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Qué Es La Gestión Empresarial

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¿QUÉ ES LA GESTIÓN EMPRESARIAL?

La gestión empresarial o management se define como el proceso que dirige y guía las
operaciones de una organización para hacer realidad los objetivos establecidos. Es decir, esta
área de actuación se encarga de organizar todos los recursos existentes para diseñar y poner en
marcha acciones que permitan alcanzar las metas de la empresa.

Según Chiavenato. La gestión empresarial es el proceso de planear, organizar, integrar,


direccionar y controlar los recursos (intelectuales, humanos, materiales, financieros, entre otros)
de una organización, con el propósito de obtener el máximo beneficio o alcanzar sus objetivos”.
Por tanto, es el corazón de cualquier negocio, y ahí radica su importancia; toda compañía,
independientemente de su tamaño o del sector de actividad, necesita aplicar la gestión
empresarial para ser competitiva y lograr el éxito.
En este sentido, la gestión empresarial sería como el capitán de un barco, el director de una
orquesta o el entrenador de un equipo de fútbol.
Sin ellos, la nave flotaría, pero no llegaría a puerto; los instrumentos sonarían, pero de forma
descompasada y sin melodía; el balón rodaría por el campo, pero le costaría entrar en la portería.

¿Para qué sirve el management?


Si la gestión empresarial es la encargada de poner los cimientos de las organizaciones, ¿de qué
se encarga un manager? Te presentamos sus cuatro funciones principales:

Planificación: si eres el encargado de la gestión empresarial de una empresa, debes ser capaz de
establecer los objetivos y las metas de la compañía y definir las estrategias precisas para
alcanzarlas.
Organización: en la consecución de este propósito, dispones de un conjunto determinado de
recursos, tanto humanos como materiales. Por ello, otra de las funciones principales del
management consiste en la distribución y asignación de dichos recursos a los objetivos, la
organización y estructuración del capital humano, el establecimiento de pautas de coordinación
entre los diferentes empleados y equipos y la concreción de los criterios que regirán la toma de
decisiones.
Dirección: otro de los roles básicos que debes acometer como manager es la orientación y
supervisión del personal de la empresa para garantizar que toda la plantilla ejecute sus funciones
de forma competente. Para ello, tienes que desarrollar tus habilidades de liderazgo y servir como
guía inspiracional, de manera que fomentes la motivación e implicación de todos los
colaboradores.
Control: durante todo el proceso, también eres la persona responsable de vigilar que los planes se
están desarrollando conforme a lo previsto. Para ello, debes monitorizar las actividades, analizar
los resultados y corregir las posibles desviaciones de los objetivos cuanto antes.

¿Por qué es tan importante la gestión empresarial?


Como puedes ver, el buen funcionamiento de una empresa o de un proyecto de emprendimiento
va a depender de una correcta gestión empresarial. Por ejemplo, una compañía puede tener un
capital millonario, pero quebrar porque este mismo se ha despilfarrado; o puede contar con los
mejores perfiles laborales, pero ser superada por la competencia porque la dirección no ha sabido
aprovechar su talento. Asimismo, un startup puede disponer de una idea innovadora, pero fracasar
por no saber identificar las líneas de actuación más adecuadas.

Sin ir más lejos, las causas más frecuentes del fracaso de una empresa están vinculadas a una
mala gestión empresarial: la falta de planificación, errores de presupuesto, una ineficaz gestión
financiera, inexistencia de estrategia de recursos humanos o ausencia de inversión en I+D+I.

De esta manera, la gestión de empresas permite, por un lado, diseñar las metas y establecer las
estrategias que propicien el adecuado desarrollo y crecimiento de la empresa en sus diferentes
áreas de forma transversal, al mismo tiempo que se asignan los recursos de forma eficiente, con el
mínimo desperdicio y el menor coste posible, para que los objetivos se cumplan con excelencia. Y
todo esto lo hace en un entorno cambiante, adaptando los planes a las nuevas necesidades de la
organización.

No obstante, además, el management juega un papel muy importante en la creación de la cultura


organizacional y la gestión del talento. De hecho, la gestión empresarial también actúa como
impulsor de la motivación de la plantilla y, por tanto, dispara el rendimiento de los equipos. Es más,
las organizaciones con una cultura de empresa saludable tienen 1.5 veces más probabilidades de
reportar un crecimiento de los ingresos promedio de más del 15%.

¿Hacia dónde se dirige el management?


La gestión empresarial debe adaptarse a los nuevos tiempos. Y es que, como cualquier otra área
de actividad, el management también debe tener en cuenta el contexto en el que actúa y así
integrar las tendencias del mercado.

En este sentido, la digitalización y automatización de procesos se ha convertido en el mayor


desafío de todas las organizaciones. De hecho, de acuerdo con encuestas de Project
Management Institute, el 81% de los profesionales asegura que la transformación tecnológica está
afectando a todos los niveles de las empresas de forma directa. De ahí que, como gerente, debes
ser capaz de integrar la inteligencia artificial dentro de la compañía para hacer los procesos más
eficientes y conseguir sobresalir frente a los competidores.

Asimismo, la gestión empresarial del siglo XXI necesita saber analizar las ingentes cantidades de
datos a las que tienen acceso y hacerlo en tiempo real para poder reorientar las estrategias en el
menor tiempo posible. Sin duda, se trata de algo muy importante, teniendo en cuenta el actual
contexto de cambio, donde la flexibilidad y capacidad de adaptación debe formar parte del ADN de
cualquier organización.

Con esto se desprende que los antiguos modelos lineales se han quedado atrás y deben
convertirse en metodologías ágiles y reiterativas, donde la revisión sea constante con el fin de que
se puedan subsanar los fallos o ajustar los proyectos sobre la marcha, sin dar tiempo a que los
errores o cambios de rumbo del mercado sean advertidos demasiado tarde.

Por otro lado, el factor humano es otro de los ejes sobre los que debe girar la gestión empresarial
del futuro. En un momento en el que se habla de la ‘Gran Dimisión’, un fenómeno que está
generando las renuncias voluntarias de millones de trabajadores a sus empleos, la atracción y
retención del talento se convierte en uno de los retos del management. Se trata de una gestión de
los recursos humanos que debe estar caracterizada por la inteligencia emocional para poder
conectar y empatizar con los empleados y así lograr que exploten todo su potencial dentro de la
compañía.

¿Qué hace falta para ser un buen manager?


Ante todos estos desafíos, es lógico que las habilidades de los gerentes o directivos también se
hayan modificado. Por esta razón, si quieres dedicar tu futuro profesional a la gestión empresarial,
tendrás que desarrollar diferentes competencias.

Por un lado, las habilidades técnicas asociadas al management siguen siendo esenciales para
ejercer las funciones de la gestión empresarial con solvencia. En concreto, necesitarás
conocimientos sólidos sobre gestión estratégica, financiera y de recursos humanos.

No obstante, a estas últimas se suman las habilidades blandas, o soft skills, para poder actuar con
eficacia en el contexto actual. Y es que, además de ese ‘know how’, si no cuentas con las
capacidades para interactuar con los empleados, los superiores y el resto de miembros de grupos
de interés, no podrás alcanzar la excelencia como gerente. En este sentido, la capacidad de
resolución de conflictos, las habilidades de negociación y comunicación, la toma de decisiones, la
inteligencia emocional, la creatividad, la adaptabilidad o el liderazgo son factores imprescindibles
del management.

Junto a esto, también debes incorporar un tercer bloque de competencias: las habilidades
conceptuales. Se trata de aquellas destrezas que te permiten entender la organización desde un
punto de vista holístico. Dada la complejidad del entorno, necesitarás disponer de la capacidad
para analizar la situación desde múltiples perspectivas, anticiparte a los problemas, buscar
soluciones y aprovechar las oportunidades de negocio.
Como puedes ver, la gestión empresarial es una actividad muy exigente y de alta responsabilidad.
Sin embargo, ser un buen manager no es algo innato, sino que se aprende de forma paulatina a
través de la experiencia y también mediante programas de capacitación específicos.
¿Cuáles son los pilares de la gestión empresarial?
Estructurar una gestión empresarial eficiente requiere la consideración de elementos clave. A
continuación, presentamos y explicamos cada uno:

Personas
Las personas son uno de los activos más importantes de la organización. Principalmente porque
su actuación es decisiva para que una empresa sea exitosa o fracase.
Una gestión de personal bien estructurada y ejecutada va de la mano con la productividad,
asiduidad, motivación y buen desempeño, por solo mencionar algunos puntos.
De hecho, debe considerar que los colaboradores representan a la marca ante los consumidores.
O sea, su reputación e imagen también se apoyan en la calidad de la atención al cliente y, por
ende, en el desempeño de los trabajadores que interactúan directamente con el público.
Por lo tanto, se ha convertido en una condición básica de supervivencia el ponerlos en el centro de
las decisiones estratégicas. Planifique acciones que apunten hacia su desarrollo, potencial
productivo y que fomenten su motivación.
Incluso, capacitar a la fuerza de trabajo es un factor crítico para la administración empresarial
efectiva, pero este es un tema que tocaremos en otro apartado.

Tecnología
La irrupción de nuevas tecnologías y el avance de la transformación digital en las organizaciones
tiene una robusta explicación: la competitividad.
Es un hecho que en el mercado hay cada vez más competencia. Por un lado, esto genera grandes
y rentables oportunidades de negocios. Por otro, enciende un aviso de alerta sobre la necesidad
de innovar y presentar nuevas soluciones a los consumidores.
En lo que concierne a la postura del público, la competencia entre los negocios ha estimulado que
los usuarios asuman un comportamiento de consumo más crítico, exigente, conectado y orientado
a la información.
De esta manera, alinear la empresa con las nuevas demandas del público en términos de
conectividad y comunicación, se ha convertido en una necesidad.
A pesar de que las demandas tecnológicas varían de acuerdo con el sector de la empresa, a
grandes rasgos, los recursos más efectivos son:
Sistema de planificación estratégica.
Software ERP -Enterprise Resource Planning.
Sistema CRM -Customer Relationship Management.
Almacenamiento en la nube.
Sistemas de gestión de gastos.
En suma, la tecnología cumple un papel de extrema importancia en el ámbito corporativo,
principalmente en términos de desarrollo de procesos y optimización de sus ingresos.

Planificación
Planificar es desarrollar un esquema con la intención de dirigir el alcance de un determinado
objetivo.
Ante esta perspectiva, poner en marcha una gestión empresarial eficiente exige que los gestores
respondan a 3 preguntas específicas:
¿Cuál es el punto de partida?
¿A dónde se quiere llegar?
¿Cómo se logrará?
Es decir, los líderes corporativos deben entender la situación actual de la empresa para establecer
objetivos de acuerdo con su panorama y sus posibilidades. También deben definir un plan de
acción que aumente la probabilidad de llegar al punto esperado.
Al pensar en estas respuestas, de pueden planificar las estrategias, técnicas y actividades de una
manera mucho más acertada y acorde con los recursos disponibles.

Procesos
Una administración de primera calidad también demanda la definición y el seguimiento de
procesos en todas las áreas del negocio.
En efecto, los procesos son indispensables para conocer el tiempo, la cantidad de recursos y las
etapas necesarias para culminar una determinada actividad que cumpla un reto específico.
En este sentido, estructurar los procesos correctamente exige la combinación de personal
capacitado para ponerlos en práctica, tecnología útil y acorde con las nuevas demandas del
mercado y una planificación dirigida por datos corporativos fiables y actualizados.
Por lo tanto, los 3 pilares anteriores inciden directamente en este cuarto factor clave de una
gestión empresarial eficiente y orientada a maximizar los resultados.

Datos e indicadores
Una vez que se llevan a cabo procesos para las diferentes actividades corporativas, es
indispensable que la empresa verifique la efectividad de sus acciones en lo que concierne a los
resultados y al alcance de los objetivos.
Esencialmente, conocer la eficiencia de las acciones permite que la empresa:
Reafirme sus acciones positivas.
Modifique los procedimientos que no ofrecen los resultados esperados.
Nuevamente, necesitamos hablar de las herramientas tecnológicas orientadas a la gestión
empresarial.
Cuando la empresa dispone de softwares de gestión integrativos, tanto los líderes como los
equipos de trabajo pueden acceder a los datos de interés de manera rápida. Así se optimiza la
toma de decisiones, la búsqueda de soluciones y la definición de medidas que orienten sus
próximos pasos.
La información disponible proporciona insights valiosos para guiar al gestor hacia la ratificación de
sus acciones o estrategias y orientarlo hacia una reformulación de los procedimientos, actividades
y/o sectores.
Conocidos en inglés como Key Performance Indicators (KPIs), los indicadores consisten en
importantes marcos de referencia, pues permiten:
Cuantificar la eficiencia de los procesos corporativos.
Identificar errores o problemas.
Definir prioridades.
Verificar el progreso y la continuidad de los procesos.
Indicar el mejor camino que se debe seguir.
Sin embargo, para obtener información útil que añada valor a las decisiones, es imprescindible
analizar los indicadores de acuerdo con un objetivo específico.
Por ejemplo, una empresa que comercializa insumos informáticos y quiera conocer la
productividad de cada colaborador, puede hacerlo calculando las ventas que hizo durante su
jornada de trabajo. Es decir:
Ventas por empleado = Número de ventas / horas trabajadas
Además de este indicador, podemos calcular la productividad considerando otros KPIs como:
Utilidad neta.
Satisfacción del cliente.
Liquidez corriente.
Ingreso por empleado.
En definitiva, los indicadores presentan información valiosa para las decisiones empresariales
porque toman como base datos sólidos y sumamente confiables.
Una empresa que lleva a cabo una gestión eficiente también debe poner atención en otros
indicadores como:
Eficiencia y eficacia.
Capacidad.
Rentabilidad.
Calidad.
Competitividad.
Valor.
Financieros.
Por lo general, los propios sistemas que almacenan datos, se encargan de generar indicadores de
acuerdo con las necesidades de la empresa y de los comandos del gestor.

Ventajas de llevar a cabo una buena gestión empresarial


Al llegar hasta este aquí, ya debe comprender que la dinámica y el nivel de competitividad de una
empresa en el mercado se relaciona directamente con la calidad de su gestión.
De hecho, en la esfera teórica, todo fluye de forma muy simple. En la práctica, no siempre
encontramos un camino libre de obstáculos.
Lanzarse al mundo del emprendimiento o de la administración, demanda cierto coraje ya que
muchos aspectos pueden influir en las perspectivas de una empresa, tanto externos como
internos.
Ante este panorama bastante inestable y desafiante, se debe poner en primer plano el
conocimiento, las buenas prácticas y las medidas que conlleven a una gestión empresarial eficaz.
La administración correcta del negocio proporciona un control financiero más eficiente,
predictibilidad económica y una dinámica de recursos humanos más potente, pero, ¡esto no es
todo!
A continuación, presentamos las principales ventajas de gestionar adecuadamente al negocio:

Permite definir metas y objetivos


Una de las principales ventajas de una buena gestión es el acceso a datos confiables. Esto
permite que el líder estratégico pueda contemplar una serie de aspectos antes de tomar una
decisión.
Al tener los datos y procesos organizados, es posible dibujar la coyuntura actual de la empresa
identificando sus puntos fuertes y débiles en todas sus áreas, desde el proceso de ventas hasta la
planificación estratégica.
El monitoreo de los datos, en conjunto con la mirada técnica de los gestores corporativos, facilita
la definición de objetivos y metas acordes con la realidad y con las perspectivas futuras del
negocio.
Es decir, una gestión corporativa eficiente estructura retos específicos, medibles, alcanzables,
relevantes y temporales, también conocidos como objetivos SMART.

Reduce los gastos


Al controlar los costos se asegura que las salidas sean inferiores a las entradas y se minimiza el
uso de recursos sin perder cuidado de la efectividad y calidad de los procesos internos. Así, es
posible aumentar el margen de beneficios y la rentabilidad del negocio.
Por lo tanto, la disminución de los gastos es una consecuencia directa de la gestión empresarial
eficiente, por ende repercute en la salud financiera del negocio.

Aumenta la productividad
Al planificar acciones de recursos humanos que son dirigidas a la maximización de los resultados,
considerando los datos duros y procedimientos de cada sector, se eleva el potencial productivo de
los equipos de trabajo.
Por ejemplo, estructurar un plantel por área, teniendo en cuenta sus necesidades específicas, el
departamento contará con fuerza de trabajo suficiente para llevar a cabo sus tareas. De esta
manera, se promueve un aumento en la productividad.

Identifica problemas
Cuando llevamos a cabo una gestión eficaz, podemos identificar fallas, errores o problemas en los
procedimientos internos. De este modo, se evitan situaciones críticas como una parada en la
producción por falta de insumos o de materia prima.
Más allá de mitigar las consecuencias potencialmente negativas en términos productivos, la
identificación de problemas con antelación contribuye a la economía de costos.
Para entenderlo, la probabilidad de incurrir en gastos expresivos de mantenimiento se reduce
considerablemente si actuamos ante una mínima inconsistencia durante el monitoreo del
funcionamiento de las máquinas.

Indica soluciones
Además de señalar posibles problemas que puedan afectar el cotidiano y los resultados del
negocio, gestionar la empresa siguiendo las mejores prácticas del sector permite encontrar
soluciones de excelencia. Pero, ¡atención! A menudo, la identificación de medidas eficientes ante
una situación específica no se limita al entorno corporativo.
Frente a este tipo de circunstancia, el líder debe observar atentamente a su entorno para
identificar los nuevos movimientos del mercado, principalmente en cuanto a necesidades y
expectativas del público objetivo. Se deben reconocer los factores macro que pueden interferir en
la decisión, como el panorama económico.
Optimiza la detección de nuevas oportunidades
Una gestión empresarial permite desarrollar una mirada holística e integrativa. Esto conlleva a la
identificación de oportunidades de negocio que probablemente pasarían desapercibidas.
De hecho, cuando conocemos datos confiables y fundamentamos las decisiones en información
actualizada y accesible, podemos encontrar brechas que fomenten el desarrollo del negocio como
la identificación de un nicho con gran potencial de crecimiento o de un público no atendido.
Por lo tanto, administrar la empresa con dedicación y absoluto conocimiento del segmento,
optimiza el potencial de mercado de una empresa.

¿Cómo implementar una gestión empresarial de primera calidad?


Poner en marcha una gestión eficiente puede ser un gran desafío. Contar con las mejores
prácticas, aumenta la probabilidad de alcanzar los objetivos establecidos en los diferentes
sectores empresariales y obtener los resultados generales esperados.
A continuación, le brindamos 5 medidas esenciales para gestionar su empresa con mucha más
eficiencia, desde sus primeras etapas hasta alcanzar la madurez.

1. Organizar los recursos financieros del negocio


Cuidar adecuadamente de un negocio demanda una atención redoblada en su perfil financiero.
Es decir, una de las reglas más relevantes de una gestión exitosa es administrar el flujo de caja
teniendo en mente que la minimización de las salidas y/o la maximización de las entradas
garantiza mejores márgenes de beneficios incrementando, y así la rentabilidad empresarial.

2. Prestar atención en el mercado


Es fundamental que los líderes analicen el escenario externo con cautela, identificando posibles
puntos críticos y oportunidades potenciales de negocio.
Con el afán de optimizar las soluciones corporativas y adaptarlas según sus demandas
emergente, es indispensable mapear las necesidades y expectativas no cubiertas del público
objetivo.

3. Promover capacitaciones periódicas


Anteriormente, hemos señalado a los recursos humanos como uno de los pilares de la
administración.
Es por eso que implementar medidas que fortalezcan sus habilidades es una acción crucial. No
solo se asegura el cumplimiento de los procesos internos en tiempo y forma, sino que también se
optimiza su calidad.
Por lo tanto, estimular el proceso de aprendizaje y la mejora de las competencias es una medida
inteligente que repercute positivamente tanto en la productividad y motivación como en los
resultados financieros del negocio.

4. Fomentar la comunicación interna y externa


Una comunicación clara, directa y amplia puede acarrear grandes logros en su negocio, tanto
internos como externos.
En cuanto a la comunicación interna, un proceso efectivo garantiza que los colaboradores accedan
a la información y al apoyo necesario para desarrollar su trabajo priorizando el cumplimiento de
plazos y el alcance de los retos esperados.
Por otro lado, la comunicación externa aumenta la probabilidad de que el público identifique la
autoridad de la marca, posicionándose, así como una de sus preferidas. Esto se refleja en el
potencial de ventas y en el crecimiento económico del negocio.

5. Contar con el apoyo de herramientas de gestión


Disponer de recursos tecnológicos modernos y acordes con las nuevas demandas del mercado se
ha convertido en una potente ventaja competitiva, principalmente porque optimiza la toma de
decisiones estratégicas.
Bajo esta óptica, utilizar herramientas como softwares de gestión de gastos y viajes indispensable
para:
Mejorar el cumplimiento organizacional.
Controlar la efectividad de los procesos internos.
Estimular la economía de recursos.
Ampliar las oportunidades de negocio.
Expandir la zona de cobertura.
Teniendo en mente una buena planificación estratégica y desarrollando una gestión de primer
nivel, es importante recalcar que al alcanzar esta etapa es posible mitigar consecuencias fatales
en la etapa de declive.

Guía para una gestión empresarial exitosa


La gestión empresarial es una práctica que no debe ser estática, pues los cambios sociales y
políticos que modifican nuestra forma de vivir también tienen un impacto en el ámbito de la
administración de empresas.
No es una casualidad que las prioridades de los trabajadores y de los negocios se modifiquen
cuando ocurre un suceso impactante en el entorno, como cambios de modelo del negocio,
innovaciones tecnológicas, crisis económicas o ambientales, emergencias sanitarias, etc.
Tener una empresa sin gestionar es como montar una producción teatral sin definir quiénes serán
los actores principales y quiénes los extras; sin indicar cómo se manejarán las luces, cuándo se
levantará el telón o dónde se sentará el público: un caos absoluto.
Por eso es importante actualizarnos en este ámbito para asegurarnos de que la productividad, la
trascendencia y, por supuesto, las ganancias de una empresa no se verán interrumpidas por
ignorar lo que ocurre alrededor y, en consecuencia, al interior de un proyecto en uno de sus
recursos más valiosos: el capital humano.
Considera esta guía como un punto de partida o una lista de ingredientes para tener en cuenta y
que la gestión de tu empresa sea o se mantenga sólida.

¿Qué es la gestión empresarial?


La gestión empresarial es la habilidad que tienen los líderes o directivos para organizar, guiar y
administrar todos los recursos de una empresa para alcanzar los objetivos financieros, productivos
y de crecimiento, teniendo en la mira a sus colaboradores como uno de los aspectos más
importantes.
Una persona con buen liderazgo es también un buen gestor empresarial. Estar al frente de una
empresa no es nada sencillo. Se tiene que poner atención a muchos elementos y algunos, por ser
urgentes, no dejan espacio para encargarse de los importantes.
Por eso no es extraño que a veces se descuiden tareas que influyen en el desempeño de los
colaboradores y sus resultados.
Todos estos aspectos se contemplan en la gestión empresarial, los cuales permiten mejorar el
rendimiento al manejar un esquema de prioridades de todos los asuntos que es conveniente
atender, independientemente de las urgencias que surgen de pronto.

¿Cuál es la importancia de la gestión empresarial?


La gestión empresarial es relevante porque se encarga de encontrar el talento adecuado para un
negocio, en todos sus niveles. Es responsable de que exista un ambiente laboral sano que permita
que cada quien cumpla con sus funciones de manera óptima.
Busca generar un sentido legítimo de compañerismo y establecer relaciones de confianza entre
todos los elementos, ya sea para delegar actividades o para escuchar sugerencias de todos los
trabajadores.
Ahora bien, para explicar a profundidad la importancia de una buena gestión empresarial se han
hecho comparaciones entre varias actividades que necesitan una buena organización, un trabajo
en equipo monumental y, sobre todo, un liderazgo que sea capaz de mantener la calma ante la
adversidad.
Es un elemento presente dentro de las grandes empresas y también dentro de las denominadas
empresas scale up, o sea, aquellas que comienzan y tienen un proceso rápido de desarrollo y
altas ganancias.
De hecho, si se aplica de manera adecuada, la gestión empresarial puede convertir los retos que
se presentan en nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo, e impulsa así la competitividad
empresarial de un negocio. Otro de los motivos por los que la gestión empresarial importa es
porque se encarga de que las innovaciones externas sean el motor para proponer cambios
convenientes ante las circunstancias.
Además, es la que permite que todos los procesos se realicen de manera eficiente al implementar
un esquema de realización y registro para las distintas actividades de una empresa, desde las más
usuales, como órdenes de compra, hasta las más esporádicas, como planeaciones bimestrales o
anuales.
Objetivos de la gestión empresarial
La gestión empresarial crea una comunicación fluida entre todos los niveles de la empresa, en
busca de que se concreten dos objetivos fundamentales:
Asegurar que todos estén orientados hacia las mismas metas, y que sus elementos se sientan
identificados con ellas.
Tener un conocimiento integral de cada área, cada colaborador y cada actividad realizada, para
así tener información inmediata sobre lo que puede optimizarse, crecer o modificar en beneficio de
todos los que dedican su esfuerzo y talento en la empresa.
Debido a lo anterior, si no se le pone la atención debida a la gestión empresarial se crean
condiciones de trabajo mediocres e infortunadas, que desalientan a los empleados, limitan los
niveles de productividad y, por lo tanto, disminuyen las ganancias.

El origen de la gestión empresarial


Para su estudio y aplicación en los modelos de negocio se define el origen en la Revolución
industrial, a finales del siglo XIX, cuando el empresario Jacques Laffitte y el economista Jean-
Baptiste Say crearon una escuela en París para la gestión, la administración y la economía.
Hay que tener en cuenta que la gestión empresarial es un asunto que se aplicó, aun sin este
concepto, en los grandes proyectos de la Antigüedad, los cuales necesitaban, obviamente, una
gestión y un liderazgo eficientes. Lo podemos comprobar en aquellos vestigios que todavía
podemos ver, como las pirámides de Tenochtitlan o de Egipto. También son prueba de esta
habilidad los vestigios de las campañas de Alejandro Magno, e incluso la organización de las
primeras etapas que facilitaron la supervivencia de la comunidad.
El acercamiento moderno y científico de la gestión empresarial se le acredita a Frederick Taylor, un
ingeniero estadounidense que dedicó su actividad a destacar la importancia del control de los
procesos y los trabajadores, principalmente por el auge de las fábricas de la época (finales del
siglo XIX y principios del XX).
A partir del siglo XX el punto de vista de la gestión empresarial empezó a cambiar de enfoque.
Poco a poco se puso énfasis en los trabajadores (más que en los directores), para darles más
prestaciones, condiciones óptimas y oportunidades de desarrollo profesional. Uno de los teóricos
que se dedicaron su atención a esto fue Abraham Maslow, quien definió una jerarquía de
necesidades, publicada en la década de 1950.
Con el paso de los años, el enfoque en el bienestar de los empleados se enfatizó en distintos
aspectos: la planificación, las ventajas competitivas, la optimización de procesos y la ética de la
gestión. Así, los empleados se convirtieron en la inversión más importante de una empresa.
En el siglo XXI llegaron otros retos. Las innovaciones tecnológicas, el Big Data y la crisis
económica de 2008 obligaron a los grandes empresarios a optar por un giro humanista que lograra
un balance entre la globalización y la preponderancia de la conectividad. Esto permitió el
desarrollo sano de las personas en todos sus niveles. Sin duda, a partir de 2020, se construirán
otros modelos que enriquezcan la gestión empresarial con base en los cambios más recientes de
la sociedad.
Diferencia entre administración y gestión empresarial
Aunque la administración y gestión empresarial comparten muchas actividades y enfoques sí, hay
diferencias que deben entenderse para que una organización tenga claro cómo impulsará cada
actividad.
La administración es más amplia y combina lo teórico con lo práctico, ya que hace una planeación,
organización, ejecución y control de los recursos de una empresa, y además establece las
normas, procesos y flujos de trabajo que se deben seguir para cumplir ciertos objetivos.
La administración se asigna a altos niveles en la empresa con capacidad de dirección y toma de
decisiones. Además, su impacto va más hacia al interior de la empresa, es decir, se presta
atención en afinar los engranajes para que la compañía opere adecuadamente.
En tanto, la gestión empresarial siempre será más práctica, ya que se enfoca en las acciones que
deben ejecutarse para cumplir con los lineamientos propuestos por la administración y alcanzar los
objetivos de negocio.
Por eso la gestión empresarial tiene que ver más con mandos medios o líderes con la capacidad
de dirigir los equipos de trabajo. Busca la optimización de los recursos y los resultados concretos.
Su impacto se verá más entre lo realizado internamente en interacción con las partes interesadas,
o stakeholders, de la empresa.

Características de la gestión empresarial


Estratégica
La gestión empresarial es una actividad estratégica porque se guía por objetivos, sabe delegar y
establecer medidas adecuadas para lograr resultados de la mejor manera. Entiende la operación
del negocio, identifica cuáles son las piezas con las que cuenta y saca el mayor provecho con
esos recursos.

Verificable
A través de la gestión empresarial hay una gran visibilidad de lo que están haciendo los equipos
de trabajo; por lo tanto, aumenta el seguimiento y control de las acciones enfocándose en los
objetivos. Además, se pueden verificar y medir los resultados obtenidos.

Eficiente y eficaz
Al ser una actividad que busca resultados y optimiza en todo momento los recursos materiales y
humanos, la gestión empresarial se caracteriza por ser una herramienta eficiente y eficaz, ya que
no solamente ve los resultados, sino cómo llegar a estos con los mejores procesos y hábitos en la
empresa.

Comunicativa
La comunicación es clave para la gestión empresarial. Es una característica que se valora y se
usa en todo momento como parte de su esencia. Es parte vital para generar entornos de trabajo
positivos.

Proactiva
La gestión empresarial implica tener iniciativa y estar en movimiento, esto es, adaptarse y
proponer para innovar. Por eso una de sus características más potentes es su proactividad.

Liderazgo
Sin liderazgo no hay gestión empresarial. Esta característica resume el sentido para aquellas
personas o equipos que se encargan de esta actividad. Recuerda que un directivo no siempre es
un líder, pero un líder siempre sabrá dirigir.

Impulsora
La gestión empresarial bien aplicada es un factor que impulsa los resultados positivos en todos los
niveles e interacciones de una compañía; así que se convierte en una fuente de inspiración interna
y externa.

5 funciones de la gestión empresarial


1. Organización
La gestión empresarial se encarga de coordinar las tareas involucradas en el proyecto de una
empresa: asignará los roles para cada una, establecerá objetivos y prioridades, y designará las
limitantes o excepciones. Si lo piensas, es casi imposible que un negocio sea viable sin tener
claras las responsabilidades, los tiempos, las expectativas de cada área y los involucrados.

2. Planificación
Este apartado se concentra en cómo se lograrán los objetivos y los recursos que los harán viables,
tanto financieros como humanos. Se establecerán plazos, financiamiento y estrategias para
alcanzar metas que puedan medirse. Así contarás con datos que sirvan de punto de partida y
sabrás en qué lugar se encuentra tu empresa, para plantear mejoras y cambiar escenarios.

3. Dirección
No puede haber gestión empresarial si no se cuenta con un apartado sólido en la dirección. Este
aspecto es el que ayuda a que un grupo de trabajadores pueda identificarse con las metas de la
empresa gracias a un liderazgo empático, que claramente conoce el camino que debe tomarse y
que tiene en cuenta a todos sus colaboradores.

4. Control
Cuando hablamos de control, nos referimos a la capacidad de coordinación y comunicación entre
equipos. Pero no solo se trata de dar indicaciones o dar seguimiento a la realización de las tareas,
sino también de analizar el desempeño. Así es como se pueden identificar fortalezas y
oportunidades para alinear metas alcanzables en el futuro, que saquen lo mejor del equipo con el
que se cuenta.

5. Manejo de personal
Crear un ambiente de trabajo sano es una cualidad básica de la gestión empresarial, pues permite
que la colaboración entre personas se lleve a cabo en armonía y sin competencias. La tranquilidad
dentro de la empresa se inicia con una gestión que tenga en cuenta las necesidades individuales y
colectivas de sus trabajadores, con la puerta abierta a sugerencias.
Aunque toda gestión empresarial cumple al menos con estas funciones que acabamos de
mencionar, cuando se trata de aplicarla no existe un modelo único o inamovible para todos los
proyectos. Sin embargo, sí podemos definir de qué se trata para que puedas tener una referencia
y crear un modelo que se ajuste a tu empresa.
¿Qué es un modelo de gestión empresarial?
Un modelo de gestión empresarial es una representación teórica de cómo se organiza y administra
una empresa, desde las actividades y responsabilidades de todos sus colaboradores (como la
distribución de las áreas y departamentos, los objetivos que deben cumplirse en cada uno de ellos
y su funcionamiento) hasta el establecimiento de los presupuestos del área de ventas y de los
demás departamentos.
Contempla todo lo que tiene que ver con financiamiento, recursos humanos, logística, servicios,
estrategias de marketing, etc. Además, un modelo de gestión empresarial ayuda a que cada
empresa tenga su propio sistema de organización, aun cuando no sea exactamente igual al
modelo que tomó como referencia. Es el primer paso que debe completarse antes de tener la
versión final de una estructura de un plan de negocios.

7 tipos de modelos de gestión empresarial


Modelo jerárquico de gestión empresarial
Modelo de eliminación de intermediarios
Modelo de cooperativas
Modelo de franquicias
Modelo de gestión empresarial de Mitzberg
Modelo de gestión empresarial de Zeitgeist
Modelo de gestión empresarial Lean

1. Modelo jerárquico de gestión empresarial


Este modelo se basa en una estructura vertical de arriba abajo, en la que se integra una directiva
de la cual parte el desglose de los demás puestos.

2. Modelo de eliminación de intermediarios


Aquí lo que se busca es que la gestión se haga de forma directa, evitando cualquier tipo de
intermediación.

3. Modelo de cooperativas
Se forma un grupo de miembros de una comunidad empresarial para que sean ellos quienes
realicen la gestión empresarial y velen por el interés común.

4. Modelo de franquicias
En este caso, una empresa permite que otras personas o empresarios repliquen su modelo de
negocio al ceder derechos por una cuota.

5. Modelo de gestión empresarial de Mitzberg


Este modelo se enfoca en una organización jerárquica. Para Mitzberg son 5 los elementos clave
para que funcione esta gestión empresarial: un núcleo de operaciones, un grupo estratégico que
dirige, una línea intermedia que ejecuta acciones, una tecnoestructura o proceso y el personal de
apoyo.

6. Modelo de gestión empresarial de Zeitgeist


En los modelos anteriores se puede apreciar un funcionamiento horizontal o piramidal, pero en
este caso la estructuración es circular. Esto diluye la cadena de mando e intenta vincular todas las
áreas a un flujo eficiente de comunicación y operación.

7. Modelo de gestión empresarial Lean


Alineado con la cultura de la agilidad empresarial, este modelo busca disminuir al máximo o
eliminar cualquier fricción en los procesos, así como en los bloqueos o desperdicios
organizacionales. Esto supone compañías más ágiles y flexibles.
6 valores de la gestión empresarial
1. Ética
Para que una gestión empresarial realmente funcione es necesario que todos sus colaboradores
tengan las mismas expectativas. Esto significa que lo que se espera de un empleado también lo
sea para un directivo: sin favoritismos ni tratos especiales. Pero, sobre todo, que exista un código
que le exija a todos desarrollarse de manera honesta y sin actitudes inmorales.

2. Empatía
Aunque se menciona como una soft skill, la empatía no tiene nada de suave, pues se necesita
fuerza de carácter para crear una conexión humana con otras personas, especialmente si no
comparten todos nuestros intereses o visión del mundo. Sin embargo, dentro de una empresa
colaboramos con gente muy distinta a nosotros, por lo que es básico que ejercitemos la capacidad
de empatía, que en ocasiones olvidamos en casa antes de salir.

3. Confianza
Si los colaboradores confían en sus compañeros, sin importar el puesto que tengan, transmitirán
esta seguridad a los clientes. Y no nos referimos solo al momento de apoyarse en un compañero
para realizar una tarea, sino también a la forma en que los directivos delegan responsabilidades,
creen en la capacidad de los trabajadores y demuestran que la labor que se realiza en la empresa
beneficia a todo su equipo.

4. Calidad
Al mismo tiempo, si se cuenta con los primeros valores será más sencillo que todos aporten su
mayor esfuerzo para cumplir con estándares que satisfagan a los clientes a los que va dirigido el
producto o el servicio. Por supuesto, también gracias a que se cuenta con las herramientas
óptimas para alcanzar esta meta.

5. Pasión
Sin importar el sector, una empresa comienza gracias a una idea que nació por una pasión: por el
buen servicio, por la creatividad en la publicidad, por la música, por la comida, por lo que sea. Esta
no puede desaparecer, ni siquiera por los trámites o los procesos menos divertidos que establecen
una rutina. Una vez que la pasión sea parte del equipo ayudará a mantener la visión en las metas.

6. Innovación
La capacidad de cambio y su adaptación a nuevas formas de trabajar y las ganas de no dormirse
en los laureles, sumadas a una actitud receptiva a los cambios que ocurren fuera, son un valor
clave en la gestión empresarial. Asumir que todo seguirá igual es prepararse para la catástrofe, y
no hay mejor indicador de una buena administración que una que está en constante cambio,
preparándose para aprender siempre.

Ejemplos de gestión empresarial


1. Gestión empresarial enfocada en la atención a cliente
Pensemos en una empresa de servicios, cuya base de acción es el soporte y atención al cliente,
como puede ser un proveedor de telefonía. Si bien vende servicios de conexión y comunicación, la
clave es generar una experiencia de atención que lleve a sus clientes a permanecer con ellos e
incluso a recomendar el servicio.

2. Alineación de marketing y ventas


Este modelo de gestión empresarial ha tomado popularidad y ha desbancado al tradicional que
veía a cada uno de estos departamentos como equipos independientes, por lo que llevaban a
cabo acciones aisladas. En el modelo de alineación, marketing y ventas comparten objetivos para
lograr resultados que favorezcan a las dos áreas y, por lo tanto, impulsen el crecimiento del
negocio.

3. Gestión empresarial inteligente


Esta tendencia se refiere a empresas que basan su gestión en big data, de tal forma que pueden
hacer análisis predictivos y, a partir de ahí, planear sus acciones futuras. En este modelo la
tecnología es fundamental para que esté en marcha.

7 cualidades de un gestor empresarial


Al tomar en cuenta lo anterior, un gestor empresarial ideal tiene las siguientes cualidades:
1. Sabe trabajar en equipo
Aunque el puesto de gestor está relacionado con el liderazgo, la persona que lo ocupa es capaz
de compartir tareas y delegar responsabilidades, principalmente porque confía en sus
colaboradores. Escucha con atención y reconoce sin problemas los aciertos de su equipo, pues
sabe que pertenecen a la empresa, no solo a un individuo.

2. Conoce el valor de las estrategias


Antes de tomar una iniciativa, el gestor empresarial ha analizado el lugar en el que se encuentra el
negocio y qué ocurre alrededor, en términos de la competencia y de su mercado. Por lo tanto, se
esforzará por crear una estrategia para cada objetivo, ya sea en el aspecto financiero o en el de
marketing: no avanza a ciegas.

3. Sabe cómo se hace el trabajo que dirige


Por supuesto, conoce el producto o servicio que la empresa ofrece, de dónde proviene, cómo se
produce, cómo es que llega hasta los consumidores y también sabe cómo deben realizarse las
tareas del personal que se encarga de todo esto. Para poder indicar el camino debe haberlo
recorrido antes.

4. No le teme al cambio ni a equivocarse


Si se es consciente de que el mundo avanza, con o sin nosotros, significar que está en constante
aprendizaje. Y eso también ocurre cuando se comete un error. Nadie es infalible, así que más vale
aprender de los errores: por ellos la experiencia se nutre y se vuelve valiosa.

5. Exige a su equipo lo mismo que a su persona


Un buen gestor empresarial jamás le pedirá a un colaborador algo que él mismo no haga, ya sea
llegar temprano a la oficina o cumplir a tiempo con un encargo. Para ser buen líder hay que dar el
ejemplo, y esa cualidad no se debe pasar por alto nunca.

6. Busca desarrollar lo mejor de su equipo


Al reconocer el potencial de los colaboradores, el gestor o gestora empresarial también abre
nuevas posibilidades a la empresa. Por eso les presta atención a los trabajadores: para ayudarles
a llegar más lejos y exhortarlos para que afinen sus conocimientos a través de cursos, diplomados
o talleres que los hagan mejores en su labor diaria.

7. Procura que haya un ambiente sano


Al promover la confianza, la honestidad y la ética en el trabajo es mucho más sencillo que exista
un clima seguro para los trabajadores. Y tiene que empezar desde arriba, para que se note que los
valores de la empresa no están solamente en la productividad o las ganancias. Un negocio más
humano se encarga de eso y a su vez lo refleja en otros aspectos benéficos, como el poco
ausentismo laboral y la rentabilidad de la empresa.
Una vez que conoces las cualidades que hacen a un gestor empresarial más exitoso, queremos
compartir contigo algunos consejos para que la gestión empresarial sea una tarea efectiva.

El control de la gestión empresarial: 8 consejos efectivos


El control de la gestión empresarial es el instrumento con el que se mide la efectividad de la
administración. Es también una guía para alcanzar los objetivos de todas las áreas de la compañía
y permite recabar datos acerca del desempeño. De esta manera, se tienen herramientas para
tomar mejores decisiones.
Para llevar a cabo este control es necesario que esté implementado el registro o documentación
de procesos que se han realizado durante la creación de tu plan de negocios. Así podrán llevarse
a cabo las evaluaciones necesarias y establecer los cambios que sean necesarios.
Para que el control de la gestión funcione de manera correcta te recomendamos lo siguiente.

1. Implementa una planeación estratégica


Si tienes metas, cuentas con un plan para alcanzarlas y, por lo tanto, podrás evaluar si has
cumplido con los objetivos durante el control de la gestión empresarial. En virtud de que la
intención de tener un control es que se pueda medir, será fundamental que tú y tu equipo tengan
planes establecidos de manera estratégica con el fin de conseguir la eficacia de la gestión
empresarial y de los equipos involucrados.

2. Establece presupuestos
Los recursos financieros deben repartirse entre las tareas y las necesidades de cada área para
cumplir con sus objetivos. Analizar cómo se utiliza y qué resultados genera también te ayudará a
conocer mejor la eficiencia de los gastos y las estrategias implementadas; esto lo lograrás solo si
has establecido todos los tipos de presupuestos de antemano.

3. Considera medir el desempeño


En este apartado se funden dos tipos de información: la relacionada con el aspecto financiero y la
que no lo es. De cualquier manera, medir el desempeño de estos dos aspectos te ayudará a tener
un mejor panorama de la eficiencia de la estrategia y, si es necesario, hacer ajustes durante el
análisis de control de la gestión empresarial.

4. Haz evaluaciones y ofrece recompensas


Una forma de garantizar un análisis de control de gestión exitoso que también te ayudará a
mantener motivados a los trabajadores es implementar un sistema de recompensas que premie el
compromiso invertido en sus tareas. Al alcanzar un objetivo o cumplir con una fecha de entrega
establecida, darles una recompensa puede hacerles sentirse valorados y ayudará a reforzar un
comportamiento positivo.
Una vez que el control de la gestión empresarial esté en proceso, asegúrate de que las
evaluaciones muestren datos valiosos y que las recompensas hayan tenido un impacto positivo.

5. Haz análisis con base en indicadores clave


Al momento de llevar a cabo el control de la gestión empresarial es necesario que tengas una
serie de datos valiosos que te demuestren gastos, productividad, procesos, márgenes,
desviaciones. También es importante que consideres que más allá de los indicadores económicos
o financieros te conviene incluir otros indicadores, como aquellos que contemplan el ámbito
humano en el ambiente laboral.

6. Realiza contabilidad analítica


Al momento de hacer un control también hay oportunidad de realizar una contabilidad analítica.
Con esta podrás tener un registro de las cuentas bancarias, las proyecciones de gastos de cada
departamento y sus costos. También podrás llevar a cabo una coordinación con los presupuestos.

7. Registra los objetivos cumplidos y los resultados alcanzados


Lo más importante al realizar un control de gestión es que midas los niveles de eficiencia. Siempre
hay que llevar un registro de lo alcanzado y de la forma en que se refleja dentro de la empresa. Es
información básica que te ayudará a entender cómo se desarrolla el proyecto, cómo reaccionan
los trabajadores, qué puede ajustarse y qué debe mantenerse.

8. Analiza y busca crear una optimización del personal


Y lo mismo con los colaboradores. Cuando tú o la persona encargada del control de la gestión
hace bien su trabajo, debió analizar y dialogar de forma directa con el departamento de recursos
humanos. Así, tú o la persona a cargo conocerá cuáles son las inquietudes laborales y personales
que pueden resolverse o quizá qué puestos deben reemplazarse por otros más capacitados en
beneficio de toda la empresa.

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