer algo diferente.

Camila analizo lo dicho por la chica durante algunos minutos antes de mirarla
dulcemente, con una sonrisa en su rostro, preguntándole entre susurros:

Camila:
¿Entonces que haremos?

La chica lo medito unos instantes.

Lauren:
No lo se. Podríamos buscar en internet…

Camila simplemente río y beso tiernamente sus labios. Se veía tan hermosa cuándo un
rastro de inocencia atravesaba su mirada verde.

En realidad, siempre se veía hermosa.

Lauren Jauregui era perfecta.

Camila:
¿Como no casarme con el estúpido de mi novio y huir con la mujer que amo? Yahoo
respuestas -Se burlo.

Lauren simplemente río contra sus labios, y la beso de nuevo.

Realmente, como se lo había dicho a Normani y Dinah luego de su primer beso, no


había mejor sabor que la risa de Lauren en su boca.

Camila:
Tengo un plan -Susurro en medio del beso.

………….

Capítulo 48

Camila:
¿Creen que puedan resumirlo? -Pregunto-. Realmente no tengo mucho tiempo…

Luis:
Como quieras -Contesto sentándose frente a ella en un banco de madera al que le
faltaba una de sus patas mientras Austin, al lado de Camila, intentaba darle de
comer a su pequeña niña haciendo sonidos bastante extraños e inentendibles-. Verás,
Austin y yo siempre hemos sido mejores amigos… O lo fuimos, hasta que me di cuenta
de que me había enamorado de el…

Austin:
Y yo de el -Agrego haciendo a Luis reír y sonrojarse.
Luis:
Pero estábamos completamente aterrados, Camila. Su padre es realmente
atemorizante, y mi familia realmente no tiene absolutamente nada. Si le hubiésemos
dicho sobre nosotros el padre de Austin le habría arrebatado a mis padres lo poco
que teníamos.

Camila:
Siempre pensé que tenias tanto dinero como Austin. Vestías las mejores marcas de
ropa del mundo…

Luis:
Austin siempre me ayudaba con eso. El era quien compraba mi ropa y me la daba al
final de día. El siempre supo esconder al chico gay y sin dinero en una fachada de
chico rudo con casas por todo Miami.

Austin:
Como veras, soy muy bueno con la moda… -Presumió.

Luis:
Cállate, por favor -Suplico divertido, golpeando la pierna del chico con la punta
de su pie-… El punto es que intentábamos ocultar lo nuestro saliendo y acostándonos
con chicas. No nos gustaba, pero teníamos que hacerlo…

Austin:
Fue entonces cuándo tu llegaste…

Luis:
El padre de Austin noto que ustedes eran buenos amigos, y dijo que le encantaría
verlos juntos. Y como Austin vivía para hacerlo feliz, simplemente lo intento
contigo a pesar de que solo te veía como a una muy buena amiga…

Austin:
Fue cuándo me dijiste que eras lesbiana.

Esta vez, a diferencia de las otras veces en las que lo había dicho, Austin parecía
estar diciendo la palabra con respeto.
Austin:
La primera vez que te golpee debo admitir que lo hice solo porque me sentí herido.
Nadie nunca me había rechazado, Camila. Solo tu. Supongo que me dolió saber que no
era el chico irresistible que todas deseaban… Fue cuándo le conté a mi padre lo que
me habías hecho, y el me dijo que debía hacerte sufrir. Dijo que gente como tu no
merecía pisar la tierra… Y, simplemente, me enoje. ME enoje porque yo era como tu.
Pero le temía, Camila… Así que, aunque quería golpearlo, no lo hice. Supongo que
por eso fue que comencé a golpearte de forma tan seguida. Imaginaba su rostro en tu
cara y era mucho más sencillo. Por eso Luis siempre me detenía… El sabía que yo
realmente no deseaba hacerte daño. Sabía que, en mi mente, le estaba haciendo daño
a el.

Luis:
A mi no me parecía correcto, pero… tenía que hacerlo. Lo amaba. Se que me comporte
como un idiota, pero habría hecho todo por el. Daría todo lo que tengo solo para
verlo sonreír.

Camila:
¿Y por eso intentaste violar a Lauren? -Pregunto, la rabia acudiendo a ella
rápidamente, sus puños apretando la desgastada tela del sofá.

Luis:
No, yo… En realidad…

Austin:
El dejo de acostarse con chicas dos meses después de que comenzáramos a golpearte.
Yo, en cambio, preferí seguir. Sexo era igual a más dinero de papá, y debo admitir
que era lo suficiente idiota como para preferir dinero antes que al amor de mi
vida… -Luis sonrío tímidamente y escondió su cara entre sus manos al escuchar a
Austin referirse a el de tal manera. Seguramente el chico no lo hacía muy seguido-.
Fue entonces cuándo comencé a acostarme con Ariana. ¿Sabes, Camila? Nunca lo hacía
con una chica más de tres veces. Pero Ariana era un caso especial. Ella me estaba
ayudando para acabar contigo… Supongo que había comenzado a tenerte envidia cuándo
desee hacerlo. Te veías tan feliz con Lauren, pudiendo mirarla como la mirabas sin
temor. Supongo que yo también quería un poco de eso…

Capítulo 49

Por supuesto, su madre no se conformo con escuchar su historia para terminar de


insistir con que Peter era lo mejor para ella, así que los miembros del coro
debieron sujetarla junto con el hombre mientras Lauren buscaba rápidamente algunas
cosas en su habitación, además de sus medicinas, y se marchaba junto con Camila a
su casa, el lugar donde dormirían hasta que decidieran que hacer. Ally, Normani y
Dinah decidieron quedarse junto a ellas por si algo se complicaba, la chica
polinesia pidiéndole a su madre que llevara al pequeño Troy a casa de su amiga.
Austin y los chicos del coro les hicieron prometer que llamarían si algo sucedía.
Lauren entro a casa de Camila sintiéndose más libre que nunca.

Estar allí significaba no dormir con Peter. No soportar a su madre. No ver a sus
hermanos mirarla con lástima. No ver a su padre obedecer a su madre si protestar.

… Ser ella de nuevo.

Lo que no esperaba era que un nuevo infierno se desatara allí también.

Sinuhe:
¿Puedes explicarme que hace ella acá, Camila? -Pregunto su madre al verlas entrar.
Lauren intuía que la mujer se refería a ella.

Camila:
Lauren va a quedarse acá unas noches. Su madre es una idiota y quiere casarla con
un estúpido que lo golpeo hoy…

Sinuhe:
Oh, no… ¡Eso si que no! -Se negó, cruzada de brazos, sacudiendo su cabeza.

Camila:
Mamá…

Sinuhe:
¡Es ella, Camila! ¡Ella te destrozo el corazón! ¡¿Acaso no lo recuerdas?! ¡Volverá
a irse, Camila! ¡Se ira y no le importaras!

Cada palabra fue como un golpe en el nuevo corazón de Lauren.

Tal vez había sido un idiota en el pasado al dejarla.

Pero no más.

No iba a hacerlo más.

Lauren:
Sinuhe… Yo… -Intento explicarse. Quería disculparse por haber sido tan tonta.
Sinuhe:
¡CALLATE! -El grito fue tan fuerte que la pobre Ally chillo de forma tan aguda que
podría haber roto una copa- ¡FUISTE SU PRIMER AMOR, LAUREN! ¡Y LA DESTROZASTE! ¡TE
MARCHASTE SIN DAR RAZONES! ¡NO DEJASTE NI UNA NOTA! ¡Y CAMILA ESTABA DESTROZADA!
¡LIMPIE MÁS LÁGRIMAS EN TRES DÍAS QUE LAS QUE HE LIMPIADO EN TODA MI VIDA! ¡YO,
LAUREN! ¡NO TU! ¡¿DONDE ESTABAS TU CUÁNDO ELLA ESTABA SUFRIENDO POR TI?! ¡¿DONDE?!

Y así es como Sinuhe la hizo sentir como la mierda que pensaba que era una y otra y
otra vez.


Eres una idiota, Jauregui”


La heriste”


Sufrió”


Por ti”


Eres una mierda, Jauregui”


Eres una mierda”


Eres una idiota”

Le costaba respirar. Sus dedos chasqueaban. Su cabeza daba vueltas.

Dolía. Dolía mucho, pero no sabía precisamente donde.

Era como si le doliese en todas partes a la vez.


Se recostó en la pared más cercana, sintiendo que el aire que recibían sus pulmones
era escaso. Todo lo que estaba a su alrededor se había convertido en formas
coloridas, y los gritos de las personas a su alrededor ya no eran nada más que
sonidos completamente inentendibles.

Capítulo 50

Había pasado poco más de una semana.

Camila no podría haberla llamado perfecta, pues eso estaba muy alejado de la
realidad, pero tampoco había sido completamente mala.

Peter había intentando entrar a casa unas cuantas veces, Austin y los del coro
llegando de inmediato a rescatarlas. Incluso debieron llamar a la policía una vez
cuándo las cosas se pusieron realmente violentas.

Para resumir lo sucedido, las chicas habían salido a dar un corto paseo y al
regresar se encontraron con Peter, que debía de estar regresando de alguna de las
casas de las muchas chicas fáciles de los alrededores. Peter de inmediato las miro
con ira y corrió tras ellas, logrando alcanzar a Lauren casi al instante. Estaba
apunto de meterla en su auto cuándo Alejandro salió de casa y comenzó a golpearlo
con un viejo sartén, logrando que ambas se refugiaran en casa antes de que el
hombre volviese a seguirlas. Pero no fue suficiente. Cuándo Alejandro logro entrar
y les ordeno cerrar todas y cada una de las puertas y ventanas del lugar, Peter,
completamente desesperado, comenzó a golpear la puerta y amenazo con utilizar un
arma si era necesario. Fue entonces cuándo Camila llamo a la policía, el idiota de
Peter ganándose una noche en la fría estación.

Intento acercarse un par de veces más, por supuesto, porque no era uno de esos que
suelen rendirse fácilmente, pero sorpresivamente, el sábado, cuándo se lo
encontraron cara a cara luego de una larga cita con el nuevo psicólogo de Lauren,
el hombre simplemente se dio vuelta, entro a su auto y se marcho como si realmente
no las hubiese visto.

El lunes Lauren había ido a la biblioteca a solicitar empleo. Según ella, no quería
sentirse como una inútil que solo asistía a clases de fotografía porque pensaba que
tenía un poco de futuro con eso.

Demetria la había contratado de inmediato, indicándole que aquella sería su semana


de prueba, Camila ofreciéndose de inmediato a ayudarla en el proceso de aprendizaje
su jefa aceptando, no sin colocarles antes la condición de “ningún tipo de trato
demasiado afectivo en horas laborales”.

El martes, cuándo Demetria la vio llegar junto a Lauren, le dijo tiernamente que
jamás la había visto llegar de tan buen humor al trabajo.

Y fue así como llego el miércoles…


Camila se despertó gracias al sonido del despertador.

No se molesto en buscar a Lauren a su lado porque sabía que la chica ya habría


bajado a la cocina para prepararse algo de espumoso café y resolver unos cuántos
crucigramas.

No era como si le gustara despertarse sola, pero era agradable saber que Lauren
volvía a ser ella misma. Lauren volvía a ser la chica que se levantaba temprano y
seguía su estructurada rutina. La chica que podía resolver un crucigrama en diez
minutos y disfrutaba de la soledad. La chica que vestía ropa oscura. LA chica que
se reía de sus estupideces. La chica que amaba…

Se levanto lentamente, restregandose los ojos, y corrió a darse una ducha. Se


coloco de inmediato unos pantalones y la camisa amarilla del uniforme, junto con
unos tenis y un lazo blanco. Intento también cubrir las grandes marcas que Lauren
había dejado en su cuello la noche anterior, sin mucho éxito.


Ahora tendré que escuchar “la charla” por tercera vez, Jauregui. Gracias”

La primera vez que había tenido que escucharla había sido justamente la primera
noche en la que Lauren se había quedado allí, cuándo sus padres descubrieron marcas
descomunales en el cuello de la chica, al igual que en sus brazos… Tuvo suerte de
que no pudieran ver sus piernas y su estomago, porque se habrían horrorizado. Le
hablaron sobre orgasmos, sexualidad y otras cosas durante al menos una hora, hasta
que estuvo lo suficientemente sonrojada y avergonzada para ellos.

Capítulo 51

Lauren despertó bastante temprano el domingo, sonriendo al ver a Camila dormir


sobre su pecho mientras chupaba su dedo. La chica había tenido una pesadilla la
noche anterior.

No había sido realmente mala, pues solo había caído por unas escaleras, pero había
sido lo suficientemente aterrador como para no permitirle dormir a la pequeña
durante un buen rato, en los cuales Lauren la mantuvo abrazada, tarareando dulces
canciones de cuna.

Lauren sonrío al recordarlo.

Por un momento ella dejo de ser la chica débil con ataques de pánico que necesitaba
de sus manos para sentirse en control y paso a ser la novia protectora que abrazo a
su temerosa novia en medio de la noche. Y se sintió bien. Se sintió bien saber que
podía hacer algo más que chasquear los dedos y acurrucarse en un rincón.
Suspiro.

Se veía hermosa durmiendo, aun con el cabello enredado e incluso con un pequeño
hilo de saliva descendiendo por su labio.

Tal vez así se veían los ángeles de los que tanto le hablaba su madre cuándo era
pequeña.

Beso su frente dulcemente y acaricio sus mejillas, una sonrisa involuntaria


apareciendo en el rostro de su novia, antes de salir de la cama.

Fue al baño,se cambio de ropa, bajo por las escaleras y entro a la cocina, donde
comenzó a resolver crucigramas mientras desayunaba, como todos los días desde que
vivía en aquel lugar.

Había intentando irse a vivir con Ally, o alquilar un departamento lo


suficientemente barato como para poder pagarlo, pero los padres de Camila se habían
negado. Al parecer, a pesar de que a veces las encontraban en situaciones un tanto
subidas de tono, les gustaba tenerla allí.

Se tomo sus variadas medicinas y se coloco la insulina antes de subir junto con dos
nuevos crucigramas completados.

Cuándo entro a la habitación, Camila aun estaba plácidamente dormida.

Entro a la cama de nuevo, rodeando su cintura con sus brazos, sintiendo a Camila
suspirar en medio del sueño.

Comprobó con la mirada que la puerta estuviese cerrada, y al asegurarlo simplemente


sonrío y comenzó a depositar tiernos besos sobre las mejillas de su novia, bajando
lentamente hasta su cuello.

Camila se removió entre sus brazos.

Camila:
mmm… ¿Lauren? ¿Eres tu? -Pregunto con voz rasposa debido al sueño.

Lauren:
¿Esperabas a alguien más? -Pregunto divertida, dirigiendo sus labios a su
mandíbula, dejando sutiles mordiscos en la zona, su novia dejando escapar débiles
risitas.
Camila:
No… realmente no -Susurro, moviendo su cuello ligeramente para que Lauren tuviera
más acceso a el-. En realidad -Agrego luego de unos minutos, alejándose un poco
para mirarla a los ojos. Lauren suspiró. Sus ojos no cambiaban de color, ni eran
claros, ni tenían un tono peculiar, pero para ella… para ella eran los ojos más
hermosos del mundo- ni siquiera esperaba encontrarte a mi lado al despertar -
Confeso acariciando sus mejillas con una sonrisa, Lauren sintiendo decepcionada de
si misma. Camila realmente nunca la esperaba a su lado en la cama. Camila sabia que
no estaría-. Es decir, siempre te encuentro desayunando en la cocina, haciendo un
crucigrama… Y esta bien, me gusta que sigas tu rutina. Que seas tu misma… No pongas
esa cara, amor. Ya te dije que esta bien. Te amo, y no necesito despertar todos los
días a tu lado para saber que lo haces también. Solo necesito verte suspirar como
hace algunos segundos, o escucharte llamarme “Camz”, o besarme…

Lauren:
Pero yo… yo… -Intentaba hablar, pero un nudo se había formado en su garganta-. El
punto que ambas seamos felices en esta relación, Camz. No solo yo. No me importaría
salir un poco de mi rutina por ti, amor… Si quieres que despierte a tu lado solo
dímelo y me quedare junto a ti, pero tienes que decírmelo. Recuerda que no soy
buena en eso de adivinar cosas… ¿Bien?

Capítulo 52

Camila vio a su novia sentarse al lado de su mejor amiga y rodear su cintura con
sus brazos antes de recostar su cabeza en su hombro, Ally sonriendo ante el gesto.

Camila suspiro y sonrío ante la tranquilidad que denotaba el rostro de su novia.

Lauren:
¿No vas a sentarte, Camz? -Pregunto dulcemente volteando a verla y señalando un
espacio disponible a su lado.

Camila:
No… En realidad, prefiero quedarme acá -Señalo, recostándose a la puerta de la
cocina-. Es su momento chicas. Yo solo estoy acá porque quiero verte bailar
desnuda… Y aquí aun puedo oler la cena…

Lauren rió audiblemente.

Lauren:
Las pizzas de tu mamá son increíbles…
Camila:
Lo se -Asintió con una sonrisa.

Ally:
¡Mira, Lauren! -La llamo con una sonrisa- Esta por comenzar..

Lauren simplemente asintió sonriendo, volviendo su vista al televisor, de nuevo


recostándose sobre el hombro de su mejor amiga, Camila imitándola desde donde
estaba.

La primera escena era de una pequeña niña de unos tres años con trenzas en su
hermoso cabello castaño mirando a una hermosa bebe con pijamas rosas dormir en una
hermosa cuna de madera. La bebe debía de tener más o menos un mes.

Al instante, una mujer se arrodillo al lado de la niña. Camila la reconoció al


instante. Era Clara Jauregui.

Clara:
Mira Ally -Susurro a la niña. Su rostro estaba mucho más delgado que en presente y
había ojeras bajo sus ojos.

No parecía la Clara que Camila conocía. Esa Clara era un cadáver.

Su novia le había contado varias cosas sobre el anterior problema de drogas de sus
padres (En realidad, este problema había sido la razón por la cual su corazón había
nacido defectuoso), pero no le había dicho detalladamente cuánto les había afectado
este en el pasado.

Clara:
Ella es Lauren, y va a jugar contigo cuándo crezca…

XX:
Va a ser tu amiga, Ally -Dijo una voz ronca. Seguramente se trataba del padre de la
pequeña, y tal vez este había estado sosteniendo la cámara en esos momentos-… y las
amigas se cuidan, Ally. ¿Vas a cuidarla?

La niñano lo penso mucho.


Ally:
Si -Asintió sonriendo ampliamente, pasando su pequeña manita a través de los
barrotes de la cuna para sujetar la muñeca de la bebe-. Vamos a ser mejores amigas,
Lauren -Susurro como si nadie pudiese escucharla.

Camila dejo escapar una lágrima.

La pequeña Ally no se había equivocada.

La segunda escena mostraba a la pequeña Ally de nuevo, ahora con el cabello


completamente suelto, con una bebe de hermosos ojos verdes y cabello oscuro sobre
sus piernas. En esos momentos, Lauren posiblemente no tenía más de tres meses.

Ally:
Esta pesada, papá -Se quejo mientras intentaba sujetar a la intranquila niña que
ase esforzaba por alcanzar el sonajero que Mike movía de un lado a otro frente a su
cara.

Capítulo 53

Lauren no había gritado ni se había alejado bruscamente de la ventana como en las


peliculas. Simplemente se había quedado allí, viendo como su novia caía de la
ventana de su vieja habitación directamente sobre el suelo, los arbustos no siendo
lo suficientemente frondosos como para evitar que se diera un buen golpe.


Levántate, Camz. Levántate”
Suplicaba desesperada en su cabeza, pero la chica seguía allí, sobre al pasto, la
tierra y las hojas de los arbustos,sin siquiera dar señales de vida.

Sus dedos comenzaron a chasquear al instante, y la respiración se le dificultaba


lentamente.


¡Ve, idiota!”
Se grito a sí misma
“¡Pudo haberse roto el cuello!”

Esto último fue lo que le dio fuerzas para salir corriendo de allí, apenas
colocándose una chaqueta negra para cubrirse la delgada tela del pijama azul oscuro
que estaba usando.
Salió de casa sin siquiera haberse puesto unos zapatos.

La encontró sobre la tierra, con las extremidades flojas, completamente inmóvil.

No pudo detallar si había sangre debido a la oscuridad de la noche, pero lo que


realmente le importaba en ese instante era comprobar que su novia todavía tenía
pulso.

Cayo al suelo de rodillas, sintiendo sus piernas desfallecer y a su cuerpo temblar.


Se acerco lentamente a su novia con lágrimas comenzando a descender por sus ojos,
sus manos ensuciándose al tocar el suelo.

Lauren:
Camz… Camz, mi amor… -Sollozaba mientras se acercaba, el aire escapando de sus
pulmones rápidamente, viéndose obligada de esta forma a tomar aire con su boca-.
Levántate, por favor…


Idiota, acaba de caerse desde tu ventana. Claramente eso no va a pasar”

Y no pasaría porque aquello no era un cuento de hadas. En la vida real las hadas
madrinas no llegan mágicamente a darte un bonito vestido. En la vida real, la
princesas no caen de ventanas y simplemente se levantan cantando una bonita
canción.

Respiro hondo cuándo estuvo lo suficientemente cerca de ella como para llevar sus
sucios dedos a su cuello y percibir su pulso.

De inmediato dejo escapar todo el aire contenido en sus pulmones.

Estaba viva.

Camila Cabello estaba viva.


Busca a alguien, idiota”
Fue lo que le dijo su mente al instante que lo supo.

No había momento para saltar de felicidad. No había momento para sonreír. Tenía que
hacer algo. Tenía que llamar a alguien. Necesitaba ayuda.
Pero justo en ese instante sintió a sus pulmones vaciarse completamente y al miedo
aumentar a su máxima expresión. Se alejo un poco intentando recuperar el oxigeno,
sentándose sobre la tierra, la silueta del inmóvil cuerpo de Camila aterrandola más
de lo que ya lo estaba, sus dedos chasqueando de inmediato…

No quería perderla.

Definitivamente no quería hacerlo.

XX:
¿Lauren? -Pregunto alguien a sus espaldas con desesperación-… ¡Lauren!

Era su madre.

De inmediato la escucho correr hacía ella, acercándose a Camila al instante.

Capítulo 54

Tres días después Camila fue dada de alta.

Le quitarían los puntos de la mejilla en unos días, y la férula en un par de


semanas. El yeso de su brazo era lo que verdaderamente le molestaba, porque… bueno…
a Camila Cabello no le gustaba ser pasiva.

Las enfermeras la habían ayudado a colocarse unos pantalones deportivos lo


suficientemente cómodos como para que no molestaran la férula en su pie derecho,
así como también un suéter que pertenecía a su novia y una única converse en su pie
bueno. No era su mejor conjunto de ropa, pero algo es algo.

Ahora estaba intentando caminar con la única muleta que podía cargar con su brazo
derecho, casi cayéndose cada dos segundos, la joven enfermera a su lado siempre
estando allí para atraparla.

Fue en su décima tercera casi caída cuándo la puerta de su habitación se abrió,


dejando ver los rostros de sus sonrientes padres… y de su no tan sonriente novia.

Camila:
¡Lern Jergi! -Exclamo al verla, intentando que una sonrisa se dibujara en su
hermoso rostro, la enfermera sosteniéndola nuevamente cuándo perdió el agarre de la
muleta.

Lauren ni siquiera sonrió. Estaba mirando fijamente el agarre de la enfermera en su


brazo.

¿Estaba celosa?

Su novia se acerco rápidamente a ella y la rodeo con sus brazos posesivamente,


aunque también con delicadeza debido a sus maltratadas costillas. Camila sintió de
inmediato como la mano de la enfermera era arrancada de su brazo bruscamente.

Sí, estaba celosa.

Sinuhe:
Lamentamos interrumpir, pero… nosotros también estamos acá.

Camila:
Lo siento -Susurro sonrojada, alejándose ligeramente de los brazos de la chica de
la ventana.
“¿Por qué

te sonrojas

, Cabello? ¡Ni siquiera la besaste!

¡No es como si tu madre las hubiese viste haciendo el amor!


- ¿Hola?

Su padre simplemente rió.

Alejandro:
¿Lista para irte?… Ya firmamos los papeles y todo eso, así que eres oficialmente
libre.

Sorpresivamente, no fue Camila quien respondió.

Lauren:
¡Vámonos! -Dijo de inmediato, sonriendo por primera vez desde que había entrado-.
No me gusta este lugar -Susurro al oído de Camila-. Y tampoco tu enfermera…

…………

Al llegar a casa Alejandro llevo a Camila en brazos hacía su habitación, donde la


recosto sutilmente sobre la cama y deposito un dulce beso en su frente.

Camila suspiro.

Era bueno estar sobre una cama cómoda de nuevo.

Sinuhe:
Tu padre y yo te dejaremos descansar hasta que la familia Jauregui llegue…

Camila:
¿La familia Jauregui? -Pregunto confundida.

Alejandro:
Oh, si, habíamos olvidado decírtelo. Ellos vendrán a cenar esta noche…

Capítulo 55

Los días pasaron rápidamente, tal vez demasiado. Antes de que las chicas pudiesen
notarlo, navidad se acercaba.

Lauren seguía viviendo con la familia Cabello, no porque las cosas con su familia
siguieran tensas, sino porque a Camila le gustaba tenerla allí, y a los padres de
esta también.

Aun así,la pareja solía pasar los fines de semana junto con los Jauregui.

Lauren:
Cuidado con la escalera, Camz -Advirtió a su novia-. Tienes un muy mal historial
con ellas… -Se burlo mientras intentaba desenredar un montón de luces para colocar
alrededor de la casa.
Camila:
Muy gracioso, Jauregui, muy gracioso -Dijo mientras subía las pequeñas escaleras de
metal y se disponía a decorar la parte superior del árbol de navidad colocado a
mitad de la sala.

Sofia:
¿Crees que puedas acompañarme a comprarle un regalo de navidad a papá y mamá cuando
terminemos de decorar, Camila? -Pregunto dulcemente mientras terminaba de colocar
unos cuántos copos de papel en las ventanas.

En Miami no caía nieve, pero eso no era algo que unos cuántos trozos de papel
recortado no pudiesen arreglar.

Camila:
Lo siento, Sofi -Se lamento-. Le prometí a Dinah que la ayudaría a cuidar de sus
hermanos mientras ella y sus padres decoran la casa…

Lauren:
Puedes ir conmigo si quieres, Sofi -Se ofreció dulcemente, corriendo rápidamente
para ayudar a Camila a bajar las escaleras y depositando un dulce beso en la
pequeña cicatriz que había quedado en su mejilla luego de la caída de la ventana-.
Ally y yo planeábamos hacer algunas compras luego del almuerzo…

Camila:
Pensé que ya las habían hecho hace dos días -Dijo confundida.

Lauren:
Ally esta loca por la navidad, Camz. Estoy segura de que ahora comprara un trineo
y un disfraz de santa para el pequeño Troy… Deberías revisar su twitter. Su header
son unas galletas navideñas caseras que hizo para el pequeño Troy y su icon es…
bueno, ella con una barba falsa y un traje de santa…

Camila:
Eso se escucha aterrador…

Lauren:
Lo es… -Aseguro- Estoy segura de que cuándo llegue el día abrazara hasta a un
asesino serial y le deseara una feliz navidad… -Camila rió ante su chiste, y Lauren
no pudo evitar hacerlo también- ¿Entonces, Sofi? ¿Qué dices? -Pregunto a la
pequeña.
Sofia:
Iré -Accedió sonriendo. Lo cierto era que la relación entre ambas era bastante
buena-. Pero no usare ningún tipo de barba falsa…

………..

Ally:
¡Jauregui! -La saludo al verla llegar al centro comercial, con el pequeño Troy
dando pequeños saltos sobre sus brazos-. Mira Troy, la tía Lauren -Señalo al
pequeño, que de inmediato se lanzo a los brazos de la chica, la cual deposito un
dulce beso en su pequeña mejilla antes de alzarlo dulcemente-. Hola, Sofi…

Sofia:
Hola Ally…

Ally:
¿Les molestaría si vamos primero a ver a Santa? Quiero que Troy se tome una foto
con el…

Lauren:
Pero, Ally… El ya tiene una foto con Santa…

Ally:
¡Eso fue hace dos días, Jauregui! ¡Míralo ahora! Se ve tan hermoso con ese
trajesito azul…

Lo cierto era que el pequeño Troy, que jugaba salvajemente con el cabello de
Lauren, se veía adorable.

Capítulo 56

Camila:
¿Ya terminamos, Dinah? -Pregunto a su mejor amiga, viendo como una nueva tanda de
galletas salía del horno, sintiéndose completamente agotada, una fina capa de
harina cubriendo su cuerpo.

Normani:
En realidad, Mila, aun falta la mitad…
Camila:
¡¿La mitad?!

Dinah:
Sabes que mi familia es bastante grande, Mila… -Respondió encogiéndose en hombros,
como si no fuese la gran cosa.

Camila:
Pero, Dinah… Con todas estas galletas podrías acabar con el hambre de los niños de
África.

Dinah:
Vamos, Mila, no es para tanto…

Camila:
¡Han sido tres horas haciendo galletas!

Normani:
¿Dijiste tres horas, Mila? -Pregunto abriendo sus ojos como platos, mirando a
Dinah de inmediato con algo de desesperación que segundos antes no había estado
allí. Camila asintió completamente confusa por el comportamiento de su amiga-.
Dinah, amor, no hemos hecho el amor en tres horas…

Camila:
¿Qué? -Ahora se sentía confusa y asqueada.

Dinah:
Mani y yo jamás hemos pasado tanto tiempo sin hacer el amor. Incluso cuándo nos
separamos unos días para que ella visitara a su abuela en Texas solíamos hacer
videollamadas calientes… Ya sabes, es culpa de las hormonas…

Camila:
Oh, por…

Normani:
Dinah -Susurro al lado de Camila, haciendo un dulce puchero con sus labios-. Tengo
ganas…
Camila:
¿Saben que? Esto es… incomodo… yo -Estaba completamente sonrojada-… A la mierda
las galletas. Ustedes solo tengan sexo acá y yo… me iré. Adiós. Las veo pronto…
Feliz orgasmo… digo, navidad… -Se despidió nerviosa, intentando salir del lugar
antes de que Dinah desnudara a Normani con solo un movimiento de sus ágiles y
enormes manos.

Dinah:
Pero Mila…

Camila:
¡No voy a hacer un trío con ustedes, Dinah Jane!

Dinah:
Pero Normani piensa que tu trasero es bonito…

Normani:
¡Dinah!

……………

Cuándo Camila llego a casa minutos después se encontró a su novia sentada sobre el
sofá, mirando al vacío, pequeñas lágrimas rodando por sus mejillas y la pequeña
Sofi intentando consolarla.

Sofia:
Esta bien, Lauren. Esta bien -Le decía dulcemente, acariciando sus brazos.

XX:
¿Quieres algo de te, Lauren? -Era su madre que, atravesando la puerta de la
cocina, se acercaba a ella silenciosamente.

Su novia simplemente negó con su cabeza.

Camila:
Lauren -Susurro al verla, entrando rápidamente al lugar, cerrando la puerta a sus
espaldas fuertemente. Al instante se arrodillo frente a ella, limpiando dulcemente
sus lágrimas con sus pulgares-. ¿Qué sucedió?
Pero Lauren no respondió. Parecía estar en algún tipo de profundo transe.

Sinuhe:
Su amiga Becky estaba en el mismo estado. Tuvimos que llamar a Austin, su hermano,
para que viniera a buscarla… Tu padre casi lo golpeo con el sartén al verlo. El no
olvida ni perdona fácilmente.

Capítulo 57

Por supuesto las cosas no eran color rosa en Nueva York. Es decir, la vida nunca lo
es.

Había peleas. Discusiones. Desacuerdos.

Pero también había buenos momentos.

El departamento era pequeño, casi tanto como el de Ally, pero funcionaba para
ambas. Las tareas diarias solía realizarlas quien estuviese menos cansada, y esta
era la razón por la cual algunas veces el lugar se asemejaba a un chiquero,
produciendo un increíble estrés en Lauren.

A veces las luces titilaban. A veces el agua de la ducha era tan fría que a penas
podían bañarse con ella. A veces la calefacción fallaba… Pero aun así las chicas se
sentían felices al decir que aquel lugar era suyo.

Su hogar.

Resulta ser que Sinuhe y Mike habían comprado el departamento para las chicas solo
si prometían pagarlo con el paso de los meses, lo cual estaban haciendo lentamente.

Por supuesto, en cuánto pudieran, pensaban comprar un lugar más cómodo, pero ahora,
con Camila en la universidad y Lauren asistiendo a eventos infantiles con su
maestro para tomar algunas fotografías, realmente no podían pedir nada mejor.

Aquel día en particular fue bastante frío.

Lauren estaba intentando preparar una cena decente para su novia, la cual, sobre la
pequeña mesa del comedor que había limpiado el día anterior, comenzaba a realizar
varios ensayos y trabajos atrasados que debía entregar dentro de unas cuántas
semanas.
Lauren no era excepcionalmente buena cocinando, aunque aun así podría decirse que
sus platos eran digeribles, pero aquel día en el que el frío aire azotaba las
ventanas y la calefacción no funcionaba verdaderamente bien sus dedos se sentían
tan entumecidos que no podía cortar ni un trozo de pan.


Perfecto, idiota, tus dedos están petrificados. ¿Sabes lo importantes que son tus
dedos hoy?… Y no me refiero solo a la comida”

Lauren:
Amor… Creo que… ¿Te parece si ordenamos pizza?

Camila de inmediato fijo sus ojos en ella y sonrió dulcemente, la pequeña pero
hermosa cicatriz en su mejilla acentuándose con esta acción.

Camila:
La pizza siempre es la mejor opción, Lauren Jauregui.

La chica simplemente asintió sonriente, tomando el teléfono y realizando la


llamada. Por supuesto, pidió la pizza más grande del menú, sabiendo que su novia no
se conformaría con solo unos trozos.

Cuándo se hablaba de pizza Camila podía pasar horas enteras comiéndola sin importar
la cantidad.

Lauren:
Si no llega en media hora es gratis -Informo sonriente en cuánto la llamada se
termino, como si eso realmente fuera a pasar.

Camila:
Si no llega en media hora la pizza se enfriara -Agrego.

Lauren:
Tienes razón -Asintió. Era un buen argumento.

Se sentó al lado de su novia, abrazando sus cintura fuertemente y juntando sus


cuerpos más de lo necesario, intentando proporcionarse calor a sí misma sin que su
novia dejara de escribir.

Lauren:
Amor…

Camila:
¿Si? -Pregunto sin dejar de mirar la hoja de papel y los diversos libros
esparcidos a su alrededor. A veces Lauren se preguntaba como su novia podía hacer
tantas cosas a la vez y no terminar con un terrible dolor de cabeza.

Capítulo 58

Lauren se sentÃÂa realmente bien en su vieja habitación, sobre su vieja y


cómoda cama, mirando sus viejas cosas. Su madre lo habÃÂa mantenido todo tal y
como lo habÃÂa dejado, y estaba realmente muy agradecida por esto.

Lauren:
Es extraño volver -Susurro sentándose sobre la cama, Taylor colocándose a
su lado y Chris recostándose sobre el suelo como si se tratase del lugar más
cómodo del mundo.

Taylor:
También es extraño tenerte de vueltaâ€Â¦

Chris:
Por supuesto que sà-Asintió-. Ya casi habÃÂa convencido a mamá de que me
diera tu habitación. Lo habrÃÂa conseguido de no ser por ti. Te odio Perry el
Ornitorrinco…

Lauren:
No soy Perry, Chris -Se burlo riendo sonoramente, su hermana imitándola.

Chris:
Lo se, Lauren… Pero siempre quise decir eso.

Lauren:
Eres un idiota.
Chris:
Gracias.

Taylor:
Eres odioso, Chris…

Chris:
Lo se -Acepto encogiéndose en hombros.

Lauren:
¿Qué vamos a hacer contigo?

Chris:
Amarme, eso es obvio -Respondió en modo de burla.

Taylor:
Chris, hermano, si no te golpeo ahora mismo con una silla es solo por respeto a la
silla…

Fue cuándo los tres rieron.

A Lauren le gustaba reÃÂr. La hacÃÂa sentir bien.

… Antes de conocer a Camila apenas lo hacÃÂa.

… Ella no solo la habÃÂa enamorado.

Camila la habÃÂa cambiado…

Taylor:
¿Lauren? -Dijo seriamente luego de unos minutos, sujetando sus manos entre las
suyas, el ambiente de felicidad siendo reemplazado por una total seriedad-
¿Cuándo planeas decÃÂrselo?

Lauren suspiro audiblemente y miro el suelo fijamente.


Por supuesto Taylor iba a preguntarle aquello.

Lauren:
Yo… yo no lo se.

Chris:
Es tiempo, Lauren -Aseguro sentándose frente a ella, intentando mirarla.

Lauren:
Tengo miedo -Confeso.

Taylor:
Lauren, todos tenemos miedo alguna vez. Y esta bien. Pero no siempre estarás
acá, Lauren… No puedes dejar que el miedo te venza toda su vida, o
deshacerte de el cuando sea demasiado tarde.

Lauren:
Pero.. ¿Qué pasara si…?

Chris:
Camila te ama, Lauren. Es lo único que diré.

Lauren suspiro.

Era cierto.

Lauren:
El jueves, luego de mi cita con el cardiólogo -Decidió, sus dedos comenzando
a chasquear levemente. No habÃÂa tenido un ataque en meses, pero la costumbre de
chasquear sus dedos en situaciones como aquellas no se marchaba-… Simplemente,
no dejen que me de un ataque antes de hablar.

Capítulo 59

Lauren Jauregui jamás había estado tan nerviosa.


No sabía si era por lo que se celebraría aquel día, o porque no había podido
desearle un feliz cumpleaños a su novia al despertar, pero el punto era que
verdaderamente lo estaba.

Clara:
Tienes que quedarte tranquila, hija -Susurro sujetando sus manos, intentando que
sus dedos dejaran de chasquear. Pero Clara Jauregui no era Camila Cabello y no iba
a conseguirlo.

Lauren:
No puedo estar tranquila, mamá -Dijo nerviosamente moviéndose de un lado a otro
por su habitación, la cual ahora se veía más pequeña que nunca.

XX:
¡Adivinen quienes llegaron! -Se escucho exclamar a una voz que Lauren siempre
reconocería.

Ally iba de la mano con el pequeño Troy, ahora de cuatro años. La chica llevaba un
sencillo vestido rosa y Troy un trajesito hecho a la medida que le quedaba
realmente muy bien.

Troy:
¡Tía! -Grito al verla, corriendo de inmediato para ser alzado entre sus brazos.

Lauren:
Estas pesado, Troy…

Troy:
Lo se -Sonrió-. Mami dice que es tu culpa.

Ally:
Y de James -Agrego antes de sujetar a su hijo en brazos, evitando de esta forma que
sus zapatos ensuciaran el blanco vestido de Lauren. James y Ally habían comenzado a
salir tan solo un par de meses atrás y el hombre se había encariñado bastante con
el pequeño, al punto de querer cumplir todos su caprichos-. Ese estúpido no deja de
darle chocolate.
Troy:
¡Chocolate! -Exclamo entusiasmado, elevando sus brazos en el aire.

Ally:
No, Troy. Nada de chocolate para ti. Te daré un jugo de manzana y lo tomaras
sentado en la cama de Lauren ¿Bien? -El pequeño asintió mirándola fijamente a los
ojos-. Ahora ve… ¡Y no ensucies tu traje!

Troy:
Si, mamá…

Para ser solo un niño el pequeño Troy era bastante obediente.

Ally:
¿Cómo estas Jauregui? -Pregunto acercandosele, de inmediato ayudando a Clara a
arreglar el hermoso vestido blanco que cubría la piel de Lauren.

Lauren:
Nerviosa, supongo…

Ally:
Todo saldrá bien, Jauregui -La tranquilizo acariciando su brazo-. Dinah y Normani
la ayudaron a comprarse unos zapatos lo suficientemente estables como para que no
caiga y no la han dejado beber nada para que no se haga pis encima…

Lauren:
¿Y si soy yo quien se hace pis encima?

Ally:
Vamos Jauregui, tienes veintidós años, estoy segura de que ya no necesitas pañal…

Troy:
Yo ya no uso pañales -Dijo contento agitando sus pequeños pies en el borde de la
cama, tomando su jugo lentamente y mirando a su madre con una enorme sonrisa,
orgulloso de su logro.

Ally:
Lo sabemos, mi amor.
Lauren:
¿Y si dice que no? ¿Y si sale corriendo o…?

Ally:
Eso no pasará jamás, Jauregui. Apuesto mi vida.

Lauren:
No puedes apostar tu…

Capítulo 60 (FINAL)

Se que probablemente no leeran esto. Si les soy sincera yo tampoco lo haría, así
que realmente no me molestaría que simplemente ignoraran estas lineas y comenzaran
a leer el capítulo final de “La Chica de la Ventana”.

Si eres de los que seguiran leyendo esto te felicito ¡Te ganaste una de las
galletas de Ally! (Miento, las galletas de Ally son solo mias).

Quiero agradecerles a todos los que han llegado hasta aca y han seguido la
historia, a los que han dado sus votos y han comentado, e incluso a los que solo
leen. El saber que la historia le gusta a tantos es sencillamente increible.

Espero que les guste el final, porque va dedicado a cada uno de ustedes.

Y no se depriman aun. Recuerden que falta el epilogo…

Y dare la misma recomendación que di hace unos cuántos capítulos… Sean fuertes.

-Lore-
***

Camila Cabello amaba leer, y también escribir, aunque sabía que los finales de
aquellos hermosos libros, tanto los felices como aquellos dramáticos, eran una
completa farsa.

Camila sabía que Lauren y ella no terminarían sus vidas en medio de un paraíso
tropical tomando agua de coco y siendo abanicadas por un par de esclavos
extranjeros muy mal pagados… También sabía que ningún enemigo del pasado terminaría
apuñalandola hasta la muerte, y que Lauren no la vería mientras se desangraba, y
que mucho menos daría sus últimos suspiros mirando los verdes ojos llorosos de su
mujer, recostada sobre su pecho, susurrando sus últimos deseos, sintiendo como la
sangre salía por sus múltiples heridas.

Camila Cabello creía en los finales realistas, y en las vidas realistas. Gracias a
esto sus dos primeras novelas se habían vendido realmente bien.

Las personas adoraban la forma en la que lograba crear historias fascinantes con
finales tan comunes que podían ser reales. Camila sabía que lo hacían porque los
lectores estaban tan acostumbrados a finales dramáticos y finales felices que se
habían olvidado de los finales verdaderos.

Su trabajo como editora también estaba dando buenos frutos.

Se podría decir que, con todo su esfuerzo, Camila Cabello estaba triunfando.

Estaba entrando al auto luego de un largo día de trabajo cuándo recibió una llamada
de su esposa, una hermosa foto de su sonriente y perfecto rostro apareciendo en la
pantalla del celular junto a la melodía de una de las canciones de Lana del Rey.

Camila:
Hola amor -Dijo con una sonrisa. Era extraño como Lauren, después de tres años de
matrimonio, seguía haciéndola sentir como la chica de diecisiete años que la había
visto a través de la ventana.

Lauren:
Amor, se que probablemente estas muy cansada luego de trabajar pero necesito que
vengas al estudio. Mi auto se averió.

Camila:
Te dije que no compraras esa chatarra, amor.
Lauren:
Era lo único que podíamos pagar luego de comprar este estudio en Miami, remodelar
el viejo departamento de Ally y, bueno… tu sabes que otra cosa.

A pesar de que Camila tenía buenos ingresos y de que el trabajo de Lauren les
proporcionaba una buena cantidad de dinero, Camila estaba empezando en su carrera
al igual que su esposa, lo cual no les permitía darse todos los lujos que cualquier
persona querría.

Epílogo

Bien. Llegamos al final.

No dare un discurso largo ni nada de eso. Solo dire gracias.

Si tienen dudas con respecto al fic, como por qué Troy murio, o por qué Boyfriend
Ally se volvio predicadora, pueden preguntarme y yo les aclarare todo rápidamente.

Espero les guste el epilogo… Y que no me maten por el.

Lo siento…

………..

La rutina de la familia Jauregui-Cabello era simple.

Camila se levantaba (o era levantada) temprano para hacer el desayuno mientras


Lauren despertaba, duchaba y vestía a la pequeña Michelle para finalmente dejarla
en el preescolar e ir a sus trabajos.

Lauren:
Amor -Llamo a su esposa acariciando su espalda desnuda bajo las sábanas azules
colocadas en aquel sofá convertible. Continuaban viviendo en el departamento de
Ally, así que no les había quedado más remedio que cederle su habitación a su
pequeña hija y mudarse a la sala-. Es hora de levantarse, Camila -Susurro contra su
oido besando dulcemente su mejilla, justo en el lugar en donde la chica tenía la
pequeña cicatriz de aquella vieja caida de las escaleras.

Camila:
No quiero levantarme -Se quejo con voz ronca, cubriendo su cabeza con la sábana y
acurrucandose al cuerpo de Lauren, solo cubierto por unas bragas blancas y un
brasier de lunares (No hare la aclaración en esta parte porque supongo que el dato
de nuestra filosofa favorita ya se habrá grabado en sus mentes).

Lauren:
Tienes que hacerlo -Murmuro levantando las sabanas para encontrarse con los ojos
cerrados de su esposa.

Camila:
No puedes decirme eso cuándo es tu culpa que este tan cansada -Se quejo mientras
se quitaba la sabana de encima y comenzaba a estirarse y bostezar.

Lauren:
Es tu cumpleaños, y quería ser la primera en regalarte algo… Además, estoy segura
de que esta noche estaras muy cansada luego de la fiesta, así que no podremos
hacer…

Camila:
Lo entiendo -Suspiro levantandose, colocandose la ancha camisa de Lauren que había
quedado tirada sobre el suelo la noche anterior sobre su piel completamente
desnuda. Tenían suerte de que Michelle durmiera tanto, porque sino ya habrían
tenido que pagar varias sesiones de terapia-… Lo que realmente no entiendo es como
tu, aun después de ocho años de matrimonio, no me has regalado una estúpida fusta…

Lauren:
Te la regalare cuándo la necesites… -Murmuro con voz ronca y una divertida sonrisa
en su rostro.

Camila:
La necesito ahora.

Lauren:
No. Ahora lo que necesitas es preparar el desayuno mientras me ocupo de Michelle.
Después podríamos discutir sobre la fusta -Susurro con firmeza antes de levantarse
e ir al baño, sabiendo que su esposa había tenido una buena vista de su cuerpo
semi-desnudo en el camino-. Y feliz cumpleaños -Dijo girando a mirarla con una
sonrisa, encontrando los ojos de su mujer caminando tras ella fijos en su trasero.

Camila:
Aun no entiendo como sigues viendote tan perfecta luego de tantos años -Susurro
entrando al baño tras ella comenzando a cepillar sus dientes mientras Lauren
decidía tomar una corta ducha-. Yo tengo las estrias del embarazo…

Lauren:
Son las estrias más bonitas que vi -Afirmo mientras abria la ducha, el agua tibia
golpeando su piel con fuerza-. ¿Quieres ayudarme en esto?

Bonus: La historia detrás de Trolly

Lo se, lo se, lo se, se que no debería incluir más capítulos a esta historia ya
terminada, pero tuve un pequeño problema con el One Shot Trolly (El chico que se
fue), que narra lo sucedido con Troy en el fic, así que me veo obligada a subirlo
por acá, espero que sepan entender y que no me odien por no haberles dado un
capítulo extra con la explicación de quien murió.

-Lore-

***

Troy había sido afortunado. Tenía buenas notas, dos increíbles padres, una hermana
menor que realmente lo hacía feliz y a Scott, su mejor amigo. Pero, aun así, el
chico se sentía incompleto.

Iba a la iglesia todos los domingos, y siempre preguntaba al sacerdote de la


parroquia por qué tenía aquel sentimiento. El hombre siempre le respondía que tal
vez tenía una falta de Dios en su vida. Alguna mentira guardada. Algún acto mal
hecho. Un pecado no confesado. Pero Troy estaba seguro de que sus sentimientos no
tenían nada que ver con todo esto.

Aun así, el chico podía olvidar su vacío y ser feliz. Hasta que su hermana menor
enfermo de leucemia.

¿Alguna vez te has golpeado fuertemente el dedo pequeño con el borde de la cama a
mitad de la noche? Posiblemente sí. Bien, Troy se sintió así cuándo lo supo. Pero
el dolor no desapareció. No se hizo más leve, ni soportable. El dolor simplemente
siguió allí, y creció mil veces más cuándo supo que la enfermedad estaba tan
avanzada que era casi imposible hacer algo.

Ese día el chico, simplemente, salió de la habitación de aquel hospital en el cual


estaba su pequeña hermana y fue a la sala de espera, sintiendo lágrimas quemar sus
ojos. Se sentó en una de las pocas sillas y miro un punto en la pared. Quería
llorar, pero no frente a toda esa gente. Sí iba a sufrir, lo haría solo.

Fue entonces cuándo una chica llego caminando junto a quien debía de ser su padre.
Tenía el cabello negro y la piel blanca, y era hermosa. Caminaba mirando el suelo,
como si el mundo solo estuviese conformado por las blancas baldosas.

Fue entonces cuándo escucho a la enfermera hablar con el padre y con la joven,
escuchando la palabra diálisis. Al inicio creyó que era para el hombre, pero cuándo
la mujer solamente acompaño a la joven hacía el interior y el hombre se sentó unos
cuántos puestos a su derecha supo que se había equivocado.

Por un momento se olvido de sí mismo, de su propio dolor, y comenzó a pensar en la


chica, en lo inútil que debía sentirse al saber que su cuerpo no podía hacer lo que
debía hacer. En lo mal que debía de sentirse depender de una máquina… Y fue
entonces cuándo comenzó a pensar en su hermana pequeña. En el gran dolor que debía
de estar sintiendo, y en lo idiota que había sido por solo huir de allí porque su
estaba demasiado ocupado pensando en su propio dolor.

Pensó en volver, pero algo más atrajo toda su atención. Una chica pequeña, de
cabello castaño y largo y una sonrisa que podría, fácilmente, iluminar la
habitación, entro a la sala de espera y comenzó a charlar con el padre de la joven.
Troy no debió escucharlos, pero aun así lo hizo.

XX:
Ella estará mejor, señor Jauregui -Le aseguraba la pequeña. Su voz, para Troy, eran
como cantos de ángeles.

YY:
Quiero creer eso, Ally…

Troy suspiro. Incluso su nombre era hermoso.

Ally:
Señor Jauregui, esto no es algo con lo que Lauren no pueda lidiar. Ella es fuerte,
y puede hacer todo lo que quiera… Dios nos coloca pruebas siempre, señor Jauregui,
ella solo tiene que superarlas.

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