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Caso Politicas Públicas - Grupo 5

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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS

CARRERA DE ADMINISTRACION PÚBLICA

FORMULACIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS

GRUPO 5
JUAN AGUIRRE

HIPATIA CALDERÓN

MATEO CANTERAL

KARLA SANCHEZ

DOCENTE:

LUIS PAVÓN

PARALELO:

AP3-001
Empoderamiento económico y género

Un caso de implementación de política en el ámbito


municipal en Ecuador

En Ecuador, la igualdad de género es un tema de gran importancia en la agenda nacional. A pesar de los
avances legislativos, persisten desafíos en la plena implementación de políticas que garanticen la igualdad
de oportunidades entre hombres y mujeres. El país ha realizado esfuerzos significativos para promover la
participación de las mujeres en la vida política, económica y social, así como para combatir la violencia
de género. Sin embargo, aún se requiere un trabajo continuo para superar las barreras culturales y sociales
que perpetúan la desigualdad de género en Ecuador.

Economic empowerment and gender: A case of policy implementation at the municipal level in Ecuador

In Ecuador, gender equality is an issue of great importance on the national agenda. Despite legislative
advances, challenges persist in the full implementation of policies that guarantee equal opportunities
between men and women. The country has made significant efforts to promote the participation of women
in political, economic and social life, as well as to combat gender violence. However, continued work is
still required to overcome the cultural and social barriers that perpetuate gender inequality in Ecuador.
Introducción

La desigualdad de género ha tenido un impacto significativo en Ecuador, afectando a mujeres y niñas en


múltiples aspectos de sus vidas. A pesar de los avances legislativos y los esfuerzos por promover la
igualdad de género, persisten desafíos que influyen en la participación equitativa de mujeres en la
sociedad ecuatoriana. Esta desigualdad se manifiesta en diversos ámbitos, como la educación, el empleo,
la participación política y la violencia de género.

En el ámbito educativo, la desigualdad de género se refleja en tasas más bajas de matriculación y


finalización de la educación secundaria para las niñas en comparación con los niños. A pesar de los
esfuerzos por reducir esta brecha, existen barreras socioeconómicas y culturales que continúan limitando
el acceso de las mujeres a una educación de calidad.

En el ámbito laboral, las mujeres enfrentan desafíos en la búsqueda de empleo y en la igualdad de


remuneración. A menudo se ven relegadas a trabajos informales o mal remunerados, lo que perpetúa la
desigualdad económica de género. Además, las mujeres enfrentan obstáculos para acceder a puestos de
liderazgo y toma de decisiones en el ámbito laboral, lo que limita su participación en la configuración de
políticas y estrategias empresariales.

En cuanto a la participación política, si bien se han implementado leyes de cuotas para promover la
representación de las mujeres en cargos de elección popular, persisten desafíos en la plena integración de
las mujeres en la toma de decisiones a nivel gubernamental y local. La falta de representación equitativa
en los espacios de poder político afecta la capacidad de las mujeres para abogar por políticas que aborden
sus necesidades e intereses.

La violencia de género representa uno de los impactos más graves de la desigualdad de género en
Ecuador. A pesar de los esfuerzos por combatir la violencia doméstica, la violencia sexual y otras formas
de violencia de género, las tasas de violencia siguen siendo alarmantemente altas. Esto tiene un impacto
devastador en la vida de las mujeres, limitando su libertad, seguridad y bienestar emocional y físico.
Marco conceptual sobre el proceso de implementación
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha contribuido significativamente a
este proceso, aportando definiciones y enfoques para abordar la desigualdad de género en la región.
Además, se ha destacado la importancia de comprender la violencia basada en género y su impacto en las
políticas de igualdad, con autores como Chiarotti proporcionando perspectivas relevantes sobre este tema.
En el contexto específico de Ecuador, se ha enfatizado la necesidad de integrar la perspectiva de género
en la planificación y presupuesto, así como la implementación efectiva de políticas de igualdad de género,
como se menciona en el marco de trabajo en planificación y presupuesto con enfoque de género en el
país.

En Ecuador, el proceso de implementación de políticas sobre la desigualdad de género se enmarca en la


formulación y ejecución de planes y programas que buscan promover la igualdad de oportunidades y trato
entre hombres y mujeres. Este proceso implica la integración de la perspectiva de género en la
planificación y presupuesto, así como la mejora del diseño e implementación de políticas con enfoque en
derechos humanos. Además, se destaca la importancia de fortalecer la actuación a través de un marco
conceptual que guíe la implementación efectiva de las políticas de igualdad de género, reconociendo la
necesidad de abordar la desigualdad y discriminación de género en todos los ámbitos, incluyendo el
laboral.

Consideraciones metodológicas

El marco conceptual para la implementación de políticas sobre la desigualdad de género en Ecuador se


apoya en consideraciones metodológicas que abarcan varios aspectos. Estas consideraciones incluyen la
integración de la perspectiva de género en la planificación y presupuesto, la formulación de un marco
teórico que fundamenta el método y desarrollo de la investigación, y la sustitución de hipótesis y
variables por preguntas derivadas de la problemática en la investigación cualitativa. Además, se hace
referencia a la importancia de consideraciones metodológicas y éticas en el diseño y conducción de
investigaciones sobre tratamientos para las adicciones, así como la necesidad de establecer protocolos de
investigación en sistemas de salud. Estas consideraciones metodológicas son fundamentales para
garantizar la efectividad y relevancia de las políticas destinadas a abordar la desigualdad de género en
Ecuador.

En la investigación, se tienen en cuenta diversas consideraciones éticas para garantizar el respeto y la


protección de los participantes. Esto incluye la revisión y aprobación de las investigaciones que
involucran seres humanos por parte de comités de ética, la práctica de la ciencia conforme a principios
éticos que aseguren el avance del conocimiento, la preservación de los derechos humanos y el respeto a
los participantes, así como la honestidad intelectual en la propuesta, ejecución y presentación de los
resultados de la investigación. Además, en el contexto de investigaciones comunitarias, se deben
considerar las autorizaciones del Comité de Ética en Investigación para garantizar el cumplimiento de las
consideraciones éticas pertinentes.

Los posibles conflictos éticos en la investigación científica pueden surgir en diversas situaciones, como el
manejo de conflictos de interés, la protección de la privacidad y confidencialidad de los participantes, la
garantía del consentimiento informado y la equidad en la selección de los sujetos de estudio. Además, la
necesidad de asegurar el bienestar y la protección de los grupos y personas vulnerables, así como el
cumplimiento de normativas y regulaciones éticas, son consideraciones fundamentales en la investigación
científica. Los comités de ética desempeñan un papel crucial en la evaluación y abordaje de posibles
conflictos éticos, asegurando que la investigación se lleve a cabo de manera ética y respetuosa.

De acuerdo con la Nota de Orientación para la elaboración de Perfiles de Países según Igualdad de
Género de ONU MUJERES (2018), en Ecuador el PNIG es un análisis del Sistema de Naciones Unidas,
liderado por ONU Mujeres que se construye desde un enfoque cuantitativo y cualitativo de investigación,
mediante el procesamiento de la información estadística disponible en fuentes oficiales y la ejecución de
un proceso consultivo con actores del sector público, la academia, la sociedad civil y representantes de
organismos internacionales.

El PNIG incorpora una revisión documental de los compromisos internacionales y regionales asumidos
por el Estado ecuatoriano, de la normativa nacional vigente con perspectiva de género sancionada en los
últimos años y de informes analíticos existentes producidos por instituciones públicas, cooperación
internacional, academia y sociedad civil, así como por las agencias, fondos y programas del Sistema de
Naciones Unidas en Ecuador.

Adicionalmente se cuenta con una batería de indicadores sobre el estado de situación de las mujeres en el
país en los diferentes ámbitos definidos para la organización del documento. Finalmente, en el marco del
proceso de construcción del perfil de igualdad de género para Ecuador (PNIG), se ejecutaron reuniones de
coordinación y revisión de los productos preliminares con el equipo técnico de ONU MUJERES; talleres
de trabajo, de presentación de hallazgos, recopilación de insumos y validación del perfil con el Grupo de
Trabajo Interagencial en género del Sistema Naciones Unidas (GTI); así como un proceso consultivo y de
validación con actores del sector público, la academia y la sociedad civil.

Contexto general
La población en Ecuador aumentó de 15 millones de personas en 2010 (año del último censo de
población) a 17,5 millones en 2020, según las estimaciones del Instituto Nacional de Estadísticas y
Censos (INEC), con una representación de las mujeres del 50,5%. Es importante señalar que las áreas
urbanas muestran una sobrerrepresentación de mujeres, mientras que en áreas rurales existe un mayor
número de hombres

De acuerdo con la encuesta nacional de empleo, desempleo y subempleo (ENEMDU) anual de 2021, en
Ecuador hay 4,7 millones de hogares. De estos, el 68,4% tiene la jefatura de un hombre y el 31,6% de una
mujer El tamaño promedio del hogar es de 3,8 personas. La población económicamente activa (PEA)
durante 2021 ascendió a 8,4 millones de personas, de las cuales el 57% son hombres y el 43% mujeres.
Mientras que en la denominada población económicamente inactiva (PEI), que incluye al trabajo no
remunerado del hogar, se encuentran 4,3 millones de personas, de las cuales el 69,8% son mujeres. La
estructura poblacional por grupos etarios muestra que el 54,5% de la población se concentra en el grupo
de 0 a 29 años, siendo el rango etario con mayor número de personas el de 10 a 14 años (9,6%). Por su
parte, las personas mayores de 65 años representan el 7,5% de la población total.

La relación de dependencia, que establece el número de personas dependientes (menores de 15 años y


mayores de 65 años) por cada 100 personas activas (entre 15 y 64 años) es de 61, conlleva la oportunidad
de aprovechar el bono demográfico, que indica que la mayor parte de la población es activa. Es
importante resaltar que más de un tercio de la población es dependiente, lo que implica la necesidad de
proveer cuidados y por lo tanto la importancia de democratizar el tiempo dedicado a esos cuidados.

La brecha en la participación laboral entre hombres y mujeres trae consigo la potencialidad de aprovechar
un bono de género, en el sentido de poder ampliar la capacidad productiva del país incorporando a las
mujeres hasta alcanzar la paridad de género. En efecto, el 52% de las personas en edad de trabajar son
mujeres, frente al 48% que son hombres.

Sin embargo, la participación laboral global en 2021 indica que apenas el 54,5% de las mujeres en edad
de trabajar está realizando o buscando un trabajo remunerado, en comparación con el 78,6% de los
hombres.

Respecto de los rangos de edad de 5 a 9 años y de 0 a 4 años, la proporción es menor, lo que pone en
evidencia un proceso de cambio demográfico que implica el envejecimiento de la población.
Adicionalmente se observa que hasta los 19 años hay una sobrerrepresentación de hombres, tendencia que
cambia a partir de los 20 años, rango en el que las mujeres representan la mayoría de las personas (gráfico
1). El cambio demográfico se relaciona con una reducción sostenida de la tasa de fertilidad, que cayó de
2,68 en 2008 a 2,40 en 2019, año en que se iguala con el promedio global
Actualmente la mayor presencia acumulada de inmigrantes en Ecuador corresponde a personas de
nacionalidad venezolana, A junio de 2022 se contabilizaba un total de 502 214 personas, en el contexto de
la ola migratoria generada por la crisis socioeconómica en ese país. (Grupo de Trabajo para Refugiados y
Migrantes [GTRM], 2022a).

El informe de resultados de la evaluación conjunta de necesidades del GTRM en Ecuador cuenta, en las
encuestas realizadas, con una mayor participación de mujeres (78,3%) y de jóvenes (41,8%) entre 26 y 35
años (GTRM, 2022b). Asimismo, las principales necesidades detectadas son: acceso a alimentación,
empleo, alojamiento y servicios médicos (GTRM, 2022b).

En el caso de las personas de nacionalidad colombiana, la migración se ha generado tanto por la


condición de vecindad, como por flujos de personas en necesidad de protección internacional (PNPI). Es
así como el Censo de Población y Vivienda (CPV) de 2001 señalaba la presencia de 51 556 personas de
nacionalidad colombiana, cifra que para el CPV de 2010 aumentó a 93 237, aunque se considera que
existe una población oculta mucho mayor (Consulado de Colombia en Quito, 2021).

La mayor parte de la población colombiana en Ecuador se concentra entre los 30 y 44 años. La mayoría
son mujeres y se estima que existe un 5,3% de personas que se reconocen como LGBTIQ+

Adicionalmente, a marzo de 2022 se registra un total de 57 232 personas reconocidas como refugiadas
que se encuentran activas en la base de datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR) y 7133 solicitantes de asilo admitidos al proceso de determinación de la condición
de refugiado, RSD por sus siglas en inglés (ACNUR, 2022).

Entre los principales problemas que se identifican en la población inmigrante en Ecuador se encuentran el
acceso a documentación, a vivienda, a servicios sociales y a empleo. A estos problemas se debe sumar una
problemática particular y de alta relevancia que es la discriminación que sufre esta población por su
condición de movilidad humana. Muchas personas manifiestan haber sufrido eventos de xenofobia, la
misma que se experimenta de manera diferenciada entre hombres y mujeres.

La xenofobia en general limita la posibilidad de inclusión social de toda esta población, pero en el caso de
las mujeres se expresa además en episodios de acoso vinculados con violencia de género, aumentando su
vulnerabilidad (Visión Mundial, 2022).

¿Cuál es la situación actual de la brecha salarial de género en Ecuador?

La situación actual de la brecha salarial de género en Ecuador sigue siendo un desafío significativo.
Según un informe, la brecha salarial horizontal se define por el pago desigual de un mismo trabajo debido
al género o identidad sexual. A pesar de los esfuerzos por abordar esta disparidad, la brecha salarial entre
hombres y mujeres persiste, lo que afecta la equidad en el ámbito laboral. Además, se ha destacado la
necesidad de reducir la brecha salarial en al menos un 50% para lograr un acceso igualitario a las
oportunidades. Este panorama refleja la importancia de seguir trabajando para promover la igualdad de
remuneración y eliminar la discriminación salarial basada en el género en Ecuador.

¿Cuál es la perspectiva de género en las políticas laborales?

La perspectiva de género en las políticas laborales se centra en la necesidad de abordar las desigualdades
de género en el ámbito laboral, tanto en el marco regulatorio como en las políticas del mercado de trabajo.
Se reconoce la importancia de la transversalización de la perspectiva de género y la formulación de
políticas específicas para ciertos conjuntos de mujeres, basadas en un enfoque de derechos y en el
reconocimiento del rol que tienen las mujeres en el proceso productivo y en el trabajo no remunerado.
Además, se destaca la importancia de trabajar en todas las dimensiones que hacen a la institucionalidad
laboral, así como en la toma de conciencia por parte de la sociedad de la necesidad y desafíos de avanzar
hacia la igualdad de oportunidad y de trato entre mujeres y varones. Este enfoque busca promover la
igualdad de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres en el ámbito laboral, reconociendo la
importancia de ambos para el funcionamiento del sistema económico.

¿Qué leyes protegen los derechos laborales de las mujeres?

En Ecuador, los derechos laborales de las mujeres están protegidos por varias leyes y regulaciones que
buscan garantizar la igualdad de oportunidades y trato en el ámbito laboral. Algunas de estas leyes
incluyen el Título VII de la Ley de Derechos Civiles, que protege a las solicitantes de empleo y a las
empleadas embarazadas, así como la Ley de Normas Justas de Trabajo, que aborda aspectos como el
salario mínimo, las condiciones laborales y la igualdad en el pago. Además, la Comisión para la Igualdad
de Oportunidades en el Empleo (EEOC) hace cumplir leyes que protegen a las mujeres contra la
discriminación en el lugar de trabajo, incluyendo la protección contra represalias si una persona se queja
por discriminación. Estas leyes buscan garantizar que las mujeres tengan igualdad de oportunidades y
trato en el ámbito laboral, promoviendo un entorno laboral justo y equitativo para todas las personas.

¿Existen requisitos adicionales que deban considerarse para su aplicación?

Si, existen requisitos adicionales que deben considerarse para la aplicación de las leyes que protegen los
derechos laborales de las mujeres. Estos requisitos pueden incluir la implementación de políticas internas
en las empresas que promuevan la igualdad de oportunidades y trato, la sensibilización y capacitación del
personal sobre cuestiones de género y la creación de mecanismos para abordar y prevenir la
discriminación de género en el lugar de trabajo. Además, es fundamental establecer sistemas de monitoreo
y seguimiento para garantizar el cumplimiento de estas leyes y la protección efectiva de los derechos
laborales de las mujeres.

La crisis económica plantea nuevos desafíos para la igualdad de género

Según el método Atlas de comparación internacional (Banco Mundial, 2022), Ecuador es catalogado
como un país de ingreso medio alto, con un ingreso nacional bruto per cápita de USD 6090 en 2019.

El nivel de desigualdad de ingreso medido por el coeficiente de Gini fue de 0,462 en promedio entre 2009
y 2019. Este se ubica en el puesto veinte de desigualdad de entre ciento cincuenta y cinco países con
información disponible para ese período en los datos del Banco Mundial (2022).

En valores constantes (dólares de 2007), según datos del Banco Central del Ecuador (BCE), el producto
interno bruto (PIB) per cápita aumentó de USD 3178 en 1995 a USD 4374 en 2014. En 2019 se redujo a
USD 4163, y a USD 3785 en 2020 durante la crisis profundizada por la pandemia de COVID-19. En 2021
tuvo un ligero incremento al USD 3892. En cuanto a la incidencia de la pobreza por ingresos que,
conforme a datos de la ENEMDU del INEC a diciembre de 2001 fue del 58,3%, se redujo hasta el 21,5%
en 2017. Luego, en 2019, aumentó hasta el 25% y, en 2020, al 33%. Finalmente se ubicó el 27,7% en
2021.

El valor más alto se registra en 2018 con USD 6275 millones. Este valor decrece a USD 6238 millones en
2019 y a USD 5731 millones en 2020, durante la pandemia. En 2015, como consecuencia de la caída del
precio del barril de crudo ecuatoriano, los egresos del presupuesto del gobierno central (excluyendo
amortizaciones de deuda) registraron una caída del 17%, y el gasto social una caída del 10,3%, para
después recuperarse en 2016 y 2017. En estos dos años el gasto social aumentó en un 6,8% y 9,7%
respectivamente.

Respecto del servicio de la deuda del gobierno central (interna y externa) que se había reducido
considerablemente, entre 2007 y 2010, de manera que representaba valores inferiores a los del gasto
social, se incrementó desde 2013, y a partir de 2015 volvió incluso a superar el monto destinado al gasto
social.

A partir de 2018, en el marco de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se
profundizan las políticas de austeridad fiscal, generando una sistemática reducción de los egresos del
presupuesto del gobierno central, que caen en un 4,6%, 2,3% y 7,4% en 2018, 2019 y 2020
respectivamente. En 2018 el gasto social aumentó en un 3,1%; sin embargo, en 2019 y 2020 se redujo en
un 0,6% y 8,1% respectivamente. En 2021 este rubro se incrementó en un 5,9%, pero quedando aún por
debajo del nivel de 2017.
Tanto la política de austeridad que prioriza la reducción de gastos sobre la consecución de nuevos
ingresos, como el peso del servicio de la deuda que limita el espacio fiscal disponible generan un desafío
central para la reactivación económica post COVID, el cumplimiento de los ODS y el cierre de las
brechas de desigualdad existentes.

La crisis profundizada por la pandemia afectó en mayor medida a las mujeres, dado que se encuentran
sobrerrepresentadas en los hogares en situación de pobreza, trabajan en actividades informales, y tienen
menos acceso a posibilidades de teletrabajo y a tecnología (Almeida, 2022).

Las políticas fiscales implementadas por el Gobierno ecuatoriano se centraron en la búsqueda de


financiamiento externo y en recortes presupuestarios que afectaron a servicios vinculados con la igualdad
de género como son los de educación y salud (Almeida, 2022).

En cuanto al presupuesto devengado a nivel sectorial (Ministerio de Economía y Finanzas [MEF], 2022a)
en áreas vinculadas con la igualdad de género (que se presentan con detalle en la sección 2), se observa
una reducción sostenida en bienestar social (conformado principalmente por transferencias monetarias)
entre 2013 y 2018, para después incrementarse desde 2019 hasta 2021.

En salud, si bien existe una tendencia al alza desde 2010, se debe señalar que durante la pandemia de
2020 el presupuesto devengado se redujo. Asimismo, en educación se observa una reducción entre 2019 y
2021, al igual que en la Secretaría de Derechos Humanos.

En cuanto al nivel de desarrollo humano, Ecuador se encuentra en el nivel medio alto. El país
experimentó un proceso de mejora en el índice de desarrollo humano (IDH) calculado por el Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) entre 2008 y 2015, al pasar de 0,717 a 0,764, superando
en 2012 el promedio de América Latina y el Caribe. Posteriormente, en medio de un proceso de
desaceleración económica, su nivel de desarrollo humano se redujo hasta el año 2019 cuando registró un
índice de 0,759, ubicándose nuevamente por debajo del promedio regional.

El año 2020, en el que sobrevino la pandemia de COVID-19, trae consigo un incremento abrupto de la
desigualdad, que alcanzó un valor de 0,498. Esto, debido a que el ingreso laboral de las personas más
pobres se redujo en mayor medida que el de los hogares con mejor situación económica.

Así, el ingreso laboral del 10% más pobre de la población se redujo entre el 28% y el 33%, mientras que
en el caso del 10% más rico la caída fue de apenas entre el 4% y el 11%. A esto se debe sumar que en los
deciles 4 a 7, considerados vulnerables, la caída se da en mayor medida en las mujeres que en los
hombres, evidenciando el crecimiento de brechas de género. Estas brechas también son visibles en la
caída de la participación laboral de las mujeres, con el consecuente aumento del trabajo no remunerado
del hogar cuya carga durante las medidas de aislamiento recayó en las mujeres, poniendo en ellas el
mayor peso de la crisis.

Adicionalmente se observa que entre diciembre de 2019 y 2021 el porcentaje de personas ocupadas en el
sector informal aumentó del 46,8% al 50,8%, y de este último, el 52,8% fueron mujeres, sin que se
observe ninguna recuperación del empleo en el sector formal desde ese momento (INEC, 2022a). Esto
revela un proceso de deterioro del mercado laboral que afecta principalmente a población empobrecida y
vulnerable.

A lo anterior se debe sumar que de diciembre de 2019 a 2020 se redujeron las horas de trabajo por
semana, pasando de 39:58 a 36:39 para los hombres, y de 34:17 a 31:02 para las mujeres. A diciembre de
2021 se registra un aumento en el caso de los hombres que alcanzan las 37:53, mientras que las mujeres
se mantienen en 31:14. En 2022 las mujeres se mantienen por debajo de las 31:00 horas (INEC, 2022a).
Estos datos evidencian un proceso de recuperación lento y que aumenta las desigualdades económicas y
las brechas de género.

Actores involucrados

Los actores involucrados en las políticas en contra de la desigualdad de género en Ecuador abarcan una
amplia gama de participantes. Esto incluye representantes de distintos sectores, como el Consejo Nacional
Consultivo de Lucha contra la Violencia, actores del Sistema Ecuatoriano de Cooperación Internacional,
así como los encargados de la aplicación efectiva de la legislación y las políticas sobre igualdad de género
existentes. Además, se destaca la participación de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales,
así como de la sociedad en general, en la promoción y aplicación de estas políticas.

¿Cómo se financia la implementación de programas que prevengan la desigualdad de género?

Estos programas se financian a través de diversas fuentes, que pueden incluir tarifas de licencias, fondos
gubernamentales, subvenciones federales y donaciones. Por ejemplo, el Programa contra la Violencia
Familiar se financia a través de las tarifas de las licencias, establecidas por la Ley de Violencia contra la
Mujer de 1994. Asimismo, los programas de prevención de violencia familiar y de pareja reciben apoyo a
través de subvenciones y fondos gubernamentales para brindar servicios a las víctimas. Estas fuentes de
financiamiento son fundamentales para garantizar la continuidad y efectividad de los programas de apoyo
a mujeres víctimas de violencia en Ecuador.

Decisiones cruciales de la desigualdad de género en Ecuador


En Ecuador, algunas decisiones cruciales en la lucha contra la desigualdad de género incluyen:
Participación Política de las Mujeres: Ecuador es el segundo país en la región con el mayor número de
legisladoras mujeres, alcanzando un total de 57/137 representantes. Además, hasta enero de 2014,
Ecuador ocupaba la posición 39 en el mundo con respecto a Secretarías de Estado, con 8/36 carteras
lideradas por mujeres.

Empoderamiento Económico de las Mujeres: Se ha reconocido la importancia del empoderamiento


económico de las mujeres, promoviendo su presencia en la toma de decisiones sobre sus recursos. Esto
implica un avance significativo en la lucha contra la desigualdad de género en el ámbito económico y
financiero.

Estas decisiones representan avances importantes en la promoción de la igualdad de género y la


participación activa de las mujeres en la vida política y económica de Ecuador.

CASO SATYA, HECHO HISTÓRICO EN LA LUCHA POR LA IGUALDAD DE DERECHOS EN ECUADOR

El caso Satya en Ecuador representa un hito histórico en la lucha por la igualdad de derechos. La Corte
Constitucional reconoci la identidad de Satya Amani Bicknell, quien es parte de una familia diversa
conformada por dos madres. Este reconocimiento marcó un precedente significativo en el reconocimiento
de los derechos de las personas GLBTI en el país. La Defensora del Pueblo de Ecuador presentó una
acción de protección a favor de Satya, buscando que el Estado reconociera su identidad, lo que finalmente
se logró a través de una sentencia que reconoció el valor de los derechos a la identidad, igualdad y no
discriminación. Este caso representa un avance importante en la protección de los derechos de las
personas GLBTI y en la lucha contra la discriminación en Ecuador.

La situación actual del caso Satya en Ecuador representa un hito histórico en la lucha por la igualdad de
derechos. La Corte Constitucional reconoció la identidad de Satya Amani Bicknell, quien es parte de una
familia diversa conformada por dos madres. Este reconocimiento marcó un precedente significativo en el
reconocimiento de los derechos de las personas GLBTI en el país. La Defensora del Pueblo de Ecuador
presentó una acción de protección a favor de Satya, buscando que el Estado reconociera su identidad, lo
que finalmente se logró a través de una sentencia que reconoció el valor de los derechos a la identidad,
igualdad y no discriminación. Este caso representa un avance importante en la protección de los derechos
de las personas GLBTI y en la lucha contra la discriminación en Ecuador.

Desenlace

En conclusión, los avances en la lucha contra la desigualdad de género en Ecuador, tales como la
participación política de las mujeres y el empoderamiento económico, son significativos. Sin embargo, la
persistencia de desafíos como la distribución desigual de tareas domésticas basadas en el género sigue
siendo una preocupación. En el caso de Satya, el reconocimiento de su identidad por parte de la Corte
Constitucional representa un hito importante en la protección de los derechos de las personas GLBTI en
Ecuador. Estos avances muestran un progreso positivo en la promoción de la igualdad y la no
discriminación en el país, pero también resaltan la necesidad continua de trabajar hacia una sociedad más
equitativa y justa para todos.
Bibliografía

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