Calvo Ana2
Calvo Ana2
Calvo Ana2
Resumen
La oportunidad de intervenir en la pintura conocida como Sarga de Santa Ana, procedente de la Iglesia
parroquial de Madarcos de la Sierra (Madrid), por encargo de la Dirección General de Patrimonio
Artístico de la actual Consejería de las Artes de la Comunidad de Madrid, nos permitió el análisis y
estudio de los detalles en su ejecución, que concuerdan plenamente con los planteamientos teóricos de los
tratadistas de la época. A la vista de los resultados, podemos establecer la existencia de una mayor
complejidad en relación con las técnicas pictóricas asociadas a la llamada pintura de sargas. La aparente
simplicidad que se ha atribuido tradicionalmente a este tipo de pinturas debe ser revisada para dar cabida
a unas obras que se enmarcan dentro de la propia evolución de la pintura sobre lienzo. Además se
cuestiona el problema del término “sarga” según los distintos géneros pictóricos hasta la primera mitad
del siglo XVI.
Las pinturas sobre lienzo de finales de la Edad Media están siendo objeto de estudio y
revisión en los últimos años por sus especiales características técnicas, incluso con
notables diferencias en su modo de ejecución entre el norte y el sur de Europa [2] La idea
generalizada de que sargas son todas las pinturas al temple realizadas directamente sobre la
tela sin más preparación que una capa de cola, no responde a la complejidad de géneros y
de técnicas pictóricas que nos podemos encontrar en las obras de lienzo, aunque
ciertamente responda a alguna de ellas. El propio Cennini, que dedica un capítulo
específico de su tratado a la pintura “en tela o cendal”, explica cómo debe ser tensada en
bastidor y preparada con cola y “una fina capa de yeso”, y destaca que al retener la tela la
humedad se pinta como si fuese un fresco aunque se realice con temple de cola y “clara de
huevo”, insistiendo y repasando con el color para cubrirla bien, y “barnizando” finalmente
porque en muchas ocasiones se sacan lloviendo de las iglesias, como palios [3] Esta misma
idea de “fresco” para designar el temple se encuentra en Felipe de Guevara: “De pintar en
lienzo hay dos géneros, uno pintando en él al fresco, que llaman colores gastadas con cola,
ó claras de huevo y otros aparejos, el otro es pintando en ellos al óleo, como los antiguos
pintaron sus tablas, y pintan algunas el día de hoy” [4]
La pintura al temple sobre tela, con una larga tradición desde la Antigüedad, se va a
desarrollar con profusión durante toda la Edad Media en distintos géneros como las
cortinas que decoraban las casas a modo de tapices, las puertas de los órganos [5],
banderas y estandartes [6] Posteriormente, esta técnica perdurará en algunas
construcciones efímeras para actos conmemorativos y teatrales (monumentos de Semana
Santa, estandartes procesionales, túmulos funerarios, arcos triunfales, telones de
comedias...), y las cortinas penitenciales que cubrían los retablos y los laterales del
presbiterio en las dos últimas semanas de Cuaresma [7] En Italia, las cortinas de iglesia -
drappelloni- se emplearon para tapar los cuadros o como estandartes de catafalcos, y en
Francia se citan los drapelet desde la época de Fouquet, a mediados del siglo XV. Vasari
cita, también, las pinturas del siglo XV, de animales, al temple sobre tela, empleados en la
casa de los Medici en sustitución de tapices, y las decoraciones de tela pintada aplicada al
muro en forma de cortinas. Asimismo se refiere a las escenografías, típicas del
Renacimiento, para fiestas, ingresos triunfales, arcos de triunfo, comedias, o
nombramientos de nuevos Pontífices, algunas monocromas, con perspectivas
arquitectónicas, y generalmente pintadas al temple de cola.
Por lo tanto, en lo que respecta a la terminología de sarga sólo sería preciso clasificar en
este grupo a las pinturas que, hasta mediados del siglo XVI, se realizaron para un
determinado uso o dentro de este género. Según cita Rocío Bruquetas: “todos los contratos
castellanos o andaluces consultados que se refieren a sargas pertenecen a la primera mitad
del siglo XVI. Mas adelante, sólo nos vamos a encontrar contratos para cortinas de
retablos, monumentos de Semana Santa, túmulos y arcos triunfales...” [14], es decir,
denominaciones específicas referidas a una aplicación determinada independientemente de
la técnica pictórica utilizada.
Del estudio y de los análisis realizados en la sarga de Madarcos se han podido determinar
los siguientes aspectos [15] Las medidas originales de la tela debían oscilar en torno a 145
cm. de altura por 118 de ancho pero, dado su mal estado de conservación, se han perdido
los límites en la parte baja. La tela es de lino, tejido frecuente en estas obras -aunque otras,
como la cortina de El Espinar, presentan una mayoría de cáñamo [16]-, y se aprecia la
irregularidad característica de los tejidos manuales. Tiene ligamento de tafetán con dos
costuras por la unión de tres piezas de tela. En los dos laterales verticales se encuentran a la
vista los orillos, y la densidad es de 16 (urdimbre) x 18 (trama) hilos por centímetro
cuadrado aproximadamente, de modo que los de la trama son más finos que los de la
urdimbre, con torsión en Z. Las costuras están realizadas con punto por encima y se
presentan: una central en todo el alto de la tela que atraviesa la cara de Santa Ana
prácticamente por el centro; y otra en sentido horizontal, sólo en la parte derecha, que pasa
por el pecho y hombro del Niño Jesús.
La pintura está montada sobre tablas de madera, como corresponde a los llamados
retablos de lienzo. La utilización de este tipo de soportes para los lienzos fue una
práctica habitual en la ejecución de los retablos (hoy desaparecidos en muchos casos por
restauraciones poco respetuosas), tal y como cita Pacheco: “la invención de pintar a olio
sobre lienzo fue muy útil por el riesgo que tiene de abrirse las tablas y por la ligereza y
comodidad de poderse llevar la pintura a diversas provincias; y muy grandes lienzos se
aseguran de la humedad estirados y clavados sobre tablas gruesas, donde se conservan
muchos años” [17] La estructura que presenta la sarga de Madarcos con los listones del
enmarcamiento y las tablas formando un cuerpo, por la unión de largos clavos de hierro
forjado que iban del anverso al reverso, doblándose en los travesaños, parece original.
Sin embargo en la tela se conservaban unos hilos a cierta distancia, en los bordes, que
probablemente sirvieron de sujeción durante la elaboración de la pintura, tal como se
aprecia en algunos cuadros, por ejemplo en El estudio del artista de Jan Miense
Molenaer, en Berlín. Aparte de las marcas de los clavos de hierro forjado citados y estos
hilos, no se aprecia ninguna señal que pudiera corresponder a otro sistema de sujeción,
lo que nos hace suponer con más certeza que este montaje es el original. El panel de
madera de pino consta de cinco tablas y tres travesaños de unión, dos en los extremos
superior e inferior, y uno en el centro.
Notas
1.- La restauración de la Sarga de Santa Ana, que ha dado origen a esta comunicación, fue un encargo de
la Dirección General de Patrimonio Artístico de la Comunidad de Madrid, con el número de expediente
32/01.
2.- Véase: C. VILLERS, L. STEVENSON, J. SHARP, “The Technique of Four Fourteenth Century
Italian Paintings on Fabric Supports”, Preprints of the ICOM-CC Triennial Congress, Washington, 1993,
vol. I, págs. 104-109 / C. Villers (ed.), The Fabric of Images. European Paintings on Textile Supports in
the Fourteenth and Fifteenth Centuries, Archetype, London, 2000.
3.- C. CENNINI, Tratado de la pintura, Ed. Meseguer, Barcelona, 1968, pág. 121.
4.- F. de Guevara, Comentarios de la Pintura, Ed. Rafael Benet, Barcelona, 1948, pág. 137.
5.- Véase, por ejemplo: A. Calvo, “Conservación-restauración: las sargas de Morella”, Boletín de Amigos
de Morella y su Comarca, Morella (Castellón), 1986-87, págs. 109-116.
6.- M. BURY, “Documentary Evidence for the Materials and Handling of Banners, Principally in
Umbria, in Fifteenth and Early Sixteenth Centuries”, The Fabric of Images, Archetype, London, 2000,
págs. 19-30.
7.- Véase: M. MERINO DE CÁCERES, “Velos litúrgicos penitenciales, sargas, de los siglos XV y XVI
en Segovia”, Revista de Estudios Segovianos, XXVIII, 1975, págs. 49-99 / VV.AA., El retablo y la sarga
de San Eutropio de El Espinar, Ministerio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Archivos,
Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Madrid, 1991.
8.- Las Ordenanzas eran los textos que regulaban el ejercicio profesional y la formación de los artistas.
Véase: R. Ramírez de Arellano, “Miscelánea. Ordenanzas de pintores. Archivo del Ayuntamiento de
Córdoba (1493 y 1543)”, Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, vol. 9, nº 33,
1915, págs. 26-46.
9.- Tafetán: ligamento entrecruzado de los hilos 1 x 1.
10.- Anjeo: especie de lienzo basto, de cáñamo o estopa y lino, que se traía del Ducado de Anjou
(Francia)
11.- VV.AA., Glorias efímeras. Las exequias florentinas por Felipe II y Margarita de Austria, Catálogo
de la exposición, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V,
Valladolid, 27 de octubre de 1999/ 9 de enero de 2000.
12.- L. GOLDENBERG STOPPATO, “Los lienzos con historias de la vida de Felipe II”, op. cit.,
pág.157.
13.- M. BIETTI, “Los lienzos con historias de la vida de Margarita de Austria, reina de España”, op. cit.,
pág. 225.
14.- R. BRUQUETAS, Técnicas y materiales de la pintura española en los Siglos de Oro, Fundación de
Apoyo a la Historia del Arte Hispánico, Madrid, 2002, pág. 257.
15.- Los análisis químicos de esta obra han sido realizados por el Dr. Enrique Parra.
16.- Mª S. MANTILLA DE LOS RÍOS, “Estudio de los materiales textiles de la cortina”, op. cit., págs.
172-173.
17.- F. PACHECO, El Arte de la Pintura, Cátedra, Madrid, 1990, pág. 481.
18.- Mª L. GÓMEZ, “Exámenes científicos de la sarga. La técnica pictórica”, op. cit., págs. 174-175.
19.- Mª L. GÓMEZ, “Examen científico de la policromía y la pintura del retablo”, op. cit., pág. 141.
20.- R. Ramírez de Arellano, op. cit., págs. 26-46.
21.- C. CENNINI, op. cit., pág. 122.