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4 Acuerdos

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Sé impecable con tus palabras

El Primer Acuerdo consiste en ser impecable con tus palabras. Parece muy simple, pero
es sumamente poderoso
Ser impecable con tus palabras es no utilizarlas contra ti mismo.
Si te veo en la calle y te llamo estúpido, puede parecer que utilizo esa palabra contra ti,
pero en realidad la utilizo contra mí mismo, porque tú me odiarás por ello y tu odio no
será bueno para mí. Por lo tanto, si me enfurezco y con mis palabras te envío todo mi
veneno emocional, las estoy utilizando en mi contra.
Durante años, las palabras de los demás nos han transmitido chismes y nos han lanzado
hechizos, pero lo mismo ha hecho la manera en que utilizamos las palabras con
nosotros mismos.
Nos hablamos constantemente, y la mayor parte del tiempo decimos cosas como:
“Estoy gordo. Soy feo. Me hago viejo. Me estoy quedando calvo. Soy estúpido, nunca
entiendo nada.
Nunca seré lo suficientemente bueno. Nunca seré perfecto”.
¿Ves de qué modo utilizamos las palabras contra nosotros mismos? Es necesario que
empecemos a comprender lo que son las palabras y lo que hacen. Si entiendes el Primer
Acuerdo
(Sé impecable con tus palabras), verás cuántos cambios ocurren en tu vida. En primer
lugar, cambios en tu manera de tratarte y en tu forma de tratar a otras personas,
especialmente aquellas a las que más quieres.
Sé impecable con tus palabras. Este es el primer acuerdo al que debes llegar si quieres
ser libre, ser feliz y trascender. Es muy poderoso. Utiliza tus palabras apropiadamente.
Empléalas para compartir tu amor. Usa la magia blanca empezando por ti. Di a ti mismo
que eres una persona maravillosa, fantástica. Di cuánto te amas. Utiliza las palabras para
romper todos esos pequeños acuerdos que te hacen sufrir.
Aunque suene simple, muchas veces solemos decir cosas sin pensar y herir (aunque esa
no sea nuestra intención). ¡Las palabras son tan poderosas!, y el modo en que las uses te
puede liberar o encarcelar. Es decir, tus palabras o pensamientos tienen tanto poder que
puede cambiar una vida o destruirla.
Tu mente es como un campo donde cada palabra, idea y opinión es una semilla de
donde saldrá una planta.
Debes considerar sembrar semillas de amor y no de odio, ya que eso es lo que tendrás
en tu vida.
Cada palabra tiene la capacidad de entrar a la mente y cambiar para bien o para mal
todas las creencias.
Al ver el poder que tiene el primer acuerdo, te debes enfocar a decir y pensar cosas
positivas, ya que así puedes llenar tu jardín de experiencias y emociones que le den un
beneficio a tu vida.
No te tomes nada personalmente
El Segundo Acuerdo consiste en no tomarte nada personalmente.
Incluso cuando una situación parece muy personal, por ejemplo, cuando alguien te
insulta directamente, eso no tiene nada que ver contigo. Lo que esa persona dice, lo que
hace y las opiniones que expresa responden a los acuerdos que ha establecido en su
propia mente. Su punto de vista surge de toda la programación que recibió durante su
domesticación.
Sea lo que sea lo que la gente haga, piense o diga, no te lo tomes personalmente. Si te
dice que eres maravilloso, no lo dice por ti. Tú sabes que eres maravilloso. No es
necesario que otras personas te lo digan para creerlo. No te tomes nada personalmente.
Si alguien no te trata con amor ni respeto, que se aleje de ti es un regalo. Si esa persona
no se va, lo más probable es que soportes muchos años de sufrimiento con ella. Que se
marche quizá resulte doloroso durante un tiempo, pero finalmente tu corazón sanará.
Entonces, elegirás lo que de verdad quieres.
Descubrirás que, para elegir correctamente, más que confiar en los demás, es necesario
que confíes en ti mismo.
Ten en cuenta que lo que dicen las otras personas son solo palabras y tú eres el que
controla el significado que tienen en tu vida.
Por ejemplo, si un extraño te detiene en la calle y te dice que estás gordo, ¿qué
pensarías?.
Esta persona lo que intenta hacer es enviarte sus creencias, ideas y opiniones. Pero al
final tú eres el que decide si tomas estas palabras como algo personal o si dejas que
pasen sin que te afecten.
Cuando no te tomas las cosas de forma personal te vuelves inmune a todo el veneno
que las personas intentan meter a tu vida, esa inmunidad es un don de este acuerdo.
Pero por desgracia muchas veces las personas suelen creer que son responsables de
todas las cosas que suceden, ya que crees que todos y todo gira a tu alrededor.
Lo que las otras personas dicen, hacen o piensan se basan en los acuerdos que han
establecido en su mente.
Cuando sabes lo que eres y lo que vales no necesitas buscar esta información, por otra
parte, o tratar de que te acepten. Si sabes esto, nada de lo que te digan podrá afectarte.
Al convertir este segundo acuerdo en un hábito en tu vida, es cuando te empiezas a
sentir más libre que nunca, porque poco a poco estás rompiendo docenas de pequeños
acuerdos que te hacen sufrir.
Recuerda que tú eres el dueño de tu película, tú decides como te sientes, lo que te
afecta y lo que no. En este momento tienes el control y debes aprovecharlo.
No hagas suposiciones
El Tercer Acuerdo consiste en no hacer suposiciones.
Tendemos a hacer suposiciones, sobre todo. El problema es que, al hacerlo, creemos
que lo que suponemos es cierto.
Juraríamos que es real. Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen o piensan -
nos lo tomamos personalmente-, y después, los culpamos y reaccionamos enviando
veneno emocional con nuestras palabras. Este es el motivo por el cual siempre que
hacemos suposiciones, nos buscamos problemas.
Hacemos una suposición, comprendemos las cosas mal, nos lo tomamos personalmente
y acabamos haciendo un gran drama de nada.
Cuando creemos algo, suponemos que tenemos razón hasta el punto de llegar a
destruir nuestras relaciones para defender nuestra posición.
La manera de evitar las suposiciones es preguntar. Asegúrate de que las cosas te
queden claras. Si no comprendes alguna, ten el valor de preguntar hasta aclararlo todo
lo posible, e incluso entonces, no supongas que lo sabes todo sobre esa situación en
particular. Una vez escuches la respuesta, no tendrás que hacer suposiciones porque
sabrás la verdad.
Creer que todo el mundo piensa y actúa como tú es lo que te termina causando una
gran decepción cuando te das cuenta de que las cosas no son de esta manera.
Para evitar este tipo de situaciones lo mejor que puedes hacer es preguntar y dejar a
aun lado todas tus suposiciones. Ya que cuando le preguntas a las personas cuáles son
sus intenciones o instrucciones, evitas confusiones o conflictos innecesarios.
Esto se aplica para cualquier aspecto, ya sea laboral, de pareja, familiar o hasta contigo
mismo.
No te preocupes si necesitas hacer más preguntas para tener las cosas claras ¡Hazlo sin
miedo!, ya que mientras más preguntas hagas, más cerca estarás de encontrar la
verdad.
Este acuerdo se enfoca en la forma en la que te comunicas con las personas, con este
cambio tus relaciones no se verán afectadas por suposiciones equivocadas.
Haz siempre lo máximo que puedas
El Cuarto Acuerdo se refiere a la realización de los tres primeros:
Independientemente del resultado, sigue haciendo siempre lo máximo que puedas, ni
más ni menos. Si intentas esforzarte demasiado para hacer más de lo que puedes,
gastarás más energía de la necesaria, y al final tu rendimiento no será suficiente. Cuando
te excedes, agotas tu cuerpo y vas contra ti, y por consiguiente te resulta más difícil
alcanzar tus objetivos.
Por otro lado, si haces menos de lo que puedes hacer, te sometes a ti mismo a
frustraciones, juicios, culpas y reproches.
Si emprendes la acción por el puro placer de hacerlo, sin esperar una recompensa,
descubrirás que disfrutas de cada cosa que llevas a cabo. Las recompensas llegarán,
pero no estarás apegado a ellas. Si no esperas una recompensa, es posible que incluso
llegues a conseguir más de lo que hubieses imaginado. Si nos gusta lo que hacemos y si
siempre hacemos lo máximo que podemos, entonces disfrutamos realmente de nuestra
vida. Nos divertimos, no nos aburrimos y no nos sentimos frustrados.
Naciste con el derecho de ser feliz. Naciste con el derecho de amar, de disfrutar y de
compartir tu amor. Estás vivo, así que toma tu vida y disfrútala. No te resistas a que la
vida pase por ti, porque es Dios que pasa a través de ti. Tu existencia prueba, por sí sola,
la existencia de Dios. Tu existencia prueba la existencia de la vida y la energía.
No necesitamos saber ni probar nada. Ser, arriesgarnos a vivir y disfrutar de nuestra
vida, es lo único que importa. Di que no cuando quieras decir que no, y di que sí cuando
quieras decir que sí. Tienes derecho a ser tú mismo. Y sólo puedes serlo cuando haces lo
máximo que puedes. Cuando no lo haces, te niegas el derecho a ser tú mismo. Esta es
una semilla que deberías nutrir en tu mente. No necesitas muchos conocimientos ni
grandes conceptos filosóficos. No necesitas que los demás te acepten. Expresas tu
propia divinidad mediante tu vida y el amor por ti mismo y por los demás.
Miguel Ruiz dice que este acuerdo permite que los otros 3 se vuelvan un hábito en tu
vida. El cuarto acuerdo se enfoca en: dar tu mejor esfuerzo sin importar las
circunstancias o el resultado.
Antes que nada, debes saber que como seres cambiantes puedes encontrar que tu
máximo esfuerzo va a ser distinto algunas veces.
Cuando entregas tu máximo esfuerzo puedes vivir una vida con gran intensidad en
todos los aspectos, desde tu trabajo o hasta con tu familia.
El dar tu máximo esfuerzo significa actuar porque amas hacerlo, no porque esperas una
recompensa. En el momento que empieces amar lo que haces, dar lo mejor de ti no será
una obligación sino una reacción natural.
Disfruta lo que haces
Si haces tu máximo esfuerzo por evitar los malos hábitos como: usar mal tus palabras,
tomarte las cosas personales y hacer suposiciones estarán menos presentes en tu vida.

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