El DIP en España
El DIP en España
El DIP en España
Mediante ley orgánica se podrá autorizar la celebración de tratados por los que se atribuya a
una organización o institución internacional el ejercicio de competencias derivadas de la
Constitución. Corresponde a las Cortes Generales o al Gobierno, según los casos, la garantía del
cumplimiento de estos tratados y de las resoluciones emanadas de los organismos
internacionales o supranacionales titulares de la cesión.
Artículo 95 CE
2. El Gobierno o cualquiera de las Cámaras puede requerir al Tribunal Constitucional para que
declare si existe o no esa contradicción.
Artículo 96 CE
Artículo 27 de la LOTC:
b) Las demás Leyes, disposiciones normativas y actos del Estado con fuerza de Ley.
En el caso de los Decretos legislativos, la competencia del Tribunal se entiende sin
perjuicio de lo previsto en el número seis del artículo ochenta y dos de la Constitución.
e) Las Leyes, actos y disposiciones normativas con fuerza de Ley de las Comunidades
Autónomas, con la misma salvedad formula en el apartado b) respecto a los casos de
delegación legislativa.
La única vía existente en Derecho para superar tal antinomia, y para ratificar o
firmar aquel Tratado, es, así, la que ha previsto la Constitución en su art. 95.
1: la previa revisión de la Norma fundamental en la parte de la misma que
impone
hoy la conclusión de esta Declaración. Dicha reforma constitucional habrá́ de
remover el obstáculo contenido en el art. 13.2, que impide extender a los no
nacionales el derecho al sufragio pasivo en las elecciones municipales (…).
FUNDAMENTOS:
FALLO:
Fundamentos (…) 1. Es ésta la segunda ocasión en que este Tribunal es requerido para
pronunciarse sobre la conformidad con la Constitución de un tratado internacional que se
pretende integrar en el Ordenamiento español, en este caso el Tratado por el que se
establece una Constitución para Europa. Requerimiento que ha de sustanciarse a través
del específico cauce procesal previsto en el art. 95.2 de la Constitución y regulado en el
art. 78 de la Ley Orgánica de este Tribunal (LOTC); sobre cuya naturaleza y sentido
hicimos ya en la Declaración 1/1992, de 1 de julio (DTC 1/1992, en adelante), una serie
de consideraciones que conviene recordar ahora.