8 Del Mar Rojo Al Rio Jordan
8 Del Mar Rojo Al Rio Jordan
8 Del Mar Rojo Al Rio Jordan
2. El patriarca José murió 400 años antes del Éxodo. Pero Génesis 50:25 registra una petición que él hizo a sus
hijos justo antes de morir. Él dijo: “Pueden contar ustedes con que Dios vendrá en su ayuda. Cuando eso
suceda, llévense de aquí mis restos.” Según 13:19, ¿qué hizo Moisés? ¿Cómo muestran estos versículos la fe de
José y la fidelidad de Dios?
13: 19 Moisés se llevó los huesos de José y esto se cumplió porque Dios es fiel con lo que dice y
cumple su Palabra.
3. ¿De qué maneras estaba Dios con Su pueblo? ¿Qué les proveyó la presencia de Dios?
13:21 Jehová iba delante del pueblo en el día en una columna de nube para guiarlos por el camino.
Por la noche en una columna de fuego para alumbrarles y así puedan avanzar de día y de noche.
¡Aprende la VERDAD!
Dios nos conoce. Dios conoce los peligros y las oportunidades que tenemos ante
nosotros. Él quiere ser nuestra luz y nuestro guía. Él desea guiarnos en los caminos mejores.
No tenemos una columna de nube y fuego que nos guíe, pero Él nos ha provisto un guía aún
mejor— Su Santo Espíritu viviendo en nosotros. Esta semana, haz un esfuerzo consciente por
permitir que Él te guíe. Antes de tomar una decisión, ¡ora! Pide a Dios que te guíe. Escucha y
espera que Él te dé instrucciones. ¡Luego síguelo! Prepárate para hablar sobre esto en tu
Grupo Pequeño.
6. Cuando el pueblo de Israel vio que se acercaba el ejército de Faraón, ¿qué hicieron?
14: 10b -> Los hijos de Israel temieron en gran manera y clamaron a Jehová.
Copyright © 2010 – Todos los Derechos Reservados – www.communitybiblestudy.org – Rev. 07 - 2016
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 2
8DÍA 3: Éxodo 14:19-31—Dios Libra a los Israelitas
8. ¿Qué hizo Dios cuando Moisés extendió su mano sobre el mar? ¿Qué detalle de esto te llama la atención de
manera especial?
14:21 -> Jehová hizo que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche.
Con este suceso puedo corroborar que Él es el creador de todo y es dueño de todo lo que existe.
12. ¿Qué efecto esperaba Moisés que tuviera la liberación de Dios sobre las naciones de alrededor, según 15:14-16?
15:14 -> Temor y dolor de parte de los filisteos.
15:15 -> Turbación, temblor y acobardaron los de Canaán
15:16 -> Temblor, espanto.
13. Según 15:13 y 15:17, ¿qué creía Moisés que Dios aún tenía planes de hacer por Su pueblo?
15:13 -> Llevarlo a la santa morada.
15:17 -> Darles la heredad preparada por las manos de Jehová.
16. ¿Cómo celebras tú una respuesta a la oración o una victoria que Dios te da?
Me alegro y bailo sola por lo concedido por Dios a mi vida.
¡Aplica la VERDAD!
Los israelitas se encontraban en una situación imposible. Por temor, clamaron a Dios
primero, luego se quejaron con Moisés. Por lo menos se acordaron de orar primero—
pero, sus quejas no les ayudaron a ellos ni a nadie más. ¿Qué haces tú cuando tienes temor?
¿Tu reacción es orar? ¿Quejarte? ¿Las dos cosas? Esta semana, si algo te causa ansiedad o
temor, frena tu impulso de quejarte. Pide a Dios que te ayude a cultivar una respuesta de oración.
Dios es un poderoso libertador. Las quejas nunca te ayudarán, ¡pero Él sí puede ayudarte!
Lección 8 Comentario
8
Piensa en las demoras y las desviaciones. Dios es quien mejor sabe cómo llevarnos a
salvo hasta nuestro destino. Pero no siempre es la ruta más rápida ni la más directa. A Él
le interesa tanto el viaje como el destino. En sabiduría y amor, Él traza para nosotros
nuestros caminos, pensando, tanto en lo que es mejor para nosotros como en lograr Sus
propósitos divinos. Las demoras y las desviaciones, aun cuando sean inconvenientes, incómodas
y hasta espantosas, son maneras en las que Él nos protege y nos cuida, conduciendo al ideal de
Él para todos los involucrados.
Es imposible determinar la ruta exacta que siguió Israel. Lo que sí sabemos es que los israelitas
acamparon junto a la ribera del Mar Rojo. Con el desierto de un lado y el mar del otro, parecían estar
atrapados. Pero la trampa en realidad era para Faraón. Dios estaba preparando una última oportunidad
para manifestar Su gloria al rey de Egipto y a través de él, que aún no había entendido el poder y la
autoridad de Dios. Faraón pronto se lanzaría a la persecución de los israelitas, y Dios usaría la
persecución del Faraón para realizar un poderoso milagro.
Cuando los israelitas vieron venir a los egipcios, su primera reacción fue clamar al Señor. En Egipto
habían aprendido acerca del poder de Dios para protegerlos. Pero pronto fueron inundados por temor.
Cayeron en pánico. Se volvieron contra su líder, Moisés, y lo culparon a él por lo que parecía que sería
su muerte inminente.
Meses antes, Moisés pudiera haberse desalentado bajo la presión. Sin embargo, en esta ocasión, se
sostuvo firme. Exhortó a su pueblo a confiar en Dios. Les dijo que los egipcios que venían a destruirlos
serían destruidos ellos mismos. Estaba a punto de realizarse su salvación de parte del Señor—una vez
más—ante sus propios ojos. Dios pelearía por ellos, y los israelitas sólo tenían que permanecer en silencio
y observar cómo sucedería.
En cuanto Dios terminó de explicar lo que estaba a punto de suceder, el ángel de Dios—apareciendo
como una columna de nube y de fuego—cambió de lugar. En este momento los israelitas necesitaban
una retaguardia aún más de lo que necesitaban un guía. Así que eso fue lo que llegó a ser la columna
para ellos. En lugar de moverse delante de ellos, el Señor se colocó atrás de ellos. Se puso como
escudo entre Su pueblo y el ejército y los carros de Egipto. La columna produjo tinieblas para los
egipcios. Mientras tanto, iluminó la noche para el pueblo de Dios mientras se preparaban para caminar
hacia las espantosas aguas.
Del Mar Rojo al Río Jordán – Lección 4
8
Piensa en Dios como nuestro escudo. El asombroso relato de la Biblia es que Dios
rescata a quienes no podían rescatarse a sí mismos. Se puso como escudo entre Su
pueblo y sus enemigos. Como una columna de nube, Dios se puso entre Israel y Egipto,
salvando a Israel de la destrucción. De una manera aún más grande, Jesús nos escuda
de Satanás, el más grande enemigo de todos. Satanás nos persiguió, buscando tomar nuestras
almas para la destrucción y para el infierno. Pero Jesús se colocó entre nosotros y Satanás. Por
medio de Su preciosa sangre y Su muerte en la cruz, Jesús funcionó como nuestro escudo.
Todo el que cree en Él será rescatado de nuestros más grandes enemigos: el pecado, la muerte
y el infierno.
Dios usó un fuerte viento oriental para dividir el mar. Se amontonaron muros de agua a la izquierda y a la
derecha. Dios hizo un gran camino para que Su pueblo pasara. ¡Incluso tenía tierra seca! Con lo que debe
haber sido admiración y asombro increíble, el enorme grupo de personas inició la travesía. Luego, el
ángel de Dios aparentemente se hizo a un lado. Cuando se eliminaron las tinieblas, los egipcios pudieron
ver a los israelitas delante de ellos, y de nuevo iniciaron la persecución.
Pero los egipcios no fueron suficientemente veloces. Cuando los israelitas terminaron la travesía a salvo,
Dios le dijo a Moisés que de nuevo extendiera su mano sobre el mar. Al hacerlo, los niveles de agua
empezaron a volver a su normalidad. Al amanecer el siguiente día, las aguas volvieron a su lugar,
ahogando así al ejército egipcio. El temible ejército egipcio fue aplastado. Dios había triunfado. Una vez
más había mostrado a Su pueblo que Él es digno de confianza.
Un Canto de Celebración
Para celebrar y agradecer a Dios el milagro que acababan de experimentar, los israelitas adoraron a Dios
por medio del canto. Éste es el primer canto de alabanza registrado en la Biblia. Es tan significativo que
un día los santos lo entonarán de nuevo cuando conquisten a Satanás (véase Apocalipsis 15:3-4). El canto
relata la asombrosa liberación que Dios realizó. También habla de Su fama ante otras naciones. No eran
sólo Egipto e Israel los que reconocieron la gloria de Dios. El canto también menciona a los filisteos,
edomitas, moabitas y cananeos. Todas estas naciones pronto temblarían ante el Dios de Israel. La
prostituta, Rahab, confirmó esta predicción como 40 años más tarde cuando ella confesó a los espías que
todos en Canaán habían oído acerca de la gran victoria de Israel en el Mar Rojo (véase Josué 2:9-11).
Cuando toda la comunidad había terminado de entonar su canto, Miriam, hermana de Aarón y Moisés,
dirigió a las mujeres en una animada celebración. Usando panderos, que deben haber traído con ellas
desde Egipto, las mujeres danzaron y cantaron al Señor. Su canto hacía eco a la primera línea del canto
anterior: “Cantaré al SEÑOR, que se ha coronado de triunfo arrojando al mar caballos y jinetes.”
Miriam es identificada como profetisa. El mismo término se usa también para referirse a Débora (Jueces
4:4), Hulda (2 Reyes 22:14), Noadías (Nehemías 6:14), la esposa de Isaías (Isaías 8:3), y Ana (Lucas
2:36). Estas mujeres no sólo eran esposas de profetas; ellas hablaban de parte de Dios en su propio
derecho. Sin embargo, cabe señalar que a Miriam se le llama hermana de Aarón y no hermana de Moisés,
lo cual también era. Nadie compartía el mismo nivel que Moisés. Él no tenía igual entre los profetas.
Posteriormente, la envidia de Miriam por Moisés crearía grandes problemas para ella y para Aarón (véase
Números 12).
¡Personaliza la VERDAD!
¿Qué parte juega Dios en la pelea de tus batallas? ¿Qué parte juegas tú? Dios
prometió pelear por Su pueblo—ellos sólo tenían que guardar silencio. Dios tiene Su parte en
pelear las batallas nuestras. Por supuesto que la parte de Él es más grande y más importante
que la nuestra. Pero también nosotros tenemos nuestra parte. Moisés dijo al pueblo: “No tengan
miedo.
Mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el Señor realizará
en favor de ustedes.” Debemos depositar nuestra confianza en el amor eterno de Dios por
nosotros (Romanos 8:31-32). También tenemos que vestir la armadura, tomar nuestros
escudos, y usar espadas (véase Efesios 6:10-18). ¿Qué luchas enfrentas? ¿Estás confiando en
Dios para que Él haga Su parte? ¿Estás haciendo tu parte valientemente? Habla con Él
respecto a cualquier cosa que necesita balancearse. Luego enfrenta tus batallas sabiendo que
Él está a tu lado, peleando por ti y contigo.