Villar Lurquin Alfredo Huambar
Villar Lurquin Alfredo Huambar
Villar Lurquin Alfredo Huambar
literatura hispánica
Por:
Asesor:
Víctor Vich
LIMA
Mayo 2011
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN..............................................................................................3
Capítulo 1
Capítulo 2
CONCLUSIONES..............................................................................................53
BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................59
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INTRODUCCIÓN
1924), Huámbar traía una propuesta que subvertía y superaba todos los
Ciro Alegría y aquellos del primer José María Arguedas (La serpiente de oro y
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Agua de ambos escritores se publicarían recién en 1935). ¿Pero a qué se debe
este logro lingüístico, este estilo sui-generis, esta literatura utópica en la cual
Pero ¿quién era este Juan José Flores? ¿Cómo era posible que desde
capitalinos? ¿A qué se debía que su obra se hallará fuera de todas las historias
época.
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Durante más de 50 años el libro de Flores viviría condenado al olvido
sorprende aún más que aquel de su época, ya que de alguna manera leer
tenía absoluta idea de que tipo de texto era, ni quien era su autor, ni recordaba
nombraba. Este vacío crítico recién ha empezado a ser llenado en los últimos
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Tinaja hecha por los profesores ayacuchanos Elmer Aliaga y Gedeón
caótico, estudio sobre éste y su novela. A esta investigación hay que agregar la
interesante y premiada tesis (uno de los jurados fue el propio González Vigil)
original hemos cotejado para las citas la edición príncipe de 1933 que se
“marginal” y “menor” dentro del canon literario peruano. Es también por eso un
deben haber otros textos literarios que por su diglosia y bilingüismo siguen
siendo un reto para una ciudad letrada y un canon que se construyó desde un
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monológico uso del castellano y que excluyó otras enunciaciones más híbridas
y plurilingües.
lo lingüístico son una unidad indisoluble donde no hay divisiones entre forma y
libérrimas de la festividad popular y los rigores del espacio literario radica una
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¿PUEDE EL INDÍGENA HABLAR?
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y propone una literatura más cercana a lo que sería un habla subalterna,
ya que esta última pretendía “representar” a los sectores subalternos del Perú,
Uno de los instrumentos para analizar esta compleja relación que hay entre lo
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castellano ni inglés pero Spivak lo toma del texto alemán del 18 Brumario en el
social donde éste actúa. Así para Spivak la “re-presentación” (Darstellen) del
Esta sutil distinción nos ayuda mucho para entender las limitaciones estéticas y
presentación” tenemos una fractura, una cesura, un espacio vacío que los
sí podemos encontrar una compleja representación que nos permite leer esta
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El problema radica entonces también en entender que significa “inscribir lo oral”
castellano hispanizante) lo cual no hacía más que crear una textualidad artificial
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Huámbar y el poder de las voces subalternas
presentación con una prosa bilingüe y diglósica que pasa del castellano al
quechua con una fluidez y de una manera que ningún escritor indigenista había
hay “ficción” en el sentido que las hablas están vivas y en roces constantes tal
indigenismo ya que no apela a un lector criollo urbano sino que exige también
“Wamwar” que es un vaso hecho de cuerno vacuno utilizado para beber licor,
es una frase quechua que se utiliza para brindar. De esta manera el autor no
sólo nos presenta su estrategia lingüística sino que a la vez nos anuncia las
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alude a la garganta y por lo tanto a la insaciable oralidad y sed alcohólica del
cura Yayala:
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distintas “frases hechas” y de una cortesía estereotipada que denotan una
subordinación casi servil (“un humilde servidor”, “a sus dignas plantas”, “para
servir a usted”); por otro lado la actitud dominante de Yayala está marcada por
las preguntas secas y los imperativos (“habla pronto”, “habla más ligero”,
migrante nativo que empieza a hablar en castellano pero usando la sintaxis del
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Esta “traducción” que no admite “ni en el vocablo castellano mismo, todo lo que
dice que es de raza “orinar” (hispana), como se sabe “ispa” significa “orinar” en
bajo la categoría de indio, es decir bajo una condición social colonizada. Pero a
la pregunta del idioma contesta sin ambages: “Yo poseo dos idiomas,
castellano puro y “gente boca” (runa simi)”. Esto por supuesto rompe la idea de
“identidad fija” que rechaza “la alteridad” que como muy bien ha señalado
Perú el factor raza y clase están íntimamente unidos. Huámbar a nivel de clase
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que es una especie de arco hecho de cuerda de tripa; y aunque desearía tener
cual también lo pone en una situación más cercana a los subalternos indígenas
Yayala y éste será la indígena Aledaida. Aledaida es “la preferida” del cura
autoridades y poderes locales que obedecen las órdenes del tiránico cura. En
los hombres y un personaje “idealizado” sin habla y sin agencia alguna, pero en
orden social impuesto sino también los que la narrativa de la época asignaba a
su género.
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En un momento de la novela y después de una separación, Huámbar recibe
pregunta debemos hacer primero un análisis de las formas lingüísticas que este
texto encierra. En primer lugar nos hallamos ante una “interlengua” que es
segunda lengua que está en proceso de aprender (Zavala 1999: 37). En este
pero la interlengua de esta carta nos descubrirá que los “errores” cometidos no
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uso de las vocales, como bien ha señalado Zavala: “el uso de las vocales se ha
más percibido por los hablantes y es también el que ha adquirido mayor carga
de estigma social” (Zavala 1999: 40). Como se sabe el quechua sólo tiene tres
Por estos usos fonólogicos podríamos pensar que estamos ante la interlengua
que nos encontramos ante una “parodia” del habla y la escritura subalterna,
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De alguna manera Flores se está burlando y carnavalizando los indigenismos
carta Aledaida le cuenta a Huámbar que ha dado a luz una hija suya y que es
Huámbar “que bonito escribes verso poyesia” como uno de los motivos por los
cuales lo quiere más que a Yayala. También elogia la belleza física de la niña y
el padre diciendo que “es buenamozo como usted”. Pero a la mitad la carta
que ella ha sufrido “ojalá sofreras el mesmo parto, pariendo mellezos” además
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paterna”. Huámbar despierta las simpatías de Aledaida porque escribe bonito
ausencia. Vemos así que por un lado Aledaida “corona” a Huámbar por ser
siguiente diálogo:
-¿Aledaida Querida?
-¿Sardaniel aborrecido?
-¿Qué haces allí que no te recoges a tu casa en tantos días? Para broma,
basta, vámonos.
-¿Broma? ¿Eso llamas tú broma? “Cada noche me estoy mandando hacer”
(sapatutan rurachicuchcani)
-¿Y qué son tus zapatos que estaban casi nuevos?
-¿Qué calzados nuevos he tenido yo? “Tu cara también había habido todavía”
(uyayquipas casccaraccme) para hablarme de zapatos nuevos, “no que se
avergüenza cuero cara” (mana penccacocc, ccara uya).
-Silencio, grandísimo “andador aire” (puricc huayra) “tu seco de leñar te
derramas” (chaquiqui yantarcconamantam, usunqui)
-Retírame de aquí” (asuhuay caymanta) “desuella trasero” (lluchi siqui) “que
cosa también me haré” (Imatapas rurarusacc) ¿”para mi ají, para mi sal, tú
gente has sido”? (uchupacccho, cachipaccho ccam runa carccanqui), “lo que
me he desperdiciado, me he desperdiciado contigo” (ususccaytam usurccani
ccamhuancca).
-Qué tal insolencia de esta mujer “dos trasero” (iscay siqui), “picante cabeza”
(hayacc uma). Sal de allí y vámonos, o te rompo las costillas.
-“Cállame allí (opallahuay chaypi), “olla cabeza” (manca uma), “mazamorra
seso” (api ñotcco), “prefiero estar con uno, con uno” (huchuan, huchuam),
antes de volverme a unir contigo.
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Lo que observamos en este diálogo es una inversión de roles que era inédita
de los deseos masculinos. Buena parte del diálogo entre Huámbar y Aledaida
está lleno de insultos rituales y carnavalescos que en los andes tienen una
metáforas sexuales” (Lienhard 1990: 132); así desde el comienzo del diálogo y
estrategia del habla subalterna de Aledaida está en usar los elementos más
“cada noche” con la consecuente burla de Aledaida quien recuerda las penurias
cascaraccme)”.
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De ahí vienen una serie de insultos rituales, la mayor parte de las veces
(puricc huayra) que puede ser traducido como “callejera”, “dos trasero” (iscay
desvergüenza “no que se avergüenza cuero cara” (qara uya) –que podemos
como “¿acaso tú me has dado para mi ají o para mi sal?” lo cual más que una
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ella lo reconozca como alguien” (Vich 2001: 135). Huámbar quiere imponerse
antigua pareja con las frases “olla cabeza” (manca uma) y “mazamorra seso”
aquella cuando le dice “prefiero estar “con uno, con uno” (huchuan, huchuam)
antes que volver contigo”. Esta es una frase inimaginable para un personaje
puede optar por las parejas sexuales que ella desea. Habrá que esperar
(Butler 2007: 164) sino también nos subvierte los viejos paradigmas
nos cuestionan las hegemonías canónicas. Estamos pues ante aquello que
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Bajtin (1993) llamaría un texto polifónico y “dialógico”, donde lo social-político y
comunican entre sí. Considero que desde esta perspectiva y desde estas
andes
Es por eso que podemos afirmar que en un texto como Huámbar el subalterno,
demostrarnos sus agencias. Esto nos llevaría a cuestionar la idea de Spivak del
subalterno como alguien mudo y sin agencia ya que para ella “La subalternidad
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Se le ha criticado por esto a Spivak (Coronil 2000, Maggio 2007, Cornejo Polar
2000: 43) como contraparte los críticos de Spivak plantean una noción relativa
través de una “traducción” (Maggio). Como bien sostiene Coronil “una visión
por eso que antes que esencializar al sujeto subalterno mejor sería ubicarlo
ver las hibrideces, las dialogías y las polifonías de lo cotidiano, del deseo, de la
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que nos plantea que la plaza pública y por lo tanto la perfomance oral, lo
Pero no hay que ser injustos con la idea de subalternidad desarrollada por
presentar o “hablar sobre” él? ¿Cuál es la causa de “la inevitable fractura que
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Polar 1980: 64)? Recordemos que desde su nacimiento en el siglo XIX el
que, aunque consciente de la presencia del indio en las regiones rurales, era
de una literatura indígena hecha por y para los propios indios. Y es que
socialista y nacional-popular (es claro que para el amauta una de las largas
visión y un habla ajena sino que ahora se trata de una conciencia y un habla
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revés y que no ve el mundo indígena como una nación cercada sino como otra
wamanis
EL APUSUYU
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intereses de la vida diaria (recordemos que Huámbar par a acceder al espacio
“sagrado” del apusuyo debe realizar una actividad tan “profana” como pagar
“tres pesos”). En ese aspecto Huámbar también rompe con los binarismos y
sentido, los comentarios sarcásticos y burlescos que hacen los wamanis sobre
como diría Walter Benjamin (1977) “razón y astucia han introducido en el mito
brujo para que lo cure de un cerro que lo había “miraneado” arrebatándole los
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apus, hablar en quechua y castellano, compartir con los poderosos y los
subalterno (era hijo ilegítimo y nunca tuvo una “educación formal”) a la vez
un cacique regional, no nos debe ocultar el hecho que Juan José Flores pudo
escribir también como un indio, porque -como sucede con José María
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constante hibridez y dialogía tanto política como literaria, cultural como
como tal puede hablar y tener voz (e inscribirla en un espacio literario). El logro
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CARNAVAL Y ESCRITURA EN HUÁMBAR
el goce colectivo:
Han pasado muchos años, sin embargo todo lo recuerdo bien. Era la gran
fiesta de la Virgen Candelaria, el 2 de febrero del año de 1898, en mi pueblo
“Mojadobamba” (Occobamba), con corrida de toros, repique de campanas y
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procesión. “Chicharrón, pan, chicha, mujer para querer no más ya” (chicharro,
tanta, acca, huarme cuyaypallaccña) y “el cuerno lleno llorando” (huaccraci
hunta huaccastin), “de senta sentarse no más ya el pueblo había estado” (tiya-
tiyacuyllañam llacctaccacachascca)
donde, como señala Bajtin a propósito del carnaval, se “ignora toda distinción
ante aquello que el estudioso ruso denominaba como “vida festiva” donde
vista masculino del narrador- parejas amorosas (“mujer para querer no más
(2002: 14-15). También es interesante señalar que los sonidos que invitan a la
fiesta, tanto las campanas como los cuernos musicales, son universales y no
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característico de esta universalidad, libertad e igualdad celebratoria se da en la
última frase del texto citado: “de senta sentarse no más ya el pueblo había
tan lindo como para mirar y vivirlo intensamente” (Elmer y Aliaga 1999: 7) lo
que lo viven, ya que el carnaval está hecho para todo el pueblo” (2002: 13)
totalidad viviente e indivisible" (2002: 23). De esta manera las escenas festivas
boda, hecho que lo alegra mucho ya que “nunca se come ni se bebe mejor que
fiesta tendrá una contraparte en la figura del cura y poder local Manolo Asnovil
Yayala, ante quien Huámbar tendrá que humillarse para conseguir sus
hace Huámbar de Yayala tras su primer encuentro con este también aluden a
ese “realismo grotesco” tan típico del humor carnavalesco y que realiza aquí
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“enmascaramiento” del nombre del cura (que como bien lo han señalado los
nombre “Asnovil” (es decir Asno-vil) nos sugiere un doble aspecto bestial y
Como bien señal Bajtin "la risa degrada y materializa" (2002:25) y en este caso
Una vez contratado los servicios de Yayala se desarrolla la escena más formal
y solemne del matrimonio seguida por la escena más informal y celebratoria del
LA JARANA
Habían muchas simpáticas muchachas y la alegría llegó a su punto. Yayala
estaba muy festivo y se destacó como tenorio y bailarín. A pesar de su cuerpo
“mi depósito-depósito” (tacce-tacce), arremangándose la sotana vieja de
“regresado color” (cuticc color), dio un salto, hizo una pirueta y, sacándose del
bolsillo un pañuelo morado, imitación seda, perfumado con agua de florida,
Murray Lanman, New York, preparada solamente por Lanman y Kemp, lo puso
al cuello de una chica de “dulce carita” (misqui uyacha) y bailó con ella, en un
recio zapateo parroquial, “menos él-menos él hasta que sea” (pisipay-pisipay
canancaman), el conocido huaynito “sal mi salsita niñita” (cachi cachichay
niñacha), que ejecutó admirablemente la banda compuesta de un “fríoespera”
(chirisuya), un arpa y mi cauca que lo tocaba alternando con corneta de cuerno.
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Yayala estuvo conmigo sumamente cariñoso, al darse cuenta que yo tenía allí
una “hijaneate hija” (churiyapa cuy churí), que frisaba los 15 agostos y era muy
bonita, aunque es malo que yo lo diga.
-Amigo Huámbar Lordigo, me complace saber que tienes aquí una hija tan
linda, que da la hora, la señorita Ramona, que mucho “se te despierta”
(ricchacusunque).
-Sí, señor, aunque recién está “su recuerdo llenando” (yuyaynin huntarichcan),
porque “en vano crecer ha crecido” (yancca huiñaytan huiñarccon), está a su
entera disposición.
-Tantísimas gracias, mi Sardaniel, ¿cómo corresponderte a tanta fineza? pongo
a tu disposición todos mis servicios parroquiales.
-Gracias mil, dómine Yayala. Yo también le ofrezco mi música gratis, para su
cumpleaños o cualquiera fiesta que familiarmente celebre.
-Sardanielito, me abruman tus generosidades. Mientras mi permanencia en
esta Doctrina, tú serás el Párroco, tú serás el mismísimo Manolo Asnovil
Yayala.
-Mi doctor Yayala, mientras yo viva en este mundo, Ud. Será el músico mayor,
Ud. será Sardaniel Huámbar Lordigo, en persona.
él era “el principio artístico del realismo grotesco: todas las cosas sagradas y
depósito”), que además es avaro porque viste una sotana vieja de “regresado
perfumado con agua de florida, Murray Lanman, New York” pero que a pesar
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de su gordura es capaz de hacer piruetas, coquetear con su pareja de baile y
danzar con recio zapateo parroquial hasta quedar “menos él-menos él hasta
De esta manera “La jarana” está en plena ebullición y los roles se han
intenta construir una relación más igualitaria y libre con el poder local
representado por el cura Yayala. Pero está “zona”, como bien señala Da Matta,
visión de la hija del protagonista cuya juventud y belleza desea. El tópico del
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servilmente lo que ocasiona el lisonjeo y tuteo del cura. El protagonista se
para mejor poder negociar con “los poderes establecidos”. El mestizo Huámbar
abolir los binarismos y las diferencias sociales aunque “el poder del sistema”
imponerse.
es por eso que sostenemos que nos encontramos ante aquello que Bajtin
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En Huámbar hay diversas estrategias y textualidades que “carnavalizan” la
cuales (como bien han señalado los estudios de Aliaga y Palomino y Víctor
Flores) el propio autor del texto, es decir J.J. Flores, tenía serios conflictos.
LA BORRACHERA EN SU PUNTO
Ya era “mucha nochecita” (sinchi tutacha) cuando me sentí chispo, con ganas
de enamorar, de pelear, de hacer algo extraordinario, “montaneando”
(ichicastin) y brindando copitas a diestra y siniestra
Todos gritaron a una voz.
Qué hable Huámbar, que hable, le queremos oír un discurso en verso. Tuve
que acceder y hablar:
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Jueces próximos, cesantes, para que, con perseverancia tal,
enamorados despampanantes, las enseñe la sana moral,
Jueces accsesitarios y cuando alguien solicite,
y como tales, autoritarios, haciéndole un convite,
pueden también tomar parejas a una de ellas para esposa,
entre las jóvenes y las viejas hallará entrenada y hermosa;
excluyendo a las beatas, por eso tengo resuelto, señores,
“que de noche son gatas” iniciar en el día mis amores
según la opinión general con una chica que integra
aunque esté en decirlo mal; al grupo que Yayala alegra,
mas, como sobran muchachas, que la tenemos a la vista
de muy simpáticas fachas, excitando una conquista
cedamos al señor cura, con su esbeltez y fama
semental de sangre pura, Aledaida Pitorrez se llama.
de vaca que sirve para libar licor. Ni es casualidad que esta escena esté
enhebrada con la anterior de “La jarana” y las del matrimonio y el banquete. “El
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banquete y las imágenes del banquete era el medio más favorable para una
verdad absolutamente intrépida y alegre. El pan y el vino (el mundo vencido por
burla del lapso temporal que va a durar el poema, Huámbar juega con las
“un par de horitas” pero sabemos que se está burlando de esas etiquetas de
las ideas de Da Matta sobre el “continuum” que existe entre “lo formal” y “lo
intactos. Pero por otro lado estamos ante un estilo de poesía ambiguamente
40
elogio irónico y de doble sentido”.(Bajtin 2002: 385). De esta manera Huámbar
continúa una larga tradición poética con un poema en forma de “blasón” con el
cual elogiará a la vez que injuriará a todos los poderes presentes comenzando,
como es obvio, con el propio Yayala: “esta es una fiesta de gala/señor doctor
ironizando el excesivo y grotesco jolgorio del cura en la fiesta pues para éste el
de gala”, es decir con una ocasión festiva también “solemne”, y lo más probable
un demonio”.
ser un mal servidor público es decir de servir “al pueblo de balde”. Vemos
entonces en esta última imagen esa ambigüedad, esa ambivalencia propia del
un futuro “destronamiento”.
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Huámbar continúa el poema nombrando a los vecinos y luego pasa a
pareja”. Este llamado a buscar parejas eróticas, cambia el tono del poema que
sus prejuicios “de noche son gatas”. También es interesante señalar que estas
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Siguiendo con su poema Huámbar sugiere burlonamente que el cura Yayala es
una potencia sexual, un “semental” y que como tal puede enseñar a cualquier
gran potencia erótica, por lo cual sugiere que este “semental de sangre pura”
prepare sexualmente a las chicas de la fiesta y que les enseñe “la sana moral”
del sexo, para que así cada una sea una bella esposa “entrenada y hermosa”.
del poema que el cura tiene no sólo una pareja sino todo un conjunto de chicas
a su disposición sexual y que por lo tanto él desea a una sola de ese grupo,
amores/con una chica que integra/al grupo que Yayala alegra,/que la tenemos
llama.”
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miércoles, no va para tanto mi tolerancia”. Es decir volvemos al viejo poder del
sistema y del poder local que al verse afectado reacciona rompiendo con
Ayacucho y Apurímac.
observa una mezcla de prosa y verso, se introducen los dialectos y las jergas
vivas” (Bajtin 1993: 153). Así en esta novela encontramos no sólo cartas,
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En nombre del Padre, en el apellido del hijo y en el apodo del espíritu santo,
Amén.
Item declaro, que soy católico, apostólico y románico; romano me suena mal,
porque no soy de Roma ni gato tampoco.
En este sentido Huámbar comparte las estrategias, los juegos de lenguaje y las
hibrideces de estilo que como bien nos señala Bajtin caracterizan y hermanan a
Rabelais, Cervantes, Stern o J.J. Flores, todos estos autores y sus textos
anterior vimos como las injurias y las disputas verbales propias de las
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interactivo dentro de la comunidad ya que el juego se practica entre parientes y
ADIVINANZAS
Llegamos a familiarizarnos tanto con ellas, que en las noches jugábamos
“oculta oculta” (paca paca) y adivinanzas
La señora Cunegunda me hizo entrar una noche, a su salón y me dijo:
-Joven Huámbar, sé que Ud. Es fuerte en adivinanzas, me han dicho las chicas
-No tanto señora “uno, dos, no más sé” (huc, iscallatam yachani)
-Entonces vamos al grano, ¿qué cositas cuantositos? (imallapas haycallapas)
(¿?) Asá
-“En hueso ollita, dos que despierta almuercito (tullo mancachapi, iscay
ricchacc chupicha)
-¿”A que arrea”? (imamanmi ccatin)
-A cosas; de gallinas y de hombres también
-¿Será huevo?
-Eso es, Ya Ud. sabía
-No señora he adivinado, estaba bien clarito.
-En seguida , la Victoria me planteó esta otra.
-Don Sardaniel Huámbar, ¿qué cositas cuantositas? (imallapas haycallapas)
-(¿?)Asá, señorita
-“En tronco ollita, carne cucharoncito” (cullu mancachapi aycha huisllacha)
- ¿”Y a que arrea”? (¿Imamantacc ccatinri?)
- A cosas de montar
-¿Será estribo?
- Mírenlo como sabía y se hacía el tonto este don Huámbar
-Ya lo creo señorita, también estaba bien claro. Ahora a adivinar la mía
-¿Qué cositas cuantositas, señorita? Asá
-“Dando vueltas no más que se empreña (moyochcaspalla chichococc)
-¿Y a qué arrea? (Imamantan ccatin). A cosas de tejer
-Eso es rueca, ¿no es verdad?
-Efectivamente señorita. ¡Qué perspicacia, qué rapidez!
Como vemos en esta escena podemos leer los enunciados de tres hablantes
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de alguna manera nos sugiere que para estos hablantes hay mayor “polisemia”
del cual los tres hablantes salen airosos, es una manera de dialogar y
se trazan nuevas fronteras entre las palabras y las cosas. A estos juegos que
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Bajtin rastrea desde la edad media los denomina con el nombre de coq-à-lâne,
lógica elemental” (2002: 381). Y que son ante todo “juegos de palabras,
palabras, tomadas fuera de la rutina tradicional del lazo lógico. Una especie de
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la lógica, y los convierte en “despropósitos”, es decir en asociaciones “alógicas”
hacer lecturas etimológicas que en realidad no son más que pretextos para
de “la mente”, en una disciplina que se preocupa por “lo bajo”, es decir por el
problemas de don Cosme. De esta manera “la coexistencia, por efímera que
multiplicidad de significaciones internas que les son inherentes, así como las
"fárrago" y que "se trataba de poesías formadas por un montaje sin sentido, de
seleccionado del siguiente poema podemos observar que la única ligazón entre
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Mi amada negra Rosa:
Ayer no has ido a la esquina;
Anoche fui a la cocina
y me asustó una raposa.
placer que se vuelve puro texto de goce (Barthes 1987), oralidad desatada y
amada Aledaida:
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Estamos ante un texto de exquisita oralidad que Barthes denominaría también
claridad de los mensajes” sino “lo que busca (en una perspectiva de goce) son
(1988: 109). Pero lo interesante del texto citado es que oscila entre el texto de
placer que “proviene de la cultura, no rompe con ella y está ligado a una
vacilar los fundamentos históricos, culturales, psicológicos del lector (…) pone
Aledaida a Huámbar, nos invita no sólo a leer (con placer) sino a bailar (y
Sin duda pocos textos en la literatura peruana tienen esta libertad para jugar
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lenguas vivas, aunque también en conflicto, en un espacio de diglosia y
la ironía moderna sino que hunde sus raíces en las oralidades y el humor de
una cultura popular que en nuestro país aún se encuentra vital y resistente. En
espacio en una nueva nación literaria que a su vez podría llegar a ser una
52
CONCLUSIONES
donde se logra, como en muy pocos textos de nuestro canon literario, aquella
literario que confronta al espacio social “según la verdad del deseo” cuya
“libertad es un lujo que toda sociedad debería procurar a sus ciudadanos: que
haya tantos lenguajes como deseos; proposición utópica puesto que ninguna
sociedad está todavía dispuesta a aceptar que existan diversos deseos” (1987:
130).
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Esta utopía de la lengua contenida en Huámbar anuncia también una
utopía social. Como bien lo ha señalado Jameson (1989) todo texto literario
eclesiásticos -encarnados sobre todo por la grotesca figura del cura Yayala-
como las autoridades locales, alcaldes, jueces y mistis hasta llegar a los
cachacos y policías que persiguen a Huámbar por orden del burlado sacerdote.
Pero esta denuncia de los poderes feudales y locales se realiza mediante una
este texto no están representados entonces como seres mustios, sin habla y
eclesiástica sino como seres alegres, vivaces, llenos de humor y que negocian
corifeos del indianismo costeño ese tipo grotesco y falso del indio gemebundo y
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polémico artículo llamado “Nosotros los indios” donde también sostiene: “(El
de las cosas, los hechos y los hombres…¿Dónde están, pues, los signos de su
tanto de las lenguas nativas y las hegemónicas, las que pueden disfrutar y
una trasformación tanto del espacio literario nacional (el canon) como de su
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muchos años después El zorro de Arriba y el zorro de Abajo de Arguedas, con
una nueva “hegemonía” donde por fin las clases populares andinas (y
alfabetizadas, puedan encontrar una voz y forjar de esta manera una verdadera
Creemos que un texto como Huámbar muy pronto tendrá el lugar que se
merece dentro del canon literario peruano. Pero es seguro que otros textos,
donde existe una “lengua mayor” o una cultura letrada y oficial que subordine a
las otras. Para terminar quisiera retomar las reflexiones de Deleuze y Guattari
cuya idea de una “literatura menor” que actúa dentro de una “lengua mayor”
nos puede ayudar a iluminar otros caminos para estudiar las relaciones entre
literatura y sociedad, pues como estos dos últimos sostenían: “la máquina
sino porque sólo ella está determinada para llenar las condiciones de una
todos los demás aspectos: la literatura es cosa del pueblo. (1970: 30)
56
Recapitulando entonces lo sostenido a lo largo de esta tesis podemos concluir
que:
la novela de J.J. Flores sí podemos encontrar una inscripción literaria del habla
conocedor de ambas lenguas y de la cultura andina; lector que fue ignorado por
principal receptor.
57
raza, género, poder y clase están cuestionadas por el humor carnavalesco
mestizos peruanos.
marginal dentro de éste pero que contiene la posibilidad utópica de poder llegar
Huámbar deja abierta así la posibilidad de un nuevo canon literario más acorde
58
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