Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Homilía para Las Primeras Comuniones

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

HOMILÍA PRIMERA COMUNIÓN

04 DE AGOSTO DEL 2023


Queridos hermanos y hermanas, buenas tardes a todos, hoy la Iglesia está de fiesta, todos
nos regocijamos de saber que por primera vez estos niños van a recibir a Jesús en la
Eucaristía, un día en el que por primera vez se encontrarán con Él de manera sacramental,
es un día que estoy seguro, nunca olvidarán, pues después de mucho tiempo en el que se
han venido formando, no solamente en lo doctrinal, aprendiendo de memoria fórmulas y
rezos, sino especialmente después de mucho tiempo de venir formando el corazón para
poder recibir a Jesús, hoy se van a unir estrechamente con Él, para dejar que transforme
nuestras vidas y los haga como Él, hoy le podrán decir con la certeza de saber que les
escucha, con la certeza de saber que está en ustedes: Jesús aquí está mi corazón, aquí está
mi persona para que me ayudes a ser como tú, a tener un corazón como el tuyo, para
tener tus mismos sentimientos, tu misma forma de pensar, y tú misma forma de ser.
En otras palabras niños, hoy todos los que estamos aquí, tendremos que salir transformados
deseosos de edificar en la unidad, la solidaridad, el perdón, el amor y la paz.
Esto que acabo de mencionar es precisamente lo que significa hacer la primera comunión,
no lo pierdan de vista, hoy nadie debería pensar: ¡que alivio, ya salí del catecismo, ya no
más misas, ya no más reuniones fastidiosas, ya no más volver a ver a la catequista, ya no
más sellos, ya no más saber de Cristo!, esto sería completamente decepcionante y nos
llevaría a pensar: ¡de nada sirvió tanto año, tantas pláticas, tantos rezos, tanta misa, de nada
sirvió la catequesis cuya única finalidad era hacerme amar a Cristo!
Más bien hoy todos deberíamos salir con el corazón gozosamente comprometido con
Cristo, porque hacer la primera comunión significa: querer estar cada día más unido a
Jesús, crecer en la amistad con Él, y querer que otros también puedan disfrutar de la
alegría que nos quiere regalar.
En cada misa, volvemos a vivir la última cena que Jesús tuvo con sus amigos, una cena que
Él mismo organizó y mandó pedir, una cena en la que dijo: ¡ardientemente he deseado
tener esta cena con ustedes!, hoy Cristo les dice esto mismo a ustedes niños:
¡ardientemente he deseado tener esta cena con ustedes!
Esto es una bella realidad que nos debe conmover a todos: Cristo es el primero en anhelar
este momento y el primero en alegrarse al entrar en nuestra vida, en nuestro corazón. Es
tanto su deseo de unirse a nosotros, que Él mismo prepara la mesa para que nos sentemos
junto a Él y participemos de este banquete en el que a todos quiere llenarnos de alegría, de
felicidad, de paz.
Es por eso que la Iglesia (que somos todos nosotros los bautizados) nunca se debe cansar de
celebrar el sacrificio de Cristo, pues ha sido el mismo Señor quien nos ha dejado este
mandato, porque Él, este Dios vivo que ha muerto por mí en la cruz y que ha resucitado
para darme vida y mostrarme su amor, quiere seguir haciéndose actual y siempre presente
en nuestras vidas a través de los dones del pan y del vino.
Cuando Cristo se nos da como alimento, lo hace porque quiere nutrirnos y estar siempre
cerca de nosotros, así es niños, comulgar es recibir la vida que proviene de Dios,
recordemos que quien come el Cuerpo de Cristo y bebe su Sangre nunca morirá, vivirá para
siempre, quien se alimente del Cuerpo y la Sangre de Cristo encontrará en su vida consuelo
y fortaleza, ánimo y paz, pero sobre todo encontrará prudencia y salvación. Niños les invito
a que no dejen nunca de alimentarse de Jesús, que tanta falta nos hace.
Es por eso queridos niños que, será bien importante que ustedes tengan bien firme la
intención y el deseo de que ésta sea la primera comunión de muchas más, y no, como
malamente nos han enseñado muchos de nuestros familiares, papás, amigos e incluso, y lo
digo con dolor y tristeza, como nos han enseñado muchos de nuestros padrinos: que ésta no
sea la primera y la última comunión.
¿Se comprometen a no faltar nunca a la Eucaristía?, ¿a no abandonar a Jesús?, ¿a no
darle nunca la espalda?
Hoy también niños, terminarán esta primera etapa de su formación cristiana, pues
completan los Sacramentos conocidos como “Sacramentos de Iniciación”, esto no significa
que hpy termina algo, esto nos habla más bien del comienzo de un proceso que no termina,
un proceso que se extiende a lo largo de nuestra vida. Fíjense bien, especialmente de la
Eucaristía que hoy van a recibir, debe brotar un auténtico camino de fe y de testimonio que
deberán alimentar y fortalecer constantemente con la escucha de su Palabra, y desde luego
con la gracia que Dios nos da a través de los Sacramentos, especialmente la Reconciliación
y la Eucaristía.
Recuerde niños, al recibir a Jesús en la Eucaristía nos convertimos en frágiles vasijas de
barro que contienen un gran tesoro, cuiden su corazón, no olviden que Jesús los estará
esperando siempre, silenciosa pero real y amorosamente en este sagrario, en la Eucaristía,
cuando todo vaya bien vengan a darle gracias, a seguir pidiendo por su familia, a seguir
poniendo en sus manos sus sueños y proyectos. Cuando todo vaya mal, cuando sientan que
no hay esperanza, cuando sientan que pierden la fe, cuando las dudas lleguen a su corazón
vengan y díganle muéstrenle lo que hay en su corazón, déjense consolar por el mejor de los
Amigos, dejen que los renueve constantemente, que los fortalezca y los llene de gozo.
Queridos niños, muchas felicidades por este regalo tan maravilloso que el Señor hoy les
dará, les deseo que así como hoy, su corazón esté siempre lleno de alegría y felicidad.
Papás y padrinos no sean obstáculos de la gracia que proviene de Dios, seamos más bien
todos torrentes de vida, puentes que unen, caminos hacia Dios. Que el Señor les bendiga
siempre.
AMEN.

También podría gustarte