Chocolate - Qué Es, Historia, Características y Beneficios
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Aunque se sabe que el origen de este alimento es mesoamericano, el origen de la
palabra “chocolate” es incierto. Según algunos estudiosos es una adaptación del
vocablo náhuatl xocoatl (“agua agria”), a pesar de que esta palabra no aparece en
ningún registro escrito de los aztecas antes de la conquista española.
Otra hipótesis sostiene que la palabra surgió debido al desconocimiento de los
conquistadores españoles, que mezclaban como si fuera un mismo idioma la lengua
maya y el náhuatl azteca, y así fusionaron la palabra maya xocol y la palabra
azteca atl (“agua”). Del modo que sea, la palabra “chocolate” surgió a raíz de la
colonización de América y se extendió, junto con el producto, al mundo entero.
El valor comercial del chocolate fue tal a lo largo de los siglos, que pronto la
producción americana no dio abasto y se llevó el árbol del cacao a geografías
distintas de la franja tropical en África y Asia, específicamente Martinica,
Guadalupe, Ghana, Nigeria, Costa de Marfil, Nueva Guinea, Samoa, Java y
Sumatra. Sin embargo, la modernización de la fabricación del chocolate, es decir, su
manufactura como se la entiende hoy, tuvo su origen en Europa en el siglo XIX,
gracias a los estudios del neerlandés Coenrad Johannes van Houten (1801-1887),
entre otros chocolateros europeos.
La ciencia del chocolate tuvo inicio en 1841, gracias a los conocimientos químicos
modernos que permitieron conocer mejor su composición y sus propiedades. A lo
largo del siglo XX, el chocolate se convirtió en un ingrediente usual y altamente
demandado por la repostería industrial, especialmente cuando en 1966 la
empresa Procter & Gamble descubrió las fases cristalinas de la manteca de cacao.
Esto también permitió conocer los distintos grados de adulteración a los que se
sometía el cacao, especialmente al combinarlo con otros ingredientes alimenticios
(como la leche), lo cual reducía el porcentaje de cacao y minimizaba sus
propiedades originales.
Tipos de chocolate
La clasificación usual del chocolate depende del porcentaje de cacao que contenga
cada preparación.
Existen diferentes tipos de chocolate, atendiendo a varios factores. Existen, por
ejemplo, dos vertientes de granos de cacao (fuertes y suaves, dependiendo de la
amargura del grano), que producen chocolates de sabor más intenso o más leve. Sin
embargo, la clasificación usual del chocolate depende del porcentaje de cacao que
contenga cada preparación, así como de los demás ingredientes con los que se lo
combine. Así, los principales tipos de chocolate son:
Es la variante que tiene mayor porcentaje de cacao, pues está fabricada a partir de la
pasta del fruto y un bajo añadido de azúcares y otros ingredientes. Este tipo de
chocolate se clasifica, a su vez, en dos:
Chocolate blanco
Consiste en una mezcla de pasta de cacao (cuya pureza oscila entre el 25 y el 40 %),
endulzada con azúcares y diluida con leche, ya sea en polvo o condensada. Existen,
sin embargo, variantes gourmet dotadas de mucho mayor contenido de cacao.
Se trata de un tipo de chocolate muy reciente (2017), elaborado a partir de los granos
de cacao de la variante rubí (cultivados en Ecuador, Brasil y Costa de Marfil), a
través de un mecanismo poco conocido. Según sus productores, esta variante
conserva sus propiedades originales y su sabor y color característico.
A estos ingrediente se pueden añadir muchos otros, como leche, frutos secos,
galletas, licores, entre otros. Sin embargo, para obtener los tres ingredientes
esenciales se requiere del tratamiento del cacao, que consiste en las siguientes fases:
Recolección y fermentación. El fruto del cacao se recoge directamente
de las plantas y se pone a fermentar en cajones al aire libre o montañas
cubiertas con hojas de plátano, ya que el sabor y las propiedades del
chocolate surgen de este proceso. Los granos destinados a la obtención de
manteca, en cambio, son separados en esta etapa y posteriormente
prensados.
Secado. Una vez fermentado, el cacao se seca para impedir la aparición
de mohos y otros organismos micóticos. Para esto se alojan los granos en
espacios techados y se remueven periódicamente con palas. Normalmente,
se permite un porcentaje de humedad de alrededor del 6 % en cada grano.
Tostado y descascarado. El cacao posteriormente es clasificado por
tamaño y transportado a las factorías, donde se introduce en hornos a
temperaturas que oscilan entre 110 y 140 °C, durante lapsos de entre 45
minutos y una hora. Este tostado impide la contaminación con
microorganismos y atenúa el amargor del cacao. Luego se realiza la
separación del cotiledón del fruto (donde están los granos) y la cáscara
que los contiene.
Molido. Esta etapa tiene como objetivo separar la masa y la manteca del
cacao, obteniendo partículas de alrededor de 30 micrones de diámetro.
Para esto se muelen los granos varias veces, dependiendo del tipo de
molino empleado. Se añade a la mezcla resultante una porción de manteca
de cacao y se obtiene así una masa homogénea denominada licor de
cacao.
Prensado. Una vez molido el cacao, se prensa el licor resultante para
obtener y separar la manteca. Se somete la mezcla a unos 40 a 50 MPa de
presión, para extraer las grasas del cacao. La masa resultante (el
chocolate, técnicamente) suele reducirse al 20 % de su peso original luego
de haberse extraído la manteca.
Molido. Luego de extraer la manteca, el chocolate se muele nuevamente,
junto con los ingredientes que se desea añadir a la mezcla: como azúcares
o leche. Este segundo proceso de molido reduce la mezcla a partículas aún
más pequeñas, que permiten al chocolate obtener su típica textura suave.
Posteriormente se añade la manteca de cacao a la mezcla.
Concheado. El proceso final de obtención del chocolate pasa por un
método inventado por el chocolatero suizo Rudolf Lindt (1855-1909) en
1879: el concheado, o sea, la agitación mecánica de la mezcla para que la
manteca se distribuya homogéneamente y se obtenga un producto liso,
uniforme. Así, el chocolate está listo para ser empaquetado y vendido en
sus distintas presentaciones.