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Informe Interpretativo (Josveli Vásquez)

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para La Educación Superior

Universidad Bicentenaria De Aragua

Decanato de Salud y Desarrollo Humano

Escuela De Psicología

San Joaquín De Turmero, Estado Aragua

Informe
interpretativo

Prof: Josveli Vásquez.

Alumno: Franco Maracara

C.I: 29503344
Sección: 1
Introducción:

La terapia cognitivo-conductual se basa en la idea de que tanto las


emociones como las conductas tienen su origen en el pensamiento, el cual
dependiendo si es racional o irracional, determina en gran medida el
bienestar o malestar del individuo, desde la perspectiva cognitivo-conductual
se considera que, si se modifican los pensamientos del sujeto, en automático
cambian la manera de sentir, y por consiguiente de comportarse, La terapia
cognitivo conductual propone una explicación biológica, psicológica y social
de la conducta y emociones humanas, partiendo de la premisa de que son el
resultado de lo que las personas piensan o creen, desde esta perspectiva no
son las situaciones las que determina como nos sentimos y actuamos, sino lo
que pensamos acerca de ellas, la intervención desde la perspectiva cognitivo
conductual se aboca a transformar el pensamiento irracional a racional, el
cual ocasiona los problemas emocionales, que se presentan porque la
realidad la basan en hechos irreales. Conocer la base de los problemas
emocionales conlleva a una mejor interpretación de los síntomas y por
consiguiente a su intervención eficaz, el proceso terapéutico es eficaz
cuando se logra identificar la causa del problema y no desviarse en
problemas prácticos, esto es muy importante, ya que estos no se resuelven
en terapia, por eso es muy importante aplicar la metodología adecuadamente
para que sea viable.
La terapia conductual es una forma de terapia que se basa en los
principios del conductismo. En la terapia conductual, el objetivo es reforzar
las conductas deseables y eliminar las no deseadas o desadaptativas. Una
cosa importante a tener en cuenta sobre las diferentes terapias de
comportamiento es que, a diferencia de otros enfoques teórico-prácticos, la
terapia conductual se basa en la acción. Así, los terapeutas conductuales se
centran en el uso de las mismas estrategias de aprendizaje que llevaron a la
formación de conductas no deseadas, orientando la terapia hacia la
adquisición de nuevos comportamientos.

Los dos principios básicos que conforman la terapia conductual


surgida de las teorías conductistas son el condicionamiento clásico y el
condicionamiento operante, el condicionamiento clásico implica
formar asociaciones entre estímulos. El condicionamiento operante por su
parte se centra en cómo el refuerzo y el castigo se pueden utilizar para
aumentar o disminuir la frecuencia de un comportamiento, el
condicionamiento clásico es una manera de alterar el comportamiento, y
existen un buen número de técnicas orientadas a producir este cambio.

Originalmente conocido como modificación de conducta, las


principales técnicas utilizadas desde este enfoque son la inundación, la
desensibilización sistemática, la exposición o la terapia aversiva.

Otro grupo de técnicas son las basadas en los principios del


condicionamiento operante, lo que significa que utilizan el refuerzo, el
castigo, la formación, el modelado y otras técnicas relacionadas para
modificar el comportamiento.

Estos métodos tienen la ventaja de estar muy centrados en la


conducta problema, lo que permite que se puedan producir resultados
rápidos y eficaces, algunas de las técnicas y estrategias utilizadas desde
esta aproximación son la economía de fichas, el manejo de contingencias o
la extinción de conductas.

Por otro lado, encontramos una serie de desventajas que, si bien no


tienen por qué aparecer siempre, son rasgos que debemos tener en cuenta a
la hora de elegir esta corriente de psicoterapia, ya sea como paciente o como
psicólogo.

Su propio modelo le da ventajas a la vez que lo limita. Otro tipo de


corrientes como las de tipo humanista se enfocan en un trabajo más
centrado en la experiencia de las emociones y no tanto en la relación
pensamiento-conducta.

Son más vivenciales y existenciales y se valora el estado subjetivo.


Centrarse en la cognición y en su modificación construye una estructura de
trabajo que puede dejar de lado esa parte existencial, espiritual o del
inconsciente de la persona.

El paciente/cliente puede sentirse mejor sin necesidad de abordar el


pensamiento directamente, enfocándolo no como un intento de “atacar” o
modificar el síntoma, sino de alejarse y observarlo con perspectiva,
conectando y explorando con las emociones que se mueven dentro, como
hace el Mindfulness.

La TCC no enfoca su trabajo en lo intuitivo, el inconsciente o en el


pasado, que en ocasiones pueden ser el origen de los síntomas y es
importante tener a mano otras técnicas para trabajarlo.
El cambio, tanto en terapia como en el día a día, puede precipitarse
por variaciones muy distintas. Nuestra conducta también es como es por un
cúmulo de variables más o menos relevantes: nuestra propia historia
personal, nuestro bagaje, nuestras habilidades o las recompensas que
queremos obtener a partir de esa conducta (condicionamiento operante).

Primero Thorndike, con su psicología diferencial, seguido de Pavlov y


su condicionamiento clásico, para llegar a Skinner y a su condicionamiento
operante, los refuerzos y los castigos en la conducta del individuo son
campos de estudio relevantes para la psicología experimental.

Desde ellos, y defendido por los modelos conductuales, el


condicionamiento operante se postula como un tipo de aprendizaje en el que
la persona actuaría en función de las consecuencias anticipadas, es decir,
hablaríamos del producto de una historia de aprendizaje. Hoy sabemos que
las conductas que van seguidas de un refuerzo son más probables que
aquellas que vienen seguidas de un castigo.

Las técnicas del condicionamiento operante basadas en el castigo


negativo son variadas, por ejemplo. En el Coste de respuesta se retiran
los reforzadores cuando se emite una conducta no adecuada y se
devuelven cuando tiene lugar la conducta alternativa que queremos que
se aprenda. Es importante hacerse al principio con varios reforzadores
y evitar a toda costa el saldo negativo (que un niño no se quede sin todos
sus reforzadores y por ende le de igual, o que lleve tanto sin ellos que
estos dejen de funcionar como refuerzo para él), en el tiempo fuera
es cuando no se pueden controlar los refuerzos del medio, y la persona
sigue recibiendo sus reforzadores a pesar de emitir una conducta
inadecuada, se puede sacar al individuo del medio reforzador. Si el
individuo es un niño, es importante dejarle fuera el tiempo adecuado.

Las técnicas basadas en el castigo positivo empiezan por la


saciación, esta consiste en proporcionar reforzadores de forma
indiscriminada hasta que el individuo se sacie. Existen dos tipos de
saciación, de respuesta y de conducta. La de respuesta trabaja de forma
masiva con los reforzadores, mientras que la de conducta se centra en el
comportamiento que se quiere alterar.
Un ejemplo de saciación de respuesta es la emisión masiva de
reforzadores para que estos dejen de constituirse como reforzadores de
esa conducta. Una persona grita a otra para que le deje solo. Una
saciación de respuesta sería dejarle solo durante mucho tiempo, no solo
el que él busca. La sobre - corrección, Se pretende que el individuo
pague por las consecuencias de sus actos. Existe la sobre - corrección
restitutiva, en la que, por ejemplo, el niño ha de recoger todos los
juguetes que ha sacado de la caja; también la sobre - corrección de
práctica positiva, en la que, si la persona dejando de fumar ha probado el
tabaco, se le indica que tiene que llevar a cabo alguna acción como
penitencia de ese cigarro.

Las tecnicas de reforzamiento diferencial se utilizan cuando el


objetivo del programa de refuerzo y castigo no es la supresión de una
conducta, pero se quiere modificar la frecuencia. Hay tres técnicas no
excluyentes entre sí que utilizan el refuerzo del condicionamiento
operante, el Reforzamiento diferencial de tasas bajas, con esta técnica se
pretende bajar la frecuencia de una conducta, así se reforzará solo
cuando esta se dé en tasas bajas. Si aparece en tasas altas, el individuo
no recibirá el reforzador.
Ante todo, los programas de reforzamiento han de ser llevados a cabo
de una manera adecuada, eficaz, inteligente y responsable. Los objetivos
a alcanzar deben estar claros y el plan de actuación también.

Pensemos que en muchos casos la persona presentará resistencias


para plegarse al plan que planteemos, querrán el refuerzo con
independencia de lo pactado. De ahí que también sean necesarias la
paciencia, las habilidades sociales, la sutileza y la precisión para marcar
los tiempos.

Desde los años 70 hasta la actualidad, ha habido un cambio


fundamental en la utilización de técnicas de tipo cognitivo-comportamental.
Ahora se concede mayor importancia a las influencias ambientales y a los
procesos cognitivos que se insertan en la secuencia de estímulo-respuesta y
se tiene en cuenta ampliamente que, por lo tanto, existen variables
mediadoras que contribuyen a producir y modificar las respuestas
conductuales, incluidas las imágenes mentales.

Históricamente, el uso de imágenes mentales comienza con la


desensibilización sistemática, una técnica elaborada para reducir los estados
de ansiedad y miedo mediante la exposición guiada a los estímulos
ansiógenos y fobigenos. Más tarde, otros autores como Joseph Cautela
(1969) comenzaron a utilizar los principios del condicionamiento operativo en
referencia a los acontecimientos no directamente observables. En este
artículo de Psicología-Online descubriremos juntos qué es el
condicionamiento encubierto, sus técnicas de aplicación y ejemplos sobre
ello.

Algunas técnicas de condicionamiento encubierto se practica


mediante las siguientes técnicas:
La desensibilización sistemática se basa en asociar un estímulo
adverso con un comportamiento que el cliente desea reducir o eliminar. Esto
se hace imaginando el comportamiento objetivo seguido por la imaginación
de una consecuencia negativa. La "extinción secreta" trata de reducir el
comportamiento imaginando el comportamiento objetivo mientras imagina
que el refuerzo no se produce. El "coste oculto de la respuesta" intenta
reducir el comportamiento asociándolo a la pérdida de un refuerzo que debe
ser disminuido, la desensibilización por contacto tiene como objetivo es
aumentar un comportamiento imaginando una experiencia de refuerzo en
relación con el mismo. El refuerzo negativo oculto intenta aumentar un
comportamiento al vincular el final de un estímulo adverso con una mayor
producción de un comportamiento objetivo.

La terapia de comportamiento dialéctica y terapia de aceptación y


compromiso utilizan el refuerzo positivo y el condicionamiento oculto a través
de la conciencia. Aunque las terapias son bastante similares en la teoría y en
la práctica, la primera se basa en la filosofía de la psicología cognitiva, según
la cual los pensamientos y los sentimientos son explicaciones del
comportamiento motor, mientras que la segunda, enraizada en el análisis del
comportamiento, ve el pensamiento y los sentimientos como más
comportamientos a explicar.

Se fundamentan en la consideración de que, ante cualquier situación,


las personas no respondemos automáticamente sino en base a creencias o
supuestos tácitos contenidos en esquemas cognitivos que nos permiten
organizar la realidad.

En la parte de adquisición de habilidades, el terapeuta enseña en


distintas habilidades y desarrolla un entrenamiento auto - instruccional que
sirva al paciente para guiar sus acciones positivamente y evitar
pensamientos catastrofistas. Se le enseña a descomponer el acontecimiento
estresante en segmentos, a identificar cada uno de ellos, así como los
pensamientos catastrofistas, y a sustituirlos por otros.

Dentro del paradigma cognitivo-conductual son múltiples los


tratamientos, terapias y técnicas que pueden utilizarse de cara a producir una
mejoría al paciente. Muchas de ellas son técnicas surgidas del conductismo
a las cuales se les han añadido elementos cognitivos.

1. Técnicas de exposición: Este tipo de técnicas son empleadas


especialmente en los casos de fobias y trastornos de ansiedad y control de
los impulsos. Se basan en confrontar al paciente al estímulo temido o
generador de ansiedad hasta que ésta se reduzca, de manera que pueda
aprender a gestionar su conducta ante él a la vez que a nivel cognitivo
reestructura los procesos de pensamiento que le hacen sentir malestar ante
dicho estímulo o situación, En general, se procede a hacer entre paciente y
terapeuta una jerarquía de estímulos temidos, de manera que este pueda ir
poco a poco acercándose y exponiéndose a ellos paulatinamente

2. Desensibilización sistemática: Si bien el procedimiento aplicado


en la desensibilización sistemática es semejante al de la exposición, ya que
en él se establece también una jerarquía de estímulos ansiógenos a los que
el paciente va a exponerse, se diferencia de las técnicas anteriores en el
hecho de que previamente se ha entrenado al paciente en la realización de
respuestas incompatibles con la ansiedad.

3. Técnica de la flecha ascendente: Esta técnica resulta básica en el


tratamiento de la mayor parte de trastornos psíquicos, formando parte de
casi todas las técnicas cognitivo-conductuales. Se basa en la modificación de
los esquemas de pensamiento del paciente a través de diversos métodos,
identificando los propios patrones de pensamiento y su influencia sobre la
vida del paciente y generando junto al paciente alternativas cognitivas más
adaptativas y funcionales.

4. Técnicas de modelado: El modelado es un tipo de técnica en la


que un individuo realiza una conducta o interactúa en una situación con el
objetivo de que el paciente observe y aprenda una manera de actuar
concreta de manera que sea capaz de imitarlo. Se busca que el observador
modifique su conducta y/o pensamiento y dotarle de herramientas para
afrontar determinadas situaciones, Existen diferentes variantes según el
observador deba o no replicar la conducta, el modelo domine desde el inicio
de realizar la conducta deseada o tenga recursos semejantes al paciente de
modo que se vaya haciendo una aproximación al objetivo, el número de
personas que actúan como modelo o si el modelado se realiza en vivo o a
través de otros medios como la imaginación o la tecnología.

5. Inoculación de estrés: Esta técnica se basa en la preparación del


sujeto de cara a hacer frente a posibles situaciones de estrés. En ella se
pretende en primer lugar ayudar al paciente a entender cómo le puede
afectar el estrés y cómo puede hacerle frente, para posteriormente enseñarle
diferentes técnicas cognitivas y conductuales como las otras aquí reflejadas y
finalmente hacer que las practique en situaciones controladas que permitan
su generalización a la vida cotidiana.

6. Entrenamiento en auto - instrucciones: Creado por


Meichenbaum, el entrenamiento en autoinstrucciones se basa en el papel de
éstas sobre la conducta. Se trata de las instrucciones que con las
que guiamos nuestra propia conducta indicando qué y cómo vamos a hacer
algo, las cuales están teñidas por las expectativas hacia los resultados a
obtener o a la propia eficacia, determinadas problemáticas tales como una
baja autoestima o percepción de autoeficacia pueden producir que la
conducta se vea perjudicada y no pueda realizarse con éxito e incluso
evitarse.

7. Entrenamiento en resolución de problemas: El entrenamiento en


resolución de problemas es un tipo de tratamiento cognitivo-conductual a
través del cual se pretende ayudar a los sujetos a hacer frente a
determinadas situaciones que por sí mismos no son capaces de solucionar,
en este tipo de técnica se trabajan aspectos como la orientación hacia el
problema en cuestión, la formulación del problema, la generación de posibles
alternativas para solucionarlo, la toma de una decisión respecto a la más
apropiada y la verificación de sus resultados.

8. Técnicas operantes para la modificación de conductas: Si bien


de origen conductista, este tipo de técnicas forman parte también del
repertorio cognitivo-conductual. A través de este tipo de técnicas se trata
fundamentalmente de provocar una modificación en la conducta a través de
la estimulación.

9. Técnicas de autocontrol: La habilidad de autogestión es un


elemento fundamental que nos permite ser autónomos y adaptarnos al medio
que nos rodea, mantener nuestra conducta y pensamientos estables a pesar
de las circunstancias y/o ser capaz de modificarlas cuando es necesario. Sin
embargo, muchas personas tienen dificultades en adecuar su conducta,
expectativas o forma de pensar a la realidad de una forma adaptativa, con lo
que pueden producirse diferentes trastornos.

10. Técnicas de relajación y de respiración: La activación física y


psíquica es un elemento de gran importancia a la hora de explicar problemas
tales como la ansiedad y el estrés. El sufrimiento que provoca la presencia
de problemas y dificultades puede en parte ser reducida por técnicas de
relajación, aprendiendo a partir de ellas a gestionar las sensaciones
corporales de manera que también pueda ayudarse a gestionar la mente.

En la actualidad existen distintas técnicas psicológicas utilizadas para


el tratamiento de los desórdenes de ansiedad más habituales, como las
fobias, la ansiedad social, el estrés postraumático o el trastorno obsesivo-
compulsivo. Una de las más conocidas y que mejor funcionan es la técnica
de exposición, un método terapéutico que utiliza distintos procedimientos
para reducir la ansiedad del paciente. Hay diversas variaciones de la técnica
de exposición y es el psicólogo quien determinará cuál de ellas es la más
eficaz o conveniente para cada paciente en particular. Veamos cuáles son
las más habituales y sus características.

 Exposición en vivo: La técnica de la exposición en vivo se realiza


directamente frente a un objeto, una situación o una actividad que el
paciente teme en su vida real. Por ejemplo, una persona con miedo a
las cucarachas podría recibir instrucciones para manipular con sus
manos estos insectos, o alguien con ansiedad social podría dar un
discurso frente a una audiencia.
 Exposición en imaginación: La exposición en imaginación, tal y
como su nombre indica, implica imaginar vívidamente el objeto, la
situación o la actividad temida. Por ejemplo, se le puede pedir a
alguien que presenta trastorno de estrés postraumático que recuerde
y describa su experiencia traumática para reducir los sentimientos de
miedo y la ansiedad.
 Exposición a través de realidad virtual: En algunos casos, la
tecnología de realidad virtual se puede emplear cuando la exposición
en vivo no resulta práctica o no es suficientemente eficaz. Por
ejemplo, alguien con miedo a volar podría tomar un vuelo virtual en la
propia consulta del psicólogo, mediante la utilización de un equipo de
realidad virtual que proporcione las imágenes, los sonidos y los olores
típicos de un avión.
 Exposición interoceptiva: La exposición interoceptiva implica
provocar de forma deliberada sensaciones físicas que son inofensivas,
pero al mismo tiempo temidas por el paciente. Por ejemplo, alguien
que padece un trastorno de pánico podría recibir instrucciones para
correr y acelerar su corazón y, por lo tanto, aprender que las
sensaciones de un ataque de pánico no son realmente peligrosas y
que no es más que una función fisiológica de su organismo.
 Además, la terapia de exposición también se puede llevar a cabo de
diferentes maneras. Veamos cuáles son los procedimientos más
utilizados:
 Exposición gradual: el psicólogo ayuda al cliente a construir una
jerarquía de miedos a la exposición, en la que los objetos, las
actividades o las situaciones temidas se clasifican según su dificultad.
Se suele comenzar con exposiciones leves o moderadamente difíciles,
para progresar a exposiciones más difíciles.
 Exposición por inundación: se trata de usar la jerarquía de miedo a
la exposición para comenzar la exposición con las tareas más difíciles.
 Desensibilización sistemática: en algunos casos, la exposición se
puede combinar con ejercicios de relajación para hacer que el
paciente sienta que son más manejables, y para que asocie los
objetos, las actividades o las situaciones temidas con las sensaciones
de relajación.
La reestructuración cognitiva es una técnica de terapia psicológica,
enfocada en moldear y cambiar el pensamiento negativo, o aquellos patrones
de pensamiento que son nocivos para el paciente y que, a su vez, deterioran
su calidad de vida y la manera en la que este percibe las cosas que suceden
a su alrededor.

La reestructuración cognitiva se encuentra entre las técnicas


psicoterapéuticas más factibles y funcionales en la corriente psicológica
cognitivo-conductual, no se trata simplemente de moldear un patrón que ha
estado por años en el individuo, sino que, antes de empezar a moldear
dichos patrones, se deben de identificar y reconocer.

Esto, en consecuencia, hace que la reestructuración cognitiva sea un


poco más compleja de lo que comúnmente se piensa, no obstante, cuando
esta técnica se utiliza de la manera correcta y si el paciente se acopla a ésta
se podría alcanzar un nuevo enfoque a la hora de integrar sus propias
experiencias.

En cambio, las técnicas cognitivas de afrontamiento son esquemas


mentales intencionales de respuesta (cognitiva, emocional o conductual)
dirigidos a manejar (dominar, tolerar, reducir, minimizar) las demandas
internas y ambientales, y los conflictos entre ellas, que ponen a prueba o
exceden los recursos de la persona.

La técnica cognitiva combinada Pretende enseñar al sujeto un


método sistemático para la resolución de problemas. Proporciona
métodos para que el cliente analice y evalúe posibles opiniones y ofrece
una perspectiva particular para interpretar el mundo.

Es eficaz combinada con otras técnicas y es la terapia de solución de


problemas más utilizada, con mayor número de aplicaciones y estudios
experimentales.
Conclusión:

Las terapias cognitivos conductuales son una fusión de las terapias


conductistas y las terapias cognitivas, parten de la premisa que el
comportamiento (tema central del conductismo) es consecuencia de los
pensamientos (tema central del cognitivismo), al igual que los conductistas
toma en cuenta la relación estimulo-respuesta, con la diferencia que el
individuo no reacciona mecánicamente a los estímulos provenientes del
ambiente, sino que estos son mediados por un pensamiento, he ahí la
premisa de que no son las situaciones las que generan el conflicto, sino lo
que se piensa de las mismas, es común que los individuos piensen o crean,
que su estado emocional y su respectiva respuesta conductual, sea
propiciada por los estímulos ambientales, si esto fuera así, todas las
personas reaccionaran igual ante los mismo estímulos, de hecho este es uno
de los argumentos que se utilizan en la confrontación, para que se den
cuenta que lo que en realidad les está ocasionando la alteración emocional,
es lo que está pensando de la situación, no la situación en sí, Con base a la
creencia de que son las situaciones las causantes de sus conflictos, algunos
pacientes llegan a terapia buscando ayuda para solucionar problemas
prácticos, lo cual está fuera del alcance del terapeuta, porque lo que él ayuda
a solucionar son los problemas emocionales, resultado de esos problemas
prácticos, por eso es importante que además, el terapeuta le ayude a
distinguir entre problemas prácticos y problemas emocionales. Por eso se le
ha considerado a las terapias cognitivo-conductuales eficaces en el
tratamiento de los problemas emocionales, por ese denominador común que
tienen, el pensamiento distorsionado, Es importante desarrollar las
habilidades básicas para poder conducir la terapia de manera eficaz, porque
de otra manera no sería viable.
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