Tema 6
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Tema 6
1. INTRODUCCIÓN
Etiología de la psicopatología:
Trastornos de conducta:
o Conductas asociadas a dificultades en el autocontrol del comportamiento y de las emociones.
o Emociones (ira y enfado) y conducta (discusión y desafío)
o Conductas que violan los derechos de los demás o llevan a la persona a conflictos importantes frente
a las normas de la sociedad o figuras de autoridad.
o Las causas de pueden variar sustancialmente dentro de estos trastornos y los individuos de una
misma categoría diagnóstica.
o Más prevalentes en el sexo masculino, tienden a iniciarse en la infancia o adolescencia.
o Muchos de los síntomas que definen estos trastornos son comportamientos que pueden suceder en
personas con desarrollo normal necesario determinar si son o no indicativos de un trastorno.
o Espectro de exteriorización asociado a dimensiones como desinhibición y restricción, además de
emocionalidad negativa.
Concepto:
o Trastorno negativista desafiante (TND): patrón recurrente de conducta oposicionista, negativista,
desobediente, desafiante y hostil dirigido a las figuras de autoridad.
Características:
o No realiza importantes violaciones a las reglas sociales o de los derechos de los demás.
o No está directamente relacionado con un acontecimiento estresante.
o Se circunscribe al ambiente familiar y con las personas con las que el/la menor tiene confianza
(aunque tiende a generalizarse).
o Baja tolerancia a la frustración, baja autoestima, descontrol de las emociones y de los impulsos y
consumo temprano de tóxicos
o Entre el 2-15% de la población infantil, apareciendo antes de la pubertad y más frecuente en varones.
o Su inicio es gradual, a lo largo de meses o años y puede ser antecedente evolutivo del trastorno de
conducta (disocial), aunque su curso es muy variable.
o Más prevalente en familias en las que el cuidado de los/as menores está alterado por:
Sucesión de diferentes cuidadores
Familias de trato severo, inconsistente o negligente
o Asociado a un aumento del riesgo de intentos de suicidio (incluso después de controlar los trastornos
comórbidos).
o Después del episodio hay sentimientos de alivio o cansancio que luego pueden derivar en
arrepentimiento y vergüenza.
o Su prevalencia varía entre el 1-11% (prevalencia media de 3,3%), dependiendo de la edad y género.
o Primeros síntomas en años preescolares y raramente más tarde de la adolescencia temprana.
o Mayor riesgo de adaptación como adultos/as (conducta antisocial, problemas de autocontrol, abuso
de sustancias, ansiedad y depresión).
o Muy alta comorbilidad con TDAH, ansiedad, depresión, consumo de sustancias
Criterios (DSM-5, 2013): trastorno negativista desafiante:
o A. Patrón de enfado/irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa que se exhibe durante la
interacción con otras personas.
Enfado/irritabilidad (pierde la calma, susceptible o enfado con facilidad, resentimiento)
Discusiones/actitud desafiante (discute con la autoridad/personas adultas, desafía
activamente o rechaza peticiones/normas, molesta a los/as demás deliberadamente, culpa a
otros/as por sus errores y mal comportamiento.
Vengativo/a (rencor)
o B. Trastorno asociado a malestar en el/la menor o en otras personas de su entorno social inmediato o
impacta en áreas social, educativa u otras.
o C. Comportamientos no en el transcurso de un trastorno psicótico, TUS, depresivo o bipolar.
Factores de riesgo:
o Temperamentales:
Relacionados con problemas en la regulación emocional (alta reactividad emocional, baja
tolerancia a la frustración).
o Ambientales:
Trato severo, inconstante o negligente en la crianza. üEventos adversos en la infancia.
o Genéticos y fisiológicos:
Marcadores neurobiológicos (no claros por no diferenciación entre menores con TND y otro
trastorno de conducta)
Diagnóstico diferencial:
o Trastorno de Conducta: TC y TND relacionados con problemas de conducta, pero los
comportamientos del TND son claramente menos graves y no incluyen agresión a personas o
animales, destrucción de la propiedad ni patrón de robos y/o engaños.
o TEI: sí alto grado de ira, pero además elevados niveles de agresividad hacia los demás, algo que no
es propio del TND.
o TDAH: en el TDAH la ruptura de las normas se produce por conductas impulsivas, no por una actitud
negativista.
o Trastornos depresivo mayor y bipolar: estos conllevan sentimientos negativos e irritabilidad. No
diagnóstico de TND si los síntomas se presentan sólo durante el curso de un trastorno del estado de
ánimo.
o Trastorno de ansiedad social (fobia social): en la fobia social la negatividad y el desafío vienen del
miedo a la evaluación negativa de los/as demás.
o Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo: síntomas del estado de ánimo y los
arrebatos crónicos comunes, pero la intensidad, frecuencia y cronicidad de los arrebatos son más
graves en el trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo.
Intervención:
o La intervención debe abarcar los diferentes contextos en los que se desenvuelve el/la menor (familia,
centro educativo, iguales).
o Técnicas cognitivo-conductuales: auto-instrucciones para el control de la impulsividad y el
autocontrol; aumento de conductas cooperativas y sociales…
o Técnicas conductuales: encaminadas a reducir o eliminar los problemas de comportamiento
(extinción, tiempo fuera, sobre-corrección…) o dirigidas a incrementar o mantener conductas
positivas (refuerzo positivo, refuerzo negativo…).
o Gestión emocional para la mejora de la identificación y manejo de emociones, reducción de la
frustración y estrategias para el control de la ira.
o Intervención con la familia: desarrollo de habilidades parentales más estables y estructuradas
(psicoeducación, habilidades de comunicación, gestión de conflictos, asertividad, establecimiento de
normas y límites…).
o Promoción de entornos estructurados, estables, confiables.
Concepto:
o Trastorno explosivo intermitentes (TEI): episodios repentinos y repetidos de conductas impulsivas,
agresivas y violentas, o arrebatos verbales agresivos en los que reacciona con elevada exageración
para la situación y reflejan una falta de control de impulsos (ira, enfado).
Características:
o Patrón aleatorio de reactividad conductual agresiva y desproporcionada sin un motivo ni objetivo
concreto, ocasionando alteraciones o perjuicios graves en el entorno físico y social y el propio
individuo.
o Entre los factores de riesgo están antecedentes de trauma emocional y físico durante la etapa
infanto-juvenil y factores genéticos y fisiológicos (cociente de heredabilidad padreshijos, alteraciones
neurobiológicas...)
o No hay estudios concluyentes en cuanto a diferencias de género con respecto al Trastorno Explosivo
Intermitente
o Con respecto a la comorbilidad, los trastornos depresivos, de ansiedad y el trastorno por consumo de
sustancias son los trastornos más frecuentemente asociados al Trastorno Explosivo Intermitente
o Los arrebatos agresivos impulsivos (o basados en la ira) del TEI presentan un inicio rápido y
típicamente un escaso o nulo período prodrómico.
o Los arrebatos duran menos de 30 minutos y son respuesta a una provocación por parte de otra
persona (amigo/a y/o persona cercana): falta de control.
o No diagnóstico antes de los 6 años (o nivel de desarrollo equivalente).
o Prevalencia del 2,7% (también más asociado a población más joven y con niveles educativos
medios/bajos).
o El inicio más frecuente en infancia tardía o adolescencia, siendo persistente y continuando durante
muchos años (curso crónico).
o Problemas sociales derivados de este trastorno, así como educativos/laborales, económicos y
legales.
o Elevada comorbilidad con trastornos depresivos, ansiosos, consumo de sustancias y
comportamientos disruptivos (TDAH, TC, TND), así como trastornos de personalidad antisocial y
TLP.
Criterios (DSM-5, 2013): trastorno explosivo intermitente:
o A. Arrebatos recurrentes que reflejan falta de control de impulsos de agresividad.
Agresión verbal: berrinches, diatribas, disputas verbales, peleas o agresión física contra la
propiedad, animales o personas
o B. La magnitud de la agresividad expresada durante los arrebatos es desproporcionada con respecto
a la provocación o cualquier factor desencadenante.
o C. Los arrebatos no son premeditados ni persiguen ningún objetivo (no dinero, poder o intimidación).
o D. Los arrebatos provocan un elevado malestar en el/la menor, alteran su rendimiento o sus
relaciones interpersonales.
o *No se debe asignar este diagnóstico en menores de edades comprendidas entre 6-17 años con
comportamiento agresivo que forma parte de un trastorno de adaptación.
Factores de riesgo:
o Ambientales:
Trauma emocional y físico durante las dos primeras décadas de vida.
o Genéticos y fisiológicos:
Familiares de primer grado de personas con TEI tienen mayor riesgo de presentar dicho
trastorno (estudios de gemelos demuestran influencia genética sustancial en la agresión
impulsiva).
Presencia de anormalidades serotoninérgicas, especialmente en áreas del sistema límbico y
córtex orbitofrontal (la respuesta de la amígdala a los estímulos visuales de la ira es mayor
en personas con TEI).
Diagnóstico diferencial:
o Los arrebatos recurrentes no se explican mejor por otro trastorno mental (por ejemplo: trastorno
depresivo mayor, trastorno bipolar, trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo,
trastorno de la personalidad antisocial, trastorno de la personalidad límite), ni se puede atribuir a otra
patología médica (como traumatismo o Alzheimer), ni a los efectos fisiológicos de alguna sustancia
(drogadicción, medicación, etc.)
o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), Trastorno Negativista Desafiante (TND),
Trastorno de Conducta (TC), Trastorno del Espectro autista (TEA): si bien estos trastornos se inician
en la infancia y pueden mostrar arrebatos agresivos impulsivos, en función de la
magnitud/desproporcionalidad, la forma, las características de los arrebatos y su duración, se
establecerá a qué trastorno podría identificarse.
o Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo: en este trastorno hay un ánimo negativo
persistente (irritabilidad, ira) la mayor parte del día.
o Trastorno de la personalidad antisocial o TLP: el nivel de agresividad impulsiva de estos trastornos
de personalidad es menor que el alcanzado en el TEI.
Intervención:
o La terapia cognitivo-conductual individual se utiliza para ayudar a saber qué situaciones
desencadenan sus episodios violentos.
o Gestión de las emociones y fomentar el autocontrol; detección de situaciones que puedan
desencadenar esos episodios violentos, fomentar habilidades de afrontamiento más asertivas y
menos agresivas...
o Aprender a reconocer y manejar su enfado de una manera saludable (el volcán, termómetro de las
emociones, etc.).
o Técnicas de relajación.
o Estrategias para canalizar las emociones y lograr reducir las reacciones comportamentales (con
los/as menores y con los/as progenitores/as):
Contención
Co-regulación
o Incorporar en la intervención a la familia, docentes y otras personas referentes para manejar y
prevenir los episodios disruptivos.
o Psicoeducación.
o Intervención con cuidadores/as en mejores estrategias de crianza (establecimiento de normas y
límites, castigos…).
Concepto:
o Trastorno de conducta disocial: alteración propia de sujetos menores de edad que, a lo largo de su
infancia, presentan un patrón de comportamiento continuado caracterizado por la presencia de
violación sistemática de las normas sociales y los derechos de los demás durante al menos 12
meses.
Características:
o Muy pequeño grado de empatía, tienden a percibir las intenciones de los demás como agresivas y
hostiles, insensibles, carentes de sentimientos de culpa o remordimientos.
o Suele asociarse con un ambiente desfavorable como problemas en relaciones familiares, fracaso
escolar…
o De inicio infantil (antes de los 10 años, suelen presentar trastorno disocial de forma permanente y
evolucionar hacia trastorno antisocial en la época adulta); inicio adolescente (después de los 10
años, deterioro y gravedad del trastorno son menores); inicio no especificado (no existe información
para determinar la edad de aparición), según DSM-5.
o La prevalencia parece haber aumentado en últimas épocas, más en núcleos urbanos. En varones
menores de 18 años, entre 5-15%, en mujeres entre 2-10%.
o Existen 3 subtipos:
Inicio infantil: niños que muestran agresividad física hacia los demás, con relaciones
alteradas con iguales, que pueden haber tenido un TND durante la infancia temprana y
cumplen todos los criterios del TC antes de la pubertad. También suelen tener TDAH
concurrente u otros problemas del neurodesarrollo. Más probable su persistencia en edad
adulta.
Inicio en la adolescencia: menos probable que muestren comportamientos agresivos y
tienden a tener relaciones más normales con iguales. No tanta persistencia en edad adulta.
Proporción más equilibrada en ambos sexos que en inicio infantil (más proporción
masculina).
No especificado: cuando no hay información suficiente para establecer el inicio del trastorno.
o El especificador ”con emociones prosociales limitadas”, asociada a la búsqueda de emociones,
audacia e insensibilidad al castigo, también indica mayor propensión a la participación en agresiones
planteadas con ganancias instrumentales.
o Patrón de salidas nocturnas a pesar de la prohibición de progenitores.
o Temprano absentismo escolar, consumos y conductas de riesgo.
o Clara mala interpretación de las intenciones de los demás, viviéndolas como hostiles, amenazantes,
respondiendo con una agresividad que sienten como razonable y justificada.
o Su prevalencia se estima en una media del 4%, aumentando de la infancia a la adolescencia.
o Su inicio en años preescolares, aunque más marcado en la infancia.
Criterios (DSM-5, 2013): trastorno de conducta:
o A. Patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que no se respetan los derechos básicos
de otros, normas o reglas sociales propias de la edad.
Agresión a personas y animales (amenaza, intimida, inicia peleas, es cruel, roba, abusa…)
Destrucción de la propiedad
Engaño o robo (invade casas o automóviles, miente para obtener cosas o favores, roba
objetos…)
Incumplimiento grave de normas (sale por la noche a pesar de la prohibición de progenitores,
pasa noches fuera, falta a clase ya antes de los 13 años…)
o B. Provoca malestar clínicamente significativo en áreas del funcionamiento social, escolar, familiar…
o C. Si la edad de la persona es de 18 años o más, no cumplen criterios para trastorno de la
personalidad antisocial.
Factores de riesgo:
o Temperamentales:
Temperamento infantil de difícil control y una inteligencia por debajo de la media,
especialmente en lo referente al CI verbal.
o Ambientales:
A nivel familiar es el rechazo, la negligencia por parte de cuidadores/as, la crianza
incoherente, disciplina severa, abuso sexual o físico, falta de supervisión, vivencia en
institución a edad temprana, cambios frecuentes de cuidadores/as, delincuencia de
progenitores y ciertos tipos de psicopatología familiar (TUS).
A nivel socio-comunitario es el rechazo de iguales, asociación de iguales violentos, entorno
disruptivo/violento.
o Genéticos y fisiológicos:
El riesgo aumenta con un familiar/cuidador con TC, TUS, TDM, T. Bipolar o Esquizofrenia.
Frecuencia cardíaca en reposo más lenta en personas con TC.
Diferencias funcionales y estructurales en áreas del cerebro asociadas a la regulación y
procesamiento del afecto (amígdala y córtex prefrontal).
Diagnóstico diferencial:
o TND: los comportamientos del TND son menos graves y no incluyen la agresión a personas o
animales, destrucción de la propiedad ni un patrón de robos o engaños. El TND incluye
desregulación emocional (humor irritable y enfado. Pueden darse a su vez los dos diagnósticos.
o TDAH: en el TDAH el comportamiento es hiperactivo e impulsivo, pero, aunque sea disruptivo no
viola, por sí mismo, las normas sociales. Si coexisten, es posible el diagnóstico doble.
o T. Depresivo Y T. Bipolar: Los problemas de comportamiento asociados a los trastornos del estado
de ánimo pueden distinguirse de los asociados en el TC (niveles más altos de conducta agresiva). Sí
posible ambos diagnósticos concurrentes.
o Episodio maníaco: el cuadro maníaco se caracteriza por carácter episódico y por las otras
características típicas del trastorno del estado de ánimo
o TEI: ambos implican alto grado de agresividad, pero la agresividad del TEI se limita a episodios
impulsivos y no premeditados, no con intención de satisfacer un objetivo tangible.
o Trastornos de adaptación: este trastorno en caso de que se produzcan problemas de conducta
significativos que no cumplen criterios de otro trastorno específico y que existe asociación con el
inicio de un factor estresante psicosocial. El TC sólo se diagnostica cuando los problemas de
conducta representan un patrón repetitivo y persistente que deteriora diferentes áreas del
funcionamiento de la persona.
Intervención:
o Intervención muy compleja ya que no hay conciencia del mal comportamiento.
o Alta efectividad, en casos más severos, separar al/la menor del ambiente problemáticos,
proporcionándole un contexto más estructurado y estable.
o Tratamiento conductual (de aprendizaje social):
Con el/la menor: modificar el comportamiento agresivo por medio del aprendizaje de nuevos
repertorios alternativos e incompatibles con la agresión y entrenamiento en habilidades de
solución de problemas para que adquirir nuevas formas de resolver adecuadamente
situaciones generadoras de tensión y desencadenantes de agresión.
Con progenitores/cuidadores: establecer pautas de convivencia y patrones de relación
adecuados con sus hijos/as y aprender métodos para modificar las conductas de la manera
esperada. Los procedimientos más habituales son técnicas de manejo de contingencias,
refuerzo positivo, moldeamiento, extinción, tiempo fuera, costo de respuesta, sobre-
corrección, refuerzo de omisión y refuerzo diferencial de repuestas incompatibles o
alternativas.
o Tratamiento cognitivo-conductual:
Centrado en el trabajo con el/la menor: entrenamiento en habilidades cognitivas
(enseñándole a evaluar sus percepciones sobre el mundo, sus interpretaciones de los
acontecimientos vitales y sus atribuciones sobre el comportamiento, y enseñándole formas
más adaptativas de afrontar las dificultades ambientales y a manejar sus propios
pensamientos y emociones), es necesaria cierta capacidad de introspección y de
razonamiento abstracto, por lo que suele utilizarse con adolescentes. Técnicas como la
reestructuración cognitiva, entrenamiento en autoinstrucciones, entrenamiento en autocontrol
y entrenamiento en solución de problemas.
Concepto:
o Interacción familiar violencia filio – parental: es aquella en la que el/la menor actúa de forma
intencional y conscientemente, con el deseo de causar daño, perjuicio y/o sufrimiento en sus
progenitores, de forma reiterada y a lo largo del tiempo (Aroca, 2010).
Características:
o Crece de forma progresiva: se inicia con insultos y descalificaciones, pasa a amenazas y ruptura de
objetos, y finaliza con agresiones físicas cada vez más severas. Se produce en todos los estratos
socioeconómicos.
o El 13,7% de los adolescentes han ejercido violencia física al menos una vez en el último año,
mayoritariamente a la progenitora (Calvete, Gámez-Guadix y Orue, 2014).
o Elevada presencia de violencia intrafamiliar (entre progenitores).
o Comienzo entre los 14 y 17 años, aunque la adolescencia temprana es un periodo crítico.
o Problemas en salud mental (13%) y consumo de drogas (23%) en los progenitores/cuidadores.
o La conducta violenta se mantiene por los beneficios que se obtienen, como el control y el poder.
o Tiene mayor incidencia la violencia verbal y la psicológica.
o La probabilidad de consumir y ejercer violencia física se multiplica por dos.
o Psicopatología asociada: TDAH, Trastorno Disruptivo de la Personalidad, Trastorno Bipolar, TLP y
Trastorno Disocial.
o No diferencias entre género, pero sí en el tipo de violencia: las chicas mayor violencia psicológica, los
chicos mayor violencia física.
o Prevalencia de trastornos infanto-juveniles entre 17-26%
o El 10% de los casos tienen una afectación significativa del funcionamiento.
o Peor pronóstico cuanto menor es la edad de inicio.
Mecanismo:
o Ciclo de violencia filio-parental: círculo bidireccional de sumisión-hostilidad/hostilidad-hostilidad