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Teorias

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Frederic Skinner, quien a través de su Teoría de reforzamiento intentó dar una explicación al

funcionamiento de la conducta humana como respuesta a ciertos estímulos.

¿QUÉ ES EL REFORZAMIENTO?

El reforzamiento es un proceso a través del cual podemos aumentar la probabilidad de que una
conducta vuelva a repetirse en el futuro.

Un reforzador es cualquier cosa que consiga dicho fin, pero lo que hace que algo sea o actúe
como reforzador no es su forma o topografía, sino su función, es decir, si en el momento en el
que se presenta consigue influir en la conducta que acaba de suceder.

TIPOS DE REFORZAMIENTO:

Reforzamiento Positivo

Sucede cuando después de realizar una conducta determinada se produce, provoca, o se


administra algo bueno y deseado por la persona.

Reforzamiento Negativo

Se da cuando después de realizar la conducta conseguimos eliminar o evitar algo malo o que
no nos gusta.

Hay ocasiones en las que un mismo estímulo puede actuar como reforzador positivo y negativo
al mismo tiempo.

*Cuando hablamos de influir sobre el comportamiento siempre tenemos que hablar en


términos de probabilidad ya que el hecho de aplicar técnicas de modificación de conducta no
asegura que el efecto sea el deseado.

La teoría del reforzamiento elaborada por Skinner, también conocida como condicionamiento
operante o condicionamiento instrumental, intenta explicar la conducta humana en
correspondencia con el medio ambiente o los estímulos que la rodean.

Mediante el método experimental, Skinner llega a la conclusión de que la aparición de un


estímulo desencadena una respuesta en la persona. Si esta respuesta es condicionada
utilizando reforzadores positivos o negativos, se podrá ejercer una influencia en dicha reacción
o conducta operante, la cual puede potenciarse o inhibirse.

Skinner estableció que la conducta se mantiene de un contexto o situación a otra siempre que
las consecuencias, es decir los reforzadores no cambien o lo hagan siguiendo unas ciertas
lógicas, "reglas" que hay que descubrir. Como consecuencia, tanto el comportamiento humano
como el animal pueden ser condicionados o modificados utilizando una serie de estímulos que
el sujeto puede considerar satisfactorios o no.

¿Qué tipos de refuerzo existen?

Los estímulos condicionales o reforzadores tanto positivos como negativos, pueden utilizarse
con la finalidad de rectificar o cambiar la conducta de la persona. Estos son de gran utilidad
tanto en la terapia psicológica, como en el ámbito escolar, familiar o incluso laboral.

Skinner diferenciaba entre dos tipos de reforzadores: los reforzadores positivos y los
reforzadores negativos.
1. Reforzadores positivos

Los reforzadores positivos son todas aquellas consecuencias que aparecen tras una conducta y
que la persona considera satisfactorias o beneficiosas. Mediante estos reforzadores positivos o
satisfactorios, se busca aumentar la tasa de respuesta de una persona, es decir que aumente la
probabilidad de realizar o repetir una acción.

Esto significa que los actos que son reforzados de manera positiva tendrán más probabilidades
de repetirse puesto que van seguidos gratificaciones, premios o recompensas percibidas como
positivas por la persona que realiza la acción.

Es muy importante destacar que para que esta asociación sea efectiva hay que asegurarse que
la persona considere el refuerzo positivo como tal. Es decir, que le resulte realmente atractivo.

Lo que una persona puede considerar como un premio no tiene porqué serlo para otra. Por
ejemplo, un niño al que apenas le dan caramelos puede percibirlos como un premio más
importante que otro que acostumbrado a ellos. Por lo tanto, será necesario conocer las
particularidades y diferencias de la persona para así, poder concretar cuál será el estímulo
idóneo que sirva como reforzador positivo.

A su vez, estos reforzadores positivos pueden ser clasificados en las siguientes categorías:

Reforzadores primarios o intrínsecos: son conductas que por sí mismas generan satisfacción.
Por ejemplo comer si se tiene hambre.

Reforzadores secundarios: se dan mediante aprendizaje y son externos a la persona. Pueden


ser materiales, como el dinero o sociales, como el reconocimiento.

3. Reforzadores negativos

Al contrario de lo que popularmente se cree, los reforzadores negativos no consisten en


administrar castigos o estímulos aversivos a la persona; sino todo lo contrario. La utilización de
reforzadores negativos busca aumentar la tasa de respuesta de esta mediante la eliminación de
aquellas consecuencias que esta considere negativas.

Por ejemplo, un niño que estudia para cierto exámen y obtiene una buena calificación. En este
caso los padres le eximen de realizar alguna tarea doméstica o alguna actividad que le resulte
desagradable.

Los programas de reforzamiento de Skinner

Tal y como se comentaba al inicio del artículo, además de teorizar acerca de la conducta
humana, Skinner buscaba llevar estas teorías a la práctica real. Para ello, elaboró una serie de
programas de refuerzo concretos, siendo los más destacados los programas de refuerzo
continuo y refuerzo intermitente (refuerzo de intervalo y refuerzo de razón).

1. Refuerzo continuo

En el refuerzo continuo la persona es recompensada constantemente por una acción o


conducta. La principal ventaja es que la asociación de forma de manera veloz y efectiva; sin
embargo, una vez eliminado el refuerzo la conducta también se extingue rápidamente.

2. Refuerzo intermitente
En estos casos solamente se refuerzan la conducta de la persona en determinadas ocasiones.
Este programa a su vez se subdivide en dos categorías: refuerzo de intervalo (fijo o variable) o
refuerzo de razón (fijo o variable)

http://lauracubino.com/el-reforzamiento-que-es-y-que-tipos-hay/

https://psicologiaymente.com/psicologia/teoria-reforzamiento-skinner

La autoestima: Ese gran deseado

La autoestima es la valoración de uno mismo, se trata de una opinión emocional, de un


conjunto de percepciones y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros.

La importancia de la autoestima radica en que concierne a nuestra persona, a nuestra manera


de ser y al sentido de nuestra valía personal. Por lo tanto, puede afectar a nuestra manera de
sentir y de relacionarnos con los demás. Todo lo que hacemos, sentimos o decidimos está
influenciado por ella.

En la pirámide de Maslow, teoría psicológica propuesta por el mismo Abraham Maslow, se


habla sobre una jerarquía de necesidades humanas, defendiendo que conforme se satisfacen
las necesidades básicas (las que están en la base de la pirámide), las personas desarrollamos
necesidades y deseos más elevados (los de la parte superior de la imagen).

En los dos primeros apartados de la parte superior, nos encontramos con el reconocimiento y
la autorrealización, ambos muy importantes e influyentes en la autoestima. Para poder
sentirnos autorrealizados, necesitamos tener una autoestima sólida. En este grupo radica la
necesidad de toda persona de sentirse apreciado, tener prestigio, etc. De igual manera se
incluyen la autovaloración y el respeto por sí mismo, influyendo esto en la confianza, el éxito, el
autorreconocimiento, la aceptación de hecho, etc.

Esta “aceptación de hechos” es un punto de máxima importancia, ya que para las personas
mayores es imprescindible aprender a aceptar los hechos que les ocurre a esta edad en la que
cambian aspectos de sus vidas, debiendo aceptar las limitaciones que ello conlleva y dando la
bienvenida a otras, como puede ser el tener más tiempo para poder realizar actividades que les
gusten, no tener tantas responsabilidades, etc.

Conforme avanza la edad pueden aparecer ciertos problemas que pueden afectar a la
autoestima, como son la pérdida de audición, las limitaciones físicas, el olvido de cosas, el ya
no verse activo como antes… lo importante de toda esta percepción es el balance final que
hagamos. A medida que vemos limitaciones es importante también saber aceptarlas y poder
llegar a compensarlas, para así poder tener una vida lo más satisfactoria posible.

Algunas de las recomendaciones para mejorar la autoestima son:

Escúchate a ti mismo más que a los demás

Acéptate tal como eres

Acepta tus limitaciones

Acepta tus sentimientos

Atiende a tus necesidades

Aliviar la tensión
Abandonar la ira

Dedícate tiempo para ti.

Convierte lo negativo en positivo

Formamos parte de un todo, y para tener un equilibrio interno que nos haga sentirnos bien con
nosotros mismos es necesario cubrir todas las parcelas de la vida: física, mental, emocional,
familiar y social.

https://didascalia.es/la-autoestima-ese-gran-deseado/

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