Universidad Autónoma de Baja California

Facultad de Contaduría y Administración

Nombre: Xochitl I. De Jesus Elizalde

Materia: Desarrollo de habilidades socioemocionales
Maestro: Hugo Mancebo Del Castillo Pagola
Grupo: 616
Fecha: 06 de mayo 2024
¿Quién soy?

Mi nombre es Xochitl I. De Jesus Elizalde, nací el 09 de mayo del 2000, soy la mayor de tres
hijos, la primera nieta de una familia materna y la única sobrina de 23 años de mi familia
paterna.

Toda mi vida creí haber entendido lo que soy, quien soy y lo que quiero ser. Pero a pesar de
tener el conocimiento de varias cosas, de mis sentimientos, de cada una de las partes de mi
cuerpo, mis emociones, sabia lo que mi cuerpo es capaz de hacer y conozco todos los órganos
que lo conforman, se cómo funciona mis sistemas, pero no fui consciente de eso, entendí lo
realmente importante que mi cuerpo, mente y mi alma son para poder ser un ser humano
sano y funcional.

Yo soy consciente de la importancia de mi salud mental para poder seguir viviendo feliz y
plena, me gusta la meditación y soy una creyente. Encuentro la paz que necesito, entiendo y
acepto mis errores, sé que no soy perfecta, pero se reconocer cuando me equivoco, se
disculparme e intento redimirme después. No me gusta juzgar el actuar de otras personas,
entiendo que todos somos humanos y si Dios quisiera que fuéramos perfectos nos hubiera
creado perfectos, pero no fue así, estamos hechos para equivocarnos, para llorar y pedir
perdón, pero también estamos hechos para reír, ayudar y perdonar. Ahora entiendo que mi
paz mental solo depende de mí, yo puedo cambiar para ser mejor persona.

Soy una persona que adora el ejercicio, todos los días entreno en el gimnasio, es una forma de
mantener mi mente tranquila y mi cuerpo activo. Es parte de mi rutina diaria, me considero
una persona de rutinas todos los días las mismas cosas, a la misma hora, me funciona bien, mi
día empieza exactamente a las 6:45 am y termina a las 11:00 pm nada antes y más después.
Soy precavida me gusta preparar las cosas con tiempo y estar lista para cualquier
inconveniente, puedo trabajar muy bien bajo presión y me adapto a cualquier situación.

Amo dormir.

Actualmente no le tengo miedo a nada sobrenatural, las películas de terror dan risa y la
oscuridad es perfecta para una cómoda siesta. Existen dos cosas que me dan miedo, no es
nada fantasmal ni de otro mundo. El mar, es bellísimo, amo la playa, me encantan los animales
marinos, pero las profundidades del mar me dan escalofríos, no puedo soportar la idea de un
naufragio porque me pongo mal, es un miedo irracional que viene ligado al temor de
ahogarme en agua o en la vida. Y el segundo es la sangre, puedo sentir como se me baja la
presión de pensar en ella, esto viene más de un suceso en mi infancia.

La primera vez que tome terapia psicológica fue en el 2020 ya me había sentido perdida
durante mi vida, vivir sin un motivo, pero tampoco tenía un motivo para sentirme desdichada,
se dice que los que lo tienen todo no tienen derecho a sentirse tristes. Desde que era una niña
hasta que cumplí 20 años creía que no tenía el derecho de sentirme así, de llorar sin razón, de
querer que todo termine sin saber exactamente a que me refería, solo quería poder sentirme
tranquila nunca desee terminar con mi vida… pero después de años de reprimir todas esas
emociones y sentimientos, explote. Y me dio miedo. Mi primera sesión con la psicóloga fue
desastrosa, la primera pregunta que te hacen es donde todos nos rompemos: “¿Por qué estás
aquí?” Explicar mi horrible cansancio mental, el dolor y vacío que sentía en el pecho, tener
todo y a la vez sentirme sola, una persona no debería sentirse así. Después de varias platicas,
sesiones y métodos que me podrían ayudar, recibí mi diagnóstico. En ese entonces yo no
conocía la distimia.
Considero que siempre he sido buena alumna, aprendo rápido y me adapto rápido a los
equipos de trabajo. Procrastino la tarea, pero siempre entrego, escribo mis apuntes y me tomo
el tiempo durante el día para repasar y terminar mis ejercicios. Soy una persona puntual, me
gusta la responsabilidad y esmero. La dedicación, la disciplina y esfuerzo con las cosas que más
admiro en una persona, son cualidades que deseo en mí.

Mi familia es lo más importante para mí, mis padres y hermanos son lo que más aprecio en la
vida. Amo a mis mascotas y los animales en general, mi animal favorito es el rinoceronte y mi
color favorito es el rosa.

Me gusta ver las nubes en el cielo, las estrellas en la noche y el sonido de los pájaros en la
mañana. Disfruto más el frio que el calor, pero aun así aprecio sentir los rayos del sol en mi
piel, la naturaleza; tocar el pasto, la tierra y la arena, sentir el aire y la lluvia, temerles a los
relámpagos, pero aun así admirarlos durante una tormenta, meditar en el pasto para mi es la
mejor experiencia.

Adoro la comida y adoro cocinar para las personas que quiero, hacer una cena para mi familia
es mi manera de decir “te quiero”, me encanta poder comer y platicar con las personas.

Soy una persona sentimental, soy buena escuchando y dando consejos, trato de ayudar lo
mejor que puedo. Aunque también tengo un pésimo carácter y me avergüenza admitirlo
porque quisiera poder cambiarlo o controlarlo, no quiero ser identificada por algo así, cuando
me dejo llevar por un mal momento y exploto no pasa mucho tiempo después para que me dé
cuenta de mi error, todos los días trabajo en mi más grande defecto, todos los días es difícil
pero siempre doy mi mejor esfuerzo en eso.

Para mi equivocarme, cometer un error o hacer sentir mal a alguien solo se redime dándome
cuenta de lo que hice mal, aceptar que me equivoqué, pedir perdón, hacer lo mejor por no
volver a actuar de esa forma y soltar. No podemos vivir con arrepentimiento, miedos, traumas,
mentiras y prejuicios. Me costó mucho aprenderlo y entenderlo, pero la mejor forma de vivir
en paz es aceptando, perdonando y soltando.

Me gusta la persona que soy ahora, no soy la misma que era hace dos años y no seré la misma
en un futuro, pero quiero seguir trabajando en mí, soy un ser humano, mujer, estudiante, hija
y hermana, me equivoco, lloro, peleo y grito. Pero también escucho, abrazo, platico, aconsejo,
ayudo, me disculpo y perdono.

Puedo concluir que yo soy todo lo que Dios quiso para el ser humano.