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Rocas Sedimentarias Que Es Una Roca Sedi

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Rocas sedimentarias

¿Qué es una roca sedimentaria?

Los productos de la meteorización mecánica y química constituyen la materia prima para


las rocas sedimentarias. La palabra sedimentaria indica la naturaleza de esas rocas, esta hace
referencia al material sólido que se deposita a partir de un fluido (agua o aire). La mayor parte
del sedimento, pero no todo, se deposita de esta manera. Los restos meteorizados son
barridos constantemente desde el lecho de roca, transportados y por fin depositados en los
lagos, los valles de los ríos, los mares y un sinfín de otros lugares. Dado que la meteorización es
continua, se encuentran sedimentos en casi cualquier parte. Conforme se acumulan las pilas
de sedimentos, los materiales próximos al fondo se compactan. Durante largos periodos, la
materia mineral depositada en los espacios que quedan entre las partículas cementa estos
sedimentos, formando una roca sólida.
Podemos considerar las rocas sedimentarias como una capa algo discontinua y
relativamente delgada de la porción más externa de la corteza.
Dado que los sedimentos se depositan en la superficie terrestre, las capas de roca que
finalmente se forman contienen evidencias de acontecimientos pasados que ocurrieron en la
superficie.

Transformación del sedimento en roca sedimentaria: Diagénesis y Litificación

El sedimento puede experimentar grandes cambios desde el momento en que fue


depositado hasta que se convierte en una roca sedimentaria y posteriormente es sometido a
las temperaturas y las presiones que lo transforman en una roca metamórfica. El termino
diagénesis, es un término colectivo para todos los cambios químicos, físicos y biológicos que
tienen lugar después de la deposición de los sedimentos, así como durante y después de la
litificación.
El enterramiento promueve la diagénesis, que se produce en el interior de los primeros
metros de la corteza terrestre a temperaturas que en general son inferiores a los 150°C a
200°C.
Un ejemplo de cambio diagnético es la recristalización, el desarrollo de minerales más
estables a partir de algunos menos estables.
La diagénesis incluye la litificación, término que se refiere a los procesos mediante los
cuales los sedimentos no consolidados se transforman en rocas sedimentarias sólidas. Los
procesos básicos de litificación son la compactación y la cementación.
El cambio diagnético físico más habitual es la compactación. Conforme el sedimento se
acumula a través del tiempo, el peso del material suprayacente comprime los sedimentos más
profundos. Cuanto mayor es la profundidad a la que está enterrado el sedimento, más se
compacta y más firme se vuelve. Al inducirse cada vez más la aproximación de los granos, hay
una reducción considerable del espacio poroso. Conforme se reduce el espacio del poro, se
expulsa gran cantidad de agua que estaba atrapada en los sedimentos. Dado que las arenas y
otros sedimentos gruesos son solo ligeramente comprensibles, la compactación, como proceso
de litificación, es más significativa en las rocas sedimentarias de grano fino.
La cementación es el proceso más importante mediante el cual los sedimentos se
convierten en rocas sedimentarias. Es un cambio diagnético químico que implica la
precipitación de los minerales entre los granos sedimentarios individuales. Los materiales
cementantes son transportados en solución por el agua que percola a través de los espacios
abiertos en las partículas. A lo largo del tiempo, el cemento precipita sobre los granos de
sedimento, llena los espacios vacíos y une los clastos. De la misma manera que el espacio del
poro se reduce durante la compactación, la adición de cemento al depósito sedimentario
reduce también su porosidad.
La mayoría de las rocas sedimentarias se litifica por medio de la compactación y la
cementación. Sin embargo, algunas se forman inicialmente como masas solidas de cristales
intercrecidos, antes de empezar como acumulaciones independientes que más tarde se
solidifican.

Tipos de rocas sedimentarias

El sedimento tiene dos orígenes principales. En un primer lugar, el sedimento puede ser
una acumulación de material que se origina y es transportado en forma de clastos solidos
derivados de la meteorización mecánica y química. Los depósitos de este tipo se denomina
detríticos y las rocas sedimentarias que forman, rocas sedimentarias detríticas. La segunda
fuente principal de sedimento es el material soluble producido en gran medida mediante
meteorización química. Cuando estas sustancias disueltas son precipitadas mediante procesos
orgánicos o inorgánicos, el material se conoce como sedimento químico y las rocas formadas a
partir de él se denominan rocas sedimentarias químicas.
Rocas sedimentarias detríticas

Si bien puede encontrarse una variedad de minerales y fragmentos de roca en las rocas
detríticas, los constituyentes fundamentales de la mayoría de las rocas sedimentarias de esta
categoría son los minerales de arcilla y el cuarzo.
Cuando las rocas ígneas, como el granito, son atacados por los procesos de meteorización,
se liberaron los granos de cuarzo.
Otros minerales comunes de las rocas detríticas son los feldespatos y las micas. Dado que la
meteorización química transforma rápidamente estos minerales en nuevas sustancias, sin
presencia en las rocas sedimentarias indica que la erosión y la deposición fueron lo bastante
rápidas como para conservar algunos de los minerales principales de la roca original antes de
que pudieran descomponerse.
El tamaño de los clastos es la base fundamental para distinguir entre las diversas rocas
sedimentarias detríticas. El tamaño del clasto no es solo un método conveniente de división de
las rocas detríticas, también proporciona información útil relativa a los ambientes
deposicionales.
Rocas sedimentarias detríticas comunes, ordenadas por tamaño de clastos creciente son la
lutita, la arenisca y el conglomerado o la brecha.

Lutita: es una roca sedimentaria compuesta por partículas del tamaño de la arcilla y el limo.
Estas rocas detríticas de grano fino constituyen más de la mitad de todas las rocas
sedimentarias.
A veces la composición química de la roca proporciona información adicional. Un ejemplo
es la lutita negra, que es negra porque contiene abundante materia orgánica (carbono).
Conforme se acumulan el limo y la arcilla, tienden a formar capas delgadas, a las que se
suele hacer referencia como láminas.
Las lutitas suelen describirse como débiles, porque están poco cementadas y, por
consiguiente, no bien litificadas.
La incapacidad del agua para penetrar en sus espacios porosos microscópicos explica por
qué la lutita forma a menudo barreras al movimiento sub-superficial del agua y el petróleo.
Es común aplicar el termino Lutita a todas las rocas sedimentarias de grano fino, en especial
en un contexto no técnico. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay un uso más
restringido del término. En este último, la lutita fisil debe mostrar capacidad para escindirse en
capas finas a lo largo de planos espaciales próximos y bien desarrollados. Esta propiedad se
denomina fisilidad.
Arenisca: es el nombre que se da a las rocas en las que predominan los clastos de tamaño
arena. Después de la lutita, esta es la roca sedimentaria más abundante. Este tipo de rocas
forman diversos ambientes u a menudo contienen pistas significativas sobre su origen, entre
ellas la selección, la forma del grano y la composición.

 La selección: grado de semejanza del tamaño del clasto en una roca sedimentaria. Si los
granos de una muestra de arenisca tienen aprox el mismo tamaño, se considera que la
arena está bien seleccionada. A la inversa si la roca contiene clastos grandes y pequeños
mezclados, se dice que la roca está mal seleccionada.
 La forma de los granos arenosos puede también contribuir a descifrar la historia de una
arenisca. Cuando las corrientes de agua, el viento o las olas mueven la arena y otros
clastos sedimentarios, los granos pierden sus bordes y esquinas angulosos y se van
redondeando más a medida que colisionan con otras partículas durante el transporte.
 Composición: una meteorización sustancial y un transporte prolongado llevan a la
destrucción gradual de los minerales más débiles y menos estables. Dado que el cuarzo
es muy duradero, suele ser un mineral que sobrevive a las largas excursiones en un
ambiente turbulento.

Conglomerado y brecha: conglomerado consiste fundamentalmente en grava. Estos clastos


pueden oscilar en tamaño desde grandes cantos rodados hasta clastos tan pequeños como un
guisante. La grava se acumula en diversos ambientes y normalmente indica la existencia de
pendientes acusadas o corrientes muy turbulentas. Algunos depósitos glaciares y de
avalanchas también contienen gran cantidad de grava.
Si los grandes clastos son angulosos en vez de redondeados, la roca se denomina Brecha.
Debido a que los cantos experimentan abrasión y se redondean muy deprisa duramente el
transporte, los cantos rodados y los clastos de una brecha indican que no viajaron muy lejos
desde su área de origen antes de ser depositados.

Rocas sedimentarias químicas

Los sedimentos químicos derivan del material que es transportado en solución a los largos y
los mares. Sin embargo, este material no permanece disuelto indefinidamente en el agua. Una
parte precipita para formar los sedimentos químicos, que se convierten en rocas como la
caliza, el sílex y la sal de roca.
Esta precipitación del material se produce de dos maneras. Mediante procesos inorgánicos
como la evaporación y la actividad química que pueden producir sedimentos químicos. Los
procesos orgánicos de los organismos acuáticos también forman sedimentos químicos, cuyo
origen se dice que es bioquímico.
Un ejemplo de un depósito producido mediante procesos químicos inorgánicos es el que da
origen a las estalactitas u las estalagmitas que decoran muchas cavernas.
Por el contrario, muchos animales y plantas que viven en el agua extraen la materia mineral
disuelta para formar caparazones y otras partes duras. Una vez muertos los organismos, sus
esqueletos se acumulan por millones en el fondo de un lago o un océano como sedimento
bioquímico.

Caliza: es la roca sedimentaria química más abundante. Está compuesta fundamentalmente


del mineral calcita y se forma o bien por medios inorgánicos o bien como resultado de
procesos bioquímicos.
Arrecifes de coral: los corales son un ejemplo importante de organismos capaces de crear
grandes cantidades de caliza marina. Aunque son pequeños, los corales son capaces de crear
estructuras masivas denominadas arrecifes.
Desde luego, el arrecife moderno mejor conocido es el arrecife gran-barrera de Australia.
Los corales han sido responsables de la producción de enormes cantidades de caliza en el
pasado geológico.
Coquina y creta: coquina, es una roca de grano grueso compuesta por caparazones y
fragmentos de caparazón poco cementados. Otro ejemplo menos obvio, y aunque familiar, es
la creta, una roca blanda y porosa compuesta casi por completo de las partes duras de
microorganismos marinos.
Calizas inorgánicas: las calizas que tienen un origen inorgánico se forman cuando los
cambios químicos o las temperaturas elevadas del agua aumentan la concentración del
carbonato de cálcico hasta el punto de que este precipita. El travertino, el tipo de caliza
normalmente observado en las cavernas, es un ejemplo.
Otra variedad de caliza inorgánica es la caliza oolítica. Se trata de una roca compuesta por
pequeños granos esféricos denominados ooides.

Dolomía: muy relacionada con la caliza está la dolomía, una roca compuesta del mineral
dolomita, un carbonato cálcico-magnésico. Aunque la dolomía puede formarse por
precipitación directa del agua del mar, probablemente la mayoría se origina cuando el
magnesio del agua del mar reemplaza parte del calcio de la caliza.
Rocas silíceas (sílex): se trata de una serie de rocas muy compactas y duras compuestas de
sílice microcristalina. Una forma bien conocida es el pedernal, cuyo color oscuro es
consecuencia de la materia orgánica que contiene. El jaspe, una variedad roa, debe su color
brillante al óxido de hierro que contiene. A la forma bandeada se la suele denominar ágata.
Los depósitos de rocas silíceas se encuentran fundamentalmente en una de las siguientes
situaciones: como nódulos de forma irregular en la caliza y como capas de roca. La sílice, que
compone muchos nódulos de cuarzo, puede haberse depositado directamente del agua.
Algunos estratos d estos minerales aparecen asociados con coladas de lava y capas de
ceniza volcánica. Debido a ello es probable que la sílice derivase de la descomposición de la
ceniza volcánica y no de fuentes bioquímicas.

Evaporitas: la evaporación es un mecanismo que desencadena la sedimentación de


precipitados químicos.
En el pasado geológico, muchas áreas que ahora so tierras secas eran cuencas, sumergidas
bajo brazos someros de un mar que tenía solo conexiones estrechas con el océano abierto.
Bajo estas condiciones, el agua del mar entraba continuamente en la bahía para sustituir el
agua perdida por evaporación. Finalmente el agua de la bahía se saturaba y se iniciaba la
deposición de sal. Estos depósitos se denominan evaporitas.
Cuando se evapora un volumen de agua salada, los minerales que precipitan lo hacen en
una secuencia que viene determinada por su solubilidad.
A menor escala, pueden verse depósitos de evaporitas e lugares como el Valle de la
Muerte, en california. Aquí, después de periodos de lluvia o de fusión de la nieve en montañas
circundantes a una cuenca cerrada. Conforme se evapora el agua, se forman llanuras salinas
cuando los materiales disueltos precipitan formando una costa blanca sobre el terreno.

Carbón: el carbón es diferente de las otras rocas. A diferencia de la caliza y de las rocas
silíceas, que son ricas en sílice y en calcita, el carbón está compuesto de materia orgánica.
La etapa inicial del proceso de formación del carbón consiste en la acumulación de grandes
cantidades de restos vegetales. Sin embargo, se precisan condiciones especiales para que se
den esas acumulaciones, porque las plantas muertas se descomponen fácilmente cuando
quedan expuestas a la atmosfera o a otros ambientes ricos en oxígeno. Un ambiente
importante que permite la acumulación de materia vegetal es el pantanoso.
La descomposición parcial de los restos vegetales en un pantano pobre en oxigeno crea una
capa de turba: material marrón y blando en el cual todavía son fáciles de reconocer las
estructuras vegetales. Con el enterramiento somero, la turba se transforma lentamente en
lignito, un carbón blando y marrón. El enterramiento aumenta la temperatura de los
sedimentos así como la presión sobre ellos.
Cuanto mayor es el contenido de carbón, mayor es la energía que el carbón produce como
combustible. Durante el enterramiento, el carbón se compacta también cada vez más.
Los carbones de lignito y hulla son rocas sedimentarias. Sin embargo, cuando las capas
sedimentarias son sometidas a plegamientos y deformaciones asociadas con la formación de
montañas, el calor y la presión inducen una perdida ulterior de volátiles y agua, incrementando
con ello la concentración de carbono fijado. Este proceso transforma por metamorfismo la
hulla en antracita, una roca metamórfica negra, brillante y muy dura.

Clasificaciones de las rocas sedimentarias

El criterio principal para subdividir las rocas detríticas es el tamaño de los clastos, mientras
que la base fundamental para distinguir entre rocas diferentes en el grupo químico es su
composición mineral.
Muchas de las rocas sedimentarias clasificadas en el grupo químico contienen también al
menos pequeñas cantidades de sedimentos detríticos. Muchas calizas, por ejemplo, contienen
cantidades variables de limo o arena, lo que les proporciona una calidad arenosa o arcillosa. A
la inversa, debido a que prácticamente todas las rocas detríticas están cementadas con
material que estuvo originalmente disuelto en agua, éstas también están muy lejos de ser
puras.
La textura es importante para la clasificación de las rocas sedimentarias. Se utilizan dos
texturas principalmente para clasificar las rocas sedimentarias: clástica y no clástica. Las rocas
que exhiben una textura clástica están formadas por fragmentos discretos y clastos que están
cementados y compactados juntos.
Algunas rocas sedimentarias químicas tienen una textura no clástica o cristalina en la cual
los minerales forman un mosaico de cristales intercrecidos.
Las rocas no clásticas están compuestas por cristales intercrecidos, y algunas se parecen a
las rocas ígneas, que son también cristalinas.

Ambientes sedimentarios

Los geólogos pueden deducir a menudo la historia de una roca, obteniendo información
sobre el origen de los clastos que las componen, el tipo y la duración de su transporte, y la
naturaleza del lugar donde los granos acabaron por reposar; es decir, el ambiente
deposicional.
Un ambiente deposicional o ambiente sedimentario es simplemente un punto geográfico
donde se acumulan los sedimentos. Algunos sedimentos, como los sedimentos químicos que
precipitan en cuerpos acuáticos, son únicamente el producto de ambiente sedimentario. Otros
sedimentos se forman lejos del lugar donde se acumulan. Estos materiales son transportados a
grandes distancias de su origen por una combinación de gravedad, agua, vientos y hielo.

Tipos de ambientes sedimentarios

Los ambientes sedimentarios suelen estar localizados en una de las tres categorías:
continental, marina o de transición (línea de costa).

Ambientes continentales. Estos ambientes están dominados por la erosión y la deposición


asociadas a corrientes.
Las corrientes son el agente dominante de la alteración del paisaje, erosionando más tierra
y transportando y depositando más sedimentos que cualquier otro proceso. Donde emergen
corrientes rápidas de una área montañosa hacia la superficie mas llana, se forma una
acumulación sedimentaria en forma de cono inconfundible conocida como abanico aluvial.
La obra del viento y los depósitos resultantes se llaman eólicos. A diferencia de los
depósitos glaciares, los sedimentos eólicos están bien clasificados. El viento puede levantar el
polvo fino hacia la atmosfera y transportarlo a grandes distancias. Donde los vientos son
fuertes y la superficie no está fijada por la vegetación, la arena es transportada más cerca del
suelo, sonde se acumula en dunas.
Además de ser áreas donde a veces se desarrollan las dunas, las cuencas desérticas son
lugares donde ocasionalmente se forman lagos playa poco profundos tras fuertes lluvias o
periodos de fusión de la nieve en las montañas adyacentes.

Ambientes marinos. Los ambientes deposicionales marinos se dividen función de su


profundidad. El ambiente marino somero alcanza profundidades de unos 200 metros y se
extiende desde la orilla hasta la superficie externa de la plataforma continental. El ambiente
marino profundo se encuentra mar adentro.
Debido a la erosión continua del continente adyacente, el ambiente marino poco profundo
recibe grandes cantidades de sedimentos derivados de la tierra emergida. La mayor parte de
este material está formado por los restos esqueléticos de los organismos secretores de
carbonato mezclados con precipitados inorgánicos. Los arrecifes de coral también se asocian
con ambientes marinos cálidos y poco profundos.
Los ambientes marinos profundos son todos los fondos oceánicos profundos.

Ambientes de transición. La línea de costa es la zona de transición entre los ambientes


marino y continental. Aquí se encuentran depósitos conocidos de arena y grava denominados
playas. Las llanuras mareales cubiertas de barro son cubiertas alternativamente por capas
poco profundas de agua y luego son expuestas al aire conforme las mareas suben y bajan. A lo
largo y cerca de la costa, el trabajo de las olas y las corrientes distribuyen la arena, creando
flechas litorales, cordones litorales e islas barreras. Los cordones litorales y los arrecifes crean
albuferas. Las aguas más tranquilas de estas áreas protegidas son otro lugar de sedimentación
en la zona de transición.
Los deltas se cuentan entre los depósitos más importantes asociados a los ambientes de
transición.

Facies sedimentarias

Cuando se estudia una serie de capas sedimentarias, se pueden ver los cambios sucesivos
de las condiciones ambientales que hubo en un lugar concreto con el paso del tiempo.
También pueden verse los cambios de los ambientes pasados si se sigue la pista de una unidad
individual de roca sedimentaria lateralmente. Cada unidad posee un conjunto distintivo de
características que reflejan las condiciones de un ambiente partículas. Para describir ese
conjunto de sedimentos, se utiliza el término facies. Cuando una unidad sedimentaria es una
sección transversal desde un extremo a otro, cada facies pasa gradualmente en sentido lateral
a otra que se formó al mismo tiempo, pero que exhibe características diferentes.
Metamorfismo y rocas metamórficas

Las rocas metamórficas se forman a partir de rocas ígneas, sedimentarias o incluso de otras
rocas metamórficas. Por tanto, todas las rocas metamórficas tienen una roca madre: la roca a
partir de la cual se formaron.
El metamorfismo, es un proceso que provoca cambios en la mineralogía, la textura y, a
menudo, la composición química de las rocas. El metamorfismo tiene lugar cuando las rocas se
someten a un ambiente físico o químico significativamente diferente al de su formación inicial.
Se trata de cambios de temperatura y presión (esfuerzo) y la introducción de fluidos
químicamente activos. La mayoría de los cambios metamórficos ocurren bajo las temperaturas
y presiones elevadas que existen en la zona que empieza a unos pocos kilómetros por debajo
de la superficie terrestre y se extiende hacia el manto superior.
El metamorfismo suele progresar de manera incremental, desde cambios ligeros
(metamorfismo de grado bajo) a cambios notables (metamorfismo de grado alto).
En ambientes más extremos, el metamorfismo produce una transformación tan completa
que no puede determinarse la identidad de la roca fuente.
En los ambientes metamórficos más extremos, las temperaturas se aproximan a las de
fusión de las rocas. Sin embargo, durante el metamorfismo la roca debe permanecer
esencialmente en estado sólido, pues si se produce la fusión completa, entraríamos en el
ámbito de la actividad ígnea.
La mayor parte del metamorfismo ocurre en uno de estos tres ambientes:

1. Cuando una masa magmática intruye en las rocas, tiene lugar el metamorfismo de
contacto o térmico. Aquí, el cambio es impulsado por un aumento de la
temperatura en el interior de la roca huésped que rodea una intrusión ígnea.
2. El metamorfismo hidrotermal implica alteraciones químicas que se producen
conforme el agua caliente rica en iones circula a través de las fracturas de las
rocas. Este tipo de metamorfismo suele estar asociado con la actividad ígnea que
proporciona el calor necesario para provocar las reacciones químicas y hacer
circular estos fluidos a través de la roca.
3. Durante la formación de montañas, grandes volúmenes de rocas están sometidas a
presiones dirigidas y a las elevadas temperaturas asociadas con deformaciones a
gran escala, del denominado metamorfismo regional.
El metamorfismo regional, que produce el mayor volumen de rocas metamórficas, tiene
lugar en los límites convergentes, donde las placas litosféricas colisionan.

Factores del metamorfismo

Los agentes del metamorfismo son el calor, la presión (esfuerzo) y los fluidos químicamente
activos. Durante el metamorfismo, las rocas suelen estar sometidas simultáneamente a los tres
agentes metamórficos. Sin embargo, el grado de metamorfismo y la contribución de cada
agente varían mucho de un ambiente a otro.

El calor como factor metamórfico


El calor, proporciona la energía que impulsa los cambios químicos que provocan la
recristalización de los minerales existentes o la formación de minerales nuevos.

Cambios provocados por el calor


El calor afecta a los materiales terrestres, en especial a los que se forman en ambientes de
bajas temperaturas, de dos maneras. En primer lugar, fomenta la recristalización de granos
minerales individuales. Las temperaturas más elevadas provocan la recristalización cuando los
granos más finos tienden a unirse y formar granos de mayor tamaño de la misma mineralogía.
En segundo lugar, el calor puede aumentar la temperatura de una roca hasta el punto en
que uno o más de sus minerales ya no son químicamente estables. Las reacciones químicas de
este tipo tienen como consecuencia la creación de nuevos minerales con configuraciones
estables que tienen una composición global más o menos equivalente a la de los minerales
originales.

Fuentes de calor
Procede principalmente de la energía liberada por la desintegración radiactiva y la energía
térmica almacenada en el interior de la tierra. Las rocas que se formaron en la superficie
terrestre experimentarán un aumento gradual de la temperatura conforme son transportadas
(subducidas) a mayor profundidad.
Los ambientes donde las rocas pueden ser transportadas a grandes profundidades y
calentarse son los bordes de placa convergentes, donde están siendo subducidos fragmentos
de corteza oceánica cargados de sedimentos.
Además, las colisiones continentales, que causan el engrosamiento de la corteza, hacen que
las rocas queden enterradas profundamente, donde las temperaturas elevadas pueden
provocar la fusión parcial.
El calor también puede ser transportado desde el manto hasta incluso las capas más
someras de la corteza. Las plumas ascendentes del manto, que afloran en las dorsales centro
oceánicas, y el magma generado por la fusión parcial del manto en las zonas de subducción
son tres ejemplos.

Presión y esfuerzo diferencial


La presión, como la temperatura, también aumenta con la profundidad conforme aumenta
el grosor de las rocas suprayacentes. Las rocas enterradas están sometidas a una presión de
confinamiento, donde las fuerzas se aplican por igual en todas las direcciones. Cuanto más se
profundiza en el océano, mayor es la presión de confinamiento. Además de la presión de
confinamiento, las rocas pueden estar sometidas también a presiones dirigidas. Eso sucede,
por ejemplo, en los bordes de placa convergentes, donde las placas litosféricas colisionan.
Aquí, las fuerzas que deforman la roca son desiguales en distintas direcciones y se las
denomina esfuerzo diferencial.
A diferencia de la presión de confinamiento, que comprime la roca por igual en todas las
direcciones, los esfuerzos diferenciales son mayores en una dirección que en las demás. Las
rocas implicadas suelen plegarse o aplastarse.
En los ambientes superficiales, donde las temperaturas son comparativamente bajas, las
rocas son frágiles y tienden a fracturarse cuando son sometidas a esfuerzos diferenciales. Por
el contrario, en ambientes de temperaturas elevadas las rocas son dúctiles.

Fluidos químicamente activos

Se cree que los fluidos compuestos principalmente de agua y otros componentes volátiles,
como el dióxido de carbono, representan un papel importante en algunos tipos de
metamorfismo. Los fluidos que rodean los granos minerales actúan como catalizadores y
provocan la recristalización fomentando la migración iónica.
Así, los fluidos hidrotermales contribuyen a la recristalización de los granos minerales
disolviendo el material procedente de las regiones sometidas a esfuerzos elevados y
precipitando (depositando) este material en zonas sometidas a esfuerzos bajos. Como
consecuencia, los minerales tienden a recristalizar y a alargarse más en una dirección
perpendicular a los esfuerzos de compresivos.
La importancia del protolito

La mayoría de rocas metamórficas tienen la misma composición química general que la


roca a partir de la que se formaron, excepto por la posible pérdida o adquisición de volátiles
como el agua y el dióxido de carbono.
La composición mineral del protolito determina, en gran medida, la intensidad con que
cada agente metamórfico provocará cambios.

Texturas metamórficas

El término textura se utiliza para describir el tamaño, la forma y la distribución de las


partículas que constituyen una roca. La mayoría de rocas ígneas y muchas rocas sedimentarias
están compuestas de granos minerales que tienen una orientación aleatoria y, por tanto,
parecen iguales cuando se observan desde cualquier dirección. Por el contrario, las rocas
metamórficas deformadas que contienen minerales con hábito planar (micas) y/o minerales
alargados (anfíboles) en general muestran alguna clase de orientación preferente en la que los
granos minerales presentan un alineamiento paralelo a subparalelo. Se dice que una roca que
muestra una orientación preferente de sus minerales posee foliación.

Foliación
El término foliación se refiere a cualquier disposición planar (casi plana) de los granos
minerales o los rasgos estructurales del interior de una roca. En os ambientes metamórficos, la
foliación es provocada, en última instancia, por los esfuerzos compresivos que acortan las
masas rocosas, haciendo que los granos minerales de las rocas preexistentes desarrollen
alineamientos paralelos o casi paralelos.
Distintos tipos de foliación se pueden formar de muchas maneras distintas, como:

1. Rotación de los granos minerales alargados o de hábito planar hacia una nueva
orientación.
2. Recristalización de los minerales para formar nuevos granos que crecen en la
dirección de la orientación preferente.
3. Cambios de forma en granos equidimensionales a formas alargadas que se alinean
en una orientación preferente.
Texturas foliadas
Existen varios tipos de foliación, dependiendo del grado de metamorfismo y de la
mineralogía de la roca original. Consideraremos tres de ellos: pizarrosidad, esquistosidad y
bandeado gnéisico.
Pizarrosidad. El término pizarrosidad se refiere a las superficies planares muy juntas a lo
largo de las cuales las rocas se separan en capas delgadas y tabulares cuando se las golpea con
un martillo. La pizarrosidad aparece en varias rocas metamórficas pero se observa mejor en las
pizarras que exhiben una propiedad de separación excelente, denominada clivaje.
Esquistosidad. Bajo regímenes de presión y temperatura más extremos, los pequeños
granos de mica y clorita de las pizarras empiezan a crecer mucho. Cuando estos minerales
planares crecen lo bastante como para poder observarse a simple vista y exhiben una
estructura planar o laminar, se dice que la roca muestra un tipo de foliación llamada
esquistosidad. Las rocas con esta textura se denominan esquistos.
Bandeado gnéisico. Durante el metamorfismo de grado alto, las migraciones iónicas
pueden provocar la segregación de los minerales. Los cristales oscuros de biotita y los silicatos
claros (cuarzo y feldespato) están separados, dando a la roca un aspecto bandeado, conocido
como bandeado gnéisico o foliación. Las rocas metamórficas con este tipo de texturas se
denominan gneises.

Otras texturas metamórficas

No todas las rocas metamórficas tienen texturas foliadas. Las que no tienen se denominan
no foliadas. Las rocas metamórficas no foliadas se desarrollan en general en ambientes donde
la deformación es mínima y los protolitos están compuestos por minerales que presentan
cristales equidimensionales, como el cuarzo o la calcita. Por ejemplo, cuando una caliza de
grano fino (formada por calcita) se metamorfiza por la intrusión de una masa magmática
caliente, los pequeños granos de calcita recristalizan y forman cristales entrelazados más
grandes. La roca resultante, el mármol.

Rocas metamórficas comunes


Las rocas metamórficas comunes pueden clasificarse en líneas generales según el tipo de
foliación que exhiben y, en menor medida, según la composición química del protolito.

Rocas foliadas
Pizarra. La pizarra es una roca foliada de grano muy fino compuesta por pequeños cristales
de mica demasiado pequeños para ser visibles.
La pizarra se origina casi siempre por el metamorfismo en grado bajo de lutitas y pelitas.
Con menor frecuencia, también se produce por el metamorfismo de las cenizas volcánicas. El
color de la pizarra depende de sus constituyentes minerales. Las pizarras negras (carbonáceas)
contienen materia orgánica, las pizarras rojas deben su color al óxido de hierro y las verdes
normalmente contienen clorita.
Filita. La filita representa una gradación en el grado de metamorfismo entre la pizarra y el
esquisto. La filita parece similar a la pizarra, puede distinguirse con facilidad por su brillo
satinado y su superficie ondulada. La filita, normalmente, muestra pizarrosidad y está
compuesta fundamentalmente por cristales muy finos de moscovita, clorita o ambas.
Esquisto. Los esquistos son rocas metamórficas de grano medio a grueso en las que
predominan los minerales planares. Habitualmente, las micas moscovita y biotita, que exhiben
un alineamiento planar que da a la roca su textura foliada. Además, los esquistos contienen
cantidades menores de otros minerales, a menudo cuarzo y feldespato.
El término esquisto describe la textura de una roca y se utiliza para describir las rocas que
tienen una gran variedad de composiciones químicas. Para indicar la composición, se utilizan
también los nombres de sus minerales. Por ejemplo, los esquistos formados
fundamentalmente por las micas moscovita y biotita se denominan micaesquistos.
Dependiendo del grado de metamorfismo y de la composición de la roca original, los
micaesquistos contienen a menudo minerales índices. Algunos minerales índices comunes que
aparecen como porfiroblastos son el granate, la estaurolita y la sillimanita, en cuyo caso la
roca se denomina micaesquisto granatífero, micaesquisto estaurolítico y así sucesivamente.
Otros contienen el mineral grafito, que se utiliza para las minas de los lapiceros, para
elaborar las fibras de grafito (utilizadas en las cañas de pescar) y como lubricante
(normalmente para cerraduras).
Gneis. Gneis es el término aplicado a las rocas metamórficas bandeadas de grano medio a
grueso en las que predominan los minerales alargados y granulares (en oposición a los
planares). Algunos gneises se rompen a lo largo de las capas de los minerales planares, pero la
mayoría se rompe de una manera irregular.
La mayoría de los gneises tienen una composición félsica y a menudo derivan de granitos o
de su equivalente afanítico, la riolita. Sin embargo, muchos se forman a partir del
metamorfismo de grado alto de lutitas. También aparecen gneises compuestos
mayoritariamente por minerales oscuros como los que forman el basalto. Por ejemplo, una
roca rica en anfíbol que tenga una textura gnéisica se denomina anfibolita.

Rocas no foliadas
Mármol. El mármol es una roca metamórfica cristalina de grano grueso que deriva de
calizas o dolomías. El mármol puro es blanco y está compuesto esencialmente por calcita.
La roca a partir de la cual se forma el mármol a menudo contiene impurezas que tienden a
colorear la piedra. Cuando el mármol se forma a partir de caliza interestratificada con lutitas,
aparece bandeado y muestra una foliación visible.
Cuarcita. La cuarcita es una roca metamórfica muy dura formada a partir de arenisca rica
en cuarzo. Bajo las condiciones de metamorfismo de grado moderado a elevado, los granos de
cuarzo de la arenisca se funden como briznas de vidrio.

Ambientes metamórficos

Hay algunos ambientes en los que se produce metamorfismo. La mayoría se encuentra en


las proximidades de los límites de placa y muchos se asocian con la actividad ígnea.
Consideraremos los siguientes tipos de metamorfismo:

1) metamorfismo térmico o de contacto;


2) metamorfismo hidrotermal;
3) metamorfismo regional;
4) metamorfismo de enterramiento;
5) metamorfismo de impacto; y
6) metamorfismo dinámico.

Metamorfismo térmico o de contacto

El metamorfismo térmico o de contacto se produce como consecuencia del aumento de la


temperatura cuando un magma invade una roca caja. En este caso se forma una zona de
alteración denominada aureola en la roca que rodea el cuerpo magmático.
Además del tamaño del cuerpo magmático, la composición mineral de la roca huésped y la
disponibilidad de agua afectan en gran medida al tamaño de la aureola.Estas grandes aureolas
suelen tener distintas zonas metamórficas.
El metamorfismo de contacto se reconoce fácilmente sólo cuando se produce en la
superficie o en un ambiente próximo a la superficie, donde el contraste de temperaturas entre
el magma y la roca caja es grande. El nombre aplicado a la amplia variedad de rocas
metamórficas compactas y no foliadas formadas durante el metamorfismo de contacto es el
de corneanas.

Metamorfismo hidrotermal
Una alteración química llamada metamorfismo hidrotermal ocurre cuando los fluidos
calientes, ricos en iones circulan a través de las fisuras y las fracturas que se desarrollan en la
roca. El metamorfismo hidrotermal suele producirse en regiones en las que hay grandes
plutones.
Conforme estos grandes cuerpos magmáticos se enfrían y se solidifican, se expulsan los
iones que no se incorporan a las estructuras cristalinas de los silicatos recién formados, así
como los volátiles restantes (agua). Estos fluidos ricos en iones se denominan soluciones
hidrotermales. Además de alterar químicamente la roca caja, los iones de las disoluciones
hidrotermales a veces precipitan y forman una variedad de depósitos minerales
económicamente importantes.

Metamorfismo regional
La mayoría de rocas metamórficas se forman durante el metamorfismo regional asociado
con la formación de montañas. Durante esos acontecimientos dinámicos, se deforman
intensamente grandes segmentos de la corteza terrestre a lo largo de los bordes de placa
convergentes. Esta actividad suele tener lugar cuando la litosfera oceánica es subducida y
produce arcos insulares o arcos volcánicos continentales y durante las colisiones continentales.
El metamorfismo asociado con las colisiones continentales implica la convergencia de un
límite de placa activo con un límite continental pasivo. En general, este tipo de colisiones
provoca la deformación intensa de grandes segmentos de la corteza terrestre por las fuerzas
compresionales asociadas con el movimiento convergente de las placas. Los sedimentos y las
rocas de la corteza que forman los límites de los bloques continentales que colisionan se
pliegan y se fracturan, haciendo que estos bloques se acorten y se engrosen como una
alfombra arrugada.
En las raíces de las montañas, las temperaturas elevadas provocadas por el enterramiento
profundo son las responsables de la actividad metamórfica más productiva e intensa en el
interior de un cinturón montañoso. Estas rocas enterradas en las profundidades se calientan
hasta el punto de fusión. Como consecuencia, se acumula magma hasta formar cuerpos
suficientemente grandes como para ascender e intruir las rocas metamórficas y sedimentarias
suprayacentes.

Otros tipos de metamorfismo

Existen otros tipos de metamorfismo que generan cantidades comparativamente menores


de rocas metamórficas en concentraciones localizadas.

Metamorfismo de enterramiento. Se produce en asociación con acumulaciones muy


gruesas de estratos sedimentarios en una cuenca subsidente. Aquí, se pueden alcanzar las
condiciones metamórficas de grado bajo en las capas inferiores. La presión de confinamiento y
el calor geotérmico provocan la recristalización de los minerales y modifican la textura o la
mineralogía de la roca sin deformación apreciable.
Metamorfismo dinámico. Cerca de la superficie, las rocas se comportan como un sólido
frágil. Por consiguiente, el movimiento a lo largo de una zona de falla fractura y pulveriza las
rocas. El resultado es una roca poco consistente denominada brecha de falla que está
compuesta por fragmentos de roca rotos y aplastados.
En algunas zonas de falla poco profundas, también se produce un material suave, no
cementado, parecido a la arcilla denominado harina de falla.
Gran parte de esa intensa deformación asociada con las zonas de falla se produce a grandes
profundidades y, por tanto, a temperaturas elevadas. En ese ambiente, los minerales
preexistentes se deforman dúctilmente.
Metamorfismo de impacto. (o de choque) se produce cuando unos proyectiles de gran
velocidad llamados meteoritos golpean la superficie terrestre. Tras el impacto, la energía
cinética del meteorito se transforma en energía térmica y ondas de choque que atraviesan las
rocas de alrededor. El resultado es una roca pulverizada, fracturada y a veces fundida. Los
productos de estos impactos, llamados eyecta, son mezclas de roca fragmentada y fundida
ricas en vidrio parecidas a las bombas volcánicas. En algunos casos, se encuentran una forma
muy densa de cuarzo (coesita) y diamantes minúsculos.

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