La Gerencia Social y Trabajo Social
La Gerencia Social y Trabajo Social
La Gerencia Social y Trabajo Social
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
El Trabajo Social es una profesión que predominante y cotidianamente trabaja con los efectos y
manifestaciones diversas que se derivan del fenómeno de la pobreza.
La pobreza en nuestros países ha crecido y se extiende, razón por la cual es una obligación social
impostergable actuar con vigor sobre las causas y los efectos de dicho problema.
Ello exige formas concretas de acción social es decir, de respuestas planificadas desde los ámbitos
público y privado, en las cuales deben ser corresponsables, no sólo las y los Trabajadores Sociales,
sino todo el conjunto de funcionarios gubernamentales y no gubernamentales involucrados en la
gestión y la ejecución de las políticas sociales: así como los dirigentes políticos y los grupos meta
hacia los cuales se dirigen tales acciones. La formulación, gestión, ejecución y evaluación de los
servicios sociales, cuya concreción se expresa en políticas, programas, exige pensar y saber qué
se está haciendo, qué se debe hacer y cómo debe hacerse. La profundización de la crisis actual la
urgencia de atender sus efectos en la población más vulnerable o en mayor desventaja social,
genera la necesidad de que el Trabajo Social como profesión busque y elabore nuevas 2 alternativas
metodológicas de gestión e intervención, acordes a las nuevas exigencias. Ello supone tomar en
cuenta que existe una enorme brecha entre las necesidades sociales y los recursos que se asignan
para su atención, por tanto, para la profesión es un desafío cada vez mayor el utilizar tales recursos
en función de los intereses de los grupos más pobres.
La prestación de servicios sociales concretos es tarea fundamental del Trabajo Social y elemento
motor de la organización de los grupos desposeídos en la búsqueda de nuevas y mejores formas de
atención de los problemas sociales. El hecho de que las y los profesionales en Trabajo Social se
desempeñen fundamentalmente dentro de la Administración Pública, formando parte de la
burocracia estatal, hace que jueguen un papel muy importante como nexo e instancia dc mediación
entre el Estado y los grupos al interior de la sociedad civil, cuyas condiciones de vida les dificultan o
impiden la satisfacción de necesidades básicas, enmarcadas dentro de los derechos humanos
(particularmente aquello de tipo económico, social y cultural).
La legitimidad de esta profesión en el cumplimiento de su misión depende, por tanto, de su
capacidad para producir servicios sociales efectivos en la resolución de los problemas que les dan
origen. Tal legitimidad se asocia a la capacidad del Trabajador Social para gerenciar y para ejecutar
los servicios sociales, y ello implica su habilidad para conciliar los intereses particulares de grupos al
interior de la sociedad civil con el «interés general» que se supone representa el Estado.
Estas recaen en manos dc quien ocupe el puesto de jefatura en cualquiera de los niveles,
independientemente de su formación en este campo.
El desempeño dc la tarea administrativa a través de los años ha permitido la creación de teorías,
modelos, técnicas e instrumentos diversos, que han evolucionado progresivamente conforme las
demandas de la sociedad se han modificado y se han vuelto más complejas.
Es importante señalar que hoy en día es posible identificar uno o varios modelos subyacentes en las
formas de gestión de los servicios sociales existentes Costa Rica. Es decir difícilmente se pueden
encontrar los modelos puros en las instituciones sociales, más bien es probable que existan
combinaciones de los mismos. De ahí la pertinencia de conocerlos, describirlos e interpretarlos a la
luz de los elementos teóricos disponibles, en aras de discernir si existe conciencia en los
responsables de la conducción de los servicios sociales, de la concepción, estilo y énfasis del
proceso administrativo bajo su responsabilidad. Asimismo, interesa determinar si se conocen las
fortalezas y debilidades que presenta y que, de una u otra forma afectan la prestación del servicio.
Como se ha venido señalando la incertidumbre, la inestabilidad y la complejidad son las
características más significativas del contexto socioeconómico y político actual en el cual debe actuar
la gerencia social. Esto exige excelencia profesional de quienes tengan bajo su responsabilidad tal
tarea.
Los modelos administrativos tradicionales no pueden responder adecuadamente ante los cambios
que emergen del contexto, por tanto, ante las nuevas exigencias se agotarán.
Dichos modelos en términos generales, se caracterizan por centrarse en el trabajo de planificación,
dirección, coordinación, organización y control; la aplicación de técnicas e instrumentos para realizar
el trabajo; dedicar gran tiempo al análisis de información establecer contacto principalmente con el
personal asesor o con el que brinda servicios especiales (staff); desempeñar sus funciones
básicamente en la oficina; esforzarse por formalizar el proceso de trabajo (organigramas, manuales
de procedimientos, formularios) centralizar el poder y por tanto la toma de decisiones, ignorando el
potencial y la creatividad del recurso humano; no propiciar la motivación de los funcionarios mediante
políticas dirigidas a su participación y a la creación de condiciones laborales satisfactorias.
Por el contrario, la necesidad de reorganizar las formas de prestación de los servicios sociales
públicos, exige articular nuevas formas de gestión entre el Estado y la sociedad civil. Esto conduce
necesariamente a racionalizar los esfuerzos de redimensionamiento del Estado, fortaleciendo las
capacidades institucionales en el sector social, promoviendo la participación de los ciudadanos,
generando confianza y seguridad, en fin, estableciendo condiciones sociales, jurídicas e
institucionales de estabilidad y gobernabilidad que hagan posible un proceso sostenido de inversión
y crecimiento. A continuación, se procede a conceptualizar un modelo alternativo para la conducción
de los servicios sociales, denominado gerencia social.
Los servicios sociales se enmarcan dentro de las funciones productora y distributiva que el Estado
cumple a través de la Administración Pública y de organizaciones no gubernamentales. Es así como
se producen servicios que, compitan o no con la gestión empresarial privada, se suman a muchas
veces refuerzan o facilitan la propia producción privada. Asimismo, la función distributiva subsidia y
complementa el ingreso o nivel de vida familiar a través de una serie de acciones no remunerativas o
productivas (no generadoras de ingresos directos). Brinda servicios de salud, educación, vivienda,
seguridad social, asistencia social, entre otros.
Lo anterior permite afirmar que la prestación de servicios sociales, como acción pública, se
fundamenta en la capacidad coercitiva y reguladora de la Administración Pública, entendida como el
principal mecanismo de conversión del Sistema Político. Por tanto, la formulación, interpretación y
gestión de este tipo de servicios es altamente política por las negociaciones y decisiones presentes
alrededor de todo tipo o clase de demanda o conflicto entre grupos comunidades y organizaciones y.
entre éstas y el Estado.
Estudiar las formas de gestión que prevalecen en tales las instituciones es de gran importancia en la
actualidad en virtud de la crisis económica que afecta a nuestros países y que obliga a utilizar de la
mejor manera posible los escasos recursos que se asignan a las políticas de corte social. A ello se
suma la existencia de una serie de debilidades que se han venido poniendo en evidencia en el
proceso de formulación, ejecución y evaluación de estas políticas. Concretamente, las debilidades
que refleja la política social en su concepción e implementación hoy en día se describen a
continuación, con base en los aportes que Bernardo Klisberg da a conocer en los diversos artículos
citados en la bibliografía.
. DEBILIDAD DE LA POLÍTICA SOCIAL
Referirse a los obstáculos que enfrenta la gerencia social exige remitirse al proceso de puesta en
práctica o concreción de las políticas públicas, particularmente las de carácter social. Comúnmente
se considera que su formulación y ejecución son tareas propias de la Administración Pública o, en
otros términos, del aparato estatal. La política pública, entendida como «lo que las autoridades
gubernamentales y administrativas, legítimamente constituidas, deciden hacer o no hacer y, lo que
hacen en realidad»
1. Encierra decisiones y se concreta en acciones (políticas, programas, proyectos) que contienen
valores; instrumentos, medios de intervención y, resultados, consecuencia de la acción
administrativa. Generalmente se supone que las políticas públicas son en su formulación, la
expresión del interés general de la sociedad, va sea porque su legitimidad deriva de un proceso
legislativo democrático o, porque deriva de la aplicación de criterios y conocimientos técnicamente
racionales, a la solución de problemas sociales
2. En cambio, la implementación o puesta en práctica de esas políticas tiene lugar en el ámbito de la
burocracia estatal, que se percibe generalmente como rutinaria, ineficiente y corrupta. Por tanto, en
la vinculación entre política y administración se tiende a destacar la bondad de la primera y la
naturaleza anómala de la segunda. El fracaso de las políticas puede así explicarse por una actitud
casi conspirativa de la burocracia, manifestada en su renuencia a implementar diligentemente
objetivos y programas formulados por legisladores o técnicos bien inspirados.
El fracaso o limitado éxito de muchas de las políticas sociales, así como la compleja trama de
circunstancias que rodean la toma de decisiones de políticas cruciales en este campo, han
conducido a la necesidad de clarificar los obstáculos o en trabamientos que enfrentan las políticas,
tanto en su formulación, como en su interpretación y puesta en práctica, con cl propósito de
identificar formas alternativas de prestación de los servicios sociales, que posibiliten su éxito en lo
que a la satisfacción de necesidades sociales se refiere.
Las políticas gubernamentales de carácter social reflejan las intenciones de los tomadores de
decisiones (autoridades políticas y administrativas), los comportamientos de los agentes
responsables de la gestión y, los resultados de las decisiones ejecutadas. Por tanto, los programas y
proyectos sociales, como forma de concreción de las políticas, son la forma de intervención estatal
en el ámbito social, produciendo directamente servicios u otorgando transferencias o subvenciones a
individuos, grupos u organizaciones, en aras de coadyuvar a la solución de sus demandas sociales.
Este proceso enfrenta como principales obstáculos los siguientes:
Ø La política social es el resultado de continuas luchas por el poder respecto a la asignación de
recursos escasos.
Ø No integración entre política económica y política social.
Ø Disminución del gasto social a raíz de la crisis y del ajuste estructural.
Ø Acceso inequitativo de los grupos más pobres a los servicios sociales, pues tienen menos medios
para presionar.
Ø Políticas sociales de carácter universal, lo cual favorece a los sectores medios.
Ø Multiplicidad de instituciones desintegradas y descoordinadas, responsables de ejecutar la política
social. Esto genera duplicidad de esfuerzos y uso inadecuado de recursos.
Ø Debilidad institucional del sector social.
ØAumento del fenómeno de la pobreza, lo que trae como resultado el surgimiento de nuevos tipos
de pobreza y por consiguiente, de nuevos pobres.
Ello dificulta aún más definir prioridades de atención de lo social.
ØLa participación popular como opción para el impulso de servicios sociales se subestima, su uso es
limitado y prevalecen concepciones estrechas al respecto.
Ø La evaluación de servicios sociales no se aprovecha como herramienta para determinar la
efectividad de los mismos.
ØPrevalece una alta concentración de instituciones, programas y provectos sociales en la Región
Central del país en detrimento de las regiones periféricas, por lo general más pobres.
ØLas capacidades gerenciales disponibles son muy restringidas.
ØLas debilidades indicadas ponen de manifiesto la urgente necesidad de racionalizar la política
social, propiciando mayor eficiencia en el uso de los recursos y por tanto, mayor eficacia de los
servicios sociales. Ello exige poner en práctica una forma distinta de administrar: la Gerencia Social.