Universidad Publica de El Alto
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Había una vez una familia compuesta por un padre llamado Juan, una madre llamada Laura,
un hijo llamado Ricardo, que tiene 16 años, una hija llamada Sofía, que tiene 10 años, y un
tío llamado Tomas, hermano de Laura. Aunque aparentaban ser una familia feliz, en
realidad enfrentaban serios problemas familiares que estaban afectando a cada uno de ellos.
Juan, el padre, sufría de adicciones a los juegos y a las bebidas alcohólicas. Esto le llevaba
a gastar el dinero que tenían, sin preocuparse por su responsabilidad como esposo y padre.
La madre, Laura, estaba cada vez más frustrada y triste, sintiéndose abandonada y sin poder
hacer nada para salvar su matrimonio, por la cual sus padres se estaban divorciando y
empezaron a tener discusiones delante de sus hijos, Ricardo se sentía atrapado en medio de
sus peleas.
Los hijos, Ricardo y Sofía, eran conscientes de los problemas que estaban viviendo en casa
por la cual el hermano y la hermana comenzaron a tener problemas en la escuela y no
parecían tener las mismas ganas de aprender como antes.
El hijo mayor empezó a juntarse con malas amistades mostrando así signos de rebeldía por
la falta de atención por parte de sus padres así buscando una distracción y liberación de la
tristeza que le causaba ver a sus padres discutiendo dentro de su hogar y empezó a tener
problemas en la escuela. Sus calificaciones bajaron y empezó a faltar a clases.
Los días que no iba a clases se juntaba con sus amigos que eran personas con malas
influencias y a menudo participaban en actividades ilegales como robar, fumar y consumir
drogas. A pesar de que Ricardo sabía que esto estaba mal, se sentía atraído por la emoción
y la adrenalina que le ofrecían sus amigos.
A medida que sus asistencias disminuían, Ricardo empezó a sentir la presión de mantenerse
al día con las tareas del colegio que día a día se le acumulaban.
Fue entonces que sus amigos le invitaron a beber yupi con alcohol. Al principio Ricardo se
resistió, pero al final termino cediendo ante la presión de sus amigos. Pasando los días
empezó a tener una adicción fuerte hacia las bebidas alcohólicas y cada vez que salía del
colegio sus amigos le invitaban a tomar llegando a conocer más personas de la calle que le
enseñaron a robar.
Sofía, en cambio, se volvió cada vez más introvertida y tímida con sus compañeros,
encontrando alivio en los libros y en las historias que contenían, en lo cual encontraba un
escape de su realidad. Pero, por desgracia, era difícil escapar de todo por completo. Cada
vez que su padre bebía más de la cuenta, las cosas se ponían más tensas en casa. Había
gritos, llantos y palabras inadecuadas que Sofía prefería no escuchar. Se encerraba en su
habitación con un libro y trataba de concentrarse en las palabras, para no escuchar a sus
padres, pero no siempre podía hacerlo.
Lo mismo ocurría cuando su hermano regresaba a casa a altas horas de la noche, sin dar
explicaciones sin dar explicaciones y aparentemente sin remordimientos por sus actos.
Sofía sabía que se había metido en problemas más de una vez, y eso la asustaba y la
preocupaba.
Se imaginaba una familia feliz sin peleas, sin discusiones, sin remordimiento. Quizás era
una forma de imaginar una mejor familia, pero también era una forma de apreciar y de
querer una familia con un futuro mejor.
A pesar de todo, Sofía nunca dejó de tener esperanza. Era joven y tenía la vida por delante.
Sabía que un día las cosas cambiarían y que podría encontrar su lugar en el mundo. Y
mientras tanto, seguía soñando y aprendiendo en las páginas de sus libros.
En medio de este caos familiar, apareció el profesor Martin de Ricardo y Sofía. Que estaba
Por lo cual mando a llamarlos, pero no hubo respuestas por parte de sus padres, en lo cual
el profesor trato de buscar otra forma de poder contactarse con los padres de sus dos
alumnos.
Además, decidió informar a la defensoría sobre la situación de la familia, para que
recibieran el apoyo y la intervención necesaria. También contactó al tío Tomas, que, al
enterarse de la situación, fue a la casa de sus sobrinos la cual, llegando a la casa, escucho
fuertes gritos y comenzó a correr rápidamente hacia la dirección de la puerta la cual golpeo
eufóricamente la puerta y al ver que nadie le habría, con una patada derribo la puerta y así
pillando a su hermana discutiendo con su esposo, sobre su divorcio.
Tomas decidió intervenir en la discusión en la cual les alejo y tranquilizo a ambos, pidió
que se comporten y puedan pensar bien las cosas ya que no era el único problema que
estaban ocasionando. El divorcio es muy difícil y emocionalmente desgastante para ambos
y especialmente para sus hijos ya que también les están afectando en su educación
El hermano de Laura, había pasado por una experiencia similar hace algunos años, y sabía
lo difícil que era para una pareja y su familia lidiar con un divorcio. Decidió ofrecer su
ayuda y apoyo a Laura y Juan en esta difícil etapa de sus vidas, especialmente a su cuñado
ya que él era el ocasionante del problema por sus adicciones.
Tomas no solo apoyaba emocionalmente a su hermana y su cuñado, sino que también les
hizo reflexionar sobre las razones detrás de su decisión de divorciarse y qué podían hacer
para mejorar su situación. Él les recordaba cuánto se amaban y lo que habían pasado juntos,
y cómo había otras opciones más allá del divorcio.
En última instancia, Laura y Juan se dieron cuenta de que querían luchar por su
matrimonio, y gracias al apoyo y la ayuda de Tomas, encontraron la fuerza para hacerlo.
hablaron y escucharon mutuamente, e intentaron comprender la perspectiva del otro.
Pero al enterarse de los problemas de sus hijos que ellos ocasionaron por su discusión
decidieron afrontar el problema familiar, pero ya era poco tarde para Ricardo ya que estaba
metido en varios problemas porque sus acciones no pasaron desapercibidas.
Ricardo ya formaba parte de una banda criminal donde cometían robos y asaltos, pero ya
las policías le tenían en la mira por lo cual descubrieron su participación en los robos y
Ricardo fue arrestado y enviado a reformatorio.
Desde el primer día, Ricardo se dio cuenta de que la vida en el reformatorio no iba se fácil.
Los internos mayores lo intimidaron, golpearon y lo humillaron constantemente. Fue difícil
para el adaptarse a esta nueva realidad y mantener su esperanza en un futuro mejor.
Sin embargo, había una terapeuta en el reformatorio llamada Laura. Ella era una mujer de
corazón compasivo y se dio cuenta de que Ricardo necesitaba ayuda y apoyo para superar
su turbulento pasado.
Laura decidió trabajar con la familia en la que Ricardo se reunió con su madre, padre y su
hermana menor. Fue un encuentro lleno de tensión y emociones encontradas. La madre de
Ricardo estaba llena de culpa y arrepentimiento al igual que su padre por no haber
proporcionado un ambiente seguro y amoroso para sus hijos.
A medida que avanzaba la terapia, la familia comenzó a sanar lentamente sus heridas.
Aprendieron a comunicarse de manera abierta y efectiva, y poco a poco se estableció un
ambiente de confianza y amor. Ricardo pudo entender que no estaban solos en sus
dificultades y que tenían el poder de cambiar su historia.
Las primeras terapias que tuvieron como familia los adultos se gritaban, se acusaban
mutuamente y se decían cosas hirientes sin tener en cuenta el daño que causaba a sus hijos.
Pero lo que mas le dolía era la indiferencia que sus padres mostraban hacia sus hijos
durante las cesiones, como si estuvieran aislados en sus propios problemas que se olvidaban
por completo de sus hijos.
La ayuda recibida por parte del profesor Martín, la defensoría y el tío Ricardo fue crucial
para la recuperación y estabilidad de la familia. A través del apoyo emocional y las
intervenciones adecuadas, cada miembro de la familia tuvo la oportunidad de crecer,
aprender y superar los problemas familiares que los afectaban.
En definitiva, esta historia muestra cómo los problemas familiares pueden afectar
profundamente a cada miembro de la familia, pero también destaca la importancia de
buscar ayuda y recibir apoyo profesional para superar estas dificultades. A través del
compromiso, el amor y la intervención adecuada, cualquier familia puede recuperarse y
encontrar la felicidad nuevamente.