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Segundo Dia de La Novena Completo

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SEGUNDO DIA DE LA NOVENA

MARIA COMPROMETIDA AL SERVICIO DE DIOS


POR LA SEÑAL
ACTO DE CONTRICION
Jesús, mi Señor y Redentor: Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido
hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos, ofendí a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar, y confió en que, por tu infinita misericordia, me
has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS

Santísima Virgen María, Reina de todos los santos y Madre mía,


designada por vuestro Hijo expirante en la Cruz para salvar a todos los
hombres, acudo a Vos con amor y confianza, pues sois Abogada de los
pecadores y Auxilio de los Cristianos. Alcanzadme, Señora mía, el
perdón de mis culpas, un verdadero dolor de ellas, luz y acierto para
poder conseguir la gracia de Dios y con auxilio para mi eterna salvación.
A este fin os ofrezco todos los obsequios de esta novena que consagro a
vuestro honor. Recibidlos, mi buena Madre, y haced que logre la gracia
que me he propuesto pediros en el curso de esta novena. Si me conviene
para el bien de mi alma, te pido la gracia (casi da uno pide la gracia que
le conviene) ... y deseo Señora mía, que en todo se cumpla la voluntad de
Dios; pero bien lo veis, mi buena Madre, cuántas ansias y penas afligen
mi corazón; apresurad pues, vuestro auxilio a tantas necesidades mías.
Os lo pido por los méritos de los dolores que sufristeis al pie de la cruz,
cuando Jesús os constituyó madre y auxilio de los cristianos. Amén

ILUMINACIÓN BÍBLICA
Dijo maría: “he aquí la esclava del señor;
hágase en mi según tu palabra” (lc 1,38)

y el ángel dejándola se fue.

MEDITACIÓN
"María al proclamarse la esclava del Señor desea comprometerse
a realizar personalmente de modo perfecto el servicio que Dios
espera de todo su pueblo. Las palabras: 'He aquí la esclava del
Señor', anuncian a Aquel que dirá de sí mismo: 'El Hijo del hombre
no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como
rescate por muchos' (Mc 10, 45; cf. Mt 20, 28). Así, el Espíritu
Santo realiza entre la Madre y el Hijo una armonía de
disposiciones íntimas, que permitirá a María asumir plenamente su
función materna con respecto a Jesús, acompañándolo en su
misión de Siervo. En la vida de Jesús, la voluntad de servir es
constante y sorprendente. En efecto, como Hijo de Dios, hubiera
podido con razón hacer que le sirvieran. Al atribuirse el título de
'Hijo del hombre', hubiera podido exigir el dominio sobre los
demás. Por el contrario, Jesús no quiere ser servido, sino que
desea servir hasta el punto de entregar su vida en la obra de la
redención.
También María, aun teniendo conciencia de la altísima dignidad
que se le había concedido, ante el anuncio del ángel se declara de
forma espontánea 'esclava del Señor'. En este compromiso de
servicio ella incluye también su propósito de servir al prójimo,
como lo demuestra la relación que guardan el episodio de la
Anunciación y el de la Visitación. Así brinda a los cristianos de
todos los tiempos un modelo sublime de servicio. Las palabras:
'Hágase en mí según tu palabra' (Lc 1, 38), manifiestan en María,
que se declara esclava del Señor, una obediencia total a la
voluntad de Dios" (cf. Juan Pablo II. Catequesis, 4 de septiembre
de 1996).
Dios, en su sabiduría, eligió a María Santísima, símbolo de la
humildad, de la pureza, de un alma y un cuerpo no contaminados,
puestos al servicio de Dios. Ante el mensaje del ángel, no duda en
responder aquellas magníficas palabras, que constituyen un
modelo, un ejemplo de la aceptación incondicional y acatamiento
a la Voluntad de Dios: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí
según tu palabra"
¡Oh María Auxiliadora!, te pedimos que por tu intercesión seamos
humildes, puros y sencillos para que cumplamos siempre la
voluntad de nuestro Padre Dios. Que este sea el proyecto de fe
que abarque toda nuestra vida.
En un momento de silencio haz una meditación breve sobre lo que
has leído y pídele al Señor por tu necesidad.

TRES AVEMARIA Y LOS GOZOS

ORACIÓN FINAL
Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a ti
recurrimos, poderoso
Auxilio de los cristianos. Conocedores de las innumerables gracias
que diariamente concedes a tus devotos, hemos puesto siempre
en ti toda nuestra confianza; y hoy, humildemente postrados a tus
plantas, te suplicamos, con todo el fervor de nuestra alma,
remedies nuestra necesidad. Bien sabemos, Madre querida que
aún tememos que nuestras culpas sean un obstáculo a tu bondad.
Mas tú puedes, dulcísima Señora, sacarnos de este lastimoso
estado y hacer que sirvamos con fidelidad a ti y a tu divino Hijo, a
fin de que nosotros también podamos experimentar la maravillosa
eficacia de tu santo Auxilio.

Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un


Gloria al Padre.

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