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2
AGI (Archivo General de Indias), Patronato 115, Ramo I, Tomo I. Información de servicios del
general Pedro Alonso de Hinojosa a pedimento de su hijo Gonzalo de Hinojosa (sic). Agradezco
a Martti Pärssinen la generosa cesión de una copia de esta probanza.
594 ANA MARÍA PRESTA
asesinó al virrey sino que por cuatro años mantuvo alzado al Perú, en donde
sólo imperaba su poder y su ley.
Hinojosa tomó partido por Gonzalo Pizarro desde el inicio de su levanta-
miento. Transitó con armas, caballos y gente desde La Plata hasta Arequipa,
desde allí a Cuzco y Lima. Su lealtad fue reconocida por Gonzalo quien lo
nombró “general” de su escuadra que, acantonada en la isla de Puná, patrullaba
las costas del Pacífico hasta Panamá detectando enemigos. La fidelidad del
general a su paisano se extendió hasta que el delegado regio, Licenciado Pedro
de la Gasca, se acantonó en Nombre de Dios primero y en Panamá más tarde, y
comenzó a negociar con los representantes más destacados del pizarrismo el
abandono de la causa rebelde. De los “leales” en Xaquixaguana, batalla en que
cayó vencido Gonzalo en 1548, el reconocido General Pedro Alonso de Hinojosa
recibió, mediante el nuevo reparto de indios efectuado por Gasca, la encomien-
da de Macha, Chaqui y demás pueblos anexos entre los qharaqhara y charka
del altiplano potosino que hasta entonces pertenecieran al menor de los Pizarro.
Hinojosa hizo entonces dejación de aquellos que su patrón, Francisco Pizarro,
le confirmara entre los aullagas. La nueva encomienda de Hinojosa estaba es-
tratégicamente ubicada, en tanto sus indios se asentaban en torno a las minas de
Porco y Potosí, que con esa mano de obra ya había explotado su antiguo tene-
dor, Gonzalo Pizarro, en compañía de otros fieles seguidores.
Transcurridos quince años de vida en la colonia, el general Hinojosa era
un rico encomendero que había diversificado sus negocios e invertido en la
minería, la agricultura y el comercio, a través de una compañía que negociaba
tanto productos de Castilla como de la tierra. La base de ese patrimonio se
había incrementado y consolidado en la “etapa de oro de la encomienda”, cuan-
do los tenedores de indios llevaban tributo en demasía ante la ausencia de tasa-
ción y supervisión oficial 3. Los indios de Hinojosa habían trabajado
-adicionalmente- en sus minas, trajines, carnicerías y propiedades rurales4. Te-
nía su casa de morada en La Plata, otras casas y tiendas en Potosí, minas en ese
asiento minero y en Porco, haciendas y chacras en los valles aledaños de Luje,
Mojotoro y Tococala, y desde su paso por el Cuzco tenía mujer e hijos con
quienes habitaba en sus casas principales.
3
ASSADOURIAN, Carlos Sempat: “La renta de la encomienda en la década de 1550. Piedad
cristiana y desconstrucción”. Revista de Indias. Vol. xlvii, No. 182-183 (Madrid 1990): 109-146.
4
Los indios de Hinojosa daban 100.000 pesos de oro antes de la tasa de 1549 y conforme a ella
40.000. Luego de la muerte del general fueron tasados en 14.000. Roberto Levillier, La Audien-
cia de Charcas. Corespondencia de Presidentes y Oidores. Tomo I (Madrid: Imprenta de Juan
Pueyo, 1922), 428.
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(AUDIENCIA DE CHARCAS), 1540-1640...
5
LOCKHART, James: Spanish Peru 1532-1560. A Colonial Society. (Madison: The University of
Wisconsin Press, 1968), 16.
596 ANA MARÍA PRESTA
dora de Gasca y sus sucesores. De manera tal que los encomenderos y sus
clientes seguían conspirando, los desocupados y aspirantes erraban por las ciu-
dades generando alboroto, desparramando chismes y armando facciones. Char-
cas, no era ajena a esas tendencias facciosas y para calmar los ánimos se buscó
nombrar a un Corregidor y Justicia Mayor que pudiese, por prestigio y carácter,
sostener una paz más que endeble, contener las demandas de los impacientes y
desbaratar las facciones de los descontentos de toda laya formadas en la ciudad
de La Plata y Potosí, asiento minero que aún dependía de la primera. El nom-
bramiento recayó en el General Pedro Alonso de Hinojosa quien, fiel a los
personalismos vigentes, prefirió desoír los consejos del Licenciado Polo
Ondegardo, varias veces funcionario virreinal y asimismo encomendero de la
región, quien le proponía sostenerlo y ayudarlo a gobernar como su teniente.
Hinojosa decidió encarar en soledad la tarea de ordenar la jurisdicción, lo cual
le costó la vida el 6 de marzo de 1553 cuando un grupo de conspirados irrumpió
en su casa y lo asesinó, llevándose dinero, ropa y platería mientras destrozaba
su residencia. Se había lanzado la última de las revueltas. Francisco Hernández
Girón en el Cuzco y don Sebastián de Castilla, Vasco de Godínez y Egas de
Guzmán en La Plata y Potosí tendrían en vilo al Perú hasta 1554.
A los pocos días de asesinado el General Hinojosa aparecieron voces que
daban cuenta de otra vida, la privada, que -aunque públicamente conocida- no
se patentizaba en los documentos del cabildo, ni en los Libros de Acuerdos de
la Audiencia, ni en las actas protocolares de los notarios de La Plata. Una voz
femenina hacía presentación de una petición tan insólita como inusual. El al-
calde ordinario de La Plata que la recogió no era otro que Rodrigo de Orellana,
paisano del difunto y también encomendero. La maquinaria extremeña ponía
en marcha su clientela, estrechaba sus solidaridades y ejecutaba sus influencias
al escuchar y favorecer el reclamo de una india, trascripto en un protocolo
notarial, tal como sigue:
pareció Juana de Hinojosa, india que dice ser del general Pedro de
Hinojosa y dice que le han tomado y robado muchas cosas después que
mataron al general los tiranos y pide se le nombre un defensor y curador de
su persona y bienes6.
6
ANB, EP (Archivo Nacional de Bolivia, Escrituras Públicas), Vol. 1 Gaspar de Rojas - La Plata,
Marzo 21 de 1553, f. clxxii
ORÍGENES DE LOS LINAJES DE LA PLATA 597
(AUDIENCIA DE CHARCAS), 1540-1640...
7
Axu/agsu/acsu/acso/ajsu: túnica indígena, vestido femenino consistente en un paño amplio, he-
cho de dos mitades cosidas a la cintura y enrollado en torno al cuerpo, ceñido por un cinturón o
chumpi.
8
ALTMAN, Ida: Emigrants and Society. Extremadura and America in the Sixteenth Century.
(Berkeley: University of California Press, 1989), 145.
598 ANA MARÍA PRESTA
9
ANB, EP Vol. 2 García de Esquivel - La Plata, Junio 28 de 1572, fl. 7-26v.
10
ANB, EP Vol. 4 Lázaro del Aguila - La Plata, Julio 2 de 1562, ff. /vi-Ixii; Id., 882-900; AMC,
PCC (Archivo Municipal de Cochabamba, Protocolos Coloniales de Cochabamba) 3, f.586; ANB,
EP Vol. 46b Melchor de Roa - La Plata, Diciembre 7 de 1597, f. 2454.
11
ANB, LAACh (Libros de Acuerdos de la Audiencia de Charcas) Vol. 5. Lunes 28.IV.72, f. 14-v
Ramírez, Matienzo, Barros, Haro; Id., Lunes 5.V.72, f.25 Ramírez, Matienzo, Haro y Barros.
12
ANB, LAACh, 13.X.72, f.45. Ramírez, Haro y Barros; Id., 26.1.573. Ramírez, Haro, Barros y
Rabanal.
ORÍGENES DE LOS LINAJES DE LA PLATA 599
(AUDIENCIA DE CHARCAS), 1540-1640...
Así como los hermanos y sobrinos del general reclamaban desde Trujillo
la herencia del acaudalado encomendero y hombre de negocios, sus hijos natu-
rales también nombraban tutores, apoderados y representantes para adminis-
trar, reclamar y obtener los bienes de su padre que habían quedado en
Extremadura, revocaban poderes previos y cancelaban representaciones otrora
otorgadas en conspicuos miembros de la sociedad trujillana y cacereña.
Hacia 1562, las tres mestizas menores habían contraído matrimonio. Los
cónyuges eran -como su padre- extremeños de pura cepa, hidalgos y naturales
de Cáceres, a la vez que futuros vecinos iniciales de Cochabamba13.
Doña Isabel Alvarado contrajo matrimonio con Martín de la Rocha, na-
tural de la villa de Cáceres, hijo legítimo de Nicolás de la Rocha y de doña Sara
de Figueroa, quien en Ytapaya, chacra de Gómez de Solís, recibió en dote la
suma de 8.000 pesos corrientes el 4 de Julio de 155914.
Doña Juana se había casado con Francisco de Saavedra Ulloa en 1561,
quien por cuya dote cobró de doña Luisa de Vivar y de Martín Alonso de los
Ríos -en poder de quien entonces estaba la hacienda del general- 8.710 pesos y
un tomín ensayados. Asimismo, la madre de doña Juana donó otros 2.129 pe-
sos corrientes por cuenta de la Real Audiencia de Lima, que se los debía por
virtud de una ejecutoria favorable sobre los bienes del general. Francisco de
Saavedra también era natural de la villa de Cáceres, hijo legítimo de Juan de
Ulloa y de Francisca de León15.
Finalmente, en 1563, doña Luisa de Hinojosa se vinculaba en matrimo-
nio con Diego Mejía de Ovando, quien recibió en dote y caudal 9.000 pesos de
oro en plata ensayada y marcada de valor de 450 maravedís cada uno, en los
cuales entraron 1.400 en plata corriente que le entregaron Martín Alonso de los
13
Altman, Emigrants and Society; José Macedonio Urquidi, El origen de la noble villa de Oropesa
(Cochabamba: Honorable Municipalidad de Cochabamba, 1971), 81, 85, 86, 1110,162, 163, 228,
236, 258, 271, 292.
14
AMC (Archivo Municipal de Cochabamba) PCC (Protocolos Coloniales de Cochabamba) 4,
Asiento de Canata, valle de Cochabamba, jurisdicción de la ciudad de La Plata, 23.1X.569.
15
ANB EP Vol. 21 Juan García Torrico - La Plata, 23.X.584, f. 375 y v. Testamento de Francisco de
Saavedra Ulloa.
600 ANA MARÍA PRESTA
Ríos, mayordomo que había sido del general y doña Luisa de Vivar, viuda de
Gómez de Solís, a cuenta de lo que debía por la tutoría de su marido16.
Los tres maridos de las mestizas Hinojosa fueron, en forma alternada,
tutores y curadores de las menores y de su madre, confirmando apoderados en
Cáceres y Trujillo de Extremadura, Arequipa y Lima, administrando propieda-
des e invirtiendo los restos de la fortuna del general en el comercio y las activi-
dades agropecuarias17.
Cuando la ley castellana se aplicó definitivamente para dividir los bienes
del general Hinojosa que habían quedado en Trujillo, los mestizos hicieron
lugar a su derecho a reclamar su parte y, en la seguridad de permanecer en
Charcas, decidieron vender sus partes a Cosme de Chaves, otro paisano de su
padre, mercader de efectos de Castilla y frecuente viajero al Perú. Para autori-
zar las transacciones, el entonces alcalde ordinario de La Plata, Licenciado
Polo Ondegardo, interrogó minuciosamente a una de las hijas del general, doña
Juana de Hinojosa, para luego formalizar la escritura de venta de sus bienes
peninsulares.
Frente a un escribano público y testigos, doña Juana expresó al Licencia-
do Polo gestos y frases que representaban sus sentimientos de sumisión de
género, pertenencia, identidad y la segregación de raza y status de alguien que
vivía a su sombra, todo lo cual exponía también sus propios prejuicios. Sabe-
dor de las obligaciones femeninas de obedecer -aún a pesar de su voluntad- las
determinaciones de los maridos, cual experto en medir las presiones y el poder
del género,
“el Licenciado Polo mandó al dicho Francisco de Saavedra se salga
de la casa y aposento donde estaban porque quiere hablar con la dicha
doña Juana de Hinojosa en razón de lo susodicho y el dicho Francisco de
Saavedra, en cumplimiento de ello, se salió fuera como le es mandado (...)
y en presencia de mí, el dicho escribano y testigos, habló con la dicha doña
Juana de Hinojosa y la interrogó y dijo que le dijese si para vender y tras-
pasar los dichos bienes ha sido forzada, apremiada, inducida, herida o
16
ANB, EP Vol 6 Lázaro del Aguila - La Plata, Agosto 12 de 1564, f. ccccly r-v.
17
ANB, EP Vol. 4 Lázaro del Aguila - La Plata, Julio 2 de 1562, ff. lvi - lxii v.; EP Vol. 8 Lázaro del
Aguila - La Plata, Agosto 9 de 1566, ff. 387-393; EP Vol. 21 Juan García Torrico - La Plata, Abril
23 de 1583, f. 375.
ORÍGENES DE LOS LINAJES DE LA PLATA 601
(AUDIENCIA DE CHARCAS), 1540-1640...
18
ANB, EP Vol. 5 Lázaro del Aguila - La Plata, Febrero 21 de 1563, f. 1128.
602 ANA MARÍA PRESTA
coger, aunque Saavedra Ulloa lucraba con una compañía de comercio que com-
partía con Lope de Luyando en La Plata. Sus vínculos con su patria chica y su
familia quedaban patentizados en su última voluntad. Por cláusula testamenta-
ria, donaba a doña Ana de Ulloa mujer de Hernán Pérez de Holguín, su herma-
na, los 25.000 maravedíes de renta que poseía sobre la dehesa del Carrascal,
propiedad Hernando Alvarez de Toledo Carvajal, a razón de 14.000 el millar19.
Por su parte, el hermano de las mestizas, Gonzalo de Torres Hinojosa
había fallecido en viaje a la península, entre Cartagena y Nombre de Dios, a
comienzos de 1570. En Gonzalo de Torres hubo un acercamiento mayor a su
costado indígena. Fue el único de los hermanos que llamaba a su madre por su
nombre indígena y a la hora de nombrar herederos, no siendo casado, legó una
memoria para testar en favor de un primo mestizo, Jerónimo de Hinojosa, hijo
natural del Maese de Campo Ruy Sánchez de Hinojosa y doña Francisca Toto
Anquilla, india natural del Cuzco20. En 1566, junto a Gaspar Centeno, hijo
mestizo del conquistador Diego Centeno, había sido acusado de un asesinato y,
a la vez, de planificar la muerte del conquistador Ñuflo de Chaves, para luego
organizar un motín e “irse al inga”. Por tales acciones, el fiscal de la Audiencia,
Licenciado Rabanal, se quejaba de no haberlos castigado como competiera, ya
que el Presidente del tribunal había manifestado su oposición a ello y, frente a
su crimen, advierte despectivamente sobre su condición de “mestizos”21.
19
ANB, EP Vol. 21 Juan García Torrico - La Plata, Octubre 23, 1584, ff. 374-381
20
AMC PCC3, Traslado del poder otorgado en La Paz, a Septiembre 9, 1567, 17.587; ANB, EP.
46b Melchor de Roa-La Plata, Diciembre 7, 1597, f. 2542. Jerónimo de Hinojosa fue el cuarto y
último marido de otra mestiza y encomendera, hija natural del Cap. Francisco de Almendras,
doña Inés de Aguiar. Hasta su muerte, doña Inés gozó de la mitad de los indios de Tarabuco que
inicialmente fueran de su padre y cuya mitad heredó al heredar a su primer marido y primo,
Diego de Almendras. Véase: Ana M. Presta, Encomienda, familia y negocios en Charcas colo-
nial. Los encomenderos de la Plata, 1550-1600. (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 2000);
Id., “Portraits of Four Women: Traditional Female Roles and Transgressions in Colonial Elite
Famlies in Charcas, 1550-1600.” Colonial Latin American Review Vol. 9, No. 2, 2000: 249-254;
Id., “Encomienda, familia y redes en Charcas colonial: Los Almendras, 1540-1600”. Revista de
Indias Vol. Ivii, Num. 209 (Enero-Abril, 1997): 21-53.
21
LEVILLIER; Audiencia de Charcas, 1:180. Por “irse al inga” entiéndase reunirse con el rema-
nente del estado incaico en el refugio de Vilcabamba que caería en manos castellanas recién en
1572.
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PALABRAS FINALES
El futuro de los hidalgos extremeños que participaron de la gesta con-
quistadora del Perú selló, con suerte diversa, una vida plena de aventuras, bata-
llas permanentes, lucha por adquirir bienestar económico y honor en tierra des-
conocida, en la que la mayoría de ellos echaron raíces y engendraron hijos
mestizos.
La familia Hinojosa en Charcas consiguió multiplicarse y conservar su
memoria genealógica en virtud de su antepasado más ilustre, el general.
En los escasos veinte años que Pedro Alonso de Hinojosa vivó en los
Andes logró convertirse en acaudalado encomendero, rico comerciante, hacen-
dado próspero y padre de una familia a la que no confirió el status de legalidad
pero que reconoció como propia. Fue por ello que los herederos principales de
su fortuna fueron sus hermanos y sobrinos trujillanos que nunca habían pisado
Charcas. Tal el destino de muchos patrimonios amasados en la primera etapa de
la colonia peruana que fluyeron a la Península y produjeron el bienestar de los
herederos favorecidos por la legitimidad del parentesco.
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