Pintura Barroca
Pintura Barroca
Pintura Barroca
Surge de forma
desigual en Europa y América latina, apareciendo por primera vez en Italia. El arte
es utilizado para reafirmar el poder papal y real en una época de contienda
ideológica (Reforma, Contrarreforma…) por lo que también toma parte como
vehículo de propaganda. El poder papal (poderoso cliente del arte) impone la
disciplina en las naciones católicas ante la pérdida de los protestantes y su escultura
y pintura reducen sus iconografías pero presentan los temas con teatralidad,
dorados y un complicado lenguaje visual para mostrarse como depositarios de la
verdad. El poder real trata de deslumbrar al pueblo con los edificios de gobierno y
palacios (que ahora emplean la jardinería como complemento). Por otro lado, en los
países en los que la burguesía tiene protagonismo, el arte refleja los gustos de esta.
El Barroco estuvo marcado por: naturalismo (búsqueda de parecido a la realidad),
preocupación por las pasiones del alma (importancia de la psicología), el principio
de espacio coextenso (las figuras superan la barrera entre realidad y representación
e incluso salen del nicho en escultura), trato especialmente cuidadoso de la luz e
influencia clásica (que ya se acumulaba desde el Renacimiento)
En la pintura barroca resalta el naturalismo, que rompe con la búsqueda de la
belleza ideal del Renacimiento. Se pinta cuanto se ve, agradable o molesto. Así, los
pintores abandonan el taller y buscan los temas en la propia naturaleza,
encontrando paisaje puro y sin figuras. Se busca el realismo, por lo que se produce
un auge de temas cruentos, especialmente en los martirios de Santos. Los temas
religiosos se multiplican aunque la mitología tampoco pierde relevancia y aparece
con frecuencia en la decoración de las grandes bóvedas de los palacios. En cuanto
a los retratos, el artista barroco busca el realismo y el estudio psicológico del
personaje, así como la representación de sus estados de ánimo. Las grandes
conquistas del Barroco son la luz, el movimiento y el color. La luz es utilizada para
crear una atmósfera real en la que se muevan figuras. El colorido se hace más
intenso y lleno de contrastes. El movimiento es consecuencia del naturalismo.
Predominan las composiciones asimétricas: en diagonal y en aspa. Se inicia la
producción sin encargo: el pintor hace los cuadros y luego busca comprador, lo que
aumenta la libertad del artista y multiplica el coleccionismo.
En primer lugar, apreciamos a Caravaggio. Frente a las típicas escenas
grandiosas y colmadas de figuras, Caravaggio elabora un cuadro sobrio. El interés
del artista radica en el hombre: los personajes más ordinarios pueblan sus cuadros.
En los de tema religioso predominan personajes pobres y harapientos. Para
Caravaggio, la psicología de los personajes cuenta de forma decisiva, encontrando
miradas penetrantes y gestos expresivos. La composición ofrece novedades: las
figuras aparecen a menudo cortadas por la mesa o el marco del cuadro. No se
interesa por el espacio, dando a sus cuadros fondo neutro y omitiendo estudios de
perspectiva. Sitúa un único foco luminoso fuera del cuadro , con el que el efecto
alcanzado sobrepasa la mera realidad ya que en sus cuadros no es de día ni de
noche. Caravaggio crea de esta forma el llamado ``tenebrismo´´, de gran influencia
posterior. Comenzamos viendo su obra ``Baco´´, donde no busca representar el
ideal de belleza de una divinidad mitológica, sino un joven corriente. Caravaggio da
la misma importancia al personaje o a las frutas del cesto, las hojas, la copa… Se
ubica sobre un fondo neutro. Destacamos también la ``Vocación de San Mateo´´, La
escena nos ofrece una representación de la llamada directa de Dios, que sorprende
al hombre cuando menos se los espera. Por eso, los personajes alrededor de la
mesa llevan trajes de la época mientras que Cristo y San Pedro visten túnicas.
Vemos además la ``conversión de San Pablo´´, donde nos muestra una composición
dominada por el caballo espantado por el fulgor divino y su jinete en el suelo, que
representa a San Pablo. Posteriormente, apreciamos el ``entierro de Cristo´´, donde
las figuras aparecen amontonadas sobre la losa de la tumba, que se adelanta hacia
nosotros. El fondo es neutro. Más tarde ubicamos su obra ``La muerte de la
Virgen´´, destinada a las Carmelitas Descalzas, donde la Virgen, fallecida, aparece
rodeada por María Magdalena y los Apóstoles. Por último, destacamos la
``crucifixión de San Pedro´´, donde Caravaggio elige el instante en que los 3
verdugos levantan la cruz. La luz incide desde el lateral izquierdo
Otro autor a destacar es Rubens, el más importante de la pintura flamenca
barroca. En el 1600 viajó a Italia, donde recibió influencia de los principales artistas
del Renacimiento. De Miguel Ángel adquiere la ampulosidad de la forma y las
composiciones dramáticas. De los venecianos el color, la pincelada amplia y el
gusto por la mitología. Destaca la influencia de los colores cálidos y los desnudos de
Tiziano, especialmente el femenino, de carne esponjosa y vibrante. Abarcó todos los
géneros, tanto tema mitológico como religioso (en los que pregona el esplendor de
la Iglesia triunfante). Fue un gran retratista. No profundiza en el estudio del alma,
sino de lo físico. Rubens señalaba la composición y daba los toques esenciales,
mientras que sus discípulos del taller (expertos en flores, paisajes, animales…)
hacían el resto. En primer lugar vemos el ``Rapto de las hijas de Leucipo ́ ́, donde
concibe las figuras como esculturas. En segundo lugar, la ``Tres Gracias´´, donde
Rubens hace una interpretación personal de otra de Rafael del mismo nombre. En
tercer lugar, el ``Descendimiento de la Cruz´´ donde, aunque la escena es de noche,
el grupo está iluminado por una luz sobrenatural. En cuarto lugar, el retrato de María
de Medici, para el Palacio de Luxemburgo, ejemplo del arte al servicio real.
Finalmente, tratamos a Rembrandt, genio de la pintura que abordó todos los
géneros: retrato, paisaje… Sin embargo, fue incomprendido por sus
contemporáneos. Uno de sus aspectos más destacables es el tratamiento de la luz
que, aunque no proviene de un foco exterior como Caravaggio, sí se trata de una luz
antinatural como este. Una luz antinatural que envuelve a sus cuadros en un halo de
misterio y el resultado es un estudio profundo del claroscuro. Otro rasgo innovador
de Rembrandt es que concede a todo lo que ve la misma importancia, sean los
objetos más mínimos o los personajes más secundarios, todo parece estar dotado
de vida. Los temas religiosos son interpretados por el artista con profunda emoción.
Sin embargo, la mitología apenas aparece. En los paisajes prefiere sobre todo
escenas de invierno u otoño, abandonando al final de su carrera los escenarios
reales para presentar visiones oníricas. Son muy famosos también sus grabados
donde, con tinta y en blanco y negro, sabe obtener objetos de luces y expresiones,
destacando en este sentido sus atorretratos. En cuanto al color Rembrandt,
maestro, aplica gruesas manchas. Es obra suya ``Ronda de noche´´, los ``Síndicos
de los pañeros´´ o ``Lección de anatomía del doctor Tulp´´, todos retratos de grupo.