Berardi Franco Bifo-Futurabilidad
Berardi Franco Bifo-Futurabilidad
Berardi Franco Bifo-Futurabilidad
La e ra d e la i m p o te n c ia
y e l h o r iz o n te d e la p o s ib ilid a d
Berardi, Franco
Futurabilidad: la era de la impotencia
y el horizonte de posibilidad
la ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
Caja Negra, 2019.
256 p.; 20 x 14 cm. - (Futuros próximos, 25)
Dirección Editorial:
Diego Esteras / Ezequiel Fanego
Producción: Malena Rey
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Diseño de Colección: Consuelo Parga
Maquetación: Tomás Fadel
Corrección: Cecilia Espósito y Sofía Stel
FRANCO "BIFO" BERARDI
FUTURABILIDAD
La e ra d e la im p o te n c ia
y e l h o r iz o n te d e la p o s ib ilid a d
CAJyira
N EG RM
FUTUROS
PROXIMOS
ÍNDICE
11 Introducción
41 Parte I - LA POTENCIA
43 1. La era de la impotencia
67 2. El humanismo, la misoginia y el pensamiento
de la Modernidad tardía
101 3. El lado oscuro del deseo
173 7. Enigma
187 8. Superstición
203 9. Desvinculación
211 10. Una breve historia del general intellect
229 11. La dinámica del general intellect
237 12. La invención
POSIBILIDAD
POTENCIA
5. Ibid.
denuncia un complot en el universo de aquellos que tie
nen interés en afectarnos con pasiones tristes. El sacerdo
te tiene necesidad de la tristeza de sus sujetos, tiene ne
cesidad de que se sientan culpables [...]. Inspirar pasiones
tristes es necesario para el ejercicio del poder."6
Aferrarse a estas pasiones tristes no debería ser con
siderado una especie de culpa, un error que es preciso
enmendar. Las pasiones tristes no son el efecto de un
malentendido y no pueden ser canceladas por fuerza de
voluntad o por la adecuada reflexión. Como señala Deleuze,
las pasiones tristes son el efecto de un ejercicio de poder.
El poder es la agencia que reduce el campo de po
sibilidad a un orden prescriptivo; el poder, por ende, es
la fuente real de las pasiones tristes, y cabe considerar
la existencia de estas como un efecto de la sujeción del
alma a la fuerza del poder. "Spinoza dice que el mal es el
producto de un mal encuentro. Encontrarse con un cuerpo
que se conjuga mal con el propio." Lamentablemente, los
malos encuentros suceden. Mucho, en estos tiempos. Ci
tando a Spinoza, Negri escribe:
EL PODER
-a -
necesidad absoluta, necesidad relativa o probabilidad, ten
dencia, imposibilidad y posibilidad.
La necesidad absoluta marca las enunciaciones lógi
cas que son verdaderas hoy y también habrán de serlo
mañana, en la medida en que son funciones inscriptas en
la mente humana y no implican ninguna relación con la
realidad externa.
Kant distingue entre juicios sintéticos y analíticos.
Los juicios analíticos pueden ser considerados autoevi-
dentes, porque el contenido de la enunciación está im
plícito en el sujeto. La verdad analítica es, por lo tanto,
una necesidad.
Por su parte, la necesidad relativa es una concatena
ción de eventos temporales que implica cierta probabili
dad, como así también una concatenación de estados del
ser impuestos por la ley y por la fuerza.
"Quien no pague el alquiler será desalojado" es un caso
de futurabilidad relativamente necesaria. La implicación
no responde a una necesidad lógica, pero las relaciones
sociales se basan en la imposición de reglas convenciona
les. Dicha imposición puede ocurrir por medio de la vio
lencia, del consenso o de la automatización.
En la computadora del agente inmobiliario, hay cade
nas lógicas que implican que el inquilino que no pague
la renta será desalojado del hogar. Dicha implicación, sin
embargo, no es lógica ni natural, sino impuesta por la
automatización de la voluntad y la transcripción automa
tizada de una relación social de fuerzas. El capitalismo fi
nanciero está ligado a implicaciones tecnolingüísticas que
pretenden pasar por naturales y lógicas. No lo son. Son
reducciones bastante artificiales del amplio espectro de la
posibilidad a la estrecha serie de la probabilidad.
39 -
I
i'
PARTE 1 LA P O T E N C IA
$
TLA ERA
DE LA I MPOTENCI A
I
Y claro que habrá tiempo
para aquella humareda que se va deslizando por la calle,
-4 3 -
rascándose la espalda en las ventanas.
Habrá tiempo, habrá tiempo
de preparar un rostro para afrontar los rostros que uno afronta.
Tiempo de asesinar y de crear,
y tiempo para todos los días y tareas de las manos
que levantan y dejan caer sobre tu plato una pregunta.
Un tiempo para ti y un tiempo para mí,
y tiempo para cien indecisiones,
visiones, revisiones.
Las mujeres deambulan por el cuarto
mientras conversan sobre Miguel Ángel.
T.S. Eliot, "La canción de amor de ü. Alfred Pmfrock"
).
LA E R A DE LA I M P O T E N C I A
1. Timothy Egan, "Giving Obama His Due", The New York Times, 15 de
enero de 2016.
2. Paul Krugman, "Elections Have Consequences", The New York Times, 4
de enero de 2016.
LA E R A DE LA I M P O T E N C I A
-47-
Valores de Nueva York, bajo el nombre Occupy Wall Street.
No tuvo un final feliz. Un año más tarde, el huracán Sandy
azotó Manhattan y devastó a los residentes pobres y a to
das aquellas personas que viven en las cercanías. Algunos
activistas de Occupy Wall Street crearon entonces Occupy
Sandy, un esfuerzo por brindar un sistema de ayuda or
ganizada, acción que dio por supuesto que únicamente
podemos ocupar catástrofes.
Si el lector va hoy al Zuccotti Park, debe tener cuidado
con la policía: están estrictamente prohibidas las reunio
nes de más de tres personas.
En todas partes, la vida social se ve saqueada por
aquellos que tienen el control de las palancas financieras,
y no hay situación en que la sociedad consiga defenderse
de los saqueadores.
Por su parte, la agresión identitaria se propaga sin ba
rreras. El racismo blanco reaparece en los Estados Unidos,
donde las agresiones al estilo del kkk contra personas ne
gras se han convertido en una letanía cotidiana.
F
R
A
N Yo confié en Obama, pero ahora, sobre el final de su
q segundo mandato, lamento decir que su desempeño me
ha convencido de que la esperanza política ha llegado a
B su fin. En algún momento, Obama modificó su filosofía y
1 pasó del esperanzado "sí, podemos" de 2008 a un cínico
0 "no hagamos nada estúpido".
Está bien, me dije, "no hagamos nada estúpido" su-
B pone un compromiso pragmático que tiene en cuenta
E la complejidad del mundo contemporáneo. Luego, tuve
A oportunidad de ver el hundimiento final de su presi-
r dencia cuando la Corte Suprema rechazó su plan para
D proteger a millones de inmigrantes indocumentados de
1 la deportación y darles el derecho a trabajar legalmente
en los Estados Unidos. Después habría de llegar la inad
misible colaboración de su Gobierno con el presidente
de México para proceder a la deportación de refugiados*
centroamericanos.
- 48 -
-1 7 3 -
es el potencial del potencial.
Hackear es producir o aplicar la abstracción a la información
y expresar la posibilidad de nuevos mundos,
más allá de la necesidad.
McKenzie Wark, Hacker Manifesto
AUTOMATIZACIÓN
-1 7 5 -
realización de tareas reiterativas y de toma de determina
do tipo de "decisiones". El desarrollo de la automatización
se ve limitado por el conocimiento técnico de los ingenie
ros, el costo de construcción de las máquinas automáti
cas, la demanda de dichas máquinas y la disponibilidad
de especialistas entrenados capaces de diseñar, construir
y operar tales máquinas. Desde un punto de vista pura
mente técnico, no hay ninguna duda de que es posible di
señar máquinas automáticas para realizar cualquier tarea
reiterativa con mayor velocidad, precisión y cuidado de
los que son capaces los trabajadores humanos.
- 177 -
Luego, a finales del siglo pasado, algo ocurrió, algo
que se dio en paradójica simultaneidad con la implemen-
tación de la tecnología digital, responsable de acelerar
enormemente la productividad y de crear una nueva di
mensión de trabajo semiótico.
La globalización del capital, la creación de corpora
ciones transnacionales y la erosión de las fronteras nacio
nales condujeron a una completa desterritorialización del
mercado laboral, que obligó al trabajo a competir contra sí
mismo a escala global, al tiempo que los sindicatos y los
partidos políticos progresistas (incluidos los comunistas)
se mantuvieron mayormente dentro de los límites nacio
nales y no supieron advertir los peligros que planteaban
la globalización y la desregulación del mercado laboral.
Como consecuencia de todo ello, el logro más importante
del movimiento de los trabajadores -la disminución de
la jornada laboral, con la consiguiente liberación de las
energías sociales para el cuidado, la educación y el pla
cer- se vio revocado.
"El Manifiesto Postrabajo", incluido en el libro de
Cutler y Aronowitz, sostiene: "Los estándares de vida no
aumentan, no se disfruta de tiempo de ocio de calidad,
el estrés y sus manifestaciones sociales fluyen fuera de
control y el futuro dorado que todos estábamos planeando
se derrumba a gran velocidad".3 La extensión de la jornada
laboral implica más estrés, menos cuidado de sí, menos
tiempo para los hijos y menos tiempo para la educación.
Por otra parte, es obvio que también trae consigo el desem
pleo general: mientras que una parte de la población se ve
obligada a trabajar más horas, un número cada vez mayor
de personas son empujadas a condiciones de desempleo,
en las que se ven obligadas a aceptar cualquier clase de
trabajo precarizado.
Tras años de crisis social y aumento de las tasas de
desempleo en los Estados Unidos, la política de expan
sión cuantitativa de Obama logró revertir la tendencia al
desempleo y la suba del empleo fue bien recibida por los
economistas.
¿Pero se trata realmente de una mejora para la vida
social? La respuesta nos la da Frank Bruni, en una
columna del New York Times: "Los nuevos trabajos no
parecen ser tan robustos como los de antes. Hacen falta
más horas para ganar el mismo dinero o mantener el mis
mo estándar de vida. Los estudiantes amasan deudas. La
movilidad ascendente parece cada vez más un espejismo,
un mito".4
La tendencia general de la época está bien plasmada
en esta oración: "Hacen falta más horas para ganar el mis
mo dinero o mantener el mismo estándar de vida". Esto
indica una regresión para la humanidad en su conjunto.
EL ENIGMA
- 179 -
mento de la productividad que permite la automatización
de las tareas industriales basta para permitir una reduc
ción del tiempo laboral de todos los individuos.
Sin embargo, estas palabras sencillas no coinciden con
el funcionamiento actual de la economía capitalista. Es
preciso analizar los contenidos del proceso de producción
(el trabajo manual, el conocimiento científico, las habili
dades técnicas, la automatización de las tareas industria
les, la automatización de las tareas cognitivas) en fun
ción de aquello que los contiene: la economía capitalista,
cuyos rasgos conforman y modelan la aplicación de esas
posibilidades técnicas abstractas.
Presto atención entonces a la relación entre el conte
nido y el contenedor. Pero cuidado: el contenedor no es
meramente un contenedor. Es un semiotizador, un paradig
ma formal, constituido por intereses económicos, normas
culturales y expectativas, instituciones políticas, estructu
ras militares y demás. En cuanto semiotizador, el contene
dor produce modelos semióticos para la organización de los
contenidos (la vida cotidiana, el lenguaje, el conocimiento,
la tecnología).
La imaginación social está modelada por el contene
dor, de modo tal que los contenidos de la actividad social
se organizan en función del paradigma de acumulación y
crecimiento, al tiempo que dichos contenidos (el conoci
miento, el trabajo, la creatividad) producen posibilidades
que exceden al contenedor.
La relación entre el semiotizador y los contenidos vivos
es un enigma, y es preciso estudiarla como un enigma, no
como un secreto. Un secreto, de hecho, es la verdad oculta
de un dilema. Cuando nos enfrentamos a un secreto, sabe
mos que la respuesta verdadera existe, por más que esté
oculta y a resguardo. Solo se trata de encontrar la llave
que nos permita abrir la caja y ver la respuesta verdadera
que encierra.
Por el contrario, un enigma es inescrutable: no hay nin
guna verdad oculta por descubrir en el centro, no hay ninguna
respuesta definitiva a la pregunta. Un enigma es un dilema
infinito sobre el cual solo es posible decidir en virtud de un
acto de intuición ético-estético, no de una solución matemá
tica como la que ofreceríamos para un problema.
Al hablar acerca del significado antropológico de la
regresión infinita, Paolo Virno afirma que hay un momen
to en el que uno siente que ya ha buscado lo suficiente, y
entonces decide.5
El rasgo enigmático de la pregunta y el juicio ético
reside en lo siguiente: no hay ninguna verdad, no hay
ninguna solución al problema y, en términos estrictos,
no hay ningún problema. Solo la condición vibracional de
deambular en un espacio de posibilidad.
En el ámbito social el decisor es la fuerza. El semioti
zador capitalista tiene fuerza, mientras que las formas de
-
181
incómodas. Tras entrar en contacto con la cultura metro
-
politana de los estudiantes^ su desagrado por el trabajo se
convirtió en una protesta cultural contra la alienación.
La pregunta era: ¿esto es vida? No, esa reiteración
inútil de gestos inútiles no era (ni es) vida.
El rechazo del trabajo fue una declaración de guerra
contra el aburrimiento y la tristeza, basada en la situación
especial de una generación de trabajadores que habían
crecido en una década de educación de masas, en la cual
las actitudes culturales y las expectativas existenciales es
taban en expansión.
Sin embargo, sería erróneo limitar el concepto de re
chazo del trabajo a esa situación histórica, ya que tie
ne un significado mayor: la resistencia al trabajo es una
fuente de innovación técnica en la medida en que hace
posible una reducción del tiempo de trabajo.
En la peculiar constelación de la segunda mitad del si
glo pasado, por un momento coincidieron la conciencia so
cial y la tecnoevolución, y las potencias del conocimiento
le abrieron la puerta a la emancipación de la vida del
trabajo asalariado, de manera tal que tuvo sentido dar
la bienvenida a la red digital como la nueva gran fuerza
de liberación. Pero la emancipación del trabajo no era un
proceso puramente técnico. Exigía conciencia política y
una profunda transformación de las expectativas cultura
les. No hubo ninguna de estas dos cosas. Los sindicatos
se opusieron a la introducción de tecnologías de ahorro
de trabajo y dedicaron toda su influencia y sus energías a
defender los empleos y las condiciones laborales existen
tes. Vincularon su identidad a la composición industrial
del trabajo, y se convirtieron en una fuerza conservado
ra que se opuso a la innovación, posibilitando así que
solo los capitalistas financieros sacaran provecho de la
tecnooportunidad.
En ese momento, la conciencia social y la evolución
tecnológica se distanciaron, lo que marcó el ingreso en
una era de tecnobarbarie: la innovación provocó preca
riedad, la riqueza creó miseria de masas, la solidaridad se
transmutó en competencia, el cerebro conectivo se escin
dió del cuerpo social y la potencia del conocimiento quedó
desvinculada del bienestar social.
No obstante, la potencia del general intellect se man
tiene intacta. Sin embargo, no es capaz de desencadenar
un proceso de emancipación social debido a que la con
junción entre los cuerpos se ha vuelto frágil y precaria,
mientras que la conexión entre los cerebros sin cuerpo se
ha vuelto permanente, universal y obsesiva, a tal punto
que ha reemplazado la vida por una proyección espectral
de la vida sobre la omnipresente pantalla.
Durante las últimas décadas, la innovación tecnoló
gica aumentó enormemente la productividad del trabajo
y creó las condiciones para una potencial abundancia de
bienes.
¿Es esto la prueba de una eficiencia superior del
capitalismo? Para nada, es el logro de la cooperación de
ENIGMA
- 183 -
y empobrecimiento de la vida cotidiana. La prescripción
del crecimiento como un modelo cultural funciona sobre
la producción social como un constreñimiento semiótico
que distorsiona las cosas y transforma la posible riqueza
en una miseria concreta.
En 2015, la producción mundial de petróleo fue tan
abundante que el precio del barril de crudo cayó a un
nivel sin precedentes. Lo mismo puede decirse de la pro
ducción metalúrgica. En el mismo período, también cayó
la demanda en todos los países del mundo. Los econo
mistas describieron esta coyuntura como una catástrofe,
y anunciaron un derrumbe generalizado de la economía
mundial: sobreproducción, deflación y desempleo. Pero
en realidad todo esto fue la prueba de que el capitalismo
implica una transliteración del mundo real de la utilidad
en el mundo abstracto del valor, que convierte la riqueza
en miseria, la abundancia en escasez y la potencia en
impotencia.
EMPRESAS FALSAS
-1 8 5 -
llegar a ninguna parte.6
6. Liz Alderman, "In Europe, Fake Companies Can Have Real Benefits", The
New York Times, 29 de mayo de 2015.
del vínculo entre la supervivencia y la desinversión de la
propia vida. A este vínculo lo llamamos "salario". Pero la uti
lidad de nuestras habilidades y nuestro conocimiento no
puede reducirse a un intercambio abstracto. La actividad
útil de millones de trabajadores cognitivos se materiali
za actualmente en la máquina universal que reemplaza al
trabajo humano.
Por más que se la niegue, se la esconda o se la olvide,
esta máquina produce efectos en el inconsciente social. Y
el inconsciente social percibe el carácter absurdo de una
maquinaria que nos obliga a renunciar a la vida para so
brevivir.
r\
S U P ER S TI CI ÓN
U
EL SENTIDO COMÚN
- 187 -
En un artículo publicado por el matutino The Guardian en
febrero de 2016, "Global Markets Are No Longer Obeying
Economic Common Sense" [Los mercados globales han de
jado de obedecer al sentido común económico], Mark Blyth
señala: "Una de las cosas más extrañas de 2016, al menos
hasta el momento, son las distintas maneras en que ha
sido necesario distorsionar el sentido común económico
para explicar qué está ocurriendo en la economía global".
¿Qué es el sentido común? ¿Y qué significa, en
particular, el sentido común en el ámbito de la economía?
El sentido común es producto de la experiencia, pero hoy
día el sentido común no funciona porque los procesos que
los economistas estudian (la producción, el intercambio,
la tecnología, el trabajo...) han cambiado a tal punto que
ya no es posible entenderlos con las herramientas concep
tuales desarrolladas a partir de la experiencia pasada. Esos
conceptos son como viejos monóculos que distorsionan la
realidad y convencen a la sociedad de realizar acciones
que tienen efectos paradójicos.
Pensemos por ejemplo en la "expansión cuantitativa".
¿Qué sentido tiene volcar enormes cantidades de dinero
en el sistema bancario? ¿Qué sentido tiene incentivar a
las empresas a invertir dinero, cuando la demanda baja
como efecto de la globalización del mercado laboral? "La
globalización, y la acción concertada durante treinta años
por la política de derecha, ha asesinado la capacidad del
trabajo de exigir salarios más altos, lo que nos conduce
a una desigualdad nunca antes vista y una inflación
extremadamente baja."1
¿Qué sentido tiene obligar a las personas a trabajar
cada vez más en un momento en que los productos de su
trabajo ya no son necesarios, no hay demanda de ellos y,
más importante aún, podrían ser producidos por máquinas?
Los conceptos básicos del conocimiento económico son
engañosos: "Ahora nos encontramos en un mundo poscrisis
en el que los viejos trucos ya no funcionan, a pesar de crecer
a un 1,5%, tener la inflación a un 0,5% y tasas de interés
en algunos lugares por debajo del 0,25%".12
La economía contemporánea se basa en la codificación
semiótica de la relación que establecemos con los recursos,
la producción, la tecnología y la vida. La imaginación social
es moldeada por el latente chantaje de la superstición.
Un acto de transliteración (recodificación) se inscribe
en la economía, y esta recodificación no es solo un acto
lingüístico: es la fuente de la depredación financiera, de
la devastación de enormes cantidades de bienes y recur
sos, y de la creciente desigualdad en la distribución de la
riqueza.
La nominación de las relaciones sociales es parte del
proceso de internalización del capitalismo como una for
ma natural. Llamamos "trabajo" a ciertos tipos de activi-
- 189 -
útil actúa como un transformador de la percepción, y
convierte las ganancias, el crecimiento y la acumulación
en el código de la emanación de cosas.
El trabajo, el salario, la acumulación y el valor de
intercambio no son hechos naturales, sino convenciones
sociosemióticas. Las convenciones, sin embargo, no son
solo signos que marcan la vida real a posteriori, también
son marcos de significación que premoldean y formatean
nuestras expectativas y nuestros modos de interacción.
Trabajo es la palabra clave de la Gestalt semioeconó-
mica. Se nos estimula a identificar nuestra actividad de
vida con el trabajo, y se nos obliga a depender del trabajo
asalariado para sobrevivir.
La competencia es el mantra de la religión neolibe
ral hegemónica: compite para tener más trabajo, ten más
trabajo para competir. Reduce tu salario para competir, y
compite para que te paguen (menos).
¿Por qué trabajar más? El mundo ya está saturado de
objetos, y aun así no podemos parar de producir cosas inútiles
y desagradables debido a la superstición económica. Peor
aún: esos bienes que no necesitamos pueden producirse
con mucho menos trabajo.
La traducción de la potencia del conocimiento y,de la
tecnología al lenguaje de la economía capitalista implica
el sometimiento de millones de trabajadores cognitivos
a una racionalidad del pasado: la ganancia privada y el
crecimiento económico.
La realidad de la abundancia se traduce entonces con
la grilla semiótica de la escasez.
3. Peter Fleming, Resisting Work: The Corporatization o f Life and Its Dis
contents, Filadelfia, Temple University Press, 2016, p. 6.
SUPERSTICIÓN
ASONANCIA
- 191 -
parecer la mayoría de los Gobiernos del mundo son incapa
ces de advertir esta posibilidad y necesidad, cegados por la
abrumadora fuerza de la superstición económica: trabajo y
salario, trabajo asalariado.
La superstición es una creencia infundada, un engaño
que distorsiona la percepción de eventos reales y provo
ca acciones inadecuadas. En la anterior era industrial, la
categoría del salario podía significar la actividad huma
na bajo condiciones de escasez, aunque a menudo estas
eran engendradas artificialmente, como fue el caso del
cerramiento inglés de principios de la Modernidad. Pero
hoy el régimen de escasez se ha terminado, en la medida
en que la evolución tecnológica de las últimas décadas
(y todo hace predecir que lo mismo ocurrirá en las déca
das venideras) permite un aumento sin precedentes de la
productividad, que tiene por resultado una abundancia
que debería distribuirse de otra manera.
La mutación digital y las finanzas globales han devas
tado las reglas que gobernaban el viejo sistema industrial:
la relación entre valor y tiempo de trabajo o entre dinámica
monetaria y función productiva de la empresa no se sos
tiene. La precariedad socava toda forma de colaboración.
Hemos ingresado en aquello que Baudrillard avizoró como
una esfera aleatoria de valores flotantes. En esta esfera, el
valor ya no está basado en el tiempo de trabajo. Mientras
que la economía global se estanca, un nuevo impulso hacia
la automatización proviene de los investigadores y desarro
lladores. La intersección de la inteligencia artificial con la
red abre la puerta a una nueva generación de autómatas;
esta nueva generación no solo sustituirá al trabajo mecáni
co basado en la repetición, sino también al trabajo cogni-
tivo basado en la selección y la diferencia. Como advierte
Paul Mason, la "nueva ola de la automatización habrá de
disminuir enormemente la cantidad de trabajo necesaria,
no solo para subsistir, sino para ofrecer una vida decente
para todos".45
Esta tendencia alimenta la angustia y provoca reaccio
nes políticas hostiles. El temor a la automatización va y
viene en oleadas, como señala Richard Freeman:
4. ' Paul Mason, "The End of Capitalism Has Begun", The Guardian, 17 de
julio de 2015.
5. Richard Freeman, "The Future of Work: Who Owns the Robot in Your
Future Work Life?", Pacific Standard, 17 de agosto de 2015.
SUPERSTICIÓN
- 193 -
del tiempo de trabajo semanal a un máximo de cuarenta
horas.
La solidaridad social y la insubordinación de los tra
bajadores obligaron a los ingenieros a desarrollar tecno
logías que ahorrasen tiempo, con el propósito de reducir
el tiempo general de trabajo. Era una situación ambigua:
abría paso a mejores condiciones de vida, pero también
representaba una amenaza para la composición del trabajo
existente. Los sindicatos percibieron la tecnología como
un peligro, y se opusieron a la implementación de estos
dispositivos de ahorro de trabajo, demostrando así su inca
pacidad para enfrentar el cambio tecnológico.
Es en esta dinámica donde hay que buscar la fuente
del triunfo neoliberal y la emergencia de una monstruosa
paradoja: por un lado, el capitalismo desregulado alienta a
los tecnoinnovadores a construir autómatas cada vez más
inteligentes y productivos; por el otro, chantajea a los
trabajadores para que trabajen más rápido a cambio de
cada vez menos dinero, en una carrera imposible contra
los robots. La consecuencia de esta paradoja es la precari-
zación del empleo y de la vida en general.
La precariedad es la forma general de las relaciones la
borales: cuando el trabajo comienza a estar precarizado en
algunos puntos, la percepción de precariedad se extiende a
todas partes, en la medida en que la competencia entre los
trabajadores (en particular, entre los trabajadores cogniti-
vos) reemplaza a la solidaridad. Todo trabajador sabe que
su trabajo puede ser realizado por una máquina, todo tra
bajador sabe que su salario mañana puede quedar en manos
de otro trabajador. Todo el mundo es guiado a percibir a los
demás como potenciales enemigos y potenciales amenazas.
Los jóvenes que trabajan en la industria cultural co
nocen muy bien este chantaje precario. Las galerías de
arte, las universidades, las editoriales, las revistas y los
periódicos, todos ellos explotan a los trabajadores cogni-
tivos a cambio de nada. Lo llaman "pasantía" o similar. Se
incita a los trabajadores cognitivos a aceptar estas condi
ciones porque se supone que están invirtiendo lo mejor
de su personalidad y de su expresividad en la actividad
cultural que han elegido, y así el chantaje tiene éxito.
Hacer gratis lo que nos gusta tal vez parezca algo bueno,
pero el problema es que hay que pagar el alquiler y hay
que devolverle al banco los préstamos universitarios. Los
extremos no se tocan.
El vínculo entre el trabajo y el salario se debilita, pero
solo los capitalistas se benefician de la aleatoriedad y pre-
carización consiguientes, en la medida en que la emanci
pación del tiempo del salario está asentada en la supersti
ción del trabajo asalariado.
- 195 -
das se ha vuelto incapaz de interpretar o gestionar el pro
greso técnico y sus efectos. Este código ya no funciona:
no es apto para manejar racionalmente las formas de vida
que emergen en la esfera digital.
Al tiempo que la producción se convierte en un pro
ceso de recombinación e intercambio semiótico, el trabajo
se convierte en una inversión de energía mental. Resulta
muy difícil reducir el tiempo mental al valor, ya que la
productividad en este ámbito es muy volátil y aleatoria.
Los precios resultan, entonces, indicadores azarosos de
relaciones de fuerzas temporarias. El salario queda al fin
expuesto como una superstición, y va siendo reemplazado
cada vez más por nuevas formas de esclavitud, y por la
desnuda brutalidad de las relaciones de fuerza. ,
El salario es la superstición que mantiene en pie un
castillo sin cimientos. Pero esta superstición se vuelve
todavía más frágil e inestable si advertimos que el mundo
de la producción ha sido tapado por una nueva ola de
automatización.
; D E B E R ÍA M O S TEN E RL E M IE D O A L T R A B A JA D O R A N D R O ID E ?
- 197 -
la n te la econ om ía.
Y concluye:
6. Martin Ford, "China's Troubling Robot Revolution", The New York Times,
10 de junio de 2015.
7. Matthew Yglesias, "The Automation Myth: Robots Aren't Taking Your
Jobs - and That's th e Problem!", Vox, 27 de julio de 2015.
estadounidense promedio se han incrementado en el equi
valente a un mes por año. "Predeciblemente, los trabaja
dores dedican menos tiempo a sus necesidades básicas,
como comer y dormir. Los padres dedican menos atención
a sus hijos. El estrés va en aumento, en parte debido al
acto de equilibrio necesario para reconciliar las demandas
del trabajo con la vida familiar."8
La tendencia que Juliet Schor identificó en los no
venta no se detuvo allí. En 2013, en su libro 24/7. El
capitalismo tardío y elfin del sueño, Jonathan Crary9 sos
tuvo que el adulto norteamericano promedio duerme hoy
alrededor de seis horas y media por noche, una disminu
ción respecto de las ocho horas de la generación anterior,
y mucho menos de las (aunque nos cueste creerlo) diez
horas que dormía a comienzos del siglo XX.
Esta autoinmolación fanática solía ser una caracterís
tica particular de la vida estadounidense, ya que la cul
tura puritana de América sabe poco de los placeres de la
vida. Pero en los últimos treinta años este fanatismo se ha
transformado en el imperativo categórico de la política en
el mundo entero.
SALARIO
- 199 -
concretarla debido al carácter incuestionable del salario: la
supervivencia a cambio de tiempo de trabajo.
Por lo tanto, es preciso exponer al salario como la su
perstición que no nos deja ver algo que es totalmente cla
ro: el trabajo es cada vez menos necesario para la super
vivencia. El chantaje del salario convierte la innovación
técnica en una tragedia para la sociedad; reducido a una
herramienta competitiva, el conocimiento se convierte en
una causa de desempleo.
Es interesante advertir que poco a poco comienza a
aparecer dentro de los círculos teóricos de Silicon Valley
una reflexión libre sobre la obsolescencia de la forma sala
rial. En el epicentro del trabajo cognitivo global, algunos
tecnointelectuales comienzan a contemplar la idea de un
ingreso básico o ingreso existencial, que permitiría diso
ciar la actividad útil del acceso a la supervivencia.
Sam Altman, el joven presidente de Y Combinator, un
think tank de Silicon Valley, tiene interesantes ideas al res
pecto. "Estoy bastante convencido de que en determinado
F
R
A
^ momento del futuro, a medida que la tecnología vaya eli-
0 minando los empleos tradicionales y permita crear una
enorme cantidad de riqueza, veremos alguna versión de
B [un ingreso básico] a nivel nacional", sostiene.101Es in-
1 teresante advertir que se trata del mismo argumento que
0 emplean muchos pensadores radicales de izquierda para
justificar la implementación de un salario básico univer-
b sal. Bajo esta perspectiva, deliciosamente llamada "comu-
E nismo de lujo totalmente automatizado", la humanidad
A superará al capitalismo haciendo que las máquinas reali-
r cen la mayor parte del trabajo y distribuyendo los resul-
D tados de manera justa entre el público, que podrá trabajar
1 mucho menos a cambio de más.
El ingreso existencial no debería ser considerado un
sustento provisional para personas marginales. Debería ser
considerado un estímulo a la libertad, y por consiguiente
a ofrecer a la comunidad lo mejor de nosotros.
-
200
10. Dylan Matthews, "Why a Bunch of Silicon Valley Investors Are Suddenly
Interested in Universal Basic Income", Vox, 28 de junio de 2016.
11. Ibid.
SUPERSTICIÓN
-
201
biernan el mundo en un nivel mucho más profundo que la
voluntad política.
-
La emancipación del conocimiento de la acumulación
de capital es la única llave capaz de abrir la puerta que
nos permita escapar de este infierno, por más que de mo
mento nos cueste tanto encontrarla.
DESVI NCULACI ON 1
- 203 -
La libertad es e l con ten id o. La necesidad es la forma.
1
Tólstoi, G u e rra y p a z
MORFOGÉNESIS
ción de clase.
Para reimaginar el proceso de subjetivación en el
contexto de la precariedad, prefiero dejar de lado la vi
sión dialéctica de la historia y adoptar una descripción
morfogenética; lo que supone que, en vez de concebir la
evolución histórica como un ámbito de confrontación en
tre sujetos, es posible entenderla como una secuencia de
constreñimientos y desvinculaciones que se dan dentro
del proceso de emergencia de formas.
Tomo la palabra "morfogénesis" prestada del ámbito
de la biología, e intentaré aplicar este concepto al ámbito de
la evolución social con el propósito de distinguir aque
llo que podríamos definir como una especiación social (la
emergencia de nuevas formas sociales que transgreden el
código existente) de otro tipo de metamorfosis social que
solo implica la rearticulación del viejo código.
Además, me propongo distinguir entre la morfogénesis
como proceso de emergencia y la morfogénesis como proce
so de generación. Por emergencia entiendo la aparición de
DESVINCULACIÓN
- 205 -
excluye otros conjuntos posibles. Incontables posibilida
des se pierden debido a que su potencia subjetiva no es
suficiente para liberar una morfogénesis creativa.
En griego, morphé significa la forma inestable y cam
biante que la materia adopta en el proceso de devenir,
mientras que eidos es la forma original que genera infini
tos objetos posibles "con forma".
Eidos es la atribución activa de forma, mientras que
morphé es la forma recibida pasivamente. Forma, de hecho,
significa la organización provisional de una posible con
catenación del ser, el efecto (pasivo) de ser formado; esta
palabra, sin embargo, también significa la conformación
(activa) del entorno, el proceso que da forma a un obje
to. En la historia de la filosofía occidental, el concepto de
eidos evolucionó hasta el concepto de idea. Cuando hablo
de una forma generativa, no me refiero a la precedencia
idealista de la idea, sino al despliegue de información ge
nerativa inscripta en el presente. Una forma que genera
formas puede funcionar como una Gestalt: una Gestalt es
F
R
A
^ un marco cognitivo basado en la preselección de nuestras
q reacciones perceptivas.
En "La pregunta por la técnica", Heidegger sostiene que
b "la esencia de la técnica [no] es en manera alguna nada
* técnico [...]. La técnica es un modo de salir de lo oculto".
0 El "marco cognitivo" enmarca al mundo. La Gestalt
nos permite ver, pero al mismo tiempo impide la visión de
B cualquier otra cosa que no se acomode a ella.
E
R
A
r GESTALT Y CONSTREÑIMIENTO
D
1 Según algunos psicólogos gestálticos (a saber, Wertheimer,
Koffka y Kóhler), la percepción está moldeada por la re
lación entre los estímulos perceptuales que recibimos del
entorno y las formas generativas inscriptas en nuestra
mente. La Gestalt nos permite ver, pero al mismo tiempo
-
206
- 207 -
proliferación de dobles vínculos en la mente social?
No pienso el capitalismo como una subjetividad, sino
como una Gestalt cuya acción estructura el conocimiento, el
trabajo y los recursos en función de una Gestalt semiótica.
Cuando miramos una forma visual, la estructura ac
tual de nuestra mente descifra el estímulo visual según
las Gestalts inscriptas en ella, y nos cuesta bastante llegar
a ver otra cosa que la forma que nuestra mente está acos
tumbrada a ver.
Wittgenstein sostenía que "los límites de mi lengua
je significan los límites de mi mundo". En términos de
Gestalt y posibilidad, la afirmación de Wittgenstein quiere
decir que nuestro lenguaje es una organización sintáctica
de los innumerables contenidos que pertenecen al ámbito
de nuestra experiencia. Dentro de este rango de organiza
ciones posibles de los contenidos, nuestro lenguaje selec
ciona un plan de consistencia y lo impone, de manera tal
que la organización lingüística es lo que limita nuestras
posibilidades de percepción y experiencia.
F
R
A
N Pero si el lenguaje es un límite, esto implica también
0 que existen otras posibilidades más allá de dicho límite. Lla
maría desvinculación a cualquier creación lingüística a la
B que podríamos considerar un "exceso": la poesía es la acti-
1 vidad lingüística que excede los límites de nuestro lenguaje.
0 La Gestalt es el patrón mental que enmarca los estímu
los perceptuales que recibimos y los convierte en formas.
B La Gestalt puede funcionar como un constreñimiento cuan-
E do obstruye nuestra capacidad de ver las cosas en un marco
A distinto. Para superar el efecto de constreñimiento implí-
r cito en la Gestalt, necesitamos una potencia poética de ex-
D trañamiento (lo que Viktor Shklovski llamó “ostranenie").
Volvamos ahora a las condiciones sociales de nuestra
época: el paradigma económico constriñe la dinámica in
trínseca de la relación entre el trabajo y la inteligencia. La
economía pretende ser una ciencia, pero los economistas
no producen conceptos que expliquen la realidad social ni
-
208
- 209 -
tecnología o el conocimiento. Las palabras que describen
y conceptualizan la esfera económica son una fuente de
permanentes malentendidos, debido a que resultan incon
sistentes con la realidad de la vida humana sobre el planeta.
UNA BREVE H I ST OR I A DEL
GENERAL IN T E L L E C T
I V
-
211
daderas intenciones: no quería escribir solo acerca de la
impotencia o la posibilidad. Quería escribir acerca del co
-
nocimiento.
A pesar de la impotencia y del poder, a pesar de la
fragmentación de la sociedad en una pléyade de piezas en
conflicto, a pesar de la precaria fractalización del trabajo,
el conocimiento es la dimensión social donde es posible
acabar de una buena vez con el mal sueño del capitalismo:
no solo revertir sus efectos, sino abandonarlo y conver
tirlo en un espacio vacío, olvidarlo como se olvida una
pesadilla.
Mi abordaje del problema del conocimiento no es
gnoseológico, porque lo que me interesa en realidad
es la subjetividad que subyace al proceso del conocimiento:
la subjetividad de las millones de mentes conectadas al
rededor del mundo, y la subjetividad de los cuerpos que
buscan afecto, contacto sensual y amistad. La concien
cia del conocimiento es el camino hacia la emancipación
del futuro, pero este camino se ve obstaculizado por la
privatización del sistema educativo, la investigación y el
ciclo de la invención.
El conocimiento no tiene que ver con la verdad, ni
con descubrir y revelar una realidad esencial; antes bien,
tiene que ver con la creación de sentido y la invención
de interfaces técnicas que proyecten significación sobre
la realidad.
- 213 -
En Hegel, el conocimiento es un proceso que en rea
lidad no desarrolla nada, nunca es invención, sino solo el
descubrimiento de algo que ha existido desde el principio.
El Ser Absoluto es la premisa y el resultado del proceso
de conocimiento, en la medida en que desde el comienzo
el conocimiento es el proceso de autodespliegue del Ser
Absoluto. El proceso social del conocimiento, con sus ma
nifestaciones concretas, sus contradicciones, sus dificulta
des, enigmas y errores, sus descubrimientos y sus inven
ciones, no existe. Este proceso no es más que la mediación
del autorrevelarse del Espíritu Absoluto.
A pesar de todo ello, es posible advertir en este texto
una intuición bastante avanzada: la idea de que no es
posible disociar el proceso del conocimiento del proceso
histórico, y que no existe ninguna otra verdad que el au
todespliegue del sujeto de conocimiento.
4. I b íd ., p. 19.
UNA BREVE H IST OR IA
DEL G E N E R A L I N T E L L E C T
- 215 -
para la apropiación y la sujeción del trabajo vivo y la con
dición de la emancipación de la sociedad de la necesidad
del propio trabajo.
Por un lado:
7. Ibíd., p. 224.
8. Ibíd., p. 230.
UNA BREVE H IST ORIA
DEL G E N E R A L I N T E L L E C T
- 217 -
el concepto de cooperación entre agencias mentales?
Obviamente, no lo sé. Marx a menudo emplea palabras no
alemanas (italianas, francesas e inglesas). Sin embargo,
quisiera imaginar que en este caso lo hizo animado por un
motivo particularmente fuerte.
Si hubiera escrito las palabras alemanas A l l g e m e i n e
V e r n u n f t , podríamos haber supuesto que estaba k o k e t t i e -
r e n (coqueteando) con Hegel.
Nada podría ser más contrario a las ideas de Marx.
Aquí no le preocupa Hegel. Marx no se ocupa del devenir
real espiritual de la razón absoluta, sino de la coopera
ción social entre trabajadores intelectuales que no están
cumpliendo un diseño racional preinscripto, sino combi
nando fragmentos de conocimiento según proyectos in
telectuales distintos (y en conflicto). Sus intenciones no
convergen en una totalidad preinscripta, no apuntan a
ningún t e l o s . La imposición de un t e l o s prescriptivo sobre
la actividad de los trabajadores cognitivos es una acción
peculiar del poder: un acto de limitación, de sujeción. La
reforma neoliberal del sistema educativo, que consiste en
su privatización, procura la sumisión de la investigación
al dogma económico.
La próxima batalla tendrá por objeto la autonomía del
conocimiento respecto de la hegemonía práctica y episte
mológica del paradigma económico.
La autonomía del conocimiento no es una cuestión fi
losófica sino social, ya que se funda en la potencia concre
ta de un grupo de actores sociales concretos: los trabaja
dores cognitivos, trabajadores que producen valor dentro
de la máquina semiótica.
La autonomía del conocimiento presupone la indepen
dencia de aquellos que animan el general intellect.
Cuando Marx escribió acerca del "general intellect",
esas dos palabras en inglés, tenía en mente un entorno
tecnológico que aun no existía en su época. Más de cien
años después, sabemos que ese entorno y esa máquina
universal es la red mundial que permite hoy la continua
recombinación de actos semióticos (investigación, in
vención, comunicación) ejecutados al mismo tiempo por
agentes conscientes y sensibles desperdigados por toda
la Tierra.
CORAZÓN ENFERMO
- 219 -
mar parte de é l de m anera pasiva. Y e n to n c e s h a y que p o
ner e l cuerpo contra lo s engranajes y contra las r u e d a s...
contra las palan cas, contra to d o e l aparato, y pon erle un
fren o. Y h a y que darle a e n ten d er a la g e n te que lo dirige,
a la g e n te que e s d u eñ a de é l, que a m en os que seam os
g
lib res, no perm itirem os que la m áquina fu n cio n e.
-
221
distas, los miembros de la Weather Underground Organi
zation, los Panteras Negras y otros en disfraces similares)
-
desempeñaron un papel relevante en la transformación
general de la sociedad: como profesionales, construyeron
la red de alta tecnología; pero como activistas, quedaron
atrapados en la imaginación industrialista del siglo XIX.
La única posibilidad de evitar el sometimiento del co
nocimiento al capital, que es lo mismo que decir el some
timiento del conocimiento a la guerra, dependía de la con
junción del general intellect con las necesidades de la
sociedad. Pero nosotros estábamos atrapados en el viejo
concepto de revolución política.
- 223 -
ca; lo que sig n ifica que la am plitud de la dom in ación de
la socied ad sobre e l in d ivid u o e s in m en sa m en te mayor
que n u n ca. N uestra socied ad se caracteriza a n te s por la
co n q u ista de la s fuerzas so c ia le s cen trífu g a s por la t e c
n o lo g ía que por e l terror, sobre la doble b ase de u n a abru-
12
m adora eficacia y un n iv e l de vid a cada v e z m ás alto.
- 225 -
ra moderna se verá reducido a vestigios para anticuarios
y el general intellect habrá sido subyugado para siempre.
La educación de masas no era la única condición que
permitía la movilidad social bajo las condiciones capitalis
tas, pero era la que abría el camino hacia la emancipación
de la clase obrera: el rechazo del trabajo se sumaba al ge
neral intellect y el resultado era una situación problemáti
ca de resolución no predecible. El movimiento estudiantil
de 1968 puede ser considerado la primera insurrección del
general intellect: la solidaridad entre estudiantes y tra
bajadores fue no solo una convergencia ideológica, sino
también la alianza de dos sujetos sociales que sostenían
una posibilidad común.. Los trabajadores industriales im
pulsaban la reducción de la jornada laboral y los estudian
tes eran los heraldos de la potencia intelectual del trabajo
cognitivo, que venían a anunciar las posibilidades tec
nológicas de una total emancipación de la esclavitud del
trabajo físico. Esa alianza entre el rechazo del trabajo y la
innovación tecnológica le abrió el camino a la revolución
F
R
A
^ digital y al reemplazo del trabajo industrial por la infomá-
0 quina. Sin embargo, en las últimas décadas del siglo XX,
este proceso de emancipación se vio interrumpido y viró
b hacia la forma financiera del semiocapitalismo, cuando la
1 contrarrevolución neoliberal desvió la fuerza del general
q intellect contra la autonomía de los trabajadores.
El aumento de la productividad, que podría haber con-
B ducido a una reducción general del tiempo de trabajo, se
E convirtió en una herramienta para aumentar la explota-
A ción. La limitación de la jornada laboral se vio eliminada
r y creció el desempleo general como un efecto del aumento
D del tiempo de trabajo individual. De allí en más, el poten
cial del general intellect se volcó contra el bienestar de la
población trabajadora.
En la medida en que el trabajo cognitivo se convirtió
en la principal fuerza de valorización, los poderes econó
micos intentaron someter a los cognitarios a la ideología
-
226
- 227 -
la instauración de la economía como el criterio de eva
luación universal ha reestablécido una suerte de teología
en la relación entre el aprendizaje y la verdad absoluta
(económica).
A fines del siglo XX, quedó al descubierto la crisis
de la universidad: el humanismo moderno resultó incapaz
de enfrentar la infoesfera en red. La institución univer
sitaria, como la conocimos en la era moderna, se mostró
incapaz de lidiar con la inteligencia en red y el legado
humanista se vio en necesidad de una reforma.
La razón tecnofinanciera se ha hecho cargo de esta
reforma. La educación pública ha sido empobrecida por la
clase neoliberal gobernante, que procedió a desmantelar
la, precarizarla y al fin la reemplazó por un sistema de
recombinación de habilidades'y competencias fragmenta
das, atentas a las necesidades del mercado, cuyo significa
do escapa incluso al estudiante. Se celebra la innovación,
pero solo se la permite dentro del marco del dogma teoló
gico de la ganancia privada y el lucro infinito.
1 1
LA DI NÁMI CA DEL
GENERAL IN T E L L E C T
I I
PHILO FARNSWORTH
- 229 -
En la medida en que la invención científica y la innovación
tecnológica no sean libres del constreñimiento epistémico
de la economía, en la medida en que los trabajadores tec-
nocientíficos se vean obligados a procurarse un salario y
dependan del apoyo de las corporaciones para desarrollar
sus ideas, el conocimiento nunca logrará ser autónomo.
Preservar la autonomía del conocimiento es la cues
tión más importante de nuestro tiempo. Es el único cami
no para superar la devastación corporativa del mundo y la
guerra civil identitaria global. Es el horizonte de posibili
dad de nuestra época.
Durante el último siglo, poco a poco se les ha quitado
a los inventores la capacidad de conocer y controlar el
funcionamiento de su trabajo de invención, y se los ha
sometido a la ley de la ganancia: su trabajo ha sido frag
mentado y su formación ha sido modificada de manera tal
que por lo general no son conscientes de las implicancias
epistemológicas de sus descubrimientos ni de las conse
cuencias sociales de la aplicación de sus creaciones.
F
R
A
N Muy pocas personas conocen a Philo Farnsworth. Muy
0 pocas personas conocen las circunstancias del nacimiento
del medio más celebrado de la cultura de la Modernidad
B tardía. ¿A qué se debe?
1 El motivo de ello es que la invención del televisor es
0 una historia de expropiación. Al inventor, el producto de
su trabajo le fue robado por la Radio Corporation of Ame-
B rica ( r c a ) , en la figura de David Sarnoff, su presidente du-
E rante las décadas anteriores a la Segunda Guerra Mundial.
A Quisiera recordar a Farnsworth aquí porque su historia
r es una metáfora perfecta de la relación entre la codicia
o corporativa y el trabajo intelectual.
El joven Philo se crió en la zona rural de Utah, leyendo
ciencia ficción. Al crecer, comenzó a explorar las técnicas
para la transmisión electrónica de imágenes.
Un día, le dijo a su esposa Pem que la tecnología que
estaba creando sería la máquina de la verdad, y haría po
- otz -
- 231 -
sató un litigio judicial y Farnsworth fue citado por el Con
greso a declarar en una investigación contra la empresa
por infracción a la ley de patentes.
Pero Farnsworth no confiaba en el Gobierno más de lo
que confiaba en las empresas. No creía que la libre com
petencia y la dinámica de mercado pudieran tener por re
sultado la expropiación. No quiso buscar el amparo de la
autoridad pública para un problema que, a su juicio, era
un caso de libre competencia. Confió en el capitalismo,
ay, y se jodió.
En septiembre de 1939, con ocasión de inaugurarse la
Feria Mundial de Nueva York, la r c a expuso varias panta
llas de televisión en la ciudad de Manhattan y las utilizó
para transmitir un discurso del presidente Franklin Delano
Roosevelt. Farnsworth fue uno de los tantos ciudadanos
que se congregaron delante de esas pantallas.
1. Evan Schwartz, The Last Lone Lnventor, Nueva York, Harper Collins,
2003, p. 6.
F
R
A
N La idea de que el Estado garantizara la propiedad in
C
0
dividual de la creación se planteó por primera vez en Flo
rencia en 1421. En los Estados Unidos, Benjamin Franklin
B introdujo el principio de los derechos intelectuales en la
I Constitución. De hecho, la ley de patentes funcionó bas
F
0 tante bien a lo largo del siglo XIX. Sin embargo, desde
la tercera década del siglo XX, las corporaciones lograron
B tomar el control del proceso inventivo con el propósito de
E extraer dinero del trabajo de los científicos y someter su
R
A actividad a la racionalidad económica.
R Víctima de la relación entre inversión y capital,
D Farnsworth subestimó el poder de la innovación controla
I da por las corporaciones.
Dos habilidades distintas forman parte del proceso
de explotación de la fuerza de invención. La primera es
la capacidad compleja y concreta de los científicos, los
técnicos y los trabajadores semióticos: capacidad que se
- 232 -
PERSONAJES
- 233 -
dimensiones lejanas que jamás se encuentran.
No obstante, la función intelectual está atravesada
por un conflicto interno, cuya dinámica exige análisis y
explicación.
Diría que el artista, el ingeniero y el economista son
los principales personajes de otra fábula, llamada el gene
ral intellect. Su historia es el núcleo de la dinámica social
de la vida intelectual.
El artista, al igual que el científico puro, es el creador
de conceptos y preceptos novedosos que abren nuevos ho
rizontes posibles de experiencia social. El artista habla el
lenguaje de la conjunción: en la creación artística, la re
lación entre el signo y el significado no está determinada
por la convención, sino que se desplaza pragmáticamente
y se ve sujeta a una constante renegociación.
El ingeniero es el amo de la tecnología, el intelectual
que transforma los conceptos en proyectos y los proyectos
en algoritmos. El ingeniero habla la lengua de la conexión.
En la ingeniería, la relación entre el signo y el significado
responde a una inscripción convencional. El ingeniero es
un productor de máquinas, combinaciones técnicas de al
goritmos y materia física que funcionan según determina
dos conceptos.
La tercera figura del general intellect contemporáneo
es el economista, un falso científico y un verdadero tecnó-
crata cuya principal tarea es apartar al artista del ingenie
ro y mantenerlos en sus labores especializadas.
Los economistas son más sacerdotes que científicos.
Su discurso procura someter la actividad de los demás in
telectuales a la norma de la expansión económica. Denun
cian el mal comportamiento de la sociedad, instan a las
personas a arrepentirse de sus deudas, las amenazan con
inflación y miseria como castigo por sus pecados y reve
rencian los dogmas del crecimiento, la competencia y el
lucro. Sus convenciones científicas no se basan en la expe
riencia ni son abstracciones puramente conceptuales, sino
que se fundan en el interés particular de la clase social
que está en la cima de la construcción económica conven
cional. La metodología del economista tiene poco que ver
con la ciencia: la ciencia es una forma de conocimiento
libre de dogmas que procura extrapolar leyes generales de
la observación de fenómenos empíricos, tomando de esta
extrapolación la capacidad de predecir algo acerca de lo
que habrá de ocurrir después. Pero la ciencia también es
capaz de trascender cualquier tipo de determinismo causal
y de entender las transformaciones a las que Thomas Kuhn
llamó cambios de paradigma. Esto significa que la innova
ción científica es en esencia la transgresión de los límites
establecidos del conocimiento.
Hasta donde sé, la economía no se ajusta a esta des
cripción. Los economistas están obsesionados con las no
ciones dogmáticas de crecimiento, competencia y produc
to bruto interno, y obligan a la vida social a obedecer
estos dogmas. Por si fuera poco, son incapaces de inferir
leyes de la observación de la realidad, y prefieren por el
LA D I N Á M I C A
DEL G E N E R A L I N T E L L E C T
- 235 -
y explotación.
Podemos caracterizar al discurso teórico que sostiene
esta tecnología económica en términos de una ideología;
es decir, una tecnología teórica que tiene el propósito de
lograr determinadas metas políticas y sociales. La ideolo
gía económica, al igual que cualquier otra tecnología, no
es autorreflexiva y por ende no puede elaborar una auto-
comprensión teórica. No puede reenmarcarse en función
de un cambio de paradigma.
El economista se ocupa de constreñir al ingeniero.
La ingeniería es úna tecnología que enmarca las creacio
nes conceptuales del científico y del artista en disposi
tivos técnicos para la organización de la vida social. En
la Modernidad tardía, la ingeniería ha sido sometida al
control económico, y las potencias técnicas de las máqui
nas han sido reducidas a la determinación económica.
Cuando el ingeniero es controlado por el economis
ta, se limita a producir máquinas para el constreñimiento
del tiempo humano y la inteligencia que responden a los
intereses de la maximización de ganancias, la acumula
ción de capital y la guerra.
Cuando el ingeniero interactúa con el artista, sus má
quinas tienen la intención de ser útiles para la sociedad
y reducir el tiempo de trabajo. Cuando el ingeniero es
controlado por el economista, su horizonte es el creci
miento económico y su actividad resulta compatible con
el código. Cuando se vincula con el artista, su horizonte
es la infinitud de la naturaleza y el lenguaje.
El capitalismo ya no es capaz de semiotizar y orga
nizar la potencia social de la productividad cognitiva: la
conceptualización económica es demasiado estrecha para
la potencia intelectual emergente de una sociedad que
demanda una dimensión transeconómica.
El paso de una forma de producción industrial a otra
semiótica ha empujado al capitalismo fuera de sí mismo,
fuera de su autoconcepción ideológica, y por consiguiente
la semiotización económica se ha convertido en un cons
treñimiento para las potencias del general intellect.
El problema es el siguiente: ¿es en verdad posible
desvincular al conocimiento del control semiótico del pa
radigma económico? ¿Ha logrado el economista subyugar
por completo al ingeniero y capturar al artista, o puede
el ingeniero librarse de las limitaciones económicas y
reenmarcar la tecnología según las intuiciones más eleva
das de la ciencia y el arte, en función de una sensibilidad
compartida?
1A LA INVENCIÓN
- 237 -
Bob Marley, "Redemption Song"
NO MÁS TRABAJO
- 239 -
deberíamos exigírselo.
¿Existe una voluntad gobernante que pueda oír estos
reclamos e implementarlos? No, porque la gobernanza
ha tomado el lugar del Gobierno, y el control ya no está
inscripto en la decisión política, sino en la concatenación
de automatismos tecnolingüísticos. Es por ello que no tie
ne ningún sentido peticionar, y es por ello que tampoco
tiene ningún sentido construir partidos políticos.
Quienes tienen la potencia de liberar el contenido del
conocimiento y la tecnología son quienes producen dicho
contenido: los cognitarios. Desvincular su actividad y su
cooperación de la Gestalt de la acumulación es el único
camino.
Lo que necesitan es una plataforma técnica que haga
posible una cooperación autónoma entre todos los traba
jadores cognitivos del mundo, con la perspectiva de des
mantelar y reprogramar la máquina. Y lo que necesitan es
tomar conciencia de su potencia.
F
R
A
N
INVENCIÓN Y PARADIGMA
C
0
En La estructura de las revoluciones científicas, Thomas Kuhn
b define la "ciencia normal" como "una actividad altamente
1 acumulativa que ha tenido un éxito eminente en su objetivo,
0 la extensión continua del alcance y la precisión de los cono
cimientos científicos".3 Las revoluciones científicas, por su
B parte, consisten en un reencuadramiento de ese conocimiento
E adquirido en nuevos marcos paradigmáticos.
A El paradigma de Kuhn es la suposición básica de un
r modelo del mundo, y el cambio de paradigma implica tam-
D bién un desplazamiento del punto de vista. Kuhn sostie-
1 ne, de hecho, que "el más fundamental de los aspectos de
la inconmensurabilidad de los paradigmas en competen
cia [es que] quienes proponen los paradigmas en compe
tencia practican sus profesiones en mundos diferentes".4
El mundo que enmarca al actual paradigma es el mun
- 240 -
- 241 -
pitalismo prestando atención a la dinámica de los cerebros
ensamblados, y no a la mera división del trabajo".6
Sin embargo, en el contexto cultural del fin de siglo
francés, también se conceptualiza a la invención como
una vibración viva. "La invención actualiza las virtuali
dades que componen la excitación caótica del cuerpo del
mundo. Las invenciones [...] permiten la emergencia de
realidades impredecibles, a las que sacan de las profundi
dades del ser para traerlas a la superficie fenoménica."7
También Tarde hizo hincapié, en su momento, en la
fuerza de invención (no de trabajo) como el factor más im
portante de producción: "En Tarde, la fuente de la propie
dad no es el trabajo, sino la fuerza de invención [...]. El
estatus ontológico del conocimiento cuestiona el derecho
8. Ibíd.
LA I N V E N C I Ó N
EL HACKER Y EL DISEÑADOR
- 243 -
El diseño es arte e ingeniería: en cuanto artista, el dise
ñador concibe un mundo para un objeto; como ingeniero,
construye un objeto para el mundo.
En la medida en que el mercado separa al artista del
ingeniero, el diseño se convierte en el sometimiento de
la invención a las reglas de la economía, que no siempre
están en consonancia con las reglas de la utilidad social.
En este contexto, resulta interesante prestar atención
a la relación entre Steve Jobs y Steve Wozniak. Wozniak
desempeña el papel del inventor con destrezas técnicas,
el productor directo de la infoarquitectura, mientras que
Jobs desempeña el papel del diseñador que ve más allá,
la interfaz visionaria entre la máquina y la evolución de
la mente humana, desafortunadamente gobernada por el
mercado.
- 245 -
tenaciones conjuntivas.
El diseñador es el amo de la invención.
£
i;
POSFACIO:
LO I NC O NC E BI BL E
I
TRAUMA
- 247 -
En la segunda década del siglo XXI, dos procesos distin
tos avanzan con una fuerza aparentemente indetenible: el
primero es la guerra civil global en curso desde 2001, que
en 2016 ha alcanzado un ritmo vertiginoso; el segundo es
la automatización de la actividad cognitiva, la penetra
ción de los dispositivos de inteligencia artificial en la vida
cotidiana y en el entorno urbano, que abre el camino a un
sistema neurototalitario.
Estos dos procesos se desarrollan en la actualidad, los
dos parecen inevitables.
El Brexit y la victoria electoral de Trump marcaron un
punto de quiebre en la historia del globalismo neolibe
ral. Durante el siglo pasado, pensamos que la democracia
y el socialismo habían derrotado al nacionalismo. Nos
equivocamos. El nacionalismo ha vuelto, gracias a la ven
ganza de la clase trabajadora blanca, humillada por las
políticas neoliberales y traicionada por los reformistas
sociales que jugaron con las mismas cartas de la dicta
dura financiera.
Esta revancha de la clase trabajadora ha desencadena
do una ola de racismo blanco que choca contra el enojo de
las personas de las áreas colonizadas, que se hace eviden
te en el fundamentalismo islámico, el fascismo al estilo
de Duterte, el fundamentalismo hindú y el autoritarismo
chino.
El resultado será un trauma duradero, de efectos aún
incalculables. Tal vez seamos testigos del ascenso de la
barbarie y la violencia, e incluso de un quiebre eventual
de la civilización a tal punto en que la raza humana pierda
todo lo humano. Pero ese futuro aún no ha sido escrito.
El trauma no será solo un quiebre cultural, posiblemente
involucre una neuromorfogénesis, la emergencia de nue
vas capacidades cognitivas.
Las formas y el significado de la neuromorfogénesis
serán moldeados por la acción estética y terapéutica. En
las secuelas del trauma, hay lugar para una cultura que
busque liberarnos para la emancipación de las posibilida
des inscriptas del constreñimiento del autómata.
Solo la toma de conciencia por parte de los trabaja
dores cognitivos del mundo nos permitirá encontrar una
salida a la guerra civil global alimentada por el racismo
blanco y los resentimientos fascistas. Este proceso pare
ce hoy muy lejano, debido a que los trabajadores cog
nitivos carecen de todo potencial de autoorganización.
La impotencia es la condición actual de los trabajadores
cognitivos, constreñidos en el proceso neurototalitario
de autoconstrucción dentro del autómata. El trauma va a
transformar la relación entre las dimensiones emocionales
y cognitivas. La dirección de esta transformación no está
escrita de antemano: es lo que se juega en el despliegue
del futuro.
¿Logrará el trauma encontrar entre los pliegues
ocultos de la futurabilidad la posibilidad de la autonomía
del conocimiento y de una empatia comunista entre
los trabajadores cognitivos? ¿Podrán los poetas y los
P O S F A C I O : LO I N C O N C E B I B L E
INEVITABLE
- 249 -
En su libro The inevitable (2016), Kevin Kelly describe doce
tendencias tecnológicas que a su juicio habrán de configu
rar el futuro de maneras que ya podemos percibir. Según
él, buena parte de lo que habrá de ocurrir en los próximos
treinta años es inevitable: el futuro traerá consigo la in
teligencia artificial, una mayor automatización y aún más
pantallas. Las doce tendencias que describe habrán de al
terar definitivamente los modos en que trabajamos, apren
demos y nos comunicamos: "La aparición del pensamiento
artificial acelera todas las demás disrupciones [...] es la
ultrafuerza del futuro. Podemos decir con certeza que la
cognificación es inevitable, porque ya está aquí".1
Aunque estoy de acuerdo con el contenido tecnológico
de la predicción de Kelly, no lo estoy con su argumento de
INTERPRETACIÓN
- 251 -
presente es la principal tarea de la filosofía de nuestra
época. Debemos buscar tenazmente conceptos y precep
tos que nos ayuden a desarrollar esa posibilidad inmanente
que está inscripta en el conocimiento en red.
No podemos cambiar el mundo como lo hicieron una y
otra vez las revoluciones políticas a lo largo de la historia mo
derna. Lo que sí podemos hacer es crear conceptos y formas
estéticas que permitan el autodespliegue de la posibilidad.
¿Qué significa interpretación? Proviene del latín inter
pretation "explicación, exposición". El significado de la in
terpretación es expresar, traer a la luz lo que está inscrip
to. Traducir el lenguaje de la posibilidad material inscripta
al lenguaje de los signos y la comunicación.
En la concatenación viva de cien millones de mentes
está inscripta la posibilidad técnica de una buena vida.
Interpretar esto significa organizar una plataforma capaz
de traducir el contenido material de dicha posibilidad
en conceptos que sea posible compartir y transformar en
producción, intercambio y vida cotidiana.
F
R
A
N Debemos leer a Marx en contexto. En particular, debe-
q mos leer la tesis once en contexto. Cuando Marx desdeña
la interpretación en favor de la acción, tiene en mente a
b Hegel. En Hegel, la tarea de la filosofía es interpretar la
* historia para descubrir la vida interior del Espíritu Abso-
0 luto. En Hegel, la interpretación es un acto de revelación.
Hoy no tenemos nada por revelar. No se trata de descu-
B brir, de hecho, sino de inventar. Inventar concatenaciones
E y conceptos capaces de interpretar la composición actual
A del cerebro en red en función del bienestar social es la
r tarea filosófica de nuestra época.
D
1
LO INCOMPUTABLE
- 253 -
que lo incomputable es la fuerza principal de la evolución
humana. Lo incomputable es eso que hace que la historia
sea humana.
Lo inconcebible es el lado oscuro de la gigantesca vi
bración contemporánea. En un momento en que el funda
mento común del intercambio social se basa en conceptos
computables, lo incomputable resulta inconcebible.
Enero de 2017
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